REFLEXIONES TEÓRICAS PARA UN MOVIMIENTO FEMINISTA DE LA NO - VIOLENCIA POR BRENY MENDOZA CENTRO DE ESTUDIOS DE LA MUJER-HONDURAS, CEM-H Reflexiones Teóricas para un Movimiento Feminista de La No - Violencia Autora: Breny Mendoza Pintura de Portada: Adelay Carías Diseño y diagramación: Eliana Donaire CEMH Marzo 2010 INTRODUCCIÓN: Del Particularismo a la Universalidad E l golpe de estado del 28 de junio 2009 y su institucionalización luego de las elecciones presidenciales de noviembre 2009 ha obligado al movimiento feminista hondureño a replantearse su quehacer político. Esta en cuestión ni mas ni menos que su identidad política, su misión y sus estrategias a corto, mediano y largo plazo, el carácter de sus alianzas con otros movimientos sociales y con el Frente Nacional de Resistencia Popular, e incluso las teorías que guiarán su practica de aquí en adelante. Una lectura equivocada de la situación y de su ubicación dentro de las luchas por la justicia en Honduras puede ser contraproducente para el movimiento, para las mujeres en particular, y para los oprimidos en general. De cierta manera, algunos de los problemas que aquejan al movimiento feminista hoy como ser su abrupta desvinculación con el estado o su incierta vinculación con el Frente Nacional de Resistencia Popular pueden atribuirse a lecturas de la realidad desacertadas en el pasado. No se trata exclusivamente de estrategias que no fueron “bien” pensadas, como por ejemplo, un involucramiento desmedido con el estado o la “política de presencia,” a la que aluden Phillips y Cole cuando describen el afán feminista de estar presente en la elaboración de políticas públicas que favorecen a las mujeres, o en las maquinarias estatales como las oficinas o ministerios de la mujer, el INAM, en Honduras, o la participación en los procesos electorales y en los circuitos de las Naciones Unidas, o en espacios mixtos usualmente dominados por lógicas masculinistas como el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) o el Foro Social Mundial. Se trata también a menudo de la incomprensión del locus de enunciación de la lucha feminista en la sociedad, de una inadecuada teorización sobre la realidad y de la ausencia de un discurso que libera al movimiento de su particularización y aislamiento como movimiento exclusivamente de mujeres. En este sentido, se hace necesario desarrollar un nuevo lenguaje con un contenido indéxico que identifica y define los procesos políticos que se dan en Honduras y en América Latina desde las feministas como parte de las procesos políticos necesarios para solventar los S e h a c e n e c e s a r i o problemas que aquejan a la nación, la d e s a r ro l l a r u n n u e vo región y a la humanidad en su lenguaje con un contenido totalidad. indéxico que identifica y Sólo de esta manera, se puede desenmascarar la universalidad contenida en la especificidad de la lucha feminista y de America Latina, y dejar de ver tanto al feminismo latinoamericano como a America Latina como entes particulares e insustanciales para la política mundial y la teoría feminista transnacional. Algo que me parece es una tendencia de nuestros tiempos en ambos registros. define los procesos políticos que se dan en Honduras y en América Latina desde las feministas como parte de las procesos políticos necesarios para solventar los problemas que aquejan a la nación, la región y a la humanidad en su totalidad. Creo que podemos encontrar algunos indicios de ese nuevo lenguaje en el “paradigma de atrocidad” desarrollado por la filósofa feminista Claudia Card, los escritos de Judith Butler sobre la precariedad de la vida y la ética de no-violencia, el concepto de necropolitica de Achilles Mbembe y la literatura sobre el holocausto. Cada una de estas teorías debe ser sometida, sin embargo, a lecturas críticas puesto que todas ignoran precisamente las atrocidades y la violencia que ha sustantivado a América Latina desde la Conquista. Sólo deben ponernos a pensar y no a pensar como ellas. Y por supuesto en el proceso debemos corregir estas teorías a la luz de nuestro locus de enunciación, nuestro propio lugar epistémico. Pienso que sin una buena teoría no hay una buena práctica. Toda acción es simultánea al pensamiento que la acompaña. Hacer teoría se ha vuelto una obligación que ya no podemos postergar, si hemos de ser escuchadas. Realizar esta lectura crítica de estas teorías, sin embargo, trasciende mis posibilidades en este momento. Sólo pretendo esbozar algunas líneas de pensamiento a partir de ellas que nos pueden ser útiles en esta coyuntura tan especial del movimiento feminista en Honduras. Quizá ellas puedan informar algunas de las estrategias políticas que se irán discutiendo en los próximos días y meses. Sin duda, algo que podemos decir sin temor a equivocarnos, es que la estrategia de lucha de las feministas en Honduras ha de tener carácter transnacional. Por eso tendrá que dilucidarse el potencial de los feminismos transnacionales en otro momento. Otra tarea pendiente que queda es el estudio más profundo de las propuestas feministas basadas en la ética de no-violencia como Ruta Pacífica de las colombianas o las Mujeres de Negro de Palestina e Israel, las propuestas de no-violencia de los movimientos indígenas y campesinos de America Latina, los movimientos de las africanas y el sudeste asiático, e incluso los pequeños brotes de resistencia que se dan en EEUU de donde proviene buena parte de la violencia contra el mundo. Sin duda, algo que podemos decir sin temor a equivocarnos, es que la estrategia de lucha de las feministas en Honduras ha de tener carácter transnacional. Por eso tendrá que dilucidarse el potencial de los feminismos transnacionales en otro momento. En el terreno de lo político, las feministas hondureñas tendrán que imaginarse un pacto entre las diversas luchas que trasciende su identidad particular como feministas y/o representantes de la opresión de las mujeres. Es decir, que en vez de insistir en la identidad particular como feministas, por ejemplo, dentro del FNRP, quizá habría que priorizar el desenmascaramiento de la forma en cómo la represión, el sufrimiento, y la explotación de las mujeres por más particular que aparezca, es tan injusta como el sufrimiento de los campesinos, sindicalistas, indígenas, Garifunas, LGTB, etc. Esto no quiere decir que el sufrimiento Quizá habría que priorizar de las mujeres no asume una forma el desenmascaramiento de particular, porque su represión implica la forma en cómo la a menudo la violación o acoso sexual o represión, el sufrimiento, y implica ciertas instituciones como la la explotación de las maternidad y la familia que nos oprime mujeres por más particular de manera singular. Valdría la pena que aparezca, es tan injusta preguntarse en este contexto sin como el sufrimiento de los embargo, si las formas particulares del campesinos, sindicalistas, sufrimiento de las mujeres implican un indígenas, Garifunas, LGTB, mayor sufrimiento que el que sufren etc. los Garifunas e indígenas por el racismo o los campesinos y obreros por el clasismo, o los LGTB por la homo y transfobia. Si fuese así, ello nos llevaría a jerarquizar las distintas formas de opresión y a a jerarquizar las distintas formas de opresión y a escamotear la forma en que las distintas matrices de poder de género, raza, clase y sexualidad se intersectan y determinan mutuamente. Mas sensato por ahora sería reconocer que la particularidad de lo reprimido, lo sufrido y lo explotado que cada sector reclama para sí es lo que une las luchas entre si. Habría que reconocer que toda particularidad de los sujetos (o sectores) guarda en sí la universalidad de las luchas contra la opresión y que la universalidad de la lucha contra la opresión contiene a todas las particularidades. Quizá más que un pacto entonces entre identidades particulares de mujeres, indígenas, Mas sensato por ahora sería reconocer que Garífunas, campesinas, la particularidad de lo reprimido, lo sufrido etc. se debe hablar de y lo explotado que cada sector reclama un pacto de luchas por para sí es lo que une las luchas entre si. Habría que reconocer que toda la justicia. (Zizek, 2008) particularidad de los sujetos (o sectores) guarda en sí la universalidad de las luchas contra la opresión y que la universalidad de la lucha contra la opresión contiene a todas las particularidades. Quizá más que un pacto entonces entre identidades particulares de mujeres, indígenas, Garífunas, campesinas, etc. se debe hablar de un pacto de luchas por la justicia. (Zizek, 2008) Este artículo fue escrito a encargo del Centro de Estudios de la Mujer-Honduras,CEM.H. Es un documento de discusión Las Lecciones Del Foro Social Mundial Y Los Feminismos Creo que eso fue lo que quiso ser el Foro Social Mundial (FSM) una alianza de luchas, libres de jerarquización. Se llamó a si mismo incluso el “movimiento de movimientos.” Pero no lo logró. Hoy por hoy el FSM se denuncia en decadencia. Vale la pena detenerse un poco en el análisis de esta experiencia para imaginarse una vinculación feminista con el FNRP e incluso el futuro del FNRP. El FNRP se acerca mas al modelo del FSM que a los modelos FLSN y FMLN y puede beneficiarse igualmente de este análisis. En su momento de auge, el FSM se vio como un espacio donde la diversidad de los movimientos sociales transnacionales, incluyendo el feminista, construía no sólo un nuevo paradigma del conocimiento a partir de la experiencia de otredad de indígenas, afro-descendientes, campesinos, feministas etc., sino que también construía una visión alternativa del mundo que cambiaba la forma de hacer política. Su eslogan de “otro mundo es posible” sintetizaba la utopia del FSM de construir un mundo sin capitalismo; de construir el contradiscurso a partir de una imagen opuesta al Foro Económico Mundial (FEM): el homo solidario versus el homo Davos-corrupto de Wall Street. Sin embargo, la propuesta alternativa nunca se llegó a tejer bien en el seno del FSM. La conjura contra el capitalismo y el neoliberalismo no logró conjugar las distintas luchas que se citaban cada enero en Porto Alegre u otras ciudades del Tercer Mundo. Algunos opinan que los gobiernos de sello de izquierda empezaron a tener demasiada influencia en el foro, otros que los movimientos sociales desperdiciaron la oportunidad de conformar movimientos asociados a gobiernos de izquierda que podían generar los cambios que se exigían. Se critica que el foro fue monopolizado por elites intelectuales de Europa y América Latina que fueron alejando a los movimientos sociales de los hoteles cinco estrellas donde se atrincheraban con personajes políticos de la izquierda como Lula de Brasil, que irónicamente era celebrado en el propio FEM como “estadista global” (Zibechi). Se señala un renovado declive de los movimientos sociales y el decaimiento de los mismos gobiernos de izquierda que han ido perdiendo popularidad, elecciones y viéndose cada vez más en la mira de las estrategias militares de EEUU. Pero sobretodo se coincide en el fracaso del FSM de construir una alternativa viable en contra del capitalismo neoliberal. El FSM no dio la talla y fue reabsorbido por los mismos convencionalismos que han hecho fracasar a la izquierda en otras ocasiones. Las feministas que han analizado el FSM comparten muchas de estas apreciaciones, pero la mayoría de ellas se centran en la problemática posición de las feministas dentro del FSM. Todas observan que pese a una presencia masiva de mujeres y una presencia significativa de feministas en las manifestaciones callejeras del FSM, las agendas feministas no lograron nunca integrarse mas allá de comentarios o alusiones al margen en los pronunciamientos y documentos del foro, siempre éstos controlados por las mismas elites masculinas de izquierda que todos se quejan. (Ara Wilson, 13) La Marcha Mundial de Mujeres y la Articulación Feminista Marcosur eran las instancias más visibles del movimiento feminista dentro de las camarillas masculinistas que se formaban en el foro, pero no lograban afectar las grandes decisiones que el foro tomaba en sus espacios informales de toma de decisiones como el Consejo Internacional. Los aportes feministas eran sistemáticamente ignorados en las discusiones intelectuales y políticas dentro de los espacios no-feministas, aunque al parecer la marginalización se vio un poco disminuida en Mumbai (2004) y Quito en el FS de las Américas (2005) porque las feministas tenían mayores nexos con otros movimientos sociales en sus respectivos países. (Conway, 2007) La exclusión de las feministas en el FSM condujo a la creación de un espacio llamado Diálogos Feministas en el cual feministas de todos lados podían articular sus preocupaciones, tensiones e inconformismo por su marginalidad dentro del foro. La sensación de exclusión y opresión de las mujeres y el feminismo en el FSM era visiblemente dolorosa, si consideramos que en el foro del 2005 en Porto Alegre se corrieron rumores que 90 mujeres habían sido violadas en un campamento juvenil. (Koopman, 2007) Al final sólo se documentaron dos casos, pero la exageración del número deja entrever no solo el resentimiento que las feministas fueron acumulando dentro del FSM por su exclusión, sino el ambiente hostil que vivían. Si bien las feministas denunciaron su exclusión y el tema se puso sobre el tapete, las lesbianas que acudieron al FSM denunciaron no sólo su exclusión del seno del FSM, sino que su invisibilización dentro los espacios feministas. De los cientos de talleres del foro en Mumbai 2004, sólo dos fueron dedicados al lesbianismo (estos trataban la tortura a lesbianas) y estos fueron programados a horas simultáneas y estaban tan separados físicamente entre si que no se podían visitar ambos, si así lo escogiese la persona. (Hawthorne, 2007) Ahora bien, la exclusión de las mujeres (y lesbianas) por las elites masculinistas de izquierda del foro no eran la única preocupación de las feministas. Estaba claro que querían ser escuchadas (o escucharse?) en el foro, pero lo que no estaba claro era lo que querían decir. Ara Wilson reporta que en las discusiones diarias en los Diálogos Feministas era notorio que las feministas no sabían lo que querían se escuchara de ellas. (Wilson, 24) Wilson se preguntaba, ¿cuál es la agenda feminista dentro del foro? ¿Cuál es su visión de globalización alternativa y que de particularmente feminista tiene su visión? Me parece que esta experiencia de las feministas dentro del FSM contiene varias lecciones que las FeR deben examinar con cuidado. Las FeR deben plantearse también preguntas similares en relación a su vinculación con el FNRP. ¿Cual es la agenda feminista dentro del FNRP? ¿Cuál es su visión de país y que de particularmente feminista tiene esa visión? Este punto nos retorna al tema de la universalidad y particularidad del feminismo y al tema de la “política de presencia” que caracteriza al feminismo latinoamericano, incluyendo el hondureño. La Política De Presencia Es notorio que las feministas latinoamericanas sostuvieron una 'política de presencia' dentro del FSM muy similar a la que promovieron en otro momento en los ámbitos de Naciones Unidas o en las luchas que cada movimiento ha conducido en sus respectivos países por influenciar las políticas estatales, colocar feministas en los aparatos estatales y organismos internacionales, dentro de los partidos políticos etc. Curiosamente, muchas de las personajas feministas más visibles dentro del FSM son representativas del mismo feminismo institucionalizado o ongizado de la región que mas ha promovido la “política de presencia.” Las luchas en este sentido han sido mayormente de inclusión, de conseguir la paridad y la igualdad, de estar ahí. Y con frecuencia la “política de presencia” ha rendido frutos. Sin embargo, esta estrategia política no pudo brindar frutos en un espacio como el FSM que buscaba por lo menos a nivel discursivo, no la inclusión dentro las estructuras existentes, o la subversión de las estructuras insertándose en ellas, sino la destrucción y reinvención de esas estructuras basándose mas en una concepción de justicia que de igualdad. Las feministas, y en particular las feministas latinoamericanas no partían desde un concepto de justicia ni contaban con un análisis serio sobre la globalización neoliberal. Aquí es pertinente, una autocrítica del f e m i n i s m o latinoamericano que ha descuidado desde hace muchos años la Las feministas, y en particular las feministas latinoamericanas no partían desde un concepto de justicia ni contaban con un análisis serio sobre la globalización neoliberal. construcción seria de una teoría feminista latinoamericana que no sólo revise sino que guíe su práctica política. Ni el activismo puro ni la 'política de presencia' han resultado suficientes para subvertir los regímenes de género ni para afincarse dentro de un movimiento amplio de transformación social que recoja la demandas de las feministas. Es por eso que esta experiencia de las feministas dentro del FSM, resulta crucial para las FeR en Es necesario establecer no Honduras en su apuesta dentro del sólo a nivel teórico, sino FMRP. No bastara con incluir los políticamente, cómo la lucha “artículos pétreos” de las feministas contra el patriarcalismo, que en los procesos de la constituyente opera en todos los dispositivos o e n l o s d e b ate s s o b re l a del poder en la sociedad, es constituyente para transformar las ineludible en las estrategias relaciones de género, mucho menos para ponerle fin al clasismo, las condiciones de vida atroces de la racismo, heterosexismo. Para mayoría de la gente en Honduras. ello se tendrá que desarrollar Además de una teoría feminista una teoría y una política de latinoamericana, habría que crear alianzas con no-feministas. El una metodología política que feminismo tendrá que ir más entrena tanto a no-feministas allá de sus límites. como a feministas a ver la significancia concreta y particular de género como una cuestión universal, revelando, como hemos dicho líneas arriba, la universalidad que contiene la lucha particular de las mujeres con todas las demás luchas sociales. O sea, es necesario establecer no sólo a nivel teórico, sino políticamente, cómo la lucha contra el patriarcalismo, que opera en todos los dispositivos del poder en la sociedad, es ineludible en las estrategias para ponerle fin al clasismo, racismo, heterosexismo. Para ello se tendrá que desarrollar una teoría y una política de alianzas con no-feministas. El feminismo tendrá que ir más allá de sus límites. Sin duda, la decadencia del FSM y muchas de las derrotas de la izquierda, pero también de las feministas se deben en parte a la incomprensión de la dialéctica de la universalidad y particularidad. Los hombres (de izquierda) se apropian de la universalidad al autoerigirse como la norma universal de las luchas excluyendo, negando lo femenino (y lo feminista) y en el acto borrando su propia particularidad. Mientras que las feministas participan en su exclusión al declarar su condición en un lenguaje de particularismos reprimiendo así su propia universalidad. Estas posiciones hacen que ambos lados se cancelen mutuamente y que el dispositivo de poder que opera en las relaciones de género, de Los hombres (de izquierda) se clase, raza y sexualidad se apropian de la universalidad al reproduzcan ad infinitum. En estas auto-erigirse como la norma circunstancias, las alianzas políticas universal de las luchas excluyendo, negando lo se evaden mutuamente. Otra cosa importante de establecer, es quizá la primacía que tiene el concepto de justicia sobre el concepto de igualdad, que la “política de presencia” o las estrategias de inclusión en condiciones de particularidad (que obviamente es una palabra código para decir inferioridad) suelen promover. femenino (y lo feminista) y en el acto borrando su propia particularidad. Mientras que las feministas participan en su exclusión al declarar su condición en un lenguaje de particularismos reprimiendo así su propia universalidad. La concepción de igualdad presupone la operación aritmética de algo así como “los hombres tienen mas derechos que las mujeres, las mujeres son iguales que los hombres, algoritmo: hay que generar igualdad para obtener los mismos derechos que los hombres.” Este razonamiento no hace justicia al agravio contra las mujeres (ni el que los hombres sufren) ni interroga si esos derechos son éticos. Lo único que hace es colocar a los hombres como norma y medida del mundo humano y sustentar que las mujeres deben alcanzar y medirse a partir de esa suma cero: los hombres pierden o ceden algunos de sus derechos para que las mujeres ganen algunos. Esto Implica cosas tan poco claras como: el derecho al voto es un privilegio de los hombres. Hay que concederle el derecho al voto a las mujeres. La igualdad del voto le concede a las mujeres la igualdad política. Otro ejemplo quizá más problemático: El derecho a ser combatiente en un ejército de defensa nacional está reservado a los hombres. Las mujeres deben de tener el mismo derecho a ser combatientes Otra cosa importante de para cumplir en igualdad de establecer, es quizá la primacía condiciones su deber patriótico, y que tiene el concepto de el derecho a matar y morir por la justicia sobre el concepto de patria. En ambos casos, el sistema igualdad, que la “política de político y la guerra se dan por presencia” o las estrategias de s e n t a d o y e s c a p a n d e u n inclusión en condiciones de escrutinio sobre su valor ético p a r t i c u l a r i d a d ( q u e tanto para hombres como obviamente es una palabra código para decir inferioridad) mujeres. suelen promover. Además, la concepción de igualdad de género no es sólo androcéntrica, sino que conservadora y contiene un elemento de violencia simbólica porque produce no sólo una borradura del símbolo femenino, sino que exalta lo socialmente masculino, aunque sea moralmente cuestionable e incluso negativo para los hombres. No desactiva el dispositivo de poder del régimen de género sino que lo desplaza hacia a ciertas mujeres—las mujeres ricas, de clase media etc. que pueden conquistar u ocupar algunos espacios masculinos reproduciendo en el camino una cadena de injusticias contra mujeres y hombres indistintamente, en el orden de raza, clase y sexualidad. El concepto de justicia es superior, porque no acepta de antemano la jerarquía entre desiguales sino que pone en cuestión el sistema que crea la El concepto de justicia tiene una jerarquía y produce pares acepción ética y moral que el desiguales. No apunta hacia concepto de igualdad escamotea al una predistribución de bienes basarse en criterios cuantitativos y materiales y simbólicos de re d i st r i b u t i vo s m á s q u e e n a c u e r d o a p a r á m e t r o s principios éticos y morales que establecidos por la estructura distinguen el bien del mal. El de poder, sino que apunta al concepto de justicia incluso vacía de desmantelamiento del mismo s i g n i f i c a d o a l c o n c e p t o d e dispositivo de poder que desigualdad y su opuesto la produce la desigualdad. igualdad, porque en un mundo de El concepto de justicia es superior, porque no acepta de antemano la jerarquía entre desiguales sino que pone en cuestión el sistema que crea la jerarquía y produce pares desiguales. No apunta hacia una predistribución de bienes materiales y simbólicos de acuerdo a parámetros establecidos por la estructura de poder, sino que apunta al desmantelamiento del mismo dispositivo de poder que produce la desigualdad. El concepto de justicia tiene una acepción ética y moral que justicia no hay pares desiguales, solo diferentes. el concepto de igualdad escamotea al basarse en criterios cuantitativos y redistributivos más que en principios éticos y morales que distinguen el bien del mal. El concepto de justicia incluso vacía de significado al concepto de desigualdad y su opuesto la igualdad, porque en un mundo de justicia no hay pares desiguales, solo diferentes. No considera apriorísticamente que un lado del par desigual tiene mayor o menor valor en si. Por todo esto, es preferible tener un principio feminista de justicia antes que de igualdad. Es mas urgente concentrarse en revelar el conflicto que cruza el conjunto de las injusticias de los diversos sujetos particulares de los movimientos sociales, enfatizar la interseccionalidad de género, raza, clase y sexualidad antes que normalizar y particularizar el agravio y comprometerse en negociaciones que prometen igualdad o intercambian desigualdades Es mas urgente concentrarse en por otras, pero nunca justicia. Este suele ser el caso, por ejemplo, en la política de cuotas (política de presencia en los partidos) o en la presencia en espacios mixtos sin un criterio claro de lo que unifica las distintas luchas por la justicia. Es necesario desarrollar una ética política feminista basada en la justicia y no la igualdad para no correr el riesgo de repetir el error. revelar el conflicto que cruza el conjunto de las injusticias de los diversos sujetos particulares de los movimientos sociales, enfatizar la interseccionalidad de género, raza, clase y sexualidad antes que normalizar y particularizar el agravio y comprometerse en negociaciones que prometen igualdad o intercambian desigualdades por otras, pero nunca justicia. Haciendo Política En La Era Del Terror Sin duda, nos encontramos en el umbral de una política de terror en Honduras que hace muchas generaciones no se experimentaba en el país, aunque con ello no quiero decir que la violencia no haya caracterizado antes nuestra vida política y nuestra vida cotidiana. Es Lo que quiero enfatizar un retorno a los años 80, pero es m a s b i e n e n e s t e también la repetición compulsiva momento, es la necesidad de la historia de atrocidades que de construir un discurso define los fundamentos mismos de político como parte de nuestra región desde la conquista una estrategia mas amplia de America. Todos/as escuchamos que defina de una vez por los tambores de guerra de EEUU todas la política de EEUU con sus planes de acabar con los (y sus aliados europeos) gobiernos de izquierda y los hacia Honduras y América m o v i m i e n t o s p o p u l a re s d e Latina en general, como America Latina. No necesito repetir una política del mal, de los pasos que se han ido tomando atrocidades, que puede para preparar una nueva guerra ser asociada incluso con sucia en America Latina. Son de una política de genocidio. sobra conocidos por todos/as. Lo que quiero enfatizar mas bien en este momento, es la necesidad de construir un discurso político como parte de una estrategia mas amplia que defina de una vez por todas la política de EEUU (y sus aliados europeos) hacia Honduras y América Latina en general, como una política del mal, de atrocidades, que puede ser asociada incluso con una política de genocidio. Ello como una estrategia de denuncia del crimen y a la vez preventiva o de detención del terror que se nos avecina. Ello para rehusarnos a continuar normalizando y volviendo ordinarias e inconsecuentes las políticas del mal hacia America Latina. Ello para preparar el terreno de un juicio internacional en el futuro. Las discusiones sobre lo que significa atrocidad, maldad, genocidio etc. han cobrado relevancia después del 9/11, lo que significa que su atención se ha concentrado en el Medio Oriente. Ello ha permitido que el holocausto colombiano que ha cobrado según recientes estimaciones alrededor de 200,000 vidas pase por ejemplo absolutamente desapercibido. Las atrocidades que suceden en América Latina suelen pasar desapercibidas o no son percibidas como atrocidades. Ello empieza desde la misma conquista de América que comete el genocidio contra los indígenas, pero que no es reconocido como tal. Y sin embargo, algunos filósofos latinoamericanos como Enrique Dussel lo consideran como uno de los tres genocidios que marcan la historia de la modernidad. (Los otros genocidios serian la trata de esclavos africanos del trasatlántico y el holocausto judío.) La literatura convencional y contemporánea sobre genocidio, maldad, violencia suele atribuir la muerte masiva de los indígenas en América mas a enfermedades como la viruela, que a una política genocida. Es decir, el genocidio de América ancestral no cumple con los requisitos de ser definido como genocidio porque se supone que fue mas bien accidental, y no producto de una política premeditada de exterminación de etnias. En cambio, el holocausto judío se ha convertido en el símbolo de sufrimiento humano y hoy por hoy es considerado el crimen máximo cometido en la historia de la humanidad, porque su premeditación ha podido ser comprobada. El imaginario del holocausto judío que en buena parte ha permitido construir una teoría del mal, no obstante, ha servido no sólo para ocultar el genocidio americano, sino que otros como el de aborígenes australianos, los Maorí de Nueva Zelandia, armenios, serbios y chinos-americanos.(MacDonald, 2008). No es de sorprenderse entonces, que aún hoy en las debates sobre la maldad y el genocidio casi todos tomen al holocausto judío y otros genocidios cometidos durante la Segunda Guerra Mundial como puntos de referencia para entender nuevos genocidios como Rwanda o Yugoslavia. En la literatura que he consultado a la fecha, ninguna hace mención de las matanzas en América Latina y el Caribe, no hay mención del martirio de los haitianos, ni de los indígenas de Guatemala en la era de la violencia, las guerras en Centro América, Argentina de los 70, el exterminio de indígenas en las Amazonas, la guerra contra Sendero Luminoso en Perú, la guerra contra las FARC en Colombia etc. como actos genocidas o relacionados con políticas del mal. No obstante, sabemos bien que estos conflictos guardan semejanza con actos de genocidio y que tienen la muerte masiva de la población civil dentro de sus cálculos en forma premeditada. Sabemos también que los crímenes en América Latina guardan relación con la colonialidad del poder que se implanta en la colonia. Al mismo tiempo, que intuimos que el silencio alrededor de los crímenes tienen que ver con la tradición de negar el genocidio de los indígenas de América. Por eso una tarea crucial para las feministas latinoamericanas es hoy revisar esta teoría general del genocidio basada en el holocausto judío para de esa manera reconceptualizar los crímenes cometidos contra America Latina. En el contexto de Honduras, las FeR podrían considerar hilar un discurso de “politicidio,” como un pre-concepto de una teoría latinoamericana del mal. El politicidio entendido como una política estatal confabulada y financiada por EEUU con el propósito de eliminar físicamente a un grupo político: FNRP. Para eso tendría que concebir al FNRP como un frente de luchas diversas que incluyen la lucha contra el p at r i a rca d o, e l ra c i s m o, e l capitalismo, la homo y transfobia etc. Pero, el politicidio es sólo un punto de partida para una denuncia más amplia de los crímenes cometidos en y contra Honduras (y otros países de la región). En el contexto de Honduras, las FeR podrían considerar hilar un discurso de “politicidio,” como un preconcepto de una teoría latinoamericana del mal. El politicidio entendido como una política estatal confabulada y financiada por EEUU con el propósito de eliminar físicamente a un grupo político: FNRP. Para eso tendría que concebir al FNRP como un frente de luchas diversas que incluyen la lucha contra el patriarcado, el racismo, el capitalismo, la homo y transfobia etc. Por otro lado, cuando pensamos en genocidio lo hacemos siempre considerando un contexto de guerra, una hecatombe premeditada causada por un gobierno(s) enemigo(s) que tiene el objetivo de causar muerte y daños irreparables a otro país enemigo o a una etnia dentro del propio país o en un territorio que se quiere anexar. El genocidio debe de implicar el objetivo de exterminio completo de un pueblo, un grupo social especifico. Claudia Card, define en su “paradigma de atrocidad” a los males, como “daños previsibles e intolerables producidos por el obrar mal culposo.” (Card,2002) Crímenes como los cometidos por un entramado de políticas financieras internacionales, prácticas de negocios de grandes corporaciones, políticas públicas, políticas de intervención militar, golpes de estado, politicidios, crímenes contra el medio ambiente e ideologías que promueven la muerte etc. que implican “daños previsibles e intolerables” a toda una región, un país, un pueblo, porque destruye vidas masivamente, porque comete daños irreparables al hábitat y medio ambiente, porque destruye sus sistemas de vida etc., y que no se dan en el contexto de una guerra declarada, no reflejarían “obrar mal culposo”, sino se comprobara que ello forma parte de un plan general de exterminio. Creo que es importante en la revisión de las teorías del mal, examinar la forma en cómo este conglomerado de políticas (que conocemos como neoliberales) que no permiten vidas vivibles, ni muertes que podamos reconocer como dolorosas; porque ni siquiera podemos registrarlas como muertes humanas porque está en cuestión el estatus humano de esas vidas; sean consideradas como políticas del mal. (Butler, 2009). Una estrategia política que transforma los crímenes contra América Latina de crímenes accidentales o resultado de políticas inocentes a políticas genocidas podría tener una eficiencia simbólica que va mas allá d e l a v i s i b i l i za c i ó n d e l a s atrocidades. Pueden ser fundamento legal para el futuro. Una estrategia política que transforma los crímenes contra América Latina de crímenes accidentales o resultado de políticas inocentes a políticas genocidas podría tener una eficiencia simbólica que va mas allá de la visibilización de las atrocidades. La descolonización de Honduras y de América Latina pasa por la restauración de la soberanía que se perdió en la conquista. Es dejar de ser la colonia donde toda atrocidad es válida, porque restauración de la soberanía que se perdió en la conquista. Es dejar de ser la colonia donde toda atrocidad es válida, porque existimos al margen de la ley. El estado de emergencia y el estado de sitio como estatus perenne de nuestras sociedades debe llegar a su fin. La licencia de matar, porque al fin y al cabo como colonias no habitamos el mundo humano, debe de perder su vigencia indefinida. El necropoder (Mbembe, 2003) que nos gobierna y nos rige mediante políticas del mal deben ser substituidas por la justicia, y una ética de noviolencia que nos permita coexistir en paz y salvar el mundo. El estado de emergencia y el estado de sitio como estatus perenne de nuestras sociedades debe llegar a su fin. La licencia de matar, porque al fin y al cabo como colonias no habitamos el mundo humano, debe de perder su vigencia indefinida. El necropoder (Mbembe, 2003) que nos gobierna y nos rige mediante políticas del mal deben ser substituidas por la justicia, y una ética de no-violencia que nos permita coexistir en paz y salvar el mundo. La formación de terror debe ser transformada en una formación de convivencia pacifica. Obras Citadas: Butler, Judith, 2009, Frames of War London: Verso Card, Claudia. 2002. The Atrocity Paradigm, Oxford New York: Oxford University Press Conway, Janet 2007 “Transnational feminisms and the World Social Forum: Encounters and Transformations in Anti-globalization Spaces” en Journal of International Women's Studies vol. 8 #3 April 2007 Hawthorne, Susan 2007 “The Silences Between: Are Lesbians Irrelevant? World Social Forum, Mumbai, India,16-21 January” en Journal of International Women's Studies vol. 8 #3 April 2007 Koopman, Sara 2007 “Rumors of Rapes at the 5th World Social Forum, Porto Alegre, 2005” en Journal of International Women's Studies vol. 8 #3 April 2007 MacDonald, David B., 2008. Identity Politics in the Age of Genocide London & New York: Routledge Phillips, Lynne y Cole Sally 2009. “Feminist Flows, Feminist Fault Lines: Women's Machineries and Women's Movements in Latin America” en Signs: Journal of Women in Culture and Society, vol. 35, no. 1 Wilson, Ara 2007 “Feminism in the Space of the World Social Forum” en Journal of International Women's Studies vol. 8#3 April 2007 Zibechi, Raul 2010 “Décimo Foro Social Mundial: Síntomas de Decadencia” file:///Users/brenymendoza/Desktop/Décimo%20Foro%20Social%20 Mundial:%20s%C3%ADntomas%20de%20decadencia.%20Raúl%20 Zibechi.webarchive Zizek, Slavoj 2008. 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