Elaborado bajo la responsabilidad de la comición FA del Partido Socialista de los Trabajadores Nº 2/Agosto 2011 Medios - Fuerza Política - Gobierno Que el pueblo en general, y los frenteamplistas en particular, recibamos en forma permanente un bombardeo desde los medios, no constituye para nadie una novedad. Eso sí, lo que para algunos parece burdo, en realidad es una prolija y articulada puesta en escena que esconde -a veces no tanto-, profundos intereses de clase. Por un lado se establecen escala de valores: si sos pobre, joven, negro o mestizo y si además vestís como rapero, seguro que sos delincuente. Si defendés el patrimonio del Estado, la industria nacional, peleás por un mejor reparto de la riqueza o te oponés a la inpunidad, se dirá que sos parte de una minoría que vive aferrada al pasado y se niega a dar vuelta la página. Estos medios que hoy le asignan al gobierno tan solo la suerte de “una coyuntura internacional favorable”, son los mismos que en el pasado sostuvieron y respaldaron la dictadura, la corrupción y hoy la impunidad. Los que cada vez que, en un acto de gobierno del FA se resuelve en contra de su historia, dan el beneplácito y la bienvenida. Son los que alaban a los compañeros que después de años de militancia han “recapacitado” y reconocen las “bondades” de las privatizaciones, de acordar con el FMI (ahora nuestro socio) o de enviar tropas para asegurar la tranquilidad imperial. Cabría preguntarse como lo hizo Bebel hace un siglo: ¿qué habrás dicho viejo cuando la burguesía te aplaude? Esta prensa sabe muy bien cómo funciona el “divide y vencerás”. No pierde oportunidad para manejar la interna del Frente contando a menudo con el guiño cómplice de alguno de sus integrantes. Para constatarlo basta hojear El Observador o Búsqueda, ver o escuchar cualquier noticiero. Esto nos sucede porque el Frente Amplio hoy, a pesar de los votos, es una sombra patética de lo que fue. Quedan lejos los tiempos en que nos presentábamos como una fuerza política participativa de objetivos claros y liderazgos firmes que se cimentaban en una militancia disciplinada y una gran capacidad de movilización. Más allá de los duros debates sabíamos claramente donde se tomaban las decisiones: comités, coordinadoras, P. Nacional, Mesa Política o Congreso. Cada organismo con sus potestades, fruto de ese respeto, la bancada parlamentaria golpeaba con un solo puño. 1 Hoy, siglo XXI, somos un cambalache que inspiraría a Discépolo: por un lado la bancada decide a piachere, por el otro, diariamente Mujica lanza temas en su programa de radio, algunos para la derecha otros para la izquierda, eso poco importa. Todos opinan. Si la propuesta le pisa un pie a la burguesía, saltan Astory y sus boys sacudiendo esqueletos, hablando de las reglas de juego y el miedo de los inversores, mientras tanto la fuerza política en la tribuna saliendo a destiempo, discutiendo tarde mal o nunca. Un capítulo aparte merece el triste papel del compañero Brovetto, usado y ninguneado permanentemente por quienes dicen apoyarlo, es hoy por acción y omisión absolutamente funcional a esta virtual paralización del FA. En este sentido queremos recordar que nuestra organización política señaló en su momento que no tenía ni el perfil ni la dinámica que los tiempos y la realidad del Frente reclamaban. Un cambio en la conducción se ha convertido en necesario aunque no suficiente. Qué decir del nombramiento de Huidobro en Defensa, el ministro soñado por los impunes, fue un insulto a los frenteamplistas y a la memoria del compañero Licandro en particular. Se habla de actualización, que el Frente tiene una estructura pesada con la cual no se puede gobernar. Suponemos que se querrá estatuir el grupo de los cabeza de lista, la llamada por teléfono del Presidente al compañero Brovetto para explicar lo que dijo en el programa de la mañana o tal vez, institucionalizar lo que se trate en el bar Pistacho o en el quincho de Varela. No hay dudas que se vienen tiempos de definiciones, de poner todo sobre la mesa. El 25 de agosto es un buen día para empezar. Renunciaron a Córdoba ¿Renunciaron a la Salud Pública? Los primeros días de agosto el Poder Ejecutivo destituyó al Presidente de la Administración de Servicios de Salud Estatal (ASSE), Dr. Mario Córdoba, que debió renunciar a su cargo. La andanada de presiones de la derecha política, los medios masivos de comunicación (El País, El Observador, Ultimas Noticias y El Espectador), a los que se sumaron los sectores más conservadores del Frente Amplio, dio sus frutos. Las justificaciones parecieron múltiples: el atraso en las operaciones, las peleas intestinas por cargos en el FA, el alto presupuesto presentado por ASSE o la supuesta hegemonía autoritaria del Director que representa a los trabajadores en el Directorio del organismo, Alfredo Silva. Pero obviamente lo esencial, sin ser invisible a los ojos, está bien disimulado. Se sabía desde que se elaboró y luego puso en práctica el FONASA, que dicho sistema integrado de salud no contemplaba todas las aspiraciones de los trabajadores de Salud Pública, ni de gran parte de los sindicatos de la central de 2 trabajadores que aspiraban a un Sistema Único Estatal de Salud, tal y como lo planteara el Dr. Hugo Villar y se haya implantado –inclusive- en algunos países europeos. De cualquier manera, el impulso dado por la primera administración frenteamplista en el presupuesto de ASSE, el decreto de la misma sobre la integración de dos miembros sociales al directorio del organismo, así como la progresiva integración del conjunto de la población al FONASA, dieron –de hechoun empuje social e institucional a los Servicios de Salud del Estado muy importantes que fueron respaldados e impulsados por trabajadores y usuarios. La posibilidad de afiliarse a mutualistas –el deslumbre de lo que se conoce como el “Hotel”, es decir, el aspecto y el servicio de la internación- de muchos sectores pobres de la población, hizo que decenas de miles de nuevos usuarios se afiliaran al sector de la salud que siempre les había estado vedado. Es así que lo que antes era “Salud Publica” transfirió al momento alrededor de 400.000 personas que se agolpan en mutualistas que salieron a disputarlas, en la mayor parte de los casos, sin tener condiciones infraestructurales para aguantar el alud. Pero eso hizo que mejorará también la atención en ASSE. Es así que el mejor presupuesto de la administración anterior que posibilitó mejoras edilicias y mayor equipamiento médico y la mejora salarial en todas las áreas, precisaba de un refuerzo presupuestal en esta Rendición de Cuentas que permitiera contratar personal en las distintas áreas –médicas y no- y realizar una reforma administrativa para atacar la burocracia histórica, para cerrar el círculo de avance de la Salud Estatal en el área de atención de la población y poder “competir” con buenas posibilidades frente a la salud privada. Desde que ingresó el Dr. Córdoba como presidente de ASSE se recompusieron las direcciones de los hospitales, removiendo los cargos que no acompañaban con su política el proceso mencionado. Claro que en muchos casos se sustituyeron médicos por funcionarios que no lo eran, desmitificando la idea que se había implantado en la población de que los directores de hospitales tenían que ser “galenos”. Esto provocó molestias en la corporación médica y en algunos sectores del FA que se muestran contentos cuando se designan a sus simpatizantes, pero consideraban “acomodos” a los nombramientos de otro sector. Pero este embate fue siendo bien resuelto por la administración, simplemente con una buena gestión de los designados y con la seguridad de evaluaciones periódicas de gestión. La ofensiva contra Córdoba no se iba a detener porque también, “se trata de otras cosas. No es común que se escuchen a los trabajadores. Un Director que atienda a los proyectos de salud que plantean y no dé prioridad a los reclamos médicos es difícil. Esto preocupa porque los médicos creen perder el poder: tranquilos galenos para llegar al poder popular y al socialismo falta mucho... pero es bueno que después de 100 años de salud pública en el país, hoy haya otros directores que no son “mi hijo el doctor” y tendrán la oportunidad de demostrar si son capaces de ponerse las pilas y comenzar a caminar por los cambios de verdad, que nos permitan avanzar a un sistema de salud avanzado”. (*) Pero hay más. De cumplirse cabalmente con lo prometido del sistema integrado, el avance del sector estatal implica un importante descenso de las ganancias del sector privado médico/empresarial. Implica, como pregonaba Córdoba, fortalecer el 1er. Nivel de atención desarrollando la prevención e instaurando el médico de familia, evitando u obstaculizando la cantidad de estudios que se realizan actualmente y el pasaje al segundo y tercer nivel de costos mayores. A su vez, el 3 proyecto de Rendición de Cuentas que va al Parlamento elaborado por el Directorio de ASSE (con el voto de Peñaloza del P. Socialista), permitiría contratar los “recursos humanos” para –entre otras cosas- poder poner en funcionamiento pleno el conjunto de los equipos médicos adquiridos en el presupuesto anterior. Todo significaría menos traslado de fondos a la salud privada que adquiere pingües ganancias con los pagos de ASSE por los estudios: enormes ganancias de FEMI, el Americano, La Española. Clínicas privadas y laboratorios provienen de allí. Todo ello con el Dr. Córdoba a la cabeza, respaldado por los trabajadores y usuarios que irían aumentando paulatinamente su opinión positiva que en las últimas encuestas ya estaba en lo más alto de la consideración respecto a los logros del gobierno. Queda claro por qué el Partido Nacional, el Colorado y los medios han hecho una campaña desaforada contra Córdoba y Alfredo Silva logrando tumbar al primero, cosa que no pueden con el segundo por ser nombrado por el PIT CNT. Es inexplicable en cambio, la actitud de sectores del FA que se plegaron a la campaña –con el Dr. Gallo de Asamblea Uruguay a la cabeza- contra Córdoba, intentando inclusive modificar la integración del Directorio de ASSE –aumentando la burocracia- con un miembro más para que supuestamente el FA tuviera mayoría en el mismo y participando de las acusaciones de que Córdoba era manipulado por algún otro miembro del Directorio. Como si un solo miembro pudiera digitar todo, cuando la mayor parte de las modificaciones se hicieron por unanimidad y otras con el único voto discorde del director del Partido Nacional. Es evidente que los intereses privados de la ganancia se contraponen en la salud con los derechos humanos al respecto, que figuran en los derechos universales y en los convenios firmados por nuestro país. Por ejemplo, algunos de ellos rezan: “El Estado deberá disponer de un número suficiente de establecimientos, bienes y servicios públicos de salud y centros de atención de salud, así como de programas. También se incluye el personal médico capacitado y bien remunerado, así como los medicamentos definidos en el listado de los esenciales en el país. Los establecimientos, bienes y servicios de salud deben ser accesibles a todos los grupos de la población, en especial los grupos vulnerables o marginados… Los establecimientos y servicios de salud deberán ser apropiados desde el punto de vista científico y médico y ser de buena calidad”. (1) Con los nuevos nombramientos, veremos si se renunció a la salud pública. La señal de echar al burlonamente llamado “poeta de la medicina” no ha sido buena. (*) Beatriz Fajian, Presidenta de la Federación de Funcionarios de Salud Pública; Editorial de “Autopsia”, Revista de la Federación. (1) Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC). 4 Eric Toussaint: Es necesario anular las deudas ilegítimas Entrevista de Sebastien Brulez (Diario Le Courrier, Ginebra) Agosto 2011 El economista Eric Toussaint critica los planes de austeridad impuestos en Europa, que aumentarán la deuda impidiendo, al mismo tiempo, la recuperación económica. Economista, presidente de la sección belga del Comité para la anulación de la deuda del tercer mundo (CADTM), Eric Toussaint integró la comisión para la auditoría de la deuda creada por el presidente ecuatoriano Rafael Correa, a raíz de la cual Ecuador decidió anular una parte de su deuda ilegítima. Toussaint nos explica su análisis de la crisis que afecta actualmente a varios países europeos. Sebastien Brulez: Grecia, Portugal, España e Italia, y ahora Estados Unidos: la crisis de la deuda continúa golpeando a países industrializados. ¿Asistimos a un retorno del rescate de bancos por los Estados, como ocurrió durante la crisis de las subprimes de 2008? Eric Toussaint: Sí y no. Por supuesto, las deudas públicas en algunos países (Estados Unidos, Irlanda, Gran Bretaña, Bélgica, Portugal) aumentaron fuertemente después del rescate de bancos privados. Eso costó mucho dinero y, para financiar estos planes de rescate masivos, los correspondientes Estados se endeudaron con los mercados y por lo tanto sus deudas aumentaron. Pero no es la única causa. La otra es la recesión económica que disminuye la recaudación de los Estados y que, por consiguiente, los obliga a multiplicar el recurso a los préstamos. Pero también es la consecuencia de las políticas aplicadas antes de la crisis financiera de 2007-2008. Fueron 20 años de políticas fiscales neoliberales que consistieron en reducir radicalmente los impuestos pagados sobre sus beneficios por las sociedades privadas, en particular las grandes sociedades, y en los regalos fiscales hechos a las personas más ricas (la clase capitalista), que pagan menos impuestos, ya sea sobre su patrimonio o sobre sus ingresos. Y como esta parte de la sociedad ha contribuido en menor cuantía a los impuestos, se aumentaros aquellos que afectan a otras capas de la sociedad (los trabajadores), se aumentó el IVA por ejemplo. También, fue necesario durante esos 20 años, al reducirse la carga fiscal sobre los ricos, rellenar ese agujero con los préstamos. Así que la deuda pública aumentó estos últimos 20 años como consecuencia de unas reformas fiscales neoliberales. Se llega, por lo tanto, a un momento en el que los Estados no podrán seguir manteniéndose artificialmente, y eso tendrá repercusiones sociales… Sí, los gobiernos están frente a la siguiente alternativa: o emprenden un cambio que lleve a la ruptura con el neoliberalismo y que, paralelamente, adopten medidas para hacer contribuir a la clase capitalista y a las empresas, impongan una nueva disciplina a los mercados financieros y tomen medidas para la creación de empleos, —es evidente que los gobiernos actuales no van en esta línea—. O aprovechan la crisis para aplicar, como diría Naomi Klein, la «estrategia del shock» y profundizar, aún más, las políticas neoliberales. 5 Estados Unidos quiere elevar el techo de su deuda, que ya alcanza el 100 de su PIB. Más allá de confrontación entre republicanos y demócratas, ¿qué significa ese aumento? Retomando las dos opciones que ya nombré, la fuente de la crisis de la deuda en Estados Unidos está en la profundización de la ofensiva neoliberal efectuada por el gobierno de Obama, y eso impide tomar medidas para disminuir la deuda pública. Porque es evidente que hay que reducirla. Y se podría hacer favoreciendo a la población: hacer pagar a las instituciones financieras y las personas muy ricas, que poseen una gran parte de la deuda pública, el coste de la reducción de la misma. S.B. ¿Cuál es su análisis de los últimos planes europeos de rectificación de la deuda, especialmente respecto a Grecia? E.T. Los últimos planes europeos, y especialmente el plan dirigido a Grecia, cuya filosofía se ha extendido a Portugal e Irlanda, requieren una precisión sobre las situaciones de esos países: éstos sólo pueden pedir préstamos a los mercados financieros a corto plazo, a tres o seis meses. Si quisieran pedirlos a cinco o diez años, y es el caso de Grecia, deberían pagar un tipo de interés de alrededor del 17 %. Por lo tanto, Grecia tiene préstamos concedidos por el mercado financiero sólo a tres o seis meses. ¿Y quién le presta a largo plazo? Pues la Troica, o sea, el FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo. Son ellos los que prestan a plazos más largos y se benefician del estado de desamparo de estos países para decirles: nosotros, los buenos guardianes del orden, no os pedimos tipos de interés del 17 %, o del 14 %, os pedimos (y son las últimas medidas de hace diez días) nada más que el 3,5 % o el 4,5 %, pero con una condición. Y ésta es la obligación de aplicar drásticos planes de austeridad, constituidos por medidas neoliberales extremadamente duras. Como consecuencia de unas medidas que disminuyen la actividad económica — puesto que disminuyen la demanda global al afectar los ingresos de las personas de ingresos modestos— no habrá una recuperación económica. La deuda pública seguirá aumentando y estos países deberán continuar emitiendo deuda para poder reembolsar. Por lo tanto, tienen un horizonte de diez, quince o veinte años de austeridad y de aumento de la deuda. Lo que puede producir, en los próximos años, cesación de pagos, ya que se llegará a situaciones insostenibles. S.B. En el caso de Grecia, donde la clase dirigente dio prueba de un alto nivel de corrupción, ¿cómo se puede imponer una mejor gestión del dinero público? E.T. ¿Cómo se hace frente a la corrupción de los capitalistas y de la clase política local? La respuesta es mediante la auditoría de la deuda. Una auditoría ciudadana que permita mostrar a la población que la deuda no es una especie de mal incomprensible que se abate sobre un país, sino el resultado de políticas deliberadas y perfectamente injustas. Las deudas contraídas en el marco de actos de corrupción son ilegítimas, incluso ilegales, y deben ser anuladas. Nada obliga a aplicar la austeridad Si un Estado no quiere que sus ciudadanos paguen la deuda, ¿tendrá los medios para hacerlo? Por supuesto, es totalmente posible. A causa de la crisis bancaria, los bancos privados tuvieron que anular más de 1,2 billones de dólares (1.200.000.000.000 de dólares) de activos tóxicos de sus balances, es decir de acreencias dudosas, de deudas que otros les debían y que fueron borradas. Es perfectamente posible continuar la limpieza anulando otras acreencias dudosas. Y las acreencias dudosas son aquellas que los Estados deberían considerar como deudas 6 ilegítimas, y por lo tanto decidirían no pagarlas. Si se observa lo que pasó en los últimos treinta años en Europa, tendremos el argumento: el aumento de la deuda pública es debido a una política deliberada, social y fiscalmente injusta. Esta política consistió en privilegiar fiscalmente a los ya privilegiados por sus ingresos y bienestar. Pero eso implica, y es evidente, tener gobiernos de izquierda que lleguen al poder con la voluntad de cambiar en forma radical el curso de las cosas. Eso plantea la cuestión de la movilización popular, que es la clave de la solución. Pero, en el plano técnico, es perfectamente posible. Sólo hay que obligar al sector bancario a tomar en cuenta las pérdidas, a poner en pérdidas y beneficios una serie de elementos de sus balances que son acreencias dudosas o acreencias ilegítimas. S.B. ¿Cuál será el siguiente paso? ¿Un plan Marshall para recuperar el empleo? E.T. Más que un plan Marshall, el siguiente paso sería, o un New Deal del tipo del de los años 1930, desarrollado por Franklin Roosevelt, o un programa más radical. Pero Roosevelt, en las medidas tomadas durante los primeros meses de su mandato, había aumentado radicalmente el interés del impuesto para la capa con ingresos más elevados, que llegó a ser del 90 %. Un New Deal impondría una nueva disciplina financiera, como la de prohibir a los bancos de negocios fundirse con los bancos de depósitos, o sea, los bancos donde el público ingresa sus ahorros. Roosevelt había instaurado la Glass Steagall Act, que obligaba a los bancos a separarse en bancos de inversiones y negocios por una parte, y bancos de depósitos por otra. Esa sería una versión keynesiana capitalista de salida de la crisis. Pero podríamos tener otra versión, una salida más radical, una salida anticapitalista, con medidas, por ejemplo, de nacionalizaciones sin indemnizaciones del sector bancario y de otros sectores claves de la economía. Esto implicaría no tener simplemente un gobierno tipo Roosevelt, sino un verdadero gobierno de izquierda, un gobierno de los trabajadores. Esta opción es también imaginable en los próximos 5 o 10 años. Por el momento, estamos en un viraje de la historia y los meses y los años próximos nos dirán si las rebeliones, como la de los indignados en España o en Grecia, acumularán fuerzas suficientes y se llegaría a cambios que sobrepasarían los producidos en las urnas. No afirmo que eso pasará, digo que es una posibilidad abierta, que no hay que descartar. Los movimientos sociales y las personas que quieren con vehemencia un cambio real, deben apoyar estas movilizaciones. Traducido por Griselda Pinero 7 Trotsky 71 años de su asesinato El 20 de agosto pasado, se cumplieron 71 años del asesinato de León Trotsky, uno de los dos principales dirigentes –junto a Lenin- de la Revolución Rusa de 1917, por el agente estalinista Ramón Mercader. El recuerdo de los militantes que han dedicado todas sus energías físicas y mentales para derrotar al capitalismo y construir una sociedad sin clases sociales, merecen siempre nuestro recuerdo y reflexión, para aprender de virtudes y errores, no para repetir dogmas. En momentos de enorme confusión política e ideológica, se hace más necesario tener memoria de los mártires proletarios, recordar sus vidas, sus acciones, sus elaboraciones teóricas y políticas. Sobre Trotsky se ha escrito mucho, aunque se precisaron cincuenta años para que sus denuncias y luchas contra los horrores estalinistas fueran de conocimiento masivo. Pero se lo ha “mitificado”, “profetizado” e incluso algunos lo “diabolizaron”, porque desacomodaba sus “verdades” luego desmentidas por la tozuda realidad. Elegimos un texto del compañero brasilero Eduardo Mancuso en su libro “Marxistas”, que fuera editado en 2001 en Brasil y reeditado por nosotros en 2007. En el Prefacio del libro, Mancuso dice, en una dedicatoria a todas las personas quienes luchan por el socialismo, por una sociedad humana plena y desalienada, libre de toda explotación: “La onda neoliberal que barrió el mundo en las últimas décadas y que prometía un “nuevo orden mundial” basado en la religión del mercado y su “pensamiento único” entró en crisis y parece estar perdiendo la fuerza aparentemente invencible que poseía, pero ella es aún muy fuerte. El “fin de la historia” no duró una década. Definitivamente, el “turbo capitalismo” no posee el don de la eternidad, ni la “nueva economía” nos garante el paraíso en la tierra”. El zapatismo, el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, la iniciativa ATTAC y los movimientos antiglobalización capitalista descubren nuevos caminos y plataformas de lucha. Cuba no se rindió. Seattle, Washington, Praga, Génova y Porto Alegre brillan como puntos de luz de las nuevas resistencias a la barbarie imperialista, renovando las esperanzas y el horizonte utópico para el milenio. El “breve siglo XX”, que finalizó con la desaparición de la Unión Soviética, estuvo marcado por guerras, revoluciones y contrarrevoluciones. Iniciamos el siglo XXI con el Foro Social Mundial afirmando que “el mundo no es una mercadería”, que “otro mundo es posible”. Pero luego asistimos a los terribles atentados del 11 de setiembre y la reacción del imperialismo que los siguió. La alternativa de la humanidad contra el terror y la guerra y contra el “horror económico”, social y 8 ecológico del capitalismo ya fue presentada por Rosa Luxemburgo hace mucho tiempo y permanece absolutamente actual: socialismo o barbarie. Después del fracaso completo y trágico de la socialdemocracia y del stalinismo, felizmente remitidos al “basurero de la historia”, es vital rescatar no sólo la teoría y la práxis del marxismo revolucionario, pero encontrar nuevamente “el espíritu de la revolución”, como decía Marx. Finalmente, es necesario “cambiar el mundo” y para eso no puede dejar de luchar, y ni de reivindicar el “derecho a la revolución”, que, como recordó Engels, es sin duda el único “derecho” realmente “histórico”, el único en el cual se asientan todos los Estados modernos sin excepción... Para poner fin a la catástrofe sin fin del “capitalismo realmente existente” es necesario alertar persistentemente a la mayoría de la humanidad del realismo de la “profecía” de Trotsky: “Debéis saber que sino derribáis a la burguesía pereceréis bajo las ruinas de la civilización”. “Natasha se acercó a la ventana, mirando el patio, abrió la ventana de par en par, Para que el aire entre más libremente en mi sala. Veo la faja de césped bien verde junto al muro y el cielo azul y claro encima de él, el sol por todas partes. La vida es bella. Que las generaciones futuras la limpien de todo mal, opresión y violencia, gozándola plenamente”. (León Trotsky) Lev Davidovich Bronstein nació en Ucrania, en 1879, hijo de un propietario de tierras judío. En 1897, mientras se preparaba para ingresar en la Universidad, fundó el Sindicato de los Traba-jadores del Sur de Rusia. Preso en 1898, fue condenado a cuatro años de deportación en Siberia, donde se caso con Alexandra Sokolovs-kaia y tuvieran dos hijas. 9 En la prisión, influenciado por los textos del gran marxista italiano, Antonio Labriola, y por la obra de Lenin, El Desarrollo del Capitalismo en Rusia, adhirió al marxismo. En ese período, firmó sus artículos para la prensa revolucionaria bajo el seudónimo "Antídoto". En 1902, huyó de Siberia utilizando un pasaporte en el cual escribió el nombre de un carcelero, Trotsky. Convidado por Lenin, se reunió con él en Londres, donde era editado el periódico Iskra (La Chispa), órgano del Partido Obrero Socialde-mócrata Ruso (POSDR). Trabajando en esa publicación del partido, Lenin y Trotsky mantuvieron una intensa, pero corta colaboración. En el II Congreso del POSDR, en 1903, ocurrió la ruptura política, basada en cuestiones de estrategia y organización del partido, oponiendo bolcheviques (mayoría) a mencheviques (mino-ría). La oposición menchevique a las propuestas mayoritarias de Lenin se basaba en una concepción evolucionista que se desdoblada en una política de conciliación de clases con la burguesía liberal. Trotsky votó con la minoría en la cuestión del partido e hizo duras críticas a las concepciones de Lenin, que consideraba centralizadoras, autoritarias y burocráticas. Trotsky rompió políticamente con los mencheviques un año después del Congreso y escribió la célebre "profecía" al respecto de los riesgos "sustitucionistas" de las formulaciones sobre el partido: “La organización partidaria tenderá a colocarse en el lugar del partido como un todo; el Comité Central se colocaría entonces en el lugar de la organización, y finalmente, una dictadura se colocaría en el lugar del Comité Central". (1) La revolución rusa de 1905 tuvo una activa participación de Trotsky, que lideró y presidió el Soviet de San Petesburgo. Fue la primera gran revolución popular del siglo XX, iniciada a partir del "domingo sangriento", cuando millares de manifestantes fueron fusilados frente al palacio del zar. Marcó el surgimiento de los soviets y de la huelga general de masas como instrumentos revolucionarios de los trabajadores, impactando fuertemente las concepciones teóricas de Trotsky, Lenin y Rosa Luxemburgo. En 1906, al calor de la primera revolución rusa, Trotsky escribió una obra teóricamente brillante, Balance y Perspectivas, en la que recuperó y desarrolló el concepto de "revolución permanente" de Marx y defendió el carácter socialista e internacional de la revolución en Rusia. Al contrario de mencheviques y bolcheviques (influenciados en mayor o menor medida por el marxismo economicista de la II Internacional), defensores del carácter democrático burgués de la revolución en la Rusia zarista, Balance y Perspectivas marcó el nacimiento de la teoría de la revolución permanente, con el pronóstico innovador de que una revolución democrática antizarista se transformaría en revolución socialista, o sea, que un gobierno obrero apoyado por los campesinos terminaría por tomar medidas anticapitalistas. Trotsky partió del principio de que la burguesía rusa no desempeñaría ningún papel revolucionario (como la revolución de 1905 ya había demostrado) y que, por lo tanto, sólo los trabajadores en alianza con el campesinado pobre podrían conducir hasta las últimas consecuencias la revolución democrática. En ese aspecto, Lenin y Rosa Luxemburgo concordaban con Trotsky. La gran innovación heterodoxa del autor de Balance y Perspectivas fue afirmar que el poder político del proletariado no sería compatible con la continuidad de su esclavitud económica, y que, de esa forma, la revolución democrática se transformaría en revolución socialista, pero sólo podría sustentarse con la extensión europea e internacional de la revolución. Una década después, Lenin adoptó esa posición "marxista-trotkista" en sus magistrales Tesis de Abril. Con la derrota de la primera revolución rusa, Trotsky pasó preso y deportado de diciembre de 1905 a febrero de 1907, cuando consiguió huir y exilarse en Austria, hasta llegar a Suiza, no inicio de la Primera Guerra Mundial. La capitulación de la socialdemocracia a la guerra imperialista mundial, en 1914, marcó la traición histórica y el derrumbe de la Segunda Internacional. En 1905, la izquierda internacionalista se reunió en la Conferencia de Zimmerwald, en Suiza, y las posiciones de Trotsky y Lenin ya se encontraban bastante cercanas. En el final de 1916, sin condiciones de permanecer en Europa, Trotsky, acompañado de Natasha Sedova, su segunda mujer, y de los dos hijos de la pareja, embarcó para Nueva York. Con la revolución de febrero de 1917, que derribó el zarismo e implantó el llamado gobierno provisorio, Trotsky embarcó inmediatamente de vuelta a Rusia. Pero fue detenido en el Canadá e internado en un campo de concentración. Sólo después de muchos procesos públicos, él fue liberado y pudo dirigirse a Petrogrado (antigua San Petesburgo), donde llegó en mayo un mes después de Lenin haber desembarcado en la famosa Estación Finlandia. Lenin, con sus Tesis de Abril, cambió los rumbos del partido bolchevique, que bajo el liderazgo de Stalin y Kamenev, vacilara frente al gobierno provisorio, que continuó en la guerra imperialista y reprimió a los trabajadores y campesinos. "Todo el poder a los soviets", fue la consigna que Lenin lanzó a las masas radicalizadas contra la guerra y el hambre, abriendo camino para la revolución socialista. En julio, Trotsky ingresó al partido bolchevique, junto con su organización en Petrogrado, la Interdistrital, que contaba con varios militantes experientes, además de algunos cuadros políticos brillantes. En setiembre, Trotsky fue electo Presidente del Soviet de Petrogrado, en octubre coordinador del Comité Militar Revolucionario, responsable por la organización de la toma del poder en Rusia. Al respecto de estos acontecimientos, el propio Stalin afirmó entonces que la organización de la insurrección fue realizada bajo la dirección de Trotsky. La primera revolución socialista de la historia triunfó bajo el lema "Paz, pan y tierra". Pero había guerra con Alemania. Existía el bloqueo de las potencias occidentales y las agresiones japonesas en el Extremo Oriente. Trotsky fue nombrado Comisario del Pueblo para las Relaciones Exteriores y después de muchas idas y venidas, firmó la paz humillante de Brest-Litovsk, impuesta por la fuerza militar de Alemania, antes de su derrota en la guerra. En el plano interno, era el caos, con la guerra civil explotando y los ejércitos blancos contra-rrevolucionarios atacando en tres frentes, con el apoyo de tropas de las potencias imperialistas, además de la oposición de los mencheviques y los social-revolucionarios, de la aguda crisis económica, del colapso de la producción agrícola e industrial y del sistema de transportes. La revolución estaba en peligro. En 1918, Trotsky asumió como Comisario del Pueblo para Asuntos Militares y organizó el Ejército Rojo, combinando la estructura del antiguo ejército zarista con la supervisión de comisarios políticos bolcheviques. En 1920, escribió Terrorismo y Comunismo, cuyo subtítulo era El Anti-Kautsky (respondiendo a los ataques del principal teórico de la socialdemocracia a la revolución bolchevique), después de pasar casi tres años atravesando Rusia en un tren blindado comandando el Ejército Rojo durante la guerra civil. En ese corto período de tiempo, reconquistó territorios que los zares habían demorado cuatrocientos años en reunir. En marzo de 1921, derrotada la contrarrevolución y terminada la guerra con Polonia, el X Congreso del Partido Bolchevique se enfrentó con la revuelta de los marineros de Kronstadt y las rebeliones campesinas influenciadas por los anarquistas. Ambas fueron arrasadas sin complacencia por el poder soviético, con un alto costo político y de vidas humanas. El mismo congreso que determinó el aplastamiento de la fortaleza de Kronstadt, cometió otro enorme error político: suspendió (en términos excepcionales) el derecho de tendencias en el partido. A pesar de la victoria en la guerra civil y de Lenin haber lanzado la NEP (la nueva política económica que superó la fase del "comunismo de guerra"), el aislamiento de la Rusia de los soviets, después de la derrota de las revoluciones en Alemania y en Hungría, era casi total. En 1922, se realizó el IV Congreso Mundial de la Internacional Comunista, el último en que Lenin y Trotsky actuaron conjuntamente. Lenin, arrepentido de la definición sobre el secretario general y la situación política interna ("el partido está enfermo"), propuso a Trotsky una alianza contra Stalin y un combate sin treguas contra la burocratización del parido bolchevique y del estado soviético. En enero de 1924, murió. En febrero, Stalin lanzó una campaña de afiliación partidaria, "el reclutamiento Lenin", en verdad un "engorde" gigantesco del partido, organizado por la fracción stalinista, que resultó en la entrada de más de 200 mil nuevos miembros. Sintiéndose seguro y fortalecido, Stalin lanzó su teoría revisionista sobre el "socialismo en un sólo país". Mientras tanto, además de trabar una lucha interna dentro del partido, Trotsky publicó Literatura y Revolución, en defensa de un arte y una literatura socialistas, libre de cualquier tutela. (Confrontada al "realismo socialista". (N. de R.). Entre 1925 y 1927, Trotsky fue apartado de sus funciones en el gobierno y en la dirección del partido, hasta ser desterrado y, finalmente, expulsado de la Unión Soviética, en 1929. Escribió La Internacional después de Lenin (1928), La Revolución Desfigurada y Mi Vida (1929), su autobiografía. En el Prefacio de La Revolución Desfigurada, Trotsky se pronunció vehementemente sobre el mito del "trotskismo" creado por Stalin: “¿Será necesario repetir que nunca pretendí crear una doctrina particular? En teoría, soy un alumno de Marx. En lo referente a los métodos de la revolución, pasé por la escuela de Lenin. O, si se quiere, el "trotskismo" es para mí un nombre, bajo el cual las ideas de Marx y de Lenin son designadas por los epígonos, deseosos de liberarse a toda costa de esas ideas, pero sin osar hacerlo abiertamente”. (2) En 1930, escribió La Revolución Permanente, una obra fundamental de la teoría marxista, en la cual, según Michael Löwy: “sacando las lecciones de la experiencia rusa de 1917, como de la derrota de la Revolución China de 1927-28 (en la cual el P. Comunista Chino, siguiendo las instrucciones de Stalin, había apoyado al Kuomintang de Chang-Kai-Chek), Trotsky busca elevar la teoría de la revolución permanente a un nivel universal, válido para el conjunto de los países dependientes o periféricos”. (3) Aún según Löwy, en esa obra, el objetivo de Trotsky era: “formular una alternativa a las nuevas doctrinas stalinistas: 1) la teoría de la revolución por etapas que (retomando la tradición menchevique) proclama la necesidad de una etapa democrático-nacional de la revolución de los países dependientes, gracias a una alianza del movimiento obrero con la burguesía nacional; 2) la doctrina del "socialismo en un sólo país", que conducía lógicamente a subordinar el movimiento comunista internacional a los intereses de la "Patria del socialismo". (4) En La Revolución Permanente, Trotsky partió de un análisis del desarrollo desigual y combinado del capitalismo periférico (articula formas atrasadas y modernas en una misma formación social) para concluir que la revolución en los países dependientes combinaría medidas democráticas, nacionales y socialistas, por lo tanto, antimperialistas y anticapitalistas, y se daría bajo la hegemonía del proletariado, dirigido por su vanguardia política. Trotsky vivió en Turquía, entre 1929 y 1933, y en Francia, entre 1933 y 1935. En ese período, escribió Historia de la Revolución Rusa y Revolución y Contrarrevolución en Alemania, dos obras primas del marxismo revolucionario. Sobre Revolución y Contrarrevolución en Alemania, el historiador inglés Perry Anderson afirmó: “Aislado en una isla turca, él escribió, a cierta distancia de los acontecimientos, una secuencia de textos sobre la ascensión del nazismo en Alemania que, como estudios concretos de una coyuntura política, son de una calidad sin par en el conjunto del materialismo histórico. En este campo, el propio Lenin nunca produjo un trabajo de profundidad y complejidad comparables. En efecto, los escritos de Trotsky sobre el fascismo alemán constituyen el primer análisis marxista real de un Estado Capitalista del siglo XX, el establecimiento de la dictadura nazista”. (5) En Historia de la Revolución Rusa, Trotsky remarcó la lección fundamental de la primera revolución socialista victoriosa: “Los Soviets son los órganos de preparación de las masas para la insurrección, los órganos de la insurrección, y después de la victoria, los órganos del poder. Todavía los Soviets, por si mismos, no solucionan el problema. Según el programa y dirección, pueden servir fines diversos. Un programa es dado a los Soviets por el partido. En caso de que los Soviets, dentro de las circunstancias de una revolución -y, fuera de una revolución, ello son, en general, impracticables- se apoderen de toda una clase, exceptuando las camadas muy atrasadas, pasivas o desmoralizadas, el partido revolucionario queda al frente de la clase. El problema de la conquista del poder sólo puede ser resuelto por la combinación del partido con los Soviets, o entonces, con otras Organizaciones de masas, más o menos equivalentes a los Soviets”. (6) Y más adelante, Trotsky no olvidó agregar: “En general, según el testimonio de la historia -la Comuna de París, las revoluciones alemana y austríaca de 1918, la crisis alemana de 1923, la Revolución China de 1925-1927, la Revolución Española de 1931- el eslabón más débil de la cadena de las condiciones fue hasta hoy, el partido: lo más difícil para la clase obrera es crear una organización revolucionaria que este a la altura de sus tareas históricas”. (7) Trotsky pasó en Noruega, entre 1935 y 1936, y finalmente llegó a México, donde residió de 1937 a 1940. En el exilio, la actividad principal de Trotsky, teórica y políticamente, fue el combate incansable a la burocracia stalinista. Denunció la traición histórica de la socialdemocracia y del partido comunista al movimiento obrero alemán, por haber permitido la llegada al poder si lucha del nazismo. Denunció la traición de la revolución española por el stalinismo y los despreciables Procesos de Moscú, en los cuales Stalin eliminó físicamente, con tintes de crueldad, toda la vieja guardia bolchevique. Eran tiempos terribles y contrarrevolucionarios. La Segunda Guerra Mundial se aproximaba... "Era media noche en el siglo", según Víctor Serge. En 1937, Trotsky La Revolución Traicionada, en la cual caracterizó a la Unión Soviética como un "Estado obrero burocráticamente degenerado", una dictadura que precisaba ser derribada por los trabajadores a través de una "revolución política", La caracterización de Trotsky sobre la burocracia soviética antes de 1933, era la de un aparato "centrista", oscilando entre la burguesía y el proletariado. Después de la capitulación del stalinismo ante el nazismo en Alemania, Trotsky comprendió que la burocracia soviética se había consolidado como una camada social, una "casta privilegiada", con intereses específicos, y la revolución encontraba su "Termidor" (analogía histórica con la Revolución Francesa y al período de reacción que siguió a la caída de los jacobinos). Sólo que, al revés de una restauración del viejo orden, lo que hubo, fue una degeneración del Estado Soviético -una contrarrevolución burocrática- y el fenómeno del stalinismo como expresión política de ese proceso. La burocracia soviética pasó a desarrollar, de forma coherente, una política internacional objetivamente contra-revolucionaria, ya que su existencia y su poder, se originaban justamente en el atraso y las derrotas de la revolución mundial. El brillante análisis de Trotsky sobre la burocracia bonapartista, evidenció la necesaria ambigüedad del comportamiento política de esa camada social: al mismo tiempo que ejercía una dictadura sobre el proletariado soviético, estaba obligada a defender las conquistas básicas de la revolución socialista contra el imperialismo. En La Revolución Traicionada, Trotsky también defendió el centralismo democrático leninista contra su perversión teórica y política por parte del stalinismo: “El régimen interno del partido bolchevique se caracteriza por el método el centralismo democrático. La combinación de eses conceptos, democracia y centralismo, no es, de manera alguna, contradictoria. El partido tomó gran cuidado en la demarcación de sus fronteras, no sólo para impedir el acceso a los no revolucionarios, sino también para que todos los integrantes usufructuaran del derecho efectivo de definir la dirección política partidaria. Libertad de crítica y confrontación de ideas eran los poderosos factores de la sustentación de la democracia interna. La presente doctrina, de que el bolchevismo no tolera fracciones, es un mito de la decadencia. En realidad, la historia del bolchevismo es una historia de conflictos, de fracciones. Y de hecho, ¿cómo podría una organización genuinamente revolucionaria, estableciendo para sí misma la tarea de transformar el mundo y uniendo bajo su bandera los más audaces iconoclastas, luchadores y rebeldes, crecer y desarrollarse sin conflictos intelectuales, sin agrupamientos y fracciones temporarias?” (8) En 1938, los stalinistas ametrallaran las últimas centenas de militantes trotskistas de la Oposición de Izquierda en la Unión Soviética (Vorkuta). Desde su aislamiento forzado en México, Trotsky, junto con André Bretón, líder del Grupo Surrealista, lanzó el manifiesto Por un Arte Revolucionaria Independiente. Trotsky pasó sus últimos años de vida organizando la Cuarta Internacional (fundada en París en 1938, sin su presencia, por cuestiones de seguridad), bajo el signo de las "tres eles", esto es, bajo el signo de Lenin, Luxemburgo y de Liebknecht. Para la nueva Internacional, él escribió el documento La Agonía del Capitalismo y las Tareas de la Cuarta Internacional, material que se hizo conocido como el Programa de Transición. Trotsky consideraba esa tarea la más importante de su vida, pues se trataba de formar una nueva generación de revolucionarios y garantizar la continuidad del programa y del método "bolchevique-leninista", como él gustaba de llamarlo. El Programa de Transición rompió con la vieja tradición socialdemócrata y la nueva tradición stalinista de separación entre un "programa mínimo" reformista y un "programa máximo" socialista. Trotsky propuso reivindicaciones "transitorias", que partiesen del nivel de conciencia real de los trabajadores, de sus exigencias concretas e inmediatas, y que llevasen al enfrentamiento con la lógica del capitalismo y de los intereses de la burguesía. Por lo tanto, el método del documento de Trotsky está basado en la concepción dialéctica del programa, como un instrumento de lucha y concientización, y como un "puente" para el socialismo. Para Michael Löwy, existen muchos puntos en común entre el Programa de Transición y el Manifiesto Comunista: “los dos buscan la unidad entre la teoría y la práctica, el análisis de la realidad y la perspectiva de su transformación revolucionaria; los dos ofrecen un programa que parte de reivindicaciones inmediatas, para ofrecer un proyecto de lucha contra el capitalismo, los dos tienen en el internacionalismo, su trazo más marcante; los dos tienen como punto de referencia histórico-mundial la realización de una sociedad comunista”. (9) Para Löwy, el marxismo de Trotsky atribuye un papel decisivo al "factor subjetivo", a la conciencia y acción del sujeto histórico. “Todo depende del proletariado, y antes que todo, de su vanguardia revolucionaria. La crisis histórica de la humanidad, se reduce a la crisis de dirección revolucionaria”, (10) escribió el fundador del Ejército Rojo y de la Cuarta Internacional en el Programa de Transición. En 1939, a las puertas de la Segunda Guerra Mundial, Hitler y Stalin celebran un acuerdo: el pacto germano-soviético. En el artículo La URSS en la Guerra, escrito el 25 de setiembre del mismo año, Trotsky hace la siguiente previsión: “Ahora Hitler es un aliado y amigo de Stalin, sin embargo, si con ayuda de Stalin, Hitler consigue salir victorioso en el frente Oeste, a la mañana siguiente, volverá sus cañones contra la URSS”. (11) Pero no olvidó agregar: “En estas condiciones, los partidarios de la Cuarta Internacional, sin modificar de forma alguna su actitud frente a la oligarquía del Kremlin, colocarán como la tarea más urgente del momento, la resistencia militar contra Hitler (...) Este tipo de "defensa de la URSS", naturalmente será diferente -tanto cuanto el cielo es diferente a la tierra- de la defensa oficial (hecha por el stalinismo). ParaTrotsky, ella se haría bajo el lema: “¡Por el Socialismo! ¡Por la Revolución Mundial! ¡Contra Stalin”. (12) Después de matar los secretarios de Trotsky (Erwin Wolf, Ignace Reis y Rudolf Klement), desterrar a su primera esposa y a sus nietos a Siberia, apresar y ejecutar uno de sus hijos, Sergei, y asesinar a su otro hijo, León Sedov en París, finalmente el brazo asesino de Stalin llegó hasta él. El 20 de agosto de 1940, el agente stalinista Ramón Mercader, después de conseguir infiltrarse, en la casa-fortaleza de Coyoacan, atacó cobardemente por la espalda a Trotsky, agujereando su cerebro con un pico de alpinista. En la mesa de trabajo de León Trotsky, las páginas de sus últimos escritos (la biografía de Stalin y un dossier sobre la GPU, (policía secreta stalinista), quedaron manchadas de sangre. Antes de 1917, el marxismo de Trotsky no representaba más que una concepción heterodoxa de la revolución rusa. Pero, a partir de 1923, el "trotskismo", como la principal oposición marxista y crítica al régimen burocrático "soviético" y al stalinismo, acabó tornándose un movimiento y adoptando un conjunto más amplio de tesis, buscando defender los valores del marxismo revolucionario contra su degeneración. El movimiento trotskista siempre se consideró heredero directo del leninismo. Según Norman Geras, “el trotskismo, en el mejor caso, se basó en la realidad histórica del relacionamiento singular y constante -ora crítico, ora convicto, nunca reverente- de Trotsky con la persona y la política de Lenin, a fin de patrocinar la síntesis de una teoría política socialista simultáneamente revolucionaria y comprome-tida con la democracia y el pluralismo”. (13) Para Michael Löwy, el marxismo de Trotsky representó, “a pesar de las terribles derrotas y de las crisis del movimiento obrero en los años 30, una apuesta racional a la posibilidad de una salida revolucionaria a los impases del capitalismo, a la capacidad de los trabaja-dores de tomar, a través de su experiencia práctica, conciencia de sus intereses fundamentales, a la vocación de las clases explotadas y oprimidas para salvar a la humanidad de la catástrofe de la barbarie. Esta apuesta no perdió nada de su actualidad en este inicio del siglo XX”. (14) NOTAS 1.-Deustcher, Isaac, “Trotsky. El Profeta Armado”. 2.-Trotsky, León, “La Revolución Desfigurada”. 3.-Löwy, “Contribución de Trotsky al Marxismo”. 4.-Ibid. 5.-Trotsky, León, “El Arte de la Insurrección”. 6.-Trotsky, “Historia de la Revolución Rusa”. 7.-Ibid. 8.-Trotsky, León, “El Arte de la Insurrección”. 9.-Löwy, Michael, “Contribución de Trotsky...”. 10.-Trotsky, León, “El Programa de Transición”. 11.-Trotsky, León, “En Defensa del Marxis11 12.-Ibid1 13.-“Diccionario del Pensamiento Social del Siglo XX”.William Outthwaite y Tom Bottomore. 14.-Löwy, Michael, “La Contribución de Trotsky al marxismo”.