transición al mundo contemporáneo

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TRANSICIÓN AL MUNDO CONTEMPORÁNEO.
REVOLUCIÓN LIBERAL Y REACCIÓN ABSOLUTISTA.
Durante el reinado de Carlos IV (1778-1808), las guerras exteriores y el desmoronamiento de
la monarquía absoluta serán los principales problemas. Respecto a la política exterior habrá dos
fases: hostilidad contra Francia (1789-94), para que España no sufriese el contagio
revolucionario francés; alianza con Francia (1796-1808), para defender los intereses económicocomerciales y territoriales en América, prescindiendo de motivos ideológicos.
A nivel interno habrá una importante crisis económica, con inflación y déficit, debido al
aumento de gastos militares y la insuficiencia de los ingresos; la Corona tendrá que recurrir a
créditos, deuda pública y leyes desamortizadoras.
Políticamente, las intrigas contra Carlos IV y Godoy irán provocando la descomposición de la
monarquía; se llegará al Motín de Aranjuez (1808), una conspiración del futuro rey Fernando
que provocará la abdicación de Carlos IV.
En este período jugará un papel importante Napoleón, que obligará a renunciar al trono tanto a
Fernando como a Carlos (abdicaciones de Bayona), proclamando rey a su hermano José I y
provocando el levantamiento del 2 de mayo de 1808 contra el ejército invasor francés. Ante la
invasión hubo 3 actitudes: oposición de la mayoría, indecisión de funcionarios y empleados
urbanos, apoyo minoritario (afrancesados, que justifican su postura indicando que una
resistencia militar era inútil, se podía impedir la desmembración de España y que se podían
emprender reformas necesarias). El nuevo régimen pondrá en marcha el Estatuto de Bayona,
texto parcialmente reformista y que sólo era una carta otorgada.
En este ambiente se desencadena la Guerra de la Independencia (1808-13), encuadrada en el
contexto de las guerras europeas de liberación antinapoleónicas. Se caracterizará por la
participación popular, el deseo de independencia y el entusiasmo nacionalista. Tendrá 3 fases:
en 1808, guerra convencional con superioridad francesa; 1808-11 dominio francés pero papel
básico de la GUERRILLA; 1811-13, de nuevo guerra convencional, con retirada de los
franceses. La guerra supondrá graves pérdidas humanas y económicas para España,
desmoronamiento del Imperio español en las Indias (pasando a se r potencia de 2º orden) y
transición al régimen liberal.
Durante la guerra se produce un importante proceso revolucionario en Cádiz, pues al
renunciar Carlos IV y Fernando VII al trono, el pueblo español recoge la soberanía vacante. Si
la guerrilla significa la participación de los españoles en la guerra, las JUNTAS demuestran su
participación en la revolución política, asumiendo el poder surgido en la España de la
resistencia. Los componentes de estas juntas serán oficiales del ejército, altos funcionarios,
jueces, profesores, burgueses, y en septiembre de 1808 crearán una JUNTA CENTRAL, cuya
obra será: gobernar el país, dirigir la resistencia militar, convocar Cortes extraordinarias. Se
trata de la primera revolución burguesa en España, y de ella saldrán las CORTES DE CÁDIZ,
con 2 objetivos básicos: reformar las instituciones y redactar una constitución.
Del primero de los objetivos saldrán decretos como la libertad de imprenta, la supresión de la
censura previa, la abolición del régimen señorial, la supresión de la Inquisición, etc. Respecto a
la CONSTITUCIÓN, descansó sobre 4 principios: soberanía nacional, división de poderes
(cortes unicamerales, tribunales de justicia, ejecutivo en manos del rey pero con limitaciones),
derecho de representación (sufragio universal indirecto en 4º grado, con derecho a voto de los
hombres mayores de 25 años), declaración de igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.
De este proceso surgirán dos tendencias políticas, LIBERALES y ABSOLUTISTAS.
Socialmente la débil burguesía española sólo tomó partido cuando vieron afectados sus intereses
económicos; la nobleza se adaptó bien a la nueva situación y el campesinado quedó marginado
de la revolución política.
Historia de España
M. Fernández
REINADO DE FERNANDO VII
Napoleón debía negociar la vuelta al poder de Fernando VII para impedir una invasión inglesa
desde España, por lo que se firmó el Tratado de ValenÇay (1813), por el que Fernando VII
pasaba a ser un aliado de Napoleón y que suponía el comienzo del aislamiento internacional de
España.
El rey, desautorizado por la regencia (liberal), emprendió un retorno lento a España; el choque
entre el rey y la regencia se dio en Valencia, donde se le presentó el Manifiesto de los Persas,
143 párrafos destinados a condenar la obra de las Cortes de Cádiz y defender el absolutismo.
1) Restauración absolutista (1814-20). Con gran apoyo, Fernando VII firmó el Decreto del 4
de mayo de 1814, condenando la labor de las Cortes y afirmando que no pensaba jurar la
Constitución. Al rey solo le interesaba ejercer su poder absoluto, y eso impidió que España
no obtuviese compensación por su lucha contra el imperio napoleónico.
Tres grandes cuestiones centraron estos años: represión contra los enemigos del régimen
(afrancesados, constitucionalistas), negativa situación económica (sin agricultura, industria,
carreteras, dinero, y sin colonias), oposición liberal (con frecuentes pronunciamientos).
En política exterior España firmó un acuerdo con Inglaterra, concediéndole la condición de
nación más favorecida; además España se comprometía a no firmar acuerdos con Francia,
reconociendo de esta forma su condición de potencia secundaria al tiempo que se perdían
los recursos y mercados de América cuando eran más necesarios.
2) Trienio liberal (1820-23). El triunfo de la revolución liberal en España fue el punto de
partida de la 2ª revolución liberal en Europa. El 1-1-1820 se desencadenó el
pronunciamiento, con el teniente coronel Riego al frente. La facilidad en deshacerse de
intentonas anteriores hizo al gobierno pecar de pasividad, y rápidamente se produjo la
formación de una Junta Provisional Consultiva, que se atribuyó poderes legislativos y
convocó elecciones municipales y a Cortes. Se formó un gobierno moderado y los liberales
se dividieron en DOCEAÑISTAS (elitistas, padres de la constitución de 1812, pretenden
parlamento bicameral) y VEINTEAÑISTAS ( populistas, exaltados, constitución sin
modificaciones).
El carácter moderado del gobierno intentó ordenar la Hacienda, practicó una política
religiosa agresiva y laicista (abolición de la Inquisición); el país se dividió en 49 provincias,
se promulgó el primer Código Penal y se establecieron las 3 etapas de la enseñanza. Se
suprimieron los señoríos y el mayorazgo. Pero el obstruccionismo del rey y las sociedades
secretas entorpecieron al gobierno; había un ambiente de guerra civil entre los liberales por
un lado y los liberales y absolutistas por otro. En este ambiente el rey intentó recuperar su
poder en cualquier circunstancia, pidió intervención extranjera y así en el Congreso de
Verona (1822) se autorizó la entrada en España de los Cien Mil Hijos de S. Luis, para
devolver el trono a Fernando VII.
3) La década ominosa (1823-33). El día de su liberación, Fernando VII declaraba nulo lo
legislado entre 1820 y 1823. En estos años van apareciendo las dos Españas, con liberales y
absolutistas enfrentados continuamente. Las instrucciones del rey fueron: policía de carácter
político para poner orden y seguridad, disolución del ejército y formación de otro nuevo,
eliminar cualquier elemento que hablase de “representación”, limpieza de la administración,
destrucción de sociedades secretas, no reconocimiento de los empréstitos hechos al
gobierno constitucional.
Historia de España
M. Fernández
Las mayores dificultades fueron la cuestión de la AMNISTÍA y la reforma de la Hacienda.
Ante las presiones externas, Fernando VII publicó un Real Decreto por el que se concedía
“la dichosa amnistía”. Respecto a la HACIENDA, se trataba de financiar un Estado que
había cambiado; así, López Ballesteros separó los ingresos y gastos de la Casa Real de los
del Estado y elaboró por 1ª vez un Presupuesto del Estado (1828). Otros aspectos
importantes fueron la política proteccionista, a nivel comercial, y la creación del Consejo de
Ministros (febrero de 1824).
PLEITO DINÁSTICO Y GUERRA CIVIL (1833-40)
Durante los últimos años de vida, Fernando VII se planteó el problema de la sucesión; en 1830
nació Isabel, pero la Ley Sálica (Felipe V, 1713) la excluía del trono. Poco antes de su muerte,
Fernando VII derogó esa ley mediante una Pragmática Sanción (lo que excluía al infante don
Carlos María Isidro, hermano del rey).
Tras conocerse la muerte de Fernando VII comenzaba una Guerra Civil; un pleito que ocultaba
un conflicto ideológico entre el bando isabelino (burgueses, funcionarios, hombres de negocios,
sectores urbanos, liberales) y el bando carlista (nobles rurales, algunos oficiales, bajo clero y
mucho campesinado); fue una guerra Norte-Sur, campo-ciudad. El programa carlista se resumía
en “Dios, Patria, Fueros, Rey).
La guerra tendrá 3 etapas, en las que se intentará ocupar Bilbao y extender el carlismo por toda
la Península. Concluirá con el Convenio de Vergara (1839) entre Maroto y Espartero; los
liberales reconocieron los grados del ejército carlista, pero con una ambigua promesa sobre los
fueros vasco-navarros.
CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL (1833-1874)
Regencia de Mª Cristina. La madre de la futura reina asumió l regencia en 1833 y en 1834 se
promulgó el ESTATUTO REAL, que supuso la transición de la monarquía absoluta a la
constitucional; era una Carta Otorgada que servía para reformar las Cortes (por primera vez se
organizaba un sistema bicameral, con Cámara Alta y Cámara Baja, elegida ésta por sufragio
restringido –30 años y 12.000 reales de renta anual). El rey mantenía importantes atribuciones
(convocar y suspender Cortes, aprobación de las Cámaras, consentimiento real para elaborar
leyes) y el Consejo de ministros pasó a ser el órgano central político-administrativo.
En estos años se consolidó la división del liberalismo español: los progresistas perseguían
reformas profundas, limitación del poder del rey, liberalismo económico, con apoyo de
pequeñas clases medias urbanas; los moderados basaban su programa en el orden y la autoridad
fuerte, limitando el derecho a voto, defendiendo el proteccionismo económico y apoyados por
terratenientes, grandes industriales y hombres de negocios. Ambos eran partidos de notables.
En 1836 se sublevaron los sargentos, con apoyo de los progresistas, que ya en el gobierno
emprendieron la elaboración de la CONSTITUCIÓN DE 1837; en ella destaca la soberanía
nacional, derechos individuales, libertad de imprenta, no prohibición de otras religiones y
división de poderes. Hay 4 diferencias respecto a la Constitución de 1812: cortes bicamerales en
1837 y figura del rey más fuerte, prohibición de otras religiones en 1812, sustitución del
sufragio universal indirecto –1812- por voto directo y sufragio restringido.
Importante fue también la DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZABAL, terminando con tierras
y bienes eclesiásticos amortizados y suprimiendo las órdenes religiosas, la Mesta y los
mayorazgos. Los objetivos eran financieros (ingresos para el Estado), políticos (más
simpatizantes para el liberalismo) y sociales (campesinos propietarios). Pero hubo una gran
decepción; la desamortización provocó un nuevo latifundismo burgués y los campesinos
Historia de España
M. Fernández
tuvieron que pagar mayores rentas, con lo que el campesinado se hizo antiliberal y la nobleza
apoyó la revolución liberal.
Regencia de Espartero (1840-43). Mª Cristina fue obligada a renunciar por oponerse a que
concejales y alcaldes fueran elegidos por los vecinos, propugnando su designación regia. En
1841-43 la regencia la asumió el general Espartero, con el apoyo progresista. Pero un acuerdo
comercial librecambista con Gran Bretaña provocó un levantamiento en Barcelona, liquidó su
prestigio y también perdió la regencia.
Evolución política bajo ISABEL II (1843-68).
Fue una época de paz, de despegue textil, comercial y ferroviario, de auge de la burguesía, y de
consolidación de la división de liberales en moderados y progresistas; también se desencadenará
una segunda guerra carlista.
Durante la mayor parte del reinado, Isabel II confiará la formación de gobiernos a los
moderados, optando los progresistas por el alejamiento del juego político o por
pronunciamientos violentos. Entre 1844-54, las actuaciones más destacadas de los LIBERALES
MODERADOS serán la creación de la Guardia Civil, la Ley de Ayuntamientos (1845), la
reforma del sistema fiscal y la Ley Electoral de 1846 (97.000 electores, varones mayores de 25
años); también se creó el Banco de España, se adoptó el sistema métrico decimal.
Respecto al sistema fiscal, los impuestos se clasificaron en directos (contribución sobre
propiedades urbanas o fincas rústicas, y contribución sobre actividades industriales y
comerciales) e indirectos (transmisión de bienes, consumos, tasas aduaneras).
Pero la realización fundamental fue el nuevo texto constitucional de 1945, en el que se
sustituía la soberanía nacional por la soberanía compartida, se afirmó la confesionalidad del
Estado, se recortaron los derechos individuales y se suprimió la Milicia nacional. En 1851 se
firmó el Concordato con la Santa Sede, mediante el cual ésta reconocía la desamortización.
En 1854 comenzó el Bienio Progresista, en el que destacó la Desamortización de Madoz (1855):
salieron a la venta bienes del Estado y de los municipios; arruinó a los ayuntamientos, perjudicó
a los más pobres y no solucionó el problema de la deuda.
En 1856 volvió al poder Narváez y de 1858 a 1863 se formó un gobierno de Unión Liberal,
caracterizado por sus intervenciones exteriores.
El sexenio democrático (1868-74). En 1868 estalló la REVOLUCIÓN GLORIOSA, como
consecuencia de la crisis del sistema político (incapaz de resolver los problemas y que negaba
los derechos políticos de la mayoría); a esto se unía la impopularidad de la reina, la crisis
económica y las consecuencias de la desamortización civil. Participaron el partido liberal
progresista, el partido demócrata y la Unión liberal. Su principal logro fue la Constitución de
1869, la más liberal del XIX: soberanía nacional, sufragio universal directo, monarquía
democrática, ejecutivo en el Consejo de Ministros, legislativo en Cortes bicamerales, amplios
derechos y libertades.
Aprobada la constitución había que elegir un rey, y entre los posibles candidatos se eligió a
Amadeo de Saboya; este reinado (1871-73) será un fracaso, el nuevo rey será impopular y habrá
una gran conflictividad social e inestabilidad política (3ª guerra carlista).
Amadeo regresó a Italia y se proclamó la I REPÚBLICA (1873-74). Sus principales medidas
fueron reformas de carácter social y democratizador: supresión del impuesto de consumos,
eliminación de las quintas, derecho a voto a los 21 años, separación de Iglesia y Estado,
reglamentación del trabajo infantil, abolición de la esclavitud (en Puerto Rico) y nuevo proyecto
constitucional. Por otro lado, cuatro serán sus problemas: el resurgir del carlismo, las
sublevaciones cantonales, las insurrecciones en Cuba y las conspiraciones militares alfonsinas.
Historia de España
M. Fernández
Esta república concluyó el 4 de enero de 1874, y a finales de ese mismo año se producía la
restauración borbónica.
TRANSFORMACIONES SOCIOECONÓMICAS
Los años centrales del XIX supusieron un cierto desarrollo industrial, comercial y financiero,
mejorando las comunicaciones, aumentando la población y apareciendo las clases sociales.
a) Transformaciones agrarias. La agricultura seguía siendo la base económica; aumentó la
superficie cultivada y la producción agraria, habiendo un intento de reforma agraria con la
abolición del régimen señorial, la eliminación de los mayorazgos y las desamortizaciones.
Pero estas medidas sólo tenían fines económicos (eliminar obstáculos al capitalismo y pasar
tierras a particulares), sin atajar los problemas estructurales.
b) Industria y transportes. La aceleración industrial se centró en Barcelona, Bilbao, Málaga y
Oviedo-Gijón; el resto del país seguía desindustrializado, incorporándose tarde a la
Revolución Industrial. Las causas de esta situación fueron: la escasez de carbón y materias
primas, las deficientes comunicaciones, falta de capitales nacionales, atraso tecnológico,
debilidad del mercado interno, apego al proteccionismo, estancamiento agrícola, falta de
mentalidad empresarial, pérdidas de territorios americanos. A pesar de ello despegaron
sectores como la siderurgia, la textil y la minería. El ferrocarril protagonizó el sector
transportes, consolidándose un mercado nacional y con la promulgación de la Ley General
de Ferrocarriles (construcción mediante concesiones a empresas privadas –sobre todo
belgas y francesas-).
c) Comercio y finanzas. El comercio interior se desarrolló lentamente por la insuficiente
demanda y la red viaria; se importaban manufacturas y se exportaban materias primas.
Dominaban las medidas proteccionistas para salvaguardar los productos nacionales de sus
competidores extranjeros; los aranceles establecían elevados “derechos diferenciales” e
incluso prohibían importar ciertos productos; en 1869 se aprobó un arancel librecambista.
En el terreno financiero, en 1856 se creó el Banco de España (cuya función era emitir
billetes y prestar dinero al gobierno). Se creó la peseta en 1868 y se desarrolló la bolsa y la
banca privada. Continuó la costumbre de la Deuda Pública.
d) Demografía y estructura social. Se pasó de 11 a 16 mill./hab. entre 1800-1877, con una
densidad de 30 hab./Km2; descendió la mortalidad y se mantuvo la natalidad; el 80% de los
españoles seguía viviendo en el campo. Aumentó la emigración (interna y externa), y el
sector primario seguía ocupando al 65% de la población activa.
Fue emergiendo la SOCIEDAD DE CLASES, con nuevos grupos dominantes (alta
burguesía, latifundistas agrarios, altos cargos del estado, mandos militares), clases medias
urbanas y población campesina. A lo largo del siglo se agravaron los conflictos sociales,
aumentando las agitaciones y huelgas, y favoreciendo los orígenes del MOVIMIENTO
OBRERO.
Respecto a éste, la primera etapa de lucha se caracterizó por la deficiente organización, el
antimaquinismo, la aparición de los primeros periódicos obreros y la represión
gubernamental. Las primeras asociaciones eran reivindicativas, sin planteamientos políticos.
Hubo huelgas en 1854 y 55 en Barcelona y a partir de 1868 apareció la AIT (ideología
anarquista, con arraigo en Cataluña, Levante y Andalucía). Un pequeño grupo madrileño
evolucionó a posiciones marxistas (Castilla y zonas mineras).
Historia de España
M. Fernández
En el apartado social, el EJÉRCITO tuvo un papel preponderante durante el régimen liberal;
incluso varios generales lideraron los principales partidos políticos. El recurso más
frecuente fue el pronunciamiento, y los motivos fueron el prestigio de algunos generales y la
debilidad del poder civil.
La IGLESIA perdió las bases económicas de su poder, se redujo su influencia en la vida
pública y el número de miembros del clero disminuyó.
e) Política exterior. Las grandes potencias europeas se implicaron en la guerra carlista: los
estados absolutistas apoyaron a D. Carlos y las naciones liberales al bando isabelino.
Durante el reinado de Isabel II, la actividad exterior española se caracterizó por la
dependencia de Francia o Gran Bretaña y por la inhibición y pasividad respecto a los
grandes problemas europeos; la diplomacia española fue neutral para evitar complicaciones
a un país ya débil militar y económicamente. Se dio prioridad al mantenimiento de los
territorios coloniales. Con la Santa Sede se firmó el Concordato de 1851 (paralizar la venta
de bienes del clero y reconocer la confesionalidad del Estado; el Vaticano aceptó las ventas
ya realizadas). Con O’Donnell (1858-63) hubo intervenciones militares en Conchinchina,
Marruecos, México y Santo Domingo, pero estas expediciones sólo supusieron grandes
costos.
Historia de España
M. Fernández
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