Asociación Psicoanalítica Argentina Instituto de Psicoanálisis "Angel Garma" Monografía ALGUNAS CONTRIBUCIONES DE PIERA AULAGNIER, ANDRÉ GREEN Y JORGE E. GARCÍA BADARACCO EL PSICOANÁLISIS... ¿NO ES PARA TODOS? Trabajo presentado en el seminario "LAS CUESTIONES FUNDAMENTALES EN WINNICOTT Y PIERA AULAGNIER" Profesora: Lic. Ana Delia Levin de Said Colaboradoras: Lic. Isabel Eckell de Muscio Psic. Ana María Rumi Souza Autora: Dra. Inés Josefina Puig Buenos Aires, noviembre 26 de 2003 2 Algunas contribuciones de Piera Aulagnier, André Green y Jorge E. García Badaracco El psicoanálisis... ¿no es para todos? * Inés Josefina Puig INTRODUCCIÒN El objetivo del presente trabajo es intentar dar una semblanza sobre las contribuciones de algunos autores pertenecientes al movimiento psicoanalítico europeo, particularmente al francés. Esto lo afirmo a pesar de sus diferentes nacionalidades de origen. Considero que los desarrollos alcanzados por éstos en la segunda mitad del siglo XX permiten acceder a distintas perspectivas teóricas y técnicas capaces de abrir las puertas del psicoanálisis y así recibir buenos y nuevos aires. Realizo esta afirmación ya que según mi modo de ver el obstáculo para las aplicaciones del psicoanálisis clínico a una población más extendida radica no tanto en las dificultades de la técnica en sí, como en las dificultades de algunos analistas. Una caja de herramientas permite desplegar una labor polifacética y generatriz pero, si a esta caja se la utiliza de manera estereotipada, la creatividad que vio en su origen podría sucumbir. En este sentido cito a Winnicott en su libro "Realidad y juego": "se me ha señalado la posibilidad de pensar que mi interpretación en cada una de sus dos partes podría vincularse con el juego y encontrarse tan alejada como es posible, de la interpretación autoritaria, que es más próxima al adoctrinamiento". Las creatividades freudiana, kleiniana, winnicottiana, lacaniana, no siempre han inspirado creatividad en los analistas de escuela. ¿Acaso se trató durante el siglo XX de ser "más papistas que el papa"?. Sin embargo los pensadores de quienes me ocuparé no se adoctrinaron e intentaron abrir un camino y también invitarnos a transitarlo con ellos. Deseo referirme a tres autores: dos extranjeros y uno argentino. Ellos son: Aulagnier, Green y García Badaracco. Quisiera aclarar que efectué una selección guiada por mis propios intereses en el recorrido clínico que ellos realizaron. En mis 20 años de camino profesional como psiquiatra de adultos, niños y familias, y psicoanalista, me encontré a menudo identificada con las miradas de estos autores. Como todo recorte, éste es parcialmente aleatorio y no me ocuparé de otros maestros que respeto y admiro pero que excederían los objetivos del articulo. Tomaré en consideración los siguientes ejes: - Reseña biográfica, - Contribuciones y pensamientos originales. Encuentro desarrollos afines en todos ellos puesto que, según creo, fueron influidos por sus orígenes y su cultura, por la objetología psicoanalítica prevalente en la época y el * Dirección: Coronel Dìaz 1775, PB, (1425) Ciudad Autónoma de Buenos Aires, R. Argentina 3 movimiento lacaniano, especialmente en Aulagnier y Green. Por supuesto que, esencialmente, llevan la base freudiana en un estudio minucioso y sistemático. Merecería una mención especial y un desarrollo independiente de este trabajo referirme más acabadamente a la obra de Winnicott que influyó en los tres autores arriba mencionados, pero prefiero postergar esta labor para otra oportunidad. DESARROLLO Como epígrafe de la introducción de su libro " De Viena a Londres y Nueva York", Riccardo Steiner cita a Walter Benjamin: "Articular históricamente el pasado no significa reconocerlo" tal como realmente fue " (...) Significa apoderarse de un recuerdo cuando destella en un momento de peligro" . Historia Resumida del Psicoanálisis en Francia En este resumen, me permitiré seguir a Macías y a Roudinesco. 1925: creación de la revista: L´Evolution Psychiatrique. 1926: fundación de la Sociedad Psicoanalítica de Paris (Marie Bonaparte, Eugénie Sockolnicka, Thesnard, Allend, Borel, Lowenstein, Laforgue, Pascheminey y Pichon). Conferencia de psicoanalistas de habla francesa. 1927: aparece el primer número de la Revue Française de Psychanalyse. 1934: creación del Instituto de Psicoanálisis. 1936: aparición de un número de la revista L'Evolution Psychiatrique, dedicado a Freud. Congreso de la I.P.A. en Marienbad. 1952: El Instituto de Psicoanálisis cambió de sede y Lacan redactó los estatutos que fueron reglamentados en febrero siguiente. 1953: Se produce una escisión por enfrentamiento entre las posturas de S. Nacht y D. Lagache, de estirpe más medicalizada y psicologizada, respectivamente. Se funda la Sociedad Francesa de Psicoanálisis (S.P.F.) por Lagache, Dolto y Favez Boutonnier. Más tarde se suman Lacan y otros. 1960: encuentro de analistas franceses luego de la escisión en Bonneval (Cataluña francesa) Organizado por H.Ey que vivía y trabajaba allí. 1964: escisión. Se producen negociaciones entre la IPA y la Sociedad Francesa de Psicoanálisis, para ser integrada a la internacional que le pone como condición retirar a Lacan su habilitación de didacta. Esto da como resultado la ruptura de la SFP y el surgimiento de tres sociedades psicoanalíticas que aún persisten: Sociedad 4 Psicoanalítica de Paris, la Asociación Psicoanalítica de Francia (filial de IPA) y la Escuela Freudiana de Paris (fundada por Lacan). 1969: creación del así llamado cuarto grupo: Quatrième Groupe, por Aulagnier, Valabrega, Perrier y Moreigne. 1970: Fundación de la Nouvelle Revue de Psychanalyse. 1980: Disolución por Lacan de la E.F.P. 1981: Muerte de Lacan (9 de setiembre). 1986: Voto de nuevos estatutos de la S.P.P. 1989: A. Green organiza las Jornadas de la UNESCO "La psychanalyse, questions pour demain ". Los años del Sainte-Anne El hospital psiquiátrico de Paris representó (y representa, según entiendo, hasta hoy) un sitio de florecimiento intelectual donde se convocaron destacados exponentes de la psiquiatría y el psicoanálisis tanto de Francia como los traídos por aires de ultramar. Sitúo estas observaciones en la segunda mitad del siglo XX, después de la segunda Guerra Mundial. Sin embargo, deseo destacar que, en un periodo anterior, Francia había recibido psicoanalistas emigrantes de Alemania, Austria, Checoslovaquia, debido a la situación cada vez más comprometida de éstos por el auge del nazismo en Alemania, lo cual llevó a la solicitud de renuncia de los nueve miembros que quedaban (de origen judío) en el Instituto Psicoanalítico de Berlín. Muchos otros se habían marchado por su propia decisión y Klara Happel hizo lo propio, solidarizándose con sus colegas. E. Jones, presidente de la IPA,. intermedió, en parte, para poder vehiculizar una salida decorosa pero la diáspora debió continuar hacia Inglaterra y América (especialmente EE.UU. y Canadá). También allí tuvieron su papel Jones, la IPA y la Sociedad Psicoanalítica Estadounidense. Dice Riccardo Steiner en su ya mencionado libro "De Viena a Londres y Nueva York": "Forzado por las circunstancias, Jones subrayó en Lucerna, sobre todo, el problema de la relación entre psicoanálisis y politica, para destacar que eran mutualmente excluyentes; y aunque no mencionó ningún nombre, hizo una obvia referencia a W.Reich y en general a los sucesos producidos en Berlín, así como, al mismo tiempo, una vaga alusión a la interferencia política y el perjuicio racial que obstaculizaban el trabajo del análisis ". Steiner hace constar que tanto Freud como su hija Anna estaban de acuerdo en este punto, prueba de ello es una carta de Anna a Jones del 18-08-34. Dice Steiner en ese mismo libro:"En el congreso que organizó la IPA en Marienbad en 1936, a. Jones le resultaría imposible no mencionar explícitamente la suerte que habían corrido sus colegas judíos en Berlín, obligados a renunciar a la institución ". 5 En ese mismo congreso, en la reunión reservada a las sociedades, se anunció, que el Instituto Psicoanalítico de Berlín había sido incorporado a un nuevo instituto que, según decìan era arianizado; Deutsche Institut Fur Psychologische Forschung und Psychotherapie, el que fue dirigido por un primo (o tío) del Mariscal Goering : Matías H. Goering . Con los años, John Rittneister, psiquiatra y psicoanalista alemán que había estudiado medicina en Paris, fue arrestado por la Gestapo y fue ejecutado el 13-05-43. Teniendo en cuenta las siniestras experiencias vividas por el mundo durante la segunda Guerra Mundial, no extraña que los psiquiatras y psicoanalistas reunidos en una Francia de posguerra, ahora liberada, generaran una labor tan fecunda, al servicio del Yo. Dicha labor bien podria pensarse como un rico trabajo de ligadura vinculado a Eros, luego de tanta muerte... Todo pensador es hijo de su tiempo, nos dice el catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, Gerard Vilar y, como sabemos, éste fue bastante conmocionado por cierto. El Sainte-Anne representó un espacio-tiempo de libertad, donde se podía aprender de los grandes maestros y de los pacientes. Fue justamente en ese hospital donde Celes Cárcamo, uno de los pioneros fundadores de APA, había realizado su formación psicoanalítica. En París, a finales de la década del 30 fue donde se conoció con Garma el que lo consultó a fin de emigrar a Buenos Aires.. Más tarde, en la década del 50, se encontraban trabajando allí H. Ey, Ajuriaguerra, Delay, el que descubrió la clorpromazina, Diatkine, Lebovici, Lacan, Lagache, entre otros y se contaban entre los discípulos, coincidentes en aquel período y contemporáneos todos ellos: Aulagnier, Green, García Badaracco, Rosolato, Émile Mâle hijo del escritor y destacado psicoanalista de niños. Pierre Marty llevó a cabo la primera de sus investigaciones sobre psicosomática en el servicio de Marcel David, (era un servicio de neurocirugía). Por otra parte, en el servicio de Delay trabajaban Francis Pasche, Lacan y Lagache, el que se encargaba de parte de la enseñanza de la psicopatología. En síntesis, el psicoanálisis tenia en el Sainte-Anne una presencia fuerte (y la mantiene hasta el presente). Relata Jorge García Badaracco una anécdota de aquellos tiempos: "En ocasión de una fiesta que se realizaba anualmente, de la que participaban tanto los jóvenes médicos en formación como sus profesores, los estudiantes podían gastarles una broma a sus maestros, en presencia de ésos (al estilo de una liberación carnavalesca organizada): entonces fue cantada la "misa"en latín del "órgano - dinamismus ", dedicada al "papa " Henry Ey, el que enseñaba detalladamente la teoría de Pierre Janet sobre la etiología de las neurosis. En la S.P.P., por otra parte, había diferentes corrientes: los partidarios de Nacht que, para algunos, se vinculaba demasiado a la psicología del Yo, angloamericana, proveniente de Hartmann, y también estaban los partidarios de Lacan. Jugaba un rol destacado Bouvet, lamentablemente muerto a los 48 años, el que, tal vez de no haber fallecido tan tempranamente, habría podido contrapesar a Lacan, aportando su actitud reflexiva y asi evitar la escisión que aconteciera en el seno de esa sociedad. 6 Green reconoce también la influencia recibida por la fenomenología de Eugène Minkowski y de Hegel, a quien otorga valor a la hora de inspirar su trabajo sobre lo negativo. 7 PIERA AULAGNIER (1923 – 1990) 1 Nació en Milán, vivió en Egipto durante la segunda Guerra Mundial, hablaba varios idiomas fluidamente. Perteneció a la tercera generación de analistas. Ávida y culta lectora, se interesó tempranamente en la literatura y escritura, lo que se traduce en sus escritos donde, en varias ocasiones intercala citas de novelas contemporáneas, inclusive literatura de ficción (como el "1984" de George Orwell). Estudió medicina en Roma y, luego, se instaló en París. Se analizó con Lacan (1955 a 1961) 2 . . Durante la llamada "edad de oro" del psicoanálisis en Francia –la que, para E. Roudinesco, habría comenzado después de 1948 con las enseñanzas de Bouvet- Piera Aulagnier integraba el grupo de los "juniors" destacados, seguidores de Lacan, junto a Leclaire, Perrier, Granoff, Widlôcher –hoy presidente de la IPA-, Lavie, Smimoff, Pujol y Rosolato 3 . Clínica destacada, se interesó tempranamente por las psicosis. Se desempeñó en el Hospital Sainte-Anne donde, hoy, un pabellón lleva su nombre. Participó en la fundación de la Escuela Freudiana de Paris e integró su directorio, al frente del Departamento de Enseñanza. En 1967 publicó, junto a Jean Clavreul la revista "L´Inconscient" de la que sólo se editaron ocho números, todos ellos muy interesantes, donde escribían, por esos tiempos, "autores inquietos", vale decir psicoanalistas jóvenes. El primer número se dedicó al tema de la transgresión. Los siguientes se referían, en general, a clínica, perversión, identificación, paternidad y enseñanza del psicoanálisis 4 . Aulagnier abandonó la EFP en 1969 por diferendos con Lacan, especialmente con relación al "pase" 5 . El pase había sido un término empleado por Lacan para designar un procedimiento de pasaje que consistía en que un analizante (pasante) expusiera ante analistas (pasadores) los que daban cuenta ante un jurado llamado de acuerdo, aquellos elementos de su historia que el psicoanálisis había llevado a considerarlos capaces de fundamentar su deseo de convertirse en analistas. Lacan se había opuesto al concepto de analisis didáctico puesto que, según él, nadie podía de antemano decidir si un análisis era didáctico. La propuesta del pase había constituido una forma de darle un viraje institucional a la EFP que muchos no aceptaron y, en 1978, el mismo Lacan lo dejó de lado. 1 Roudinesco Roudinesco 274. 3 Roudinesco 4 Roudinesco 5 Roudinesco 2 E., Plon, M.: Diccionario de psicoanálisis, Buenos Aires, Paidós, 1998, p.72. E.: La batalla de cien años (1885-1985), Madrid, Fundamentos, 1993, tomo II, p. E. Idem, tomo II, p. 329. E. Idem, tomo III, p. 66. E., Plon, M. Op. Cit. P. 798. 8 En 1969, Piera Aulagnier, Jean-Paul Valabrega, Françoise Perrier (fallecida en 2003 en Parìs) y Moreigne se constituyeron en co-fundadores de la Organización Psicoanalítica de Lengua Francesa (OPLF) más conocida como Quatrième Groupe (el Cuarto Grupo) 6 . La producción de Piera Aulagnier ha sido fecunda. Publicó numerosos trabajos y varios libros de la especialidad, en los que contribuyó con aportes personales basados sobre la observación clínica rigurosa, su disciplina para lectura y escritura y la metabolización que de ellas hizo, a través de un camino dialéctico. Su último trabajo (póstumo) es una recopilación de numerosos artículos publicados en la revista "Topique" que dirigía ella7 . Sus títulos fueron: - La violencia de la interpretación (1975) - Los destinos del placer (1979) - El aprendiz de historiador y el maestro brujo (1985) - Un intérprete en busca de sentido (1994) Piera –inteligente, lúcida, vital, sensible e irreverente- hacía gala de un pensamiento en movimiento constante que la llevaba a tomar las verdades científicas provocativamente, casi en la misma categoría que los mitos. Esto es: provisorias. En la introducción de "El aprendiz de historiador y el maestro brujo" dice textualmente: "Más pasa el tiempo y más me convenzo de que las cuestiones que privilegiamos a veces en nuestro itinerario teórico, si de buena fe creemos que nos vienen determinadas por la importancia que ha cobrado cierto fenómeno clínico, cierta lectura nueva, en realidad con ello no hacemos más que retomar, en otras formas, lo que yo llamaría las cuestiones fundamentales propias de cada analista. Puede que ellas designen el punto conjugado de resistencia y de fascinación que singulariza la relación de ese analista con la teoría analítica. No menos convencida estoy de la importancia de las lecciones que la clínica nos dicta, muchas veces en forma de fracaso, así como de la necesidad de mantenernos receptivos a lo que otros descubren y ofrecen a nuestro pensamiento. Sin embargo, cada analista –lo prueban sus escritos- privilegiará, en sus aportes teóricos y en su experiencia clínica, los elementos que puedan permitirle profundizar en sus cuestiones fundamentales 8 . Dentro del vasto terreno de los escritos y aportes de Piera Aulagnier, me interesa referirme a sus contribuciones sobre el psiquismo arcaico del infans (aquel niño que aún no habla ni accede a la representación de la palabra) y que esa autora reconoce haber abrevado en el trabajo con pacientes psicóticos. Lo enuncia como una "deuda" con el discurso psicótico. Su libro "La violencia de la interpretación" (1975) puede dividirse en dos partes. La primera, dedicada a los procesos y modo de representar en el psiquismo arcaico. 6 7 8 Macías M.: André Green, un psicoanalista comprometido, Bogotá, Grupo Norma, 1998. Aulagnier P.: Un intérprete en busca de sentido, México DF, Siglo XXI, 1997. Aulagnier P.: El aprendiz de historiador y el maestro brujo, Buenos Aires, Amorrortu, 1997. 9 La segunda, referida a la interpretación de la violencia y el pensamiento delirante primario. Aulagnier se encontró con el obstáculo epistemológico que supone pensar un aparato psíquico caracterizado por el inconsciente reprimido, el complejo de Edipo, la angustia de castración y la actividad asociativa, poco esperables de los sujetos que atendía en el Sainte-Anne y, también, que una parte de la "propia vivencia" del analista quedaba excluida 9 . Lo arcaico, el cuerpo biológico, las primeras experiencias con el mundo ¿externo?, los sonidos, las caricias, los aromas propios del ambiente –en síntesis, los primeros contactos con lo humano- ¿acaso no dejaban su marca, huella, registro algunos?. Sin embargo, las conductas de los pacientes gravemente perturbados parecían decir otra cosa: "El discurso psicótico nos induce a postular una forma de actividad psíquica percluida (forclose) de lo cognoscible, en forma definitiva y para todo sujeto y, sin embargo, siempre en acción, "fondo representativo" que persiste paralelamente a otros dos tipos de producción psíquica: la que caracteriza al proceso primario y la que caracteriza al proceso secundario" 10 . Considera que, si bien la actividad de representación del proceso originario se halla presente en todo sujeto es, en la práctica del análisis, en el registro de la psicosis donde más claramente se verifica. Para fundamentar su conceptualización del proceso originario, se refiere a dos postulados: 1. El cuerpo: el biológico, el erógeno y, ahora, el sensorial 2. El encuentro: característico del ser viviente con el medio que lo rodea. Este encuentro será la fuente de tres producciones-espacios. Entiende, por actividad de representación, el "equivalente psíquico del trabajo de metabolización", propio del mundo orgánico 11 . El metabolismo rechaza lo heterogéneo y homogeneiza lo extraño, cuando le es posible. En lo psíquico, lo metabolizado es un elemento de información. P. Aulagnier plantea la hipótesis que la actividad psíquica está constituida por tres modos de funcionar o tres procesos de metabolización (lo que es lo mismo): Proceso originario Proceso primario Proceso secundario 9 Representación pictográfica Representación fantaseada o fantasía Representación ideica o enunciado Aulagnier P.: La violencia de la intepretación, Buenos Aires, Amorrortu, 2001, p. 12. Aulagnier P.: Op. Cit., p. 16. 11 Aulagnier P.: Op. Cit., p. 23. 10 10 Con esta concepción, Aulagnier nos informa que toda vivencia, todo acto, toda experiencia pondrán en marcha conjuntamente: - un pictograma - una puesta en escena "mise en scène" - una puesta en sentido "mise en-sens" 12 . Aquí se despliega el espacio para la tarea del analista esperanzado, el que, al recurrir a este modelo, podrá tomar conocimiento de la sensorialidad que el sujeto no puede tener consciente. El analista, al construir con el paciente un genuino encuentro, intentará armar escenas que puedan ser cognoscibles para esa instancia llamada Yo (je) que deberá advenir. Deberemos encontrar un intérprete en busca de sentido... Para esto serán necesarias condiciones que estudiaremos. Podrán existir modificaciones en el "je" pero respetando lo existente y su potencialidad, sin arrasarlo con desestructuraciones. Es célebre la frase de P. Aulagnier que dice: "modificar el granero (grenier: altillo) para transformarlo en biblioteca" . En el recorrido bidireccional que va del pictograma al enunciado y viceversa, el infans se subjetivará. En el encuentro con el analista, los enunciados otrora conclusivos de la psicosis tendrán otra oportunidad. Para quien quiera oír... Al menos, provisoriamente. 12 Aulagnier P., Op. Cit., p. 18. 11 ANDRÉ GREEN Este médico psicoanalista francés nació en El Cairo y allí vivió hasta completar el bachillerato en el Liceo Francés. Miraba a Francia con una visión casi mítica e idealizada de ese país que conoció a los diecinueve años de edad 13 . Era hijo de un comerciante próspero y de una mujer proverbialmente sensible –decía Green que le había dado motivo para interesarse por el afecto- cuyo apellido de soltera era Barcilon (Barcelona). Siguiendo a H. Ey, su maestro, para quien la frontera franco-española de los Pirineos parecía no existir y afirmaba que a uno u otro lado de ésos se sentía en su casa, Green tendía a pensar de una manera que, por cierto, reconocía partidaria: "todo aquello que tuvo que ver con el alma (...) encuentra sus raíces en el Mediterráneo" 14 . Estudió medicina en París y, según lo previsto, siguió psiquiatría. Fue admitido a concurso en 1953 y trabajó como interno en Sainte-Anne desde 1954. En 1957, pasó a ser asistente en el Hospital Henri-Rousselle (que pertenece al Sainte-Anne). En 1958 fue nombrado Jefe de Clínica de la cátedra de enfermedades mentales de la Facultad de Medicina de la Universidad de París 15 . Fue discípulo de Ajuriaguerra y Ey, el que dirigía y organizaba la biblioteca que, hoy, lleva su nombre (viajaba desde Bonneval una vez por semana para dar clases). Green se analizó con Bouvet y, al fallecer éste, con Catherine Parat a la que le dedica su capítulo sobre "La madre muerta". Había estudiado tempranamente tanto de neurología y anatomía patológica como de filosofía, psicoanálisis y literatura –en particular, el teatro inglés (en la Sorbona, formó parte del elenco, como actor, por muchos años). Pensador creativo, considera que los fenómenos neurobiológicos deben ser leídos en un nivel diferente del de la metapsicología y que, para él, "aquello de lo cual habla el psicoanálisis incluye también a la dimensión cognitiva" y "lo que distingue al cognitivismo del psicoanálisis no es su objeto, lo cognitivo, sino su procedimiento, su método, su pensamiento, situados frecuentemente en las antípodas del psicoanálisis" 16 . En relación con la crítica que se le hace al psicoanálisis, al atribuirle antigüedad en su concepción pulsional que tiene "olor a siglo XIX", dice Green: "Tal actitud corresponde a la secuela de un positivismo estrecho. Cuando se dice algo así ¿qué queda entonces? No queda sino el afecto, la noción más cercana a la de pulsión. Con este juego de manos (nótese que el verdadero sentido de la expresión francesa "jeu de mains" significa "prestidigitación") se ha escamoteado por completo la potencialidad que tiene la pulsión, para desplegarse en los diferentes campos, en los cuales debe manifestarse, tanto en la esfera de la representación como en las del afecto, de la cognición o del acto" 17 . Entiendo que este párrafo resume claramente el pensamiento de Green. 13 14 15 16 17 Macías M.: Op. Cit. p. 21. Macías, M.: Op. Cit. p. 17. Macías, M.: Op. Cit. p. 43. Macías, M.: Op. Cit. p. 61. Macías, M.: Op. Cit. p. 62. 12 Vale la pena jerarquizar la influencia que ejerció Winnicott en él 18 . Lo conoció en 1957 durante un congreso en Paris y, a partir de 1961 comenzó a estudiar la obra de éste al asistir en Londres al pre-congreso que, luego, se realizó en Edimburgo. Aceptó Green haber quedado impactado por la originalidad y el modo personal que tenía Winnicott de expresarse, mostrando libertad para hablar de sus sentimientos de culpa al abandonar a sus pacientes –hablaba de sus "pequeños pellizcos en el corazón" que, más que metáfora, era una alusión a sus problemas cardíacos 19 . Dice Green que Winnicott le despertó una simpatía inmediata y que, luego de fallecido éste, atendió en París a quien fuera una de sus pacientes. Respecto de ella, anota: "Si creo lo que ella me dijo, el lugar del padre en el Edipo fue por completo descuidado. Hay que decir, en cambio, que por el lado de la madre, ¡la situación estaba más bien sobresaturada! 20 . Green reconoce en Winnicott una originalidad, una profundidad de pensamiento pero, paradójicamente también, una sencillez para expresarlo, que resultan poco comunes de ver. Además, considera que "Realidad y Juego" es uno de los libros más importantes desde la muerte de Freud. La creatividad y la originalidad son características del pensamiento de Green, para lo cual resulta necesaria cierta irreverencia por lo dado y por lo prevalente en el medio psicoanalítico en el cual se había formado. Su historia, su marco referencial, sus cuestiones fundamentales lo llevaron a no excluir el estudio del afecto dentro de sus teorizaciones. Pero, por otra parte, su medio, su cultura y sus propias inclinaciones le permitieron describir claramente un mundo de representaciones rico y polifacético. Se queja Green acerca de la tendencia teórica de leer la obra de determinado autor de acuerdo con su historia personal aunque, asimismo, no deja de reconocer su importancia y la influencia que ejerce a la hora de la creación. Cito a Winnicott en su capítulo "La creatividad", de "Realidad y Juego" 21 : "... como base para la idea que deseo ofrecer en este capítulo, sugiero que la creatividad es uno de los denominadores comunes de hombres y mujeres. Pero, en otro lenguaje, es la prerrogativa de las mujeres y, en otro más, es una característica masculina". André Green ha sido original y creativo en torno al tema del narcisismo, en su libro "Narcisismo de vida, narcisismo de muerte". Si bien reconoce que el capítulo con mayor repercusión es el de "La madre muerta" , tiene especial aprecio por otro: "El narcisismo 18 19 20 21 Macías M.: Op. Cit. p. 138. Macías M.: Op. Cit. p. 139. Macías M.: Op. Cit. p. 141. Winnicott D. W., Realidad y juego, Barcelona, Gedisa, 1999, p. 102. 13 primario: estructura o estado", al que me referiré sucintamente 22 . Lo considero complejo pero entiendo que resume su pensamiento, aunque de él procede su ruptura con Lacan puesto que, al escribirlo, no lo citó a éste en absoluto, y ello habría ofendido al maestro. Estudia detalladamente el narcisismo y la patología fronteriza en varios libros, interés que mantiene hasta el presente. La teoría del narcisismo que Green expone articula las influencias recibidas de los kleinianos, de Winnicott y del mismo Lacan –para Green, el narcisismo es la clé de voûte del sistema lacaniano 23 -y considera asimismo que el psicoanálisis francés de posguerra le prestó mucha atención 24 . Green se había propuesto relacionar la teoría del narcisismo con la teoría definitiva de las pulsiones 25 . En relación con éstas, dice: "La sexualidad es la constante indestronable de la teoría íntegra del inventor del psicoanálisis pero su poder es de continuo cuestionado por una fuerza adversa que, por su parte, experimentó cambios con el paso de los años" –y esto es el narcisismo. Green describe dos formas de narcisismo: uno de vida y uno de muerte. El primero, ligado al cumplimiento de la unidad del Yo y, el segundo, opuesto a la unión; o sea, que va ligado a la pulsión de muerte. Considera que el narcisismo ha sido un "paréntesis en el pensamiento freudiano, un antes y un después, y que marcó una inflexión" 26 . El narcisismo positivo es un factor unificador procedente del Yo, por el cual su líbido, opuesta a la líbido de objeto, busca alcanzar cohesión yoica. Este es un narcisismo que tiende a la unidad, aunque sus logros nunca sean completos. El narcisismo negativo, que brota de pulsiones destructivas, tiene la tendencia a reducir a cero la investidura del Yo. Así, la líbido objetal es atacada por el narcisismo positivo que promueve la líbido yoica y por el narcisismo negativo que desinviste la líbido yoica, sin devolverla al objeto, y se refiere a relaciones entre el narcisismo y la pulsión de muerte. Hay casos en los cuales el Yo se desinteresa al igual por el objeto y por sí mismo, lo que da por resultado una tendencia a desaparecer. La nada sería la expresión auténtica de la pulsión de muerte, diferente de la agresividad y del masoquismo primario: " El narcisismo es la borradura de la huella del Otro en el deseo de lo Uno" 27 . La búsqueda activa de la nada por el Yo ocasiona una disminución de la tensión a nivel cero, que equivale a la muerte psíquica. Ya no se busca un objeto, no hay deseo del Otro 22 23 24 25 26 27 Green Green Green Green Green Green A.: Narcisismo de vida, narcisismo de muerte, Buenos Aires, Amorrortu, 1999, p. 78.. A. Op. Cit., p. 38. A. Op. Cit.,, p. 15. A. Op. Cit., p.11. A. Op. Cit., p.12. A. Op. Cit, p. 121. 14 sino deseo de lo Uno. Se puede llegar al deseo del no-deseo. En vez de buscar el centro, ahora se lo suprime. La búsqueda de satisfacción se resuelve en el abandono de toda búsqueda de satisfacción. La vida se hace equivalente a la muerte, como liberación de todo deseo. Llegados a este punto, tenemos que la actividad psíquica es gobernada por el modelo de la realización alucinatoria negativa del deseo. Lo neutro: blanco (blank) reemplaza al placer (ascetismo, anorexia del vivir). El narcisismo, en sí, es deseo de lo bello, de lo Uno; es un logro de Eros, propio de una trayectoria con no pocas vicisitudes y supone haber encontrado una compensación por la pérdida del amor fusional, en el amor que se tiene a sí mismo. El narcisismo es efecto de religazón: el Yo forma pareja consigo mismo (a través de su imagen). El Yo genera la ilusión de autosuficiencia y se libera de la dependencia de un objeto que lo puede frustrar. Por regresión, puede volver a lo Uno o hasta llegar al Cero de la nada, la inexistencia. Ahora, es el Cero el objeto de la investidura (y es ilusión de no-investidura). Todo este desarrollo teórico ha surgido de la clínica y resulta claramente aplicable, a pesar de su aparente oscuridad.. El narcisismo negativo puede tener diferentes caminos. Cuando inviste el afecto, el resultado observable es la indiferencia. Cuando inviste la representación, el resultado visible es la alucinación negativa 28 . Si el narcisismo negativo inviste el pensamiento, el resultado será la psicosis blanca (por blank = neutro) 29 . En relación con el objeto, Green dice que el Yo no lo puede controlar, en la medida en que es externo; la madre está con el padre, tiene pulsiones que el bebé no puede modificar ni satisfacer. El Yo tiende a unirse al objeto y, si no tolera la separación, se desorganiza. ¿Qué puede hacer el Yo? Percibir, identificarse y representar. El objeto, por sí mismo, por existir, fuerza al Yo a modificarse. Como no lo puede controlar, se vuelve traumático. Puede estar demasiado presente (siendo intrusivo) o demasiado poco presente. La fusión sería deseable pero, si ocurriera, el Yo desaparecería. El objeto es "deseable e indeseable" y "el polo narcisista prefiere es el concepto de "objeto-trauma" 31 . 28 29 30 31 Green Green Green Green A.: A.: A.: A.: Op. Op. Op. Op. Cit., Cit., Cit., Cit., p. p. p. p. 120. 147. 137. 133. SER a TENER" 30 . Este 15 Cuando surge el conflicto (inevitable) entre el Yo y el objeto-trauma, la desinvestidura del objeto y el repliegue narcisista exponen el Yo a amenazadoras angustias narcisistas que no implican regresión de la realidad psíquica ni externa, como, sí, ocurre con las angustias psicóticas, entre las cuales Green establece diferencias 32 . Cuando la acción específica se vuelve específicamente mala (el objeto deja de cumplir con su papel de espejo, continente y auxiliar del Yo), aparece otra fuente de conflicto. El Yo debe defenderse de las pulsiones y sus derivados pero, también, del objeto. La lucha se libra en dos frentes. Sin saber cuál es el peligro mayor, recurre a las pulsiones de destrucción que se volcarán sobre el objeto externo, o el interno, o el mismo Yo. La identificación proyectiva será excesiva. La realidad exterior así como la interior serán odiadas. "Es ahí donde aparecerán no sólo las angustias narcisistas de la locura privada, sino las angustias psicóticas de la locura pública: psicosis" 33 . En su libro "Locuras privadas", Green habla extensamente de estos casos fronterizos que no transitan necesariamente una psicosis clínica. En la segunda parte de su libro "Narcisismo de vida, narcisismo de muerte", Green se refiere a formas clínicas narcisistas: - El narcisismo moral, - El género neutro, - La madre muerta. Respecto del complejo de la madre muerta, dice que describe lo que ocurre ante el fracaso de la separación-individuación (Mahler). Sintetizando, cito a nuestro autor: "... he propuesto distinguir un narcisismo primario positivo (reconducible a Eros) que tiende a la unidad y la identidad, de un narcisismo primario negativo (reconducible a las pulsiones de destrucción), que no se manifiesta en el odio hacia el objeto (perfectamente compatible con el repliegue del narcisismo primario positivo) sino en la tendencia del Yo a deshacer su unidad para tender a Cero. Esto se manifiesta clínicamente en el sentimiento de vacío" 34 . 32 33 34 Green A.: Op. Cit., p. 138. Green A.: Op. Cit., p. 140. Green A.: Op. Cit., p. 233. 16 JORGE E. GARCIA BADARACCO Nació en Buenos Aires, el 8 de noviembre de 1923, descendiente de familias europeas. Llegó al mundo en una Argentina floreciente y próspera que miraba a la Ciudad Luz a fin de parecerse a ella tanto como para recibir el mote de "la París de Sudamérica". Por un lado, la rama española de su familia debe haber impreso en su carácter una clara disposición al trabajo tesonero, consecuente y constructivo. Por el otro, la rama italiana quizá influyó en el niño y, luego, en el joven, al despertar su afición por la música, el canto y una temprana vocación en la atención de familias. Joven inteligente, estudiante destacado, egresó del Colegio Nacional de Buenos Aires y de la Universidad de Buenos Aires en la cual, andando el tiempo, crearía el Departamento de Salud Mental. Al decidir radicarse en Buenos Aires, para trabajar en el Hospital Psiquiátrico de hombres "Dr. José T. Borda" (actual Hospital Psicoasistencial Interdisciplinario), lo reemplazó en Mendoza el Dr. Horacio Etchegoyen. García Badaracco fue Jefe de Servicio de Internación del Borda y creó el primer Hospital de Día de América Latina, así como la Comunidad Terapéutica Psicoanalítica de Estructura Multifamiliar. Trajo al país las primeras terapistas ocupacionales. También creó la primera residencia para psiquiatras de la Argentina y América Latina que funcionaba en el Hospital Borda. Posteriormente a su experiencia hospitalaria, fundó la institución privada de salud mental Ditem. Fue presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina pòr dos períodos. Actualmente, realiza –de manera honoraria- la atención a grupos psicoanalíticos multifamiliares en los Hospitales Borda, Moyano (este último, de mujeres) de la ciudad de Buenos Aires, y en la citada Asociación Psicoanalítica Argentina. El trabajo psicoanalítico de Jorge E. García Badaracco jerarquiza el camino recorrido en la atención de pacientes graves, especialmente en el desarrollo de un proceso terapéutico como factor de cambio psíquico mediante el análisis de las interdependencias patológicas y patógenas. Fuertemente influido por la obra de Melanie Klein, como él mismo lo reconoce 35 , realizó su desarrollo conceptual sobre el objeto enloquecedor. Sin embargo, su teorización respecto de éste atribuye un papel activo y significativo a las características reales de los objetos. 35 García Badaracco J.E.: Comunidad terapéutica psicoanalítica de estructura multifamiliar, Madrid, Tecnipublicaciones, 1989. 17 En la obra de Garcia Badaracco se encuentra incorporada la noción de un mundo interno fantástico e intensamente emocional 36 , así como la idea acerca de las relaciones objetales tempranamente internalizadas que determinan el futuro funcionamiento psíquico profundo y estable. El objeto enloquecedor: García Badaracco usa este concepto para describir una presencia enloquecedora que se daría en los casos en los cuales el bebé captaría tempranamente las carencias parentales, identificándose entonces con aspectos patológicos de dichos objetos que se han estructurado en forma de falso self 37 , y que han detenido igualmente el crecimiento del self verdadero. Al no poder realizar experiencias formativas y estructurantes con esos objetos, que permitan ir logrando el establecimiento de recursos yoicos genuinos, el bebé incorporará y reincorporará vínculos frustrantes de característica sado-masoquista que vehiculizará así el sadismo primitivo y, paulatinamente, se congelará como modalidad estable vincular, con los progenitores, inicialmente, y, luego, con los otros. Esta condición sería alimentada por el objeto real externo que impuso inicialmente su característica de "ser imprescindible para la vida del sujeto" 38 . Descripciones como éstas pueden corresponder a lo que acontece con las patologías graves: neurosis graves, personalidades limitrofes y narcisistas, y psicosis no orgánicas. Jorge E. García Badaracco describe estos vínculos como de naturaleza perversa por incluir características de sadismo y sexualidad primitivas. También piensa que "las perversiones sexuales clínicas se estructuran a partir de estos núcleos perversos primitivos" 39 . Describe este autor al objeto enloquecedor como un modo de funcionamiento patológico y patógeno de los objetos que "... induce inconscientemente al sujeto a actuar sádicamente y con maldad, y lo hace sentir malvado y culpable porque la inadecuación del objeto en lugar de amortiguar las pulsiones primitivas del sujeto, las incrementa –especialmente la envidia y el sadismo. El objeto suele actuar muy sádicamente sobre el sujeto por no darse cuenta del estado de indefensión de éste y por sentir su espontaneidad como amenazante y peligrosa. El deseo, como búsqueda subyacente de la experiencia de satisfacción, se somete a la necesidad del otro; es decir, del objeto. Se configurará así la experiencia traumática repetitiva que se constituirá en fijación al trauma. La situación aterradora y paralizante de depender de, y necesitar (cada vez más) un objeto que es enloquecedor conduce, como única salida, a una identificación con el mismo" 40 . De este modo, García Badaracco explica una constitución intrapsíquica al estilo de la relación amo y esclavo, pero de manera intercambiable e imprescindible el uno para el otro y que imprime también una modalidad de relación entre el Yo y el Superyó, 36 37 38 39 40 Segal H.: Introducción a la obra de Melanie Klein, Buenos Aires, Paidós, 1987 p.19. Winnicott, D.W.: El hogar, nuestro punto de partida, Buenos Aires, Paidós, 2001, p.80. Garcia Badaracco J.E.: Op. Cit. p. 79. García Badaracco J.E.: Op. Cit. p. 177. García Badaracco J.E.: Op. Cit. p.177. 18 considerando a este último no como heredero del complejo de Edipo sino como un Superyó primitivo kleiniano; o sea, "un objeto intrapsíquico idealizado y persecutorio" 41 . Las identificaciones antes mencionadas se vuelven sometedoras del desarrollo del resto del psiquismo y, por eso mismo, se transforman en alienantes. La presencia invasora semeja una "posesión demoníaca" 42 que reemplaza al Yo, impidiendo el surgimiento de la espontaneidad. Estas identificaciones van quedando disociadas y organizándose como objetos internos escindidos que pasan a formar parte de un inconsciente no reprimido, el que se expresará por el camino de la compulsión a la repetición. Puedo afirmar, citando a Carlos Mario Aslan, con relación a la repetición que depende de las estructuras 43 que "cabe notar una vez más que la repetición no es de un contenido específico, sino de una modalidad de funcionamiento, de una característica de este relacionarse". Así, se conforman las estructuras patológicas que tan claramente expresa Carlos Mario Aslan, y que no pueden menos que expresarse de esta manera compulsiva, la que el analista deberá saber leer. Concepto de interdependencia patológica y patógena. Este concepto da cuenta de un modo vincular dependiente recíprocamente, que es enfermo y, a la vez, enfermante, para diferenciarlo de los vínculos sanos de necesidad que se establecen con aquellas personas que amamos, justamente por el amor mismo, y que tienen origen en la dependencia antigua entre el bebé y su madre. El necesita cuidados y ella necesita cuidar. García Badaracco describe los vínculos saludables y generadores, a su vez, de mayor salud, bajo el nombre de interdependencias normogénicas. Por interdependencias patológicas y patógenas, partiendo del concepto acuñado por F. Fromm Reichman, Sullivan, Lidz y otros 44 , aplicado a sus estudios sobre esquizofrenia, entiende una manera de funcionamiento mental generalmente descripto como simbiosis patológica, relación narcisista de objeto y relación primitiva de objeto. Lo considera una "realidad clínica" 45 no siempre evidente a primera vista pero que juega un papel fundamental en el proceso terapéutico psicoanalítico y que resulta aprehensible cuando se piensa en ella. 41 García Badaracco J.E.: Op. Cit., p. 178. García Badaracco J.E.: Op. Cit. p. 174. 43 Aslan C.M. La repetición que depende de las estructuras, Rev Psicoanal APA, 1993, núm. especial internacional, p. 11-19 44 García Badaracco J.E.: Op. Cit. p. 209. 45 García Badaracco J.E.: Op. Cit. p 210. 42 19 El proceso terapéutico “Compañera Ud.sabe que puede contar conmigo no hasta diez, ni hasta cien, ni hasta quinientos, sino contar conmigo...” "Hagamos un trato" 46 Consideraré a modo de síntesis los siguientes ítems: 1. Definición; 2. Puesta a prueba; 3. Clima; 4. Reactivación de reproches y reclamos; 5. Contenidos psicóticos y conductas psicopáticas; 6. Pérdida de omnipotencia y desimbiotización; 7. Surgimiento de la espontaneidad y período de desidentificaciones. 1. Definición Jorge García Badaracco define el proceso terapéutico como un concepto clínico que da cuenta del “conjunto de transformaciones que puede experimentar un individuo a través de la psicoterapia” 47 . Según el diccionario enciclopédico Espasa-Calpe, proceso viene del latín “processus” y significa: progreso: acción de ir hacia delante. Transcurso del tiempo. Conjunto de fases sucesivas de un fenómeno natural o de una operación artificial 48 Esta ultima definición es la que más se acerca a la idea del autor que toma la salud como una virtualidad potencial presente en todos los seres humanos y que puede ser desarrollada. Cuando García Badaracco se refiere a las transformaciones, habla de las modificaciones que se operan en la vida de una persona, evidenciables tanto en su conducta como en los cambios vivenciales subjetivos.Ambos son producto de cambios psíquicos que, previamente, deberán ocurrir.Así, considera que el proceso terapéutico no es el resultado de una modificación lineal sino una sucesión de momentos de desestructuración y reestructuración. No se trata de la suma de cambios parciales sino de una transformación del individuo como totalidad. 46 47 48 Benedetti, M. , Poemas de otros, Buenos Aires. García Badaracco J.E.: Op. Cit. p. 235. Tomo XIX, pág. 9552. 20 El proceso terapéutico procura restablecer el crecimiento y desarrollo psicoemocional normal del individuo. Para García Badaracco se trata de que el paciente pueda recorrer con nosotros las etapas que nunca pudo cumplir en el seno de su familia. Se basa este proceso sobre el concepto de que existen aspectos del Yo que han sido disociados y detenidos en su desarrollo pero que mantienen una capacidad sana potencial. Esta es una concepción eje a lo largo de toda la obra de este brillante autor. Nuestra labor terapéutica deberá aportar experiencias emocionales enriquecedoras y generadoras de recursos yoicos nuevos. Para García Badaracco, la analizabilidad de un paciente no depende totalmente de su psicopatología ni de las limitaciones del psicoanálisis sino del contexto y de algunas condiciones como las mencionadas más abajo, especialmente con los pacientes internados: 1. Marco de seguridad emocional 2. Participación familiar 3. Capacidad y experiencia del psicoanalista 4. Condiciones del paciente 5. Articulación de recursos que potencien los efectos de las técnicas psicoterapéuticas . El surgimiento de los citados recursos yoicos irá disolviendo el funcionamiento mental patológico y patogénico; o sea, el poder de una mente enferma con capacidad enfermante. García Badaracco destaca que la patología mental grave no se debería a la presencia de conflictos intrapsiquicos inconscientes, que deberán ser elaborados, sino a la carencia de recursos yoicos para poder enfrentarlos y, así, resolver esos conflictos 49 . El concepto de carencia de recursos yoicos se acerca al de déficit yoico, alteración en el Yo, planteado por Freud en "Análisis terminable e interminable" 50 . Volviendo a García Badaracco, y respecto de los pacientes graves , dice: “Son pacientes que no pueden pensar en lo que les pasa. Se sienten movidos por fuerzas irracionales superiores a su voluntad consciente, se sorprenden desbordados por estados emocionales internos donde habitualmente domina el sufrimiento y estas situaciones vivenciales patológicas no son la consecuencia de conflictos no resueltos sino más bien la persistencia de estados primitivos patológicos de la mente” 51 . Destaca que estas características se manifiestan más en la convivencia que a través de las vías regias del inconsciente, sueños, lapsus y actos fallidos. Un ejemplo de esto son las actuaciones psicóticas y psicopáticas repetidas compulsivamente a la manera de una puesta en escena de situaciones traumáticas infantiles graves. 49 García Badaracco J.E.: Op. Cit. p.171. Freud S.: Análisis terminable e interminable, Obras completas, tomo 23, p. 223, Buenos Aires, Amorrortu, 1997. 51 García Badaracco J.E.: Op. Cit. p. 80. 50 21 En varios pasajes de su obra, el autor habla de los recursos yoicos como capacidades que todos poseemos y que nos permiten tolerar frustraciones y disfrutar de situaciones placenteras, aceptando que tendrán un fin. Las enfermedades mentales graves, caracterizadas por un profundo sufrimiento, a menudo se padecen durante largo tiempo sin que la familia. tome conciencia de la grave situación que vive el afectado. Esto acontece hasta que el paciente, desesperado, emita un pedido de ayuda que ya no puede ser silenciado y entonces los familiares piden asistencia profesional. En estos casos y movido por su terrible soledad y desvalimiento, a menudo el paciente se resiste a recibir el auxilio que se le brinda. Umbrío por la pena Casi bruno Porque la pena tizna Cuando estalla Donde yo no me hallo No se halla Hombre mas apenado Que ninguno... ¡...tanto penar para morirse uno! “Umbrío por la Pena" 52 Miguel Hernandez 2. Puesta a prueba Los pacientes nos ponen a prueba y evidencian inicialmente desconfianza, la que será directamente proporcional a la inseguridad que sienten en sí mismos y que dará lugar a un circulo vicioso atrapante de donde, generalmente, no se sale sin ayuda.Tales inseguridad y desconfianza se irán incrementando cuando comiencen a ceder los mecanismos de defensa propios de su patología y el paciente necesite de nosotros, angustiándose al descubrirse vulnerable. Al ir conociendo a su terapeuta se ira identificando con él pero de manera provisoria. Estas nuevas identificaciones más saludables, facilitarán el surgimiento de nuevos recursos yoicos y, más tarde, deberá el paciente abandonarlas. A menudo la puesta a prueba del terapeuta es de carácter sufriente. El paciente necesita hacerle vivir algo de lo que padeció con las figuras parentales.Casi como si le dijera: "Vivilo en carne propia" y también: "A ver qué podés hacer vos con esto".De esta manera el paciente pone a prueba los recursos yoicos del terapeuta. Mediante la experiencia clínica se puede tener una visión panorámica de lo doloroso que el paciente ha vivido. 52 Hernández, M., Poesía, México DF, Ed. Mexicanos Unidos, 1996, p 28. 22 Dice García Badaracco:"Donde hay enfermedad por algo es. Donde hay conflicto algo ocurrió. Donde hay carencia algo faltó" 53 . Será nuestra función rescatar los primeros esbozos sanos presentes en el discurso psicótico o psicopático (así como los cambios que se operen en el discurso neurótico rigidizado por las defensas puestas en juego). Señalarlos pero especialmente saber acompañarlos y comprender que así como se sintieron mal, ahora se sienten malos y hasta pueden hacernos vivir la maldad que sienten. Además, debemos saber que, si bien estarán atentos a nuestros señalamientos, más lo estarán a nuestra comunicación paraverbal y especialmente a nuestras emociones. 3. Clima Se refiere a la necesidad de crear un ambiente que implique un contexto de seguridad diferente al vivido por el paciente cuando padecía situaciones traumáticas. En estos períodos iniciales del tratamiento, importan especialmente: la presencia del analista, su actitud, el tono de su voz, su mirada al saludar al paciente, su plasticidad psicológica ante una evolución clínica zigzagueante. Si se dan estas condiciones, probablemente también el paciente grave pueda paulatinamente aprovechar el significado de las palabras. 4. Reactivación de reproches y reclamos Al mejorar, los pacientes graves, generalmente, pasan del autismo al temor paranoide porque, con frecuencia, es ésta la única forma de relación que conocen y utilizan la identificación proyectiva. Así, hay aspectos escindidos que quedan fuera de la relación para no sentir emociones intolerables.Estos pacientes establecen relaciones parciales de objeto que, a menudo, enmascaran la fuerte necesidad que siente de un otro. Esta necesidad imperiosa puede estar enmascarada por otros sentimientos como el rechazo, la agresividad o la erotización del vínculo con el analista y que son manifestaciones de necesidades primitivas y que, para García Badaracco, en un momento, no fueron colmadas. Así, los pacientes nos harán reclamos compulsivos y reproches vengativos –y nos será imprescindible comprender que van dirigidos hacia objetos tempranos. Al salir el paciente de la retracción narcisista se aferra a su médico y espera todo de él, buscando establecer un vínculo absoluto que llamaremos transferencia psicótica sumamente labil e inestable por la inmensa demanda que contiene y por la fragilidad del paciente psicótico.De este modo, cualquier dificultad contratransferencial puede desatar una tormenta: como ser un estado de despersonalización, una crisis de sadismo o bien el alejamiento del paciente con aparente indiferencia. 53 Garcia Badaracco J.E.: Op. Cit. p. 241. 23 Al mejorar, el paciente tiende a simbiotizarse con su analista y entonces lo idealiza, dependiendo extremadamente de él... o lo rechaza con furia cuando utiliza una identificación proyectiva masiva.Esta transferencia psicótica manifiesta identificaciones patógenas que asfixian a su sí mismo verdadero 54 y lo llevan a accionar psicopáticamente como forma de reclamar por sus necesidades básicas insatisfechas, y le reprochan al objeto actual lo que corresponde al objeto primitivo. Dice Winnicott:"Mi experiencia me ha llevado a reconocer que los pacientes dependientes o en regresión profunda pueden enseñarle al analista, sobre la infancia temprana, más que lo que se aprende en el contacto con madres relacionadas con infantes" 55 . Este período es riesgoso para aquel analista que no sepa leer el reclamo escondido en el reproche y para el paciente que puede actuar de modo sado-masoquista, creyéndose más libre pero que, al contrario, se queda más atrapado en este mecanismo. 5. Contenidos psicóticos y conductas psicopáticas Si bien estos contenidos y conductas pueden ser variados tienen características en común porque ambos son formas de accionar sobre el objeto, pulsiones primitivas que quedaron disociadas o escindidas y con las que el Yo no sabe qué hacer. Cuando el paciente presenta una regresión evolutiva, afloran estos aspectos primitivos que se mantuvieron sin desarrollo y que, para lograrlo, tendrán que ser actuados. El accionar psicótico tiene gran fuerza estructurante en relación con el objeto y, nuevamente aquí será necesario que el analista reconozca lo que hay de salud en esta aparente enfermedad. En la evolución favorable, a esta etapa psicótica generalmente le sigue una psicopática en la cual el paciente pareciera hacer o decir todo cuanto le pasara por la cabeza. Esta etapa suele representar un intento de movilizar estructuras estereotipadas que necesitan exteriorizarse en la conducta más que por la palabra. Suelen ser el contenido de núcleos primitivos no desarrollados.Así como nadie diría que las conductas infantiles habituales transforman a un niño en un psicópata, tampoco habría que ver tal psicopatía en estas conductas infantiles, que buscan (mediante su expresión) el desarrollo yoico que estaba detenido. Nuevamente vemos aquí que se trata de una etapa evolutiva en el proceso terapéutico pero también riesgosa porque suele dar lugar a reacciones terapéuticas negativas en la familia, la que puede dar por terminado el análisis. 6. Pérdida de omnipotencia y desimbiotización Otra vez, será necesario que el analista vea la salud tras la aparente enfermedad puesto que, cuando en el paciente disminuye su omnipotencia, aparece un período depresivo en 54 Winnicott D.W.: Los procesos de maduración y el ambiente facilitador, Buenos Aires, Paidós, 1996. 55 Winnicott D.W.: Op. Cit., p.183. 24 el que se mezclan aspectos melancólicos con otros, sanos, de reacción ante la pérdida..El trabajo de elaboración que se pueda hacer de ellos sentará las bases para una individuación e identidad propias. En ocasiones la sensación de vacío es tan grande que el paciente se siente como muerto y, a veces, intenta matarse. Aquí se ponen de manifiesto las gravísimas carencias que este sufriente psíquico padeció. A este período, el Dr. Salomon Resnik (comunicación personal) lo llama depresión narcisista y lo considera sumamente riesgoso para la vida del paciente que, muchas veces, intenta suicidarse al percibir más claramente su realidad, la que le resulta intolerable. García Badaracco dice que el paciente descubre aquí su impotencia por falta de desarrollo de recursos yoicos genuinos. (El crecimiento emocional da lugar a la desimbiotización y genera individuación). De modo que el paciente deberá elaborar el duelo por la pérdida de esa relación simbíótica idealizada. Es entonces cuando se impone la terapia familiar para que el grupo acepte que ya no podrá depositar en el sufriente todo lo indeseable y persecutorio –vale decir, el objeto enloquecedor. Es éste otro momento de riesgo en el que la familia puede intentar la ruptura del tratamiento para volver a la homeostasis anterior. 7. Surgimiento de la espontaneidad y periodo de desidentificaciones Es éste un período que, por momentos, puede parecer discordante ya que surgen emociones intensas, reacciones coléricas o alegría exagerada, emociones que intentan reproducir la situación familiar, o bien hallar un contexto de seguridad para expresarse. La familia no supo antes y no puede ahora tolerar la espontaneidad, y el paciente se asusta de sí mismo. Necesitará descubrir que la violencia de sus fantasías es más destructiva que la realidad de tal violencia expresada en un contexto de seguridad. Paulatinamente, descubrirá deseos de ayudar a los demás y capacidad para identificarse con el sufrimiento ajeno, como forma de ir elaborando lo propio. Verá con asombro que puede enojarse sin desmoronarse por ello. Durante el período de desidentificación es posible que critique el análisis o se exprese con palabras de su analista. Se torna rebelde y acusa a los padres por su padecer pero, si se comprende la verdadera naturaleza de esta psicopatología, jamás se caerá en la tentación de culpabilizarlos. Nuevamente, aquí, podría correr riesgo la continuidad del tratamiento. Superados estos obstáculos, la persona (desidentificada de lo patógeno) comienza a ser para sí mismo, tomando a los padres como son, con sus errores y virtudes, sin creer que se lo abandona o daña por eso. A veces, el paciente puede sentir que perdió mucho: sus objetos enloquecedores, sus delirios, sus actuaciones psicopáticas. En definitiva, su originalidad. Al efectuar el duelo por la enfermedad perdida, se presenta un último momento de riesgo en el proceso terapéutico, con posibilidad de aparición de ideas suicidas. Pero, lejos de perder, ha ganado con el cambio: el romanticismo no irá de la mano de un sufrimiento insoportable; el artista expresará su obra sin necesitarla como descarga 25 compulsiva de situaciones traumáticas; el sentido del humor no se usará para herir sino para compartir una alegría. Luego del arduo, laborioso y, a menudo, doloroso trabajo que representa el análisis; luego de que analista y pacientes fueron haciendo "camino al andar" y abriendo espacios para pensar, en síntesis han desarrollado una salud potencial, difícil de visualizar en un comienzo. Entonces, imagino que, juntos, podrían compartir los versos de Miguel Hernández en "Nanas de la cebolla": ... Tu risa me hace libre, me pone alas, soledades me quita, cárcel me arranca. Tu boca que vuela, Corazón que en tus labios Relampaguea 56 CONCLUSIONES El trabajo psicoanalítico minucioso de estos autores ha jerarquizado la importancia de la clínica tanto como de la metapsicología en un proceso dialéctico e hipercomplejo. Como vimos: “Todo pensador es hijo de su tiempo”. Las posibilidades de comprensión que estos autores hallaron, se vieron favorecidos por la experiencia adquirida durante sus años de trabajo en el hospital psiquiátrico. Lejos de soslayar esta experiencia, más bien la jerarquizaron. El contexto temporal, social y cultural dejó su impronta, su marca, en psicoanalistas para los cuales el arte fue un camino privilegiado. El teatro y la literatura para Green; el piano y la canción para García Badaracco; la literatura para Aulagnier. Para algunos autores, los artistas son detectores, sensores o traductores de los acontecimientos ocurridos en su tiempo, lo que les permiten adelantarse a su tiempo y, de alguna manera, predecirlo. Theodor Adorno, al compartir su punto de vista con W. Benjamín entiende de este modo la tarea del artista como la de un traductor: "Es muy concebible (...) que el lenguaje de la plástica o de la pintura se funde con ciertas formas del lenguaje de las cosas; que, en ellas, se traduzca un lenguaje de las cosas en una esfera infinitamente más elevada" 57 . Estos psicoanalistas pudieron anticiparse al tiempo de su cultura. La Ciudad Luz, brindó un marco de excelencia para la " libertad, igualdad y fraternidad”, lema de 1789 que ha permanecido vigente desde entonces entonces, incorporado al inconsciente de los franceses, a pesar de las diferencias o disidencias 56 57 Hernández, M., Poesía, México DF, Ed. Mexicanos Unidos, 1996, p. 145. Adorno, Th., Sobre la música, Barcelona, Paidós Ibérica, 2000, p. 17. 26 y de las cuestiones fundamentales de cada quien (parafraseando a P. Aulagnier). Pienso que ese espirìtu francés atrajo a los pensadores de otras nacionalidades los que se convocaron en Paris al sentirse identificados por esta manera de pensar. Partiendo de la metapsicología freudiana y fieles al maestro que proponía seguir investigando, así como tomar nuevos caminos para la terapia psicoanalítica, realizaron descubrimientos que posibilitan hoy en día, el abordaje a una población más amplia de pacientes, anteriormente considerados no analizables mediante la técnica clásica reservada inicialmente para neuróticos. Estos pacientes se mostraban pocos capaces para la asociación libre y más dispuestos a tomar las interpretaciones analíticas de manera dogmática transformándolas en “racionalizaciones psicoanalitizadas” (permítaseme el neologismo ), o como enunciados conclusivos que no les permitirìan seguir pensando, al decir de Piera Aulagnier. Con ellos, la máxima freudiana: Interpretar es hacer consciente lo inconsciente, dejaba fuera de su alcance al inconsciente no reprimido pero si expresado y puesto en acto a través de los trastornos del sueño (insomnio pertinaz ), de la alimentación:, bulimia y anorexia, de la sexualidad, de los delirios y alucinaciones y de las hoy llamadas patologías del acto.. Estos autores abrevaron en el pensamiento lacaniano sin sujetarse a un estructuralismo rígido más encerrante que clasificatorio y orientador (especialmente Aulagnier y Green). En la Francia de los grandes literatos y las novelas románticas, en la cual Proust se preguntaba acerca de la subjetividad, expresándose mediante “En busca del tiempo perdido”; en la tierra donde el discurso y la palabra han tenido un sitio privilegiado desde siempre; en la nación que vio nacer, en la Universidad de Nanterre, el mayo francés del 68 revolucionario, bajo el lema: seamos realistas, exijamos lo imposible, estos analistas maestros, pero no de escuela, nos recordaron y nos recuerdan la importancia de reconocer un inconsciente que pugna y pulsa sin cesar reclamando un oyente, un artista, un artesano, un científico. En síntesis, un humano capacitado por sus conocimientos, su historia, sus recursos y su deseo con quien efectuar el encuentro que otrora fuera desencuentro, o tal vez traumatismo del encuentro. En esa situación nueva de espacio-tiempo: el análisis, se irá tejiendo una trama de significaciònes que luego irán permitiendo re-significar, ritmar o musicalizar, según el caso y el estilo personal de cada cual, escenas pasadas que no existieron como tales sino meramente como representaciones pictográficas en un pasado arcaico. Advenirá así otra escena con sensaciones y afectos devenidos en sentimientos y palabras que ya no den cuenta del vacío imposible de llenar… Advenirá así un genuino encuentro, psicoanalítico en todo sentido. Según yo entiendo el análisis, este puede resultar un camino fecundo o una huella en el desierto que desaparece al soplar nuevos vientos… 27 Los seres sufrientes reclaman analistas-caminantes, analistas- peripatéticos , analistas sedentes , pero nunca analistas inmovilizados por el encierro de una teoría defendida como baluarte o como dogma y poco compartida con otros. Los seres sufrientes reclaman analistas capaces de pensar, sentir y practicar el psicoanálisis del siglo XXI para muchos más, si no para todos …al menos provisoriamente.... Deseo agradecer el estimulo constante de las docentes Ana Delia Levin de Said, Isabel Eckell de Muscio y Ana Maria Rumi Souza.