Comportamiento prenatal de los potros Por Claudia Aixa Mutis B., Directora Centro de investigaciones CISAHE, Universidad de La Salle Etología D 98 esde que el potro está en el útero materno presenta una serie de movimientos que le permiten ejercitar los músculos que posteriormente lo llevarán a ubicarse en la posición correcta para el momento del parto. Un estímulo importante para el feto es el movimiento que realiza su madre al caminar, correr, subir y bajar por terrenos irregulares, pues esto ocasiona que al moverse el útero de la yegua, el feto se desplaza y se ve obligado a moverse y reacomodarse, ejercitando su musculatura, con movimientos simples y desarrollar su sentido de la posición, para finalmente ubicarse adecuadamente en el canal del parto, al final de la gestación. Estos movimientos simples se captan a partir del tercer mes de gestación, 2 cada 10 minutos, del cuarto al noveno mes aumentan a 16 movimientos cada 10 minutos, y en los dos últimos meses bajan los movimientos. En el mes once, los movimientos se vuelven complejos y son 20 por hora y unos 20 días preparto aumentan la frecuencia de los movimientos ajustándose para el parto, metiendo la cabeza y los miembros delanteros en el canal del parto; estos movimientos, los simples y los complejos, son una forma de ejercicio fetal de los potros. El anterior comentario con el fin de reflexionar un poco sobre el manejo que se hace con las yeguas gestantes, pues en varios criaderos estas hembras son dejadas en encierro permanente y por tanto se sugiere que éstas realicen ejercicio, que continúen con su actividad habitual, que no adquieran sobrepeso, que se sientan ágiles, que sigan interactuando con otros de su misma especie y con el hombre, que se evite la aburrición del encierro que conlleva a vicios y que reciban sol; pero si debe tenerse cuidado en el último tercio de la gestación donde ya no es conveniente realizar tanto ejercicio y evitar complicaciones. Es importante recordar que todo cambio debe ser progresivo. Cuando la yegua está cercana al parto se empieza a observar: 1. Crecimiento de la ubre. 2. En los pezones se observa un líquido denso de color blanquecino. 3. Acumulación de líquido en la vulva (edema vulvar). 4. Inquietud. 5. Algunos movimientos como si tuviera cólico. Una vez se observan algunos de estos signos, se debe estar pendiente de la yegua, pero hay que dejarla hacer su trabajo de parto sola, esperando que salgan primero los miembros anteriores seguidos de la cabeza y solo intervenir en el caso que se observen anomalías en la salida del potro, por ejemplo que la cabeza esté girada en dirección hacia el útero materno o que las extremidades anteriores se queden al interior del útero. Al finalizar el parto, se debe revisar la placenta para que esté completa, certificando que no se haya quedado nada dentro del útero. Los equinos por ser una especie que es depredada por otras, como forma de protección esperan los horas de la noche para el parto y así la oscuridad da el tiempo para un nacimiento seguro. Cuando el potro saca sus miembros posteriores de la vagina de la yegua, comienza paulatinamente a realizar movimientos de extensión y flexión de manos y patas, preparándose para ponerse de pie levantando primero sus patas delanteras y luego las traseras, en un periodo mas o menos de 15 minutos, con un promedio de 32 a 57 minutos dependiendo de la raza y el sexo, potros pesados se demoran más que los livianos, y las hembras se levantan más rápido que los machos. Cuando el potro entra en el canal del parto o la Revista Fedequinas 65 REFERENCIAS Boyd, L.E.: The natality, foal survivorship and mare foal behavior of fetal horses in wyomings red desert M.S. thesis. Laramie, University of Wyoming, 1990. Leidahl, L.C. and Moltz, H.: Emission of the maternal pheromone in nulliparous and lactating female. Physiol. Behav. 1997 Sharon L. Crowwell-Davis y Katherine A. Houpt Clínicas veterinarias de norteamerica, practica equina. Intervet, 1988 Etología pelvis para nacer, queda en un periodo no receptivo a estímulos dolorosos, hasta que salen sus caderas y nace. El potro debe levantarse casi inmediatamente después del nacimiento (si no lo hace antes de 130 minutos, se considera patológico) y debe buscar a su madre para consumir el calostro antes de dos horas, pues este le procura las defensas (anticuerpos) que requiere para que su organismo resista el nuevo medio ambiente con bacterias, virus, hongos, nuevos para él. Lo ideal para el primer amamantamiento son los primeros 35 minutos posparto, pasadas tres horas sin succionar se considera anormal. Es muy importante también revisar que el potro elimine las primeras heces, denominadas como meconio. Parte del meconio debe ser expulsado desde minutos después del parto hasta cuatro días posparto, cuando los potros retienen el meconio, levantan la cola, se miran el flanco o yacen tendidos. Los potros orinan por primera vez alrededor de las cinco horas posparto. En los equinos los problemas del parto (distocia) no son muy frecuentes y cuando se presentan son de un pronóstico poco favorable. La primera asociación madre hijo se realiza en las dos primeras horas posparto, ya no se deben separar, si se interfiere mucho con el potro en este periodo, éste no reconocerá su madre y ella lo rechazará, los potros criados por personas muestran temor y evitan a los otros caballos, prefieren permanecer más con las personas que con sus congéneres y no entienden ni responden de manera adecuada a los signos sociales comportamentales propios de su misma especie, como por ejemplo el movimiento de orejas y posiciones determinadas del cuerpo que puedan indicar malestar o no aceptación de una conducta y esto afectará sus relaciones de por vida o hasta cuando lo tengan que aprender con las reacciones fuertes de sus compañeros. Un potro criado artificialmente debe tener contacto con caballos más viejos que no lo agredan y así irá aprendiendo de ellos paulatinamente. Los potros criados por su madre, pero con una temprana socialización con humanos son muy buenos caballos al futuro, más fáciles para entrenar y manejar. Durante el primer mes posparto, en condiciones normales, libres en potrero, hay un periodo de dependencia al máximo con su madre, y poco contacto o nulo con otros caballos. Después del segundo al tercer mes de vida, el contacto con otros caballos aumenta, este periodo es de socialización intraespecífica. A partir del cuarto mes de vida, el potro va adquiriendo un patrón de adulto de relaciones espaciales, se ubica mejor en su entorno, tiene buenas relaciones sociales con los demás potros, aprende a respetar yeguas mayores, y mejora el comportamiento de huida y de mantenimiento. Para finalizar nuestra sugerencia va en el sentido de motivar a los lectores a que conozcan más de cerca sus ejemplares para mantenerlos en condiciones adecuadas, pero que no pretendamos que se conviertan y se adapten a la forma de vida humana, que sean ellos los que nos entiendan, sino que por el contrario seamos nosotros los que usemos nuestra inteligencia para entenderlos y aprovechar al máximo su grandioso potencial. 99