Allende; Visión de un Militante. Jaime Suárez B. Mi amigo y, por varios años, compañero de exilio en México, .me ha dis- tinguido al solicitarme que participe en la presentación de su libro" Allende , Vi- sión de un Militante ". No me cabe duda, y así lo hice presente al autor, que muchos otros, con más prpiedad y merecimientos, podrían haber cumplido tan honroso cometido. Me insistió. No pude seguir negándome por dos poderosas razones: mi pro- fundo aprecio por Jaime Suárez y su permanente fe democrática , y mi admiración por Salvador Allende G., el Presidente Mártir. El libro que hoy sale a la luz públlica, lo dice el autor, " tiene por objeto entregar en forma narrativa -política su percepción del desarrollo del lide- rzgo de Allende en todo el período anterior a la instauración delGobierno de la Uniddd Popula¡r. " Como se trata de sus propias experiencias y percepciones, Jaime comienza su 'narración en 1950, fecha en que, como estudiante de Primer .Año de la Universidad de Concepción, " esa inolvidable comarca de Rebeldía", como él la llama, ingresó a la Brigada Socialista Univereitaria ". Fue entonces cuando, con Allende, rechazó apoyar ( noviembre de 1951 ), al candidato del Partido Socialista Carlos Ibáñez del Campo, ex dictador de Chile, a quien»algunos dirigentes le habían descubierto, mejor dicho, atribuido cualidades socialistas. Desde entonces Jaime nunca dejó de estar con Allende. Con esa honestidad tan propia de él, no se refiere para nada en su libro a la vida de Salvador Allende anterior a la fecha en que lo conoció. No olvidemos, está relatando sus experiencias r y recuerdos a partir de 1951. Y habría tenido tanto que decir sobre las múltiples actividades y reali- zaciones de salvador Allende;como estudiante de Medicina', como médico joven; corno Ministro de Salud de Dn. Pedro Aguirre Cerda en 1939, cuando creó los Servicios dé^ Salubridad Fusionados en la extensa zona devastada por el terremoto de Concpción-Chillán; ccmo dirigente, primero, de la Asociación Médica de Chile/ ( la Arnech ), y, después^como Presidente del Colegio Médico de Chile . - 2 De todas esas acciones cumplidas por Allende entre 1930 y 1950, conozcobastante, pues me correspondió vivir y actuar en algunas de ellas como Presidente del Consejo Regional de Concepción del Colegio Médico de Chile, cuando los médicos de mi generación, la del Dr. Allende y las dos o tres posteriores a la mía, dimos la lucha en favor de la Salud y la Medicina Social en Chile, tan abandonadas por los Gobiernos reaccionarios anteriores, como que Chile tuvo, por más de 20 años,las más altas mortalidades infantil y por tuberculosis del mundo. 1 £_^tudiantes y médicos jóvenes, nos daba vergüenza ver esas estadísticas en los libros de Medicina. Con esto, estoy significando que, cuando Allende se presentó como candidato a la Presidencia de la República en 1952, ya era un líder conocido y respetado! un ex diputado,/fiinistro y senador de la República. Jaime Suárez, en su libro, nos relata antecedentes prácticamente desconocidos de la vida de Salvador Allende a partir de 1950 y de las luchas que debió librar dentro de su propio Partido y otros afines para abrirse paso en su carrera política. Y esas luchas fueron terribles, encarnizadas. Allende se op^uso al candidato oficial del Partido Socialista, Carlos Ibáñez del Campo, lo que provocó su expulsión del Comité Central ción del y la temible oposi- gran líder socialista popular de ese tiempo, Raúl Ampuero Díaz y de muchos otros influyentes dirigentes, entre ellos, Felipe Herrera. El 25 de noviembre de 1951, Salvador Allende, a los 43 años de edad, fue proclamado candidato presidencial por el Frente del Pueblo, formado por el Parti- do Socialista de Chile y el Partido Comunista chileno. Con esto, se había producido la división del Socialismo, con todos sus inconvenientes. Jaime nos da detalles de la campaña anti-Allende montada por los Ibañistas, entre los que, por supuesto, había ex-correligionarios suyos, por los derechistas y por los partidarios de Pedro Enrique Alfonso. En esa campaña, no faltaron los dor Allenqf^ a»-• que pretendieron ridicul< i z a política tan usada y a la que nuestro pueblo es tan sensible. Salv^ - 3 Aunque derrotado en le lucha presidencial, en la que obtuvo 52 mil votos contra los .436 mil de Ibáñez, Allende fue elegido Senador .por Tarapacá y Antof^gasta en 1953, pese a la aplastante marejada ibañista. En mayo de ese año, es elegido Vicepresidente del Senado y Presidente de la Comisión de Higiene, Salubridad y Asistencia Social de esa rama del Congreso, cargo que había desempeñado con brillo en la Legis — latura anterior , como que había participado activamente y con éxito en la aprobación' de las llamadas Leyes Médicas impulsadas por el Colegio Médico de Chile del cual Sal- vador Allende era Presidente Nacional. En febrero de 1956, se forma el Frente de Acción Popular, Frap,integrado por el Partido Socialista Popular, el Partido Socialista de Chile y el Partido Comunista. integrante del Frap, Allende se distingue en la campaña electoral municipal de abril de 1956, en la que esa nueva agrupación política se coloca como una importante fuerza en el país. No obstante, persistía reticencia con respecto a Allende entre los que habían formado el Partido Socialista Popular. No se olvidaba su candidatura disidente de 1952, y su condición de masón. En todo esto, cooperaban los derechistas y reac- cionarios chilenos que, apoyados por los norteamericanos, temían a Salvador Allende, pues veían en él una figura de gran porvenir. Son interesantísimas las páginas en que Jaime nos relata sus observaciones SU /'C^tí^Ígcá§""por Osorno al Congreso Nacional de Unidad Socialista realizado en julio de 1957, en que intervinieron Salvador Allende como Secretario General del Partido Socialista de Chile y Aniceto Rodríquez en representación del Partido /Socialis- ta Popular. No estuvo presente Raúl Ampuero que se encontrba fuera del país. En ellas nos habla de personalidades del Socialismo y la izquierda chilena.: Eugenio González Rojas, Salomón Corvalán, José Tohá, etc.. Y viene la Convención Presidencial del Pueblo,de septiembre de 1957. Su relato es impresionante. Tres mil delegados, proclaman a Salvador Allende can- didato. /"ervención Salvador es realmente notable. La inició con frase - 4 histórica : " Hablo, dijo, con el lenguaje de un honibre honrado Con cuanta emoción he leído las tres páginas en que Jaime reproduce ese discurso, en fflfeHUe^expone tan claramente sus ideas. Sumamente interesante es el relato de la campaña electoral en que el autor nos proporciona antecedentes no conocidos y nos recuerda otros que ya hemos olvidado, especialmente después de los diecisiete años de régimen dictatorial que pusieron en peligro hasta nuestras vidas y destruyeron miles de familias chilenas. En esa elección de 1958, Jorge Alessandri Rodríguez, obtuvo solamente 31,892 votos sobre Salvador Allende, que obtuvo la segunda mayoría. No obstante, nadie pretendió dudar de la legitimidad de su mandato. No ocurrió así cuando, en 1970, Allende triunfó por más de 37 mil votos sobre el candidato de la derecha. Esta,-la derecha,-y la prensa internacional movida por Nixon, basaron su campaña de desestabilización del Gobierno Popular esgrimiendo como arg^umento que, con una mayoría de sólo 37.000 votos, no podía gobernar a todos los chilenos. Sin duda, la derecha , tiene mala memoria... ( Cuando le conviene, dice nuestro pueblo ) . Pocos días después de su derrota en las urnas, debida, principalmente a que la derecha y las transnacionales lograron que Zamorano, el tuviera su falsa candidatura de izquierda y restara sa del Pueblo, Cura de Catapilco, man- cuarenta y un mil votos a la cau- Allende, por cadena parcial de emisoras radiales, difundió histórico discurso que en parte reproduce Jaime en su obra,y que vale la pena recordar : "' Conciudadanos : Si cada chileno pusiera su oído en la tierra, excu'charía el mensaje que recorre hoy el mundo: los pueblos quieren independencia y no vasallaje; cooperación económica y no explotación; progreso y no estancamiento; horizontes más amplios para vivir con dignidad y alegría. " ... " Esto es lo que se encarna en nuestro movimiento. Henos recogido este mensaje. Nuestra actitud es, por ello, permanente, no simplemente electoral." " Nada de- -drá el avance del pueblo... Ni la cárcel ni el destierro, ni la repre- - 5 sión... Somos el más vasto , el más serio, el más profundo movimiento político de la historia cívica de Chile ". .... " No sólo hemos forjado la unidad popular quierda: hemos forjado una conciencia nacional. " y dado un contenido a la nueva izEl pueblo ya tomó posesión de su futuro ". ... " El comapñero Allende estará otra vez junto a ustedes, simplemente como todos... Me ecnontrarán más entero , más resuelto, más entusiasta, más combativo y más esperanzado.'.'.. Debido a su activa participación en la campaña presidencial de Allende y a otras actividades que, como dirigente socialista debió tomar en la provincia de Osorno donde vivía, Jaime Suárez fue dejado cesante de su cargo de profesor del Li- ceo local en 1961. Eduardos Moore, el Ministro de Educación de Alesandri, en esos momentos, accedió a las presiones de los derechistas de Osorno. De nada valieron las gestiones que, en su favor, hicieron los Senadores, socialistas Allende, Ampuero y Salomón Corvalán. Fue así como Jaime tuvo que abandonar Osorno e irse a Santiago,en 1962. Las elecciones parlamentarias de vador Allende. Su Partido lo nominó 1961, fueron una dura prueba para Sal- candidato a Senador por la Circunscripción de Aconcagua y Valparaíso. Diferentes sectores, dice Jaime, interpretaron esta nominación como una maniobra " para enviarlo a una derrota que sepultaran definitivamente el peligroso virus del Allendismo que había generado la campaña del 58 ". Allende percibió el desafío , consciente de que Valparaíso resolvería su destino político. Fue el gran vencedor de esa jornada. Ajeno a las disputas socialistas internas, para la campaña de 1964, Alien de recorrió el país buscando la unidad de las fuerzas populares y expresando puntos claves de su programa : reforma agraria, nacionaización de los recursos naturales y revisión de la Deuda Externa. Pero vino el conocido caso funesto del " naranjazo " en Curicó, al que se le dio el carácter de un plebiscito pre-presidencial. misma noche del aplastante triunfo popular en Curicó, Allende vati-. ciñó : " Elegimos un diputado, pero perdimos un Presidente •en La derechaJyLnicio, de inmediato, las maniobras para una reagrupación de las fuerzas y planteó como alternativa : democracia o comunismo. No es necesario decirlo, el triunfo del Frap en las Presidenciales, significaba el triunfo del Comunismo. Fue la " campaña del Terror ". Los resultados de la votación fueron elocuentes: Frei 1,410,809 votos. Allende 975,210 Durán 124,704 Abstención 12.43 % . Chile quería un cambio, pero tuvo miedo al Terror Comunista. Votó por cfe-cÚ»M feflEcg^ la Revolución en Libertad de la Democracia Cristiana, q u e r e r l a un~proceso democrático para abolir las viejas f o r m a s s o c i a l e s del capitalismo , conducida por el Partido D. C. , con la participación del pueblo y ejecutada por el Gobierno. No sorprendió a nadie, por cierto, que, en esas condiciones, la Democra- cia Cristiana arrasara en las elecciones,, parla-mentaraias dé 1965. En las páginas siguientes, Jaime nos habla de una serie de personajes del socialismo y de la izquierda de Chite en la década de los sesenta : Ampuero, Laurita Allende, Carlos Altamirano, Aniceto Rodríguez, el Che Guevara, Tati Allende Bussi, Miguel Enríquez Espinosa, Ho Chi Min, Fidel Castro. De todos ellos, hace acertadas observaciones. Sumamente interesantes son las informaciones que el autor nos da sobre lo que fue el Congreso Sociailista de Chillán, en el que Allende fue virtualmente derrotado . Su amigo Pablo Neruda dijo en una oportunidad que"Allende era una especie de Caupolicán incansable con sus candidaturas al hombro ". Textualmente, Jaime resume la situación en las siguientes frases : " La clase dominante chilena - y obviamente los sectores financieros trans nacionales-, tenía plena conciencia del riesgo que significaba para sus intereses el proyecto naza. " de Allende a quien estimaban - y no estaban equivocados,- una efectiva ame- " En cambio, en la izquierda, -paradojalmente - exi.:tía el convencimiento generalizado que la historia ya había dejado atrás a Allende ". " Allende, prosigue Jaime, en ese ambiente, en 1968, desconcertó a todos los que podían haber pensado que ya no tenía nada que decir ni hacer en ese Chile agitado por la lucha social y con una juventud absorbida en la búsqueda de nuevas formas de lucha. " " Conservaba de manera intacta su protagonismo mentario que sí tenía no sólo como mucho que decir, sino que mucho que hacer, como el parla - un activista real de la denuncia y con un efectivo apoyo a pobladores y campesinos". " En el plano internacional, era la voz de los perseguidos y un defensoi sin vacilaciones de la Revolución Cubana ". No creo necesario continuarjGomentando el contenido de esta documentada e interesantísima obra de Jaime Suárez. En las últimas cincuenta páginas,nos recuerda hechos más conocidos que llevañ^§ a ié® d 8£ Candidato de la Unidad Popular en 1970. Escrita en forma amena y hasta con sabrosas anécdotas, se lee con facili dad y permanente interés. Muy sinceramente considero que " Allende, visión de un militante,"es un indispensable texto que no puede faltar en la biblioteca particular de todo ciudadano ilustrado, especialmente después de las prolongadas campañas calumniosas fomentadas por quienes planearon, financiaron y apoyaron la sangrienta dictadura chi- lena. Para terminar, debo dar a los atentos auditores una excelente noticia : Jaime Suárez tiene ya en preparación otra obra, continuación de esta que estamos presentando. Sé titula, " Gobierno, exilio y Transición ". Sólo me resta felicitar y agradecer a Jaime su trabajo serio, documentado, ameno, tan bien escrito y tan necesario. Santiago, diciembre de 1992. Dr. Edgardo Enríquez Fródden.