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EL USO DE TRADUCTORES AUTOMÁTICOS EN LA ENSEÑANZA DEL
INGLÉS EN LA CARRERA DE INGENIERÍA EN SISTEMAS
Cañedo, Claudia
Facultad de Ciencias Exactas
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
[email protected]
Resumen
El estudiante de Ingeniería en Sistemas, por sus particularidades, está habituado al
uso de los traductores automáticos electrónicos en línea como herramienta para la
comprensión de un texto en la lengua extranjera. Frente a esta realidad, la primera
reacción del docente que tiene por objetivo el desarrollo de la lectocomprensión de
una disciplina específica será sentirse amenazado y desplazado en su rol tradicional
ya que si la herramienta permite que el alumno pueda lograr la interpretación de un
texto de manera independiente la función del docente resulta redundante. Sin
embargo los traductores en línea, cada vez más sofisticados y con una facilidad de
alcance a todo usuario, tienen debilidades en diversos niveles lingüísticos que sería
necesario reconocer para poder aplicarlos adecuadamente. Es en este lugar donde el
nuevo rol del docente debe situarse para acompañar al estudiante en el uso de las
tecnologías y redimensionar la tarea áulica enfrentando el desafío que estas le
imponen. Como punto de partida se deberá analizar el reconocimiento de las
limitaciones y desventajas y de los procesadores automáticos, la distancia aún
existente entre éstos y los lenguajes naturales y la necesidad de la mediación del
traductor/interprete humano. Los resultados de este análisis tendrán implicaciones
directas en las prácticas usuales y la modalidad de enseñanza en la clase de
lectocomprensión en lengua extranjera.
Palabras clave: traductor automático, lectocomprensión, ingeniería en sistemas.
Introducción
El estudiante de Ingeniería en Sistemas, por sus particularidades, está habituado al uso de
los traductores automáticos electrónicos en línea como herramienta para la comprensión de
un texto en la lengua extranjera.
Frente a esta realidad, la primera reacción del docente que tiene por objetivo el desarrollo
de la lectocomprensión de una disciplina específica será sentirse amenazado y desplazado
en su rol tradicional ya que si la herramienta permite que el alumno pueda lograr la
interpretación de un texto de manera independiente la función del docente resultaría
redundante.
Sin embargo, los traductores en línea, cada vez más sofisticados y con una facilidad de
alcance a todo usuario, tienen debilidades en diversos niveles lingüísticos que serían
necesarios reconocer para poder aplicarlos adecuadamente.
Es en este lugar donde el nuevo rol del docente debe situarse para acompañar al estudiante
en el uso de las tecnologías y redimensionar la tarea áulica enfrentando el desafío que éstas
le imponen.
Como punto de partida se deberá analizar el reconocimiento de las limitaciones y
desventajas de los procesadores automáticos, la distancia aún existente entre éstos y los
lenguajes naturales y la necesidad de la mediación del traductor/intérprete humano.
Los resultados de este análisis tendrán implicancias directas en las prácticas usuales y la
modalidad de enseñanza en la clase de lectocomprensión en lengua extranjera.
Los traductores automáticos y el estudiante de Ingeniería en Sistemas
Un traductor automático es un programa computacional para traducir un texto de una
lengua de origen a una lengua meta. Estos programas consisten en sistemas que pueden
diferir en su funcionamiento. Por una parte existen traductores automáticos que están
basados en reglas y funcionan reemplazando una palabra por el equivalente en la lengua
meta. Otros sistemas están organizados en torno a un corpus bilingüe. A partir del corpus
se genera una alineación o correspondencia entre las lenguas involucradas en el proceso de
traducción. Esta correspondencia se ordena y categoriza según estadísticas que tienden a
ser más precisas cuanto más grande sea el corpus que se utiliza para la generación del
sistema.
Algunos de estos traductores son más sofisticados y su precisión es muy alta. Otros trabajan
con corpus de disciplinas específicas, por ejemplo un corpus correspondiente al ámbito de
las matemáticas o la geología. Existen varios programas de traducción de acceso libre como
es el caso del ampliamente difundido Google Translate mientras que hay otros para los que
se requiere licencia para su uso.
El uso de estos traductores tiene grandes ventajas ya que permiten una aproximación al
sentido del texto de manera rápida y en el caso de aquellos de libre circulación son muy
asequibles ya que están al alcance de todo aquel que acceda a una conexión de Internet.
El estudiante de Ingeniería en Sistemas tiene un conocimiento temprano y se habitúa al
acceso de todas las herramientas que se ofrecen en el entorno virtual por lo que la
utilización de los traductores automáticos para la comprensión de un texto en la lengua
extranjera es una práctica bastante común al momento que el docente recién empieza a
descubrirla.
Debido a esto, el docente puede considerar que su rol es redundante ya que el alumno
tendrá a disponibilidad este recurso electrónico que además se presenta como una solución
a las dificultades que emergen en la interpretación del texto en la lengua extranjera.
Se genera también un escenario donde la apropiación del conocimiento no es patrimonio
exclusivo del docente ya que en términos generales, los nuevos aprendices, tienen un
manejo superior de las herramientas electrónicas por tratarse de una
generación de
cibernéticos nativos, como algunos autores han señalado, debido a que su desarrollo
cognitivo ha estado acompañado e incentivado desde un principio por un mundo digital.
Si a esto le sumamos las características propias de la carrera, que maximizan estas
condiciones, tenemos por resultado un entorno pedagógico diferente que requiere indagar,
reevaluar y proyectar la manera de abordar la tarea áulica para adaptar nuestras
metodologías a los modos de aprendizaje de nuestros alumnos y las herramientas con las
que éstos cuentan.
El traductor automático. Un cambio de paradigma en el aula
El nuevo contexto áulico que se impone puede traer aparejado una serie de interrogantes
para el docente. Algunos de estos interrogantes podrían ser:
¿Cómo se aborda
la nueva situación
que genera el traductor dentro del aula de
lectocomprensión en lengua extranjera? ¿Convendría desechar el uso de este recurso para
no correr riesgos? ¿Qué información se puede aportar a los alumnos para optimizar su
aprendizaje, ayudar a solventar problemas y mejorar los resultados? ¿Desde qué lugar se
trabaja en un ámbito donde los roles tradicionales en torno al patrimonio del saber se
desdibujan? ¿Qué desafíos y cambios en el paradigma pedagógico impone la presencia de
esta nueva herramienta?
En primer lugar es indispensable convencerse de que todo cambio tecnológico que presta
un servicio útil a la sociedad llega para quedarse. Al menos, podemos estar seguros de que
su permanencia está garantizada hasta ser reemplazado por otra innovación tecnológica
que lo supere. Esta dirección de los hechos es inevitable y no ha tenido mucho éxito en la
práctica cuando las normativas han tratado de proscribir el uso de alguna novedad
tecnológica, tal es el casos de la restricción de los celulares. Hoy convertidos en pequeñas
computadores, son ampliamente utilizados dentro y fuera del aula con fines académicos en
sus múltiples funciones.
Detenernos o tratar de invertir este ritmo de cambios no mejorará nuestra situación. Por el
contrario, la resistencia nos pondrá en un papel de oposición a saberes que el alumno ha
incorporado por su cuenta, maneja con cierta destreza y por lo tanto considera valiosos.
Es fácil pronosticar, que el ritmo de cambios seguirá su curso y no haríamos otra cosa más
que estancarnos en una metodología de trabajo que aunque sea familiar no debe excluir las
circunstancias de cambio externas al aula que invitan a repensar las modalidades de trabajo
pedagógico y la forma de llevarlo a cabo.
Reformulando la metodología de trabajo. El alumno como intermediario entre el
traductor y el texto
Tomando como referencia la definición “El aula se presenta como un microcosmos, como
una cultura en miniatura donde por una parte se recrean los hábitos variados y diversos de
comunicación y relación de la sociedad” (Tusón 1996:15), exploraremos las características
de este particular ámbito áulico.
El microcosmos del alumno y docente que tiene por objetivo la práctica de
lectocomprensión en Inglés en una carrera como en Ingeniería en Sistema tiene por
peculiaridad fortalecerse a través del uso de las tecnologías digitales que están modificando
los hábitos de comunicación e interacción en toda la sociedad.
Dadas las características de este entorno educativo es razonable tomar como primera
decisión la de embarcarnos en la puesta en funcionamiento de la herramienta virtual para
ayudar a los aprendices en la interpretación textual. Esto, sin embargo, debe ir acompañado
de un proceso de concientización de las fortalezas y debilidades de la herramienta en
cuestión ya que es muy importante que el alumno sepa que su tarea como intérprete seguirá
siendo ardua e intensa.
Es muy frecuente que el estudiante tenga una mirada un poco superficial respecto del
esfuerzo que implica la interpretación de un texto completo cuando se utiliza el traductor
mecánico. A menudo nos encontramos que el aprendiz
ha sobredimensionado la
aplicabilidad de la herramienta entendiendo que el traductor representa una solución
prácticamente mágica y que su labor se reducirá tanto que será insignificante.
Será necesario atravesar un proceso exploración entre docente y alumno en el aula para
comprender que los atributos que tiene el traductor van a permitir un trabajo más veloz
pero no menos costoso en términos de esfuerzo que el tradicional trabajo con diccionarios
impresos en papel.
Será responsabilidad del docente hacer notar de manera explícita las debilidades de los
traductores mecánicos para que el alumno no subestime su trabajo.
Como hemos explicado en la definición, éstos funcionan a partir de un corpus que puede
variar en su amplitud pero que de cualquier manera es acotado, por consiguiente, la
traducción que se arroja se restringe a un contexto limitado sin tomar en cuenta aspectos
extralingüísticos, sociales o históricos, entre otros. Como resultado esto puede dar lugar a
ambigüedades que solo podrán reformularse de manera inteligente por el intermediarioalumno. Es aquí donde se debe resaltar el papel preponderante del aprendiz en su aporte de
interpretación para lograr ajustes que desde el lenguaje natural deban hacerse, tal es el caso
de aspectos de coherencia, decisión del registro, selección entre varias alternativas
siguiendo el conocimiento previo, etc.
Tampoco resolverá el traductor algunos problemas lingüísticos a nivel lexical tal como en
el caso de la polisemia, es decir una misma palabra que tenga distintos significados ya que
el que se obtenga por el traductor será muy posiblemente aquel que se utiliza con más
frecuencia y no necesariamente el que se ajuste al significado del texto en cuestión.
El problema de la polisemia también puede aparecer afectando los niveles sintácticos. En el
caso del Inglés donde distintas categorías gramaticales comparten la misma forma se
exigirá por parte del alumno-intérprete un papel atento para ajustar las categorías
gramaticales correspondientes en cada caso.
Otros problemas que pueden aparecer tienen que ver con las interpretaciones dialectales de
las palabras. El uso de un vocablo con un significado particular puede estar restringido a
una zona o región que no se corresponda con el uso que se da en la zona donde se utiliza el
traductor automático. Estos ejemplos no abundan en textos técnico-científicos pero es
necesario alertar al alumno de la presencia de éstos.
Como conclusión podemos afirmar que se debe crear conciencia en el aprendiz de todos
estos obstáculos que presenta el uso de esta herramienta en la práctica de clase con el fin de
demostrar que la tarea del alumno como mediador no ha concluido con la aparición del
traductor. Su papel de intermediario entre el texto original y la interpretación es una
actividad que deberá seguir siendo aplicada con atención si se pretende lograr resultados
eficaces ya que este prometedor recurso electrónico aún dista de la eficacia de los lenguajes
naturales que es, en definitiva, el aporte irremplazable con el que contribuyen tanto
docentes como alumnos a la hora de la interpretación.
Referencias bibliográficas
Tusón Valls, A (1995): “L’aula com a escenari comunicatiu”. En Articles de Didáctica de
La Llengua y la Literatura, N°6, pp 47-58.
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