XVII Simposio de la Sociedad Sonorense de Historia Empresas, empresarios y españoles en Sonora, 1890-1933 Ana Isabel Grijalva Díaz* Durante el porfiriato, el porcentaje de españoles en relación con la población total mexicana era de 0.07%, de los cuales sólo la mitad de ellos se naturalizaron mexicanos entre 1890 y 1910, ya que no era un impedimento para desarrollar sus actividades económicas dentro del país. 1 La política de población que consistía en atraer colonos y capital extranjero, provocó descontento entre los mexicanos, quines pidieron que la inmigración se limitara a latinos, católicos y agricultores, especialmente a españoles, franceses, belgas e italianos. En la práctica se le permitió la entrada a otros extranjeros. 2 Históricamente, España se ha caracterizado como una zona de migración interna y externa. Asturias, Galicia y la región vasca, es decir toda la región costera norte, se destacan como las provincias que en mayor grado han contribuido con la emigración. En el siglo XIX la emigración hacia hispanoamérica se inició con mayor fuerza debido a la sobrepoblación rural. El cual se presentó por el sistema agrario que se había mantenido y reforzado por el sistema de herencia existente por las leyes castellanas: la propiedad se dividía por igual entre todos los hijos. Sin embargo, la improductividad de estas pequeñas propiedades originó una estrategia familiar: Uno de los hijos, no necesariamente el mayor, era el que se quedaba con el caserío (casa, tierras de labor y ganado) y repartían beneficios entre los hermanos. Esto significaba lo mismo que fragmentar la propiedad, por lo que los hermanos mayores emigraban en busca de sus propios patrimonios, además de que la herencia no se repartía en vida de los padres. 3 La migración no sólo se daba por el deterioro de sus fincas, sino también por la guerra que España mantuvo con Cuba y luego con Marruecos a finales del siglo XIX y principios del XX. 4 Si bien la inmigración asturiana proviene básicamente de zonas agrícolas, el sector minero también aportó sus grupos por las huelgas que se produjeron desde 1881.5 En su mayoría eran hombres solos, provistos de sus oficios y vínculos familiares o personales que les facilitaba la inmigración en cadena. El negociante ya instalado traía a parientes o amigos cercanos a trabajar con él en la empresa familiar. 6 En general, los españoles no sólo se desarrollaron en el comercio de abarrotes en los estados de Veracruz, Puebla o la ciudad de México, sino que incursionaron en todo el país. Compitieron con importantes mayoristas extranjeros: norteamericanos, ingleses y otros. Al menudeo le hicieron la competencia a mexicanos, y en el ramo textil a los franceses. 7 1 Michel Kenny y Virginia García, Inmigrantes y refugiados españoles en México siglo XX (México: Ediciones de la Casa Chata, 1979), 31. 2 Emmanuel Todd, El destino de los inmigrantes. Asimilación y segregación en las democracias occidentales (Barcelona: Tusquets, 1996) 16-18. 3 Ibid., 101-102. 4 Ibid., 103-107. 5 Ibid., 103 6 Clara E. Lida, “Inmigrantes españoles durante el porfiriato: problemas y temas” Historia Mexicana 35, (1985): 229. 7 Ibid., 185. 1 Leticia Gamboa reconoce que en la ciudad de México se desarrollaron grandes empresas de españoles. Ahí se encontraba el mercado de consumo que les permitió alcanzar la cima económica. Su situación social se colocó en la punta de la pirámide debido a que algunos invirtieron las ganancias y la liquidez provenientes del comercio y préstamos en industrias: alcohol, azúcar, ferrocarril, tabaco y textiles en la creación el Banco Mercantil Mexicano. 8 En lo que corresponde a los empresarios y empresas de españoles en Sonora, hicieron acto de presencia en forma similar a Puebla o a la ciudad de México, bajo el sistema comanditario o en cadena. Un ejemplo de ello es el caso de los asturianos Bonifacio y Zoilo de la Puente, quienes establecieron en Hermosillo la fábrica de velas “La Fama” en 1904. En 1906 se integró a ella Avelino de la Puente como empleado, seguido por Serrano en 1910 y Eugenio en 1933. Desde 1905, invitaron a su amigo y coterráneo Rosendo Fernández para que llevara la contaduría de libros. 9 Inicialmente Bonifacio fungió como único dueño y administrador de la fábrica de velas. Pocos a poco Zoilo y Rosendo incursionan en los negocios de la fábrica. Así, en 1910, Bonifacio organizó la sociedad “B. de la Puente y Cía.” con Zoilo y Rosendo, participando en ella como socio mayoritario con el cincuenta por ciento del capital social que equivalía a $50.000.00, Zoilo con 28,000.00 y Rosendo $22,000.00. 10 Debido a problemas de salud, Bonifacio deja la Compañía en 1916. Al disolverse la sociedad, los activos y pasivos fueron vendidos a la nueva sociedad “Puente y Fernández”, formada por Zoilo y Rosendo ése mismo año. 11 La sociedad “Puente y Fernández”, no sólo se dedicó a la explotación de la fábrica de velas, sino también a otorgar préstamos hipotecarios, como es el caso del Antonio A. Guerrero y Juan Peralta de la sociedad “Guerrero y Peralta”, a quienes les otorgaron un préstamo por quince mil dólares en junio de 1919. Cantidad que no fue cubierta por la sociedad “Guerrero y Peralta”. 12 Rosendo Fernández, en calidad de socio administrador promovió el juicio hipotecario contra la sociedad “Guerrero y Peralta”, demandándoles el pago de la cantidad prestada más el 2% de interés mensual. Dicha suma la debían de pagar en enero de 1920, de nos ser así, gozarían de una prórroga de seis meses. A falta de dicho pago, el Juez condenó a la sociedad de pagar la cantidad de veintiséis mil setecientos veinte dólares, producto de los intereses hasta agosto de 1925. 13 Los bienes hipotecados consistían en cuatro solares ubicados al occidente de Villa de Seris, los cuales eran conocidos como Molino de “Eusebio Salgado” y “Molino de Gutiérrez”, formados en un solo cuerpo a nombre de dicha sociedad. Así como la finca construida y el molino harinero que funcionaba por fuerza hidráulica derivada de 8 Leticia Gamboa Ojeda, “Empresarios españoles del centro-sur de México: comparación y reflexiones, 1840-1910”, ponencia presentada en el Seminario: “Empresarios españoles del centro-sur de México: comparaciones y reflexiones, 1840-1930”, El Colegio de México: 2004. 9 Archivo Fábrica de Velas La Fama. (no disponible al público) 10 Archivo General del Estado de Sonora (AGES), Fondo Notarías (FN), tomo 1, escritura 78, 8 de marzo de 1910. Escritura Constitutiva“B. de la Puente y Cía.” 11 AGES, FN, tomo 10, escritura 918, 11 de marzo de 1916. Escritura constitutiva “Puente y Fernández” 12 AGES, FN, tomo 4, escritura 5, 8 de abril de 1925. Escritura de venta por el juez de Primera Instancia a favor de la sociedad “Puente y Fernández” por rebeldía de la sociedad “Guerrero y Peralta”. 13 Ibid. 2 la corriente del Río Sonora, de la maquinaria que utilizaba dicho molino y de los demás derechos de agua que le correspondían a estos bienes. 14 Dichos bienes fueron adjudicados a la sociedad “Puente y Fernández”, a causa del juicio hipotecario, en abril de 1925. 15 A partir de esta fecha la sociedad no sólo se dedicó a la fabricación de velas, sino también a la producción de harina de trigo. La sociedad de “Puente y Fernández”, formada desde 1916 para la explotación de la Fábrica de velas “La Fama”, en 1923 se prorrogó por tres años más y se modificaron algunas cláusulas del la escritura constitutiva para incorporar en ella a José Ramón Fernández, sobrino de Rosendo, quien aportó la suma de dos mil pesos al capital social formado por diez mil, de los cuales cuatro aportó Zoilo y cuatro Rosendo. 16 De la misma manera el sueldo mensual se distribuyó según la cantidad aportada al capital social, por lo que Rosendo y Bonifacio recibían doscientos pesos y José Ramón Fernández cien pesos. Las utilidades y pérdidas se distribuyeron en cuarenta por ciento para los dos primeros y el veinte por ciento para José Ramó n Fernández. 17 En 1926, Dicha sociedad de Puente y Fernández se disolvió, poniendo en liquidación las utilidades deducidas del capital social del cual resultó ser la cantidad de cincuenta y cuatro mil pesos, contando las cuentas por cobrar. Los socios estuvieron de acuerdo en repartirse los bienes inmuebles existentes en la sociedad en forma de pago. A Rosendo Fernández le correspondió la cantidad de veinte mil pesos, valor de los solares y el molino harinero “La Fama”, ubicado en Villa de Seris, (antes denominados “Eusebio Salgado” y “Molino de Gutiérrez”) con todas sus construcciones y derechos de agua. Además de algunas cuantas por cobrar. 18 A Zoilo de la Puente por derechos propio y por que así lo dispuso como socio liquidador, se adjudicó como parte de las utilidades que le corresponden, la cantidad de quince mil pesos, y como pago de su haber social la casa y solar en la que se encuentra construida la fábrica de velas La Fama, con todas sus construcciones, maquinaria, muebles y enseres. A José Ramón Fernández se le cubrió en efectivo lo que le correspondía del haber social y las utilidades. De esta liquidación y repartición de bienes inmuebles que se adquirieron durante la sociedad “Puente y Fernández”, procedieron cada uno de los socios liquidadores a formar una nueva sociedad por separado. En marzo de 1926, es decir un día después de la liquidación, Rosendo Fernández junto a su sobrino José Ramón, formó la sociedad de “R. Fernández y Compañía”, con el objeto de explotar el molino harinero “La Fama”, ubicado en villa de Seris, así como al comercio en general. Incorporando para este fin, el capital social de cinco mil pesos, aportado por los socios en partes iguales. 19 14 Ibid. Ibid. 16 AGES, FN, tomo 4, escritura 229, 9 de marzo de 1923. Escritura de prórroga y modificación de la sociedad “Puente y Fernández” 15 17 Ibid. AGES, FN, tomo 5, escritura 25, 19de marzode1926. Escritura de disolución de la sociedad “Puente y Fernández”. 19 AGES, FN, tomo 4, escritura 200, marzo de 1926. Escritura constitutiva de la sociedad “R. Fernández y Cía.” 18 3 Las responsabilidades, en la dirección, administración y el uso de la firma social, estuvieron a cargo por ambos socios en forma indistinta. Así como las utilidades, pérdidas y el sueldo mensual de doscientos pesos. 20 Con base a la disolución de la sociedad “Puente y Fernández”, Zoilo de la Puente junto a su hermano Serrano, quien había laborado en la fábrica como empleado desde 1910, formó la sociedad “Puente y Compañía”; con el objeto de continuar con la explotación de la fábrica de velas, 21 pues este giro industrial se había convertido en la parte medular de la familia de la Puente. Los términos administrativos en que se fijó la sociedad, son similares a la compañía antes mencionada. Ambos socios son responsables de la firma social, así como la administración y la dirección. El sueldo mensual se fijó en doscientos pesos, ya que el capital social asciende a cinco mil pesos. Las pérdidas y las utilidades corresponden en partes iguales para ambos socios. El poder para negocios judiciales que Zoilo otorga al Lic. Miguel A. López22 y Antonio Honrado en 1932, da una idea de la magnitud de los negocios en los que se encuentra involucrado. Pues les confirió poder para cobrar demandar y percibir por medio de los tribunales y todas sus instancias, las querellas que sean necesarias, así como embargos, lanzamientos y remates de bienes a las personas a las que se les esté arrendando. Lo que significa que los negocios no sólo se enfocaron a la fábrica de velas, sino a todas aquellas actividades donde se tenía oportunidad de obtener ganancia, como los préstamos, arrendamiento de casas, u otros inmuebles. Sin embargo queda una duda en el aire con respecto a la escritura constitutiva de la sociedad de “Puente y Compañía Sucesores”, formada por los hermanos de Zoilo, Serrano y Eugenio de la Puente, en enero de 1933. 23 Ya que no sólo lleva el mismo nombre de la compañía formada con Zoilo, sino que son los únicos socios que aparecen en ella, dejando fuera a Zoilo, continúan con la explotación de la fábrica de velas “La Fama” y el comercio en general. 24 Entre Serrano y Eugenio de la Puente ejercieron la administración y dirección de la empresa, pero el uso de la firma social, sólo podía ejercerla Serrano, pues de los cinco mil pesos que formaba el capital social; cuatro fueron aportados por Serrano y mil por Eugenio. Así también, en forma proporcional se distribuyeron las utilidades y las pérdidas. 25 Aún no se ha encontrado documentación que indique la separación de Zoilo de la fábrica, como tampoco se ha encontrado documentación que indique la permanencia de Serrano y Eugenio dentro de ella. De alguna manera, a través de la línea directa de Zoilo, la fábrica permaneció en manos de la familia de la Puente. Con lo que respecta a otra de las familias de empresarios españoles en Sonora, se trata de los hermanos Abascal, procedentes de Beranga, España. Un pequeño pueblo 20 Ibid. AGES, FN, tomo 5, escritura 255, 29 de marzo de 1926. Escritura constitutiva de sociedad “Puente y Compañía” 22 AGES; FN, 1896-1913. Miguel A. López fungió como Notario Público en Hermosillo desde 1896 a 1913. 23 AGES, FN, tomo 3, escritura 223,11 de enero de 1933. Escritura constitutita de la sociedad mercantil “Puente y Cía.” 24 AGES, FN, tomo 3, escritura 223, 1de enero de 1933. Escritura constitutita de la sociedad mercantil “Puente y Cía.” 25 Ibid. 21 4 que en la actualidad sólo cuenta con seiscientos sesenta y cinco habitantes, de la provincia de Cantabria. Región expulsora al igual que Asturias. Manuel, Jerónimo, y Celestino Abascal, desde finales de los años noventa del siglo XIX, se establecieron en Horcasitas, dedicándose a la explotación de la tierra, la cría de ganado, el aprovechamiento de toda clase de fincas rústicas y urbanas, es decir al arrendamiento de estas. Al comercio en pequeño y a gran escala, y a la industria harinera. 26 Para llevar a cabo dichos negocios, formaron la sociedad “Compañía Agrícola y Comercial de Sonora”, cuyo nombre permaneció hasta 1913, cuando lo cambiaron por “Abascal y Compañía”, 27 con el fin de continuar con los mismas giros sólo que de manera más amplia, pues el capital social era de ciento veintiún mil pesos. Los bienes inmuebles comprendidos en la sociedad eran las fincas rústicas de “Codorachi” y “Tierras Nuevas”, sin embargo el giro principal era el comercio. Uno de los establecimientos estaba ubicado en las inmediaciones de la fábrica textil “Los Ángeles”. En forma separada de la sociedad, Manuel Abascal, tenía un establecimiento de ropa y abarrotes en San Miguel de Horcasitas. En abril de 1915, decidieron separar los bienes de la sociedad, es decir las dos fincas rústicas conocidas como “Codorachi” y “Tierras Nuevas”, y el molino harinero, se dividieron en tres partes iguales y pasaron a ser propiedad particular de los socios. 28 En 1919, prorrogaron la sociedad bajo las mismas condiciones, pero en 1921 no sólo la prorrogaron por diez años que concluirían en junio de 1933, sino que aumentaron el capital social a ciento treinta y cuatro mil pesos, de los cuales dos mil quinientos setenta y cuatro fueron en efectivo, e incorporaron todos los bienes inmuebles adquiridos ya sea por la misma sociedad o en forma particular de parte de alguno de los socios: Manuel, Celestino o Jerónimo. 29 De las propiedades o derechos reales de propiedad que pasaron a formar parte del nuevo capital social fueron: a).- Las Hacienda de “Codorachi” y “tierras nuevas” – en la municipalidad de Horcasitas- y sus tierras de campo con una superficie de 2,175 hectáreas: casa habitación para sirvientes; molino harinero; galeras; derechos de agua; instalación de bombas, presas, pozos y canales; las fincas propiedades conocidas como: “El Peñasco”, “El Cuadro”, y “La Zapeta” las cuales fueron compradas por la sociedad en abril de 1903, valuadas en $124, 500.00 pesos oro nacional.(24-abr-1903, de los últimos predios); b).-Un derecho de propiedad indeterminado en los terrenos conocidos como San José de Gracia, compuestos de dos sitios para la cría de ganado mayor y caballar ubicados en el distrito de Hermosillo. Comprados al Sr. Carlos Grijalva en $200.00, oro nacional (18-ene-1909); c).-Un derecho de propiedad conocido como: El Carrizo o El Carrizalito, ubicado en el Distrito de Hermosillo, $ 200.00 oro nacional (20-oct-1910); d).- Dos derechos de propiedad en el Rancho “El Cero Colorado”, San Miguel de Horcasitas, $150.00 oro nacional. (27-abr-1910); e).- 9/10 de la décima de la séptima parte de los predios de Topahue y San Mateo del distrito de Hermosillo, comprados a Manuel M. Gándara, valuados en $2,000.00 oro nacional. (14-julio26 AGES, Fondo ejecutivo (FE), tomo 647, año, 1893, legajo San Miguel de Horcasitas. Estadística de negocios en el Estado 27 AGES, FN, tomo 2, escritura 49, 14 de febrero de1913. Escritura constitutiva “Abascal y Compañía”. 28 AGES, FN, tomo 9, escritura 617, 20 de abril de 1915. Escritura de separación de bienes. 29 AGES, FN, tomo 1, escritura 7, 03 de junio 1921. Escritura de aumento de capital de Abascal y Compañía. 5 1911); f).- La tercera parte del Rancho “Chipisonora” y “Punta de Agua”, distrito de Ures. El cual mide cinco (5) sitios de ganado mayor, $1,000.00 oro nacional (1 de agosto de 1914), a la Señora Dolores Ortiz de Cagigal; g).- un derecho de la misma propiedad anterior que corresponden a la 54ª parte de la misma. $100.00 oro nacional (20-nov-1910); h).- derechos de copropiedad de Manuel Abascal en “El Taraíz”, en tres sitios de “San Francisco de la Sauceda”, y en un sitio del Rancho de la “Tinaja”. Todos los terrenos situados al norte de la villa de Horcasitas $100.00 oro nacional (14-nov1912); finalmente, 12 acciones en la Compañía Industrial del Pacífico, con un valor nominal de $1,000.00 pesos, valuadas en $3,200.00 oro nacional. Algunas de estas propiedades o parte de ellas fueron utilizadas para el arrendamiento a particulares, como en el caso de una parte de “Tierras Nuevas” que se las adjudicaron bajo este sistema a Genaro Gómez, 30 para la cría de ganado y la agricultura. 31 Los españoles que radicaron en Sonora empezaron a destacar en el comercio, la ganadería, la agricultura y la industria harinera. En la Ciudad de México y Veracruz, los españoles destacaron en la actividad comercial por lo que llegaron a alcanzar la cima económica. En La Laguna, la mayor proporción de propietarios y empresarios agrícolas extranjeros eran españoles. 32 Mario Cerutti, indica que el español que emigró a México no trajo consigo gran capital ni representaba ninguna corporación, como el norteamericano, alemán, ingles, y francés, que al operar en sus grandes trust, hacen calcular su peso en la economía mexicana. Pero los españoles a diferencia de los otros extranjeros, desarrollaban actividades de todos tipos a lo largo y ancho del país. Además, les favorece la larga trayectoria de emigración hacia México, Lo que facilita la integración de la sociedad mexicana, a más de de los vínculos sanguíneos difíciles de sustraer. Así, los españoles radicados en Guaymas, Hermosillo y Horcasitas, iniciaron relaciones comerciales con empresarios mexicanos y extranjeros de otras nacionalidades. Esto se observa no solo en las relaciones de compraventa de terrenos y de productos comerciales, sino en la incorporación de sociedades de mayor importancia como lo fue la “Compañía Industrial del Pacífico” S. A. “Los Ángeles”, cuyas doce acciones se mencionaron anteriormente de parte de Manuel Abascal. También incursionaron en ella otros españoles como Gaspar Zaragoza y Celedonio Corvera de los cuales hablaré en otra ocasión. 30 Genaro Gómez, es de origen español, recién llegado a Sonora en 1917. AGNES, FN, tomo1, escritura 49, 10 de mayo 1917. Escritura de arrendamiento de una huerta denominada “Tierras Nuevas” y un terreno de campo otorgado por “Abascal y Compañía.” a favor de Genaro Gómez. 32 Cerutti, Españoles en el Norte de México, 167 31 6