INSTITUTO SUPERIOR DE MÚSICA (UNT)

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INSTITUTO SUPERIOR DE MÚSICA (UNT)
Unidad Pedagógica: IMPROVISACIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO
Profesor: Claudio A. Giraud
APUNTES 1
¿QUÉ ES LA IMPROVISACIÓN?
1) LES WISE (autor del libro “Bebop Bible”, entre otros) nos dice…
Primero vamos a definir qué cosa no es la improvisación musical. No es una
habilidad dada por Dios para inventar melodías de la nada. No viene de un rayo de luz,
convirtiéndonos en solistas monstruosos. No es un regalo divino que solo unos pocos
de nosotros tenemos porque somos especiales. ¿Qué es entonces la improvisación? Es
reorganización espontánea; para decirlo con otras palabras, es el “reordenamiento de
algo que ya existe”. Es aprendida de la misma forma que el lenguaje, porque la
improvisación es un lenguaje. Todos tenemos la capacidad para aprenderlo,
simplemente es cuestión de hacerlo en la dirección apropiada.
Vamos a examinar qué es el lenguaje. Cuando hablamos, no inventamos
instantáneamente las palabras que salen de nuestras bocas. Ya existían. De la misma
manera cuando hacemos un solo usamos patrones e ideas que ya existían en el
lenguaje de la música. Cuando hablamos, lo hacemos de manera intuitiva y parece ser
un proceso automático. Pero si pensamos en la forma en que se desarrollo nuestro
vocabulario, vamos a ver que realmente no lo es. El proceso de aprender a improvisar
es parecido. Veamos algunas similitudes entre ambas cosas:
Hasta que entramos a la escuela hablamos por imitación. Nuestros padres
dicen una palabra o una frase y simplemente la repetimos. De la misma manera, antes
de tener un profesor o de tener algún conocimiento musical, imitamos sonidos que
escuchamos, cantando o con nuestro instrumento.
En primer grado aprendemos una palabra, no solo como pronunciarla, sino
también las letras individuales que simbolizan esa palabra. Aprendemos a deletrearla y
a escribirla. Para complicarlo un poco, aprendemos su significado y como aplicarla en
una oración. En nuestras clases empezamos a aprender sobre acordes, escalas y
arpegios, que notas tienen, como suenan y como se usan.
Se dice que un universitario conoce 15.000 palabras. Ahora imaginemos el
terror que nos daría si el primer día de clase la maestra nos muestra un libro enorme y
nos dice: “Acá están las 15.000 palabras que tienen que saber antes de terminar el
secundario”. Seguramente saldríamos rajando. Pero por suerte no es así, y vamos
aprendiendo un poco cada día. Nuestra comunicación va creciendo de manera natural
e intuitiva. A medida que adquirimos nuevas palabras, aparecen sutilmente en
nuestros vocabularios, de manera intuitiva y automática. Imaginemos una forma no
tan automática de comunicación. Supongamos que vamos a Rusia y nos aprendimos de
memoria cinco palabras que nos tienen que alcanzar para comunicarnos. No les parece
que lo que hablemos va a resultar trabado y mecánico?. Es imposible que sea algo
expresivo, intuitivo o automático. Esas cinco palabras van a ser gastadas, abusadas y
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mal usadas en menos de un minuto, sin mencionar el esfuerzo que nos va a costar
combinarlas coherentemente. Ahora, si supiéramos 15.000 palabras en ruso,
simplemente nos relajaríamos y hablaríamos. Podríamos improvisar lo que decimos.
Construimos el vocabulario musical en nuestros instrumentos de la misma
forma. Lenta y gradualmente vamos incorporando nuevos “licks”. Algunos los leemos,
otros los copiamos de los discos o de nuestros amigos. Usamos lo que ya existe,
copiamos e imitamos. Ustedes pueden decir: “¿Cómo voy a ser original y tener mi
propio estilo si imito a los demás?”, la respuesta sería: “¿Ustedes rechazaron las
primeras palabras que les enseñaban sus padres porque querían inventar su propio
lenguaje?”. Por supuesto que no. No cuestionamos el nombre de las cosas. Nuestras
distintas personalidades se expresan por la forma en que las ordenamos. En música
podemos tocar algo que parece completamente nuevo y único, pero en realidad es
una combinación de cosas que ya sabíamos. Pueden ser cuatro notas consecutivas que
aprendimos hace tres años como parte de una frase que sacamos de un disco.
Tocamos esta idea y podemos creer que es algo nuevo, pero en realidad es una
reorganización de lo que ya existe.
Veamos otra forma en que podemos expandir nuestro vocabulario. Estamos
sentados con un grupo de amigos cuando alguien usa una palabra que llama nuestra
atención. No sabemos su significado, pero por el contexto en que se usa podemos
intuirlo. Al día siguiente estamos hablando y “zap”, nos sale esa palabra. Una vez que
uno ya maneja el lenguaje de la improvisación musical, nos pasa lo mismo. Estamos
improvisando, sin saber lo que vamos a tocar y las ideas empiezan a fluir. De repente
nos encontramos tocando una frase que le oímos al pianista la semana pasada. Hay
que tener un buen manejo técnico para poder tocar esta idea que ha estado en
nuestro subconsciente, o podemos combinar parte de esta frase con otra que le
escuchamos tocar al saxofonista. Las ideas ya existían, pero la forma en que las
reordenamos expresan nuestro estilo y personalidad, igual que cuando hablamos.
2) RODOLFO ALCHOURRON, en su libro “Ad Libitum. Elementos de Improvisación
Lineal”, nos dice…
La improvisación es el arte de componer música e interpretarla en el mismo
momento. Su principal atractivo consiste en que es un producto único e irrepetible. Es
un acto de creatividad y espontaneidad, energético y altamente individualista que está
presente en muchas expresiones de la música popular contemporánea, como el jazz, el
blues, el rock, el pop, etc., en sus incontables variantes, sin olvidar a otros géneros
como el flamenco, tango, música brasileña, y diversas músicas folclóricas en casi todas
partes del mundo.
Ya pasó el tiempo en que se sostenía –erróneamente- que la improvisación no
se puede ni debe estudiar ni enseñar, porque ello anula sus cualidades de
espontaneidad y frescura. Hoy está claro que, como cualquier otro arte, el de la
improvisación necesita de una técnica que lo haga posible: habilidad física de cierta
clase para los dedos, boca o cualquier otra parte del cuerpo involucrada, y al mismo
tiempo, conocimientos teóricos para saber con qué materia se está trabajando y poder
tomar correctamente las innumerables decisiones requeridas durante el acto de
improvisar.
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En un solo improvisado deben mezclarse la espontaneidad y la inteligencia en la
mejor proporción posible. Es decir: pasión y control, dos energías complementarias en
equilibrio.
El solista enmarca lo que surge de su imaginación dentro de límites fijados por
factores diversos, como ser, las características del tema, sus propias limitaciones
técnicas, su deseo estético, la interacción con los músicos que tocan con él, etc.
3) DAVID BAKER (autor de “Jazz Improvisation”) nos dice…
El jazz improvisado se da en tres niveles básicos:
a) El ejecutante sólo toca cosas que ya ha tocado antes (nivel del ejecutante
mediocre).
b) El ejecutante toca cosas que ha tocado antes pero ocasionalmente agrega
cosas originales, que nunca había tocado (nivel de ejecutante común).
c) El ejecutante sólo toca ideas que no ha tocado antes (nivel final, al que
todos deben aspirar).
¿CUAL ES LA DIFERENCIA ENTRE LA COMPOSICIÓN Y LA IMPROVISACIÓN?
(Fuente: “La Improvisación en la Historia de la Música y de la Educación: Estudio comparativo de la
creatividad en la música en niños de 7 a 14 años” – Tesis doctoral, Universidad Autónoma de Madrid,
Facultad de Filosofía y Letras, Departamento de Música, año 2007)
La improvisación, como todos los actos de creación artística, es una forma más
de controlar la libre asociación, en la que cada idea de alguna forma sugiere la
siguiente. Difiere de la composición en cuanto que las ideas son ejecutadas de forma
inmediata, en lugar de mantenerlas en la mente o escritas en un papel, y por tanto no
hay oportunidad para intentar varias opciones, sino que es preciso elegir una sola sin
perder tiempo.
Igor Stravinsky describe la composición como “una selectiva improvisación”
subrayando la idea de que todo lo creado ha sido improvisado previamente (en el
amplio sentido de la palabra). Por este razonamiento los grandes improvisadores están
en posesión de tres facultades indiscutibles: a) una gran técnica y dominio del
instrumento, b) la habilidad para crear calidad musical, c) la destreza para dirigir la
mente y que los otros dos factores puedan darse.
Parece ser que en el proceso de la composición, la clave está en la maduración
y el perfeccionamiento de las ideas musicales. Aunque una idea parezca espontánea o
inmediata, es seguramente la consecuencia de la constancia en el desarrollo de los
proyectos del compositor durante muchos años. En la improvisación sin embargo, el
autor o intérprete no tiene tiempo para pulir y perfeccionar su material, la primera
idea es la que debe funcionar. Difiere del compositor, en cuanto que debe tomar las
decisiones, en lo que concierne a la estructura y dirección, de forma inmediata.
Tomando los modelos que le han sido facilitados a través de la cultura, debe adornar o
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rellenar con su creatividad inmediata las diferentes partes y de diversas maneras. El
improvisador no puede constantemente revisar los detalles de estas o aquellas
secciones en su trabajo, como realiza el compositor, solo se puede permitir, con las
restricciones pertinentes de cada “forma”, aportar su propio estilo para conseguir la
unidad musical.
LA IMPROVISACIÓN EN LA HISTORIA DE LA MÚSICA (Breve reseña)
(Fuente: “La Improvisación en la Historia de la Música y de la Educación: Estudio comparativo de la
creatividad en la música en niños de 7 a 14 años” – Tesis doctoral, Universidad Autónoma de Madrid,
Facultad de Filosofía y Letras, Departamento de Música, año 2007)
Escribir una Historia de la Improvisación en la Música sería un tanto
pretencioso, ya que no se puede concebir la improvisación como algo separado o fuera
de la Historia de la Música general. Lo que se puede intentar, y es lo que nos
proponemos, es describir aquellos rasgos improvisatorios que han sido importantes o
relevantes en la evolución de la música a lo largo de la Historia. Se trata de contemplar
aquella parte en la música y en las obras musicales, dentro de la historia de la cultura
occidental, que no ha sido descrita específicamente, pero que es sensible al cambio o
modificación, sobre todo si se tiene en cuenta, que la transmisión oral fue durante
tantos siglos, la única forma de difusión que tuvo la música. Es decir, que en la
evolución de la forma musical, antes de constituirse en una forma establecida,
aparecen diversos intentos que pueden considerarse como improvisaciones o
productos del azar.
Junto a la tradición de la música escrita, sin embargo, existen otras tradiciones
que engloban importantes medidas de libertad, estas son las diferentes y variadas
formas de improvisación. La improvisación en la música ha existido siempre a lo largo
de la historia, podemos decir, que fue la forma original de componer en un principio y
ha sido la responsable de las transformaciones periódicas que han sufrido las formas
musicales, y la tradición escrita no ha sido más que la forma patente de desarrollo y
refinamiento para su conservación. En la actualidad lo mismo que en el pasado, las dos
corrientes se han interrelacionado y enriquecido mutuamente, y así como los músicos
improvisadores envuelven nuevos modelos de expresión, ampliando el vocabulario de
la música para ser escrita, las teorías armónicas y melódicas han sido los grandes
recursos para la improvisación.
La tradición de la forma musical no hubiera existido nunca, sin la interacción de
ambas, es más no podemos considerar como diferentes ambos campos de la música,
sino, como la interdependencia de los dos en un mismo sistema.
En los primeros tiempos de la evolución de la música instrumental, mucho solía
improvisarse y las formas toccata, fantasia, preludio y sin duda el impromptu (como su
nombre indica es una improvisación, típica del siglo XIX) son un buen ejemplo.
Bach y Haendel, así como otros compositores de la época, escribían
frecuentemente los preludios de sus suites para teclado en forma de simples
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sucesiones de acordes, sobre los cuales el ejecutante debía desarrollar un movimiento
introductorio según su gusto. Las suites de estos autores tal como se publican hoy
ofrecen ejemplos de esta costumbre, sin embargo, lo más frecuente es que los
editores añadían la realización de ese movimiento, elegido entre las ejecuciones que le
parecían más idóneas.
Bach, Beethoven y Mozart fueron renombrados genios improvisadores, capaces
de extemporizar fugas y sonatas de forma completamente realizadas y finalizadas, a la
espera de ser posteriormente escritas. Bach podía improvisar sin detenerse durante
dos horas sobre un tema coral, por ejemplo, realizando primero el preludio y fuga, a
continuación una serie de armonías más ligeras como un trío, y luego un preludio coral
para acabar con otra fuga, y por supuesto combinando otros temas que le iban
surgiendo, con el tema original. Su hijo Carl Philipp, decía de su padre: “[...] que las
obras publicadas no dan idea de la magnitud de sus improvisaciones”.
También tenemos constancia de que durante el periodo Barroco muchas partes
de los acompañamientos para clave, no estaban escritos sino simplemente
esquematizados, lo que era llamado “bajo cifrado”.
En el siglo dieciocho los solistas realizaban cadenzas improvisadas de tal
dimensión y sofisticación, que fue necesario que los compositores como Beethoven,
por ejemplo, escribieran sus propias candenzas para evitar que sus obras pudieran
sufrir una variación descabellada. Por lo tanto, a partir del Romanticismo las
dificultades técnicas de las obras de los compositores, hacen que el intérprete se
transforme en un estudioso y se convierta en el fiel transcriptor de la partitura, lo que
conlleva al desarrollo de la técnica instrumental y a la lucha por alcanzar el virtuosismo
por encima de cualquier otro logro.
Los comienzos del siglo XX, traen como consecuencia grandes cambios en la
música compuesta y que provocan una ruptura que afecta directamente al lenguaje
musical. Se abre una nueva era en el mundo del sonido con nuevos materiales e
instrumentos sonoros como respuesta a las nuevas corrientes musicales. La aparición
de la validez de objetos sonoros en la música concreta, además del nacimiento de los
instrumentos electro-acústicos, transformará los parámetros establecidos hasta
entonces por la música tradicional: alturas, timbres, duraciones etc., haciendo que el
producto sonoro se vuelva aleatorio, y la postura del intérprete se transforme,
tomando parte activa en la responsabilidad del resultado de la obra musical.
Además de la Música Contemporánea, surgen en la música popular distintas
músicas con un gran margen para la creatividad o la improvisación, como el Jazz, en el
que su gran componente es la improvisación sobre un tema.
Continuando con los diferentes estilos no podemos dejar de hablar de España,
de la riqueza cultural que constituyen la música del arte Flamenco y el Cante Jondo
como ricos exponentes de la importancia de la improvisación en la música y la
diversidad de sus formas musicales específicas: soleares, tientos, alegrías, etc. donde la
improvisación rítmica y melódica marcan el desarrollo de las mismas.
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