LOS DOS PRIMEROS POEMAS DE EGUREN

Anuncio
L O S DOS P R I M E R O S P O E M A S D E E G U R E N
E g u r e n p u b l i c a sus primeros poemas " R e t r a t o s " y " T a r d e s de
A b r i l " 1 en 1899, con cinco semanas de diferencia. A l a sazón
contaba veinticuatro años. Este hecho plantea u n a interrogante:
¿ l a poesía estuvo ausente en su adolescencia y j u v e n t u d ? E n otras
palabras, ¿no marcaron l a p á g i n a en blanco los signos de su perturb a c i ó n y su q u i m e r a ? D e su p r o p i a d e c l a r a c i ó n 2 , deducimos que
ese decisivo lapso de v i d a y experiencia l o pasó en honda gestación
poética. P o r ello, sus primicias (como pretendemos mostrarlo) tuv i e r o n la sazón justa, u n pleno ele inspiración y sabia factura.
E g u r e n d e b i ó haber llevado, con el m á s absoluto recato, u n a larga
práctica, u n a decantación de léxico y temas, antes de hacer p ú b l i c a
su i n i c i a l escritura poética.
Analicemos, en p r i m e r t é r m i n o , el poema " R e t r a t o s " para probar tal aserción:
Bajo l a débil
dulce cañería,
bajo las ramas
que se cimbrean;
cabe las frondas
que allí retiemblan
anaranjadas
o verdinegras;
en los encajes,
entre las sedas
multicolores
de la floresta;
linfa retrata,
por las acequias,
dos mariposas
E n Lima
ilustrado,
n ú m . 20, 15 de m a r z o d e 1899, y n ú m . 29, 22 de
d e 1899, r e s p e c t i v a m e n t e .
2
" P u b l i q u é a l g u n o s versos e n Lima
ilustrado
y e n Principios,
escribí p o r
ese t i e m p o « J u a n V o l a t í n » , y o t r o s p o e m a s m o d e r n i s t a s " (Variedades,
Lima,
n ú m . 839, 29 de m a r z o de 1924. R e p r o d u c i d o e n Obras completas,
p p . 401-402.
1
mayo
NRFH,
XXIV
LOS DOS PRIMEROS POEMAS DE EGUREN
511
de primavera.
E n l a mañana
que no recuerdas,
sobre el estanque
de grata hacienda;
con los jazmines
de la pradera,
donde renace
la madreselva;
do la frescura
que todo alegra,
las flores abre
cuando navegan;
con el espejo
de linfa bella,
juntas miramos
nuestras cabezas.
Son treinta y dos pentasílabos aspnantados (e-a), d i v i d i d o s en dos
partes equivalentes (16 -\- 16) ; d i s t r i b u c i ó n que obedece a una
voluntad de simetría manifiesta en varios aspectos del poema. Este
metro, dada su brevedad, transporta con leve y ágil r i t m o u n a anécdota que deviene punto menos que i n g r á v i d a .
E g u r e n sitúa espacialmente, desde el comienzo, la primera estancia; se vale para ello de u n a m p l i o abanico prepositivo (bajo,
cabe, en, entre, p o r ) . T r a z a luego con cortas pinceladas caracterizadoras (que evocan el aire l u m i n o s o de u n W a t t e a u , y sus frondas,
encajes y sedas) el paisaje que sabemos real, el de l a H a c i e n d a
C h u q u i t a n t a donde transcurrió su niñez y que tantos y tan significativos rasgos d e j ó en sus poemas posteriores (cf. "Marginar*, de
preferencia). Paisaje descrito mediante voces de contenido rural
(acequia, hacienda), elementos refinados provenientes del m u n d o
rococó y versallesco (frondas, encajes, sedas), y arcaísmos (cabe) y
dicciones de privativo uso poético (linfa, d o ) . Notamos de paso el
verso linfa retrata, personificación en l a que, por paronomasia, se
despierta l a t a m b i é n f l u i d a imagen de ninfa*.
Lo cortesano y l o
campestre, en suma, entretejen su colorida g u i r n a l d a tal como en
la poesía neoclásica de l a que en " R e t r a t o s " no deja de percibirse
cierto i n f l u j o . E l conjunto oscila suavemente como u n p a l i o bajo
el que l a v i d a alienta en su p r i m e r fervor: dos mariposas
/ de
primavera.
D e n t r o de la estructura bilateral del poema, la segunda
parte
8
E n o t r o p o e m a de E g u r e n , " L i e d I X " , hasta hace p o c o i n é d i t o (cf.
O.C., p p . 132-133), s i m i l a r e n t e m a y s e n t i d o a " R e t r a t o s " , a c u d e n u e v a m e n t e
l a s e d u c t o r a i m a g e n : la linfa retrata las, de un día, / bellas, amanies
sombras,
aunque ya adelgazada e i n c o r p ó r e a .
512
NRFH, XXIV
JAVIER SOLOGUREN
responde a la primera con u n a situación temporal: En la
mañana,
llevada a los extremos del o l v i d o (que no recuerdas)
de u n tú destinatario; situación vuelta h u m a n a en consecuencia, para continuarse c o n la evocación del paisaje floral al borde del estanque. L a
l i n f a refleja, nuevamente personificada, ya no dos mariposas
/ de
primavera;
ahora, se dice, juntas
miramos
/ nuestras
cabezas.
Se
ha
producido, pues, u n enlace situacional (por la simetría mariposascabezas) que se constituye así en u n a p r i m e r a y augural sugestión
simbólica.
E l amor se descubre —en adelgazada, sutil presencia— en el discurso del poema. M á s a ú n , es su l a t i d o í n t i m o , y ú l t i m o su insin u a d o dejo nostálgico. E n esa m a ñ a n a , dice el poeta, que no recuerdas, juntas miramos nuestras cabezas. L a experiencia configurada no pertenece al presente, como u n a lectura apresurada podría
hacérnoslo creer; esta experiencia se halla en el pasado y se entrega
como evocación lejana. E l ambiguo miramos
(presente y / o pretérito) queda confinado en una l e j a n í a temporal por obra de una
sencilla acotación: que no recuerdas.
Es de notar la presencia de l a palabra " c a ñ e r í a " (de cañaherla,
con sus variantes cañahierla y c a ñ a h e j a : planta u m b e l í f e r a de flores
amarillas) en cuya sugestiva sonoridad descubrimos el antecedente
de tantas otras, igualmente acariciadoras y extrañas, que constelan
el singular léxico egureniano.
"Retratos", desde su c o n d i c i ó n m i s m a de título, está prefigurando la vertiente pictórica de su creación, tan poética y sugerente
como plásticos y finamente sensoriales son los versos que componen el poema. P r e l u d i a , además, el tono í n t i m o y sentimental, tierno y elegiaco, así como la alusión s i m b ó l i c a y la elusiva referencia
a su entorno que le fueron hondamente propios a su autor.
" T a r d e s de A b r i l " es, como se sabe, el segundo poema que
Eguren publica.
E n Jas tardes de A b r i l , allá en los cerros
felice correteaba tu niñez;
pero ya el viento arrebató la huella
que allí dejara tu menudo pie.
E n las tardes de A b r i l , las enramadas
llenaba de contento tu beldad;
y ahora son mustia, polvorosa selva
adonde tristes los mochuelos van.
E n las tardes de A b r i l , la flor del valle
mecíase en tu pecho con amor:
ya no se encuentra n i vestigio leve
de aquella dulce, cariñosa flor.
NRFH, XXIV
513
LOS DOS PRIMEROS POEMAS DE EGUREN
E n las tardes de A b r i l , bellas palomas
volaban de tu blanco palomar;
del alto corredor las divisabas,
y aquellas aves fenecieron ya.
E n las tardes de A b r i l , la siempreviva
sembramos para emblema del amor:
pasaron esas tardes y el verano
prendió la llama que agostó la flor (6-7).
Corno se ve, el poema está compuesto de cinco cuartetos endecasílabos con rimas agudas en los versos pares. Su estructura es anafórica (En las tardes de Abril
encabeza cada estrofa, partiendo el
e n d e c a s í l a b o en dos hemistiquios de seis y cinco s í l a b a s ) .
C l a r o está que este a b r i l proviene de lecturas (pues corresponde
a la primavera europea; para ejemplo del tópico, baste citar, entre
m u c h e d u m b r e , "entre las flores que el A b r i l despliega" del español N i c a s i o Álvarez Cienfuegos). D e igual modo, el "agosto" del
verso f i n a l tiene obviamente su origen en l a canícula europea (¿Do
estás,
juventud
del
año?
/
Perdióse
en
la
ardiente
fuerza
/
De
agosto) —leemos en el a n ó n i m o poema " E l O t o ñ o " . E n parte
t a m b i é n , pero solo en parte, es literaria l a trasparente melancolía
becqueriana que el poema trasunta. P e r o l o que nos proponemos
mostrar en él es diferente: el há bil oficio del poeta patente en su
ordenado esquema compositivo en el que destacan la exactitud y
congruencia de sus correlaciones. C a d a estrofa presenta dos momentos contrapuestos. Los dos primeros versos evocan hechos y objetos placenteros atribuidos a u n tú (cuartetos 1 a 3: ta niñez,
ta
beldad, tu pecho); los dos últimos, l a m e n c i ó n de su pérdida, de su
e x t i n c i ó n irreversible, bajo las especies de corrección (pero), contraste (y ahora) y negación (ya n o ) . E n los cuartetos 4 y 5 se
mantiene este paralelismo contrapuntístico, mas el t u ya no se da.
E n l a q u i n t a estrofa, el yo del poeta y el tú de la amada se enlazan
en u n nosotros (sembramos) : destino c o m ú n , c o m u n i ó n , que alcanza su dimensión s i m b ó l i c a en l a siempreviva, " e m b l e m a del
amor".
4
" T a r d e s de A b r i l " revela ya l a pertinaz acción de u n sentimiento d e l tiempo por d e m á s característico de E g u r e n en cuya obra
poética l a nostalgia de sus primeros años (Añoro
de mi infancia
las
ilusiones
claras
de la infancia,
["La
capilla muerta",
/ los amores
incipientes,
O.C.,
p.
los que
136];
nunca
vuelan
goces
han
durar
de
[ " M a r c h a fúnebre para u n a marionette", ibid., p, 12], está indisol u b l e m e n t e u n i d a a la v i v e n c i a del agostamiento (Yo tengo una
añoranza
4
de un
triste
E n El aguinaldo
cielo,
para
/ y de una
muerta
rosa en tu alma
el año de 1829, P h i l a d e l p h i a ,
p. 229.
azul
514
NRFH,
JAVIER SOLOGUREN
XXIV
[ " ¡ S a y o n a r a ! " , ibid., p. 14]). H a y algo m á s que observar en este
poema, a la l u z de los que le siguieron; todo aquello capaz de asum i r u n a p l e n i t u d excesiva y agresiva (y el verano / prendió
la llama
que agostó la flor) se convertiría, en el poema egureniano, en fascinante peligro. A l g o cristalino y r e c ó n d i t o se n e g ó siempre en él a
la adultez.
U n notable p r e d o m i n i o d e l vocablo c u l t o y prestigioso (arrebató, beldad, fenecieron, vestigio, agostó, divisabas, m u s t i a ) , que
fue de su preferencia, se da a l a vez con alguna peregrina y encantadora asociación (felice correteaba).
Fenecieron
señala el i n i c i o de
su actitud elegiaca (cf. " L i e d I " , La Comparsa,
La barca
luminosa)
que traduce permanentemente su agudo, obsesivo sentimiento de la
muerte. E g u r e n escribió a l respecto: . . . es incalculable
el valor de
un poeta elegiaco, es, por decir mejor, el verdadero
poeta ( " M o t i vos", O.C., p. 352).
D e l a lectura de " R e t r a t o s " y " T a r d e s de A b r i l " se i m p o n e , pues,
el hecho de l a c o m p a t i b i l i d a d que guardan con el conjunto de su
obra de la que, se ha visto, p r e l u d i a n algunos aspectos sustanciales,
aunque sin alcanzar a ú n la compleja e l a b o r a c i ó n s i m b ó l i c a de l a
parte m á s personal de su creación.
H a b r í a n de pasar diez a ñ o s para que E g u r e n diera nuevas señales p ú b l i c a s de su existencia poética: " E r o e " y " M a r c h a f ú n e b r e
de u n a m a r i o n n e t t e " aparecieron en Contemporáneos5,
l a revista
del siempre recordado E n r i q u e Bustamente y B a l l i v i á n . Solo en
1911 saldrían a luz Simbólicas,
su p r i m e r l i b r o , del que estuvieron
ausentes, sin embargo, " R e t r a t o s " y " T a r d e s de A b r i l " .
JAVIER SOLOGUREN
5
E n los n u m . 2, 15 de a b r i l de 1909 y 5, 1? d e j u n i o de
tivamente.
1909, respec-
Descargar