8 de junio de 2010 Querido/a estudiante de Literatura Avanzada (AP Spanish Lit.): Felicitaciones por haber tomado la decisión de continuar con español y tomar la clase de literatura. Les prometo que será una clase entretenida y divertida siempre y cuando cumplan con su parte. Este verano van a leer tres cuentos bastantes entretenidos. Los cuentos serán: Un día de estos, Gabriel Garcia Márquez La prodigiosa tarde de Baltazar, Gabriel Garcia Márquez La viuda de Montiel, Gabriel Garcia Márquez Dos Palabras, Isabel Allende Serán evaluados de la siguiente manera: Practice/preparation (Por favor usen su computador para contestar las preguntas.) Este trabajo lo deben entregar el primer día de clase. No lo aceptaré después del 3 de septiembre. Completar preguntas al final de cada cuento: 10 puntos (cada uno) Completar guía de estudios de cada cuento: 10 puntos (cada uno) Completar un collage de imágenes en una hoja 8x11 que representen cada cuento: 10 puntos (cada uno) Formative Prueba de Vocabulario de cada cuento:20 puntos Prueba de Comprensión de cada cuento: 20 puntos ¡Buena suerte! Y aprovecha tu verano. No habrá oportunidad de descansar en nuestra clase hasta Mayo de 2011. Si tienen preguntas escríbanme y con mucho gusto les contestaré. Abrazos, Srta. Peró [email protected] PD. Si no recibieron las lecturas pueden pasar por el colegio a buscar las lecturas o imprimir este documento. 1 G~brlel G~rcla M'l"quez .. Un dia de estos GABR I E L GARCiA M ARQUEZ En este cuento gorciomorquesco "Un d(o de &IOS" (1962).10 lensi6n noce de uno tacito amena20 de vio/encio. de comienlO a fin. B protagonista del cuento es un vecina noda poderoso de un pueblo que sufre baja un regimen militor sanguinaria. £jerce 10 dentlsterfa sin titulo, y Ie (olton recursos econ6micos para montener odecuadomente su consuftorio. Su padente, el okolde-renieme, encama 10 opresion que su(re el pueblo. En LOlinoamerica. a los "hombres (uertes" se les conoce bajo muchos nombres:caudillo, cacique, tirana. despOIO a diaodor; comoquiera que se les lIame. tienden 0 ser militares, y reprimen 01 pueblo mediante el usa del terror: redados y encorcelomientas repenlinos, larlUras, malanzos generales y desoparlciones. En un pueblo como el de "Un dio de estos", no hay proce!o legal estoblecido; 10 que hayes 10 "mono duro" del que se impone. Mediante eI comen(orio del dentista of socarle 10 muela a su pociente, sabemos que este cargo con /0 fesponsabiJidad de muchos muerlOS en e! pueblo, y el dolor profunda. posiblemente Innecesorio, pero pasojero, que el dent/slo Ie hoce pasor, pagor6 Yeinte de los lantos. EI lunes amaned6 tibio l y sin lIuvia. Don Aurelio Escovar, dentista s in tftuJo2 y buen madrugador,3 abri6 su gabinete~ a las seis. Sac6 de I" vidriera5 una dentadura postiza6 montada aun en e1 molde de yeso7 y puso sabre la mesa un pui\ado de instrumentos que orden6 de mayor a menor, como en una exposici6n. Uevaba una camisa a Tayas, sin cuello, cecrada arriba can un bot6n dorado, y los pantaJones sostenidos can cargad ores ehisticos .~ Era rfgido, enju(o,9 can una. mirada que ra ras veces correspondia a la situacion, como (a mirada de los sordas. Cuando tuvo las casas dispuestas sobre la m esa. rod6 la fresa lO hacia e1 si1l6n de resortes ll y se sent6 a pulir12 1a dentadura posti za. Pareda no pensar en 10 que hada, pero trabajaba can obstinaci6n, peda leando en la fresa incluso wando no se servia de eUa. Despu~ de las ocho hizo Wla pausa para mirar el cielo par la ventana y vio dos gallinazosl 3 pensativ05 que se secaba n al sol en el caballete" de la casa vecina. Sigui6 trabajando can la idea d e que antes del almuerzo , tiblo-ni frIo ni calie ntll. sino un term.... o me" ..... I lin titulo--en ...I,unu partes d e H l lpanOlm~rlca .lol medicos 'f 10$ dentlstu puaden f jercer su profeslon sin haber ucado diploma. 51 'l nurlclan e ne heche e n su pI,n 0 letrllro. I rnadrugador-1c<1ul.ltTlbndo a 18~antarse [ernpnoo. • gilbln.te (m.)--oficina: Oelpatho. I vidrlera-apecie de esc~pantl I ° monr;,.dor, de crtsu.l. denudura postiza--(jl.mes artlflcbles. 7 ytSQ-1U$uncla paslQU. blanca. qUI endureco ill ,eearse. • carpdoru e liS[icos---tir~nte$. que slrvln para sostener 01 p;lnt2IOn. , enjuto-encogldo; det,ado. ,. rreu.- he rramlent2 rotatlVI det denli$t;l. paI'& periorar o. en lUte ,,uo. pulir dlentes. " reso rtltS (rn.)--al...mbres en IISpinl. qUII se comprimen bajo al&:0n pe.s.o. y vuelVIIII a su eSlado anterior ClUondO III pftlO U! quiu. U pullr--dar brillo; aliSl r. 11 galUnn.or-builres: zopUotes: uranchos. .. cabilleu (m.)-lIn n dill telldo que rorma 13 6ml del rnlsm o. de donde am-llun In des verdentu. 246 Abriendo puert.a$ I Un diG de 6ro$ H7 volverfa a 1J0ver. La voz destemplada '5 de su hijo de once anos 10 sac6 de su abstracci6n. -Papa. -Que. -Dice el alcalde 16 qu€' si Ie sacas una muela. - Dile que no estoy aqu!. Estaba puliendo lUl diente de oro . Lo retir6 a la distancia del brazo y 10 examin6 con los ojos a medio cerrar. En la salita de espera volvi6 a gritar su hijo. -Dice que S1 estas porque te esta oyendo. El dentista sigui6 examinando el diente. 5610 cuando 10 pusa en la mesa con los trabajos terminados, dijo: -Mejor. Volvi6 a operar Ja fre-sa. De una cajita de cart6n donde guardaba las casas par hacer, sac6 un puente de varias piezas y empez6 a pulir el oro. ·-Papa. -Que. At1n no habra cambiado de expresi6n. -Dice que si no Ie sacas la muela te pega un tiro. Sin apresurarse, con un movimiento extremadamente lTanquilo, dej6 de pedalear en la fresa, la retir6 del sill6n y abri6 por completo 1a gaveta11 inferior de la mesa. All! estaba el rev6lver. - Bueno -dijo-. Dile que venga a pegarmelo. Hizo girar l S el siJI6n hasta quedar de frente a la puerta, la mana apoyada en el borde de la gaveta. El alcalde apared6 en el umbra!. Se habfa afeitado 1a mejilla izquierda, pero en la otTa, hinchada y dolorida, tenia una barba de cinco dias. EI dentista vio en sus ojos marchitos·9 muchas noches de desesperaci6n. Cerr6 la gaveta con la pWlta de los dedos y dijo suavemen.te: IJ I. dutemplada-a lta y dfsc(lrI:la nte . a l(alde-ofKlal I )ecutivo de lin ml.lnldpio. II ,aveta--cIJ6n de lin escritorio 0 comodt. " ,kar--dlr yuelta. It marcl:itos-detmejoradru; deblliu(Io$: resecos, por no Ilabe r dormldo. 248 Abrlendo puert.u I -Sientese. -Buenos dias -dijo el alcalde. - Buenos -dijo el dentista . Mientras hervfan los instrumentos, el alcalde apoy6 el craneo en eI cabezal de la silla y se sinti6 mejOl. Respiraba un olor gtacia\. Ero un gabinete pobre: una vieja silla de madera, la fresa de pedal y una vidriera ron pom0s2° de loza.21 Frente a la silla; una ventana con un canceFl de tela hasta la altura de un hombre. Cuanqo smti6 que el dentista se acercaba, el alcalde afirm6 los talones y abri61a boca. Don Aurelio Escovar Ie movi6 la cara hacia la luz. Oes pues de observ ar Ja rouela danada, ajus t6 la mandfbula con una cautelosa23 presi6n de los dedos. _ Tiene que ser s in anestesia -dijo. -,Por que? -Porque tiene un absceso. Et alcalde 10 mir6 a los ojos. - Bsta bi en --dijo, y trat6 de sonreh. El dentista no Ie correspondi6.24 U ev6 a la mesa de trabajo Ia caceroJa con los instrumentos hervidos y los sac6 del agua con unas pinzas fria s, todavfa sin apresurarse . Despues rod6 la escupidera con la punta del zapato y fue a lavarse las manos en eJ aguamanil. 2S f:li zo todo sin mirar al alcalde. Pero el alcalde no 10 perdi6 de vista. Era una cordal16 inferior. El dentista abri6 las 27 piernas y apret6 la muela can el gatillo ca liente. El alcaJde se aferr6 211 a las barras de la silla, descarg6 toda 11 pomos-lrasco s; vuKe s. l' lo~t llNIt c.a ncel (m.)-elombo; eab\qu e quo ~eplra una p~rte d, IIA CUHIO 6e oo:n.. II eauteIOJa-tu,dadou . 14 no Ie correspondl6--no hiz<> 10 mlsmo; no Ie.d<eYOlyj6 La son';sa. 15 agulmanll (m.)-- bvlbo. u cordal (1.)-11 muela silUa da mil uris en Ia man6lbula. If &a tillo--tf!nuu para f!)((rur dlenles. t. arerr6--av rro. Un dia de ·enos 249 su fuerza en los pies y sinti6 un vado heJado en los rmones, pero no solt6 un suspirQ. EI dentista 5610 movi6 la mui'leca. Sin rencor}9 mas bien con una amarga ternura, dijo: -Aqui nos paga vei nte muertos, teniente. El alcalde sinti6 un crujido)l) de huesos en 1a mandfbula y sus ojos se llenaron de lagrimas. Pero no suspir6 hasta que no sinti6 saJir la muela. Entonces la vio a traves de las Iagrimas. Le pareci6 tan extrana a su dolor, que no pudo entender la tortura de sus cinco naches anteriores. Indinado sobre la escupidera, sudoroso, jadeante,3] se desaboton6 la guerrera 32 y busc6 31 tientas)3 e1 pai\uelo en el boIsiLlo del panta16n. EI dentista Ie dio un trapo limpio. - 5equese las I ~g rimas -d ijo. El alca lde 10 hizo. Estaba temblando. Mientras el dentis ta se lavaba las manos, via el cie l orraso~ desfand ado35 y una telarafta polvorienta con huevos d e arana e insectos muertos. EI dentista regres6 secandose las manos. «Acuestese -dijo- y haga buches36 de agua de sal. » El alcalde se puso de pie, se despidi6 con un displicente17 sa ludo militar, y se dirigi6 a [a puerta estirando las piernas, sin abotonarse la guerrera. - Me pasa la CUellla -dijo. -,A usted 0 aJ municipio? E1 alcalde no 10 mir6. Cerr6 la puerta, y dijo, a traves de la red metalica: -Bs la mi sma vaina. 38 PR EGU NT AS I. Describe tulos complejos sentimientos que ailigen al demist3 de este cuento. Justific.a to descripci6n con citas textuales. y comenta la forma en que Garcia Marquez nos retrau estOS sentimientos. , 2. EI enfoque de este cuento recae sabre un paciente neccsltado de atencion odontol6gica. Sin embargo, no se trata de un paciente cualquiera. iPor que empleza el dentista por negarle ta atencion que requiere l iQue es 10 que Ie hace camblar de procederl Justitia tU opini6n con <:itas textuales. 3. Explica la dedaraci6n del dentista:"Con esto nos paga veinte muertos, teoiente". iA que se refiere! 4. ICual es el significado mas hondo del pl"onunciamiento final del akalde:"Es la misma vaina"l IQue funcion cumple en la historia! S. Un elemento frecuente en 13 obra de Gabriel Garda Marquez es 10 omitido, es decil", detalles que se omlten y que no lIegamos a saber a t raves del texto. Un dealle omitido de "Un dla de estos" es 101. interrogante en cuanto a la necesidad que declara et dentista de sacarte 101. muela at alcalde sin anestesia. Comenta w eSta y otras interrogantes can que quedamos al final de este cuento par causa de detalles omitidos. 1. rencor-rere:lumlelltc. ,. c:ruJldo- ruido leCO, COfnQ el que produce un mad.ro )I Jlldeal'l te--respinlldc tnlbllJQ5~mellte. n t uerrer• ...-...n.llia de tip<) millur. .1 rajarn. U a tJel'ltas-a cieglt; COil lat manos, t in us.r los 0;0" clelorruo-techo. J.t u d e,fen d~<k>-roto; dltsco nchaoo; detcucar iliado. u n • • a buc he s- enlu1!uuo l.a boca. II dlspllcente-----d e. mil humer. U Et II mlsma Vlinll~1 10 mllmo. 250 Abrie nd o p uer-tas I Un dio de ~UOt 2S I mas bella del mundo. Tanta gente vina a verla, que se form6 un tumulto frente a la casa, y Baltazar tuvo que descolgarla y cerrar la carpinteria. - TIenes que afeitarte -Ie dijo Ursula, s u mujer- . Pareces un cap1..1chino. 3 -Es malo afeitarse desp ues del alm uerzo .....:!...dijo Baltazar. Tenia una barba de dos semanas, un cabeUo corto, duro y parada como las crines' de un mulo, y una expresi6n general de muchacho asustado. Pero era lIDa expresi6n falsa . En febrero habfa cumplido 30 anos, vivfa con Ursula desde hacia cuatro, sin casarse y sin La prodigiosa tarde de Baltazar GABRIEL GARCIA MARQUEZ Baltazar, protagonisco garciamarquesco de "La prodigiasa tarde de Baltazar" (1 962), no /lega nunca a comprender los akances de su talemo artisrica ni ef varor intdnseco de S(l obra de arte: 10 joula mas be/Jo de! mundo. Gorcia Morquez nos detolla, con fino comicidod, la tarde en que &ltozor termino su jaulo y 10 /leva 0 10 CO$O del hombte mos rico der pueblo, don Jose Montiel, a que este se la com pre a buen precio. Baltazar es ingenu~, y honrodo (ombien. Dia su palobra ai nino Montiel, y cumple can ella. Este es e/ primer cuenta en que se ernpieza 0 conocer eI carc\a.er de Mootiel, un Set sordido y bestial, y. endma de eso, mezquino. £n su respuerta los sucesos en coso de Montiel, y ante el pueblo 01 que encora a conVnuacion el pratagonista, se enderTO 10 prodigioso de fa tarde de Barrazo,. ° La jaula ' estaba tenninada. Baltazar la colg6 en el alero,2 par 1a fuerza de la costumbre, y cuando aCC'lb6 d e almorzar ya se ded a por todos lados que era la jaula tener rujos, y la vida Ie habta dado muchas motivos para estar aler ta, pem ninguno para esta! asus tado. Ni siquiera sabia que para algunas personas, la jaula que acababa de hacer era la mas bella del mundo. Para el, acostumbrado a hacer jauJas desde nmo, aquel habia sido ap enas un trabajo mas arduos que los otros. -Entonces rep 6sa te 6 un rata -dijo la mujer-. Con esa barba no puedes presentarte en ninguna parte. Mientras reposaba tuvo que abandonar la hamaca varias veces para m ostrar la jaula a los vecinos. Ursula no Ie habia prestado atenci6n hasta entonces. Estaba disgustada porque su marido habra descuidado el trabajo de la carpinteria para dedkarse por entero a 1a jaula, y durante dos semanas h abfa dormido mal, dando tumbos 7 y hablando di sparates /S y no habia vuelto a p ensar en afeitarse . Pero el disgusto se disip6 ante la jaula tenninada. Cuando Baltazar despert6 de la Siesta, ella Ie habfa planchado los p antalones y una camisa, los I capuchl nC>--monje de la Orden de los Capuchioo,: rrev~n Cipu-cho largo. habito pardo y barb •. 4 enne. {f.)--pet01 lugo, que creCefl en la parte superior del pescuuo d e los caballos, uno, y mulo1. $ arduo-dificil; laborloJ.O. • r. p6s:lt...-....desclnsa. • jaula-<ajll hech de rr.lmbA. rnadtra 0 alambre para ellterrar aninu.1es. ) ale ro--partl dill tlljado qUI 5e Ixtilndl m~s a ll~ de la pared. 252 Ab rle nd o puer-tas I , dando tumbos-revoMendos •. • disparates (m.)-!oc..u·u: ,Inruones. Lo p,odi,;oso torde de &JtOZO( 253 compartimientos especiales para comer y donnir, y trapeciosl3 en el espacio reservado al recreo de los pajaros, parecia el modelo reducida de tUla gigantesca fabrica de hielo. El medico la examin6 cuidadosamente, sin tocarla, pensando que en efedol ~ aquella jau4t era superior a S ll propio prestigio, y mucho mas beUa de 10 que habia sonado jamas para su mujer. - £Sto es una aventura de la imaginad6n --dijo. Busc6 a Baltazar en el grupo, y agreg6, njos en el sus 'ojos matemales-: Hubieras sido un extraordinario arquitecto. Balta zar se rubori z6.15 ---Gracias -dijo. -Es verdad -dijo el medico. Tenia una gordura lisa y tiema como la de una mujer que fue hermosa en su juventud, y unas manos delicadas. Su voz pareda la de un cura hablando en latin-. Ni si guiera sera necesario ponerle pajaros -dijo, hacienda giTar la jaula frente a los ojos del publico, como si la estuviera vendiendo-. Bastara con colgarla entre los arboles para que cante sola. -Volvi6 a poneria en la mesa, pens6 un momenta, mirando 1(\ jaula, y dijo: -Bueno, p ues me la llevo. -Esta vendida -dijo Ursula. - Es del hijo de d on Chepe Montiel - dijo Baltazar-. La mand6 a hacer expresa mente. El medico asumi6 una actHud respetable. -lTe dio el modelo? - No -dijo Baltazar-. Dijo que queria una jaula 16 grande, como esa, para una pareja de turpiales. EI medico mir61a jaula. -Pero esta no es para turpiales. -Claro que si, doctor -dijo Balta zar, acercandose a la mesa. Los ninos 10 rodearon-. Las medidas est<in habfa puesto en un asiento junto a la' hamaca, y habia llevado la jaula a ta mesa del comedor. La contemplaba en silencio. -<-Cumto vas a cobrar? -pregunt6. - No se -contest6 Baltazar-. Voy a pedir treinta pesos para ver si me dan veinte. -Pide ci ncuenta -dij o Ursula-. Te has trasnochado 9 mucho en estos quince dfas. Ademas, es bien grande. Creo que es la jaula mas grande que he vista en mi vida. Baltazar empez6 a afeitarse. - <-Crees que me d aran los cin cuenta pesos? -Eso no es nada para don Chepe Montiel, y la jaula los vale -dijo Ursula- . Debias pedir sesenta. La casa yacia10 en una penumbra sofocante. Era la primera semana de abril y el calor parecia menos soportable por el pHo de las chicharras. lI Cuando acab6 de vestirse, Baltazar abri6 1a puerta del patio para refrescar la casa, y un grupo de nii'ios entr6 en el comedor. La notida se habra extendido. EI doctor Octavio Giraldo, un medico viejo, contento de la vida pero cansado de la profesi6n, pensaba en la jaula de Baltazar mientras almorzaba con su esposa invalida. En la terraza interior donde ponian la mesa en los dias de calor, habra muchas macetas con f]ores y dos jaulas can canarios. A su esposa Ie gustaban los pajaras, y Ie gustaban tanto que odiaba a los gatos porgue eran capaces de comerselos. Pensando en ella, el doctor Giraldo fue esa tarde a visitar a un enfermo, y al regreso pas6 por la casa de Baltazar a canacer la jaula. Habra mucha gente en el comedor. Puesta en exhibici6n sobre la mesa, la enorme cupula de alatpbre can tres risos interiores, can pasadizosl1 y ') trapecio~---c~ umplos de asien to en forma de barra. t trasnoch lldo-pasado la neche sin dormlr. 10 ya da--quedlln; estaba . I' en efecto-de hedlO; en re~llda d . u n r ubori16--$e Ie puso /a o r a ( olorada. II dlic twl .... ai--toseaos qu. producefl un lumbldo caracl.trhlico. 11 p;uadi%Q_pasll!o~. 25-4 ,. turpia!es (m.)_ves de plum~I' abigarndo. de muchos coIores. La prodlgloso Abriendo puertas I ~ torde de Ba!toxa r 255 bien ca!culadas -dijo, seiialando con el indice los duerentes compartimientos. Luego gOlpe6 1a cUpula can los nudillosP y la jaula se llen6 de acordes '8 profundos. -Es el alambre mas resistente que se puede encontra r, y cada juntura l 9 esta soldada lO por dentro y par fuera - dijo. -Sirve hasta para un lora - intervino uno de los n.ii\os. -As! es -dijo Baltazar. EI medico movi6 la cabeza. -Bueno, pero no te dio el modelo -d ij~. No te hiza ningun encargo preciso, aparte de que fuera una jaula grande para turpiales. iNo es asf? -As1 es -dijo Baltazar. - Entonces no hay problema --dijo el m~dic~. Una cosa es una jaula grande para turpiales y otra cosa es eSta jawa . No hay pruebas de que sea esta la que te mandaron hacer. - Es esta misma -dljo Baltazar, ofuscado21- . Por eso !a hice. .El medico hiza un gesto de impaciencia. -Poddas ha cer otra - dijo Ursula, mirand o a s u marido. Y d espues, hacia el medico- : Usted no tiene apuro .22 - Se la prometf a mi mujer para es ta tarde -dijo el medico. -La siento mucha, doctor -dijo Baltaza r-, pera no se puede vender una cosa que ya esta vend ida. EI medico se encogi6 de hombros.u Secandose el sudar del cuello con un paii.uelo, contempl61a jawa en silencio, sin mover la mirada de un mismo punto indefinido, como se mira un barco que se va. - iCuanto te dieron por ella? Baltazar busc6 a Ursula sin responder. - Sesenta pesos -d ijo ella. , EI medico sigui6 mirando la jaula . -Es muy bonita - suspir6--. Sumamente 2~ bonita. -Luego, mov iendose hada la puerta, empez6 a abanicarse 25 can energia, soruiente, y el recuerdo de aquel episodio desapareci6 para siempl'e de su memoria. -Montiel es muy rico -dijo. En verdad, Jose Montiel no era tan rico como pareda, pero habra sido capaz de todo por Begar a serlo. A pocas cuadras de all£, en una casa atiborrada 26 de arneses17 clande nunca se habia sentido un alar que no se pudiera vender, permaneda 28 indiferente a la novedad d e la jaula . Su esposa, torturada pa r la obsesi6n de la muerte, cerr6 puertas y ventanas despues del almuerzo y yaci6 dos horas con los ojos abiertos en la penu,mbra del cUarto, mientras Jose Montiel hada la siesta. As! la sorprendi6 un alborot0 29 de muchas voces . Entonces abri 6 la puerta de la sala y via un tuml.llto frente a la casa, y 3 Ba ltazar con 13 jaula en media d el tumulto, vestido de blanco y acabado de afeita r, con esa expresi6n de decoroso candor can que los pobres Began a la casft de los ricos. --Que cosa tan mar avillosa --exclam6 la esposa de Jose MontieL con una expresi6n radiante, conduciendo a Baltazar hada el interior- . No habia visto nada igua! en mi vida -d ijo, y agreg6, ind ignada con la mu]titltd IT nudillos-aroculaclolltS, 0 cO)'\lnwras. dl los hLlIS<H de lo~ dIdos. H II acordes (m.~lonlnc!U; tOl'lOI. 11 aba n1cars~ita r ~" abanko. 0 i lgo pl recldo. I. jLlnl ura_rtl c ~l .d6n; punlo de unl6n. 10 aU borrada-li ena Sum a ment~)(trem.acbmente . hUUl p:.n. liarse lire . los top el. II soldadl-sellub; u nid. pOl'" medlo de un meta l fumlldo. 11 ImeSIS (m.) - aparejol de In caballerlu; pertrechos. , . o fusc a do-c onfundldo; perplejo; sin iHltendff. .. pe rmaneda- sttuia: qUI<bha. " apuro-prlu. If .'boroto-t~rnU'tOi jaleo: ISdn<blo. 11 Ie encOl16 de hombros-hll.o LIn movImienlO con los hombnn pira Ind!t<\r SLI Indtfe~ncla. 256 Abrlendo puel'"tas J La prodiriOfo tarde de Baito%or 257 que se agolpaba:JO en la puerta-: Pero Uevesela para adentro que nos van a eonvertir Ja sala en una gallera.31 Baltaur no era un extrai\o en 1a casa de Jose Montiel. En distintas ocasiones, por su encacia y buen ewnplimiento, habfa sido Hamada para hacer trabaj os de ca rpinteria me no)". Pero nunca se sinti6 bien entre los ricos. Solfa:l2 pensar en eil os, en sus mujeres feas y eonflictivas, en s us tremendas operaciones quin1rgicas,lJ y experimentaba siempre un sentimiento de piedad .34 Cuando entraba en sus casas no podia moverse sin arrastrar los pies. -l.F.st~ Pepe? -pregunt6. Habfa puesto la jaula en la mesa del eomedor. -Esta en la escuela -d ijo la mujer d e Jose Montiel- . Pero ya no debe demorar.35 - y agreg6--: Montiel se esta banando. En reaHdacl Jose Montiel no habia tenido tiempo de banarse. Se es ta ba dand o una urgente fricci6n d e alcohol alcanforado 36 para sa lir aver 10 que pasaba. Era un ho mbre tan prevenido,37 que dormJa s in ventilador electrico para vigilar durante el sueno los rumores de la casa. -Ad elaid a -grit6- . ,QUt~ es 10 que p asa? -Ye n a ver que cosa tan mara villosa -grit6 su mujer. Jose Montiel--<orpulento38 y peluclo, la toalla colgada en 1a nuca 39- se asom6 par la ventana del donnitorio. I ~ UI l,oIpaN-se Jvnuba de pronto. 11 p llllra- pbu. 0 cuadrilitero. donde .e celebMln peleon de g;U1o$. U S OHa-JCOiWmbnb-.; tellq. per conumbre. n optr~c;one, q:.ojr"rs;cu--oper~c;on" .... chas por cirujanOI. medIcos upeclaliuoos que oplran a ....' paciemu. - ,Que es eso? - La jaula de Pepe -d ijo Baltazar. La mujer 10 mir6 perpleja.-IO - , De quien? - De Pepe --confi rm6 Baltaza r. Y d.,espues di rigiendose a Jose Montiel-: Pepe me 1<1 mand6 a hacer. Nada oeurri6 en aquel instante, pero Baltazar se sinti6 como si Ie hubieran abierto la puerta del bano . Jose Montiel sali6 en ea lzonciUos del dormitorio. -Pepe -grit6. - No ha lIegado -murmur6 su esposa, irun6vil. Pepe apareci6 en el va no 41 de la puerta. Tenia unos dace aiios y las m ismas pestanas ri zadas y el quieta patetis mo42 de s u madre. - Ven aea -Ie dijo Jose Montiel- . i TCI mandaste a haeer esto? EI nino baj 6 la cabeza. Agarrandolo por el eabello, Jose Montiel 10 oblig6 a mirarlo a los ojos. -Contesta. EI niilo se mordi6 los labios sin responder. -Montiel-s usurr6 la esposa. Jose Montiel solt6 al nino y se volvi6 hacia Baltazar con una expr~si6 n exaltada . ~3 - Lo siento mucha, Balta zar -d ijo- , Perc has debido consultarlo conmigo antes de proceder. 5610 a ti se te ocurre contra ta r con un menor. -A medida que hablaba, su rostra rue reeobrando la serenidad. Levant6 la jaula sin mirarla y se la d io a Bil ltazar.- Llevatela en seguida y trata de vendersela a quien puedas -dijo-. Sobre todo, te ruego que no me d iscutas. -Le d io una palmaruta en la espalda, y explic6-: EI medico me ha prohibido coger rabia. U pledad-compu lon. II demorar--tar<b.r. u alun(orldo--<on I kal1for, IUiUIICil b!a1lQ" de pll1etnnte ol or Ir"Omitico. ~ perpleja--sin entlnd er: desconcertadl. 41 ""'no (m.}--hueco. U pre".nldo-<aUtelOlo; '11M! mira bien 10 qlle h:a~I. 01 patetismo-cualldad de ~tetl«l: condldol1 qu e IlISpln. lutirna JI co rpulento--d e C~lrpo srandll. 0' IIxalta(fa-e moc I0112dl. ef1 101 demu. It nuca- b p.1n:e pol~rior del cvello. donde 'I Ilnll a la ubtu. 2S8 A brill ndo pucrtas I lo prodit1oso UJ rde dt Boito zo r 259 E1 nino habla permanecido inm6vil, sin parpadear, hasta que Baltaza r 10 mir6 perplejo con la jaula en la mano. Entonces emiti6 un sonido gutural, como e l ronquido"'" de un perro, y se lanz6 al sue lo dando gritos. rose Montiel to miraba impasibl e,45 mientras la madre trataba de a p acig uarl0 .~ -No 10 levantes -dijo-. Dejalo que se rompa Ja cabeza contra el sueio y desp ues Ie echas sal y lim6n para que rabie can gusto. EI nino chiHa ba s in iagrimas, mientras Stl madre 10 sosterua por las mui'iecas. - Dejalo - insisti6 Jose Montiel. Baltaza r observ6 al nino como hubiera observado la agonia 47 de un animal contagioso. Eran casi las cuatro. A esa hora, en su casa, Ursula cantaba una canci6n muy antigua, mientras cortaba reba nadas de ceboUa. - Pepe -dijo Baltazar. Se acerc6 al nii"to, sonriendo, y Ie tendi6 4B la jaula. El nino se incorpor6 49 de un saito, abraz6 la jaula, que era casi Ian grande como el, y se qued6 mirando a Baltazar a craves del tejido metalico, sin saber que decir. No hab(a derra mado una iagrima. - Baltazar -d ijo Montiel, suavemente-. Ya te dije que te 1a lleves. - Devuelvela ~rden6 la mujer a l nitio. -Quedate con eUa -dijo Baltazar. Y luegol a Jose Montiel-: Al fin Y at cabo, para eso la hice. Jose Mannel la persigw6 hasta la sa la. U ronquldo--sO(IiO'O que emlum I "ens los ~nlmale$ y lot hl/manos al rupi~. esptelalmenu (uando esd.n dOllTlidcs. u Impa$ible-sin altenne 0 emocIO(la" " "' apadiulIrlo--calmarlo. 41 ago nla--vtruito de la muerte; prcxeso d. merir. • 1 t endi6-el(tend i6; ofrtci6 . •, se incorporO--$e IQ"lnt6. - No seas tonto, Baltazar -deda, cerrandole eJ paso-. Llevate tu trasto SO para la casa y no hagas mas tonte rfas. No p ienso paga rte ni un centavo. - No impor ta -dijo Baltazar-. La hice expresa mente pa ra rega l.hsela a Pepe. No p.ensaba cobrar nada. Cuando Ba ltazar se abri6 paso a trav~ de los eudosos que b loqueaban la pue rta, Jose Montiel daba g Titas en el centro de la sala. Estaba muy palido'y sus Oj05 empezaban a emojecer. - Esrupido -gritaba-. Llevate tu cachane. 51 Lo ultimo que faltaba es que un cu al quiera 51 venga a dar 6rdenes e n mi casa. ,Carajo!53 En el sa16n de billa r recibieron a Baltazar con una ovaci6n . Hasta ese momento, pensaba que habfa hecho Wl3 jaula mejor que las atras, que hahia tenido que regalarsela al hijo de Jose Montiel para que no siguiera lloTanda, y que ninguna de esas cosas tenia nada de particular. Pero Iuego se d io cuenta de que todo eso tenia una cierla importa ncia pa ra muchas personas, y se sinti6 un p oco excitado. -De man era que te d ieron cincuenta pesos por la jaula. -Sesenta -dijo Ba ltazar. -Hay que hacer una raya en el cielo -d ijo alguien-. Eres el t."tniCQ que ha logrado sacarle ese mont6n de p la ta a don Chepe Montiel. Esto hay que celebrarlo. Le ofrecieron una cerveza, y Bal tazar correspondi6 con una landa pa ra todos. Como era la primera vez que bebfa, al anochecer estaba completamente borracho, y hablaba de un fabuloso proyecto de mil jaulas de a sesenta pesos, y despues de un mi ll6n de ja ulas hasta completar sesenta millones de pesos. Sf tras t o--oblero d" potO "llor; uthl!To. SI cu:harro-ob;tlo de poco \l;llor; trano. Hu n c:ualqulel'a-Un don Nadie; perso"" de~)o r;ango so(~I. 51 iCarajo!--exc:la mac16n .rosen.. d. me le5tla 0 enolo. 260 Abr1 endo puerta$ 1 Lo prodlgioso lorde de Soho%or 26 1 - Hay que hacer muchas cosas para venderselas a los ricos antes que se mueran -decia, ciego de la borrachera-. Todos estan enfermos y se van a morir. C6mo es tar~n de jodidos54 que ya ni siquiera pueden coger rabia. Durante dos horas eJ tocadiscos autom.Hico estuvo par su cuenta tocan do sin parar. TOOos brindaron por la salud d e Ba ltazar, por su suerte y su fortuna, y por la muerte d e los ricos, pe ro a la hora de la comida 10 deja ron solo en el s816n. Orsula 10 habia esperado hasta las ocho, con un plato de carne frita cubie rto de rebanadas de cebolla. Alguien Ie dijo que su marido estaba en el sal6n de billar, loco de felicidad, brindando cerveza a todo el mundo, pem no 10 crey6 porque Baltazar no se haMa em~orrachado jamas. Cuando se acost6, casi a la medianoche, Baltazar estab.. en lUl sa l6n iluminado, donde habfa mesitas de cuatro puestos con sillas alrededor, y una pista de baile al aire libre, pOl' donde se paseaban los aJcaravanes.5S Tenia la cara embadurnada56 de coloreteP y como no pod(a dar un paso mas, pensaba que querra acostarse con dos mujeres en la misma cama. Habra gastado tanto, que tuvo que dejar el reloj com o garantIa, con el comp romiso58 de pagar a1 dla siguiente. Un mome nto despues, despatarrado$9 por la calle, se dio cuenta de que Ie estaban quitando los zapatos, pero no quiso abandonar el sueiio mas feliz de s u vida. Las m ujeres que pasaron para la misa de cinco no se atrevieron a mirado, creyendo que estaba muer to. PREGUNTAS I. Describe Ia jaula que ha construido Baltazar. iC6mo es ffsicamente y que efecto tiene sobre 13 gente de l pueblo! iComprende el artista 10$ alcances de su capaddad a n:lscica~ 2. iPor que se niega Baltazar a vender 13 Jaula al medico, como sugiere Ursula, para despues volver a haecr otra para el hijo de Jose Montielr 3. iPor que Ie resulta imposible a Baltazar contarle 301 pueblo la verdad sobre la negativa de Montiel de pagar 101 jaula l . 4. iPor que crees que se titula el cuento " La prodigiosa tarde de Baltazar" y no " La prodigiosa jaula de Baltazar"! 5. Muchas o bras de Gabriel Garcia. Marquez y de Emilia Pardo Buan se enfocan en personajes que son maltruados par otres. Campara el malcr<lto que recibe Baltazar en cne cuenca con el maltrato de IIdara en "las medias rojas" de Emilia Pardo Suan. ~ jooldo!.-val..bra ,r01er.. por frepoos; fritos; en mal estado. !! U Ilntav;lnu_"es d. OJO$ grand.s. cuello co:rto y plco largo. corvo y fino. emb.J,d\lrrud:t-emburada; plnuda. H colOre te (m.)-pol'le de (olor rosa que $. usa pan dl r ell; (olo r a Inmellllu . n compromiso- prc meu. !. deipat.arrado-~umbado. 0 tendiclo. con III pl.rnas abl l rtu. 262 Abri endo puel"ta. I Lo prodigiOJO tarde de Bartozaf 263 La viuda de Montiel GABRIEL GARCiA MARQUEZ £n "Lo Yiuda de Montiel" (1962), 10 presencia de Jose Montiel sigue 5urtiendo su efeet o. aun despu~s de muerto. Este es el tercer cuenco que versa sabre el popel que desempeiio Momiel en /0 historio de este pueblo garciamarquesco sin nombre: e/ pocieme (Jf1igido de "Un dio de estos" es probablemente eI hombre {ueTte. enyiado para (limp!!r 6rdenes expresas de 10 dictadura, de flquido r 10 oPos/cion. Can el, en el pueblo, se oliO Montiel, quien paso de ser hombre que "se hob/a posada 10 mitad de su vida en c(J/zoncillos sentodo a 10 puerto de su pi/ador~ de ortal", a desempefiar para el alcalde-ten/ente los servicios especio/es que este requerlo. As! se granjee Montiel canto 10 buena voiuntad del hombre (uefte como una buena hacienda para si mismo. La abusada e inocente viuda nunca, hasta el dio de su muerte, se dio evento de 10 realidod de su marida. Tampoco entendi6 jomas por que eJ pueblo no osisli6 01entierro del que para ella rue "como un santo moderno". Cuando muri6 don Jose Montiel, todo el mundo se sinti6 vengad o/ menos s u viuda; pero se necesitaron varias haras para que tod o el mund o creyera que en verdad habia muerto. Muchos 10 segu[an ponjendo en duda despues de ver el cadAver en camara ardiente/ embutido3 can almohadas y sabanas de lino d entro de una caja amarilla y abombada como un mel6n. Estaba muy bien afeitada, vestido d e bJanco y can botas de charoJ,oI; y tenia tan buen scmblante 5 que nunca pa.reci6 tan vivo como entonces. Era el mismo don Chepe Montiel de los domingos, oyendo misa de ocha, s610 que en lugar de la fus ta 6 tenia un cIUdfijo entre las manos. Fue predso que atomillaran 1<:1 tapa del ataud 7 y que 10 emparedaran en el aparatosoS mausoleo familiar, para que el pueblo entero se convendera de que no se estaba hadendo el muerto. Despues del entierro, 10 unico que a todos pareci6 increible, menos a s u viud a, fue que Jose Montiel hubiera muerto de muerte natural . Mientras todo el mundo esperaba que 10 acribillaran9 por la espald a en una emboscada,1O su viuda estaba segura de verlo morir de viejo en su cama, confesado y sin agonia,1I como un sa nto modem o. Se equivoc6 apenas en algunos d etalles. Jose Montiel muri6 en su hamaca, un miercoles a las dos I ven gado- desquIUldo; satisfech o por motivo cle reprtullas contra un malhechor. 1 cimara ard ientt--sala donde reposa el cadaver de Jo s~ Montiel, ro<Itado de vltlu encendidas. l e mbutid o-apretaclo; em paquetado; enujado, • charol (m.)-especle de cuero que brilla. S semblanu (m.)--cara; tllpresiCI1l. • fusta-I;itlgo corco. delgado y fitxlble, u ~do para anima r a 7 101 caball os. ata,jd-f'retro: eaja d. muerto. , aparatoso--impruioluntt. , acdb iUa~an-lienaran dt agultros. e mboscada---<elada; tr~mpa; escondite preparado para au lUl r a algu ien de sorp resa. II a gonia-proceso prolongaclo de morlr; transito de la mue rte. 10 26" A brlend o p uertas I La viudo de MO Mie' 265 de la tarde, a consecuencia de la rabieta l2 que el m~d ico Ie hah(a prohibido. Pero su esposa esperaba tambi ~n que todo el pueblo asistiera al entierro y que la casa fuera pequena para recibir tantns flores. Sin embargo s610 asistieron sus copartid arias 13 y las congregadones religiosas, y no se redbieron mas coronasH que las de la administraci6n municipal. Su ruio -desde su puesto consu lar de Alemania- y sus dos hijas, desde Paris, mandaron telegramas de tres paginas. Se veia que los habian redactado'5de pie, con la tinta multitudinaria de la oficina de co rreos, y que habian rota muchas fonnuJarios antes de encontrar 20 d 61ares de palabras. Ninguno prometia regresar. Aquella noche, a los 62 ailos, mientras Horaba contra la almohad a en q ue recost6 la cabeza el hombre que la habia hecho feliz, la viuda de Montiel conoci6 por primera vez el sabor de un . resentimiento. "Me e nce rra n~ para siempre", pensaba. "Para mt es como si me hubieran metido en el mismo caj6n de J~ Montiel. No quiero saber nada mas de este mundo." Era sincera. Aquell a mujer fragH, lacerada 16 par la superstici6n, casada a los 20 anos par voluntad de sus padres can el Unico pretendienle 17 q ue Ie permitieron ver a menos de 10 metros de distancia, no habfa estado nunca en contacto directo con la rea lidad, Tres dfas d espu~ de que sacaron d e la casCl el cadl!iver de su mariclo, comprendi 6 a trav~s de las lagrimas que debra reaccionar, pero no pudo encontrar el rumba 18 de su nueva vida. Era necesario empeza r par el principia. 11 rabltta-ataqutl d. ubla, de enojo. I) I< cop.rtidar lo...-!os que pt rttnectn I I mismo pa rtido politico. cOr'OnlS--arrer!O$ de Horn en IQrroa rlldondOl. II redacudo--escrlto; (OmPUtiUQ. 16 IT lacel"ada-herlda. pr.tendiente--noy lo. " r umbo- sentldo; dlrtccl6n. 2&6 Abriendo puer~ I Entre los innumerables sec retos que Jose Montiel se habra llevado a la tumba, se fue enredada la combinaci6n de la caja fu erte.19 £1 alcalde se ocup6 del problema. Hizo poner la caja en el patio, apoyada al pared6n, y dos agentes de la poliefa dispararon sus fusiles 20 contra la cerradura. Dmante toda W1a manana, la viuda oy6 desde el dormitorio las descargas cerradas 21 y sucesivas, ordenadas a g ritos pa r el alcalde. "Esto era 10 ultimo que faltaba", pens6. "Cinco anos rogando a Dios que se acaben los tiros, y ahara tengo que agradecer que disparen dentro de mi casa." Aquel dfa hizo un esfuerzo de concentraci6n, llamando a la mUerte, pero nadie Ie respond i6. Empezaba a dormirse cuando una tremenda exp losi6n sacudj6 22 los dmientos23 de Ja casa. Habian tenido que dinamitar la caja fuerte. La viuda de Montiel lanz6 W1 suspiro. Octubre se eternizaba con s us lIuvias pantanosas24 y eUa se sentia perd ida, navegando sin rumba en la desordenada y fabu losa hacienda de Jose MontieL EI sei\or Cannichael, antiguo y diligente servidor de la familia, se habra encargado de la administraci6n. Cuando par fin se enfrent6 al hecho concreto d e que su marido habfa muerto,la viuda de Montiel sa li6 del dormitorio para ocuparse de la casa. La despoj625 de todo ornamento, hizo forra rU los muebles en eolores luctuosos,27 y pusa la zos flinebres en los retratos del muerto que colgaban d e las paredes. En dos meses de encierro habfa If cala fuert e-caj.l meuillCII, con cI .rI"I~ seguro, dond. I t guardan cons v;l lielas. 10 (usilM (m.)--;.rroa l de '<MICO como III que uun 101 soldadol. II OtJargu cerndas-dil'parol de dol 0 mb armll de luqo al unilono. n u.c udio_gilo; enremecl6. 11 cimiente....-bu es; ar~du r. l ublerri nn que SO$lien. uoo. U13. 14 lIuvia l p3lltanon.s-lluYI,' fUff!es y fnl cutnttl. qUt dejln 31U1 utanc.tda. u del poj6-<fel nud6 : dt l6 carentt. ,. (orrar-cu brir. u lucUiosos-f\inebres ; sombrjol, La vluda de Montiel 267 adquirido la costumbre de morde.rse las lulas. Un dLa -los ojos enrojeddos e hinchados de tanto 110rar- se dio cuenta de que el senor Carmichael entraba a la casa con el pa raguas abierto. -Cieere ese paraguas, se.ii.or Carmichael-Ie d ijo-. Desp ues de todas las d esg radas 28 que tenemos, 5610 nos falta ba que usted entrara a 1a casa con el paraguas abierto. El senor Carmichael puso el paraguas en el rinc6n. Era un negro viejo, de piellustrosa?' vestido de blanco yean pequei'las aberturas hechas a navaja en los zapatos para aliviar la presi6n de los callos:Xl - Es 0010 mientras se seca. Par primera vez desde que muri6 su esposo, 1a viuda abri6 la ventana . -Ta ntas d esgracia s, y ademas es te in vierno -murmur6, mordiendose las unas-. Parece que no va a escampar3 1 nunca. - No escampara ni hoy ni manana -clijo eJ adrninistrador-. Anoche no me dejaron dormic los callos. Ella confiaba en las predicciones atmosfericas de los ca llos del seno r Carmichael. Contempl6 la pladta desolada, la s casa s silenciosas cuyas puertas no se abrieron para ver el enherra de Jose Montiel, yentonces se sinti6 desesperada con sus unas, con sus tierras sin Ifmites, y can los infinitos compromisosn que hered6 de Slt esposo y que nunca Jograrfa comprender. -EI mtU'ldo esta mal hecho - solloz6. Quienes la visitaron par esos dias tuvieron moti vos para pensar que habia perdido el juicio. 3J Pero nunca fu e mas lud da que entonces. Desde antes de que empezara la mata nza politica ella pasaba las lugubreslJ mananas de octubre frente a la ventana de su cuarto, compadeciend o3.'l a los muertos y pensando que si Dios 0 0 hubiera desca nsado el d o mingo habria tenido tiempo de terminar el mundo. -Ha debido aprovechar ese dfa para que no Ie quedaran tantas casas mal hechas -deda- . AI fin y al cabo, Ie quedaba toda la eternidad para d escansar.. La (mica diferencia, despu~ s de la muerte de su esposo, era que entonces ten Ia un motivo concreto para concebir pensamientos sombrfos.36 Asf, mienrras la viuda de Montiel se consumfa en la desesperaci6n, el senor Carmichael trataba de impedir el naufragio.31 Las cosas no marchaban bien. Libre de la amenaza de Jose Montiel, que monopolizaba el comerdo local por el terror, e1 pueblo tomaba represalias:38 En espera de clientes que no Uegaron, la leche se cort6 en los cantaros39 amontanados en el patio, y se ferment6 1a miel en sus cueros, y el queso engord6 gusanoo en los oscuros armarios del dep6sito. En su mausoleo ~dornado con bombillas electricas y ard.ngeles en imltad6n de marmol, Jose Montiel pagaba seis anos de asesinatos y tropeHas. 40 Nadie en la historia del pals se habra eruiqueddo tanto en tan poco tiempo. Cuando lIeg6 al pueblo el primer alcalde de la dictadura, Jose Montiel era W\ discreto partidario de toclos los regimenes, que se habia pasado la mitad de la vid a en calzoncillos sentado a 1a puerta de s u piladora de arroz, En un tiempo disfrut6~ 1 de lU1a cierta ,t desinclas- infor tunlos; advet'tid)det. l1 complldeciendo-slntlendo compu l6n. It lustl'Ou-Orillante. )6 $ombriO$-trittes; OSCUrQ1:; IUJubret'. canol~uel'los endurlclmientOI de iii pllll, espt cJalmente dl! los pies 0 de lilS minos, Ul,I$.1dol por rQce 0 ff'kcI6n . .1 naufn.gio-hundirnlento; desIS1,... ].I l"epr.saJias-veng;ulu . u lugubrt;t-tl'isler, 05CUru: sombriu . )t )1 escampar_C~l'lI r : dlslp.rse lu n compl"omJ50S-<lblicado ne s, IJ juiclo-<ordIU" ; tabucll . 268 Ab rle ndo pvel"till I I1V\)eI. " cantaro.-.::onteoecfores pan Ilqul do5. .. U'OJI",nu -atropell os; .busos; quvlos; ofel1su. ~, d ldrut6-B ow . La I'luda de Montiel 269 reputaci6n de afortunado y buen creyente, porque prometi6 en voz alta regalar aJ templo un San Jose de tarnano natural s i se ganaba la loteria, y dos semanas despues se gan6 seis fracciones y curnpli6 su pramesa. La primera vex que se Ie vio usar zapatos foe cllando lleg6 el nuevo a lcalde, un S<1.rgento de la polida, zurdo.l2 y montaraz,~) que tenia 6rdenes expresas de liquidal' la oposki6n. J o~ Montiel empez6 pOl' ser su inionnador confidentiaL AqueJ comerciante modesto cuyo tranquilo humor de hombre gordo no despertaba la menor inquietud, discrimin644 a sus adversarios politicos en ricas y pobres. A los pobres los acribill6 la polida en la plaza publica. A los ricos les dieron un plazo de 24 horas para abandonar el pueblo. Plan..i ficando la masacre, Jore Montiel se encerraba dias enteros con el alca lde en su oficina sofocante, mientras su esposa se compadeda de los muertos. Cua ndo el alcalde abandonaba la oficina, eUa Ie cerraba el paso a su ma rido. -Ese hombre es un criminal -Ie deda-. Aprovecha tus infl uencias en el gobierno para que se Heven a esa bestia que no va a dejar un ser humano en el pueblo. Y Jose Montiel, tan atareado~ en esos mas, la apartaba sin miraTla, cliciendo: "No seas pendeja."46 En realidad , su negocio no era la muerte de los pobres, sino la expulsi6n de los ricos. Oespues de que el alcalde les perfol'aba las puertas a tiras y les ponla el plaza para abandonar el pueblo, Jose Montiel les compraba sus tierras y ga nados por lUl precio que el m ismo se e ncargaba de fijar. -No seas tonto - Ie decia su mujer-. Te al'ruinaras ayudandolos para que no se mueran de hambre en otra parte, y elias no te 10 agTadecerfm nunca. Y Jose Montiel, que ya ni siquiera lenla tiempo de soruefr, la apa rtaba de s u camino, diciendo: - Vete para tu codna y no me fri egues47 tanto. A ese ritmo, en menos de un ano estaba IiquJdada lil oposid6n, y Jose Montiel era el hombre mas rico y poderosa del pueblo. Mand6 a sus hi jas para Paris, consigui6 a su hijo un puesto consul ar en Alemania, y se dedic6 a consolidar su imperio . Pero no alcanz6 a disfru lar seis ai\os d e su desaforada 46 riqueza. Oespues de que se cumpU6 el p rimer aniversario de su muerte, la viuda no oy6 cruji ....9 la escalera sino bajo el peso de una mala noticia. Alguien lIegaba s iempre a1 atardecer. "Otra vez los bandoleros",so declan. "Ayer cargaron con un lote de 50 nov iHos." Inm6v il en el mecedor, mOTdiendose las uftas, la viuda de Montiel 0010 se a limentaba de su resentimiento. - Yo te 10 deda, Jose Montiel -deda, hablando 5OIa-. hste es Wl pueblo desagradecido. Alin estas caliente en tu twnba Y ya todo el mW'ldo nos volte6 1a espalda. Nad ie volvi6 a la casa. 1:1 unico ser humano que via en aqueUos meses interminables en que no dej6 de Hover, fue el persevenmte senor Carmichael, que nunca entr6 a la casa con el paraguns cerrado. Las cosas no marchaban mejor. EI selior Carmichael habra escrito varias cartas al hijo de Jose Montiel. Le sugeria la conveniencia 51 de que viniera a ponerse al frente de los negocios, y ha sta se permiti6 hacer algunas consideraciones personates sabre la salud de ta viuda. 42 zurdO--lOrpe; delm~tI~dQ.; Inllpto. OJ mQ.m,"'u_aIY~Je; perwnJ o. discrimlnO-dlYldI6 . q UI no Ie somete a las n<>rmill COOYe!lcion;akls. •s a tareado-oc:upado. . , plndaj3--p.Jbbnl &rQ.",a 7 desp«dv;a que silnlflt;a. eo este cuo. est(jpld~. U rriquu-pllabn .rosen por jodu: molenes. OJ d~fonlda--duml'djda: 'xu·a~t' . o crujir-produ(ir un sQ.nidQ. 2&\,40. como el que se O)'e cUlndo un "",~ro ~ nja. so bandoleros-bandidos: ulte~ dorllS d. caminos. " convenie n da--proveeho: Yentaja. 270 Abrie ndo puerras I La "iu4a de Montiel 27 1 "Imaginate, que el c1avel m as grande y mas bonito se 10 ponen al cerdo en el clllo."60 Leyendo aquella frase, por primera vez en dos altos, la viuda de Montiel sonri6 . Subi6 a s u dormitorio sin apagar las luces de la casa, y antes de acos tarse volte6 el ventilador etectrico contra la pared. Despues extrajo de 13 gaveta de la mesa de noche unas tijeras, un ciJindro d e espa radrapo 61 y el rosario, y se vend6 la una del pu lgar derecho, irritada par los mordiscos.62 Luego empez6 a rezar, pero al segundo misterio ca mb i6 el rosario a la mano izquierda, pues no sentla las cuen tas63 a trav~s del esparadra po. Por un momento oy6 Ia trepidaci6n~ de los truenos remotos. Luego se qued6 dornuda can la cabeza doblada en el pecho. La mana con el rosario rod6 por s u costado, y entonces vio a la Mama Grande6S en el patio can una sabana blanca y un p ei ne en el regazo,66 destripando piojos67 con los pulga res. Le pregunt6: - lCuando me voy a morir? La Mama Grande levant61a cabeza. -Cuando te empiece el cansancio del brazo. Siempre recibi6 respues tas evasivas. Par t1ltimo, el hijo de Jose Montiel contest6 franca mente que no se atrevla a regresar por temor de q ue Ie dieran un tiro. Entonces el senor Carmichael subi6 al dormitorio de la viuda y se via precisado s2 a confesarle que se estaba quedando en la ruina. -Mejor -dijo eJla- . Estoy has ta la coronillaS3 de quesos y de moscas. Si usted quiere, Uevese 10 que Ie ha ga fa lta y d~j eme morir tranqulla. Su tinico contaclo con el mundo, a partir deSi entonces, fu eron las ca rtas que escribia a sushijas a fines de cada mes. "Este es un p ueblo maldito",ss les deoa. "Q u~den se alia para s iempre y no se preocupen por mt. Yo soy feliz sabiendo que ustedes son felices." Sus hijas se tumahan para contes tarle. Sus ca11as eran siempre alegres, y se vela que habian sido escritas en lugares tibioS56 y bien ilu mmados y que las muchachas se veian repetidas en muchos espejos cuando se detenian a pensar. Tampoco elias querfan volver. "Esto es la civiJizaci6n", d edan. "Alia, en cambio, no es un buen medio 51 para nosotras. Es imposible vivir en un pals tan sa lvaje d onde ases inan a la gen te par cues tiones polfticas." Leyendo las cartas, la viuda de MOlltiel se sentia mejor y aprobaba 58 cad" fra se con la cabeza. En cierta ocas i6n, sus hijas Ie hablaron de los mercados de carne de Paris . Le dedan que m ataban unos cerdos rosados y los colgaban enteros en la puerta adornad os con coronas y gu irnaldas 59 de Oores. AI final, una letra diferente a Ia d e sus hijas habfa agregado: ... culo------pabbra ,roslffil por Ino. recto. 61 cllind ro de esparadrapo- rollo de tetaldhlJlva. 61 mordisco l--!'no rded ur'ls: heridu hechn con k)s dlente$. " c....entas.-bol.tas de vldrlo. '" Ire pldaciC n--re lumbo: ru ldo 10rdo; rUl(lnancia. u II Ma~ Grand~rOtaIOnl'ta duco munal d, o tro cuenw de Garcia H:irque:z:, "los fu nenles d~ I. Ham) Grande", III , I que se relatoa I U vida y muerte. " reg;llo-fa lda: jllilulo formado entn II Cincura y lal rodilln cualldo uno se ,le ma. de$tripando piojos-rlltando esta elpecle dl inuctos. encontrados en el cuero cabelludo, con In u"u de 10' pu.prts. U 51 pr~(ludo--lorudo: o bligado. u ha sta la coronllla--tlartl : in~apn d~ lol.rar mho 5< II. p a rtir d e--de:,Oe. !J maldito-cutl,ado pot tJn.I maldlc}¢n. u tlblo $~ calor ,ufi<lenl., pe:ro "0 excelivo. J> medi_ mbie:nte: I tmo sfera. sa apl"Obaba_,entil: c:bb.l el vlu o bueno. ., gu irnal d n---f1ore, de contivu te:jldu <on r'lmu e ll ro rma de coron a. 272 Abriendo pue rtas I • Lo viudQ d~ MOIllIe:l 273 PREGUNTAS I. Describe en ws propias paJabras ]:a historia oe jose MomieL iQui21'l er'3, de fovenl iCua1 era su condici6n economical {Que tuvo que hace!" para lIegar a ser 01 hombrE: rmrs rico y poderoso del pvebio? 2. En todo oj .;:uente notamos lndkio$ de la inganuidad fatal de la viuda Oe Montie!, 'f dc su coguora ante las deplorables accividades de su marido. Descr1be brevemente por !o menos tres indidos de etta ingcnu~dad. 3. EI narrador nos dlcc que, a lil rr\uerte de Jose Montiel, cada uno de sus tres hijos envia un telegram3 desdc EUropl" La CSGet'lB. de la redacc16n de cstQs rnensajes delata el esfue~:to que a sus autores les cuesta cumplir con esta obligad6n. ,Como Intl;!rpretJls tu este hecno! Tratl pOl' un lado w concepto de la relation emre padre" hijos, y, por otro. el cankter de los hilos: de MontieL No debe ohrldarmu que e! hilo con puesto consular en Alemania es e! mismo hijo que Ilora sin !agrirno'S- por la jau!a en eI wcnto "u pr'Ooi,gios3 tarde de Baltazar". 4, Despues de !a muerte de Jose Montiel, el pueblo busca vengarse de Sl,l brutalidad. lComo 10 logf'a? $. En cartas des<le rompo, las hijas Ie escrlben a SV madre diciendo, "Es imposible vlvir en un pars tan salvnje dende aseslnan a la ,sense pOl' cuestiones politicns" Expllca Ja ironia de eno. lubel Al len de .... Dos palabras ISABEL ALLENDE La escrltara chilena Isabel Allende (19 42) ha gozado de gran popularidad desde /a publicaci6n de su primera novela, La casa de los e5 pl rltu~, en 1982. Nacldo hija de padre diplomatico en Lima, Peru, se cri6 en Santiago de Chile. Habiendo porticipodo en 10 opesicion of r~glmen militor eSlablecida en su patria despues de 10 muefle de SOlvador Allende, presidenre del pais y primo hermano del padre de 10 Oll[Ora, esto so/ill 01 exiliC!. Vive actualmente en Cofi(ornio. Periodista, n()Velisto y cuentista, Alfende ha ejercido su pro(esi6n literoria en /a es(ere del realismo magico que surgl6 a mediodos del slglo XX, 0 (0/2 de 10$ escritos de Juan RuJ(o, de Gabriel Garda Marquez y de altos lotinoomericanos. AJknde ho descrilo os! su proceso creodor: "En e11ento y siiencioso proceso de /0 escrituro enlfO en un estodo de Iu6dez, en eI cual a veces puedo descorrer algunos veJos y ver 10 invisibIe." Su cricr.ura ~ero'ia Betisa Crepuswlorio, protagonisw de "Dos paklbras" (1990), nos aporta una experiencio ofin, oJ verse "inmerso pot completo en el mundo que aMbo con eI poder omnimodo de las poiobros, !rons(ormada en I1n ser disperw, reproducido haslo e/ Infiniw." A di{erencio de 511 creadoro, BeIiso no b«hizo coo sus polobrm hechas cuenlo; hechiza vendiendo poiabms mc:\gicos. "Dos poicbros" es de Ja coIecd6n Cuentos de Eva Luna.. Tenia el nombre de Belisa Crepusculario, pero no por fe de ba utismo1 0 acierto 2de su madre, sina parq ue ella misma to busc6 hasta encantra rlo y se visti6 can el. Su oHeio era vender palabras. Recorria3 el pals, desde la s regiones mas altas y frias ha sta las costas calientes, instaMndose en las feeias y en los mercados, donde montaha cuatro palos can Wl toldo de lienza,4 bajo el cual se prategfa del sol y de la Uuvia para atender a su c1i ente la. Na necesitaba pregan.a..-3 su mercaderia, porque de tanto caminar pol aquI y por aHa, tOOos la conadan. Habia quienes la aguardaban6 de un anD para a tro, y cua ndo apa reda por )a aldea' can su atado bajo el hrazo hacian cola frente a su tenderete.8 Vendia a predos justos. Por cinco centavos entregaba versos de memoria, por siete mejoraba 1a calidad de (as suenos, por nueve escribfa cartas de enamorados, por dace inventaba insuHos para enem igos irreconciLiables. Tambien vendia cuentos, pero no eran cuentos de fantas(a, s ino largas historias verdaderas que recitaba de corrid o/ sin saltarse10 nada. As! llevaba las nuevas ll de un pueblo a otro. La gente Ie pagaba por agregar l2 LU13 o dos lineas: naei6 un nmo, muri6 fulano ,13 se casaron nuestros hijos, se quemaron las cosechas.1' En cada I f. eM ba uthmo- nnlficado expedido pOI" la 1, le.la CatOlla como prueba de que II pefS(lna nombnoda en eI certlfie.do hi $ida debldamenll baucludl. I IClerto--buena dec. fen: Idll c.ue da en el blanco. I Reco rrfa--vlalabl por. • toldo de lieo.w--ula ,ro~ c.1HI. loltenldl I cicru altun. da sombra. , pregonar......-{lnunclar en VOlI IQ. , ;IIg\laNlaban---esperaban. ) aldea-pueblo p&Guel'lo. • tenduece (m.)-pueuo ckI ..enta ambulance. , de co rrldo---de un clr6n; ripido y sin pltar: ululdo ,0 u.lurse--omitir. II nue vas---norlcias. Il agreear-ai'ladir; poner ade~J. IJ fulano--cualquler per,cna; te rmlno ap lioldo a una perron, cuyo verdadero nom brll no u mentlonl. 0 1>0 Imporu . " cosechas-r.ndlmlento de 10 que sa ha $embrado. lugar se juntaba una pequefia multilud a su alrededor para airl a cuanda comenzaba a hablar y asf se enteraban l5 de las vid<l$ de otros, de los pa rientes lejanos, de los pormenores 16 de la Guerra Gvil . A quien Ie compra ra cincuenta centavos, ella Ie regalaba una palabra secreta para espantar 7 1a melancolia. No era la misma para todos, por s~uesto, porgue eso habria sido un engano lS colecti vo. Cada uno recibia la suya can la certeza de que nadie m<is la empleaba para ese fin en e) universo y mas aHa. Selisa CrepusculariO habia naeido en una familia tan mfsera,19que ni si quiera posela nombres para Uamar a sus hijos. Vino al mundo y credo en la regi6n mas inh6spita, donde algunos anos las Uuvias se canvierten en avalanchas de agua que se Hevan todo, y en orros no cae oi una gota del delo, el sol se agranda hasta ocupar el horironte entero y el mundo se convierte en un desierto. Hast.. que cumpli6 d oce alios no tuvo otra ocupaci6n ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos. Durante una interminable sequia20 Ie toc6 enterrar l a cuatro hermanos menores y cuando comprendi6 que lIegaba s u turno, decidi6 echar a andar por las Jlanuras en d irecci6n al mar, aver si en el viaje lograba burlar22 a 1a muerte. La tierra es taba erosionada, partida en profondas grietas,2:3 sembrada24 de piedras, f6siles de arboles y de arbustos espinudos, esqueJetos de animales blanqueados por el calor. De vez en cuando II U I enterab an-se lnform~ ba n . " pormenores (m.)-tet3 l1el. •, e lipantl l'-anll)'1lntar; aJ ejar. ,I enp.no-.ocubl1mi.nto: fa iadad. " misen--pobre. to soquia- perlodo sin lIuvil. 'II . nterraI'--CoIoc;u en b tumoa. IJ buriilr-esquivlr: eludir. , rlet U -l'1ljaduras. l' um brad a-llll'li . 11 232 Abrlendo puertas I tropezaba can familias que, como ella, iban hada el sur siguiendo el espej ismo15 del agua . Algunos habfan inicia do la marcha li evando sus pertenencias2~ al hombro a en carretillas, pero apenas pod ian mover sus propios huesos y a poco andar debfan abandoner sus cosas. Se arrastraban penosamente, can la piel convertida en cuero de lagarto27 y los ojos quemados por la reverherad6n28 de 1a luz. Belisa los saludaba can un gesto al pasa r, pero no se detenia, porque no pod fa gastar sus foe-rzas en ejerdcias de compasi6n. Mu chas cayeron p or el camino, pero ella era tan tozuda 29 que consigui6 atravesar el infierno y arrib6 30 par fin a los primeros manantiales,3! finos hilos de agua, easi in visibles, que alim entaban 32 una vegetaci6n raquHiea,33 y q ue m<is ad elante se convertfan en riachuelos y esteros.34 Belisa Crepu scuLario salv6 la v id a y adem as descubri6 por casualidad la escritura. Al lIegar a una aldea en las proximidades de la costa, el viento col0c6 a sus pies una hoja d e peri6d. ico. Ella tom6 aquel papeJ ama rillo y q uebradizo 35 y estu vo largo rata observandolo sin adivina z36 s u usa, ha sta que la curiosidad pudo mas que su timidez. Se acere6 a W'1 u espeji5mo-llusfon Yalla: visi60 Ir rt ~ 1. U pertenend,u----po$.dol'lu personafes. IOlOg.l'to---.-epd l .~eamo,o relativvneote pequ."'o, de cabeu trial'lluill'. paus <;OI'US y cola "rIa.. II reve rben.cl Ort--r.fkljo; onda~ de air • . l ' t ozud OlO - te rc.a: tmpecimda; oWlinada. If arrib6-lle&O. II manV'l tialel (m.}-futntu nuuraiel de agua. II ali m e ntaban-nutrbn. 11 u raqult lea-pobr. : dflmejorada; poc;o deurrollaoh. " es t eros--arroyos. U quebl'lIodlro-rr' lll; que le quiebra ficilmenle. U adivinar-.-avtr il uat por conJew", : inwlr. Do! palabror 233 hombre que la vaba un caballo en el mismo charco" hlrbio 38 donde ella saci ara 39 su sed. -,Que es esto? - pregun t6. - La pagina deportiva del peri6dico - replic6 el hombre sin dar muestras 40 de asombro ante 41 su ignorancia. La respuesta dej6 at6nitaU a Ia muchacha, pero no quiso parecer descarada 4t3 y se limit6 a inquirir 44 el significado de las patitas de mosca dibujadas sob re el pape!. - Son palabras, nma . AlIi dice que Fulgencio Barba nogue6 al Negro Tiznao en el tercer round. Ese dra Belisa Crepusculado se enter6 de que las palabras andan sueltas sin dueno y cualquiera con un poco de mai'ia 45 puede apoderarselas% para comerdar can elias. Consider6 su situaci6n y conduy6 que "parte de prostituirse 0 emplearse como sirvienta en las eocmas de los ricos. eran pocas las ocupaciones que podia desempefiarYVender pal<lbras Ie pareci6 una alternativa decente. A partir de ese momenta ejerci6tB esa profesi6n y nunca Ie interes6 aua. A1 principia of reda su mercanda sin sospechar que las palabras podian tambien escribirse fuera de los peri6d.icos. Cuando 10 supo calcu16 las infinitas proyecciones t 9 de su negocio, can sus ahorros Ie pag6 veinte pesos a 1..Ul cura para que Ie ensefiara a leer y es<:ribir y can los tres que Ie sobraron se cOOlpr6 un dicdonario. Lo revis6 50 desde la A h.asta la Z y luego 10 lan.z6 al mar, porgue no era su inlenci6n estafarS l a los clientes con palabras envasadas .~ Varias "£\05 despu~, en una manana de agosto, se eneontn~ba Belisa Crepusculario en ~l centro de una plaza, sentada bajo 5U toldo vendiendo argumen tos de justicia a un viejo que solicitaba53 su pensi6n desde hacia die<:isiete anos. Era dfa de mercado y habia mucho buUicioS!. a su alrededor. Se escucharon de pronto ~lopes y gtitesi ella levant610s ojos de la escritura y via primero una nube de palvo y enseguida un grupo de jinetes55 que irrumpi6S6 en el lugar. Se trataba de los hombres del Coronel, que venian al mando de1 57 Mulato. un giganle conocido en toda 18 zona por la rapidez de su cuchiUo y la Iealtad58 hacia su jefe. Ambos, el Coronel y el Mulato, habfan pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nambres estaban irremisiblem ente 59 unidos al estropicio60 y la calamidad. Los guerreros entraron al pueblo como un rebafio 61 en estampida, envueltos en ruido, banados de sudol' y dejando a su paso un espanto de huracan. Salieron volando las gallinas, dispararon 62 a perderse los perros, corrieron las mujeres con sus hijos y no qued6 en IT chuco--nO)'O In II sueJo ql.l' Je ha U en~do de 'CUI. tu rb io--lmpuro; sucio. It 11 II eltafiIT-.defraudar: enpi'lar. r .... lso--Inspecdon6: examin6. n saciua-nlbla Solcildo: !labia Jalilfedlo. n envas.da~mplqueQdas: apreulks. .. muestru- sll~ al~$; g~$tos. ~ I ante--e rl presencia de . U solldtaba-pldla. ,. bulllcio-~cth"dad n at6nitll_sombrada; mil)' sorprendida.. II llnete, (m.}-UbllliltlU: hombres a uba llo. jl descarada- sln reclto: sin VlrcOenu; descorth. OJ In quiri r-pretunur. rulo:lo51. w Irn.tmpio-entro niblnmente. U al marldo del-balo la aU10rldld de. ~I rYlana---altucla: ~iV(!za; Intellgentla. II lealtad-fidllio:l ad: d.voci6n. H apoderirnll$o--captarla1: agarra rLu. II irrerYlisiblement_lrre~c<abl.menle . H desempel\aP'-eJeClJU r;ejercer. n ejerc:l6-0uempello; se dedlco I . n proyecc lonel-Plrspectivn; pCllbllidades. 234 Abrl endo puertas I .. eltr~1do--<le$Orden. . 1 rebal'io--trupo de oveju. n dll~rarorJ-Sol lieron corrilnodo. 00' p/l/cbr/lS 235 el sitio del mercado otra alma viviente que Selisa Crepusculario, quien no habfa visto jamas a! Mulato y par 10 mismo Ie extran6 que se dirigiera a ella. -A Ii te buseo -Je grit6 seiialandola con su latigo6J enrollado y antes que terminara de decida, dos hombres cayeron encima de la mujer atropellandoM el tolda y rampiendo el tintero, la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bullo de marinero sabre la grupa 65 de la beslia~ del Mulato. Emprendieron6? galope en direcci6n a las colinas.63 H oras mas tarde, cuando Belisa Crepuscu}ario estaba a PWlto de morir con e1 coraz6n convertido en arena por las sacudidas69 del caballo, sinti6 que se detenian y cuatro Olanos poderosas la d epositaban en tierra . lntent6 ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad, pero Ie fallaron las fuerzas y se desplom670 con un s uspiro, hundiendose 7l en Wl suefto ofuscado .12 Despert6 varias horas despues con el murmullo de 1<1 noche en el campo, pero no tuvo tiempo de descifrar73 esos sonidos, porque al abrh los ojos se encontr6 ante la mirada impa ciente del Mulato, arrodillado a su lado. -Por fin despiertas, mujer ---dijo alcanzandole su cantimplora?4 para que beblera un sorbo de aguardiente75 con p6lvora16 y acabara de recuperar la vida. " Il.tlal>-fuua: chlcOte: azote . .. Iltro~lIando-pl$ando: maltraundo. n ,ru~nu; parte de I tm dellomo de U<I calN.lIo. bl5tb-a.b2JIG. II Empn nd leron__h"lk luQn: comtn uf"Ofl. Ella quiso saber la causa de tanto ma ltrato y el Ie e xplic6 que el Coronel necesitaba sus servidos. Le permiti6 mojarse la cara y enseguida la llev6 a un extremo del campamento, donde el hombre mas temjdo del pais reposaba en una hamaca colgada entre pos arboles. Ella nO pudo verle el rostro," porque tenia cncima la sombra inderta del follaj e7& y la sombra imborrable de muchos anos viviendo como lID bandido, 79 pero imagin6 que debia ser de expresi6n perdularia si su gigantesco ayudante se dirigia a el con ta nta humildad. Le sorprendi6 s u voz, suave y bien modulada como la de un profesor. - t Eres la que vende palabras? -pregunt6. -Para servirte -balbuce680 ella oteando61 en la penumbra para verlo mejor. El Coronel se PllSO de pie y la luz de la antorcha que lIevaba el Mulato Ie dio de frente. La mujer vio su piel osc::ura y sus fi eroa8:l: oios de puma y supo a1 punto que estaba frente al hombre mas solo de este mundo. -Quiero ser Presidente -dijo el. Estaba cansado de recarrer esa tierra maldita en 83 guerras i.nu tiles y d errotas que ningu.n s ubterfugio podIa transform ar en victorias. Uevaba mllchos ar.os durmiendo a la intemperie;8~ picado de mosquitos, alimentandose de iguanas y sopa de culebra,Mpero esos inconvenientes menores no constitufa n raz6n suficiente para cambiar su destino. Lo que en verdad Ie U d col1nu--cerl"Ot: mootal'.u IN.ju . " sacudldas--mo\llmlento$ vlo lentot. 10 de.$plomo- nyO. 'I hundlfindose-sutTIe'lrel1dose. n ofu tcado--Iur bado; con/usco. )J de,clfr~I1t1"der. •• cantlmplor.l-redpionte I>3ra ' ....nhr alull Y m;al1tenerb fresQ, y 1>3'" Hevarl. de viaJ •. TJ )0 11 r-ottro---ar.ll. " follaJe (m.)-<:onjUI110 de holu. " perdulI.ri3---(Orrompicb: vicio$l.. .. balbuce6---Grtlwl6 de manen. ¥;1cilulte. II otu.I1do-e1fomndose por Yer; e!.(udrh'ianGo. fl er-o........ f.roce1 : $l.l'njes. II subterlugil>-evasl6n: truco. a. II.. lntempe ri e-al aire Ilbre; b~io lu e5uelln: sil1 abrigo nl re rul iO. It .. " culebra--so:rplentt. quard!tntt (m.r--beblda aleoh61lu fuetU . p6l'Yora_polvo exploslvo. 236 Abriendo pl.leru.s I Do~ palab rOf 137 fas tidiaba 86 era el terror en los ojos ajenos.87 Deseaba entrar a los p ue blos ba jo a reos de triunfo, en tre band eras de eolores y flores, que 10 aplaudieran y Ie dieran de regalo huevos frescos y pan l'eci~n h ornea do .M Es taba harto 69 de co mprobar90 c6mo a su paso hUla n91 los hombres, a bortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas/'Z por eso habra decictido ser Presidente. El Mulato Ie sugiri 693 que fu eran a la cap ital y entraran galopando al Palacio para apoderarse d el gobiem o, tal como tomaron tantas otras casas sin pedlr perm iso, pero al Coronel n o Ie interesaba convertirse en otro tiranoil),l de esos ya habian tenido bastantes par alH y, ademas, de ese modo no obtendrfa el afecto 9S de las gentes. Su idea consistia en ser elegido por vo taci6n popu lar en los comidos96 de diciembre. - Para eso neeesito hablar como un cand ida to. ,Puedes vender me las palabras para un dis('urso?9? -pregunt6 el Coronel a BeJisa Crepusculario. Ella habra aceptado muehos e ncargos /~ pero ninguno co mo ese; sin embargo no pudo negarse, temiendo que el Mulalo Ie metiera un liro entre los ojos 0 , peor aun, que el Coronel se eehara a Uorar. Por otra parte, sinti6 el impulso de ayuda rlo, porque percibi6 un palpitante calor e n su pie!, un deseo poderoso de tocar a ese hombre, de recorrerlo con sus m anos, de estrecharl oS'9 entre sus brazos. Toda la noche y buena parte del dia s iguiente estuvo Belisa Crepusculario busca ndo en su repertorio las pa labras apropiadas para un di scurso presidencial, vigilada ' OO de cerca par el Muiato, quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos lOI virginales. Descart6 102 las palabras asperas lOO y secas, las demasiado floridas, las que estaban des tei'iidas 'G4 por el abuso, las que ofrecian promesa5 improbables, las carentes de ' 05 verdad y las confusas, para queda rse 5610 con aquellas capaces de tocar con eerteza el pensam iento de los hombres y Ia intuici6n de las mujeres. Haciendo uso de los con ocimientos comprados a1 cura por veinte pesos, escribi6 el d iscurso en una hoja de papel y luego hi zo sei'i.as al Mulato para que d esatara la euerda con la eual la habra amarrado 11>6 par los tobillos 101 a un arhol. La condujeron nueva mente donde el Coronel, y al verlo ella volvi6 a sentiI' la misma palpitante ansiedad del primer encuentro. Le pas6 el papel y agua rd6, mlentras ello miraba sujetandolo con la punta de los dedos. -,Que carajolOll dice aquf? -pregunt6 por ulti mo. -,No sabes leer? -La que yo se haeer es Ia guerra - replic6 el. .. fas tldlaba-molestaba. 11 alenOl-cfe OUOI. n homead~ tho en el homo. ., harto-ons.ado: huclado. ,~ comprobar-vet confirmado: Vet evidendldo. " hulan - coman; St al' laban. n c:riaturas-nillos plque!tos. OJ luglr I6-propuso. " tlrano-d~spot1. n afe c:to-orillo. n c:omlc:lo _letclon u. IT dl scurso-orac l6n: alo cud6n. " encargos--trat».lo$ uian.ados 0 entrtgadru a uno por otn. persona. ., eSUech a r (lo}--g.btua(lo). I ~ vl,lIad a._ tendi<!a; culdada. III $enol-pect\O$. It, dllsC'artO-dllnduS: eltmin6. IU· :uper.. s~osus. I.. dllf( lInldas-dtSv.l icbs; ateouadu; desc:oloridu. Its Urentll$ de-faltas de: sin tllne r. 10. amarrl'ld o--Itldo; Jujetado. '" 1" iQu' a ralol_ toblJJo(sHarte de la pierm que e n.a unid<! III pie: artlculaci6n entre pie Ypltma. ,' 'xpresi6 n grolillra que qulere d~cir "iQu' diablo,!" Ella ley6 en alta voz el d iscurso. Lo ley6 tres veces, para que su chente p udiera grabarselo en la memoria. Cuando termin6 via la emoci6n en los rostros d e los hombres d e la n ap a que se juntaron para escucharla y not6 que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo, segura de que con esas p alabras el sill6n p residencial seria suyo. - 5i despues d e airlo tres veces los muchachos siguen can 1a boca abiel'ta, es qu e esta vaina 109 sin 'e, Coronel-aprob6 el Mulato. -tCu an to te d eb o par tu trabajo, muj er? -pregunto el jefe. -Un peso, Coronel. - N o es caro -dijo el abriend o la bolsa que lIevaba colgad a del cintur6n con los restos del u ltimo boHn.no - Ad emas tienes d erecho a una n apa .lIt Te corresp ond en d os palabras secretas -d ijo Selisa Crepusculario. -Le 6mo es eso? Ella p rocedi6 a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un ci iente, Ie obsequiaba l12 una palab ra de usa exclusivo. EI jefe se encogi6 de hombros, pues no tenia ni el meno r interes en la oferta, p ero no guiso ser descartes con quien 10 habia servido tan bien. Ella se ap roxim6 sin prisa al tab urete Ul d e suela tH donde el estaba sentad o y se indin6 p ara en tregarle su regalo. Entotlces el hombre sinti6 el alar de animal nlOntuno l15 que se desprendia 116 de esa mujer, el calor IU vaI03-<oa; reCllr so. 110 botfro (m.t-del pojo; prodllcto de lll'l saqueo 0 robo. 1" i'iapa-yapa; propina; pequti'i3 canti<hd por eocimJ de 10 acordldo. " 1 o bsequlaba- regall ba: daba. II I Uburete (m.)_siento sin r~paldo y sin b",zO$. de in cendio que irradiaban sus cacteras, el roc:e l17 terrible d e s us cabellos, el aliento de yerbabuena llS susurrando1l9 en su oreja las d os palabras secr~tas a las cuales terna d erecho. - Son tuyas, Coronel - dijo ella a1 retirarse--. Puedes emplearlas cuanto quieras. EI Mulato acompan6 a Belisa hasta el borde d el camino, sin deja r de mirada con ojos snpli cantes l20 de perro perdido, pero cuand o estir61'lt la mane para tocarla, eUa 10 d etuvo con un chorro l12 d e palabras inventadas que tuvieran la virtud de espantarle el deseo, porque a ey6 que se trataba de alg una maldid6n Hl irrevocabl e.i N En los meses de setiembre, octubre y noviembre el Coronel prommci6 su discUl"so tantas veces, que de no haber sido hecho con palabras refuJgentes l25 y durab1es el uso 10 habria vuelto ceniza.U6 Recorri6 el p ais en todas direcciones, entrando a las ciudades con aire triunfa l y deteniendose tambien en los pueblos mas olvidad os, aHa d ond e 5610 el rastro l2i de basura indicaba la presencia humana, para convencer a los electores de que votaran por el. Mientras h ablaba sabre una tarima HS al centro de la plaza, el Mulato y sus hombres repartian 129 caramelos y pintaban su nombre tI7 roc e (m.}--,on tacto leve. III yerb21bu e na-hl erb abuell!l; pla l'l ta o loron que $. un eome condilTle!lto, ' imllar a la menta. lit 5usurrllndo-murmurando: hablaro do M VOl m~ y baja. 111) luplicant, s--1ledig UeI'i Os: que pid en arui o~ ame nte . III estlr6-ala rg6 . III chorl"o--<antldad d. algo que sa le con [uena, con impulm. In matdi c I6n-<on de na; anatl.m.a. IU Irr. vocable- perman eme: Im perdol'la bie. m I"e(ulgo nt. s- resplandecitmtu: fulgural'ltu; que brllta n. '" suela-<uero g'ueso IU cenJza_re~iduo s en (orma. de polYo de 10 qlle $e ha quemado. III y fuerte. mOl1tul1o--relativo '11 monte; lalya!e. In rast ro_sel\al: Indlclo. II I s. d u p rel1d(a-e«Ian)ba. 11, tarlmll_pJatolforrru. por~til de made "" eM poca altu"" repa rtlal1-dlstribuian. 240 Abl"itmdo pUe l"tiS I n, ( con escarcha l30 dorada en las paredes, p ero lladie prestaba atenci6n a esos recursos de m ercader, porque estaban deslumbrados J31 por 1a claddad d e SUs proposiciones y la lucidez poetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir lo~ errores de 13 historia y ategres por primera vez en Sus vidas. Ai terminar la a renga 132 del Candidato, la trapa !anzaba pistoietazos al aire y encendia petardos l3J y, cuando por fin se retiraban, quedaba atras una eSlela 1J.1 de esperanza que perduraba muchos dias en eJ aire, como el recuerdo magrufico de un cometa. Pronto el Coronel se convirti6 en el politico mas popular. Era un fen6meno nunea visto, aquel hombre surgido l 36 de la Guerra Civil, lleno de cicatrices 'J6 y hablando como lU1 catedratico,l3' cuyo pres tigio se regaba 138 por el territorio nacional conmoviendo l39 el coraz6n de la patria . La prcnsa l40 se ocup6 de el. Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarl o y repetir sus frases, y as! creci6 el numeeo de sus seguidores y de sus enemigos . - Vamos bien, Coronel -dijo el Mulato al curnphrse doce semanas de exitos. Pero el candidato no 10 escuch6. Estaba repitiendo s us dos palabras secretas, como hacia cada vez con mayor frecuenci a. Las decla cuando 10 ablandabaHi la 1)0 esclrd'lt-tun.al'lcl l hec~ de ulXar crinalizaclo, 5emejante a I~ uc arcl'l. se forma sobre la tltrrl t l'l 1'I00hes frfu. q UI II I deslumbrados-fiSdnados; 1I"I'.presioru.dos. nostolgia, las munnuraba dormido, las lIevaba comigo sabre s u caballo, las pensaba antes de pronunciar su celebre d isc urso y se sorprendia saborea.nd olas en sus descuidos. Y en toda ocasi6n en que esas dos pa labras venian a su mente, evocaba la presencia de Belisa CrepuscuLario Y se le alborotaban W 105 sentidos con el recuerdo del olor montuno, el calor de incend io, el roce terrible y el aliento de yerbabuenal hasta que empezo a andar como W'\ sonambulo U3 y sus propios hombres cOffiprendieron que se Ie terminana la vida antes de alcanzar el sill6n de los p residentes. -lQ ue es 10 que te pasa, Coronel? - Ie pregunto muchas veces I€ Mula to, hasta que por fin W'\ dla el jele no pudo mas y Ie confes6 que la culpa de SlI cSnimo eran esas d os pa labras que Uevaba c1ava das'~4 en el vientre . l ~5 - Dfmelas, a vee si pierden su poder -Ie p idi6 su fiel ayudante. -No te las dire, son s610 mias - replic6 el Coronel. Can sado de ver a su jefe deteriorarse como un condenad o a muerte, el Mulato se ech6 el fusip46 al hombro y parti6 en busca de Belisa Crep usculario. Sigui6 sus huellas 147 por toda esa vasta geografia hasts encontrada en un pueblo del sur instalada bajo el toido de su oficio, contando su rosario de n oticias. Se Ie plant6 delante can las piernas abiertas y el (I rma empuii.ada.t~ - TI1 Ie vienes conmigo -orden6. l III art l'lga-disC urso didtc tko. In petardos-p6lvol'1 envl,jelta en ~pel. con metl'li, que est.lla rual'ldo " Ie pre..d. [uqo. 114 estela-rutro <:I 'la60 en ,Iacua por Ufl barco II pUlr; por exteflsi6fl. cob. 0 kuellu. IJS su",fdo- uUdo d . Pr'OfIto, I» ci.:;uri.:;es (r.)-fI'Iaf'Ca1 en II pie! que dejll'l lu herldu de lpue, de l~r. 117 .:;uedr£tko-profeso r oflivel'$ ll lrio. III rtgaba-uparda; dlfundla; re puva. 1IIborotabao-.deip.rtaban; f","O lvian. 141 lonimbulo-el qut amina do rmldo. 14' I'" clavadu-fiju. ,41 vlentr. (m.)-""tic6m3.&o; interio r; entni'la$., I.,. {usll (m.}_rm a de fu ego de canon largo; rifle. 141 huellu--ras{ro; impfest6 n dtjada eeneralmente por lot plu 0 las manos. I'" empu/\ada-en e l puiio 0 en Ils manOJ. Il' conmovJendo--emocJonando. l<Of prel'lsa-pe r/6dlcol y revi StlJ; perlodlnu; reportena. lb~ndaba-p onla unrim eflU!. 141 242 Abrie,..do puertal I 1'1......... I~ ... •... • , ... , Ella 10 estaba esperando. Recogi6 s u tintero, pleg6 1~ el iienzo de su tenderete, se ech6 el chal sobre lOS hombres y en sHendo trep6l!iO al anca del caballo. No cruzaron ni lin gesto en todo el camino, porque al Mulato e1 deseo por eUa se Ie habra convertido en rabia1SI y s6to el miedo que Ie inspiraba su lengua Ie imped(a destrozarla a latigazos. Tampoco estaba di spues to a comentarle que el Coronel andaba aielado,tSl y que 10 que no hablan logrado tantos ai\os de ba tallas 10 habia conseguido un en cantaruiento 1S3 s usurrado al oido. Tres dj'as desp u ~s negaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta e1candida to, delante de toda la tropa. - Te traje a esta broj a l54 para que Ie devuelvas S li S palabras, Coronel, y pal'a que ella te devuelva la hombria l55 -dijo apun tancto el caf\6n de su fusH a la nuca JS6 de la mujer. EI Coronel y Selisa Crep usculari o se mira ron largamente, midiendose' 57 desde la d istanda. Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podia deshacerse deP58 hechizo de esas dos palabras endemoniadas,l59 porque todos pudieron ver los ojos ca mfvoros del puma tomarse mansos l60 cuando ella avanz6 y le tom6 1a mano. In plegO--dobl6. 110 trep6-1ubi6:esolQ. "' rotbla-luria; el\ojo gr.tndl. '11 "lelado-itOlltado; emboblClo: embele-sado.. '11 ene&nta miento--t1e<:ilJlo.. ''"' br\lja-hed'llce .... ' u hombria-v!rl!1dad; ( U3llcbdt1 vuonllel. ' 14 nuC&-p:ln:e pouerlor del cuello. donde If! une " erineo. '" mldl~ndo'i&-111J.g1ndole: ukulan<Xl cada IIno 10 qUI h~rllI el Otro. "' ouhacer5e oe(l}- apartllr d, 11: qul tane de en cl ma. 'if endemol'll .d'~.ndlab~d:u: Ins plr.tdu por .1 diablo. ,.. mansos-Iumlse" cIom.~tlcadOI. 2"'' ' Abriendo pue ..tas I PREGUNTAS I. lQue significado puede tener et que [3 prf tagonista lIeva un nombre creado por ella misma~ i5e puede afirmar que estO refleja aspectos de su canieter! Discute las connoudones del nombre. 2. IC6mo Uega Belin Crepusculario a ser venO'edora de palabras! 3. ,Que papel desempena el hecho de que Belisa regala, sin cobrar. las palabras secretas propias de cada diente comprador de palabrasl 4. E' poder de la palabra es una idea importante en 13 obra de Isabel Allende.Analiza de que manera este cuento expone esa idea. basando t u an.ilisis eo detaUes especificos. ,LBUM AJ.B UM Cornpre n s i6n lQue paso? us n.. . en ... Belisa I. , Que oficio tenia Belisa? 2. Par cada cincuenta centavos de compra, i.qu ~ recibia el cliente? 3. Describe 1a situaci6n soci oecon6mica de su fa milia. ,Qu e elementos naturales les a fectaban a eUa y a los fa milia res? 4. (Cuales erall sus opciones perSonates? (Por que decide vender pa labras? La escritura S. , C6mo descubri6la escritura? 6. , Qui eD Ie enseiio a Jeer y escribir? iQu e hi zo Belisa ca n el diccionario? Una manana de ago51o ," 7. Cuando estaba en la plaza, , que militares e ntraron? 8. GQuien Ie habl6 a Belisa y que Ie dijo? EI Coronel 9. i QUl~ quena e l Coronel? , par que? 10. i Que Ie im presion6 a Selisa del Coronel? k El discurso ] 1. (Que tipo de discurso escribi6 Belisa? 12. ,Como 10 aprendio el Coronel? ti e as las dos pala bras 13. ,Que mas Je regala S elisa aJ Coronel? 14. (Pa r que acept6 el Coronel las dos pala bras de Belisa? , EI candidate y la musa 15. c:CuaJ. es la reacd6 n de la ge nre a la campa na politica del Coronel? 16. (Que Ie pasaba al Coronel? ( Por que andaba com o som'lrobulo? La reuni6n 17. (Que hi zo el Mulato? 18. ( Que que rfa el Mu]ato que el Coronel devolviera a Belisa? (y ella a ell c:Cmil fu e la reacc i6 n de Bebsa y el Coronel a l final del rela lo? 218 ~ palabrY1,J A LBU M Palabras Familias de palabras Sometimes one Spanish noun is derived from another, more familiar noun. el tintero (inkwell) la hombria (ma nliness) -E---- t- la tinta (ink) el h ombre (mfm) Transformaciones Indica e l significado en ingles de cada palabra y da el sustantivo original. I . la me rcancfa 2. el poderio 3. la cJie ntela 4. el caminante 5. Ja certeza 6. el guerrero Resume n Vuelve a contar la historia cambiando las palabras en itiIica aJ [i empo preseDte. I . Belisa Crepusculano vendiiJ. paJabras. 2. Por todo e l pais eUa se instalo.ba en las ferias. 3. De Jugar en lugar I1wntaba un toldo y atendia a s us cJie ntes. 4. Como lOdos la conoc{an, IJac{an cola para verla. 5. Tenia diferentes precios por sus palabras, pero todos eran juslOS. 6. Tambien o{recfa cuen los y lrallsmit{a las noticias de pueblo a pueblo. 7. Com o remedio a la me1ancolfa. Belisa regalaba palabras secretas. 8. Cada persona recibfa su paJabra especial . 9. La familia de BeUsa viv{a en la pobreza y miseria. 10. En la regi6n en la que naci6 0 llovia muc ho 0 habra grandes sequlas. II . La fa milia de Belisa pasaba hambre y fa tiga. 12. Tragicamente se mWlel"01l cua U·O de sus hennanos y ella tuvo que enterrarlos. 13. Belisa se al mar y asf se e.scap6 de la muerte. 14. Descubri6 la escritura por casuaUdad cuando un ilia enCOl1lro la pAgina deportiva de un peri6dico y no pudo adivinar cuil era su uso. 15. ElJa pregu1116 por el uso de ese papeJ a un hombre Que lavaba su caballo. 16. BIle dijo que 10 que habra en 1a pagina eran palabras. 17. Ella aprendi6 a leer y decidi6 vender palabras en lugar de ser prostituta 0 s irvienta. 18. Varios aitos d espues. COl1OCW a un soldado. el Mulato, y al Coronel. su jefe. 19. Los jinetes regresaroll de la Guerra Civil y, He nos de violencia. entrarol1 en el pueblo. 20. AI vel" a los jine tes, tOOas las personas, menos Belisa, huyerol1 de la plaza. 2 1. Los jinetes colocaron a Belisa sobre el caballo y casi la mataron. 22. En el campamento. el Coronel Ie diio a Belisa que queria ser presidente. pero que necesilaba un huen discurso. 23. Selisa acep161a petici6n del Comnel y Ie vendi6 unas palabras. 24. BeJisa trabaj6 duro y en una hoja de papelle escn·bi6 un discurso aceptable para los hombres y las mujeres del pais. 25 . Ella se 10 ley6 al Coronel, quien 10 m emoriz.e. 26. Tambien Belisa Ie regal6 dos palabras secretas. 27. EI Coronel se volvi6 muy popular con su discurso. que estaba Deno de esperanza y popuJaridad. 28. EI Coronel repelia dia y nocbe Jas palabras secretas de Belisa y pensaba en ella a todas horas. 29. EJ Mulalo decidi6 Uevar a Belisa al campamento militar y aJ \.erla. e1 Coronel se puso embrujado. 30. Selisa y el Coronel se mimrQn largamente yella Ie lom6 la mano. rue I. 2. Nombre Un dia de astos Gabriel Garda Marquez Muchas veces un autor desarrolla un tema a 10 largo de su obra mediante elementos iexicos--vocablos--que implicitamente refuerzan el tema. En "Un dia de estos" vemos queel argumentose fundamenta en una amenaza de violencia y en la imposicion de dolor. Mientras leas, haz una lista de palabras y £rases que­ dentro 0 fuera del contexto del cuento--ayuden a crear un ambiente de violencia, 0 bien, que connoten la violencUI. 0 el dolor. Por ejemplo: gallinazos--avesque se alimentan de la carrofia; 0 bien, voz destemplada y grit()--,-elementos que interrumpen de manera chocante las actividades hasta ahora padficas del dentista. @ g~ ~ t: ~ i ~: I;l' ~ [ o ~ ~ ~ Un dia de estos 145 Nombre La p'rodigiosa tarde de Baltazar Gabriel Garda Marquez I:~ Has visto que la atmosfera de este relato se caracteriza por la presencia de un calor asfudante. El escritor utiliza la inclemencia d~l clima para revelar aspectos del modo deser de sus personajes. Debes s~fialar'esos momentos que alu~en al calor insoportable y a su secuela natural de aburrimlellto y cansancio. 2. .Sefiala y discute los fragmentos en que se definen Jacetas de la personalidad de los personajesprincipales. Por ejemplo: EI Dr. Giraldo Ie dice a Baltazar con respecto a la jaula:~'Esta es una aventura de la imaginacion. Hubieras sido un extraordfuario arquitecto" .. Comentario: De este fragmento se concluye queel Dr. Giraldo aprecia labeneza en funci6n de su utilid.ad. Para el, la jaula de Baltazar es hermosa e imaginativa, pero inutil; por eso le dice apenado que Ie hubiera convenido hacerse . arquitecto, para hacer algo util, por ejemplo una casa. Los estudiantes hallaran los siguientes fragmentos: a. Ursulalepreguntaa Baltazar, a proposito de la jaula terminada: "-J,Cuanto vas a cobrar? -No se -contest6Baltazar-. Voy a pedir treinta pesos para versi me dan veinte. -Pide cincuenta -dijo Ursula. Te ~as trasnochado mucho en estos quince dias. Ademas, es grande. Creo que es la jaula mas grande que he visto en mi vida. Baltazar empezo a afeitarse. -l,Crees que me danin los cincuenta pesos? , -Eso no es nada para don Chepe Montit1l, y la jaula los vale -dijo Ursula-. Debias pedirsesenta." b. Mono,elle dice a Baltazar cuando este Ie lleva Ia jaula: "No seas tonto Baltazar. LIevate tu trasto para lacasa y no hagas mas tonterias. No·piensopagarte ni un centavo". @ Ii i.~. !ii' I g .g '< g:. s' 11 ~ La prodigiosa tarde de Baltazar 155 . GUla de estudio Nombre Laviuda de Montiel Gabriel Garda Marquez . I. En reiteradas ocasiones el narrador estab1ece el conflicto entre Jose Montiel y la col~ctividad del pueblo, haciendo caso omiso de todos aquellos que sirvieron a Montiel en su obra de hacerse el hombre mas rico y poderoso del pueblo. Tu tarea aqui sera sefialar fragmentos en que el autor enfoca la narrativaen este confiicto. Segundo, comenta las razones por las cuales 10 hace. Seiiala, en tus comentarios, la posible intencion de Garcia Marquez de hacer mas explfcita su postura politica. 2. Cita tambien algunos fragmentos donde se recuerda a Jose Montiel con rencor y odio. -------------- --_._-_._._._._._-_ .. La viuda de Montiel 165 Guia de estudio Nombre Dos palabras Isabel Allende ~ el cuento "Dos palabras" convergen dos mundos aparentemente ailtiteticos: el de los hechos cotidiahos Y el de los acontecimientos.que podrian calificarse de "maravillosos". La raz6n de este encuentro es muy simple: en larealidad hist6rica y social de latinoamerica conviven 10 comtincon 10 extraordinario, hasta el punto de confundirse los dos. A un espectador foraneo; la simple lectura de una novela de Alejo Carpentier 0 Garcia Marquez, 0 la revisi6n de un libro de historia latinoameric'ana, ha de eoloeario ante una cadena de hechos que Ie resultaran extraordinarios, aunque a los oriundos del mundo descritotales eosas les parezcan , relativamente normales. La descripci6ri detallada de esa realidad Latihoamericana. en que se mezclan hechos fabulosos y eotidianos, ha dado Iugar a la literatura del realismo magico 0 de 10 real maravilloso. El cuento "Dospalabras" se inscribe en esa corriente. Tu tarea consiste en seftalar y comentar los elementos de 10 real maravilloso presentes en los siguientes fragmentos de liDos palabras": a. "A quien Ie eomprara cincuenta centavos, ella Ie regalaba una palabra secreta para espantar la melancolfa". b. "Belisa Crepusculario habia nacido en una familia tan misera, que ni siquiera poseia nombres para llamar a sus hijos". c. "Varios afros despues, en una manana de agosto, se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza, sentada bajo su ioldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensi6n d€sde hacia diecisiete afros". d. "Llevaba muchos anos durmiendoa la intemperie, picado de mosquitos, alimentandose de iguanas y sopa de culebra". . e. "Mientras habiaba sobre una tatima al centro de la plaza, el Mulato y sus hombres ~partfan caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada.en las paredes, pero nadie prestaba atenci6n a esos recursos de mercader, porque estaban deslumbrados por la c1aridad de sus proposiciones y la lucidez poetiea de sus argumentos, contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas". @ o~ { i ." I"g" 10" I o ~ [. ~'" '1j Dos pa/abras 133