Caso clínico 9: Trastorno delirante en consumidor de cannabis A. Madoz Gúrpide Motivo de consulta Acude a consulta un varón de 45 años de edad, derivado por su neurólogo quien le estudia por insomnio. El paciente señala que desde hace ya un par de años apenas consigue conciliar el sueño “no más de dos horas al día”. Refiere insomnio de conciliación y de mantenimiento marcado, de tal manera que ha abandonado su profesión y prácticamente toda actividad, por el cansancio que dice sufrir. Ocasionalmente, señala, consigue dormir unas pocas horas a media mañana. Ha probado diferentes pautas de tratamiento farmacológico sin éxito, según comenta. Reconoce una gran repercusión en su vida motivado por este cuadro. En Neurología le han realizado diversas pruebas sin encontrar causa orgánica. El motivo real de derivación de este especialista, explicado en el parte de interconsulta, no es tanto el insomnio en sí sino la repercusión que sobre el ánimo y la actividad del paciente está teniendo el mismo. El paciente se muestra en consulta receloso de la derivación. Centra todo el discurso en el insomnio pertinaz y en la repercusión que tiene sobre su día a día. Antecedentes psiquiátricos No obstante el mismo paciente había consultado dos años antes, acompañado por sus hermanas y a requerimiento de éstas. Referían que se mostraba muy suspicaz con el vecindario, y que el deterioro en su vida social y personal había sido evidente de un par de año a esa parte. Una vecina alertó a las hermanas “porque le veía muy mal”. Al parecer el paciente se quejaba de dolor abdo- 162 A MADOZ GÚRPIDE minal y en el pecho “ocasionado por telequinesia ... una vecina que es bruja me los provoca”. Apenas salía de casa, comentaban las hermanas, no comía (había perdido 20 kilos de peso en unas semanas), increpaba a los vecinos y había colocado por la casa diversos objetos para “ahuyentar los malos espíritus”. En aquel tiempo, el paciente fumaba 7-8 porros al día. Ya entonces había abandonado su oficio, y vivía recluido en casa, manteniendo contacto sólo con sus hermanas, que acudían al domicilio a visitarle y ayudarle en las tareas básicas. Entre los antecedentes personales del paciente figuraba un episodio psicótico previo. Había ocurrido 7 años antes y remitió, según parece ad integrum, tras la abstinencia de cannabis y el tratamiento farmacológico. En aquel entonces el paciente creía que sus compañeros de trabajo le espiaban y le escupían, mostrándose suspicaz ante el entorno. Por lo referido por la familia, también entonces parecía más un desarrollo paranoide que un cuadro esquizofrénico. Se le recomendó en esa primera visita al CSM abstenerse del consumo de sustancias, así como iniciar un pauta de tratamiento con antipsicóticos. Asimismo se le puso en contacto con los recursos asistenciales de drogas, y se recomendó valoración orgánica por su MAP. En aquella ocasión el paciente no volvió a siguientes visitas. Episodio actual Con toda esta información se contrasta en la visita actual la situación del paciente. Refiere haber logrado la abstinencia absoluta a cannabis después de la anterior visita, si bien apenas tomó el tratamiento farmacológico un par de días. Las molestias gástricas resultaron ser de causa orgánica, una úlcera gástrica que llegó incluso a perforarse y requerir intervención de urgencia. No se muestra muy partidario de comentar las posibles causas de la situación actual. Actúa con suspicacia, sin querer profundizar en su ideación. Sí reconoce que sigue existiendo problemas con los vecinos. Insiste, de refilón, que los vecinos emplean la brujería para influirle y perjudicarle, y que ésta bien pudiera ser el motivo también del insomnio. Para él, la enfermedad gástrica previa es una buena demostración de que su ideación delirante era y es real. En cualquier caso no acepta como posible una equivocación en sus planteamientos. A pesar de que aparentemente CASO CLÍNICO 9 163 acepta tratamiento farmacológico en realidad no lo toma porque “no estoy loco”. Lo que si parece ser cierto es que actualmente y desde hace al menos 1 año, no consume cannabis ni ninguna otra sustancia. Discusión Resulta difícil reconstruir la historia psiquiátrica con los escasos datos que aporta el paciente. Tampoco las hermanas ofrecen gran información. Lo que parece claro es que el cuadro corresponde por su sintomatología a un trastorno de ideas delirantes, más que a un cuadro esquizofreniforme o a una esquizofrenia como tal. La ausencia de síntomas primarios prácticamente excluye esta posibilidad. El lenguaje y el pensamiento no se muestran desestructurados, y el paciente no presenta alucinaciones. No hay, además, datos de sintomatología negativa ni de deterioro psicótico. Su día a día se estructura sobre una ideación delirante de perjuicio e influencia, manteniendo un funcionamiento cognitivo adecuado. No existe mucha bibliografía específica sobre la relación de consumo de cannabis y trastorno delirante crónico. Son abundantes las referencias a la relación del uso de esta sustancia con los síntomas psicóticos de manera general, y con la esquizofrenia de manera particular. El papel que juega en esa patología el consumo de cannabis es objeto de debate. Parece claro que el uso de la sustancia puede desencadenar sintomatología psicótica per se. Mayores dudas plantea la existencia de la llamada psicosis cannábica, y la relación entre cannabis y esquizofrenia. Dejando aparte el hecho de que el consumo de cannabis incrementa la sintomatología positiva en pacientes esquizofrénicos, son varias las propuestas teóricas que tratan de explicar dicha relación. Una de ellas, la hipótesis de la automedicación, ha ido perdiendo adeptos en la medida que lo han permitido los avances científicos. Otra postura extrema, que el cannabis per se puede provocar una esquizofrenia en sujetos no predispuestos previamente, tampoco es hoy aceptada por la mayor parte de la comunidad científica. La opción más probable es la que se encuadra en el marco teórico de la conjunción de factores genéticos y ambientales. En personas genéticamente predispuestas, el consumo de 164 A MADOZ GÚRPIDE cannabis actuaría como un factor de riesgo ambiental para el desarrollo de la esquizofrenia. Como se señala, son pocas las referencias directas y específicas que relacionan el trastorno de ideas delirantes con el consumo de cannabis. Ello puede ser debido en parte a la rareza del diagnóstico. Además este tipo de pacientes pocas veces consultan por propia motivación, por lo que no son habituales en las consultas. Parece claro con los conocimientos actuales que el trastorno delirante presenta menor carga genética que otros trastornos psicóticos, que además no mantiene relación genética con la esquizofrenia, y que sí son más frecuentes en familiares de pacientes delirantes determinados rasgos sensitivos de personalidad y diagnósticos de trastorno delirante y trastorno paranoide de personalidad. Entre otros factores etiológicos, se han relacionado cuadros de trastorno delirante con el consumo prolongado de sustancias que afectan al sistema dopaminérgico. En este sentido podríamos plantear que el cannabis, interactuando con dicho sistema, pudiera inducir el trastorno. Quedaría pendiente de estudio el papel del sistema cannabinoide endógeno en la génesis de este trastorno. En la génesis de esta patología también los factores psicológicos pueden tener su importancia. Algunos autores han señalado que la ideación delirante puede ser una respuesta normal a una experiencia anormal. Así, un consumo sostenido de cannabis que generara sintomatología psicótica precisaría una respuesta cognitiva que diera explicación a esas vivencias anómalas. Determinados rasgos de personalidad sensitivos o factores sociales (aislamiento) favorecerían estas interpretaciones. Una duda que se plantea es si, al igual que parece ocurrir en la esquizofrenia, el cannabis actuaría como un precipitante (factor de riesgo) en un sujeto predispuesto, o si pudiera ser que el cannabis por sí mismo llegara a causar el trastorno delirante aún en ausencia de susceptibilidad biológica o psicosocial. En el caso que se presenta, el paciente ha sido un consumidor habitual de cannabis desde hace años, previo al inicio de la clínica delirante. Llegó a trabajar como autónomo durante un largo periodo de tiempo, con una vida social normalizada, aun con el consumo de cannabis. Incluso en una primera fase donde la ideación delirante se hizo marcada, ésta revirtió tras el abandono del cannabis y la toma de antipsicóticos. Es cierto CASO CLÍNICO 9 165 que no se tiene seguridad de que la remisión fuera completa pero por los datos aportados por la familia sobre la funcionalidad y la conducta, esa parece la opción más probable. En su primera consulta a nuestro CSM, hacía dos años, presentaba un claro cuadro de ideas delirantes (además de una grave patología gástrica), que no llegó, esta vez, a revertir, a pesar de la abstinencia a cannabis. En aquella ocasión no llegó a iniciar adecuadamente el tratamiento farmacológico. En la actualidad el cuadro clínico se mantiene con independencia del consumo de cannabis. Probablemente el consumo de cannabis haya actuado como disparador del cuadro psicopatológico en una persona previamente predispuesta. Iniciales abstinencias favorecieran la remisión sintomática del cuadro, que en la actualidad ya funciona con independencia del consumo de sustancia. No se puede llegar a saber si el sujeto habría desarrollado el cuadro delirante aun no habiendo consumido sustancia alguna. Tampoco si éste ha variado en intensidad o evolución clínica por el consumo. En cualquier caso el tratamiento más adecuado pasaría por instaurar una pauta antipsicótica que el paciente aceptara, además de mantener de manera absoluta la abstinencia a cannabis. Bibliografía Arendt M, Rosenberg R, Foldager L, Perto G, Munk-Jorgensen P (2005). Cannabis-induced psychosis and subsequent schizophrenia-spectrum disorders: follow-up study of 535 incident cases. Br J Psychiatry; 187:510-515. Arias Horcajadas F (2007). 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