Camino Jacobeo del Ebro - Casa de Diezmos Y Primicias del

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CAMINO
JACOBEO DEL EBRO
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Aragón, por su situación
geográfica, ha ejercido siempre como cruce de caminos,
lugar de paso y de encuentro
de gentes, culturas y tradiciones. Desde la antigüedad
varios son los caminos que
han conducido a los peregrinos hacia Santiago: el camino tradicional, que cruza los
Pirineos por el Somport; el
camino catalán, que recorre
Aragón de este a oeste; el
camino Jacobeo del Ebro y
el camino valenciano, que
asciende por las serranías
turolenses hasta unirse al del
Ebro. Este 2004, Año Santo
Jacobeo, es un buen momento para conocer y recorrer
uno de estos
cuatro caminos: el
del Ebro.
Texto realizado por Augusto García.
Fotografías pertenecientes al archivo del
Patronato de Turismo de Diputación de
Zaaragoza; relaizadas por E. Foster
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El Camino Jacobeo del Ebro recogía en los
puertos de Tortosa (Tarragona) a los peregrinos
que, procedentes de los países ribereños del
Mediterráneo, se dirigían a Santiago de
Compostela, para llevarlos a través de la propia
Tortosa, Gandesa, Caspe, Zaragoza, Tudela y
Calahorra a Logroño, donde enlazaban con el
Camino Francés.
En tierras de Aragón, el Camino atraviesa las
comarcas del Bajo Cinca y Caspe (Mequinenza,
Fayón, Nonaspe, Fabara, Caspe, Chiprana,),
como la Rivera Baja del Ebro (Escatrón,
Sástago, Alborge, Alforque, Velilla de Ebro,
Gelsa, Quinto, Fuentes de Ebro, Burgo de Ebro
y la Cartuja Baja) hasta llegar a Zaragoza. A
partir de la capital aragonesa (Monzalbarba,
Utebo, Sobradiel), continua por la Ribera Alta
del Ebro (Torres de Berrellén, Alagón, Cabañas,
Alcalá de Ebro, Luceni y Gallur) hasta llegar a la
Comarca del Campo de Borja (Mallén y Borja).
Todo el Camino Jacobeo del Ebro es generoso
en patrimonio histórico-artístico, en restos prerromanos (celtíberos e iberos), romanos (los
mausoleos de Fabara, Caspe y Chiprana; las
destacadas manifestaciones en Velilla de Ebro
y en Zaragoza), musulmanes, mudéjares (torre
de Utebo) y cristianos. Las órdenes militares
(Sanjuanistas y Templarios), el Cister
(Monasterio de Rueda), la Iglesia y la nobleza
aragonesa (Sástago, Fuentes, Sobradiel o
Villahermosa) controlaron este camino de peregrinación.
También el valle del Ebro ofrece paisajes de
gran interés por su alto valor natural, cultural,
ecológico y social. De valor excepcional es el
paraje de los Monegros Sur (Ribera Baja del
Ebro) que está declarado Lugar de Interés
Comunitario y los galachos formados por el río
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Ebro en el Burgo de Ebro y la Cartuja Baja
(margen derecha), la Alfancra de Pastriz (margen izquierda del río) y pasada Zaragoza, el
Galacho de Juslibol. Forman parte de la Red
Natura 2000 y son Zonas Especiales de
Protección.
Se ha recuperado el trazado de este Camino
Jacobeo del Ebro en su tramo aragonés, que
está bien señalizado con flechas amarillas y si
se presta atención es difícil perderse. Este
camino es apto para ciclistas, exceptuando las
etapas entre Mequinenza y Fabara. Casi todos
los kilómetros son caminos de tierra y la ruta
corresponde, básicamente, a un recorrido por
vías antiguas: calzadas romanas, caminos reales, carreteros, de herradura, cañadas reales y
vías pecuarias. También se recorren interesantísimos paleocanales entre Caspe y las Saladas
de Chiprana. La mayor parte del recorrido es
por terreno llano y próximo al curso del Ebro de
Velilla hasta Mallén.
Vista general del río Ebro.
En la parte superior podemos apreciar
un tramo del río al atardecer.
Etapas para este camino
ETAPAS
Proponemos nueve etapas para hacer el
recorrido de este Camino Jacobeo. En la primera etapa hay dos rutas (A y B) dado que
Vista general del municipio de Velilla.
Al lado podemos ver el altar de la
iglesia de Escatrón, de increíble belleza.
los pantanos de Ribarroja y Mequinenza han
desvertebrado este territorio.
Etapa 1ª.
Ruta A: Fabara, Caspe (26 Km.).
Ruta B: Mequinenza, Fayón, Nonaspe,
Fabara.
Etapa 2ª.
Caspe, Chiprana, Escatrón, Monasterio de
Rueda (32 Km.).
Etapa 3ª.
Real Monasterio de Nuestra Señora de
Rueda, Sástago, Alborge, Alforque, Velilla de
Ebro, Gelsa (24 Km.).
Etapa 4ª.
Gelsa, Quinto, Fuentes de Ebro (23 Km.)
Cabe aclarar que, a pesar de que Mallén y
Borja, lugares acreditados documentalmente en
la ruta jacobea, quedan un tanto alejados de la
ribera del Ebro, su pertenencia está más que
justificada. Y es que el hecho mismo de que en
estas tierras existieran cuatro encomiendas de
la Orden de San Juan y tres monasterios cistercienses, caracterizados unos y otros por la
atención dispensada a los peregrinos es un
hecho irrefutable. Precisamente, la zona es
punto natural de encuentro entre dos caminos
muy concurridos, el que asciende por la margen
derecha del Ebro y el que, procedente de
Castilla, atraviesa el Moncayo.
La devoción a Santiago tuvo en las riberas del
Ebro un origen medieval y ha estado siempre
vinculada al culto de Santa María. Textos
medievales argumentan que en época del
Imperio romano la Virgen fue transportada por
ángeles desde Jerusalén a Zaragoza apareciéndose, a orillas del Ebro, a Santiago y a sus
dos compañeros, Teodosio y Atanasio, y a los
siete convertidos, el día 2 de Enero del año 40
d.C. Los primeros datos documentados de esta
tradición se remontan a finales del siglo XIII y se
citan en el texto añadido al códice 'Moralia in
Job'. A los pocos años, los jurados de la ciudad
de Zaragoza otorgaban salvoconductos a favor
de los peregrinos que visitasen Nuestra Señora
del Pilar. Desde hace más de 700 años el culto
a la Virgen, a orillas del Ebro en Zaragoza, ha
estado vinculado al apóstol Santiago y a los
Siete Convertidos.
EL APÓSTOL SANTIAGO
EN LA PENÍNSULA
Yago Zebedeo fue uno de los pescadores que
Jesucristo eligió para extender su mensaje
como uno de sus Apóstoles. San Yago
(Santiago) predicó la palabra de su señor hasta
su muerte en Palestina, donde fue torturado y
decapitado en el año 42.
La leyenda sobre la presencia del apóstol
Santiago en la Península se apoya en una rica
tradición, aunque desde el punto de vista documental sea más razonable adjudicar la evange-
lización de Hispania a San Pablo. Las fuentes
históricas nos revelan que, si bien Santiago fue
el primer apóstol mártir, también es cierto que,
durante más de tres años, se ignora su paradero, siendo evidente que no permaneció en
Jerusalén. ¿Pudo Santiago llegar durante ese
tiempo al noroeste peninsular? Galicia guarda
una rica tradición de su supuesta presencia.
María de Ágreda (1602-1655) relata la aparición por dos veces de la Virgen al Apóstol: La
primera habría tenido lugar en Granada. Los
judíos del lugar estaban indignados por las
conversiones que Santiago y sus discípulos
estaban logrando. Deciden encarcelarlos y
degollarlos. Así lo hacen y, una vez apresados,
los encadenan en las afueras para ajusticiarlos. Santiago se encomienda a la Virgen que,
por otro lado, aún seguiría viva. La Virgen se le
aparece, le anima en su predicación y libera a
todos los cautivos.
La otra aparición de la Virgen que nos relata la
madre María de Ágreda tiene lugar a las orillas
del Ebro, en Cesaraugusta, ciudad romana.
Sobre un pilar se aparece la Virgen a Santiago,
le anima nuevamente, le pide que erija un templo consagrado a ella y que regrese a
Jerusalén. Así nace la devoción a la Virgen del
Pilar, patrona de la hispanidad.
Entre uno y otro acontecimiento, tenemos tradiciones que sitúan a Santiago y a los discípulos
que van quedando a su lado en distintos puntos. Existen leyendas que los sitúan en Sevilla,
en Cartagena, en Toledo, en Palencia, en
Braga, en Astorga, en Cantabria, en Lugo. Son
estos lugares en los que Santiago consagra a
sus discípulos como obispos, que habrían de
continuar su labor: Pío, Isicio, Elpidio, Néstor,
Pedro, Efrén, Arcadio y Capitón.
Sigue 44
Etapa 5ª.
Fuentes de Ebro, El Burgo de Ebro, La
Cartuja Baja, Zaragoza (26 Km.)
Etapa 6ª.
Zaragoza.
Etapa 7ª.
Zaragoza, Monzalbarba, Casetas, Utebo,
Sobradiel, Torres de Berrellén, Alagón
(24 Km.).
Etapa 8ª.
Alagón, Cabañas, Alcalá de Ebro, Luceni
(18 Km.).
Etapa 9ª.
Luceni, Gallur, Mallén (20 Km.).
TODO EL
CAMINO
JACOBEO DEL
EBRO ES
GENEROSO EN
PATRIMONIO
HISTÓRICO
ART Í STICO, EN
RESTOS
PRERROMANOS,
ROMANOS,
MUSULMANES,
MUDÉJARES Y
CRISTIANOS.
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CAMINO JACOBEO DEL EBRO
En la tradición jacobea existente en Galicia, es
importante señalar la presencia de Santiago en
Finisterre, donde, al parecer, acudieron más
tarde Teodoro y Anasio para requerir el permiso que la reina Lupa les había exigido para
enterrar al Apóstol.
Fachada del Mausoleo de Fabara.
En la parte inferior podemos ver el
yacimiento romano de Celsa
tiandad, convirtiéndose aquel templo en el principal lugar de peregrinación de Occidente.
En el año 813 el obispo de Iria Flavia, Teodomiro,
avisado por el eremita Pelayo de la existencia de
unas luces misteriosas, informó al rey asturiano
Alfonso II del descubrimiento milagroso de una
tumba que contenía los restos mortales del apóstol Santiago. Según la leyenda los discípulos de
Santiago en el año 42 habrían robado el cuerpo
en Palestina, donde le habían decapitado llevándolo al lugar donde hoy se venera.
Una nueva leyenda nos situa en el año 844,
cuando un "fenómeno sobrenatural" daría el
definitivo espaldarazo a la figura de Santiago
como encarnación de la Reconquista. El 23 de
mayo en Clavijo, cerca de Logroño, el rey
Ramiro I de Asturias se enfrenta a las tropas
musulmanas de Abderramán II en clara desventaja numérica. En pleno fragor de la batalla el
apóstol Santiago aparece espada en mano a
lomos de su famoso caballo blanco decantando
la batalla a favor de los cristianos, que vencen
contra pronóstico y el mito jacobeo, naciendo el
apelativo de Santiago Matamoros.
Con la “aparición" del cuerpo del apóstol y la peregrinación de Alfonso II al lugar en que se descubrieron los supuestos restos comienza a popularizarse a peregrinación y el Camino de Santiago. El
rey Alfonso II mandó edificar sobre el sepulcro
una sencilla iglesia y la noticia llegó a toda la cris-
Alfonso III convirtió la iglesia construida por
Alfonso II en una basílica. La ciudad, tras ser destruida y devastada por Almanzor, fue edificada de
nuevo en el siglo XI. La reconstrucción de la catedral terminó en el año 1188, con la culminación
del Pórtico de la Gloria, del Maestro Mateo.
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