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México, Distrito Federal I Diciembre 2009-Enero 2010 I Año 4 I Número 23 I Publicación Bimestral
MÉXICO POLARIZADO 2000-2006. ESTUDIOS DE PSICOLOGÍA
POLÍTICA: MANIPULAR PARA FRAGMENTAR
M
JOSÉ ARTURO SALCEDO MENA
FES ACATLÁN – UNAM
éxico polarizado 2000-2006. Estudios de psicología
política 1,
de Marco Antonio González Pérez, presenta cuatro
investigaciones enmarcadas en la psicología social y
la psicología política so-bre percepciones y la
configuración preme-ditada de las mismas, sobre
todo en torno a Andrés Manuel López Obrador (AMLO). De ahí que desde un
principio, al ser la imagen pública mi campo de estudio y mi campo
profesional —entendida ésta como la percepción compartida que provoca
una respuesta colectiva unificada—, esta obra lla-mara particularmente mi
atención.
El primer capítulo “El conflicto sociocognitivo internalizado. Ciudadanos movilizados en contra del desafuero de Andrés Manuel López
Obrador” es un análisis del pensamiento del grupo de ciudadanos que estaban en contra del desafuero del entonces jefe de gobierno de la Ciudad
de México y que asistieron al mitin de apoyo el 7 de abril de 2005. Me pareció interesante este estudio en el sentido en que revela cuál era la
percepción de este grupo de ciudadanos no solamente en relación al desafuero —causas y posibles consecuencias— sino también porque se evidencia cuál era la percepción de la ciudadanía en ese entonces hacia la
situación del país y hacia el gobierno federal.
Los ciudadanos vieron —o en términos del autor, “estructuraron”—
este conflicto como un castigo hacia AMLO por la ayuda que brindó desde
la jefatura de gobierno del D.F. a grupos marginados —como personas de
1 Editado por ITACA - Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus
Estado de México, y publicado en México en el año de 2008.
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escasos recursos, de la tercera edad, con capacidades diferentes, madres
solteras y niños de la calle—, por repartir la riqueza, y por lo mismo impedirle que fuera presidente de México.
¿Qué pasa si orientáramos los resultados de esta investigación hacia
la percepción que tiene este grupo en particular en relación al gobierno
federal? Encontramos, en primera instancia que los ciudadanos perciben
que el gobierno federal está alejado del pueblo y ve por sus propios intereses y por el de los grupos poderosos, pero también que le resulta
incómodo que desde otras entidades se apoye a la gente: “la nación está en
peligro de desaparecer y dejarlo todo en manos de... los dueños de las empresas”, “los mismos políticos que... han saqueado
a México... quieren
mangonearnos a su manera”, “gente que no escucha, no oye”, “esa bola de
jijos”, “las leyes no son para los pobres... las están aplicando para los puros ricos”.
Al finalizar este primer apartado, González Pérez se refiere someramente a la valoración y la idealización de López Obrador; señala que al
parecer son las injusticias sufridas por los ciudadanos (“...estamos marginados...”, “está el empleo muy mal...”, “hacemos milagros para levantarnos...”) lo que hace que se identifiquen con el personaje al ser él el
destinatario de lo que para ellos es una injusticia (la tentativa de
desafuero). Al hacer la lectura de los últimos párrafos de este estudio
recordé unos artículos escritos por el mismo autor en Milenio Diario, ya
hace algunos años, sobre la psicología de la derrota, en el sentido de que
los mexicanos “tendemos a consolar al derrotado, ya que de esa manera
nos consolamos a nosotros mismos”. ¿Será que en esta tentativa de desaforar a AMLO presenciamos el surgimiento de un nuevo héroe nacional? En
este mismo artículo de Milenio Diario, González Pérez señala que “los
grandes héroes mexicanos, si nos ponemos a revisar nuestro pasado, son,
sin duda alguna, los grandes perdedores: desde Cuahutémoc hasta Cua-
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hutémoc Cárdenas”. 2
El segundo capítulo, “La resolución del conflicto sociocognitivo en la
toma de decisiones políticas en las tres últimas elecciones presidenciales
en México”, González Pérez identifica la manera en que se instauraron conflictos sociocognitivos en los electores indecisos o con una posición inestable, para que a través de la influencia social de diversos actores políticos, el electorado validara los argumentos en conflicto y definiera su decisión, es decir su voto.
Así, en la elección de 1994, el autor señala que el
PRI
impuso el
conflicto que se refería a votar por un partido que asegurara la paz social,
es decir el
PRI,
u optar por otra opción que llevaría al país a ampliar las po-
sibilidades de continuar “la guerra de Chiapas”; se trató de una “campaña
del miedo” —miedo a la violencia, al cambio, a lo desconocido— que hizo
que el
PRI
estuviera 6 años más en el poder.
En la elección del 2000, el conflicto fue introducido por Vicente Fox
en el sentido de votar por el continuismo agotado del
PRI
o el de decidir por
un cambio urgente de régimen. El hastío de la gente de ser gobernada por
el
PRI
trabajó a favor de Vicente Fox.
Y finalmente, González Pérez vaticinó el conflicto que iba a ser intro-
ducido por el
PAN
en 2006: “una estrategia mayoritaria en la que el objetivo
sea producir la conformidad de los votantes a través de la difusión del
miedo promoviendo rechazo a un cambio inseguro” (este estudio, es importante decirlo, data de 2005).
A raíz de la revisión de este apartado, el lector puede observar
penosamente cómo en estas tres ocasiones los estrategas políticos de los
candidatos ganadores en lugar de trazar una campaña exaltando las virtudes de un candidato o de sus propuestas, se centraron en la identificación
de los temores de la sociedad mexicana para asociarlos con los candidatos
contrincantes.Deducimos entonces que la sociedad mexicana no vota a
2 El artículo al cual me refiero se titula “Bernado Segura o el héroe desconocido. Psicología de la
derrota” y se publicó en la edición impresa de Milenio Diario el 5 de octubre de 2000.
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favor de candidatos o programas gubernamentales, vota en contra de sus
miedos.
El tercer capítulo, “La construcción social del otro en la campaña
presidencial de 2006 en México”, es una análisis de la imagen propia que
tenían los principales candidatos en este proceso electoral, así como la
imagen que éstos tenían de sus adversarios; o bien aquella imagen que
pretendían promover de ellos mismos y de los adversarios hacia el electorado.
A través de este estudio se constata la estrategia de crear una
imagen negativa de la persona de Andrés Manuel López Obrador. El autor
señala que se trató primordialmente de una estrategia de psicologización,
crear un discurso que sostuviera que la conducta política de
AMLO
se debía
a problemas psicológicos, de personalidad o de carácter que ponían de manifiesto su inestabilidad mental; Calderón se refirió a este personaje como
un “loco”, “delirante”, “desquiciado”, “de ocurrencia irracional”, “de mentalidad bárbara”, como un “chistosito.”
Este estudio lo encontré sugerente, pues revela además la capacidad
argumentativa de cada candidato; mientras el discurso de López Obrador
tuvo una orientación ideológica y de crítica política, el de Calderón se centró en la crítica personal a su principal competidor. Si se quisiera creer
que los argumentos fueron pensados por los candidatos con el objetivo de
influir en la sociedad, es decir que fueron argumentos premeditados, entonces podemos deducir la imagen que tenían los candidatos sobre el
electorado.
AMLO
por un lado concebía una sociedad que ejercería un voto
racional, Calderón concebía una sociedad que ejercería un voto irracional
o pasional.
El cuarto y último capítulo, “El uso de internet en la campaña de
odio en contra de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones presidenciales de México en 2006”es un análisis de videos difundidos a través
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de Internet cuyo propósito es denostar a
AMLO. 3
González Pérez encuentra varias constantes en estos videos: la
presentación de imágenes de López Obrador ataviado de acuerdo con las
tradiciones de diversos pueblos mexicanos con el fin de ridiculizarlo (se
presenta al personaje con guirnaldas, collares de flores o sombrero campirano); la burla a su origen regional —sobre todo hacia su pronunciación
tabasqueña—; el uso de colores relacionados con la violencia y lo funesto
—sobre todo rojo y negro—; la burla y la calumnia hacia la persona de
AMLO
—una sarta de mentiras se construyó en torno a López Obrador,
como el hecho de haber cambiado su nombre de Manuel Andrés López
Obrador (MALO) a Andrés Manuel López Obrador (AMLO)—; la asociación de
su imagen con gente “indeseable” como Gustavo Ponce, Carlos Ímaz, Carlos Ahumada y René Bejarano, pero también con Hugo Chávez y Fidel
Castro, y en la etapa postelectoral al mismo Adolfo Hitler.
Es importante mencionar aquella apreciación del autor en el sentido
de que los videos tienen un diseño profesional (como aquél en donde aparece un personaje de la película Madagascar mofándose de López Obrador
y la demanda ciudadano de contar voto por voto y donde la voz es, sino la
misma, una muy parecida a la voz original del filme). No sorprendería descubrir que estos videos hayan salido de dependencias del Estado como
aquellos 7 millones de correos electrónicos difamatorios en contra de
AMLO
que provinieron de servidores informáticos de instituciones como el
IFE
y
presidencia de la república (lo cual fue denunciado, como lo precisa
González Pérez, el 23 de mayo de 2006 ante la Fiscalía Especial para Delitos Electorales)
En este apartado se aprecia cómo el Partido Acción Nacional, a
través de videos difundidos por Internet, utilizó la propaganda de guerra.
Ésta tiene sus orígenes en la Alemania nazi y estriba en la construcción de
un enemigo y la provocación de pánico para obtener una respuesta colec3 Se pueden hallar algunos de los videos analizados por González Pérez en este trabajo en el
siguiente canal: http://www.youtube.com/user/miedoyodio
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tiva en beneficio de quien emprende esta estrategia.
Para construir la imagen del enemigo, apunta el autor, se hizo uso
de tácticas psicosociales de desacreditación. González Pérez las menciona,
las explica y las ejemplifica: psicologización, decir que el enemigo tiene problemas mentales (el que algunos “comunicadores” al referirse a López
Obrador lo llamen “PEJELOCO” ilustra esta estrategia); la alienación, mostrar que el enemigo es diferente a nosotros (recordemos que se dijo que
AMLO
violaba la ley, por ejemplo); la infantilización, equiparar al enemigo y
a sus acciones con hechos pueriles (en la etapa postelectoral, seguramente
vimos algún video o alguna imagen de López Obrador en donde se presentaba al personaje haciendo berrinche); y la animalización, convertir al enemigo en animal (pudimos ver a
AMLO
presentado como avestruz o como un
mapache). La frase “un peligro para México” es la síntesis de todas estas
estrategias, un mensaje breve y sencillo que evoca sentimientos e ideas en
contra del enemigo, una frase que se convertiría en marca asociada a López Obrador. Evidentemente el éxito de estas estrategias se debió en gran
parte a que se contó con el apoyo de los medios de comunicación.
Si bien resulta preocupante la manera en que se construyó la imagen negativa en torno a
AMLO,
resulta más preocupante aún la
construcción de la imagen negativa en relación a aquellos grupos vinculados con este personaje.
En México polarizado 2000-2006. Estudios de psicología política el
lector puede hallar y comprender los factores que generaron la polarización
—entendida ésta como la desigualdad extrema de ideologías entre grupos— que vive actualmente la sociedad mexicana.
Felipe Calderón se refirió a quienes apoyaban a López Obrador como
“bárbaros”, “macheteros” —en alusión al municipio de Atenco en donde en
2001 los habitantes impidieron al gobierno federal construir un aeropuerto
y en respuesta hubo una brutal represión por parte de las autoridades—, y
“violentos que apoyan al subcomandante” —haciendo referencia al Subcomandante Marcos, cuya principal consigna es “democracia, libertad, pan
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y justicia para los indígenas”—. Más penosa aún resulta la discriminación
que se hace a través de los videos difundidos por Internet a los pueblos
mexicanos que conservan sus tradiciones, o hacia las regiones que tienen
pronunciación distinta a la capitalina; a aquellos que no hablan inglés,
que son o fueron estudiantes de la
UNAM,
o que nunca han salido del país
—cuestiones que fueron duramente señaladas en
AMLO—;
y poste-
riormente a aquellos “indios, nacos y lambiscones” que se manifiestan de
manera pacífica para limpiar una elección presidencial.
Es así como México padece hoy una sociedad polarizada en donde
por un lado existe un grupo desinformado, que es un blanco de influencia
perfecto para que la elite en el poder incube el miedo y el odio hacia un
enemigo común, es decir López Obrador —el “peligro para México”— y
hacia aquellos que pudieran simpatizar con éste: los otros, los “que no son
iguales a nosotros”, los que piensan diferente, los extraños que se comportan de una manera rara o excéntrica.
México polarizado 2000-2006. Estudios de psicología política, de Marco Antonio González Pérez, presenta brevemente cómo se configuró este escenario polarizado de grupos sociales y políticos confrontados, y una investigación actual y muy pertinente en torno a las estrategias de persuasión
mediática, influencia social e incluso de manipulación que se utilizan en
nuestros días, de ahí que recomiende ampliamente la lectura de esta obra.
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