Conejo y Coyote

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Conejo y Coyote
Agua
Así soy yo
Campo y campesinos
Comida y recetas
Conejo y Coyote
Creencias, dolencias y remedios
Conejo y Coyote secretaría de
educación pública
Gigantes, duendes y salvajes
Historias de cuevas, culebras y diablos
Historias de espantos, seres que se transforman, tesoros
escondidos y matrimonios engañosos
Las comunidades. Fundación, historia, percances y festejos
Maíz
Cuentos de animales
Oficios y ocupaciones
Cuentos de engaños, para hacer reír y fantásticos
Orígenes y dueños. Por qué son así algunas cosas
De la cuna a la tumba en las comunidades
del mundo y cómo otras suceden en el monte
Refranes, adivinanzas, acertijos, trabalenguas, juegos
y chistes
Versos, arrullos y canciones
De los animales
que conozco
secretaría de
educación pública
Conejo y Coyote
Directorio
Emilio Chuayffet Chemor
Secretario de Educación Pública
Alma Carolina Viggiano Austria
Directora General del Consejo Nacional
de Fomento Educativo
Alejandro Verde López
Director de Administración y Finanzas
Martha Beatriz Rivera Fernández
Directora de Educación Comunitaria
e Inclusión Social
Fernando Rojas Espinosa
Director de Planeación y Evaluación
Marco Antonio Mendoza Bustamante
Director de Comunicación y Cultura
Marco Antonio Hernández Martínez
Director de Cooperación con Sociedad Civil
y Organismos Internacionales
Katy Villarreal Saucedo
Directora de Asuntos Jurídicos
Silvia Arleth Austria Escamilla
Directora de Delegaciones y Concertación
con el Sector Público
Fernando Sánchez de Ita
Titular del Órgano Interno de Control
EL Consejo Nacional de Fomento Educativo
agradece a Mauricio Gómez Morín y a Chac
por la asesoría y dirección general de los
talleres de plástica. Asimismo, reconoce la
labor de Felipe Ugalde Alcántara, Alejandra
Eugenia Gutiérrez Aldana, Lydia Andrea
Gutiérrez Aldana, Roberto Martínez Martínez,
Guillermina Aragón Rivas, Antonio Ramírez
Intzin, Ana Patricia Martos Enciso, Carolina
Hope Sánchez Mejorada, Sebastián Santis
Gómez, Germán Ponciano Vargas e Isaac
Hernández, coordinadores regionales de dichos talleres.
También agradece la valiosa colaboración de María de Jesús Salazar Muro, Martha Fabiola Torres Muñoz, José Carmen
Díaz Miguel, Ari Hida Pazos Macías, Germán Valdivia Pueyo, Rosa María Daffunchio,
Virginia Tenorio Sil, Pascuala Sánchez Hernández, Jaime Robles Pineda, Francisco
Javier Félix Valdez, Rocío Casariego, Héctor
Solís, Feliciano de Jesús López, Antolín
López Mendoza, Claudia Huitrón Acosta y
Antonio Gil Zurita, por su participación en
el proceso de investigación.
Conejo y Coyote
De los animales
que conozco
Conejo y Coyote
Edición
Consejo Nacional de Fomento Educativo
Adaptación
Elisa Ramírez Castañeda
Diseño
Cynthia Valdespino Sierra
Ximena Pérez Viveros
Coordinación editorial
Pedro Antonio López Salas
Rodolfo A. Montes Martínez
Primera edición (versión electrónica): 2013
D.R. © Consejo Nacional de Fomento Educativo
Insurgentes Sur 421, edificio B, Conjunto Aristos,
col. Hipódromo, CP 06100, México, D.F.
www.conafe.gob.mx
ISBN (Obra completa) 978-607-419-260-5
ISBN 978-607-419-263-6
HECHO EN MÉXICO
14 De los animales que conozco...
18 Ja yun li t’ule natik xchikine
19 Por qué tiene largas las orejas el conejo
20 Wajhin ní guii’ma
21 Conejo se queda todo pegado
22 Xtalathlawakin xla chatum chixku chu xlatakgalin
waneakgoy skaw
23 Un hombre y un animal que se llama conejo
24 N kuento leso
25 El chilar
26 Je’e konejë pyëk u’uky
27 La boda del conejo
28 Axe pel i pad hum
29 El tigre
30 Basachi chigorame
31 Coyote ratero
32 Se kuatochij
33 La cena
34 Jem kooya i jem kan
35 El conejo y el tigre
36 Mba xuwe mba endí
37 El tlacuache y el tigre
Índice
10 Presentación
38 Ja pooj mëtaj mïy uk
39 El tlacuache y el león
40 Jiñi cuento
41 Sosteniendo el cielo
42 Se ichka iwan se tekuani
43 El borrego y el coyote
44 In tochi uan in tekuani
45 El conejo y el tigre
46 Jatpá chilpág
47 El coyote y los chilpág
48 Jatpá sacuil
49 Las orejas del murciélago
50 Koy mëjt jatsyu’
51 Cuando conejo perdió
52 Sikbaal t’aan Juan t’u’ul
53 El cuento de Juan conejo
56 Tantun skaw chu sasan
57 El conejo y el zorrillo
60 Da’ disjua ne coyoten
61 Compadres
64 Its’
65 Gran luna
66 Tlen nopa
67 Adivinanza
70 Glosario
72 Índice de escritores
76 Listado de ilustradores
Presentación
Tu idioma es la casa de tu alma.
Ahí viven tus padres y tus abuelos.
En esa casa milenaria,
hogar de tus recuerdos,
permanece tu palabra.
Jorge Miguel Cocom Pech, escritor maya
Las historias surgen para ser contadas. Se cuenta lo que se ve o lo que
otros han contado. Hacedores de las Palabras son eso: historias tramadas
en el hilo del tiempo con palabras que tejen el testimonio escrito de un
legado cuyo valor es incalculable.
Los autores, los hacedores de las palabras, son niños indígenas de diversas regiones del país que, en sus lenguas, cuentan y con ello conservan la
herencia cultural que poseen: lo que viven, saben y ven.
La serie Hacedores de las Palabras consta de 18 títulos, cuyos temas son
las fiestas, los trabajos, los animales, las leyendas, frases y refranes conocidos en diversas comunidades del país. Los más de quinientos textos contenidos en estos libros fueron seleccionados en dos concursos que el Consejo
Nacional de Fomento Educativo promovió para reunir las voces de niños
hablantes de alguna lengua originaria: náhuatl, kiliwa, maya, chol, rarámuri,
zapoteco, tzotzil, mixteco, etcétera. Cada obra refleja, en la heterogeneidad
de sus lenguas, formas afines de interpretar el mundo.
Después de once años de su primera publicación, el Consejo ofrece ahora
(2012) una segunda edición de la serie para continuar el reconocimiento
a este invaluable trabajo. Como en la primera, se respetaron las formas de
expresión escrita que los hablantes originarios de las lenguas indígenas
consideraron adecuadas, así como las traducciones al español llevadas a
cabo, casi todas, por ellos mismos. Las ilustraciones que acompañan los
textos surgieron de los talleres de plástica organizados expresamente para
la primera edición de este material.
Sirva, pues, Hacedores de las Palabras como homenaje a todos los
mexicanos poseedores de la riqueza de una lengua originaria.
11
Conejo y Coyote
De los animales que conozco…
En todo México —y también en otras partes del mundo—, en todas las lenguas indígenas —y hasta en español— se cuenta el cuento de Conejo y Coyote.
Todos sabemos que los conejos no pueden ganarles
a los coyotes —ni los tlacuaches a los tigres—, pero
estas historias son para hacer reír, para explicar por qué
existen algunas cosas del mundo y por qué los animales
son como son: por qué el venado tiene cuernos o por
qué en la luna se ve un conejo sentado —y otras cosas
que no aparecen aquí, pero que en todas las comunidades se saben.
Sobre todo, este cuento es la revancha de los chiquitos contra los poderosos, cuando la inteligencia le gana
a la fuerza.
En el cuento se relatan los engaños que le hace Conejo a Coyote. A veces los personajes son otros: Tlacuache, Tigre, León, Venado, Perro y Lagarto. Los escritos
que recibimos tienen pedacitos del cuento. También los
niños inventaron recordando el engaño, la astucia y la
risa. Casi en todos mueren los conejos, los coyotes y sus
acompañantes cuando los niños se cansan de escribir,
pero hay que recordar que cuando se están contando y
todos escuchan divertidos, nunca se terminan las travesuras, nunca logran acabarse uno al otro, nunca gana ni
pierde del todo ninguno. Contar es a veces más fácil que
escribir, y por eso hemos agregado unos fragmentos
que unen los cuentos de los niños.
Coyote y Conejo —o Tigre y Tlacuache— siempre andan juntos. Aunque Conejo le haga picardías y maldades, el pobre Coyote aguanta todo y vive, revive,
sobrevive siempre persiguiéndolo. Apenas lo vuelve a
encontrar, de nuevo se deja engañar: parece que no
aprende aunque esté quemado, picoteado, atragantado y con mucha hambre.
El final del cuento que se relata en todo México solo
aparece en los poemas: el conejo se va a la luna y desde
allá sigue provocando al coyote —por eso los coyotes le
aúllan a la luna.
De noche, vemos al conejo sentado en la rueda de la
luna cuando sale, pero cuando se mete ya está de cabeza. Ni siquiera allá puede estarse quieto: nunca llega ni
se va a la misma hora, no siempre se puede ver completo, unas veces es más rojo y otras más plateado.
Así es él, de por sí le gusta jugar.
Conejo y Coyote
15
18
Tzotzil
Ja yun li t’ule natik xchikine
Hacedores de las Palabras
B as k’anbe ak’os pasun muk’ ji batla bu oy
cajbaltik las tak’bé ji yalbe jun ak’oxchu’un akó
la yiché ch’el oxim nu un kulil animaletik june
nu kulil bó, lom lijune nu kulil max lijune nu
kulil lagarto li t’ul muyuk bulaj yaio ji bat ta anil
ba sá bai jis ta li bólom laj kamigo muxa tiun
kich bot talel jun loil kolabaj oké chéch tsos
tajek ik’ yoo muxi xich’ech’ele me xa k’ane
chukun joon b’ai me mooje ch’a chuk bái lijune
chakukun ne uk juun li bolome las ch’un li
junelas maj ta té y las mil las lok’esb’e lis
nukulile bas sa jun max jista la xalbe amigosabie
ja camikoe abie jaots’akij sjabilal y likich’ojbetal
smoton li tayut nutie lajesik kotol li k’usi buy ta
yut linutie las tikis baik y las majanan taté las
mil laj yich’ech’el nukulile ba sa lagartó jis ta
yakta tajimol ta pelota las yalbe me xa k’ane
chij tajin chuuk joot li lagartoe jistak’be tana li
tule laj yalbe buy kuk’il jayoj muxa majotélaj
yalbé taj ne bai las majbe tas ne te june ji yich’e
ch’el ti oxim nukulil animaletike ti kajbaltike ja’
noj las jis natum tasbe ech’el xchikin ja yun li
t’ule natik xchikine.
Había una vez un conejo que se fue
ante Dios a pedirle que lo hiciera más
grande. Dios le contestó que sí, pero
le pidió que le llevara tres cueros de
animales: una piel de tigre, una piel
de mono y una piel de lagarto.
El conejo, apenas lo escuchó, se
fue a buscarlos. Primero se encontró
al tigre y le dijo:
—Amigo, no me comas, porque si
no, no te doy una noticia: mira, al ratito va a soplar un viento bien fuerte.
Para que no nos lleve, si quieres amárrame a mí primero. O mejor yo te
amarro primero y después me amarras tú.
El tigre aceptó y el conejo lo empezó a majar con un palo. Y así fue
como lo mató y le quitó el cuero.
Después fue a buscar a un mono.
Lo encontró y le dijo:
—Oye, amigo, hoy es tu cumpleaños y te traigo un regalo. Está adentro de esta red, te puedes comer
todo lo que está dentro.
El mono se metió, y también lo
empezó a majar a palos. Lo mató. Y
así consiguió la piel.
Después fue a buscar un lagarto y
lo encontró jugando pelota. Le dijo:
—Si quieres juego contigo.
—Bueno.
El conejo le preguntó:
—¿Dónde está tu punto débil para
que no te pegue?
—En la cola.
Lo primero que hizo fue pegarle
en la cola.
Y así fue y llevó los tres cueros, y
Dios le jaló las orejas y por eso el conejo las tuvo largas.
De seguro Dios creyó que el conejo no podría cumplir su condición y
no tendría que hacerlo grande. Nomás le alargó las orejas; si así chiquito
hacía tantas maldades, ¿se imaginan
si lo han hecho grande?
19
Por qué tiene largas
las orejas el conejo
Conejo y Coyote
20
Náhuatl
Wajhin ní guii’ma
Hacedores de las Palabras
Mba xiña nijdú yája, nika
ráki yája nákído nikho
wajhín nima.
Xíña níraxu adio kaní mani
mágogúa wajhin níte
adio xiña, tayó mbáyó
xtika nítún rudu dxá ma
xiña ndíya mbáya nika
giiwan taguapa ná riga
níma na giiwan inba
mbíi nika xíña yéxi níma,
mbroon nika wajhín
nixnú mbáya mba náun
nixnu ímba ñáun, akuí ní
guanú níka yéxe nima xiña
ndi yaa wajhín.
Una abuelita sembró frijol. Creció el frijol donde lo sem-
bró y el conejo le comió la hoja.
La abuelita le preguntó a su nieto:
—¿De qué modo puedo agarrar al conejo?
Y su hijo le dijo que fuera a buscar goma de ocote.
Cuando tuvo la goma la fue a echar a donde están las
plantas de frijol.
Al otro día se fue a ver si era cierto, fue a ver.
Vio al conejo bien pegado a la goma. Todo pegado,
sus manos, sus patas, bien pegado se quedó.
21
Conejo se queda todo pegado
Conejo y Coyote
22
Totonaco
Xtalathlawakin xla chatum chixku
chu xlatakgalin waneakgoy skaw
Hacedores de las Palabras
Xwi chatum chixku xkgalhi titsú xpukuxtu puncha nitu
kgalhi tumen chuxkgalhi xpukuxtu ta kapastakli pi nachan
kstapú, ka kuxtul xpukuxtu axni makgalsputul xka kuxtuma chal
kstapu axni chal punkgol lakgtsutunkan xlastapo tsukul staka,
xanalhí tsu kukgol stakgoy xastapu tan tun skaw milh antachil
nakgastapun akxni chu akgxilhi ansa minkgolh xa lakgskgatan,
chixku chu chimkgol anta michi xchan kgnit stapu tsukgukgolh
wakgoy xatuwan, xastapu chu makgaxtakgolh wakgoy xakiwi
nalhtu xkgalhi xatuwan yal xastapu, wamilh a makgtum wa
akgxilha tima chixku kstapu chu xtsiknsmakgolh lakgtsu skaw
akgxilhi wan chixku piwa lakgtsu skaw xwamakgol stapu tlhawal
tun tsiakg licheapakgolh. Chu linkgalh chiki haliwkun chu a
limakgtumnal axni minkgol.
Había un hombre que tenía un pedazo de terreno pero no te-
nía dinero. Como tenía terreno decidió sembrar frijoles: limpió
su terreno, y ya cuando terminó de limpiar, sembró frijoles.
Cuando terminó de sembrar, las plantitas de frijol empezaron
a crecer y florecer, empezaron a dar frijoles. Pero un conejo una
vez fue allí, vio que había plantitas de frijoles y fue a llamar a sus
hijitos y a su esposa y llegaron otra vez allí, empezaron a comer
hojas de frijol y dejaron ya arbolitos, lo dejaron ya sin hojas ni frijoles.
Allá fue una vez a ver sus frijoles, vio que ya no tenían sus hojas
ni frijoles. Entonces, como ya tenían otra vez hambre, el señor vio
que los conejos comían frijoles. Pues usó una trampa de lodo: los
conejos como van brincando los atrapó y los llevó a la casa a comer. Al fin los conejos ya no regresaron.
23
Un hombre y un animal
que se llama conejo
Conejo y Coyote
24
Mixteco
N kuento leso
Hacedores de las Palabras
Iyo n ñaa ché ni chián kuya’á nixañá xiniñá xaxiritún kuvi
nián tatán kori ni keñá nixaaña ntakatuñá mpaña kachira
kuá-ra kantichiun ñuma yaá nixaña kantichiná numakeri
nixari nikañiri ñuma chachindiaá ni keña nixañá ntakatu’ún
tukia ni kachi mpañá konikachi kandichiún ñuma yaá ñuma
tún kantichiún ni keña nixañá kantichián ñumá tún keri
nixarí kañiri nta’a kuarí ni tian kañiri ntá ichin ni tian uvi saé
nixañuntiarí xa’a kuari nitián nixañuntiari xa’a ichin
ni tian komisa’e nitian ni keñá nixañá nitiri nixi’iri
ta ndiki’iari kusi’iña ta ndikian vaxaan ni kixañá ni
keñá nixaén nú yavi ni kian ya’á ni kian tinana ni
kian tikumi kixañá santuviñárí ikán ni xiyó vikó ni
xixina ni ntixáá lesó.
Una señora grande sembró un chi-
lar. Fue y vio que se lo comieron todo;
no pudo poner remedio.
Fue donde está su compadre, y su
compadre le dijo:
—Vete y para una cera.
Paró la cera, lejos.
Se pegó en la cera pero
sólo quedaron pedazos. Fue
a ver a su compadre, y el compadre le dijo:
—No debes parar cera blanca, sino cera negra.
Fue a parar cera negra. Salió
y llegó el conejo.
Pegó la mano derecha, se le
atoró. Pegó la mano izquierda,
se le atoró. Las dos manos se le
atoraron.
Pateó con la pata derecha, se le
atoró. Pateó con la pata izquierda y
se le atoró. Las cuatro patas se le atoraron.
Cuando la señora llegó, el conejo estaba bien atorado, se murió.
Lo agarró y se vino a su casa. Fue al
mercado y compró chile, jitomates
y cebolla, y cuando llegó lo preparó. Hicieron una fiesta y comieron.
Es por eso que se acabaron todos
los conejos.
Pero según cuentan otros no
siempre se acaban, no por fuerza lo
hacen mole. Cuando está atrapado
y amarrado cerca de la casa, ya que
pusieron el agua a hervir para quitarle el pellejo, aparece Coyote; lo
anda buscando. Conejo entonces
cuenta mentiras para que el otro se
quede en su lugar.
25
El chilar
Conejo y Coyote
26
Mixe
Je’e konejë pyëk u’uky
Hacedores de las Palabras
Tu’uk je’e konejë najty je’e kuxootsë më je’e
xaats, manit je’e ka miejts y je’e tuun nyëmaayë:
—¿Konejë tii tuun ji tuump?
—Jue’e pëkaam ëts tuun, yoy tuun mawëwany
më ëts lugar teety ka.
Je’e konejë wiinë’ën je’e ka, ku je’e tuun
pyëkany. Je’e ka mëpëjk je’e tuun.
—Ku je’e xuuxt mëtoowëp mëtsë koetë, paak
tya’akëp duun, jëtuun konejë myanaany. Ku je’e
konejë tyëkëëy pyë’pë, je’e xaats tooy je’e y
je’e ka pyëk je’e tuumpë, manit je’e ka konejë
tyëkëëy axtaapyë y jii kuentë tuun myaay.
Había una vez un conejo que estaba amarrado
en un mecate. De pronto aparece un tigre y le
pregunta:
—¿Conejo, qué haces ahí amarrado, conejito?
—Lo que pasa es que me voy a casar, pero te
puedes quedar en mi lugar, señor tigre.
El conejo le mintió al tigre, dizque se iba a casar. El tigre aceptó.
—Cuando escuches la música y los cohetes
te pones listo —le dijo el conejo.
Mientras el conejo se echaba a correr, el mecate se quemó y el tigre escapó. Fue a buscar al
conejo, y allí termina el cuento.
Cuando el tigre o el coyote andan en el monte parecen distintos de los que aparecen en los
cuentos.
27
La boda del conejo
Conejo y Coyote
28
Tének
Axe pel i pad hum
Hacedores de las Palabras
U lej jik’ edhox in k’u exalal ite’ tam jik’ edhom k’apux k’ pal
ippik’ ouxetsinar alte u k alel tam akal inayal ink’ apual tamti
junak’ ichae lan altaj.
Ti jun i te nam k’ uajtak tikue anikalej tiadhik kom jik’e y jaxtam
ujuxnal bal antimel jaxtam u kalel tam ts’ ejel akal bal yab kal elan.
El tigre siempre se espanta; golpea el palo cuando se es-
panta. Come perros, anda en el bosque, sale de noche para
buscar su comida.
Un día encontraron uno dentro de un corral; estaba robando.
Salió corriendo del corral porque se espantó.
Por eso dicen que el tigre sale a la medianoche,
para que no lo espanten.
29
El tigre
Conejo y Coyote
30
Rarámuri
Basachi chigorame
Hacedores de las Palabras
Basachi we chigorame ju chiba go’a lige acho
otoli, japi ali chiba go’lechi ichuwi machi palige
otoo, ke itelsa chibero. Cho’na, ganiliga gó’a.
El coyote es muy ratero: come chivas, tam-
bién gallinas. Cuando las chivas andan afuera, cuando no hay chivero, allí se las come
muy fácil.
Volvamos al conejo de los cuentos, hacemos de cuenta que no se murió,
que revivió, que no se acabaron los conejos, para
que puedan continuar las
aventuras y los engaños.
31
Coyote ratero
Conejo y Coyote
32
Náhuatl
Se kuatochij
Hacedores de las Palabras
Sempaya se kuatochij itstoya tlakuajtoya uan kemaj kitak
tlakeya moliniya, uan amo ki chiuilij kuenta, uan nopa kuatochij
amo mo majmatij uan kema kitak se kuatitlanchichi nopaya
itstoya ixtempa uan amo mo majmatij.
Uan nopa kuatitlanchichi kiluij ama ni mitskuas si tlan ta amo
techmakas tlen nijkuas ama ipan ni tlapoyaui, uan nopa
kuatitlanchichi kiluij si tlaj ta amo, xi motekipacho pampa na nij
piya se ostotl temitok de tamali si tlaj ta tij chias kentsij ta
nimaya tlan iksis tijkuas nopa tamali.
Pampa na niyas ni kitati se mo uampox, uaj ta ti kitas si tlan ya
iksis tij kixtis ipan ni ostotl uaj ya tijkuas pampa na amo ni maya
ni mo kuepati yeka xij chia, uaj nopa kuatochij yajki uan nopa
kuatitlanchichi mo kajki nopaya uan ki chixki kuejsuki ki chia uan
moluitoya, na ya ni mayantok uan nopa kuatochij amo isiui na
mejor nij kixtis, yauan ki mayauilij, nopa ostotl uan kemaj ki
matki ki kuajkej miyakij kuaxikojmej uan ya ki miktijtinenkej
sempa ki temoj nopa kuatochij uan ayakmo yonkemaj kiasik uan
kiampa tlami ni tlajtolkamanalistli.
Una vez un conejo estaba comien-
do y de pronto oyó algo, pero no hizo
caso y siguió comiendo. Cuando vio,
estaba frente a él un coyote.
—Ahora sí te voy a comer si no me
das algo para que coma en la noche
—le dijo el coyote.
—No te preocupes —le contestó
el conejo—. Esta noche vas a cenar
muy bien, tengo un hoyo lleno de tamales que apenas se están cociendo.
Pero me tienes que esperar aquí mientras voy a ver a un amigo, allá lejos. Te
tienes que esperar.
El conejo se fue y el coyote se quedó allí. Se aburrió. A solas dijo:
—Ya tengo mucha hambre y el conejo no llega.
Y que mete la mano al hoyo donde hervían los tamales.
De repente salieron bastantes jicotes y lo picaron y casi lo andaban
matando.
Después buscó al conejo, pero
nunca lo volvió a encontrar, y así acaba el cuento.
A veces, el engañado es otro animal; otras, el tlacuache es tan maldoso como el conejo, y su víctima es el
tigre.
33
La cena
Conejo y Coyote
34
Popoluca-zoque
Jem kooya i jem kan
Hacedores de las Palabras
Pattaun kooya i akuaktaun ty iga tsitka pimane i kuak kan i nimpa kooya sia
yachguadta iga odoy togoyiñ munduants impakneintu tsaa n imaytyaun an iyatsi
yinje i iipiktso i nik jimi.
Okmi yua kang ming i am set, i nima migoyay a yip tsay dya si icnur i nik añii pat
kooya kuma ankobok in ima i tyak aka , o a kutiman potskedap tum kuxamni,
ikutpa ka i pastkabatyim okmi eybiktyin pooy kooya i ipatpa tum pixiñ; ikuakpa
kooya a jem pixiñ ¿tyiga’a mi wejpa? jem pixiñ i kutso pa iga anapoyay an
wuchomo nikñe idyak tsetseoyi i okmi i nimay kooya a jem pixiñ i kuamiñ pok i
puu y pooktuku i jem pixiñ ikuam inanigaytya kooya nimaytya yim ity jem
anwagaywip, okmi nikyak i kuistikgal i amyaj giganti i dyi kim y nimaytap iga
pudiñ iga akkatap, tipstaj kun pookpu i anje wuatta
iga ikia kodyiñ i jem kooya ¿jursañ, i chega y
pa? ikutsan kooya numa achii tum
hectarea di sik, i jem pixin y ñimay
jemik ity ñipne’um i niko kooya i kut mi
y ajii kut nik nikim nik i am uxpiñ i
ñimay iga ikja giñ i nampauxpin ji
manaknapa imama kutpai kooya gooy
i dya i kut.
Gimum kugaj yip cuentu.
Encuentra el tigre al conejo y le pregunta
por qué está echando fuerza; le contestó:
—Me dieron castigo para que no se
perdiera el mundo: cargar una piedra.
Y le dice el conejo al tigre que se quede
él, y dijo que sí. Se fue el conejo a comer,
se fue a comer coyoles. Y después le dio
hambre al tigre, saltó y dijo:
—Me engañó, la piedra no se puede
caer.
Se fue el tigre y se encontró al conejo
comiendo arriba del palo, y le dijo al tigre:
—No me comas, te tiro un coyol, abre la
boca.
Y abrió la boca y le tiró uno y se le atoró
y se estaba muriendo; el conejo aprovechó
el momento para escapar, se fue en un
palo de zapote. También llegó ahí el tigre y
ahí sí se lo iba a comer; y el conejo le dijo:
—No me comas, te tiro un zapote —y
se le volvió a atorar y se volvió a escapar el
conejo.
Se encuentra a un hombre y le pregunta
el conejo por qué llora. El hombre le contesta que le robaron a su mujer, que se había ido al agua y ahí fue que se la robaron.
El conejo le dijo que buscara las tripas
de la calabaza y un tecomate viejo. Y el
hombre lo buscó y se lo llevó al conejo.
Llegó donde estaba el conejo y le dijo:
—Aquí está todo lo que me pediste.
Se fueron los dos a la casa del gigante y le dijeron que saliera porque lo van
a matar. Lo tiraron con las tripas de la
calabaza. Lo apresaron para que entregara a la mujer porque, si no, lo iban a
matar; y entregó a la mujer. Contento el
hombre, le preguntó al conejo:
—¿Cuánto me vas a cobrar? —y contestó el conejo:
—Nada más me das una hectárea de
frijol.
—Ya está sembrado.
Se fue el conejo a comer. Al terminar
llegó al arroyo y le dijo a la serpiente
que lo cruzara.
—Sí, pero te voy a comer —y el conejo aceptó, pero antes de llegar, el
conejo saltó y la serpiente no se lo comió, y hasta aquí terminó el cuento.
35
El conejo y el tigre
Conejo y Coyote
36
Tlapaneco
Mba xuwe mba endí
Hacedores de las Palabras
Ndiyó mba xuwe endí inuu náni extú mikua
nitun xuwe, endí rawan aun extu nitún endi,
xuwe mbuyá ma mando mágá kaguin cdí xuwe
nigun endí aun extú, xuwe niroó inu extú wi
guiwan aun extú. Akui ni gáproó extú kuwe,
nika xtawire extú kahia nigahiu xuwe, niká
tagwapa mbíne ndo nixpa tria endí guíma endí
nánga exho endí.
Níka hora nigahiu.
El tigre halló a un tlacuache. El tlacuache estaba ha-
ciendo chiquihuites.
—Te voy a comer —le dijo el tigre al tlacuache.
—Sí —dijo el tlacuache—. Pero métete dentro del
chiquihuite.
El tigre se metió al chiquihuite, y el tlacuache lo
amarró y pateó el chiquihuite que se fue rodando como
treinta metros.
Cuando el tigre salió, se sentó.
Sentía como que le estaba dando vueltas la cabeza.
Pero ya corrió el tlacuache.
Seguro que el tlacuache engañó al tigre para que
entrara al chiquihuite, como en la historia que sigue.
37
El tlacuache y el tigre
Conejo y Coyote
38
Mixe alto
Ja pooj mëtaj mïy uk
Hacedores de las Palabras
Tu’k xäj ja pooj ots tänëmë ja my uk:
—Ja’am tu’uk tajt tso’m nuk jixjim.
—Oy.
—Wëmpiits yak anëjmë ja poöj.
—Oy —ots atsoy ja poöj.
Jo pooj tëëjkëjkë ots ja tso’m tëjk, ta
ots taa akujë.
—Majktsëjpy ja wënë.
—Oy.
—Ta jo tu’uk mët taakujë mëjta kyup.
Metipë ots tatspë yu’ukpajopë ja mey
uk.
Ta ja pooj ots pëtsëm putit. Te ots ja
kaay tsyoony xtaaypë ja pooj. Ja pooj
jamë natë katytajk, ta ja mi uk ta nëmë:
—Tyam mits ntsu’ujanë.
—Kyts xtsu’ut nik minë yapy katyjopy.
—Oy —nëm ja mi uk, ta tëk ma ots
maaj.
Ja pooj oy ots tajwë ta ots ja katy ta’ak
atuuk, ta ots axooty, ta ots pakë maja
në kiutxanaxjy jam ots kujëpynaxy.
Konë ots ja tyujk minë ma ja my ukëny
ta ots tanemy:
—Mi uk, ti japy mtumpy, näpëtsmpy.
—Oy.
—Kie’ts nük xtsu’ujt.
—Oy.
Ta ja tsuujk ots naakäptut. Ko ots ja my
uk pitsim ta ots tsu’ukx, nätëëkëë ja
tsuujk maxük. Ta ots nix ma ja poojen
ta ots tanëmë:
—Pooj, ntsuujampy.
—Kie’ts xtsuut.
Ots tmaty ta ots tsuujk.
Un día el tlacuache le dijo al león:
—Vamos a comer tunas.
—Sí.
—Cierra tus ojos —le dijo el tlacuache.
—Sí —contestó el león.
El tlacuache limpió tres tunas y se
las aventó.
—¿Quieres más?
—Sí.
Le aventó otra con todo y espinas.
Se le atoró en la garganta al león.
El tlacuache salió corriendo.
Horas después el león seguía buscando al tlacuache. El tlacuache estaba haciendo canastos. El león le dijo:
—Te voy a comer.
—No, mejor entra en mi canasto.
—Sí —dijo el león, entró y se quedó dormido.
El tlacuache aprovechó y tapó el
canasto, lo amarró y lo llevó a una
cascada y lo tiró allí.
Hasta que vino el ratón donde estaba el león y dijo:
—León, ¿qué haces allí? ¿Te saco?
—Sí.
—Pero no te comas a mis hijos.
—Bueno.
Luego el ratón empezó a cortar la
cuerda; cuando el león salió se comió
a tres ratoncitos. Luego fue a casa del
tlacuache y le dijo:
—Tlacuache, te voy a comer.
—No me comas.
Pero lo agarró y se lo comió.
39
El tlacuache y el león
Conejo y Coyote
40
Chol
Jiñi cuento
Hacedores de las Palabras
Jiñi coyote ily cot uch añ ujtiem añ abij jump’ej cheñ yi cot
uch añ ajbi’ jump’es chen uch añ ajbi y chaian y yok wen
chuyuk ya’ ytyd xukum bä otyot. Tsa’ Juli jiñi coyote.
—¿Chä wamel uch?
Manik añon pe’ts bilon yaty jochobä lum y chaañ pan chañ
sam abi tyi y boñ y bä mikajel tyi yalel jiñi y mak amenaza
boñ y bä jiñi y pe’tyelel ambä ty pañimil cotyañon chan
mañik mi müktyañonia. Jiñi coyote añy yoka tyieñañ mele
jini apütycel samoñ chintyel unp’e puntal jiñi uch tsa y yü
kuj y yok tsa maii jiñicoyote goli ypitiañ jala mucha kojtyci
tsamali säk’iañ jiñi puntal y yutybal y pitrañ cabäl kiñtyi jüs
clüs welel y tsa pyjpis.
con las patas apoyadas en la pared. Entonces llegó el coyote.
—¿Qué haces, tlacuache?
—Nada, estoy atrancando el cielo, que va a hundirse.
Todas las cosas que hay en el mundo se van a hundir. Ayúdame para que no nos tape.
El coyote se tendió, tendido con las patas hacia arriba.
—Haz fuerza, voy a traer un puntal. Haz fuerza y aprieta,
yo voy a traer un puntal.
El tlacuache se fue. El coyote estaba desesperado:
—¿Cuándo volverá con el puntal?
Después de esperar mucho tiempo se dio valor y saltó.
No pasó nada, y el cuento terminó.
Y Conejo no es el único que engaña a Coyote, otros se
burlan de él.
Sosteniendo el cielo
Sucedió que había una cueva, y el tlacuache estaba allí,
42
Náhuatl
Se ichka iwan se tekuani
Hacedores de las Palabras
Seotli se ichka oya kuahtla, ompa
otlatlakuatinemiaya iwan okitak se tekuani
iwan inawak omotoki, okili nimitzkuas, tekuani,
amo xikita astikon nikakalachtik tlekamo san
notewan xikinkua, iwan okinkuali itewan iwan
oya. Oksepa oknamik yatomawak okili axkan
neli nimitzkuas, anka kema sampor techmahtia
keniki tech walkuas, tlekamo nexmotlali iwan
ne mokamak nimotlamotlas. Iwan ikamak
omotitlanki, ika ikuakuawan okontlanxotonki
tekuani okito: san nenkan notlanwan. Ichka
okito san neka notewan, yot momakuepke. San
ompotlanki.
Una vez un borrego se fue al monte. Allí andaba comiendo,
y vio a un coyote que se le acercó y que le dijo:
—Te voy a comer.
—No, mira, estoy muy flaco. ¿Por qué no nomás te comes
mis testículos?
Le comió los testículos y se fue.
Cuando lo encontró otra vez ya estaba gordo. Le dijo:
—Ahora sí te voy a comer.
—Es cierto, pero me das miedo. ¿Por qué no te sientas y
yo me aviento a tu boca?
Y así lo hizo. Se le aventó a la boca con sus cuernos y le
tiró los dientes.
El coyote dijo:
—Lástima de mis dientes.
Y el borrego:
—Lástima de mis testículos. Estamos a mano.
43
El borrego y el coyote
Conejo y Coyote
44
Náhuatl
In tochi uan in tekuani
Hacedores de las Palabras
Se tonal se tochi nenentoya iak ueka uan ompa ki asik se
tekuani in tekuani kita nimiskuajtl, amoj xi nexkua kijto in tochi
uan ni mits makati seki manzanas, uan tochi tsikuinik uejka
uan tekuani kitami, uan ki temote; uan ajsik ijki tik nekia ti nech
kajkayau uan yekintsin ni mits kuati amo nimitsmakati se se
suapil uan iuan ti mo namiktis, kilia ueno iua mo namiktis, uan
in tochi kiili se tato ma ki mikti tekoani uan tato kijto kani yetok
kapa se tekoyok uan in tato mo ixtati kapa se koltku ikatni
tatopon uan in tekuani ijkuak uan in tato tatoponili in tato kiili
in tochi nik mitia, ton tik neki de taxtauil seki nakat de chechelot
uan in tochi ki mikti se chechelot uan ki makak in tato uan tato
ki ito tasojkamatik.
Un día un conejo caminó muy lejos. Luego se encontró con
un tigre que le dijo:
—Te voy a comer.
—No me comas, te voy a dar unas manzanas —y corrió lejos.
El tigre se las acabó y lo fue a buscar y lo encontró, luego
le dijo:
—Me querías engañar, pero ahora te voy a comer.
—No me comas, te voy a dar una muchacha y te casas con
ella —y se la dio.
Se casaron, y el conejo le dijo a un señor que lo matara. El
señor preguntó:
—¿Dónde está?
—En una cueva.
Y el señor se escondió en un palo, con su rifle. El tigre salió
de la cueva y el señor le tiró un balazo y se rodó.
El señor le dijo al conejo:
—Ya lo maté.
Y el conejo le dijo:
—¿Qué quieres de pago?
—Carne de ardilla.
Y el conejo mató una ardilla y se la dio al señor, diciendo:
“gracias”.
45
El conejo y el tigre
Conejo y Coyote
46
Kumiai
Jatpá chilpág
Hacedores de las Palabras
Jatpá wam oupe uwel namán tañuei
namán tañuei tiñam. Tiñam war
chilpág chumam nawad mi pak akud
chumam mad mumiud iñad payud
neme yé mi pak ak ner chinchin iyá
ichias migmar chimá jatpá miram
miwar.
Awat.
Esta era una vez un coyote que andaba de vago y llegó
a la casa de los chilpág. Empezaron a platicar, y estaba
haciéndose de noche, empezó a oscurecer y los chilpág
tenían sueño.
El coyote no sabía, pero los chilpág dijeron:
—Ya nos vamos a dormir. Lástima que no podamos
invitarte a dormir, coyote, porque no tenemos un trapito
para que te sirva de cobija, para que te tapes.
—No hay problema —dijo el coyote— porque yo
duermo así.
Los chilpág tenían brasas en las rodillas, el coyote dijo que haría lo mismo. Cada quien agarró su
brasa y se la puso en las rodillas, pero el coyote
gritó de dolor.
47
El coyote y los chilpág
Conejo y Coyote
48
Kumiai
Jatpá sacuil
Hacedores de las Palabras
Jatpá wam tapá sakuil wa pá unág
uwei tañuei tiñam war sakuil shuma
klui war jatpá wam jui uwei sakuil
namyú mag ta am wit jui ñawat
chumelj apñi ulul chumáp muyu mi
chmé ñejá jatpá ñadpayuch meñe
mayú puarméi opat chumam jatpá
yumelj apñi rrap umi war sakuil kiyiú
jap kuch má chumelj di merdom.
El coyote andaba otra vez de vago
y llegó a casa del murciélago. Se pusieron a platicar en la noche y ya estaba haciéndose muy tarde.
Los murciélagos tenían mucho
sueño y el coyote no sabía; siguieron
platicando. Por fin el murciélago dijo:
—Vamos a dormir. Qué lástima no
poder decirte que te quedes con nosotros, pero no tenemos ningún trapito que prestarte. Es que nosotros
dormimos con las orejas hasta el suelo: jalamos una oreja para tender y la
otra para cobijarnos.
—Yo también duermo como ustedes, no vamos a batallar.
Todos se acostaron y tendieron
una oreja y se cobijaron con la otra. El
coyote estaba viendo y se quiso acostar como ellos, pero gritaba cada vez
que se jalaba una oreja, le dolía. Así
estaba batallando, hasta que le dijeron que ellos sabían que un coyote
no duerme así.
—Ya deja esa oreja y métete a
dormir entre nosotros. Así se acaba.
Otro cuento, que por dondequiera se oye, es el único donde sale perdiendo el conejo: el venado le roba
sus cuernos y sus pezuñas.
49
Las orejas del murciélago
Conejo y Coyote
50
Mixe alto
Koy mëjt jatsyu’
Hacedores de las Palabras
Je tuuk koy y’etsy kopjk këxp te jatsyu’ min koy ti timpï
estpjtsyam te jenä’ny tuuk anuukx ke’k ye këjk mëtj koronë
kie’, përë kyë’ mets yë’ kie pekan oy te koy kë’kj jen le myëjtsy
te mekekj, te koy yaxne, te ka min koy tim jä’tip jatsy’, Kejk
koronë xpëjkë’, ta’ xipj ik; nejotp jam t’ijtsi’xüm oy. te kä
mëëtë koy nyikx, te jatsy’ yak mätsnë te tsutsne kääj.
Había una vez un conejo, estaba
bailando en la montaña y vino un venado.
—Conejo, ¿qué estás haciendo?
—Estoy bailando.
—Préstame tus zapatos y tu corona
—le dijo el venado.
—No.
—Por favor.
—Bueno —contestó el conejo.
El conejo le dio al venado; y el venado bailó, luego salió corriendo. El
conejo se quedó llorando.
Y vino un león.
—Conejo, ¿qué te pasa?
—El venado me quitó mis zapatos y mi corona. Allí está, bebiendo
en el río.
—Vamos a verlo —dijo el león.
—Sí.
El león y el conejo se fueron a verlo.
El león mató al venado y se lo comió.
51
Cuando conejo perdió
Conejo y Coyote
52
Maya
Sikbaal t’aan Juan t’u’ul
Hacedores de las Palabras
Jump’eel teene jump’ee cham t’u’ul
usku t’aan umaan ts’oon kú lik’i de
jaaskaábi ole kú kinsik jumple chan
lukunkán ta’anú cha án jantik kunee
chan coyote chen tanu pak tik baax kj
mentik e t’u’ulo ole le t’u’ulo kú liisik u
iich tanú ch’aántik tu t’aanaaj kú iok be
yaa ko’ox ximbal chan coyote ole le
chan t’u’ulo ye tel le coyote kú manoob
ximbaloob kiimakú u yo’olob ku manoob
ximbaloob mix baaj kú tuklicoob kaa tu
uúyaje ku yaaik beyaa bej lee ts’okin
kaaxtik baax kenin jante kaa tialaje e
chan t’u’ulo baax kena jante yú yaaik
beyaa e coyote teecha kinin jantech
jam pa’jate Jump’liit hora chen kini
wuestech in wotoch ole ka jarilque vinoo
tu taná le chan t’u’ulo e coyote ya yaa
bach wilj ti’etí taku jan tik le t’u’ulo ka
k’uchaob ti uj’otoch tiajeé le chan t’u’ulo
ku yaaik beya.
Tie coyoteo oken toni tech ka machik
un k’uun tux ku uk’ik u’sisjaa tia’la willk
wua maloob tial la jan tik yaax in kibok
bake e ots’i e coyoteo maan alkab tic
chan wotochob bejey tu kuchik k’aas
suerte maaj chuji jump’el jump’el
upaak’ de xuux kuchan kolaje le vik’el
ka tusen chiaj tu ich tulakal uwinkili
man yajaach k’jin nob e ots’i coyote
chuup u kaap’el u iich maaj tu pajtal u
jok’ol ts’an t’u’ul e chan coyoteo tu
kaaxtáj tu káájtén tu xáála ti beyáá
¡Hola amigo! Kenin wilech tene bey kin
kimiee kú yáalik e coyoteo coox tu
káatén ts’oen tu kimak kuñ saaj le otsil
t’u’ulo chan sajak tan.
U titááj de sajaki tu mene e coyoteo tu
macha áj tu mené coyoteo vejtej chan
t’u’ul ts’oakin lis toota´sj t’elin jantikech
baax kenin mentun wueyáa nenej
chaeni tialin ts’iktik ein jooj utial mátu’
ts’opo t’aal checheé yete’ a nak minaan
t’i neen ku xalik e tu’ulo cox nase ak’al
cheeb waan nale ja’tuno kan k’uuchoob
nale jaltunoob tu y’llej yabach jaá chen
k’uuchi ole ku bitu jáal le jaaltunoob ole
tu t’aana coyote maa’oven beyaa le
ots’il coyote maa tu wui’k baax ku
mentik e t’u’ulo l’e t’u’ulo tanú ts’iktik u
jobj ole tu tuul chintaj le cotote ole le
jle t’u’ulo bin alkabi nalu otoch tu p’ata
le coyoteo p’ati ichile ja’tunoob maan
yaabach k’iinoob k’ucheo yaaxk’inobi
Había una vez un conejito muy cu-
rioso, le gustaba la cacería, se levantaba de madrugada. De eso, se
encuentra con el coyote. Muy contentos empezaron a andar en el monte y en eso escuchó que decía el
coyote:
—Hoy sí tuve buena cacería, te voy
a comer a ti, conejito.
—Espérame un ratito, voy a ver mi
casita por última vez.
Se quedó el pobre coyote hambriento. Cuando el conejito regresó,
le dijo:
—Hoy sí me puedes comer, vamos
de nuevo a mi casita y allí me vas a
comer.
Se fue el coyote con muchas ganas
de comerse al conejito; al llegar a la casita, le dijo al coyote:
—Entra tú primero, agarra mi vasito
que desde luego me lo vas a traer para
que yo tome agua, para que tú saborees mi rica y fresca carne.
El pobre coyote entró corriendo, y
para su mala suerte, no era un calabazo sino un panal de avispas lo que
jaló; y le dieron picotazos en los meros ojos, en todos lados del cuerpo.
Pasaron y pasaron varios días y el
pobre coyote tenía los ojos hinchados, no podía salir de cacería. Al encontrar al conejito otra vez, de nuevo
le dijo:
—Hola, amigo mío, cuando no te
veo hasta siento cómo me muero en
la cacería.
Y empezó a acariciarlo, a darle
palmaditas. El pobre conejito temblaba de miedo, cuando sintió que
el coyote lo agarró.
—Hoy sí, conejo, estoy listo para
comerte.
—Pues ni modo, aquí espérame, déjame peinarme bien los cabellos para no lastimarte mucho la
pancita.
Como no tenían saliva ni espejo se
tuvieron que ir donde había una sarteneja bien grandísima que tenía mucha agua. Al llegar ahí se puso muy a
la orilla de la sarteneja y le dijo al pobre coyote:
—¿Estoy bien así?
53
El cuento de Juan conejo
Conejo y Coyote
54
Hacedores de las Palabras
tak jump’ee k’inin choko k’in yaan jump’el u
booy tux ku je’e le t’u’ulo ts’ok chu’nuk k’in kuch
alkabi lechan t’u’ulo ku yajik beya ¡hola conejo!
ban ten ta choku k’in taak llnal jump’it jump’iki
tumacha jump’elu chan k’aa beyee kenin
jantech chan t’u’ul maa ta tsok cuenta ts’oka
mentik in sufrir ya bach le t’u’ulo tete’u xikin
totochki le t’u’ulo.
Téela yanen wua a k’aten janteni tela yanen
tiain servitech pero in wua ik
tech yánten Jump’ee maab
fiera tin talen in chíaaj
pastu suuk tin senti’ta
wuinj jeelajan tiken t’elin
bisik súuk malo ku
yaaik e coyoteo
kin na’ásik ta
puuch ole
kin k’axik
coox kan a
uye tanú wuek’a
le cohete oobo es
que taitak k’uchu
tuux ka na jant’e
tete’ taab yete’ xaak’ yete’ ojo malo janal kana
mente bayae le chan t’u’ulo ya maab tukul ku yaik.
Beyáan jan wue le tialin tialin t’abik in chaamal
utíaa maa tu chiken le k’oxooloobo ole ka bin ta
bel maa tu tsaaj cuento le t’u’ulo tu t’aba le
swuko le u cuchmaaj le coyoteo cu yaik jee’in
biné til a fiestaa kin uuyik tanu wuek’a le
kueteoboo yanin alka t’u’ul t’a el k’uchu tu hora
tial’ ok’ot baax cohete le súuko táaba tánu yele tu
puuch e coyoteo e t’u’ulo san ts’oku siit’ ts’oku
oko yana k’aax tialu taáku baa le ots’i coyoteo
ku jok’o alkabi ku pik chian kuba nale jaltuno
tiaal mau yedéj ku yaaik beya maaj ustin t’aan
pokbi baak’ teene in k’aa baak’ fresca suú tkubaa
tie lumoo ole maa saamelo tu tupáá le suuko tu
lak’e suúko maa okech t’u’ul yana wotik kune
coyoteo p’aat chen kaxan kaxan kaxan kaxan
mix bik’ii’ tu kaxtu ku yaik yanin tusik le
baaloobo tsokan mentik teen chan chicha nech
pero que mentik yabach baloob tan tokik soótse
tu la leclin yot’el taa taaj kunsa chen lo
baloabob tu yalaje ole ka kimi taak teela ku
k’uuchu le sikbaa’ t’ano.
Conejo y Coyote
El coyote ni cuenta se había dado: el conejito se peinaba y en eso empujó al coyote
en la sarteneja y salió corriendo, dejando al
coyote hundido en la sarteneja.
Pasaron varios días y meses que no se
veían; era el tiempo de sequía cuando un día
caluroso descansaba el conejito en una mata
de ramón frondoso. Era mediodía, en eso llegó corriendo el coyote. Al darse cuenta que
era el mismo conejito, le dijo:
—Hola, conejito, qué caliente está el sol.
Se acercó poco a poco, lo agarró de una
manita y le dijo:
—Hoy sí te voy a comer, conejito, date
cuenta que me has hecho sufrir mucho.
Pero el conejito con las orejas tiesas le dijo:
—Pues de una vez, amigo. Estoy para servirte como tú quieras, pero déjame decirte que
tengo una bonita fiesta en mi pueblo y vine a
buscar pasto. Para que sientas mucha hambre,
¿me ayudas a cargar el zacate y encima me sentaré también? Al llegar a mi casita tú me comerás con sal y pimienta, ¡qué rico almuerzo has
55
de tener, coyotito! —le platicaba—. Mientras,
enciende un cigarro para que no se me acerquen los mosquitos, luego sigues tu camino.
Ni cuenta se dio el pobre coyote si era el
zacate lo que reventaba y volaba.
—¿Estás escuchando, conejito?
—Sí, sí, vámonos de prisa, no te pares que
ya estamos llegando a la fiesta.
Era el zacate que se quemaba y el conejito saltó de la espalda; contento, brincando
se metió en el monte y el pobre coyote estaba gritando:
—Bájate, conejito. Conejito, nos están
quemando y no me gusta la carne quemada,
yo la quiero fresca.
Se revolcaba en la tierra hasta que por fin se
le quemó todo el zacate que cargaba. Estaba
buscando y buscando y no encontró al conejito.
—Lo que me pasó nunca lo olvidaré: todo
lo que has hecho conmigo. Eres chiquito
pero eres más listo que yo.
¡Toda la piel cocida! Fueron las últimas
palabras que dijo el coyote.
56
Tantun skaw chu
sasan
Totonaco
Hacedores de las Palabras
Makgtam kiljtamaku tantun
skaw xlama kakiwin xwama sakgat,
tatanokljli xtakam sasan ama sasan
wanilj skaw kau paxyaljno naw anta
kakiwin, chana hasta akxai chankol
kaxahuatani; skaw wanilj sasan, ka
kixiljti pi anan tuku tlan xwaw sasan,
wan, tlan takan, nakiljminiyan con
aykatekgsli sasan ki taspitli chi
wany chalán anan liwat sandia
stapa pakglitcha, y chiwan skaw, la
kapara chin chu caw skaw lan walj
sandia sasan lata walj stapu chuma
skaw wanilj sasan kawa champor na
min xmalana tachanan sasan wan
akit ni kaktialj lan anan liyuat nak
tamakxtakga tlan katamakgxtakti chi
wenta katlawaka mixtu kintakgan
klapaisan skaw lipuwan aljt, chulichalij
tantum xtan waniljt ancha skaw takam
Había una vez un conejo en el cam-
po, estaba comiendo pasto, y en ese
momento se encontró con su mejor
amigo, el zorrillo.
—Vamos a dar un paseo por aquel
puente.
El conejo y el zorrillo siguieron
platicando. Cuando se dieron cuenta, ya habían salido donde había una
milpa. El conejo le dijo al zorrillo:
—Querido amigo, ve a ver si hay
algo qué comer.
—Claro, amigo, voy a ver si hay
algo; yo te aviso.
Al poco tiempo el zorrillo regresó.
—Amigo, hay mucho qué comer,
de lo mejor: hay sandía, chile, frijol y
tomate.
El conejo contestó:
—Entonces ni hablar, cenamos de
una vez.
El conejo comió muchas sandías;
el zorrillo, mucho frijol. El conejo le
dijo al zorrillo:
—Querido amigo, vámonos de
aquí porque ya va a amanecer y el
dueño va a venir al campo.
—Si te quieres ir, te puedes ir. Yo
no me voy a mover de aquí.
—Está bien, pero conste que no
quisiste venir conmigo. Cuídate mucho, amigo, porque eres mi único
amigo.
El conejo se fue muy triste. Al siguiente día le dijo un tlacuache:
—A ver, querido amigo. El conejo
se quedó pensando quién era su mejor amigo; no era el tlacuache su mejor amigo.
—¿Qué se te ofrece? —dijo el conejo.
—¿A poco no fuiste al entierro de
tu mejor amigo? Ayer por la mañana
lo mataron, lo encontraron haciendo
daño.
—¿Cómo es posible? No, no puede ser, mi amigo no puede estar
muerto.
57
El conejo y el zorrillo
Conejo y Coyote
58
Hacedores de las Palabras
nikuchi pimpat, skaw talkgaspitli, kit puwan pi wa kintakam
sasan xa tama, a aquima, wa xlakxtlaguamo tachanan, anta
kaxawatni tsisa kgotna.
Skaw, ni xlikglna, ni xlikana vaan tsukulj tasay, xta switli ni
aljtkasa xlimos kgas ankol latama kguy xtanliykan, xtlawanale
lata makgatka xminacha sipi chichi, tasiya lata stsinksmas chu
kasnankgol y tatsekolj, chu tawakakolj aktum kiwi.
Sipi chicha wan na kawayan la max lakgskama wixin
kallianikama skaw chu san.
Cha taljman xwakakol kiwi, tustsu tlawama chuchut anta, xtasi
yay ljkan aljt nika chipalj, chu wankay, ma skaw chu xtan al xnina
tawakaputun, na tsalayow y chutum tsalakalj y nixniku tala
nokljkal.
Conejo y Coyote
El conejo lloraba. El tlacuache lo abrazó:
—No, amigo, no llores; claro, me tienes a mí.
Al rato salieron a dar un paseo por el campo, vieron un coyote de lejos, estaba muy
hambreado. Se fueron corriendo.
Para escapar del coyote se fueron cerca
del río, se subieron a un árbol. El coyote llegó
a donde estaban los dos amigos, les advirtió:
—Éste es mi primer desayuno.
El coyote siguió caminando buscando
al conejo y al tlacuache, hasta que llegó
al río y vio sobre el agua que estaban
sentados en un árbol. El coyote se lanzó sobre ellos, pero no agarró nada en
el agua. El conejo se reía, el coyote
bien furioso se lanzó sobre ellos.
59
El coyote se dijo: “¿Cómo es posible que no
agarre nada?”
En ese momento vio el árbol y divisó hacia
arriba y los alcanzó a ver.
—¡Ay, malditos animalitos! Ahora sí no se
van a burlar de mí y me los voy a saborear.
Desde ahora el conejo y el tlacuache estaban planeando cómo escaparse del coyote.
El tlacuache dijo:
—Vamos a esperar que se suba, entonces nosotros saltamos, nos vamos de aquí.
El coyote se estaba subiendo,
entonces saltaron y corrieron. El
coyote se bajó rápidamente,
pero nunca los volvió a encontrar.
60
Otomí
Da’ disjua ne coyoten
Hacedores de las Palabras
Ndanti nuä dinsjuä bin timi nuä
coyote bi erä nuä dinsjua jëmi nda
dhigui ni shúdi mparë ta rebui bi erä
nuä coyote bijieä dhigui buillarä bi
sögui së jë mi llaä mi sëmpui búi yarä
obui döja nubui dhigx, mba jäshibi nuri
jam böille em párä jiash pullará, bi váa
sibirä, theës hä mballe ya mpare enä
dinsjua bi emphä coyote, bi thëshä
mbälle huä coyote, bi ena coyote builla
a bi dha yä mpare, be dhin päre ená
dxnsjua, abi dháya mpäre bi i ëmä
jëmä nuä coyote bëdin mpäre bi enä
dxnsjua buiya, abi dháya mpäre
biiemma jema nuä dhä di, bi dhe ám
mbálle buila rá bi ba ba rü, te butpi
buipi buillará quë nmä bi jiö co mpäre,
nubui ntingobe má jë mmaä gá saö.
Tnim mi rám päre builla ra, gasä ö ya
mpäre empira,ina mpäré agui ságui bi
enä disnjuüa, mba é cui dódhö siri
tesho ë cö, xaqui ri ré émpi bi ërä
dinsjua, biya qui rá re nuá coyote builla
lë mpá ä buillará, gorpä rá lliüga a
buillara, mi nü que bi raguibuiyarä bin
söguilä dinsjua bi ragui nuä coyote bi
sogui nuä ndödhá, bi em puillarä
mbéntingöbe mpäre que mmä gá saö
ä, que mmá göl s’a ö ya mpäre negä jiö
qui bi em pi, mabuï min tinmi mä
jemma buillará, inä agui sagui empare
enä dinsjua builla rá, ba jä guësnu ori
Un día un conejo se encontró con
un coyote.
El conejo le dijo al coyote:
—Mañana ponemos una trampa,
compadre.
—Está bien, compadre.
Y al amanecer pusieron una trampa en el monte donde estaban, donde se encontraron. La dejaron sola un
buen rato y después se fueron a asomar y vieron que cayó un pájaro muy
grande.
—Vamos a asarlo en la barranca,
compadre, en aquel cerro —dijo el
conejo.
—Está bien, compadre.
Y se fueron al cerro a asarlo.
—Haz la lumbre, compadre.
—Está bien, compadre —contestó
el coyote.
El coyote hizo la lumbre y, después
de que hizo la lumbre, el conejo le dijo:
—Ve a sentarte al cerro, compadre, si
no se va a caer. Mientras, yo aso el pájaro.
—Está bien, compadre.
—Cuando esté cocido te aviso.
Y se fue el coyote a sostener el cerro.
Un momento después dijo:
—¿Ya se coció, compadre?
—Todavía no.
Y al rato volvió a preguntar:
—¿Ya se coció, compadre?
—Todavía falta, compadre.
—Compadre, ¿ahora sí ya se coció?
Y el conejo ya no le contestó, porque
ya no estaba. Se comió el pájaro y se
fue. Y el coyote volvió a preguntar:
—¿Ya se coció, compadre? Si no contestas voy a soltar el cerro, compadre.
Y el coyote, cansado de preguntar,
soltó el cerro y se fue a ver a su compadre, que dizque estaba asando el pájaro.
61
Compadres
Conejo y Coyote
62
Hacedores de las Palabras
jä dé jë, nsárä ä sobuirashübio jadé he inmajua
ri guë snurä, hirbuiä coyote ja deje jadhä, mi
sidhö dhä jädhä ndhe dëhe, bi raä dinsjua
builla, nubui mi puesha coyote bi ërä, bi jöco
ma jëma man mparé ö, nubui tan tingöbe
guëm ma ga s’a ö bin tinmi ma jema nubui
janda juäji que shethä llons’a, bi enä coyote
guëm’ma ga saölla ga joco, ina o gui s’agui
mpáre, mböjo n’nei, nuba dhejo, tarebui bien’ä
coyote, thëgaba mbanaó buillabi buidi, ba ëco
sishili, biba dinsjua ba jäyaserillos bi lémpa
nubui rä guä ndhe yodhëi bi buidi bin neä
coyote she biin s’ë builla shi bi dü.
Conejo y Coyote
—¡Me engañó mi compadre! —dijo el coyote cuando no lo vio asando el pájaro—.
Cuando me lo encuentre me lo voy a comer.
Se fue y volvió a encontrarse con su compadre. El coyote le dijo:
—¡Me engañaste, ahora sí te voy a comer!
—No, compadre, no me comas. En aquel
árbol hay frutas. Te voy a cortar una. Yo me
subo.
El conejo se subió y le aventó una fruta en
el hocico al coyote: la más grande que había
en el árbol. Y el coyote no pudo pasarla.
Mientras el coyote se quejaba, el conejo se
escapó. El coyote escupió la fruta y dijo:
—¡Me volvió a engañar mi compadre! Ahora sí, cuando me lo encuentre me lo comeré.
Se volvieron a encontrar. El coyote dijo:
—Ahora sí te como, compadre. Me engañaste. No pude comerme la fruta que me
aventaste.
—¡No, no me comas, compadre! Mira, en
aquel río hay un queso, ve a sacarlo.
Y el coyote, muy tonto, fue a sacarlo. Pero
lo volvió a engañar, era la luna que se miraba
en el agua. El coyote casi se ahogó por querer sacarlo. Mientras, el conejo se escapó. Y el
coyote, al salir del río, dijo:
63
—¡Me volvió a engañar mi compadre!
Ahora sí, cuando me lo encuentre me lo comeré.
Y se volvieron a encontrar en un carrizal y
el coyote le dijo:
—¡Ahora sí te como, compadre, me volviste a engañar!
—No, compadre, no me comas. Te invito
a un baile. Será aquí mismo. Quédate aquí
mismo.
—Está bien, compadre —contestó el coyote.
—Aquí espérame, voy a ver qué pasó con
el baile.
El conejo se fue y el coyote se quedó. Al
rato el conejo le prendió fuego al carrizal y
aventó cohetes por todos lados. El coyote se
asustó y con el susto de los cohetes que caían
en sus patas empezó a bailar. Y con el fuego
se quemó y se murió.
Por fin, tras tanto engaño, al conejo le entró miedo y se escapó de una vez por todas.
Se fue a la luna. Ése fue el del cuento, su familia se quedó en la tierra; trepó desde el
principio de los tiempos, cuando el mundo
era blando, cuando apenas se estaban haciendo todas las cosas. Allá está.
Tének
Its’
Yetse’ alabel its’
i pulik ani kuechochol
eteel juni dhak wits,
axi u tsu’u’ tiwa’ bochol.
I tejwamel ti bichow ani ti
kuenchal juyéj ti ts’en ani ti
pakw’chal, ani an alabel
tsunel koy teé tsabaal i tsu’
tal k’an oweel eteel i yoy.
grande y redonda,
pareces una flor blanca
que vi allá sembrada.
Te vemos en los pueblos,
en la sierra y en los planos,
y tu bonito conejo,
desde la tierra,
es del tamaño de un zancudo.
Gran luna
Gran luna bonita,
66
Náhuatl
Tlen nopa
Hacedores de las Palabras
Ti nejnemi, nejnemi
timoketsa, moketsa
amo kioliniya ajakat
uan tikita se kuatochi uetskatok.
Metstli
C uando caminas, camina;
si te detienes se queda quieta,
no la mueve el viento,
y le vemos un conejo riendo.
La luna
67
Adivinanza
Conejo y Coyote
Glosario
Chilpág
Chiquihuite
Coyol, cocoyol
Majar
Sarteneja
Tecomate
Murciélago.
Canasto alto de palma.
Coquito duro de aceite.
Moler, golpear.
Depósito de agua, jagüey, aguaje.
Calabazo, bule.
Índice de escritores
18
Ja yun li t’ule natik xchikine
Por qué tiene largas las orejas el
conejo
Ricardo González Vázquez,
13 años, tzotzil, Achiote Arriba,
Tecpatán, Chiapas.
20
Wajhin ní guii’ma
Conejo se queda todo pegado
Fabián Castro Esteban,
13 años, tlapaneco, Río Grande,
Acatepec, Guerrero.
22
24
Xtalathlawakin xla chatum chixku chu
xlatakgalin waneakgoy skaw
Un hombre y un animal que se llama
conejo
Jovita Rojas Cano,
9 años, totonaco, Ixtepec,
Atlequizayán, Puebla.
N kuento leso
El chilar
Marcelo Ventura Ramírez,
11 años, mixteco,
San Juan de la Cima, Mesones
Hidalgo, Oaxaca.
Informante y traductor: Herminio
Ventura.
26
Je’e konejë pyëk u’uky
La boda del conejo
Leticia Francisco Francisco,
11 años, mixe, La Aurora,
San Juan Guichicovi, Oaxaca.
28
Axe pel i pad hum
El tigre
Gumersindo Santiago Santiago,
11 años, tének, Agua Nueva,
Aquismón, San Luis Potosí.
30
Basachi chigorame
Coyote ratero
Cenobia Aguirre Cruz,
14 años, rarámuri, Mova,
Guachochi, Chihuahua.
Traductor: Ismael Villaverde.
32
Se kuatochij
La cena
Jairo Hernández Baltazar,
10 años, náhuatl, El Naranjal 2,
Xilitla, San Luis Potosí.
34
Jem kooya i jem kan
El conejo y el tigre
Roberto Hernández Gutiérrez,
12 años, popoluca-zoque,
Caudillo Emiliano Zapata,
Tatahuicapan, Veracruz.
36
Mba xuwe mba endí
El tlacuache y el tigre
Gonzalo Castro Esteban,
13 años, tlapaneco, Río Grande,
Acatepec, Guerrero.
38
40
Ja pooj mëtaj mïy uk
El tlacuache y el león
Florinda Nolasco García,
12 años, mixe alto,
Cerro Ídolo, Santo Domingo
Tepuxtepec, Oaxaca.
Informante: Angelina Domínguez.
Jiñi cuento
Sosteniendo el cielo
Yolanda Meneses Peñate,
12 años, chol, Río la IIusión,
Tumbalá, Chiapas.
42
Se ichka iwan se tekuani
El borrego y el coyote
Leobardo Romero Montes,
10 años, náhuatl, Villanueva,
Soledad Atzompa, Veracruz.
Informante: Felipe Romero.
Traductora: Isabel Avelino.
44
In tochi uan in tekuani
El conejo y el tigre
Luis Pérez Bonilla,
9 años, náhuatl, Tenanican,
Cuetzalan, Puebla.
46
Jatpá chilpág
El coyote y los chilpág
Armando Octavio Islava Meza,
11 años, kumiai, Juntas de Nejí,
Tecate, Baja California.
Traductora: Yolanda Meza.
48
Jatpá sacuil
Las orejas del murciélago
Armando Octavio Islava Meza,
11 años, kumiai, Juntas de Nejí,
Tecate, Baja California.
Traductora: Yolanda Meza.
Conejo y coyote
73
50
Koy mëjt jatsyu’
Cuando conejo perdió
Rafael Reyes Martínez,
12 años, mixe alto, Cerro Ídolo,
Santo Domingo Tepuxtepec,
Oaxaca.
Informante: Valentina.
52
Sikbaal t’aan Juan t’u’ul
El cuento de Juan conejo
Miguel Ángel Cauich Cauich,
10 años, maya, Ejido Xbilincoc,
Hopelchén, Campeche.
56
Tantun skaw chu sasan
El conejo y el zorrillo
Elizabeth Olmedo San Martín,
13 años, totonaco, San José,
La Playa, Papantla, Veracruz.
74
Hacedores de las Palabras
60
Da’ disjua ne coyoten
Compadres
Efraín Tolentino Santos,
13 años, otomí, El Ojite,
Huehuetla, Hidalgo.
Traductora: Silvia Santillán.
64
Its’
Gran Luna
Lázaro Vázquez Castillo,
9 años, tének, Anexo San José,
Huehuetlán, San Luis Potosí.
66
Tlen nopa
Adivinanza
Josefina Hernández Hernández,
12 años, náhuatl, Huitzilinguito,
Orizatlán, Hidalgo.
Listado de ilustradores
Agustín Vázquez Vázquez,
14 años, totonaco, Skansipi,
Hueytlalpan, Puebla.
Diego Hernández Díaz,
12 años, tzotzil,
Chauquil- Uk’um, Chiapas.
Alejandrina Martínez,
11 años, rarámuri, Bajío
de la Cueva, Guachochi,
Chihuahua.
Efraín Tolentino Santos,
13 años, otomí, El Ojite,
Huehuetla, Hidalgo.
Amado Gutiérrez Espinoza,
12 años, tzeltal, Río Nuevo
Comitan, Chilón, Chiapas.
Antonio Cupul Balam,
12 años, maya, X-Huechil,
Chemax, Yucatán.
Clemente Martínez
Hernández,
12 años, náhuatl, Tatzatlapa,
Huejutla, Hidalgo.
Delfino Zurita Cortés,
9 años, chatino, San Miguel,
San Juan Lachao, Oaxaca.
Eleuterio Bautista Reyes,
13 años, rarámuri, Tonachi
de Samachique, Guachochi,
Chihuahua.
Eleuterio Martínez Jiménez,
15 años.
Fabián Castro Esteban,
13 años, Tlapaneco,
Río Grande, Acatepec,
Guerrero.
Federico Benítez Jiménez,
14 años, mixe alto,
Casa Grande, Asunción
Cacalotepec, Oaxaca.
Feliciano Chuc Pat,
20 años, maya, Kankabchén
Tepich, Felipe Carrillo
Puerto, Quintana Roo.
Florentino de la Cruz
Kantun Chi,
19 años, maya, Chunhuaymil,
Hopelchén, Campeche.
Gabriel Vázquez Vázquez,
14 años, totonaco, Skansipi,
Hueytlalpan, Puebla.
Georgina Gabino Refugio,
8 años, náhuatl,
San Miguel del Progreso,
Huitzilan de Serdán, Puebla.
Irma Canul Uh,
18 años, maya, Chan Chen,
Felipe Carrillo Puerto,
Quintana Roo.
Jesús Hernández Gómez,
13 años, tzeltal, Duraznal Santa
Fe, Chilón, Chiapas.
Joel Juárez Meléndez,
12 años, zapoteco del Istmo,
Llano Coyul, Santiago
Lachiguiri, Oaxaca.
Jorge Armando Vizcaíno
Mota
14 años, kumiai,
Juntas de Nejí, Tecate,
Baja California.
José Paulino Canché Peña,
14 años, maya, Kankabchén,
Felipe Carrillo Puerto,
Quintana Roo.
Josefina Gabino Refugio,
8 años, náhuatl, San Miguel
del Progreso, Huitzilan
de Serdán, Puebla.
Jairo Cruz Domínguez,
11 años, mixe alto,
Casa Grande, Asunción
Cacalotepec, Oaxaca.
Conejo y Coyote
77
Josefina Gómez Santis,
10 años, tzeltal, Barrio Altealjá,
Oxchuc, Chiapas.
Josefina Hernández
Hernández,
12 años, náhuatl,
Huitzilinguito, Orizatlán
Hidalgo.
Juan Figueroa Cruz,
13 años, rarámuri,
Bajío de la Cueva,
Guachochi, Chihuahua.
Juan Núñez Hernández,
15 años, tzotzil, Santa Cruz
Buena Vista, Bochil, Chiapas.
Leonardo de la Cruz Rivera,
14 años.
Manuel Meneses Peñate,
10 años, chol, Río la Ilusión,
Tumbalá, Chiapas.
78
Hacedores de las Palabras
Marcelo Ventura Ramírez,
11 años, mixteco, San Juan
de la Cima, Mesones
Hidalgo, Pula, Oaxaca.
Maribel Meneses Díaz,
10 años, chol, Río la Ilusión,
Tumbalá, Chiapas.
Marisela Hernández
Santiago,
9 años, náhuatl Tancalco,
Huitzilan de Serdán, Puebla.
Martina Reyes Pérez,
10 años, náhuatl,
Rancho las Margaritas,
San Pablo del Monte,
Tlaxcala.
Matilde Martínez Morales,
12 años, rarámuri, Bajío de la
Cueva, Guachochi
Chihuahua.
Patricio Victoriano
Vázquez,
9 años, náhuatl, El Naranjito,
Aquila, Michoacán.
Pedro Soto Martínez,
10 años, mixteco-tacuate,
Rancho La Vírgen Santa
María, Tlaxiaco, Oaxaca.
Rafael Reyes Martínez,
12 años, mixe alto, Cerro
Ídolo, Santo Domingo
Tepuxtepec, Oaxaca.
Ramiro Sánchez Díaz,
13 años, tzotzil, La Colina,
Tecpatán, Chiapas.
Raudel Fernando
Islava Meza,
10 años, kumiai, Juntas de
Nejí, Tecate, Baja California.
Reyna Hernández Zaragoza,
12 años, náhuatl, Tepetzingo,
Cuetzalan, Puebla.
Rosalba Cisneros Reyes,
6 años, mixteco, Morelos,
Santiago Nundiche, Oaxaca.
Sabina Luis Vázquez,
13 años, zapoteco del Valle,
Rancho Maya, San Miguel
Tilquiapan, Oaxaca.
Saúl Martínez Cardoza,
10 años, chinanteco, José
López Portillo, San Juan
Lalana, Oaxaca.
Valentino López González,
12 años, popoluca-zoque,
El Gavilán, Las Choapas,
Veracruz.
Conejo y Coyote
79
Conejo y Coyote
Agua
Así soy yo
Campo y campesinos
Comida y recetas
Conejo y Coyote
Creencias, dolencias y remedios
Conejo y Coyote secretaría de
educación pública
Gigantes, duendes y salvajes
Historias de cuevas, culebras y diablos
Historias de espantos, seres que se transforman, tesoros
escondidos y matrimonios engañosos
Las comunidades. Fundación, historia, percances y festejos
Maíz
Cuentos de animales
Oficios y ocupaciones
Cuentos de engaños, para hacer reír y fantásticos
Orígenes y dueños. Por qué son así algunas cosas
De la cuna a la tumba en las comunidades
del mundo y cómo otras suceden en el monte
Refranes, adivinanzas, acertijos, trabalenguas, juegos
y chistes
Versos, arrullos y canciones
De los animales
que conozco
secretaría de
educación pública
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