Chinchón en la Guerra de Sucesión Española

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PRIMER PREMIO
CONCURSO DE INVESTIGACIÓN
SOBRE CHINCHÓN Y SU ENTORNO
AÑO 2009
JAIME MEJÍAS CARDEÑA
CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
(1700-1715).
Fragmento del título de Muy Noble y Muy Leal. 1739. Archivo Municipal
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
JAIME MEJÍAS CARDEÑA
Jaime Mejías Cardeña nació en Madrid en 1975. Es Licenciado en
Historia, especialidad Edad Moderna, por la Universidad
Complutense de Madrid. Se dedica profesionalmente a la enseñanza
desde 2002, ejerciendo como profesor de ESO y Bachillerato en el
Colegio Concertado Villa de Navalcarnero. Junto con su profesión, la
investigación es su otra gran vocación. En los últimos años ha
realizado trabajos y ensayos históricos vinculados principalmente a
la historia militar y la historia de la Educación, obteniendo
diversos premios y reconocimientos. En 2011 ha sido galardonado en
el "II Memorial Mariano Camacho" de Cieza (Murcia) y en los
"Juegos Florales de Tobarra" (Albacete) con sendos trabajos de
carácter local sobre la desigualdad social en el terreno educativo
durante el siglo XIX.
2
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
INDICE
1. Introducción.
4
2. La Guerra de Sucesión Española.
7
3. Chinchón a comienzos del siglo XVIII. Cargos en el ayuntamiento.
9
4. La defensa de la causa borbónica en Chinchón.
17
4.a. La proclamación de Felipe V.
4.b. Pan y vino para Felipe V: el regalo perdido.
4.c. Chinchón y su colaboracionismo pro-borbónico.
5. El reclutamiento de soldados.
17
20
23
26
5.a. La milicia de Chinchón (1693-1706).
5.b. Nuevas llamadas a las armas (1707-1712).
5.c. El rechazo social al reclutamiento.
28
36
42
6. Civiles y militares: una convivencia problemática.
47
6.a. Las tropas del Archiduque llegan a la villa en 1706.
6.b. Abusos cometidos por las tropas borbónicas en 1708.
6.c. Nuevas tropelías de los soldados del Archiduque en el año 1710.
47
50
56
7. “Años horribles”, 1708-1709: la crisis de subsistencia y
la terrible plaga de langosta.
58
8. El final del conflicto (1710-1715).
64
8.a. Los últimos años de la Guerra de Sucesión Española y
el proceso de pacificación en Chinchón.
8.b. Celebración del triunfo borbónico.
64
69
9. Conclusión final.
70
10. Bibliografía y fuentes documentales.
71
3
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
1. Introducción.
El trabajo que presentamos a continuación tiene como objeto de estudio
aproximarnos a la evolución histórica vivida en Chinchón durante los años
de la Guerra de Sucesión Española. Fue éste un conflicto que, además de su
dimensión internacional, dividió a los españoles en dos bandos, el
borbónico y el austracista, por lo que también es considerado como un
enfrentamiento civil.
La mayor parte del pueblo castellano se posicionó a favor de Felipe V,
combatiendo a los ejércitos multinacionales de la Gran Alianza que apoyó a
Cataluña, Aragón y Valencia en la defensa del Archiduque Carlos.
Desde el primer momento Chinchón manifestó una clara y rotunda
alineación con Felipe V. Como veremos, fueron muchos los actos de
fidelidad, cooperación y sacrificio mostrados por el municipio madrileño,
agradecidos posteriormente por el monarca Borbón con la concesión del
título de “la muy noble y leal villa”.
Resulta llamativo el hecho de que no exista un verdadero estudio
monográfico sobre una época tan decisiva y trascendente para esta
localidad. Con nuestro trabajo pretendemos sentar los cimientos de una
labor investigadora que tenga continuidad con nuevas y futuras
investigaciones que acaben de complementar esta visión inicial. Por lo tanto
no queremos colocarnos tanto la etiqueta de síntesis definitiva como la de
promoción y fomento del análisis local de la Guerra de Sucesión.
En nuestro enfoque histórico, hemos otorgado prioridad a las cuestiones
sociales. La historia no se basa únicamente en acontecimientos puntuales y
acciones individuales concretas. A nuestro entender, en el devenir histórico
resultan más influyentes los comportamientos colectivos, insertados en un
contexto político, social, económico, y cultural determinado.
Para comprender el pasado es necesario ponernos en la piel del hombre
y la mujer de aquel momento. Por este motivo hemos dedicado uno de los
capítulos iniciales a esbozar el contexto socio-económico de Chinchón a
4
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
principios del siglo XVIII, que presentaba características propias de un
municipio castellano del Antiguo Régimen. Realizada esta introducción
entramos en el cuerpo principal de nuestro estudio, dando especial
importancia a cinco aspectos.
En primer lugar estudiamos la defensa de la causa borbónica en la villa,
posición que se manifestó tanto en gestos simbólicos como en acciones de
colaboración efectiva, lo que le valió por un lado la simpatía de Felipe V,
pero por otro lado una actitud hostil por parte de las tropas enemigas.
En segundo lugar analizamos la cuestión del reclutamiento de soldados
en la localidad. Debido a las imperiosas necesidades de efectivos militares
Felipe V hizo frecuentes llamamientos a las armas. La escasez de
voluntarios fue suplida a través del reclutamiento obligatorio. La villa
contempló, con desasosiego, como muchos de sus campesinos engrosaron,
primero, las filas de la compañía de milicia de Chinchón, dependiente de la
sargentía mayor de Guadalajara; y tras la desaparición de dicha compañía
en 1706 los vecinos se incorporaron, por sorteo, al ejército regular.
En tercer lugar profundizamos en las complicadas y tensas relaciones
entre civiles y militares. Las localidades estaban obligadas a alojar a los
soldados, lo que era fuente de continuos conflictos. Debido a su situación de
paso estratégico durante el enfrentamiento bélico, los vecinos de Chinchón
sufrieron abusos cometidos por las tropas borbónicas y, especialmente,
fueron victimas de numerosas invasiones por parte de los ejércitos del
archiduque que llevaron el terror y la destrucción a la localidad.
En cuarto lugar ofrecemos una visión general de la crisis de subsistencia
de 1708-1709, provocada por las inundaciones, el granizo y la langosta, que
arruinó aún más una economía local muy afectada por el paso de las tropas
y el pago de impuestos de los años anteriores. El impacto provocado por la
hambruna de 1709 sumió a la villa en una situación de extrema gravedad.
La recuperación total de las destrucciones y de la falta de alimento no se
logró hasta años después de acabado el conflicto.
En quinto lugar afrontamos los años finales de la guerra, caracterizados
por la política de normalización y pacificación emprendida por las
autoridades locales. El triunfo borbónico en Barcelona (1714), que
prácticamente sellaba el destino definitivo del conflicto, fue celebrado con
gran euforia en Chinchón.
En cuanto a las fuentes utilizadas, debemos mencionar la laboriosa
búsqueda de información realizada en el valioso fondo documental del
Archivo Municipal de Chinchón. Hemos analizado minuciosamente los
5
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
documentos de la Sección Militar que nos han aportado datos abundantes
sobre temas como el reclutamiento de los mozos del municipio, la milicia de
Chinchón, las deserciones, la conducción de prisioneros, la convivencia
entre soldados y militares, la artillería del castillo y otros asuntos
interesantes.
La consulta de estos papeles militares se ha completado con la
aportación de otras secciones del archivo como las de Orden Público;
Administración Municipal. Agricultura; Administración Municipal. Censos
y Vecindarios; Hacienda; Papeles Privados; Testamentaría.
Tampoco podemos olvidar lo hallado en los Libros Capitulares,
perfectamente conservados y digitalizados. Hemos revisado los volúmenes
que comprenden las dos primeras décadas del siglo XVIII. En ellos
encontramos cuestiones referidas al nombramiento de cargos municipales
así como las decisiones tomadas por el ayuntamiento en los diferentes
momentos del conflicto.
Continuando con las fuentes primarias hemos consultado, fuera del
Archivo Municipal, el Vecindario de Campoflorido (1715), el Catastro de
Ensenada (1752) y otros documentos procedentes de la Biblioteca Nacional
y del Archivo Histórico Nacional.
Por lo que se refiere a las fuentes secundarias, su análisis nos ha servido
para contextualizar nuestra visión local. No podemos olvidar que el cambio
de dinastía política en España y la Guerra de Sucesión cuenta con trabajos
interesantes. Entre otras publicaciones destacan las de Henry Kamen sobre
la cuestión de las finanzas y el conflicto internacional por la hegemonía
internacional, la de M.T. Pérez Picazo sobre la publicística y la de V. León
Sanz desde la perspectiva austracista. A nivel regional lo más destacado han
sido los estudios de J. Calvo Poyato en Andalucía, P. Boltes Vou en Cataluña
y E. Martínez en Asturias. Las aportaciones de carácter regional sobre
Madrid han sido prácticamente nulas con lo que nuestro trabajo supone
una contribución pionera de cara a empezar a cubrir dicha laguna.
Fruto de todas las fuentes citadas, especialmente de las procedentes del
AMCH (campamento-base y núcleo central de nuestra labor investigadora),
surge el estudio que tiene el lector en sus manos, cuyo objetivo principal es
iniciar y fomentar el análisis de un periodo que tanta repercusión ha tenido
dentro del largo pasado histórico de Chinchón.
Finalmente quisiera acabar esta introducción, agradeciendo al personal
de los archivos y bibliotecas consultadas su ayuda y amabilidad. De forma
6
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
particular hago extensivo este agradecimiento a José Zumel Álvarez,
archivero del Archivo Municipal de Chinchón.
2. La Guerra de Sucesión Española (1700-1715).
A finales del siglo XVII, la posibilidad de que Carlos II “el Hechizado”
muriera sin descendencia despertó las aspiraciones al trono español de tres
pretendientes 1:
-
José Fernando de Baviera (1692-1699), que fue elegido por Carlos II
como heredero en primer lugar.
-
Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia y bisnieto de Felipe IV
de España, que constaba como heredero del trono en el testamento
de Carlos II, tras la prematura muerte del príncipe José Fernando.
-
El Archiduque Carlos de Austria (1671-1747), de la Casa de
Habsburgo, cuyos derechos dinásticos fueron defendidos por su
padre, el emperador Leopoldo I de Austria, nieto de Felipe III de
España.
La inmensa herencia de la Corona española, que todavía mantenía
importantes territorios en Europa, además de las colonias americanas
quedaba así en disputa entre las Casas de Borbón y de Austria.
Inglaterra y Holanda, interesadas en que el Imperio español quedara
repartido entre las potencias europeas, estudiaron el proyecto en los
Tratados de la Haya (1698) y de Londres (1699).
Tras la muerte de Carlos II en Noviembre de 1700, Felipe de Anjou entró
en Madrid en Febrero de 1701, siendo aclamado como Felipe V (1701-1746),
monarca que instauraba la dinastía Borbón en España.
Leopoldo no aceptó el testamento de Carlos II y no reconoció al nuevo
rey. La Gran Alianza de la Haya, constituida por Austria, Inglaterra,
Holanda, Portugal y Saboya en 1701, declaró la guerra a Luis XIV y a su
nieto, Felipe V de España. El conflicto tuvo una doble dimensión, al
combatirse tanto en los campos europeos como en el propio territorio
peninsular.
1
KAMEN, H., La Guerra de Sucesión en España (1700-1715), Barcelona, 1974.
7
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
En España, razones de índole económica y el recelo a lo francés llevaron
a Cataluña, Aragón y Valencia a levantarse en armas en favor del
archiduque Carlos. Mientras el resto de España se mantuvo fiel a Felipe.
El Archiduque Carlos lanzó en 1704 un ataque a Extremadura desde
Lisboa, y al año siguiente ocupó Barcelona, donde fue proclamado rey. En
1706 los aliados entraron en Madrid, pero Felipe V volvió a la Corte, tras la
victoria de Almansa (1707) 2.
En Europa, los Borbones fueron derrotados en Ramillies (1706),
Ourdenade (1708) y Malplaquet (1709).
En 1710 el Archiduque entró en Madrid, donde fue proclamado rey con el
nombre de Carlos III, pero dos meses después Felipe V recuperó la capital 3.
Ese mismo año, su ejército obtuvo la victoria en dos batallas
fundamentales, Brihuega y Villaviciosa (Diciembre de 1710), con lo que los
aliados se replegaron hacia Cataluña 4.
2
CERVERA TORREJÓN, J.L., La batalla de Almansa: 25 de Abril de 1707, Valencia,
2000.
3
LEÓN SANZ, V., Carlos VI, El emperador que pudo reinar, Madrid, 2003, pág. 190.
4
VOLTES BOU, P., El Archiduque Carlos de Austria, Rey de los Catalanes, Barcelona,
1963.
8
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
No obstante, pese al avance en territorio hispano, en los frentes europeos
el bando borbónico continuó cosechando derrotas militares. El destino de la
guerra quedará marcado por la muerte de José I, primogénito del
emperador Leopoldo. De este modo el Archiduque Carlos podía convertirse
en emperador de Alemania y rey de España, lo que horrorizaba a las
grandes potencias. La Gran Alianza se disolvió y comenzaron las
negociaciones de Paz que concluyeron en los Tratados de Utrecht (1713) y
de Rastatt. Sus consecuencias fueron:
-
El reconocimiento de Felipe V como rey de España tras su renuncia
al trono francés.
-
La desintegración del Imperio español en Europa con la pérdida de
los territorios en Italia y los Países Bajos, además de la entrega de
Menorca y Gibraltar a los británicos.
-
La ruptura del monopolio comercial de la Corona española con las
colonias americanas al reconocer “el navío de permiso” y “el derecho
de asiento” a favor de Inglaterra.
-
El establecimiento de un nuevo sistema de equilibrios en la política
europea que se mantendrían hasta mediados del siglo XVIII.
Inglaterra se convertía en árbitro de la política continental, junto a
Francia y a Austria.
Cerrado el conflicto y el juego de intereses en Europa, la guerra en
España no concluyó hasta la toma de Barcelona (1714) y la ocupación de
Mallorca (1715) 5 .
3. Chinchón a comienzos del siglo XVIII.
Chinchón daba nombre a un sexmo y condado que incluía también a las
localidades de Ciempozuelos, Seseña, San Martín de la Vega, Valdelaguna,
Villaconejos y Bayona (Titulcia). El señor de esta amplia jurisdicción era el
conde de Chinchón. Desde 1683 hasta 1707 disfrutó tal dignidad Don Julio
Saveli Fernández de Cabrera y Bobadilla, “Príncipe de Albano, marqués de
San Martín de la Vega, señor de los Sexmos de Valdemoro y Casarrubios,
caballero de la insigne orden del Toisón de Oro” 6. Al residir en su patria
5
SANZ AYÁN, C., La Guerra de Sucesión Española, Madrid, 1997, pág.157.
AMCH: 15676. Libro de Actas Capitulares, años 1700-1709, nombramientos de cargos
por Don Julio Saveli Fernández de Cabrera y Bobadilla, pg. 7, Chinchón, 25-1-1700.
6
9
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
italiana durante la mayor parte del año, el príncipe de Albano nombró
primero a Don Francisco María Espínola y después a Don Lucas Pastor
como gobernadores y administradores, en su nombre, del Estado de
Chinchón.
La situación varió en 1707, cuando por su apoyo a la causa austracista en
Nápoles, fue desposeído por Felipe V de sus señoríos en España. El condado
de Chinchón pasó a ser administrado, siguiendo las directrices del monarca
Borbón, por Don Carlos Manuel Homo Dei Pacheco Lasso de la Vega,
marqués de Almonacid, “Gentilhombre de cámara del rey nuestro señor,
de su Consejo de Estado, y Caballerizo Mayor de la reina Maria Luisa de
Saboya”.
Casco histórico de Chinchón
Dentro del condado una figura muy importante era la del corregidor,
delegado real, encargado de velar por la correcta gestión de los municipios.
Además en cada localidad el conde, con el beneplácito del monarca,
nombraba los cargos del ayuntamiento. Por lo general había dos alcaldes
ordinarios (uno noble, el otro procedente del estado llano), cuatro regidores
(dos nobles, otros dos procedentes del estado llano), un procurador síndico
general y un mayordomo de propios 7.
7
AMCH: 15676 y 15677. Libros de Actas Capitulares, años 1700-1709 y 1710-1719,
nombramientos de cargos de ayuntamiento.
10
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
Los alcaldes ordinarios juzgaban los pleitos civiles y criminales hasta
cierta cantidad de dinero; los regidores se dedicaban a organizar y
supervisar diversos servicios de la vida social y económica; el procurador
síndico general velaba por los intereses de la comunidad; el mayordomo de
propios era el encargado del manejo de los caudales municipales.
Con respecto a la población de Chinchón, no se ha conservado ningún
recuento correspondiente a los años de la Guerra de Sucesión (1700-1715).
No obstante, contamos con el Vecindario General de Campoflorido (1715) y
con el censo municipal de 1718, ambos realizados con un fin fiscal.
El Vecindario de Campoflorido nos da una cifra de 620 vecinos. Un
vecino era el equivalente al cabeza de familia. Para hallar el total de
habitantes, los especialistas multiplican el número de vecinos por un
coeficiente (referido al número total de individuos de una familia), situado
generalmente en 4,5. De este modo la población resultante para nuestra
localidad sería de 2790.
El censo municipal de 1718 establece una cifra diferente. En esta ocasión
aparecen contados 585 vecinos, es decir 2632 habitantes.
Sin embargo, ambas fuentes no son excesivamente fiables. No podemos
olvidar que su realización fue ordenada por Felipe V para tener información
de la población existente de cara a la recaudación de impuestos. Al ser la
fiscal su prioridad esencial, los habitantes de Chinchón, como los de otros
lugares de España, trataban en lo posible de ocultar la cifras verdaderas y
de esta forma muchos vecinos reales no figuraban en el recuento oficial.
En opinión de los especialistas en demografía histórica, este tipo de
censos reflejaban una variación de hasta el 40% con respecto a las cifras
oficiales. De ahí que podamos concluir que la población de Chinchón a
principios del siglo XVIII superaría los 900 vecinos, es decir los 4000
habitantes. Esta cifra, fijada por nosotros, resulta más verídica que las
anteriores, si tenemos en cuenta los datos aportados por el Catastro de
Ensenada (1752), considerado a los ojos de los especialistas como fuente
bastante fiable. Según el Catastro de Ensenada a mediados del XVIII en el
municipio vivían 1071 vecinos, aproximadamente 4500 personas. La
recuperación económica y demográfica producida en España entre el fin de
la guerra (1715) y el año de la elaboración del Catastro explicaría y
justificaría el crecimiento poblacional de Chinchón durante este periodo.
A nivel social, aplicando a Chinchón los parámetros de la sociedad
estamental del momento, podemos distinguir dos grupos principales. En
primer lugar el grupo de los Privilegiados (nobleza e Iglesia). Comprendía
11
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
aproximadamente al 10% de la población. Eran los dueños de las tierras.
Entre los principales propietarios figuraban el conde de Chinchón, la
Parroquia, el convento de San Francisco y el convento de San Agustín.
Otros terratenientes no residían en la villa pero contaban con un gran
patrimonio: el conde de Puñonrostro, el marqués de Espinardo, Don
Gaspar de Lara, y Don Diego Orejón 8.
Por debajo de estos se encontraba un grupo de hidalgos, la mayoría de
ellos “de sangre”, dueños de edificios y terrenos. Además ocuparon los
principales cargos políticos del ayuntamiento. Según el censo de 1718
figuraban como vecinos los siguientes hidalgos de sangre: Don Jerónimo
Ortiz de Zárate, Don Bernardino de Fominaya, Don Esteban de Fominaya,
Don Francisco Calva, Don Isidoro de la Fuente, Don Francisco Ortiz de
Zárate, Doña Isabel de Zárate, Don Miguel de la Fuente, Don Juan Manuel
de Zurita, Don Jacinto Laiseca y Alvarado, Don García Álvarez de Gato, Don
Antonio Galaz y Vargas, Don José de Mesa y Covarrubias, Don Carlos de
Fominaya, Don Diego de Zurita y Don Antonio de Pineda. Esta cifra
coincide con las “16 casas de hijosdalgo” citadas por Don Francisco de
Calva en un documento del año 1708 9.
En el grupo privilegiado hay que incluir a la población religiosa. Dentro
del clero regular existieron en el municipio una orden de monjas
franciscanas descalzas y otra de agustinos calzados 10. A ellos habría que
sumar el clero secular a cuya cabeza figuraba el doctor Gabriel del Peral y
Orozco, cura propio de la parroquia; y un elevado número de presbíteros.
En Chinchón había dos iglesias, “una la antigua, y otra que llaman la
nueva, aunque ambas pertenecen al mismo curato” 11. Los religiosos
dirigían un culto en el que se rendía especial devoción hacia el Santísimo
Cristo de Gracia y la Virgen de Gracia.
Por otro lado estaba el grupo de los no Privilegiados. Era bastante
heterogéneo aunque agrupaba al 90% de la población. Había que distinguir
tres sectores: labradores; pequeños y medianos propietarios; y grupos
populares constituidos principalmente por jornaleros, mano de obra no
propietaria.
Los labradores constituían ¼ parte de los no privilegiados. En su seno
existía una minoría de propietarios medios que disfrutaban de una vida
8
AMCH: 16505. Sobre un repartimiento para acabar con la plaga de langosta, lista del
repartimiento, Chinchón, 28-2-1710.
9
AMCH: 10982. Sobre el alojamiento de soldados estantes en la villa en 1708, recurso de
Don Francisco de Calva, Chinchón, 16-1-1708.
10
AMCH: 15738. Padrón y vecindario general de Chinchón de 1718, información
adicional.
11
Ibidem.
12
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
acomodada. La familia Olivas o la de Camacho 12, pertenecían a esta
posición de labradores acaudalados y solían ocupar, junto con otras de su
mismo rango, los puestos de ayuntamiento destinados a la población no
noble: alcalde ordinario y regidor por el estado general. Sin embargo,
dentro de los labradores eran más numerosos los pequeños propietarios
con ciertas dificultades para lograr la subsistencia, especialmente en años
de malas cosechas.
El resto, las ¾ partes de los no privilegiados en Chinchón, estaba
constituido por los clases más modestas. En su mayoría eran jornaleros,
mano de obra no propietaria. Fueron los que más sufrieron el aumento de
impuestos, el reclutamiento militar y las malas cosechas durante los años
del conflicto bélico. Dentro del sector popular debemos incluir a los
pequeños y medianos artesanos y comerciantes, aunque sin duda alguna, en
este amplio grupo los peor parados fueron las viudas, “los pobres de
solemnidad” y los mendigos.
La economía de Chinchón se basaba en la agricultura tradicional. Los
principales productos eran el cereal, la vid y el olivo. La trilogía
mediterránea se complementaba con el cultivo cañamones, ajos, melones,
habas, y frutas 13. Los terrenos más fértiles se localizaban en las vegas del
Tajuña, en cuya ribera se levantaban tres molinos harineros. Durante la
Guerra de Sucesión Española hubo años de escasez de alimentos por las
malas cosechas, aunque fue la crisis de subsistencia de 1708-1709 la que
produjo un mayor impacto económico y demográfico.
La artesanía textil, sobre todo, y el comercio fueron actividades
complementarias aunque también se vieron perjudicadas durante los años
del conflicto, impidiendo el normal desarrollo de una villa que en épocas de
bonanza era un centro tradicional de abastecimiento de la Corte.
12
Observar la tabla de los cargos de ayuntamiento.
Información extraída de las respuestas dadas por la villa en el Catastro de la Ensenada
(1752).
13
13
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
Cargos en el ayuntamiento Chinchón (1700-1715)
1700
Corregidor Alcalde
ordinario
(estado
noble)
Luis de
Carracedo
Alcalde
ordinario
(estado
general)
Pablo de
Juan
Fominaya López
Regidores
(estado
general)
García
Álvarez
Gato
Francisco el Tomás
Recio
Rodríguez
1705
1704
1703
1702
1701
Jacinto
Laiseca
Alvarado
Luis de
Carracedo
Luis de
Carracedo
Pedro
López
Romero
Rafael de
Platas
Mayordomo Procurador
General
de Propios
Regidores
(estado
noble)
Antonio
de Pineda
Isisidoro
de la
Fuente
Gregorio Manuel de García
Contreras las Olivas Álvarez
Gato
Juan
Antonio
Cabrera
Diego de
Zurita y
Mendoza
Ángel de
Recas
Pedro de las Baltasar
Romero
Olivas
González
Francisco
López de las
Olivas
Diego de las Gregorio
Olivas.
Montero
Manuel de
las Olivas
Gabriel
Ruíz
Juan
Antonio
Camacho
Juan
Juan
Antonio
Antonio
Ballesteros de Zurita
y
Mendoza
Francisco
de la
Cuesta
Antonio
Gómez de
la Cava
García
Álvarez
Gato
Alonso de
la Cuesta
Eugenio
Jacinto de Sánchez
Laiseca y
Alvarado
Isidoro de José de
la Fuente Recas
Silvestre
Perojil
Antonio
Gómez de
la Cava
Diego
Ortiz de
Zárate
Pedro de
las Olivas
Antonio
de Cabrera
y
Quiñónes
Miguel de
la Fuente
Antonio
Pineda
Diego Ruiz
del Olmo
14
Francisco
La Fuente
Pedro
González
Juan de
Aparicio
Francisco
Gómez
Manuel
Díaz
Juan de las
Olivas
Francisco
Díaz Seseña
José Rubio
Juan de
Ortega
1710
1709
1708
1707
1706
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
Corregidor Alcalde
ordinario
(estado
noble)
Alcalde
ordinario
(estado
general)
Regidores
(estado
noble)
Regidores
(estado
general)
Mayordomo Procurador
General
de Propios
Isidoro de
la Fuente
Manuel de José de la
las Olivas Fuente
Francisco
Clemente
Seseña
Lorenzo
González
Manuel de
Ortega
Andrés de
las Olivas
Juan de las
Olivas
Isidoro de
la Fuente
Isidoro de
la Fuente.
Francisco
Calva
Gregorio Diego el
Contreras Recio
Pedro de
Platas.
Jerónimo
Ortiz de
Zárate
Pedro de
Platas.
Jerónimo
Ortiz de
Zárate
Diego de
Zurita
Francisco
de la
Fuente.
Francisco
de la
Fuente
Marco
Antonio
Camacho
Jacinto de
Laiseca y
Alvarado
Antonio
de Cabrera
y
Quiñones
Diego de
Zurita
Fernando
de Pineda
1711
Diego de
Zurita.
Marco
Antonio
Camacho
José el
Rubio
Diego de las Sebastián
Olivas.
López.
Juan de
Zurita
Fernando
de Pineda
Basilio de
las Olivas
Diego de las Sebastián
Olivas
López
Juan de
Zurita.
Basilio de
las Olivas.
García
Álvarez
Gato
Pedro de las Lucas
Olivas,
Carrasco
yerno de
Marcos
Jacinto
Laiseca y
Alvarado
Jerónimo
Ortiz de
Zárate.
José Glez.
Pintado
Francisco
Díaz
García
Álvarez
Gato
Jacinto
Laiseca y
Alvarado.
15
Pedro de las
Olivas,
yerno de
Rubio.
Pedro de las Lucas
Olivas,
Carrasco
yerno de
Marcos
Pedro de las
Olivas,
yerno de
Rubio.
Blas Díaz.
Blas Díaz.
Francisco
el Recio
Francisco
el Recio
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
1712
Corregidor Alcalde
ordinario
(estado
noble)
Jerónimo
Ortiz de
Zárate
Alcalde
ordinario
(estado
general)
Miguel de Juan de
la Fuente Ortega
Regidores
(estado
noble)
Regidores
(estado
general)
Mayordomo Procurador
General
de Propios
Francisco
Ortiz de
Zárate
Juan de las
Olivas
Alonso Ruíz Francisco
Díaz Seseña
1715
1714
1713
Antonio
Pineda
Manuel
Díaz Seseña
Jerónimo
Ortiz de
Zárate
Jacinto
Laiseca y
Alvarado
Gabriel de Isidoro de
las Olivas la Fuente
Manuel
Montero
Juan de
Fominaya
y
Juan
Antonio
Camacho
Jerónimo
Ortiz de
Zárate
Jacinto
Laiseca y
Alvarado
Gabriel de Isidoro de
las Olivas la Fuente
Manuel
Montero
Juan de
Fominaya
y
Juan
Antonio
Camacho
Jerónimo
Ortiz de
Zárate
Francisco
Calva
Francisco
Díaz
Seseña
García
Álvarez
Gato
Pedro de las Diego Ruiz.
Olivas
González
Pablo de
Fominaya
Alonso
García
Monterroso
Monterroso
16
Diego
Ortega
Gabriel
Romero
Diego
Ortega
Gabriel
Romero
Blas Díaz
Seseña
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
4. La defensa de la causa borbónica en Chinchón.
4.1 La proclamación de Felipe V.
La villa de Chinchón, como la mayor parte del territorio castellano,
mantuvo a lo largo del conflicto una postura favorable hacia la causa
borbónica. El propio Felipe V fue testigo directo de la simpatía y afecto que
le mostraba el municipio, cuando pernoctó en “la casa de la cadena” la
noche del 25 al 26 de Febrero de 1706.
Sin duda alguna el gesto más sobresaliente que reflejó fielmente el
partidismo oficial hacia el monarca Borbón fue su proclamación en la Plaza
Mayor el 3 de Agosto de 1706. Este hecho se vio acompañado por la elección
espontánea, fruto de la aclamación popular, de Isidoro de la Fuente como
nuevo corregidor del condado de Chinchón, en sustitución Antonio Gómez
de la Cava, sospechoso de apoyar la causa del Archiduque.
Para entender este acontecimiento consideramos fundamental
retroceder en el tiempo hasta el mes de Julio de 1706. En aquellos
momentos la presión ejercida por las topas aliadas obligó a huir de la
capital a Felipe V, al tiempo que la zona centro de Castilla quedaba bajo el
control de los oficiales del Archiduque Carlos entre los que se encontraba el
marqués de las Minas.
Los diferentes pueblos y lugares de la zona fueron requeridos para
reconocer como rey al candidato austracista. El 8 de Julio de 1706, Don
Antonio Gómez de la Cava, que venía ocupando el cargo de corregidor
desde Julio de 1704, envió a cuatro representantes del ayuntamiento al
campamento del marqués de las Minas: Don Francisco Calva, alcalde
ordinario por el estado noble; Don Jacinto Laiseca y Alvarado, regidor por
el estado noble; Francisco Clemente Seseña y José González, ambos
regidores por el estado general. Los susodichos, representando al condado,
prestaron obediencia “al rey nuestro señor Carlos III”. Como respuesta
Don Antonio de Sousa, marqués de las Minas expidió un decreto en el que
consideraba a Chinchón como zona afecta e impedía que se tratara a sus
habitantes con hostilidad: “podrán disponer libremente, sin temor alguno
de todos sus bienes con el mismo dominio que han tenido hasta ahora.
Podrán seguir disfrutando del mismo ayuntamiento y de los mismos
fueros como lo han hecho hasta ahora” 14.
14
AMCH: 11431. Decreto impreso del marqués de las Minas, Julio de 1706.
17
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
La decisión no fue tomada con agrado por una gran parte de los vecinos,
quienes incrementaron su descontento al enterarse de la intención por
parte del corregidor de llevar a Madrid 1300 fanegas de trigo para el
abastecimiento de la corte, siguiendo las instrucciones del Archiduque
Carlos. A pesar de que el trigo tenía que ser pagado a un precio ajustado de
28 reales la fanega, la oposición e indignación popular era absoluta. Don
Antonio Gómez de la Cava había amenazado a quienes se resistieran con
fuertes sanciones.
Sin embargo era mucho lo que estaba en juego. Por un lado los vecinos
no podían dejar de pensar en la escasez de grano debido a la piedra y a las
inundaciones que habían reducido notablemente las cosechas en los dos
últimos años 15. Su propia subsistencia se podía ver amenazada Por otro
lado, también eran conscientes de que el principal beneficiario del convoy
alimenticio era el bando aliado al que no tenían ninguna simpatía.
Retrato de Felipe V por Jean Ranc. Museo del Prado
15
Ibidem, suministro de cebada para el Archiduque Carlos, Chinchón 6-8-1706.
18
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
De esta forma, fue cuajando un movimiento de rebelión que estallaría en
la noche del 3 de Agosto de 1706. Después de que el corregidor Don Antonio
Gómez de la Cava saliera de la villa con dirección a Ciempozuelos, buena
parte del vecindario se amotinó contra él. A las nueve de la noche “un
tumulto de gente se aproximó a la plaza donde se encontraba Isidoro de la
Fuente” 16, conocido defensor local de Felipe V. Allí y de forma espontánea
fue aclamado como nuevo corregidor al tiempo que se lanzaban vítores a
favor del monarca borbónico. A continuación, “ (a Isidoro de la Fuente) le
hicieron montar a caballo y pasear algunas calles, con un estandarte y
pintura de su majestad Felipe V que fue llevado por Don Gaspar de
Morales, alférez del regimiento de Don Juan Antonio Montenegro que
acompañó a Don Isidoro a caballo por dichas calles, hasta llegar al
palacio donde su majestad que Dios guarde, se hospedó en esta villa y
donde pusieron dicho estandarte” 17. La primera decisión del recién electo,
ratificado pocos días después por carta-orden del secretario de Estado Don
José de Grimaldo, fue la de negarse al traslado del trigo, como había
planeado su antecesor en el cargo.
Don Antonio Gómez de la Cava, enterado de semejantes sucesos, el 5 de
Agosto desde Ciempozuelos envió una carta a los alcaldes ordinarios de la
villa, Francisco Calva y Manuel de las Olivas, donde manifestaba su
disconformidad por lo acontecido. Se negaba a reconocer a su sustituto y
calificaba de violenta e injusta la forma en la que se le había privado de su
cargo 18. No comprendía la revuelta, justificándose en el hecho de que él se
había limitado a cumplir una orden de abastecimiento para la corte. En esta
misiva negaba cualquier relación de afecto hacia el bando aliado llegando
incluso a proclamar su fidelidad hacia Felipe V. Además Don Antonio
expresaba a los alcaldes que el corregidor de Madrid, Don Alonso Narváez
estaba esperando la llegada del trigo y que en caso de no recibir el
avituallamiento, desde la capital se tomarían las medidas necesarias en
perjuicio de Chinchón. Precisamente el 6 de Agosto, asustados por el cariz
que podían tomar los acontecimientos, Francisco Calva y Manuel de las
Olivas escribieron a Don Alonso con el objetivo de conseguir el perdón
sobre la contribución de las 1300 fanegas. Para ello trataron de justificarse
exponiendo la escasez de grano por las malas cosechas de los últimos
tiempos.
16
AMCH: 16560. Proclamación de Felipe V, Chinchón 4-8-1706.
Ibidem.
18
AMCH: 11431. Carta escrita por D. Antonio Gómez de la Cava a los alcaldes ordinarios
de Chinchón, Ciempozuelos 5-8-1706.
17
19
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
4.2 Pan y vino para Felipe V: El regalo perdido.
Pese a la cercanía de las tropas del Archiduque, en el verano de 1706
Chinchón se posicionaba, definitivamente, a favor de la causa borbónica. La
sustitución de Don Antonio Gómez de la Cava por Don Isidoro de la Fuente
como corregidor y justicia mayor reflejaba el paso de la ambigüedad a una
postura claramente definida en el conflicto sucesorio, que no era sino el
reflejo del verdadero sentimiento de los vecinos de Chinchón.
Las muestras de apoyo a Felipe V se sucedieron desde los
acontecimientos del 3 de Agosto. La obediencia hacia Carlos de Austria,
jurada por el municipio a principios del mes de Julio, quedó en papel
mojado.
Pocos días después de la elección de Don Isidoro de la Fuente, se
produjo un encuentro espontáneo en la plaza de Chinchón entre varios
miembros del ayuntamiento y el gobernador del condado, Don Lucas
Pastor. Según atestiguan los documentos, este último realizó una
proposición a Don Francisco Calva, Manuel de las Olivas, alcaldes
ordinarios, y a Don Jacinto Laiseca, regidor. La propuesta consistía en
entregar a Felipe V un regalo en forma de vino y una porción de cebada, “lo
que sería muy del agrado del monarca” 19, constituyendo además, en
palabras de Don Lucas, “una muestra más del afecto que le tenía
Chinchón”. El propio gobernador estaba dispuesto a entregar 100 fanegas
de cebada y un colaborador suyo llamado Don Jacome Francisco Andriani
otras 50. Ante esto los alcaldes y el regidor mencionados respondieron que
mediante repartimiento la villa entregaría 350 fanegas de cebada más, lo
que hacía un total de 500. Las 350 fanegas figurarían en las cuentas del
ayuntamiento. Diego de las Olivas, mayordomo de las rentas del condado,
fue avisado de la operación y estableció un valor total de 9 reales por fanega
lo que situaba la aportación vecinal en 1150 reales de vellón 20.
El reparto se hizo por sorteo entre todos los vecinos, aunque se tuvieron
en cuenta las posibilidades económicas de cada uno de ellos. El peso
principal de la aportación recayó en los labradores del municipio con una
colaboración media individual de ocho fanegas. Algunos hidalgos y
miembros del concejo también participaron aunque las leyes y privilegios
redujeron su aporte individual a cuatro fanegas. No obstante hubo
excepciones a esta regla general, encontrándonos con algunas personas que
19
AMCH: 15969. Regalo que se hizo en el año 1706, declaración de Lucas Pastor, Madrid,
31-8-1708.
20
Ibidem, Chinchón, 24-9-1706.
20
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
entregaron, voluntariamente, más de lo que les correspondía. Fueron los
casos del propio corregidor, Don Isidoro de la Fuente, quien ofreció 8
fanegas, cuando por su condición de noble le correspondía la mitad. Diego
de las Olivas junto a José de Recas aportaron 20; Francisco Clemente
Seseña, 14; Juan Díaz Seseña 12 21; Todos ellos pertenecían a un clase rica de
propietarios, además de ser fieles defensores de la causa borbónica.
Según acordaron Don Lucas y las autoridades locales la cebada fue
cargada junto con cierta cantidad de vino en carros tirados por mulas. El
convoy estaba vigilado por una serie de comisarios. El cargamento partió de
la villa con dirección al lugar donde se hallaba Felipe V el día 12 de Agosto.
Sin embargo, al día siguiente regresaron a Chinchón debido a las noticias
que avisaban sobre la llegada inminente de las tropas enemigas. De esta
forma, el 13 de Agosto se descargó en el municipio toda la mercancía. Las
autoridades locales responsables del regalo, Don Francisco Calva, Manuel
de las Olivas y Don Jacinto Laiseca, sin contar con el resto de miembros del
ayuntamiento, decidieron que cada uno de los incluidos en el repartimiento
se llevara, por cuenta propia, su parte para esconderla en los domicilios
particulares.
El día 14 de Agosto el ejército del marqués las Minas ocupó Chinchón. A
pesar de no haber encontrado ningún testimonio documental en el archivo
municipal, en opinión de algunos historiadores el Archiduque entró en la
villa y estuvo alojado en el convento de San Agustín durante unos días.
Según el decreto firmado por el marques, la villa no podía sufrir ningún
daño al haber jurado obediencia al Archiduque Carlos en el mes de Julio.
En los momentos iniciales de la ocupación, Francisco Adolfo de Zinzerling,
secretario del gobierno austracista, nombró una serie de cargos entregados
a varios vecinos de Chinchón con el fin de asegurar la provisión de víveres
de cara a lograr la manutención de las tropas 22:
Francisco López de las Olivas recibió el mandato de “recoger el trigo que
hubiese en esa villa, y tenerle prevenido para acarrearle a los molinos”.
Don José de Mesa es nombrado “encargado del carruaje para conducir el
trigo”.
La responsabilidad de “recoger la harina y cuidar del amasijo del pan”
recayó en Don Esteban de Fominaya. Juan Díaz Seseña, recibió la misión de
21
Ibidem, Lista de los vecinos que participaron en el repartimiento, Chinchón, Agosto de
1706.
22
AMCH: 11431. Real Decreto del rey Carlos III, Chinchón, Agosto de 1706.
21
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
“recoger la cebada, almacenarla y concurrir a su distribución”. En Pedro
de las Olivas y Marchena, recayó la de “recoger la paja y forrajes”.
Alonso López quedó encargado de la provisión de vino; Marco Antonio
Camacho, del aprovisionamiento de carne.
Don Jerónimo Ortiz de Zárate, Don Jerónimo Gato y Juan de las Olivas
fueron nombrados para “la solicitud de convoyes para conducir todo
género de víveres y mantenimientos y que se pongan en la villa las
salvaguardias y centinelas que fueren menester”.
Finalmente, Don Gregorio de Contreras se encargó de “la dirección y
cuidado de hacer diferentes balsas y pilones en que se recoja el agua
perdida de las fuentes para la caballería”.
De esta forma se intentaba involucrar a los habitantes de Chinchón en la
logística y cobertura de las necesidades del ejército austracista. No
obstante, Francisco Adolfo de Zinzerling y el marqués de las Minas se
dieron cuenta de que la obediencia teórica firmada por los delegados
municipales en el mes de Julio no se correspondía con la situación real.
Chinchón estaba plenamente identificado con Felipe V, y la frustrada
organización del regalo de pan y vino fue una muestra más de ello.
Igualmente, los oficiales del bando austracista estaban informados del
levantamiento municipal contra el anterior corregidor, Don Antonio Gómez
de la Cava, así como de la proclamación del rey Borbón en la plaza mayor la
noche del tres de Agosto. El ambiente entre los vecinos y las tropas del
Archiduque se enrareció y el municipio acabó convirtiéndose en objeto de
saqueo de los militares. Hasta el 9 de Septiembre permanecieron en el
municipio, provocando graves destrozos, como veremos posteriormente.
El regalo de cebada y vino que había sido guardado por los vecinos,
obedeciendo las órdenes de los alcaldes ordinarios y el regidor, no
sobrevivió a las correrías y al pillaje del ejército aliado. Sin embargo, una
vez que las citadas tropas salieron de la jurisdicción de Chinchón, el
mayordomo de las cuentas del condado, Don Diego de las Olivas, con el
apoyo del corregidor y justicia mayor, inició un proceso en el que
culpabilizó a los alcaldes y al regidor de actitud irresponsable, al tiempo que
les instó para que devolvieran a las arcas del condado la cantidad de 1150
reales de vellón. Esta cantidad se correspondía con las 350 fanegas que la
villa por repartimiento vecinal iba a entregar como regalo a Felipe V. Diego
de las Olivas señalaba culpables de su pérdida a dichas autoridades,
quienes actuaron sin el consentimiento del resto de miembros del
ayuntamiento. Por este motivo se vieron en la obligación de devolver, por
cuenta propia, el regalo perdido.
22
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
4.3 Chinchón y su colaboracionismo pro-borbónico a lo largo del
conflicto sucesorio
El comportamiento de la villa a lo largo de la Guerra de Sucesión se
caracterizó por la defensa de la causa borbónica. Muchas fueron las pruebas
de esta fidelidad, reflejada, por ejemplo, en gestos simbólicos como la
proclamación del 3 de Agosto, o la celebración pública de las victorias
militares de Felipe V. Igualmente Chinchón mantuvo una actitud práctica
de colaboración. En este sentido debemos destacar el desarme del castillo
en Diciembre de 1706. Las principales piezas de artillería fueron sacadas de
la fortaleza y entregadas al marqués de Canales, capitán general a las
órdenes del rey Borbón 23.
El 9 de Julio 1703 Don Lucas Pastor, desde Madrid, escribió una carta
dirigida al alcaide del castillo, Don Juan Antonio de Cabrera para que este
último realizara un inventario de su armamento 24. Seguramente, Don Lucas
actuaba obedeciendo órdenes de los funcionarios al servicio de Felipe V,
interesados en conocer el potencial armamentístico de los diferentes
lugares de Castilla de cara a su movilización, cuando estallase el conflicto en
la Península. Por despiste de unos o despreocupaciones de otros el
inventario no fue enviado. Dos años más tarde el marqués de Canales,
consciente de la urgente necesidad de obtener piezas de artillería de modo
acuciante, envió a Chinchón a Don Artur Castañeda para elaborarlo, de
forma definitiva, y enviar las armas a la corte. El 24 de Diciembre Don
Artur, acompañado de Don Diego de Zurita y Mendoza, teniente corregidor
de la villa y Pedro de las Olivas, alcalde ordinario por el estado general
visitaron la fortaleza donde Don Juan Antonio de Cabrera les enseñó todas
sus armas y pertrechos militares. Don Artur de Castañeda anotó la
existencia de una cureña bien herrada y cuatro cañones: dos grandes de
2948 libras que correspondían al calibre de 18 a 19; otros dos más pequeños
de 2004 y 2028 libras respectivamente. Los cuatro eran de bronce y
llevaban el escudo de los condes de Chinchón. Así mismo había
municiones: “trescientas y siete balas de a dieciocho libras, quinientas
sesenta y dos balas de a ocho libras y media, noventa y seis balas de a
cuatro libras, mil trescientos cuarenta y siete balas pequeñas, que en todas
son dos mil trescientos y doce balas”. Don Artur requisó, igualmente,
varios rollos de cuerda “para afianzar las piezas en las galeras”.
23
AMCH: 15933. Expediente y datos formalizados al llevar a desmantelar de artillería el
castillo, Diciembre de 1705.
24
AMCH: 7886. Correspondencia para inventario de armas del castillo de Chinchón,
Madrid, 9-7-1703.
23
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
Todo este arsenal fue bajado del castillo y guardado en un solar de la
villa hasta que el 3 de Marzo de 1706, Don Artur de Castañeda y otro
comisario, Don Juan de Pingarrón, lo llevaron definitivamente a Madrid.
En el mes de Septiembre de 1707, Chinchón continuó participando en
labores de logística cuando, nuevamente, el marqués de Canales ordenó el
embargo de mulas, carros y galeras “por ser necesarias para el servicio de
su majestad, conducción de su artillería y tren de ella a las partes que se
ordenase y fuere más conveniente” 25. Don Gines Bravo de Morata y Don
Ignacio de Olbera entregaron la orden a los alcaldes de la villa que la
aceptaron y la dieron a conocer a los vecinos. En caso de inobediencia la
multa impuesta era de 50000 maravedíes por lo que las autoridades
mostraron una pronta y dispuesta cooperación.
Vista del castillo de Chinchón. Foto Panoramio.com
La colaboración se extendió a otros aspectos como el de la conducción y
vigilancia de soldados enemigos apresados. La batalla de Almansa (25 de
Abril de 1707) supuso una victoria clave para Felipe V. Si bien hubo 6000
muertos en el bando del Archiduque, fueron también muchos los
prisioneros. Algunas fuentes hablan de 7000 y otras incluso de 10000 26. La
alta oficialidad borbónica pronto tuvo que tomar medidas referentes a su
25
AMCH: 10973. Sobre llevar a Madrid carros y galeras para trasladar piezas de artillería
de distintos lugares, Madrid, 19-9-1707.
26
SÁEZ ABAD, R., La Guerra de Sucesión española, Madrid, 2007, pág. 68.
24
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
traslado a las zonas de reclusión. En este sentido las autoridades de
Chinchón fueron requeridas para vigilar y dirigir estas operaciones. Los
gastos motivados por los traslados y manutención de los presos corrieron
por cuenta de la hacienda municipal.
Desde Arganda el 16 de Mayo de 1707 Don Juan Enríquez de Montalvo,
teniente de comisario general de la infantería y caballería, mandó una
misiva a Don Gregorio Contreras, alcalde ordinario de Chinchón instándole
a la conducción de 258 prisioneros desde su término hasta Pinto, donde los
recibiría Don Juan de Sola, oficial mayor de la contaduría de la
comandancia general de infantería y caballería 27.
Otra orden de Don Juan Enríquez de Montalvo, hecha desde Arganda el
20 de Mayo, informó del envío de 50 hombres de guardia y 16 bagajes que
llegarían a Chinchón con el objetivo de acompañar a 205 prisioneros desde
esta villa hasta Loeches. El contingente prometido se vio reducido a la
mitad, por lo que varios de sus vecinos, entre ellos Sebastián García
tuvieron que completarlo.
Batalla de Almansa, de Ricardo Balaca.
Congreso de los Diputados, Madrid.
27
AMCH: 16561. Prisioneros de la Guerra de Sucesión, Arganda, 16-5-1707.
25
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
El 22 de Mayo obedeciendo la orden del duque de Bervick, la villa
alojaba y alimentaba “con el pan de guarnición de a libra y media cada
ración” a un contingente de más de 700 oficiales ingleses, holandeses y
portugueses hechos prisioneros: 3 mariscales de campo, 6 brigadieres, 43
coroneles, 43 tenientes coroneles, 43 sargentos mayores, 200 capitanes,
200 tenientes de capitán, 200 alférez, 43 ayudantes mayores, un general de
artillería y 7 comisarios de caballería 28.
El 1 de Junio de 1707, siguiendo las instrucciones “del comisario general
de guerra de la muy noble y leal villa de Almansa”, Don Gregorio
Contreras, alcalde ordinario, nombró a una serie de vecinos como guardias
para el traslado de 35 prisioneros a San Martín de la Vega. Entre estos
guardias se encontraban Manuel de Segovia, Francisco Colmenar, Alonso
Agudo, el criado de Pedro González, Manuel García Sagarte, Gabriel
Hiñolero, Nicolás Beltrán, Juan Díaz de Martín Rico, Gabriel de Palacios y
Francisco García.
La victoria en Almansa (Abril de 1707) movilizó a las autoridades y
vecinos de Chinchón en la conducción de los prisioneros. Además, como
villa proclive a Felipe V, celebró públicamente este triunfo militar, uno de
los más decisivos en el devenir del conflicto al permitir a las tropas
borbónicas la toma de los territorios valencianos y de buena parte de
Aragón. El 30 de Abril de 1707, reunidos los cargos municipales “dijeron
que respecto de haberse publicado la victoria tan grande que el ejército de
nuestro Rey, el señor Felipe V, que Dios guarde, en el reino de Valencia,
acordaron sus mercedes se celebre, dando gracias a nuestro señor, con
una misa cantada en el altar de nuestra señora de Gracia, y se hagan
demostraciones de regocijo, y se publique que esta noche todos los vecinos
tengan en sus puertas luminarias pena de ocho reales y las costa de cera y
demás gastos se pague con lo propios del concejo” 29.
5. El reclutamiento de soldados.
El retroceso demográfico, la ruina económica, la mala gestión política y
los reveses militares frente a Francia, acabaron convirtiendo a España en
una nación debilitada. De potencia hegemónica pasó a ser un país invadido
en el contexto de la Guerra de Sucesión.
28
Ibidem, Chinchón, 22-5-1707
AMCH: 15676. Libro de Actas Capitulares, años 1700-1709, acuerdo en acción de
gracias de la victoria de Felipe V, pg. 580, Chinchón, 30-4-1707.
29
26
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
El sistema militar de los Habsburgo quedó completamente desfasado lo
que hacía necesario sustituir el “ejército hispánico de mercenarios” o “de
las naciones” por el nuevo “ejército español” 30.
Uno de lo problemas más acuciantes que afrontaron los gobernantes
desde finales del siglo XVII fue la escasez de militares. En aquella época
existían tres formas principales de conseguir nuevos soldados: el
reclutamiento voluntario, la leva de vagos y la leva honrada 31, conocida en
el siglo XVIII como quintas.
El reclutamiento de voluntarios estaba en franca decadencia. El
desprestigio militar de España en el siglo XVII, junto con la peligrosidad de
la profesión produjeron un progresivo desinterés de la sociedad por
integrarse voluntariamente en sus filas. No obstante era el sistema
preferido por gobernantes y jefes militares. Mediante este tipo de
reclutamiento se cubrían las bajas en los cuerpos existentes producidas por
licenciamiento, enfermedad o muerte.
La leva de vagos se impuso como remedio a la constante falta de tropas y
como recurso para hacer una “limpieza social”. Tenían lugar en momentos
de fuertes necesidades de tropas y se dieron con frecuencia durante el siglo
XVIII.
La leva honrada o recluta forzosa mediante sorteo en los municipios se
convirtió durante el siglo XVIII en el principal medio de aporte humano al
ejército. El procedimiento seguido para ello era muy similar en todos los
casos: los corregidores recibían una orden desde la Corte, siendo los
encargados de transmitirlo a los concejos de la provincia o distrito militar,
con indicación del número de soldados que debían de ser reclutados. Tras la
elaboración de una lista donde las autoridades municipales recogían a los
“mozos solteros” no exentos, se llevaba a cabo el sorteo público en el que se
extraían de un cántaro cédulas, de las cuales la blanca significaba librarse
del servicio.
La llegada de la dinastía Borbón en 1700 supuso el inicio de un amplio y
diverso conjunto de reformas que, si bien no cambiaron las bases sociales
del Antiguo Régimen, pusieron freno a la caída libre de la nación española,
dando lugar a una etapa de recuperación en el siglo XVIII.
30
CONTRERAS GAY, J., Las milicias provinciales en el siglo XVIII, Almería, 1993, pág.
13
31
ANDUJAR CASTILLO, F., Los militares en la España del siglo XVIII, Granada, 1991,
págs. 66-72.
27
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
A nivel militar las medidas adoptadas durante esta centuria fueron
encaminadas a lograr un ejército profesional y permanente. Se configuró
claramente como una “institución estamental”, al reproducir los esquemas
vigentes en la sociedad. Se atrajo a la nobleza a los puestos de la oficialidad,
mientras que los miembros del tercer estado constituyeron la masa de la
tropa. Los sistemas de reclutamiento sufrieron una profunda modificación
cuya principal nota definitoria fue la progresiva implantación de “un
servicio militar obligatorio”. Por otro lado las relaciones de mando y
organización se establecieron sobre un férreo sistema disciplinario y de
subordinación, lo que acabó asegurando la total centralización tanto del
ejército regular como de las milicias 32.
El iniciador de todas estas medidas en el campo militar fue Felipe V,
obligado a instaurar un cambio profundo por la falta de soldados y de
mandos preparados y por la imperiosa necesidad de ganar la guerra.
Durante el periodo 1701-1704 promulgó un amplio paquete legal de órdenes
y mandatos entre las que destacaron la Ordenanza de Flandes de 18-XII1701, la Real Ordenanza de 10-4-1702, la Real Cédula de 8-2-1704 y la Real
Cédula del 8-XI-1704 33.
5.a. La milicia de Chinchón (1693-1706).
Durante el siglo Ilustrado el ejército de los Borbones estaba integrado
por tres colectivos principales: Las “Tropas de la Casa Real”, las “Tropas de
Continuo Servicio” y las “Milicias Provinciales” 34.
Las “Tropas de la Casa Real” era una denominación que afectaba a
diversos cuerpos, cuyo principal cometido fue la seguridad del monarca, su
familia y sus lugares de residencia.
La “Tropas de Continuo Servicio”, era el ejército regular propiamente
dicho y el principal colectivo de los “Reales Ejércitos”. Incluía a los soldados
de infantería, caballería, dragones, artillería, ingenieros e inválidos, con
dedicación exclusiva a la profesión militar. También formaban parte de
ellas los cirujanos, clérigos y contables que conformaban el aparato logístico
de la institución.
32
Ibidem, págs. 27-33.
PUELL DE LA VILLA, F., “El reclutamiento de la infantería española”, en El soldado
desconocido. De la leva a la mili, Madrid, 1996, págs. 47-76
34
PUELL DE LA VILLA, F., “El punto de partida: los Reales Ejércitos”, en Historia del
ejército español, Madrid, 2005, págs. 25-62.
33
28
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
Los regimientos de milicias eran la tercera unidad incluida en las tropas
borbónicas. Esta estructura, concebida como cuerpo auxiliar del ejército
permanente para la defensa de costas y fronteras, databa del reinado de
Felipe II. La falta de presupuesto, unida a la seguridad del territorio español
durante los siglos XVI y XVII la acabaron convirtiendo en un cuerpo
ficticio.
En la etapa final del reinado de Carlos II (1669-1700) se intentó mejorar
la situación de las milicias, con el objetivo de reforzar la defensa interior de
una nación debilitada y poco preparada para afrontar ataques e invasiones
de las potencias rivales. Entre 1692 y 1696 se sucedieron mandatos reales
encaminados a la reorganización de esta frágil institución .
El condado de Chinchón se vio afectado por esta normativa, quedando
inscrito dentro de la demarcación militar de la sargentía mayor de
Guadalajara. A pesar de que siguió formando parte de la provincia de
Segovia, los motivos de carácter estratégico y geográfico llevaron a
Chinchón a su dependencia militar con el distrito de Guadalajara.
Recreación de la Batalla de Almansa: Soldados de infantería del siglo XVIII
El 5 de Noviembre de 1692 Don Agustín del Olmo, sargento mayor de las
milicias de Guadalajara, mediante Real Cédula fue nombrado responsable
de su restablecimiento 35. De todas las compañías incluidas en la
demarcación militar de Guadalajara, el reclutamiento de una de ellas
35
AMCH: 10393. Sobre los inconvenientes que surgieron en la formación de las milicias en
las sargentinas del distrito de Guadalajara, mandato del corregidor de Guadalajara,
Guadalajara, 10-5-1700.
29
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
recayó en el condado de Chinchón. Sus autoridades fueron informadas al
respecto por Don Agustín del Olmo.
En el año 1693 mediante sorteo del diezmo de vecindad, método de
recluta obligatoria, quedó constituida la compañía de Chinchón. Formaban
parte de ella 6 oficiales y 105 soldados, que habían sido repartidos
proporcionalmente entre la población de cada una de las villas
pertenecientes al condado 36. Cuantos más vecinos tuviese la localidad, más
milicianos debía aportar. De esta forma de los 105 soldados, 49 eran de
Chinchón; Ciempozuelos aportaba 18 militares; San Martín de la Vega, 15;
Seseña,12; Villaconejos, 7; Valdelaguna, 2; y Bayona, otros 2.
Los oficiales, todos ellos vecinos de Chinchón, eran los siguientes: Don
García Álvarez Gato, capitán; Pedro de las Olivas y Marchena, alférez;
Francisco Agudo, sargento; García Álvarez de Gato, “menor”, paje de jineta;
y Francisco Ayuso, tambor y pífano 37.
La lista de componentes de la milicia fue enviada en 1693 a la sargentía
mayor de Guadalajara, en cuya secretaría se guardó junto con las listas del
resto de compañías. Periódicamente, las localidades responsables del
reclutamiento debían mandar a Ambrosio Tadín, burócrata y escribano de
Guadalajara, noticias relativas a las altas y bajas. Sin embargo, desde la
muerte de este funcionario en 1696 hasta 1700 el proceso de actualización
quedó interrumpido. Por tal motivo el 10 de Mayo de 1700 Don Gregorio
González, “corregidor y justicia mayor de Guadalajara” y Don Agustín del
Olmo, sargento mayor, ordenaron a un intermediario, Don Juan Antonio
Zorrilla para que fuera a “todos los lugares de la provincia y su sargentía”
y obligara a las autoridades locales a que enviasen las modificaciones
sufridas en sus milicias, asegurándose además que todas contaran con el
mismo número de soldados establecido en el año 1693.
Las gobernantes de Chinchón cumplieron con las órdenes mandadas e
informaron a Don Juan Antonio Zorrilla de las novedades. En 1696, 6
jóvenes vecinos se habían inscrito voluntariamente para cubrir las posibles
bajas futuras de los 49 soldados repartidos a esta villa. Sus nombres eran:
Juan Roldan, Juan Fernández, Mateo de Ortega, Francisco González,
Francisco Ruiz y Francisco Sánchez 38.
36
AMCH: 10506. Lista de los componentes de la compañía de milicia de Chinchón,
Guadalajara, 31-5-1695.
37
Ibidem, nombre de los oficiales de la compañía, Guadalajara, 31-5-1695.
38
Ibidem, nombre de los voluntarios, año 1696.
30
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
A ellos se les sumaron en 1701 tres nuevos voluntarios: Andrés García,
Juan de Santos y Antonio Lizano. Tanto los reclutados obligatoriamente en
1693, como los incorporados por voluntad propia tenían entre 20 y 50 años
y en general procedían de las grupos sociales más humildes.
Los proyectos sobre milicias realizados por Carlos II continuaron
durante el periodo reformista de Felipe V con el objetivo de mejorar su
eficacia.
Sin embargo las expectativas de Felipe V se vinieron abajo por la falta de
presupuesto, y la oposición de la población civil que en el contexto de una
guerra trató por todos los medios de eludir su ingreso en las milicias.
En el año 1703 el elevado número de bajas por enfermedad junto con el
cumplimiento de los años de servicio hicieron que el capitán mayor y el
sargento mayor de Guadalajara ordenaran al corregidor del condado de
Chinchón la realización de un nuevo sorteo para remplazar las vacantes.
Cada una de las villas del condado organizaba individualmente el
reclutamiento. En esta fecha todavía se mantenía el sistema de sorteo
según el diezmo de vecindad. Solo una parte de la población, en su mayoría
solteros pertenecientes a familias de jornaleros o de similar extracción
social, entraba en suertes.
A pesar de la defensa leal de la causa borbónica, el reclutamiento forzoso
para engrosar las filas de la milicia contó con la antipatía del pueblo,
consciente de los peligros de la vida militar.
En el archivo municipal existen documentos referentes a los sorteos para
completar la compañía de milicia, realizados en los años 1703 y 1706. En
aquellas fechas todavía no se había establecido el reclutamiento anual y las
levas eran ordenadas por el monarca según la necesidad de efectivos
militares. En uno y otro año el malestar de los vecinos afectados fue
evidente. La mayoría era consciente de las irregularidades cometidas
durante el proceso, aumentando el descontento de los que “caían en
suerte”.
El día 13 de Noviembre de 1703 el capitán Don García Álvarez de Gato
notificó a Pedro el Recio, cabo de escuadra de su compañía, el castigo de
prisión domiciliaria al ser acusado de desacato a la autoridad e incitación a
la rebelión 39. El origen de esta sanción se encontraba en lo sucedido en el
ayuntamiento de Chinchón durante la mañana del 6 de Noviembre del
39
AMCH: 11130. Sorteo, año 1703, auto sobre el proceso de Pedro el Recio, Chinchón, 1311-1703.
31
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
mismo año. En esa fecha tuvo lugar en “las casas capitulares”, el sorteo
para reemplazar las plazas vacantes. Pedro el Recio llevaba sirviendo en la
compañía desde 1693. Había ascendido de soldado a cabo y conocía a la
perfección el peligro que corrían tanto él como sus compañeros.
Pedro el Recio tenía varios parientes que estaban dentro de la lista.
También sabía que de forma sospechosa una serie de personas no habían
sido inscritas. De esta forma se personó a las once de la mañana en el
ayuntamiento donde se habían reunido una gran cantidad de vecinos. El
sorteo estaba presidido por el corregidor Don Juan Antonio Ballesteros. La
mayor parte de los allí presentes empezaron a quejarse de la ausencia en la
lista de Manuel el Negro, Alejo López, Francisco Rodríguez, Eugenio la
Torre y Francisco Segovia, entre otros, cuya amistad con los grupos de
poder local les había servido para eludir el sorteo. La indignación era
máxima. Pedro el Recio se convirtió en portavoz del descontento y se
enfrentó verbalmente al corregidor a quien acusó de “no actuar con
justicia” 40. El revuelo acabó con la expulsión de Pedro de la sala. El
corregidor impuso por la fuerza el orden y el proceso continuó. Pedro el
Recio fue sometido a juicio por desacato, aunque no hemos encontrado la
sentencia del mismo. No obstante, estamos seguros de que tuvo que hacer
frente a una fuerte sanción económica.
El sentimiento de rechazo surgido en las villas y ciudades frente a los
reclutamientos forzosos aumentó con la Real Orden de milicias publicada
por Felipe V en 1704. De esta manera, los planteamientos de Carlos II
tenían continuidad con el primer rey Borbón, mientras que la población
civil no aceptaba de buen modo la obligada colaboración en la defensa de la
nación. Este nuevo modelo de leva forzosa acabará sustituyendo a la recluta
voluntaria, base de “los Tercios” durante los siglos XVI y XVII.
Los puntos clave del Reglamento de milicias del 8 de Febrero de 1704
eran los siguientes :
40
-
Formación de 100 regimientos de 500 infantes cada uno. Los 100
regimientos de milicias debían levantarse en las 17 provincias del
reino de castilla exclusivamente.
-
La unidad orgánica básica de estas milicias dejaba de ser el batallón
y pasaba a ser el regimiento. Cada regimiento se dividía en 12
compañías y lo integrarían un total de 500 soldados efectivos. Los
oficiales del regimiento serían por este orden jerárquico un coronel,
Ibidem, declaración de Pedro el Recio, Chinchón, 16-11-1703.
32
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
un teniente coronel, un sargento mayor, dos ayudantes, diez
capitanes, doce tenientes y doce sargentos.
-
A diferencia de la Real Cédula de 1693-1696, que establecía el
reclutamiento voluntario o por sorteo del diezmo de las poblaciones,
los soldados se reclutarían en 1704 entre todos los vecinos hasta
completar el número que le correspondía a cada partido 41. La
principal novedad era que los miembros de la nobleza podían entrar
en la milicia como “cadete” (10 por compañía). De esta forma se
pretendía crear una escuela de oficiales y dar una oportunidad a la
nobleza de contribuir a la defensa del reino, misión de la que se
había olvidado en los últimos tiempos.
-
La prioridad para entrar en el sorteo correspondía en primer
término a los mozos solteros y después a los casados.
-
Las compañías debían reunirse todos los domingos, y los
regimientos todos los meses para ejercitarse y pasar muestra ante el
comisario enviado por el rey.
La compañía de milicia de Chinchón se adaptó con absoluta normalidad
a los cambios marcados por el Reglamento de 1704. Desde esta fecha se
incrementaron los días destinados al entrenamiento con las armas y a la
instrucción de sus componentes, debido a una más que probable e
inminente intervención en el conflicto sucesorio. Don García Álvarez de
Gato continuó siendo su capitán. Vecino de Chinchón, era “hidalgo de
sangre” 42 y Caballero de la Orden de Santiago. Tenía diferentes negocios
que atender en Madrid, ciudad donde residía en ciertas épocas del año.
Como noble y propietario, Don García ocupó el cargo de regidor en el
ayuntamiento en los años 1700, 1702, 1710 y 1715. Así mismo figuró como
alcalde ordinario en 1704. Uno de sus hijos se llamó como él y para
diferenciarle de su padre le denominaremos Don García Álvarez de Gato
junior. Este último, también fue caballero de la Orden de Santiago y
siguiendo los pasos de su progenitor ingresó en 1693 como “paje de jineta”
en la misma compañía.
El 27 de Abril de 1706, el capitán Don García Álvarez de Gato recibió de
manos de las autoridades locales un mandato enviado por Pedro Molina
Miñano, corregidor y capitán mayor de la provincia y sargentía mayor de
41
DEL BRAVO, Mª. A. ET ALII: “El reglamento de 1704 y la nueva constitución de
milicias”, en La Guerra de Sucesión en la provincia de Jaén, Jaén, 2002, págs. 122- 134.
42
AMCH: 15738. Padrón y vecindario general de Chinchón de 1718, Chinchón, 7-10-1718.
33
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
Guadalajara, en el que se instaba inmediatamente a que “salgan todas las
milicias comprendidas en las ciudades, villas y lugares, de esta provincia,
y sargentía para la Extremadura a invadir a los enemigos de esta corona,
y defender la pureza de nuestra religión Católica, que infestan a dicha
Extremadura desde que se han apoderado de Alcántara, y con la pérdida
de plaza tan importante pueden tener la comunicación con Andalucía
donde están prevenidas sus milicias para la defensa de Cádiz,
mayormente hallándose el rey con su ejército en el Principado de
Cataluña” 43.
El momento del combate se acercaba para los milicianos. El mismo 27 de
Abril Don Diego de Zurita, teniente de corregidor; Don Francisco Calva y
Manuel de las Olivas, alcaldes ordinarios; y Don García Álvarez de Gato
fueron a buscar a los integrantes de la compañía a sus respectivas casas
para comunicarles la orden anterior. Tan solo pudieron localizar a Pedro de
las Olivas y Marchena, alférez, Andrés Recio, sargento, Pedro el Recio,
Pedro de Vega, Tomás de las Olivas, Felipe Rodríguez, Gabriel de Recas,
Francisco Oñate, Antonio de Mejorada, Juan Gaitán, yerno de Gómez,
Alonso Manquillo y Miguel Carretero.
Al día siguiente continuaron las notificaciones, directas o indirectas, con
el fin de ordenar su salida inmediata. Además el pregonero Juan Martínez,
obedeciendo a los alcaldes de la villa, “se dirigió junto con otra persona con
tambor y junto con uno de los cabos de la compañía a publicar en la plaza
y en las calles acostumbradas” 44 la orden de su majestad consistente en
que la milicia de Chinchón debía partir de inmediato “a la ciudad de
Guadalajara para desde allí pasar a Extremadura”.
A las doce de la mañana del día 29 de Abril, ante la incomparecencia de
numerosos milicianos, se publicó un nuevo bando que establecía multas y
penas sobre quienes no se presentasen durante las seis horas siguientes en
la plaza del ayuntamiento.
El 1 de Mayo las autoridades municipales pasaron muestra e hicieron la
lista definitiva de los militares presentados en las casas capitulares. Se
contabilizaron 42 componentes, 4 de ellos oficiales: Don García Álvarez de
Gato, capitán, Pedro de las Olivas y Marchena, alférez, Andrés Recio,
sargento y Pedro el Recio, cabo. Además se habían incorporado como
voluntarios 5 jóvenes vecinos de la localidad: Francisco Perogordo,
Cristóbal García, Miguel Manquillo, Francisco Bravo y José de Recas. Con
43
AMCH: 13610. Órdenes, oficios y cumplimientos sobre milicias, provisión de Pedro
Molina Miñano, Guadalajara, 20-4-1706.
44
Ibidem, órdenes para la salida de la milicia, Chinchón, 28-4-1706.
34
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
su presencia quedó disimulada, en cierta medida, la incomparecencia de 11
soldados que habían incumplido con sus obligaciones, quedando expuestos
a la justicia como desertores.
Las dificultades para reunir al completo la compañía demostraban el
rechazo social hacía el reclutamiento forzoso.
Finalmente el día 7 de Mayo los soldados partieron hacia Guadalajara, a
donde llegaron el día 9. Tras recibir las instrucciones debidas reanudaron
su camino rumbo a Madrid. El 4 de Junio, recién llegados a la capital los
milicianos, siguiendo las órdenes reales, se integraron dentro del
regimiento de infantería del marqués de Tenebrón, coronel de dicha
unidad. Debido al excesivo número de oficiales en este regimiento se
concedió permiso para la vuelta a casa del capitán, Don García Álvarez de
Gato. De esta forma su milicia se desintegraba aunque sus hombres
participaron en las campañas de Extremadura en el verano de 1706 45.
Los últimos días de la milicia de Chinchón se vieron salpicados por un
asunto polémico que acabó enfrentando al hijo de Don García Álvarez de
Gato con el alférez Pedro de las Olivas y Marchena. El motivo de la
discusión se debía a la pugna de ambos por obtener el cargo de Teniente de
capitán, puesto que conllevaba privilegios y mercedes apetitosas. Se trataba
de un cargo establecido por el Reglamento de 1704 donde se concedía la
prioridad en el nombramiento al alférez más antiguo de la compañía.
Por ley, Pedro de las Olivas y Marchena debía ser el beneficiado. Sin
embargo las familias nobles de Chinchón, que monopolizaban los
principales puestos del ayuntamiento, se unieron para defender la
candidatura del hijo de Don García Álvarez de Gato.
Don Diego de Zurita y Mendoza, teniente de corregidor; Francisco Calva
alcalde ordinario por el estado noble; Don Jacinto de Laiseca y Alvarado y
Don José de la Fuente y Calva; todos ellos hidalgos, se posicionaron
ferozmente a favor de Don García Álvarez de Gato junior, basándose en su
hidalguía y en su experiencia como “cadete”.
Sin embargo Pedro de las Olivas y Marchena, veterano soldado con más
de trece años sirviendo como alférez en la milicia, era consciente de que la
ley le daba la razón. Asesorado por su pariente Manuel de las Olivas, alcalde
ordinario por el estado general, no dudó en reivindicar su derecho al cargo
y para ello se dirigió al Consejo de Guerra.
45
Ibidem, llegada de la milicia a Madrid y próximos destinos, Madrid, 4-6-1706.
35
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
El pleito entre los dos candidatos se alargó durante todo el mes de mayo
y pese a las maniobras de la elite hidalga, al final, bajo pena de fuertes
sanciones económicas, el ayuntamiento tuvo que acceder a la decisión de
Don José Carrillo, secretario del Real Consejo de Guerra : “Yo el escribano
por petición de Pedro de las Olivas y Marchena requerí, con la carta orden
de los señores del Consejo de Guerra de 31 de Mayo firmada por Don José
Carrillo, a los señores Don Francisco Calva y Manuel de las Olivas,
alcaldes ordinarios por ambos estados; Don Jacinto Laiseca y Alvarado y
don José de la Fuente, regidores por el estado noble; Francisco Clemente
Seseña y José González, regidores por el estado general. Estando juntos en
el oficio de ayuntamiento y por sus mercedes vista, oída y entendida, la
obedecían, y obedecieron con el respeto debido, y en su cumplimiento
revalidaban y revalidaron el nombramiento hecho de teniente de capitán
en el dicho don Pedro de las Olivas y Marchena, y le vuelven a hacer de
nuevo, y le tienen por tal teniente de capitán y cabo subalterno de la
compañía de milicias de esta villa y lo firmaron” 46.
Ante la sentencia definitiva, el enfado de Don García Álvarez de Gato
junior fue notable y pudo ser uno de los motivos que le llevaron a enrolarse
en el ejército del Archiduque Carlos. Según está documentado combatió
como capitán de corazas y su labor fue reconocida por el Archiduque,
premiándole con la concesión del título de marqués de Álvarez de Gato en
1718.
5.b. Nuevas llamadas a las armas (1707-1712).
Con la disolución de la milicia de Chinchón, “la contribución de sangre”
continuó recayendo en la villa a través de la aportación de hombres para el
ejército regular. No obstante, la forma de reclutarlos no varió en lo
fundamental. Tras recibir la notificación correspondiente, el corregidor
junto con el resto de autoridades municipales elaboraban una lista de los
mozos capaces para tomar armas y a continuación se sorteaban las plazas.
Entre 1707 y 1709 los soldados continuaron siendo enviados a la
sargentía mayor de Guadalajara. Entre estos años las exigencias de
militares fueron mínimas, lo que estuvo relacionado, a nuestro juicio, con
el perdón general de impuestos y contribuciones otorgado por Felipe V a
Chinchón, tras el terrible daño causado por las tropas del Archiduque en el
verano de 1706. De este modo, son escasas las noticias referentes al sorteo y
envío de mozos al frente. Entre ellas debemos citar la queja dada el 26 de
Marzo de 1709 por parte de las autoridades de Guadalajara “a las justicias
46
Ibidem, resolución definitiva del ascenso a teniente de capitán Chinchón, 5-6-1706.
36
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
de Chinchón por haber mandado un sujeto incapaz para el servicio de la
guerra a causa de tener hinchados los muslos, piernas y todo el cuerpo” 47.
Desde mediados de 1709 hasta 1712 la demanda real de militares se
incrementó notablemente, encontrándonos con el periodo de mayor
aportación de hombres para el combate por parte del municipio. Esta
tendencia fue general para el resto del territorio peninsular, ya que se
trataron de los años más decisivos de cara al desenlace definitivo del
conflicto.
Siguiendo las instrucciones del Consejo de Guerra, a partir de mediados
de 1709 los reclutados en Chinchón fueron enviados a la provincia de
Segovia, con lo que el condado abandonó su anterior dependencia militar
con respecto a Guadalajara. A partir de entonces, el corregidor de Segovia,
siguiendo las órdenes de Felipe V, comunicaba las diferentes convocatorias
de levas. De igual modo llegaba a Chinchón, vía corregimiento de Segovia,
multitud de mandatos reales premiando a los que ingresaban en el ejército.
En uno de ellos, con fecha de 8 de Octubre de 1709, quedaban establecidos
los siguientes privilegios:
“A los que sirvan durante tres años desde Enero de 1710 gozarán de
exención del servicio ordinarios y extraordinario, oficios y cargas
concejiles. Disfrutarán de este privilegio su mujer, sus padres y el
hermano que en defecto del padre y del soldado quedare con el cuidado de
la casa (...). Por lo que toca a los nobles, declara su Majestad, que cada
año que sirvieren, desde el referido tiempo en adelante, sean reputados
por dos años de servicios, para cualquier merced o gracia que pidieren; y
además tendrán especial gratitud para cualquier pretensión que se les
ofrezca de sus personas o casas, o para sus parientes cercanos, y
especialmente, para mercedes de hábito y empleos correspondientes a su
calidad” 48.
A pesar de estas ventajas y privilegios, los voluntarios fueron escasos,
viéndose obligado el soberano a organizar continuas reclutas forzosas de
cara a disponer de los suficientes efectivos militares para afrontar con
garantía de éxito las campañas bélicas.
47
AMCH: 11711. Correspondencia a la Justicia de Chinchón, sobre el envío de mozos no
apropiados para el servicio real, Guadalajara, 26-3-1709.
48
AMCH: 16562. Bandos sobre la Guerra de Sucesión, Real Orden de Felipe V, Madrid, 810-1709.
37
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
Recreación de la Batalla de Almansa: Soldados de infantería
El 1 de Diciembre de 1709 las autoridades de Chinchón recibieron una
orden del corregidor de la ciudad de Segovia, fechada el 17-11-1709,
obligándoles a participar en el repartimiento de soldados, establecido en
función de los habitantes de los diferentes lugares, para la provincia
segoviana. De esta manera al condado le correspondía entregar 27 soldados
junto con una contribución de
63 reales por militar enviado.
Concretamente, de la cifra total a la villa Chinchón le correspondían 11
soldados y la cantidad de 693 reales 49. A Villaconejos 2 hombres de armas y
126 reales. A Ciempozuelos, 6 soldados y 315 reales. Seseña debía
contribuir con 3 militares y 189 reales. Valdelaguna y Bayona entregaba
conjuntamente 1 soldado y 126 reales ya que pagaban 63 reales “por dicho
soldado y por otro que tocó a Ciempozuelos”. A San Martín de la Vega le
tocaron 4 hombres de armas y 252 reales.
El 30 de Agosto de 1710 Don Juan Bautista de Bereceibar y Segovia
“caballero de la Orden de Santiago, corregidor y superintendente general
de la ciudad de Segovia y su provincia y capitán de guerra de ella y de su
sargentía” notificó a Chinchón la carta orden del marqués de Bedmar,
“primer ministro de la Guerra con fecha 25 el corriente”, en la que se
señalaba la necesidad de completar los regimientos de infantería del
ejército de Aragón. Por ello mandaba un nuevo repartimiento, realizado
como el anterior en relación al vecindario. A la provincia de Segovia le
tocaba el envío de 450 soldados. De esos 450, el condado de Chinchón
aportaba 27.
49
AMCH: 5663. Diligencias relativa a sorteos, leva de Diciembre de 1709, Chinchón, 1-121709.
38
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
Según la orden del marqués de Bedmar, cada villa debía “ hacer sorteo
entre los mozos solteros y a falta de ellos los casados de tres años a esta
parte, que sean hábiles, y de edad , estatura y disposición para el manejo
de las armas, quedando los lugares obligados a reemplazo de la gente en
caso de deserción o muerte” 50.
Las nuevas tropelías cometidas por las tropas del Archiduque Carlos
sobre Chinchón entre los meses de Septiembre y Noviembre de 1710
retrasaron la organización y el envió de la leva hasta el 19 de Enero, cuando
Juan Rodríguez, “escribano perpetuo y mayor del ayuntamiento de
Segovia”, reconoció la entrega por parte de Francisco el Recio, regidor de
Chinchón, de los 11 soldados repartidos cuyos nombres eran: Diego
Herrera, Manuel Guzmán, Francisco González, Andrés Bendicho, Pablo
Ortega, Juan Turregano, Juan Antonio de Ávila, Miguel López, Antonio
Martínez, Miguel Martínez y Alfonso Martínez.
En 1711 Felipe V, ante las acuciantes necesidades de efectivos militares,
ordenó dos nuevas levas. La primera fue convocada en Enero. En
proporción a sus habitantes, la provincia de Segovia estaba obligada a
contribuir con 495 militares. De esa cifra a la villa de Chinchón le
correspondía la entrega de 14 hombres y el pago de 65 reales por militar. No
obstante, el proceso de recluta se retrasó. El 3 de Marzo las autoridades
municipales explicaban los motivos de la tardanza: “estando esta villa de
Chinchón para ejecutar el sorteo de 14 soldados que le tocan según
vecindario en virtud de orden de su majestad que Dios Guarde, se han
ofrecido diferentes dificultades como son que la orden que vino de la
ciudad de Segovia no explica los que se han de exceptuar. Y entre los
solteros que hay en esta villa hay pretensiones de excusas, unos por hijos
únicos de viuda; y otros aunque no lo son quieren gozar de esa
preeminencia por decir que sin embargo de tener la viuda otros hijos
casados o sacerdotes, ser el que pretende el encargado del cuidado de la
manutención de la hacienda de su madre y cuidados de su casa; y otros
que sus padres tienen dos pares de labor y no tienen más de un hijo que
cuide de ella y el padre de mucha edad; y otros que están tratados de
casar, y los que son parientes puestas dispensaciones; y respecto de no
haber determinado el ejecutar dicho sorteo sin resolver estas dudas en la
alta consideración de vuestra excelencia ” 51.
Detrás de todos estos interrogantes mostrados por la población civil se
encontraba la antipatía social hacia el cumplimiento del servicio militar
obligatorio. Los gobernantes del municipio hicieron frente a las actitudes de
50
51
Ibidem, leva de Agosto de 1710, Segovia, 30-8-1710.
Ibidem, leva de Enero de 1711, Chinchón, 3-3-1711.
39
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
rebeldía. Tras muchas dificultades, el 22 de Abril Chinchón entregó a
Segovia 10 de los 14 soldados estipulados en la leva. Sus nombres eran:
Francisco Rodríguez, Alfonso García, Manuel Martínez, José García, José
Vicente, Juan de Cámara, Benito Sánchez, Manuel Fernández, Juan de
Velasco y Manuel Agudo.
No obstante, siguiendo los dictados del rey, el 30 de Junio de 1711, el
corregidor de Segovia transmitió su descontento a los numerosos lugares
que no habían cumplido de forma íntegra con el repartimiento, al tiempo
que los instó urgentemente para hacer efectivo las cantidades pendientes,
tanto en número de hombres como en dinero.
Finalmente el 19 de Julio los gobernantes de Chinchón entregaron a José
de Riofrío, oficial encargado de las reclutas en Segovia, los 4 militares
restantes, que atendían a los nombres de Diego Pintado, Juan Corralero,
Juan Romeral y Juan de Domingo.
Las dificultades para dar satisfacción a las exigencias de Felipe V se
multiplicaron en la segunda leva de 1711, ordenada el 28 de Julio. Quince
días después de haber cumplido con lo requerido en el mes de Enero,
llegaban noticias sobre la nueva petición real a Chinchón 52.
En otra carta mandada por Don Juan Antonio de Bereceibar el 28 de
Agosto quedaba reflejado la distribución del nuevo repartimiento en
nuestro condado: A Chinchón, le correspondía la entrega de 6 hombres;
Villaconejos y Valdelaguna debían entregar conjuntamente 1 soldado;
Ciempozuelos 3; Seseña 2; y San Martín de la Vega 1. Para gastos militares
el condado debía entregar un real y medio por vecino, lo que suponía un
total de 1500 reales.
Chinchón, completamente asfixiada, no pudo enviar en las fechas
establecidas ni su cupo de soldados, ni el pago en metálico. El retraso se
alargó hasta el mes de Noviembre. El 13 de este mes, Gabriel de la olivas,
delegado de las autoridades del municipio, hizo entrega al corregidor de
Segovia la cantidad de 1000 reales, correspondientes a las multas, atrasos y
contribución del real y medio. Igualmente le entregó 6 militares, que sin
embargo no fueron aceptados “por ser inhábiles”.
El 21 de Noviembre la villa recibió un ultimátum del marqués de
Bedmar, que obligaba inmediatamente a realizar el sorteo para sacar los 6
militares repartidos. En caso de no realizarlo urgentemente la multa
impuesta ascendería a los 200 ducados. Ante la gravedad de los
52
Ibidem, leva de Julio de 1711, Segovia, 28-7-1711.
40
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
acontecimientos, las autoridades locales ordenaron la elaboración de la lista
de mozos, quedando inscritos 236 jóvenes.
El 22 de Noviembre “se echaron las suertes”:
“En la villa de Chinchón en 22 días del mes de Noviembre año de 1711;
los señores Don Jerónimo Ortiz de Zárate, corregidor y justicia mayor de
esta villa de Chinchón y demás de su partido: Don Diego de Zurita y
Marco Antonio Camacho, alcaldes ordinarios por ambos estados; Pedro
de las Olivas González y Pedro de las Olivas y Marchena, regidores por el
estado general. Y en compañía de mí el escribano, pasaron a las casas
capitulares como a la hora de las tres de la tarde para efecto de hacer el
sorteo de los seis soldados que se expresan en las diligencias antecedentes.
Habiendo prevenido para ello cuarenta bolas de madera con agujero en
que meter una cédula, se trajo una almohada para ir sorteando las seis
suertes que corresponden a dichas personas, las tres de ellas a cuarenta,
las dos a treinta y nueve, y la última y sexta a treinta y ocho. Y en cada
una de dichas bolas se entró una de dichas cédulas en blanco, excepto una
que decía soldado, y habiéndolas metido con todas y registradas en dicha
almohada, se barajaron y se llamó a cada uno de las personas que
asistieron para que fuesen sacando suerte y la que se sacaba en blanco
quedaba libre y la que decía soldado se le sentaba y escribía para tal en la
forma siguiente 53:
- En la primera cuarentena entrada la mano Diego de las Olivas,
vecino de esta villa y familiar del Santo Oficio y salió por soldado
Francisco Rodríguez, hijo de Gonzalo y María González Montoya, soltero
y salió a la decimoquinta bola.
- En la segunda cuarentena, habiendo vuelto a entrar dichas bolas en
dicha almohada registrada y la una que daba asimismo soldado; entró la
mano Pedro de Plata, vecino de ella y fue sacando bolas y a la octava bola
salió la cédula que decía soldado y tocó la suerte a Francisco Carretero,
hijo de Francisco, vecino de esta villa y mozo soltero.
- En la tercera suerte que se compuso de treinta y nueve personas se
echaron otras tantas bolas en dicha almohada con dichas cédulas en
blanco y una que decía soldado, y se barajaron y se llamó por dichos
señores a Juan López, vecino de dicha villa para que sacase dicha suerte,
quien fue sacando bolas y a la veinte salió por soldado Fernando Nieto,
hijo de Francisco y de Juan, vecino de esta dicha villa y mozo soltero”.
53
Ibidem, sorteo de la leva de Julio de 1711, Chinchón, 22-11-1711.
41
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
No obstante, Fernando Nieto, exento por razones médicas, fue
reemplazado por Juan Ruiz.
- “En la cuarta suerte se hicieron las mismas diligencias y entraron
cuarenta personas y habiéndose entrado otras tantas bolas en dicha
almohada con la que decía soldado, sacó la suerte Francisco Díaz López y
a la treinta y cuatro bolas salió por soldado Isidoro Bravo, mozo soltero,
hijo de Alonso y de Jerónima García”.
- “A la quinta suerte entraron y se compuso de treinta y nueve personas
en la forma referida y habiendo barajado dichas bolas sacó la suerte
Diego el Recio y salió por soldado Juan Fernández, hijo de Jacinto
Fernández, y salió la suerte a la veintiocho bolas”.
Juan Fernández, exento también por cuestiones médicas, acabó siendo
reemplazado por Juan Tabares.
- “A la sexta y última suerte que se compuso de treinta y ocho personas
se hizo la diligencia de bolas en la forma referida. Sacó la suerte el
licenciado Manuel Eugenio de Recas, abogado de los Reales Consejos,
vecino de ella, y a las veintitrés bolas sacó la de soldado que tocó a
Francisco García, hijo de Juan y Jerónima, vecinos de esta villa y mozo
soltero (......)”.
El 3 de Enero de 1712 los soldados de Chinchón, Francisco Rodríguez,
Francisco Carretero, Isidoro Bravo, Juan Ruiz, Juan Tabares y Andrés
Fernández fueron entregados al corregidor de Segovia, cumpliendo la villa,
definitivamente, con el repartimiento 54.
Desde 1712 hasta el final del conflicto sucesorio la villa no tuvo que
colaborar en nuevas levas, lo que trajo dosis de tranquilidad y cierto alivio a
sus habitantes, después de unos años especialmente duros.
5.c. El rechazo social al reclutamiento.
El proceso de desentendimiento del ejército español por parte de los
voluntarios fue atajado por el amplio programa de reclutas forzosas llevadas
a cabo por Felipe V.
Durante la Guerra de Sucesión (1700-1715) sus súbditos castellanos
mostraron una actitud manifiesta de rechazo hacia las levas, que absorvían
54
Ibidem, trámites finales de la leva de Julio de 1711, Segovia, 3-1-1712.
42
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
parte de la población joven de las diferentes localidades. Los padres
contemplaban como sus hijos partían hacia un destino incierto, donde sus
vidas se enfrentaban a los peligros diarios del frente.
La tensión y el descontento en las villas aumentó, conforme las clases
populares comprendieron que el peso de la llamada “contribución de
sangre” recaía sobre ellas, en tanto en cuanto los grupos más poderosos
conseguían esquivarla haciendo uso de las exenciones, el pago de sustitutos
y diferentes artimañas que evidenciaron la poca equidad del sistema. En los
municipios los rumores de tráfico de influencias, sobornos e irregularidades
durante los sorteos de la leva no hicieron más que sucederse.
La aceptación de la milicia como una obligación del pueblo hacia el
Estado fue uno de los objetivos que se marcó la dinastía Borbón, aunque a
principios del XVIII la población civil trató por todos los medios, unos más
lícitos que otros, de evitar el servicio de las armas.
A nivel jurídico entre 1700 y 1715 existieron situaciones que
permitieron al individuo esquivar su ingreso en la tropa. La ley
contemplaba la exención militar para:
-
-
Hombres menores de 20 años y mayores de 50.
Nobles e hidalgos. Cuando participaron, lo hicieron de forma
voluntaria, ocupando los puestos de la oficialidad.
Miembros del Tribunal de la Inquisición.
Sacristanes o sirvientes de cualquier iglesia.
El “síndico de la religión de San Francisco”.
Un mayordomo de cada comunidad eclesiástica.
Burócratas y alto funcionariado de la administración.
Escribanos del cabildo y de número.
Profesiones como médico o cirujano.
Los maestros de escuela.
Labradores con dos untas de mulas o bueyes.
Mayorales de ganado.
Los que tuvieran cuatro hijos.
Los casos de hijos únicos solteros que “han de salir de la
suerte el padre y hermanos, porque en cada casa no ha de
haber más de uno, y si saliese el padre, y el hijo quisiese
sentar por él, sea el padre libre de ellos”.
Los “inhábiles” por enfermedad. Se incluían “aquellos
quebrados con rotura, cojos, mancos o convalecientes de
diferentes achaques bajo declaración y juramento del
médico y cirujano”.
43
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
En Noviembre de 1703 y Mayo de 1706 se convocaron sendos sorteos en
Chinchón para ocupar las plazas vacantes de su compañía de milicia. Las
autoridades de la villa recibieron diferentes peticiones de exención. La
mayor parte de ellas hacían referencia a motivos médicos que impedían al
mozo en cuestión entrar la lista y evitar, de esta forma, el sorteo.
Las solicitudes para quedar exentos eran enviadas al ayuntamiento. En
caso de alegar enfermedad o impedimento físico, debía incluir
obligatoriamente la declaración del doctor o cirujano de la villa.
El 1 de Noviembre de 1703 el médico Jaime Valles reconoce bajo
juramento que el mozo Manuel González padecía la enfermedad de gota
coral o epilepsia, que le impedía realizar una vida normal, así como cumplir
con el ejercicio de las armas.
El 2 de Noviembre de 1703 Diego Ruiz alegaba certificado médico por
“padecer desde hace tiempo el mal de ciática”.
El mismo día 2 de Noviembre Manuel Ocaña, señalaba que “es vecino de
Chinchón y ante vuestra merced comparezco en la mejor forma que haya
lugar en derecho y digo que en la lista y nómina que se ha hecho para el
reemplazamiento de las plazas de soldados que faltan para la milicia que
se formó en 1693, se me ha puesto y sentado. Y respecto de estar excusado
de entrar en dicho sorteo por padecer una manquedad en el brazo
izquierdo con el cual no puedo ejercitar el uso de las armas y juntamente
padezco en dicho brazo muy frecuentemente unos dolores que me
molestan demasiado” 55.
El 3 de Noviembre de 1703 Gaspar Romano presenta sus alegaciones
con la declaración jurada de Jacinto Martínez, médico de Chinchón. En ella
certificaba que el joven “padece hernia intestinal, por la cual rotura se le
bajan los intestinos al escroto, en grande abundancia”.
En ocasiones las reclamaciones se producían una vez el mozo era elegido
por sorteo. El 29 de 1703 de Noviembre Diego García exponía: “que dado
que me tocó ser soldado y como tal se me ha citado para cierto alarde que
se quiere hacer, al cual no puedo asistir, como a cualquier otra función
tocante a la guerra por hallarme con un accidente de gota coral” 56. Dicho
padecimiento estaba justificado por la firma del cirujano Alberto de la
Torre.
55
56
AMCH: 15392. Petición de ser eximido de sorteo, Chinchón, 3-11-1703.
Ibidem, Chinchón, 29-10-1703.
44
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
En el sorteo de Mayo de 1706 para reemplazar nuevas vacantes, los
alcaldes ordinarios volvieron a recibir numerosas solicitudes de exención
por enfermedad. El 4 de Mayo, el cirujano Jacinto Martínez declaraba que
Pedro Manquillo “padece una hernia intestinal en el lado derecho y por la
tal rotura se le caen los intestinos”.
Al mismo cirujano se le acumulaba el trabajo ya que en ese día
“certificaba haber visto y reconocido a Manuel González el cual padece
una dislocación de cadera izquierda que le impide caminar durante largo
tiempo”.
Con la desaparición de la milicia de Chinchón en 1706, se generalizaron
en la villa los sorteos para ocupar plaza de soldado en el ejército regular. La
respuesta de la población fue similar y a cada convocatoria las autoridades
municipales tuvieron que hacer frentes un sin fin de peticiones de
exención: cojera, manquedad, hernia intestinal, epilepsia, dolores en las
articulaciones, problemas asmáticos y tumores figuraban entre las
enfermedades, unas más ciertas que otras, expuestas por los mozos y
firmadas por el médico Jacinto Valles o los cirujanos Jacinto Martínez,
Alberto de la Torre, Juan Romero Marín y Ángel López Platas. Ninguno de
los cinco escapó de las sospechas de soborno que se intuyen en algunas de
sus declaraciones juradas.
Junto con las alegaciones médicas, otras justificaciones expuestas ante
los alcaldes ordinarios de Chinchón para evitar el servicio militar estuvieron
relacionadas con la profesión ejercida o con situaciones personales
problemáticas o de desamparo.
Con respecto a las primeras, el 31 de octubre de 1703 Gabriel Romero
señalaba que “se me ha alistado para entrar en sorteo pero estoy excusado
por orden real por ser labrador y tener como tengo dos pares de yuntas de
mulas” 57.
El 2 de Noviembre de 1703 Juan Romero Marín y Ángel López Platas,
cirujanos de esta villa, solicitaban quedar exentos debido a su oficio y a “que
acudimos con cuidado a la curación de pobres y a las asistencia de
hospitales”.
En el año 1708 Bernardo del Pozo, mayoral de ganado lanar de Manuel
Bravo se explicaba así: “digo que vuestra merced me tiene preso en la
cárcel pública de dicha villa para llevarme por soldado para reintegrar
57
AMCH: 10394. Petición de exención de sorteo por tener dos yuntas de mulas, Chinchón,
31-10-1703.
45
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
ciertas plazas. Y por cuanto yo me encuentro por ahora libre del servicio a
su Majestad por ser como soy tal mayoral, los cuales están exentos por
Real Cédula”.
Otros vecinos trataban de justificar su imposibilidad de entrar en el
ejército aludiendo a situaciones problemáticas de carácter personal o
familiar. El 4 de Mayo de 1706 Ana Fernández, en representación de su
marido Juan Perucho declaraba: “que ha llegado a mi noticia, que en la
lista y nómina de todos los vecinos de esta villa para el sorteo de soldados
milicianos, y reintegración de la milicia que se formó el año pasado de
1693, se le ha alistado y puesto en ella a dicho mi marido como vecino que
es de esta villa, y respecto de hallarse con muchos achaques continuos,
tales que no le dejan ser dueño de sus acciones y cada día se está puniendo
en cura, sin que en ello pueda lograr un mero alivio; y además el tener
cinco hijos, los tres suyos y los otros dos del primer marido que yo tuve,
más todos al presente están debajo del amparo y protección de dicho mi
marido asistiéndoles a todo lo necesario, como si fuera padre legítimo de
ellos, por lo que se le debe libertar y eximir de entrar en dicho sorteo, y
borrarle y tildarle de dicha lista, en atención a lo referido (...). Otro si digo
que además de lo referido, tiene el dicho mi marido, alistado mi hijo, que
es Pedro de Algovia, el cual es de los que están debajo de su protección, por
cuya razón debe ser el dicho Juan Perucho, exento de dicho sorteo”. 58
Los mozos no exentos conformaban la lista definitiva de los que
entraban en suertes. Quienes no sacaban del cantarillo una cédula blanca se
convertían en soldados. Una vez en el ejército la única forma de escapar era
a través del delito, convirtiéndose en desertores.
La deserción fue un grave problema con el que se toparon los oficiales de
las tropas Borbónicas. Para combatirlo, se publicaron numerosos bandos en
donde se comunicaban los castigos para quienes huían del frente: pena de
galeras, destino a los presidios del norte de África o América; y pena de
muerte a los reincidentes.
Los concejos eran responsables en todo momento de las acciones de sus
reclutas, por lo que se consideraba las deserciones de su responsabilidad,
debiendo en caso de producirse, apresar al huido y aportar un sustituto.
El 26 de Agosto de 1708, Francisco de la Fuente, alcalde ordinario de
Chinchón extendió a la villa de Colmenar una “carta requisitoria” que
expresaba el contenido de otra carta orden realizada por el licenciado “Don
Jerónimo Francisco de Villarreal y Caviedes, alcalde mayor de la ciudad
58
AMCH: 15392. Petición de ser eximido de sorteo, Chinchón, 4-5-1706.
46
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
de Guadalajara y su sargentía mayor, juez privativo para lo soldaos de la
leva y su reemplazo”. Ésta orden, siguiendo los designios de su majestad,
instaba a Chinchón a reemplazar a Marcos García, José de Silva y Francisco
Recas, soldados del municipio que no se habían presentado en Guadalajara
junto con el resto de la compañía. Según ciertas noticias se encontraban
residiendo en Colmenar. Desde Chinchón se pidió a los alcaldes de
Colmenar la colaboración en la búsqueda y captura de los desertores 59.
Al tener conocimiento de la persecución, los fugitivos salieron del
término de Colmenar sin que las autoridades lograran detenerlos. La
noticia se extendió a la mayoría de los pueblos de la zona. En Pinto las
autoridades apresaron a José de Silva, llevándole a Chinchón donde fue
encarcelado en espera del juicio. Sus otros dos compañeros de fuga lograron
evitar los castigos al no ser encontrados. Seguramente huyeron lejos de su
villa natal.
Chinchón. Foto Panoramio.com
6. Civiles y militares. Una convivencia problemática.
6.a. Las tropas del Archiduque llegan a la villa en 1706.
Durante el Antiguo Régimen una de las cuestiones que provocaba fuertes
tensiones sociales venía motivada por el contacto entre la población civil y
los militares en épocas de enfrentamiento armado. La Guerra de Sucesión
(1700-1715) no fue una excepción a la regla y la conflictividad estallaba con
frecuencia cuando las tropas llegaban a un municipio, estableciendo su
campamento en torno a él. En un abrir y cerrar de ojos la paz cotidiana
59
10971. Requisitoria de tres soldados, Chinchón 27-8-1708.
47
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
desaparecía y surgía un ambiente de caos y anarquía cuya prolongación en
el tiempo dependía de las circunstancias.
El archiduque Carlos de Austria.
Chinchón no fue ajeno a esta situación. A pesar de su partidismo
borbónico, destacamentos de uno y otro bando protagonizaron actos de
violencia y saqueo sobre sus vecinos, aunque las invasiones de militares
austracistas provocaron mayor impacto y miedo por tratarse del enemigo
oficial.
En el verano de 1706 se produjo la llegada del ejército aliado del
marqués de las Minas que estuvo y residió en la villa y sus alrededores
desde el 14 de Agosto hasta el 9 de Septiembre. Felipe V había huido de
Madrid y el centro peninsular se convirtió en un territorio controlado por
los aliados.
El partidismo de Chinchón hacia Felipe V le trajo consecuencias
funestas. En un principio se intentó establecer una situación de equilibrio
pero al final acabó degenerando en un saqueo brutal que esquilmó los
recursos de la villa.
48
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
Fue tal el destrozo producido que en Noviembre de 1706 las autoridades
locales, a instancias del procurador síndico del concejo, Manuel de Ortega,
realizaron una información sobre lo sucedido. La información contenía
declaraciones juradas de catorce testigos, vecinos de la villa y de otros
pueblos comarcanos. Entre ellas la de Francisco la Fuente, quien señalaba:
“el día 14 de Agosto pasado entró en esta villa el ejército del archiduque
con mucho número de soldados”. Manuel Ortega figuraba también como
testigo: “(los soldados) consumieron todo el trigo y cebada que los vecinos
tenían para su sustento, se llevaron caballos, muchas alajas y dinero que
saquearon de las casas. Cortaron muchas olivas, cogieron el fruto de uva
de las viñas, judías, melones, cebollas y otras legumbres. Como también
los cáñamos, que uno y otro daño han importado dos millones y medio de
reales” 60. El licenciado Don Francisco Camacho, de edad de 50 años,
presbítero de la villa de Chinchón afirmaba que los militares se quedaban
con los frutos para su consumo y el sobrante lo vendían a los campesinos.
Don Antonio el Freile, también presbítero, sentenció: “se llevaron aves,
frutos de uva, cebollas, melones, judías, ajos y otras legumbres que en
aquel tiempo había en el término”.
El libro de actas capitulares aporta datos interesantes sobre la magnitud
del saqueo: “el ejército enemigo se mantuvo en la villa veintiséis días,
habiendo cortado de cuatro a cinco mil pies de oliva; llevándose
doscientos pares de mulas; quitándolos más de doscientas fanegas de
trigo y cebada y toda la paja que tenían y el fruto de la viñas;
pastándoselos con más de tres mil bueyes royendo sarmientos y cepas;
llevándose todo el ganado lanar y cabrío; saqueando muchas casas,
quitando puertas, ventanas y techos y sacando de debajo de la tierra lo
que los vecinos habían ocultado; destruyendo totalmente las legumbres;
arrancando los cáñamos para hacer ataques; y llevándose diferentes
piezas de paño que tenían en los batanes. Habiéndose tasado los referidos
daños en más de tres mil fanegas de aceituna que cada una suele rendir a
media arroba de aceite,; en seis mil cargas de uva blanca y cuatro mil de
tinta y que hay veintiséis casas muy maltratadas” 61.
Las autoridades locales, buscando indemnizaciones y ayuda por los
daños sufridos, acudieron al Real Consejo de Hacienda que les remitió al
superintendente de la provincia de Segovia. Ante él se presentó Andrés
Martínez, delegado por las autoridades de Chinchón, con toda la
información elaborada por el ayuntamiento a partir de la declaración
60
AMCH: 11033. Petición de que se haga una información sobre los atropellos hechos por
las tropas del archiduque, declaraciones de testigos, Chinchón 11-11-1706.
61
AMCH: 15676. Libro de actas capitulares, años 1700-1709, perdón del rey, págs. 534537, Chinchón 27-1-1707.
49
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
escrita de los catorce testigos. El superintendente aceptó la reclamación de
los daños y en el mes de Diciembre de 1706 se lo comunicó al Real Consejo
de Hacienda que informó al rey Felipe V sobre la situación.
Según está documentado, la villa debía 37310 reales de contribuciones
anteriores y ahora se encontraba con la imposibilidad de hacer frente ni a
estos atrasos, ni por supuesto a los nuevos impuestos. Por ello en la
instancia 62 atendida por Felipe V se exponía la solicitud de la villa para
quedar exenta del pago de alcabalas y de todos los débitos reales durante
los próximos 6 años. Esta petición fue concedida por el monarca Borbónico
que supo comprender la ruina local, provocada por la invasión tan violenta
del marqués de las Minas. Felipe V perdonó a Chinchón, aunque la
exención se redujo a un bienio: “por mi Real Orden queda libre de todas
sus contribuciones de rentas reales y servicio de millones por dos años que
empezarán a correr y a contarse el primero de Enero de este presente año
de 1707 y cumplirán en fin de Diciembre de 1708” 63.
6.b. Abusos cometidos por las tropas borbónicas en 1708
En el siglo XVIII estaba aceptada socialmente la idea de que los ejércitos
vivían sobre el terreno que pisaban, tanto si eran zonas enemigas, neutrales
o propias. Este pensamiento mantenía vigente la obligación de “los vasallos
de su Majestad” de contribuir con sus bienes al acomodo y bienestar de las
tropas. El alojamiento era, por lo tanto un derecho que tenía el soldado al
servicio del rey.
En la práctica, se habían establecido dos modos de hacer efectiva esta
imposición. La de mayor tradición consistía en albergar materialmente en
la propia casa del contribuyente al soldado u oficial asignado. Pero también
existía la posibilidad de librarse de esta desagradable obligación,
entregando al militar o militares una indemnización establecida en dos
reales para el soldado de caballería y 12 cuartos para el de infantería 64.
De la carga de alojamiento directo estaban libres los nobles, los clérigos y
los trabajadores de ciertos oficios. Asimismo determinadas ciudades y villas
62
La instancia fue realizada, a petición de las autoridades locales, por Francisco de la
Cuesta, vecino de Chinchón.
63
AMCH: 15676. Libro de actas capitulares, años 1700-1709, perdón del rey, pgs. 534-537,
Chinchón 27-1-1707.
64
BORREGUERO BELTRÁN, C: “El impacto social del reclutamiento y de otros
impuestos militares en el siglo XVIII”, en Los ejércitos y las armadas de España y Suecia
en una época de cambios, Puertollano, 2001. , pág. 201.
50
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
disfrutaban de esta exención por privilegio real. Aunque en momentos de
necesidades urgentes existía la posibilidad de anular estas ventajas sociales.
El alojamiento solía traer muchas quejas de la población civil que sufría
innumerables abusos por parte de unas tropas que teóricamente eran
amigas y aliadas. Sin embargo en época de conflicto las villas se convertían
en una víctima constante de la agresividad militar.
Siguiendo las instrucciones del conde de la Torre, comisario general del
ejército borbónico, el regimiento de caballería de Anjou, compuesto por
doce compañías, se alojó para afrontar el frío invierno en Chinchón,
Colmenar, San Martín de la Vega, Seseña, Villaconejos y Bayona. La orden
del comisario general obligaba a todos estos municipios a sufragar la
estancia de los militares proporcionándolos cama, comida, leña y establos
para los caballos.
El 8 de Enero de 1708 se produjo la llegada a Chinchón de cinco
compañías del regimiento de caballería. La estancia se prolongó hasta el 7
de Marzo. La convivencia entre civiles y militares fue conflictiva desde los
inicios. Los recursos de la villa estaban muy mermados tanto por la
invasión del ejercito enemigo en 1706 como por la mala cosecha de 1707
provocada por las inundaciones. Su maltrecha economía se vio sacudida por
nuevos gastos al tener que afrontar la manutención de los soldados
borbónicos y el descontento social entre los vecinos no tardó en aparecer.
El 11 de Enero de 1708 los gobernantes locales, tras recibir de manos de
los oficiales de caballería la orden del conde de la Torre, organizaron a
través del método de repartimiento el alojamiento de las tropas en las casas
particulares, provocando protestas populares.
Don Isidoro de la Fuente, corregidor y justicia mayor, recibió una carta
en la que J.M.B. pedía la exención de esta carga para Francisca Heredia
debido a que “su casa es una de las que cuando en esta villa estuvieron los
enemigos quedaron enteramente destrozadas, así por el saqueo como por
las demás extorsiones que le hicieron” 65.
La llegada masiva de militares motivó a Juan de las Olivas, procurador
síndico de concejo, a tomar la decisión de que los soldados fueran alojados
en casas de nobles. El 16 de Enero, Don Francisco Calva, hidalgo de sangre,
envió un recurso al corregidor protestando por semejante permiso. El
recurso se basaba en la exención otorgada por ley a los hogares de la
nobleza. Para Don Francisco, el procurador general “se intenta ganar
65
AMCH: 11319. Carta dirigida a Isidoro de la Fuente, Chinchón 20-1-1708.
51
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
despacho de su majestad o de los señores de su Real Consejo” 66 . Don
Isidoro de la Fuente aceptó la solicitud de Don Francisco Calva y las casas
de hidalgos quedaron definitivamente libres del hospedaje.
Por otro lado, el descontento vecinal aumentó por los gastos de las
guardias realizadas en la Plaza Mayor que demandaban continuas
cantidades de pan, vino, aceite, cera y leña. Además las rondas nocturnas
de los soldados acababan en disturbios y enfrentamientos con los
habitantes del municipio.
La tensión llegó a su punto culminante el 12 de Febrero de 1708. Los
oficiales reclamaban a las autoridades locales el pago de dos reales de vellón
por soldado. En la fecha reseñada, con las primeras luces de la mañana se
reunieron las doce compañías en la plaza donde sus mandos pasaron lista.
A continuación el comisario de guerra, junto con otros oficiales entraron en
las dependencias consistoriales “y habiéndose sentado en dicho
ayuntamiento, el comisario de guerra dijo a los señores capitulares cual
era la razón que tenían para no dar dos reales de vellón por plaza,
supuesto que hay recibido mandato para ello. Al cual las autoridades del
ayuntamiento respondieron que no habían recibido más orden que la
entregada el día 11 de Enero por las compañías que en ella se alojaban,
despachada por el excelentísimo señor Conde de la Torre que manda a las
justicias de Chinchón, Colmenar, San Martín de la Vega, Seseña y Bayona
para que reciban y alojen a los oficiales y soldados repartidos en casas
particulares con camas y caballerizas para los caballos. Así mismo los
den luz para alumbrarse y leña para guisar. Todo esto por cuenta de
dichas justicias, y también los asistirán con la cebada y paja necesaria
poniendo justos y moderados precios” 67.
A pesar de lo contenido en la orden, la villa corrió con todos los gastos de
alojamiento y comida, cuyo importe total excedía sobremanera la cantidad
de dos reales reclamada por los militares. De esta manera estaba justificada,
cuanto menos a los ojos de los habitantes del municipio, la negativa de los
gobernadores locales en el pago de la cuota.
El polémico debate entre soldados y civiles acabó en un episodio de
represión y castigo duro por parte de los primeros sobre los segundos. Al
comprobar que sus anfitriones se negaban a aceptar la exigencia del
comisario de guerra, se ordenó, con el toque de clarín, la movilización de las
tropas que comenzaron a amenazar y a agredir a lo vecinos. La situación
66
AMCH: 10982. Sobre el alojamiento de los soldados estantes en la villa, Chinchón 16-11708.
67
Ibidem, Chinchón 12-2-1708
52
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
acabó en descontrol. Durante varias horas la villa vivió momentos de
anarquía y los desórdenes se acumularon. El asesinato de Francisca
Montero, vecina de Chinchón, a manos de un soldado fue la culminación
del caos.
Tenemos conocimiento de lo acontecido durante la jornada del 12 de
Febrero gracias a la elaboración de un auto sumarial donde se incluían las
declaraciones de diversos testigos de los hechos. El auto fue elaborado por
orden de Don Gregorio Contreras y Diego el Recio, alcaldes ordinarios, con
el objetivo de informar a Felipe V de lo sucedido y reclamar los graves
daños sufridos.
Las hostilidades comenzaron en torno a las dos de la tarde. Francisco
París Marín, residente en el municipio, se encontraba con los alguaciles,
José Pérez y Juan Maroto, cuando se les acercó otro vecino, Francisco de
Torres para darles noticia sobre las agresiones y amenazas de muerte
propinadas por unos soldados a su anfitrión, Manuel López. El testigo y sus
compañeros acudieron a socorrer a Manuel “a quien encontraron frente a
las casas del licenciado Sebastián López” 68.
Manuel López les contó que a la hora de la comida acudieron a su casa el
soldado al que alojaba, apodado “el confitero” y otros militares más.
Después del almuerzo, de forma burlona, le obligaron a limpiar los zapatos
de uno de ellos. Se negó y fue víctima de agresiones físicas, e incluso le
amenazaron, “apuntándole con los fusiles y carabinas”. La intervención de
la mujer de Manuel López y de sus hijas recriminando a los soldados su
actitud hizo que estos se calmaran y abandonaran la casa.
Manuel López indicó a Francisco París, José Pérez, Juan Maroto, y
Francisco Torres su intención de dirigirse a la Plaza Mayor a denunciar los
hechos ante los oficiales. Una vez allí los cabos le ignoraron y “le dieron
muchos empujones, llamando a los soldados de la guardia para que lo
llevaran preso” 69.
En ese momento las autoridades locales, informadas de los
acontecimientos, habían acudido a la plaza e intentaron hacer de
intermediarios y evitar la entrada en prisión de Manuel López. Fue inútil.
Numerosos vecinos contemplaron la reacción aireada de los soldados,
llegando a pegar a los alcaldes ordinarios, Don Gregorio Contreras y Diego
68
AMCH: 2212. Sumario contra los soldados del Regimiento de Anjou, declaración de
Francisco París Marín, Chinchón 12-2-1708.
69
Ibidem.
53
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
el Recio. Los lugareños intentaron defenderse pero los soldados
respondieron con sus espadas y llevando a la cárcel a los más rebeldes.
Casa de la Cadena. Tarjeta Postal 1928. Archivo Municipal
En el resto de las calles del municipio la tensión fue máxima después del
momento de la comida del 12 de Enero de 1708. Los soldados, enfadados
por no recibir la cuota establecida y ordenados por sus superiores, se
dedicaron al saqueo y pillaje. “Se sacaron de forma violenta 400 fanegas
de cebada” 70. Además las tropas no dejaron de molestar y amenazar a
vecinos como Manuel López, si bien éste no fue el peor parado.
Entre las dos y las cuatro de la tarde, los soldados recorrieron las calles
dando voces que instaban a sus compañeros a “atropellar el lugar” 71. Un
militar, buscando sus armas, quiso entrar en la casa donde estaba alojado
que era la de Diego Jiorro. La puerta estaba cerrada y empezó a dar fuertes
golpes. La esposa de Diego Jiorro, llamada Francisca Montero, estaba en su
interior y aunque en un principio permaneció en silencio, finalmente,
temiendo que rompiera la puerta, Francisca salió y se excuso delante del
soldado. De repente otro militar, vestido con una casaca encarnada
70
AMCH: 15676. Libro de actas capitulares, años 1700-1709, acuerdo en razón de los
gastos de soldados, págs. 606-607, Chinchón, 17-1-1708.
71
AMCH: 2212. Sumario contra los soldados del Regimiento de Anjou, declaración de
Gabriel Díaz, Chinchón, 12-2-1708.
54
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
“guarnecida de galones”, se colocó delante de Francisca y “le tiró un
pistoletazo” 72 que acabó con su vida.
La muerte por arma de fuego fue declarada por el escribano de la villa,
Don Francisco López Platas que enterado de la noticia, “pasó en compañía
de Don Gregorio Contreras, alcalde ordinario, y del comandante y otros
oficiales a las casas de dicha difunta y habiendo entrado en ella, vio que
estaba tendida en una cama la susodicha muerta de una herida que tenía
encima de la ceja derecha con la mayor parte de los sesos fuera y mucha
sangre en la cara” 73.
Una vez realizado el auto-sumario, donde quedó constancia de los
atropellos cometidos por las tropas, las autoridades municipales llegaron a
la conclusión de que para evitar nuevas represalias la solución pasaba por
llegar a un acuerdo económico con los oficiales.
En primer lugar las guardias de la Plaza Mayor, que tantos problemas
causaban con los vecinos, fueron suprimidas a partir del día 16 de Enero. A
cambio la villa tuvo que pagar 36 reales por día.
En segundo lugar los alcaldes aceptaron finalmente el pago de una
cantidad para las compañías. Lo último que querían era la repetición de
episodios tan dramáticos como los acontecidos en fechas recientes. Desde el
25 de Febrero hasta la fecha de salida de las tropas, Chinchón debía
entregar a los oficiales 500 reales por día.
De esta forma se consiguió la vuelta paulatina a la normalidad, aunque la
tranquilidad absoluta no llegó hasta el 7 de Marzo con la marcha definitiva
de las compañías de caballería.
A los terribles efectos psicológicos sobre la población, se sumaba la
destrucción y el daño económico. Las contribuciones exigidas acabaron de
arruinar, aún más, al municipio. Los bienes de propios del ayuntamiento no
podían hacer frente a estos pagos por lo que los alcaldes, agotando todas
las posibilidades, ordenaron que las cantidades a entregar “se sacaran de
abastos públicos en empréstito, como también del repartimiento de
alcabalas y para devolver lo que de dichos caudales se han sacado,
acordaron sus mercedes se repartiera entre los vecinos de esta villa 11000
reales” 74.
72
Ibidem.
Ibidem, testimonio del escribano Francisco López Platas, Chinchón 12-2-1708.
74
AMCH: 15676. Libro de actas capitulares, años 1700-1709, acuerdo para el repartimiento
del gasto de soldados, págs. 620-621, Chinchón, 10-4-1708.
73
55
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
6.c. Nuevas tropelías de los soldados del archiduque en el año 1710.
Las victorias de las tropas aliadas en las batallas de Almenara (27 de
Julio de 1710) y de Zaragoza (20 de Agosto de 1710) permitieron a los
ejércitos aliados, por un lado, la recuperación de Aragón y, por otro lado,
encontrar un paso libre hacia Madrid. El 28 de Septiembre el Archiduque
Carlos entró por segunda vez en Madrid, una semana después de que sus
tropas se hubieran apoderado de la capital. Felipe V, acorralado, tuvo que
retirarse a Valladolid.
Desde principios de Septiembre hasta mediados de Diciembre el centro
de Castilla fue controlado por las tropas del archiduque. Los oficiales
Stanhope y Starhemberg, marcaron la estrategia aliada, colocando contra
las cuerdas a los defensores de la causa borbónica.
Chinchón volvió a caer bajo el control austracista. Desde finales de
Agosto, “las tropas enemigas bajaron desde Alcalá haciendo extorsiones a
los vecinos de Chinchón e impidiéndolos vendimiar el fruto de las viñas, ni
sembrar en las vegas por temor de que dichas tropas les quitaban las
mulas y demás ganado con que se trabajaba las tierras” 75. Los actos de
pillaje y saqueo se volvieron a suceder, quedando la villa sumida en un
ambiente de terror e inseguridad.
Aparte de las incursiones puntuales sobre Chinchón en busca de
animales y alimento, las tropas aliadas hicieron de nuevo estancia en el
municipio, en dos ocasiones, durante estos meses.
Primero estuvieron acampados los efectivos de Starhemberg y Stanhope
durante quince días. Posteriormente llegaron tres regimientos al mando de
Ferrer, Ahumada y Grissones, instalándose durante dos semanas 76.
La población fue obligada a alimentar a los soldados con 500 raciones de
trigo y 800 raciones de cebada 77. Los abusos cometidos por los militares
sobre los civiles eran continuos y la pobreza, causada por el pillaje de las
tropas, constituyó la situación general de los vecinos.
75
AMCH: 15677. Libro de actas capitulares, años 1710-1718, acuerdo para suplicar a su
majestad perdone a esta villa los débitos reales, pág. 169, Chinchón, 16-1-1711.
76
Ibidem, pg. 170.
77
Ibidem, acuerdo para que se abonen a los vecinos las cantidades de trigo y cebada que
dieron a las tropas enemigas, pág. 174, Chinchón, 20-2-1711.
56
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
Durante la estancia de los generales Starhemberg y Stanhope la presión y
la explotación sobre los habitantes fueron máximas. Según está
documentado, los mandos austracistas centraron sus amenazas sobre los
pocos vecinos que, gracias a negocios comerciales, gozaban de una situación
económica relativamente óptima. Éste fue el caso de Gabriel Vara, padre y
Gabriel Vara, hijo, arrendadores de la venta del aguardiente en Chinchón.
Ambos fueron requeridos por el obispo Esterripa, presentado como
presidente de Hacienda. El obispo les exigió la entrega de los derechos de
dicha venta que ascendía a 467 Reales . Padre e hijo, al principio, se
negaron pero tras ser amenazados, torturados y encarcelados dieron su
consentimiento. Debido a que no disponían de toda la cantidad pidieron un
préstamo de 380 reales a su vecino Manuel Gómez.
Después de las victorias borbónicas en Brihuega (8 de Diciembre de
1710) y Villaviciosa (10 de Diciembre de 1710), el centro de la Península y
buena parte de Aragón quedó definitivamente bajo control de Felipe V. Los
aliados retrocedieron hasta Cataluña.
En Enero de 1711, normalizada la situación, Chinchón se vio libre del
sometimiento austracista. Gabriel Vara, padre y Gabriel Vara, hijo,
reclamaron indemnizaciones por los abusos sufridos. En la denuncia
presentada ante el ayuntamiento constaba que además del dinero, los
soldados les habían quitado “una alquitara, dos pollinas y los demás
trastos de nuestra casa”, dejándolos “sumamente pobres y perdidos como
a todos los demás” 78.
La presencia de las tropas enemigas puso a la villa al límite de la
subsistencia, después de vivir los últimos años en una situación crónica de
falta de granos por las malas cosechas. La gravedad era tal que los alcaldes
ordinarios realizaron una nueva petición de exención fiscal 79.
78
AMCH: 5751. Diligencias para reclamar ciertos daños producidos por las tropas del
archiduque, Chinchón, 27-1-1711.
79
AMCH: 15677. Libro de actas capitulares, años 1710-1718, acuerdo para suplicar el
perdón de los débitos reales, págs. 169-171; pág. 174; pág. 183, Chinchón, Febrero de
1711.
57
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
Ayuntamiento de Chinchón en la actualidad
Se abrió una investigación presidida por el superintendente de rentas de
la provincia de Segovia, quien realizó un informe favorable a los intereses
de la villa. Dicho informe fue presentado en la corte. Don Jacinto Laiseca y
Alvarado, vecino del municipio, fue enviado ante el Real Consejo de Castilla
para realizar los trámites pertinentes. Sin embargo en esta ocasión no hubo
respuesta por lo que la esperada condonación fiscal no se consiguió,
retrasando la recuperación de la arruinada economía local.
7. “Años horribles”, 1708-1709: La crisis de subsistencia y la
terrible plaga de langosta.
En el bienio 1708-1709, el territorio peninsular quedó afectado por una
crisis de subsistencia, provocada por la mala situación climática y las plagas
de langosta.
Durante el Antiguo Régimen la economía estuvo basada en una
agricultura cerealística de autoconsumo, en la que el clima jugaba un papel
fundamental. Al contar con una tecnología deficitaria, el campesino era
consciente de que la cosecha dependía fundamentalmente de las
condiciones atmosféricas. Si éstas eran óptimas la sociedad subsistía. En
caso contrario, la falta de alimento traía de forma irreversible el hambre y la
extensión de enfermedades que provocaban auténticas catástrofes
58
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
demográficas. La sequía, la abundancia de lluvias e inundaciones, las
heladas, el granizo y la langosta fueron los principales causantes de las
crisis de subsistencia que limitaron el crecimiento de la población durante
la época preindustrial.
El comportamiento demográfico de Chinchón no fue muy distinto al del
resto de España, y su población sufrió, en numerosas ocasiones, los efectos
de la escasez de frutos por los efectos del clima.
Desde los primeros años del siglo XVIII hubo cosechas poco fructíferas.
En 1700 “la abundancia de aguas provocó un mal año de aceitunas” 80. La
cantidad de cereal recogido en 1705 se redujo por el granizo y en 1706 por la
abundancia de lluvias e inundación de las vegas. La escasez de grano
dificultaba el pago de impuestos, aunque la supervivencia no se vio
realmente amenazada hasta 1708-1709, cuando se produjo una crisis
general de alimentos debida las lluvias y la langosta.
En los meses de Enero y Febrero 1708 la abundancia de precipitaciones
asustó a los habitantes de Chinchón. Sus gobernantes se reunieron el 29 de
Febrero y dijeron “que hacía muchos días que nuestro Señor por sus justos
juicios nos castiga con tanto agua. Por ello acordaron sus mercedes que
para aplacar la ira divina se de recado al señor cura de la parroquia de
esta villa para que el viernes 2 de Marzo próximo, se diga una misa al
Santísimo Cristo de Gracia, pidiendo nos socorra con su clemencia,
enviándonos buenos temporales. Y la costa de cera que se gastare, se
pague de los propios del concejo” 81 .
Esta actitud era fiel muestra de la sociedad tradicional y cristiana del
momento cuya mentalidad rayaba en el límite de la superstición. Dios
castigaba los malos comportamientos de los hombres con las inclemencias
atmosféricas. La sociedad debía calmar el enfado divino mediante actos de
plegaria y devoción.
No obstante la invocación divina y la celebración de esta misa en honor
al Santísimo Cristo de Gracia no pudo evitar la tragedia y la vega de
Chinchón quedó inundada, imposibilitando la recolección de cereal.
80
AMCH: 15676. Libro de actas capitulares, años 1700-1709, acuerdos del ayuntamiento,
pág. 110, Chinchón 20-2-1700
81
AMCH: 15676. Libro de actas capitulares, años 1700-1709, acuerdo para que se diga una
misa al Santísimo Cristo de Gracia por los buenos temporales, pág. 616, Chinchón, 29-21708.
59
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
La economía doméstica quedaba muy mermada al sumarse los efectos
del expolio cometido por la tropas borbónicas de 1708 con la mala cosecha
de este mismo año.
Sin embargo la situación agraria de 1709 resultó todavía mucho peor
debido a la piedra y, sobre todo, a la plaga de langosta. A finales de 1708 el
rey Felipe V había enviado una Real Provisión (elaborada por el Real
Consejo de Castilla y escrita y firmada por Don Bernardo de Solís,
secretario y escribano de cámara) dirigida a“todos los corregidores,
asistentes gobernadores, alcaldes mayores y administradores, y otros
jueces y justicias cualesquiera de todas las ciudades, villas y lugares de
estos mis reinos y señoríos” 82.
El soberano expresaba su preocupación por la plaga de langosta que
desde 1708 estaba afectando a algunos lugares de España. Por este motivo
ordenó “que en todas las partes de los términos de esas dichas ciudades,
villas y lugares donde hubiese la dicha langosta la cojan, y destruyan y
arranquen de raíz de manera que no quede simiente y hagáis que se aren
y rompan cualesquiera tierras, dehesas, eriales montes donde estuviese la
dicha langosta” 83. Además todas estas tierras aradas no podían ser
sembradas y únicamente quedaban para pasto. Las tierras de jurisdicción
de otras villas o lugares que no tuvieran langosta pero que estuvieran
contiguas en un radio máximo de tres leguas con lugares infestados debían
actuar de la misma manera.
Los gastos necesarios para llevar a cabo esas tareas correrían, o bien, a
cargo de los bienes de propios de las villas “que tuvieren dicha langosta”, o
bien, “por repartimiento entre todos y cualesquiera personas , vecinos y
forasteros que en los dichos términos tuviesen bienes y rentas así
eclesiásticas como seglares (iglesias, monasterios, comendadores y
universidades) que llevaren diezmos de los dichos frutos de las heredades
del dicho partido, y otras cualesquiera personas de cualquier calidad,
estado y condición” 84. Dichos gastos quedarían registrados en libros de
cuentas y controlados por uno o varios comisarios de cada una de las villas
o lugares.
En la Real Provisión se insistió en que el fin de lo recaudado solo podía
ser la extinción de la langosta. En caso de incumplimiento, el concejo debía
pagar 30000 maravedíes al Consejo de Castilla.
82
AMCH: 16505. Sobre un repartimiento para acabar con la plaga de langosta, Real
Provisión de Felipe V, Madrid, 13-10-1708.
83
Ibidem.
84
Ibidem.
60
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
La plaga de langosta llegó a Chinchón en 1709. Desde el mes de Febrero
se detectó el problema. Los campesinos lo comunicaron a las autoridades.
Las zonas más afectadas fueron “la Vega, Deza de Villaverde, la Jara
Cohomares y Valdecalera” 85. La primera medida tomada, siguiendo las
instrucciones de la Real Provisión de Felipe V, fue el envío de ganado “para
arar las tierra, heriales y demás partes donde se reconociere haber cría de
langosta” 86.
El 13 de Abril empezó a cundir el temor a la posible pérdida de la cosecha
debido a los infructuosos resultados de la medida anterior. Por este motivo
los alcaldes ordinarios decidieron “hacer repartimiento entre todos los
vecinos de esta villa para que cada uno contribuya y envíe los peones que
le fueren repartidos” 87 con el objetivo de eliminar la langosta. Cada
campesino asumía una parte de los gastos totales de la campaña de
exterminio consistente en la roturación de campos y quema de langosta.
Durante los meses de Abril y Mayo se realizaron nuevos repartimientos
pero esta medida volvió a ser un fracaso. La razón era obvia. Muchos
vecinos de Chinchón se habían arruinado por los acontecimientos vividos
en el último año. El tránsito de tropas y la mala cosecha de 1708 les había
empobrecido. Por ello, muchos no podían hacer frente a los gastos del
repartimiento, e incluso eran atendidos por otros lugareños que les
proporcionaban pan y vino para su supervivencia.
La situación empeoró durante el verano debido al granizo que agravó los
daños. Buena parte de los habitantes del municipio quedaron desprovistos
de cualquier tipo de alimento. El hambre llegó, causando fuertes estragos.
El 26 de Octubre de 1709 el corregidor de la villa, Don Jerónimo Ortiz de
Zárate envió una carta al Consejo de Castilla, donde expresaba “lo
sumamente pobres y atrasados que se encuentran los vecinos de Chinchón
debido a los contratiempos sufridos en los últimos tiempos, así en los
tránsitos de las tropas, como por la plaga de langosta, inundación de su
vega y calamidad de la piedra; de suerte que en este presente año no han
cogido los pobres vecinos grano alguno, ni tampoco esperan coger el fruto
de la uva por haber arrasado la piedra los poco que dejó la plaga y así se
hallan en la mayor miseria, particularmente los pobres que carecen de
todo humano socorro por faltarles lo preciso para el diario alimento” 88.
85
Ibidem, Respuesta a las provisiones mandadas por el Consejo de Castilla, Chinchón, 152.1710.
86
AMCH: 15676. Libro de actas capitulares, años 1700-1709, acuerdo para la langosta, pág.
732, Chinchón, 12-2-1709.
87
Ibidem, acuerdo para que se mate la langosta, pág. 734, Chinchón, 13-4-1709.
88
AMCH: 16151. Acerca de que se tomen medidas para paliar los efectos de la langosta,
piedra e inundación de la vega, Respuesta a la petición de Chinchón, Madrid, 26-10-1709.
61
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
El hambre afectó duramente a los sectores sociales más humildes y
planteó la necesaria colaboración de los más ricos del municipio. En la
carta del 26 de Octubre de 1709, Don Jerónimo Ortiz de Zárate pidió
permiso al Consejo de Castilla para que las personas con más recursos
junto con la parroquia concedieran, en calidad de préstamo, dinero y
comida para reducir los efectos de la hambruna: “y deseando de mi parte
remediar tantas necesidades se ha de obligar a las personas con medios a
que preste cada uno la cantidad así de maravedíes como de vino aceite,
cáñamo, y otros frutos semillas que tuvieren y las cantidades se le
devolverán el último día de Julio de 1710. Así mismo se pueda valer de los
frutos y rentas del beneficio curato y que todo fuese por vía de empréstito
y se depositase en las personas de mayor satisfacción para que las
vendiesen a los precios que se pudiese y con su producto se comprara el
trigo para abastecer al pueblo. Y siendo el remedio más suave que se
puede discurrir pues las personas que entregasen el dinero no lo pierdan
pues se le ha de satisfacer todo lo que prestasen” 89.
El permiso fue concedido y la villa, gracias a la iniciativa de su
corregidor, evitó una tragedia mayor. El impacto demográfico se redujo
debido al dinero prestado por los más pudientes. Resuelto el problema de
abastecimiento, todavía quedaba otro obstáculo importante: la langosta no
había sido extinguida en su totalidad, debido a la poca eficacia de los
repartimientos para su eliminación realizados durante el año 1709.
Desde principios de 1710, Don Jerónimo Ortiz de Zárate y los alcaldes
ordinarios, Don Diego de Zurita y Marco Antonio de Camacho decidieron
realizar un repartimiento extraordinario que incluyó a los grandes
propietarios. Los gobernantes locales eran conscientes de que para la
extinción definitiva de la langosta resultaba necesario una gran cantidad de
dinero. La financiación acabó recayendo, principalmente, en los
terratenientes, muchos de los cuales vivían fuera de la localidad.
Los comisarios nombrados por el ayuntamiento para controlar el
decisivo repartimiento fueron Don Jacinto de Laiseca y Alvarado y Pedro
de las Olivas González, vecinos y regidores, quienes dieron sus
explicaciones a los señores del Consejo de Castilla: “A vuestras mercedes
(Real Consejo de Castilla) pedimos y suplicamos que manden hacer y que
se hagan (los repartimientos) incluyendo en ellos a todos los que no sean
vecinos, de esta dicha villa, y tengan dichas rentas y intereses en dicho
beneficio, así por ser tanta la costa que no pueden aguantar los pobres
89
Ibidem.
62
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
vecinos de ella, y ser muy ricos y acomodados los más que tienen dichas
rentas e intereses cuantiosos en el término de ella” 90.
En Febrero de 1710, el Consejo de Castilla concedió licencia al
ayuntamiento para la realización del proyecto. De esta forma, las labores de
roturación, arado y quema
de la langosta fueron afrontadas por
campesinos y labradores pero sobre todo por los grandes propietarios,
“comprendiendo iglesias, monasterios y otras cualesquiera personas” 91. El
28 de Febrero de 1710 se elaboró la lista de quienes tenían que contribuir en
la liquidación de la plaga. El aporte mayor, expresado en celemines,
correspondió a los principales propietarios 92:
-
Al conde de Puñonrostro le correspondió sufragar los gastos
correspondientes a 108 celemines.
Al marqués de Espinardo, 36 celemines.
A Don Gaspar de Lara, 24 celemines.
Al convento de las monjas franciscanas, 12 celemines.
Al conde de Chinchón 12 celemines.
A Don Diego Orejón, 12 celemines.
A la parroquia de Chinchón, 12 celemines.
Al convento de San Agustín, 9 celemines.
A la obra pía de Portilla, 9 celemines.
A las memorias de Juan Ruiz Laguna, 9 celemines.
A Don Lorenzo Briuela, 8 celemines.
A las hijas de Don Roque de Valdivieso, 4 celemines.
Además, el resto de los vecinos estaban también incluidos en la lista
aunque su aportación fue mucho más modesta. No obstante, el
repartimiento no fue aceptado de buen grado por todos. A mediados de
Marzo de 1710. Pedro de las Olivas, comisario del proceso, denunciaba que
varios mayordomos de los propietarios forasteros “no han cumplido con su
obligación, causando grave perjuicio” 93. Por tal motivo, el 21 de Marzo
desde el ayuntamiento se apremió a los desobedientes: “mandaron sus
mercedes se requiera a los mayordomos de las personas que poseen
heredades en términos de esta villa traigan y entreguen el canuto que a
cada uno le corresponde y lo cumplan hasta el día 23 del corriente
90
AMCH: 16505. Sobre un repartimiento para acabar con la plaga de langosta,
explicaciones de los regidores, Madrid, febrero de1710.
91
Ibidem, normas de repartimiento establecidas por Pedro de las Olivas, Chinchón, Marzo
de 1710.
92
Ibidem, lista del repartimiento, Cinchón, 28-2-1710.
93
Ibidem, normas de repartimiento establecidas por Pedro de las Olivas, Chinchón, Marzo
de 1710.
63
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
inclusive y pasado no lo habiendo ejecutado se saque a los arrendadores la
cantidad que hubiere de costa” 94.
Don Esteban de Fominaya, mayordomo y representante del conde de
Puñonrostro mostró su total desacuerdo respecto a la orden del
ayuntamiento. Al ser notificado el día 21 de marzo de 1710, se negó a
cumplirla y mostró su intención de apelar la imposición municipal. Sin
embargo el recurso no fue aceptado por el ayuntamiento que obligó, según
la normativa establecida, a Gabriel Ruiz, arrendador de las tierras del conde
de Puñonrostro, a pagar 324 reales de vellón que importan los 108
celemines que le correspondían.
Sin ninguna excepción, el concejo obligó al cumplimiento del
repartimiento y gracias a la financiación de los grupos sociales más
desahogados la plaga pudo ser combatida de manera eficaz. La langosta
quedó eliminada y desde 1710-1711 las cosechas mejoraron, contribuyendo
al inicio de la lenta recuperación de la villa después de un bienio aciago.
8. El final del conflicto (1710-1715).
8.a. Los últimos años de la Guerra de Sucesión española y el proceso de
pacificación de Chinchón.
Las victorias de Brihuega y Villaviciosa (Diciembre de 1710) permitieron
un avance clave de las tropas borbónicas. A comienzos de Enero de 1711,
Zaragoza volvió a ser de Felipe V. Por el Pirineo llegaron más tropas
francesas que ocuparon Gerona. Poco a poco se iba cerrando el cerco sobre
el alma de resistencia austracista, Barcelona. La Ciudad Condal –pese a que
Carlos la abandonó el 27 de Septiembre de 1711 para tomar posesión del
trono vienés- se defendió valientemente durante tres años, prácticamente
sola, al irse desentendiendo de la guerra las potencias aliadas debido a una
serie de acontecimientos internacionales que precipitarían el desenlace del
conflicto.
El 17 de Abril de 1711 murió el emperador José I de Austria, siendo el
archiduque Carlos su principal heredero. Tres días antes había fallecido el
delfín de Francia, lo que convertía a Felipe V en uno de los aspirantes más
serios a hacerse con el trono francés. Estas muertes supusieron un giro
radical en la situación política europea, ya que países como Inglaterra
94
Ibidem, dictamen de las justicias de Chinchón, Chinchón. 21-3-1710.
64
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
consideraban que era mucho más peligrosa la unión de España con Austria
en la persona del Archiduque que la unión de España y Francia. También
los holandeses empezaron a mostrar una postura de distanciamiento
respecto al bando austracista.
La Batalla de Villaviciosa (1710). Biblioteca Nacional de Madrid
Se iniciaron las conversaciones para la firma de un tratado de paz. Un
primer acuerdo se firmó en Octubre de 1711 por Londres y París. En esos
“Preliminares de Londres” se atisbaba lo que sería, año y medio después los
tratados de Utrecht 95.
Mientras los diplomáticos regateaban en las mesas de negociaciones, los
soldados se seguían batiendo con fiereza. En Julio de 1712 en los campos de
Denain, al nordeste de París, cerca de la frontera con Bélgica, el mariscal
francés Villars derrotó al ejército de Eugenio de Saboya, reforzando la
posición negociadora de Luis XIV frente a los angloholandeses,
determinados ya a abandonar la guerra.
Los británicos, que habían asegurado a los catalanes mediante el
Tratado de Génova (1705) que apoyarían el mantenimiento de sus fueros, se
olvidaron de sus promesas y dejaron en la estacada a los últimos defensores
de la causa austracista en España. Otro tanto sucede con los propios
austriacos, ya que la reina Isabel Cristina de Brunswick, que permanecía en
Barcelona tras la salida de su marido el rey-emperador Carlos de
Habsburgo, abandonó la Ciudad Condal en Marzo de 1713.
95
CAPEL MARTÍNEZ, R.M. Y CEPEDA GÓMEZ, J., “La Guerra de Sucesión”, en El
siglo de las luces. Política y Sociedad, Madrid, 2006, págs. 17-38.
65
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
En Abril de 1713 se firmaba el Tratado de Utrecht que ponía fin a las
hostilidades entre Francia y la mayor parte de los integrantes de la Gran
Alianza (Inglaterra, Holanda, Saboya y Prusia). Hasta el 10 de Julio España
no firmó el cuerdo, del que Austria quedó al margen. De estas negociaciones
no salieron ni vencedores, ni vencidos, aunque si hubo potencias que
resultaron más beneficiadas que otras. Felipe V fue reconocido como rey de
España, si bien tuvo que renunciar a la corona francesa, condición obligada
e impuesta por los británicos. Igualmente España perdía Menorca y
Gibraltar, que pasaban a manos británicas. Además sus posesiones italianas
y los Países Bajos fueron entregadas a Austria.
Inglaterra fue la gran beneficiada de la paz, pues consiguió todos los
objetivos que se había propuesto antes de iniciar la guerra. Los más
perjudicados fueron Francia y España; sobre todo la primera, que sufrió un
grave agotamiento de sus reservas económicas y militares y un
empobrecimiento general. Holanda consiguió la constitución de un bloque
franco-español poderoso, lo que era vital para su supervivencia como
estado; sin embargo vio como quedaba reforzado el papel de potencia
marítima de Inglaterra, su principal rival en el comercio con las Indias 96.
Pese a la firma de la Paz, las hostilidades continuaron dentro del
territorio español hasta 1715. Desde 1713, los últimos reductos austracistas
en Barcelona y Mallorca no se resignaron a la derrota, oponiendo una
defensa numantina para evitar la entrada de las tropas borbónicas. La
puesta en marcha de los primeros Decretos de Nueva Planta en Aragón y
Valencia, exacerbó los ánimos de catalanes y mallorquines.
El asedio final a Barcelona terminó el 11 de Septiembre de 1714,
momento en que las tropas del duque de Bervick ocupaban la ciudad tras
una feroz defensa de los barceloneses. Solo quedaba Mallorca que acabó por
rendirse a los borbónicos en Julio de 1715, tras unos postreros intentos de
resistencia en los que partidarios isleños de Carlos III de Habsburgo
pudieron contar con algunos soldados austriacos de refuerzo enviados
desde Italia.
Mientras Cataluña se convirtió en el principal escenario de guerra a
partir de finales de 1710, el territorio castellano se encontraba a las puertas
de iniciar su pacificación. Castilla contempló el inicio del fin de los
enfrentamientos directos en su territorio, al tiempo que las convocatorias
de levas se reducían.
96
SÁEZ ABAD, R., La Guerra de Sucesión, Madrid, 2007, pág. 86.
66
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
Chinchón y sus habitantes comenzaron a ver la luz dentro del largo
túnel, aunque ahora se iniciaba un periodo lento dedicado a la
reconstrucción y recuperación económica que se prolongaría, incluso, hasta
los años posteriores al fin del conflicto.
A finales de verano de 1710, los gobernantes locales tomaban las últimas
precauciones para evitar enfrentamientos con los soldados. En Septiembre
de 1710 tenían noticia de que los aliados empezaban a ser presionados por
las tropas borbónicas, lo que les llevaría en Noviembre a preparar su
marcha desde el centro peninsular a Cataluña a través del camino aragonés.
La posibilidad real de nuevos tránsitos de tropas, amigas o enemigas, por
Chinchón hizo adoptar una actitud de prudencia máxima.
El 20 de Septiembre de 1710 se reunieron en el ayuntamiento Don
Jerónimo Ortiz de Zárate, corregidor y justicia mayor; Don Diego de Zurita
y Don Marco Antonio Camacho, alcaldes ordinarios; Don Jacinto Laiseca y
Alvarado y Don García Álvarez de Gato, regidores por el estado noble;
Pedro de las Olivas González y Pedro de las Olivas y Marchena, regidores
por el estado general.
En la reunión, se tomó la decisión de prohibir de elaboración de
pasquines, libelos y escritos propagandísticos de tono político. Igualmente
se impuso la prohibición de celebrar reuniones secretas del mismo
carácter.
A pesar de que siempre fue pública la defensa de la causa borbónica en la
villa, las autoridades pretendían controlar los ánimos de cara a evitar
situaciones de tensión como las vividas pocos años atrás con la llegada de
las tropas de uno y otro bando: “para que todos vivan con fraternidad y
amor, atendiendo como padres de la República a evitar los daños e
inconvenientes posibles han acordado sus mercedes se lean bandos a
través del pregonero en las parte públicas y acostumbradas de la villa
para que nadie tenga atrevimiento a poner libelos ni pasquines en alguna
parte, ni tengan juntas de día y de noche, ni anden acuadrillados, ni se
junten en corrillos. Y caso de que a esta villa llegue tropa de soldados de
cualquier parte que sean, ninguna persona tenga atrevimiento alzando la
voz, ni se junten para su determinación, habiendo de ser del cargo de sus
regidores tomar la providencia más conveniente” 97.
Todo aquel que incumpliera esta orden sería desterrado del término
municipal y pagaría una sanción de 10000 maravedíes, destinados a gastos
97
AMCH: 8480. Bandos sobre prohibición de libelos, pasquines, reuniones y
enfrentamientos con las tropas, Chinchón, 20-9-1710.
67
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
de guerra. El corregidor y sus compañeros de ayuntamiento pretendían
curarse en salud. En más una ocasión habían sufrido en sus propias carnes
los abusos y actos violentos cometidos por los militares y querían evitar en
lo posible nuevas situaciones conflictivas. No obstante, el temido paso no se
produjo y los vecinos respiraron aliviados.
Tras las victorias borbónicas en Brihuega y Villaviciosa, en la provincia
de Guadalajara (Diciembre 1710), la guerra se concentró en el frente
catalán. La paz llegaba a Castilla. Como nuestra de ello, los diferentes
gobernadores y corregidores provinciales, siguiendo los dictámenes de
Felipe V, enviaron a los diferentes lugares instrucciones destinadas a
garantizar el orden y la estabilidad interna. El 2 de Julio de 1713 llegó a
Chinchón un mandato firmado por Don Juan Bautista de Bereceibar y
Segovia, “caballero de la orden de Santiago, corregidor de esta ciudad de
Segovia, su tierra y su provincia”. El corregidor de Segovia establecía la
prohibición de fabricar y usar armas en su provincia. Se trataba de una
medida que reflejaba la normalización y pacificación del corazón de
Castilla, que ya escuchaba de lejos el sonido los tambores de guerra.
Recibida la orden, los alcaldes ordinarios de Chinchón enviaron al
pregonero a informar a sus vecinos.
El lenguaje utilizado por Don Juan Bautista de Bereceibar era
contundente: “se prohíbe que ninguna persona de cualquier calidad que
sea como ministros, caballeros, militares, capitanes, soldados, artilleros,
criados de su real casa, oficiales, titulados o familiares del Santo Oficio de
la inquisición, y de otro cualquier fuero más privilegiado no puedan tener
ni traer pistolas, arcabuces, carabinas porque éstas turban la paz y
quietud de los reinos por ser armas traidoras que matan y ofenden sin
riesgo; y el que se les hallase con ellas en su casa aun le incurra en la pena
de destierro del reino y confiscación de la mitad de sus bienes; y los que
las fabricasen y se aprendiere con ellas aderezándolas incurra en la de
seis años de galeras y doscientos azotes; y los extranjeros que las metieren
o vendiesen en la de vergüenza pública y los dichos seis años de galeras y
perdimiento de dichos bienes; y el que fuere aprendido con dichas armas,
siendo noble, en seis años de presidio en África y al plebeyo, en dichas
galeras; y así mismo se prohíbe por dicha real provisión que los que se
cogiesen con puñales rejones o quijeros se les tenga y multe en treinta días
de cárcel, cuatro años de destierro y 12 ducados por conveniencia del bien,
seguridad y quietud de los vasallos y conservación y a bien de los reinos
respecto de haber cesado el martirio de la guerra” 98.
98
AMCH: 15936. Prohibición de usar armas de fuego, Segovia, 24-5-1713.
68
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
8.b. Celebración del triunfo borbónico.
Después de un duro asedio, Barcelona acabó cayendo en manos
borbónicas el 11 de Septiembre de 1714. La victoria del duque de Bervick,
que había iniciado el asalto el 25 de Julio de 1713, fue muy celebrada por el
bando borbónico, ya que, a falta de la ocupación de Mallorca, la Guerra de
Sucesión quedaba finiquitada.
En todo el territorio español, especialmente en Castilla, se sucedieron
multitud de fiestas y celebraciones en honor a este triunfo militar.
El 24 de Septiembre de 1714 “los señores del ayuntamiento” de
Chinchón “dijeron que respecto de haberse restaurado a la corona de
España la gran plaza y fortaleza de Barcelona, cumpliendo esta villa con
la obligación que tiene de celebrar las noticias favorables a su rey y señor
natural, acordaron sus mercedes se haga una rogativa y fiesta de iglesia
al Santísimo Cristo de Gracia el día 30 del corriente y procesión por la
tarde; y la cera que se necesite se supla de los propios de esta villa” 99.
El Sitio de Barcelona. Grabado
99
AMCH: 15677. Libro de actas capitulares, años 1710-1718, acuerdo para que se haga
fiesta al Santísimo Cristo de Gracia en honor a la recuperación de Barcelona, pág. 493,
Chinchón, 24-9-1714.
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1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
9. Conclusión final.
A principios del siglo XVIII Chinchón, como cabeza de condado, era un
municipio castellano con las características propias del Antiguo Régimen.
Su economía se basaba en la agricultura y ganadería, mientras que a nivel
social los nobles e hidalgos imponían su riqueza y poder frente a una
mayoría de campesinos.
Durante la Guerra de Sucesión (1700-1715) la villa se posicionó
claramente a favor de Felipe V, sobre todo, a partir de su proclamación en la
Plaza Mayor (1706). La colaboración quedó reflejada en numerosos
aspectos. Por un lado, el apoyo moral fue claro, manifestándolo a través de
la celebración pública de los éxitos y triunfos militares de las tropas
borbónicas. Por otro lado, la cooperación se reflejó también mediante
hechos prácticos como el envío de la artillería del castillo a la Corte; la
conducción y vigilancia de los prisioneros enemigos; y el alojamiento de los
soldados del monarca Borbón. Igualmente la participación de la milicia de
Chinchón y el envío de soldados al frente fueron otras muestras de su fiel
apoyo. No obstante, debemos matizar en esta última cuestión, que buena
parte de la población civil manifestó su rechazo ante el nuevo sistema de
reclutamiento forzoso, método consolidado con Felipe V para afrontar la
alarmante escasez de voluntarios.
Sin duda alguna, los años más dramáticos fueron los comprendidos
entre 1706 y 1710. El saqueo y expolio producido durante las invasiones de
los ejércitos del Archiduque (1706 y 1710), los problemas con los militares
borbónicos en 1708 y la terrible crisis de subsistencia de 1708-1709
asestaron un duro golpe a la villa. El impacto económico y demográfico fue
terrible, quedando la población completamente arruinada y desolada.
A partir de 1711 Chinchón afrontó un largo proceso de reconstrucción y
recuperación, que tuvo su continuación una vez acabada la guerra. Pese a
las dificultades, no dejó de manifestar una clara defensa del Borbón hasta la
victoria final. Esta fidelidad, junto con la comprensión de Felipe V por los
sufrimientos padecidos, explicarían la concesión real del título de “la muy
noble y leal villa” en 1739.
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1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
10. Bibliografía y fuentes documentales
FUENTES PRIMARIAS
AMCH (Archivo Municipal de Chinchón):
SECCIÓN ADMINISTRACIÓN MUNICIPAL. ORDEN PÚBLICO
(8480).
SECCIÓN
ADMINISTRACIÓN
VECINDARIOS (15738).
MUNICIPAL.
CENSOS
Y
SECCIÓN ADMINISTRACIÓN MUNICIPAL. AGRICULTURA (16151;
16505).
SECCIÓN MILITAR. ASUNTOS GENERALES (1409; 13610; 16500;
15933; 16561; 11711; 16562; 12098; 14259; 15936).
SECCIÓN MILITAR. QUINTAS, LEVAS, MILICIAS (10393; 10506;
11130; 7583; 9910; 14403; 10394; 10395; 10396; 10397; 14965; 13610;
56663; 14427; 15392; 9704; 11174; 5472; 5468; 5469).
SECCIÓN JUSTICIA MILITAR (10486; 11033; 2212; 5751; 11405).
SECCIÓN TESTAMENTOS Y REGISTROS (9507).
SECCIÓN ASUNTOS GENERALES (7886; 15074; 15969; 16560;
10950).
SECCIÓN PAPELES PRIVADOS. CORRESPONDENCIA (11319).
SECCIÓN HACIENDA. SUMINISTRO A TROPAS (11431; 10973).
LIBROS DE ACTAS CAPITULARES (AÑOS 1700-1709; AÑOS 17101719).
A.H.N. (Archivo Histórico Nacional):
SECCIÓN CONSEJO DE CASTILLA.
SECCIÓN NOBLEZA.
SECCIÓN CHANCILLERÍA. REGISTRO DEL SELLO DE LA CORTE.
71
1ER PREMIO, JAIME MEJÍAS: CHINCHÓN EN LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
B.N. (BIBLIOTECA NACIONAL):
VECINDARIO DE CAMPOFLORIDO (1715-1717).
CATASTRO DE ENSENADA (1752).
FUENTES SECUNDARIAS
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74
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