Agradecimientos: Gaspar Nyanga* Dr. Hegel Cortés Miranda Antropóloga Sodelba Alavez Ruíz Lic. Gabino Millán Mercado C. Jesús Escamilla Mtra. Sagrario Cruz-Carrtero Mtro. Fabián Bonilla López Lic. Yaira Torres Díaz Mtro. Israel Reyes Larrea Dra. María Elisa Velazquez Mtra. Nhorma Ortíz Pérez Familia Cadet Familia Solares Álvarez Lourdes Hernández Torres Familia Gómez Maqueo Familia García Omaña Lic. Alejandro Marín Leona de Etiopía Jah Levy Lic. Tamara Barra Monzón Grupo Gire Marco Antonio Huerta Heredia Fotógrafo José Manuel Rodríguez “el Canibal” Ten Ili Anuar Sesín Fernando Sánchez-Mejorada Rojas Víctor Soler Belinda “Afroidentidad Noir” Casa Hankili África Cultural Root’s Hermandad Rasta Charly Herb Alberto Soroa Maky Macrönz Casa Verde Colectivo Sound Sisters Omegas Sound Systems Andy Rubio Alejandro Otero Mariana Roca Alejandro Chaparro Niño Vicente Álvaro Carrillo Moro Osito Von Ropi Jacobo Govea Carnales Apodaca A todos los negros mexicanos * Gaspar Yanga, fue un líder de la rebelión auxiliar en México durante el período temprano del régimen colonial español. Quien fuera un supuesto miembro de la familia real de Gabón en aquel entonces, Gaspar Yanga vino a ser el jefe de una banda de esclavos por libertad en un poblado veracruzano, alrededor de 1570. Índice - Prefacio 5 - Introducción 6 - Afrodescendencia 7 - Presencia Afrodescendiente 17 - ¿Afromexicano, Afrodescendiente o Negro? 17 - Referentes y herencias culturales 21 - Migraciones 25 - Políticas sociales y discriminación 28 - África en las aulas 35 - Invisibilización de la Comunidad Afrodescendiente 36 - Derechos Humanos 38 - Oportunidades Laborales42 - Circunstancias de los pueblos negros 42 - Censo 43 - Geografía de la afrodescendencia en el Distrito Federal 47 - Carta abierta al INEGI49 - Manifestaciones culturales y artísticas 53 - Conclusión 57 - Directorio de Instituciones y Organismos Civiles 59 - Notas y enlaces 62 Fotografía portada: Guertie Cadet. Fotrografías por Sergio Solares Álvarez 4 La primera vez que llegué a México, lo primero que me llamó la atención fue la curiosidad con la que la gente me miraba cuando andaba por la calle. Teniendo el pelo afro me tuve que acostumbrar a que me dijeran “Kalimba”, o a que alguien me apuntara con el dedo mientras le decía a otra persona “¡mira!”. Sin embargo, nunca me ha molestado eso y tampoco me he sentido ofendida, lo único que pensé es que aquí no me puedo portar mal, porque es muy fácil que alguien se acuerde de mí. La otra cosa que me llamó la atención fue que siempre alguien se acercaba a hacerme preguntas como: ¿De dónde eres?, ¿cuánto tiempo llevas aquí?, ¿qué haces en México?, ¿te gusta México?, etcétera; y muchas otras veces me hablan de la belleza de México, de lugares que tengo que visitar, de comida que tendría que probar. Todo eso me ha demostrado que los mexicanos tienen mucho amor por su país, además de que son muy simpáticos. Me he dado cuenta que no es difícil hacer amigos en México, y he tenido esa doble sensación de sentirme extranjera por la reacción de la gente al verme y al mismo tiempo la de sentirme querida y de tener un lugar en México. Hasta me han dicho “güerita”. Tengo que mencionar también que mi novio es mexicano, y nunca he sentido una diferencia entre nosotros por cuestiones étnicas. El presente proyecto me ha permitido descubrir que aparte de su riqueza gastronómica, sus numerosos sitios turísticos y su cultura diversificada, México es un país en donde se encuentra una gran diversidad étnica y afromexicana, con sus propias historias, experiencias y necesidades. Estoy a punto de cumplir cinco años en México, y puedo decir que tengo una segunda casa y estoy muy agradecida con toda la gente que he tenido la oportunidad de conocer, por todas las experiencias que he tenido en este país y el trato que he recibido. Guertie Cadet 5 Introducción La afrodescendencia en México ha sido históricamente ignorada, tanto por los gobiernos como por los académicos. Para muestra un botón, en pleno siglo XXI, la institución encargada de las estadísticas nacionales, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), no nos puede dar un número sobre las poblaciones que por su fenotipo y genotipo son denominadas de origen africano en nuestro país. El hecho, que de por sí parece insignificante a los ojos de gobiernos e instituciones públicas y privadas, ha negado la inserción de esta población a los niveles mínimos de bienestar, educación y trabajo digno, que en algún momento de la historia fue el segundo grupo poblacional más numeroso de México, de acuerdo a las investigaciones de la Dra. María Elisa Velázquez. Con el objetivo de hacer visible esta contradicción estructural y comenzar a ponerle número a esta población, he avanzado en esta reflexión para documentar la forma en que viven los afrodescendientes en la Ciudad de México. Para el fin de este estudio sobre la vida de las poblaciones afrodescendientes en el Distrito Federal, será necesario entender dos tipos de migraciones, la ocurrida por traslados de poblaciones mexicanas hacia la capital, y la proveniente de otras naciones. Lo primero que buscaré es un concepto para la definición de esta población, que a nivel mundial ha decidido llamarse a sí misma como afrodescendiente. En nuestro país este debate ha llevado a un grupo de estudiosos a definirla como afromexicana. Sin embargo los propios negros prefieren llamarse así, negros, mulatos, morenos, prietos, jarochos, entre otros nombres. Más adelante abundaremos en la historia de las primeras migraciones de esclavos africanos a nuestro país y la formación de las primeras poblaciones negras consolidadas en México. También describiré las condiciones sociales de marginación en las que se encuentran viviendo los afrodescendientes en nuestra ciudad, no solamente desde el aspecto del racismo que experimentan en nuestras calles, sino también de la 6 institucionalización de esta experiencia cuando se trata de acceder a los servicios sociales que brindan nuestras instituciones públicas, en cuestión de educación, salud, y trabajo. Lo más importante, pero también lo más improbable de documentar será la descripción geográfica de los grupos afrodescendientes en el Distrito Federal, y esto debido a la falta de interés que sobre este grupo social han mostrado tanto en la academia como en las instituciones públicas. El cierre de esta investigación será un anecdotario sobre la forma en que viven los afrodescendientes en nuestra ciudad. Aquí veremos la forma en que los propios sujetos de esta reflexión ven sus circunstancias dentro de nuestra sociedad. Es menester regresar al objetivo central de este esfuerzo documental, para establecer que lo más importante para este trabajo es la visibilización de la afrodescendencia en México, especialmente en el Distrito Federal. Afrodescendencia Comprendemos el término afrodescendencia como el que se refiere a las personas nacidas fuera de África y cuyos antepasados son de ese continente; la mayoría son descendientes de personas secuestradas y trasladadas desde África con destino a América, Asia y Europa para trabajar como mano de obra esclavizada, fundamentalmente entre los siglos XVI y XIX. También se considera afrodescendientes quienes descienden de africanos nacidos fuera del continente africano a causa de las migraciones internacionales ya sea históricas o actuales. El Diario Oficial de la Federación de 2012 establece lo siguiente: “Por afrodescendiente se entiende: a todos los pueblos y personas descendientes de la diáspora africana en el mundo. En América Latina y el Caribe, el concepto se refiere a las distintas culturas negras o afrodescendientes americanas que emergieron de los descendientes de africanos, los cuales sobrevivieron a la trata colonial o al comercio esclavista que se dio en el Atlántico desde el siglo XVI hasta el XIX”. (1) 7 El 18 de agosto de 1964, La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), reunió en Moscú a 22 científicos de todo el mundo para hablar sobre la cuestión racial. Se estableció entonces que sólo existe una raza y ésta es la raza humana, además de precisar 13 puntos concretos sobre aspectos biológicos que vale la pena refrescar, aunque sea de forma resumida. “Los expertos reunidos por la UNESCO, para expresar su criterio sobre los aspectos biológicos de la cuestión racial y especialmente para determinar los elementos biológicos de una declaración sobre la raza y los prejuicios raciales prevista para 1966 y destinada a establecer las diferencias raciales redactada en 1951, han llegado a un acuerdo unánime sobre las proposiciones siguientes: 1. Todos los seres humanos hoy vivientes pertenecen a una misma especie, llamada Homo sapiens, y proceden de un mismo tronco. La cuestión de cómo y cuándo se han ido diversificando los diversos grupos humanos sigue siendo controvertible. 2. Las diferencias biológicas entre los seres humanos están determinadas por diferencias de constitución hereditaria y por la acción del medio sobre el potencial genético. La mayoría de ellas se deben a la interacción de esas dos clases de factores. 3. En cada población humana hay una amplia diversidad genética. No existe en la especie humana una raza pura, por lo menos en el sentido de población genéticamente homogénea. Pierre Michelle Maxi Mexicano, de padres haitianos. “Las personas en general tendrían que darse la oportunidad de conocer a los demás por su esencia y no por su apariencia. Catalogar a alguien por cualquier motivo es además absurdo, porque en cada uno de nosotros están contenidas varias personalidades; de modo que casi cualquier impresión que uno se forme de otro individuo va a ser falsa porque está incompleta. Sé que no es fácil, pero todos deberíamos pasar por encima de nuestros propios prejuicios para conocernos mejor. Personalmente tuve que aprender desde niño a convivir entre las diferencias desde el mismo idioma, pues, aunque mi lengua materna es el español, en mi familia además se hablaba Kreyòl, Francés e Inglés; fue por momentos caótico, pero sobre todo enriquecedor”. 8 4. Existen manifiestas diferencias físicas de aspecto medio entre las poblaciones que viven en distintos grupos del globo. Muchas de estas diferencias tienen un componente genético. Estos últimos consisten a menudo en diferencias de frecuencia de los mismos caracteres hereditarios. 5. Con base en los rasgos físicos hereditarios, se han propuesto diversas subdivisiones de la humanidad en grandes grupos étnicos y, a su vez, de cada uno de éstos en categorías más restringidas (las razas, que son grupos de poblaciones o incluso las poblaciones). Casi todas las clasificaciones reconocen, por lo menos, tres grandes grupos étnicos. Como la variación geográfica de los caracteres empleados en las clasificaciones raciales es muy compleja, y no presenta ninguna discontinuidad importante, tales clasificaciones, cualesquiera que sean, no pueden aspirar a dividir la humanidad en categorías rigurosamente distintas; además, dada la complejidad de la historia humana, resulta difícil precisar el lugar que deben ocupar ciertos grupos, en una clasificación racial, sobre todo cuando se trata de poblaciones que ocupan una posición intermedia. Son muchos los antropólogos que, aun subrayando la importancia de la variabilidad humana, consideran que el interés científico de estas clasificaciones es limitado, e incluso que presentan el riesgo de incitar a generalizaciones abusivas. Las diferencias entre individuos de un mismo grupo étnico o de una misma población son, a menudo, mayores que las diferencias medias existentes entre razas o entre poblaciones. 6. Los rasgos distintivos variables elegidos para caracterizar una raza, o bien se heredan con independencia unos de otros, o bien presentan un grado variable de asociación dentro de cada población. Por lo tanto, la combinación de caracteres en la mayoría de los individuos no corresponde a la caracterización tipológica de la raza. Lo mismo en el hombre que en los animales, la composición genética de cada población está sujeta a la acción de diversos factores 10 que la modifican: la selección natural, que tiende hacia una adaptación al medio; las mutaciones fortuitas, que consisten en modificaciones de las moléculas de ácido desoxirribonucleico que determinan la herencia; modificaciones casuales de la frecuencia de caracteres hereditarios cualitativos, cuyo grado de probabilidad depende de la magnitud de la población y de la composición de las uniones en el seno de la misma. Algunos caracteres físicos poseen valor biológico universal y fundamental para la supervivencia de la humanidad, independientemente de su medio. Las diferencias en las que se basan las clasificaciones raciales no afectan a esos caracteres y, por lo tanto, en términos biológicos, no puede hablarse en relación con ellos de una superioridad o inferioridad generales de tal o cual raza. 7. La evolución humana ofrece modalidades de capital importancia que le son propias. La especie humana, que hoy se extiende por toda la superficie de la tierra, tiene un pasado rico en migraciones, en expansiones y en reducciones territoriales. Como consecuencia de ello, la adaptabilidad general a los medios más diversos es más pronunciada en el sur humano que sus adaptaciones a ciertos medios específicos. Los progresos realizados por el ser humano en todos los órdenes parecen lograrse desde hace muchos milenios, sobre todo en el plano de las conquistas culturales y no en los patrimonios genéticos. Ello implica una modificación del papel de la selección natural en el ser humano actual. Debido a la movilidad de las poblaciones humanas y de los factores sociales, las uniones entre miembros de diversos grupos étnicos, que tienden a borrar las diferenciaciones adquiridas, han desempeñado un papel mucho más importante en la historia de la especie humana que en la historia de las especies animales. En el pasado de toda población, de toda raza humana, figuran múltiples mestizajes que tienden a intensificarse. En el ser humano, los obstáculos a los cruzamientos son de carácter social y cultural tanto como geográfico. 11 8 8. En todo tiempo, las características hereditarias de las poblaciones humanas representan un equilibrio inestable, como consecuencia de los mestizajes y de los mecanismos de diferenciación ya mencionados. En cuanto entidades definidas por un conjunto de rasgos distintivos propios, las razas humanas están constantemente en trance de formarse y de disolverse. Las razas humanas presentan en términos generales características menos definidas que muchas razas animales y no pueden asimilarse, en modo alguno, a las razas de los animales domésticos resultantes de una profunda selección realizada con propósitos bien determinados. 9. No se ha demostrado nunca que el mestizaje presente inconvenientes biológicos para la humanidad en general. Por el contrario, contribuye mucho a que se mantengan vínculos biológicos entre grupos humanos y, por lo tanto, a la unidad de la especie humana dentro de su diversidad. Desde el punto de vista biológico, las consecuencias de un matrimonio dependen de la constitución genética individual de los cónyuges y no de su raza. No existe, pues, justificación biológica alguna para prohibir los matrimonios interraciales, ni para desaconsejarlos. Seynabou Diédhiou Mexicana, de madre mixteca y padre senegalés. “Mi familia mexicana es mixteca y mi familia senegalesa es diola. Soy en esos términos una diolamixteca. Es una gran responsabilidad ser afrodescendiente porque es importante conocernos, es importante aceptarnos y también para hacer cosas juntos en nuestros espacios y grupos. Es complicado para nosotros como afrodescendientes convivir con las personas día a día, puesto que nos ponen barreras, barreras para conseguir trabajo, para poder circular tranquilamente por la calle, para poder divertirnos, para entrar a lugares, conseguir escuela y muchas otras cosas. Somos discriminados por múltiples motivos, principalmente por nuestra melanina en piel. Orgullo por el simple hecho de ser negra no siento, me siento orgullosa por todas las cosas que hago, digo, como y reproduzco día a día; porque existimos muchas personas afrodescendientes, pero dentro de ellas existen muchas que no se reconocen como afrodescendientes, entonces no creo que se pueda sentir sólo orgullo por llevar melanina en la piel, uno siente orgullo por lo que hace, por lo que forja y construye”. 13 10. Desde su origen, el ser humano dispone de medios culturales cada vez más eficaces de adaptación no genética. 11. Los factores culturales, que rompen las barreras sociales y geográficas, ensanchan los límites dentro de los cuales se efectúan las uniones y actúan, por lo tanto, sobre la estructura genética de las poblaciones, disminuyendo las fluctuaciones aleatorias. 12. Como regla general, los grandes grupos étnicos se extienden por vastos territorios que engloban pueblos diversos por su lengua, su economía, cultura, etc. Ningún grupo nacional, religioso, geográfico, lingüístico o cultural, constituye ipso facto una raza; el concepto de raza entraña únicamente factores biológicos. Sin embargo, los seres humanos que hablan la misma lengua y comparten la misma cultura tienen tendencia a unirse entre ellos, lo que puede producir un cierto grado de coincidencia entre rasgos físicos, por un lado, y lingüísticos y culturales, por otro. Pero no se sabe que exista relación causal entre éstos y aquéllos y nada autoriza a atribuir las particularidades culturales a características del patrimonio genético. 13. La mayoría de las clasificaciones raciales de la humanidad que se han propuesto no incluyen a los rasgos mentales entre sus criterios taxonómicos. La herencia puede influir en la variabilidad que presentan los resultados de los individuos de una misma población sometidos a determinados tests psicológicos actualmente empleados. Sin embargo, no Paco Sandría Mexicano de Tlacotalpan, Veracruz. “El primer choque con mi negritud ocurrió en la infancia, cuando a una niña, a quien yo también le gustaba, no me aceptó por mi color. Pensé entonces que ser negro debía ser algo muy malo, a pesar de que ‘negro’ era la forma afectiva en que me llamaba mi mamá y no contenía nada negativo. Se aprende a distinguir cómo unas puertas se cierran y otras se abren por lo que uno es y que posee un trasfondo social, político y cultural”. 14 11 se ha demostrado nunca la existencia de diferencias entre los patrimonios hereditarios de grupos de población con respecto a lo que se trata de medir con dichos tests, mientras que la influencia del medio físico, cultural y social en los resultados de los mismos está ampliamente comprobada. Complican el estudio de esta cuestión las grandes dificultades con que se tropieza para aislar la parte que pueda eventualmente corresponder a la herencia en las diferencias medias que se han observado entre los resultados de los tests llamados de inteligencia global en poblaciones culturalmente diferentes. Al igual que ciertos grandes rasgos anatómicos de la especie humana, la capacidad genética de desarrollo intelectual depende de características biológicas que son de valor universal, dada su importancia para la supervivencia de la especie en cualquier medio natural y cultural. Los diversos pueblos de la tierra parecen poseer hoy iguales potencialidades biológicas para alcanzar cualquier nivel de civilización. Las diferencias entre los resultados logrados por los distintos pueblos parecen deberse enteramente a su historia cultural. A veces se atribuyen a un pueblo determinado ciertas particularidades psicológicas. Tanto si tales afirmaciones son fundadas como si no lo son, mientras no se demuestre lo contrario, esas particularidades no deben atribuirse a la herencia. No existe ninguna justificación de los conceptos «razas superiores» y «razas inferiores», ni desde el punto de vista de las potencialidades hereditarias, en lo relativo a la inteligencia global y a las capacidades para el desarrollo cultural, ni desde el de los caracteres físicos. Los datos biológicos anteriormente expuestos constituyen una contradicción absoluta de las tesis racistas. Éstas no pueden, en modo alguno, reivindicar una justificación científica y constituye un deber para los antropólogos hacer lo posible para impedir que los resultados de sus investigaciones sean deformados por la utilización que podría hacerse de los mismos con fines no científicos”. (2) 16 Presencia afrodescendiente Sin el trabajo académico sería muy difícil entender el origen africano en México. Es gracias a los antropológos que sabemos que el primer pueblo negro que se establece en México es el de la comunidad del Cortijo, cómo lo dice Gutiérre Tibón, en su libro Pinotepa Nacional, Mixtecos, Negros y Triques, en donde afirma que las poblaciones que se establecen en la Costa Chica no llegaron esclavizadas. Ahora también sabemos que la Costa Chica de Oaxaca, Guerrero y el estado de Veracruz son los mayores asentamientos de poblaciones negras en México. Pero también entre los estudiosos hay muchas divergencias porque sigue faltando escuchar más la voz de los propios negros, de los negros vivos. ¿Afromexicano, afrodescendiente o negro? El INEGI reconoce como etnónimos cualquier categoría con la que se refiera a los afrodescendientes: ‘afroamericanos’, ‘afromestizos’, ‘afromexicanos’, etcétera. En el caso de la Costa Chica de Oaxaca, por ejemplo, en algunas comunidades como Morelos, se usa ‘negro afrodescendiente’, aunque resulte redundante. En la Costa de Guerrero se reconoce como ‘costeño’ y ‘prieto’. En el Coyolillo, que es una comunidad en el centro de Veracruz, se nombran afromestizos. En el estado de Veracruz se reconocen con el término ‘jarocho’, pero es ambiguo puesto que hay personas, por ejemplo, con un bagaje cultural ibérico y genotipo blanco que también se consideran ‘jarochos’. Los términos empleados en México son muy variados; hoy en día todavía se oyen denominaciones de la época colonial, como ‘cuculuste’ y ‘titingo’. En Veracruz, no hace mucho, todavía le llamaban ‘cubano’ a un afrodescendiente, por la falsa creencia de que toda la población negra desciende de Cuba, dando por hecho, también equivocadamente, que todos los cubanos son negros. La Maestra Sagrario Cruz-Carretero, profesora e investigadora del Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana, utiliza actualmente el término ‘negros’ y eventualmente ‘afrodescendientes’. Llegó a usar el término 17 14 ‘afromestizos’ que acuñó el Dr. Gonzalo Aguirre Beltrán, quien fue cofundador del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. En el estándar internacional, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ‘afrodescendiente’ es el término políticamente correcto, porque refiere a un africano que fue llevado de manera forzada o voluntaria al resto del mundo, acontecimiento que en su conjunto se conoce como la diáspora africana. (3) Para los afrodescendientes mexicanos no existe un verdadero debate sobre este tema, pues los negros siempre se han concebido como negros. El debate lo han hecho principalmente los académicos por el pudor de no saber cómo nombrar al pueblo negro de México, pues están influenciados por una cultura anglosajona y eso les impide decirle negro al negro. Aquí se pretende resignificar la palabra negro, quitarle esa carga negativa que ha tenido durante siglos y otorgarle una carga positiva. ¿Cómo nombrar entonces al pueblo afro? Simplemente negro. A partir de 2011, año en que la ONU implementa el Año Internacional del Pueblo Afrodescendiente, las naciones que firman estos acuerdos se comprometen a realizar estrategias para hacer visible al pueblo negro. México realizó en 2012, a través de la Comisión de Desarrollo de los Pueblos Indígenas, una encuesta para la identificación de las comunidades afrodescendientes. En el 2011 la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través de su Programa México Nación Multicultural, que ahora se Nancy Patricia Bailón Marín Mexicana, de Cuajinicuilapa de la Costa Chica de Guerrero. “Es extraño ser afrodescendiente en la Ciudad de México porque tus mismos paisanos no te ven como afrodescendiente, sino como extranjero; lo mismo ocurre con los extranjeros, a quienes no les parezco nunca mexicana. Es una sensación muy rara, pero no molesta, porque también es una forma de invitarlos a conocer sobre mis raíces negras. Únicamente estando en la Costa Chica de Guerrero les parezco chilanga, porque allá soy clarita, una descolorida. En la Costa Chica puede sentirse África; y los invito a explorarla puesto que también es su raíz”. 19 llama Programa Universatario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad (PUIC), llevó a cabo en veintidós comunidades de la Costa Chica de Oaxaca, una encuesta piloto. Una de las preguntas era si querían aparecer y cómo querían aparecer, en el censo del INEGI la respuesta fue contundente, 99% dijeron que sí querían aparecer y que también querían ser reconocidos como negros. En el 2012 “La Red por el Reconocimiento Constitucional de los Pueblos Negros de México, que aglutina a diez organizaciones negras de la Costa Chica, hizo un trabajo con el INEGI en el cual se distinguen 106 comunidades negras de Oaxaca. La Secretaría de Asuntos Indígenas del Estado de Oaxaca llevó a cabo 24 foros, y uno fue dedicado al pueblo negro, en el cual se identifican y autoafirman como negros afromexicanos. Puede verse entonces que no hay una legítima polémica, no hay debates encontrados, el pueblo negro ha utilizado una construcción social por siglos y se llama a sí mismo negro. Que otros intenten llamar distinto al pueblo negro es un asunto de quienes no tienen esa identidad. Lo que deben saber los académicos, es que ellos pueden llamar como quieran al pueblo negro: afrodescendientes, afromestizos, afromexicanos, pero cuando se refieran al pueblo negro de México, díganlo con propiedad y orgullo, sin miedo llámenlos negros de México, porque así es como se asumen nuestros pueblos. ¡Qué pasaría con toda esa cultura nuestra si quitáramos la palabra negro! No habría versos, no habría corridos, no habría poesías, no habría canciones, porque la palabra negro esta muy ligada a nuestra cultura, a nuestra vida. Es importante que la academia reconozca que el pueblo ha decidido llamarse negro. La razón por la que los investigadores siempre buscan una palabra diferente para nombrarlos es simple, ellos están pensando eludir los referentes coloniales, puesto que el término negro fue impuesto por los colonizadores; ya es hora de abandonar estos prejuicios, pues toda esta terminología es un deseo de suavizar una condición, son eufemismos. Las palabras ‘afroamericano’ o ‘afrodescendiente’ están muy lejos de la identidad cultural de nuestros pueblos negros. 20 Si uno va a las comunidades y pregunta: ¿Es usted afromexicano o afrodescendiente?, responden con otra pregunta: ¿Y qué es eso? Pero si les dices: ¿Te consideras negro?, te responden ¡por supuesto!, y lo hacen con orgullo. En la Costa Chica de Oaxaca y de Guerrero se llaman negros, morenos o prietos y no es una ofensa utilizar cualquiera de estas tres palabras para nombrar a la gente. Naturalmente juega mucho el contexto, puesto que una misma palabra puede adquirir otro significado si cambia la intención. Israel Reyes Larrea, presidente de África A.C., opina lo siguiente: “Si están en los pueblos negros pueden llamarnos negros, pero si están en congresos académicos llámenos como quieran, porque ahí no estamos ni siquiera representados”. Referentes y herencias culturales “Soy el negro de la costa de Guerrero y de Oaxaca. No me enseñen a matar porque sé como se mata, y en el agua sé lazar, sin que se moje la reata. Pero ándale chiquita que te quiero mamacita, pero ándale preciosa cachetes color de rosa. Cuídate negra sureña, No me quieras dar picones, Dime si con otros sueñas Para cambiar mis pasiones Que la sangre que es costeña No tolera las traiciones. Pero ándale chiquita que te quiero mamacita, pero ándale preciosa cachetes color de rosa. Cierto que echo mis habladas Pero Sóstenes me llamo, A mi nadie me hace nada Como quiera yo las gano Y no hay ley más respetada Que el machete entre mis manos. Pero ándale chiquita que te quiero mamacita, pero ándale preciosa cachetes color de rosa” Álvaro Carrillo 21 Si se parte de la heráldica, que es el origen de los apellidos, es muy notable la existencia de apellidos que originalmente fueron castas, por ejemplo Moreno, Prieto, Pardo, Esclavo, del Amo; esto señala que en algún momento en el árbol genealógico de estas personas no hubo apellido y se tomó como tal lo que aparecía en la carta de compra-venta. También se utilizaban números para bautizar a los esclavos, como en el día de San Juan, por poner un caso, bautizaban a los esclavos como Juan Uno, Juan Dos, Juan Tres, Juan Cuatro y esos números pasaban a ser apellidos, como el apellido Diez, Cinco, Tercero, etcétera. Igualmente se utilizaron características físicas que se convirtieron en apellidos, como Obeso, Delgado, Canela o Tostado. En Costa Chica existe el apellido Malerva, que quiere decir “mala hierba” y describía a un esclavo “malo” porque podía fugarse o era renuente. También hay apellidos de ciudades del caribe como Habana o Panamá. Otro aspecto importante para entender la presencia de origen africano en nuestro país es la comida, el cómo las cocineras negras fueron inculcando a los niños ibéricos e indígenas el gusto por todos esos sabores (que no necesariamente eran los ingredientes originarios), por ejemplo la yuca, la malanga, el camote, la calabaza guisada salada. También incorporaron a los guisos las vísceras del puerco y la cabra, que no eran partes que comiera el blanco. Las vísceras eran lo que tiraba el amo y era lo que los negros era se comían. La palabra ‘mondongo’, que se refiere a las tripas, es de origen africano, igual que ‘moronga’ y ‘gandinga’ que son platillos de Veracruz. El freír en aceite profundo es de Ramón Acapulqueño de la Costa Grande de Guerrero. “Cuando ando en la calle, invariablemente hay alguien que sale con alguna malintencionada ocurrencia; cuando tenía el cabello más largo, por ejemplo, era el “negrito Bimbo”. No me molesta la alusión a mi color de piel, sino ser utilizado incidentalmente como publicad para una pinche empresa. Mi crítica suprema es tanto hacia los medios de comunicación como hacia la mercadotecnia, que se han encargado de perpetuar estereotipos sobre los negros y sobre cualquier otra condición”. 22 19 origen africano; las garnachas o las técnicas de doble cocción con fuego por abajo y por arriba, también son de origen africano. El pan de plátano, el pan de maíz, el pan de calabaza, el uso de todas las raíces y cómo se cocina con hojas de plátano es de origen africano. El plátano macho guisado es fundamentalmente africano, lo mismo que el arroz con frijoles. Los guisos de mole de iguana, caldo de venado, tamales chipiles, pescados a la talla y mojarras prietas son de origen africano. A pesar de que la Costa Chica está separada de forma política en dos estados: Guerrero y Oaxaca, de forma natural está unida por las mismas familias y tradiciones: la danza de los diablos se baila tanto en la Costa Chica de Oaxaca como en la de Guerrero, asimismo las tradiciones del día de muertos y las de semana santa. Estos elementos identitarios deberían estar protegidos por la Constitución Política de México, ya que el artículo 2º dice que la República mexicana se sustenta en esas culturas. Eso dice el discurso, porque cuando un negro sale de su frontera regional de esta Costa Chica, inmediatamente son detenidos, porque son considerados centroamericanos, dándose casos como el de un hombre originario del pueblo de José María Morelos, que lo mandaron a Honduras porque las autoridades de migración así lo decidieron. En el habla en general, en realidad encontramos pocas palabras de origen africano, no tienen la misma presencia ni resonancia que las de las lenguas de los pueblos originarios. Sin embargo, el canto de júbilo y triunfo con más tradición en México es la porra del Chiquitibum, que deviene de un canto tradicional de los negros árabes del norte africano que vinieron en el siglo XVI a la Nueva España: shiki/romper el cascarón, bum/día, aladim/ religión, domba/¿cómo?, alabio/orgullo, labao/juego. Es significativamente un canto de libertad. El Dr. Arturo Saavedra, profesor-investigador del Centro de Estudios de África y Asia (CEAA), menciona que desde el siglo XIX debido a una serie de obras literarias europeas que surgen a partir de la colonización de África, se crean ciertos cuadros en los cuales 24 África aparece como un continente salvaje, inhóspito, exótico y lleno de peligros. Muchas plumas van creando esta idea, como Joseph Conrad en el Corazón de las tinieblas. Más tarde, Edgar Rice Burroughs, autor de Tarzán de lo monos, contribuyó mucho en esta visión idílica de África a través de una historia en la que un hombre blanco reina en la selva habiendo sido educado por monos. Es un concepto muy eurocentrista que se copió en todo el mundo, salpicando el cine mexicano con la película de Tin Tan, el hombre mono, que es una parodia repleta de estereotipos africanos mexicanizados. En México también se cree que África es un continente peligroso, enfermo, hambriento e inestable, gracias a los medios de comunicación y de hecho en los principios del cine no se les permitía participar a los actores negros, sino que los blancos se maquillaban para aparentar la negritud. Migraciones Las migraciones históricas, forzadas y ligadas a la esclavitud en su gran mayoría, no han sido las únicas que explican la presencia de población afrodescendiente en México, como dice la Dra. María Elisa Velázquez en su libro “Las migraciones contemporáneas de africanos en América Latina “ a nuestro país llegaron negros que huían de la esclavitud del sur de Estados Unidos en el siglo XIX. Por otra parte, a lo largo del siglo XX africanos y caribeños de distintos países han migrado hacia la Ciudad de México por diversas razones: intercambios culturales, problemas económicos, exilios, guerras o problemas humanitarios. Estas migraciones han recibido hasta la fecha poca atención, tal es el caso de los diversos periodos de crisis económica en Cuba o la migración haitiana a partir del terremoto de 2010. Por otro lado, es importante mencionar que el mayor número de migraciones de negros mexicanos se da hacia los Estados Unidos para seguir el famoso american dream. Las Carolinas, Pensilvania e Illinois son los lugares de mayor migración, debido a las redes o cadenas que se forman a partir de 1994 cuando se instituye el Tratado de Libre Comercio. 25 20 La primera consecuencia que provocan las migraciones es la disolución de las familias, éstas se desintegran y el niño crece con la tía, con el abuelo, con otras personas que no son sus padres; esto provoca deserción escolar (porque cuando quien está en Estados Unidos manda dinero, se les hace fácil tenerlo y ya no ir a la escuela, ya no ven el incentivo de estudiar como un instrumento de preparación en la vida. Lo que están pensando es en irse a Estados Unidos, esa es otra de las consecuencias de la migración). Si sopesamos entonces los beneficios con los perjuicios, hay más notas en contra que a favor. Porque si bien algunos logran estar económicamente mejor, son los menos, la gran mayoría regresa igual o peor de como se fue, porque antes tuvo que vender su casa, su terreno, sus vacas para poder irse y pagarle al coyote que le cobró 40 o 50 mil pesos por cruzarlo. La migración hacia la Ciudad de México se dio siempre de manera natural, porque todo aquel que estudiaba y quería avanzar más allá de la escuela secundaria, migraba hacia la capital. Por ese motivo todas las comunidades afrodescendientes tienen un vínculo referencial con la Ciudad de México, destacando notablemente la presencia de artistas en todas las disciplinas. “Durante el gobierno de Marcelo Ebrard, en el marco del Encuentro de Pueblos Indígenas, Originarios y Afrodescendientes organizado por la Secretaria de Desarrollo Social y Equidad para las Comunidades (SEDEREC), señala Cruz-Carretero, se hizo más visible la presencia afrodescendiente, gracias a que por primera vez alguien en el congreso local habló y dijo, los afrodescendientes estamos vivos, vivimos en el Distrito Federal y tenemos problemas como los tienen los demás grupos originarios”. Liliana Pliego Bautista Mexicana, de madre oaxaqueña y padre dominicano. “Estoy orgullosa de mi sangre y lo único que pediría para todos nosotros, así seamos blancos, amarillos, morados o verdes, es respeto, porque no se puede amar sin respetar; y todos merecemos respeto porque somos iguales, tenemos un corazón y latimos al mismo par”. 27 Políticas sociales y discriminación Para entender este tema hay que tomar en cuenta que el racismo no es algo que ocurre sólo institucionalmente, sino también en la cotidianidad de todos los niveles de la sociedad. Según la Dra. Mónica Moreno Figueroa del Colectivo para Eliminar el Racismo en México (COPERA), el racismo es una serie de prácticas, actitudes e ideas sobre el valor de las personas, basadas en la creencia de que éstas pueden separarse en categorías. Es muy significativo porque aunque la idea de raza pareciera suficientemente criticada como para haberse erradicado, puesto que mucha gente dice “no creemos en razas porque sólo existe una”, el racismo en nuestro país sigue vivo aunque no se mencione. La propia sociedad es quien separa a las personas por su forma de vestir, de actuar, de caminar, de hablar, etcétera, y asume que eso determina su valor como ser humano. Actuar bajo la creencia de que las personas poseen cualidades jerarquizadas, fomenta que las prácticas discriminatorias se acumulen y formen el complejo fenómeno que es el racismo; porque racismo no es únicamente que alguien te grite algo en la calle o que no te permitan acceder a un trabajo, sino que es toda una maquinaria cultural, institucional e individual que aglutina una serie de estrategias para acomodar a diferentes personas en jerarquías. Uno de los grandes problemas del racismo es que todos participamos en esa actitud diferenciadora, aunque pareciera que siempre es el otro y la institución quien discrimina. El racismo en México surge históricamente durante la época colonial en donde se creía que mientras más blanca era la piel, se era de un estrato social más elevado, cuestión que se manejó durante toda la Colonia hasta su desaparición. Ya en vísperas de la Independencia mexicana esto iba en desuso, debido a que la Martín Bracamontes Silva Mexicano de la Costa Chica de Oaxaca. “Policías me han pedido cantar nuestro Himno Nacional Mexicano para constatar mi mexicanidad”. 28 23 presencia de africanos como tales fue a la baja por el alto costo que implicaba traerlos y lo poco rentables que resultaban para el modo de producción. No obstante, se quedó la idea de que mientras más moreno se es, menos valor se tiene, incluyendo el tema indígena. Cuando al mexicano se le pregunta si es racista, por lo regular responde que no, casi nadie admite que tenemos un problema de discriminación basada en elementos fenotípicos, que se contraponen a los prototipos de belleza impuestos∫ por el cine, la televisión y la publicidad. En COPERA, motivados por la fuerza que tienen las campañas contra el racismo en el extranjero, pugnaron por realizar una campaña con frases que evidenciaban las prácticas racistas más arraigadas en la vida cotidiana, tales como: “En México existe racismo cuando mi familia quiere que mejore la raza”, “En México existe el racismo cuando se asume que la piel clara es más bella que la oscura”, “En México existe el racismo cuando a mi lengua indígena le llaman dialecto”. Estas actitudes implícitas muestran cómo la negación contribuye a la invisibilidad y a la continuidad del racismo en la sociedad mexicana. Por otro lado, en el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), hay avances pero no son suficientes, existe aun, como decía Gabriel Moedano Navarro, uno de los investigadores sobre la población de origen africano en México, “un racismo larvado”, en el sentido que está tan enraizado como parásito en nuestra cultura, que ya somos incapaces de verlo o lo vemos natural. La estrategia entonces debe ser crear diversas campañas masivas de concientización, pues si reflexionamos sobre una encuesta que realizó también CONAPRED, el problema es grave, pues de cada diez familias ocho no le rentarían su casa a un negro. Es un dato para la autocrítica. La Maestra Cruz-Carretero señala que el racismo cotidiano es lacerante y que muy poca gente se atreve a hablar de las cicatrices que deja, pues empieza desde la casa, la escuela, la calle y los medios de comunicación. “En México se sigue viviendo 30 la pigmentocracia colonial, en la que por tener un tono más claro de piel perteneces a un grupo superior y ser güero o rubio es como poseer un título nobiliario”. Afortunadamente, ya se están tomando acciones directas a través de las redes sociales y CONAPRED para presionar y ayudar a cambiar estas prácticas reprobables, como ocurrió en el caso de la aerolínea Interjet que, amparada en sus propias políticas de discriminación, consideró inadecuada la apariencia del grupo Panteón Rococó y les impidió el acceso al avión por llevar tatuajes en el cuerpo. Se obligó a Interjet a cambiar esa política. También destaca el caso del “Negrito Bimbo”, cuyo nombre debieron cambiar gracias a un sinnúmero de quejas. En México las personas morenas, indígenas y afrodescendientes son las más expuestas a que sus derechos humanos sean transgredidos. La discriminación identificada particularmente con los grupos afrodescendientes, muestra un alto nivel de marginación social y económica. Aun sin datos censales oficiales, es evidente que los estados que suman el mayor número de grupos afrodescendientes en México, como Guerrero, Oaxaca y Veracruz, son precisamente lo que poseen los índices más altos de marginación. Es imposible no reparar en el absurdo de que en México se rechaza a una parte de población que, a pesar de ser mayoritaria, no posee características físicas anglosajonas o europeas, colocándose, la otra parte de la población, en una ridícula posición de superioridad racial. Una de las causas del maltrato hacia a la población negra es el total desconocimiento de la cultura africana en nuestro país. La historia oficial borró de tajo los aportes de las comunidades negras en nuestra tierra. En los libros de texto no hay referencias que dediquen más allá de una frase a estos aportes. Esa es la suprema prueba de que las autoridades mismas han decidido adoptar una actitud racista y discriminatoria en contra de este pueblo negro que es mexicano. Esto sucede por la ignorancia de nuestra historia, por ejemplo, que el primer pueblo libre de América fue Yanga, y que el segundo presidente de nuestra patria fue negro y se llamaba Vicente 31 Guerrero. Y luego en la Reforma llegó Juan Álvarez, llamado la “pantera del sur”, y también olvidamos a los múltiples batallones de pardos que pelearon en la revolución. El reconocimiento institucional de los pueblos negros avanza por dos vías. La primera y más importante es la exigencia que hacen los pueblos negros y la academia a la Secretaria de Educación Pública para que incluya y reconozca en los libros de texto gratuitos los aportes de las comunidades negras en la construcción de nuestro país. Esto hará que se conozca quiénes han sido y quiénes son los negros de México. La segunda es la de crear una organización que contenga a todas las comunidades negras. Vemos, pues, cómo la población afrodescendiente en México es prácticamente invisible y casi nunca ha sido incluida en la agenda de las políticas públicas, impidiéndole realmente formar parte del tejido social. Es muy significativo y lamentable que el INEGI, jamás haya levantado un censo sobre el número exacto de afrodescendientes mexicanos. En el libro Las Costas de la Mar del Sur, se habla de una guerra de baja intensidad entre indígenas y negros; y hay quienes hablan también de una discriminación internalizada. Hay casos que no podemos esconder ni negar, en donde de manera inconsciente, tanto el indígena como el negro se autodiscriminan. En África AC. tratan de erradicar eso a través de talleres y foros que siembren la identidad negra. La mejor forma de terminar con estos estereotipos es a través de la educación. Larrea nos comparte lo siguiente: “Un día íbamos para la playa; en nuestra región se acostumbra en año nuevo ir a la playa. Los ansiosos jóvenes que iban arriba de un camión de tres toneladas decían ¡apúrate chofer, dale que aquí no vamos gente, vamos puros negros. Ellos lo tomaron de manera chusca, pero esta expresión trae una carga discriminatoria bárbara. Si estos términos los escuchara un académico, un antropólogo, se santigua, se retuerce, porque para Naomi Mexicana de padre cubano y madre mexicana 33 ellos es una ofensa, les diría, ¡cómo es posible que ustedes se hablen así, están alimentando la discriminación!; pero nosotros convivimos de manera cotidiana con esta discriminación, porque la vemos y la sufrimos día a día. Yo te puedo decir que cuando llevamos el grupo de danza nos detienen cada vez que salimos de Oaxaca pensando que somos migrantes. En nuestro propio estado, en Tuxtepec, en una ocasión me preguntaron que si yo llevaba huanacos ahí; les pregunté qué es huanacos, me dijeron que son indocumentados. Si tú fueras a nuestra zona, a la Costa Chica, te ibas a dar cuenta de toda la discriminación que se sufre, incluyendo la intrafamiliar, porque siempre hay unos más negros que otros. Pero cuando se sale de la frontera regional, es cuando se vive de manera cruda. La discriminación se vive desde la escuela y en la familia en dosis pequeñas, pero cuando viene la inyección total, es cuando sales de la frontera regional, ya que en la sociedad mexicana no está presente la existencia del pueblo negro. Yo en una ocasión decía, ¿hay negros en México? No, no los hay. No los hay porque el Estado mexicano niega al pueblo negro de México, y al negar su existencia, pues simplemente no hay negros. El pueblo negro no está en la constitución política, por lo tanto no existe; aunque en los hechos por supuesto ahí está, y está exigiendo reconocimiento. Cada vez que el negro sale de su territorio y se va a la Ciudad de México o se va a Acapulco o se va a Estados Unidos, sufre discriminación. Esta discriminación a veces hace mella en nuestra gente, pero también a veces la fortalece. Se fortalece aquel que tiene bien cimentadas sus raíces, por eso es que el trabajo que estamos realizando intenta fortalecer la identidad y la pertenencia; porque cuando una persona sabe perfectamente quién es, va a ser muy difícil que se le doblegue, alejándolo de lo que es; entonces va a decir yo soy negro y como negro tengo mi cultura. Incluso cuando regresa de Estados Unidos sigue bailando Diablo, sigue hablando como hablamos en la costa. El que no conoce esa cultura inmediatamente cae, y si está aquí en la Ciudad de México habla como chilango, habla como los de Tepito, y si se va a Estados Unidos habla como los negros de allá. Entonces lo que tenemos que hacer nosotros como organizaciones, 34 es fortalecer ese trabajo de identidad, esas raíces, ejerciendo la tradición oral por medio de los cuentos con los que hemos crecido; y que además están en internet y tenemos que aprovechar esos medios para difundir los aportes del pueblo negro”. África en las aulas Con respecto a este punto, también se está pugnando para que la Secretaría de Educación Pública incluya en su revisión de la Historia de México, la participación de los afrodescendientes en la conformación de este país, de la misma manera que ocurre con el desempeño de las culturas étnicas. Para el Dr. Arturo Saavedra, existen tres aspectos que influyen sobre la poca atención que merece África como tema de estudio en los medios académicos y en el ámbito cultural en general. El primero es por la historia que se nos ha impartido, pues el concepto de nacionalismo que hemos heredado a partir de la creación de México como nación independiente, no reconoce ninguna influencia cultural y mucho menos una herencia directa con los africanos, es decir, se minimiza demasiado el episodio de la esclavitud durante el periodo colonial, asumiendo que México es principalmente una nación mestiza con la virtud de tener un elemento europeo y americano-criollo, que es el que conforma nuestra nacionalidad. De lo anterior deriva el segundo punto que es el eurocentrismo en las aulas, en donde se sobredimensiona a Europa, a tal grado que la Historia Universal se convierte en sinónimo de Historia Europea, como si el desarrollo de la humanidad le perteneciera sólo a ese continente. El tercer aspecto es el imaginario colectivo estereotipado que se tiene de África, las ideas románticas y exóticas de un continente salvaje lleno de animales, tribus, caníbales, inaccesible y ajeno a cualquier realidad nuestra. Por esos aspectos es que en los programas de estudio de las licenciaturas que deberían incluir materias sobre África, como Historia, Ciencias Políticas o Relaciones Internacionales, 35 simplemente no siempre están presentes, porque existe la idea de que la Historia de África comienza cuando se establecen los gobiernos coloniales en el siglo XIX. Invisibilización de la comunidad afrodescendiente La invisibilización de la cultura Afrodescendiente responde a un proceso de homogenización que se dio desde la Independencia buscando eliminar las castas. Entonces, para la nación mexicana, todos pasaron a ser ciudadanos libres y en condiciones de igualdad, según lo estipulaban las diferentes constituciones y los diferentes decretos de abolición de la esclavitud: el primero en 1810 dado por Miguel Hidalgo, en 1814 con José María Morelos y Pavón, en 1824 con Guadalupe Victoria y en 1829 con Vicente Guerrero. Hasta 1834 se observan constantes referencias de que en la ley no hay distinción racial. En el decimoquinto apartado del documento Sentimientos de la Nación, José María Morelos expone: “Que la esclavitud se proscriba para siempre, y lo mismo la distinción de castas, quedando todos iguales y sólo distinguirá a un americano de otro el vicio y la virtud”. A lo largo del siglo XIX la población negra desaparece. Los pueblos originarios, o “indígenas”, se mantienen porque se identifican con una lengua, con una comunidad, con una ancestralidad en común y con una serie de elementos culturales que a los negros no se les reconocen, porque ellos se integraron a la cultura hispana, es decir, son hispanohablantes. Aunado a este proceso racista de invisibilización, se observa también desde la época colonial, una tendencia cultural de blanquear a la población a Pedro Vivero Valdez Mexicano de origen ecuatoriano. “He rondado por toda la Ciudad de México y en donde más me ha gustado vivir es en el Centro, en la Merced; la gente tiene una visión muy interesante con respecto a la solidaridad y la hermandad con personas de otro país. El Centro está maravillosamente impregnado de migrantes”. 36 31 través del mestizaje, pues esto implicaba “mejorar la raza”. Este proceso de mestizaje acelerado tendiente a lo blanco propició que la gente no se reconociera como negra. Incluso en las familias mestizas en donde se encuentra toda la gama de tonalidades de la piel, la discriminación ocurre. “Dentro de todo este «colorismo» —expresa Cruz-Carretero— siempre vamos a encontrar gente muy morena y gente muy blanca y esto permitió lo que en inglés se llama passing for, que es hacerse pasar por otra categoría étnica racial, supuestamente superior, invisibilizando lo negro”, y agrega, “En México nadie quiere ser negro ni indio, pues todas las características que se utilizan para ofender tienen que ver con la condición étnica o con el color de la piel. La palabra ‘denigrar’ es un perfecto ejemplo, pues significa volverse negro”. Derechos humanos A pesar de que la Carta Democrática Interamericana, firmada por nuestro país el 11 de septiembre del 2001, en su Artículo 9, (4) establece “La eliminación de toda forma de discriminación, especialmente la discriminación de género, étnica y racial, y de las diversas formas de intolerancia, así como la promoción y protección de los derechos humanos de los pueblos indígenas y los migrantes y el respeto a la diversidad étnica, cultural y religiosa en América.”, los afrodescendientes en el mundo se encuentran todavía entre los grupos minoritarios más marginados, siendo casi doscientos millones de ellos en América y cuando representan un tercio de la población de América Latina y el Caribe. Hay que mencionar, sin embargo, que la Organización de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional Público han impulsado importantes herramientas para contrarrestar el racismo, la xenofobia y demás posiciones conectadas con la intolerancia. En el ámbito interamericano también se han generado algunos mecanismos para hacer frente al mismo fenómeno y promover el respeto de los derechos de los afrodescendientes en América. Muestra de ello es la creación de la Relatoría sobre los Derechos de Afrodescendientes y contra la Discriminación Racial de la Comisión Interamericana de Derechos 38 Humanos, así como las menciones relativas a afrodescendientes contenidas en la Declaración de Mar del Plata en el marco de la IV Cumbre de las Américas de 2005, y en la Declaración de la Conferencia Regional de las Américas (Preparatoria de la 3a Conferencia Mundial Contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y Otras Formas Conexas de Intolerancia), realizada en Santiago de Chile en el año 2000. En México, frente al panorama desolador de los negros, es alentador ver que en diferentes frentes se avanza, a pesar de la reticencia gubernamental para tratarlo como un tema trascendental. Está, por caso, la iniciativa de la Ley del Reconocimiento del Pueblo y la Cultura Negra en México, por parte de la Diputada Teresa de Jesús Mójica del Partido de la Revolución Democrática, que presentó en 2012 y hasta la fecha no se ha aprobado, pues se ha visto frenada por las diversas reformas estructurales que propuso el gobierno federal actual. En la Ciudad de México es reciente la oferta institucional y gubernamental de atención a la población negra como tal. Aunque aun escasas, acciones conjuntas de gobierno, organizaciones no gubernamentales y congresos han comenzado a brindar resultados a favor de la equidad con justicia social. Alejandro Marín, Coordinador General de Radio Raíces, apunta que desde la creación del Programa de Equidad para los Pueblos Indígenas, Originarios y Comunidades de Distinto Origen Nacional de la Ciudad de México, el Gobierno del Distrito Federal implementó la atención a diversos grupos de población socialmente vulnerados, que han sufrido discriminación, que han sido invisibilizados y que por lo mismo no siempre han gozado del ejercicio de sus derechos a plenitud. La población afrodescendiente se infería implícita en estos grupos de población diversa coexistentes en el DF. Se les denominó “comunidades étnicas” (2010), luego “comunidades de distinto origen nacional” (2012). Fue hasta 2015 que finalmente la población afrodescendiente fue enunciada de forma explícita dentro de las Reglas de Operación del Programa. En su objetivo puede leerse lo siguiente “Reducir la desigualdad de los pueblos 39 indígenas, originarios, afrodescendientes y comunidades de distinto origen nacional (...)”. La responsabilidad de la ejecución de este Programa recae específicamente en la Dirección General de Equidad para los Pueblos y Comunidades de la SEDEREC quien tiene entre sus objetivos la promoción y el fortalecimiento de la equidad y la interculturalidad. Por otro lado, gracias a gestiones con diversas instancias, en mayo de 2010 la Ciudad de México asigna el predio de República de Cuba #41 a través del Fideicomiso del Centro Histórico, para conformar la Casa Refugio Hankili África, que nace como “un lugar de residencia de escritores, artistas y creadores africanos en situación de riesgo, y que también se propone como un espacio de intercambio, conocimiento y aprendizaje mutuo de las manifestaciones culturales de México, el continente africano y la diáspora negra”. (5) Por último, la Ley de Interculturalidad, Atención a Migrantes y Movilidad Humana del DF, promulgada en abril de 2011, establece derechos en torno a la interculturalidad que “se expresa en la diversidad sociocultural de sus habitantes” (art. 14) y aunque no se menciona explícitamente a la población afrodescendiente, la definición jurídica de lo que se entenderá por “interculturalidad” (art. 15) es amplia y de largo alcance a efecto de “la salvaguarda, respeto y ejercicio de los derechos de toda persona y comunidad a tener, conservar y fortalecer sus rasgos socioculturales y diferencias (...) haciendo posible la interacción, la mezcla y la hibridación entre Mahoalli Nasrow Franco-mexicana, de madre michoacana y padre camerunés. “La experiencia sobre mi africanidad en México ha sido muy diferente en relación a Cuba, Estados Unidos y Francia, que son los otros lugares en donde he vivido y en donde las comunidades negras están más presentes. En México ha sido siempre sentirme exótica, pues desde niña era comparada con mi madre que es blanca, de pelo rojo y ojos verdes. No he tenido muchas experiencias con la discriminación durante mi vida, pero las que he sufrido siempre provienen de gente retrógrada. Que me quieran hablar en inglés no es tan molesto, pero pienso que también es una manera de separarte. Finalmente soy mexicana y lo que te hace mexicana no es un fenotipo, sino son las tradiciones y la forma de convivir”. 41 sociedades culturales, así como el derecho de todas las culturas participantes a contribuir con el paisaje cultural de la sociedad en la que están presentes”. Oportunidades laborales Según una encuesta realizada por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, titulada Procesos de construcción de identidad, condiciones de vida y discriminación: un estudio comparativo de comunidades afrodescendientes en México (2006), 4 de cada 10 negros se encontraban en situación de marginación, 95% de ellos laboraban sin vacaciones pagadas, 94.3% trabajaba sin recibir aguinaldo, 73.9% carecía de acceso a servicios médicos. Se estimaba también que 80.5% de los negros en Guerrero no tenía acceso a servicios médicos. En situación similar se encontraba 63.5% de los afrodescendientes en Oaxaca y 26.8% de los afrodescendientes en Veracruz; asimismo, 95% de ellos en Oaxaca vivían con menos de dos salarios al día y 27% de ellos eran analfabetas. A partir de esta constatación de hechos se revela la trascendencia de impulsar la multiculturalidad no sólo en la Ciudad de México, sino en todo el país. Circunstancias de los pueblos negros Para el investigador Nemesio Rodríguez Mitchell, Coordinador de la Unidad Oaxaca del PUIC-UNAM, la invisibilidad del pueblo afrodescendiente en el ámbito legal es una consecuencia de que el gobierno mismo ignora sobre el tema de la negritud en México y por tanto es incapaz de construir políticas públicas dirigidas a dignificar la vida de los afrodescendientes. Rodríguez Mitchell escribió el libro Avances de la encuesta piloto de la población negra en la Costa Chica oaxaqueña, que tiene como principal objetivo visibilizar a esta población que vive en condiciones infrahumanas, sin acceso a programas sociales e ignorados en la agenda legislativa, pues para Rodríguez Mitchell, se trata de algo muy simple, si un pueblo no aparece en el INEGI no existe. El documento muestra que 76% 42 de los encuestados considera necesario que los tres niveles de gobierno deben crear una institución que atienda sus necesidades particulares, puesto que en los censos del INEGI aparecen como indígenas, pero los programas sociales se les niegan por tener características distintas. (6) No se necesita abrir ningún libro del INEGI para determinar que los pueblos negros están lacerados, en condiciones terribles; no tienen lo básico para vivir, sus carreteras son de terracería, a veces no hay servicios elementales como luz, no hay doctores ni medicamentos. En Oaxaca el grado de analfabetismo es alarmante. Se tiene que romper con esta inercia y con todas esas normativas que impiden que el pueblo negro progrese. Censo En agosto de 2014 se realizó en la Costa Chica una encuesta de población muy diferente a un censo convencional, con la intención de sondear en qué regiones se podían hacer modificaciones al cuestionario que aplica el INEGI, de manera que se incluyera una pregunta sobre la pertenencia o no, a un origen africano. La pregunta fue la siguiente: “¿Acorde a su historia y su cultura, alguien de su familia o usted se considera negro africano, afrosdescendiente, moreno, prieto, costeño, jarocho o mascogo?” (‘mascogo’ corresponde al estado de Coahuila). Los resultados demostraron que todavía existe una marcada negación de la gente hacia su reconocimiento afrodescendiente, y que muchos encuestados todavía no saben con precisión qué contestar. Hubo incluso denuncias sobre manipulación en la respuesta de varias personas que se sintieron condicionadas a elegir una de las opciones, a cambio de recibir apoyos materiales. Todo esto revela falta de sensibilidad y también una falta de trabajo de quienes tienen que hacerlo. Hace no mucho, por ejemplo, ignorábamos algo elemental: ¿Cuántos maestros hay en México? Ante una denuncia tan obvia y vergonzosa el INEGI se puso a trabajar. Ahora la denuncia es que no se sabe cuántos 43 negros hay y es lo que esta haciendo el INEGI, trabajar en abrir el abanico de homónimos para decirnos en este 2015, que sí es factible una pregunta para el 2020. El reconocimiento implica aceptar que México fue un país esclavista que sepultó a un grupo que contribuyó en la construcción de la identidad mexicana. Es por eso que el Estado mexicano no los quiere reconocer, pero si el estado no los reconoce, ellos seguirán insistiendo, junto con investigadores y organizaciones civiles para lograr su reconocimiento. Lo que está haciendo el INEGI y las dependencias federales no es gratuito, no es que lo estén haciendo de buena manera, es gracias a una lucha que se ha emprendido fundamentalmente en la Costa Chica de Oaxaca y de Guerrero desde hace más de 15 años, y hasta ahora se están dando los primeros resultados. Con este reconocimiento se pretende romper con todas estas pautas, estas normas que impiden que el pueblo negro goce de las mismas garantías y de los mismos programas que tienen los pueblos indígenas. El conteo de la población negra mexicana aun está en proceso y ese número, entre tanto, sigue siendo una incógnita. Se ha argumentado que representan entre el cinco y seis por ciento de la población nacional, sin embargo, para la maestra CruzCarretero, todavía no es posible atreverse a dar una cifra, pues lo que se considera negro es muy ambiguo, puesto que implica carga genética, cultural, color de piel: “Quizás la encuesta —menciona la académica— propiciará que la población se autoidentifique y reivindiquen si quieren ser negros o si quieren seguir haciéndose pasar por otra categoría”. Es delicado pues existen críticas con respecto a provocar distinción racial, aunque en realidad esa Albertico Campuzano Migrante colombiano. “Llena tu alma de Cumbia”. 44 39 distinción ya existe a nivel popular, en la calle, en la escuela, en la familia; lo que se lograría es hacer evidente una presencia africana que ha sido invisibilizada. Tanto asociaciones civiles de la Costa Chica como investigadores, población civil, líderes comunitarios y religiosos, han pugnando por que exista un reconocimiento censal que se transforme en políticas públicas que beneficien a las comunidades afrodescendientes. Después de un arduo trabajo, en agosto de 2014, ocurrió una reunión financiada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), INEGI y CONAPRED, en donde los diferentes actores junto con varios investigadores, se reunieron en las oficinas del INEGI para hablar con el director nacional de esa institución, sobre la renuencia a incluir esta pregunta bajo el argumento de que la población no la comprendería y resultaría muy costoso modificar los cuestionarios. Se consiguió finalmente realizar la prueba piloto mencionada más arriba, y todo apunta a que en la próxima encuesta de población de 2015 se incluirá la pregunta, pero esta encuesta será un muestreo, no se aplicará a todo el país, sino hasta el siguiente censo del 2020, ya como parte del cuestionario. Esto ha sido el resultado de una lucha que comenzó a sostenerse desde los años noventa, cuando las organizaciones civiles comenzaron a reclamar fuertemente su reconocimiento. Se supone que en la constitución están protegidos todos los derechos de los afrodescendientes como mexicanos, pero en ésta no existen las comunidades negras. En Cuajinicuilapa, Guerrero, se hizo una muestra. Cuajinicuilapa es un pueblo negro y el censo arrojó que 58% aceptó ser afromexicano. ¡Cómo es posible que en un pueblo donde la mayoría de su población es negra sólo 58% se asuma como afroamexicano! Es evidente que no se ha entendido la pregunta. Afortunadamente para el 2015 se incluirá, además de afromexicano, los términos negro, costeño, jarocho, moreno, prieto y mascogo. El pueblo tiene que asumirse como tal y el estado debe respetar lo que el pueblo defina en este ejercicio de autoafirmación. Por otro lado, la Comisión de Asuntos Indígenas (CDI), aceptó 46 en 2014 que en Guerrero y Oaxaca hubiera consejeros afrodescendientes entre los líderes comunitarios, pues hasta entonces solamente tenían voz pero no voto. Es un gran avance si consideramos que en el estado de Veracruz, por ejemplo, se ha negado rotundamente a admitir consejeros afrodescendientes. Vemos, pues, la forma en que se minimiza y se invisibiliza el valor de un sector de la población que es parte fundamental del México contemporáneo. Es importante mostrar investigaciones que nos hablen más sobre los líderes trascendentales de la historia mexicana que fueron invisibilizados como afrodescendientes, es el caso de José María Morelos, Gaspar Yanga, Vicente Guerrero y muchos otros que conformaron la Nación. Geografía de la afrodescendencia en el Distrito Federal Queda claro entonces que uno de los principales problemas que enfrenta la población afrodescendiente en México, es la escasez de datos estadísticos que puedan dar un diagnóstico confiable sobre su situación económica y social en el presente, y que esto lleve a delinear proyectos en favor de la inclusión, los derechos y las oportunidades. Será una ardua tarea determinar el tamaño de la población afrodescendiente, pues en México también enfrentamos una sociedad que convive con muchos niveles de prejuicios con respecto al color de la piel. En una entrevista realizada al Mtro. Fabián Bonilla López, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, para ahondar en el tema de la afrodescendencia en la Ciudad de México, obtuve la siguiente impresión: “A la pregunta sobre lo que conozco de los afrodescendientes en la Ciudad de México, antes de una respuesta academicista, me vienen a la mente los recuerdos de la infancia. Prefiero contar lo anecdótico antes que citar textualmente a un especialista en el tema, por la dimensión intersubjetiva e identitaria que para mí representa. En mi colonia, cercana al barrio de Santa Fe, al poniente de la ciudad, vivía una familia afrodescendiente originaria del estado de 47 42 Veracruz. Alrededor de tres o cuatro hermanos de esa familia iban en diferentes grados de la primaria en la que yo estaba inscrito. Se sabía de sus hermanos mayores que iban a la salida de la escuela a presenciar o ser partícipes directos de los enfrentamientos continuos con quienes se atrevían a insultarlos por su color de piel. Los hermanos, hombres y mujeres, se caracterizan por enfrentar a golpes la discriminación, de manera que las ofensas raciales se manejaban en un plano menos abierto, casi clandestino. Por ese motivo, los racializados abiertamente éramos otros. Al ser de origen Ñuu Savi (mixteco) el color de mi piel es moreno, razón por la que en distintos momentos en mi contexto familiar o barrial me fueron asignados varios apodos como ‘negrito’, ‘negro’, o como un exjugador de futbol brasileño de los Pumas: ‘Cabinho’. Siendo aun infante en una ocasión un niño de esta familia afrodescendiente, casi de mi edad, simplemente me espetó: ‘tú eres más negro que yo’. En ese momento no entendí el sentido de sus palabras, pero si su efecto en mí: el insulto. Esto es lo que sé ante la interrogante sobre los afrodescendientes en la Ciudad de México”. La siguiente carta es un ejemplo de la situación en la que se encuentran los conteos oficiales en México y en el D.F.: Carta abierta al INEGI sobre los resultados del conteo 2015 Santiago Pinotepa Nacional, Oaxaca, a 21 de marzo del 2014 Asunto: Carta Abierta. C. Eduardo Sojo Garza Aldape, Presidente del INEGI, eduardo. [email protected] A LA OPINIÓN PÚBLICA: Las organizaciones participantes en la Red por el Reconocimiento Constitucional del Pueblo Negro de México nos encontramos sorprendidos de que se vuelve a incurrir en un proceso de exclusión Yamileth Mexicana de padre cubano y madre mexicana 49 de los pueblos negros y afrodescendientes de México, tomando en cuenta el “Informe de Resultados de la Primera Prueba Temática y de Estrategia de levantamiento. Conteo de Población y Vivienda 2015”. Las mismas dificultades fueron excusa para la exclusión de dicha población en el Censo De Población y Vivienda 2010. El 30 de mayo de 2009, el INEGI convocó a los integrantes de esta RED, a una reunión de trabajo conducente a la realización de una prueba piloto de inclusión censal de los afromexicanos para su posible inserción en el Censo de 2010. Dicha reunión se realizó en el Museo de las Culturas Afromestizas de Cuajinicuilapa, Guerrero. En la implementación de dicha prueba, se utilizó, de manera exclusiva, la misma categoría de “afromexicanos”, cuya incomprensión por la población hizo que el INEGI justificara la decisión de su no inclusión en el Censo de 2010. Cinco años después, en el Informe de Resultados, anteriormente citado, en sus páginas 62, 63 y 64, nos encontramos que se utilizó como única categoría clasificatoria “autoadscripción afromexicana”. Antes de la realización de este ejercicio, el INEGI preguntó a nuestra RED (19/06/2013) su opinión sobre el diseño de la pregunta, a lo cual le informamos en fecha 28/06/2013 de que, basados en el respeto a la autoadscripción, se debería ampliar a una serie de denominaciones del habla común para que la población eligiera con cuales se identificaba, como por ejemplo, “negro”, “moreno” y otros. Pese a lo anterior, el INEGI lo redujo a “autoadscripción afromexicana”, como ya se dijo. Los mismos entrevistadores del INEGI dan cuenta de que la pregunta “no se entendía” además de Adrián Macala Mexicano de padres panameños. “La experiencia negra en México no se puede entender sin una lágrima y una sonrisa, pues, como objeto de discriminación, ser negro no es diferente a ser indígena, homosexual o discapacitado; en ese sentido vamos todos en el mismo barco”. 50 45 46 que “ 60.3% opinaron que fue mucha la necesidad de explicarla y 64.1% que es difícil entenderla para los entrevistados” (p.63). Esta falta de respeto a las opiniones de la RED y los resultados obtenidos, nos permiten decir que el INEGI, al repetir los errores de 2009, no solamente no aprende, sino que además, siguiendo este camino, insiste, con sus errores conceptuales y metodológicos, en crear condiciones para dejar fuera de las estadísticas nacionales a parte importante de la diversidad poblacional del país. Por lo anterior, la RED exige al INEGI que rectifique públicamente sus errores y que efectivamente incluya en su cédula base, las distintas auto-denominaciones que los Pueblos Negros Afrodescendientes se dan: “negro”, “moreno”, “choco”, “mascogo”, “afromexicano”, “afrodescendiente” y otros que se juzguen pertinentes. La importancia de esta inclusión estadística incide directamente en la definición de políticas públicas específicas para ésta población ignorada, que tiene derechos a atención concreta en términos de educación, salud, actividad económica, vivienda, trabajo, a sus recursos naturales e infraestructura adecuadas a sus determinaciones socioculturales; en suma, otorgar visibilidad y derechos de ciudadanía a población cuya identidad y pertenencia han sido ocultadas y negadas sistemáticamente”. (7) Manifestaciones culturales y artísticas Según la UNESCO la tradición oral es el conjunto de todos los tipos de testimonios sobre el pasado que son transmitidos verbalmente por un pueblo. Los proverbios, adivinanzas, cuentos, canciones Miranda Giles Mexicana de madre tlaxcalteca y padre veracruzano descendiente de haitianos. “La afrodescendencia para mí es un misterio, porque aunque sé que vive dentro y fuera de mí, no percibo eso en mi vida cotidiana, al grado de que yo misma me sorprendo de ver a una persona negra cuando yo misma lo soy, es algo muy raro... pero estoy en el camino de descubrir más cosas. Pienso que una parte de mí viene de Haití y asumo mi afrodescendencia tanto como mi mexicanidad, pero lo que de verdad me enorgullece es lo que yo soy a partir de esas raíces. Jamás me he sentido discriminada”. 53 infantiles, leyendas, mitos, cantares y poemas épicos, conjuros, cantos o representaciones dramáticas, se transmiten de boca en boca, por imitación o por inmersión en una práctica, de generación en generación. Al ser el vector esencial de trasmisión de conocimientos, de valores culturales y sociales, y de la memoria colectiva, la tradición oral constituye una de las principales formas de educación de las sociedades humanas y desempeña un papel primordial en la vitalidad de las culturas. Esta oralidad se manifiesta como la fuerza primigenia en la formación de la cultura de los pueblos afrodescendientes en México y se manifiesta en la fuerza de sus verseras y verseros, sus compositores, artesanos, artistas plásticos, escritores y danzantes. Existen en México diferentes manifestaciones como las danzas de los Diablos de la Costa Chica, el son de sotavento, los corridos, las chilenas, las nuevas corrientes musicales con influencia caribeña como el reggae, la cumbia, el merengue, el jazz y los cantos de trabajo, en fin un sinnúmero de manifestaciones artísticas que enriquecen y dan color al México contemporáneo. Cabe resaltar que en la actualidad gracias a las nuevas migraciones negras que provienen del extranjero, no solamente caribeñas o centroamericanas, han crecido las manifestaciones culturales y artísticas. Para el escritor Koulsy Lamko, Director de Casa África, el exilio puede convertirse en un reino. “No estoy seguro que estando en mi país hubiera escrito lo que he escrito” afirma, escribe cuando algo le duele, escribe para interrogarse a sí mismo, a su entorno, aunque éste resulte agresivo. Lo importante para él es la palabra y lo que se intercambia a través de ella. “Es parte de lo que pienso que puede ser un espacio de la expresión Jean Felix Haitiano residente en la Ciudad de México. “Para mí ser afrodescendiente significa ser haitiano, un hijo de África y también un amante del arte, pues a mí el arte me conmueve el alma y ahí encuentro la vida. Siento mucho orgullo de pertenecer a una de las razas que embellecen tanto a la humanidad”. 54 de lo que es mi compromiso conmigo mismo, pero también con las comunidades, los pueblos en lucha. Es lo que me interesa de lo que hago. Es una herramienta de lucha más que todo”. (8) La etnóloga Luz María Martínez Montiel, nos recuerda que los tambores representan el lazo de unión con el pasado; siendo un medio de comunicación, de acompañamiento de bailes, de transmisión de mensajes sacros o profanos porque el tambor fue el guardián de la memoria-recuerdo, como se ha llamado a la capacidad de los africanos de mantener, a través de la transmisión de generación en generación, los valores de su tradición y las claves de su identidad, unificando las emociones colectivas. (9) El músico mexicano Jah Levi comenta lo siguiente: “Desde mi perspectiva como cantante y músico, la influencia negra me permite retomar el arte con un sentido de lucha y transmisión de un mensaje de reivindicación humana, en general la música negra siempre ha tenido un contenido social, espiritual, político y de celebración, al contrario de la música occidental que en su mayoría está planteada únicamente como entretenimiento”. Por otra parte, hay que mencionar que el nivel de marginación que la población negra mexicana ha tenido relación directa con el derecho a experimentar su cultura: “En la mayoría de los casos los elementos africanos no llegaron a conformar sistemas culturales diferenciados, sino que se insertaron en las capas indígenas o hispanas que los rodeaban. El indígena, ocupando el lugar del otro, ha contribuido indirectamente a acentuar la invisibilidad histórica del negro; el salir de la invisibilidad estaría condicionado por un modelo de etnicidad heredado del mundo indígena”. Así, la concepción de la etnicidad negra, sobre todo en un país como México, donde la población indígena tiene una fuerte presencia, se construye sobre la exclusión de todos aquellos que no se consideran parte de una cultura autónoma, ni conservan tradiciones ancestrales o tienen una conciencia identitaria afirmada. En México, el espectro identitario está completamente ocupado por la identidad nacional, por una parte, y las identidades indígenas por la otra”. (10) 56 Conclusión Son varios frentes de lucha en el camino: los desplazados por la violencia, la violencia hacia las mujeres, la atención médica y sobre todo el reconocimiento constitucional de nuestro México negro. Tenemos que sensibilizar al gobierno para que comprenda que también el pueblo negro es México y que es una de las raíces que han posibilitado la identidad mexicana. Tenemos que resignificar y hablar de la población negra con orgullo, sin miedo, decir las cosas del pueblo como son y como se asumen. En esa medida, el sentirnos afrodescendientes, negros, costeños, jarochos, morenos, prietos o mascogos, será tener la posibilidad de honrar a aquellos negros que lamentablemente nunca tuvieron un espacio de libertad y que murieron esclavizados. Este trabajo pretendió establecer varias reflexiones sobre la problemática de los negros de México, no como una crítica contrarracista, sino como una revisión general de su situación en el presente. Como pensamiento final quedará pendiente analizar un poco más la cultura de celebración de lo blanco y la inculpación en masa de complejos de inferioridad y negritud que se han autocultivado y autorregenerado en la sociedad mexicana desde hace siglos. El sentir y el pensar colectivos siguen ocurriendo en un contexto racista que se prolonga y se fortalece, imprimiendo un sentido de inferioridad en los destinos de las personas racializadas. Llamar a esto discriminación simplemente puede ser un punto de partida, pero al mismo tiempo un punto muerto, porque sus nocivos efectos no han sido totalmente señalados ni nombrados. Todos jerarquizamos nuestros vínculos y todos establecemos alianzas compulsivas para declararnos superiores, porque en realidad nos sentimos insignificantes. En la Ciudad de México tenemos mucho trabajo por realizar, pues falta construir una plataforma estructural que nos permita identificar nuestra negritud, pero hemos dado pasos hacia adelante y seguiremos en este camino por reivindicar los derechos de los negros. 57 Cartel de Michael Thompson, artista norteaméricano “México negro, una identidad, una raíz, hoy venimos a reivindicarla con música, con nuestra palabra” Leona de Etiopía 58 Directorio de instituciones y organismos civiles SEDEREC Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades [email protected], Abraham González No. 67, 2do piso, Colonia Juárez Delegación Cuauhtémoc México, D.F. C.P.06600. CEDOC Es el Centro de Documentación del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, el cual es una biblioteca especializada en el tema de la discriminación y temas relacionados. Objetivos: • Brindar información especializada sobre Discriminación para el desempeño de las funciones del personal del Conapred, a través de la adquisición, organización y difusión de recursos bibliográficos, hemerográficos, audiovisuales y electrónicos • Ofrecer información a todas aquellas personas interesadas sobre la discriminación y temas relacionados, con el fin de lograr la formación y sensibilización de ciudadanos con la discriminación que afecta a los diversos grupos poblacionales que la sufren. Misión: Ser el centro de documentación por excelencia a nivel nacional sobre la discriminación que afecta: a las mujeres, personas afrodescendientes, migrantes, refugiadas, adultas mayores, niñas y niños, adolescentes, jóvenes, personas lgbttti, personas con discapacidad, pueblos indígenas, trabajadoras y trabajadores del hogar, poblaciones callejeras, entre otras; y sobre temas como la homofobia, el racismo, la xenofobia, la equidad de género, Inclusión social y educación inclusiva. Colecciones El acervo del Cedoc está conformado por 20,000 títulos aproximadamente, en diversos tipos de materiales, disponibles en diferentes soportes, formatos e idiomas, incluyendo lenguas indígenas. http://www.conapred.org.mx/index.php?contenido=pagina&id=9&id_ opcion=146&op=146 59 MÉXICO NEGRO A.C. Es una organización de la sociedad civil, no lucrativa, constituida en 1997 para la organización de las comunidades afrodescendientes en México. Es la organización pionera en la lucha de los pueblos negros de México, para su reconocimiento constitucional como una etnia mas de la república mexicana. Su sede principal se encuentra en la ciudad de Cuajinicuilapa, Guerrero. Además de contar con subsedes en las comunidades de El Ciruelo y Collantes en el estado de Oaxaca. Su actual presidente es el Lic. Sergio Peñaloza Perez, conocido por su ardua participación y compromiso en el movimiento Afromexicano. http://es.wikipedia.org/wiki/Mexico_Negro_A.C CASA R HANKILI ÁFRICA La visión multiculturalista de un mundo globalizado donde las megalópolis están constituidas por micromundos culturales es una exigencia del nuevo siglo, cuando la interdependencia de las comunidades favorece el conocimiento recíproco y la coexistencia pacífica. Es así como nace la Casa Refugio Hankili África, Centro Histórico. Ubicada en un inmueble otorgado en comodato por la ciudad de México, a través del Fideicomiso del Centro Histórico de la Ciudad de México, la Casa Refugio Hankili África, Centro Histórico es un lugar de residencia de escritores, artistas y creadores africanos en situación de riesgo, y que también se propone como un espacio de intercambio, conocimiento y aprendizaje mutuo de las manifestaciones culturales de México, el continente africano y la diáspora negra. Más allá de la organización de residencias para escritores, artistas, investigadores, artesanos, la Casa R Hankili África da albergue a las formas de expresión de la cultura, arte y creación de culturas africanas, de origen africano y de la diáspora negra, así como a aquellas manifestaciones que no correspondan a este objetivo pero que en su deseo de conocimiento e intercambio, sean partícipes del enriquecimiento, conocimiento, fusión o comprensión mutuas. Palmira Telésforo Cruz http://www.viieleh.mx/academica/magistrales/3araiz/ DIVERSIDADES Desde el año 2007, Diversidades A.C. reúne esfuerzos para la transformación social de expresiones de discriminación como el sexismo, la homofobia, el racismo y la xenofobia que se reproducen día con día y afectan el desarrollo de las personas, familias y comunidades. Promovemos la no60 discriminación, la equidad de género, el reconocimiento y el respeto de la diversidad cultural, étnica, nacional, sexual y de edad. Para ello trabajamos en: M. Bravo 210 altos, Col. Centro, C.P. 68000. Oaxaca de Juárez, Oaxaca, México. Tel. (52)(951) 514 23 44 contacto@diversidades. org.mx www.diversidades.org.mx ÁFRICA AC El trabajo que tenemos nosotros como organización es seguir impulsando este reconocimiento constitucional y lo hemos venido haciendo de muchas formas: a través del programa de radio que tenemos, que se llama el Cimarrón, a través del centro de documentación, a través de grupos de jóvenes que hacen danza; es un trabajo arduo que estamos haciendo en la región, y que a veces lamentablemente por cuestiones económicas no podemos ir más allá. http://colectivoafrica.blogspot. mx/2014_05_01_archive.html Asociación Civil con sede en la comunidad negra de José María Morelos, Huazolotitlán, Oaxaca. CONTACTO: escríbenos al correo: [email protected] CONAPRED El Consejo Nacional para Prevenir La Discriminación, CONAPRED, es un órgano de Estado creado por la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, aprobada el 29 de abril de 2003, y publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 11 de Junio del mismo año. El Consejo es la institución rectora para promover políticas y medidas tendientes a contribuir al desarrollo cultural y social y avanzar en la inclusión social y garantizar el derecho a la igualdad, que es el primero de los derechos fundamentales en la Constitución Federal. El CONAPRED también se encarga de recibir y resolver las reclamaciones y quejas por presuntos actos discriminatorios cometidos por particulares o por autoridades federales en el ejercicio de sus funciones. Asimismo, el CONAPRED desarrolla acciones para proteger a todos los ciudadanos y las ciudadanas de toda distinción o exclusión basada en el origen étnico o nacional, sexo, edad, discapacidad, condición social o económica, condiciones de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra, que impida o anule el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y la igualdad real de oportunidades de las personas (artículo 4o Ley Federal para Prevenir la Discriminación). http://www.conapred.org.mx/index.php 61 COPRED El Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED), se crea el 25 de noviembre de 2011 y es un organismo descentralizado sectorizado a la Secretaría de Desarrollo Social del Distrito Federal, con personalidad jurídica y patrimonio propios. Para el desarrollo de sus atribuciones, la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación del Distrito Federal refiere que el Consejo gozará de autonomía técnica y de gestión; así como para llevar a cabo los procedimientos de reclamación o queja, incidencia en la Política Pública y el Plan de Desarrollo. Nuestro quehacer fundamental se describe en la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación del Distrito Federal (LPEDDF). Notas y Enlaces (1) http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5243829&fec ha=16/04/2012 (2) http://unesdoc.unesco.org/images/0007/000784/078423so.pdf (3) http://es.wikipedia.org/wiki/Diáspora_africana (4) http://www.educadem.oas.org/documentos/dem_spa.pdf (5) hankilisoafrica.com.mx (6)http://www.nacionmulticultural.unam.mx/Portal/Derecho/CONSULTA/ PoblacionOAXACA/pob_negra _oax.pdf (7) http://colectivoafrica.blogspot.mx/2014_05_01_archive.html (8)http://www.vertigopolitico.com/articulo/23940/Koulsy-Lamkopalabras-en-el-reino-del-exilio#sthash.GYqOQPPb.dpuf (9) Presencia africana, oralidad y transculturación Luz María Martínez Montiel (México) Etnóloga. Programa Afroamérica-LaTercera Raíz http:// www.lacult.org/docc/oralidad_10_28-32-presencia-africana-oralidad.pdf (10) Diario Oficial de la Federación: 16/04/2012 62 Esta publicación se realizó con el apoyo de el Programa de Equidad para los pueblos Indígenas, Originarios y Comunidades de Distinto Origen Nacional de la Ciudad de México de la SEDEREC, este programa de caracter público, no es patrocinado ni promovido por partido político alguno, y sus recursos provienen de los impuestos que pagan todos los contribuyentes. Está prohibido el uso de este programa con fines políticos, electorales, de lucro y otros distintos a los establecidos. Quien haga uso indebido de los recursos de este programa en el Distrito Federal, será sancionado de acuerdo a la ley aplicable y ante la autoridad competente. www.fungifilms.com Esta publicación se imprimió en la Ciudad de México en abril de 2015, en Dimensiona Artes Gráficas, Francisco Álvarez de Icaza núm. 9, colonia Obrera, Delegación Cuauhtémoc, cp 06800. La edición consta de 1,000 ejemplares. Negros, ensayo sobre la afrodescencia en la ciudad de México, fue editado por la Editorial Fungifilms, todos los derechos reservados. 63