0103-32-2007 TRIBUNAL TERCERO DE SENTENCIA DE SAN SALVADOR, a las dieciséis horas del día veintidós de Agosto de dos mil siete Visto en juicio oral, el proceso penal documentado en el expediente 132-2007-2a, que se diligencia contra MARÍA ISABEL ÁLVAREZ PACHECO, ser de cuarenta y dos años de edad, comerciante de pupusas y comida sobre la 1° y 33° avenida Norte, por el Instituto del Cáncer en donde gana treinta dólares diarios, soltera, salvadoreña, originaria de San Salvador, con fecha de nacimiento del doce de junio de mil novecientos sesenta y cinco, hija de Irma Pacheco y Alfonso Álvarez Landaverde, vive en Urbanización Tutunichapa, Pasaje dieciséis, casa trece, San Salvador, y tiene estudios de sexto grado; por del delito de POSESIÓN Y TENENCIA, tipificado y sancionado en el artículo 34 de la Ley Reguladora de las Actividades Relativas a las Drogas, en perjuicio de la SALUD PÚBLICA. La vista pública fue dirigida por los Jueces del Tribunal Tercero de Sentencia, Licenciados MARTÍN ROGEL ZEPEDA, CARLOS ERNESTO SÁNCHEZ ESCOBAR Y JOSÉ ISABEL GIL CRUZ; presidida por el primero de ellos, de conformidad con el artículo 53 inciso I número 6 del CPP. Han intervenido como partes: de la representación Fiscal, el Abogado JULIO CESAR CABRERA MANZANO, de la Defensa Técnica y en su carácter Particular, el Abogado JOAQUIN EULOGIO RODRÍGUEZ BARAHONA. HECHOS SOMETIDOS A JUICIO "Con fecha dieciséis de septiembre de dos mil seis, se recibió en la División antinarcóticos DE la Policía Nacional Civil de San Salvador, una llamada telefónica de parte de una persona que no quiso identificarse por medidas de seguridad, quien dio información relacionada al comercio de drogas, específicamente Marihuana y crack, actividad realizada por dos personas, la primera de nombre MÓNICA PACHECO, quien es de aproximadamente veinticinco años de edad, piel morena complexión fornida de un metro sesenta centímetros de estatura, cabello pintado de color rojizo hasta la espalda, quien reside en una casa de dos niveles con número visible tres, el primer nivel de color amarillo y el segundo nivel de color blanco, la que es de construcción mixta, con puerta de metal pintada de color café, con portón color negro, techo de duralita, dichas personas alquilan una casa de construcción mixta y de plafón, esta pintada de color verde, con puerta de lámina y puerta de madera color ocre, una ventana socaire con balcón pintada de color ocre, y un chalet ubicado a la par del chalet número catorce, ubicado en el parqueo San Lorenzo, de la comunidad Tutunichapa, el cual utilizan para la venta de droga, ambos inmuebles ubicadas en la comunidad Ttutunichapa número uno, pasaje 16, casa 13 de San Salvador. Por lo cual al contarse con los elementos de juicio suficiente para ello, habiéndose realizado diligencias previas de ubicación, verificación y vigilancia, se solicitó órdenes de registro con prevención de allanamiento. Las cuales se hicieron efectivas a las cinco horas con diez minutos del día 29 de septiembre de 2006, en el inmueble ubicado en la casa número 13, ubicada en la casa 16, de la comunidad Ttutunichapa número 1 de la ciudad de San Salvador, haciéndose presente el Fiscal RENATO ALEJANDRO LÓPEZ CASTRO, fiscal del departamento de Antinarcóticos de la Fiscalía General de la República y los agentes de la División Antinarcóticos de la Policía Nacional Civil, MANUEL DE JESÚS LÓPEZ PARADA, encargado del registro VÍCTOR ANTONIO ÁLVAREZ, AMÉRICO ALEX GARCÍA y como técnico de identificación de drogas FRANK REYNALDO CAMPOS DE LA CRUZ, y el fotógrafo ESTEBAN GUZMÁN MATE, por lo que al llegar al lugar se tocó la puerta del inmueble en varias ocasiones esperando un tiempo prudencial sin respuesta alguna, por lo que se ingresó a la fuerza violentando la puerta, al ingresar al inmueble en el primer nivel, consta de una sala, una cocina, lavadero y un baño, en el segundo nivel este consta de tres cuartos ocupados con dormitorios en donde se pudo verificar que se encontraban dos jóvenes del sexo femenino, las cuales fueron identificadas como MÓNICA ESMERALDA RIVAS ÁLVAREZ y la segundo como XIOMARA ALEJANDRA RIVAS ÁLVAREZ, menor de edad, manifestando ser hermana de la examinada, explicándoles el motivo de la diligencia, registrándose el inmueble no encontrándose nada ilícito, seguidamente se procedió al registro del segundo inmueble el cual esta a la par del primero, en la dirección ya señalada, el cual es de construcción mixta de plafón, esta pintado de color verde con una puerta de lámina de madera pintada de color ocre, con una ventana socaire, estando como encargado del registro JOSÉ EFRAÍN ELÍAS MARROQUÍN, con los agentes JOSÉ GRANADOS y JOSÉ HERNÁNDEZ LIMA, y como técnico en identificación de drogas y fotógrafos los ya relacionados, realizándose dicho registro en forma simultánea al primero, encontrándose en el inmueble a la Señora identificada como MARIA ISABEL ÁLVAREZ PACHECO, Señor CARLOS ROBERTO HERNÁNDEZ TRIGUEROS, manifestando ser el compañero de vida de la Señora ÁLVAREZ PACHECO, por lo que se procedió al registro del inmueble constando de dos niveles, el primero consta de una sala donde no se encuentra nada ilícito, seguidamente se registra el lavadero y un baño, inicialmente se registra la sala y no se encuentra nada ilícito, seguidamente se registra el lavadero, y en la esquina se encuentra un sobre con bicarbonato de sodio y una gillette, lo cual es recolectado como evidencia uno, luego en la mesa se encuentran dos recibos de pago de agua, pertenecientes a la casa trece, de la dirección ya señalada, clasificándose como evidencia dos, en una mesa se encuentra un delantal en el cual al registrarlo contiene una bolsita negra, posteriormente, en la misma se encuentran dos teléfonos celulares y un estuche para teléfono, el primer teléfono marca NOKIA y el otro MOTOROLA, clasificados como evidencia cuatro, la Señora PACHECHO ÁLVAREZ, portaba en su cuerpo dos brazaletes y en una caja se encuentran dos cadenas, una cadena de metal amarillo, especificado como evidencia cinco, por lo cual a las nueve horas del día ya relacionado se procedió a la detención de ambas personas investigadas, atribuyéndoles el delito de TRAFICO ILÍCITO, haciéndole de su conocimiento los derechos que le asisten, de conformidad a los arts. 12 Cn., y 87 Procesal Penal". PRUEBA PRODUCIDA EN JUICIO De conformidad con los artículos 330 n° 1 y 346 del CPP, se reprodujo mediante lectura y se incorporó al juicio, la prueba documental siguiente: 1. Oficio número 168INV-DAN, de fecha dieciséis de septiembre de 2006, suscrito por el sub inspector ERNESTO AMAYA MARTÍNEZ, en la cual se anexa la llamada de las once horas con veinte minutos del día 17 de septiembre de 2006, en la cual se da la información de la narcoactividad. Fs. 25; 2. Acta de dirección funcional de las diez horas del día 17 de septiembre de 2006, suscrita por el agente fiscal RENATO ALEJANDRO LÓPEZ CASTRO. Fs. 27-28; 3. Acta de verificación de las quince horas del día 17 de septiembre de 2006, en la que se hace constar la verificación del inmueble el cual se encuentra ubicado en la casa número 13, pasaje 16 de la Comunidad Tutunichapa número uno de la ciudad de San Salvador. Fs. 29; 4. Croquis de ubicación de la vivienda de las personas investigadas la cual se ubica en la casa número 13, pasaje 16 de la Comunidad Tutunichapa número uno de la ciudad de San Salvador. Fs. 30; 5. Acta de las once horas del día 21 de septiembre de 2006, por medio de la cual se hace constar vigilancia en la casa ubicada la casa número 13, pasaje 16 de la Comunidad Tutunichapa número uno de la ciudad de San Salvador. Fs. 33; 6. Acta de las veintiún horas del día 22 de septiembre de 2006, en la que se hace constar la vigilancia en la casa número 13, pasaje 16 de la Comunidad Tutunichapa número uno de la ciudad de San Salvador. Fs. 34; 7. Acta de registro con prevención de allanamiento, el cual se hizo efectivo a las cinco horas con diez minutos del día veintinueve de septiembre de dos mil seis, en la casa número 13, pasaje 16 de la Comunidad Tutunichapa número uno de la ciudad de San Salvador, haciéndose presentes el fiscal RENATO ALEJANDRO LÓPEZ CASTRO y los agentes de la División Antinarcóticos de la Policía Nacional Civil MANUEL DE JESÚS LÓPEZ PARADA, encargado del registro VÍCTOR ANTONIO ÁLVAREZ y AMÉRICO ALEX GARCÍA. Fs. 9-12; 8. Hoja de recibo y control de evidencias a nombre de las imputadas MÓNICA ESMERALDA RIVAS ÁLVAREZ y MARIA ISABEL ÁLVAREZ PACHECO. Fs. 126-129; y, 9. Álbum fotográfico de las evidencias incautadas en los lugares objeto de allanamiento. (fs. 31 y 32, fotografías de la vivienda) Prueba pericial: 1. Experticia físico química practicada a la sustancia secuestrada por el técnico WILFREDO CAMPOS DE LA CRUZ, la que arrojó un resultado positivo a Cocaína base libre y Cocaína clorhidrato. Fs. 67; 2. Análisis físico químico, practicada por el Licenciado NOE GUILLERMO GUIROLA CEA, con la que se prueba la cantidad, peso y grado de pureza y valor en el mercado de las sustancias incautadas. Fs. 151-152; y, 3. Análisis Lofoscópico realizado a la evidencia. Rindieron su declaración en calidad de testigos las siguientes personas: EDWIN ROMEL ALBERTO GIRÓN dijo: Que labora en la División Antinarcóticos desde el noventa y cinco. Que está aquí por una detención que se realizó el veintinueve de septiembre del año pasado, en el pasaje dieciséis de la Colonia Tutunichapa Uno de esta ciudad. Que se registraron tres inmuebles ese día; a esos de las cinco de la mañana, y en uno de ellos se encontró droga. Que se inicia la investigación por llamada telefónica sobre dos personas que comercializaban droga, él recibió la llamada, fue el año pasado en el mes de septiembre, se le decía que en la casa trece y la de la par, ambas del pasaje dieciséis, vivían la señora PACHECO y MÓNICA DE RIVAS, y que ellas comercializaban droga en un chalet del Parqueo San Lorenzo, por lo que se pidió dirección funcional a la Fiscal y se les ordenó que realizaran las investigaciones, así se hizo una verificación de los inmuebles, y efectivamente las descripciones coincidían con los inmuebles, también se realizaron vigilancias pero no recuerda las fechas, recuerda que fueron dos vigilancias, estas se hicieron el año pasado en el mes de septiembre, no recuerda exactamente las vigilancias, pero en una de ellas se dio un seguimiento y en una champa de lamina se guardaba la droga, según la información la señora MARÍA ISABEL PACHECO y la hija de ella eran las que lo hacían. Que las casas están juntas. Que la detención de ellas fue el veintinueve de septiembre del año pasado, a eso de las diez de la mañana, pero el procedimiento se inicia a eso de las cinco de la mañana. Que él iba encargado de registrar la champa de lámina, otros compañeros iban a cargo de los otros inmuebles. Que en la champa junto a la puerta, en unas cajas, se encontró polvo blanco y crack, estaban en una bolsa negra, y dentro de ésta, unas bolsas transparentes, por lo que el técnico practicó prueba de campo y resultó positivo. Que se llevó a la señora PACHECO para que viera el procedimiento, también un señor que manejaba un pick up. Que la señora estaba en los otros inmuebles, no sabe en cual, pero sus compañeros la llevaron al lugar. Que el técnico hizo prueba de campo y dijo que cuatro porciones eran de cocaína y cuatro de crack, se le realiza prueba a unos utensilios y tenían restos de sustancia y se decomisaron. Que el técnico era FRANK CAMPOS. Que se levantó acta y él la firmó. A preguntas de la Defensa dice: Que fue el veintinueve de septiembre, no recuerda que día de la semana fue. Que el Fiscal estaba con ellos en el registro. Que no participó en los otros allanamientos. Que dentro del chalet no había nadie, se abrió y después se fue a llamar a la señora. Que para él, el chalet, según la información tenia droga, el no vio que la señora llevara o sacara droga del chalet. Que no sabe si le hicieron cacheo a la señora. Que el chalet está a unos ciento cincuenta metros de los inmuebles allanados. Que también se detuvo a la hija de la señora. Replica Fiscal: Que a la señora se le preguntó si era la encargada del chalet y dijo que era la dueña. Replica de la Defensa: Que no había abogado a la par de ella cuando le preguntó a la señora si era la dueña del chalet. MANUEL DE JESÚS LÓPEZ PARADA, dijo: Que labora en la División Antinarcóticos desde hace unos diez años, actualmente está en la División Central. Que está aquí con respecto a la detención de dos señoras, la cual fue el veintinueve de septiembre del dos mil seis en la Comunidad Tutunichapa Uno, no recuerda los compañeros de los que se hacía acompañar, eran como las cinco de la mañana, se le daba cumplimiento a una orden de registro en tres inmuebles, él solo intervino en uno de ellos, en la casa trece, del pasaje dieciséis, al llegar al lugar la puerta estaba cerrada, se toca y al no abrir nadie se procedió a violentar la puerta, se encuentra a la señorita MÓNICA RIVAS y se le manifestó el motivo de la diligencia, el fue el encargado del registro, se hizo acompañar de la señorita y no encontró ninguna sustancia ilícita. Que el inmueble al que él le hace registro, estaba pegado al otro inmueble, el cual estaba contiguo a la casa trece; que a la muchacha se la llevaron para el lugar donde se encontró la droga, que todos fueron. JOSÉ EFRAÍN ELÍAS MARROQUÍN, dijo: Que labora en la División Antinarcóticos desde hace dos años, está en la División Central, y está aquí por un registro que se realizó el año pasado, el veintinueve de septiembre del dos mil seis, en la Tutunichapa Uno, pasaje dieciséis casa dieciséis, fue a las cinco de la mañana, iba el compañero ALFREDO GRANADOS, y HERNÁNDEZ LIMA, él era el encargado del registro, al llegar se tocó la puerta que estaba cerrada, posteriormente ingresaron a la vivienda, y fueron atendidos por la señora MARÍA ISABEL y se le explicó el motivo de la diligencia y se procedió al registro del inmueble, y en la mesa se encontró un delantal y dentro de éste, quinientos dólares, dos teléfonos celulares y unas cadenas de metal amarillo. Que simultáneamente en la casa a la par de la que él hizo el registro; se hacía también otro registro, y en un chalet. Que hubo dos detenciones, a las nueve horas ALBERTO GIRÓN les dijo a las señoras que quedaban detenidas por hallazgos de drogas, todo se recolectó por parte del técnico FRANK CAMPOS DE LA CRUZ, se levantó un acta y él la firmó. A preguntas de la Defensa dice: Que se estaban efectuando tres registros simultáneamente. Que él no encontró droga donde hizo el registro, a la señora no le encontró droga, la droga se encontró en el registro que hacia GIRÓN. Que a la señora, cuando se le dijo que quedaba detenida, la señora siempre estuvo con él, y se le dijo que quedaba detenida por la investigación que se hacía en contra de ella. Replica Fiscal: Que se detuvo a la señora por droga encontrada en los otros registros. Que la investigada fue acompañada por el Fiscal que andaba, fue cuando se encontró la sustancia ilícita en los lugares allanados; que se llevaron también a las otras personas de la otra casa, se las llevaron para el chalet. FRANK REYNALDO CAMPOS DE LA CRUZ, dijo: Que labora en el laboratorio técnico de la División Antinarcóticos desde hace once años. Que está aquí por la recolección de evidencias en una diligencia de allanamiento en la Comunidad Tutunichapa, no recuerda la fecha, pero fue el año pasado. Que las evidencias se recolectaron en una champa sin numero que está frente a la casa comunal de la Comunidad Tutunichapa, se recolectó cuatro porciones de sustancia sólida, cuatro porciones de polvo blanco, y una porción de polvo blanco, que no se pudo determinar con precisión, solo que era bicarbonato. Que las sustancias de crack y polvo blanco, luego de la prueba, resultó que eran cocaína clorhidrato y cocaína base libre, y las sustancias quedaron bajo su custodia. Que se recolectó unos utensilios que tenían residuos de sustancia también. Que él participó en un allanamiento también a la par de la casa trece, ahí se recolectó un recibo de luz, quinientos dólares y joyas, estos se embalaron a nombre de ISABEL PACHECO. Que en el registro del chalet no recuerda quien lo acompañaba, pero se levantó un acta de las personas presentes, y frente a las personas fue de quien se hizo la prueba de campo y él firmó el documento. Procediéndose al n° 2 de dicho precepto legal, en lo referente a la existencia del delito y la culpabilidad, respecto del cual se expresa: FUNDAMENTACIÓN JURÍDICA Fundamento Jurídico Número 1. En el caso sub examine debe el tribunal estimar si la prueba incorporada en el debate, como prueba de afirmación de la culpabilidad de la justiciable, tiene la suficiencia para poder deconstruir la presunción de inocencia que les ampara, y de manera equivalente para construir la culpabilidad del imputado, tal como lo señala el artículo 12 de la Constitución cuando dice que: "Toda persona a quien se impute un delito se presumirá inocente, mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y juicio público, en el que se le aseguren todas las garantías necesarias para su defensa". De ahí que la afirmación de la culpabilidad, requiere demostración de los hechos, imputados a la conducta del autora, y cometidos culpablemente; y es la prueba que se incorpora en el debate, la que determina si los hechos delictivos acusados y la participación culpable de la acusada se demuestra más allá de duda razonable. Fundamento Jurídico Número 2. Respecto de la prueba desfilada en el debate, debe considerarse que la misma ha de tener por esencia demostrar los hechos atinentes a la conducta delictiva que se acusa, en tal sentido, como prueba incriminatoria que es, debe probar la conducta acusada como delito que en este caso se vincula a la posesión de drogas como atribuida a la acusada, es decir que el dominio de la droga le corresponde a la acusada y que ella es la que titular de la misma por encontrarse bajo su poder. Huelga decir que toda la prueba testimonial y el acta de allanamiento son precarias, limitadas y no útiles para demostrar este aspecto de la conducta típica, con lo que se afirma que tales probanzas no han sido suficientes para demostrar que Isabel Pacheco, sea la persona que tenía bajo su poder la droga. Fundamento Jurídico Número 3. Un rápido examen de los testimonios permiten determinar lo antes dicho: a) en la declaración de Edwin Romel Alberto Girón, el expresó que inicio una investigación por una delación anónima, que se confirmó el lugar, las casas, las señales de las personas como parecidas, que se hicieron vigilancias, que se observó que las personas entregaban cosas y salían del lugar hacia el chalet. Al ser preguntado en detalle no manifestó cuando había sucedido ni las cuestiones particulares de cada vigilancia, en otras palabras su dicho respecto de esos anteriores simplemente no es circunstanciado, ; b) los otros testigo, Misael de Jesús López Parada y José Efraín Elías Marroquín sólo informaron del registro en el cual participaron el día 29 de septiembre del año recién pasado, y de que en un chalet se había encontrado droga cocaína, circunstancia que también acreditó el testigo Alberto. Fundamento Jurídico Número 4. Como se explicó la información de Alberto Girón en cuanto a los eventos de vigilancia no es confiable, por cuanto en su testimonio el testigo no hizo un relato circunstanciado de esos hechos, por ello ese aspecto del testimonio no puede tener suficiencia, por cuanto el no recuerdo del detalle de lo ocurrido resta confianza a su dicho. Debe indicarse que las circunstancia de que el agente documente por acta su actuación, no le concede valor probatorio autónomo al acta en el cual se encuentra labrada como prueba documental, por que tal actividad es un simple acto de investigación del agente de autoridad, que no esta comprendido en los supuestos del artículo 330 CPP ni constituye de aquellas actividades de comprobación inmediata a los cuales la ley les conceda valor probatorio, no constituye ni mucho menos un anticipo de prueba y como tal se trata de actividades de investigación policiales que no tienen ningún valor en los términos del artículo 276 inciso final CPP que dice: "las demás actuaciones de la instrucción carecerán de valor"; los agentes de policía documentan sus actuaciones en actas, art. 244 CPP pero ello no les concede valor de prueba a las mismas, de tal manera que si la declaración del testigo sobre sus actuaciones no es confiable, tal carencia de valor no puede ser suplida por el acta admitida como documento, ésta ultima sólo puede ser apreciada de una manera limitadísima, pero conforme a una declaración confiable sobre ese aspecto lo cual no ha ocurrido, ante la carencia de un testimonio circunstanciado. Fundamento Jurídico Número 5. Lo cierto es que el testimonio de Alberto Girón no es confiable ni en este aspecto ni en otros, por ejemplo el testigo, que es un agente de policía especializado por que pertenece a una agencia especial la DAN ha sido manifiestamente contradictorio con los otros agentes López Parada y Elías Marroquín, según el primero el registro el chalet, entró, encontró la droga, y ordenó que fuera llevada al lugar sólo la acusada María Isabel Álvarez Pacheco, llevándola un agente, en la versión de los otros agentes a la acusada la trasladaron juntos con otros agentes, el fiscal, y además las otras personas que eran objeto de registro en sus propias viviendas, de tal manera que en un aspecto importante el testigo demuestra su falta de consistencia al relatar los hechos, de ello sobreviene que su declaración no pueda estimarse como confiable por que no lo es, aquella en la cual, el testigo indica otros aspectos, que pueden ser considerados esenciales para la fuerza conviccional de su testimonio, al defecto anterior se suma el aludido en razón de la no circunstanciación de la declaración en puntos importantes por lo cual el testimonio en si no es confiable para acreditar en estos aspectos la conducta de posesión de droga. Fundamento Jurídico Número 6. Ahora debe examinarse el aspecto de la demostración de los actos de tenencia por parte de la acusada María Isabel, como en su momento se expresó, los testimonios de López Parada y Elías Marroquín, no acreditan acto alguno de posesión de drogas de la acusada Álvarez Pacheco, por cuanto estos testigo lo único que acreditan es que revisaron las casas 13 y 16 de la Comunidad Tutunichapa y no encontraron drogas en esos lugares, y que la droga que se encontró lo fue en un chalet ubicado como a ciento cincuenta metros de los lugares registrados, lo cual también indicó la persona que entró al chalet en mención, siendo el agente Alberto Girón, quien después se fue a llamar a los agentes que allanaban las casas en la Tutunichapa. Con lo anterior ha quedado demostrado sin duda alguna que la droga no fue encontrada en la casa de habitación en la cual se encontraba la acusada Alvarez Pacheco, ni tampoco en la otra casa en la cual se encontraba su hija, en ambas viviendas no se encontró droga, y que la misma se encontró en un chalet distante de esas casas, en el cual al momento del registro no se encontraba ninguna persona. Fundamento Jurídico Número 7. Siendo así las cosas, la posesión de la droga encontrada en un lugar distinto de donde se encuentra y vive la acusada no puede ser demostrado a menos que concurra una prueba suficiente que acredite sin lugar a dudas que ese chalet, en el cual se encontraba la droga, se encuentra bajo el dominio de la acusada, cuestión que debe de ser probada por cualquier medio legal de prueba que garantice la confiabilidad de acreditar tales circunstancias. Pues bien, prueba de esa naturaleza no se ha incorporado en el proceso, no obstante que el chalet se practicó un minucioso registro, no se encontró en el mismo algún tipo de evidencia que pudiera demostrar el dominio de la acusada sobre ese local. De tal manera que la única prueba sobre ese aspecto es lo que declaró el testigo Alberto Girón, cuyo testimonio como se ha dicho no merece confianza, quien expresó: "Que el chalet está a unos ciento cincuenta metros de los inmuebles allanados. Que también se detuvo a la hija de la señora. Replica Fiscal: Que a la señora se le preguntó si era la encargada del chalet y dijo que era la dueña. Replica de la Defensa: Que no había abogado a la par de ella cuando le preguntó a la señora si era la dueña del chalet". Así según el testigo en el transcurso del allanamiento, la acusada manifestó ser la dueña del chalet. Con lo cual de creerse al testigo y de ser dicha declaración una prueba lícita podría estimarse ese elemento de prueba sobre los actos de posesión de droga. Fundamento Jurídico Número 8. Lo anterior significa que según el agente de policía en el transcurso de un operativo de allanamiento, con personal policial armado, la acusada a preguntas de la policía, en este caso del encargado agente Alberto Girón, de manera espontánea reconoció que el chalet –que no es su casa–donde se encontraba la droga, es de su propiedad y por ende la droga encontrada en el mismo. Ello significa que el agente de policía estaría facultado en las actividades de allanamiento para interrogar a las personas, en una cuestión que es clave para la imputación, la propiedad del lugar que determina en principio el dominio de los objetos que ahí se encuentren. Esa actividad ciertamente le esta vedada a la policía, la ley establece la prohibición a la policía de interrogar a una persona que tenga calidad de imputado, a la cual no se le pueden hacer preguntas de incriminación, así lo dispone el artículo 242 CPP que prohíbe interrogar al imputado si no esta presente su defensor; la atribución de la policía respecto de imputados llega a identificarlos conforme al artículo 241 N° 8 CPP. Fundamento Jurídico Número 9. Debe indicarse que las personas a quienes se les practica allanamiento o registro en sus moradas, no son "simples ciudadanos" cuando la policía pide registrar o allanar una morada o vivienda lo hace por que presenta a un juez sospecha fundada de que en ese lugar se realizan conductas delictivas, de ahí que las personas del lugar asuman una calidad especial ante los actos de investigación, es por ello que la calidad de imputados y de sospechosos se reconoce en el artículo 173 CPP para quienes se encuentran en la morada. En tal sentido apareciendo como tales, respecto de estas persona la policía tiene las mismas limitaciones de interrogar, no puede realizar preguntas que puedan tener un sentido incriminatorio respecto de los hechos que se investigan; y en tal aspecto resalta un ponderado balance, así como en los allanamientos y registros, no concurren en la generalidad defensores, tampoco los agentes de autoridad pueden interrogar a las personas del lugar allanado, si lo hacen violan la norma que prohíbe interrogar sin defensor, y más directamente el artículo 12 de la Constitución en su inciso final que prescribe que: "Las declaraciones que se obtengan sin la voluntad de la persona carecen de valor; quien así las obtuviere incurrirá en responsabilidad penal". Fundamento Jurídico Número 10. Debe entenderse que lo anterior tiene diferentes gradualidades, lo que si resulta explícito, es que una declaración obtenida fuera de los parámetros legales no tiene valor. El obtener información o interrogar a una persona que aparece como sospechosa en un allanamiento es una forma de vulneración de la garantía de no declarar contra si mismo, pues un registro o allanamiento no es un acto voluntario, es un acto coercitivo del Estado para el cual ha mediado orden judicial, y que la policía lo realiza con o sin el consentimiento de la persona moradora, en tal sentido no se puede esperar voluntariedad de un acto en el cual la policía procede de manera oficial y en el ejercicio de sus funciones a realizar una actividad de investigación, en tales circunstancias no pueden estimarse las declaraciones obtenidas como espontáneas. Fundamento Jurídico Número 11. Y es que, permitir esta clase de "espontáneas", respecto del derecho que le asiste al justiciable de guardar silencio, es permitir que de manera subterránea, se viole la garantía fundamental –de muy sufrida conquista– de no declarar contra si mismo por su propia voluntad, tan grave es forzar o torturar a alguien para que declare, como no informarle de sus derechos, y en razón de esa circunstancia, interrogarlo para obtener información con fines investigativos. La cuestión fundamental a decidir es, si se ha respetado el derecho del imputado, a callar o a hablar libremente, una vez informado de los alcances de la garantía que tiene de guardar absoluto silencio, que en nuestro caso se contrae a hacerle saber que podrá –si quiere– contestar un interrogatorio policial, siempre que tenga un defensor y se haya entrevistado previamente con él. Fundamento Jurídico Número 12. La esencia del derecho a no declarar contra si mismo, se encuentra arrasada, cuando los agentes de Policía aún sin recurrir a métodos estrictamente compulsivos, proceden a interrogar a la persona que se encuentra privada de libertad, ante un señalamiento de que ha cometido un delito. Es más, la obtención de un interrogatorio en esos términos, el tribunal lo entiende ya como una forma implícita de compulsión a contestar las preguntas que se le formulan, porque en este caso, el justiciable se encuentra en una situación de absoluta desigualdad, respecto de los órganos de poder, puesto que: (a) se encuentra ya señalado –vale decir imputado– de un delito ante una autoridad; (b) se encuentra además ya privado de su libertad por actos de un representante del Estado; (c) se encuentra sin una persona que lo asesore y represente; y (d) se encuentra indagado o sometido a preguntas. En ese contexto, se desdibuja –a nuestro juicio– cualquier estimación de una declaración voluntaria y libre, y si ello es así, es nuestra opinión, que la garantía de no ser obligado a declarar, prevista en el artículo 12 de la Constitución, se encuentra palmariamente transgredida, y por ello toda información que se devenga de la misma es espuria, y debe ser excluida de valoración, en virtud de su contenido ilícito, afrentador de una garantía fundamental. Fundamento Jurídico Número 13. La prohibición de valorar las declaraciones obtenidas en contra de la voluntad de las personas, se encuentra establecida por una norma de rango constitucional, el aludido artículo 12 de la Carta Magna, además como derivación de la misma se establece en la normativa de procedimientos que toda información obtenida mediante medios ilícitos, carece de valor y por ende, no tiene ninguna relevancia probatoria, debiéndose excluir la misma, conforme con el artículo 15 del CPP. Para estos efectos, de la violación de la garantía de no declarar contra sí mismo, es igual que el defecto sea cometido con malicia o por negligencia de la Policía, la garantía resguarda a los ciudadanos de las violaciones indebidas que de ella se hagan, y éstas pueden ser por un proceder intencionado del agente o por un actuar del policía que es desidioso en la tutela de los derechos, en todas esas circunstancias priva la voluntad del constituyente de que las declaraciones así obtenidas, carecen de valor, de ello se colige que la obtención de la información que el agente Alberto Girón realizó respecto de María Isabel Álvarez Pacheco –en caso de ser creíble la declaración del agente, que no lo es– resulta ser una declaración obtenida con violación de las garantías predichas, y por ende constituye una prueba ilícita, por ende invalorable, con lo cual, como se expresó no concurre conforme a la prueba elemento de esa especie que determine que la acusada es poseedora de la droga incautada. Fundamento Jurídico Número 14. De ahí que, este vicio no resulte en estos casos en particular, desvanecido por una regla de excepción, puesto que la Constitución de la República, al garantizarle a los gobernados que han sido detenidos como imputados de que no serán interrogados sin los apercibimientos legales, y además de que se respetara su derecho a guardar silencio, lo hace a partir de aquellas conductas que intencionadamente o por indolencia afecten la garantía aludida. En consecuencia y por todas las razones predichas, el tribunal entiende, que de la prueba desfilada en el debate, la misma no tiene la suficiencia probatoria, para acreditar que la acusada María Isabel es el autor culpable, del injusto penal que se le atribuye, y en cuanto a las declaraciones que se le adjudican a la imputada, en las que se atribuye la ejecución del delito, el tribunal considera que las mismas, por infracción a la normativa citada in fine constituyen prueba ilícita y por ende son excluidas de toda valoración. En suma, al no poderse acreditar que la encartado es culpable, debe mantenerse su estatus de inocente y por ello se pronunciará una sentencia absolutoria tanto en el orden penal como en el orden civil. Fundamento Jurídico Número 15. En cuanto a los objetos que fueron secuestrados y que se detallaron en el acta de allanamientos de fs 9 a 12, se deberá ordenar la destrucción de la droga, en el caso que ello no haya ocurrido, y respecto de los restantes objetos, los mismos deberán ser entregados a la persona a la cual se le secuestraron, es decir a la imputada María Isabel Álvarez Pacheco, a quien previa petición deberán ser devueltos los mismos, para lo cual la secretaría del tribunal deberá librar las comunicaciones que correspondan, con lo cual se cancela el secuestro respectivo y se ordena la devolución de los objetos decomisados en el registro precitado. Las decisiones fueron asumidas con unanimidad de votos y a la redacción del voto del juez Sánchez Escobar, se han adherido plenamente los jueces Rogel Zepeda y Gil Cruz. POR TANTO: con fundamento en las razones expuestas, disposiciones legales citadas y conforme con los Arts. 11, 12, 27, 72 y 172 Cn., 8 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; 1, todos del Código Penal; 1, 15, 130, 162, 276, 330, 354, 356, 357, 359 inciso 1° y 360 del Código Procesal Penal, 34 de la Ley Reguladora de las Actividades Relativas a las Drogas, a nombre de la República de El Salvador, FALLAMOS: (I) Absuélvase de toda responsabilidad penal y civil a MARÍA ISABEL ÁLVAREZ PACHECO, de la acusación fiscal por del delito de POSESIÓN Y TENENCIA, en perjuicio de la SALUD PÚBLICA; (II) Cesen las medidas cautelares impuestas a la imputada, quien quedara sin restricción alguna, para lo cual deberán librarse por la secretaría de este tribunal las comunicaciones correspondientes; (III) Ordenase la destrucción de la droga decomisada y cancelase el secuestro respecto de los demás objetos decomisados en el allanamiento, los cuales deberán entregarse a la imputada Álvarez Pacheco previa petición; (IV) De no interponerse recurso alguno, considérese firme y archívese oportunamente. Notifíquese.- 132-2007-2ª.-