2 INTRODUCCIÓN Las empresas informativas constan de una doble vertiente en tanto que industrias culturales y agentes socializadores, no obstante es difícil conciliar ambas facetas ante el universo emergente de nuevos medios. Ante la aparición masiva de nuevas empresas informativas el receptor se ha visto envuelto en el centro de una pugna mediática que pretende incrementar su share o sus ventas. A través de estas páginas nos aproximarnos al concepto actual de ‘empresa informativa’ para concretar las características de sus productos y, en particular, de aquellas noticias vinculadas al dolor y al sufrimiento. En primer lugar, recordaremos, la noción de ‘empresa’ y ‘empresa informativa’ así como sus finalidades y funciones sociales; veremos como las noticias, reportajes, entrevistas y otros productos periodísticos adquieren un valor económico en la sociedad actual. En concreto, nos centraremos en el paradigma productivo y competitivo en el que está inmersa la prensa escrita y por extensión otros medios como la radio, la televisión o Internet. A continuación, y circunscribiendo nuestra temática de análisis, pondremos el acento en los distintos géneros periodísticos y en cómo los mass-media nos presentan la realidad a través de la información, la opinión o el entretenimiento. Tras observar la posible interconexión entre la faceta empresarial de los medios de comunicación y su forma de mostrar aquello que acontece a nuestro alrededor nos detendremos sobre aquellos mensajes informativos que versan sobre el ‘dolor’ y el ‘sufrimiento’. Analizaremos cómo tratan los periódicos informaciones sensibles que narran accidentes, catástrofes, atentados o episodios violencia de género, por ejemplo. Lo haremos desde una perspectiva teórica, realizando un acercamiento a distintos códigos deontológicos como el de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), y desde una vertiente práctica indagando sobre las representaciones de sufrimiento que presentan los medios en sus respectivos apartados informativos. A partir de este punto apreciaremos que cuestiones atractivas para la opinión pública, por el interés que suscitan, pueden transformarse en objeto de un espectáculo mediático banal para aumentar las ventas o los índices de audiencia sin reparar en la sensibilidad del doliente o de la víctima. Finalmente, aplicaremos los conceptos anteriores a la cobertura del accidente aéreo de Barajas en agosto de 2008. Veremos como este acontecimiento informativo, que suscitó críticas desde diversos sectores sociales y profesionales, fue el desencadenante para reclamar respeto por las víctimas y por los olientes. Por ello, la FAPE ha mostrado la urgencia de elaborar un dictamen sobre el comportamiento que deben adoptar los periodistas ante este tipo de hechos. De este modo, nuestra investigación bajo el título ‘El dolor como espectáculo mediático. La búsqueda del receptor como perversión: El caso del accidente de Barajas en agosto de 2008’ quedará articulada en cuatro capítulos. 6 CAPÍTULO I: LA EMPRESA INFORMATIVA. FUNCIÓN SOCIAL Y RENTABILIDAD ECONÓMICA En este primer capítulo, ‘La empresa informativa. Función social y rentabilidad económica’, analizamos el término ‘empresa informativa’. Asentaremos las bases estructurales de esta noción y estudiaremos el valor económico de su producto. Veremos como alcanzar el equilibrio economía-función social. 1.1 Definición de empresa Delimitar el concepto ‘empresa’ requiere un recorrido por distintos elementos socio-económicos para ver qué es, cómo se configura y qué persigue. En una primera aproximación el ‘Diccionario de la Real Academia Española’ aporta una descripción técnico-finalista, cataloga la empresa como “una unidad de organización dedicada a actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios con fines lucrativos”1. En esta línea, podemos afirmar que la actividad empresarial radica en ofrecer una respuesta estudiada a la demanda de bienes y servicios de carácter útil y escaso. Identificamos la empresa con una unidad económica de producción vinculada a las personas en su origen, naturaleza y desarrollo y con una meta concreta. La creación empresas y el desarrollo de sus actividades son procesos paralelos a la evolución, deseos y demandas sociales. Los profesores de la Universidad de Murcia Antonio Paños y Pedro Antonio Rojo en su manual ‘Producción periodística’2 señalan otras aristas conceptuales del término, son la dimensión técnica y otra jurídica. Del primer aspecto, el técnico, se desprende la idea de una estructura que explota o produce bienes y servicios. En cambio, al hablar de sus cualidades jurídicas equiparamos la empresa a una sociedad integrada por una o varias personas que ejecutan una actividad. Para configurarse y desempeñar una tarea concreta la empresa consta de una estructura organizada, articulada y racional además de su propio código de funcionamiento y un amplio abanico de relaciones internas y externas cuya finalidad es 1 ESPAÑA. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la Real Academia de la lengua española [en línea]. 22ª ed., octubre de 2001. Disponible en: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=empresa [Consulta: 21-12-2008]. 2 Cfr. PAÑOS ALVÁREZ, Antonio; ROJO VILLADA, Pedro Antonio y MARÍN, Diego (ed.). Producción periodística. Murcia: ICE-Universidad de Murcia, 2005, pp. 14 y 15. brindar bienes y servicios. En otras palabras, la interacción empresa-entorno refleja dos procedimientos primordiales para satisfacer demandas sociales y económicoempresariales; hablamos de la recepción de INPUT y la aportación de OUTPUT. Según el profesor José Antonio Pérez en su libro ‘Gestión por procesos’3 los INPUT son recursos humanos, financieros y materiales que se transformarán en OUTPUT, en un conjunto de productos y servicios. Los catedráticos Eduardo Bueno, Ignacio Cruz y Juan José Durán consideran que “la empresa se asemeja en su evolución a los seres vivos; nace, crece y muere o se transforma. Teniendo que cumplir los mismos requisitos y exigencias de aquellos dentro de su ecosistema o medio ambiente en el que se desenvuelve”4. Otra analogía con los seres vivos es su motor, la finalidad. La empresa, como los individuos, tiene objetivos diarios preestablecidos. Las metas implantadas en la entidad dependerán de las exigencias sociales generando un feed-back entre el sistema social y empresarial. Es preciso abordar la noción ‘empresa’ desde la Teoría General de Sistemas, una metateoría elaborada por el biólogo austríaco Ludwig von Bertalanffy, respaldada en el abstracto término ‘sistema’ y que supera el umbral de las analogías entre distintos fenómenos forjando complejos arquetipos aplicables a las interacciones, procesos o conductas de diversos sistemas. En palabras de Ludwig von Bertalanffy: “Un sistema puede ser definido como un complejo de elementos interactuantes”5. Nuestro objeto de estudio, la empresa, no debe circunscribirse a relaciones sociales externas o internas porque hay otros puntos determinantes como el contexto económico, el entorno y las normas de mercado que rigen las pautas de funcionamiento del sistema empresarial. La empresa es un sistema social, económico y productivo. Es una pieza más del macro cosmos en el que estamos sumergidos integrada por un conjunto de personas que posibilitan la coordinación y el movimiento de su engranaje para satisfacer las peticiones directas o indirectas de los ciudadanos. Reafirmando esta teoría el autor 3 Cfr. PÉREZ FERNÁNDEZ DE VELASCO, José Antonio. Gestión por procesos. 2ª edición. Madrid: ESIC Editorial, 2007, pp. 53 y 54. 4 BUENO CAMPOS, Eduardo; CRUZ ROCHE, Ignacio y DURÁN HERRERA, Juan José. Economía de la empresa: Análisis de las decisiones empresariales.14ª edición. Madrid: Ediciones Pirámide S. A., 1991, p. 21. 5 VON BERTALANFFY, Ludwig. Teoría general de los sistemas: Fundamentos, desarrollo, aplicaciones. Traducido por J. Almela. Madrid: Fondo de Cultura Económica, 1976, p. 57. 8 brasileño, Idalberto Chiavenato, argumenta que la empresa “es una organización social por ser una asociación de personas para la explotación de un negocio y que tiene por fin un determinado objetivo, que puede ser el lucro o la atención de una necesidad social”6. En esencia las empresas poseen una naturaleza configurada por diversos elementos materiales y/o personales que operan acorde con unas pautas, y en ellas cada integrante tiene una o varias funciones asignadas. Asimismo es necesario que cada miembro conozca su empresa y que impere una buena comunicación y coordinación en el sistema. La teoría de Idalberto Chiavenato, acertada pero anquilosada para nuestros días, refleja un único objetivo empresarial; percibir beneficios. No especifica la naturaleza de éstos ya que pueden ser materiales o inmateriales. Las empresas ofrecen conceptos camuflados en sus productos transmutándolos en excusas comerciales, el consumidor no está interesado en el producto sino en lo que éste representa de cara a la sociedad y para lograrlo las empresas optimizan recursos y agudizan el ingenio. Nos explicamos, y lo ejemplificaremos con el spot realizado por NIKE, en concreto NIKE Fotball, en 2008. Hablamos del spot de dicha marca bajo el slogan ‘Take it to the next level’7, un anuncio en el que salen conocidos futbolistas como el holandés Van Persie, y otros no tanto. En él no se vende una zapatilla sino velocidad y rapidez; dos binomios siempre presentes en los productos de NIKE. Algo semejante ocurre con otras compañías como Audi, Danone o Microsoft, para verlo sólo hace falta tirar de archivo publicitario. Las empresas venden conceptos y valores socioculturales, es una consecuencia del proceso de transición del capitalismo al postcapitalimos aventurado por el periodista y pensador Peter Ferdinand Drucker en 1943 adelantándose a los cambios que se producirían en un futuro. Afirmó que: “El verdadero recurso dominante y factor de producción absolutamente decisivo no es ya ni el capital, ni la tierra ni el trabajo. Es el conocimiento. En lugar de capitalistas y 6 CHIAVENATO, Idalberto. Iniciación a la organización y técnica comercial. México: Ediciones McGraw-Hill Interamericana, 1993, p. 4. 7 NIKE. Take it to the next level [spot en línea]. Dirigido por Guy Ritchie. Barcelona-Manchester. 2008. Spot 2 minutos. Disponible en: http://es.youtube.com/watch?v=hy-3QHK7i-Y [Consulta: 29-12-2008]. 9 proletariados, las clases de la sociedad postcapitalista son trabajadores de conocimientos y trabajadores de servicios”8. El recurso económico clave en la empresa es el saber y la innovación porque el conocimiento se plasma en cifras y en rentabilidad, como señala Peter Ferdinand Drucker9 estamos zambullidos la Sociedad del Conocimiento por lo que las empresas requieren personal especializado. Concebimos la empresa como un sistema social, técnico-productivo, económico y jurídico con una estructura articulada, organizada y racional constituida por personas y maquinarias cuya actividad radica en aplicar su conocimiento para satisfacer demandas (materiales o inmateriales) o crear necesidades conceptuales con la aspiración de cubrirlas y obtener un beneficio. La definición la plasmamos en este esquema: Los distintos tipos de empresas son susceptibles de clasificación atendiendo a distintos criterios, Eduardo Pérez en su libro ‘Introducción a la economía de empresa’10 las agrupa según su tamaño, actividad, ámbito territorial de su producción, propiedad y forma jurídica. Atendiendo al sesgo actividad nos embarcaremos en el estudio de la empresa informativa en España. 8 DRUCKER, Peter Ferdinand; BERNAL MORALES, Armando (ed.). La sociedad postcapitalista. Traducido por Jorge Cárdenas Nannetti. 19ª edición. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2004, p. 8. 9 Cfr. Idem. pp. 25-30. 10 Cfr. PÉREZ GOROSTEGUI, Eduardo. Introducción a la economía de empresa. Madrid: Editorial Centro de Estudios Ramón Areces S. A., 2002, pp. 6-8. 10 1.2 Las empresas informativas y el valor económico de su producto Dentro del paradigma empresarial focalizaremos nuestra investigación en las empresas informativas y en el valor de su producto, la información. A grandes rasgos, aseveramos que este conjunto de industrias, integrado por un amplio repertorio de medios de comunicación, pretende acercar la actualidad y la información al ciudadano. Para analizar el concepto lo disgregaremos en ‘empresa’, noción ya estudiada en el anterior apartado, e ‘informativa’. Este último término según el ‘Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española’11 procede del latín, införmare, y su significado etimológico es dar forma a algo. Las empresas informativas captan la realidad a través de las cámaras de televisión, los micrófonos o de sus páginas impresas para ofrecerla al ciudadano. El periodista modela y selecciona aquella parte de lo acontecido que desea mostrar al receptor acorde con su percepción de los hechos y supeditado a la ideología del medio al que sirve. Rosa María Aponte esboza la conexión ideología-empresa informativa en el consorcio mediático Televisa, lo hace en su artículo ‘La construcción de un intento engaño colectivo: Ánalisis del nuevo estilo de gobernar’ en el que subraya que “la ideología aparece como doblemente (pre)escrita. Primero, respondiendo a los intereses del partido oficial, luego a los intereses de quienes la organizan bajo la forma de bienes culturales (Televisa, en nuestro caso)”12. Queda probado que el sesgo ideológico de las empresas informativas conlleva beneficios para políticos y medios; los primeros se lucran de una voz que promulga mensajes positivos sobre su actividad, y los segundos recibirán como recompensa subvenciones o dinero canalizado a través de campañas publicitarias. Es un problema que reclama solución, si la hay. Las empresas informativas necesitan ayudas públicas para sobrevivir en la jungla mediática por lo que acceden a violar económicamente su libertad informativa. Las voces críticas, que por desgracia están mudas, deben alzarse y frenar la situación. Además, como escribe Elisabeth Noelle-Neumann, “los medios suministran a la gente palabras y las frases que pueden utilizar para defender un punto de vista. Si la gente no encuentra expresiones habituales, repetidas con frecuencia, a favor de su punto de vista cae en el silencio; se 11 ESPAÑA. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. op. cit. Disponible en: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=informar [Consulta: 10-01-2009]. 12 APONTE, Rosa María: “La construcción de un intento de engaño colectivo: Análisis del nuevo estilo de Gobernar” [en línea]. Razón y palabra: Políticas de comunicación. Agosto-octubre 1997, nº 8. Disponible en: http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n8/intento.htm [Consulta: 10-01-2009]. 11 vuelve muda”13. Ahora sólo cabe reflexionar: Si las voces disonantes callan y los medios comulgan con la labor de los políticos, de los gobernantes ¿Qué pasará con los gobiernos negligentes? La línea entre los mass-media y el marco político es difusa, el primer y el cuarto poder se enrolan, los ciudadanos enmudecen y otorgan con las gestiones de los gobiernos. La actitud crítica de la sociedad es asesinada y quien nos informa es el primer poder a través de la pluma periodística. La información en tanto que producto apareja un valor económico. Comenzamos con el primer poder: La continúa presencia de políticos en los medios equivale a protagonismo y popularidad canalizada en votos, en definitiva la información equivale a poder para los gobernantes. Seguimos con los medios de comunicación, productores y receptores de información, que al estar ligados a un grupo político o compañía fabrican mensajes positivos sobre la labor de su aliado obteniendo ingresos publicitarios o ayudas económicas. No podemos pasar por alto el valor económico del consumidor para los mass-media ya que pagarán por recibir un servicio y además atraerán anunciantes al medio. Por último evaluamos el valor económico de la información para el ciudadano que pagará una cantidad determinada para leer un periódico o ver un canal de televisión. Parte del valor económico de la información, como explican Dominique Wolton e Isabel Vericat, reside en la audiencia o en el lector que son en última instancia los consumidores potenciales. Ambos escritores concluyen que “no hay información sin público. Si bien los periodistas apenas hablan de ello, por pudor u olvido, su trabajo sólo tiene valor porque está destinado a ser recibido por el público”14. La relación empresa informativa-receptor se apoya en el dinero de forma directa, por ejemplo comprar una revista, o indirecta ya que si la información llega a un gran volumen de espectadores o lectores (en el caso de los gratuitos) se exteriorizará en el medio a través de cuotas de audiencia o lectores. El resultado será el aumento de los ingresos publicitarios. En la empresa informativa, al igual que en otros sectores, la independencia de pensamiento está supeditada a su autonomía económica. Por encima de la libertad de expresión está la libertad económica. Con está teoría pasamos página dejando al 13 NOELLE-NEUMAN, Elisabeth. La espiral del silencio. Opinión Pública: Nuestra piel social. Traducido por Javier Ruiz Calderón. Barcelona: Editorial Paidós Ibérica S. A., 1995, p. 226. 14 WOLTON, Dominique y VERICAT, Isabel. War Game: La información y la guerra. Madrid: Siglo XXI, 1992, p. 42. 12 descubierto la idea romántica del medio libre, el arquetipo de comunicador crítico y presentamos la empresa informativa como una industria productora. En la cara opuesta encontramos diferentes teorías. El catedrático de la Universidad de Navarra, Alfonso Nieto, olvida la dimensión económica y la relación contenido-dinero sugiriendo que “la esencia de la empresa periodística está constituida por el afán de comunicar informaciones e ideas a través de una publicación periódica: La médula de la prensa es su contenido”15. Ante todo, y como venimos reiterando, las empresas informativas persiguen el mismo objetivo que cualquier otra industria: Obtener beneficios económicos aunque a veces esto choca con su función socia. José Ignacio Población y Pedro García-Alonso acentúan certeramente que: “Sólo son empresas informativas aquellas unidades económicas que producen precisamente información (…) en ellas los profesionales dan forma a ciertos acontecimientos insólitos y de interés general, utilizando soportes materiales o tecnológicos, a través de modos que hagan fácilmente comprensible el hecho en cuestión, para que pase así a formar parte del acervo cultural del receptor del mensaje”16. Apreciamos una concepción restrictiva que encasilla los mass-media exclusivamente como productores de información cuando su actividad también se enfoca al entretenimiento y formación. Asimismo arrinconan el matiz persuasivo presente en las empresas informativas y la intencionalidad de todo acto comunicativo. Alejandro Pizarroso justifica la necesidad “de partir del principio de que no existe comunicación social que no implique persuasión”17, es decir el lenguaje va fusionado a unos propósitos respecto al receptor. Los medios de comunicación son un espejo de la sociedad y generan estilos de pensar, de vivir y comportarse impresas en sus mensajes. Es evidente la importancia de su actividad porque como argumenta Arantxa Capdevilla “los medios vehiculan 15 NIETO TAMARGO, Alfonso. La empresa periodística en España. Pamplona: Ediciones Universidad de Navarra S.A., 1973, p. 15. 16 POBLACIÓN, José Ignacio y GARCÍA-ALONSO, Pedro. Organización y gestión de la empresa informativa. Madrid: Editorial CIE de Inversiones Editoriales. S.L., 1997, p. 209. 17 PIZARROSO QUINTERO, Alejandro: “Guerra y comunicación. Propaganda, desinformación y guerra psicológica en los conflictos armados” en CONTRERAS, Fernando R. y SIERRA, Francisco (coords.); et. al. Culturas de guerra. Madrid: Ediciones Cátedra, 2004, p. 19. 13 discursos que influyen en diversos ámbitos sociales”18, sus productos representan y son instrumentos de cambio. Se trata de tendencias que antes o después los ciudadanos reflejarán en sus modos de vida. Así, concebimos las empresas informativas como unidades generadoras de información y entretenimiento, que reflejan la realidad social y son susceptibles de cambiarla, regidas por unos determinados valores ideológicos que se plasman en sus productos persiguiendo un beneficio económico. Las empresas informativas abarcan un amplio abanico de medios de comunicación susceptibles de clasificación según el tema que cubren, soporte, área que alcanzan o su periocidad. Dependiendo del autor los criterios taxonómicos empleados variarán. Nosotros rescatamos la catalogación de Francisco J. Caro19, basada en la propuesta por Alfonso Sánchez-Tabernero en su libro ‘Dirección estratégica de empresas de comunicación’, y prestaremos especial atención al tipo de medio. Siguiendo este esquema focalizaremos nuestro objeto de estudio en los periódicos nacionales pero antes realizaremos una aproximación a las funciones sociales que deben cumplir los medios de comunicación en tanto que configuran y reflejan la realidad social. 18 CAPDEVILLA Gómez, Arantxa. El discurso persuasivo: La estructura retórica de los spots electorales en televisión. Valencia: Universidad de Valencia, 2004, p. 17. 19 CARO, Francisco J. y CEJUDO, José Manuel (ed.). Gestión de empresas informativas. Madrid: McGraw-Hill Interamericana, 2006, p. 35. 14 1.3 Función social de las empresas informativas Los medios de comunicación de masas entran en nuestras vidas a través de la pantalla del ordenador o televisión, de las ondas y de las páginas impresas de diarios y revistas convirtiéndose en elementos indispensables para saber qué sucede a nuestro alrededor. Son elementos socializadores que fragmentan la realidad en sus contenidos supeditados, como ya hemos explicado, a la cultura y a la ideología del medio en cuestión interpretando el mundo. Dentro de esta argumentación encajamos la afirmación de Marcelo López Cambronero, Profesor de la Universidad Católica de Murcia: “Nuestro pensamiento está inevitablemente encuadrado dentro de los márgenes de nuestra cultura, de los relatos a partir de los cuales pensar, y pensar de una determinada manera (…) me es posible”20. Por tanto deducimos que el imaginario social configurado por el sujeto deriva de la acción de un conjunto heterogéneo de agentes sociales y mediáticos. Los mass-media constantemente ofrecen conocimientos que conforman la red cultural social. Por tanto, adquirimos relatos que dejarán impronta en nuestro ethos del mismo modo que lo hará el complejo entramado de fenómenos constituyentes del mundo, relaciones o sucesos. Es posible, subraya Mauro Wolf, que “se llegue a sobrevalorar el papel de la comunicación de masas, como si los otros agentes no pintaran nada o como si los propios media actuarán de manera compacta y monolítica”21. Dicha reflexión nos invita a la sosegada especulación de otros agentes socializadores incontrolables, sobre los que será ardua labor establecer cánones configuradores de la realidad. Sin embargo, nosotros como estudiosos de los media, debemos preocuparnos del cumplimiento de las funciones sociales de éstos en sincronía con el análisis de la heterogeneidad discursos de nuestras sociedades caracterizadas por ser multiétnicas. La periodista Inma Martín Herrera apunta que “los medios de comunicación desempeñan tres funciones útiles para la sociedad: informar, formar y entretener. Respecto a la segunda función (…) sobra decir que los medios son grandes formadores 20 LÓPEZ CAMBRONERO, Marcelo: “Desinformación e información falsa” en AGEJAS ESTEBAN, José Ángel y SERRANO OCEJA, Francisco José (coords.); et. al. Ética de la comunicación y de la información. Barcelona: Ariel Comunicación, 2002, p. 82. 21 WOLF, Mauro. Los efectos sociales de los media. Barcelona: Editorial Paidós Ibérica S.A., 1994, p. 106. 15 de la opinión pública”22. Son muchos los teóricos que, como Inma Martín, destacan la información, formación y entretenimiento como principales cometidos de las empresas informativas en su quehacer diario. A continuación nos detenemos en estos aspectos que son objeto de preocupación epistemológica por la capacidad mediática de configurar y definir una identidad cultural. El primer cometido, informar, abarca la recogida y tratamiento periodístico de datos con una finalidad expositiva ante el público pero ante todo, el informador es un ser social que no puede abstraerse de su condición para convertirse en un mero “observador que anota los hechos y los traduce al lenguaje de la información, de manera que sean eficazmente transmitidos sin perder su carácter de objetividad”23, asegura el Profesor Marcelo López. Esta es la crítica más voraz que los teóricos de la comunicación vierten sobre el periodismo positivista certificando que es imposible la abstracción de toda influencia externa por parte del observador. La propuesta positivista, procedente de la ilustración resulta arcaica para el ejercicio informativo: no consiste en un vínculo sujeto-mundo (entes independientes) como manifiesta el positivismo. Nosotros vamos más allá, estableciendo un lazo mundo-sujeto (entelequias dependientes e interactivas): Por tanto las informaciones periodísticas serán una construcción subjetiva y dependiente de la conexión mundo-sujeto. El tratamiento informativo merece especial atención, de acuerdo con Marcelo López: “La información que recibimos nos construye, y no sólo porque sepamos qué ha sucedido, sino por las formas de vida, las imágenes del mundo que los relatos transportan, y que incluyen el sentido de términos como intimidad, matrimonio...”24. Es importante recapacitar sobre la información que recibimos por su carácter configurador de realidades. El quid del tema reside en cómo construyen los mass-media sus informaciones porque a partir de se creará cultura y el ciudadano cimentará su realidad. Formar o educar. Consideramos que la educación mediática es capital para pequeños y adultos porque parte de nuestra cultura se la debemos a los mass-media. La 22 MARTÍN HERRERA, Inma: “El papel de los medios de comunicación en la imagen social de la discapacidad” [en línea]. Comunicación e cidadanía: Revista internacional de xornalismo social. 2007, nº 1. Disponible en: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2542924 [Consulta: 12-01-2009]. 23 LÓPEZ CAMBRONERO, Marcelo: “Desinformación e información falsa” en AGEJAS ESTEBAN, José Ángel y SERRANO OCEJA, Francisco José (coords.); et. al. op. cit. p. 79. 24 Ídem p. 84. 16 Sociedad de la Información se caracteriza por una avalancha de conocimientos sobre diversos ámbitos que requieren un receptor preparado y educado para interpretar las noticias que ve en la televisión o lee en los periódicos. Para lograrlo es necesario fortalecer la relación educación-comunicación siguiendo los pasos planteados por José Martínez Toda25. En primer lugar hay que integrar la educación y los medios de comunicación, es decir estudiar el y en el medio sobrepasando la frontera teórica. La segunda meta es educar para la comunicación ya que la sociedad de la tecnología de la información ha propiciado múltiples técnicas comunicativas. Y por último, y quizás una de las tareas más difíciles de alcanzar, educar y comunicar para alcanzar objetivos sociales, para luchar por el desarrollo y progreso de los pueblos. Los colegios tienen la obligación de promover la educación para los mass-media y fomentar la comunicación, curiosamente el siglo XXI es la época del apogeo de las nuevas tecnologías informativas pero carecemos de preparación para descodificar sus mensajes. Hay que evitar que las tecnologías avancen y las escuelas se estanquen. Pretendemos por un lado, integrar la educación en los medios y, por otro, que la escuela adopte el reto de educar en y desde las nuevas tecnologías requiriendo la renovación paralela de la filosofía empresarial y del ámbito docente para convertir al sujeto en un logos activo. “Los medios constituyen la cultura principal en la que los niños y jóvenes se desarrollan”26, como afirma José Luis González Yuste por lo que sería fundamental un giro copernicano para la remodelar los media y la escuela. En esta tarea las nuevas tecnologías tendrían que revisar sus fundamentos empresariales y la escuela abandonaría la concepción de los medios como ajenos a la cultura, superándose el modelo fabril e industrial de la escolaridad. Por último profundizamos en la función de entretener vinculada a la diversión y al tiempo libre según los académicos de la Real Academia de la Lengua27. El profesor José María Perceval28 ahonda en las connotaciones etimológicas del concepto marcando 25 Cfr. MARTÍNEZ DE TODA, José: “La responsabilidad de los ciudadanos en el uso de los medios” en AGEJAS ESTEBAN, José Ángel y SERRANO OCEJA, Francisco José (coords.); et. al. op. cit. p. 329. 26 GÓNZALEZ YUSTE, José Luis: “Variables de la educación en comunicación” en PÉREZ TORNERO, José Manuel (comp.). Comunicación y educación en la Sociedad de la Información: nuevos lenguajes y conciencia crítica. Barcelona: Editorial Paidós Ibérica S.A., 2000, p. 179. 27 Cfr. ESPAÑA. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. op. cit. Disponible en: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=entretener [Consulta: 12-01-2009]. 28 Cfr. PERCEVAL, José María: “Medios de comunicación y educación en la Sociedad del Ocio” en PÉREZ TORNERO, José Manuel (comp.). op. cit. pp. 60-62. 17 dos paradigmas culturales; el liberal-consumista, concibe el ocio ligado a la diversión y tiempo de descanso, y el creativo-cultural que incorpora el ocio a la educación. Recuperamos el significado originario de la palabra otium dentro del paradigma creativo-cultural desvinculada del hedonismo para rescatar idea senequista de un ocio adecuado al ser humano y no restringido a lo académico. Para lograrlo las empresas informativas, en tanto que gestoras de tiempo libre, deben superar el encorsetamiento de la perspectiva liberal-consumista y presentar el otium como agente estimulador del desarrollo y formación del ciudadano. Por su parte las escuelas tendrán que borrar la carga semántica negativa del término. El cometido compete a los ciudadanos, maestros, y empresas informativas cuyo ejercicio responde a la creación del periodismo educativo. El tiempo de ocio bien estructurado contribuye al crecimiento del ser humano, de naturaleza compleja e inacabada; abierta a continuas interrelaciones configuracionistas en las que influyen trabajo, ocio y cultura entre otros. De acuerdo con ello ratifica JeanPaul Sartre que “el hombre es lo que se hace”29. Los ciudadanos como entes sociales y comunicativos deben manifestar su derecho a recibir informaciones que inciten su desarrollo, si así lo desean, y sinérgicamente habrá que ofertar educación mediática al ciudadano para desplegar su capacidad cognoscitiva y reflexiva sobre el medio, siendo así cada vez más responsables de sus decisiones y elecciones, informativas, formativas y de otium. 1.4 Cometidos sociales y paradigma competitivo de los periódicos nacionales La primera empresa informativa en la historia de la comunicación son los periódicos fraguados a raíz de los manuscritos periodísticos de la Alta Edad Media según las investigaciones del catedrático Alejandro Pizarroso en su libro ‘Historia de la prensa’30. Los manuscritos compartían espacios públicos con la imprenta y las noticias impresas durante el siglo XVI. Esta incipiente fórmula periodística se renovará y superará la barrera espacio-temporal forjada por la frontera entre actualidad e información. La incursión de Internet, las ediciones digitales y el ciberperiodismo posibilitan que la prensa escrita publique noticias ipso facto. El tercer entorno, como lo 29 SARTRE, Jean-Paul. El Existencialismo es un humanismo. Barcelona: Edhasa, 1999, p. 31. Cfr. PIZARROSO QUINTERO, Alejandro (coord.); et. al. Historia de la prensa. Madrid: Editorial Centro de Estudios Ramón Areces S. A., 1994, pp. 31-54. 30 18 denomina Javier Echeverría31, se convierte en una nueva vía comunicativa para los medios y se transforma en uno de ellos. La historia de la comunicación muestra la evolución paralela de los medios a las necesidades y exigencias sociales adaptando las posibilidades brindadas por las nuevas tecnologías a su rutina diaria. Nos ceñiremos al análisis de los periódicos impresos como medio de comunicación social de masas cuya finalidad es clara: Rentabilizar inversiones y maximizar beneficios. En esta línea, Umberto Eco apunta que “los mass-media, inmersos en un circuito comercial, están sometidos a la ‘ley de oferta y demanda’. Dan al público únicamente lo que desea (…) siguiendo las leyes de una economía fundada en el consumo”32. El contenido debe agradar y atraer al lector, incitarle a comprar un ejemplar y no otro. Los lectores son carne de cañón para las empresas informativas que pugnan por registrar la mayor cuota posible de lectores y conseguir ingresos directos, resultantes del pago por ejemplar, e indirectos derivados del aumento de inversores publicitarios. La relación es evidente: El crecimiento del número de receptores provocará el de anunciantes y por consiguiente, la empresa informativa alcanzará mayores beneficios. Los diarios eran la única vía posible para informarse sobre temas de interés social pero su mercado potencial mermó con el amanecer de las primeras emisoras públicas de radio y televisión. Más tarde aparecería una ingente cantidad de medios audiovisuales de carácter privado. En este contexto, los periódicos españoles se chocan desde principios del siglo XX con enérgicos competidores audiovisuales que captan a las audiencias con productos atractivos, sencillos y gratuitos. Los medios audiovisuales arrebatan a la prensa escrita parte de su mercado potencial y una de sus principales cualidades, señala el profesor Manuel López que “el periodismo impreso pierde el valor de ser el primero en transmitir la noticia al público”33. Los periódicos conscientes de su situación adoptan otro rol informativo, apuestan por profundizar y ofrecer más detalles sobre la actualidad. 31 Cfr. ECHEVERRÍA, Javier. Los señores del aire: Telépolis y el tercer entorno. Barcelona: Ediciones Destino, 1999, pp. 48-56. 32 ECO, Umberto. Apocalípticos e integrados. Traducido por Andrés Boglar. Barcelona: Editorial Lumen S.A., 1968, p. 44. 33 LÓPEZ, Manuel. Nuevas competencias para la prensa del siglo XXI. Barcelona: Editorial Paidós Ibérica S.A., 2004, p. 28. 19 Inmersos en este escenario algunos medios impresos incipientes en la última década como ‘Qué’, ‘20minutos’, ‘ADN’ o ‘Metro’ innovan con la gratuidad informativa sustentando sus ediciones en los ingresos publicitarios, y engendran un nuevo perfil de lector que denominaremos new wave of reader. Hablamos de un receptor que carece de tiempo y que desea estar informado por lo que se nutre de gratuitos, repartidos en puntos estratégicos de la ciudad, mientras se desplaza en autobús o metro. Las circunstancias sociales y mediáticas incitan la aparición de un nuevo grupo de lectores y una forma distinta de hacer prensa escrita; son publicaciones más locales con temas más cercanos al lector. A pesar de los esfuerzos por remontar o aproximarse a las cuotas de audiencia propias de la radio y televisión la prensa escrita no lo consigue. Los datos aportados por la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC)34 correspondientes a su último estudio, de febrero a noviembre de 2008, corroboran que las cifras de lectores de diarios están muy lejos de asemejarse a las de telespectadores o radioyentes, por ejemplo en el año 2008 el porcentaje de lectores de periódicos se situaba en un 41,3 por ciento mientras que las de televidentes eran del 88,7 por ciento. Los periódicos están abocados a la lucha constante contra los medios audiovisuales para ganar lectores, el resultado directo son informaciones (noticias, reportajes o fotografías) que no respetan la intimidad, los sentimientos de los ciudadanos o que no están contrastadas. Hablamos de informaciones basura corrompidas por el germen económico y que incumplen las funciones sociales propias del medio. Hacemos esta argumentación apoyándonos en la prensa y en la actualidad. Atentados, casos de violencia de género, sucesos y un largo etcétera constituyen los principales platos informativos, en definitiva noticias en las que el periodista capta la imagen o el testimonio más escabroso provocando el morbo y el sensacionalismo del receptor. Esto no es un hecho ajeno a la prensa escrita. Del mismo modo que en la pequeña pantalla hallamos formatos trash35, virus que corrompen las funciones propias 34 ASOCIACIÓN PARA LA INVESTIGACIÓN DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN. Datos EGM: Resumen general, febrero a noviembre de 2008 [en línea]. Disponible en: http://www.aimc.es/aimc.php?izq=egm.swf&pag_html=si&op=cuatro&dch=02egm/24.html [Consulta: 17-01-2009]. 35 Cfr. HERNÁNDEZ CÁNOVAS, Encarna. Telebasura y posmodernidad: El desarrollo de los formatos televisivos. Trabajo fin de carrera inédito. Universidad Católica San Antonio de Murcia, Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación, Murcia, 2004, pp. 96-102. 20 del medio como informar, educar y entretener, en prensa también aparecen fotografiados en imágenes como las del 11-M en ‘elpais.com’36, o en historias estremecedoras narradas por ‘elmundo.es’37 sobre los fallecidos en el accidente aéreo de Barajas en agosto de 2008. En la carrera por conquistar al receptor los periódicos adoptan las lacras audiovisuales, de esta forma “se cae en el mismo vicio que se denuncia, eligiendo a la caja tonta como cabeza de turco o chivo emisario al que se acusa de ser la principal responsable de la corrupción periodística”38, mantiene el doctor en Sociología Enrique Gil Calvo. Resulta difícil equilibrar el binomio función social-rentabilidad cuando tras el medio existe una filosofía empresarial sometida a las leyes del mercado y con un amplio conglomerado de rivales. Simultáneamente ese equilibrio es necesario porque los productos, la información, no sólo muestran la realidad sino que también secunda el gusto y el criterio del receptor creando cultura y hábitos de vida. Es difícil, pero no imposible, cambiar los estilos de informar e informarse, es una tarea que deben emprender las empresas informativas, las asociaciones de profesionales y ciudadanos. 36 ELPAIS.COM: “Atentado en Madrid” [en línea]. El País. Madrid, 11 de marzo de 2004. Disponible en: http://www.elpais.com/fotogaleria/Atentado/terrorista/Madrid/396-20/ [Consulta: 17-01-2009]. 37 ELMUNDO.ES: “JK5022, tragedia en Barajas: Los fallecidos” [en línea]. El Mundo del Siglo XXI. Madrid, 29 de agosto de 2008. Disponible en: http://www.elmundo.es/especiales/2008/08/espana/accidente_barajas/seccion_02/ [Consulta: 17-012009]. 38 GIL CALVO, Enrique: “Espejismos mágicos” en GIL CALVO, Enrique; ORTIZ, Javier y REVUELTA, Manuel. Repensar la prensa. Barcelona: Editorial Debate S. A., 2002, p. 18. 21 CAPÍTULO II: ¿QUÉ ES NOTICIA Y POR QUÉ? Delimitado el concepto ‘empresa informativa’, sus funciones sociales y los criterios de rentabilidad acatados por los periódicos españoles afrontaremos el estudio de los géneros en prensa escrita. El desarrollo de las siguientes páginas perseguirá el análisis de pautas diferenciadoras para determinar acontecimientos noticiables. 2.1 Géneros periodísticos en prensa escrita El ‘Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española’ recoge la definición de ‘género’ como “categorías o clases en las que se pueden ordenar las obras según rasgos comunes de forma y contenido”39. Aplicando este enunciado al periodismo deducimos que los géneros aglutinan diversos estilos de expresión acorde con unos patrones preestablecidos. Las taxonomías no son compartimentos herméticos y rígidos sino todo lo contrario, evolucionan y son susceptibles de hibridación por sus raíces literarias. El profesor Lluís Albert Chillón Asensio traza la genealogía de los géneros periodísticos con estas palabras: “Aunque la teoría periodística de los géneros ha sido desde el principio deudora de las disciplinas lingüísticas y literarias, los trasvases de éstas a aquélla han sido a menudo hechos deprisa y corriendo”40. La arcaica tradición literaria implantó categorizaciones agrupando escritos que respondían a un mismo esquema bajo el cartel de ‘género’, en definitiva son arquetipos trasvasados al periodismo y que hoy día se mantienen vigentes. Las raíces de los géneros periodísticos son evidentes pero su paradigma teórico precisa madurar y pulirse para caminar con las exigencias sociales y profesionales. La hibridación no es una amenaza para los géneros periodísticos, es un síntoma de madurez por lo que Luís Albert Chillón Asensio Insiste en el carácter evolutivo de los géneros periodísticos y reivindica la necesidad de entenderlos como elementos vivos propios de una sociedad en continuo movimiento e integrados en el proceso periodístico. Indica que “el Comparatismo Periodístico Literario (CPL) permite considerar los géneros periodísticos como convenciones discursivas sometidas a cambio 39 ESPAÑA. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. op. cit. Disponible en: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=g%C3%A9nero [Consulta: 19-01-2009]. 40 CHILLÓN ASENSIO, Lluís Albert. Literatura y periodismo: Una tradición de relaciones promiscuas. Barcelona: Servicio de Publicaciones de la Universidad Autónoma de Barcelona, 1999, p. 426. permanente en virtud de las transformaciones históricas de las formas culturales de producción y consumo”41. Otros factores que incitan este fenómeno son la capacidad del periodista, su estilo, temática, ideología, y el medio de difusión, entre otros. Subraya Mauro Wolf que las características predominantes permiten encasillar la información en categorías aunque el procedimiento es complejo por la hibridación de géneros: “Hablamos de géneros para indicar modos de comunicación culturalmente establecidos, reconocibles en el seno de determinadas comunidades sociales. Los géneros, según esta acepción se entienden como sistemas de reglas a las cuales se hace referencia para realizar procesos comunicativos, ya sea desde el punto de vista de la producción o de la recepción”42. De esta argumentación se desprende la concepción de géneros periodísticos en tanto que conjunto de reglas compartidas por emisor y receptor para facilitar la identificación de los contenidos mediáticos. Entre medios de comunicación y géneros periodísticos coexiste una retroalimentación muta ya que éstos últimos adquieren unos rasgos concretos dependiendo del soporte informativo. Tampoco podemos interpretar la redacción periodística como una técnica encorsetada y rígida. Los géneros establecen patrones de trabajo y creación preservando su libertad estilística procedente de su herencia literaria. Determina Mariano Cebrián Herreros que “la base de un género es una estructura formal, unas reglas flexibles que cada autor adopta según su personalidad”43. Por otro lado, es indispensable delimitar los términos ‘estilo’ y ‘género’ por su heterogeneidad y para evitar posibles confusiones conceptuales. Revisando el libro ‘Curso general de redacción periodística’, del catedrático José Luis Martínez Albertos44, comprobamos que el estilo remite a la potencia creadora del informador mientras que, el género consiste en moldear la idea sobre el papel. 41 Idem. p. 427. WOLF, Mauro: “Géneros y televisión” [en línea]. Análisi: Quaderns de comunicación i cultura. 1984, nº 9. Disponible en: http://www.raco.cat/index.php/Analisi/article/view/41275/88291 [Consulta: 18-01-2009]. 43 CEBRIAN HERREROS, Mariano. Géneros informativos audiovisuales: Radio, televisión, periodismo gráfico, cine, vídeo. Madrid: Ciencia 3, 1992, p. 16. 44 Cfr. MARTÍNEZ ALBERTOS, José Luis. Curso general de redacción periodística: Lenguaje, estilos y géneros periodísticos en prensa, radio, televisión y cine. 5ª edición. Madrid: Thomson, 1991, pp. 212214. 42 23 Las particularidades de los géneros periodísticos son el factor actualidad y el receptor potencial de la información. Demarca, este teórico, el análisis al periodismo impreso señalando que “los géneros periodísticos son aquellas modalidades de la creación literaria relacionadas con la información de actualidad y destinadas a ser difundidas a través de la prensa escrita” 45 . Siguiendo a este autor46 sugerimos tres grandes géneros en la prensa escrita; información, interpretación y opinión. 2.1.1 La información: Noticia y reportaje objetivo El género informativo, como indica su terminología, aportar datos porque “es el género literario más escueto, más descarnado, más fuertemente ceñido al puro esqueleto del hecho o del acontecimiento que se quiere transmitir”47 según relata José Luis Martínez Albertos. Es el género más próximo a la objetividad teóricamente aunque la praxis corrobora que la información está contaminada por el redactor y la ideología mediática. Este grupo incluye otros subgéneros que son, aclara este teórico48, la noticia y el reportaje objetivo. Estudiaremos las cualidades de la noticia, el reportaje objetivo y entrevista en prensa escrita apoyándonos en distintos expertos. Comenzaremos con la noticia o información. El catedrático y periodista Gonzalo Martín Vivaldi concreta que “es el género periodístico por excelencia que da cuenta, de un modo sucinto pero completo, de un hecho actual o actualizado, digno de ser conocido y divulgado, y de innegable repercusión humana”49. La descripción se ciñe al aspecto formal sin profundizar en las normas de selección, no específica los parámetros que guían al profesional para publicar un acontecimiento y no otro en las páginas de un diario. Noticia es aquello que muestran los medios, en definitiva es “lo que interesa a los periodistas”50 mantiene Pedro Orive Riva al rescatar una cita de Ismael Herráiz. Se aborda la cuestión con un enfoque profesional que focaliza la responsabilidad de configurar la realidad mediática en el redactor. 45 MARTÍNEZ ALBERTOS, José Luis. Redacción periodística: Los estilos y los géneros de la prensa escrita. Barcelona: Editorial A.T.E., 1974, p. 60. 46 Cfr. MARTÍNEZ ALBERTOS, José Luis. op. cit. (1991). pp. 287-382. 47 Idem. p. 288. 48 Cfr. Idem. pp. 287-319. 49 MARTÍN VIVALDI, Gonzalo. Géneros periodísticos. 3ª edición. Madrid: Paraninfo, 1973, p. 335. 50 ORIVE RIVA, Pedro. Estructura de la información periodística: Aproximación al concepto y su metodología. Madrid: Ediciones Pirámide S. A., 1977, p. 145. 24 Otro aspecto susceptible de análisis es cómo se escriben las noticias. Generalmente, la redacción remite al prototipo fotografiado por Manuel López, expresa que son “narraciones frías, con pirámide, respuesta a casi todas las seis preguntas básicas (qué, quién, dónde, cómo, por qué y cuándo) y todo ello con lenguaje frío y conciso”51. Las noticias aportan un mensaje directo, claro y carente de recursos literarios innecesario. Están integradas por el lead o titular, que condensará los datos más relevantes diferenciados tipográficamente y el cuerpo, que desarrollará el contenido y facilitará más detalles sobre lo acontecido. Asimismo en noticias más extensas se podrán incluir otros recursos como sumarios, ladillos o antetítulos. Dentro del género informativo el reportaje objetivo se caracteriza, según José Luis Martínez Albertos52, por un estilo más sosegado, libre y con mayores posibilidades creativas. Es un tipo de reportaje que no consiente juicios de valor ni es apto para el editorial, en apariencia muestra un relato imparcial. El comentarista internacional del canal Chilevisión, Raúl Shor, lo sintetiza con estas palabras: “Un reportaje objetivo garantiza al público un completo acceso a los antecedentes relevantes, en forma precisa y fiel a los hechos, en un estilo imparcial y equilibrado”53. El esqueleto más sencillo del reportaje objetivo, al igual que en la noticia, está compuesto por un lead o titular, y por el cuerpo de la información que aglutina los hechos acatando el esquema de pirámide invertida, es decir, con un orden de importancia decreciente. Su lead, al igual que el de la noticia, persigue captar la atención del lector pero detectamos otras disimilitudes entre las que el consultor Sergio Fernández López destaca la extensión del cuerpo, resalta que “la principal diferencia es su mayor tamaño, que permite al periodista extender y ofrecer un mayor número de datos complementarios que en la noticia”54. Además, se reconoce por la libertad creativa que oferta aunque sujeta a cuatro fórmulas estilísticas propuestas por el catedrático Martínez Albertos55 apoyándose en Carl Warren. Las desglosamos brevemente: 51 LÓPEZ, Manuel. op. cit. p. 88. Cfr. MARTÍNEZ ALBERTOS, José Luis. op. cit. (1991). pp. 301-303. 53 SHOR, Raúl. Historia y poder de la prensa. Barcelona: Editorial Andrés Bello, 1998, p. 233. 54 FERNÁNDEZ LÓPEZ, Sergio. Cómo gestionar la comunicación: En organizaciones públicas y no lucrativas. Madrid: Narcea S. A. de Ediciones, 2007, p. 123. 55 Cfr. MARTÍNEZ ALBERTOS, José Luis. op. cit. (1991). pp. 307-323. 52 25 A) Reportaje de acontecimiento o fact story. Describe hechos simultáneos como observador y de acuerdo con la estructura de pirámide invertida. B) Reportaje de acción o action story. El emisor relata lo acontecido desde dentro respetando la línea temporal. No es muy frecuente y su uso se reserva para sucesos que ocurren en raras ocasiones. C) Reportaje de citas o quote story. Consiste en intercalar palabras textuales del entrevistado y descripciones propiciadas por el periodista. D) Reportaje corto o follow up story. Enfatiza detalles ambientales y de interés humano. A continuación enumeramos diversas modalidades de reportajes: 1) Entrevista. Carl Warren acuña el término reportaje de citas para ofrecer entrevistas cargadas de calor humano. Algunas revistas, sobre todo de corte sensacionalista, deben su éxito a este esquema. 2) Gran reportaje. Son monográficos que nacieron en revistas gráficas, de gran auge en los años 50 y 60, con una magnífica presentación basada en fotografías de especialistas. Gonzalo Martín Vivaldi sostiene que “es una información narrativa orientada según el enfoque personal del periodista reportero” 56. Más tarde el gran reportaje daría el salto a la prensa diaria transformándose en el reportaje en profundidad. 3) Reportaje de investigación. Nace en la década de los 70 logrando su máxima relevancia con la divulgación del caso Watergate, es un periodismo reivindicativo atribuido, por José Luis Martínez Albertos, “a una desconfianza progresiva de los profesionales del periodismo hacia las fuentes informativas convencionales”57. Años más tarde también conquistaría los medios audiovisuales. 56 57 MARTÍN VIVALDI, Gonzalo. op. cit. p. 349. MARTÍNEZ ALBERTOS, José Luis. op. cit. (1991). p. 320. 26 2.1.2 La interpretación: El reportaje interpretativo y la crónica La interpretación es un género híbrido que une, como detalla Rodolfo Paredes, información y comentario. Detalla que “se ubica en una posición equidistante entre el género informativo y opinativo. Si bien no incluye opiniones subjetivas, si presenta cantidad de datos de contexto y visiones contrapuestas (…) para que el lector entienda los hechos”58. El reportero, según el periodista Jaume Vilalta, tiene una función apelativa que “llama la atención del receptor sobre ciertos aspectos y establece asociaciones de idas, pero, en principio, no dice si una cosa es buena o mala según sus criterios subjetivos; no es un obispo ni un juez, sino un testigo”59. El informador, a través de su relato, guía a los lectores para comprender un hecho y se presta a influir de forma directa y profunda en la mente y estado de ánimo de éstos. “El periodismo interpretativo –afirma el profesor de la Universidad de Sevilla, Juan Luis Manfredi- corre permanentemente el riesgo de traspasar la línea y difundir mensajes subjetivos de opinión”60 ya que indaga en las causas y problemas de un suceso concreto distanciándose paulatinamente de la supuesta objetividad periodística; el comunicador se convierte en un demiurgo conductor y generador de opinión social. El académico Juan Luis Manfredi61 fija los orígenes del periodismo interpretativo ligados al periodismo en profundidad, en Estados Unidos, o la denominada, en Europa, prensa de explicación. Atribuye la irrupción de este nuevo género en la década de los años 70, al deseo del periodista de saltar el umbral de la información y ofrecer algo más a la sociedad. Coincide con José Luis Martínez Albertos62 ya que ambos concretan como médula de este género, a medio camino entre la noticia y el enjuiciamiento, el reportaje interpretativo y la crónica. El reportaje interpretativo es una de las variantes más destacadas del ‘Nuevo Periodismo’ que localiza su punto de partida, en concordancia con José Luis Martínez 58 PAREDES B. Rodolfo: “Géneros periodísticos” en LARRAÍN ARROYO, Consuelo y HOTT DAGORRET, Jacqueline. Escribir con estilo. Chile: R.I.L. Editores, 2002, p. 26. 59 VILALTA, Jaume. El espíritu del reportaje. Barcelona: Servicio de Publicaciones de la Universidad, 2006, p. 25. 60 MANFREDI MAYORAL, Juan Luis. Manual de producción periodística. Sevilla: Editorial MAD, S. L., 2000, p. 65. 61 Cfr. Idem. p. 66. 62 Cfr. MARTÍNEZ ALBERTOS, José Luis. op. cit. (1991). p. 329. 27 Albertos63, en un juicio de valor colectivo que concluirá como el lead. La estructura de pirámide invertida del relato informativo pasará a segundo plano renunciando al protagonismo por un planteamiento más agresivo. No consiste en mostrar lo que ha ocurrido hoy, sino en focalizar la atención del receptor en el acontecimiento más importante de la jornada y argumentar el porqué esa información es tan relevante. El orden expositivo y la claridad en el cuerpo del relato serán sustanciales para reforzar la afirmación del lead. Conseguirlo requiere “capacidad de observación de detalles, de reflexión, de análisis y organización y jerarquización de los hechos y datos, para crear el clímax, mantener el interés y dotar de unidad al relato”64 según subraya el catedrático Jesús García Jiménez. La tesis plasmada en el lead, y desarrollada en la narración, se fortalecerá con la conclusión que remitirá al principio, podemos concluir que el texto adquirirá una composición circular evitando la ambigüedad. Los ingredientes de este cóctel periodístico denominado reportaje interpretativo serán, indica Gonzalo Martín Vivaldi65, los siguientes: - Antecedentes. La noticia principal debe contextualizarse y estar apoyada por información complementaria. - Humanizar. Los hechos deben tener sentido y ser cercanos al lector. - Interpretación. Requiere explicar, analizar, dar significado al hecho y reflexionar sobre su posible repercusión en el futuro. - Investigación. Hay que indagar y buscar aquello que la sociedad desconoce. - Orientación. Es acercar el mundo al receptor a través de narraciones. La crónica es identificada con un subgénero híbrido, es decir, “una información interpretativa y valorativa -mantiene Gonzalo Martín Vivaldi- de hechos noticiosos, 63 Cfr. Idem. pp. 337-343. GARCÍA JIMÉNEZ, Jesús. Comunicación interna. Madrid: Ediciones Díaz de Santos S. A., 1998, p. 309. 65 Cfr. MARTÍN VIVALDI, Gonzalo. op. cit. p. 113. 64 28 actuales o actualizados, donde se narra algo al propio tiempo que se juzga lo narrado”66. Esta definición es compartida por el profesor de la Universidad San Pablo-CEU, José Rodríguez Vilamor67, que comprende la crónica como una noticia interpretada, valorada comentada y enjuiciada. Las particularidades de este relato son la objetividad y libertad estilística del redactor no sujeto a patrones informativos preestablecidos, como la pirámide invertida, por lo que puede dejar su impronta periodística en la historia. No hay una técnica rígida de realización, cada uno aplica su propio método, y las posibilidades creativas son tales que algunos informadores se distinguen por su talante narrativo. De acuerdo con esto, defiende José Luis Martínez Albertos que, “el estilo de la crónica ha de ser directo y llano, esencialmente objetivo, pero al mismo tiempo debe plasmar la personalidad literaria del periodista”68 sin rozar el estilo editorializante porque si se abusa de él se caería en el comentario, en la opinión. Este autor ampara la independencia creativa del profesional aunque sincrónicamente propugna que las crónicas “deben ser realizadas de acuerdo con el esquema estructural de los reportajes de acción (o action story)”69. Como establece el profesor Carlos Elías Pérez70 la crónica posee una condición sine qua non que le aparta del reportaje; el cronista tiene que estar en el lugar de los hechos, por ejemplo en la Asamblea Regional, en el estadio de fútbol o en la administración de lotería que vendió El Gordo. Las semejanzas entre ambos subgéneros implican confusión distintiva, a veces generada desde el sector mediático por lo que Rafael Yanes Mesa, doctor en Ciencias de la Información, lo ilustra así: “Algunos periódicos anuncian una ‘crónica de nuestro corresponsal’ cuando se trata realmente de una noticia sin ningún componente interpretativo”71. 66 Idem. pp. 128 y 129. Cfr. RODRÍGUEZ VILAMOR, José. Redacción periodística para la generación digital. Madrid: Editorial Universitas, 2000, p. 341. 68 MARTÍNEZ ALBERTOS, José Luis. op. cit. (1991). p. 348. 69 Idem. p. 349. 70 ELÍAS PÉREZ, Carlos. La ciencia a través del periodismo. Madrid: Nivola Libros y Ediciones, 2003, p. 220. 71 YANES MESA, RAFAEL: “La crónica, un género del periodismo literario equidistante entre la información y la interpretación” [en línea]. Espéculo: Revista de estudios literarios de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Marzo-junio 2006, nº 32. Disponible en: http://www.ucm.es/info/especulo/numero32/index.html [Consulta: 22-01-2009]. 67 29 Otra peculiaridad de este subgénero es su continuidad reflejada en la temática o por la persona que firma la crónica. Este factor fragua una relación de familiaridad entre el cronista y el lector, de tal forma que el receptor es capaz de identificar al emisor por su carácter narrativo. Si repasamos los diarios hallamos varios tipos de crónicas y la taxonomía estará sujeta al criterio clasificador del teórico. En esencia, el poeta y periodista catalán, Lorenzo Gomis, determina que hay “dos clases de crónica: La crónica que cubre un lugar y la crónica que cubre un tema. El periodista (…) está puesto por el periódico para que cuente lo que pasa en el sector que tiene asignado”72. De esta forma discernimos dos grupos; el primero comprende crónicas de lugar desde el extranjero, desde provincias o localidades. Y en el segundo, en función del contenido, podríamos incluir las de sucesos, juicios, o política entre otras. 2.1.3 Opinión y comentario, sus modalidades A groso modo definimos el género de opinión o comentario como aquel que muestra y proyecta configurar un juicio de valor personal sobre un acontecimiento concreto. La catedrática de la Universidad Complutense, Luisa Santamaría, basándose en el concepto ‘solicitación de opinión’ de Dovifat matiza: “La solicitación de opinión es el conjunto de formas de expresión periodísticas destinadas a conseguir la labor de convencimiento y persuasión con vistas a la creación de opinión, que efectúan los medios de comunicación por medio de la fuerza probatoria del pensamiento y de los hechos. Los géneros que en Periodismo están encargados de esta tarea se llaman géneros de solicitación de opinión, géneros de opinión o géneros editorializante”73. Al hilo de esta argumentación “puede decirse que la sección de opinión es la conciencia del periódico. Y que por medio del enjuiciamiento, valoración y adecuada ponderación de los acontecimientos, los medios de comunicación orientan la inteligencia y decisión de sus lectores”74, defiende Juan Luis Manfredi. Este género persigue implantar y mantener unos determinados principios sociales pero también tiene 72 GOMIS, Lorenzo. El medio media: La función política de la prensa. 2ª edición. Barcelona: Editorial Mitre S. A., 1987, p. 51. 73 SANTAMARÍA, Luisa. El comentario periodístico: Los géneros periodísticos. Madrid: Paraninfo, 1990, p. 45. 74 MANFREDI MAYORAL, Juan Luis. op. cit. p. 67. 30 una dimensión informativa. Precisa Christian Doelker75, en su estudio centrado en percepción de la realidad, que los medios tienen una dualidad funcional en tanto que reproductores y comentaristas de ésta. En está línea, el profesor Martínez Albertos revela la necesidad de indagar, junto a los géneros de opinión, en torno a otros con finalidad informativa y puntualiza: “De este montón de trabajos literarios que aparecen en los periódicos hay dos con una específica e inequívoca personalidad informativa: El artículo editorial y el artículo comentario”76. José Luis Martínez Albertos77 aglutina bajo el término ‘artículo’ distintos textos de opinión aunque no versen sobre la estricta actualidad informativa. Engloba bajo el editorialismo dos estilos, el de solicitación de opinión y el ameno. El primero busca convencer mediante: - Editoriales. Son usados por el medio para posicionarse sobre determinadas cuestiones, se adopta el estilo mayestático y se evita hablar en primera persona del singular porque quien suscribe la información es el diario. - Suelo o glosa. Es una llamada de atención, un editorial menor, con estilo desenfadado y muy poco aplicado en la prensa española. - Comentarios o columna. Tiene el mismo cometido que el editorial, procede al análisis y enjuiciamiento, su única diferencia es que, en este caso, el firmante es un único autor. - Críticas culturales. Deben ser informativas con valoraciones positivas y, después, negativas sobre el evento. También tiene que ser respetuosa, precisa y ágil. Estará suscrita, generalmente, por un experto. - Tribunas libres. Son textos de opinión de personas ajenas al medio. 75 Cfr. DOELKER, Christian. La realidad manipulada: Radio, televisión, cine, prensa. Traducido por Michael Faber-Kaiser. Barcelona: Editorial Gustavo Gili S. A., 1982, pp. 54 y 55. 76 Cfr. MARTÍNEZ ALBERTOS, José Luis. op. cit. (1991). p. 363. 77 Cfr. Idem. pp. 366-379. 31 Por su parte el estilo ameno, equidistante entre periodismo y literatura, atiende a cometidos saturados de significación social y cultural: - Ensayo. Comprende cuestiones de divulgación científica como Arte Letras o Ciencia, entre otros, o de corte doctrinal propios de las Ciencias del Espíritu. - Artículo de humor. Algunos periódicos reservan un espacio para ellos y tratan asuntos de diversa índole. - Artículo de costumbres. Es un fenómeno literario del siglo XVIII que se mantiene vigente y aborda distintas temáticas. Destacan, por ejemplo, los artículos de Mariano José de Larra famosos por su tinte crítico respecto a temas sociales, literarios, y políticos. - Artículo de divulgación. Es un híbrido entre el reportaje y el artículo de investigación. - Columnas personales y features. Son espacios libres para escritores famosos. La dicotomía planteada por Martínez Albertos referente al editorialismo es útil para desglosar los subgéneros aunque cuestionada por otros autores como la profesora de la Universidad del País Vasco, Natividad Abril Vargas. Su crítica se cimienta en la semejanza entre la solicitación de opinión y el estilo ameno, a la que nos sumamos, entiende que ambos “expresan opinión; son textos retóricos y, por tanto, persuasivos y lo que les va a diferenciar son los recursos expresivos o retóricos que utilicen para alcanzar el fin que se hayan propuesto”78. En definitiva el objetivo, hablemos de solicitación o estilo ameno, será el mismo; persuadir. 2.2 Seleccionar fragmentos de la realidad y producir noticias En este epígrafe nos ocuparemos de los razonamientos aplicados por los periodistas para establecer qué realidades integrarán los espacios de los distintos diarios. No todo lo que sucede a nuestro alrededor tiene el talante de noticia ni es recogido por los mass-media. ¿Quién decide? ¿Por qué unos acontecimientos concretos configuran la 78 ABRIL VARGAS, Natividad. Periodismo de opinión: Claves de la retórica periodística. Madrid: Editorial Síntesis S. A., 1999, p. 71. 32 actualidad y otros no? La respuesta la aporta Elisabeth Noelle-Neuman con una cita del crítico y filósofo Walter Lippman en la que éste asevera: “Cualquier periódico que llega al lector es el resultado de toda una serie de selecciones”79. El comunicador, en su papel de gatekeeper80, actúa como filtro que observa los eventos más relevantes y delibera cuales configurarán o no la agenda mediática, por consiguiente razonamos que el reportero participa en la constitución del receptor en tanto que persona y ser social. La responsabilidad de proyectar mediante narraciones el entorno recae en el profesional porque “la información -indica Stella Martini- permite a los individuos conocerse y conocer su entorno, organizar su vida en el ámbito privado y participar en la vida pública”81. Los relatos mediáticos, sociales y las experiencias vividas son el soporte de los ciudadanos para interpretar su mundo por lo que el periodista debería concluir con la etapa de mercantilismo político-informativo prestando su pluma al bien común e incitando a configurar ciudadanos conscientes de los problemas y tragedias sociales. ¿La solución? Es complicada, pero sin duda su principio radica en deslindar funciones sociales mediáticas y rentabilidad económica. Es difícil conciliar Ética y rentabilidad económica cuando las redacciones están desbordadas por la avalancha informativa, las prisas y por la urgente demanda empresarial de obtener beneficios. El ritmo de trabajo es duro y en ocasiones, la mayoría de ellas, contra reloj y sin tiempo para reflexionar sobre las posibles consecuencias del producto que devorarán intelectualmente millones de personas. Valorar y decidir qué será noticia requiere un factor primordial y ausente en este ambiente porque la noticia no está integrada sólo por “actualidad, proximidad, consecuencias, relevancia personal, suspense, rareza, conflicto, sexo, emoción y progreso”82, como demuestra José Luis Martínez Albertos recurriendo a Carl Warren. Elaborar información, noticias, precisa profesionales con Ética e implicados socialmente, que apuesten por contenidos enfocados a informar, formar y educar porque “el texto periodístico -mantiene el profesor Daniel Jorques Jiménez- proporciona sentido a la experiencia social habitual que todo ciudadano posee de las cosas, da una 79 NOELLE-NEUMAN, Elisabeth. op. cit. p. 193. Termino acuñado por Kurt Lewin en 1947 en un estudio sobre las dinámicas interactivas en los grupos sociales. 81 MARTINI, Stella. Periodismo, noticia y noticiabilidad. Buenos Aires: Norma Grupo Editorial, 2000, p. 18. 82 MARTÍNEZ ALBERTOS. op. cit. (1991). p. 289. 80 33 apariencia de racionalidad y plausibilidad al flujo aparentemente anárquico de los acontecimientos sociales”83. Debemos suministrar información sobre aquello que sucede a nuestro alrededor y que sea noticiable pero siempre desde el respeto. Ahora bien, ¿Qué es respeto? Respeto es, tratar informaciones delicadas como sucesos, catástrofes o atentados, desde una perspectiva humana pero sin caer en el sensacionalismo. Respeto es, no buscar el testimonio desgarrador. Respeto es, no publicar fotografías de cadáveres o heridos porque no basta con difuminar el rostro. Respeto es trabajar con tacto, no hacer que la sangre, la violencia y el dolor, entre otras muchas cosas, se conviertan en portada. En resumen, no hacer cotidiano lo anormal; no invertir la imagen del mundo. Inmersos en el ritmo diario de trabajo, casi frenético, el editor se ve condenado a la continúa valoración, a decidir qué entra y qué descarta. No hablamos de ciencias exactas y por lo tanto, a priori, no hay pautas estipuladas sobre qué hecho es noticia sino que entra dentro del juego subjetivo de cada profesional. Fijar la noticiabilidad de un acontecimiento implica un juicio, comporta relativismo. Esta, sin duda, es la gran amenaza de la profesión donde todo es susceptible de ser noticia. Lo noticiable está encadenado a aspectos supraindividuales pero no podemos consentir que la subjetividad sea el refugio de la falta de profesionalidad y responsabilidad periodística. Lo noticiable es el espejo, como denuncia el filósofo Alfonso López Quintas, de “lo no cotidiano, lo anormal, lo excéntrico, lo raro y excepcional. Pero sobre todo lo excepcional de signo negativo, porque lo positivo atrae menos”84. Sin duda, este problema ético, filosófico y periodístico conlleva la demanda social de un amplio debate, que presumiblemente tendrá un final abierto. El proceso decisorio es delicado porque, subraya Manuel López, “comporta decidir qué informaciones serán utilizadas como ‘bandera’ del medio para atraer la atención del público y, al mismo tiempo, servirán para popularizar personajes y temas”85. Las noticias tienen que estar apoyadas en informaciones veraces y contrastadas, aquí es donde radica el valor de las fuentes. En este sentido, indica el autor 83 JORQUES JIMÉNEZ, Daniel. Discurso e información de la estructura de la prensa escrita. 2ª edición. Cádiz: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, 2007, p. 171. 84 LÓPEZ QUINTAS, Alfonso. La tolerancia y la manipulación. Madrid: Ediciones Rialp S. A., 2001, p. 105. 85 LÓPEZ, Manuel. Cómo se fabrican las noticias: Fuentes, selección y planificación. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica S. A., 1995, p. 48. 34 que, “la verdad informativa no está en manos de nadie y debemos pensar que ninguna fuente tiene el ciento por ciento de la razón”86, es decir que precisa ser contrastada antes de publicarse. A pesar de que hemos aportado algunas pautas para escoger hechos susceptibles de transformarse en noticia, lo cierto es que resulta inextricable seguir o estipular unas pautas de rigor periodístico cuando el relativismo está implicado en esta tarea. Hay criterios tradicionales para concretar qué es noticia así como su necesidad de atender a la veracidad, contraste, actualidad o noticiabilidad. A ellos, añadimos el respeto y la honestidad informativa. 86 Idem. p. 36. 35 CAPÍTULO III: MENSAJES INFORMATIVOS SOBRE VÍCTIMAS DE ACCIDENTES EN PRENSA. LA ESPECTACULARIZACIÓN DEL DOLOR Y DEL SUFRIMIENTO Analizada la taxonomía de géneros periodísticos en prensa, y concluido que el motor de la selección informativa se ampara en la subjetividad y rentabilidad económica, profundizaremos en la estructura y contenido de relatos periodísticos sobre víctimas. Nos detendremos en el estudio de los conceptos ‘dolor’ y ‘sufrimiento’ para ver cómo los diarios muestran estos temas. Para ello, recurriremos a los códigos deontológicos repasando las pautas que determinan la fabricación de relatos con víctimas. Contrastaremos teoría y práctica observando como la espectacularización del dolor y del sufrimiento ajeno es una herramienta propicia para atraer al receptor con independencia del efecto que estas informaciones produzcan en las víctimas y en su entorno social. 3.1 Delimitación de los términos dolor y sufrimiento Aspiraremos a definir exhaustivamente las nociones ‘dolor’ y ‘sufrimiento’, a pesar de la dificultad que ello entraña, según demuestra el ‘Diccionario de la Real Academia Española’87, y que derivada de su estrecha vinculación conceptual. La palabra ‘dolor’ engloba dos acepciones; una de ellas remite a una sensación molesta, mientras que la otra alude al sentimiento de pena. Los nexos conceptuales se hacen patentes al definir ‘sufrimiento’ en tanto que conformidad con el dolor y la pena. Cabe destacar que ambos términos han sido objeto de análisis por diversas ciencias, entre ellas la Medicina, Psicología o Antropología, entre otras, ya que dolor y sufrimiento son constantes en la historia de la humanidad. Son experiencias inevitables en el largo camino de la vida puesto que a nuestro alrededor se dan situaciones que despiertan estos sentimientos o sensaciones en nuestro cuerpo, mente y corazón. ¿Cómo saber qué es dolor y sufrimiento? ¿Cómo diferenciarlos? La respuesta no es sencilla. El sociólogo Javier Echevarría marca una clara distinción entre los dos, identifica el dolor con “un fenómeno que tiene fundamentalmente raíces biológicas y que afecta a nuestro sistema nervioso”88 mientras que se refiere al sufrimiento como 87 Cfr. ESPAÑA. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. op. cit. Disponible en: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=dolor y http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=sufrimiento Consulta [01-02-2009]. 88 ECHEVARRÍA, Javier. Ontología del lenguaje. México: Ediciones Granica S. A., 2007, p. 132. “las interpretaciones que hacemos sobre lo que nos acontece”89. La solución aportada por este autor es rígida en su delimitación y precisa una reflexión desde la tradición medieval por lo que Juan Fernando Sellés Dauder, profesor de la Universidad de Navarra, en su libro ‘Antropología para inconformistas’ concluye que “el doliente es la persona, no sólo su cuerpo o alguna de sus partes”90. Siguiendo el pensamiento de Juan Fernando Selles nosotros diferiremos dos tipos de dolor; el físico que atenta contra el cuerpo y el espiritual, que ataca a los sentimientos. A pesar de esta categorización ambos presentan un punto de confluencia; el daño, la vulnerabilidad y la violación de la libertad. En este sentido, sugiere el escritor Enrique Anrubia Aparisi, que dolor es “la forma negativa por la que el individuo se sabe sujeto a causas exteriores”91 y sin explicación que le condenan impidiéndole constituirse con plena libertad, de esta forma el dolor cierra la puerta de la inalcanzable felicidad humana sin razón aparente. Otros autores, en cambio, discrepan de nuestra teoría y perciben el problema desde la perspectiva racional. Es el caso del psiquiatra austriaco, Viktor Frankl, que, coincidiendo con el cristianismo, reivindica la capacidad del ser humano para justificar el dolor y la muerte. La profesora María del Mar López Talavera92 rebate dicha postura refutando la idea de encadenar entendimiento y dolor a la razón. Es decir, el sujeto comprende el dolor y el sufrimiento desde la resignación, desde la destreza humana para soportar aquello que nos disgusta. Recordando al filósofo Thomas Hobbes partimos del supuesto que asocia el egoísmo a la naturaleza humana, una conjugación patente al hablar de dolor y sufrimiento. El individuo rechaza el dolor, no lo desea para sí, por ello la cuestión que hace frente al daño, físico o espiritual, es: ¿Por qué a mí? Existen acontecimientos que carecen de respuesta y son injustificables para el ser humano, por ejemplo la muerte de un ser querido. Son estados complejos, difíciles de afrontar ante los que María del Mar López Talavera reitera que “la existencia del 89 Idem. p. 132. SELLÉS DAUDER, Juan Fernando. Antropología para inconformes. Madrid: Ediciones Rialp S. A., 2007, p. 239. 91 ANRUBIA APARISI, Enrique: “El bodegón humano. Un enfoque estético de la antropología del dolor y la enfermedad” en CAYUELA CAYUELA, Aquilino (coord.) y ANRUBIA APARISI, Enrique; et. al. Vulnerables: Pensar en la fragilidad humana. Madrid: Encuentro Ediciones S. A., 2005, p. 151. 92 Cfr. LÓPEZ TALAVERA, María del Mar: “La información sobre el dolor humano. Del morbo al respeto” en AGEJAS ESTEBAN, José Ángel y SERRANO OCEJA, Francisco José (coords.); et. al. op. cit. p. 177. 90 37 dolor no admite una explicación racional”93. El dolor es un sentimiento estimulado por la percepción del mal, por un daño que origina el desprecio humano, es “un fenómeno inmediato, primario y universal, que precisamente por serlo es notorio para todo ser humano, y arduo de dilucidar para cualquiera que lo intente”94 según Jacinto Choza, catedrático de Filosofía en la Universidad de Sevilla. Dolor y sufrimiento no están aislados. El segundo es una continuidad del primero como refleja Roger Bartra, sociólogo y escritor mexicano, que se agarra a las indagaciones del neurólogo portugués Antonio Damasio para demostrar que “al dolor le sigue un estado emocional que se experimenta como sufrimiento. El dolor es una palanca para el despliegue adecuado de impulsos e instintos”95. Florece una relación causal entre ambos por lo que el dolor se hará crónico materializándose en el sufrimiento. Por tanto, el dolor es la fase primigenia del sufrimiento que, por supuesto, no perturba a todos los individuos en la misma medida. Compartiendo esta postura la profesora de la Universidad Antonio Nebrija de Madrid, María del Mar López Talavera, subraya que “el dolor es un estado desapacible y de anormalidad que afecta al sujeto que lo padece. Sufrimiento, en cambio, es la vivencia personal o subjetiva, consciente y desagradable, de esa situación anormal”96. Lo sintetiza así: “Un mismo daño puede afectar y producir dolor a un mismo tiempo a todos y cada uno de los miembros de un grupo, como sucede, por ejemplo, ante los desastres naturales”97. En sintonía con lo anterior deducimos que el dolor, emanado de un daño físico o espiritual, puede alterar a una colectividad mientras que el sufrimiento, expresión máxima del dolor, se soporta individualmente. El punto de confluencia entre ellos reside en su atractivo socio-informativo desde una perspectiva ética y honesta ya que estos relatos pueden herir la sensibilidad de los receptores. 93 Idem. p. 177. CHOZA, Jacinto: “Dimensiones antropológicas del dolor” [en línea]. Anuario filosófico del Departamento de Filosofía de la Universidad de Navarra, 1968-1969. Vol. 10, nº 2, p. 39. Disponible en: http://dspace.unav.es/dspace/handle/10171/1925 [Consulta 05-02-2009]. 95 BARTRA, Roger. Antropología del cerebro: La conciencia y los sistemas simbólicos. México: Fondo de Cultura Económica, 2007, p. 35. 96 LÓPEZ TALAVERA, María del Mar: “La información sobre el dolor humano. Del morbo al respeto” en AGEJAS ESTEBAN, José Ángel y SERRANO OCEJA, Francisco José (coords.); et. al. op. cit. p. 177. 97 Idem. p. 178. 94 38 3.2 Construir noticias sobre dolor y sufrimiento. Teoría versus práctica El dolor y el sufrimiento son piedras angulares de los bloques informativos; atentados, sucesos o accidentes de tráfico, entre otros, componen la realidad mediática. A veces al ojear la prensa sentimos un escalofrío, parece que estamos inmersos en la locura absoluta; parricidas, bombas que un día arrebatan la vida a cientos de personas o brutales accidentes de tráfico. A continuación abrimos los ojos y acto seguido nos preguntamos qué esta ocurriendo. Sentimos que el dolor y el sufrimiento se apoderan de la sociedad adquiriendo cada vez mayor protagonismo en las narraciones periodísticas. Es una realidad que está frente a los medios y que hay que mostrar, pero ¿Lo hacemos del modo correcto? ¿Informamos respetando a las víctimas y a sus allegados? ¿Es ético mercantilizar con personas que han fallecido, con heridos o con sentimientos de personas sumidas en el sufrimiento? Lo ideal, pero inalcanzable de momento, es el equilibrio y para ello se precisa la participación social, gubernamental y empresarial. En armonía con la periodista y escritora Cristina López Mañero mantendremos que dolor y sufrimiento son temáticas de gran calado mediático y de interés público por su repercusión social: “No resulta nada extraño que sea así, si se tiene en cuenta, de un lado, que la información versa sobre aquellos asuntos que les incumben, por lo que el dolor, en cuanto experiencia central en la vida de toda persona, es un asunto cardinal del que necesariamente hay que informar”98. Se establece un feed-back entre los mensajes mediáticos que describen el dolor y el sufrimiento, y aquello que reclama la ciudadanía enmarcado bajo los denominados intereses compartidos. De una parte al receptor le cautiva todo aquello que pueda repercutir en su vida y de otra, los medios tienden a alimentar las demandas generadas por ellos mismos con relatos provocativos, morbosos y alejados de los códigos deontológicos. La profesora María del Mar López Talavera revela que “al ser humano le interesan las informaciones sobre el sufrimiento ajeno en cuanto es consciente de que 98 LÓPEZ MAÑERO, Cristina: “Ética y televisión. El tratamiento informativo del dolor” [en línea]. Palabra Clave. 1997, vol. 2. Disponible en: http://palabraclave.unisabana.edu.co/index.php/palabraclave/article/view/351/485 [Consulta: 06-022009]. 39 puede sufrirlo y afectarle particular e individualmente en algún momento de su vida”99, pero en el paradigma actual la información no se ciñe a catástrofes o sucesos in stricto sensu sino que versa sobre las víctimas: Los heridos, los muertos y sus familias se convierten en protagonistas involuntarios, en ocasiones, incluso se detalla su situación personal. Este escenario despierta nuestra preocupación porque transgrede la intención de humanizar los hechos, en definitiva el derecho a la información y de informar concluye vulnerando la intimidad individual. Así queda corroborada la exigencia de establecer debates que concreten dónde están los límites informativos en las coberturas sobre sucesos. El objetivo no es censurar sino respetar. Los profesionales de la información en España disponemos de códigos deontológicos, como el de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) apoyado en la Constitución Española de 27 de diciembre de 1978, que regulan la actividad periodística. Asimismo los receptores disponen de asociaciones, organizaciones de consumidores, del apoyo prestado por el Defensor del Pueblo y la Justicia, en última instancia, aunque no existen verdaderas movilizaciones sociales por combatir el contenido informativo que consumimos. Sobre todo ello nos ocupamos a continuación. 3.2.1 Regulación de coberturas informativas con víctimas ¿Quién dictamina en España las normas a seguir en coberturas informativas cuando hay víctimas? Es una labor que concierne a ramas del Derecho y a los códigos deontológicos, aunque las medidas adoptadas no parecen muy efectivas; las víctimas continúan en el ojo del huracán. Esta afirmación se respalda, por ejemplo, en las imágenes de portada recogidas por los periódicos el 12 de marzo de 2004, tras los atentados terroristas perpetrados en la red de cercanías de Madrid. Encontramos, a pesar de los esfuerzos éticos y jurídicos, noticias, testimonios y fotografías que reclaman celeridad en la implantación de normas, jurídicas o no, que reivindiquen respeto y sensibilidad ante informaciones con heridos o fallecidos. Los medios, en su afán de lucrarse económicamente, consiguen imágenes impactantes que no se corresponde con lo ético y moral, en este sentido explica el 99 LÓPEZ TALAVERA, María del Mar: “La información sobre el dolor humano. Del morbo al respeto” en AGEJAS ESTEBAN, José Ángel y SERRANO OCEJA, Francisco José (coords.); et. al. op. cit. p. 179. 40 teórico y experto en Semiología Ignacio Ramonet que “los hechos realmente serios suelen ser difícilmente representables en imágenes”100. Nos enfrentamos a un fenómeno con raíces televisivas que se han extendido al ámbito de la prensa. Este virus hace inevitable apelar a la solidaridad y conciencia de los comunicadores que son, en definitiva, quienes configuran los relatos que tienen como fondo el dolor y el sufrimiento. Es primordial regular la actividad informativa aunque Hugo Aznar101, profesor de Ética y Deontología de Ciencias de la Información en el CEU San Pablo de Valencia, anota que esta misión no puede delegarse en el mercado ni en el Estado. ¿Por qué no desde el mercado? El rechazo a esta propuesta estriba en la dimensión empresarial de los mass-media que les arrastra a supeditar su aspecto de servicio público al rendimiento económico, y a concebir la información como mercancía sustituyendo el concepto de público por el de cliente. Ahora, nos ocupamos del segundo supuesto. ¿Por qué no el Estado? El motivo es sencillo, si el control se depositase en el Estado las voces disonantes enmudecerían y la pluralidad informativa quedaría anulada. La libertad de expresión es una particularidad de los medios que entorpece su sistematización. Mantiene Hugo Aznar, refiriéndose al cauce legal, que “esta vía está (afortunadamente) condenada al fracaso, siempre, por supuesto, que se reconozca la libertad a la expresión y de información un valor preferente”102. El conflicto de normalización nace en este punto; en la libertad de expresión e información. Nos explicamos. Ambas libertades se metamorfosean en armas mediáticas arrojadizas ante cualquier intento de regulación concurriendo en la venta de imágenes y testimonios atormentadores. De una parte, corremos el peligro de la manipulación o censura estatal y de otra, los medios gozan, amparados en sus libertades y derechos, de una carta blanca para atentar contra la Ética. Sin duda, es un asunto confuso por la complejidad de hallar la prudencia entre ambos extremos. Todo ello apunta a la primacía de autorregular y demandar que medios y asociaciones de periodistas establezcan comités deontológicos que cooperen con 100 RAMONET, Ignacio. La tiranía de la comunicación. Traducido por Antonio Albiñana. Madrid: Editorial Debate S. A., 1998, p. 91. 101 Cfr. AZNAR, Hugo. Ética y periodismo: Códigos, estatutos y otros documentos de autorregulación. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica S. A., 1999, pp. 34-41. 102 Idem. pp. 39 y 40. 41 especialistas en Derecho, Sociología y comunicadores. Manuel Ocampo Ponce, doctor en Filosofía, alude “al principio de autorregulación, basado en una actitud ética (…) porque es la clave del buen funcionamiento de los profesionales en los medios, y de los medios mismos”103. En este contexto analizaremos el ‘Código deontológico de la FAPE’, seguramente habrá quién cuestionará: ¿Por qué este y no otro? Las razones son variadas. Como justificación inicial cabe destacar que éste es el primer código periodístico en nuestro país, y “vino a llenar -afirma Hugo Aznar- un vacío que hacía de España uno de los últimos países de Europa en contar con un código del periodismo propio”104. Prueba de ello es que países como Suecia disponían de ‘Código ético para prensa, radio y televisión’ desde 1978105 mientras que, en nuestro país dicho texto no vio la luz hasta el 27 de noviembre de 1993 gracias a la FAPE. Otro factor notable es que la redacción fue consensuada por todas las asociaciones de prensa españolas, organizaciones de editores de prensa, radio y televisión así como expertos en Derecho de la Información y en Ética. Además este texto, apoyado en la Constitución Española de 1978, decreta normas éticas para prensa, radio y televisión reivindicando el derecho de los profesionales a condiciones laborales dignas. Nos aventuramos a indagar aquellos artículos que conciernen a la producción de informaciones con víctimas o heridos, pero antes precisamos que el ‘Código deontológico de la FAPE’106 está divido en cuatro partes: A) Preámbulo: Esboza la actividad periodística en tanto que compromiso social para que los ciudadanos disfruten de derechos básicos, como la libertad de información y expresión. No obstante el código se dirige a los profesionales clarificando que “la libertad de expresión y al derecho a la información, está 103 OCAMPO PONCE, Manuel: “Los códigos deontológicos. Historia, necesidad, realizaciones y límites” en AGEJAS ESTEBAN, José Ángel y SERRANO OCEJA, Francisco José (coords.); et. al. op. cit. p. 271. 104 AZNAR, Hugo. op. cit. p. 81. 105 Cfr. PÉREZ FUENTES, Juan Carlos (comp.). Ética periodística: Principios, códigos deontológicos y normas complementarias. País Vasco: Servicio Editorial de la Universidad del País Vasco, 2004, p. 152. 106 Cfr. FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DE PERIODISTAS DE ESPAÑA. “Código deontológico de la FAPE” [en línea]. Madrid. Disponible en: http://www.fape.es/index.php?option=com_content&task=view&id=101&Itemid=120 [Consulta: 07-022009]. 42 sometido a los límites que impidan la vulneración de otros derechos fundamentales”107. B) Principios generales. Fija la obligación, del comunicador asociado, de acatar todos los principios éticos y de profesionalidad, y si los incumple se tomarán las medidas oportunas. El compromiso primordial de los periodistas, según la FAPE, es atender a la verdad y defender la vocación investigadora para difundir mensajes con honestidad pero con salvedades. El informador no debe transgredir el derecho a la intimidad e imagen de los ciudadanos y la intromisión en la vida privada, sin previa aprobación, sólo está justificada si persigue la defensa del interés público. También se solicita tacto informativo con asuntos relativos a la infancia y a la juventud, preservando el derecho a la intimidad de los menores, así como para relatar informaciones sobre dolor o sufrimiento. En relación a estas últimas el texto insta al comunicador a “evitar la intromisión gratuita y las especulaciones innecesarias sobre sus sentimientos”108 y vida privada de aquellas personas ingresadas en hospitales o centros similares. Por otra parte, el informador tendrá que asumir a priori la inocencia de cualquier persona hasta que no se demuestre lo contrario y “deberá abstenerse de entrevistar, fotografiar o grabar a los menores de edad sobre temas relacionados con actividades delictivas o enmarcables en el ámbito de la privacidad”109. En definitiva, el código implorara a salvaguardar los derechos constitucionales y a la cautela narrativa en acontecimientos vinculados a víctimas, menores o personas vulnerables. C) Estatuto. Reconoce preceptos esenciales para garantizar la independencia y equidad del periodista en su trabajo entre los que destacamos, por ejemplo, 107 Idem. Disponible en: http://www.fape.es/index.php?option=com_content&task=view&id=101&Itemid=120 [Consulta: 07-022009]. 108 Idem. Disponible en: http://www.fape.es/index.php?option=com_content&task=view&id=101&Itemid=120 [Consulta: 07-022009]. 109 Idem. Disponible en: http://www.fape.es/index.php?option=com_content&task=view&id=101&Itemid=120 [Consulta: 07-022009]. 43 condiciones salariales dignas, herramientas para poder informar, el derecho a invocar la cláusula de conciencia o el secreto profesional, así como el derecho y deber de recibir una formación actualizada y completa. En el capítulo de obligaciones destaca el cometido mediático de vigilar y controlar la actividad de las administraciones públicas. D) Principios de actuación. Destaca el compromiso de buscar la verdad e informar sobre “hechos de los cuales conozca su origen, sin falsificar documentos ni omitir informaciones esenciales”110 utilizando métodos dignos y asumiendo el derecho ciudadano a no responder sobre determinadas cuestiones. En consonancia con lo anterior, el informador acatará el off the record cuando la fuente así lo decida. Asimismo no está obligado a ser neutral en el relato pero no debe admitir retribuciones o gratificaciones por publicar un contenido concreto, y tampoco utilizará las informaciones privilegiadas en beneficio propio. Repasadas distintas cláusulas del ‘Código Deontológico de la FAPE’ concluimos que abarca una amplia casuística aspirando a dotar la profesión periodística de un modus operandi fundado en la Ética y en informaciones creíbles. Los derechos y compromisos esenciales del código además involucran al empresario en tanto que eje vertebrador de la industria de la comunicación. El texto tiene un distintivo respecto a otros siendo el único que insiste en el derecho del profesional a unas condiciones laborales dignas. El distintivo del mismo es que “no sólo recoge los deberes habituales del periodista -expresa Hugo Aznar- sino que incorpora además aspectos más conflictivos y plantea compromisos y exigencias más amplias que otros códigos similares”111. Cabe remarcar que la cuestión de su cumplimiento plantea incertidumbre porque se forja en el compromiso personal, por ello la FAPE acuerda constituir la Comisión de Quejas y Deontología, un organismo con autonomía competencial, que se encarga de tramitar y emitir resoluciones ante posibles faltas. Es decir, consta de una capacidad de correctivo que “no va más allá de la 110 Idem. Disponible en: http://www.fape.es/index.php?option=com_content&task=view&id=101&Itemid=120 [Consulta: 07-022009]. 111 AZNAR, Hugo. op. cit. p. 85. 44 mera advertencia”112, según expresa la profesora Elena Real. Pero no es suficiente con la Comisión de Quejas y Deontología para que los medios obedezcan las medidas dispuestas en su código. A diario, vemos que no da fruto alguno. A nuestro entender conseguir informaciones éticas precisa un esfuerzo socioperiodístico. Es indispensable, aunque también idealista, que el empresario relegue a segundo plano los intereses económicos anteponiendo a ellos la honestidad periodística. Sin embargo es casi una utopía. Los profesionales sabemos qué imágenes y testimonios demanda nuestro medio y, por desgracia, la mayoría de las veces los editores prefieren una imagen espeluznante a un testimonio ético por su repercusión económica. Por ejemplo, podemos recordar el vídeo que el diario ‘La Verdad de Murcia’ colgó en su página web el 31 de octubre de 2008, en él aparecía un hombre quemándose a lo bonzo. ¿Morbo o información? La respuesta, así como la violación del código, parece evidente. Situaciones como esta animan a la maratón mediática para producir informaciones antagónicas a la moralidad y a los principios éticos. Es fundamental desarrollar un debate socio-profesional en el que participen todos los agentes implicados para fraguar un cuerpo teórico-práctico específico sobre pautas profesionales ante informaciones sensibles, y en particular en las referidas al dolor y al sufrimiento. El consenso entre los grandes grupos mediáticos es la única vía posible para frenar la decadencia de valores. Asimismo es preciso imponer sanciones férreas a los medios que violen el código adoptando conductas inmorales, en concreto nos referimos a sanciones económicas acompañadas de cursos que reactiven la conciencia periodística de tal forma que, medios y profesionales, no reincidiesen en una práctica negligente. Por tanto, elaborar códigos deontológicos no es enumerar procedimientos sobre buenas o malas prácticas sino que consiste en demandar responsabilidades jurídicas y sancionar a aquellos que las quebranten. 3.2.2 Dolor y sufrimiento personificados en las noticias Las noticias continúan derramando sangre del modo más cruel. Muestran el lado más dantesco de la realidad, pero ¿Es necesario faltar a la Ética para elaborar una información? Esta es la cuestión que nos ocupará a lo largo de las siguientes páginas. 112 REAL, Elena: “La Colegiación como eje dinamizador de la Ética y la Deontología Periodística”. En Actas del IX Congreso IBERCOM 2006: Espacio Iberoamericano de Comunicación en la Era Digital celebrado en la Facultad de Comunicación de Sevilla-Cádiz del 15 al 18 de noviembre de 2006. Disponible en: http://alojamientos.us.es/cibercom/pdf/RealElena.pdf [Consulta: 03-02-2009]. 45 Los lectores, los radioyentes y los telespectadores están inmunizados contra el dolor y el sufrimiento ajeno, los culpables son, entre otros, la cotidianeidad y la persistencia de relatos mediáticos e imágenes sin escrúpulos como esclarece el catedrático de la Universidad Complutense, Jesús González Requena113. La posmodernidad periodística ha arrebatado los valores humanos como si de un huracán se tratase y el lector ha quedado insensibilizado ante sucesos, catástrofes o accidentes. No hay imagen o testimonio que altere nuestro statu quo ya que los excesos comunicativos nos hacen invulnerables y los acontecimientos son ordenados desde la más vil perspectiva empresarial. En el engranaje periodístico la espectacularización y dramatización de la realidad han reemplazado a la Ética descubriendo el lado más íntimo de las historias escondidas tras los sucesos. Los límites entre realidad y morbo son incuestionables por lo que el periodista no debe confundirlos, por tanto atender a la realidad no se corresponderá con fotografiar la imagen más deplorable o publicar el testimonio más angustiosos. El buen profesional respeta los derechos de los ciudadanos para los que informa y sobre los que informa. En la cobertura de un caso de violencia de género, por ejemplo, es totalmente extra-informativo fotografiar el cadáver o las caras de los familiares conmocionados. Es prescindible hurgar o hacer conjeturas sobre los hechos: El informador no debe generar más dolor donde ya lo hay. A nuestro entender, y coincidiendo con Miguel Ángel Catalán González, profesor de la Universidad Cardenal Herrera-CEU, éstas son piezas que no aportan nada a la narración de los hechos. Las imágenes, las declaraciones, las palabras y hasta el más minúsculo detalle de una información imploran una selección a priori. Por ello, asegura que, “todas ellas son igualmente verdaderas, tanto elegidas como descartadas”114. La emotividad brota al hablar de víctimas, al identificarnos con los dolientes, pero en función del enfoque narrativo ésta podrá aumentar o decrecer. El periodista tiene que definir su función y asumir que su cometido no es despertar o crear un ambiente emotivo sino informar. En otras ramas de las Humanidades como la 113 Cfr. GONZÁLEZ REQUENA, Jesús. El discurso televisivo: Espectáculo de la posmodernidad. 4ª edición. Madrid: Ediciones Cátedra S. A., 1999, pp. 80-93. 114 CATALÁN GONZÁLEZ, Miguel: “La imagen del dolor. La representación del sufrimiento y la muerte en la información audiovisual” [en línea]. Comunicación & Medios. Nº 6. Disponible en: http://www.robertosuarez.es/cym/teorias/imagen_dolor.pdf [Consulta: 08-01-2009]. 46 literatura o el arte es totalmente legítimo apelar a los sentimientos, a la melancolía y a la ficción mientras que en la tarea informativa son obstáculos a sortear. El debate social, deontológico y mediático se articula sobre qué imágenes fotografiar, cómo acudir a las fuentes o cómo relatar los hechos. La presencia de víctimas en una información contiene una fuerte carga emocional que será mayor o no dependiendo del encuadre periodístico de los hechos. Mediante la selección periodística se puede potenciar un contexto emotivo, un frame115, característico de informaciones con víctimas fragmentado en varios episodios; la imprevisión, la búsqueda de causas y la descripción del dolor y el sufrimiento. En resumen, el comunicador actúa de intermediario entre realidad y receptor enmarcando y describiendo acontecimientos desde su propia experiencia y marco conceptual, además persigue cautivar al lector sustentando las informaciones en valores afectivos. El resultado más inmediato es la confrontación del subjetivismo con la objetividad. Analiza la profesora de la Universidad de Navarra, María Teresa Sábada Garraza que “la respuesta que ofrece la teoría del Framing al objetivismo es negar sus postulados, ya que argumenta que, cuando cuenta lo que sucede, el comunicador encuadra la realidad y aporta su punto de vista”116. Desde esta perspectiva cada información muestra un frame; es decir, un enfoque prefijado de la realidad, producto de una manera de seleccionar los hechos, los personajes, las imágenes o las palabras en las que enfatiza la noticia buscando lo sobrecogedor. Lo que planteamos no es omitir lo que ocurre en nuestra sociedad sino informar éticamente, tarea difícil cuando los periodistas se “sumergen en estos contenidos y compiten profesionalmente por hacerse con las mejores exclusivas y por acceder a la información de mayor solvencia”117. Fabricar noticias, al margen de la temática, es un proceso mecánico. Establecer una analogía es sencillo: El periodista es como un corredor de fondo, el primero busca una exclusiva con la información más dramática mientras que el segundo persigue el podium. Precisamente aquí es cuando el periodismo confunde su finalidad social con la empresarial empecinándose en vender 115 Concepto propuesto por Gegory Bateson en 1995 en el campo de la psicología cognitiva y que más tarde Irving Goffman recondujo a la psicología para en 1974 aplicarlo por primera vez a los medios de comunicación. 116 SÁDABA GARRAZA, María Teresa: “Origen, aplicación y límites de la ‘teoría del encuadre (framing) en comunicación”. Comunicación y sociedad. Universidad de Navarra: Vol. XVI, nº 2, diciembre 2001, p. 159. 117 QUESADA, Montse. El periodismo de sucesos. Madrid: Editorial Síntesis S. A., 2007, p. 207. 47 más y más ejemplares a través del morbo, de la polémica y de la especulación. La competencia mediática y la filosofía empresarial no son excusas válidas para justificar informaciones infundadas, carentes de veracidad, de fuentes y de contraste. Estas actitudes deben repudiarse y más enérgicamente cuando se informe sobre el dolor. La periodista y escritora, Cristina López Mañero, realza la dimensión humana de los acontecimientos por encima de cualquier valor económico o material, por ello ruega que los profesionales, y también a sus empresas, cumplan los preceptos deontológicos: “El dolor es una experiencia humana universal sobre la que hay que informar, pero exige un tratamiento, necesariamente inspirado en la deontología profesional, que respete tanto a quienes protagonizan las informaciones como a quienes las reciben. En definitiva, que respete a la persona y, de forma especial, a los dolientes”118 La noticiabilidad está relegada a los intereses económicos, de está forma el comunicador exprime la realidad revelando sus aspectos más insólitos y atroces. Siguiendo este arquetipo, las empresas informativas, son las encargadas de dotar de explosividad y emotividad a las circunstancias que se transformarán en noticia. Ante este panorama es fácil hablar de decadencia en la prensa escrita, precisa Enrique Gil Calvo que “acepta los vicios que se estilan en los medios audiovisuales y digitales lo que ha generado esta difusa sensación de malestar, por lo que se culpa a todo el sistema de caer por la pendiente de la degeneración periodística”119. El periódico, considerado por los apocalípticos una vía de culto para informarse, ha sido corrompido por el amarillismo supliendo su capacidad investigadora por la búsqueda de la primicia para cada una de sus ediciones. Hay que generar primicias para vender y como consecuencia la empresa informativa se ve en la necesidad de elevar la dosis de sensacionalismo en sus discursos. La consecuencia es la demanda de iniciativa, creatividad y capacidad para transformar un hecho trivial en extravagante, por ello detrás de cada catástrofe, de cada accidente o de cada suceso se dibujan historias humanas. El cometido es captar al lector arrancando su sentimiento de identificación con lo ocurrido, así se estimula su fascinación y se le crea la necesidad de conocer datos sobre las victimas del relato periodístico. 118 LÓPEZ MAÑERO, Cristina. op. cit. Disponible en: http://biblioteca.unisabana.edu.co/revistas/index.php/palabraclave/article/viewArticle/351/485 [Consulta: 08-02-2009]. 119 GIL CALVO, Enrique: “Espejismos mágicos” en GIL CALVO, Enrique; ORTIZ, Javier y REVUELTA, Manuel. op. cit. p. 19. 48 En resumen, nos encontramos en un maremágnum periodístico anti-ético y corroído por la filosofía económica que ha desencadenado en un cambio estructural. La imagen es esta: El periodismo de calidad queda suplantado por la curiosidad. La misión del profesional no es indagar sino encontrar y pintar de excentridad la realidad. Y las noticias no son tal si no hay morbo, si no se incita la curiosidad del sobre los sucesos y ante todo, sobre sus protagonistas, los heridos y los fallecidos. 3.3 El dolor y el sufrimiento ajeno como espectáculo mediático Incidimos en la urgencia de regular la metodología de trabajo de los mass-media por su capacidad para transformar sucesos, accidentes o catástrofes en espectáculos mediáticos. Para ello, realizaremos una breve aproximación al concepto ‘espectáculo’ definido por el ‘Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española’ como una “cosa que se ofrece (…) y es capaz de atraer la atención y mover el ánimo infundiéndole deleite, asombro, dolor y otros afectos”120. A menudo, el espectáculo traspasa el campo del entretenimiento para colarse en apartados informativos trivializando los sentimientos de los dolientes con la única misión de atraer al receptor y alimentar su curiosidad. Los hechos se conviertan en noticia tras ser sometidos a altas dosis de espectáculo, por ello los medios de comunicación buscan imágenes morbosas y testimonios conmovedores para ilustrar sus informaciones, de este modo los media arrebatan la privacidad del dolor y el sufrimiento ajeno para venderlo a través de exclusivas. Los protagonistas pierden su derecho a la intimidad y al honor porque “las informaciones truculentas ilustradas con imágenes impresionantes, se cotizan muy bien de cara al público. (…) Al parecer las audiencias de los medios encuentran un atractivo especial en un suceso sangriento” 121, añade el periodista Carlos Soria. La descorporeización mediática del dolor y el sufrimiento junto al interés social que despiertan las informaciones anexas a estos sentimientos configuran un cóctel perfecto para lograr ingresos fáciles. En esencia conforma un nuevo discurso narrativo que corroe los valores axiológicos otorgando supremacía a la lógica narcista del 120 ESPAÑA. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. op. cit. Disponible en: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=espect%C3%A1culo [Consulta: 10-012009]. 121 SORIA, Carlos. El laberinto informativo: Una salida ética. Navarra: Ediciones Eunsa, 1997, p. 216. 49 espectáculo como medio para alcanzar el éxito económico. El resultado, como indica Pierre Bourdieu, son “productos sin refinar (...) para satisfacer una necesidad de voyeurismo y de exhibicionismo”122. El nuevo discurso mediático cubre con un velo narcisista informaciones especialmente delicadas provocando la fisura de los valores axiológicos y poniendo en contacto al ser humano con su lado más deplorable. La realidad se pone al desnudo marcada por el dramatismo y el morbo, es decir se concreta en un mensaje más próximo a la chabacanería que a la información. Los medios de comunicación han incluido en su quehacer diario la grabación de la muerte, del hambre o la miseria extirpando al dolor y al sufrimiento su esencia compasiva y transformándola en elementos de regocijo social. La nueva oferta de consumo mediático, basada en la catástrofe, ha promovido la reacción de la ciudadanía pero, curiosamente, observamos que el número de críticos pasivos e inactivos es mayor que el de activistas. Es decir, se reprocha el nuevo arquetipo mediático pero no se actúa para cambiarlo, en realidad estamos frente a una postura postmoderna del consumidor dramatizado. Añade el periodista y escritor Vicente Verdú que, “gracias al espectáculo del sufrimiento humano, el espectador recibe una dosis de dolor que actúa como lenitivo para la mala conciencia; o que le afecta sin dañar a penas su bienestar y le concede relente de humanitarismo solidario que embellece su autoestima”123. Sin espectáculo no hay información. Las portadas y noticias de apertura de los informativos suelen estar asentadas en sucesos violentos presentados con imágenes raudas, emotivas y sensacionalistas. La reflexión ha sido relevada por la imagen y prueba de ello es que “poco a poco -asegura Ignacio Ramonet- se va extendiendo la idea de que la importancia de los acontecimientos es proporcional a su riqueza de imágenes”124. El espectáculo mediático engendra un giro copernicano en el que las palabras están oprimidas por la imagen y a la capacidad que ésta posee para sorprender al receptor. De un modo análogo el periodista prima la forma al fondo, es decir “tienden a poner mayor énfasis en el aspecto exterior del acontecimiento, en la anécdota, el escándalo y la acción (…) que en las ideas o en las explicaciones”125, añade Ignacio Ramonet. 122 BOURDIEU, Pierre. Sobre la televisión. Barcelona: Anagrama., 1997, pp. 69 y 70. VERDÚ, VICENTE. Yo y tu, objetos de lujo: El persionismo, la primera revolución cultural del siglo XXI. Barcelona: Nuevas Ediciones de Bolsillo, 2007, p. 166. 124 RAMONET, Ignacio. op. cit. p. 23. 125 Idem. p. 91. 123 50 La competitividad es voraz por lo que las empresas informativas están más inquietas por atraer y distraer que por cumplir con su función social. El afán es captar al receptor, vender y adquirir beneficios por lo que la capacidad de análisis informativo queda relegada al espacio individual de cada cual. En definitiva, espectacularizar es hacer mensajes atractivos y “para atraer a los saturados espectadores hay que ofrecerles lo nunca visto del más difícil todavía, rizando el rizo del escándalo provocador”126, añade Enrique Gil Calvo. Esta perspectiva empresarial encargada de espectacularizar la realidad concibe como buen profesional a aquel que es capaz de revelar a la sociedad el acontecimiento más insólito, aquel que es capaz de apoderarse de una filtración, o capturar una imagen grotesca. Ser buen periodista ya no es sinónimo de saber contar historias, es saber seducir, saber fidelizar al público y la mejor fórmula de hacerlo es a través de la vida íntima de los otros y con informaciones superfluas y emotivas que banalizan el dolor y el sufrimiento ajeno. 3.4 El receptor tiene sentimientos Producir informaciones sobre dolor y sufrimiento precisa una capacidad especial del comunicador para empatizar con el dolorido y con el doliente. El periodista tiene que ser estricto en la selección y exclusión de información en la cobertura de eventos en los que están implicados la muerte o el dolor. El inconveniente es que esto no siempre es así, y este tipo de noticias, elaboradas sin ningún pudor, pueden originar o incrementar la angustia de los lectores como consecuencia de su falta de Ética. Tiene que ser horroroso para una madre, por ejemplo, reconocer a su hijo muerto por el color de las zapatillas en un informativo o en una fotografía de prensa. Por ello, la obligación de los receptores es defender sus derechos para atajar la deshumanización periodística hacía este tipo de acontecimientos evitando que los medios lejos de brindarles información les desinformen. La reacción post-informativa del sujeto está supeditada al modo, tono y recursos empleados para trasladar el mensaje a los ciudadanos, por eso “la calidad de la respuesta 126 GIL CALVO, Enrique. El miedo es el mensaje: Riesgo, incertidumbre y medios de comunicación. Madrid: Alianza Editorial S. A., 2003, p. 282. 51 -asegura Paco Lobatón- es una consecuencia directa de la calidad de la propuesta”127 sujeta a factores externos como son la cercanía con lo acaecido y con las víctimas, la personalidad, las creencias, la profesión o el contenido, entre otros. Entonces deducimos que un mismo mensaje motivará distintas reacciones en función de las cualidades de los receptores. Es imposible generar un sentimiento común por lo que este complejo marco “manifiesta, de un lado, la singularidad de cada persona, y, de otro, el reto que implica para los informadores”128 apostilla Cristina López Mañero. El comunicador después de realizar su cobertura informativa tiene que crear una información adecuada a cualquier tipo de público, que sea entendible y que no hiera sensibilidades. Esto es difícil, aunque no ideal. Entre los lectores, telespectadores y radioyentes podemos distinguir cuatro grupos: 1) Implicados: Individuos víctimas de un suceso o heridos. 2) Dolientes: Familiares o círculos muy próximos a los implicados. 3) Conocidos: Personas cercanas a los dolientes como pueden ser vecinos o compañeros de trabajo, entre otros. 4) Ajenos: Como su denominación indica son aquellos que no tienen ningún tipo de vínculo afectivo con todos los anteriores. La información sobre el dolor es excesivamente alarmista o sensacionalista por lo que el periodista está obligado a prever sus consecuencias sobre el ciudadano, en general, y sobre el ya debilitado doliente, en particular. La respuesta de los dolientes ante una misma noticia puede ser muy aleatoria, puede ir desde el odio hasta la más absoluta cooperación. En este sentido, María del Mar López Talavera129 argumenta que la imagen del dolor puede irritar a quienes sufren en el ámbito privado, es decir, los dolientes, o por el contrario puede tener efectos paliativos actuando como vía de escape. En cualquiera de los dos supuestos el comunicador debe tener una habilidad especial para acercarse a los familiares de las víctimas y extraer cuidadosamente datos que plasmará en una noticia apoyada en la veracidad y honestidad. A veces también puede suceder al contrario; son los dolientes los que aportan información o fotografías al 127 LOBATÓN, Paco: “Dolor e información”. Comunicación y sociedad. Universidad de Navarra: Vol. VII, nº 2, junio de 1994, p. 38. 128 LÓPEZ MAÑERO, Cristina. Información y dolor: Una perspectiva ética. Navarra: Ediciones Eunsa, 1998, p. 91. 129 Cfr. LÓPEZ TALAVERA, María del Mar: “La información sobre el dolor humano. Del morbo al respeto” en AGEJAS ESTEBAN, José Ángel y Serrano Oceja, Francisco José (coords); et. al. op. cit. pp. 182 y 183. 52 comunicador para crear un reportaje o una información complementaria porque piensan que su dolor puede ayudar a otros. En ambos supuestos el comunicador no debe aprovechar la fragilidad de sus fuentes utilizándolas en beneficio propio “para publicar una exclusiva o una información sensacionalista”130, añade María del Mar López Talavera. En este apartado también es imprescindible reflexionar sobre la incidencia de flashes o cámaras de televisión en funerales o en actos íntimos de los dolientes ya que estos pueden resultar muy molestos, cuando lo noticiable del suceso no son las lágrimas o los desmayos propios del momento, sino el cómo, dónde, cuándo y por qué. Además las imágenes de dolor y sufrimiento provocan efectos colaterales e inconscientes, en algunos casos, en personas ajenas a la catástrofe o suceso. La sociedad es muy sensible a historias relacionadas con la muerte y más aún, si cabe, cuando está presente el factor proximidad. Las interpretaciones periodísticas del mundo y las percepciones del receptor sobre éstas tienen un carácter individual, aunque es notable la transcendencia de las informaciones mediáticas en la constitución de cada realidad particular. En este sentido el periodista Víctor Francisco Sampedro Blanco rescata a Philipsen afirmando que, “las identidades individuales son negociadas a través de procesos interpersonales y mediáticos, que también generan y revelan la existencia de una comunidad basada en un conjunto de premisas culturales”131. Muestra de ello es la repercusión que tienen, sobre todo, las catástrofes masivas en la conciencia ciudadana, por ejemplo, tras los atentados del 11-M o después del accidente aéreo de Barajas, en agosto de 2008, muchas personas manifestaban su temor a usar estos medios de transporte. Por otro lado, curiosamente, la muerte se trivializa cuando los medios de comunicación se hacen eco de algunos apartados del contexto internacional, como puede ser la situación en la Franja de Gaza. El receptor se implica con informaciones de su entorno mientras que el sufrimiento ajeno le resulta indiferente. El ciudadano está acostumbrado a ver a diario imágenes de conflictos bélicos que se han deshumanizado por la desinformación periodística. Nos referimos a informaciones basura o imágenes 130 Idem. p. 183. SAMPEDRO BLANCO, Víctor Francisco: “Identidad y medios nacionales en la diáspora” en SAMPEDRO BLANCO, Víctor Francisco (ed.). La pantalla de las identidades: Medios de comunicación, políticas y mercados de identidad. Barcelona: Icaria Editorial S. A., 2003, p. 34. 131 53 donde se muestra el rostro de personas que han fallecido, en definitiva un cuadro carente de Ética informativa que precisa, como ya hemos apuntado, una regulación drástica para soslayar, al menos en el marco nacional, la publicación de contenidos atroces. Las víctimas y sus familiares se merecen un respeto por lo que es urgente la implicación social y mediática en esta tarea. Con independencia de la proximidad el dolor debe afrontarse con respeto periodístico y desde la Ética. Es patente la necesidad de proteger la privacidad de los afectados por catástrofes o tragedias pero, como afirma Cristina López Mañero, es complicado porque “las cifras de audiencia en los programas que difunden este tipo de informaciones parece contradecir lo anterior”132. En definitiva, se ataca la espectacularización del dolor y del sufrimiento pero mientras que sea ajeno, mientras que no nos afecte, lo consumimos ya que satisface nuestra curiosidad. 132 LÓPEZ MAÑERO, Cristina. op. cit. (1998). p. 97. 54 CAPÍTULO IV: LA COBERTURA PERIODÍSTICA DEL ACCIDENTE AÉREO DE BARAJAS EN AGOSTO DE 2008, UN LLAMAMIENTO A LA REGULACIÓN INFORMATIVA Delimitados conceptos preliminares los aplicaremos a un caso práctico, el accidente aéreo de Barajas en agosto de 2008, para ello repasaremos la cobertura informativa que recibió dicho suceso en los diarios nacionales con mayor número de lectores; ‘El País’ y ‘El Mundo del Siglo XXI’. Comenzaremos esta reflexión profundizando sobre el contexto, es decir, qué paso, cómo, dónde y cuándo, para trazar un recorrido analítico circunscrito al tratamiento informativo de este hecho. A lo largo de estas páginas también daremos cabida a las voces críticas, a los detractores de las informaciones publicadas en torno a este acontecimiento, y recogeremos la posición de la FAPE en tanto que solicitante de un dictamen sobre coberturas periodísticas que afrontan temáticas como el dolor y el sufrimiento. 4.1 Contexto del accidente aéreo de barajas en agosto de 2008 Si por algo recordamos el verano de 2008, desgraciadamente, es por el accidente ocurrido en la nueva terminal T-4 de Madrid-Barajas al estrellarse un avión de la compañía Spanair, integrada en el grupo SAS, inmediatamente después de elevarse. Fue un miércoles 20 de agosto cuando este hecho sorprendió a todo el país: El vuelo JK5022 de Spanair, un Mc Donell Douglas (MD-82), después de realizar varias pruebas de despegue lo conseguía una hora más tarde de lo previsto. En total murieron 154 de sus 172 pasajeros, según el diario ‘El País’133. El JK5022 tenía programada su salida a las 13:20 horas con destino a Las Palmas de Gran Canaria aunque la operación fue abortada al detectar el piloto un problema, entonces el avión fue revisado por técnicos de la compañía y emprendió de nuevo su viaje a las 14:23 horas y con el tanque repleto de combustible, en concreto 12 toneladas de queroseno. Minutos más tarde, a las 14:25 horas el Teléfono Único de Emergencias de la Comunidad de Madrid “recibió el primer aviso de que había una columna de humo en Barajas”134, según ‘elmundo.es’. Este mismo diario135 apuntaba, 133 Cfr. EL PAÍS: “El avión de Spanair despegó con retraso por un problema técnico”. El País. Madrid, 21 de agosto de 2008, núm. 11.391, p. 8 134 ELMUNDO.ES: “¿A qué hora ocurrió exactamente el accidente?” [en línea]. El Mundo del Siglo XXI. Madrid, 21 de agosto de 2008. Disponible en: http://www.elmundo.es/elmundo/2008/08/21/espana/1219342774.html [Consulta: 07-12-2008]. coincidiendo con otros periódicos nacionales, ente ellos ‘El país’, como primera y posible hipótesis un incendio en el motor izquierdo del avión. En esta imagen publicada en la edición digital de ‘elmundo.es’136 mostramos el modelo de avión en el que viajaban 172 pasajeros, la mayoría de ellos españoles aunque también había ciudadanos de otras nacionalidades. Este periódico137 explica que inmediatamente se interrumpió de forma temporal el tráfico aéreo hasta las 16:00 horas que se reanudó, aunque el fuego no fue sofocado hasta media después. Las llamas complicaron las labores de rescate y quemaron varias hectáreas de matorrales. En las tareas de salvamento participaron 380 sanitarios, 170 policías y 70 bomberos. Tras horas de incertidumbre y trabajo el número de víctimas mortales y heridos no se sabía con exactitud, en las distintas cadenas de televisión y 135 ELMUNDO.ES: “La tragedia aérea de Barajas se salda con 153 muertos y 19 heridos, varios de ellos graves” [en línea]. El Mundo del Siglo XXI. Madrid, 20 de agosto de 2008. Disponible en: http://www.elmundo.es/elmundo/2008/08/20/espana/1219237335.html [Consulta 12-12-2008]. 136 Idem. Disponible en: http://www.elmundo.es/elmundo/2008/08/20/espana/1219237335.html [Consulta 12-12-2008]. 137 Idem. Disponible en: http://www.elmundo.es/elmundo/2008/08/20/espana/1219237335.html [Consulta 12-12-2008]. 56 radio las cifras oscilaban. Finalmente los datos oficiales se comunicaron pasadas las 22:00 horas, el Gobierno de España confirmó que había 153 fallecidos y 19 heridos, graves y muy graves, ingresados en seis hospitales de Madrid, de acuerdo con la información facilitada por ‘El País’138. Al lugar de los hechos se desplazaron familiares ansiosos de tener noticias, políticos y periodistas para conocer lo que había ocurrido aunque no se sabría hasta meses posteriores. El motivo de este siniestro no se reveló el 9 de octubre de 2008 que la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) publicó oficialmente el informe preeliminar sobre las causas del siniestro. En él puede leerse que “durante todo el periodo comprendido entre la puesta en marcha de los motores en la posición de aparcamiento R11 y el final de la grabación DFDR, los valores registrados de deflexión de flaps fueron de 0º”139. Esto, significa que los flaps, una parte básica para el despegue de la aeronave ubicado en superficie de la parte trasera de las alas, no se desplegaron. También se desprende de la investigación que “durante todo el recorrido de despegue y hasta el final de la grabación del CVR, no se registró ningún sonido relacionado con el sistema de advertencia de configuración inadecuada para el ascenso (TOWS)”140. Es decir, el sistema de alarma TOWS no funcionó por lo que el piloto partió con los flaps replegados sin saberlo. No obstante, señala el texto que “la vibración de palanca de control se activó a las 14:24:14 horas y en la cabina sonaron alternativamente en tres ocasiones la bocina y la voz sintética anunciando la condición de pérdida aerodinámica”141. 138 Cfr. EL PAÍS: “El avión de Spanair despegó con retraso por un problema técnico”. El País. Madrid, 21 de agosto de 2008, núm. 11.391, pp. 7-9. 139 ESPAÑA. MINISTERIO DE FOMENTO. Informe preliminar A-32/2008 [en línea]. Disponible en: http://www.fomento.es/NR/rdonlyres/39CA5FA9-5D5A-4D36-B54521EBC58EB3CC/38075/2008_032_A_preliminar1.pdf [Consulta: 30-01-2009]. 140 Idem. Disponible en: http://www.fomento.es/NR/rdonlyres/39CA5FA9-5D5A-4D36-B54521EBC58EB3CC/38075/2008_032_A_preliminar1.pdf [Consulta: 30-01-2009]. 141 Idem. Disponible en: http://www.fomento.es/NR/rdonlyres/39CA5FA9-5D5A-4D36-B54521EBC58EB3CC/38075/2008_032_A_preliminar1.pdf [Consulta: 30-01-2009]. 57 Esta catástrofe aérea fue calificada, por ‘Publico.es’142, como la más grave ocurrida en Barajas desde el 7 de diciembre de 1983 cuando colisionaron, en la pista de este mismo aeropuerto, un Boeing 727 de Iberia y un DC-9 de Aviaco por la niebla. Fue el primer suceso de estas características para Spanair en sus 22 años de historia y coincidió con la presentación, en días anteriores, en concreto el 8 de agosto de 2008, de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) ante la Dirección General de Trabajo del Ministerio que podía dejar en el paro a 954 de sus trabajadores a tiempo completo, indica Radio Televisión Española en su página Web (RTVE)143. Esbozado el contexto en el que se produjo el accidente de la aerolínea nos adentraremos en el análisis mediático para ver cómo recogieron los dos diarios nacionales con mayor número de lectores, ‘El País’ y ‘El Mundo del Siglo XXI’, esta catástrofe aérea. 4.2 Tratamiento informativo en ‘El País’ y ‘El Mundo del Siglo XXI’ Nos disponemos a indagar sobre el tratamiento informativo que ‘El País’ y ‘El Mundo del Siglo XXI’ dieron a la tragedia acaecida en el aeropuerto de Madrid-Barajas el 20 de agosto de 2008. La primera duda que puede surgir es por qué estos y no otros diarios. El motivo de focalizar nuestro interés en éstos y no en otros responde a indicadores desprendidos del estudio desarrollado por la AIMC144 desde febrero hasta noviembre de 2008. Los datos reflejados en él apuntan como periódicos con mayor índice de lectores diarios a ‘El País’ y ‘El Mundo del Siglo XXI’ al margen, eso sí, del deportivo ‘Marca’. ‘El País’ se sitúa detrás de éste, en segundo lugar, con 2.218.000 lectores mientras que ‘El Mundo’ le sigue de cerca con 1.348.000. 142 PUBLICO.ES: “El accidente aéreo más grave ocurrido en España en los últimos 20 años” [en línea]. Público. Madrid, 20 de agosto de 2008. Disponible en: http://www.publico.es/espana/144279/accidente/grave/ocurrido/barajas/ultimos/25/anos [Consultado: 0201-2009]. 143 Cfr. RTVE.ES: “Spanair sufre el peor accidente de su historia coincidiendo con una grave crisis en la compañía” [en línea]. Disponible en: http://www.rtve.es/noticias/20080820/spanair-sufre-peor-accidente-historia-coincidendo-con-una-gravecrisis-compania/140910.shtml [Consulta: 12-02-2009]. 144 Cfr. ASOCIACIÓN PARA LA INVESTIGACIÓN DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN. op. cit. Disponible en: http://www.aimc.es/aimc.php?izq=egm.swf&pag_html=si&op=cuatro&dch=02egm/24.html [Consulta: 17-01-2009]. 58 La pretensión de estas páginas es meditar acerca del rol desempeñado por los mass-media en España, en concreto los periódicos ya mencionados, desde el momento en el que se produjo el accidente aéreo del JK 5022 en la T-4 el pasado 20 de agosto hasta el 21 de agosto de 2008. Para llevar a cabo esta teoría comentaremos a groso modo el despliegue mediático que causó este suceso. Recapitulamos volviendo la mirada a aquel miércoles 20 de agosto, cuando tras el incidente inicio la maratoniana carrera informativa que mantendría días enteros en vela a periodistas, fotógrafos, editores y cámaras entre otros profesionales del gremio. Durante semanas el MD-80 fue noticia debido a la repercusión social que tuvo esta catástrofe. Todos los ciudadanos y familiares de las víctimas demandaban más datos, quería saber qué había pasado en aquel vuelo que acabó con la vida de 154 de sus pasajeros. Las preguntas eran infinitas. España entera estaba de luto, el país entero estaba compungido y es que a todos nos marcó, de una u otra forma, este hecho imborrable en la memoria de la historia y de los ciudadanos. Este acontecimiento alteró de una sacudida el ritmo periodístico pausado del mes de agosto señalado por la sequedad informativa. Medios nacionales e internacionales se movilizaron y la noticia fue emitida en distintos medios casi al instante, por ejemplo la página Web del canal turco NTV145 publicó esta noticia a las 15:20 horas del 20 de agosto. En España, todos los canales de televisión y emisoras de radio interrumpieron su programación para informar de lo ocurrido, los españoles no vivían algo similar desde el 11 de marzo de 2004. Este hecho irrumpió en los hogares de los ciudadanos a través de la televisión, la radio, la prensa o Internet. Muchos de ellos incluso pasaron la tarde enganchados al televisor ya que la mayoría de los canales se volcaron con lo acaecido y transformaron su programación para dar cabida informativa a esta tragedia. La Sexta, por ejemplo, cortó su emisión a las 15:49 horas y suspendió el programa ‘Se lo que hicisteis’ para dar un avance de cinco minutos en cambio, Cuatro usó otra estrategia de programación adelantando el principio de ‘Visto y odio’ centrado en el accidente de Barajas. Asimismo, Telecinco emitió un avance poco después, a las 16:15 horas, y conservó su parrilla habitual hasta las 17:00 horas. Por su parte, la cadena pública TVE- 145 Cfr. NTVMSNBC: ‘İspanya’da uçak kazası: 153 ölü’ [en línea]. Disponible en: http://www.ntvmsnbc.com/news/456836.asp [Consulta: 05-01-2009]. 59 1, adelantó lo sucedido la primera edición del Telediario, y sobre las 22:00 horas, ofreció un programa especial presentado por el periodista David Cantero. Los avances, los nuevos datos, las conexiones y actualizaciones de las páginas Webs de distintos medios eran continuos. Cadenas de televisión, periódicos y radios como Onda Cero, Cadena Ser o RNE, por citar algunas, optaron por mejorar su cobertura integrando vídeos, declaraciones o incluso gráficos animados en sus Webs. Fue un accidente del que se hizo eco toda la prensa renovando periódicamente las informaciones y añadiendo datos susceptibles de interés para la opinión pública, y otros no tanto. La sociedad buscó explicaciones a lo acontecido en los medios de comunicación porque el periodismo es un “saber prudencial -argumenta el profesor Gabriel Galdónque consiste en la comunicación adecuada del saber sobre las realidades humanas actuales que a los ciudadanos les es útil para saber actuar libre y solidariamente”146. Los mass-media son un instrumento fundamental para interpretar y entender el mundo, aunque también se auto-sirven en tanto que los receptores reciben un valor económico. Los medios se abrieron a los ciudadanos para alcanzar testimonios, querían declaraciones testigos, vídeos o fotos, en definitiva todo aquello que les pudiese ser útil para ilustrar el momento. Se gestó un feed-back comunicativo entre los media y los ciudadanos, algunos incluso llegaron a facilitar grabaciones domésticas que fueron 146 GALDÓN, Gabriel. Desinformación. Método, aspectos y soluciones. 3ª edición. Pamplona: Ediciones Eunsa, 2001, p. 244. 60 difundidas en páginas Webs de periódicos o cadenas de televisión. Son imágenes escalofriantes, algunas de ellas todavía en el ciberespacio, en las que se ve como el MD82 se estrella en pista de la T-4. Rescataremos las portadas y algunas de las informaciones publicadas en ‘El país’ y ‘El Mundo del Siglo XXI’ para dilucidar en torno a matices que levantaron polémica socio-mediática por la cobertura informativa de algunos medios. El debate se acentúa básicamente sobre grabaciones emitidas en televisión aunque el trabajo de algunos periódicos también dejó mucho que desear. La difusión de imágenes, declaraciones o el ejercicio de determinados medios alzó serias dudas sociales poniendo en entredicho su comportamiento de acuerdo con lo estipulado en el ‘Código Deontológico de la FAPE’. Otro de los puntos sometidos a reflexión será si se respetó o no a las víctimas y a los familiares ya que durante esos días estuvimos inmersos en un maremágnum informativo con epicentro en el siniestro. Para proceder en nuestra tarea analizaremos dos factores, el texto y la imagen. Comenzaremos viendo algunos de los titulares del día 21 así como su sentido. ‘El País’ abría su edición con un titular aséptico limitándose a concentrar la atención del lector en las consecuencias humanas que acarreo el JK 5022, en este diario podía leerse: “153 muertos al estrellarse un avión en Barajas tras despegar”147. Por su parte en ‘El Mundo del Siglo XXI’ brotaban las hipótesis y conjeturas sin pruebas férreas, se especulaba sobre la situación de Spanair dejando entrever que pudo ser el desencadenante del suceso. Así leíamos: “La crisis de Spanair desemboca en una tragedia con 153 muertos”148. En esos momentos, de incertidumbre para los dolientes que reclamaban respuestas, no existía una teoría rigurosa sobre lo sucedido a pesar de ello este periódico se apresuró en unir crisis y desastre. Con ello no queremos negar los difíciles momentos por los que atravesaba la compañía sino realzar el deber del periodista a acatar los principios de actuación establecidos por la FAPE, y en especial el punto 13b en el que se manifiesta la obligación del comunicador a buscar la verdad y no tergiversar la realidad. El profesional, a nuestro juicio, puede aportar su interpretación siempre y cuando ésta se diferencie de la opinión e información. Si bien, ‘El País’ 147 EL PAÍS: “153 muertos al estrellarse un avión en Barajas tras despegar”. El País. Madrid, 21 de agosto de 2008, núm. 11.391, portada. 148 EL MUNDO DEL SIGLO XXI: “La crisis de Spanair desemboca en una tragedia con 153 muertos”. El Mundo del Siglo XXI. Madrid, 21 de agosto de 2008, núm. 6.821, portada. 61 también advirtió sobre el momento económico por el que atravesaba la compañía aunque sin establecer un fuerte nexo causal. Lo que extraemos de esta breve indagación es que algunos medios ligaron la crisis económica de Spanair al accidente sin corroborarlo a priori. ‘El Mundo del Siglo XXI’ sembraba la duda con su editorial ‘¿Fatídica coincidencia o negligencia criminal?’, mientras que ‘El País’ dirigía su mirada hacía las dimensiones y alcance de lo acontecido en la T-4. Al margen de los distintos enfoques, sendos reclamaban al unísono información oficial mientras que alababan la rápida movilización de los servicios de emergencias. Desde ‘El Mundo del Siglo XXI’149 se valoraba negativamente la actuación de dirigentes de la compañía y se exigían explicaciones al Ministerio de Fomento sobre el cumplimiento del protocolo de seguridad de Spanair. Los periódicos estudiados intentaban investigar sobre el desencadenante. En esta línea ‘El País’150 consultaba a expertos en materia de aviación como ingenieros, auxiliares de vuelo, personal del Colegio de Pilotos o personal técnico. Esta fue una estrategia a la que también se sumaron el resto de medios. A pesar de ello, la disparidad de teorías estaba servida. Cada uno tenía su propio pronóstico sobre los hechos pero no había datos certeros. Por ejemplo, el primero, se escudó en el vídeo grabado por AENA 149 EL MUNDO DEL SIGLO XXI: “¿Fatídica coincidencia o negligencia criminal?”. El Mundo del Siglo XXI. Madrid, 21 de agosto de 2008, núm. 6.821, p. 3. 150 EL PAÍS: “El fallo del motor no fue la única causa”. El País. Madrid, 21 de agosto de 2008, núm. 11.391, p. 10. 62 para revelar “que el aparato apuró la pista de la T-4 y, tras elevarse sólo unos metros, cayó a la derecha”151, mientras que el otro152, ‘El Mundo del Siglo XXI’, señaló que el motor izquierdo del JK 5022 explotó después de su despegue presentando como telón de fondo los problemas de la aerolínea. A pesar de los esfuerzos y reflexiones el porqué no se desveló hasta octubre de 2008, momento en el que la CIAIAC concluyó la toma e investigación de pruebas que dieron lugar al informes preeliminar. También hubo lugar para el sensacionalismo. En general, todos los medios dejaron bastante que desear descubriendo su más vil razón de ser y añadiendo un ingrediente extra-emotivo al siniestro. La labor informativa se transformó en un show para alimentar el morbo. No falto lugar para las historias truculentas ni para entrevistar a familiares doloridos e impactados por lo ocurrido que acababan de ser atendidos por psicólogos. Asimismo tampoco faltó el componente extra-humano. Diarios, radios y televisiones narraron la vida de algunos de los fallecidos contando qué hacían en ese avión, quiénes eran o qué les gustaba. ¿Aprovecharon los medios la debilidad de los familiares para extraer exclusivas? La respuesta, a nuestro juicio, es afirmativa ya que lo que se procuró fue satisfacer la demanda informativa del público en general sin pensar en los afectados. 151 EL PAÍS: “Aviación Civil: ‘Hubo más de un fallo en el desastre del JK 5022”. El País. Madrid, 22 de agosto de 2008, núm. 11.392, p. 8. 152 Cfr. EL MUNDO DEL SIGLO XXI: “La crisis de Spanair desemboca en una tragedia con 153 muertos”. El Mundo del Siglo XXI. Madrid, 21 de agosto de 2008, núm. 6.821, portada. 63 Algunos comunicadores no fueron nada respetuosos, guiados únicamente por la pretensión de lograr exclusivas, olvidaron que el doliente para ‘intervenir como emisor informativo ha de tener la capacidad física, pero sobre todo psicológica, de poner su dolor y su sufrimiento en forma de mensaje” 153 , asegura Cristina López Mañero. Es imprescindible que el entrevistado pueda autocontrolar sus emociones porque se enfrenta a revelar su dolor y su intimidad ante desconocidos, ante periodistas y cámaras, por lo que en un determinado momento puede verse desbordado. A lo largo de la semana del 20 de agosto vimos profesionales que intentaban atrapar testimonios y declaraciones de familiares, sacar el lado más crudo de la historia e intentar potenciarlo más aún. Los dolientes no sólo se enfrentaron a la identificación de los cuerpos sino que muchos de ellos se vieron atosigados por los medios de comunicación y por algunas de sus desagradables informaciones. De esta forma, los medios fueron las voces divulgadoras de las intimidades de las víctimas y de sus familias. Vergonzoso. Periódicos, radios y televisiones no sólo dieron partes médicos sino que para hundir más a los afectados incluso escrutaban anécdotas. Fue una verdadera persecución por conquistar la exclusiva y obtener datos huérfanos de información. ‘El País’, por ejemplo, ensalzando la tristeza del momento publicaba un reportaje con el siguiente titular: ‘La historia de 19 milagros’154 contando la historia de los supervivientes. Para contrastar el diario inserta, en la misma página, una foto a grandes dimensiones con familiares de los fallecidos desolados. La información aclara que sólo el 10 por ciento de los pasajeros se salvaron y configura un puzzle de historias con la vida de cada uno 153 154 LÓPEZ MAÑERO, Cristina. op. cit. (1998). p. 84. EL PAÍS: “La historia de 19 milagros”. El País. Madrid, 22 de agosto de 2008, núm. 11.392, pp. 12 y 13. 64 de los heridos. Es un reportaje, cuanto menos aterrador, que da a conocer el nombre de los heridos, edad, diagnóstico médico y hasta el hospital en el que estaban ingresados. En referencia a la imagen nos ocuparemos de dos parámetros; el contenido, centrado en los protagonistas y en el escenario, y la forma que atenderá a aspectos como su colocación en la página o el uso del color. Es sustancial el estudio de la imagen en los medios porque, como señala el profesor Enrique Bonete, “lo que creemos, pensamos y afirmamos de la realidad y de nosotros mismos está condicionado por aquello que se oye, se escribe y se ve a través de los medios de comunicación”155. La imagen ha ganado terreno a la palabra porque es fácil de consumir, toda la información entra rápidamente por el sentido visual y es asimilada, aunque se corre el peligro de corromper la realidad. Estamos en la sociedad de la imagen donde la fotografía es el señuelo a la lectura por lo que el periodista busca escenarios impactantes y estrambóticos provocando que las fronteras éticas se difuminen a través del postcapitalismo. En la cobertura periodística del accidente de Barajas los medios relegaron la Ética a segundo plano, prueba de ello es que no faltaron imágenes penetrantes en las que el sufrimiento era el protagonista. Fotografías de heridos, de cadáveres en IFEMA o de familias deshechas por el dolor. Los protagonistas fueron las víctimas y sus allegados capturados a través de planos cortos que reflejaban sus rostros hundidos. Los escenarios elegidos alternaban entre el lugar de la tragedia, IFEMA y los hospitales. El ‘Código 155 BONETE, Enrique. Ética de la comunicación audiovisual: Madrid: Tecnos, 2000, p. 17. 65 Deontológico de la FAPE’ y las recomendaciones del Consejo del Audiovisual de Cataluña156 (CAC) ya se habían vulnerado. La prensa imitó el modelo televisivo publicando imágenes e historias que espectacularizaban la sensibilidad del momento. Por ejemplo, ‘El País’ y ‘El Mundo del Siglo XXI’ abrían su información el día 21 con reproducciones de heridos o personas desgarradas por el dolor. ¿Qué aporta este material al receptor? ¿Es imprescindible fotografiar a los heridos o a los familiares? ¿Piensa el emisor en el receptor-doliente? Detrás de estas imágenes coloridas, a grandes dimensiones y con planos cerrados, se esconde la turbulenta faceta empresarial que sólo ve como finalidad maximizar beneficios. Ahora bien, el debate queda servido: ¿El receptor víctima o culpable? Sin duda el ciudadano es culpable de que los medios mercadeen con las dolientes, con los fallecidos y con los heridos. La sociedad es quien elige qué leer, cómo y cuándo. Mostrar el desacuerdo con la línea editorial o de trabajo de un determinado grupo mediático sólo requiere un poco de activismo. Es tan sencillo como no comprar un periódico cuyas imágenes o contenidos son denigrantes. Ante ello, el problema está en la globalización de contenidos. Son escasos los medios que no apuestan por el morbo en tanto que fórmula económica, a pesar de ello no podemos excusar a quien consume información o fotografías deshumanizadas. Consumir es comulgar con la permanente aparición del espectáculo del dolor. En suma, son contenidos que alimentan los deseos más ocultos del ciudadano, su morbo y su aspiración de penetrar en la intimidad ajena por esta razón el ciudadano no insta a los medios a asumir responsabilidades, obligaciones y valores asociados al bien que se difunde, es decir a la información. El sensacionalismo y el morbo mediático se concibe como una vía de escape para nuestras pulsiones internas, y además está bien cotizado. Tiene más valor una imagen atroz que una información bien redactada por lo que el periodista italiano, Furio Colombo, mantiene que: “El reportero gráfico no tiene elección: debe privilegiar el daño a la vida porque nada establece tanta diferencia en la vida como el daño. Debe detener la mirada en el punto en que la 156 Cfr. PÉREZ FUENTES, Juan Carlos (comp.). op. cit. pp. 60-67. 66 integridad física y la dignidad de alguien es violada porque la infinita vulnerabilidad de los seres humanos es una obsesión común y no puede dejar de ser la obsesión del fotógrafo”157. Frente a la información que versa sobre dolor y sufrimiento está el deber del comunicador de percibir la temática con integridad y venerando los derechos de los afectados, y del receptor en general. Trabajar en este y no en otro camino instiga a anteponer valores humanos a la visión empresarial. Manifiesta la periodista Pilar Cernuda la necesidad de “aplicar otras normas, otros planteamientos, dejarse llevar por el corazón por una vez y dejar que la cabeza pierda protagonismo ante una situación que supera y rebasa los límites de lo que se pueda aguantar” 158. Es un argumento controvertido y que naufraga entre una disparidad de criterios. Al transmitir a la ciudadanía catástrofes, sucesos o accidentes se confrontan deontología y derecho, ambos con límites imprecisos. Sin embargo no podemos escudarnos en la frontera de lo difuso para consentir que dolientes y doloridos permanezcan siendo los protagonistas del espectáculo mediático, por ello desde la FAPE, y otras entidades sociales, se alzaron voces críticas contra la cobertura periodística del accidente aéreo de Barajas, en 2008. Este hecho ya tuvo un precedente, los atentados del 11-M, aunque sin repercusión en la actuación periodística. Los medios actuaron de forma similar en ambos casos, y desde las organizaciones profesionales o desde el CAC también se reprochó reprocho el proceder mediático, a pesar de todo cuatro años más tarde, en la cobertura periodística de la tragedia de Spanair, nada cambio. 4.3 Críticas a la cobertura periodística del accidente aéreo de barajas en 2008. La FAPE demanda un dictamen para elaborar informaciones sobre dolor y sufrimiento La cobertura del accidente de Barajas, en agosto de 2008, planteo un debate social. Escuchamos disparidad de criterios, y como en todo, voces en contra y a favor. Los reproches tenían más peso que los halagos. Algo falló en la información periodística ofrecida durante estos días. La mayoría de medios no fue capaz de aquilatar derecho-libertad y entretenimiento-información. Las consecuencias, como era de 157 COLOMBO, Furio. Últimas noticias sobre el periodismo. Traducido por Joaquín Jordá. 2ª edición. Barcelona: Editorial Anagrama S. A., 1998, p. 153. 158 CERNUDA, Pilar: “La eterna polémica periodista” en FUNDACIÓN VÍCTIMAS PARA DEL TERRORISMO Y FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DE PRENSA (ed.) Terrorismo, víctimas y medios de comunicación. Madrid, 2003, p. 80. 67 esperar, fueron inmediatas. Asociaciones, ciudadanos, y familiares reprobaron el trato de los medios a este suceso. La información se abordaba desde formatos propios de entretenimiento, los familiares de las víctimas se sentían perseguidos, y los gráficos fotografiaron los momentos más inoportunos. Desde la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC) se tachó la actuación periodística de irrespetuosa. Alejandro Perales, presidente de la AUC, reprochaba, en una entrevista que le hizo ‘elmundo.es’, el acoso y la presión de los medios a los dolientes. Afirmó que algunas informaciones habían pecado de “sensacionalismo y falta de respeto”159. Se originó, a su juicio, una búsqueda constante e innecesaria de testimonios debido a la falta de noticias durante el mes de agosto. Además acota los términos información y espectáculo. Argumenta que el tratamiento informativo de los datos “suele ser correcto, aunque a veces caen en el amarillismo”, mientras que el espectáculo “no deberían tratar este tipo de acontecimientos”160. Los políticos tampoco callaron. La socialista Elena Valenciano decidió dedicar un espacio en su blog a recapacitar sobre la función que desempeñaron los medios. El diagnóstico es claro: Morbo frente al dolor161. Señala que la profesión se vio corrompida por la búsqueda enloquecida de testimonios al margen de su aportación. Reflexiona sobre lo que este contexto supone para el periodista noble y dedicado a su trabajo, e insta a ese colectivo a rebelarse contra aquellos que producen contenidos deplorables impulsados por cazar al receptor. El sector judicial se agregó al debate, en concreto la Asociación Profesional de la Magistratura (APM). Según ‘elpaís.es’ este colectivo cuestionó, a raíz del accidente, la frontera entre información de los medios y el proceso dirigido por el instructor Juan Javier Pérez. En esta línea, se habló sobre la existencia de posibles filtraciones periodísticas que desataron malestar e incertidumbre entre los dolientes, por lo que el 159 ELMUNDO.ES: “La AUC habla de ‘sensacionalismo’. Tachan de ‘irrespetuoso’ el tratamiento informativo del accidente de Barajas” [en línea]. El Mundo del Siglo XXI. Madrid 22 de agosto de 2008. Disponible en: http://www.elmundo.es/elmundo/2008/08/22/comunicacion/1219407368.html [Consulta: 03-02-2009]. 160 Idem. Disponible en: http://www.elmundo.es/elmundo/2008/08/22/comunicacion/1219407368.html [Consulta: 03-02-2009]. 161 Cfr. VALENCIANO, ELENA. “Morbo frente al dolor” [en línea]. Elena Valenciano. Madrid 22 de agosto de 2008. Disponible en: http://elenavalenciano.com/2008/08/22/morbo-frente-al-dolor/ [Consulta: 03-02-2009] 68 portavoz de la Asociación, Antonio García Martínez, declaró que “suele ser habitual que surjan las informaciones conseguidas por caminos un tanto tortuosos”162 pero ante todo es ineludible un llamamiento a la “contención y la responsabilidad”163. La única vía posible para alcanzarlo, según él, es seguir el procedimiento judicial, aunque en el caso de Barajas fueron varias las dudas que sembraron los periodistas. A pesar de la prohibición del magistrado Javier Pérez de difundir vídeos grabados por los equipos de emergencias se filtró material audiovisual. De este modo, recordamos el vídeo que cogló ‘El País’ en su web, en él se apreciaba como el avión se estrellaba en la T-4 y se escuchaba a una mujer dando la señal de alerta. Los periodistas se vieron sumergidos en una reflexión sobre su faena diaria. Sindicatos, periodistas, medios y asociaciones de prensa, entre otros, hicieron ejercicio de conciencia y evaluaron el comportamiento mediático. La Federación de Sindicatos Periodistas (FeSP) no pudo contenerse ante el luctuoso proceder periodístico. Arremetió en particular contra la cobertura televisiva afirmando que estaban disfrazando la información de morbo. Por ello crearon un comunicado para disculparse ante las víctimas y, en particular, ante la ciudadanía. El texto dice así: “Los profesionales de la información no podemos sino pedir disculpas (…) por estas actuaciones lamentables en las que se ven involucrados algunos de nuestros colegas que, por supuesto, negamos que en esos momentos estén ejerciendo de periodistas, puesto que en esos supuestos no están garantizando el derecho a la información de interés público, sino buscando audiencia con el dolor ajeno”164. El sindicato responsabiliza de los excesos a los responsables asegurando que son ellos los que estimulan a los periodistas a infringir las normas éticas y deontológicas de la profesión. Reclaman a los medios la urgencia de informar sin resquebrajar otros derechos y la premura de constituir un Consejo del Audiovisual a nivel nacional. 162 ELPAIS.ES: “¿Hasta dónde puede llegar el micro con 154 muertos?” [en línea]. Madrid 26 de agosto de 2008. El País. Disponible en: http://www.elpais.com/articulo/espana/puede/llegar/micro/154/muertos/elpepuesp/20080826elpepunac_1 8/Tes [Consulta: 05-02-2009]. 163 Idem. Disponible en: http://www.elpais.com/articulo/espana/puede/llegar/micro/154/muertos/elpepuesp/20080826elpepunac_1 8/Tes [Consulta: 05-02-2009]. 164 FEDERACIÓN DE SINDICATOS DE PERIODISTAS. “La FeSP denuncia el lamentable tratamiento que hacen algunos medios del accidente aéreo de Barajas” [en línea]. Madrid 27 de agosto de 2008. Disponible en: http://www.fesp.org/comunicados2.php?id=144 [Consulta: 07-02-2009]. 69 El CAC tampoco fue permisivo. Su veredicto indicaba que todas las cadenas de televisión habían incumplido alguna de sus recomendaciones, pero hubo más medios que lo hicieron, entre ellos los periódicos. El informe165 concluye, según el periódico ‘publico.es’, que se “incluyeron elementos identificativos de las víctimas, como imágenes de las fachadas de sus casas o fotografías de las personas muertes”166. Añade que “todos los canales, excepto TVE en Catalunya y 8TV, emitieron ambientes en los que las personas rechazaban salir por televisión, siendo las cadenas privadas las que tuvieron registros más elevados”167. Es evidente que se violó el derecho a la intimidad desde el momento en el que los periodistas quisieron usurpar testimonios a los familiares, desde que se grabó a los heridos entrando en situación crítica a los hospitales, o desde que se presionó a los médicos para que hiciesen públicos los partes. Desde el CAC se recordó la importancia de no fomentar el culto a la emoción ni espectacularización de la información ante este tipo de tragedias o sucesos. También se apeló a la prudencia informativa del periodista y a la distinción entre datos sustanciales y superfluos que pudiesen dañar la sensibilidad de los dolientes. Sin embargo los intentos fueron en vano. El morbo estaba servido a costa de la masacre y en diversas ocasiones la información fue amarillista. Desde la FAPE tampoco permanecieron impasibles. Rápidamente se rogó a profesionales, y en especial a los editores, respeto por la intimidad así como prudencia informativa para evitar que el suceso se convirtiese en un blanco de los espacios de entretenimiento. Su ex-presidente y presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, Fernando González Urbaneja solicitó la diferenciación entre información y entretenimiento argumentando, en ‘elmundo.es’, que “el protagonismo de la 165 El informe emitido por el CAC: “Anàlisi sobre el tractament de la información de l´accidnet d’un avió a Barajas el dia 20 d´agost de 2008” puede consultarse en: http://www.cac.cat/web/actuacions/index.jsp?MjI%3D&Mg%3D%3D&L3dlYi9hY3R1YWNpb25zL2xsa XN0YXRDb250ZW50 [Consulta 07-02-2009]. 166 PUBLICO.ES: “El discutible tratamiento informativo del accidente de Barajas” [en línea]. Público. Madrid 28 de septiembre de 2008. Disponible en: http://www.publico.es/televisionygente/168913/cac/barajas/accidente/informacion [Consulta: 06-022009]. 167 Idem. Disponible en: http://www.publico.es/televisionygente/168913/cac/barajas/accidente/informacion [Consulta: 06-022009]. 70 información debe ser sólo de los servicios informativos”168 por lo que los programas de entretenimiento “no deberían incorporar la noticia en su guión”169. Los medios hicieron oídos sordos a las peticiones lanzadas desde distintos sectores sociales y por las familias de las víctimas, su programación continúo girando durante semanas en torno a esta tragedia. Programas como ‘Se lo que hicisteis’, ‘Está pasando’ o ‘España directo’ fueron la antítesis de lo que reclamó González Urbaneja y el resto de la sociedad en días posteriores al accidente. La noticia sobre el siniestro se convirtió en el eje vertebrador de la parrilla de todas las televisiones españolas. Aunque las imágenes emitidas por los mass-media no fueron de dureza excesiva, la mayoría publicó elementos identificativos de las víctimas como fotografías de los fallecidos o contextos en los que los dolientes repudiaban aparecer en los medios de comunicación. La dramatización del momento fue maximizada con la reiteración de determinadas imágenes, de primeros planos y del uso del zoom. La esquizofrenia informativa llegó a tal punto que la FAPE organizó un debate, el 29 de septiembre de 2008, con su nueva presidenta a la cabeza, Magis Iglesias. En él se convocó a periodistas, directores de redacción y medios de comunicación, así como especialistas aéreos para estudiar la cobertura informativa, y en especial televisiva, recibida por la catástrofe aérea. De ese encuentro se extrajeron varias conclusiones170, algunas de ellas incompatibles, así los periodistas insistieron en la laguna informativa mientras que los directores de comunicación institucional revalidaban que aportaron todos los datos que les fue posible en aquel instante. ¿Qué debe hacer el profesional en este contexto? A nuestro juicio no informar sobre algo que no sabe con seguridad, por ejemplo, la tarde del miércoles 20 de agosto vimos como las cifras de fallecidos iban en incremento según pasaban las horas. Esto indujo un pavor social generalizado. Los medios deberían 168 ELMUNDO.ES: “La APM pide que el accidente de Barajas no aparezca en los programas de entretenimiento” [en línea] El Mundo del Siglo XXI. Madrid 21 de agosto de 2008. Disponible en: http://www.elmundo.es/elmundo/2008/08/21/comunicacion/1219314612.html [Consulta: 05-02-2009]. 169 Idem. Disponible en: http://www.elmundo.es/elmundo/2008/08/21/comunicacion/1219314612.html [Consulta: 05-02-2009]. 170 Cfr. FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DE PERIODISTAS DE ESPAÑA. “Apagón informativo, transparencia y filtraciones”. [en línea] Madrid 2 de octubre de 2008. Disponible en: http://www.fape.es/index.php?option=com_content&task=view&id=1102&Itemid=128 [Consulta: 07-022009]. 71 haber esperado a tener datos confirmados. Al margen de este punto de discordia, los participantes coincidieron en tres aspectos de cara a futuros acontecimientos similares: “La necesidad de respetar el dolor y la intimidad de los familiares de las víctimas; las distorsiones que crean los profesionales de los programas de entretenimiento al primar el sensacionalismo sobre la disciplina de verificación de los hechos, y la necesidad de mejorar el comportamiento de cada uno para afrontar con mayor rigor, en el caso de los periodistas, y transparencia, en el caso de los directores de comunicación”171. Aunque tras el encuentro se reseñaron pautas a seguir ante la cobertura de catástrofes, accidentes o sucesos, es patente la insuficiencia del mismo y la urgencia de abordar un debate socio-periodístico para instaurar criterios o formas de trabajar con un consenso generalizado. La irresponsabilidad mediática invita a la creación de un dictamen en el que se demarque información versus entretenimiento, y en el que se fijen pautas para tratar informativamente temas relacionados con el dolor y el sufrimiento. Dicho dictamen debería tener una parte general, que englobase a todos los medios, y una específica para prensa, radio y televisión, ya que el medio determinará la forma de producción y, por tanto de presentación al receptor. 171 Idem. Disponible en: http://www.fape.es/index.php?option=com_content&task=view&id=1102&Itemid=128 [Consulta: 07-022009]. 72 CONCLUSIONES Para concluir nuestro arduo proceso de investigación, bajo el título, ‘El dolor como espectáculo mediático. La búsqueda del receptor como perversión: El caso del accidente de Barajas en agosto de 2008’, intentaremos resolver nuestro orden lógico interno. Esto es. Enunciaremos una serie de conclusiones desprendidas de las fases de visionado, documentación y reflexión. 1. Los mass-media intentan, desde la teoría, desarrollar tres funciones básicas: Informar, formar o educar y entretener, erigiéndose como agente socializador. En cambio, en la praxis, su faceta empresarial se forja como un obstáculo asentado en propuestas económicas postcapitalistas envueltas en el afán del egoísmo posmoderno. En este contexto las realidades abordadas por los media, como el dolor y el sufrimiento, son desprovistas de su esencia humana y se enmarcan bajo el rótulo del espectáculo. 2. Los medios están sometidos a la perpetua necesidad de suministrar constantemente información, ésta adquiere un valor económico transformándose en un producto. Como resultado, la realidad representada a través del universo mediático, es el eslabón final de una industria cultural que trivializa y convierte en rutina los hechos para maximizar beneficios. 3. El espectáculo del dolor y del sufrimiento es una fórmula óptima y explotada por los medios de comunicación social: Éxito mediático = + morbo = + receptores = + publicidad = + dinero. 4. Lo prioritario para los medios no es informar sino cautivar al receptor para incrementar sus beneficios. Los valores y los derechos quedan relegados a un segundo plano con la finalidad de conseguir una única meta: Beneficio económico. 5. La supremacía de la imagen ha desprovisto de valor a la palabra. El germen televisivo y la brutal competencia de los medios audiovisuales ha instaurado en los medios impresos la necesidad de proveer sus informaciones con imágenes escandalosas y seductoras, que en ocasiones vulneran el derecho a la intimidad de los ciudadanos. 6. La hibridación de géneros periodísticos gesta formatos mixtos donde se da cabida a la información y al entretenimiento, por ello es fundamental delimitarlos de tal manera que acontecimientos, como catástrofes, accidentes o sucesos no se integren en el sarcasmo y la burla mediática originando la confusión del ciudadano e hiriendo sus sentimientos. 7. Los media ignoran la calidad en sus productos. Aquilatamos, el concepto ‘calidad’ es un modismo. Un término de moda con borrosas fronteras definitorias y ausente en la esfera mediática desde el instante en el que éstos olvidan a las minorías. En definitiva, los medios deben fabricar productos para todos. 8. El incesante bombardeo periodístico sobre temas sembrados de dolor y sufrimiento tratados sin humanidad y respeto, banalizados y anclados en el morbo, concluye en la configuración de un público inmune y débil como corolario de la persistencia y cotidaneidad de este tipo de informaciones. En definitiva, son informaciones aisladas de su esencia por el interés que despiertan en el público sin tener presente el derecho de las víctimas y los dolientes a preservar su imagen. 9. Concebimos como espectáculo mediático aquellas imágenes atroces sobre acontecimientos que carecen, a nuestro juicio, de valor informativo. Pueden ser planos con imágenes superfluas sobre víctimas o relatos basados en el sensacionalismo de las exclusivas. Asimismo, no podemos olvidar los datos publicados sin contrastar, en especial cuando se habla de heridos o fallecidos. 10. Es urgente clarificar los límites entre derecho a la información y a la intimidad para evitar que los medios, escudándose en el primero, conviertan en pública la esfera privada. 74 11. Puntualizaremos que existe una colosal preocupación social por regular el contenido sobre informaciones que versan sobre el dolor y el sufrimiento, aunque es un mero formalismo. Los estudios indican que el espectáculo es un buen plato para satisfacer a los receptores. 12. Los profesionales de la comunicación cuentan con códigos éticos, como el de la FAPE, que determinan a priori el buen proceder periodístico abarcando una amplia casuística pero su acatamiento está sujeto al compromiso personal. Esto desencadena en la transgresión del mismo. 13. Es esencial desarrollar un debate socio-profesional, con la implicación de expertos en Derecho y Ética, para configurar un cuerpo teórico-práctico de alcance legal sobre cómo afrontar informaciones sensibles referidas al dolor y al sufrimiento. Esta es la única vía posible para lograr que la esfera mediática respete a las víctimas y a sus dolientes, y dicha iniciativa deberá gestarse en el propio gremio periodístico. 75 BIBLIOGRAFÍA Bibliografía citada ABRIL VARGAS, Natividad. Periodismo de opinión: Claves de la retórica periodística. Madrid: Editorial Síntesis S. A., 1999. AZNAR, Hugo. 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