Descargar - Icalnews

Anuncio
puesto de manifiesto la existencia de una
amplia familia formada por 16.000 personas con antecedentes segovianos y maoríes que celebrarán con orgullo sus lazos
comunes.
Esta familia, conocida como Los
Paniora, que habita en el nordeste de
Nueva Zelanda, se reunía cada diez años
para conmemorar su ascendencia castellana. Ahora, el trabajo de investigación ha
servido para ahondar más en esos antecedentes y descubrir la historia de Manuel
José de Frutos Huertas, nacido en
Valverde del Majano (Segovia), hace 200
años y que dejó en las antípodas su descendencia tras casarse con cinco mujeres
antes de morir. Al hasta ahora casi desconocido le habían dedicado un libro, varias
leyendas transmitidas de generación en
generación y una página web que mantiene en contacto a la amplia familia paniora
de Nueva Zelanda.
El segoviano murió pensando que
nadie volvería a acordarse de él en su
país de origen. Pero además de la cruz
donde le recuerdan permanentemente
sus congéneres, una pista ha servido
para sacar del anonimato en Segovia a
este emigrante venerado en las antípodas españolas. Con la ayuda de la historiadora Teresa Llorente, quien hizo una
investigación en el archivo parroquial de
Valverde del Majano (800 habitantes), se
comprobó que Manuel de Frutos nació
el 31 de enero de 1811. La tía Suey
Maaka, biznieta de Manuel José, fue
quien reveló que había oído a su padre
hablar a su vez de su abuelo que le decía
que había venido de Castilla, que la
gente le llamaba 'El pelirrojo' y que era
"alto y guapo". Que había enseñado a sus
151
nietos en español los nombres de los
objetos caseros como cuchara, tenedor
y cuchillo, palabras en castellano que ella
aún rememora.
La tía Suey Maaka ha sido una de las
mujeres que ha hecho el mayor viaje de su
vida para conocer el lugar de nacimiento
de su bisabuelo, el creador de la saga de
los Paniora. Junto a ella han visitado el
pueblo segoviano de Valverde del Majano
152
otros 20 descendientes de quien un día
naciera en un punto del planeta y muriera en el lado más alejado de la Tierra.
Introductor del olivo y los caballos
Manuel José, a quien le quedó de sobrenombre el de su padre, plantó en vida un
olivo que aún sigue en pie en la casa
donde habitó en Nueva Zelanda. Su trabajo como ballenero y su faceta de
comerciante están recogidos en un libro
en el que los autores recuerdan que, sobre
1830, llegó a estas tierras y volvió otras
dos veces hasta que en la tercera visita
decidió quedarse de forma definitiva y
levantar una tienda, en compañía de sus
cinco mujeres, con las que tuvo nueve
hijos de los que parte un árbol genealógico con 16.000 descendientes, que puede
consultarse en internet en la dirección:
www.manueljose.org.nz
Crónica de una rebelión
La Guerra de la Independencia empezó
mal para la vieja Castilla, que sufrió dos
derrotas consecutivas en la provincia de
Valladolid, en Cabezón de Pisuerga y
Medina de Rioseco, donde los voluntariosos ejércitos que defendían España quedaron menguados y desmoralizados ante la
abrumadora máquina de guerra que
constituían las tropas napoleónicas. Si
bien es cierto que estas batallas no fueron
los primeros signos de la guerra en las
antiguas provincias de León y Castilla la
Vieja, ya que en la historia se recuerdan
varios episodios que sucedieron incluso
antes de que el pueblo de Madrid se
levantara contra los intrusos franceses, el
2 de mayo de 1808.
Así, por ejemplo, se puede considerar el
primer prolegómeno de lo que estaba por
venir un pequeño suceso que se produjo
en noviembre de 1807 en el remoto y
154
AUTOR: María Martín
INFOGRAFÍA: Fernando Sanchís
FOTOS: Leticia Pérez / José Vicente / Rubén Cacho / Julio González
David Arranz / Ricardo Ordóñez / Fernando Peñalosa
pequeño pueblo de Peñaparda, cerca de
la frontera del sur de Salamanca con
Portugal. Según recuerda el presidente de
la Asociación Histórico Cultural
Salamanca 1812, Miguel Ángel Martín
Mas, por esas fechas pasa por esta ruta el
primer ejército francés, por entonces
como aliado de España, con el objetivo de
invadir Portugal. "Este ejército requisa
ganado y cosas así y los paisanos, que no
saben nada de alianzas políticas, protagonizan una emboscada en la que matan a
cien franceses", explica.
Pero la violenta reacción de los peñapardinos contra los franceses no es la
única que se produjo en la actual Castilla
y León de forma previa al inicio oficial de
la Guerra. Así, en León consideran que el
24 de abril de 1808 protagonizaron su
propio 'Dos de mayo' al levantarse "para
defender a Fernando VII que está en peligro", según relata Patrocinio García
Gutiérrez en el libro 'La ciudad de León
durante la Guerra de la Independencia'.
Todavía hoy en día hay asociaciones y
organizaciones leonesistas que continúan
reivindicado el origen de la 'francesada' en
León e incluso pretenden que el Día de la
Comunidad se traslade del 23 al 24 de
abril por este motivo.
No es la única, también en Burgos reclaman su particular 'Dos de mayo' y lo
fechan en concreto el 18 de abril de 1808.
En esa fecha se produjo una revuelta
popular que terminó con las tres primeras
muertes españolas de la Guerra, según
narra una placa colocada en 1937 en el
interior del Arco de Santa María: "Al pueblo burgalés, que antes que ninguno de
España se alzó contra los franceses invasores en esta plaza donde murieron por la
155
Patria Manuel de la Torre, Nicolás
Gutiérrez y Tomás Gredilla el 18 de abril
de 1808". La inscripción continúa con el
homenaje a los vocales de la Junta
Superior de Burgos que fueron ahorcados
en Soria en 1812.
Estalla la Guerra: primeras derrotas
Sea como sea, a mediados de mayo de
1808 toda España se había levantado ya
contra los ejércitos napoleónicos, con
156
más voluntad que medios en muchos
casos. Así, por ejemplo, de la defensa de
Valladolid se encargó el general Gregorio
de la Cuesta, veterano oficial español que
logró reunir a 5.000 hombres, el Ejército
de Castilla, aunque sus filas las integraban
en su mayoría voluntarios inexpertos.
Decidido a bloquear el paso de Burgos a
Madrid de las tropas francesas, cometió el
error de cruzar el río Pisuerga en Cabezón,
enfrentándose a un ejército más numero-
so y preparado que obtuvo la victoria en
el combate del 12 de junio pocos minutos
después de iniciarlo. Los retazos del ejército de Cuesta huyeron hacia Benavente,
dejando la puerta de Valladolid abierta de
par en par para los franceses, que se instalaron entonces en la ciudad y no la desalojaron hasta 1813.
Pero sin duda la batalla que fue crucial
en el inicio de la Guerra fue la de Medina
de Rioseco, el 14 de julio de 1808, que, en
palabras del mismo Napoleón, puso a su
hermano José en el trono de Madrid. En
ella participó de nuevo el general Cuesta,
con la ayuda del ejército de Galicia,
comandado por Blake, que no logró vencer a los franceses liderados por Bessiéres.
La derrota dejó libre el itinerario hacia
Madrid y permitió a las tropas napoleónicas llegar fácilmente a Rioseco, donde
saquearon, violaron y mataron a muchos
ciudadanos.
Para conmemorar el primer centenario
de esta batalla, en 1908 se erigió un
monumento en bronce, obra del escultor
local Aurelio Carretero, que representa a
un soldado herido y una mujer atendiéndole a su lado, ubicada en la entrada
desde Valladolid a la Ciudad de los
Almirantes. "Es un hito que todos hemos
visto", señala el alcalde, Artemio
Domínguez, y "que a todos los riosecanos
nos hace reflexionar sobre todas aquellas
personas que lucharon por la independencia".
Por eso, teniendo muy presente la
importancia de la Batalla del Moclín para
la historia de Rioseco, en el año 2003, ante
la cercanía del Bicentenario, desde el
Ayuntamiento empezaron los preparativos y contactaron con la Asociación
Napoleónica Española para organizar la
primera recreación. "Ya entonces se vio
que era un atractivo turístico más y a
todos nos sorprendió la respuesta de la
gente", con unas 5.000 personas cada día
de recreación, continúa el alcalde, que se
ha propuesto la celebración de "todo lo
contrario a una guerra". "Frente a la celebración de una derrota, que lo fue y tuvo
graves efectos en la vida social de Rioseco,
queremos cambiar el chip: de las desgracias de la guerra a la reconciliación y el
intercambio".
Hasta la fecha, Medina de Rioseco ha
organizado dos recreaciones del Moclín,
en 2003 y 2006, pero para celebrar por
todo lo alto los doscientos años de esta
crucial batalla el Ayuntamiento se ha propuesto reunir a un millar de soldados en
uno de los eventos más multitudinarios
que tendrán lugar durante 2008. Para ello,
contarán de nuevo con asociaciones
napoleónicas de toda España, pero también de otros países de Europa y América.
Poco a poco, el recuerdo doloroso de la
batalla y el expolio va abriendo paso a un
sentimiento de unidad con Europa, sin
rencores del pasado, que se está convirtiendo en un potente recurso turístico
añadido a la riqueza monumental de la
Ciudad de los Almirantes.
Napoleón pisa el campo de batalla
A mediados de 1808 la derrota francesa
en Bailén, la resistencia de Zaragoza y las
continuas rebeliones en el norte hacían
peligrar la intención invasora de
Napoleón, que decidió acudir en persona,
y escoltado por un gran ejército, a solventar los problemas a los que su hermano
José I, "el rey intruso", no había podido
157
hacer frente. Así, Bonaparte cruzó la frontera española por Bayona el 6 de noviembre de 1808 en dirección a Madrid, escoltado por un gran ejército, y dirige dos
importantes batallas con el objetivo de
"abrirle las puertas" de Burgos.
La batalla de Gamonal se recreó este
año por primera vez, a iniciativa de los
paneles explicativos, maquetas y planos
del pueblo a principios del XIX. Aunque
no contemplan la posibilidad de una
recreación, que se les sale de presupuesto,
quieren levantar un monumento conmemorativo al soldado caído, impartir conferencias sobre la Guerra de la
Independencia e incluso editar un libro,
situación observó el emperador cuando
se dirigía de regreso a París que designó
como gobernador de toda Castilla la
Vieja, con cuartel general en Burgos, al
general Thiébault que atesora, entre otros
logros, la limpieza de la ciudad, el cementerio extramuros y "el sepulcro del Cid y
Doña Jimena de San Pedro Cardeña", des-
propios vecinos, con gran éxito de público. Por su parte, en Espinosa de los
Monteros, un grupo de ciudadanos está
trabajando desde hace un año en un proyecto cultural para conmemorar este
importante hecho histórico, no como
una derrota (murieron 6.000 soldados),
sino desde el punto de vista humano. Así,
uno de sus impulsores señala que se pretende crear un museo didáctico con
para el que han conseguido el interés de
Caja Burgos.
pués de que las tumbas de ambos fueran
profanadas por soldados franceses, señala
Martín Mas. Este hecho se destacó en una
inscripción que desapareció en 1842,
cuando los restos del Cid y su esposa se
trasladaron a la Catedral.
Tras su estancia en Burgos, el 22 de
noviembre Napoleón continúa el camino
hacia el sur. Estando en Madrid, recibe la
noticia del paso del ejército inglés, al
158
Expolio en Burgos
Tras estas batallas, Napoleón llegó a
Burgos, una de las ciudades que más
sufrió durante la Guerra de la
Independencia al ser lugar de paso de
miles de soldados durante los seis años
que duró el conflicto. Tan lamentable
159
mando de Moore, que se dirigía a
Valladolid desde Salamanca, con la intención de atraer a Bonaparte para evitar la
campaña hacia el sur del país. Aunque
pronto el comandante británico descubrió que el ejército galo era muy superior
al suyo, de modo que cambió de idea y
decidió huir hacia el norte, a León, donde
podría unirse a los restos del ejército de
Blake derrotado en Espinosa, tomando la
ruta de Mayorga, Sahagún y Benavente.
Se inicia así la llamada 'carrera de
Benavente', que Napoleón arranca en
162
Tordesillas, continúa por Villalpando,
Castrogonzalo, Valderas, Benavente, La
Bañeza y termina en Astorga, una ruta
con gran valor histórico que, a día de hoy,
no se está divulgando, pese al compromiso de estos ayuntamientos, firmado en
mayo de este año, de promover actos
conmemorativos de forma conjunta
durante el Bicentenario.
La persecución del ejército galo sobre el
británico continuó casi paralela a la actual
autovía A-6 (Madrid-La Coruña), con
varios días de carrera hasta llegar a
Benavente, donde el séquito de Bonaparte
llegó la Nochevieja de 1808. Días después,
en Astorga, el emperador recibió una alarmante carta informando de que Austria
estaba formando un ejército, de modo
que dejó al mariscal Soult la caza de los
británicos y regresó a Valladolid, donde las
noticias de París llegaban en cinco días.
Alojado en el actual Palacio de
Capitanía -frente a San Pablo- permaneció Napoleón entre el 6 y el 17 de enero
de 2008, después de lo cual regresó a
Francia para atender otros asuntos euro-
peos. Valladolid fue, durante la Guerra de
la Independencia, la "capital del sexto
Gobierno francés" y estuvo sometida a las
fuerzas napoleónicas "prácticamente los
cinco años de la guerra", señala el historiador Celso Almuiña. Sin embargo, "no
sufrió mucho las consecuencias" del conflicto, añade Miguel Ángel Martín Mas, al
ser una ciudad "afrancesada" que incluso
vio favorecido el comercio con la presencia de los galos, que se encargaron asimismo de destruir fábricas textiles allá por
donde iban (Béjar, Ávila y Segovia lo
164
sufrieron) para mantener el bloqueo con
Gran Bretaña.
Ya sin Napoleón, la persecución continuó por la provincia de León y más concretamente por El Bierzo, donde "se produjeron escenas terribles de saqueo",
señala Martín Mas, en los pueblos de la
montaña y un combate encarnizado en
las calles del municipio de Cacabelos, el 3
de enero de 1809. Para revivir este episodio histórico, de gran trascendencia para
el futuro de la localidad, y contribuir igualmente a la difusión turística de la pobla-
ción berciana, nació en el año 2000 la asociación Tiradores del Bierzo, promovida
por el Centro de Iniciativas Turísticas
Ribera del Cúa, uno de los grupos impulsores de la creación de la Asociación
Napoleónica Española.
Las guerrillas: patriotas con mosquetes
España resistió los intentos invasores de
Napoleón durante casi seis años; de
hecho, fue el único ejército de Europa que
lo consiguió, si bien es cierto que gran
parte de la ventaja de las tropas españolas
166
y aliadas se la otorgó la destacada labor de
las guerrillas, un fenómeno pionero asociado al sentimiento patriótico que nació
como enfrentamiento al intruso y se
extendió por toda la población. Algunos
de los más relevantes de los nacidos en
territorio castellano y leonés fueron Juan
Martín 'El Empecinado', Jerónimo Merino
'El Cura' o Julián Sánchez 'El Charro'.
En Castrillo de Duero (Valladolid) todavía hoy se mantiene en pie la casa en la
que nació Juan Martín Díez en 1775, hijo
de labradores que llegó a ser mariscal de
campo por sus demostrados méritos militares. Una placa, colocada en el primer
centenario de la Guerra de la
Independencia (1908) evoca "la memoria
del héroe" que luchó por la libertad hasta
su muerte y que fue un fiero azote para
los soldados franceses, que nunca lograron apresarlo. Ignacio Moratinos preside
el Círculo Cultural que promueve el conocimiento y el recuerdo de este guerrillero
y representa la séptima generación de 'El
Empecinado', aunque matiza que la línea
sucesoria a la que pertenece la rama de
Castrillo procede de su hermano Manuel,
ya que Juan Martín, aunque se casó, tuvo
hijos sólo fuera del matrimonio. "Es un
orgullo tener un ancestro que luchó por la
Constitución, por la libertad", admite.
El Círculo Cultural 'El Empecinado' se
creó en 1997 para recuperar la memoria
del ilustre vecino del municipio vallisoletano y poco a poco van consiguiendo
hitos. Prueba de ello es la estatua de bronce que preside la plaza del Ayuntamiento
desde el año 2003 y la reciente inauguración de un centro de interpretación, que
ahonda en la apasionante vida de este
personaje que "ha sido injustamente tratado por la historia", señala Moratinos.
Con motivo del Bicentenario de la Guerra
de la Independencia, el Círculo ha creado
una comisión ex profeso que se encargará
167
de la organización de los actos. Entre ellos,
recrearán varios capítulos de la vida del
guerrillero y pondrán en marcha una ruta
turística por los lugares relacionados con
las hazañas de 'El Empecinado': Castrillo,
Olmos de Peñafiel, Mélida, Cuevas de
Provanco, Fuentecén, Nava de Roa, San
Martín de Rubiales y Roa.
El Cura Merino
Durante la Guerra de la Independencia,
'El Empecinado' compartió territorio de
acción y objetivos con otro popular guerrillero, Jerónimo Merino, 'El Cura', clérigo
170
burgalés nacido en Villoviado, una pequeña aldea cercana a Lerma. Según relata
Diego Peña, propietario del Restaurante El
Brigante en Lerma y estudioso de este personaje, "el Cura Merino empezó con dos o
tres hombres, pero llegó a formar un ejército de 3.000 y a liderar dos regimientos, el
del Arlanza y los Húsares de Burgos".
La implicación del 'Cura Merino' en la
lucha contra los franceses fue su reacción
a la "humillación" que sufrió por parte de
los primeros soldados en "cruzarse en su
destino". "Como desprecio a la iglesia, le
cargaron con los platillos y los bombos de
la banda y le hicieron ir así hasta Lerma.
Juró vengarse, cogió la escopeta y se echó
al monte con dos criados que tenía".
Aunque "no era un buen militar", reconoce Diego Peña, "era un buen cazador,
conocía bien los montes y era astuto y
muy patriota". Su gran labor guerrillera fue
recompensada con la Cruz Laureada de
San Fernando al mérito militar, con la que
el Rey agradeció al 'Cura Merino' los servicios prestados frente a Francia y posteriormente frente a los liberales, cuando volvió
a imponer el absolutismo y abjuró de la
Constitución de Cádiz.
Al morir Fernando VII y subir al trono
Isabel II, se exilió a Francia, donde murió
en 1844 en Alençon, en la región de
Normandía. Sus restos permanecieron allí
hasta 1964, cuando se reclamaron desde
su tierra natal. "Fue recibido en la frontera
con honores militares y traído hasta
Lerma, donde se colocó un sepulcro en su
memoria", apunta Diego Peña.
El Charro
Por su parte, Julián Sánchez 'El Charro'
cuenta con una trayectoria muy parecida
a la de 'El Empecinado'. Natural de
Muñoz, cerca de Ciudad Rodrigo, fue
también un hombre de campo hasta que
se alistó para luchar en el Rosellón.
Después, al estallar la Guerra de la
Independencia se incorpora a los
Voluntarios de Ciudad Rodrigo y emprende las primeras acciones propias de la
guerrilla por la comarca salmantina de
Vitigudino. Sus victorias contra los convoyes franceses le otorgan popularidad y
pronto son muchos los seguidores de este
peculiar personaje, que vestía con el tradicional traje charro y en vez de lanza utilizaba la garrocha, con la que luchaba con-
tra los franceses a caballo como se hace
en la práctica del 'acoso y derribo' con los
toros bravos.
Julián Sánchez fue, junto a 'El
Empecinado', uno de los líderes que
lucharon contra los franceses para retrasar el asedio a Ciudad Rodrigo de 1810.
A finales de 1811, el Duque de
Wellington, fascinado por las hazañas de
'El Charro', adscribe a sus tropas al
mando británico, obligándole a vestir
con el uniforme propio de los Húsares.
Con los aliados participó en la histórica
batalla de los Arapiles de 1812 y poste-
171
riormente acechó a los franceses en su
huida hasta el norte de Burgos.
El principio del fin
El campo de batalla de los Arapiles, a
escasos ocho kilómetros de la capital salmantina, es el único de España, junto al
de Somosierra, que ostenta la categoría
de Bien de Interés Cultural (BIC) como
Sitio Histórico. En 1994 la Junta de Castilla
y León delimitó de este modo la protección de un tercio del lugar donde el 22 de
julio de 1812 se libró una batalla crucial
para el resultado de la Guerra de la
Independencia, en la que las tropas aliadas, al mando del general Wellington,
infligieron a los franceses, liderados por el
mariscal Marmont, la mayor derrota
sufrida desde 1798, y que supuso "el principio del fin" de la invasión napoleónica,
en palabras del escritor Miguel Ángel
Martín Mas.
En Arapiles, turistas, investigadores y
curiosos pueden contemplar casi intacto
el lugar donde hace casi dos siglos se
enfrentaron 100.000 hombres (50.000 por
cada bando) en una batalla que cambió el
curso de la Guerra de la Independencia y
con la que empezó a resquebrajarse el
imperio diseñado por Napoleón. Casi
intacto, porque desde hace unos años el
campo tiene una brecha en forma de
carretera, infraestructura que en su día
causó gran polémica, al enfrentar a los
partidarios de respetar el Sitio Histórico y
a los habitantes de la zona que obtenían
beneficio de la nueva carretera.
De este modo, a ambos lados de la vía
quedan los dos imponentes cerros que
dieron nombre al pequeño municipio salmantino, el Arapil Grande y el Arapil
173
Chico, y cuya posición estratégica los convirtió en los puestos de mando de los ejércitos francés y aliado, respectivamente,
durante la batalla del 22 de julio de 1812.
Sobre el teso de mayor tamaño, el único
abierto al paso de los turistas (que deberán ascender hasta la cima a pie), se colocó un obelisco en el primer centenario de
la contienda. Un lugar idóneo para contemplar la extensión del territorio, con la
ciudad de Salamanca al fondo, y para imaginar, con ayuda de un buen guía, cómo
se desarrollaron las tácticas militares que
acabaron con la estrategia del mariscal
174
Marmont y elevaron la gloria de
Wellington.
Tras el triunfo, Wellington se dirigió a
Madrid, obligando al Rey José Bonaparte a
huir a Francia, y posteriormente continuó
eufórico hacia Burgos, donde se topó con
un reducto francés inexpugnable que le
hizo retroceder de nuevo a Portugal, con
un lamentable recorrido por las riberas
del Duero que causaron estragos en las
filas inglesas, con muchos soldados demasiado aficionados al vino que quedaban
borrachos y abandonados en las cunetas.
Y es que a su llegada a la capital burga-
lesa, los franceses reconstruyeron el
Castillo que ochenta años antes había
sufrido un terrible incendio que lo destruyó casi por completo, por orden de
Napoleón, para ganar con ello una buena
posición estratégica sobre la ciudad. Así
lograron parar el avance aliado aunque
solo retrasaron lo inevitable, puesto que al
año siguiente, 1813, tuvieron finalmente
que retirarse a Francia, destruyendo de
nuevo el Castillo a su partida. El 21 de
junio de ese año tuvo lugar la batalla de
Vitoria, que expulsó definitivamente al
ejército invasor de la península.
Carnaval Cencerro
Los antruejos de Villanueva del
Valrojo (Zamora) desfilan
haciendo sonar los cencerros,
que cuelgan de la cintura con
disfraces coloristas y máscaras.
En Villanueva del Valrojo "corren el
Carnaval" al ritmo de las cencerradas que
hacen sonar niños y mayores, ataviados
con disfraces coloristas, enmascarados
con caretas pintarrajeadas y portando
látigos, trallas y escaleras de maderas.
Son unos antruejos anárquicos y atípicos
en los que todos pueden participar. Los
vecinos dejan sus trajes en "el pajar del
Carnaval" y cualquiera tiene derecho a
embutirse en ellos a lo largo de la tarde.
"Ésa es la gracia, nadie te puede reconocer, porque el mismo disfraz lo pueden
usar distintos vecinos en distintos
momentos", comenta Santos Fernández,
que encabeza esta improvisada procesión portando dos correajes con treinta
cencerros.
176
AUTOR: Paco Alcántara
FOTOS: E. M.
No es la única singularidad consentida
en estos días anteriores a la Cuaresma. A
quienes corren el Carnaval les está permitido empujar, tocar y pellizcar en cualquier parte del cuerpo al público que se
congrega en torno a ellos. "Es una tradición que hemos vivido desde niños,
entonces pasábamos miedo cuando nos
asustaban los enmascarados y estábamos
temerosos de que nos pellizcaran", señala
Santos, que a sus 44 años procura participar todos los años, "porque lo importante es mantener la tradición".
En este pequeño pueblo zamorano,
pegado a la Sierra de la Culebra, jamás
han dejado de sonar los cencerros, "ni
durante el franquismo", recuerda
Guillermo Mozo, de 83 años. "Después de
la Guerra Civil había que tener cuidado
porque enseguida te encontrabas con
una pareja de guardias y tenías que regresar a casa", añade este anciano que también ha salido a la calle a recoger los caramelos que entrega la comitiva que recorre el pueblo durante toda la tarde
haciendo sonar los cencerros.
Hay quien para animar a los danzantes
les ofrece unas fiyuelas, un rico postre
177
asustar". Su hermano Eduardo, de 19 años,
saldrá más tarde, "él nunca ha tenido
miedo", apunta Elisa.
típico de la zona. La mujer de Guillermo,
Margarita Santos, a punto de convertirse
también en octogenaria, rememora cómo
en su época las mujeres sólo miraban,
tenían que tener mucho cuidado con los
pellizcos y las bromas. "No sólo te podían
pellizcar en cualquier parte del cuerpo, y
había mucho picarón, sino que también
nos pintarrajeaban la cara". Eran otros
tiempos, ahora, hombres y mujeres, niños
y adultos toman parte en una fiesta que
aspira a ser declarada de Interés Turístico
Regional, reclama Belén Martín, presidenta de la Junta Administrativa. Asegura que
existen documentos que ya refieren la
celebración de estos carnavales en 1841,
aunque "algunos estudiosos remontan los
orígenes al siglo XIV".
En la comitiva Elisa Andrés, que acaba
de cumplir 13 años, lleva el ritmo de los
cencerros con un orgullo desbordante.
Aunque desde que tenía un año sus
padres la disfrazaban durante estos días,
hasta hace dos años, siempre tuvo miedo,
reconoce. Ahora que lo ha perdido, disfruta mucho. "Es a mí a la que me gusta
178
Otros personajes que forman tan singular desfile son 'los monos', que rellenan su
cuerpo con paja y se convierten en gigantes, aumentando su tamaño con armazones y colchas antiguas. La estrambótica
comitiva recorre durante toda la tarde las
calles del pueblo. A las 18 horas, animado
con una charanga, todo el pueblo se
reúne en el 'Antruejo', la sala nueva sala
multiusos, y meriendan chorizo, empanada y carne que han preparado en el
Ayuntamiento. Respuestas las fuerzas,
nuevos grupos "correrán el Carnaval" por
las calles.
El Martes de Carnaval concluirá en
Villanueva del Valrojo esta media noche
con el desfile de los diablos con sus cuernos de ciervos y su careta de oveja que,
portando azufre ardiendo en un enorme
recipiente de madera, impresionan a los
vecinos que se congregan en la plaza.
La generación del
Estatuto
Nueve jóvenes que cumplen
ahora 25 años, como el Estatuto
de Autonomía, expresan sus
opiniones y sus esperanzas
acerca del presente y el futuro
de su tierra.
En 1983, compartiendo fecha y cuna
con el Estatuto de Autonomía de la
región, se gestó una generación de jóvenes emprendedores, arriesgados y comprometidos con su tierra, que intentan
orientar su futuro al compás de una
Comunidad que, como ellos, cumple
ahora 25 años. Pese a su juventud, la
mayoría ya ha encaminado su futuro
hacia sus ilusiones, persiguiendo proyectos y sueños en campos muy diversos,
como la política, el arte, el campo o la religión. Sus aspiraciones y formas de pensar
son muy distintas, pero todos tienen en
común una fecha en su DNI y por eso
mismo forman parte del nacimiento de
una Comunidad: Castilla y León.
"En Pollos nunca se han hecho grandes
cosas por los jóvenes, siempre han sido
para los niños o los mayores y, al fin y al
cabo, somos los jóvenes los que tenemos
que quedarnos". La queja corresponde a
Raúl Alonso Flores, el joven alcalde de
180
AUTOR: María Martín
FOTOS: Miriam Chacón / Leticia Pérez / César Sánchez / David Arranz
María Martín / J. L. Leal / Peio García / A. Castaño
esta localidad vallisoletana que decidió,
junto a sus amigos de peña, pasar de las
palabras a la acción y presentarse a las
pasadas elecciones municipales para
intentar cambiar las cosas.
"Damos sangre nueva, sangre joven, entre
tanto traje y corbata". Su propuesta caló en
el electorado y su partido, el PSOE, logró
tres de los siete concejales en juego, así que
gobierna en minoría, con dos ediles del PP
y otros dos de Candidatura Independiente.
A sus 25 años, Raúl está terminando
Ingeniería Técnica Industrial en Valladolid,
pero sigue viviendo en Pollos porque pre-
fiere mil veces la "tranquilidad" de su
pequeño pueblo de 800 habitantes, que el
ajetreo de la capital.
Por su parte, Rubén Lorenzo tiene 25
años y pertenece a la cuarta generación de
alcaldes de la misma familia del municipio
salmantino de Zamayón. Primero fue su
abuelo, después su padre y finalmente su
tío de quien tomó el mando de la localidad
en las últimas elecciones municipales. Pese
a la trayectoria de los 'Lorenzo', todos ellos
vinculados al PP, asegura que no pretende
dedicarse profesionalmente a la política y
actualmente compagina su labor como pri-
mer edil de la localidad con el laboreo en el
campo. Dos trabajos que agotan prácticamente su tiempo a partes iguales.
Su objetivo es mejorar la calidad de vida
de los habitantes de Zamayón -205- y
para ello han depositado gran parte de
sus esperanzas en la instalación de molinos para la producción de energía en el
municipio y en los pueblos de los alrededores. Serán un total de 17, los suficientes
como para generar dinero con el que arreglar las calles, mejorar la carretera y construir una residencia para mayores con
capacidad para 50 plazas.
181
Falta cultura artística
En el campo de las artes es complicado
encontrar a jóvenes que antes de cumplir
los 25 ya hayan tenido la oportunidad de
exponer sus obras de forma individual. Es el
caso de Alba Alcántara, burgalesa de nacimiento y vallisoletana de adopción, que
compagina sus estudios de Patronaje -"hay
que vivir de algo", dice- con el desarrollo de
su carrera artística. Licenciada en Bellas
Artes por la Universidad de Salamanca,
182
Alba pretende trabajar en el campo del
diseño mientras sigue buscando su "proyecto personal" como artista, aprendiendo
y evolucionando, si bien ya ha hecho sus
pinitos con acuarelas, óleos, esculturas en
mármol y piedra y también en plastilina.
Pese a su juventud, Alba es realista acerca
de la situación del arte contemporáneo en
España, mucho menos avanzado que en
otros países, como Alemania, si bien admite que hay más cultura en este sentido que
antes. "Aunque abran muchos museos de
arte contemporáneo, sigue costando,
porque la gente no lo conoce y no lo
comprende", señala, al tiempo que añade,
como una velada crítica, que los centros
de arte no abren sus puertas a los artistas
"que no tienen renombre". Sin embargo,
niega que los jóvenes artistas en territorios como Castilla y León estén desamparados. "Hay oportunidades si te preocupas en buscarlas".
El futuro de la Iglesia
También valora la comodidad de
Valladolid el seminarista Álvaro de la
Riva, que se confiesa "enamorado" de
su ciudad natal aunque por encima de
sus preferencias, dice, está "la obediencia al obispo" por lo que cumplirá con
el destino que le otorguen, una vez termine sus estudios en el Seminario
Mayor Diocesano, se encuentra "en el
meridiano", y sea ordenado sacerdote,
un momento que espera "con mucho
gozo, ratificando día a día mi llamada".
A sus años, habla con extraordinaria
madurez sobre la orientación que ha
dado a su vida, para lo que fue "decisiva" su participación en el encuentro
mundial de la juventud con el Papa en
Colonia (Alemania) en el verano de
2005. A su regreso, habló con su párroco, de la iglesia de San Martín, y con su
familia, que aceptaron ilusionados su
ingreso en el seminario. "Mi madre
intuía mi vocación antes que yo.
Pertenecemos a una familia de tradición católica, así que les ha hecho muy
felices".
183
Ser diseñador aquí es posible
Fernando Castañón es un joven diseñador que vive en la localidad leonesa de
Villamanín. "Castilla y León es una
Comunidad a la que le falta mucho todavía. No se está sacando partido, aunque
está consiguiendo darse a conocer y vender lo suyo. Le falta creerse donde está.
184
Todos los sitios tienen cosas buenas. Es un
problema de dejadez", sentencia.
Con el paso de los años su visión se ha
tornado optimista sobre las oportunidades de futuro de la región, ya que si antes
pensaba que "quedarse aquí era un pulso
perdido" ahora opina lo contrario: "María
Lafuente lo está consiguiendo", sostiene. Y
es que si hace años era obligado participar
en desfiles en ciudades como Madrid y
Barcelona, ahora existe un concurso propio de la Comunidad, algo que otras
regiones no tienen y que además premia
al ganador del Concurso de Jóvenes
Creadores. Sin embargo, Fernando reclama una mayor apuesta por la promoción.
Tierra de deportistas
Jacobo Sanz Ovejero (Valladolid, 1983),
guardameta del Club Deportivo
Numancia, se siente "como en casa" en
Soria. Afirma que le ha sido "fácil" adaptarse a la ciudad y a sus compañeros del club
le tratan "muy bien", apunta. Entre sus
aspiraciones está jugar en cualquier gran
equipo y este año, se cumplió, que el
Numancia ascendiera a Primera División.
Afirma que en Castilla y León han nacido
muchos deportistas de elite y subraya que
las administraciones y la sociedad en
general están cada vez más concienciadas
sobre la necesidad de apoyarlo.
Manuel Santiago Arias (Zamora, 27 de
octubre de 1983) mira a los ojos al interlocutor, se muestra amistoso y pone
desde el primer momento las cartas sobre
la mesa, explicando sus limitaciones e
indicando con delicadeza que prefiere
hablar de "personas normales que precisan apoyo", no de discapacitados ni,
mucho menos, de minusválidos.
185
Voluntariado
Lleva dos audífonos muy
discretos que le permiten una
comunicación plena, no le
gusta meterse en problemas y
se conoce a sí mismo lo suficiente como para reconocer
sin ambages sus puntos débiles. Manuel aprovecha al máximo las horas que pasa cada día
en el Centro de Trabajo de
Asprosub, donde desarrollan
su actividad 230 personas, la
mitad de las cuales viven en sus
casas, mientras que el resto
procede de residencias y de
pisos tutelados. Además de
trabajar en el vivero de la asociación, Manuel es monitor
voluntario en un centro juvenil
y participa a diario en un club
de ocio con su pareja y amigos.
"Te recomiendo que pases por
él para verlo. Está muy bien
organizado y tienen grandes
profesionales", afirma. "Me
gusta mucho cavar y se me da
bien. Llevo dos años aprendiendo a podar. Hace unas
cuantas semanas hemos estado liados con las postales de
Navidad pero logramos sacar
adelante todo entre todos",
añade. Las dificultades cognitivas no han impedido a Manuel
comprender que el concepto
de "normalidad" es peligroso e
inaprehensible por inexacto:
"Queremos que nos entiendan
para que no haya conflictos",
comenta.
186
De Cabo Verde a Bembibre
Verónica Monteiro Carballo es terapeuta ocupacional, trabaja en una residencia
de la tercera edad en La Bañeza (León)
aunque vive en Bembibre, localidad en la
que nació el 3 de agosto de 1983. Sin
embargo, pese a nacer en España por sus
venas corre sangre caboverdiana. Su familia
lleva muchos años afincada en esta localidad berciana, probablemente más de 30,
de hecho, Verónica no recuerda la fecha
con exactitud, por eso, aunque conoce a la
perfección las costumbres caboverdianas,
en su casa no suelen ponerlas en práctica.
A sus años, tan sólo una vez en su vida,
concretamente el pasado mes de agosto,
visitó el país africano, una tierra de la que
destaca la unidad de sus gentes. "El estilo
de vida es de puertas abiertas. No es como
aquí, allí están todos más unidos y lo poco
que tienen, te lo dan", apuntó.
Reconoce que España, al ser un país desarrollado, es otro mundo. Podría definirse
como 'la tierra de las oportunidades' por-
que la gente tiene más opciones para
poder ganarse la vida. Sin embargo, detesta
"el materialismo" que impera entre los
españoles. Asegura sentirse plenamente
integrada en este país porque su familia
lleva mucho tiempo viviendo en la provincia de León. Destaca que España es un país
"acogedor", y que ella que ha estado estudiando y trabajando en distintas comunidades, como Castilla y León, Galicia y
Madrid, nunca ha tenido ningún problema
de integración ni de otro tipo.
187
El futuro del campo
Ama el trabajo en el campo y asegura
que no le gusta nada la ciudad. Sólo para
ir de visita. Mario Sáez Yuguero es un
joven agricultor y ganadero que ha decidido seguir la estela familiar y dedicarse a
la cría de cerdos, en una granja que ha
montado hace algo más de un año con
su hermano, de 32 años, y al cultivo de
remolacha, patatas, judías para legumbre,
cereal y colza, "porque hay que apostar
por los cultivos energéticos, que son el
futuro".
Mario nació el 15 de diciembre de 1983
en Madrid, pero ha vivido "desde siempre" en Langa, una localidad de 560 habitantes ubicada en pleno corazón de la
comarca cerealista de La Moraña, en
Ávila. Tras estudiar en Ávila y Salamanca un módulo de FP de Electrónica, que no
terminó-, decidió volver a su pueblo y
dedicarse a la agricultura y la ganadería.
"Estudiaba poco, y para estar gastando el
dinero de mi padre en nada, elegí venirme a Langa, al campo, para hacer algo",
resume.
Trabaja de sol a sol en los campos y en
la granja de cerdos, una labor que asegura que le encanta y en la que se siente "a
gusto", pese a "la crisis del sector ganadero", que hace peligrar la rentabilidad de su
negocio. "En Castilla y León, el sector
agrario está ahora muy difícil. He podido
empezar en esto gracias a todo lo que
tenía mi padre, las tierras, la maquinaria,
porque empezar de cero habría sido
complicadísimo". Por eso, no sabe con
certeza si "acabará" en Langa su trayectoria profesional. "Si me va bien la vida, prefiero quedarme y vivir de la agricultura y
la ganadería, que es lo que me gusta".
188
El boxeo femenino
intenta salir del K.O.
Los golpes más fuertes que reciben
las pocas de mujeres que practican
boxeo en Castilla y León no les impacta en la cara, sino en la moral. Son tan
incomprendidas por la sociedad
como por la propia Federación
Española de Boxeo, que no acaba de
encajar la existencia de una competi-
ción femenina. No pierden la ilusión,
pero pelean más contra la desesperación y la impotencia, que contra rivales en el cuadrilátero, porque apenas
si se organizan combates. A pesar de
esta fatalidad, la región cuenta con
una campeona de España, la leonesa
Silvia León Aller.
190
AUTOR: Paco Alcántara
FOTOS: E. M.
El combate de la vida
Silvia León Aller se enganchó al boxeo
"por la adrenalina que sueltas durante un
combate". Soy una competidora nata, además, me gusta sufrir cuando estoy entrenando", señaló. Esta leonesa de 33 años,
campeona de España femenina del peso
superligero, emplea a rajatabla las tres máximas de este denostado deporte: esfuerzo,
sufrimiento y reto. Además, sabe lo que
quiere y está dispuesta a lo que haga falta
para conseguirlo.
"No se trata de pegarnos, hay que aprender una técnica, ejecutar los movimientos y
dominar los nervios", asegura mirando fijamente a su interlocutor para convencerle de
sus palabras y dejando claro que no siente
ningún dolor cuando recibe un puñetazo:
"pienso más en el que voy a dar yo", advierte. Además, aplica una reflexión que convierte en auténtica metáfora existencial, "el
combate de la vida es el del boxeo, pero en
un espacio más reducido, que es el ring".
Habla a borbotones, soltando continuas
carcajadas, y no tarda en explicar esta última
reflexión, "si te dan un golpe no te puedes
paralizar, es como la vida, cuando te caes no
tienes que pensar que todo se ha acabado,
hay que respirar, levantarse y continuar peleando con fuerzas".
Licenciada en Geografía, desde hace cuatro años reside en Barcelona, entrena una
media diaria de cuatro horas, y a las cinco y
media de la mañana corre durante 50 minutos, antes de comenzar su jornada laboral
en una oficina de la Caixa. Buena parte de la
191
tarde la pasa en el gimnasio, donde es "la
única chica que boxea".
También fue la primera en León: "Yo hacía
balonmano y llegué a ser internacional, pero
perdí la ilusión". Buscando otras actividades
deportivas entró en un gimnasio y preguntó qué le ofrecían. No le gustaban ni las
pesas, ni el aeróbic. "Cuando me puse por
primera vez unos guantes comprendí que
era lo mío". En el camino encontró a Alfredo
Arrojo, su entrenador de siempre: "Él me ha
enseñado todo y me aconsejó que no compitiera". No le hizo caso y realizó siete combates como profesional, ganó seis, en el
segundo la rompieron la nariz. Fue en
Budapest contra una luchadora que había
sido campeona del mundo. "Me dijeron
que había peleado solo dos combates",
cuando, en realidad, alcanzaba el centenar.
De ese primer asalto aún recuerda que le
dio un golpe que le noqueó, pero no abandonó, "durante unos segundos todo se volvió negro, como en la películas vi estrellas y
solo escuchaba la voz del entrenador". Silvia
subió la guardia y esperó hasta que se recuperó; perdió en el tercer asalto, "pero no caí
en la lona", señala con cierta satisfacción.
Ha tenido que dejar el boxeo profesional,
"he estado cuatro años sin subirme a un
ring", y se ha visto obligada a sacarse la licencia para competir como aficionada: "no salían combates y no valgo para estar solo
entrenándome", se lamenta. Ahora, tras
cinco exitosos combates en esta modalidad,
se prepara para competir con la Selección
Española Femenina en los próximos europeos que se celebran en la ciudad francesa
de Dunkerke y aspira a una beca, porque
desde la Federación Española le han prometido entrenar en el Centro de Alto
Rendimiento, en Madrid. Una ilusión, dedi-
192
carse por completo al boxeo y emular a
Maria Jesús Rosa, la única española que consiguió un título mundial hace unos años.
Enganchadas al directo
Silvia Aller se preparó durante ocho años
en León, dirigida por Alfredo Arrojo. Es el
más reputado instructor español. Por sus
manos pasó el mítico Roberto Castañón,
campeón europeo de los superplumas en
la década de los 80, y ahora prepara a otro
leonés campeón del mundo, Jorge Mata,
buen exponente de la crisis que vive este
deporte ya que tiene que ganarse la vida
trabajando en una cantera, porque apenas
salen peleas para profesionales, según
explica este profesor de educación física,
que dejó las clases en un colegio para dedicarse a su pasión, el boxeo. "Llevamos unos
20 años sin levantar cabeza en este deporte, porque ofrecemos una muy mala imagen en los medios de comunicación, con
los comportamientos fuera del cuadrilatero de gentes como Tyson o Poli Díaz", reconoce Arrojo, y sentencia: "luego imagina lo
difícil que es organizar veladas para chicas".
En Alemania, uno de los últimos combates femeninos por el campeonato del
mundo concitó a 22.000 personas en
torno al ring, "y siete millones de espectadores que lo siguieron por televisión", señala el entrenador, sin perder de vista a sus
pupilos y dando detalles para que realicen
el movimiento correcto. "Seis golpes, seis
directos", indica a Aranzazu Morán, que
hace guantes con otro joven; "la guardia
más atrás, y apoya bien el pie", enfatiza con
un soniquete repetitivo. Esta última indicación va dirigida a Mónica Miyar. "Yo me
entreno para estar en forma, no aspiro a
competir", aclara esta ingeniera industrial,
de 32 años, que comenzó en el gimnasio
haciendo pesas y ya lleva cuatro años
"enganchada", porque encuentra en los
entrenamientos la mejor manera de aprender nuevas técnicas, que le permiten controlar mejor sus movimientos. "No me
considero para nada rara, boxear me ayuda
a desarrollar la coordinación del cuerpo",
indica. Tiene preparada la respuesta cuando le preguntan cómo una ejecutiva de
Iberdrola puede ponerse tres días a la
semana los guantes y lanzar golpes:
"¡Hombre, al principio te miran extrañados,
pero ni he perdido la feminidad, ni, por
supuesto, mi capacidad laboral, ahora estudio económicas".
Creadora de afición
La vallisoletana Laura de Castro llegó al
boxeo a través del 'kick boxing' y ahondó
en la afición gracias a su novio, también
boxeador, y preparador, Chuchi López.
Ambos viven en Medina del Campo y
194
aprovechan el tiempo libre para ver combates en video, acercarse a alguna ciudad
donde se celebre una velada y, hasta organizarlas "para crear afición", apunta esta joven
de 27 años con el bagaje de dos peleas
entre las doce cuerdas, en ambas venció.
Como todas sus compañeras, reconoce
que "es un deporte muy sacrificado", donde
hay que controlar mucho el peso, mantener un rutina muy estricta y "no acomplejarse con el qué dirán", porque "la inmensa
mayoría de la gente no se da cuenta de que
detrás de cada golpe hay una técnica muy
depurada y muchas hora de gimnasio",
insiste con un mensaje casi idéntico al de
otras compañeras, como si se hubieran preparado el cuestionario en grupo. "No
somos macarras de barrio buscando pelea",
se ofende esta dietista a la que solo le incomoda pensar que le pueden romper la
nariz en un combate, "pero, para eso me
entreno aprendiendo estrategia y usando la
inteligencia".
El futuro
Jessica, Leticia, Sandra, Raquel y Silvia,
todas veinteañeras, cuentan ya con licencia federativa como boxeadoras. Entrenan
en varios gimnasios de Valladolid. Solo
una de ellas se ha subido al ring en una
velada boxística, y quiere repetir. Pedro
Retuerto que ejerce de entrenador, manager y presidente de la Federación Regional
de Boxeo, "las mima", porque entiende
que "hay que trabajar con mucha tranquilidad para que no pierdan la afición". Las
boxeadoras vallisoletanas, también las
leonesas, han visto las películas de Rocky,
al que veneran; pero se les atragantó
Million Dollar Baby, "es muy cruel lo que
le pasa a la protagonista", sentencia una
de ellas, mientras intenta lanzar la derecha
a la cara de su compañera de entrenamiento. Todas tienen la certeza de que
sabrán esquivar ese golpe letal que recibió
la vida de la protagonista del largometraje
de Clint Eastwood.
La venganza del clima en
Castilla y León
Las consecuencias del cambio
climático ya se están dejando
notar en la Comunidad, cuya
agricultura sufrirá especialmente el alza de las temperaturas.
Castilla y León, año 2080. El índice de lluvias durante el verano ha caído en torno a
un 30 por ciento, respecto a las últimas
décadas del siglo XX. La temperatura media
ha subido hasta 4,4 grados, agravando las
situaciones de sequía y empeorando la delicada situación del sector agrícola. Muchas
aves migratorias ya no volverán a invernar a
las lagunas de la región y otras especies animales se han extinguido al no poder adaptarse a las nuevas condiciones climáticas.
Mientras, algunos bosques han perdido su
función de sumideros de CO2 y ahora
expulsan más carbono del que absorben.
196
AUTOR: María Martín
FOTOS: Rubén Cacho / Miriam Chacón / Leticia Pérez
No es el guión de una película de terror,
sino las previsiones específicas para el área
de Castilla y León que manejan los expertos
y científicos desde diversos organismos
como el Panel Intergubernamental para el
Cambio Climático (IPCC), el Ministerio de
Medio Ambiente y varias universidades
para las próximas décadas. Y es que hasta
los más escépticos acerca de la teoría del
calentamiento global del planeta deben
aceptar el visible aumento de las temperaturas de los últimos años, con valores que
alcanzan medias de 0,05 grados anuales en
el periodo 1972-1996 en Castilla y León,
según el estudio elaborado por un grupo de
profesores entre los que se encuentra José
Luis Labajo, profesor de Física General y de
la Atmósfera de la Universidad de
Salamanca.
Los resultados de esta investigación reafirmaron lo que científicos de todo el mundo
estaban constatando y fijaron el aumento
de la temperatura en la región en un promedio de medio grado en una década desde
los años 70. Es un dato que hay que poner
en relación con las estimaciones del panel
que fijan el incremento de la temperatura
mundial a lo largo del siglo XX en 0,74 grados, lo que supone, según el director del
Centro Nacional de Educación Ambiental
(Ceneam), situado en Valsaín (Segovia),
Francisco Heras, que en sólo tres décadas se
ha duplicado el incremento mundial, lo que
significa que en la Península Ibérica y, sobre
todo, en regiones interiores como Castilla y
León los cambios "van mucho más rápido".
197
Más extremos
El profesor José Luis Labajo se encuentra
inmerso ahora en un nuevo estudio que
intenta constatar "el comportamiento temporal de la frecuencia de producción de
fenómenos extremos", como olas de calor
o fuertes heladas, un aspecto, a su juicio,
más importante que el mismo aumento de
las temperaturas porque estos episodios
extremos, "que cada vez son más extremos", suelen ser "catastróficos". También,
puntualiza que "indudablemente, el hecho
de que suba unas centésimas de grado al
año inicialmente no tiene ninguna incidencia grave, pero si eso se mantiene en el tiempo lleva a valores extremadamente altos
porque es acumulativo".
Sobre este aspecto, el meteorólogo Galo
Cantalejo, desde el Centro Territorial del
Instituto Nacional de Meteorología, añade
que "aunque un incremento de 0,05 grados
al año pueda parecer poco, es muchísimo",
ya que el mismo cambio en el sentido contrario equivaldría a "una glaciación". El tipo
de precipitaciones también va a cambiar:
"Serán chubascos tormentosos en lugar de
frentes, lo que provocará una erosión
mayor y mayor sequedad en la tierra. Los
efectos para la agricultura serán desastrosos", vaticina Cantalejo. Por su parte, José
Luis Labajo sostiene que estos cambios en
las lluvias ya se están notando: "En Castilla y
León normalmente las precipitaciones son
poco intensas, con máximos de 30 ó 35
litros en 24 horas, pero este año ya se han
superado en algunos casos los 50 litros".
El CO2, culpable
Uno de los principales culpables del
calentamiento global es el dióxido de car-
198
bono (CO2), el gas de efecto invernadero
que se encuentra en mayor proporción en
la atmósfera. Antes de la revolución
industrial la presencia de CO2 era de 280
partes por millón (ppm) y en la actualidad
supera las 375, un 34 por ciento más, lo
que demuestra la influencia negativa de la
actividad humana sobre el medio
ambiente, en concreto por el tráfico rodado o industrias como la del carbón.
En Castilla y León se centra un proyecto de medición de sumideros de CO2 en
una zona agrícola cuyo fin es comparar los
datos obtenidos con los que suministra
un satélite de la Agencia Espacial Europea
y que es único en España. Lo coordina la
profesora de Física Aplicada de la Facultad
de Ciencias de la Universidad de
Valladolid María Luisa Sánchez, quien
explica que la principal conclusión extraída de siete años de mediciones es "el
aumento en tres partes por millón al año
del CO2 expulsado a la atmósfera", según
los datos que obtienen del laboratorio
instalado en La Mudarra (Valladolid), más
que el incremento a nivel global, que se
acerca a las dos ppm, según el IPCC.
María Luisa Sánchez puntualiza que el
proyecto, asimismo, mide la cantidad de
ozono registrada en esta área rural, también con tendencia creciente, y que, al
contrario de lo que se pudiera esperar,
suele presentar tasas más elevadas en el
campo que en las ciudades. Los datos
registrados sobre CO2 y ozono en La
Mudarra permiten a estos científicos
conocer de antemano qué resultados va a
obtener el agricultor según la cantidad de
estos gases que absorba la vegetación.
"Este año, los flujos son realmente satisfactorios y las cosechas serán excelentes",
garantiza Sánchez, al tiempo que recuerda
que en temporadas de sequía "la vegetación absorbe mucho menos CO2" y, por lo
tanto, el agricultor acaba obteniendo
menos productividad en sus cultivos.
Los bosques, ¿sumideros o fuentes?
El simple proceso de la fotosíntesis
implica la absorción de CO2 por parte de
plantas y árboles, en una cantidad que la
Consejería de Medio Ambiente calcula en
12,5 millones de toneladas anuales para el
conjunto de bosques de Castilla y León,
cuya superficie forestal alcanza los 50.000
kilómetros cuadrados. En términos económicos, este carbono absorbido tendría
un valor en el mercado de emisiones de
250 millones de euros. De acuerdo a este
dato, casi bastaría con la función que ejercen los bosques como sumideros de carbono para cumplir con el Plan Nacional
de Asignación de Emisiones de CO2, controlado por el Protocolo de Kyoto, y
según el cual entre los años 2005 y 2007 la
Comunidad dispondría de una tasa máxima algo superior a los 48 millones de
toneladas de CO2. Sin embargo, las reglas
de la naturaleza son inestables. El director
del Ceneam, Francisco Heras, explica que
"un bosque es un almacén de carbono en
dos sentidos, porque almacena mucha
materia orgánica de arbolado, pero también en los suelos". Así, mientras los árboles crecen se va retirando carbono de la
atmósfera que se almacena en el suelo
pero "esto tiene un límite". "Llega un
momento en que el bosque es ya maduro
y lo que absorbe es parecido a lo que
quema, porque se va degradando la
materia orgánica por la descomposición".
Además, el aumento de las temperaturas
acelera este proceso, de modo que puede
llegar el caso de que "algunos bosques
que eran sumideros pasan a ser fuentes
emisoras de carbono, porque la descomposición supera a la capacidad que tiene
el bosque para fijar CO2".
Adaptación
Los primeros efectos directos del calentamiento global ya se están constatando
en algunas especies, vegetales y animales.
Como ejemplos, el director del Ceneam
indica que, comparando la distribución
199
actual de la vegetación en Guadarrama
respecto a la que había hace unas décadas,
se observa que "los matorrales están invadiendo los espacios de alta montaña que
antes sólo ocupaban los pastizales de altura, los ecosistemas más adaptados al frío y
que se encuentran en las cumbres". Igual
pasa con algunas especies como las mariposas, que desde los años 70 "han ascendido en su límite inferior de distribución 210
metros de altitud", lo cual es "muy coherente con los cambios de temperatura que
se están viendo en la zona". "El problema es
que la montaña tiene una altitud limitada
y llegará un momento en que empezarán
a extinguirse algunas especies, porque no
pueden subir indefinidamente como respuesta al calentamiento", añade Francisco
Heras.
En este sentido, el zoólogo Francisco
'Pancho' Purroy, de la Universidad de
León, considera que el "colectivo de
mayor riesgo" es precisamente el de alta
montaña, que "a medida que el calor va
invadiendo sus refugios, va retrayendo su
área de ocupación y sus poblaciones".
Como ejemplos de especies amenazadas,
nombra a la lagartija serrana, que vive en
Gredos, o a anfibios de alta montaña,
como la salamandra o el sapo común, instalados en el Sistema Central, "porque la
intensificación de los rayos ultravioleta,
junto con un tipo de parásito que se desarrolla con temperaturas del agua un
poco cálidas, afectan a la supervivencia de
los renacuajos". Por eso, considera que
algunas especies "están abocadas al a
extinción". También apunta al riesgo del
urogallo cantábrico, en peligro no sólo
por el cambio climático, sino por la fragmentación de los bosques.
200
Para Purroy, la fauna tiene una respuesta
flexible a los cambios, pero dentro de
unos límites y el problema actual es la
velocidad con la que se están produciendo, lo que merma la capacidad de adaptación "particularmente de especies que se
muevan poco". Al mismo tiempo, subraya
que se dan "desfases entre los calendarios
de reproducción" de especies predadoras
y sus presas que afecta, por ejemplo, al
papamoscas cerrojillo. Un estudio llevado
a cabo en la Sierra de Guadarrama explica
que el éxito reproductor de esta ave se ha
reducido en más de un 20 por ciento
desde los años ochenta, puesto que las
orugas con las que alimenta a sus polluelos han adelantado su época de cría.
Amenazas agrícolas
La escasez de agua que sobrevendrá
con el cambio climático provocará unos
terribles efectos sobre la agricultura de
regadío de Castilla y León. Cultivos como
la remolacha, la patata o el maíz deberán
mejorar su eficiencia en el riego si quieren
persistir y para ello científicos del Instituto
Tecnológico Agrario (Itacyl) trabajan con
herramientas de simulación para lograr
este objetivo.
Pero no sólo las sequías agravarán la
situación del sector agrícola. Un estudio
de las profesoras Ana Iglesias y Sonia
Quiroga, desde las universidades
Politécnica de Madrid y de Alcalá de
Henares, refleja las posibles implicaciones
del cambio climático sobre los cultivos de
la región. El viñedo, por ejemplo, sufrirá
una variación de la calidad y del grado
alcohólico y se exigirá la implantación de
nuevas variedades. Los cereales de primavera y los forrajes podrán beneficiarse del
incremento del periodo libre de heladas,
pero también padecerán daños por estrés
térmico y sequía en primavera.
Igualmente, los cereales de invierno sufrirán las mismas consecuencias por el
aumento de temperaturas, durante todo
el año. En cuanto a los hortícolas, necesitarán más riego y verán aumentar las plagas y las enfermedades durante todo su
ciclo de producción.
Descargar