423-2000 SALA DE LO CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las diez horas del día veintinueve de agosto de dos mil.Vistos en apelación de la sentencia definitiva pronunciada por la Cámara Primera de lo Laboral, a las quince horas del día veintiséis de abril de dos mil, en el Juicio Ordinario de Trabajo promovido por el señor Enecón Orellana, contra el Estado de El Salvador, en el ramo de Obras Públicas, Dirección General de Urbanismo y Arquitectura, representada legalmente por el doctor Manuel Cordova Castellanos, Fiscal General de la República, reclamando indemnización por despido injusto y otras prestaciones laborales.Han intervenido en Primera Instancia como partes: el trabajador demandante, el Bachiller Carlos Galindo Avalos, y el Bachiller Carlos Alberto Mira Cruz, actuando como Apoderados Especiales Laborales del trabajador demandante, y por el Estado de El Salvador, el Licenciado Oscar Jerónimo Ventura Blanco, actuando como Agente Auxiliar del señor Fiscal General de la República, quien es de este domicilio excepto el Bachiller Carlos Galindo Avalos, que es del domicilio de San Miguel y el Bachiller Mina Cruz, que lo es del de Sensuntepeque.En Segunda Instancia el Licenciado Oscar Jerónimo Ventura Blanco en su calidad de Agente Auxiliar del señor Fiscal General de la República.El fallo de Primera Instancia dice: "a) Declarase inepta la demanda del señor Enecón Orellana, en lo que concierne al señor Carlos Armando Velásquez, contra el que también ha sido incoada aquella, por carecer éste de la calidad de legítimo contradictor; b) Condénase al Estado de El Salvador en el ramo de Obras Públicas, a pagar al señor Enecón Orellana, de las generales que han sido relacionados al principio de esta sentencia, por despido de hecho sin justa causa las cantidades y en los conceptos que en seguida se mencionan: Treinta y Dos mil quinientos cuarenta y siete colones, diecisiete centavos, como indemnización; cuarenta colones cincuenta y dos centavos, como vacación proporcional; doscientos sesenta y un colones siete centavos, como aguinaldo proporcional y Dos mil ciento siete colones sesenta centavos, como salarios caídos en esta instancia; y c) Absuélvase al Estado de El Salvador en el ramo de Obras Públicas de la acción entablada por el mencionado señor Enecón Orellana por medio de la cual reclama salarios no devengados por causa imputable al patrono. Notifíquese:-" LEIDOS LOS AUTOS; Y, CONSIDERANDO: I.- El apelante manifiesta en su escrito de interposición del recurso lo siguiente: ""En primer término cabe destacar que el señor Enecon Orellana, se le concedió permiso sin goce de sueldo, por el lapso de sesenta y un días, a partir del uno de junio de mil novecientos noventa y ocho, el cual vencería el día treinta y uno de Julio de ese año, que se presentaría a trabajar el día diez de agosto; pero es el caso que se presentó a laborar hasta el día veintiocho de septiembre del referido año, y manifiesta el señor Orellana, en su demanda que el día cinco de julio fue detenido en BROWVILLE, TEXAS, Estados Unidos, que el se encontraba realizando un viaje, visitando unos residentes de dicha nación, y que seguidamente fue llevado a la cárcel y que estuvo detenido hasta el día veintitrés de septiembre, fecha en que fue deportado hacia El Salvador, por resolución de un Juez de Migración de Houston Texas, y alega a su demanda el Art. 36 numeral Sexto, en relación con el Art. 38, los cuales se refieren que al suceder esta causal, la suspensión del contrato se produce automáticamente; pero es el caso que el señor Enecon Orellana, desde el mismo momento en que venció su permiso y no compareció, quedó instantáneamente despedido, ya que no ha podido probar tal detención, porque el Art. 36 numeral Sexto, habla de la detención interpuesta por autoridad competente y en este caso quien puede probar que el señor Orellana estaba detenido, si en primer lugar los documentos presentados no son fehacientes ya que según lo expresa el Art. 261 del Código de Procedimientos Civiles "El Instrumento Público o Autentico, emanado de país extranjero la firma que lo autoriza debe estar autenticado por el Jefe de la Misión Diplomática, Cónsul, Vice Cónsul, o encargado de los asuntos consulares de la República, o en su defecto por los funcionarios correspondientes del Ministerio de Relaciones Exteriores de donde proceden tales documentos y la firma que autoriza tal legalización habrá de ser auténticada también por el Ministerio o Subsecretario de Relaciones Exteriores de El Salvador, o por el Ministerio de Relaciones Exteriores que por medio de acuerdo ejecutivo en el mismo ramo, haya sido autorizado de modo general para ello"; para el presente caso podemos manifestar que el señor Orellana no ha podido probar que se encuentra detenido en el exterior, en vista de que los documentos que presentan no se ha realizado el trámite correspondiente de legalización, según dispone el artículo 261 Pr. C. es por ello que debió seguir el procedimiento de Ley. Así las cosas Honorable Sala, el señor Orellana, en vista de que el día que se presentaría a reanudar sus labores, tenía que ser el día diez de agosto de mil novecientos noventa y ocho y se presentó hasta el día veintiocho de septiembre, por medio del cual quedaba automáticamente despedido, analizando minuciosamente el presente caso, en el cual se ha despedido al señor Enecón Orellana, por abandono de trabajo en relación a ello, cuando nos referimos al documento que presentó al referido juicio, demostrando que se encontraba detenido en el Exterior, el cual no es fehaciente, el autor Víctor De Santo, en su libro La Prueba Judicial, señala por documento: "Todo objeto producto de un acto humano, que representa a otro hecho o a un objeto, una persona, una escena natural o humana"; y de esto se puede colegir que tal como consta en la demanda presentada en la Cámara Primera de lo Laboral, no pudo demostrar que se encontraba detenido en el exterior, por lo que automáticamente estaba despedido.-"" II.- El actor, para probar los extremos de su demanda, vertió tres clases de medios probatorios: la absolución de posiciones, la prueba Instrumental y la Testimonial.En cuanto a la primera habrá que considerar que de conformidad a lo establecido en el Art. 385 numeral 1° Pr. se declaró contumaz al Estado de El Salvador, al no haber comparecido el señor Fiscal General de la República a absolver el pliego de posiciones, que se le presentó, produciéndose la confesión ficta del demandado como consecuencia de su inasistencia respecto a las preguntas formuladas en el referido pliego significando que las respuestas en cada una de ellas es afirmativa acerca de los hechos a que se refieren las mismas.- En relación a la prueba instrumental, el actor presentó una nota de fecha veintiuno de septiembre de mil novecientos noventa y ocho que le fue dirigida por el Director General de Urbanismo y Arquitectura en donde se le comunicó que a partir de ese día se procedía a su destitución; y finalmente el testimonio de los señores Marco Antonio Hernández y Tomás Castro Rivas de fs. 23, 24 y 25 respectivamente, en base al cual se estableció tanto el contrato de trabajo como la relación laboral existente entre actor y demandado.- Con la prueba aportada se tienen por comprobados los extremos más importantes de la demanda, estos son como ya se expresó, el contrato de trabajo, la relación laboral y el despido de hecho.III.- Es oportuno mencionar que la parte demandada no alegó ni opuso en primera instancia ninguna excepción, ni presentó pruebas con las que pudiese desvirtuar los extremos probados por el actor.- En segunda instancia alegó la excepción de prescripción de la acción intentada.IV.- En esta instancia, el apelante hace referencia a la ilegalidad de los documentos, manifestando que con ellos el actor no ha podido probar la detención alegada en vista de que los documentos presentados no son fehacientes por ser documentos expedidos por autoridad extranjera, y no haber seguido para ello el correspondiente trámite de legalización, y que por esa razón debe considerarse que el trabajador, al haber abandonado el trabajo, automáticamente quedó despedido, siendo a partir de ese momento que comenzaría a correr el plazo de sesenta días de que habla el artículo 610, inciso Primero del Código de Trabajo para que tenga lugar la prescripción de la acción y que habiendo transcurrido dicho plazo para interponer la demanda, la acción de despido estaba prescrita tal como él lo planteaba.En efecto, el trabajador demandante, con el propósito de demostrar que tuvo justo impedimento para reintegrarse a su trabajo después de haber estado dos meses con permiso expreso de su patrono, presentó unos documentos redactados en idioma ingles y vertidos legalmente al castellano por mandato judicial, en los cuales aparece que estuvo detenido en Texas, Estados Unidos de Norteamérica y que fue deportado a nuestro país el día veintitrés de septiembre de mil novecientos noventa y ocho, haciéndose presente en la sede de la institución, el día veintiocho de septiembre del referido año, fecha en la cual recibió comunicación escrita del despido.El documento contentivo de la orden de despido le dio la pauta al trabajador, para plantear su acción indemnizatoria dentro del término válido para hacerlo, es decir dentro de los sesenta días subsiguientes a la fecha de su separación del cargo que desempeñaba, término límite de la prescripción. En otras palabras, su derecho a ser indemnizado le nació desde el instante mismo en que fue despedido de hecho, y eso aconteció precisamente el día veintiocho de septiembre de mil novecientos noventa y ocho; la parte patronal sobre este particular ha venido sosteniendo la tesis de que la acción intentada estaba prescrita desde el momento en que se cumplieron sesenta días después de que el trabajador tenía que haberse presentado a laborar es decir, el día diez de agosto de mil novecientos noventa y ocho, restándole validez al documento emanado de país extranjero, que aunque traducido al castellano no se sometió a los trámites de autenticación a que se refieren los Arts. 261 del Código de Procedimientos Civiles, y 17 del Código Civil, posición que esta Sala no comparte en virtud de que en todo caso, tales instrumentos adquirieron la calidad de privados de acuerdo al Art. 1572 C. cuya validez podría haber sido cuestionada siempre y cuando hubieren sido redargüidos de falso, dentro del trámite pertinente, en ese sentido la pretendida ilegitimidad del documento no tiene fundamento legal lo cual tiene respaldo en lo establecido en el Art. 402 del C. de T. No tiene tampoco fundamento legal la excepción de prescripción opuesta por el impetrante, la cual de conformidad al Art. 547 C. de T. debió alegarse en primera instancia.La Cámara Primera de lo Laboral, al motivar su fallo expresa, entre otras razones, que los extremos de las acciones intentadas por el trabajador Enecón Orellana, quedaron plenamente establecidos principalmente con las posiciones presentadas al Fiscal General de la República, quien al no haber comparecido a las citaciones que en legal forma se le hicieron, fue declarado contumaz y como consecuencia de ello confeso en los puntos contenidos en el pliego presentado, opinión que comparte esta Sala; en efecto, la prueba de autos proporciona los suficientes elementos de juicio, para estimar que quedó demostrado en el proceso: en primer término, que Enecón Orellana fue trabajador permanente del Estado de El Salvador, desde el dieciséis de septiembre de mil novecientos ochenta, hasta el veintiocho de septiembre de mil novecientos noventa y ocho, lapso dentro del cual estuvo vinculado jurídicamente con su patrono en condiciones de subordinación, que es la esencia misma de la relación laboral; que laboró bajo las condiciones expresadas en su demanda y que fue despedido el veintiocho de septiembre de mil novecientos noventa y ocho, fecha en que se produjo su cesación definitiva como trabajador del patrono demandado.Las pretensiones del trabajador en ningún momento fueron desvirtuadas por la parte contraria, no existe prueba contradictoria al respecto, ni hay dentro del proceso irregularidades que puedan devenir en determinada nulidad; se tiene la certeza entonces que las alegaciones del actor son verdaderas y que por consiguiente deben ser respaldadas por la ley de la materia, en tal sentido, es procedente confirmar en todas sus partes la sentencia venida en grado.POR TANTO: De acuerdo a las razones expuestas, y en base a lo establecido en los Arts. 417, 418, 419, del Código de Trabajo, a nombre de la República, esta Sala Falla: a) Confirmase en todos y cada una de sus partes la sentencia venida en apelación; b) Condénase al Estado de El Salvador en el ramo de Obras Públicas, a pagar al trabajador Enecón Orellana, la suma de Un mil doscientos tres colones, cuarenta centavos en concepto de salarios caídos en esta Instancia. Devuélvanse los autos al tribunal de donde proceden, con certificación de esta sentencia para los efectos legales correspondientes.- A.DE BUITRAGO---M. E. VELASCO---V. DE AVILES---PRONUNCIADA POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LA SUSCRIBEN. --- BARBA---RUBRICADAS