Género, Edición Nº 40 / Abril de 2016 ISSN en trámite Equidad y Justicia Boletín informativo Observatorio de Género, Equidad y Justicia Juan Sebastián Duque Posada Director Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas Esteban Muñoz Galeano Coordinador Centro de Investigaciones Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas Equipo investigador Juan Jacobo Agudelo Galeano Carlos Mario Piedrahita Londoño Cesar Jaramillo Henao En clúster académico con Jorge Mauricio Sepúlveda Castaño Decano Facultad de Ciencias Básicas e Ingeniería César Augusto Muñoz Restrepo Corrector de estilo editorial Laura Yohana Vélez Osorio Diseño Corporación Universitaria Remington Medellin - Colombia 2016 Contenido Editorial: ¡Cuando una mujer dice no…! Página 3 A propósito del primero de mayo En Colombia el panorama del derecho al trabajo es turbio Página 5 Violación del DIH en la cárcel de Guantánamo Y Obama no ha podido clausurarla… Página 8 La misoginia de un profesor del MIR: “Sara Carbonero es guapa, pero es rancia porque es rica en sífilis” Pág. 11 Universidad neoyorquina retira la distinción entre hombres y mujeres de sus baños Pág. 12 Colombia, a un paso del matrimonio igualitario Pág. 13 Justicia colombiana ¿Cada vez más machista? Pág. 14 Condena de 49 años de cárcel en caso de feminicidio en Cundinamarca Pág. 15 El sexismo nuestro de cada día Pág. 16 En el Atlántico las políticas de protección a la mujer, en el limbo Pág. 17 En Colombia, mueren más adultos mayores que niños por desnutrición Pág. 18 Proteger la vida y la salud en el trabajo, deber ético para la paz Pág. 19 Relecturas 37: Territorialidad, poder, conflicto y paz Pág. 20 Educar para la paz con justicia de género: un reto político, cultural y pedagógico Corporación Humanas – Colombia Pág. 21 Alianza de trabajo para el litigio estratégico en defensa de los derechos humanos de las mujeres Pág.22 Cine Debate – Ciclo de la Inclusión Pág. 23 Programa radial Ciudadanía Plena del Círculo de Periodistas de Antioquia (CIPA) Pág. 24 Editorial ¡Cuando una mujer dice no…! Juan Jacobo Agudelo Galeano Coordinador del Observatorio de Género, Equidad y Justicia Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de Uniremington [email protected] Entre las frases coloquiales que se han formalizado y que llevan una carga explicita que busca ser un dogma, se destaca la famosa expresión: “Cuando una mujer dice no, es si”. Es un enunciado producto los imaginarios y prácticas culturales de nuestro país, la cual considera que la mujer, para no parecer una “pecadora” y una “prostituta”, prefiere declarar que no desea mantener ningún tipo de acercamiento sexual con un hombre, pero por el contrario, lo que ella busca supuestamente es que el varón exteriorice los ademanes y acciones pertinentes en su condición de “activo cazador”. 4 Género, equidad y justicia Consecuencias nefastas han surgido de esa teoría anclada en el imaginario colectivo, que le quita a la mujer la potestad de decidir sobre su cuerpo y su sexualidad, otorgando además una supuesta superioridad masculina sobre el sentir de la mujer, ya que durante mucho tiempo los temas del deseo y del placer les fueron cercenados a la mujer, designándole un rol pasivo y sujeto a los designios del varón. Y es que aun con los avances normativos, en Latinoamérica, y para el caso de Colombia, el privilegio de la masculinidad, como lo dice Florence Thomas, sigue vigente en “la banalidad de lo cotidiano, sigue existiendo de manera tan evidente, tan naturalizada y esencializada que es prácticamente invisible”1. Vale decir, que solo hasta los años 70 del siglo XX, nuestro país se plegó a aires modernizantes y liberales que buscaban darle poder sobre sí a las mujeres. De hecho, únicamente hasta 19322, la ley suprimió la figura de la potestad marital en cuanto a la administración de bienes y la representación de sí. Igualmente, apenas hasta 1970, mediante el Decreto 12603 se eliminó la obligación para las mujeres casadas que tenían que usar el apellido del marido precedido de la preposición de pertenencia: “de”. Asimismo, en la presidencia de Alfonso López Michelsen se firmó el Decreto 2820 de 19744, conocido como el de la “Igualdad jurídica entre los sexos”. Esta normativa revocó definitivamente la figura de la potestad marital que prácticamente consideraba a la mujer como una menor de edad e imposibilitada para el manejo de ciertos asuntos concernientes al hogar, las propiedades y sus hijos. En ese tenor, el sentido de propiedad del hombre hacia la mujer sigue muy enquistado en las prácticas sociales y culturales. Incluso, a partir del lenguaje y el vestuario de una mujer se “analiza” si hay una incitación y un derecho de acceso del hombre a una mujer, aun cuando esta no tenga la intención de manifestar insinuaciones de tipo sexual. Y para la muestra, en 2015, el Tribunal Superior de Antioquia confirmó la absolución de dos hombres responsables del delito de acceso carnal violento en contra de una estudiante de Química Farmacéutica cerca de Medellín5 . Por consiguiente, este caso llegó a la Corte Suprema de Justicia, que consideró que la decisión se basó en un prejuicio moral, convertido en una creencia errónea de que cuando una mujer dice que “no”, supuestamente quiere decir “sí”. Para la Corte, la decisión del Tribunal Superior de Antioquia se basó en ese postulado equivocado. En tal caso, los magistrados consideraron inaudito e inaceptable que un caso judicial se decida con base en un prejuicio de carácter moral, el cual somete a la mujer a la interpretación y voluntad del hombre, el cual además no toma en consideración el deseo expreso de la mujer a partir de la acción verbal de expresar un “no” como respuesta para determinar que la relación no fue consentida. Así, para la Corte, en su providencia, en dichas decisiones “se parte de un ideal de lo femenino contrario a la realidad, en el cual la mujer no debería mostrarse concupiscente dentro de sus relaciones de pareja con el fin de no ser vista como pecadora o, peor aún, dispuesta a copular con cualquiera” 6. Por lo anterior, resulta necesario admitir que nuestra sociedad está en mora de reconocer -no solo desde la legislación, sino desde la práctica social y cultural- a la mujer como dueña de sí, de sus palabras, de sus deseos y su sexualidad; donde el orgasmo y el placer no sean de exclusividad masculina. Así, podemos evitar llegar a extremos tales como los que se dan en Suazilandia, donde con el prejuicio de que las faldas y la ropa ajustada incitan a las violaciones y agresiones sexuales, se “rescató” una vieja ley colonial de 1899 dirigida hacia las mujeres, la cual “prohíbe la ropa indecente y las personas que incumplan se exponen a seis meses de cárcel” 7. No podemos caer en la ambivalencia de otorgar y reconocer los derechos, para después cercenarlos a partir de prácticas e imaginarios tan arcaicos que se basan en la idea de la mujer como objeto y solo puesta al servicio del macho dominante para que este satisfaga sus instintos sin contar con el deseo y la voluntad de las mujeres, y es que cuando una mujer dice no… realmente está diciendo ¡NO! 1 Thomas, Florence (2002). ¿Y entonces que quieren las mujeres?. Revista Psicología desde el Caribe. Barranquilla: Universidad del Norte. No. 10 2 Quintero Rojas, Gloria. Mujer: una mirada al pasado, una visión del presente. Recuperado de: https://gloriaquinterorojas.wordpress.com/ mujer-una-mirada-al-pasado-una-vision-del-presente/ 3 Ibid. 4 Ibid. 5 Revista Semana (2015). Cuando una mujer dice no, quiere decir que NO. Recuperado de: http://www.semana.com/nacion/articulo/ cor te-suprema-decide-en-el-caso-de-una-mujer-violada-enmedellin/446041-3 6 Ibid. 7 Periódico El Tiempo (2012). Por ‘facilitar violación’ prohíben el uso de minifalda en Suazilandia. 24 de diciembre. Recuperado de: http:// www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12474561 Edición N° 40 / Abril de 2016 5 A propósito del primero de mayo En Colombia el panorama del derecho al trabajo es turbio Carlos Mario Piedrahita Londoño Investigador del Observatorio de Género, Equidad y Justicia Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de Uniremington En Colombia el panorama del derecho al trabajo es turbio. La ola neoliberal impuesta por las élites que gobiernan nuestro país, obedientes a las órdenes dictadas desde los Estados Unidos de Norteamérica y a las directrices de los organismos financieros internacionales y de diversas trasnacionales, desde finales de los años ochenta, aun con la vigencia de la nueva Carta Política de 1991, se ha encargado de precarizar el derecho al trabajo, al que en la práctica no reconoce como tal. La reducción del tamaño del Estado ordenada mediante la Ley 617 del 2000, que obligó al despido de muchísimos trabajadores, y la concesión del manejo de servicios públicos a particulares por parte del Estado -servicios públicos domiciliarios, servicios sanitarios, la salud, la seguridad social-, hacen parte del paquete. Se promovieron los derechos y paralelamente se impulsó el recorte de los mismos. Desde el punto de vista normativo se estipula una aparente protección para garantizar el derecho al trabajo. En este sentido, podría decirse, como en otros asuntos en Colombia, que este se encuentra “constitucionalizado” en el país. En efecto, la Constitución de 1991 hace referencia al derecho al trabajo en distintos espacios. Así, el trabajo es un propósito, es un valor, es un fundamento, es un principio, es un derecho y es una obligación social. Materialmente, significa el medio digno de subsistencia en Occidente dentro de la segunda generación de derechos. En este contexto, sin adelantar todo un ejercicio de integración y sistematización de las normas vigentes, es menester enunciar algunos de esos preceptos constitucionales que directamente se refieren al trabajo. Como muestra, el preámbulo de la carta política colombiana menciona el trabajo como uno de los propósitos a los que se orientó la refundación del país en el proceso de la Asamblea Nacional Constituyente de 6 Género, equidad y justicia 1991. Igualmente, en el artículo 1, en el que se establece que Colombia es una República unitaria y un Estado social de derecho, el trabajo se define como uno de los fundamentos de este tipo de Estado. Por su parte, el artículo 2, que no habla directamente del trabajo, sería aplicable para pensarlo en sus distintas dimensiones por las connotaciones que tiene de derecho y principio, constituyéndose entonces el trabajo mismo como un fin esencial del Estado colombiano. Más adelante, el artículo 5 sería también aplicable al trabajo como un derecho y por ello tendría primacía en el país. Precisamente, el trabajo, en el artículo 25, se establece como derecho y obligación, gozando de la formal y especial protección estatal, además de estipularse que debe desarrollarse en condiciones dignas y justas. A continuación, el artículo 26, se refiere a la libertad de trabajo en sus distintas variables y a las condiciones en situaciones específicas. El artículo 39 establece como derecho el que los trabajadores puedan asociarse en sindicatos o asociaciones, como también los patronos, y establece el fuero sindical. Restringe el derecho a los miembros de la fuerza pública. Luego, en el artículo 44 se establece que los menores de edad estarán protegidos contra toda forma de explotación y labores riesgosas. Más adelante, en el artículo 48 se habla sobre la seguridad social. Sobre este aspecto, vale anotar que el sistema de la salud dentro del esquema de los seguros sociales en Colombia se contempló a la par que el derecho al trabajo; y se redactaron largos párrafos, que más que una consagración de derechos, hoy constituyen un recorte de garantías, particularmente en lo relativo a las pensiones. Siguiendo el recorrido constitucional, el artículo 53 menciona que el Congreso de Colombia expediría un Estatuto del Trabajo. Para el efecto, se consagran los preceptos mínimos que contendría, pero que la verdad, hoy apenas sirven como principios informadores. En este aparte se enmarca lo concerniente a los tratados de la Organización Internacional del Trabajo y otras normas internacionales referidas al trabajo. Posteriormente, en los artículos 54, 55 y 56, se puntualiza acerca de la habilitación laboral y el derecho al trabajo para las personas con discapacidad; también se incluye el derecho de negociación colectiva (ya recortada en el artículo 48 en materia de seguridad social) y se establece el derecho a la huelga, con excepción de los servicios esenciales. Después, el artículo 57 se refiere a la posibilidad – remotísima en Colombia en condiciones dignas– de que los trabajadores se hagan a la gestión de las empresas. De otro lado, el artículo 67, que toca el tema de la educación, especifica que esta también orientará en el campo del trabajo. En otro aspecto, la Constitución de 1991, en los artículos 122 al 131 se ocupa de la función pública centrada en el empleo de las personas vinculadas al Estado colombiano y cuya relación, aunque pública, sigue siendo laboral. En este sentido se habla de la excelencia como regla de ingreso y mantenimiento al servicio público. Por otra parte, en el ámbito legal, de leyes, no constitucional, el Código Sustantivo del Trabajo se incluye en los decretos legislativos 2663 y 3743 de 1950, los cuales fueron adoptados como legislación permanente mediante la Ley 141 de 1961. En particular, este se refiere a las relaciones en el sector privado. Igualmente, algunas normas comprenden el régimen laboral en el sector público, que sin duda, son más garantistas que las del sector privado. No obstante, con la reducción del tamaño del Estado, una buena parte del servicio público se presta es a través de contratos de prestación de servicios, a través de los cuales –por lo general– se establecen nóminas paralelas a las que apuestan todas las administraciones, cuando no es a la contratación con entidades que exigen relaciones laborales, pero que no establecen una remuneración debida. A todo ello se suma la corrupción y la falta de trasparencia que caracteriza la contratación estatal, lo que conlleva además a que las poblaciones sujetos de acompañamiento vean disminuidos los montos de beneficio debido a la tercerización –y hasta cuarterización– de las relaciones por lo que esos dineros disminuyan notoriamente por conceptos de administración, imprevistos y utilidades (AIU). Resulta entonces necesario admitir que, a la hora de adelantar una evaluación del estado de cosas del derecho al trabajo, se encuentra la precarización del mismo; hay promesas incumplidas del constitucionalismo colombiano; y es evidente la criminalización y el asesinato de sindicalistas, estando en este sentido al frente de las estadísticas mundiales en toda la historia. También son notorias las continuas reformas a la Constitución de 1991 para modificar en lo orgánico los Edición N° 40 / Abril de 2016 postulados dogmáticos de ésta. Al respecto, Albeiro Pulgarín, jurista antioqueño, las señala como las verdaderas contrarreformas a la Carta política, con un peso enorme en la modificación al sistema pensional y en la entrega al sector financiero de los recursos de los trabajadores, solo por nombrar unos pocos ejemplos. Sin embargo, el Gobierno Nacional insiste en que todos los días hay más colombianos con empleo, incluyendo en este grupo a quienes desempeñan oficios de autogestión e informalidad, labores que no garantizan un mínimo vital y que no permiten una sobrevivencia digna de estas personas, cuyos ingresos se encuentran por debajo del salario mínimo legal mensual vigente del país, a lo que se agregan las –cada día– menores garantías, lo que implica altas limitaciones para responder por sí mismos y por las familias a su cargo. En realidad, como lo describe Ferdinand Lassalle, en su libro: Qué es una Constitución, la Carta política colombiana, en lo que se refiere al trabajo –y a muchos otros temas– es una hoja de papel. Así, el Congreso, la Presidencia y sus ministros, incluidos los que provienen de los trabajadores sindicalizados, no tienen interés en sacar adelante el Estatuto del Trabajo y cada día debilitan más las relaciones de trabajo, lo cual es uno de los propósitos del neoliberalismo: someter al derecho civil las relaciones de trabajo, desconociendo la asimetría que existe entre patrono y trabajador. En este orden de ideas, el efecto directo es de orden económico y en contra de la distribución social del ingreso. En consecuencia, los dueños del capital van a tener mayores ingresos y concentración del dinero, generándose una disminución para la clase trabajadora y desempleada que obtiene menores ingresos. Por su parte, quienes trabajan con el Estado y toman estas decisiones, administran para otros –el poder detrás del poder–, quienes no tienen interés alguno en que el trabajo sea protegido, además que no creen ni apoyan que nuestra sociedad pueda ser más igualitaria y que existan relaciones más justas en la nación colombiana. Decidir que el mercado, como mano invisible, debe guiar las relaciones humanas y las razones de Estado es una definición con profundos impactos en la vida social, económica, política y cultural de la sociedad a la que se pretende dirigir. En un esfuerzo de síntesis, en palabras del nombre de uno de los textos de Freud… se diluye “El porvenir de una ilusión”. 7 8 Género, equidad y justicia Violación del DIH en la cárcel de Guantánamo Y Obama no ha podido clausurarla… Maria Claudia Cortés Ruiz Estudiante del noveno semestre de Derecho Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de Uniremington [email protected] “Nadie será sometido a torturas ni penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”. (Art. 5 de la Declaración Universal de Derechos Humanos) Al analizar el actual contexto mundial, no es difícil percatarse de la grave problemática que enfrentan los sistemas jurídicos de diferentes países, situación que en materia del derecho penal es aún más relevante, ya que se trata de decidir sobre la libertad legal de las personas. Y es este tema el que pone de relieve la situación social que vivencian los presos en los centros penitenciarios y carcelarios; en muchos de estos lugares, los detenidos sufren diferentes violaciones a sus derechos y soportan tratos indignos, degradantes e inhumanos por parte de otros presos, o muchas veces, provenientes de las mismas autoridades carcelarias. Adicionalmente, el deterioro de los establecimientos carcelarios y penitenciarios es uno de los problemas estructurales que, sumado muchas veces al hacinamiento, deriva en condiciones patéticas de existencia de los presidiarios. Es evidente la deshumanización de las personas en los actuales contextos carcelarios. Precisamente, una de las prisiones que desde su creación (2002) ha dejado traslucir la vulneración vehemente de los derechos humanos de los reclusos es la cárcel de Guantánamo. A propósito, Yolanda Monge, columnista del diario español El País8 , en su artículo “Obama sobre Guantánamo”, escribió: “Se trata de cerrar un capítulo de nuestra historia”. Además, describe como en la presidencia de George Bush hijo (2001 y 2009) en los Estados Unidos, este penal instalado en una bahía cubana, registró una población cercana a los 800 presos. Enfatiza en que hoy quedan 91, de los cuales 24 tienen la etiqueta de “prisioneros para siempre”, los cuales no tienen cargos ni han sido sometidos a juicio. (Monge, 2016) La prisión de Guantánamo fue creada en el marco de una política antiterrorista aplicada por los Estados Unidos, en razón de los atentados sufridos el 11 de septiembre de Edición N° 40 / Abril de 2016 2001. Esta penitenciaría, se supone que estaba destinada a recluir las personas inmersas en dichas acciones terroristas y cumplieran allí sus condenas. Sin embargo, dicho objetivo no ha sido cumplido a cabalidad, pues hoy se ha comprobado que muchos de los prisioneros de Guantánamo, ni siquiera han sido sindicados de algún delito; una gran cantidad de ellos están allí solo por ser sospechosos de algún hecho terrorista en contra de los Estados Unidos. De hecho, entre los reclusos, hay varios que llevan más de diez años privados de su libertad, aun sin ser sindicados de algún crimen específico; a ellos no se les ha definido su situación jurídica. En este sentido, el que se prive de la libertad a una persona de forma indefinida y sin precisarle su situación jurídica, viola a claras luces el artículo 10 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el cual reza: “Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal e independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal”. Lo cierto es que muchos de esos reclusos nunca han sido escuchados por un tribunal. Con el manejo del centro penitenciario de Guantánamo, los Estados Unidos están violando abiertamente el Derecho Internacional Humanitario, rama del Derecho Internacional Público, encargado de velar por la humanización de las situaciones de guerra y los resultados de la misma. Empero, estas actuaciones del Estado norteamericano en nada favorecen a la humanización de la guerra, sino que por el contrario, promueven sentimientos de rencor y rabia entre los familiares de las personas que se encuentran presas y de un gran sector de la población civil que promueve y apoya la clausura de este centro de reclusión. Es evidente que el gobierno estadounidense viola los presupuestos del derecho humanitario en la cárcel de Guantánamo, incluso, a partir de entrevistas concedidas por ex reclusos de esta prisión, se confirman las prácticas inhumanas y degradantes a las que son sometidos, en especial a través de actos de tortura, los que son comunes allí como método de búsqueda de confesiones o evidencias. Los testimonios en este sentido, dan cuenta de la atrocidad por parte de los militares norteamericanos en esta prisión, con sus prácticas de interrogatorios en las que incluyen la tortura física y psicológica traducidas en la desnudez obligada de los presos, la manipulación de su dieta, la exposición a temperaturas frías, duchas de agua fría, “tackleo” en bruto (aplicar presión a la arteria de un detenido), soplar humo de cigarrillo o de un puro en la cara de un detenido, ahogamiento simulado, entre otras vejaciones. 9 Hoy, muchas de esas personas que han logrado su libertad, tienen severas secuelas físicas y psíquicas; además deben soportar la carga social que acarrea ser un ex presidiario de Guantánamo, situación que les cierra muchas puertas en su camino de inclusión a la vida social, laboral o familiar, lo cual significa una reinserción altamente compleja. Paradójicamente, muchos de los presos que han estado en Guantánamo nunca se les logró comprobar delito alguno; o si bien, algunos confesaron ciertas culpas, hoy se plantea la posibilidad de que esas confesiones fueran forzadas a causa de las torturas y el maltrato en los interrogatorios respectivos. En este orden de ideas, los Estados Unidos vulnera los convenios de Ginebra relativos a los principios de humanidad de los detenidos. A decir verdad, a los reclusos de Guantánamo no se les definió su categoría de ser prisioneros -o no- de guerra, estableciéndose una nueva categoría: la de “combatientes enemigos”. En este contexto, vale traer a colación una apreciación de Lucas Rodríguez de las Heras, expresada en su artículo “Derecho Internacional Humanitario y lucha contra el terrorismo: el caso de Guantánamo” (revista Eunomía): “La creación de un nuevo estatuto no fijado previamente en el ordenamiento internacional tiene una doble consecuencia: por un lado, los detenidos en Guantánamo quedan al margen del ordenamiento y, por lo tanto, en una especie de limbo legal que les excluye de las protecciones derivadas del DIH. Por otro, la nulidad de pleno derecho de todo lo que se derive de dicha categoría”. Por consiguiente, lo que ha sucedido y sigue ocurriendo en Guantánamo violenta todas las garantías jurídicas procesales, pues se han tenido y se tienen presos sin definirles su situación legal. Es claro que, a los reclusos, como personas sujetas a derechos, deben respetárseles, el hecho de que se encuentren privados de su libertad independientemente de la culpabilidad, no significa que sus derechos puedan ser vulnerados. El artículo 11 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, estipula: “Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa”. Se puede deducir entonces que a los reclusos de Guantánamo se les ha violentado ese derecho, hasta el punto de que a muchos nunca se les realizó un proceso penal con plenas garantías legales y constitucionales del sistema jurídico estadounidense. En este tenor, los Estados Unidos ha violado los derechos más importantes para el respeto de un mínimo de garantías humanitarias de los presos en Guantánamo. Enumeramos algunas transgresiones: 10 Género, equidad y justicia La duración de las detenciones. La privación arbitraria de la libertad no está justificada en ninguno de los casos. Podrá únicamente prolongarse hasta la finalización del conflicto. Hoy, después de más de 10 años de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EE.UU. este país persiste en mantener prisioneros sin justificación. Acceso a un abogado por parte del detenido. Si bien en Guantánamo a los presos se les brinda la oportunidad de la asistencia letrada, esta pocas veces se materializa, ya que no se desarrolla un proceso penal como se debiera. Condición de las detenciones. Esta debe ser digna; están prohibidos los tratos crueles, inhumanos y degradantes y las penas atroces. Es un estatuto que también es plenamente violado por los Estados Unidos. Ya se ha demostrado que han aplicado condiciones de detención inhumanas, incluyendo prácticas de tortura. Las condiciones de igualdad en el juzgamiento. Se evidencia que los Estados Unidos mantiene un trato desigual para los presos de Guantánamo, ya que su juzgamiento es bastante diferente al compararse con los demás reclusos de otras cárceles de este país sindicados por otros delitos. Sobre la clausura de Guantánamo Desde inicios del periodo presidencial de Obama en los Estados Unidos9, se abrió la posibilidad de cerrar la cárcel de Guantánamo, lo cual el mandatario ha reafirmado en varias ocasiones. Sin embargo, ante esta propuesta, el Congreso norteamericano ha establecido una serie de frenos legales para evitar la clausura de esta prisión. En concreto, la idea de Obama de trasladar los presos de este reclusorio a los Estados Unidos y juzgarlos directamente en territorio norteamericano, encontrando la férrea oposición, especialmente de los congresistas republicanos. Por lo anterior, mediante algunos convenios entre los Estados Unidos y varias naciones tanto europeas como suramericanas han sido enviados presos de Guantánamo a otros países entre ellos Bermudas, El Salvador, Golfo Pérsico Kuwait, además de que varios también han sido repatriados. El caso más representativo es la remisión a Uruguay. No obstante, muchos Estados temen algunas represalias por recibir estas personas en su territorio. Además, hay que tener en cuenta que no ha sido posible trasladar a todos los reclusos, ya que por lo menos 24 de ellos tienen la “etiqueta” de: “prisioneros para siempre o presos peligrosos”. De lo anterior se infiere que Obama no ha tenido el coraje político necesario para enfrentarse al Congreso de su país en el tema de Guantánamo. Pareciera que hubiera “tirado la toalla”, pues en enero de 2014 se cerró la oficina del enviado especial que estaba al frente de los esfuerzos para cerrar las instalaciones de esta cárcel. Ahora, la comandancia del ejército estadounidense está invirtiendo en un cable de fibra óptica hasta la base y prisión de Guantánamo, planeando cuidados médicos especiales para detenidos de edad avanzada. Ello sugiere que algunos de los presos seguirán allí por el resto de sus vidas. Al final, resulta necesario admitir que los Estados Unidos, para persistir con la cárcel de Guantánamo, se ha obstinado en silenciar lo que ocurre en este centro de tortura. El asunto, además, se convierte en un debate con muchas aristas en el campo de las relaciones internacionales. Actualmente, muchos estadounidenses esperan que se lleve a cabo la promesa del presidente Obama de clausurar Guantánamo. No queda duda que es realmente indignante que una potencia mundial como Estados Unidos, activista de los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario (DIH), contradictoriamente los irrespete de forma tan abierta, a lo que se suma que tampoco sufran ninguna sanción por sus reprochables acciones, por el solo hecho de no hacer parte de diferentes tratados internacionales. Ello es inentendible, ya que los derechos humanos deben ser respetados por todos los Estados y, por ende, se debe propender por la implementación en sus territorios, sin la necesidad de ser aprobados o ratificados par los Estados para su plena vigencia y validez. Así entonces, el Derecho Internacional Humanitario carece de fuerza coercitiva frente a potencias como los Estados Unidos, que es uno de los países no firmantes de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y por lo mismo, difícilmente, sus gobiernos podrán ser llevados ante una Corte Internacional para ser juzgados por muchas injusticias cometidas. “La tortura es algo tan vergonzoso, pero es aún peor si se convierte en la política oficial de una democracia. Es una contradicción y es inaceptable”. Tzvetan Todorov Periódico en línea El País; sección Internacional. 23 de febrero de 2016. 15:11 COT. 9 Para el presidente Obama, la cárcel de Guantánamo representa la más seria amenaza a la credibilidad de los Estados Unidos, como una democracia defensora de los derechos humanos. 8 Edición N° 40 / Abril de 2016 11 La misoginia de un profesor del MIR: “Sara Carbonero es guapa, pero es rancia porque es rica en sífilis” Periódico El Mundo, España Marzo 17, 2016 Indignación, vergüenza, repulsa y denuncia. Estos son los sentimientos de un grupo de estudiantes de sexto de Medicina que han denunciado unos hechos que califican de “extremadamente machistas e intolerables”. Los estudiantes de la Academia barcelonesa CTO Medicina S. L., en la que se preparan para el Médico Interno Residente. En esa clase el maestro no dudó en utilizar como reglas mnemotécnicas para aprender conceptos como glándulas, psoriásis o liquen conceptos machistas, “degradantes, humillantes y denigrantes” hacia la mujer. Al parecer el profesor explicó que existían dos tipos de mujeres, “las rancias y las guarras”. La “rancia de discoteca” -que usó para referirse a la glándula sudorípara Ecrina- es aquella que baila sola porque “solamente ha venido a bailar. Sin embargo, el maestro aseguró que de la forma en la que van vestidas “es imposible que sólo vinieras a bailar”. Y mirando sólo a las mujeres de la clase espetó: “Si sólo quieres bailar te quedas en casa y bailas en pijama, no te pones guapa, no te maquillas o te pones unos tacones”. El otro tipo de mujer es “la guarra de discoteca”. Para el profesor de Dermatología es aquella, refiriéndose a los tipos de glándulas sudoríparas aprocinas, que aparece en zonas “guarras”, a la que tienes que dar un poco de tiempo “y sales con ella de la mano”. Gran parte de los alumnos decidieron abandonar la clase. “Abandonamos el aula a raíz de las vejaciones y la impotencia que sentíamos; a pesar de haber expresado nuestra disconformidad y oposición, se nos acusó de ‘sensiblonas’ y exageradas”, aseguran las alumnas presentes en la clase. De nada sirvió, el profesor continuó con sus reglas nemotécnicas y con comentarios del mismo tipo. Según algunos alumnos que sí continuaron en la clase cuando llegó el descanso el profesor se disculpó. Las jóvenes rechazan que se trate de un caso aislado sino “que es un problema sistémico para el que son necesarias medidas holísticas para combatirlo”. Y por ello en su denuncia solicitan que la Academia, “siendo una empresa e institución docente”, asegure una educación no machista y firmen un código ético de buenas prácticas en el que tanto la empresa como el profesorado se comprometa a no hacer apología de la violencia ni de la discriminación a ningún colectivo. 12 Género, equidad y justicia Universidad neoyorquina retira la distinción entre hombres y mujeres de sus baños Revista Semana Marzo 31, 2016 En Estados Unidos se viven tiempos de inquietud en la comunidad LGBTI. Aunque la aprobación del matrimonio entre parejas del mismo sexo produjo en el “país de la libertad” todo un viraje hacia una cultura de aceptación, parece que la tolerancia aún está lejos de conseguirse. prescindir de la tradicional separación entre “hombres” y “mujeres” en todos los baños de su campus. Una medida que evoca una usanza nada extraña en países como Francia o Inglaterra, pero que en el continente americano no es vista de la mejor manera. Los baños se han convertido en un botín de la batalla por los derechos LGBTI. Una acalorada discusión se ha desatado en torno a los derechos de homosexuales y transexuales por todo el país norteamericano. El congreso y la Casa Blanca se han enfrentado con posiciones opuestas. Activistas transgénero han puesto el grito en el cielo. Pero, mientras tanto, una simple iniciativa de una pequeña universidad de Nueva York revuelve la polémica y propone otra cara del debate. La rescisión de las designaciones para hombres y mujeres llegó por propia mano de los estudiantes. El año pasado, un grupo motivado por los clamores de sus compañeros transgénero tachó las señales de hombre y mujeres que había en los baños de uno de los edificios de la universidad. La consigna era que los estudiantes tránsgenero se sentían incómodos en cualquiera de los dos baños, ya fuera por insultos o por acoso sexual. Resulta que los tachones nunca fueron borrados y persistieron de esa manera hasta que los administrativos de la universidad pensaron que, de hecho, las señales ya no eran necesarias La Universidad privada Cooper Union, hogar de “liberales” estudiantes de artes, ingeniería y ciencias, decidió Edición N° 40 / Abril de 2016 13 Colombia, a un paso del matrimonio igualitario Revista Semana Abril 4, 2016 A pesar de que el magistrado Jorge Pretelt les propuso en su ponencia a sus colegas de la Corte Constitucional negar las pretensiones de parejas homosexuales que pretenden contraer matrimonios, si nada fuera de lo común ocurre, desde este jueves ningún notario o juez de Colombia podrá negarse a celebrar ese tipo de uniones. El destino del proyecto de fallo está tan claro, que el magistrado Alberto Rojas ya tiene preparado un escrito que hará parte de la providencia de reemplazo, en la que se establece que los funcionarios competentes para la celebración del matrimonio civil tendrán que acceder a las pretensiones de las parejas LGBTI que quieran casarse, en las mismas condiciones en las que lo hacen las parejas heterosexuales. Que las parejas de homosexuales y de lesbianas que decidan casarse tengan el mismo derecho a las constituidas por hombre y mujer a contraer nupcias es cuento viejo. Un fallo de la Corte Constitucional estableció que a partir del 20 de julio del 2013, estas personas podrían celebrar uniones civiles solemnes con idénticos efectos a los del matrimonio. Y aunque en el papel pareciera que esa decisión pone a parejas LGBTI y a las heterosexuales exactamente en el mismo plano, la verdad es que esa equidad no tiene aplicabilidad práctica, pues se trata de una figura parecida, pero no igual, a la del matrimonio. Mientras que para hombre y mujer que contraen el vínculo está claro que tienen todos los derechos afines a ese tipo de sociedad conyugal, en el caso de los homosexuales siempre es necesario más trámites para demostrar la existencia de la unión y no en pocas ocasiones les es imposible evitar la vía judicial. Género, equidad y justicia Justicia colombiana Cada vez más machista? Por: José Manuel Acevedo Portal La Nación.com.co Abril 26, 2016 Resulta cuando menos sorprendente que en un país en el que las facultades de derecho están llenas de mujeres, exista un número tan reducido de ellas en la cúpula de la rama judicial colombiana. Tampoco las firmas de abogados más prestigiosas del país tienen por socias principales a mujeres. Más increíble todavía es que los mejores resultados de los últimos exámenes de estado en derecho los obtienen ‘ellas’ en lugar de ‘ellos’ y que con toda esta evidencia las mujeres no tengan el papel que se merecen en la justicia colombiana es de verdad aterrador. Pero como si esto no fuera suficientemente llamativo, lo que más preocupa es que este desbalance de género esté ocurriendo y profundizándose sin que a nadie parezca importarle en realidad. Edición N° 40 / Abril de 2016 15 Condena de 49 años de cárcel en caso de feminicidio en Cundinamarca Periódico El Tiempo Abril 26, 2016 Por aceptar su responsabilidad en el asesinato a machete de dos mujeres y un menor de 9 años, a José Héctor Beltrán González un juez de la República lo condenó a 49 años y 10 meses de prisión, la pena más alta que se ha impuesto en el país por el delito de feminicidio. Según informaron las autoridades, los hechos ocurrieron en la inspección de San Antonio de Aguilera –zona rural de Topaipí (Cundinamarca)– el pasado sábado 9 de enero, cuando Beltrán González ultimó con machete a María Elizabeth Rubio –quien era su compañera sentimental–, a su hijo de 9 años y a Leidy Cuervo, que los acompañaba la noche de la tragedia. Beltrán huyó el día de los hechos, pero fue capturado el 13 de enero en zona boscosa de Paime, municipio vecino de Topaipí. Una vez estuvo a disposición de las autoridades, Beltrán aceptó su responsabilidad en los asesinatos, pero fue juzgado en el marco de la Ley de Feminicidios, por lo que no recibió beneficios. 16 Género, equidad y justicia El sexismo nuestro de cada día Por: Mauricio Albarracín Periódico El Espectador Abril 26, 2016 Mary Wollstonecraft inició su famoso texto sobre la Vindicación de los derechos de la mujer con una exhortación a los hombres: “Quiero al hombre como compañero; pero su cetro, real o usurpado, no se extiende hasta mí, a no ser que la razón de un individuo reclame mi homenaje; e incluso entonces la sumisión es a la razón y no al hombre”. Los hombres nos creemos con un derecho natural o divino de mandar y no somos conscientes de nuestros privilegios. Las voces de los hombres se escuchan por todas partes sin medida y hasta el cansancio. Cuando un hombre habla duro, la gente lo considera valiente, vehemente, en fin: todo un varón. Cuando una mujer presenta argumentos contundentes y con la rabia que produce la injusticia, se le hace un control del tono a través de la ridiculización. De hecho, cuando las mujeres hablan claro y son independientes, los hombres las marginan y no las escuchan. Por eso, los hombres, especialmente los más poderosos, prefieren a mujeres sumisas, silenciosas, leales y buenas trabajadoras. Ningún poderoso renuncia a sus privilegios gratuitamente. Las mujeres independientes, esas que escriben desde un cuarto propio, están aquí para recordarnos que existe una profunda discriminación contra las mujeres y que vivimos rodeados de clubes de caballeros. El feminismo es una voz necesaria y urgente. Es por ese potencial emancipatorio y por amenazar el poder masculino que se le desprecia en el debate público. En el Atlántico las políticas de protección a la mujer, en el limbo Edición N° 40 / Abril de 2016 Periódico El Tiempo Abril 26, 2016 Las políticas públicas que se ponen en práctica para desterrar, o por lo menos mitigar, las consecuencias que viene dejando en el Atlántico la violencia contra la mujer parecen no estar dando los resultados esperados. Por lo menos así lo confirman las 21 mujeres asesinadas en el primer tercio del año en curso en el Departamento, cifra que de continuar así sobrepasará la del pasado 2015, cuando murieron 35 féminas en circunstancias violentas. La situación, carente de soluciones que hayan dado siquiera un mínimo porcentaje de resultados positivos, queda al descubierto una vez más con la muerte de la mujer número 21, ocurrida el pasado viernes frente a sus hijas, de 13 años y 8 meses de nacida, en su casa del barrio La Sierrita, en el suroccidente de Barranquilla. “Siguen matando a las mujeres, lo que demuestra la poca efectividad de las políticas públicas para acabar con la violencia de género, en este caso contra la mujer”, manifestó Emma Doris López, directiva de la red de Mujeres contra la Violencia en el Atlántico. 17 18 Género, equidad y justicia En Colombia, mueren más adultos mayores que niños por desnutrición Por: Cristian Ávila Jiménez Periódico El Tiempo Abril 27, 2016 Mientras que del 2012 al 2015 murieron 1.127 niños y jóvenes por deficiencias nutricionales, el hambre cobró la vida de 3.899 adultos mayores en ese mismo periodo, de acuerdo con datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane). Algunas de las causas de esta situación son el abandono, la falta de seguridad social, la ausencia del Estado para su protección y los malos hábitos nutricionales, además de su condición de salud por discapacidad e, incluso, por no tener dentadura, temas que inciden en la probabilidad de alimentarse bien, como revela una investigación de la socióloga y docente de la Universidad Nacional Nubia Ruiz, quien estudia esta causa de mortalidad. En su análisis, Ruiz aclara que los datos obtenidos del Dane son los que evidencian las deficiencias nutricionales como causa directa; no obstante, es una fuente conservadora porque muchas de las metodologías internacionales han detectado que cuando solo se toma este aspecto se estarían omitiendo otras enfermedades relacionados con ausencia de nutrientes adecuados. Es decir que habría un subregistro. Por otro lado, la socióloga explica que las muertes de adultos mayores por desnutrición es un hecho muy grave y que cada día cobra dimensiones más grandes. “El acceso a la alimentación en Colombia cada vez está más ligado a la capacidad adquisitiva, por lo cual a la población que no tiene recursos se les cierran las posibilidades de alimentarse bien. Es posible que coman dos veces al día, pero muchos alimentos de mejores propiedades o nutrientes están fuera de su alcance”, indica Ruiz. Los departamentos del Atlántico, Antioquia, Valle y Nariño, además de Bogotá, son las zonas con más casos de decesos por desnutrición, en parte por su densidad poblacional y la pobreza. Edición N° 40 / Abril de 2016 Proteger la vida y la salud en el trabajo, deber ético para la paz Por: Mauricio Torres Tovar Semanario Virtual Caja de Herramientas – Viva la Ciudadanía Semana del 29 de abril al 5 de mayo 19 El 28 de abril se ha establecido como una fecha mundial conmemorativa en memoria de las víctimas en el trabajo, con la intención de hacer visible los efectos negativos sobre la vida y la salud que tienen las condiciones precarias e inseguras en el trabajo. Fue una fecha que surgió como iniciativa del movimiento obrero canadiense, solo que desde el año 2003 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la institucionalizó como día Internacional en Memoria de los Trabajadores Fallecidos y Heridos, lo que de alguna manera le despoja el contenido político que le dio el movimiento obrero para resaltar que los muertos son víctimas de unas condiciones laborales que no protegen la vida porque pone su énfasis en la acumulación de ganancias del capital. Muy a pesar de esta fecha y su intención, son cotidianas en el mundo y en Colombia las muertes en el trabajo, que se han naturalizando, como si trabajar de por sí fuera un riesgo para la vida, o porque si se muere era por “designio de Dios”. Según la OIT diariamente, producto de precarias e inseguras condiciones en el trabajo, se producen al día más de 880.000 accidentes de trabajo y cerca de 6.000 muertes a causa de accidentes o enfermedades de origen laboral, es decir casi 2.2 millones de muertes laborales al año, y eso que la misma OIT reconoce un subregistro de este tipo de eventos2. Según la Escuela Nacional Sindical, en Colombia en el 2015 se reportaron 723.836 accidentes en el trabajo, es decir diariamente 2.050, y dos personas mueren al día por causas de enfermedades o accidentes laborales. Y esta situación es la que se registra, porque al igual que lo menciona la OIT, en Colombia existe un gran subregistro de los eventos de salud de origen laboral, de un lado porque el Sistema General de Riesgos Laborales (SGRL) solo capta los eventos de las y los trabajadores afiliados a las Administradoras de Riesgos Laborales (ARL), quienes son fundamentalmente formales, dejando por fuera lo que le sucede al grueso de la población laboral del sector informal (que es casi el 60%); y de otro lado, porque no se registra en las empresas los eventos, se ocultan, se niegan, y adicionalmente, porque el personal médico no está formado para realizar diagnóstico de enfermedad laboral. 20 Género, equidad y justicia Relecturas 37: Territorialidad, poder, conflicto y paz En la serie No. 37 de la serie Relecturas, titulada “Territorialidad, poder, conflicto y paz”, de la mano de las autoras Vilma Liliana Franco y Paola Andrea Posada, el Observatorio de Derechos Humanos, Institucionalidad y desarrollo en Antioquia, del Instituto Popular de Capacitación, presenta una reflexión teórica y conceptual sobre la memoria histórica, la paz, la seguridad y algunos retos para lo que se ha venido llamando postconflicto. Edición N° 40 / Abril de 2016 21 Educar para la paz con justicia de género: un reto político, cultural y pedagógico Según lo acordado entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC-EP, en 2016 se firmará el “Acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”1, que busca poner fin al conflicto armado que ha sacudido al país durante cinco décadas. Ante este esperanzador escenario, es urgente avanzar en propuestas incluyentes y diversas de construcción de paz que aporten a la superación de imaginarios y de prácticas militaristas, violentas y excluyentes. La sostenibilidad de la paz depende de la capacidad de pensar formas distintas de relacionamiento en las cuales se respete el antagonismo, el disenso y la diferencia, y se privilegie la construcción colectiva. En el marco de este reto de construcción de paz, la Corporación Humanas - Centro Regional de Derechos Humanos y Justicia de Género, adelanta el proyecto “Observar, formar e informar para una paz con justicia de género”, apoyado por el Foro de Mujeres y Desarrollo, Fokus. 1. Luego de más de tres años de negociaciones entre ambas partes en La Habana, Cuba. 6 Entre las acciones realizadas en el proyecto se encuentran procesos formativos con jóvenes hombres y mujeres pertenecientes a espacios y sectores sociales diversos; su objetivo es fortalecer sus liderazgos y la organización de la que hacen parte, brindándoles herramientas pedagógicas para el trabajo en educación para la paz con justicia de género. El proceso de formación en educación para la paz con justicia de género se adelantó, en la ciudad de Barranquilla, con la Red Juvenil del Suroccidente de Barranquilla (2014), y en la ciudad de Medellín, con el grupo de jóvenes vinculados a la Red Feminista Antimilitarista (2015).2 La publicación que aquí se presenta abarca y profundiza sobre las reflexiones surgidas en ambos procesos formativos, sobre las metodologías y pedagogías construidas y reconstruidas colectivamente, y sobre aspectos conceptuales claves que permitan seguir pensando y fortaleciendo la propuesta de educación para la paz como herramienta central en la construcción de paz en el país. Es un material dirigido principalmente a facilitadores y facilitadoras de procesos pedagógicos para la paz. 22 Género, equidad y justicia Alianza de trabajo para el litigio estratégico en defensa de los derechos humanos de las mujeres El 17 de marzo en las instalaciones de la Universidad Autónoma Latinoamericana se realizo la presentación de la investigación “Análisis del contexto y los desafíos jurídicos frente a la violencia intrafamiliar en la ciudad de Medellín”, realizada por la Alianza de trabajo para el litigio estratégico en defensa de los derechos humanos de las mujeres, de la cual hacen parte ONU Mujeres, Corporación Humanas, Red Feminista Antimilitarista, Confluencia de Mujeres para la Acción Pública, Colectiva Justica Mujer, Universidad Autónoma Latinoamericana, Universidad de Medellín, Corporación Universitaria Remington y la Unidad de Víctimas de la Alcaldía de Medellín. En el evento se hicieron presentes diversas instancias del orden gubernamental que trabajan el tema en el orden local, territorial y nacional. El propósito del mismo más allá de presentar los resultados de la investigación mencionada, busco aunar esfuerzos y voluntades para la erradicación de las violencias contra las mujeres en la ciudad. Edición N° 40 / Abril de 2016 Cine - Debate Ciclo de la Inclusión 23 El 31 de marzo diversas instancias de la Uniremington, entre las cuales se encuentran las Facultades de Salud y de Ciencias Empresariales, Fomento Artístico y Cultural de Bienestar Universitario y el Observatorio de Género, Equidad y Justicia, dieron inicio al Cine Debate con el Ciclo de inclusión a partir de la película “Historias Cruzadas”. Al evento en mención asistieron alrededor de 200 integrantes de la comunidad educativa de la institución, entre docentes y estudiantes. En esa medida, Cine-Debate propende no solo por ser un proyecto de índole recreativo que activa emociones en el receptor, sino que permite a través de una lectura pedagógica e investigativa generar nuevas formas de relacionamiento entre los actores de la comunidad educativa y de aprehensión del conocimiento. 24 Género, equidad y justicia Programa radial Ciudadanía Plena del Círculo de Periodistas de Antioquia (CIPA) El 15 de abril, el investigador del Observatorio de Género, Equidad y Justicia, Carlos Mario Piedrahita Londoño fue invitado al Programa radial Ciudadanía Plena del Círculo de Periodistas de Antioquia (CIPA). El tema central analizado fue masculinidades no hegemónicas y su influencia en la transformación de la problemática de las mujeres. El programa radial virtual Ciudadanía Plena es un espacio de informativo y pedagógico, además de análisis de coyuntura que permite el debate de asuntos de ciudad que tienen que ver con los derechos humanos de las Mujeres. “En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces” -Gabriel García Márquez - Imagen tomada de: http://u.srl/w2jIV 26 Género, equidad y justicia Referencias Portada Imagen tomada de:https://www.youtube.com/ watch?v=KhldIJWZim0 Editorial ¡Cuando una mujer dice no...! Imagen tomada de: www.pexels.com Columna de Opinión A propósito del primero de mayo En Colombia el panorama del derecho al trabajo es turbio Imagen tomada de: https://goo.gl/BXfT7K Violación del DIH en la cárcel de Guantánamo Y Obama no ha podido clausurarla… Imagen tomada de: http://goo.gl/f52vIx Noticias La misoginia de un profesor del MIR: “Sara Carbonero es guapa, pero es rancia porque es rica en sífilis” Ver noticia completa: http://goo.gl/O1vCHr Imagen tomada de: http://goo.gl/OpqNYf Condena de 49 años de cárcel en caso de feminicidio en Cundinamarca Ver noticia completa: http://goo.gl/VU211W Imagen tomada de: http://revistahorizontal.com/ fenomeno-feminicidio/ El sexismo nuestro de cada día Ver noticia completa: http://goo.gl/RBBAlb Imagen tomada de: http://goo.gl/hVTKIJ En el Atlántico las políticas de protección a la mujer, en el limbo Ver noticia completa: http://goo.gl/5RA4rl Imagen tomada de: http://goo.gl/k5dRFU En Colombia, mueren más adultos mayores que niños por desnutrición Ver noticia completa: http://goo.gl/yzJtQO Imagen tomada de: www.pixabay.com Proteger la vida y la salud en el trabajo, deber ético para la paz Noticia completa en: http://viva.org.co/cajavirtual/ svc0492/articulo05.html Imagen tomada de: http://goo.gl/XBpRQZ Publicaciones Universidad neoyorquina retira la distinción entre hombres y mujeres de sus baños Ver noticia completa: http://goo.gl/Sp12Pk Imagen tomada de: http://goo.gl/MPnXoH Relecturas 37: Territorialidad, poder, conflicto y paz Para descargar texto completo: http://www.ipc.org.co/ portal/files/Relecturas%2037.pdf Colombia, a un paso del matrimonio igualitario judicial. Ver noticia completa: http://goo.gl/vt9zFb Imagen tomada de: http://goo.gl/oAqBWB Educar para la paz con justicia de género: un reto político, cultural y pedagógico Para ver texto completo: http://www.humanas.org.co/ archivos/Doc_completo_2_febrero.pdf Justicia colombiana ¿Cada vez más machista? Ver noticia completa: file:///C:/Users/familiaagudelo/Downloads/Boletin%20 39%20Marzo%202016.pdf Imagen tomada de: http://goo.gl/vev328 Eventos Fotografías tomadas del archivo particular de la facultad Edición N° 40 / Abril de 2016 27 Género, Equidad y Justicia Boletín informativo o http://www.uniremington.edu.co/images/observatorio-de-genero-equidad-y-justicia/Boletines/Boletin-informativogenero-equidad-y-justicia-40-uniremington-abril-2016.pdf