CONVOCACIÓN 9 REVISTA INTERDISCIPLINARIA DE REFLEXIÓN Y EXPERIENCIA EDUCATIVA Rojas, Mª. C.: Ser adolescente, hoy, pp. 217, 218. 24 Rowling, J. K: Harry Potter y la Orden del Fénix, p. 354. 25 Rowling, J. K.: Harry Potter y el misterio del príncipe, p. 100. 26 Constanzo, A.: “Crisis social actual, ideal del yo y adolescencia”, p. 490 (VI Jornadas de Psicología Universitaria “La Psicología en la realidad actual”). 27 Bibliografía ABERASTURY, A. / M. Knobel (1976): La adolescencia normal. Paidós Educador. AUDEPP: Jornadas “De princesas, magos y brujas”. CD Rom. Montevideo, 2006. CONSTANZO, A.: “Crisis social actual, ideal del yo y adolescencia”. VI Jornadas de Psicología Universitaria. CIRLOT, J. E. (2005): Diccionario de símbolos. Ediciones Siruela, Madrid. FREIRE de GARBARINO M. - I. MAGGI de MACEDO: Adolescencia. Roca Viva, Montevideo. PUGET, J. (1999): “Historización en la adolescencia”. Cuadernos de ApdeBA. Nº 1. Buenos Aires. ROJAS, M. C. (1997): “Ser adolescente, hoy”. IX Congreso Metropolitano de Psicología. ROWLING, J. K. (2002): Harry Potter y la piedra filosofal. Salamandra, Barcelona. ROWLING, J. K. (2006): Harry Potter y el cáliz de fuego. Salamandra, Barcelona. La urgencia en la construcción / reconstrucción de la propia identidad hace necesaria la pertenencia a vínculos que le ofrezcan una base para ir desligándose del sostén infantil, permitiendo además la inscripción de nuevas marcas que otorguen nuevos sentidos a partir de lo vincular.12 REVISTA INTERDISCIPLINARIA DE REFLEXIÓN Y EXPERIENCIA EDUCATIVA CONVOCACIÓN 9 ROWLING. J. K. (2006): Harry Potter y la Orden del Fénix. Salamandra, Barcelona. ROWLING. J. K. (2007): Harry Potter y el prisionero de Azkabán. Salamandra, Barcelona, ROWLING, J. K. (2007): Harry Potter y la cámara secreta. Salamandra, Barcelona. ROWLING, J. K. (2008): Harry Potter y las reliquias de la muerte. Salamandra, Barcelona. SELENER, G. (2000): “Nuevas marcas para la historia singular: la subjetividad adolescente”, III Jornadas Nacionales: Teoría y Clínica Vincular Psicoanalítica. ff Roxana Chiriazis Baladán Licenciada en Psicología (UdelaR, egreso 1990). Profesora de Filosofía (IPA, egreso 2000). Posgrado en Psicoterapia Psicoanalítica (Audepp, finalización de seminarios curriculares, 2009). Maestranda en Psicología y Educación, Facultad de Psicología de la UdelaR, cohorte 2011). Profesora de Psicología Evolutiva y de Psicología de la Educación en Institutos de Formación Docente, IPA e INET, desde 2005 hasta la actualidad. ff Sylvia Acosta Estudiante del IPA en Profesorado de Literatura y en Educador Social. TEMAS SOBRE ADOLESCENCIA Tiempo de cambio: psicoanálisis y educación en la interdisciplina Aceptemos que estamos solos y, a partir de ahí, hagamos el descubrimiento de que estamos acompañados – unos por los otros. Cuando pongamos los ojos en el cielo estrellado, con un furioso anhelo de llegar allí, aunque sea para encontrar lo que no es para nosotros, aunque tengamos que resignarnos a la humilde certeza de que, en muchos casos, una vida no bastará para hacer el viaje – cuando pongamos los ojos en el cielo, repito, no olvidemos que los pies se asientan en la tierra y que sobre esta tierra donde el destino del hombre (ese nudo misterioso que queremos desatar) tiene que cumplirse. Por una simple cuestión de humanidad. José Saramago Resumen La institución educativa: laberintos y sendas donde se diagraman vínculos Margarita Muñiz Cáceres El trabajo en la institución educativa con adolescentes nos confronta a diario con cuestiones tales como lograr motivarlos para que permanezcan en clase y se interesen en el aprendizaje, las situaciones socioeconómicas que inevitablemente ingresan a clase, la crisis vital por la que atraviesan. Por otro lado, la situación de los educadores se ve atravesada por la múltiple inserción laboral, el desgaste y la desmotivación traducidos en diversas formas de enfermar con el consabido ausentismo que esto conlleva. Estudiantes y educadores se encuentran y desencuentran en el ámbito educativo, siendo este un espacio privilegiado para pensar respecto a las emociones que allí se despliegan. En este sentido, el presente trabajo se propone reflexionar sobre los adolescentes, la importancia de los vínculos entre estos y los educadores, así como las dificultades que suelen tener lugar. A tales efectos recurriremos a los aportes de la experiencia en la educación y en la clínica para revisar el entramado psicoanálisis-educación. ROWLING, J. K. (2006): Harry Potter y el misterio del príncipe. Salamandra, Barcelona. 14 15 CONVOCACIÓN 9 REVISTA INTERDISCIPLINARIA DE REFLEXIÓN Y EXPERIENCIA EDUCATIVA Algunas razones para realizar el trabajo Otras veces, al igual que mis compañeros de docencia, siento que el sistema me supera, que no logro ver el fruto de mi trabajo, que otra vez estoy recorriendo el laberinto y he perdido el hilo que me aseguraría acabar con el monstruo y encontrar la salida. A los veinte años me recibí de profesora de Literatura. Nueve años después inicié mi recorrido por la Facultad de Psicología. Con el correr del tiempo, análisis mediante, he realizado la síntesis entre ambas profesiones trabajando como docente de secundaria y como psicoterapeuta en el ámbito privado. Producto de esa síntesis es este trabajo. Un entramado de experiencias, de recorridos teóricos con los cuales me dirijo a diario al liceo, a encontrarme con adolescentes entre los 16 y 18 años, provenientes de diversas zonas de Montevideo. Y colocamos entre nosotros la lectura, el análisis de los textos, la reflexión, la creación, el disfrute. La clase se convierte en un punto de encuentro en el que podemos aprender con placer mientras crecemos en ritmos y tiempos diversos. Podemos aprender, podemos confiar, podemos frustrarnos y empezar de nuevo. Pero desde el lugar docente, no podemos ser omnipotentes sino habilitantes, reconociendo nuestra falla, nuestra falta, nuestros límites. Como señala Green (1962): En virtud de la frustración hay algo que no se realiza, en virtud de la privación hay algo que falta, en virtud de la castración hay algo que podría llegar a faltar. La tarea docente debería promover salud pero no siempre se consigue. El trabajo en la institución educativa tiene algo de laberinto, de encierro, de repetición. Pero también se dibujan sendas que abren el campo, lo estrían y permiten desnaturalizar asuntos que se han instituido. Los aportes del psicoanálisis me permiten reconocer las ambivalencias que tiñen el vínculo, resignificar mi adolescencia y saber que vuelvo a ella desde un lugar novedoso a través de los estudiantes con los cuales trabajo. Puedo sentir la brecha generacional y hacer frente a la confrontación para dar lugar a los más jóvenes. 16 REVISTA INTERDISCIPLINARIA DE REFLEXIÓN Y EXPERIENCIA EDUCATIVA CONVOCACIÓN 9 El lugar docente como el lugar del analista deben ser constantemente revisados a la luz de interpelaciones que conlleven, por una parte, una cuidadosa formación y por otra una renuncia al lugar del supuesto saber a favor de los otros saberes, del empoderamiento de analizandos y estudiantes. Los aportes del psicoanálisis me permiten reconocer las ambivalencias que tiñen el vínculo, resignificar mi adolescencia y saber que vuelvo a ella desde un lugar novedoso a través de los estudiantes con los cuales trabajo. En el ámbito educativo como en el terapéutico tiene lugar el interjuego transferencia - contratransferencia. Al respecto, Büsch y Kociak, pensando a punto de partida del fenómeno transferencial y contratransferencial en la clínica, opinan que …la transferencia es el instrumento esencial de la cura. Desde nuestra conceptualización nos plantearíamos usarla no como instrumento para la cura, sino para la captación y comprensión de aquellas emociones que se juegan en el vínculo educativo. En este sentido, continúan las autoras: el tener conocimiento de esto permitiría que los docentes pudieran concientizar la importancia de la afectividad en el proceso de formación de sus alumnos. Que el docente pueda pensar en sus propias emociones permite comprender mejor lo que ocurre a los mismos. Desde estas consideraciones cobran relevancia las emociones, los procesos inconscientes, los sentimientos hostiles y tiernos. Recuerdo que en mis primeros días de trabajo tuve en clase un adolescente delgadísimo y apocado que permanecía en silencio. Trabajábamos el poema de José Martí, “La niña de Guatemala”. Se me ocurrió preguntarle si conocía alguna de las flores mencionadas en el poema. Me respondió tímidamente: En mi casa hay lirios. Le pedí que trajera algunos a la clase. Volvió con un ramo de lirios y poco a poco tocando las flores, describiéndolas, se acercó al poema. Este primer desafío me abrió una senda posible y supe que construiría conocimiento en la medida en que fuera capaz de crear un vínculo que me permitiera encontrarme con cada uno y con todos, entendiendo las diferencias que se ponían en juego. El acto educativo supone un vínculo que liga al docente, los estudiantes y la forma en que se posibilita el conocimiento. Sin la existencia de un buen vínculo, los caminos del aprendizaje se ven empobrecidos. Recordemos a Freud, quien en 1914 en el trabajo “Sobre la psicología del colegial” señalaba: No sé qué nos reclamaba con más intensidad ni qué era más sustantivo para nosotros: ocuparnos de las ciencias que nos exponían o de la personalidad de nuestros maestros. Lo cierto es que esto último constituyó en todos nosotros una corriente subterránea nunca extinguida, y en muchos el camino hacia las ciencias pasaba exclusivamente por las personas de los maestros (…) Los cortejábamos o nos apartábamos de ellos, les imaginábamos simpatías o antipatías probablemente inexistentes, estudiábamos sus caracteres y sobre la base de estos formábamos o deformábamos los nuestros…De antemano nos inclinábamos por igual al amor y al odio, a la crítica y a la veneración. Es pues en el escenario de la institución educativa, en el aula, donde se despliega una circunstancia dramática que pone en juego emociones intensas, ambivalentes y que entrelazan las historias personales del docente y de los estudiantes, no siempre reconocibles por unos y otros. El docente debe discriminarse adecuadamente de los estudiantes con quienes trabaja delineando su rol, instalando su escucha a las necesidades de los estudiantes, acompañándolos en su crisis vital, ofreciéndose como figura con la cual puede tener lugar la confrontación generacional. El acto educativo supone un vínculo que liga al docente, los estudiantes y la forma en que se posibilita el conocimiento. Sin la existencia de un buen vínculo, los caminos del aprendizaje se ven empobrecidos. El ámbito educativo es un escenario privilegiado para que la conflictiva del adolescente se ponga en marcha dramáticamente. En el mismo escenario, a veces afuera y otras veces adentro, estamos los docentes con nuestras historias, con nuestros sueños, con nuestra ideología, con nuestras frustraciones y dolores. La clase tanto como el espacio terapéutico tiene su asimetría, su encuadre, sus ambivalencias. Presentaciones, para qué nos encontramos, en qué términos. Se trata de humanizar la tarea frente a grupos superpoblados. La tarea docente tiene mucho que ver con el sostén, con ofrecerse vivo y motivado para ayudar a encontrarle sentido al aprendizaje. Podemos preguntarnos, ¿cómo puede ser capaz un docente de estar disponible y motivado cuando trabaja sesenta o más horas semanales? ¿Cómo puede sostener si no es sostenido? Al respecto, señalan Verónica Cambón y Darío De León1 que el desgaste reconocido por los maestros, entre otros aspectos, se relacionaba con el trabajo en doble turno, las diferencias institucionales y contextos laborales, los grupos superpoblados. Los autores refieren que si bien el Burnout se ha investigado en profesionales que se desempeñan en el área de la salud, por el estrés propio de los servicios asistenciales, también se ha detectado en profesionales de la educación. Al respecto señalan: Ranjard (1984) afirma que, con respecto al trabajo, los docentes se sienten acosados, ya que las expectativas de estos, el respaldo que recibían y la forma de juzgarlos ha variado dentro de l contexto social en el que trabajan. (…) Esta creencia de que se puede culpar a los enseñantes de un vasto número de deficiencias, junto con cierto malestar general del sistema educativo, se ha extendido entre los políticos, los medios de comunicación, e incluso los padres y madres de los alumnos. En Educación Secundaria ocurre lo mismo: grupos numerosos, grupos 17 CONVOCACIÓN 9 REVISTA INTERDISCIPLINARIA DE REFLEXIÓN Y EXPERIENCIA EDUCATIVA que empiezan a vaciarse y traen la frustración e impotencia de no haber logrado motivar a los estudiantes; las exigencias laborales aumentan desmintiéndose la múltiple inserción laboral de los docentes que resulta de algún modo en una suerte de desamparo y enajenación. roturas en el tejido social, la exposición del malestar y el desamparo en el que los docentes trabajamos son algunos de los atravesamientos que impactan en la subjetividad y tiñen de especial color las diversas y no siempre felices modalidades de vínculo en el ámbito educativo. Por otra parte, los adolescentes son demandantes y esperan por los adultos con quienes se encuentran. Cruce de vulnerabilidades. Crisis vitales de uno y otro lado. Situaciones familiares conflictivas. Nuestra praxis debe ser revisada no solo a la luz de los tiempos que corren y las revisiones teóricas que nos llegan, sino desde otro lugar, más sencillo y cotidiano, a veces impensable, dada la naturalización y repetición de las cosas, que es el vínculo docente - estudiante. Kancyper señala que La confrontación generacional es un punto nodal en el que confluyen las cuestiones más importantes y diversas (…) representa una de las vías principales para estudiar de qué manera las relaciones de poder fabrican sujetos e instauran una multiplicidad de técnicas de constricción reversibles, que se aplican asimétricamente en dos direcciones: desde los padres hacia el hijo y desde este hacia los progenitores. Una de estas técnicas estaría representada por el uso y abuso del Eros, que sofoca el espacio discriminado del otro mediante un solapado manejo de poder-seducción, otra sería ejercer el poder-sumisión para rellenar toda carencia, toda falta, todo apremio objetivo (Ananké) en los hijos, lo que impediría que manifestasen el odio y la agresividad. El odio y la agresividad son dos emociones y mociones fundamentales que posibilitan la admisión del objeto como exterior a uno, y que operan, además, como condición necesaria para que se instale una tensión entre los opuestos, y así se despliegue el movimiento dialéctico de la discriminación y la oposición entre las generaciones. La crisis adolescente incluye al hijo y a sus padres. Podemos permitirnos señalar que esta crisis sacude también a los educadores que trabajan con adolescentes, que se ven atravesados por múltiples angustias. Kancyper recuerda que Estas angustias se resignifican de forma privilegiada en la adolescencia, porque en esta fase la certeza es cuestionada, y los progenitores otrora idealizados y omnipotentes, son ahora cuestionados por sus hijos cuestionadores; y los padres, angustiados por el desprendimiento del adolescente que se diferencia, suelen equiparar la renuncia al ideal de la certidumbre totalizadora a la derrota o la pérdida de la autoridad parental. Las viñetas que presento a continuación pretenden dar cuenta de experiencias de clase que materializarán algunas cuestiones relativas a los aspectos emocionales que diagraman los vínculos. Viñetas • Nacho había sido alumno el año anterior en 6º año. Perdió el examen y esto le dolió muchísimo a pesar de las explicaciones. A mediados del año siguiente, mientras estaba dando clase veo que Nacho se asoma a la puerta y me saluda. Salgo al recreo y me encuentro con él. Nos saludamos. Yo creía que venía a consultar alguna duda para el examen y me dice que había salvado en el período anterior. Le pregunto a qué debo su visita y me dice: No vine a ver a la profe, vine a hablar con la psicóloga. Me doy cuenta de su ansiedad y angustia. Hablo en dirección y me autorizan a hablar en privado. Nacho empieza a relatarme lo que le ocurre: Descubrí que mi abuelo abusaba de mi hermana y de mis primas. Pensé en matarlo pero me acordé de usted y me vine a buscarla. Tengo que decirle a mis padres. No sé qué hacer… En ocasiones se crean intrincados laberintos dentro de la institución y en sus alrededores: violencia, adicciones, indiferencia, inseguridad. Otras veces surgen tímidamente o más claramente sendas a través de las cuales podemos pensar/pensarnos y se abren diálogos, diferencias, espacios creativos, experiencias disfrutables. • Patty entra a clase y me dice si al final puede hablar conmigo. Le digo que sí. Es el final del turno y estamos para iniciar un fin de semana largo. Me empieza a relatar situaciones en las que no logra controlar su enojo, problemas con su pareja, ideas raras de desaparecer. Me comunico con su madre y le sugiero que converse con su hija y consulten médico. Con Patty acordamos mantenernos comunicadas durante el fin de semana hasta encontrarnos en el liceo. Y así lo hacemos a través de decenas de mensajes. Entre otros: Gracias, sentí que necesitaba hablar con alguien grande porque sé que no es normal lo que hago y con usted tengo confianza y me hace bien hablar con usted, besote, disculpe que te siga jodiendo, mañana hablamos. Fue derivada a psiquiatra e inició tratamiento. Los últimos tiempos nos han hecho desembarcar en geografías difíciles. La desigualdad, las oportunidades para unos y su inexistencia para otros, las conductas adictivas instaladas en buena parte de los adolescentes, las • Generación de 4º año. Volvemos a clase y ha fallecido uno de los compañeros que esperaba un trasplante de corazón. Vamos juntos al velatorio. Nos reintegramos a clase. Hablamos de lo que ha pasado. El lugar de Sergio 18 REVISTA INTERDISCIPLINARIA DE REFLEXIÓN Y EXPERIENCIA EDUCATIVA CONVOCACIÓN 9 se mantuvo vacío el resto del año. Sin embargo, el colectivo de profesores no fue acompañado en su pérdida. • Generación de 5º año. Tienen muy mala relación con un profesor. En dos grupos distintos el vínculo está obturado. En uno de los grupos soy Profesora Consejera. Trabajamos los enojos, la confrontación generacional, aprendemos ética, se desenojan para poder estudiar. Muchos se van a examen pero logran salir adelante. Una vez a la semana reflexionamos sobre lo que ocurre con el profesor. El otro grupo me cuenta sus dificultades. Tienen otros recursos. Se entrevistan con la directora. El profesor va a renunciar. Se enteran. Se organizan nuevamente y compran tapabocas para recibir al profesor en la última clase. La delegada me cuenta: Entonces la supuesta última clase decidimos esperarlo con algo diferente a todos los días y surgió la idea de los tapabocas. Juntamos un poco de plata, pero nos salieron más de lo que pensábamos, respetamos la decisión de los compañeros que no quisieron usarlos y los que se quisieron retirar de la clase. Cuando llegó la hora todos nos pusimos los tapabocas y esperamos que llegara…Corrimos todos los bancos hacia adelante, bien cerca del pizarrón, pero pasaron más de 10 minutos y el profesor no llegaba. En ese momento pasó una adscripta y nos vio, e inmediatamente entró a preguntar qué había pasado. No podíamos decir la verdadera razón, así que se nos ocurrió decir que había alguien de otra clase enfermo, lo que trajo muchas repercusiones porque ella se lo contó a otros adscriptos y profesores; desilusionados porque el profesor no llegó nos fuimos a la puerta del liceo. Ya sin los tapabocas, nos sentamos a conversar, cuando de repente vemos que el profesor estaba entrando al liceo, nos levantamos y corrimos hasta la clase, nos sentamos y nos pusimos los tapabocas de nuevo. Cuando llegó le dijimos que era por un compañero enfermo y quedó asustado, no hablamos más con él hasta que nos entregó los parciales y la clase terminó. Nuestra praxis debe ser revisada no solo a la luz de los tiempos que corren y las revisiones teóricas que nos llegan, sino desde otro lugar, más sencillo y cotidiano, a veces impensable, dada la naturalización y repetición de las cosas, que es el vínculo docente -estudiante. Nota Investigadores durante 2005-2007: “Hacia una comprensión del desgaste profesional de los maestros de Educación Inicial. Análisis comparativo en diferentes contextos.” Facultad de Psicología, UdelaR. 1 Bibliografía BÜSCH, G.; F. KOCIAK (1994): Psicoanálisis y Educación. Roca Viva, Montevideo. CAMBÓN, V.; D. De León (2008): Acerca de la vulneración en el trabajo docente. Psicolibros, Montevideo. FREUD, S. (1914): Sobre la psicología del colegial, en Obras Completas. Amorrortu, t. XIII, Buenos Aires. KANCYPER, L. (1997): La confrontación generacional. Paidós, Buenos Aires. ff Margarita Muñiz Cáceres Profesora de Literatura (IPA). Licenciada en Psicología (UdelaR). Docente efectiva en Formación Docente. 19