Núm. 293 - Publicaciones de Defensa

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EJEPCITO
Revista
ilustrada
Ministerio
de las Armas y Servicios
del Ejército
•
Ejército
junio
-
Revista ¡lustrada de las Armas y Servicios
1964
-
año XXV
-
sumario
número 293
La didáctica militar
teniente coronel de Artillería,
lacios Muñoz
J. Pa
3
Acerca de los principios del arte de
la guerra
capitán de Ingenieros del Sv. de E. M.,
R. Martín-Cifuentes y Miró
7
Reflexiones sobre la guerrilla.
acción guerrillero
capitán de Ingenieros deI 5v. de E. M.,
A. Mir Salas
11
II. La
La investigación operatoria. 1. Ca
rocterísticas. Posibilidades. Campos
de aplicación
coronel
RipoIl
de Ingenieros C. Samaniego
19
Descubrimientos arqueológicos de la
época romana en la frontera hispa
no-gala (Milicia y arqueología)
capitán de Infantería del Sv. de E. M.,
E. Osset Moreno
27
Estudios sobre aspectos concretos de
la táctica:
La Sección de fusiles en defensiva
capitán
de Infantería D. Serrodillo
Ballinas
y teniente de Infantería
L. Gróvalos González
35
Los Servicios del Regimiento blinda
do de Caballería
comandante de Caballería del 5v. de
E. M., F. Quintero Morente
37
Información e ideos y reflexiones
Importancia de España en la estrate
gia de los EE. UU.
F. Blanc. (Traducción del general de
Brigada de Infantería A. Romero de
Arcos)
45
Los alemanes en las zonas ocupadas
de Rusi.a durante la segundo guerra
coronel E. Lederrey. (Traducción de la
Redacción de «Ejército»)
49
53
Notas breves
inámico del automatismo de las ar
mas portátiles
M. Fry. (Traducción del coronel inge
niero de Armamento y Construcción,
P. Salvador Elizando)
54
59
De Criptografía
Regulación de escalas
coronel de Infantería del Sv. de E, M.,
63
N. Ariza García
(1)
A. Kerever. (Traducción del general
de División E. Alamán Ortegal
65
El estolinismo en la U. R. S. S.
Leo Moulin. (Traducción del general
de División E. Gallego Velasco)
67
Información
Del «Boletín mensual de Información
del E. M. C.»
69
El conflicto
Desarrollo
chino-soviético
militar extranjera
de la actividad
Guía bibliográfica
espaoIa
teniente coronel de IntendencIa J. Rey
72
de Pablo-Blanco
(Redacción)
79
ejército
REVISTA ILUSTRADADE
LAS ARMASY SERVICIOS
Madrid, Junio 1964—AíioXXV—Núm. 293
Depósito Legal: M. 1.633-1958
DIREcroft
ALFONSO FERNANDEZ, Coronel de E. M.
CONSEJO DE REDACCIÓN
General de División, Excmo. Sr. D. Emilio Alamán Ortega, en reserva.
General de División. Excmo. Sr. O. Juan Pérez-Chao Fernández, de la Empresa Nacional «Santa
Bárbara».
General de División, Excmo. Sr. O. Enrique Gallego Velasco, del Consejo Supremo de Justicia
Militar.
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Africanas.
General de Brigada, Excmo. Sr. O. Gonzalo Peña Muñoz, en reserva.
General de Brigada. Excmo. Sr. D. José Otaolaurruchl Tobla. Del Servicio Militar de Construcciones.
General de Brigada, Excmo. Sr. D. Alfonso Romero de Arcos, a las órdenes del Ministro del Ejército.
Coronel de Ingenieros, del Sv. E. M., O. José Casas y Ruiz del Arbol, de la Subsecretaría del Mi
nisterio del Ejército.
Coronel Ingeniero de Armamento, O. Pedro Salvador Elizondo, de la Dirección General de Indus
tria y Material.
Coronel de Infantería, del Sv. E. M., D. Narciso Ariza García, Jefe de la ,a Zona Instrucción Premilitar
Superior.
Tte. Coronel de Intendencia, D. José Rey de Pablo-Blanco, de la Escuela Superior del Ejército.
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el extranjero, en suscripción anual400
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Correspondencia
Correspondencia
para
colaboración,
para suscripciones,
11 pras. ejemplar.
70 »
,
,
211
al Director
al Administrador;1]
Las ideas contenidas en los trabalos de esta Revista representan únicame
la opinión del respectivo firmante y. no la doctrina de los organismos oficia
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lA DIDACTICAMILITAR
Teniente coronel de Artillería José PALACIOS MUÑOZ,
Montaña número 21.
JUSTIFICAcIÓN
Confieso que le he tenido y le tengo gran afición a
la «didáctica» en general. Por supuesto, que esto no
quiere decir que me considere a mí mismo como
inspirado por la musa del «Arte de Enseñar)) (bue
no, si es que hay esta musa), ni tampoco que me
crea lo suficientemente capacitado como para rea
lizar un trabajo monográfico relativo a géneros di
dácticos. Pero declaro—en tono quizá un tanto jus
tificativo de este trabajo y de los dos que le han
precedido en las páginas de esta Revista—que aque
lla afición hacia la cosa pedagógica y didáctica ha
ido creando primero, y fomentando después en mi
ánimo, una inquietud que, lejos de saciarse, va cre
ciendo y me apasiona. Creo, pues, llegado el mo
mento en que, anticipándome a una posible consun
ción del fuego que la vivifica, exponga mis empíri
cas observaciones al respecto y trate de contagiar
a los oficiales de esa inquietud que a mí me afecta.
Por mi parte estoy plenamente convencido de que,
por ser la ((didáctica» el «arte de enseñar», y siendo
como es una privativa misión del oficial la de ins
truir, la de enseñar, la de doctrinar, es decir, la de
comunicar sistemáticamente ideas, conocimientos y
doctrinas, así como también la de comunicar reglas
de conducta—que todo eso es enseñar—, la «didác
tica militar» debe ser tenida por todos los profesio
nales del Ejército, más que como un arte, como una
ciencia, de cuyo estudio y especialización se precisa,
y que, como tal, obliga en muchos de los momentos
de nuestro diario servicio. No puede ser relegada al
ámbito de los centros docentes del Ejército, ni mu
cho menos al interior de una decorosa vitrina, como
pieza de museo.
Y como en los trabajos precedentes abogábamos
por la actualización y modernización de la enseñan
za militar, que ya va evolucionando, y en ellos hacía
mención a nuevas técnicas y sistemas didácticos me
diante ayudas visuales valiosísimas—al tiempo que
exponía mis modestos conocimientos sobre la mo
derna didáctica militar norteamericana—que he re
cibido en persona, parece lógicp que intente buscar,
para mayor abundamiento de las teorías allí expre
sadas, pcisibles métodos o formas españolas al pro
blema de la enseñanza militar en las unidades de
nuestro Ejército.
He de hacer constar también, como preámbulo y
justiñcación, que pretendemos que nuestra labor no
del Regimiento de Artillería de
sea impertinente, como lo sería si intentásemos ha
blar de enseñanza militar en su aspecto orgánico y
constitutivo; en cambio, lo que haremos—en más
modesta escala, pero también interesante—será tra
tax de la «didáctica militar» bajo el aspecto funcio
nal y de puro ejercicio. Si a lo largo de estas líneas
nos referimos alguna vez a elementos orgánicos y
constitutivos existentes, es porque quizá una moder
nización en la metodología traiga consigo la necesi
dad de algún cambio o, incluso, de modestas crea
ciones orgánicas que le capaciten para adquirir un
carácter más extensivo en el desarrollo de su ejerci
cio funcional.
ESTRATOSoz
LA
zNSzÑANZA
MILITAR
En el ámbito de nuestro Ejército en la actualidad,
la enseflansa militar sistematizada, es decir, «la di
dáctica militar)), tiene su asiento y sustento dentro
de dos diferenciados círculos o estratos, cada uno de
los cuales posee un diferente radio de acción y des
arrollan su actividad específica valiéndose de estilos
didácticos diferentes también.
Estós estratos son, por un lado, el de las «Acade
mias» (General y Especiales), y, por otro lado, el de
las «Escuelas» (las de Aplicación de las Armas y las
Especiales y Superiores).
Ahora bien: aunque tanto en uno como en otro es
trato la enseñanza es lo esencialmente sustancial y
prominente, su funcionamiento didáctico se viene
realizando sólo de puertas adentro, esto es, sin ge
neral disposición, salvo escasas excepciones.
En el primer capítulo de este trabajo, cuando con
testábamos a la pregunta que nos hacíamos respecto
al «dónde y cuándo» hemos de atacar el problema
de la enseñanza militar, decíamos que era necesario
reforzarla mediante el ensayo de nuevos métodos
((en todo lugar en donde fracciones del Ejército se
encuentren ubicadas», y que, consecuentemente, no
es ya hoy éste un tema que deba ser desarrollado
con exclusividad en el interior de academias y de
escuelas, sino que por presentar una especial faceta
—la de la necesaria y constante actualización de co
nocimientos por los individuos de la colectividad—
se ha convertido en una cuestión de normalización,
de generalización y de «difusión» de las técnicas y
doctrinas que coordinen la formación de criteTiqs.
Todo ello, decíamos, con un carácter permanentQ en
3.
Concentración
de fuego jipo «Time
on target». (Del material de proyecciones
el tiempo, pero no rígido en la forma, ya que, de
existir, es preciso que vaya impregnado de esa fiexi
bilidad que cualquier enseñanza que se halle sujeta
a la ley de continua evolución debe poseer.
En efecto, se nota ya la falta de una didáctica per
manente de tipo difusivo y trascendental procedente
de los centros directivos de la enseñanza, y estamos,
como muchos, en la creencia de que debiera tener
vida, dentro de las escuelas militares, una rama nue
va capaz de absorber las técnicas y procedimientos
actuales, de elaborarla, de sistematizarla y, en la me
dida que dichas técnicas vayan adquiriendo categoría
de normativas, de difundirla directamente a las uni
dades para ser asimiladas por los cuadros de mando,
aun antes que se decrete formalmente su definiti
va reglamentación.
No basta ya—pongámonos la mano en el corazón—
ni con artfculos de revistas nacionales o extranjeras,
en cuyas ideas sólo se expresa la opinión del firman
te, ni con los boletines de información, que tienen
siempre una difusión más o menos limitada o res
tringida. Ya quedó, por otra parte, bien sentado que,
en la época en que vivimos, no se puede fiar—como
4
de la Escuela de Fon
Still, Estados
Unidos.)
quizá de antiguo pudiera haóerse—en que la difusión
de este tipo sea la única fuente de información y de
actualización de conocimientos, porque, desgraciada
mente hoy, y por muchas razones, esto es sólo via
ble, no ya Ünicamente para los estudiosos, sino para
los que entre éstos dispongan de tiempo para serlo.
Y, sin embargo, la tal actualización nos es radi
calmente necesaria y precisamente a todo lo largo
de la vida profesional ((activa)). Hoy ya la implacable
y vertiginosa ley de evolución Impera sobre técnicas
y materiales y no permite ni la espera de los años
ni es suficiente para vencer su fuerza, la personal,
singular y esporádica verificación de conocimientos
mediante una asistencia minoritaria a cursos que,
además de cortos y caros, son únicamente realiza
bles en el interior de las aulas de aquellos centros
docentes para los que proporcionar esta información
es de su exclusiva competencia.
Y aviso al llegar a este punto que no estoy tratan
do de hacer una apología de los tan discutibles ((cur
sos por correspondencia)), como quizá a alguno pu
diera parecer. Nada más lejos de la verdadera rea
lidad de lo que pretendo indicar, y que es esto: la
creación de una «didáctica de escuela» oficialmente
amparada y abastecida con la cooperación del actual
Centro de Fabricación de Ayudas a la Instrucción, y
que determine la figura y presencia real de métodos
y procedimientos que han de servir de mucho para
crear y mantener el tan necesario espíritu en las doc
trinas, en los métodos y en el tecnicismo cientffico
militar.
Y está bien. Es de creerlo... Esta es una de las
razones por las que lamento que este trabajo de
tipo monográfico que estoy realizando no se pueda
convertir en otro tipo de «seminario», mucho más
fructífero sin duda en todos los aspectos, y en el que
los interesados en este estudio pudiéramos asistir de
alumnos bajo la sabia dirección de profesores espe
cializados... Sin embargo, y como esto de momento
si que no es asequible, quiero y debo ya mismo re
futar el aserto y librarme de la estocada.
¿EscoLAsTIcIsMo MILITAR?
¿Puede existir, o no, un escolasticismo militar?
Sí. Me resistía a emplear la palabrita y he tenido
Yo me remito simplemente al hecho real y certí
que claudicar porque, diccionario de la Real Acade simo de que, para inculcar y mantener procedimien
mia de la Lengua en mano, a tal palabra correspon tos o formas de hacer en toda su pureza, inclusive
de tal concepto de «espíritu de escuela en las doctri aquellos métodos y procedimientos a los que obliga
nas, etc,». He de plantarla, pues, aquí, aun a trueque la aplicación estricta de las técnicas constreñidas en
de tener que ponerme inmediatamente en guardia el rigorismo de los párrafos de los reglamentos, es
contra el posible ataque que de un supuesto grupo necesario desarrollar una didáctica especial que, na
de lectores de más edad que sin vacilación, y aunque cida en las escuelas correspondientes y salvaguarda
sea con ánimo de sana polémica, puede intentar ti das por ellas, es la que crea o deja de crear eso que
rarme su primera estocada con el antiguo florete de se llama «unidad de doctrina». Pues bien: si en la
«que no existe más escolasticismo militar que aquel milicia la unidad de doctrina en técnica, métodos y
que está sabiamente encerrado en el sancta santo procedimientos es tan ineludible como necesaria de
rvm de nuestros reglamentos».
ser mantenida, una didáctica militar que consiga
El «Fadac», computador
electrónico
para tiro de grupo.
5
Entonces se ambienta, toma contacto, vive por un
tiempo la vida del estudioso, actualiza sus conoci
mientos; dentro ya de la escuela es incluso informa
do de nuevas teorías que podrán llegar a ser futuras
cuestiones normativas o reglamentarias, trabaja en
equipos de moderno material y puede que hasta
llegue a comenzar a especializarse en algo concreto;
pero termina su curso, obtiene un grado y, de inme
LA DIDÁCTICA
DIFUSIVA
diato, pierde la ligazón y, con la ligazón, «el escolas
Pero no basta, entonces, con las dos categorías de ticismo)); y se oxida nuevamente para terminar, qui
la ((didáctica militar)) actualmente existente. En efec zá, vivaqueando en un ambiente de prematura cadu
cidad profesional al calor de sus recuerdos, sin cons
to, volviendo al hilo de nuestro cortado raciocinio
tatar que se encuentra a la orilla de un río que, pa
acerca de los distintos estratos de la enseñanza mi
sando y pasando, lleva constantemente entre sus
litar, y dando por hecho que debiera existir una per
frescas aguas nuevas concepciones, nuevas teorías,
manente y real difusión de los conocimientos de ac
tualidad, se nos presenta ahora un nuevo plano en nuevas materias, nuevas técnicas y nuevos medios de
el que la didáctica militar ha de ser desarrollada:
es acción..., y de pronto, ¡cataplum!, le sorprende la
aquel en que se ha de mover y desarrollar una en riada de uno o de varios reglamentos—que a él se le
antojan revolucionarios—que le arrollan y le dejan
señanza que, emanada de las escuelas, centralizada
inconsciente y turulato, aunque los tales sólo tengan
en un organismo estructurado en ellas y difundida
mantenerla
es, por si sola, suficiente y capaz de au
tcntificar y dar vida a un ((escolasticismo militar)), en
tendiendo como tal ((el espíritu de escuela en las doc
trinas, en los métodos y en el tecnicismo científico)),
como la definición del concepto obliga.
con la cooperación del ya existente Centro de Fabri
cación de Ayudas a la Instrucción, vaya a parar di
recta y masivamente
a las salas de conferencias de
los cuarteles.
A este nuevo estrato podríamos denominarle el de
la «didáctica escolástica difusiva)), y con él ya serían
tres los planos de desarrollo de la ((didáctica mili
tar)), a saber: el de la ((didáctica militar académica)),
el de la ((didáctica militar escolástica)) y el que aca
bamos de bautizar con el nombre de ((didáctica mi
litar escolástica difusiva)), que es la que prácticamen
te no existe hoy, y que de existir completaría
de
modo efectivo la instrucción de los oficiales dentro
mismo de la esfera de acción de su trabajo, median
te una acción doblemente beneficiosa: la de prepa
rarles para la realización de los cursos «de presente))
que deben verificar en las escuelas, y la de prolongar
y actualizar en todo momento sus conocimientos más
allá del espacio de sus aulas, tras el corto período
de tiempo que los referidos cursos ocupan.
Hoy no existe esto, y ¿qué ocurre? Que el oficial
casi se encuentra como un extraño en la casa misma
en donde radica el alma-mater de sus conocimientos
profesionales...
Bueno, quizá sea. un poco duro el
así expresarlo, pero no ‘vamos muy descaminados si
consideramos
la realidad de los ‘hechos y vemos que,
generalmente
hablando, es merced a la labor previa
—intensiva y coactiva—que realiza con miras al exa
men que le aguarda, por lo que se pone al corriente
de unas cuestiones profesionales que, con anteriori
dad a esas fechas, también debieron haberle intere
sado y, de hecho, le interesaban en el diario ejercicio
técnico de su profesión. Mas si con más o menos es
fuerzo tiene ahora que estudiarlas, signo es evidente
de que no poseía tales conocimientos
o que los co
nocimientos
que poseía han evolucionado a sus es
paldas.
la categoría de provisionales...
Sí, convenzámonos:
una labor escolástica,
difusiva
y continuada, evitaría posibles errores y obtendría
—en el trabajo de índole técnica—unos resultados
mucho mejores por parte de unos oficiales que hoy
no disponen de fuente oficial adecuada en la que sa
eiarse «obligatoriamente», sientan o no la acucia de
la sed.
CONCLUSIÓN
Quede, pues, como conclusión y por exhaustividad
bien explícita la idea de que es hacia una didáctica
escolástica y difusiva, regularizada y sistemática, so
bre la que intentamos dirigir nuestros fuegos como
objetivo de este y de los precedentes trabajos (los re
lativos a la «enseñanza militar y las ayudas de ins
trucción)) y al «método audio-visual de enseñanza))),
aspirando a que les sigan otros como eco del impac
to que esta cuestión produzca en la inquietud ajena
confiuyentes todos en la necesidad real de una mo
dernización de la enseñanza militar, como la que
actualmente se encuentra ya en vías de desarrollo.
Y todo ello porque creemos firmemente que es tiem
po ya de conseguir que las Escuela Militares sean
abastecidas de los medios necesarios que les liberen
de su actual didáctica—de tipo no escolástico pre
cisamente, sino de tipo marcadamente académico—,
como el que hoy les caracteriza. Conseguido ello, ten
dremos que ayudarle todos a que sean mantenedoras
de un «escolasticismo militar)) doctrinal y perdura
ble, anticipado y subsiguiente a la publicación del ri
gorismo articulado de los reglamentos, por demás
excesivamente laboriosos y tardíos en cuestiones que,
como las de la técnica militar, no están sujetas, ni
mucho menos, a temporal inmutabilidad.
ftCERCA
DE
[OSPRINCIPIOS
DELARTE
DELAGUERRA
Capitán de Ingenieros
del Si’. de E. M., RamónMARTIN-CIFUENTESY MIRO, del
Los tratadistas militares de los diferentes países,
al igual que las doctrinas oficiales respectivas, han
definido y precisado siempre diversos principios fun
damentales del arte de la guerra. Muchos de los con
signados por unos no figuran en las relaciones de los
demás. Las doctrinas se limitan a establecerlos como
axiomas sin posible demostración. Como quiera que
el tema es pródigo en sugei’encias, las consideracio
nes que siguen giran sobre el mismo y son redacta
das sin otra finalidad que ofrecer un proceso lógico
para el estudio de este asunto.
-
La actividad bélica del hombre—la guerra—sólo es
una de las muchas que a lo largo de su existencia
puede desarrollar, ya se le considere como individuo
aislado o, en colectividad, como nación. Es una fa
ceta importante, pero parcial, de su actividad huma
na toda. Por ello, más que principios de la guerra,
hemos de buscar axiomas o constantes de acción.
Toda actividad, entendida en su sentido más am
plio y general, requiere para su feliz conclusión la
concurrencia de una serie de circunstancias tan de
finidas que, precisamente por darse siempre en el
tiempo y en cualquier actuación, podemos considerar
como constantes de acción o de actividad. Estas son
—no pueden ser otras—las siguientes: «conocer» lo
que creemos que se ha de hacer, «poder» llevarlo a
cabo y «querer» hacerlo. Faltará, por último, «reali
zarlo». En resumen, podríamos decir que se trata de
hacer bien o mal lo que debemos, podemos y quere
mos hacer.
Hemos formulado, en realidad, los motivos, causas
o pretextos de todo acto humano. Por tal se entien
de el realizado voluntariamente, con libertad y
conocimiento de fin. Hay realizaciones que no pueden
encajar en la categoría de actos humanos por no
reunir alguna de aquellas notas; pero la actividad
que ahora nos ocupa, la guerra, no podemos admitir
M. Ç,
que pertenezca a este grupo ajeno a los actos hu
manos, dado el punto de vista filosófico adoptado. En
cuanto al orden en que los citamos, es el natural en
el proceso de un acto.
Al tratar de aplicar el punto de vista citado a la
faceta guerrera de la actividad humana, aparecerán
ante nuestra vista, después de un detenido examen,
una serie de ideas o conceptos, de contenido esen
cialmente militar, configurantes de las distintas cons
tantes citadas. Tales conceptos o ideas, en su conjun
to, representarán la formulación concreta de cada
una de aquellas constantes en su dimensión bélica.
Tendremos así que el «querer» bélico, por ejemplo,
se definirá por una serie de ideas generales que, par
cialmente consideradas, no representarán más que
una fracción o aspecto de aquel «querer». Y lo mis
mo las demás.
Con lo hasta ahora dicho basta para comprender
la gran variedad de «principios» inmutables hasta la
fecha formulados y la aparente incongruencia que
existe en esa diversidad de los admitidos por distin
tos países o tratadistas. Se tratará sólo de una se
lección, más o menos afortunada y completa, obte
nida a partir de aquellos conceptos «configurantes»
citados.
Esto en cuanto a los principios. Por lo que respec
ta a los procedimientos, cuya variación en el decur
so de la historia y su gran flexibilidad de aplicación
—de acuerdo con las circunstancias especiales delmomento—es algo que todos admitimos, cabe decir
que únicamente son el modo concreto de actuar para
que nuestra actividad esté acorde con los principios
integrados en aquellas constantes.
Tras esta a modo de introducción y sin ánimo de
sentar doctrina, consideraremos brevemente cada una
de aquellas constantes en su faceta militar. Presen
taremos al lector, más que una relación definitiva y
exhaustiva de principios—labor por encima de nues
tros propósitos y condiciones—, una línea de pensa
mientó que tal vez ha llevado a las diferentes doc-
trinas a fijar como principios los que en las mismas
aparecen con el solemne clfflcativo de inmutables.
medios a fines. Y como constante deducida de la
idea de libertad, implica la ausencia de una coacción
externa (enemiga) tal que impida toda alternativa.
Es contar con el instrumento adecuado para la la
bor y poderlo manejar. (Si tal instrumento no existe
Consideremos, pues, aquella primera constante: y se tratara de crearlo, el «objetivo» sería entonces
« conocer exactamente lo que se ha de hacer)).
otro y no hace al caso.)
Ante todo, este ((conocer)) no se entiende en el sim
Determinar cuáles sean los conceptos bélicos deter
ple sentido de comprender perfectamente la misión minantes del «poder» es labor ardua. También des
que se nos haya ordenado realizar. Le damos al «co pués de un somero análisis admitimos los siguientes,
nocer» toda su amplia dimensión de saber lo que se que sin más explicación de su presencia aquí que una
quiere o pretende en último extremo y de saber ele ligera meditación sobre ellos pasamos a enumerar:
gir lo que conviene: tiene un sentido trascendente
superioridad moral y material sobre el enemigo
de finalidad o propósito que en escalones tácticos
en
conjunto y en cada acción concreta;
vendrá fijado por el Mando en su idea de maniobra,
solidez de la retaguardia;
pero que en la alta cima del Mando político y mili
suficiente base económica e industrial del país,
tar exige una previa labor compleja, encaminada a
etcétera.
la fijación y formulación concretas de un objetivo
último, de un plan o propósito general.
Ello en cuanto a tener el instrumento. En cuanto
Lo anterior hace que por algunos se haya definido a la libertad de actuar con él, están:
esta constante como «principio de objetivo» por
seguridad, con sus factores anexos de informa
creerse que tal denominación resume y comprende
ción,
medidas de protección y secreto;
bien sus conceptos o términos bélicos configurantes.
libertad
de acción en su doble vertiente de li
Pasando a cuáles puedan ser éstos, aparecen »
bertad
de
«concepción-decisión» y de «planifica
nuestra consideración, en un primer análisis, los si
ción-realización»;
guientes:
sorpresa, etc.
Coincidencia de los objetivos político y militar
Si tratáramos de buscar una idea que definiese un
de la guerra o, al menos, coordinación de sus
principio inmutable comprensivo de tales conceptos,
exigencias respectivas.
Unidad de mando que deflna aquellos objetivos. nos veríamos en un aprieto. La misma expresión «ac
Confrontación a priori de tales objetivos prefi ción de conjunto», aun en un sentido diferente al an
jados con las posibilidades de su realización (se tes empleado cuando hablábamos del «saber», podría
trata de ver si el instrumento a emplear es bas servirnos. Tal vez la mixta de «superioridad y liber
tad de acción» fuese más exacta. Otros preferirán la
tante para el trabajo previsto).
Decisión que fije concretamente aquellos obje denominación general de «seguridad». Quede así la
tivos después de seleccionados y ponderados, cuestión por el momento.
etcétera.
Cuáles de ellos deban ser elevados a la categoría de
principios inmutables, es más discutible. Admitamos,
La tercera constante de las expresadas es «querer))
si acaso, el llamado «principio de objetivo», por con
siderar que los sintetiza bastante bien de acuerdo hacer aquello que se puede y se desea. Supone, en
con lo señalado. En un sentido menos definido podría definitiva, templar el instrumento con que contemos
también pensarse que el logro simultáneo de todas —y que podemos manejar—para ponerle en condicio
las ideas configurantes citadas se conseguiría con una nes de uso.
Los conceptos específicamente militares incluidos
apreciación conjunta de sus respectivas exigencias y
que la expresión «acción de conjunto», entendida nn en este «querer» tienen iguales dificultades para ser
este sentido amplio, podría dar nombre al principio determinados con precisión que los integrantes de
las constantes anteriores. Consecuentes con nuestró
derivado de esta constante.
Igualmente podríamos elegir como principios in deseo de ofrecer algunos de ellos al menos, podemos
mutables no sólo los términos «objetivo» y «acción adoptar, sin duda, cuantos siguen. En primer lugar, la
de conjunto», sino toda la gama de conceptos inte «movilización», entendida como orientación a la lucha
gradores citados: «unidad de mando», «coordina de cuantos recursos disponga el país. En el restrin
gido marco táctico sería la «concentración» de los
ción)), «elección», etc.
medios todos a un mismo fin.
Como este «querer» entraña una voluntad de ac
ción—independiente de la acción misma—manifesta
La segunda constante—epoder» hacer lo que sabe da en las de «movilización)) y «concentración» men
mos es nuestro objetivo—entraña una adecuación de cionadas, podemos citar aquí como ingrediente del
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
8
«querer» la voluntad de vencer, reflejo en suma de
un espíritu de acción ofensiva.
Implica también el «querer» otros conceptos: dis
ciplina, instrucción, etc. Supone una planificación asi
mismo. Muchas ideas concordantes más podrían
traerse a colación: iniciativa, audacia, explotación del
éxito, economía de fuerzas, impulsión, cooperación,
etcétera.
Si hemos de elegir alguno o varios conceptos para
considerarlos principios, después de eludir conside
racionesidénticas a las antes citadas sobre la «acción
de conjunto»—que, al igual que en anteriores cons
tantes, podría resumir imperfectamente el «que
rer»—, nos quedaremos, como más comprensivo a
nuestro entender, con el de «movilización». Entresa
camos, además, la voluntad de vencer y la explota
ción del éxito como más importantes.
Con el «hacer» entramos en el variable terreno de
los procedimientos: presupone un empleo acertado
del instrumento combativo, ya sea éste el conjunto
de los recursos de un país o tan sólo una unidad
combatiente. Siendo este «hacer» la actuación concreta del hombre en el campo de la realidad exte
rior, fuera ya de todo proceso cognoscitivo-volitivo
interno, comprenderá las técnicas particulares de
proceder que el estado del arte militar de su tiempo
y el progreso de los medios de combate le aconse
jen, entrando en parte elevada la capacidad creadora,
artística—no en vano se habla de arte militar—, que
su personalidad le dicte.
Estos procedimientos varían al compás de las épo
cas y se reflejan en las doctrinas oficiales que supo
nen un marco o límite insoslayable para la genera
lidad de los actuantes. Pero su evolución histórica no
se opera por decisión oficial que cambie aquellos
postulados. Es el genio militar, ese hombre que en
toda contienda aparece en raros ejemplares quien,
al estar dotado de la doble capacidad de artista crea
dor y de conocedor profundo de lo hasta el momen
to reglamentado, perfecto artífice, además, del instru
niento puesto en sus manos, ve la necesidad de sa
lirse de los cauces que puedan representar aquellos
reglamentos por estar desbordados ante los medios
nuevos que surgen, y dejando de ser artesano de .!a
profesión se convierte en artista al trazar nuevos
caminos y orientaciones, nuevos procedimientos en
suma, que a los demás nos servirán de enseñanza y
concluirán por incorporarse al variante acervo de lo
reglamentario.
lificarlas en seguida de principios inmutables. Pero,
por no ser menos en audacia, elegiremos también
nuestros principios.
Hasta el momento hemos seleccionado los siguien
tes: objetivo y acción de conjunto, de la primera
constante (conocer); acción de conjunto, superiori
dad, libertad de acción y seguridad, de la segunda
(poder); y, por fin, movilización y acción de conjunto,
voluntad de vencer y explotación del éxito, de la ter
cera (querer).
Si de entre todos ellos hemos de elegir dos o tres
como más generales y comprensivos de toda la ac
tividad bélica del hombre, y aun a riesgo de que su
excesiva amplitud—que inexorablemente hay que dar
les ahora—vaya en perjuicio de su exacta precisión
c determinación, podríamos seleccionar éstos:
—
—
O»mrivo. Entendido en el sentido de meta de
nuestra
actividad. En él queremos encerrar el
resultado
del indispensable proceso cognosciti
vo previo a toda actividad a realizar.
LIBERTAD DE AccIÓN. Tomada como reflejo exacto
de nuestro «poder>,. Será la capacidad de obrar,
—
no guiada por imposiciones tiránicas enemigas
ni por limitaciones propias invencibles.
VOLUNTAD DE VENCER. Espejo
de un indudable
«querer llevar a cabo nuestro cometido».
Con lo dicho hasta el momento creemos hay bas
tante para poner de manifiesto lo difícil y arriesgado
Eludimos
el de acción de conjunto precisamente
que resulta elegir tan sólo tres o cuatro ideas y ca- por la vaguedad que toma en aras del excesivo al-
9
cipios no tiene más valor que el puramente especu
lativo.
Su estrategia de aproximación indirecta—en cuya
valoración no entramos—es un canto a unos tipos de
procedimientos estratégicos que presentan el común
denominador de su esencia «indirecta)) en el perse
guir de su finalidad.
Liddel Hart abona la idea de que no puede redu
cirse el arte de la guerra a la formulación de una
serie de principios expresados por la simple enuncia
ción de una frase breve o de una sola palabra. Al
pretender darle esta configuración tan escueta, su
excesiva sobriedad les hace perder totalmente su sen
tido, y entiende que su interpretación varía con el
S.S
pensamiento que cada intérprete de ellos posea de
antemano. Ello no impide que establezca unas má
De intento hemos dejado para el final hacer unas ximas a modo de principios (2).
consideraciones acerca de uno de los tratadistas más
La deducción de estos axiomas o máximas regula
originales y profundos de nuestro tiempo.
doras de la actividad bélica, que en su esencia están
La estrategia de aproximación indirecta del inglés a caballo a veces de lo que entendemos por princi
Liddel Hart podría resumirse diciendo que, en la gue pios o procedimientos separadamente, es puramente
rra como en la paz, el camino más corto entre dos empírica. Partíendo del estudio detallado de nume
puntos (léase deseo y satisfacción, iniciación del com rosas campañas—algo influido sin duda ya a priori
bate y victoria) casi nunca es la línea recta. Esta por las conclusiones que anuncia, desde el primer
afirmación, que refrenda con abundantes ejemplos instante, que va a obtener—, sintetiza, por vía induc
históricos, la actualizan hoy nuevos tipos de guerra: tiva, aquellos axiomas partiendo de lo que sólo son
psicológica, subversiva, etc. Para Liddel Hart existe meros procedimientos. Con ello sigue un camino in
un único principio, «la concentración)), cuya exacta verso del insinuado en nuestras anteriores líneas, pu
comprensión precisa de una explicación discursiva, ramente deductivo.
no demasiado amplia, pero indispensable (1). Tam
(2) Ajustar el fin a los medios disponibles.
bién advierte que el trabajo de investigar los prin
No perder nunca de vista el fin.
canee que hemos pretendido darle. Como resumen
imperfecto de todos los seleccionados, cabe reservar
para él un lugar en aquella lista.
Queden los restantes..—superioridad, seguridad, et
cétera—como principios de segundo rango.
Sin proponérnoslo de antemano hemos trazado una
tabla muy similar a la que nuestra doctrina preconi
za. Sirva lo expuesto, por tanto, como muestra im
perfecta del camino que posiblemente se siguió en
su fijación y como sugerencia para que otros pro
fundicen en estas ideas pletóricas de sugerencias y
posibilidades.
—
—
(1) ((Concentraciónde la fuerza contra la debilidad)).
Esta concentración depende de la dispersión de la fuer
za del contrario, lo que a su vez es fruto de la distribu
ción de la propia, la cual proporciona la apariencia y el
efecto parcial de la dispersión. Dispersión propia, dis
persión enemiga, concentración propia, tal es el orden
lógico en que cada término deriva del anterior. La ver
dadera concentración es el fruto de una dispersión calcu
lada. (Lxeoa HART: La estrategia de aproximación indi
recta.)
—
—
—
—
—
Escoger la línea (o acción) más inesperada.
Explotar la línea mínima de resistencia.
Escoger una línea de operaciones que ofrezca objetivos
alternativos.
Cuidar de que sean flexibles tanto el plan como los
dispositivos.
No lanzar todas las fuerzas en un golpe mientras el
enemigo está en guardia.
No renovar un ataque siguiendo la misma línea (o en
la misma forma) una vez que ha fracasado ya. (Lm0EL
Usar, op. e.)
1
1
1
.1
‘o
•
(1
4Jeflexiwzes
sobre lagiierrilta
II: La acción guerrillera.
Capitán de Ingenieros del Sv. de E. M., Ántonio MIR SÁL.ÁS, del
Regimiento de Zapadores Ferroviarios.
En un trabajo anteriormente publicado (*), he
mos definido la acción guerrillera como un as
pecto de la guerra de guerrillas, consistente en la
acción bélica especial, desarrollada en un territo
rio ocupado y controlado por el enemigo, por una
fuerza constituida por grupos armados al servicio
de una idea, apoyados por la masa o parte de la
población civil que habita dicho territorio y que
constituye su propia retaguardia, con la finalidad
de cooperar directa o indirectamente al éxito de
las operaciones del Ejército regular propio o alia
do y estorbar las del enemigo, o crear las condi
ciones necesarias para arrebatar el control de aquel
territorio al enemigo.
Pasemos ahora a considerar algunos puntos im
portantes de la guerra de guerrillas en este aspecto.
Los
PRINCIPIOS
Debemos convenir con que los principios que ri
gen la guerra regular son aplicables perfectamen
te a la lucha de guerrillas: voluntad de vencer,
(*)
Véase el número
último.
de EJÉRCITO del
mes -. de
mayo
acción de conjunto, sorpresa, libertad de acción,
aprovechamiento
del éxito, economía de fuerzas.
Nuestra doctrina provisional señala como prin
cipios fundamentales del empleo de las guerrillas
la sorpresa y la audacia.
Ojeando los llamados ((siete puntos principales
de la táctica de guerrillas)), que figuran en un do
cumento vietnamita dado a conocer .por el e2sme
Burean de E. M. des F. T N. V.», y que fueron
aplicados en China, Indochina y Argelia, encon
tramos los siguientes: inteligencia, iniciativa, vo
luntad, resolución, secreto, celeridad y perfección.
Sin embargo, a estos principios debemos añadir
uno que, a juicio de algunos destacados tratadistas
de este tipo de lucha, es el más importante: el de
la solidez de la retaguardia. Mao Tse Tung, al ana
lizar los factores constantes de la guerra revolu.
cionaria (y qué son, si no, los principios?), decía:
((Distingo cinco, pero el primero es el más impor
tante de los ractores que actúan constantemente:
el de la solidez de la retaguardia.)) «La solidez de
la retaguardia se coloca antes que el número y ca
lidad de las divisiones, antes que el armamento de
esas divisiones y antes que la capacidad de orga
nización de los cuadros del Ejército.» Y añadía:
:ti
((Cuando es preciso pasar a la contraofensiva, se
debe pensar en los factores, que son naturalmente:
el enemigo, el terreno, la misión, los medios; pero
hay uno solamente que es esencial: el de la soli
dez de la retaguardia. Si éste no existe, no vale la
pena comenzar.))
Principio que debe tenerse en cuenta antes de
iniciar una acción de guerrillas, asegurándose de
la existencia de una retaguardia sólida, compacta,
que pueda soportar el peso de la lucha. Si no se
cuenta con ella, hay que tratar de conseguirla, y
si no se consigue, ((no vale la pena comenzar)).
Pero hemos dicho al definir la ((acción guerri
llera)) que su retaguardia la constituye la pobla
ción civil que habita el territorio donde se lucha,
siendo ésta, a mi juicio, la característica diferen
cia! de esta guerra: la superposición en un mismo
espacio geográfico de la zona de combate y la re
taguardia.
Por tanto, como dice el coronel Lacheroy (1),
el problema número uno es el de tener en las ma
nos a las poblaciones que sirven de soporte a esta
guerra y en medio de las cuales tiene lugar. El
que las consiga o las tenga en sus manos, ha gana
do ya. Afirmando el coronel Demange: Condición
imperativa y primordial es el apoyo de la pobla
ción, obtenida de buen grado o, a falta de otra
cosa mejor, conseguido por la violencia.
Esta premisa no implica que necesariamente la
totalidad de la población deba estar de parte de
las guerrillas para que éstas puedan iniciar su ac
ción. eMiksche considera viable la fórmula siguien
te: 2 a 3 por 100 solamente de rebeldes activos,
apoyados por un 10 a 20 por 100 de simpatizan
tes; el resto del país, deseoso ante todo de vivir
en paz, observará respecto a ellos una actitud pa
siva e incluso hostil. Cuando los habitantes se ad
hieran espontáneamente y en mayoría a las ideas
y fines de la guerra por los cuales lucha la guerri
lla, la tarea de esta última es fácil)) (2).
((Creo que hay que desechar en absoluto el con
cepto de que las guerrillas se bastan por sí solas
con la ((colaboración)) de algunos elementos de la
población civil. Lo importante, lo fundamental,
no es el número de los colaboradores, sino el he
cho de que exista una verdadera «organización»,
(1) VéaseLa guerra revolucionaria y el arma psicológica,
conferencia pronunciada en la Sorbona al 2 de julio de 1957.
(2) Coronel Demange.
Í2
paralela a la de las guerrillas, encargada de crear,
mantener y ampliar la retaguardia de aquélla.)) ((El
control o la conquista de la población descansa en
la existencia de una organización político-militar
territorial conducente a la militarización)) (3).
Esta organización, que cumplirá las funciones
de base logística y gran red de información, debe
rá estar forzosamente incrustada en la masa de la
población y en íntima coordinación con las gue
rrillas. Cuando se cuente con ella, aunque sólo sea
en forma reducida, pero con perspectivas de des
arrollo, entonces podrán iniciar su actuación las
guerrillas. Intentarlo antes sería, al decir del co
ronel Demange, e puro romanticismo)).
Los
PROCEDIMIENTOS
Los procedimientos empleados en la guerra de
guerrillas diferirán lógicamente de los usuales en
una guerra regular. Se comprende fácilmente, ya
que este tipo de lucha se desarrolla en unas con
diciones totalmente diferentes. Esta circunstancia,
que le ha valido la denominación de guerra irre
gular, creo que no debe interpretarse de una ma
nera total, sino más bien general.
La lucha de guerrillas se libra en forma de pe
queños combates independientes a cargo de dife
rentes partidas, entre las que no se precisa una
estrecha
coordinación,
como
ocurre
entre
dos uni
dades colaterales en guerra regular. En ella será
posible una mayor iniciativa no condicionada por
normas ni reglamentos. El empleo de estratagemas
y añagazas para conseguir la sorpresa será fre
cuente.
Pero esto no quiere decir que los procedimien
tos utilizados sean siempre irregulares. En ocasio
nes la forma de operar de una guerrilla, por lo
menos en algunas fases de la acción, será idéntica
a la que adoptaría una pequeña unidad en el ata
que a un objetivo similar en el marco de una gue
rra regular.
Aquí podríamos decir, parangonando
nuestra
doctrina provisional, que la aplicación acertada,
en cada momento, de los procedimientos más ade
cuados expresa la capacidad del mando de gue
rrillas.
(3)
Coronel Demanga.
ESTRATEGIA,
TÁCTICA
T LOGÍSTICA
Este tipo de lucila tiene sus propias normas y
constantes estratégicas que es preciso estudiar y
conocer. Generalmente no se toca este aspecto del
problema y, sobre todo, no se distingue de los as
pectos táctico y logístico, que suelen ser tratados
con mayor detenimiento y extensión. Sin embar
go, no cabe duda de que existe y que su importan
cia es fundamental.
La estrategia en una acción guerrillera respon
derá, entre otras, a las preguntas:
¿Cuándo?—Hemos
visto que para tener garan
tías de éxito es preciso preparar la retaguardia a
fin de que tenga la solidez necesaria. Esta prepa
ración correrá normalmente a cargo de elementos
ajenos a las guerrillas, aunque en ocasiones éstas
podrán colaborar a ese fin. La organización gue
rrillera también requerirá su proceso. Estos facto
res, junto a otros de índole diversa, aconsejarán el
momento más propicio para desencadenar la gue
rra de guerrillas.
¿Dóndc?—El
terreno es un factor esencial en
esta lucha. Las regiones accidentadas y difícilmen
te accesibles a los medios motorizados son repu
tadas tradicionalmente como favorables a las gue
rrillas. Pero no menos cierto es que para que la
acción tenga efectividad es preciso que el enemi
go tenga necesidad de esas regiones. Mao Tse Tung
afirma: ((No establecerse en los desiertos: el ene
migo no va a los desiertos.» Aún más, entre varias
regiones unas tendrán más importancia por los
objetivos que incluyan que otras. La estrategia
tendrá que definir zonas de esfuerzo principal,
donde interese llevar la acción con la máxima in
tensidad.
¿Para qué?—Que es lo mismo que decir finali
dad. Será preciso marcar unos objetivos generales
y unas finalidades a alcanzar en la lucha guerri
llera. Todo ello en forma coordinada y en benefi
cio de las operaciones que realice el Ejército re
gular, caso de que exista, o de acuerdo con la po
lÍtica general de la guerra, sea regular o subver
siva.
La táctica responderá a la pregunta:
¿cómo
llevar a cabo las operaciones para alcanzar los ob.
jetivos propuestos? Toda operación guerrillera de
berá ser preparada minuciosamente, basándose en
una amplia y segura información. Se tendrá en
d
La’,
¡1
E
i’
1
cuenta que «si la victoria no está asegurada, es
preciso saber rechazar resueltamente el proyecto
de ataque y esperar una ocasión más favora
ble» (4).
Esta minuciosidad vendrá impuesta principal.
mente porque, una vez puesta en marcha la ac
ción, cuando. la guerrilla haya iniciado su movi
miento de aproximación al objetivo en grupos
dispersos, será muy difícil o imposible modificar
el plan trazado, toda vez que el enlace no podrá
realizarse
fácilmente. El secreto, preocupación
constante de la guerrilla, deberá mantenerse inelu
diblementes antes, durante y después de las ope
(4) Los siete puntos principales de la táctica de guerrÍ
lles, documento vietnamita dado a conocer por el 25 Bu
rean de E. M. des F. T. N. V.
‘3
raciones.
No es posible
pensar en un enlace
por
serían lo.
medios radio que, dada su indiscreción,
calizados inmediatamente por el Servicio de Es.
cucha enemigo. Es preciso que cada grupo y cada
hombre sepa por dónde debe acercarse al objeti
vo, lo que tiene que hacer y por dónde debe re
plegarse para que todo sea ejecutado con el má
ximo secreto y rapidez.
La logística responderá a la pregunta ¿con qué?
Las guerrillas se apoyan en su retaguardia, cons
tituida por la población civil. En principio, apro
vecharán al máximo los recursos naturales
que
ofrezca el país. Como ciertos elementos, principal.
mente armamento
y material,
no se podrán con
seguir y otros escasearán
o no serán suficientes,
debido al control ejercido por el enemigo, que tra
tará de minar de esta forma la organización
gile.
14
rriliera,
será
preciso
valerse
de
otras
fuentes,
tales como depósitos secretos establecidos
con an
terioridad
(cuando esto haya sido posible) y abas.
tecimientos
procedentes
del exterior,
transporta
dos por medios aéreos, navales o terrestres.
Por otro lado, pensar en mantener una guerra
de guerrillas con estos últimos medios exclusiva
mente resultaría muy aventurado. No debe olvi
darse que «el factor esencial de la superioridad
del guerrillero sobre el soldado regular es la sim
plicidad de sus exigencias)) (5), que puede satis
facer, en su mayor parte, sobre el propio terreno
de combate.
El problema logístico debe estar resuelto antes
de iniciar la lucha de guerrillas. Será un punto
(5)
C. Rougeron.
importantísimo
a considerar en las fases previas instrumento de una guerra irregular. A efectos de
al desencadenamiento de la misma.
instrucción táctica de guerrillas puede establecerse
Finalmente,
consideremos que ((la guerrilla es una organización tipo, pero en la realidad no creo
la estrategia del 1 contra 10, la táctica del 10 que esto sea conveniente, ni aun posible, por lo que
contra 1, la acción psocológica del 1 que vale más adelante veremos.
100» (6), y podríamos añadir la logística de la
El número no es lo verdaderamente importante,
explotación de recursos locales al 100 por 100.
sino la calidad. En toda guerrilla existirán una se
rie de funciones de combate y técnicas que preci
sarán ser desempeñadas por hombres capaces. Es
ORGANIZACIÓN
tas funciones podrán fijarse de manera general,
pero no el número de individuos de cada especia
Todos, o al menos la mayoría, de los que se lidad que deban constituir la guerrilla. Esto lo
preocupan por este problema están de acuerdo en determinarán las circunstancias que concurran en
que la guerra de guerrillas ya no se puede dejar cada caso particular, con la limitación de un mí
a la improvisación. Es preciso prepararla. Incluso nimo impuesto por la necesidad de que la gue
hay tratadistas que la consideran como un arma de rrilla sea eficaz, y un máximo por la seguridad y
((disuasión» muy eficaz. «El solo hecho, que no por los recursos de toda índole de que se dis
puede quedar ignorado, de la preparación para la ponga.
lucha de guerrillas demostrará al agresor en po
Así vemos que en el folleto ((Aspectos generales
tencia la resolución. del pueblo, su indómita vo de la lucha de guerrillas)) se dice que este núme
luntad de luchar para sobrevivir; esto será lo mis ro puede variar entre 40 a 200 hombres. Algunos
mo que la posesión de la bomba atómica: un po. tratadistas admiten de 20 a 150 hombres. En am
tente factor de disuación de la guerra» (7).
bos casos se acepta un amplio margen.
La organización guerrillera, a mi entender, debe
Dentro de cada guerrilla conviene distinguir
reunir tres características fundamentales:
además dos organizaciones. Una, que podríamos
Territorialidad—Cada
partida o guerrilla ten
llamar «de mando», que comprende a todos los
drá’asignada una zona, dentro de la cual actuará.
Esto viene impuesto por dos razones: la de que individuos que constituyen la misma, y otra, que
podríamos denominar ((operativa», que es la que
todos los hombres de la guerrilla deben conocer
perfectamente
el terreno y la población en me se adopta para cada acción en particular, de la
que lógicamente depende. La primera compren
dio de la cual operan, y la de que es necesario
derá combatientes, especialistas de transmisiones,
evitar interferencias de unas partidas con otras,
destrucciones, sanitarios, etc. La segunda solamen
permitiéndoles, al mismo tiempo, una amplia ini
te a aquellos que sean necesarios para la opera
ciativa dentro de las directrices recibidas.
ción.
Las jerarquías guerrilleras, preparadas y reco
Pro gresividad.—Desde el punto de vista orgáni.
nocidas previamente, también se adaptarán a este
criterio de territorialidad, debiendo ser reclutadas co, la guerrilla no debe ser un elemento estático,
dentro de la zona en la que van a ejercer su sino flexible y con vida propia. Además de sus
misiones peculiares, cumplirá una función de cap
mando.
Flexibilidad.—En
la organización de las gue tación, instrucción, entrenamiento y organización
rrillas se tendrá muy en cuenta esta cualidad. Si de nuevas guerrillas.
Hay que tener en cuenta que uno de los recur
las guerrillas van a actuar en zonas diferentes por
el terreno, la densidad, idiosincrasia y grado de sos que ofrece una región guerrillera es precisa
adhesión a la causa de la población, es lógico, pen mente el elemento humano. Las bajas que sufre
sar que no podrán tener la misma constitución.
la guerrilla tiene que reponerlas con los indivi
Fijar una guerrilla tipo con un determinado nu duos adictos a su causa que se le incorporen. Si
mero de hombres, es tratar de «regularizar)) el carecen de instrucción tiene que dársela y, en todo
caso, entrenarles en este tipo de lucha y en el
(6-7) Coronel Demarige.
perfecto conocimiento de la región.
15
Las partidas surgirán espontáneamente o pro
movidas por la acción de elementos especialmente
dedicados a esta labor, de los que hablaré más
adelante, pero también ocurrirá que muchos in
dividuos se incorporarán a partidas ya existentes,
que irán engrosando sus filas, llegando a una si
tuación en la que se impondrá la necesidad y la
conveniencia de partirse en dos, distribuyéndose
la zona de acción entre ambas. Este proceso se re
petirá cuantas veces sea necesario, resultando de
esta forma una verdadera reacción en cadena.
Las pequeñas unidades o los individuos del Ejér
cito regular que hayan sido rebasados por el ene
migo y que no cuenten con ninguna posibilidad
de incorporarse de nuevo a sus filas, deberán cons
tituirse en guerrillas; pero esto sólo tendrá éxito
generalmente cuando exista una organización gue
rrillera o quintacolumnista que les acoja y prote
ja en los primeros momentos. De no ser así, lo más
probable, pensando en una guerra futura, es que
sean anuladas en poco tiempo. No debemos olvi
dar que nuestro enemigo probable, el comunismo,
es un maestro en la guerra de guerrillas por su
larga experiencia. Conoce perfectamente la técni
ca del control de la población y, desde el primer
momento, contará con elementos adictos a su ideo
logía, que actuarán en su beneficio.
EL
EJÉRCITO
Y LA GUERRA DE GUERRILLAS
¿Cuál será, entonces, el papel del Ejército regu
lar en relación con la guerra de guerrillas?
A esta pregunta pienso que se podría respon
der, en términos generales y ciñéndonos solamen
te al aspecto tratado en este trabajo1 con cuatro
palabras: preparar, provocar, controlar y apoyar
la acción guerrillera.
Preparación.—Comprenderá
la organización e
instrucción de las guerrillas y de las jerarquías
guerrilleras territoriales. Esta preparación se efec
tuará desde tiempo de paz y se continuará aun
después de iniciada la lucha en el territorio ocu
pado por el enemigo. Se incluye en este término,
por ejemplo, la instrucción en el manejo de ar
mamento y material suministrado a las guerrillas
que así lo requieran.
Provocación.—Aunque
en la retaguardia enemi
ga exista un determinado ambiente favorable al
desencadenamiento de una guerra de guerrillas, en
16
los primeros momento pesará sobre la población
una inercia que normalmente retrasará la inicia
ción de la lucha. Será preciso provocarla y es
timularla medianfe una intensa acción psicológi
ca y la aparición de las primeras partidas de gue
rrilleros.
Esta provocación, este chispazo iniciador, se irá
repitiendo
en diversos puntos, que lógicamente
responderán
a una concepción estratégica del
Mando.
Control.—Entendido
en el sentido de fijar di
rectrices, que naturalmente se coordinarán con las
operaciones del Ejército regular y con la política
de guerra del bando propio, y encauzar y com
probar la actuación de las fuerzas guerrilleras en
el correcto sentido de las mismas.
Hay que suponer que al margen de las partidas
promovidas y organizadas por lo que pudiéramos
llamar organismo oficial guerrillero, aparecerán
otros grupos combatientes, surgidos espontánea
mente, fruto del espíritu de resistencia de la po
blación, que actuarán por cuenta propia, ajenos a
las directrices emanadas del Mando. Algunos tra
tadistas opinan que dichas partidas no forman par
te de la guerra de guerrillas. Sin embargo, este
fenómeno, que precisamente se dará con mayor
profusión cuanto mejor sea el espíritu de la pobla
ción, lanzada decididamente a la lucha contra el
opresor, debe ser aprovechado adecuadamente. No
se pueden dejar a un lado estas guerrillas «no con
troladas)) o «fuera de control)), sino que hay que
tratar de incorporarlas a la organización guerri
llera, ¿y no será éste precisamente un aspecto im
portantísimo del cometido general de control que
debe llevar a cabo el Ejército?
Otra cosa podría decirse de aquellas partidas
que, invitadas a incorporarse al movimiento oficial
guerrillero, se nieguen a acatar órdenes y preten
dan hacer la guerra por su cuenta, buscando otros
fines diferentes, tales como el lucro personal. Se
rán partidas de bandoleros y como a tales habrá
que considerarlas.
Ápoyo.—Hemos visto al hablar de logística que
las guerrillas se apoyan principalmente en su re
taguardia, que es la población civil. Pero como
generalmente
no es suficiente, necesitarán
ser
abastecidas desde el exterior de algunos elemen
tos, tales como armamento, material de transmi
slones, explosivos, etc. Pues bien, ¿ste serh otro
cometido muy importante del Ejército regular.
En ocasiones no tan frecuentes podrá apoyarlas
con otros medios para determinadas operaciones
(acciones aéreas, comandos, etc.).
Aclaremos que estos cuatro cometidos, expues
tos de forma general, no se darán en toda su am
plitud en cualquier tipo de guerra de guerrillas
en la que pudiera intervenir nuestro ,Ejército. No
hay que pensar únicamente en las hipótesis de
ocupación parcial o total de nuestro territorio por
el enemigo, sino también en lá intervención en
territorio ocupado por el enemigo, bien sea en un
país aliado limítrofe o incluso del propio enemigo.
Para llevar a cabo todas estas misiones el Ejér
cito necesita disponer, además de un órgano direc
tor (8), de equipos especialmente preparados y
entrenados, y contar con una doctrina que sirva
de orientación a los mismos. Su misión sería or
ganizar, instruir, controlar y abastecer un núcleo
importante
de guerrillas. Su composición, a base
de unos 15 a 20 hombres, comprendería especia
listas en armamento, destrucciones, transmisiones
y sanitarios, principalmente. Para infiltrarse en
territorio enemigo por tierra, mar o aire, deberían
estar capacitados en paracaidismo, esquí-escalada
y natación submarina.
En este sentido se ha enfocado en algunos Ejér
citos extranjeros. Así, por ejemplo, en el de los
Estados Unidos existen las llamadas Agrupaciones
de Fuerzas Especiales (9), formadas por equipos
de composición diferente según la tnisión, aunque
en general de estructura similar, cuya misión es
«infiltrarse por tierra, mar o aire hasta la reta
guardia enemiga y organizar, instruir, abastecer,
controlar y dirigir un ((regimiento)) de guerrillas
para llevar a cabo operaciones de este tipo)).
En principio, el Ejército regular no debe librar
por sí, o sea, por medio de ‘sus unidades, la guerra
de guerrillas. Al decir Ejército me refiero a la or
ganización y no a los individuos que lo integran.
El que en la instrucción del soldado se incluya
un ciclo de guerrillas, el que todo individuo o uni
dad rebasada por el enemigo tenga el deber de
p±ósegulr la lucha constltuyndose eh guerriil a, eh
el cáso de no poderse incorporar a las fuerzas pro
pias, no debe llevarnos a la idea de concebir la
guerra de guerrillas como el combate de pequeñas
unidades de fuerzas regulares en la retaguardia
enemiga. Esto encajaría mejor en la moderna
concepción de la táctica de ((infiltración)) (10),
pero no en el correcto sentido que hoy se da a
este tipo de lucha. No debemos confundir el he
cho de que la guerrilla deba tener una organiza
ción militar con el de que deba pertenecer al
Ejército regular. El Ejército que libra la guerra
de guerrillas es el organismo militar gi.ierrillero.
Su soldado, el guerrillero, es único, cualquiera que
sea su procedencia civil o militar.
El Ejército regular está concebido para la mi
sión que se le ha asignado; librar la batalla deci
siva con el Ejército enemigo. A tal fin, «explota
rá)) la guerra de guerrillas, pero esto no significa
que tengan que ser sus unidades las que lleven el
peso de la lucha. Si así fuera, cabría formulamos,
entre otras, las siguientes preguntas: ¿No se mer
maría el estímulo de la población civil que, al ver
(10)
Véase Reflexiones sobre la infiltración, del capitán
Martín-Cifuentes
y Miró, revista EJÉRCITO, núm. 278.
(8)El
Departamento de Servicios Estratégicos de los Es
tados Unidos desempeuló esta función en la G.M. II.
(9) Véase Un criterio norteamericano sobre la creación
de fuerzas guerrilleras, por el capitán Pezzele, traducción
de la revista EJÉRCITO, núm. 237.
it,
Para que esto sea posible se necesita una doc
trina que unifique criterios y que oriente en un
mismo sentido todos los esfuerzos realizados en
este campo.
Condición indispensable para el éxito de una
guerra de guerrillas es contar con la participación
activa de la población civil. No seamos exagera
damente optimistas y pensemos que la ideología
comunista se presenta tentadora para ciertos sec
tores de población. Nuestros enemigos no vacila
rán en mentir y adoptar el disfraz más convenien
le para conseguir el apoyo de esta población, pues
to que conoce el verdadero valor del mismo por
CONCLUSIÓN
su larga experiencia en la subversión. Al igual que
La guerra de guerrillas no se concibe hoy como hubo afrancesados durante la invasión napoleóni
un hecho espontáneo y sin previa preparación y ca, podrá haber colaboracionistas en una guerra
futura.
organización.
Pero no menos cierto es que nuestro pueblo, por
Incumbre a los organismos de la Defensa Nacio.
nal su preparación, que tendrá dos vertientes: una sus tradicionales valores morales, por su espíritu
militar y otra civil. La primera con vistas a la or de independencia, por su religiosidad y por su
ganización y actuación de las guerrillas en sí, y propia experiencia de lo que del comunismo cabe
la segunda encaminada a crear la retaguardia que esperar, llegado el caso sabrá demostrar una vez
sustente y apoye a las primeras en nuestro país. más al mundo su valor y abnegación.
que era el Ejército quien combatía permanecería
en actitud pasiva? ¿Cómo sería posible llevar en
estas condiciones la lucha organizada al interior
del país enemigo? ¿No constituiría un despilfarro
de fuerzas en perjuicio de la misión principal del
Ejército? ¿No se desaprovecharía la ventaja de
movilizar los recursos humanos existentes en el
interior del territorio ocupado por el enemigo,
aumentando de esta manera el potencial humano
propio?
O U10 N
MV1STA
I1IISTRAIIA
HELOS
MANDOS
$11
IIALTERNOS
DEIFJEIICITO
SUMARIO del mes de junio de 1964
El Estado Católico.—Teniente de Artillería E. Auxiliar, R. Alvarez Rodríguez:
Desarrollo de la actividad española.—Teriiente coronel de Intendencia, J. Rey de
Pablo-Blanco.
La 7.’ División vuela a Europa (Operación Big Lift).—Teniente coronel F. Rethburn
(Tradución del comandante de Artillería A. Videras Velarde.)
Cosas de ayer, de hoy y de mañana.—Teniente coronel de Artillería del Sv. E. M.,
L. Carreras González.
De la instrucción del pelotón.—Teniente de Infantería F. Pareja Muñoz.
El castillo de Guadamur.—Teniente coronel de Infantería C. Martínez López Castro.
De criptografía.
Sobre pensiones de viudedad y or/andad.—Comandante de Infantería J. Meifrén
Bardi.
Nuestros lectores preguntan.—Redacción.
18
La invesÍigacin
k CaracfrrL1ícas -fosiii/ik/ades
operatoria
-
12mpos de
Coronel de Ingenieros Carlos SAMANIEGO RIPOLL.
El Ejército es la nación en ar completa o incluso en caduca una experiencia corres
mas sobre la ciencia movilizada que pondiente a factores ya prescritos.
le da su potencia.
La experiencia es, desde luego, una base de trabajo
(Palabras del Caudillo con oca y de reflexión a partir de los cuales progresa el cono
sión de la Pascua Militar de 1955.)
cimiento, pero es indispensable siempre actualizar
sus conclusiones de acuerdo con una realidad en per
petua
evolución, ya que no hay nada inmutable en
INTRODUCCIóN (1)
este mundo, salvo lo inerte o lo muerto. Todo lo que
Nadie soñaría con negar que la experiencia es es vivo evoluciona, aunque sea muy lentamente; in
útil, pues es evidente; pero es preciso que sus leccio cluso el hombre. Se ha escrito: « el hombre, esa
nes sean correctamente evaluadas, y que su valor rela constante...)>, pero no es literalmente cierto, pues
tivo sea bien conocido. Dice M. Raymond Aron, en su también evoluciona en su psicología y en su compor
Introducción a la Filosofía de la Historia, que « .es tamiento: y el olvidarlo ha sido a veces muy dañoso.
fácil invocar la experiencia, más difícil utilizarla, y
Por otra parte es preciso que la experiencia no sea
más difícil todavía olvidarla».
un pretexto para la rutina perezosa, sino la base de
Las rapidísimas variaciones actuales de los me partida para una evolución realista de los conoci
dios y procedimientos de guerra convierten en in mientos e incluso de las formas de razonar, paralela
a la evolución de las cosas.
Este peligro ha sido con mucha frecuencia seña
(1)
Nota del autor.—Lapalabra inglesa «operationelle» lado por los tratadistas militares. El general Eisen
parece que en castellano debe expresarse con la palabra hower, en su libro Cruzada en Europa, decía: «En
«operatoria». Algunosescritores escriben «operativa»,pero
no creo adecuada esta palabra porque el sentido en que verdad, una de las características más importantes
debe tomarse es «lo que activa las operaciones, no. lo del oficial de valía es, hoy en día, su aptitud para
que trata de su realización».
modificar sin cesar las métodos y casi las maneras
..
..
1.9
seguIr uñ óónoclmíento, lo mds preciso y razonado
ai nivel de os ró
gresos constantes, que la ciencia moderna introduce posible, de todos los asuntos sobre los que ha de
decidir; lo que exige que las lecciones de la expe
en el campo de batalla.»
Por otra parte no hay que olvidar, que aun sin riencia pasada sean confrontadas con los resultados
quererlo, el militar que hace la guerra sufre impre de la experimentación actual.
siones tan fuertes que influyen sobre su capacidad
de reflexión, y por ello no puede ser considerado
como un observador imparcial, pues la acción lo em DEFINICIÓN
barga y sus impulsos emocionales tienden a influen
La investigación operatoria (1. 0.) puede definirse
ciar sus decisiones.
diciendo
que es una parte de la investigación militar
Desde luego, no hay que ir tan lejos como Engels,
general,
que
haciendo uso de los métodos de la in
el teórico de la guerra comunista, que limita exage
radamente las influencias del moderno jefe militar vestigación científica, trata de predecir y determinar
cuando escribe: «La influencia de los más brillantes la eficacia e incluso el costo de las operaciones mili
jefes militares se limita en todos los casos a adaptar tares. Al final de este artículo pondremos algunos
los métodos de guerra a las nuevas armas y a los ejemplos de actuaciones de la 1. 0. para mejor cono
nuevos combatientes.» Pero por aquello de que «del cimiento.
Se puede realizar en tres niveles diferentes:
enemigo en consejo» no hay que olvidarse tampoco
1.0
Investigación operatoria estratégica.
de su opinión.
2.’ Investigación operatoria táctica, y
Hemos hecho estas reflexiones previas porque
3.° Análisis de la eficacia y precio de las armas.
vamos a tratar en este artículo, de lo que se deno
Antes de seguir adelante con la 1. 0. debemos re
mina «investigación operatoria», que como veremos
se permite asesorar al mando, a pesar de que ni to cordar que dentro de la investigación militar gene
dos sus miembros ni sus métodos sean típicamente ral, hay otras dos categorías específicas de investi
militares. Aunque también debamos adelantar, que gación:
a) La investigación práctica (1. P.), que a su vez
el jefe militar no se ha de limitar a la aplicación de
sus recomendaciones; si bien comprenderemos al co comprende:
1) La puesta a punto de las armas, por la aplica
nocerla, que es innegable que ha de tenerlas muy en
ción de técnicas industriales, y
cuenta, y que en esta cuestión hay que desechar la
2) La mejora de los métodos de entrenamiento,
reticencia que pueda haber entre los militares parb
admitir que un científico, sin conocimientos militares
por la aplicación de las técnicas de organiza
particulares, pueda aconsejar a quienes lógicamente
ción del trabajo; y
b) La investigación por la información (1. 1.), que
estén orgullosos de la experiencia que les confirió su
se aplica:
carrera.
1) Al propio potencial.
Vannever Busch, que fue jefe de la Investigación
Científica de los Estados Unidos, en su libro Modern
2) Al potencial enemigo.
Arms Anci Free Men, decía: « .es preciso que los
3) A las leyes de la naturaleza (fisión y fusión
para los proyectiles nucleares, propiedades de
estados mayores se aseguren la colaboración, como
los flúidos para la aviación y la marina, etc.) y
ayudantes o asociados, de especialistas de todas las
ciencias y todas las profesiones; los militares con
4) A los caracteres del medio (informes meteoro
lógicos, ambiente psicológico, condiciones par
servando la responsabilidad del conjunto, pero uti
ticulares del combate, etc.).
lizando otros cerebros además de los suyos...)).
Las tres categorías de investigación antedichas,
Al jefe militar le interesa conocer muy bien la
investigación operatoria, sus posibilidades y sus limi 1. 0., 1. P. e 1. 1. sirven a los ejércitos para la mejora
taciones, para emplearla como un medio de compro de su doctrina, de su organización y de su material,
bar sus intuiciones y de conocer la aplicación de los pero de formas distintas.
La 1. 0. dimana normalmente de la 1. P. y de la
nuevos medios; y también le interesa el llegar a con
1.
1.; pero, como por ejemplo, si sus resultados con
fiar en la misma, como lo hace con un medio nuevo
ducen a una táctica, también pueden forzar a la 1. P.
de guerra que se muestra eficaz.
Pero hay que dejar bien sentado que aunque es de determinadas armas que mejoren dicha táctica,
importantísimo el que tenga éxito en utilizar en for se ve que las tres categorías de investigación seña
ma óptima las armas, organización y métodos que ladas son realmente interdependientes.
No hay que confundirla con los servicios técnicos.
una investigación operatoria de calidad le puedan
recomendar como los mejores, aun será mucho me La. 1. 0. quiere resolver problemas vividos, nada de
jor el que además tenga la intuición o genialidad que laboratorio, convirtiéndolos en lo posible en ecuacio
le permita pasar de la técnica al arte: si bien no nes: constituyendo dichos problemas los íntegramen
olvidando nunca que, aun teniendo dicho don, no te operatorios, con sus confusiones propias, e inves
puede eximirse de ninguna forma de tratar de con- tigando bases de decisión para las operaciones.
de pensar, a fn de manenere
..
20
Un equipo
de altavoces
en el frente
le Corea.
Sir Robert Watson le dio el nombre antedicho de
investigación operatoria; definiéndola como la aplica
ción de los medios científicos fundamentales, de me
dida, clasificación y comparación, para la selección de
medios que den el máximo efecto operatorio en el
tiempo mínimo y con el menor esfuerzo.
También se ha definido como la aplicación de los
principios de la investigación cientifica a los métodos
de guerra, o sea a la solución de los problemas inme
diatos de organización y de empleo en el combate. Se
ha dicho asimismo de ella que tiene por objeto pro
porcionar al mando, al que formula recomendaciones,
una base racional y en lo posible numérica en que
fundamentar sus decisiones, que se dejaban con exce
siva frecuencia a merced de impulsos emocionales o
instintivos.
Morse y Kimball en Metlzods of Operation Re
search definen la investigación operatoria diciendo
que es un método científico destinado a proporcionar
al mando bases (o fundamentos) cuentitativas para
las decisiones referentes a las operaciones que dirige.
Puede considerarse como un conjunto de méto
dos, o como un tipo de organización, y de ahí tam
bién la variedad de definiciones.
Se puede afirmar que es menos empírica que la
organización y menos científica que la ciencia, las que
aplica, pero sin confundirse con ellas. Se ha presenta
do también como la ciencia de la decisión militar.
Sus definiciones como se ven son al menos tan
imprecisas como su denominación, pudiendo única
mente añadir que es la menos doctrinal de las doc
trinas.
Después de quince años de actividad y de búsque
da de una doctrina se definió la 1. 0., no sin humor,
como el conjunto de actividades desplegadas por los
miembros de «L’Operation Research Society of America)).
RzsuMEr HIsróRico
Y
zvoLuclón
La 1. 0., tal como se ha definido, se organizó ini
cialmente en los países anglosajones denominándose
tanto en Estados Unidos como en Inglaterra «Oper
ational Research» (0. P.). Pero realmente se puede
considerar que su origen se remonta por lo menos a
Arquímedes; y desde luego que no son cosa moderna,
ni las secciones técnicas de estudios, ni las comisio
nes de experiencias, ni tampoco la participación de
los sabios civiles en la concepción y experimentación
de ingenios militares, e incluso en el mejoramiento
de los métodos de guerra.
El estudio técnico del empleo del radar efectuado
en Inglaterra fue el punto de partida de la moderna
1. 0. Desde 1934 se efectuó dicho estudio técnico en
las It. A. F. en unión con el mando de la caza, por
2].
cierto número de científicos bajo la dirección de H
Lardner. El objeto del trabajo era aumentar el al
cance de la detección para que la defensa tuviera
más tiempo para su actuación.
Como también se podía ganar tiempo reduciendo
la duración entre la alerta y la puesta en acción de
la defensa, por la reducción de ciertos tiempos muer
tos, y por la mejora del empleo de las transmisiones,
se adjuntaron al grupo Lardner otros dos sabios es
pecialistas en cuestiones de transmisiones. Dichos sa
bios hubieron de ir sucesivamente analizando las
marcas logradas por los diferentes radares, la inter
ceptación de noche, el trabajo con los proyectores, el
empleo de las transmisiones, etc., y todas estas inves
tigaciones fueron objeto de un informe sobre el aná
lisis del empleo del radar, dirigido al Ministerio del
22
Aire, que se puede considerar como el primer trabajo
y recomendación de la 1. 0., tal como actualmente se
concibe.
posteriormente se estudió, también por grupos de
científicos, el empleo del radar en la lucha antisub
marina, y en la D. C. A. se organizaron luego por los
ingleses otros grupos de investigación, de forma em
pírica y esporádica, presionados por la necesidad. Se
constituyeron grupos de investigación operatoria en
la marina y en el ejército de tierra, y por último en
el Ministerio de la Defensa Pasiva, ocupándose en
ello gran número de investigadores.
En los Estados Unidos el empleo de la investiga
ción científica en provecho de la defensa nacional se
fue organizando en fórma más pausada, pues aún no
habían entrado en la contienda. El 27 de junio de
1940 se creó el National Defence Research Committee
(N. D. R. C.) dependiente directamente del consejo de
la defensa nacional: comité que trabajaba con otros
organismos de investigación y con las fuerzas armadas; y que incluso hacía contratos de estudios con las
organizaciones científicas y con las universidades.
Dicho organismo de investigación fue completándose
y desdoblándose, y cuando los Estados Unidos entra
ron en la guerra, sus fuerzas armadas organizaron
rápidamente grupos de investigación operatoria que
trabajaron en la metrópoli, en Europa, el Mediterrá
neo, Africa y el Pacífico. También crearon la misión
A.L.S.O.S., que trabajó sobre la investigación alema
na, y en particular sobre sus aspectos atómicos.
El conjunto del trabajo de los diversos grupos de
investigación operatoria norteamericanos resultó un
éxito, siendo objeto de dicho trabajo los asuntos más
variados: empleo de radares antimorteros, máquinas
e ingenios guiados a distancia, la búsqueda de una
pintura para camuflar aviones, la puesta a punto de
transfusiones de suero en el campo de batalla, el uso
militar de los rayos infrarrojos, la planificación de
raids aéreos, la lucha antisubmarina, la puesta a
punto de técnicas de desembarco, etc.
Por su parte Alemania, aunque tuvo muy bien or
ganizada la investigación práctica (1. P.) y la investi
gación por la información (1. 1.) descuidó mucho la
investigación operatbria. Con sus éxitos de 1940pensó
que le bastaría continuar con sus mismas doctrinas
para batir por medio de las guerras relámpago a sus
adversarios; y cometieron el error de dedicarse a
desarrollar en masa los medios que se habían mos
trado excelentes en 1939-1940,pero reduciendo en gran
proporción su esfuerzo de investigación.
Ya en 1943crearon el «Reichforschungrat>), que era
un organismo de investigación operatoria similar al
primitivo norteamericano: pero en 1945 su jefe, el
doctor Osenberg, declaró: «Alemania pierde la guerra
porque no ha movilizado y utilizado los cerebros de
sus sabios más que de una manera incompleta.»
Y cuando Alemania se dio cuenta de ese peligro,
era demasiado tarde.
CARACTERÍSTICAS DE
1. 0.
Las principales características de la L O. son:
1.’ Que se trata de la investigación en el propio
combate, en su integridad, con todas sus compleji
dades, confusiones, imponderables y especiales ele
mentos psicológicos, de los que el miedo no es el
menos importante. Normalmente ha de hacerse «in
vivo)>, podíamos decir, investigando las fuentes pre
cisas y exactas de los informes numéricos. En esto
consiste la verdadera originalidad de la 1. 0. más
que en aplicar los métodos científicos a los proble
mas militares, lo que ya en tiempo de paz más o me
nos hacían también los servicios técnicos, los esta-
dos mayores, las secciones de metodlzación, e Incluso
las instituciones dedicadas a la organización del tra
bajo. Por eso, simplificadamente puede decirse que
la 1. 0. es la investigación experimental en el
combate.
2.’ Que obtiene conclusiones normalmente expre
sadas bajo la forma de factores de probabilidad:
para lo que ejecuta análisis detallados, rápidos y
rigurosos de las condiciones de la experimentación,
emplea los métodos modernos de escrutinio de los
resultados, e introduce estos resultados en cálculos
estadísticos, no limitándose a su interpretación por
simple intuición. En resumen puede decirse que bus
ca los términos, plantea el problema de que se trata
en forma de ecuación, lo resuelve normalmente apli
cando los métodos del cálculo estadístico, obtiene
resultados cifrados, los interpreta, deduce factores de
probabilidad y finalmente hace recomendaciones al
mando.
3.’ Otra característica importante es la rapidez
con la que la 1. 0. ha de responder a los problemas
que se le plantean de acuerdo con las variantes si
tuaciones de la guerra, y
4. La consiguiente necesidad de tener gran nú
mero de experimentadores duchos en la observación
precisa de los hechos; en la determinación de la
relativa importancia de los diferentes factores; en
encontrar la correlación de unos y otros en medio
de datos aparentemente contradictorios; en el em
pleo, por su formación y trabajos anteriores, de un
aparato matemático de cálculos estadísticos; y en el
saber además guardarse de la tentación de hacer
extensivos, en forma excesivamente abusiva y falaz,
los resultados obtenidos y dados, en general, bajo la
forma de probabilidades.
Esta cuarta característica principal señala una
necesidad, consecuencia, no sólo de la rapidez pre
cisa, sino también del gran número de hechos que
hay que señalar para poder hacer uso de la aplica
ción de la ley de los grandes números.
En Inglaterra inicialmente dichos experimentado
res fueron sabios y científicos, todos ellos civiles:
pero ello fue debido, dada la organización del Ejér
cito inglés, al pequeño número de oficiales cuya for
mación científica les permitiera entrar en los grupos
de investigación operatoria que se formaron, y tam
bién a que disponían entonces de muchos investiga
dores civiles refugiados, raciales de Centro-Europa.
Los sabios tienen hábito de buscar analogías entre
fenómenos en apariencia muy diferentes y en anali
zar sin ideas preconcebidas, y ello es la causa prin
cipal de su aptitud para dedicarse a la investigación
operatoria, hacieñdo predicciones incluso en campos
muy ajenos a su normal actividad. Un profesor de
cristalografía, Bernal, predijo er junio de 1940 las
pérdidas humanas y destrozos que produciría en una
pequeña población (y tomó Coventry como ejemplo)
un raid de 500 aviones alemanes: y desgraciadamente
-
23
el tiempo le dio la razón, pues ese bombardeo se que el visor alemán era defectuoso; que la visual ob
llevó a cabo y precisamente sobre Coventry, con re tenida variaba considerablemente con la posición del
sultados muy parecidos a los previstos, previamente cjo delante del ocular; y que el visor inglés, aunque
Bernal había estudiado los efectos de las explosiones rústico, era por lo menos igual de preciso. Pero como
sobre los organismos y las construcciones, así como esta comprobación era insuficiente, puesto que no
los medios de protección pasiva que se precisarían, mejoraba el tiro de los cañones ingleses, el grupo
etcétera, y luego, procediendo científicamente, exten de la 1. 0. continuó estudiando metódicamente el
dió dichos estudios a un ataque en masa, que previó problema y llegó a determinar que el error más
como muy probable dadas todas las circunstancias importante era debido a la dispersión del tiro (5 ve
ces más grande que el debido al visor), y después
concurrentes.
Un profesor de Biología, Zuckerman, organizó el el debido al error sobre la distancia (4 veces más
grande que el debido al visor). Y en consecuencia
ataque a la isla de Pantellaria, y la isla cayó.
se inició el estudio de cañones anticarro de menor
Más adelante en Inglaterra, y luego en Estdos
dispersión, o sea más precisos; se equipó rápida
Unidos y Alemania, los grupos de 1. 0. se formaron mente a las secciones anticarros de telémetros; y
no sólo con civiles, sino además con militares de además se mejoró el visor, lo que aunque desde lue
formación adecuada que además facilitaban el enlace go sólo proporcionó una ganancia muy pequeña de
con el mando, muy suspicaz a veces con las solucio precisión, dio una satisfacción psicológica a los com
nes tan revolucionarias que preconizaban los sabios batientes.
civiles, apoyándose en cálculos complicados y mis
También hay que indicar como características de
teriosos.
la investigación operatoria que a veces incluso la
Parece que lo más lógico y conveniente son los misma puede probar que no existe el problema plan
grupos de 1. 0. mixtos de civiles y militares, pues teado. Por ejemplo, las tripulaciones de muchos bar
por otra parte, como decía Vannevar Busch en su ya cos mercantes aliados reclamaron cañones antiaéreos
citada obra Moclern Arms aná reemen: «...el com que pudieran tirar casi verticalmente, pues decían
portamiento de los hombres en la batalla no puede que, con frecuencia, eran atacados por aviones en
ser apreciado de forma segura más que por los que picado bajo un ángulo superior a los 80°, que es el
han pasado su vida en la carrera militar; y por otra máximo que permitían los cañones de que disponían.
parte, las aplicaciones que pueden resultar de los Un grupo de 1. 0. se embarcó y demostró que sóld
progresos futuros de la ciencia no pueden ser apre había como máximo un 2 ó 3 por 100 de ataques
ciados más que por aquellos que han pasado su vida cuyo picado era superior al ángulo permisible al
haciendo progresar dicha ciencia y aplicándola...)). Se cañón, y que la mayoría de los picados no superaban
llegó también a decir que este trabajo en equipo entre los 75°. Como la modificación pedida complicaba
civiles y militares en la 1. 0., aplicando cada uno sus mucho el afuste y también traía consigo la paraliza
propios métodos y aptitudes es su característica ción de muchas piezas durante un largo plazo, se
principal.
renunció inmediatamente por la 1. 0. a continuar
Volviendo sobre las mencionadas características, este análisis.
diremos ahora que la investigación del informe pre
Diremos asimismo como típico de la 1. 0. que el
ciso, la encuesta en las propias fuentes, deben efec análisis detallado de los factores los efectúa siem
tuarse si ha lugar en el propio combate por ser lo pre en condiciones rigurosas, excluyendo toda idea
más eficaz. A este respecto ya Isaac Newton dijo: «Si preconcebida o reglamentaria, lo que lleva consigo a
en vez de enviar las observaciones hechas por los utilizar en los grupos de 1. 0. únicamente a los mi
marinos a los matemáticos quedados en tierra, se litares que tengan un bagaje y una formación cientí
enviara a los matemáticos al mar, se tendría con ello fica suficientemente fuertes.
un gran progreso.))
En los Estados Unidos a los grupos de informa
Por otra parte indicaremos que la 1. 0. puede ción operatoria se les denominaba también secciones
probar a veces que el problema está mal planteado de análisis de las operaciones, lo que subraya la im
y entonces es también típico de la misma replan portancia del factor análisis en la 1. 0.
tearlo y estudiarlo exhaustivamente en su nueva for
Hay que tener en cuenta que un buen jefe militar
ma. Por ejemplo, en el curso de la campaña de Libia
después
de muchos años de experiencia adquiere cier
los artilleros contracarros ingleses se quejaban de
ta
habilidad
para el empleo de las armas, las tácticas
la falta de precisión de su tiro, muy inferior al de
la P. A. K, alemana, estimando que esta inferioridad y la estrategia, pero no tiene ni el tiempo ni la expe
era debida al reticulo de su anteojo de mira for riencia científica precisas para someter su juicio cua
mado por una simplq cruz, mientras que el visor litativo al análisis cuantitativo: y por ello la 1. 0.
alemán era mucho más complicado, y les parecía más pretende en esencia la conjunción del jefe y del
preciso. El grupo de la 1. 0. encargado de estudiar sabio.
Se comprobó en la pasada guerra mundial que
la cuestión, después de efectuadas muchas experien
cias, obtuvo los siguientes resultados, que fueron: en general los mejores operadores de la 1. 0. fueron
24
los que se habían dedicado a la investigación cientí
fica pura más que los técnicos de la industria; y
también que resultó lo más conveniente al integrar
en la 1. 0. grupos completos de investigación cien
tífica que así continuaban su trabajo en equipo, base
del actual progreso científico, y cuyos grupos se apli
caban entonces al estudio de las operaciones mili
tares con más interés que sus propios componentes
aisladamente.
EL MANDOY LAS
FORMULA
LA 1. 0.
RECOMENDACIONES QUE LE
En relación a las recomendaciones que la 1. 0.
hace al mando, debemos indicar que normalmente
las formula bajo formas matemáticas, generalmente
la de una probabilidad, por lo que es preciso que el
mando tenga el suficiente conocimiento sobre la sig
nificación de una probabilidad, para explotarla debi
damente y no hacerla extensiva en forma exagerada y
engañosa. Sin embargo, pueden existir otras razones
superiores por las que el mando decida no hacer
caso de las recomendaciones que le pueda efectuar
la 1. 0.
Por otra parte, el mando ha de conservar la flexi
bilidad indispensable para, en caso de variación im
prevista de tino de los factores, modificar convenien
temente sus dispositivos estratégicos o tácticos.
También ha de evitar la rigidez excesiva del plan
inicial, que es imprescindible tenga espíritu cientí
fico en los altos escalones, y ha de prever dicha posi
ble variación de los factores que entran en juego,
especialmente el factor enemigo, y también el poder
maniobrar aprovechando la ocasión que pueda pre
sentarse y forzando con ello una decisión posible.
CAMPOS DE APLICACIÓN
DE LA
OPERATORIAEN GENERAL
INvESTIGACIÓN
En todas las actividades humanas es justificable
la 1. 0., pero sobre todo en aquellas en que la intui
ción juega un papel esencial, como en la táctica y
la estrategia.
Los análisis que se hacen por la 1. 0. en un do
minio
particular
afectan
casi siempre
a campos
ex
traños a primera vista. Por ejemplo, el estudio ope
ratorio de un carro de combate hace Intervenir a la
biología y a la demografía, ya que las tallas de los
movilizados intervienen en las condiciones de, habita
bilidad de la torreta.
L’Operatjon Research Office se ocupó de las «Son
nenes
de clairon,,, toque de corneta, utilizados •en
el Ejército nortecoreano, porque tenían un efecto de
primente sobre las tropas norteamericanas.
Son campos militares generales de aplicación de
la 1. 0: la determinacic)n cte la eficacia operativa del
armamento
y equipo;
el análisis de los resultados
de
las operaciones de guerras pasadas o en curso, o en
tiempo de paz de operaciones experimentales, para
determinar la eficacia de las tácticas; la influencia
de las armas sobre la táctica y de la táctica sobre
las armas; la predicción de los resultados de una ope
ración futura; el análisis de la eficacia de las orga
nizaciones y de los métodos, etc.
Sus campos civiles de aplicación son: los proble
mas relativos al personal (administración, organiza
ción, absentismo, relaciones de trabajo); a la econo
mía (decisiones, busca de mercados); a las relaciones
personas-máquinas (eficiencia y productividad, orga
nización del flujo de material en las fábricas, méto
dos de control de la calidad, accidentes, modificacio
nes tecnológicas); a los movimientos (transportes,
almacenaje,
manutención,
etc.).
Resumiendo, se pueden distinguir dos tipos de 1.
0: de las situaciones de urgencia (guerra o crisis),
para mejorarlas; y de disposiciones de previsión, para
lograr lo óptimo, lo que generalmente conduce a téc
nicas matemáticas.
IDONEIDAD
DELEMPLEO
DELA INVESTIGACIÓN
OPERATORIA EN LOS TRESEJÉRCITOs
Con respecto al del aire podemos decir que aunque
el valor y la destreza individual son los principales
factores humanos puestos en juego en la guerra aérea,
ésta se adapta mucho a la aplicación de cálculos, pues
el jefe aéreo, menos directamente interesado en los
factores que se presentan en el momento de la acción,
puede considerar los problemas que le interesan con
cierta actitud más objetiva, más propicia al cálculo y
menos a la emoción.
La guerra marítima es también susceptible de ser
objeto de cálculos, aunque en menor grado que la
aérea.
Sin embargo, en la guerra terrestre, la psicología
colectiva del gran mímero de tropas y la complejidad
del terreno, implican factores complementarios, que
hacen que el juicio y el mando tengan en la misma
una importancia particular; la situación es demasiado
complicada para ser susceptible de muchos cálculos,
aunque a pesar de ello el jefe deba, sin embargo, per
manecer siempre dueño de la situación.
En la logística, de la que se enseñorea, por así de
cirlo, el «inexorable matemático», se explica fácil
mente la importancia de los problemas de organiza
ción racional, tanto en el escalón estratégico como en
el táctico.
Se puede objetar contra la 1. 0. en los Ejércitos,
que los jefes hace tiempo saben tomar decisiones, que
esta intrusión del sabio en el mando disminuye la in
fluencia personal del jefe, y hasta que tal vez atenta a
su prestigio. Pero hay que tener en cuenta que la 1. 0.
25
o
nació cuando la complejidad de los hechos, en una
situación de urgencia que necesitaba una decisión
rápida, aparentaba ser demasiado grande para que la
sola intuición del jefe pudiera abarcar satisfactoria
mente todos los datos importantes del problema.
Los estados mayores ya estaban cerca del jefe para
analizar esos datos complejos y preparar sus decisio
nes, pero con esta colaboración de sabios es lógico se
hayan podido encontrar soluciones nuevas y mej ores,
independientemente de las disciplinas propias de di
chos sabios.
Sin embargo, subrayaremos lo dicho anteriormente
de que aun atendiendo a la 1. 0. el jefe sigue teniendo
la decisión. Razones morales, financieras o políticas
pueden influirles a escoger una solución distinta de la
propuesta por la 1. 0. Por otra parte, la complejidad
de los factores del conjunto de las guerras terrestres
dejará de vez en cuando una posibilidad a la acción
inmediata y personal del jefe, quien no debe olvidar lo
que decía Clausewitz. « la clase de inteligencia que
más se acerca al genio de la guerra es la de los espí
ritus que observan más que los que crean, que
abarcan el conjunto más que buscar el detalle, los
caracteres fríos, más que las cabezas ardientes o apa
sionadas...,).
Algunos llegaron a esperar que la 1. 0. pudiera dar
certezas aplicables a la conducción de las operaciones,
pero lógicamente se conhirmó, que especialmente en lo
referente a las terrestres sólo puede dar probabilida
des más o menos grandes, pues aunque en la guerra
intervienen muchas ciencias y para la mayoría de los
que en la misma toman parte es una ciencia, para
algunos de ellos, el mando es un arte, el de la guerra,
que no es una ciencia, y donde por tanto no pueden
tener certeza todas las previsiones, aun muy funda
das, relativas al futuro.
..
En general se puede decir que la 1. 0. dará indi
caciones muy valiosas para el empleo técnico más
favorable de un arma, o para el método de ataque de
un elemento de infantería: e indicará además una
probabilidad de éxito o de progreso, basada en «la
ley de los grandes números)>, en razón del número de
esas armas o de esos pequeños elementos que se
vayan a emplear.
La 1. 0. para la realización de una maniobra estra
tégica dará una probabilidad muy valiosa si esta ma
niobra se basa en el empleo en masa de un arma nue
va o de un nuevo dispositivo de ataque. Por el
contrario, la probabilidad que pueda dar la 1. 0. será
muy poco valiosa cuando la maniobra estratégica con
siderada se base en un solo factor difícilmente com
probable, por ejemplo, la intención del enemigo; o
mal comprobado, como una hipótesis hecha sobre he
chos inciertos o ya prescritos. Y entonces, aunque la
probabilidad que obtuviera de sus cálculos fuera muy
superior a la media, habría que recordar que un plan
estratégico basado en un solo factor de conjunto, no
se ejecuta más que una vez, lo que ciertamente no es
condición favorable a la aplicación de las leyes de la
probabilidad.
Hay que repetir, por tanto, una vez más: que el
mando conserva su decisión y su responsabilidad de
la misma, si bien la 1. 0. puede iluminarlo no sólo
sobre las posibilidades actuales, sino sobre las conse
cuencias de su decisión, evitándole fiarse peligrosa
mente de su sola intuición; y que la agilidad de espí
ritu del jefe será siempre indispensable, aunque no
sea más que para considerar las posibles variaciones,
incluso inversiones, de ciertos factores, y sus proba
bles repercusiones. Recordemos la frase del general
Eisenhower que hemos citado al principio de este
artículo.
IMPRENTASDELCOLEGIODEHUERFANOS
ILl Patronato de Huérfanos de Oficiales del Ejércitotiene tres imprentasen MADRID, TO
LEDO y VALLADOLID,que, además de los impresos oficiales, de adquisiciónobligatoria
en dichosestablecimientos,tambiénrealizantrabajosparticularesde esmeradaconfección,ga
rantizando la CANTIDAD, CALIDAD y ECONOMIA.Los ingresosque por estos conceptos
obtienen pasan INTEGRAMENTEa engrosarLosfondos del Patrcnatoy se destinan a ME
JORAR la situaciónde los HUERFANOS.Se encarecea los señoresJefes y Oficialesefectúen
pedidos a estas imprentas a fin de incrementarlos recursosde los HUERFANOS.
26
]Jescu4riinien1os
cérqueol4giws de la!poccil/oinanci
ei
lctfronterct
]í.pcuio -gala
(Milicia
y arpieologia)
Capitán de Infantería del Sy. de E. M., Enrique OSSET
MORENO, del E. M. del Ejército del Norte de Africa.
1.
EL EJÉRcIT0 Y LA ARQUEOLOGÍA
Así la combinación militar-arqueólogo es
base para el equipo más apropiado para ex
Aparentemente
no existe ninguna relación plorar zonas de posible interés arqueológico,
entre ambos, pero esto no es más que una aunque, como queda indicado, la actuación
aparente realidad, porque desde la Prehisto
del militar se reduce a la fase primera, el re
ria hasta la Edad Media el hombre buscó conocimiento.
siempre establecer las ciudades y campamen
Pese a los siglos que tra.nscurran, siempre
tos en lugares naturalmente fuertes, por cuya quedan vestigios de la presencia humana y de
posesión se han librado encarnizados comba sus obras. Huellas tan ligeras como las roda
tes, siendo el valor militar del asentamiento
das de un coche permanecen visibles en el
elemento
fundamental
para determinarlo.
Sahara a veces hasta varios años; las seña
Una vez realizado el reconocimiento militar les del fuego son más duraderas; las de un
de una zona y señalados los puntos táctica
poblado prácticamente no desaparecen; tan
mente interesantes, hay que dejar paso al ar sólo es necesario saberlas descubrir o inter
queólogo, ya que la técnica de la excavación, pretar.
el estudio de la cerámica, etc., salen del cam
Casi todos los pueblos antiguos—celtas, ibe
po puramente militar.
ros, en la Península; los nuragos de Cerde
27
FoRMACl,1
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2. LA FRONTERA
GALO-HISPANA
En la época de la conquis
ta de España por los roma
0
000
0
nos, hacia el 218 a. de J. C.,
el trazado aproximado de la
frontera con las Galias de
bió de ser, en líneas genera
les, el del sistema montaño
so. Cualquiera que haya re
corrido a pie la zona alta de
la cordillera, habrá podido
comprobar que el terreno no
favorecía el movimiento de
las legiones romanas, y que
casi nunca se encuentra una
zona apropiada para el des
)
de pliegue
las mismas. Si
hubieran
empleado unida
des tácticas inferiores, tales
como cohortes o manípulos, su fuerza hubiera
sido muy reducida. Por todo ello es lógico su
poner que la zona más abrupta del Pirineo fue
una especie de «tierra de nadie».
Los romanos probablemente guardarían la
frontera estableciendo una serie de campa
mentos al sur del eje de la cordillera, enla
zándolos por medio de una calzada. La enti
dad de las guarniciones podría ser inferior a
la unidad Legión, tipo Cohorte (equivalente a
Batallón), fuerza suficiente, apoyada en un
terreno apropiado, para vigilar un paso y ta
ponar la salida de un valle en tanto pudieran
acudir refuerzos, cuyo movimiento se vería fa
cilitado por la existencia de calzadas.
ña, etc.—emplearon sistemas de ciudades for
tificadas situadas en lugares tácticamente
adecuados para su. época.
De muchos de estos pueblos y ciudades se
ignora casi todo, hasta su nombre, habiéndose
conservado hasta nuestros días tan sólo sus
ruinas.
En la época de la dominación romana, la
labor se facilita habiendo como hay documen
tos tales cpmo La guerra cie las Galias, El
itinerario, de Antonino, etc., que nos ponen
sobre la pista de numerosas ciudades, unas lo
calizadas y otras cuya situación exacta toda
vía se ignora. El determinar la presencia ro
mana en una zona suele conducir a la loca
lización de otros poblados más antiguos, pues
al realizar la conquista establecieron campa
mentos que, evolucionando, se convirtieron 3. Los ROMANOS EN LA CANAL DE BERDÚN
posteriormente
en poblados próximos a los
La canal de Berdún es un amplio valle en
ocupados por los núcleos urbanos principales
dirección Este-Oeste, en el que desembocan
de los pueblos sometidos.
muchos caminos naturales entre Francia y
En Francia fueron precisamente unos mili España.
tares, con profundos conocimientos de la tác
En su época debió de ser ocupado por los ro
tica romana, los que descubrieron una serie
nanos,
que cubrirían de este modo una bue
de campamentos romanos de gran interés ar
na
parte
de su frontera con las Galias; es
queológico. En España tenemos una. gran zona
probable
la
existencia de unos campamentos
prácticamente inexplorada, en la que tenemos
que
servirían,
por un lado, para vigilar los pa
de guarnición numerosas Unidades de Mon
sos
naturales
y cerrarlos en sus salidas, y
taña que, si realizaran un estudio minucioso
por
otra
parte,
podrían ser base de partida
del terreno, probablemente obtendrían datos
para
realizar
incursiones
por los valles y lle
suficientes como para localizar un buen nú
gar
hasta
las
Galias
cuando
fuera preciso.
mero de antiguas ciudades o campamentos.
Posteriormente,
una
vez
conquistada
y paLa zona es concretamente el Pirineo central.
28
-
c!fcada spaíia y las dalias
evolucionarían los campamen
tos, convirtiéndose en pobla
dos.
Actualmente
existen nom
bres romanos (si no son ibe
ros), unos conservados casi pu
ros, tales como Somport, Can
franc, Tiermas, etc.; otros, de
formados por el transcurso del
tiempo, tales como «El Forao
de la Tuta», dentro del térmi
no municipal de Artieda de
Aragón, lugar en el que hay
dos túneles de muy reducidas
dimensiones (probablemente
alcantarillas).
La denomina
ción actual puede proceder de
Forum tutum, es decir, «lugar
seguro», o, dicho en términos militares, plaza
fuerte. También puede ser una corrupción de
las palabras latinas «agujero del fuerte» (o
lugar seguro).
Existen lugares donde ya se han encontra
do vestigios de la presencia romana. Lo pri
mero que llama la atención es el campamen
to romano de Lumbier, situado precisamente
a la salida sur de la foz del mismo nombre,
estrecha garganta que por el valle del río Sa
lazar nos conduce a Ochogavía y Francia. La
existencia de este campamento-poblado nos
permite asegurar la presencia romana en la
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canal, a la vez que su situación, la más con
veniente para la táctica de su época, nos con
firma la hipótesis del establecimiento de los
primitivos campamentos al sur de la cordi
llera.
Las principales vías de penetración que des
de las Galias conducen a la canal de Berdún
son las siguientes:
Valle del Salazar.—Su desembocadura se
cierra en Lumbier, lugar ocupado por los ro
manos.
Valle del Roncal.—Su cierre natural es Ar
tieda de Aragón, concretamente el lugar co
Erta ita
de San Pedro.
Lápida tuneraria.
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probable que los peregrinos utilizaran la an
tigua calzada romana que pasó a ser jacobea,
cuya existencia demuestra el erudito padre
Tillabr.iga. En Sangüesa se encontró un, tra
mo de calzada romana.
Esuio
4.
DESDE
MILITAR DE LA CANAL DE BERDÚN
EL PUNTO DE VISTA ROMANO (siglo se
gundo a. J.)
1
•
o
—
_
ÑrÇiI del terreno
en+re, 1, B.
nocido por «El Forao de la Tuta». En esta
zona se ha descubierto el último verano la pre
sencia romana.
Valles de Ansó y Hecho .—Hasta la fecha no
se ha explorado la zona sur de estos valles,
pero es probable que en la margen izquierda
del río Aragón existan restos de campamentos.
Para terminar de confirmar la hipótesis del
sistema defensivo adoptado por los romanos
en la canal de Berdún, faltaría probar la exis
tencia de la calzada que uniera los diferentes
campamentos. Desde el punto de vista táctico,
debió de ser trazada por la. margen izquierda
del río, pasando aproximadamente por Ruesta,
Artieda de Aragón, Mianos y Martes. Aunque
hasta la fecha no se han encontrado sus res
tos, se ha probado documentalmente que so
bre el río Aragón, entre Yesa y Jaca, no exis
tieron puentes hasta la Edad Media, y que por
los pueblos indicados pasaba la rama sur de
la ruta jacobea procedente de Somport. Es
30
Vamos a imaginar los razonamientos de un
militar romano, e intentando adaptarlos a la
forma actual, tendremos lo siguiente:
4.1. Misión. Asegurar la frontera entre
las Galias e Hispania con el mínimo de fuer
zas posibles. Se trata de cubrir la frontera
con el mínimo de fuerzas imprescindibles para
poder emplear el máximo en la ocupación y
pacificación del resto de la Península, en el
momento histórico en que, una vez sometido
Levante, se va a iniciar el cerco y conquista
de la meseta central.
4.2. Terreno.—Entre Jaca y Pamplona dis
curre un amplio valle, recorrido en gran parte
por el río Aragón.
Este valle, más despejado en la margen iz
quierda del río, permite establecer una serie
de campamentos que, enlazados por una cal
zada, aseguren la vigilancia de las salidas de
los pasos naturales, los valles de Hecho, Ansó,
Roncal y Salazar, sirviendo el propio río como
foso natural que proteja a los campamentos
y en cierto modo asegure la calzada.
La margen derecha• del río, más boscosa,
hace más difíciles los movimientos por ella y
se presta a caer en emboscadas.
Se podría intentar ocupar puntos avanza
dos en los valles para impedir que cualquier
enemigo pueda utilizarlo para sus incursiones.
Esta solución presenta los siguientes inconve
nientes:
El terreno se hace más abrupto y se en
contrarán
mayores dificultades para la
vida a medida que nos internemos en la
montaña.
Los caminos son malos, con pasos obli
gados y desfiladeros, por lo que nuestras
fuerzas tendrían que marchar en colum
na de a uno o de a dos. Una Legión ocu
paría de 10.000 .a 5.000 metros de fondo.
Si en estas condiciones fuera sorprendi
da por el enemigo, tardaría bastante en
adoptar la formación de combate, caso
—
—
-
De/alle del mosaico: Un pez y una barca de pes
ca. A la izquierda, el mismo mosaico sin limpiar.
de encontrarse
un terreno apropiado
par.a desplegar, por lo que se combatiría
en unas condiciones muy desventajosas
al no poder adoptar la formación táctica,
base de nuestra superioridad militar. Es
tos inconvenientes se verían acrecenta
dos por el carácter del enemigo, fiero,
móvil y buen conocedor del terreno.
Supuesto que se hubiera conseguido es
tablecer puestos avanzados, éstos serían
muy vulnerables, ya que el enemigo tra
taría de aislarlos y hacerlos perecer por
hambre, viéndonos obligados a enviar
convoyes con bastimentos y refuerzos.
Estos convoyes tendrían que atravesar
los desifiaderos y pasos obligados en las
condiciones indicadas anteriormente, por
lo que no se puede responder del éxito
de la empresa.
Resumen del estudio del terreno:
Es aconsejable aprovechar la margen iz
quierda del río Aragón, más llana, don
de nuestras fuerzas encontrarán espacio
para desplegar.
Conviene aprovechar el foso natural del
río Aragón, de escasa importancia en las
épocas de sequía, pero bastante caudalo
so la mayor parte del año.
Es conveniente aprovechar la meseta que
se extiende a lo largo de la margen iz
quierda del río, desde la que se domina
fácilmente a cualquier enemigo que haya
podido llegar a su vega., que se verá
obligado a combatir con el obstáculo del
río tras su retaguardia inmediata.
Sobre espolones de la meseta, natural
mente fuertes, se pueden establecer cam
pamentos para unidades tipo Cohorte,
suficientes para vigilar y asegurar la sa
lida de las vías naturales de invasión du
rante un período de tiempo limitado.
Conviene establecer reservas móviles de
mayor entidad que, desplazándose por la
calzada que se construya, puedan acudir
en socorro de los campamentos amena
zados.
4.3. Enemigo.—El valle está ocupado en su
parte Este por tribus ibéricas, destacando en
tre ellas la de los iaccetanos, que ocupan la
—
—
—
—
.
—
mitad oriental del valle. Al Oeste encontramos
tribus vasconas.
Su organización es tribal, por lo que es acon
sejable explotar sus rencillas y, aprovechando
la fuerza de nuestros aliados, ir dominando
otras tribus sin empeñar nuestras fuerzas. Su
carácter fiero y su amor a la independencia
los hacen temibles en los lugares montañosos,
donde, apoyándose en el terreno, que conocen
perfectamente, pueden tendernos emboscadas
y darse a la fuga antes que nuestra Legiones
consigan desplegar y hacerles frente.
Conviene, por tanto, ocupar la llanura, don
de, si se producen batallas campales, nuestra
mejor organización militar acabará impo
riiéndose.
Una acción política acertada puede permi
timos alianzas favorables, con lo que se con
seguiría que fueran los propios iberos, en su
terreno, los que se encargaran de impedir in
cursiones de los galos, reservando nuestra in
tervención para casos extremos en que el ene
migo haya arrollado a nuestros. actuales ene
migos, pero posibles aliados.
4.4. Medios.—La principal ventaja de los
medios propios estriba en la organización mi
litar.
De todos es conocido su orden de combate,
que en líneas generales es el siguiente:
—
—
—
El contacto es tomado por velites, que
con sus arcos, hondas y ligereza son ca
paces de desordenar al enemigo a la vez
que ocultan nuestras fuerzas más pode
rosas.
Realmente esta fuerza irregular actúa
al principio del combate y se retira en
seguida para dejar el campo libre a la
fuerza de choque propiamente dicha, la
Legión, compuesta por:
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las dos alas podrían continuar luchando incte
pendientemente.
A los flancos del despliegue se encuentra la
caballería, con dos grupos de unos 150 jine
tes, fuerza muy apropiada para caer sobre los
flancos o retaguardia del enemigo o para ser
empleada en su persecución.
Las armas no se diferencian grandemente
de las del enemigo. Las principales son:
Armas oíensivas individuales:
Gladius, espada de unos 50 centímetros.
Pilum, especie de lanza de 1,5 metros.
Los velites cuentan además con hondas, ar
cos, flechas y dardos, especie de pilum de me
nor longitud.
—
—
Primer escalón.—Cuenta con 10 maní
pulos de hastados, de 120 hombres cada
uno, provistos de largas picas.
Aunque son los soldados más jóvenes,
sus fuertes cuadros son capaces, tanto
en ofensiva como en defensiva, de resis
tir ataques más o menos desordenados
del enemigo, al que canalizarán por los
intervalos hacia el segundo escalón.
Segundo escalón.—Compuesto también
por 10 manípulos de príncipes, de 120 sol
dados más veteranos, cierran los inter
valos dejados por los hastados, y si la
acción no marcha favorablemente, les
permiten retirarse por los intervalos para
reorganizarse a retaguardia.
Tercer escalón.—Compuesto por 10 ma
nípulos de 60 hombres, constituye una
reserva. Por estar rodilla en tierra sue
len quedar ocultos al enemigo. Se em
plean principalmente cuando los hastados han tenido que retirarse para reor
ganizarse.
Su presencia suele causar el desconcierto
en el enemigo, ya bastante castigado, que
cuando cree llegar ante los últimos elementos
de nuestro ejército ve surgir un nuevo escalón,.
de refresco, que le cierra el paso.
La capacidad combativa de nuestras fuer
zas es muy grande, permitiendo en todo mo
mento presentar dos filas de manípulos bien
organizados y a su amparo; mediante pasos
de escalón a retaguardia, pueden irse organi
zando las unidades desgastadas.
Para conseguir un éxito profundo capaz de
dividir la Legión, harían falta muchas olea
das enemigas que llegaran con gran ímpetu
hasta los escalones que se reorganizan antes
que consiguieran hacerlo. Aun en este caso
32
A rmas clejensivas individuales:
—
—
—
—
Yelmo.
Coraza.
Espinilleras.
Escudo.
Armas colectivas:
Para la conquista de ciudades o su defensa
existen:
Torres de madera.
Arietes.
Balistas (también usado en la defensa
de campamentos), etc.
Resumen.—Siendo
necesaria la economía de
fuerzas, interesa establecer campamentos con
fuerzas reducidas cuya entidad puede variar
de una a varias Cohortes, acrecentando su va-•
br combativo mediante la construcción de
una calzada que permita el rápido desplaza
miento de reservas y el socorro a los puestos
amenazados.
La superioridad principal de nuestros me
dios estriba en su mejor organización e ms
trucción, por lo que se impone emplearlos en
aquellos lugares en que el terreno permita su
rápido despliegue, necesario para poder obte
ner las ventajas que nuestra organización mi
litar nos da.
—
—
—
5.
ARTIEDA ROMANA
Una vez hecho el resumen de lo que podía
ser el estudio de los factores de la decisión de
un jefe romano, vamos a suponer que se ha
decidido establecer un campamento cerrando
el valle del Roncal.
Su situación no puede ser otra que el lugar
denominado «Forao de la Tuta».
Como puede apreciarse en el croquis núm. 1,
su situación frente al valle, protegido por el
río Aragón y con taludes muy pronunciados
que existen en el Norte, Este y Oeste, hacen
del lugar un punto naturalmente muy fuerte
para su época.
En el croquis núm. 2 se ven los principales
vestigios del campamento romano localizados
hasta la fecha. Se han conservado en condi
ciones tales que permiten su identificación sin
lugar a dudas:
El foso.
Los restos de la doble empalizada.
La puerta Decumana.
Restos de murallas y alcantarillas en la
parte Oeste.
Dos habitaciones.
La parte en que se encuentran las dos ha
bitaciones está sembrada de alfalfa, pero por
clarear en unas zonas y aparecer argamasa en
otras, se han podido localizar sin dificultad.
Sus dimensiones son 6 X 4,5 metros. Con u
gerísimas «catas» han sido puestos al descu
bierto sus muros y suelo, formado por gruesos
cantos rodados. Por su situación próxima a la
puerta Decumana y por su capacidad, de unos
diez hombres, se supone serían contubernios
ocupados por los hastados, primera fuerza que
acudiría a cubrir las defensas del recinto y
que serían alertados por los centinelas y con
más tiempo por los velites que quedarían fue
ra de la fortificación.
La ermita de San Pedro es otro punto de
gran interés. La construcción es relativamen
te reciente, tiene menos de cien años; pero en
un lugar por el que pasó la ruta jacobea, el
hecho de no llevar el nombre de Santiago y
sí el de San Pedro, puede indicar que se hizo
por haber existido con anterioridad alguna
otra ermita bajo esta advocación. En sus mu
ros se encuentra una lápida funeraria primi
tiva y un gran fuste y capitel corintios. No
parece aventurado afirmar que antiguamente
debió de existir algún importante templo roma
no, que al cristianizarse sería puesto bajo la
advocación del primer Papa. En la época en
que Artieda era romana, ningún nombre más
adecuado que el de San Pedro. Sus restos, por
su gran peso y tamaño, debieron de quedar in
—
—
—
—
—
situ sin ser aprovechados
por los habitantes
del lugar hasta que en el siglo pasado se re
construyó la ermita.
En la parte Oeste apareció, hace unos trein
ta años, un mosaico de tesela gruesa, blanco
y negro, con dibujo geométrico. Por desgracia
fue destruido, y actualmente tan sólo se con
serva algún trozo de muy reducidas dimensio
nes y numerosas teselas sueltas en la zona en
que se descubrió.
Finalmente, en la parte señalada con una
equis, probablemente existió un silo, ya que,
según cuentan los habitantes del lugar, al ser
roturado el terreno, allá por los años treinta,
cayó una caballería en un gran hueco que ha
bía, por lo que después de sacarla fue obtu
rado con piedras, y actualmente está tapado.
Con el transcurso del tiempo, y al conquis
tarse las Galias y pacificarse España, el pri
mitivo campamento, como tantos otros, se
convertiría en un poblado.
Primeramente,
con grandes reservas y pre
cauciones, se irían construyendo casas dentro
del recinto del fuerte, como lo prueba la abun
dancia de trozos de cerámica, tanto de la tos
ca (ánforas, etc.) como de la fina, conocida
con el nombre de «Terra sigillata». También
apareció alguna piedra de molino.
Después el poblado crecería y se extendería
por el Campo del Royo, lugar en que también
abundan las piedras de molino y cerámica. En
este lugar apareció también algún trozo de
cerámica grisácea, del tipo ampuritano.
Finalmente,
los ricos propietarios harían
sus villas o casas señoriales próximas al pue
blo, pero lo suficientemente alejadas del mis
mo como para gozar de las delicias del cam
po. Estas casas señoriales, situadas en luga
res de gran belleza, se encuentran en las vi
ñas de Sastre y en Rienda.
En las viñas, al plantar las cepas hace bas
tantes años, se descubrió un capitel de már
mol y un mosaico policromado del que se en
cuentran teselas en la superficie, y debe de co
rresponder por lo menos a dos habitaciones.
Por los informes de los que lo vieron parece
deducirse que está en bastante buen estado
y a unos 60 centímetros de profundidad. Pro
bablemente
será del siglo iii de nuestra
era, análogo al descubierto recientemente en
Rienda.
En Rienda también hace unos treinta años
aparecieron trozos de mosaicos a los que no
33
hasta la fecha habían pasado inadvertidos
o menospreciados por la gente.
Al trasladarse a Rienda para ver las colum
nas encontradas meses antes por el tractoris
ta, le llamó la atención el diferente colorido
de la tierra, rojiza en algunas zonas, como si
hubiera sido quemada siglos atrás.
Los mosaicos marcados con el núm. 3 (cro
6. EL HALLAZGO ARQUEOLÓGICO
quis núm. 4), que desde hacía treinta años se
Fue a los pocos meses de este hecho cuando estaban sacando y tirando por el terraplén
por fortuna apareció un capitán de Infante
situado al sur, juntamente con las colum
ría que, tras reunir todos los datos, unos cier nas (5), le hicieron imaginar la existencia de
tos, otros muy fantaseados por la imaginación
un gran patio central de 44 X 36 metros, al
popular, recorrió la zona minuciosamente, sa rededor del cual debían de encontrarse habi
cando las conclusiones anteriormente expues taciones al este y al oeste, lugares en que la
tas, a las que llegó interpretando conjunta
tierra era rojiza.
mente las narraciones de los lugareños, el co
Desde el primer momento pensó que en la
nocimiento del Pirineo y los vestigios que zona sur no se sacaría nada importante por
estar muy deteriorada. Inició sus prospeccio
nes en el este y oeste. Encontró un gran la
drillo de tierra cocida (habitación núm. 4) y
dos mosaicos (1 y 2).
Las dificultades fueron grandes. El mal
tiempo reinante retrasó la recolección, por lo
que no había peones que se encargaran de
picar; no quedaba más remedio que realizar
el trabajo personal y urgentemente. Era una
lucha contra reloj; había que salvar lo que
pudiera antes que el tractor volviera a ser
empleado. La suerte estuvo de su parte y el
mosaico apareció rápidamente.
Una vez estudiado el dibujo, hizo el infor
me correspondiente, que fue remitido a las
autoridades, las que, a la vista de las fotogra
fías y dibujos, sin previo reconocimiento del
lugar, enviaron unos técnicos, que procedieron
a levantar el mosaico núm. 1 y lo trasladaron
al Museo de Bellas Artes de Zaragoza.
Los dibujos y fotografías permiten hacernos
una idea de la belleza del mismo.
El Ejército, por medio de uno de sus hom
bres, ha añadido un servicio más a la Patria,
no conformándose con la misión de defender
la con las armas en la mano cuando las cir
cunstancias lo requieren. También en la paz
contribuye a su engrandecimiento, busca ji
rones de su historia y se los entrega para que
los custodie. No en vano se ha dicho que la
de España es la historia de su Ejér
Fotocopia de un dibujo del mosaico. Las ocho estrellas de historia
la parte superior con dos círculos en trazo continuo están
cito. Por ello un militar, aplicando sus cono
total o parcialmente destruidas, habiéndose perdido sus f i
cimientos tácticos, puede contribuir a desco
guras. Las tres estrellas del ángulo inferior derecho, parcial
mente destruidas, conservan parte de las figuras respectivas.
rrer el velo del conjunto indivisible Historia
La estrella central del borde inferior tiene la figura total
de España-Historia de su Ejército.
mente destruida.
se dio ningún valor, continuando el arado su
labor destructora hasta nuestros días.
Recientemente, y al emplearse por primera
vez un tractor potente, se pusieron al descu
bierto dos columnas romanas al romperse el
arado en ellas.
34
;1]
EstudiossoIIhreaspectosconcretosilelaTáctica;0]
La Sección de fusiles en defensiva
Capitán de lnantería Óaniel SERRÁDILLÁ BALLINÁS, profesor de la Academia Áuxilior
Militar, y Teniente de Infantería Luis GRAVALOS GONZÁLEZ, del Batallón de Carros
Medios de la D. 1. Guadarrama núm. 11.
CUESTIONARIO
P. núm. 1.—Cuál es la finalidad esencial de la ba
talla defensiva?
P. núm. 2.—!,Se renuncia en defensiva a la iniciativa?
P. núm. 3.—En la organización de una posición de
fensiva, ¿cuál sería la preferencia y orden más
aconsejable en la ejecución de los siguientes apar
tados?:
A. Establecer los sistemas de transmisión y ob
servación.
B. Itinerarios para el movimiento, abastecimiento
y evacuaciones.
C. Obstáculos.
D. Campos de minas y demoliciones.
E. Colocar las armas en posición.
F. Ejecutar las posiciones eventuales y supletorias.
G. Montar el servicio de seguridad.
H. Limpieza de los campos de tiro, determinación
de distancias y datos sobre blancos probables.
1. Defensa A. B. Q.
J.
Preparar organizaciones simuladas.
K. Asentamientos de las armas, pozos individua
les y disimulación de estas obras.
P. núm. 4.—Cuándo se inicia la organización del te
rreno?
P. núm. 5.—Cuándo se interrumpe?
P. núm. 6.—,Qué es lo que determina el frente que
una sección puede ocupar físicamente?
P. núm. 7.—Como orientación tan sólo:
A. ¿Cuánto frente ocupa una sección en terreno
cubierto?
B.
¿Cuánto frente cubre una sección en terreno
cubierto?
C. ¿Cuánto frente ocupa una sección en terreno
descubierto?
D. ¿Cuánto frente cubre una sección en terreno
descubierto?
E. ¿Qué fondo puede tener?
P. núm. 8.—,Por qué medios se cubre la parte del
terreno no ocupada?
P. núm. 9.—Se asigna sector de tiro por fusilero o
por pareja?
P. núm. 1O.—i,Dóndese colocan los jefes de elemento
en una organización defensiva de Pn?
P. núm. lL—Para qué se seleccionan posiciones su
plementarias de Pn?
P. núm. 12.—,En qué ocasiones puede no ser necesa
ria la preparación de posiciones suplementarias?
P. núm. 13.—,Quién puede auxiliar al jefe de Sc. en
el planeamiento y peticiones de fuegos?
P. núm. 14.—Cómo se proporciona la sección, segu
ridad a sí misma?
P. núm. 15.—Durante la preparación de la posición,
¿qué personal se dedicará como mínimo a la obser
vación?
P. núm. 16.—Hasta quién se puede delegar la puesta
en ejecución de los fuegos de la barrera principal?
P. núm. 17.—i.Dóndese sitúan normalmente las ame
tralladoras de la sección?
p. núm. 18.—.Qué finalidad tienen las alambradas
tácticas, de protección y suplementarias?
P. núm. 19.—LAqué distancia de la posición se colo
can las de protección?
6ra/ico
P. núm. 20.—Sobre
este grcífico dibuje usted el dispositivo
n°1
de una sección en el borde anterior de la zona de resistencia.
35
SOLUCIONES
AL CUESTIONARIO
PRECEDENTE
E. núm. 1.—Sostenerse firmemente en las posiciones
ocupadas, deteniendo la progresión enemiga con
acciones de fuego y trabajo preferentemente, y re
curriendo al movimiento, siempre que sea necesa
rio, para mantener la integridad de la posición.
(Doctrina Provisional para el Empleo Táctico de lasArmas y los Servicios, art. 39.)
R. núm. 2.—Sí, aunque no de un modo absoluto, ya
que el defensor hace uso de ella eligiendo di te
rreno más favorable para reñir la batalla. (Doctri
na. art. 39.)
R. núm. 3.—1.°,G; 2.°, E; 3.°, K;
H; 50, A; 6.°, F;
7.°, D; 8.°, C;
1; 1O.°, B; 11.0, J. (Normas Provi
sionales para el Combate de Pelotón, Sección y
Grupo de Combate, art. 97, a).
- -,
40,
90,
R. núm. 4.—Nada más llegar las tropas a la zona
defensiva. (Normas..-, art. 97, b).
R. núm. 5.—Nunca, excepto cuando lo imponga la
acción enemiga. (Normas..., art. 97, b).
R. núm. 6.—La misión, el enemigo, el terreno, los
efectivos de la Sección y el número de armas, no
orgánicas,
localizadas en el área defensiva de la
Sección. (Normas..., art. 99, a).
R. núm. 7.—A, 250 metros; B, 450 metros; C, 400 me
tros; D, 700 metros; E, 200 metros. (Normas..., ar
tículo 99, a).
R. núm. 8.—Por el fuego. (Normas, art. 99, a).
R. núm. 9.—Por el fusilero. (Normas..., art. 99, b, 2).
E. núm. 10.—En línea con sus fusileros y general
mente en el centro de ellos. (Normas..., artícu
lo 99, c, 3.)
R. núm. 11.—Para permitir la defensa del área defen
siva de la Sección en todas direcciones. (Normas...,
artículo 99, c, 4.)
R. núm. 12.—Cuando el terreno permita la protección
de los flancos y la retaguardia desde las posicio
nes principales. (Normas..., art. 99, c, 4.)
R. núm. 13.—El observador avanzado de M,s. de
81 mm. que se halle normalmente en su área. (Nor
mas..., art. 99, d, 1.)
E. núm. 14.—Por la observación. (Normas..., artícu
lo 99, g, 1.)
R. núm. 15. Un centinela por Fn. y un sirviente por
cada arma colectiva. (Normas..., art. 99, g, 1.)
E. núm. 16.—Hasta los jefes de Sección de fusiles.
(Normas..., art. 99, cf, 8.)
R. núm. 17.—En el borde anterior de la zona de re
sistencia. (Normas..., art. 99, d, 3.)
R. núm. 18.—Las tácticas, romper las formaciones
enemigas y detener al enemigo en las zonas some
tidas a los fuegos más intensos de la defensa.
Las de protección, evitar asaltos por sorpresa des
de puntos cercanos a las posiciones.
Las suplementarias se emplean para desfigurar la
alineación de las tácticas y también para unir áreas
defensivas de Sc. y GRUCO, y para canalizar la
progresión enemiga sobre zonas intensamente bati
das. (Normas..., art. 94, e.)
E, núm. 19.—Lo suficientemente próximas para que
puedan ser observadas de día y noche y lo suficien
temente alejadas para mantener al enemigo más
allá del alcance de sus granadas de mano. (Nor.
mas..., art. 94, e) (unos 30 metros).
Gra/ico
R.
36
núm. 20.—Una
solución. Coinpórela con la suya.
n°2
h’ 5
los
Servicios delliegimiento
]ilindado de Cabalieria.
Comandante de Caballería del Sv. de E. M., Federico QUINTERO MORENTE, profesor de
la Escuelade Estado Mayor.
lución del problema logístico presentará siem
pre matices diferenciales que individualizarán
Las condiciones que exige al combate mo cada caso.
derno la amenaza nuclear, unidas a la misión
fundamental de los servicios de hacer frente
a todas las necesidades de vida, combate y 2. FACTORES QUE INFLUYEN DE FORMA MÁS DI
RECTA SOBRE EL FUNCIONAMIENTO Y DESPLIE
movimiento de las unidades, en cualquier si
GUE DE LOS SERVICIOS REGIMENTALES
tuación que se presente, resaltan la obligación
de conocer, no solamente la estructura y fun
Aquellos que, a nuestro juicio, ejercen una
cionamiento de los elementos que constituyen
influencia
más decisiva son los siguientes:
los trenes de las propias fuerzas combatien
Grado de independencia e iniciativa que
tes, sino también las posibilidades reales de
al Regimiento se le haya concedido en el
los mismos.
marco divisionario para el cumplimiento
En esta ocasión nos vamos a referir a los
de su misión.
del Regimiento Blindado de Caballería, bus
Coordinación entre las acci6nes que efec
cando destacar cómo en cada una de las si
tuarán las diversas fracciones y escalotuaciones más singulares del combate la so1.
INTRODUCCIóN
—
—
37
nes del despliegue general del Regi
miento.
Intervalos y distancias entre unidades y
extensión total de la zona de acción asig
nada.
Actitud propia y enemiga. Dureza, reac
ciones y rapidez que se supone presenta
rá el desarrollo de la acción.
Refuerzos y apoyos de todo orden que
recibirá el Regimiento.
Características más acusadas del terreno
que limiten o beneficie la actividad de
los trenes.
Datos meteorológicos y coñdiciones cli
matológicas previstas.
El predominio, equilibrio, poco valor de
cualquiera de los puntos relacionados, proyec
tado sobre las necesidades permanentes de las
tropas, no permite el uso cómodo y fácil de
un esquema apto para ser aplicado en todos
los casos; por el contrario, requiere la busca
de soluciones flexibles capaces de acoplarse
con rapidez y efectividad a la imprevista va
riante que pueda presentarse.
—
Comandante
inspector de armamento,
material y servicios del Mando del GLB.
Oficial de aprovisionamiento,
segundo
jefe del Escon. de Pd. M. del GLB y jefe
de la Sección de Servicios y Tren.
En cada escuadrón, los segundos jefes de
los mismos.
Los suboficiales jefes de los diferentes
pelotones de servicios y equipos.
3.2. Las posibilidades de cada servicio son:
—
—
—
—
—
—
—
3.
CoMPosición
DEL RCB/
Y POSIBILIDADES DE LOS TRENES
3.1. Esta unidad, como ya sabemos, se ar
ticula en:
Mando.
Plana Mayor de Mando.
Grupo Ligero Blindado:
Mando.
Escuadrón de Plana Mayor.
Tres Escuadrones Ligeros Blindados.
Escuadrón de Carros de Combate Me
dios.
La cadena de mandos a través de los cuales
se lleva a cabo la actividad de los servicios en
el Regimiento es:
Jefe del Regimiento.
Teniente coronel, segundo jefe, inspector
de los servicios, por delegación del
Mando.
Capitán de Organización y Servicios
(S-l y S-4) de la Plana Mayor de Mando
del Regimiento.
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
38
3.2.1. Carburantes y grasas.
Los camiones y cisternas encuadrados en la
Sección de Servicios y Tren del escuadrón
de Pl. M. del GLE. permiten el transpor
te de:
4.800 litros en bidones de 20 litros, 5.000 Ii
tros en cisternas y 80 kilos de lubricantes.
Cada escuadrón cuenta con un remolque
cisterna de 2.000 litros para atender a cual
quier emergencia que pueda presentarse.
La dotación en bidones de 20 litros que cada
escuadrón debe mantener y transportar
en
sus propios trenes de combate se ignora; pero,
examinadas
las que poseen unidades simi
lares en otros Ejércitos, podemos conside
rarla aproximadamente del orden que sigue:
Por cada carro de combate: 4 bidones,
80 litros.
Por cada ci. t. t. 1/4: un bidón, 20 litros.
Por cada ci. t. t. 3/4: un bidón, 20 litros.
Por cada COB: 2 bidones, 40 litros.
De esta forma resultaría que los escuadro
nes ligeros llevarían en sus trenes de comba
te unos 1.300 litros (65 bidones), y el escua
drón de carros medios unos 1.600 litros (80 bi
dones).
Admitiendo como aproximada la cifra de
41.000 litros para la capacidad total de los
depósitos de todos los vehículos del Regi
miento, las posibilidades globales son las si
guientes:
Depósitos de vehículos, 41.000 litros.
Pelotón de C. y G., 9.800 litros.
Trenes de escuadrón:
‘3 escuadrones ligeros, 9.900 litros.
Un escuadrón de CCM, 3.600 litros.
Resto del Regimiento, 2.000 litros.
Total: 66.300 litros.
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
Neumáticos
cisterna.
Comparando esta cifra con la que indica el
número de litros que consume el Regimiento
en una marcha de 100 kilómetros sobre carre
tera, y que se eleva a unos 21.000 litros, pode
mos deducir una serie de consecuencias; aho
ra bien: debemos tener siempre presente q
las misiones, características de los vehículos
(autonomía y consumos diferentes) y modali
dades de empleo de éstos, determinarán en su
exacto valor estas cifras orientadoras.
3.2.2. EntretenimientO Y recuperación de
vehículos.
El Regimiento cuent.a con 10 equipos de en
tretenimiento
tipo A y un equipo B.
Los equipos del pelotón de entretenimiento
de la Sección de Servicio y Tren (3-A y 1-B)
se les considera capaces de apoyar a los ve
hículos del Regimiento en aquellas situacio
nes de combate de dureza media y durante
plazos no muy largos, puesto que hoy se admi
te que la inmovilidad de un vehículo averiado
atendido por el segundo escalón de entreteni
miento no debe ser, en unidades de Caballe
ría, superior a doce horas en acciones ofensi
vas o móviles ni rebasar las veinticuatro ho
ras en las de carácter estático.
Cuando esos plazos sean superados, los ve
hículos averiados deben ser atendidos por el
tercer escalón (División) a fin de no recargar
a los equipos regimentales con una acumula
ción o tareas incompatibles con el carácter de
la unidad.
En la recuperación de vehículos y su remol
que hacia los puntos señalados puede presen
tarse un problema agudo dado el número de
carros y camiones-grúas (1 y 4) del Regimien
to para hacer frente a una plantilla de 61 ve
hículos orugas y más de 180 sobre ruedas, y
sólo podrá resolverse empleando y distrayen
do de sus misiones peculiares a otros vehícu
los, o contando con el apoyo del Batallón de
entretenimiento
de la División.
3.2.3.. MunicionamientO.
Las posibilidades de los trenes son de 8 to
neladas para él pelofón de municionamiento
y 4 toneladas en los trenes de los escuadrones.
Estas cifras, bajas de por sí, dado el peso
y tipo de munición que más se consumirá
(desde calibre 7/92 hasta 90 mm.), deberá te
nerse previsto su incremento mediante la asig
nación de medios autos para el transporte de
munición.
Como cifras orientadoras, y teniendo en
cuenta las modalidades de combatir que cada
escuadrón posee, podemos señalar que:
—
—
—
A cada escuadrón LB. deberá ser afec
tado un camión de 2,5 Tm.
Al Escón. CCM., el número de camiones
oscilará entre 3 y 6.
Al Escón. de Pl. M., dos camiones.
No olvidemos que el tonelaje a transportar
entre todos los trenes del Regimiento repre
senta un total que se aproxima a las 150 to
neladas. El módulo es una medida utilizable
para cálculos en escalones superiores al Re
gimiento, mientras que una unidad de Caba
Hería, que puede no combatir de forma con
tinuada cuando verdaderamente se empeña en
39
el combate, es frecuente que consuma varios
módulos en una sola jornada.
3.2.4. Sanidad.
Cada escuadrón cuenta con una ambulan
cia t. t. 3/4, mientras que en el escalón regi
mental aparece un jeep portacamillas, una
ambulancia de 3/4 y un camión del mismo
peso para el material sanitario que permite
la instalación de un puesto de socorro.
Las evacuaciones de personal de las tripula
ciones de los carros y COB,s., cuando se en
cuentren empeñados en el combate, aconsejan
el empleo de ambulancias protegidas que per
mitan la aproximación a los vehículos de com
bate con cierto grado de seguridad.
—
—
—
—
—
Condiciones variables de seguridad.
Actividades de reconocimiento.
Grado de urgencia en la realización del
movimiento.
Ocupación transitoria, de puntos o líneas
del terreno.
A veces, combates de corta. duración,
pero violentos.
4.3. Acciones ofensivas de corto recorrido
que requieren:
Continuidad y dureza en el combate.
Velocidad de progresión poco acusada.
Coordinación
estrecha con otras uni
dades.
Conquista de objetivos sucesivos.
—
—
—
—
3.2.5. Víveres y equipajes.
4.4. Acciones ofensivas que requieren rapi
dez
y profundidad en las penetraciones, cali
Las posibilidades de carga son de 5 Tm. por
ficadas por:
cada escuadrón.
Interes.a resaltar que el hecho de ir todo el
Máximo impulso hacia vanguardia.
personal sobre vehículos permite la asignación
Mayor grado de descentralización.
de raciones especiales, tanto de tipo indivi
Potencia en los primeros escalones.
dual como colectivo, aligerando así el peso a
4.5. Misiones defensivas en las que el es
transportar por los trenes.
pacio, el tiempo y la seguridad prevalecen en
la. ejecución de la maniobra, definidas por:
Acciones móviles a vanguardia, flancos. o
4. CLASIFICACIÓN POR GRUPOS DE LAS ACCIONES
retaguardia de la posición.
FRECUENTES O HABITUALES QUE PUEDE DES
Ocupación y defensa transitoria del te
ARROLLAR EL REGIMIENTO.
rreno. Rápidos despegues.
Acciones de choque previstas: contraata
Esta clasificación se hace atendiendo a las
ques,
reducción de núcleos enemigos.
modalidades que más afectan al cumplimien
—
—
—
—
—
to de las actividades
de los trenes.
4.1. Acciones preparatorias de misiones
ya previstas, definidas por:
Estacionamiento
en sus diferentes
clases.
Permanencia
en posiciones de re
unión.
Ocupación de posiciones de espera.
Actividad enemiga limitada.
Seguridad relativa para los servicios.
—
—
—
—
—
•
4.2. Acciones en las que el movimiento
y la seguridad en beneficio propio o del con
junto prevalecen sobre otra consideración,
caracterizadas
aquéllas por:
Espacio a recórrer.
Amplitudde
la zoná de acción.
—
—
40
4.6. Acciones defensivas de tipo estático,
caracterizadas por:
Empleo máximo de fuego.
Reacciones ofensivas móviles de corto re
corrido.
Estrecho contacto con otras unidades.
—
—
—
—
5.
—
servicios puedan ser llevadas a cabo en
el tiempo concedido.
Continuar
e intensificar el programa
de entretenimiento que se esté desarro
llando.
Tener previstas medidas a tomar y ar
ticulación de los trenes durante el des
arrollo de la misión.
NORMAS PARA EL EMPLEO DE LOS SERVICIOS.
La permanencia y el grado de seguridad que
se posea en los despliegues de espera influirán
5.1. Comencemos por las acciones señala
en el rendimiento de las tareas de los diversos
das en el grupo 4.1 (preparatorias).
La actividad de los servicios se orienta a: equipos, al conocerse itinerarios, poder regu
lar las peticiones, centralizar el esfuerzo y
Completar las dotaciones reglamentarias
consumidas e incrementarlas, si ello ha contar con un apoyo inmediato del escalón
superior.
sido ordenado.
El tiempo disponible y la misión posterior a
Determinar qué personal, material y ve
hículos deben ser evacuados al escalón cumplir indicarán a qué servicios habrá que
superior por imposibilidad de proporcio dedicarles mayor atención y esfuerzo, pero
siempre esta preocupación tendrá presente al
narles, en el marco regimental, el trata
menos
tres puntos principales: entretenimien
miento (personal) o reparación adecuada
(material), en el plazo disponible antes to, carburantes y municionamiento.
de emprender la misión prevista
Estos tres servicios nunca situarán sus ór
Asegurar la recuperación para el com ganos próximos los unos a los otros, pero sí
bate del personal, vehículos y material existirá un doble circuito que los enlace y per
que dentro de las posibilidades de los mita el movimiento rápido de los elementos
de los trenes de las unidades que acudan
a ellos.
Si la urgencia o el tiempo disponible
obligan a una tarea que excede de las
posibilidades de los trenes de los escua
drones, la Sección de Servicios y Tren
empleará parte de sus medios en apoyar
y acelerar a aquéllos, principalmente en
la distribución de carburantes y repara
ción de vehículos.
—
—
—
5.2. Acciones en las que prevalezcan
el movimiento y la seguridad (4.2).
Si prevalece el movimiento, todo aque
llo que lo retrase debe ser, en lo posible,
suprimido o retirado.
Si la longitud o dureza de la marcha
presupone para efectuarla un consumo
superior a los 2/3 de la capacidad de los
depósitos de los vehículos, se hace nece
seria la distribución de carburante en los
puntos que se determine o se haya orde
nado por el Mando. Normalmente será
el Servicio de Carburantes de grasas di41
visionario el encargado de situar algunos ele
mentos (cisternas, camiones con bidones) en
las zonas elegidas.
Se tendrá calculado el tiempo que se tarda
en distribuir el carburante, y el sistema que
se adoptará, aconsejándose que sea siempre
el escuadrón de CCM. el primero que se atien
da en estas tareas.
Marchan normalmente con las unidades, y
a sus retaguardias, los trenes de combate,
mientras que los de víveres y equipajes, re
unidos, bien permanecen en los estaciona
mientos iniciales incorporándose a fin de jor
nada (caso de consumirse rancho en frío a
niedia jornada), o se adelantan a las unida
des para que éstas puedan hacer la primera
o segunda comida en caliente.
Si prevalece la seguridad sobre otra consi
deración, entonces el despliegue del Regimien
to empleando más de un itinerario, cubriendo
un frente apreciable y marchando en ocasio
nes campo a través, hará que el consumo de
carburantes sea algo superior al normal so
bre carretera.
Con relación al consumo de munición, éste
se repartirá desigualmente entre las unida
des, ya que no siempre todas ellas tomarán
la misma parte activ.a en los combates preli
minares o de encuentro. La permanencia en
línea ordenadas mantener elevará dicho con
sumo y exigirá medidas de previsión para el
sostenimiento del combate.
El número de vehículos destruidos debe ser
muy reducido y el de averiados no muy eleva
do, ambos en comparación con los que se pro
ducen en otras fases del combate; ahora bien:
el tipo de averías que se podrá reparar tendrá
que ser muy simple, imponiéndose la rápida
evacuación hacia retaguardia.
Según a la distancia a que opere el escalón
de seguridad del resto de la División y los
apoyos previstos, el problema de la recupera
ción de vehículos y evacuación del personal
no será complicado o podrá llegar a ser agudo.
En general, pues., conviene reforzar los tre
nes de combate de aquellas unidades o parti
das que se prevea puedan quedar aisladas en
su actuación. La actitud cambiante de las uni
42
dades (avanzando o retrasando el avance ene
migo) y los intervalos entre ellas aconsejan
mantener un equilibrio en la composición de
los trenes que les permita superar las crisis
que pudieran producirse, sin embarazarlos con
cargas y vehículos que disminuyan sus posi
bilidades para la maniobra y movimientos rá
pidos.
5.3. Acciones ofensivas de corto recorri
do (4.3.).
En estas acciones el Regimiento no actua
rá centralizado y serán sus escuadrones los
que afectos se integrarán en agrupaciones tác
ticas con Infantería, Artillería, Ingenieros,
etcétera, aun cuando no se descarta el empleo
del Regimiento constituyendo el núcleo prin
cipal de algunas de las agrupaciones tácticas
que se creen.
El consumo de munición en este tipo de ope
raciones es alto si se compara con el que se
ñala el carburante. Por ello, la atención se
orienta más hacia el transporte de munición
hacia vanguardia y su distribución entre los
primeros escalones de combate.
Las bajas en vehículos destruidos suelen
ser más bien altas, pero no la de los averiados
por fallos en el vehículo o por dificultades que
presente el terreno para el movimiento. Ahora
bien: no serán averías fáciles de reparar y
exigen cierta estabilidad a los equipos; de
aquí la necesidad de su urgente evacuación
para que puedan ser atendidos por el segundo
o tercer escalón de entretenimiento.
Con respecto al personal existirá también
un elevado porcentaje de bajas de primera ur
gencia, y la evacuación presentará un carác
ter difícil por carecer de ambulancias blin
dadas.
Los trenes de combate se mueven por sal
tos, a lo largo de itinerarios que materializan
a los ejes de evacuación. Hacen alto en posi
ciones a cubierto de la observación y, a ser
posible, de los fuegos directos de las armas pe
sadas del enemigo.
Los escuadrones que actúen en primer esca
lón deberán ser reforzados en sus dotaciones
de munición, y en ocasiones en medios de re-.
cuperación y evacuación.
La imperiosa necesidad de mantener la po
tencia en el combate obligará a un continuado
y mantenido esfuerzo por parte de los trenes,
que no podrán esperar a ser completados a
fin de jornada.
5.4. Acciones ofensivas rápidas y penetran
tes (4.4.).
Realizadas por la Caballería en el marco
divisionario, serán misiones agrupadas dentro
del concepto de «explotación táctica inme
diata)).
Será frecuente que durante las fases ante
riores del ataque el Regimiento haya perma
necido en reserva y dispuesto a intervenir en
el momento ordenado.
En general, el consumo de carburantes es
mayor en proporción que el de municiones, ya
frente a un enemigo bastante quebrantado.
El número de bajas en personal no suele ser
elevado. El porcentaje de vehículos destruidos
disminuye, pero aumenta el que señala los ve
hículos averiados. Se consume mayor canti
dad de raciones de previsión durante toda la
acción.
Para transportar carburante, si se hace ne
cesario, deberán utilizarse hasta algunos ve
hículos del tren de víveres y equipajes.
El empleo de los vehículos de entretenimien
to se orienta de forma que su esfuerzo abar
que el mayor número de vehículos, en repara
ciones que exijan poco tiempo, mejor que so
bre un número reducido de ellos que requieran
mayor tiempo para su puesta en servicio.
La labor de recuperación se materializa en
situar los averiados sobre el eje o ejes de eva
cuación, dando cuenta de su posición y ave
rías. Normalmente el Regimiento recibirá re
fuerzos para esta misión.
5.5. Acciones de tipo defensivo con predo
minio del movimiento (4.5.).
En ellas podemos considerar incluidas la
defensa elástica y en profundidad. En ambas
modalidades se cede terreno, se ocupan tran
sitoriamente posiciones y se reacciona ofensi
vamente.
La complejidad de las acciones a realizar,
la dificultad de su coordinación, la amplitud
de zona en que se opera y la continua presión
enemiga hacen que el apoyo logístico tenga
que ser estudiado con todo detalle, engarzán
dolo perfectamente a las necesidades de la
maniobra táctica en tiempo, espacio e intensi
dad. Este apoyo debe ser tan flexible que pue
da emplearse en beneficio de una maniobra
defensiva y, sin solución de continuidad, estar
en condiciones inmediatas de adaptarse a una
actividad ofensiva.
Se examinarán las misiones sucesivas a
cumplir, distancia de los gruesos, enlace con
otras fuerzas, etc. Se seleccionarán los ejes
que deban ser utilizados por los trenes sin in
terferir a la acción táctica.
No será necesario reforzar en carburantes
y grasas los trenes de escuadrón, ya que el re
corrido entre posiciones nunca será excesivo
y el gasto o consumo podrá resolverse con sus
dotaciones orgánicas y, en aquellas ocasiones
que lo precisen, lo tendrán solucionado al al
canzar las sucesivas posiciones, en donde con
tarán para ello con reducidos depósitos (bido
nes, cisternas) montados por el pelotón de
carburantes y grasas o por el escalón divisio
nario.
La actividad que prevalecerá sobre las de
más debido a la premura de tiempo disponi
ble será la evacuación, para evitar que perso
nal o vehículos queden en poder del enemigo.
Las reparaciones serán mínimas o nulas
durante la fase de movimiento; de aquí que
los equipos de entretenimiento se sitúen a re43
taguardia de las posiciones y sean, como ya
se ha indic.ado, los medios de recuperación los
que actúen de forma intensa en esta fase.
La munición consumida será compensada
al alcanzar las posiciones, pudiendo estable
cerse a priori en cada una de las que interesen
pequeños depósitos.
Serán de mayor entidad los trenes de com
bate de las unidades en la defensiva elástica
que en la de profundidad, por la frecuencia de
quedar aisladas que aparecerá en la primera
modalidad.
5.6. Acciones defensivas estáticas (4.6.).
Se realizan normalmente en la zona de segu
ridad, a vanguardia de la posición de resisten
cia divisionaria, o sobre esta misma posición
(excepcionalmente).
La fase estática se define por una perma
nencia en el despliegue de los servicios y en
la centralización (si el Regimiento actúa re
unido) de los mismos.
Los aspectos más importantes a destacar
son: reducido consumo de carburantes, mayor
atención y tiempo disponible para las tareas
de entretenimiento, constitución de depósitos
de municiones a utilizar en la zona de seguri
dad, relativa facilidad para las evacuaciones
y detallado plan para la circulación en toda
la zona.
44
Según la actuación del Regimiento, bien en
la zona de seguridad, posición de resistencia
o como reserva de la División, la articulación
de sus trenes será diferente y le serán de apli
cación para su empleo algunas de las normas
indicadas en los apartados anteriores.
6.
CoNcLusioNEs
FINALES
Finalizamos nuestro trabajo. No hemos pre
tendido agotar cuanto puede decirse sobre
el empleo de los servicios en una Pequeña
Unidad.
La necesidad de mantener en cada escalón
un cierto grado de autonomía logística ade
cuada al probable empleo de aquél, la busca
y ensayo de métodos que se orienten a redu
cir «los tiempos muertos» (entrega de carbu
rantes, municionamiento, tareas de entreteni
miento, evacuaciones) que para el combate
significan estas actividades, son el resumen
de la numerosa lista de extremos que hay que
considerar.
Todo lo anteriormente expuesto no hace
más que resaltar algo la vital importancia que
en el proceso de creación o reorganización de
cualquier tipo de unidad tiene la parte dedi
cada al análisis profundo de aquellos elemen
tos (trenes) destinados a apoyar y hacer efec
tivas las fracciones combatientes.
L0ÍÑF0RM14cI0N
o]
e .7decsy ¡ef/exiónes
ImportanciadeEspañaenlaestrategíadelosEE.ULJ.
Por Français BLANC. De la publicación francesa «Revue de Defense Nationale)). Traducción
del General ROMERO DE ARCOS.
La segunda guerra mundial ha modificado profundamente
la situación internacional. En 1945, la mayor parte de las
naciones europeas salieron del conflicto amputadas o dis
minuidas. Han debido curar sus llagas y levantar sus rui
nas. Aprovechándose de las circunstancias, la Unión Sovié
tica consiguió, por el camino de su ideología, extender sus
zonas de influencia a costa de las potencias occidentales.
Poco a poco, el comunismo ha alcanzado todos los conti
nentes destruyendo despiadadamente seculares estructuras
políticas y sociales, para reemplazarlas por otras nuevas con
dependencia más o menos estrecha de Moscú. Ante el hun
dimiento que amenazaba a ciertos paises, los Estados Uni
dos se han visto obligados a intervenir en los asuntos
europeos y a tomar a su cargo, de buen o mal grado, los
destinos de los Estados amenazados. A una presión ideoló
gica frecuentemente basada en la lucha de clases, han opues
to la potencia de su economía y concedido a las naciones
en dificultad la ayuda sin la cual no habrían podido reha
cerse. Han parado la amenaza militar por un lado afirmando
sin equívocos su voluntad de proteger a Occidente, por
otro creando un sistema de alianzas animados de una vo
luntad común de defensa y de supervivencia.
De todas las naciones europeas, solamente España fue
tenida inicialmente al margen. Querer explicar las profun
das razones de esta cuarentena rebasaría los límites de
este estudio. Se puede estimar, sin embargo, que, saliendo
desangrada de una guerra civil espantosa, España tenía al
gunas razones en 1939para quedar fuera de un nuevo con
flicto.
Como quiera que sea, de 1946 a 1950, el general Franco
no cesó de denunciar el peligro que hacía correr al mundo
la amenaza soviética. Los primeros, los Estados Unidos es
timaron que tenían interés en llevar a España a la órbita
occidental. El 10 de enero de 1950, Washington reconocía al
gobierno del Caudillo como el único gobierno español, y
Francia decretaba la reapertura de su frontera de los Piri
neos. La guerra de Corea exacerbó los sentimientos antiso
viéticos de los americanos. Ayudada por sus numerosos
amigos del otro lado del Atlántico, España se decidió a
romper su aislamiento. Obtuvo de la O. N. U. en noviem
bre de 1950el voto de una resolución, recomendando a los
miembros de la organización internacional reanudar sus re
laciones diplomáticas con ella.
Desde entonces, la posición moral de España no cesó de
mejorar. En marzo de 1951la llegada a Madrid de un emba
j ador americano le abrió nuevas perspectivas para el pone
nir. Poco a poco fueron en aumento las conversaciones
orientadas a definir las bases de un acuerdo bilateral eco
nómico y militar que favorecía los intereses de los dos paí
ses. Este acuerdo fue concluido el 26 de septiembre de
1953. Diez años más tarde, acabamos de asistir a su reno
vación.
¿Qué razones incitaron a los Estados Unidos, país demo
crático por excelencia, a llevar al concierto europeo a un
país gobernado por una dictadura? La respuesta a esta pre
gunta es sencilla: «América ha comprendido el interés que
podía presentar España en el plano estratégico)). En la bús
queda de un sistema defensivo sin fallo englobando las dos
orillas del Atlántico y del Mediterráneo, Washington no po
día eliminar a Madrid (1) por razones geográficas, políticas
y militares.
LAS COMPONzNTz5
ozoGRÁFIcAsoz EsPAÑA
España posee los elementos que constituyen una gran na
ción: su superficie, un clima privilegiado en conjunto, con
posibilidades agrícolas y minerales diversos, una población
compacta y orientada hacia el esfuerzo. Su posición excén
trica, su aislamiento debido a la barrera pirenaica y el mar
han contribuido además a forjar el alma española ardiente
mente apasionada de libertad.
La geografía ha conferido a España una importancia que
desborda ampliamente el cuadro nacional y llega hasta el
europeo. Le ha dado una vocación mundial. Su calidad de
península hace de ella un excelente puesto de observación
o una plataforma de partida frente a diversas masas de
población pertenecientes a tres continentes. Sus tres mil
kilómetros de costas le proporcionan también anchas sali
das sobre un mar y un océano unidos entre sí por uno de
los estrechos más frecuentados del globo (2).
Este carácter marítimo no ha sabido hacerse notar dema
siado. Desde la Antigüedad, ha hecho de España una encru
cijada, una zona de intercambio y de mezcla de poblaciones
donde se han reunido no solamente los ribereños del Medi
terráneo, sino también muchos pueblos extraños atraídos
por el mar de la luz. Después del Renacimiento es también
el mar quien le ha proporcionado su más bella empresa
llevándola a descubrir nuevos territorios. Más tarde, su
(1) En este estudio no se menciona Portugal, que pertenece
al sistema geográfico ibérico.
(2) En 1962; 57.340navios han atravesado el Estrecho de Gi
braltar, con una media de 157por día y de un navío cada ocho
minutos.
flota le ha permitido controlar la ruta de las Indias. Aún
en nuestros días su litoral ccnserva una importancia esen
cial con sus golfos, sus estuarios y sus puertos que miran
bien al Nuevo Mundo, bien a los países de las antiguas civi
lizaciones helénica, romana y árabe.
El interés geográfico de España está considerablemente
reforzado por la existencia de un sistema de islas muy bien
arropadas. Ocupando un lugar privilegiado en el centro de
las comunicaciones marítimas y aéreas internacionles, el
grupo de las Baleares y de las Canarias constituyen, en
unión con el grupo complementario de las Islas Portugue
sas, escalas preciosas entre los mundos europeo y africano
de un lado y el Antiguo Continente y las Américas de otro.
Las provincias españolas de Africa permiten a la metró
poli bien vigilar el este del estrecho y una parte del
litoral norte-africano, o bien disponer de una cabeza de
puente en el noroeste de los países negros. Para tenerlas
ampliamente pobladas y organizadas, España las considera
como «partes integrantes del territorio nacional». Hace
de su presencia en el continente africano una de las ideas
claves de su política extranjera, porque desea desempeñar
un papel de intermediaria entre Europa y la orilla sur del
Mediterráneo.
Una tendencia no menos señalada la hace volver sus
miradas hacia el Nuevo Mundo. No olvida que el siglo xv,
fue la base de partida hacia las Américas donde dejó una
huella profunda y a veces lo mejor de sí misma. Si estas
tentativas ultramarinas, empeñadas más allá de sus posi
bilidades son finalmente liquidadas por un fracaso, quedan
no menos de 150millones de hombres en el mundo ha
blando todavía español y que ha sabido tejer y mantener
poderosos lazos afectivos con sus antiguas colonias. Per
siste así una de las mejores ligazones entre los dos conti
nentes, lo que no podía dejar de interesar a los Estados
Unidos, cuidadosos en crearse las conexiones más estre
chas con las jóvenes repúblicas latinas.
INTERÉsPOLÍTICO
DE EsPAÑA
En el pasado la España mística y caballeresca se ha
enfrentado a los asaltos del Islam. En el siglo xx se ha
levantado con el mismo vigor contra la hoz y el martillo,
pagando a un precio muy caro su lucha por la libertad.
¿Qué hubiera sido de Europa, de Francia en particular, si
España hubiera sido sovietizada antes de 1939? La suerte
del mundo occidental hubiera sido sin duda completamen
te diferente.
Por otra parte, la España del Caudillo ha mantenido
una línea de conducta sin equívocos. Ha rehusado tratar
con la U.R.S.S. y reconocer la ocupación de Europa Orien
tal, después de la agresión contra Hungría. A la estrate
gia de la coexistencia pacífica, opone su anticomunismo
que la hace rechazar todas las tentativas de infiltración
marxista no obstante las amenazas que le son prodigadas
por el Kremlin. ¡Esto solo habría sido suficiente para in
ducir a los americanos a aproximarse al régimen autori
tario de Madrid!
Unico superviviente de los jefes de Estado en el poder
antes de la guerra, el general Franco, después de haber
evitádo a su país la contaminación comunista, le ha sabi
do procurar veinticinco años de estabilidad política. El relance económico se hizo difícil por las destrucciones de la
guerra- civil, él se fijó como tarea la reconstrucción de Es
paña y la eletración de su nivel de vida. Los prudentes esfuer
zos desplegados durante un cuarto de siglo comienzan a
producir sus frutos. La marcha hacia delante parece asegu
rada en lo sucesivo. Las reformas sociales están encauza
das y la prosperidad a la vista. Naturalmente dispuestos
a- ayudar a los países orientados hacia el progreso, los
Estados Unidos habían percibido estas perspectivas desde
AL
antes de 1950. De otra parte, el juicioso empleo de los
créditos concedidos a Madrid no hizo sino confirmarles en
esta opinión. Debido, ante todo, a las cualidades de la raza,
el éxito obtenido por España en todas las ramas de su
econornia no puede sino incitar a Washington a perseve
rar en su política de relaciones cordiales con España.
Las profundas transformaciones ocurridas en Africa han
acrecido aún más los motivos de aproximación entre las
dos naciones. La accesión a la independencia de numerosos
países, su orientación neutralista cada vez más pronun
ciada, y por determinadas aperturas hacia el Este no disi
muladas, la retirada progresiva de Francia del Africa del
Norte han trastornado literalmente un equilibrio pacien
temente laborado en el pasado.
La presencia francesa en Marruecos había animado a
los americanos a establecerse militarmente en las cuatro
magnificas bases de Nouaceu, Ben Guerir, Sidi Silmane y
Port-Lyautey.
La coyuntura política franco-marroquí, el deseo de no
dejar aislado a Madrid, las posibilidades excepcionales ofre
cidas por la peninsula en los dominios marítimo y aéreo,
han llevado a los Estados Unidos a buscar en España una
solución de repuesto y una nueva cabeza de puente en
dirección a Africa. Los dos países no podían además sino
sacar ventajas de su cooperación: Madrid encauzando el
desenvolvimiento de su economía con la ayuda de Wash
ington, los Estados Unidos alcanzando sin dificultad una
de las posiciones llave del mundo, posición que adquiere
un valor irreemplazable a consecuencia de la evacuación
de las fuerzas extranjeras estacionadas en territorio sheri
fiano.
-
INTERÉsMILITARDz EsPAÑA
La segunda guerra mundial ha venido a confirmar el
papel fundamental jugado por las bases en la política
extranjera y la estrategia de las grandes potencias. Las
del Pacífico, por ejemplo, permitieron a los Estados Uni
dos contener el empuje japonés hasta el día en que estu
vieron en condiciones de imponer su decisión.
La inauguración de la era de los misiles intercontinen
tales no parece haber anulado esta importancia. Amenazada
por los cohetes soviéticos, la «fortaleza americana» debe,
si quiere vivir, instalar y conservar antenas lejanas jui
ciosamente elegidas en un medio amigo.
Europa ha entrado en el sistema militar americano con
la guerra. Su interés es primordial para los Estados Uni
dos. Pero Europa forma un todo. No se puede válidamente
defenderla o apoyarse en ella si se abandona una de sus
partes. ¡Pues España es precisamente uno de sus compo
nentes esenciales! Aunque no integrada en la O.T.A.N.,par
ticipa de la estrategia periférica de las naciones occiden
tales con igual título que Grecia, Italia y Escandinavia;
esto ocurriría solamente asegurando la cobertura suroeste
del continente. Sin vecinos molestos, protegida en su
flancos por un doble colchón marítimo, mantenida a dis
tancia del eventual adversario por la pantalla de Francil
reforzada por -los Pirineos, está al abrigo de un peligrosc
ataque inicial.
En caso de presión sobre Francia, Italia o Africa de
Norte, puede servir a la vez de escalón de reunión, d
reducto defensivo y de campo atrincherado.
Para los Estados Unidos representa una pieza maestr
del dispositivo de cobertura alejado en dirección al Este
se trate de vigilancia, de alerta, de preparación de opera
clones o de sostén logístico de divisiones avanzadas. Po
las posibilidades de dispersión que ofrece está en condi
ciones de aumentar notablemente las probabilidades de su
pervivencia de las fuerzas estratégicas americanas. St
proximidad a teatros eventuales de operaciones permite
Con el acortamiento de distancias, el reducir considerable
mente los plazos de su intervención. Pero también dispone
de un espacio de retroceso suficiente para ofrecer al mando
una zona de despliegue y de maniobra particularmente pre
ciosa.
En caso de conflicto, España podría ser, pues, punto de
amarre, plataforma receptiva o trampolín para la inter
vención. Es susceptible de servir de etapa entre los Esta
dos Unidos y Europa, entre los Estados Unidos y el Oriente
Medio, entre Europa y Africa. Tratándose de una acción
ofensiva que pusiera en juego importante fuerzas conven
cionales, permitiría una amplia elección de ejes de esfuer
zo y de objetivos en el cuadro de las maniobras desbor
dantes que afecten a Europa continental, Africa del Norte,
Próximo Oriente o los Balcanes.
En cualquier hipótesis, está llamada por la naturaleza
a desempeñar en el Mediterráneo occidental el papel de
rro guardián en la ruta de Suez y de los Dardanelos.
¿Tal haz de ventajas no es suficiente para explicar la
elección americana? En particular, después de las experien
cias de Anzio y de Normandía sobre el precio de los
desembarcos a viva fuerza, el interés bien entendido de
los Estados Unidos ¿no era situar desde los tiempos de
paz los medios militares en España?
Otro factor ha intervenido ciertamente en esta decisión
de los Estados Unidos: la necesidad de asegurarse una
amplia libertad de acción pn materia de comunicaciones.
Las grandes islas-relais del Atlántico proporcionan a la
US/NAVY un acortamiento sensible de sus etapas marí
timas. Menos útil para los submarinos nucleares, esta ven
taja conserva todo su valor para las flotas a propulsión
clásica. Por otra parte, desde las costas de Galicia se vigi
lan las entradas y salidas del oeste europeo. Al este se
puede desde Barcelona, Alicante y Baleares observar lo
que pasa en el mar interior mientras que, más al sur, las
dos orillas del estrecho están en condiciones de controlar
la totalidad del tráfico. El hecho de disponer del territo
rio español facilita sin duda alguna los movimientos de
los navíos aliados. En cambio, desde España sería fácil im
pedir al adversario los desplazamientos de la mayor parte
de los navíos de superficie y de limitar los de los subma
rinos convencionales.
.En último caso, se puede a partir de la Península dirigir
y mantener, por ejemplo, un bloqueo naval con vistas a
cortar los accesos del Mediterráneo.
Los mismos elementos favorables se encuentran en la
estrategia aérea. España y sus islas ofrecen a los Estados
Unidos serias garantías en el campo de la seguridad de
los vuelos y de los aprovisionamientos. A pesar de las
proezas de los «jets» y a despecho de las nuevas técnicas
de abastecimiento en el aire, gran parte de los medios
aéreos signen estando sometidos a la servidumbre de las
escalas en los largos trayectos como los del Nuevo Mundo
.rEuropa. La cadena de etapas insulares atlántica conserva
“todo su valor U.S.A.F.
En fin, en el campo táctico, el suelo español se presta
a situar en él medios de intervención de todas las armas
que permitirían eventualmente lanzar bien desde la Penín
sula, bien a partir de portaaviones y de submarinos, accio
nes de neutralización dirigidas contra las fuerzas militares,
el potencial industrial o las comunicaciones del adver
sario.
Los ACUERDOS
BI5PANO-AMERICAN05
Dz 1953
Si el año 1950 ha señalado el fin de la ofensiva anti
franquista en Europa Occidental, fue preciso, sin embargo,
esperar todavía tres años para que Washington, a pesar del
comienzo de la reanudación de las relaciones diplomáticas,
consiga una identidad de designios satisfactorios con el Go-
bierno español. Las discusiones empeñadas en torno al
principio de la concesión de una ayuda americana a cam
bio de instalaciones militares comenzaron en marzo de 1951,
pero se dieron largas al asunto, pues las autoridades espa
ñolas experimentaban ciertos temores de tener que ena
jenar una parte de la soberanía nacional autorizando la
creación de bases extranj eras en su suelo.
La elección a la Presidencia del general Einsenhower,
favorable a la inclusión de España en el dispositivo estra
tégico americano, tuvo por resultado el acelerar las con
versaciones que terminaron el 26 de septiembre con la
firma de un acuerdo bilateral de ayuda y defensa. En los
términos de este acuerdo renovable, España autorizaba a
los Estados Unidos a construir a sus expensas en su terri
torio un conjunto de cuatro bases servidas por una pipe
Une y la facultad de utilizar algunos de sus puertos con
fines militares. Las bases quedarían bajo jurisdicción y
mando españoles y volverían a España al expirar los
acuerdos (3).
Como contrapartida, España recibiría una importante ayu
da militar y financiera bajo la forma de donaciones, prés
tamos y de materiales. De hecho ésta debía alcanzar en
diez años dos mil millones de dólares.
Estos acuerdos fueron escrupulosamente respetados por
ambas partes. El material militar suministrado por los
Estados Unidos permitió a su asociado comenzar una pri
mera modernización de su ejército. Por otro lado, los dó
lares americanos contribuyeron en gran parte a estabilizar
una situación general difícil, tras un segundo lapso a me
jorar de modo sensible la economía española facilitando
la éxpansión de una industria estancada por falta de
capitales.
De su parte, los Estados Unidos ponen inmediatamente
en obra las instalaciones autorizadas. Edificaron esencial
mente:
Para la Fuerza Aérea (Strategic Air Command):
Tres bases de bormarderos B-47 portadores de bom
bas termonucleares con protección proporcionada por
escuadrillas de caza-bombarderos todo tiempo; los em
plazamientos elegidos fueren Torrejón, cerca de Ma
drid, Valenzuela-San Jurjo, cerca de Zaragoza, y Morón
de la Frontera, no lejos de Sevilla; la base de Torre
jón recibió igualmente un depósito de abastecimientos
y de radars y fue elegida como cuartel general de la
15.’ Fuerza Aérea y de la 65.’ División Aérea.
Una base de entretenimiento y abastecimiento en San
Pablo, cerca de Sevilla.
Para la marina:
La base aeronaval de Rota en la bahía de Cádiz, desti
nada inicialmente a constituir la base logística de la
6.” Flota y a servir de escala a los portaaviones amc
ricanos.
Instalaciones secundarias en puertos españoles (El
Ferrol del Caudillo en la costa noroeste, Cartagena en
el litoral oriental, Palma en Baleares y Las Palmas
en Canarias).
Como estaba previsto, las cuatro bases fueron unidas
entre sí por un oleoducto de 800 kilómetros procedente de
Rota. Instalaciones de estaciones radar en la Península y
en Baleares vinieron a completar este dispositivo en un
tiempo récord gracias a los considerables medios materia
les y financieros que fueron empleados (4).
Desde 1957, estaban en condiciones de utilizar progresi
vamente sus instalaciones que conocieron muy pronto una
actividad continua. El papel preponderante de la Península
Ibérica y de sus islas como plataforma aérea y marítima o
—
—
—
—
(3) La bandera española ondea efectivamente en las bases
americanas de España.
(4) Las bases de España han costado más de 500 millones
de dólares a los Estados Unidos.
,11
como etapa hacia Europa, Africa, el Oriente Medio y los
Estados Unidos estaba completamente confirmado. Al mis
mo tiempo, los Estados Unidos veían desaparecer el vacío
inquietante que hasta entonces se extendía entre Francia
y Portugal. Por esta causa la O.T.A.N. se encontraba refor
zada a sus ojos.
El general Franco debía además obtener ventajas suple
mentarias de su alianza con Washington. Había tenido, la
sabiduría de ingresar en el sistema diplomático america
no; supo aprovechar el apoyo de los Estados Unidos para
ensanchar poco a poco su audiencia en el plano interna
cional; en 1955, España era admitida en la U.N.E.S.C.O. y
en las Naciones Unidas, en 1958 en el Fondo Monetario
Internacional, en 1959 en la Organización Europea de Co
operación Económica convertida posteriormente en la OC.
D.E. Con esto se originaron profundas transformaciones en
su beneficio: desarrollo de la red de caminos, del turismo,
progresión en la recuperación nacional, afluencia de divisas,
constitución de un depósito de oro superior a mil millones
de dólares.
Los
ACUERDOS OE
1963
El problema de la renovación de los acuerdos se pre
senta en 1963. El bien entendido interés de España le im
pone el solicitar la reconducción a los Estaçlos Unidos.
Estos no podían dejar de aceptarla en razón de la persis
tencia de la amenaza soviética y de su deseo de amortizar
los gastos efectuados en España.
Esta renovación provoca, no obstante, discusiones preli
minares. El Gobierno de Madrid sostiene que resultando
insuficiente y prescritos los acuerdos de 1953, debían dar
lugar a revisión. La retirada de los cohetes y RB.M.
de Grecia y Turquía, la evacuación de las bases america
nas en Marruecos, la necesidad de mantener en el Medi
terráneo portaaviones y submarinos dotados de armamento
nuclear, conferían a la base de Rota, por consiguiente a
España, una acrecida importancia. Al mismo tiempo que
un aumento en la ayuda americana, España buscaba vero
símilmente de este modo su integración en la O.T.A.N.o al
menos la conclusión de un pacto militar con la O.T.A.N.(5),
pacto justificado según Madrid por «la posibilidad para
los miembros de la O.T.A.N. de utilizar las instalaciones de
Rota». En todo caso no pudo alcanzar estos dos puntos.
Los acuerdos, a pesar de todo, han sido renovados el 26
de septiembre de 1963por un período de cinco años y bajo
la forma de un pacto de defensa que garantiza la integri
dad de España en caso de agresión. Ciertas disposiciones
de 1953han sido reforzadas:
Desde el punto de vista militar, por la creación de
un comité consultivo hispano-americano con sede en
Madrid, destinado a aumentar la cooperación entre
los dos países, en particular por el estudio de las
condiciones de modernización de las fuerzas armadas
españolas.
En el dominio económico, concediendo a España la
posibilidad de recibir nuevos préstamos por un valor
superior a cien millones de dólares.
Los acuerdos de 1963.han subrayado el ascendiente de
España en el plano diplomático y consagrado el valor
atribuido por los Estados Unidos a sus bases aéreas, en
especial Rota, que sólo ellos siguen pudiendo utilizar. No
hay que afanarse en comprender que desde antes de su
conclusión, habían suscitado una declaración soviética di
rigida a Washington y a los Estados de la Etiropa Meri
dional en la que se manifestaba la oposición del Kremlin a
la presencia de submarinos Polaris en el Mediterráneo y
—
—
(5)
A la que varias naciones europeas continúan oponiéndose.
destinada de hecho a neutralizar el aumento de prestigio
conseguido por el régimen de Franco de su alianza con
los Estados Unidos.
CONCLUSIONES
Los conceptos estratégicos están en perpetua evolución
Al comienzo de 1964,la situación era la misma que la de diez
años antes. Si la amenaza soviética continúa, las soluciones
que permitan oponerse han constituido—y seguirán consti
tuyendo—el objeto de profundos estudios adaptados a los
imperativos de la hora y a la mentalidad de los hombres
encargados de realizarlos.
Los americanos parecen actualmente convencidos de que
los riesgos de una guerra nuclear disminuyen en razón del
peligro mortal que tal conflicto haría correr a uno u otro
de los dos adversarios; si con todo tal eventualidad se pro
duce, estiman poseer fuerzas suficientes para replicar vic
toriosamente a toda agresión termonuclear o convencional.
La importancia de los bombardeos estratégicos parece dis
minuir para dejar paso cada vez más a la idea de empleo
de cohetes intercontinentales instalados en territorio ameri
cano. El mantener bases fijas en países extranjeros no pro
porciona ya las mismas ventajas que en el pasado, en
razón de la aparición del sistema de armas submarinos—nu
clear-cohete Polaris—que ofrecen múltiples garantías de mo
vilidad, agilidad, dispersión, seguridad y secreto. Por otra
parte, la experiencia Big Lift ha orientado los espíritus
hacia la idea seductora de un posible refuerzo de los teatros
de operaciones eventuales con medios estacionados en los
Estados Unidos.
Esta concepción parece prevalecer de momento en Wash
ington. Las cargas financieras inherentes a la conservación
de las bases «overseas» se consideran demasiado onerosas
en una época en la que la balanza americana de pagos es
fuertemente deficitaria. Bajo la presión del Congreso la ten
dencia es de economías, y con más razón en el período
preelectoral actual.
En estas condiciones, el reciente anuncio de la próxima
evacuación de las bases americanas en España no sería de
extrañar. Lo que sorprende es la rapidez con que se efec
tuarían las retiradas: Zaragoza en julio, Morón a fines de
1964, Torrejón en 1965. Ocho estaciones radars serían tam
bién transferidas al Gobierno español. Es verosímil que
otras consideraciones han influido en el establecimiento de
este calendario (6).
Si estas perspectivas se confirmasen, España recobraría
las bases americanas en pleno dominio, lo que constituiría
para ella un prestigioso acontecimiento. En cambio, los gas
tos de mantenimiento que tendría desde entonces que asu
mir gravitarían pesadamente su presupuesto. Para los ame
ricanos, esto significará la vuelta progresiva a los Estados
Unidos de varios millares de militares y de «dependens
así como de las mayoría de los bombarderos B-47 y de lo
cazas.
Solamente Rota no será transferida. Podría en consecuen
cia ser llamada a nuevos desarrollos, en particular si fuera
promovida al rango de base de submarinos Polaris. Tal
medida consagraría de manera manifiesta el fin de la pre
ponderancia de las bases aéreas y de la supremacía de las
bases aeronavales. Conservaría en la Península Ibérica un
papel estratégico de primer orden ya que, única base de
este género en Europa Continental (7), vendría a ser una de
las ruedas esenciales de la organización defensiva de la
O.T.A.N., tanto en el plano operativo como en el logístico.
(6) Puede ser del lado americano un acceso de mal humor
consecutivo a los acuerdos comercialeSconcluidos entre España
y Cuba.
(‘7) Holy Loch, única base europea de submarinos Polaris;
esta situada en Escocia.
-
En el estado actual de cosas, conviene acoger con pru
no parece pueda ser alcanzada en un porvenir inmedia
dencia toda información no confirmada y preservarse
de to. Es evidente, el fin en los focos de agitación observados
actualmente
en Africa, Oriente Medio y Asia no serán some
formar juicios definitivos sobre las perspectivas ofrecidas
a las fuerzas armadas en el porvenir. En este terreno, bas
tidos a la jurisdicción de los ingenios intercontinentales.
tantes cuestiones proporcionan materia de reflexión. El con
Los batallones convencionales continuarán siendo el arma
cepto del avión estratégico pilotado está lejos de ser defini
de los conflictos limitados. En consecuencia se justifica la
tivamente
abandonado
en los Estados Unidos. Sería pre
existencia de los aeródromos
que permitan crear puentes
aéreos con los puntos amenazados.
maturo determinar, la condena irreversible de las bases aé
reas en general, y de las bases españolas en particular. Asi
En el plano militar puro, España deberá pues conservar
mismo la capacidad «all jet lift» buscada por el M.A.T.S. (8- todavía por mucho tiempo todo su valor para los Estados
Unidos, tanto como plataforma situada en posición privile
(8) Transporte enteramente asegurado con aparatos a reac giada, que como base operativa, centro logístico y etapa en
ción Military Air Transportation Service.
los grandes ejes de comunicaciones del globo.
Losalemanesenlaszonasocupadas
deRusiadurantelasegundaguerra
Coronel E. LEDERREY. De
En abril de 1941, rntler creó un Ministerio de los Terri
torios del Este y a su titular, Roenne, le dice: ((Voy a
combatir el bolchevismo en Rusia, derribando el régimen
de Stalin.)) En junio, cuando se empeña en la aventura
rusa, cuenta con terminarla en dos meses.
La carrera inicial de su ejército parece darle la razón.
‘Los que la ejecutan están lejos de sospechar que la carre
ra acabará cinco años más tarde.., en Berlín. Impresio
nada por los cientos de miles de prisioneros
de guerra
que cayeron en el saco al principio, la opinión mundial
ignoraba el trato a que habían sido sometidos, así como
las divergencias con que a este respecto y al respecto de
las poblaciones rusás en general se enfrentaban
los esta
dos mayores.
A los conocedores de Rusia, una pequeña minoría de
oficiales alemanes, la esperanza acariciada por Hitler de
crear un imperio germano extendido hasta los Urales, les
parecía una peligrosa utopía, Por eso habían desaconsejado
lo que parecía una empresa capaz de hundir al Reich. Es
sobre los esfuerzos de ese puñado de oficiales’ sobre el que
queremos atraer la atención de nuestros lectores (1).
Las concepciones de Hitler acerca de la inferioridad de
los eslavos, no favorecieron sus propósitos. Tendían a in
toxicar a las fuerzas armadas del Reich. «A los rusos hay
que tratarlos con una dureza sin par... » ((La lucha contra
la U.R.S.S. no puede ser conducida según las leyes del
honor... Los oficiales deben desprenderse de concepciones
ya pasadas.)) Himmler, gran jefe de la 5. 5. recalcaba: <(La
regla para nosotros, 5. 5. es la siguiente: debemos ser
leales, honestos, fraternales con los que pertenecen a nues
tra sangre y solamente con éstos. Que diez mil mujeres
rusas mueran y se agoten cavando una zanja contracarro,
no interesa sino por el fin de que la zanja sea hecha para
Alemania. Si no se hace, serán los soldados alemanes los
que morirán y éstos son de nuestra sangre... El que se
deje enternecer es, por consiguiente, un criminal)).
Eh los Estados de la periferia de la U.R.S.S. que los ale
manes invadieron, Finlandia, Estonia, Letonia, Ukrania, el
Cáucaso, que aspiraban a la independencia,
los soldados
de la Wehrmacht fueron acogidos como liberadores. Lejos
de combatirlos, hombres y mujeres se esforzaban por ser(1) Entre las numerosas obras consultadas, mencionaremos
en primer lugar la de .Jurgen Thorwald Aquel, cuya perdición
desean. Informe de la gran traición, autor de otras dos notables
obras de la misma editorial (Steingruben, Stuttgart), Empezó en
el Vístula y El fin, en el Elba.
la publicadón «Revue Militoire
Revista EJERCITO.)
Suisse». (Traducción de lo
virles. Se llegó incluso a reclutar voluntarios, los «Hiwi» (2),
utilizados como chóferes, carreteros de trineos, esquiadores
de enlace, proveedores de municiones, trabajadores.
Arma
dos con fusiles capturados, fueron encargados de asegurar
la función de policía en los poblados, la guarda de puen
tes, depósitos, vías de comunicación y hasta centros de
Estado Mayor.
En junio de 1943, se contaba con 600.000 Hiwi en el frente
del Este. Con ellos y los prisioneros de guerra, se podía
formar un ejército ruso de liberación y el proyecto fue
elaborado en octubre de 1941, en el Estado Mayor del gru
po de ejércitos central. Fuerte de 200.000 hombres, debía
proporcionar
una veintena de divisiones, o sea, una por
cada tres de la Wehrmaoht. Su aviación (medida que no
denotaba una confianza absoluta respecto a los rusos) debía
continuar en manos de los alemañes. El mariscal de campo
Von Bock, comandante
del G.C.C., fue el encargado de
someter este proyecto al führer, al mismo tiempo que
una proposición de las autoridades civiles de Smolensko
para instaurar un gobierno ruso autónomo, opuesto al de
Stalin. A pesar de que una nota marginal del general Von
Brauchitsch
hiciera resaltar el valor de este proyecto ((de
una importancia capital para el resultado de la guerra)),
Keitel hizo saber, en noviembre de 1941, que rehusaba
someterlo
al führer.
Entre tanto, se había comprobado que el comportamien
to de’ la 5. 5., lejos de facilitar la colaboración, engendraba
el odio. Fusilamientos
por causas absurdas, campos de
concentración
y abundantes horrores tuvieron lugar.
Se contaba con oficiales prisioneros de guerra prestos a
colaborar
con la Wehrmacht
derribando el régimen de
Stalin. Pero todos ponían una condición: seguridades de
que una vez alcanzado este fin, una paz honorable, dejan
do a su patria intacta, sería concluida con Alemania.
(2) «Hiwi» = Hilfswillige (ayudantes voluntarios). Tuvieron
un estatuto regulado. Les concedían derecho a sueldo, vaca
ciones, ascensos, matrimonio, subsidio familiar e incluso una
condecoración especial como recompensa a méritos especiales.
Para su incorporación al Ejército alemán, prestaban el siguien
te juramento: «Como hijo fiel de mi patria, me alisto volun
tariamente en el ejército de liberación ruso (o ucraniano) y juro
solemnemente combatir con honor contra el bolchevismo por
la felicidad de mi pueblo. En esta intención, me obligo a prestar
obediencia absoluta a Adolfo Hitler, comandante supremo del
ejército de liberación. Por este juramento me obligo a dar mi
vida cuando fuere necesario.))
49
En la inmediación del Centro Alemán de Propaganda
para el Este, instalado en Berlín, se había reunido a un
millar de prisioneros de guerra, con la intención dé sacar
partido
de ellos para la actividad de la propaganda.
El
hijo de Stalin, comandante• de artillería, estuvo allí duran
te algún tiempo. Más importante resultó la captura de un
hombre influyente del partido comunista, el judío Sykov.
Por su viva inteligencia y la extensión de sus conocimien
tos; impresionó vivamente a sus interlocutores,
que mos
traron interés por conocer sus impresiones. Este SykoV
hizo un notable estudio titulado « Plan de organización
para la movilización práctica del pueblo ruso contra el
sistema Stalin».
La creación de un gobierno autónomo y de un ejército
de liberación planteaba, según él, dos exigencias: La pri
mera era comenzar del lado alemán por una transforma
ción radical de la mentalidad del marido supremo del Ejér
cito (O.K.W.). La segunda exigencia del lado ruso era
comenzar por abajo, la organización de municipios, distri
tos, regiones y Estados.
Pero el restablecimiento
de una gran Rusia, deseada por
los rusos, era vivamente combatido por otros. En primera
urgencia, Sykov postulaba un mejoramiento
inmediato de
la suerte de los rusos en los territorios
ocupados. Reco
mendaba por otra parte que para facilitar el reclutamiento
de un ejército de liberación se pusiera al frente de él a un
jefe popular, tal como Rokossovski, Malinovski o Vlasov,
que ya habían combatido en el Ejército rojo.
Otro personaje importante, Shilenkov, vino a corroborar
en todos sus puntos la opinión de Sykov. Comisario polí
tico de un ejército, se había arrancado las insignias de
su función para no ser fusilado por los 5. 5. y entró a
servir en los Hiwi. En su opinión, Alemania caminaba a
su pérdida, porque jamás acabaría con la resistencia rusa
y sólo un entendimiento
entre los dos pueblos podría
salvar a uno y otro. Esta parecía ser también la opinión de
los oficiales alemanes clarividentes.
A primeros de septiembre de 19(2, la captura milagrosa
de Vlasov vino a responder a la petición de Sykov y a des
pertar la esperanza de que permitiría modificar la actitud
del O.K.W.
Vlasov, hijo de compesinos, al principio de la revolución
había dejado sus estudios de teología para afiliarse al-bol
chevismo. Después de haber escalado rápidamente los esca
lones jerárquicos del Ejército rojo, había llegado a teniente
general. Ya con este grado, en 1930, había vuelto a su pue
blo natal a ver a sus padres y se había llevado de allí el
penoso recuerdo de haber sido considerado por los habi
tantes como el representante del régimen que los había ex
poliado.
Sus escritos militares y su paso por la 99 División, de la
que había hecho una unidad modelo, habían prestigiado su
nombre. Había participado también en la batalla de Kiev
a la cabeza del 37 Ejército y en los victoriosos contraata
ques del 20 Ejército de choque, cuando la defensa de
Moscú.
Después , en conificto sentimental con Stalin, había esca
pado a la purga de 1937-38, porque en aquel momento se
encontraba
en China, como consejero militar de Chan Kai
Chek.
En el invierno de 1941, reemplazando al comandante del
frente del Wolkov, había recibido la orden de ir a través
de los pantanos helados de aquel curso de agua a desblo
quear Leningrado. El segundo ejército de choque que em
peñó, penetró en cuña en el Ejército alemán y poco a poco
se encontró cercado. Cuando llegó el deshielo en la prima
vera de 1942, su situación se hizo crítica y después deses
perada. Privado de víveres y de municiones, sus diez mil
hombres se encontraron
hundidos hasta medio cuerpo en
el lodo, asaltados por nubes de moscas y mosquitos y diez
mados por las fiebres. Los efectivos se disolvían a ojos
vistos. Los aviones soviéticos intentaron vanamente soco
rrer a Vlasov. Advertido por su mujer de que su domicilio
había sido registrado y receloso de lo que le esperaba en
Rusia, se refugió en una granja y fue allí donde una pa
trulla alemana enviada de Novgorod por el 18 C.E. alemán
le descubrió extenuado. Al general Lindemann, que le in
terrogó el 7 de septiembre, le expuso que si no se había
suicidado
al igual que el general Samsonov, perdido en
la región de los lagos masurianos en 1914, fue porque éstc
creía en el zar, mientras que él no tenía ninguna con
fianza en Stalin, enemigo personal suyo y del pueblo ruso.
La suerte de la U.R.S.S. en caso de victoria de los alema
nes, le preocupa. El ha oído decir por un lado que su país
debía desaparecer y por otro que Hitler aspiraba a crear
una gran Europa en que todos los pueblos gozaran de igua
les derechos. ((Yo quisiera vivir en esa Europa», concluyó.
¿Por qué medio se le llegó a confiar? No lo sabemos, pero
el hecho es que el 7 de septiembre, Vlasov firmaba en Wi
nitsa una proclama dirigida a los prisioneros de guerra.
Tratado caballerosamente
desde el comienzo de su captura,
ignoraba las poco envidiables condiciones de la vida en los
campos de concentración.
Visiblemente inspiradas por el
servicio de propaganda alemán, algunas de sus afirmacio
nes son dudosas. He aquí un extracto del documento:
((Camaradas comandantes,
camaradas del servicio de in
formación soviético. Yo, el firmante, teniente general Vlasov,
soy el antiguo comandante del 2.° Ejército de choque que
releyó al comandante del frente de Wolkov, hoy prisione
ro de guerra núm. 16.901 en Alemania.» Después de haber
relatado los servicios de que hacía mención antes, conti
nuaba: ((En presencia de los sufrimientos y sacrificios de
nuestro país en esta guerra y de nuestros fracasos milita
res se plantea esta cuestión: ¿quién es el responsable? Una
ojeada sobre los doce a quince años últimos muestra que
es la banda de maleañtes de Stalin. Ella ha arruinado ‘el
país con el sistema de las comunas. Ella ha aniquiladó mi
llares de seres honrados, asesinado a lo mejor del Ejército
en la purga de 1937-38. El apoyo de las masas se ha perdido.
Los alemanes han conquistado Crimea, alcanzado el frente
sur-oeste del Volga y ocupado el norte del Cáucaso sin en
contrar
resistencia. Los hombres tiraron sus armas y se
rindieron en masa. Millares de hombres instruidos aprisa
han sido empeñados. El plan Stalin, incapaz de organizar la
defensa del país, no aspira más que a conservar el poder
todo el tiempo que pueda. En el frente, los oficiales viven
sin esperanza. Stalin les atribuye todos los fracasos de que
son culpables los comisarios del pueblo y la policía, que
no saben nada de guerra. El suicidio de personas distin
guidas, oficiales, ingenieros, médicos y sabios, es frecuente
y los hambrientos, entre los cuales están vuestras familias,
son innúmeros. La banda de Stalin cuenta con la ayuda de
los británicos y los norteamericanos,
que cuando el Ejército
rojo esté agotado, le sacarán las castañas del fuego.
¿Cómo salir del callejón donde nos ha metido la banda
de Stalin? No hay más que un medio. El que ame a su
país, el que quiera hacer feliz a su pueblo, debe empeñarse
con todas sus fuerzas contra el régimen actual, por la crea
ción de un Gobierno que ponga fin a la guerra, que no sirve
más que para favorecer los intereses anglo-americanos,
y
luchar para hacer una paz honorable con Alemania».
Esta proclama, en cierto modo una profesión de fe, pero
que no contenía ninguna alusión directa a un ejército de
liberación, fue aprobada por Keitel, bien que acompañada
de esta observación: «Que se utilice a Vlasov en tanto que
sirva para la propaganda, pero que no se le mezcle en polí
tica. El führer no quiere ni oír pronunciar su nombre».
Los miembros de los estados mayores no dejaban de
apreciar la colaboración de los Hiwi. En octubre de 1942 el
gran cuartel general, con la aprobación del O. K. W. había
tomado la iniciativa de crear una brigada rusa de la que
Shilenkov, promovido a general, tendría el mando, asistido
como jefc de Estado Mayor del coronel Bojarski. El 16 de
diciembre ya estaba preparada, e hizo en Von Kluge, que
fue a inspeccionarla, la mejor impresión. Pero no obstante,
la idea de intercalar en el frente una unidad tan fuerte no
le inspiraba confianza. ¿Qué ocurriría si esta brigada se
volvía contra la unidad vecina alemana? El estimaba que
eran aceptables, no unidades de choque, sino batallones ca
paces de cerrar una brecha o de cubrir una penetración.
Impacientes por probar el valor de su unidad, los generales
rusos, lejos de compartir su opinión, se insubordinaron, y
colocados ante la alternativa de ser enviados ante un con
sejo de guerra o licenciados, optaron por lo último.
Los batallones fueron autorizados para conservar su uni
forme y sus oficiales, pero mantenidos en reserva detrás
de los regimientos alemanes.
En el Cáucaso y el Turquestán, el O.K. W. había tolerado
la formación de legiones indigenas y encargado particular
mente a los kalmucos de flanquear a la 16 División motori
zada empujada hacia Elista en el vasto Intervalo que la
paraba de las dos divisiones vecinas.
En diciembre de 1942, Von Kleist recibió la orden de re
plegarse desde el Cáucaso al Don y expuso a los jefes de
los servicios la situación, consignando: ((Nosotros quere
mos y debemos vivir más tarde en un pie de igualdad con
el gran pueblo ruso, al cual nos ligan numerosos intereses
comunes. Sembrando el odio como ahora estamos hacien
do, saboteamos aquella perspectiva. Es increíble que el
führer no comprenda que está conduciendo al Reich a una
catástrofe.>) Por unanimidad se comisionó al ministro Ro
senberg para ir a ilustrar a Hitler. La entrevista, que tuvo
lugar el 22 de diciembre, no dio resultado.
Hacia esa fecha se publicó una proclama del comité de
Smolensko, llamando al pueblo ruso a colaborar con el
invasor con vistas a instaurar una Europa nueva. En
seguida Vlasov pudo darse cuenta del poco interés de los
alemanes para colaborar.
La causa del ejército de liberación no progresaba apenas
y un general ruso propuso establecer un puente con los
aliados por mediación de un suizo, presto a encargarse.
Vlasov rehusó, considerando la imposibilidad de colaborar
con los aliados del Soviet.
El fracaso de la ofensiva alemana hacia Kursk iba a
provocar una crisis. En septiembre de 1943, Himmler in
formó al führer, satisfecho de encontrar una causa del
fracaso, que éste había sido debido a la defección de los
combatientes rusos empeñados en el frente, a pesar de
la prohibición absoluta. Acometido de un açoeso de rabia,
Hitler ordenó el desarme y disolución de todos los desta
camentos de voluntarios, empezando por ochenta mil hom
bres que se enviarían a Francia para explotar las minas
de carbón. Un plazo de cuarenta y ocho horas le fue conce
dido al comandante del frente Este para dar cuenta del
cumplimiento. A la vez que todas las líneas telefónicas en
tre el CG. y los grupos de Ejército y de los ejércitos esta
an acaparadas con información sobre el comportamiento
de los voluntarios. Keitei se esforzaba en demostrar al
ührer la imposibilidad de disponer de tropas suficientes
para ejecutar la peligrosa desmovilización y el desarme.
También hizo notar el efecto de esta medida sobre los seis
millones de obreros rusos posiblemente tentados de sabo
tear la producción echándole arena a las máquinas.
Las informaciones que se recibían concordaban expre
sando la extrañeza en relación con este asunto, fundada
en la satisfactoria conducta de los voluntarios. Unicamente
el Ejército del sur señaló la defección de 1.300 cosacos y
de los obreros de un batallón de la construcción, que por
lo demás, no habían sido empeñados en el frente. Hitler
acabó por conceder que sólo fueran desarmados y enca
minados a Francia alrededor de cinco mil hombres perte
necientes a las formaciones de voluntarios.
Este acierto no tuvo continuación. El repliegue constante
del frente del Este amenazaba con aumentar las defeocio
nes. Así, Keitel, cuidadoso de impedir la fraternización de
los eslavos, ordenó algunos días más tarde retirar las
unidades de voluntarios del frente del Este y emplearlas
en otra parte. Esto era tanto como pedir a los rusos el
abandono de su territorio para enfrentarse con los anglo
americanos que no les amenazaban. ¿Cómo hacerles com
prender la necesidad? Queriendo poner a prueba el pres
tigio de Vlasov, es a éste a quien Jodl encargó tan deli
cada misión. Esto dio lugar a una carta abierta, donde
se explicaba que después de su establecimiento en a
retaguardia, las unidades de voluntarios formarían el ej ér
cito de liberación.
La primera división de Chballería cosaca fue transpor
tada la primera, por Varsovia, Checoslovaquia y Hungría
a Yugoslavia, donde fue empeñada hasta 1945 oontra Tito.
Hacia el 4 de diciembre, otros destacamentos son dirigi
dos a Dinamarca y Francia. A principios de 1944, recibidos
con alguna desconfianza por las unidades alemanas que
guarnecen la orilla del Atlántico, les han llegado 92 bata
llones, y para hacer que sean menos peligrosos los eslavos,
han sido embebidos como terceros y cuartos batallones
en los regimientos alemanes, lo que no impidió que com
batiesen en primera línea.
La marcha poco favorable que han tomado los aconte
cimientos ha abierto por fin los ojos a H.immler, que
convoca a Vlasov a una entrevista que el atentado contra
Hitler obliga a retrasar hasta el 15 de septiembre de 1944.
Aunque lamentando la dispersión de las unidades de vo
luntarios en Francia, Italia, Dinamarca y Noruega, en las
costas del mar Egeo y en Holanda, Vlasov estima que
recurriendo a los seis millones de trabajadores y a los
prisioneros de guerra, habría todavía medio de poner en
pie suficientes hombres para alcanzar la dicisión en el
frente del Este. «Y no hay un minuto que perder para
armarIos.»
Verdaderamente, ¿de qué efectivos se dispone? El gene
ral Kóstring, en octubre de 1944, expone al führer que
hasta la invasión de Normandfa se encontraban incorpo
rados al Ejército 900.000 voluntarios rusos (Hiwi y Ostwi
((voluntarios del Este))), cien mil afectos a la aviación y
la marina. De ellos, solamente el Cáucaso suministrabá
más de cien mil. Abstracción hecha del Cáucaso y de los
cosacos y de tlkrania, quedaban 400.000rusos propiamente
dichos, con los cuales formar dos ejércitos.
Himmler no ve posibilidad de ello y propone a título
de ensayo poner una división en pie de guerra hasta
primeros de enero de 1945. Una segunda vendría después,
en caso de éxito. Esto, como se ve, quedaba lejos del
ejército de liberación.
De acuerdo con el führer, el 8 de noviembre de 1944
Himmler autoriza a Vlasov para considerarse como gene
ral jefe con la competencia de poder nombrar los oficiales
que necesite bajo reserva de la probación previa de los
generales alemanes.
El 11 de noviembre, los representantes de las diversas
nacionalidades se reúnen en Praga. Vlasov es recibido rin
diéndole honores una compañía alemana y proclamado
como presidente del comité para la liberación de los pue
blos rusos por 600 delegados. Discursos, cantos, vodka.
En tanto, la primera división está en vías de formación
en el campo de Munsingen, adonde llega la brigada Ka
minski. Viene de Varsovia, en donde se ha entregado a
los mayores excesos. Las mujeres vienen cubiertas de jo.
yas. Los oficiales llevan hasta cinco relojes de pulsera.
Toda traza de disciplina ha desaparecido. Bounitohenlço
la restablece con mano de hierro, No conserva más que
5.000 hombres y ordena el arresto de Kaminski, el cual
huye. Llegan las unidades de la 30 División S.S. cuya
disciplina no es mejor. La población se queja. Los hom
bres merodean y penetran en el campo de las mujeres
prisioneras.
51
A mediados de enero de 1945, en el momento en que alemanes, cuyas casas son saqueadas y acompañadas de
en masa.
los soviets desencadenan la gran ofensiva, la primera di detenciones
El 6 de mayo, los 5. 5. contraatacan y radio Praga llama
visión ya está a punto. Dispone de armamento moderno,
incluidos cañones de asalto. Su nivel de instrucción es a Vlasov en ayuda. Al día siguiente, el primer regimiento
elevado. El equipo de oficiales y su comandante Boutni de la primera división ocupa el aeródromo y captura 45
aviones; los otros regimientos penetran en la villa y son
chenko inspiran confianza.
En el campo de Henberg, donde hay una escuela de recibidos con flores y aclamaciones por una delirante po
oficiales, se emprende la organización de la segunda di blación.
El 8 de mayo, cambio total de la situación. Los america
visión de 18.000 hombres, bajo las órdenes del general
nos
se han detenido sobre la línea de demarcación Karis
Swierjeb. A falta de armamento pesado, dispone de obu
bad-Pilsen-Budweiss, en tanto que los rojos en persecución
ses de 12,2 cogidos al adversario.
de los alemanes se aproximan a buen paso. BoutnischenkO
A últimos de enero, los carros de Joukov han franqueado evacua la villa el 10 de mayo y la primera división alcanza
el Oder hacia Austria. En este río es donde Himmler, nom la línea de demarcación. Tomándola por una tropa aliada,
brado comandante del gran ejército del Vístula, ordena a los americanos la dejan pasar y no la desarman hasta
la primera división que ataquen los comandos de ciclistas que descubren el error. Este mismo día el Cuerpo de
armados de «Panzerfaust». Estas unidades dieron plena sa Caballería cosaca de Von Fannitz se rendía a la 11 Brigada
tisfacción, pero no facilitaron la entrada en masa de la blindada inglesa y Vlasov, él también había alcanzado la
división. Asignar a ésta una misión defensiva y despropor
línea de demarcación. Los americanos le! asignaron, a
cionada a sus medios sería un error. Debía además poder como a algunas personas que le acompañaban, un aloja
probar sus cualidades ofensivas y de su éxito dependía la miento en el primer piso de una casa, en la cual, el segun
aceleración de la puesta en pie de las otras divisiones.
do estaba ocupado por partisanos rusos. Un capitán ame
En los alrededores de Krankfurt había una pequeña ca ricano le ha protegido y advertido que el 12 de mayo iba
beza de puente soviética atacada sin resultado por los ale a retirarse para ceder su puesto a los rojos. Este oficial
manes. Este fue el objetivo asignado a la primera división ofrece a Vlasov llevarle en su propio coche y escoltarle
que, a falta de stukas porque éstos estaban privados de con un jeep. Por consejo suyo, Vlasov se había provisto
esencia, fue apoyada por la artillería del noveno ejército. de traje civil de paisano que impidiera ser reconocido y
En la noche del 12 al 13 de abril, las alas consiguieron arrestado por los rojos a pocos kilómetros de allí. Su jefe
penetrar, pero el centro, protegidos por las alambradas, de Estado Mayor, Trouchin, había marchado en busca suya.
no logró atravesarlas. Fue obligado al cabo de cuatro horas En su ausencia habían proseguido las conversaciones con
de lucha ténaz a replegar la división a su base de partida los americanos y la entrega del Estado Mayor del Ejército
presintiendo un ataque rojo inminente que la aplastaría. y de la escuela de oficiales se hizo sin dificultad. También
Bounitchenko fue autorizado a marchar hacia el sur y su Trouchin fue detenido en el camino.
división desembarcó en Linz del 25 al 27 de abril.
La primera división estaba decapitada. La segunda no
Entre tanto, se había tomado la decisión de enviar al daba signo de vida. Su jefe, el general Swierjeb parecía
capitán Strik-Strikfeldt y al general Malyschkin al encuen resuelto a defenderse. En la noche siguiente, la del 11 al
tro de la séptima división americana. Su comandante, el 12 de mayo, su habitación (donde yacía su mujer que se
general Patch, se mostró presto a desarmar e internar a había envenenado) fue invadida por los rojos, que mata
los voluntarios. En espera de las órdenes de Eisenhower y ron al ayudante, le hirieron y le hicieron prisionero.
El 12 de abril de 1946, comparecieron ante el Tribunal
de Washington, los dos delegados fueron considerados como
parlamentarios e internados en un campo de prisioneros. Supremo de justicia ruso los generales Vlasov, Malinsch
Shilenkov, Trouchin, BoutnischenkO, Swierj eb y Pan
El 29 de abril, en Linz, Vlasov supo que el general As kin,
nitz. Todos ellos, habiéndose reconocido culpables, fueron
chenbrunner (antiguo agregado de la aviación alemana en condenados a ser ahorcados y la sentencia fue ejecutada.
Moscú), que había partido en busca de los ingleses, había
Así acabó en los calabozos de la Plaza Roja de Moscú el
encontrado al tercer ejército americano. Su comandante, el sueño
del ejército ruso de liberación. Nos ha parecido
general Patton, aceptaba recibir a Vlasov, pero cuando interesante
presentar a los lectores el caso de conciencia
éste se presentó en el lugar fijado para la entrevista, Pat que se ofrece
cuando están en presencia de
ton no se encontraba allí. Viendo la causa desesperada, uno parecido. aEllosdeoficiales
los alemanes condenados por haber
Vlasov se puso a buscar a la primera división, encontró participado en el complot contra Hitler es idéntico. En los
a Boutnichenko y le dijo: «Los alemanes han perdido. No dos casos, un régimen considerado nefasto y caracterizado
podemos esperar nada de ellos. Nos han engañado y nos por un hombre, debía ser derribado.
han traicionado tanto, que ya no les estamos obligados.»
¿Cuál era el verdadero valor del ejército de liberación?
Esta misma opinión era la del comandante de la división Era un arma de dos filos. Suponiendo que la ayuda de
y le había inducido a concluir un tratado directo con el los 200.000 hombres que debían componerle hubiera 10”
comandante de la gendarmería checa, el cual contaba con grado vencer a los rojos, ¿no habrían tenido la tentacióx?
un levantamiento de la población y la instauración de un de volverse contra los alemanes? En el caso contrario, ¿no
gobierno antibolchevique antes de la llegada de las tropas se corría el riesgo de que esta masa complicase el avitua
rojas. Estas se encontraban más lejos de Praga que las llamiento, sembrase el desorden en la retaguardia y aumen
americanas y esperaban que estas últimas aceptasen el tase peligrosamente el número de los partisanos?
hecho consumado.
Entonces se comprende la repulsión de Hitler y del
La subversión estalla en Praga el 5 de mayo. Los ale O.K.
al respecto de esta empresa utópica. Pero no se
manes incorporados a las tropas de Vlasov son amiga puede W.evitar
la simpatía que despiertan aquellos oficiales
blemente desarmados y la primera división se dirige a convencidos de
la justicia de su causa, a la vez traidores
Praga, donde nazis y comunistas ocupan la mayor parte y mártires.
de la ciudad, en la cual se libra una verdadera caza de
52
Notas breves
RADAR PORTATIL.—LaInfantería cuenta con un nuevo
tipo de radar portátil de dotación en el escalón compa
ñía, el AN/PPS-5, ligero, para vigilancia en las zonas avan
zadas, al que se han incorporado los últimos adelantos en
la miniaturización y concepto modular y que emplea el
efecto Doppler.
Puede detectar y localizar en distancia, elevación y direc
ción a personal en movimiento, a distancias de 50 a 3.000
metros, y vehículos a distancias de 50 a 5.000 metros.
Las cuatro partes más importantes de este radar son: el
radar básico, una batería de cinc-plata, una unidad de man
do a distancia con 15 metros de cable y un trípode. Pesa
aproximadamente 27 kilos, sin que ninguna de sus piezas
exceda de los 11 kilos.
‘ La distancia, elevación y dirección las presenta visual
‘nente; la presencia del blanco y su identificación se pre
senta oralmente a través de unos auriculares de casco. La
presencia del blanco se aprecia también visualmente en la
unidad de mando a distancia. Puede manejarlo un solo
sirviente. Para más información remitimos al lector a la
nota breve publicada en en número de marzo (página 66).
Esta nota y las ocho siguientes, recogidas y traducidas de
diversas
publicaciones
CAÑONES
CONTRA
por el teniente
drían emplear tiros de barrera. También se espera que la
artillería a base de cañones vuelva a utilizarse como arti
llería de largo alcance en sustitución de los misiles tierratierra, a distancias superiores a los 180 kilómetros, a un
costo notablemente inferior.
DISPOSITIVO PARA APARATOS DE RAYOS X.— Se ha
ideado un dispositivo para los aparatos de rayos X que
permitirá a los operadores de estos aparatos tomar radio
grafías de partes específicas del cuerpo humano, aislarlas
y ampliarlas, lo cual supondrá una gran ayuda para la diag
nosis de enfermedades del estómago y pulmones.
Mientras que los aparatos de rayos X normales exigen
una quietud absoluta, el nuevo dispositivo, llamado ordó
grafo, funciona a base de movimiento. Engranado mecáni
camente por un brazo que pivota, se aplica a la exploración
de un punto correspondiente a la parte del cuerpo que se
quiere radiografiar, el tubo de rayos X y la placa o película
se mueven en direcciones opuestas durante la exposición.
Como resultado de este movimiento las parte situadas en
cima y debajo de la que se quiere estudiar quedan desen
focadas y, por tanto, no aparecen en la radiografía.
coronel Carreras.
MISILES.—-Se está
investigando
por equipos conjuntos norteamericano-canadienses un nue
vo método para enfrentarse a la amenaza de los proyecti
les balísticos intercontinentales. Para la lucha contra estos
ingenios se propone nuevamente el empleo de cañones en
lugar de misiles.
Parecía que con la aparición del cañón antiaéreo de 120
milímetros, con un techo de 30.500 metros, y del cañón de
406 mm., con un alcance de 48 kilómetros, se habían ago
tado las posibilidades de la artillería a base de cañones.
Sin embargo, hace ya cuatro años estos equipos de investi
gación, trabajando en investigaciones meteorológicas, con
unas asignaciones de fondos muy modestas, iniciaron estu
dios en los que se vio que nuevos tipos de cañones con pro
vectiles dotados de gran velocidad inicial podían ser em
pleados en obtener información sobre fenómenos que se
lesarrollan a gran altitud.
Al cañón antiaéreo de 120 mm. se le dotó de ánima lisa,
le 127 mm. de diámetro, y se aumentó 3 m. la longitud
lel tubo. En lugar de la granada antiaérea de forma nor
mal se empleó una en forma de dardo. Gracias a esta
3ombinación se pasó de un techo de 30.500 m. a otro de
16.250 metros.
Los canadienses, por su parte, efectuaron pruebas con
in cañón de 406 mm., de ánima lisa, utilizando el proyectil
!cperimental Martlet 1, de 213 kilos de peso, con el cual
le alcanzaron 54.880 m. Se espera que con la carga má
zima y mejorando su velocidad inicial, el Martlet podrá
ilcanxar los 91.500 m. de altura, alturas en las que es po
;ible la neutralización de los proyectiles balísticos.
El mismo cañón disparando el proyectil experimental
Viartlet II, de 80 kilogramos de peso, ha alcanzado los
103.690m., y se espera aumentar aún esta altura. Posteriortente sé émpleará el Martlet III, de propulsión cohete,
on el que se podrá llegar a los 122.000m. y abrir el ca
nino para posteriores avances.
Una de las novedades de los experimentos futuros será
1 empleo de hidrógeno o helio como propelente, en lugar
le pólvora, y una de las características más sobresalien
es del empleo de los cañones es su baratura (se calcula
mas cien veces más barato que sistemas tales como el Nike
eus o el X).
En cuanto a su empleo, y debido a esta baratura, se po-
EL CARRO FRANCES AMX3O.—Estenuevo carro medio
francés pesa cerca de 32,5 Tm, y mide 3,1 m. de ancho y
2,28 m. de alto. Va propulsado
por un motor
de 730 ca
ballos que le permite una velocidad de 65 km/h. por ca
rretera. Se está pensando en dotarle para el futuro de
un motor de diversos combustibles. Puede recorrer 500 ki
lómetros sin abastecerse de combustible. Monta un cañón
de 105 mm. y una ametralladora
coaxial de 7,62 mm. En
la cúpula lleva una ametralladora antiaérea de 12,70 mi
límetros. Puede vadear profundidades de hasta 2,2 m., y
si se le dota de snorlcel, hasta de 4 m. Está previsto que
la dotación del carro (cuatro hombres) esté protegida con
tra la radiación; lleva dispositivos infrarrojos para el com
bate nocturno. Para más detalles, remitimos al lector al
artículo publicado en el mes de mayo, ((El nuevo carro
europeo)).
TRANSPORTE DE PERSONAL, SUECO.—-La Infantería
sueca dispondrá en un futuro próximo de un transporte
de personal, blindado, diseñado especialmente para su em
pleo en climas extremadamente fríos como los que suelen
reinar en dicho país. El vehículo pesa 13,5 toneladas, se le
conoce con el nombre de Pbv2, y su intervención en el
combate no se reducirá a la de mero medio de transporte,
ya que va armado con un cañón automático de 20 milí
metros, montado en una torreta, que tiene un giro hori
zontal de 360’.También el soldado que vaya en el interior
del vehículo
podrá combatir
desde él con sus armas por
tátiles y arrojar granadas de mano a través de unas esco
tillas que se abren en el techo. El vehículo puede tender
53
una cortina de humo que le oculte de las vistas del ene
migo.
Lleva una tripulación permanente de dos hombres: con
ductor y tirador. En la parte posterior pueden ir diez hom
bres con su equipo de combate o dos toneladas de muni
ciones u otra carga similar. La entrada y salida se efectúa
cómoda y rápidamente por medio de amplias puertas en
la’ trasera del vehículo.
Accionado por un motor diesel, Volvo, de 270 caballos,
tiene una velocidad máxima de 50 km/h. por carretera; la
suspensión se efectúa por medio de barras de torsión y
amortiguadores hidráulicos. Es anfibio, y para lograr la
máxima velocidad en el agua las cadenas metálicas van
recubiertas en los costados por gomas. Puede cruzar, com
pletamente cargado, cursos rápidos de agua. Unos tanques
i’egulables aseguran la buena flotación; la torreta puede
seguir disparando aunque el vehículo vaya por el agua.
La velocidad por aguas en calma es de 4,5 km/h.
Se espera que el Ejército sueco empiece a recibir estos
vehículos a finales del año 1965.
EL WING DING.—HellcópterO experimental de ala fija
con una envergadura de ala de casi 8 metros y tanques de
combustible de 60 litros de capacidad en los extremos de
las alas. Dispone de un mando de altura, controlable, y de
aletas y alerones que se mueven desde la cabina. Se trata
de conseguir una aeronave capaz de levantar una gran car
ga útil, con capacidad de vuelo estacionario y despegue y
aterrizaje de rodaje.
VEHICULO DE COLCHON DE AIRE.—Se están efectuan
do pruebas en el lago Erie con el mayor de los veh1culo
de colchón de aire construido en los Estados Unidos. Co
nocido como el SKMR1, es de aluminio y pesa 22,5 tone
ladas. Entre las pruebas figuran su empleo en aguas agi
tadas, manejo, maniobrabilidad y velocidad. Alcanza velo
cidades de más de 130 km/h. Entre las misiones militares
que se espera desempeñará se encuentran las de guerr
antisubmarina, operaciones de desembarco y patrulla, coi
tramedidas en zonas minadas, transporte de personal
carga y operaciones de salvamento. Mide 19,81m. de eslo
ra, 8,23 de manga y 7,16 de puntal; va propulsado por cua
GENERADOR ACCIONADO POR DIVERSOS COMBUSTI tro motores marinos de turbina de gas de 1.100 caballos
BLES.—E1 Ejército americano está
trabaj ando en la construcción de un
generador de corriente eléctrica portá
til, capaz de funcionar con combusti
bles tan diversos como la leña, carbón
de piedra, carbón vegetal y residuos
de animales; se espera tenga utilidad
militar para su empleo en zonas ais
ladas.
ESTUCHE CON PRIMEROS AUXI
LIOS.—Se ha diseñado un pequeño es
tuche con diversos artículos necesarios
como primeros auxilios, tales como
tratamiento contra la fiebre, las infec
ciones y la diarrea, mosquiteros,, an
zuelos, pistola de señales, un encende
dor y una sierra para cortar. Figura
también un estuche de costura con
agujas magnéticas que actúan como
brújulas. Pesa 454 gramos y tiene unas
dimensiones de 12,5 x 7,5 x 5 cent
metros.
DinámicadelautomatIsmodelasarmasportátiles
Por Macon FRY. De lo pubIcación norteamericana «Ordnance,,. Traducción del Coron
Pedro SALVADOR ELIZONDO, Ingeniero del Gupo de Armamento y Construcción.
Durante los últimos veinte años el fusil semi-automático
ha sido el arma de Infantería aceptada por todos los Ejér
citos modernos. Después de los diversos modelos desarro
llados, este arma ha alcanzado un elevado grado de con
fianza y precisión, hasta tal punto que los proyectistas mi
litares llegaron a preguntarse: ¿Por qué no construirla de
tal modo que pueda funcionar a voluntad como arma com
pletamente automática?
Tal concepción haría posible la reducción de los tipos
de armas incluidos en las tablas de organización y equipos,
por eliminación del fusil semi•automático, y posiblemente
también de la ametralladora ligera y el subfusil, al mismo
tiempo que transformaría a cada infante en un tirador au
tomático potencial.
De acuerdo con esto, se adoptó el nuevo fusil M14 con
fuego selectivo completamente automático, el cual result
satisfactorio desde el punto de vista puramente funciona
Ya en el fusil semi-automático Garand Ml se habían co
seguido experimentalmente años antes modificaciones pai
realizar el tiro completamente automático.
Sin embargo, la actual práctica de la modalidad autom;
tica produce alguna contrariedad. El soldado que lo m
neja no parece ser capaz de mantenerlo sin «encabritarse
durante el disparo, es decir, que no puede mantener]
apuntando sobre el blanco durante la realización de u
tiro de ráfaga. Esto ha conducido a la propuesta de supt
rnir la opción de tiro automático en el arma empleada
modo general por las tropas.
Los jefes de unidad podrían retener en su poder un sin
ple pestillo, cuya restitución al arma permitiría reinstal
rar la opción del tiro automático a aquellos
combatientes especialmente instruidos y selec
cionados para misiones especiales.
Existe, pues, una aguda controversia sobre si
la versión automática del M14 puede reempla
zar al fusil semi-automático BAR. El hecho es
que si los requisitos que tiene que cumplir un
arma automática son diferentes que los de otra
semi-automática, el pretender que cumpla las flu. 2. Ametralladora ligera «Johnson» de 7,62 mm., con la culata alineada
con el cañón (preferible para el tiro automático).
dos condiciones constituirá siempre una cues
tión de compromiso.
En el instante de producirse un disparo, se origina un mayor sea la cadencia de fuego más rápidamente se «en«momento» mecánico (incremento de la cantidad de movi cabrita» el arma.
miento) igual al de la bala y gases de la pólvora que sa
esto sucede cuando se trata de una ráfa
len por la boca del arma, el cual se transmite al sistema gaEfectivamente,
de disparos de cierta duración; pero, sin embargo, no
mecánico constituido por el fusil y el tirador. Ahora bien: debemos olvidar que aquí no se trata de determinar cuán
según sea el punto de apoyo y las inercias de los distintos to se mueve el arma en un determinado lapso de tiempo,
elementos, dicho ((momento)) implica ciertas velocidades sino más bien durante qué número de disparos. Es decir,
de traslación y de rotación en el fusil.
de lo que se trata es de elevar al máximo el número
Estos efectos no resultan muy acentuados cuando se que
de
impactos
blanco antes que el haz de trayecto
trata de un tiro semi-automático, a causa de que la bala rias se aparte endelelmismo
hasta dejar de alcanzarlo.
ha salido ya del arma antes que tenga lugar un movi
Desdichadamente,
aquel
punto de vista erróneo prevale
miento apreciable de esta última, por lo cual dicho pe
queño movimiento permite efectuar el ajuste de la pun ce demasiado todavía y hace que ciertas armas, buenas,
sean condenadas algunas veces por poseer elevada caden
tería.
Sin embargo, en el tiro completamente automático la ve cia de fuego. Por ejemplo, en el libro Basic Manuel of Mi
locidad de rotación inducida en el arma, multiplicada por litary ,Small Arms, publicado por W. H. B. Smith durante
el tiempo transcurrido entre los disparos sucesivos, viene la última contienda mundial (Military Service Publishing
a representar la desviación angular de un disparo respecto Company, 1943), se dice lo siguiente sobre la ametrallado
a la dirección del disparo precedente. Aún hay más: cada ra ligera MG-34,de origen alemán:
disparo sucesivo contribuye a incrementar dicha velocidad
«Esta elevada cadencia de fuego es uno de los de
angular de manera que la «dispersión» entre disparos se
fectos del arma, pues mientras es deseable para el
hace cada vez mayor al continiiarse el fuego de una ma
tiro contra aviones, resulta demasiado elevada para
nera automática. De esta manera, a menos de que estos
su uso eficaz como arma contra objetivos terrestres,
incrementos en la desviación sean muy pequeños, al cabo
ya que malgasta o desperdicia la munición.»
de unos pocos disparos el fuego se apartará bastante del
blanco.
Otra observación similar hace respecto a la MG 42, una
Representando por a el incremento de la velocidad angu
lar por disparo, con respecto a la línea de tiro, r la caden de las ametralladoras ligeras más sobresalientes de la
cia real de fuego, n el número de disparos de una ráfaga G. M. 2. La MG 34 tiene una cadencia de fuego de 900 dis
y en la desviación acumulada en el disparo enésimo, pue paros por minuto y la MG 42 de L200 d. p. m.
Por otra parte, el teniente coronel G. M. Chinn, en su•
de apreciarse fácilmente que dicha desviación viene deter
libro The Machine Gun, vol. 1 (Bureau of Ordnance, United
minada por la fórmula siguiente:
States Navy 1951), expresa correctamente la importancia•
de dicha característica al tratar de la ametralladora lige
10)
ra MG 42:
en =
2r
Según esto, se observa que la desviación varía en pro
porción directa con el incremento angular de velocidad,
como era de esperar; pero, por el contrario, lo hace en
proporción inversa a la cadencia de fuego; por consiguien
te, en las armas automáticas que sé disparan apoyadas en
el hombro, la cadencia de fuego deberá ser lo más elevada
posible.
Esta conclusión resulta totalmente opuesta a la opinión
frecuentemente sustentada por aquellos que no han exa
minado atentamente la cuestión y que creen que cuanto
fo.
«Una vez que se encuentra en producción un arma
buena, invariablemente se intenta adaptarla a cual
quier uso concebible, desde el fuego antiaéreo, en for
ma de baterías, hasta el tiro individual por el infan
te. Su empleo por este último, diremos incidental
mente, que es el más eficaz.»
«Mientras algunos diden que su cadencia de fuego
increíblemente elevada «encabrita» la boca cuando
se dispare una ráfaga larga, debemos recordarles
que el arma se dispara corrientemente sólo durante
una pequeña fracción de segundo en cada ráfaga.»
«Ahora bien: puesto que se dispara a
una cadencia de 22 disparos por segun
do, las balas pueden agruparse en un
área suficientemente pequeña para cu
brirla de una manera completa. De esta
manera, su actuación es más bien como
escopeta de largo alcance que como ame
tralladora.»
l.S Distribución de las fuerzas que actúan sobre un arma de fuego duran
te el disparo.
Esta observación hecha por el teniente coro
nel Chinn respecto a la similaridad con una es
copeta es muy interesante, ya que la escopeta
puede considerarse como una ametralladora
55
con una cadencia de fuego infinita, puesto que sus perdi
gones son descargados conjuntamente. El programa ((Sal
vas para el Ejército)), inaugurado por Norman Hitchman
y el autor de este artículo hace unos once años en la Oficina
de Investigación de Operaciones de la Universidad de Johns
Hopkins, representa un desarrollo de este principio.
La fórmula que hemos expuesto anteriormente nos en
seña también que la desviación se incrementa despropor
cionalmente con el número de disparos, pues contiene
gular se suceden en escalones prácticamente instantáneos,
se necesitaría una destreza especial para compensarlos
exactamente mediante una presión uniforme y constante
hacia abajo.
Resulta obvio que tal intento de corrección sería bastan
te inexacto y a lo sumo conseguiría meramente que el haz
de balas incidiera ocasionalmente sobre el blanco. La doc
trina inspirada en la ejecución de ráfagas cortísimas es
claramente superior.
La determinación del incremento de veloci
dad angular, expresada en términos de las cons
tantes del sistema mecánico constituido por el
arma y el tirador, es de lo que vamos a ocu
parnos a continuación.
in la figura primera se representa un fusil
mantenido apoyado firmemente en el hombro
del tirador, indicándose las diversas fuerzas y
magnitudes que se consideran de gran interés..
Estas son:
‘4
Fm.
3?
con
Ametralladora ligera de la República Federal Alemana de
la culata alineada con el cañón (preferible para el tiro autom
un término n2, cuya significación puede ilustrarse en la
Tabla que exponemos a continuación, calculada para una
cadencia de fuego de 10 disparos por segundo (600 disparos
por minuto) y un incremento de velocidad angular por dis
paro de 20 mils por segundo.
Número
del disparo
Desviación
en mus
1
2
3
o
2
6
12
20
4
5
F1, fuerza ejercida por los gases de la pólvo
sobre el cerrojo del arma;
F, fuerza de reacción horizontal ejercida por
el hombro del tirador sobre la culata del
arma;
7,62 mm.,
F3, fuerza de reacción vertical ejercida por
ático).
el hombro del tirador sobre la culata del
arma.
a, distancia vertical entre el eje del ánima y el centro
de gravedad del arma;
b, distancia vertical entre el eje del ánima y el punto
de apoyo de la culata del arma;
c, distancia horizontal entre el centro de gravedad del
fusil y el punto de apoyo de la culata del fusil;
aceleración del fusil en el plano vertical;
w, velocidad angular del fusil en el plano vertical
(fadO;
1, momento de inercia del fusil alrededor de su centro
de gravedad, en el plano vertical;
M1, masa del fusil;
masa equivalente del tirador en el punto de apoyo
de la culata;
Nf, momento de la cantidad de movimiento de la bala
y los gases de la pólvora (JF1dt).
,
Es evidente que un blanco humano no sería batido des
Las fuerzas acabadas de definir son solamente las resul
pués del segundo disparo (a las distancias usuales en el
campo de batalla), y un vehículo tampoco lo sería después tantes de la descarga del fusil. Existen también otras fuer.
del tercer disparo. Debemos significar también que el in zas que cuentan en el apoyo normal del fusil, pero éstas
cremento supuesto para la velocidad angular, de 20 mils son constantes y están en equilibrio, de manera que no
por segundo, es mucho más pequeño que el que es de entran en la ecuación del movimiento del fusil después del
esperar con el empleo de fusiles de diseño corriente, como disparo.
tendremos ocasión de discutir más adelante.
Si representamos los momento y reacciones alrededor
Todo esto nos muestra lo correcto de la doctrina ger del centro de gravedad, tenemos la siguiente expresión:
mana de disparar ráfagas cortas con una elevadísima ca
la = F1a + F2(b —a)—F,c.
dencia de fuego. Se sugiere que esta característica puede
incorporarse a una ametralladora ligera o un fusil auto
Para determinar c. es necesario valorar previamente
mático, de tal modo que la simple presión ejercida sobre
el gatillo produzca una ráfaga de dos o tres disparos en F, y F3, es decir, las condiciones de solicitación en la cu
lata del fusil. El movimiento de esta última encuentra una
una sucesión rapidísima y después pararse automática
mente, viéndose obligado el tirador a soltar el gatillo y resistencia en el hombro del tirador, el cual a su vez es
presionar de nuevo para disparar otra ráfaga. Esto ase una parte de la masa de su cuerpo que pivota más o me
guraría cortas ráfagas de la máxima eficacia y evitaría el nos alrededor de los tobillos, rodillas y la cintura (el tira
consumo innecesario de municiones. El tirador podría tam dor supomenos que está en pie).
El esqueleto del tirador constituye una estructura de
bién apuntar de nuevo más fácilmente entre ráfaga y rá
faga, puesto que la cortísima duración de las mismas daría gran rigidez en dirección vertical, de tal modo que el mo
origen a una menor desviación.
vimiento vertical no existe prácticamente (en tanto que
Algunos arguyen que un tirador adiestrado puede su la culata no resbale sobre su hombro). Sin embargo, el
perar los efectos de «encabritamiento» de la boca del fu movimiento horizontal puede tener lugar en la magnitud
sil mediante un esfuerzo compensador que la dirija hacia permitida por la inercia del cuerpo en dicha dirección,
abajo, pero puesto que los incrementos de velocidad an representada por una masa equivalente, M.
56
El valor numérico de M, está relacionado con el peso,
estatura y flexibilidad del tirador que, evidentemente, va
riará de un individuo a otro, resultando difícil de calcular
aunque se disponga de medios técnicos para hacerlo.
En todo caso, M2 será considerablemente menor que el
peso del tirador, y a falta de mejores medios para calcu
larla se sugiere como razonable la relación de un cuarto.
Además, como se verá más adelante, en tanto que esta
masa sea un múltiplo de la del fusil (como sucede normal
mente), las variaciones de la misma tienen un efecto rela
tivamente pequeño; en consecuencia, las estimaciones que
hagamcs, aunque aproximadas, son perfectamente admisi
bles desde el punto de vista práctico.
Admitiendo las condiciones establecidas anteriormente,
la aceleración horizontal de la culata del fusil tendrá la
expresión siguiente:
F.,
F1—F
±(b—a)cc
M.
de donde se deduce
del arma
M9F1 M1M2(b a)rj
—
E.
—
=
-
M1-FM2
Por su parte, la aceleración vertical representada
F..
ca es igual a cero, lo que quiere decir
—
por
que
= M1 ca.
Ahora bien: si sustituimos los valores encontrados para
E’. y F3 en la ecuación que representa el valor de la, ten
lremos:
-
Ia=Fia+I-
[M,,F1—M1M4(b—a)a j
I
M1+M.
j
1(b—a)—M1
c2rc
D, lo que es lo mismo,
a=F1J
[
mejor rendimiento en el fuego automático tienen, casi in
variablemente, el cañón alineado con la culata (figs. 2.’
y 3.’). Las ametralladoras alemanas MG-34,MG-42 y FG-42,
la ametralladora ligera Johnson, la ametralladora ligera
de la República Federal Alemana y el fusil de asalto nor
teamericano AH-lS (M16), son buenos ejemplos de esto. Por
otra parte, el actual fusil de asalto norteamericano M14
(figura 4.’) posee una culata convencional, por lo cual no
resulta sorprendente que su rendimiento sea pobre en fue
go automático. Lo mismo podríamos decir del fusil de
asalto ruso AK-47 (fig. 5.’).
Refiriéndonos de nuevo a la última ecuación obtenida,
ha de notarse que co puede reducirse e incluso anularse
si a y b fueran de signo algebraico contrario, es decir, si
el eje del ánima del cañón se encontrara situado entre el
centro de gravedad y el punto de apoyo del arma. En cuan
to al centro de gravedad, es casi inevitable que se encuen
tre debajo de dicho eje, a causa de que la situación más
conveniente del cajón de mecanismos y del cargador es
más abajo que el cañón.
Sin embargo, sería posible colocar el punto de apoyo
M1a+M,b
2
(1 + M1c ) (M1 + MD + MM2 (b
aP
ligeramente
por encima
del eje del cañón, pues
aun con una pequeña diferencia en esta dirección podría
compensarse un considerable descenso del centro de gra
vedad a causa de la mayor sensibilidad del punto de apoyo.
Las armas automáticas más modernas son casi simétri
cas con respecto al plano vertical imaginado por el eje del
ánima, y todas las fuerzas de reacción se desarrollan igual
mente en dioho plano. Esto constituye manifiestamente una
característica deseable, pues de este modo no se produciría
ningún par a causa de la rotación en el plano horizontal,
lo cual no se conseguiría si el diseño del arma introduce
alguna asimetría en la misma, tal oomo la colocación de
un cargador lateral o un alza telescópica ligeramente apar
tada del mencionado plano vertical.
El análisis de lo que sucede cuando se adoptan
estos úl
timos diseños se hace de manera análoga a la ya descrita
para la rotación en el plano vertical, si bien con los nuevos
factores que gobiernan el ((momento)).
Admitimos que y es la velocidad inicial, Mb la masa de
la bala, M la masa de la carga de proyecciones y E la
energía de la bala en la boca del arma, entonces el «mo
niento» de la desoarga estará representado por la fórmula:
puesto que j’aclt = a - 5F1 df = M,
[
M1a+M2b
endremos co= M 1
Li + M1c2)(M1+ M0) + MM2(b—a)2
M
=
(Mb
1
+ —M0).V
2
Ahora bien: puesto que las moléculas de los gases de la
Como podríamos haber anticipado intuitivamente, co se pólvora aumentan su velocidad desde cero, en el plano an
lesvanece si ambos valores a y b son iguales a cero; es terior del cerrojo, hasta la velocidad inicial, en el plano de
lecir, que si tanto el centro de gravedad como el punto oulote de la bala al salir del cañón, su velocidad media du
e apoyo de la culata del fusil se encuentran
sobre el eje del ánima, no existirá co. Más sig
iiflcativo, sin embargo, es el hecho de que co es
nás sensible al ((descenso)) de la culata del fu
;il que a la posición del centro de gravedad por
a relación M2/M,, algo así como del orden de
ó 5 veces.
Pero los fusiles destinados al uso corriente
)or la infanteria
deben tener una buena inchna
ión hacia abajo de la culata para faoilitar la
)untería, y especialmente para disparar tum- Eco.4.’ Fusil automático norteamericano M14, de 7,62 mm., con culata clási
)ado, ya que un fusil cuya culata se encuentre
que ca,
no es la más conveniente para tiro automático.
dineada oon el cañón ofrecerá ciertas dificul
ades para apuntar en dicha posición. Vemos
hora claro el oonfiicto entre los requisitos contrapuestos
rante el recorrido del ánima se considera que es la mitad
ue se plantean al arma y que hemos mencionado anteriorde la velocidad inicial, de acuerdo con lo expuesto por
aente.
5. Robinson en TheC. Termodynamics
of Firearms
Es interesante notar que las armas que han mostrado el (Edit. Mo Graw-Hill ]3ook Company, 1943).
57
Incremento
1
La energía de la bala en boca es: E
=
—
MbV2, y elimi
2
nando Mb entre estas dos últimas ecuaciones, tendremos:
Iv! =
2E
1
+ MV
2
—
y
y puesto que E es sensible proporcionalmente a M, po
demos adoptar una constante K que represente al cocien
te E/MP, con lo cual la ecuación precedente se transforma
rá en la siguiente:
M=E(2/V+V/2K)
lo que quiere decir que para una determinada energía en
la boca el «momento» mínimo ocurre cuando V = 2%/it
de desviación
angular.
ecuación que representa el valor de
obtendremos:
6885 + 3240M,
w
Sustituyendo en 1
las letras por cifras
radianes/segundo.
=
47428 + 5078M2
Y suponiendo que M., es aproximadamente un cuarto de
peso del tirador, es decir, de 16 a 27 Kg., tendremos:
para un tirador de 63,5 Kg.
para un tirador de 109 Kg.
...
=
...
=
0,534 rad/s. (534 mils/s.
0,572 rad/s. (572 mils/s.
Y. aplicando ahora estas cifras a la primera ecuación qw
nos da el valor de 6n, y si suponemos que la cadencia de
arma es de 15/d. p. s., obtendremos las correspondiente:
desviaciones para el segundo disparo:
Tirador de 63,5 Kgdesviación
Tirador de 109 Kgdesviación
=
=
35,6 milt
38,1 mil5
De aquí resulta que un fusil de proporcione
corrientes es completamente inapropiado par
el tiro automático (el tirador se daría por st
tisfecho en alcanzar un impacto al segundo di
paro, sobre un blanco del tamaño de un hon
bre, aun a distancia de 45 metros). Las cifra
nos ponen de manifiesto lo que habíamos d
cho antes acerca de la pequeña influencia eje
cida por el peso del tirador sobre la desvi
ción. Es interesante notar que esta desviació
Fm. 5.’ Fusil de asalto soviético de 7,62 mm., con culata clásica, que no es la es ligeramente superior para el tirador pesad
que para el ligero, lo cual aliviará los temore
más conveniente para el tiro automático.
sentidos por aquellos que dudan de la aptitu
de los aliados de pequeña estatura para util
Para los modernos propulsantes esto se conseguirá para zar las armas norteamericanas, pues aun en el caso de qu
velocidades iniciales del orden de los 1.800 m/s., cifra no la comparación en estatura les sea desfavorable, ellos tin
fácil de alcanzar en la actualidad debido a diversas razo rán ligeramente mejor que los soldados norteamericano:
nes de índole balística (tanto interna como externa) y so
En resumen, podemos concluir lo siguiente:
bre lü cuales no vamos a ocuparnos porque rebasarían los
límites que nos hemos fijado para la extensión de esta
1. Es inútil esperar buenos rendimientos en el tiro at
exposición.
tomático con fusiles de infantería de proporciones corriel
Teniendo en cuenta lo que acabamos de decir, se concibe tes. Tal clase de arma debe restringir su empleo al fueg
el interés existente para lograr la máxima velocidad inicial semi-automático; el fuego automático solamente conducii
posible (y la correspondiente ligereza de la bala), con ob a un consumo inútil de municiones.
jeto de reducir al mínimo el retroceso imprimido al siste
2. Un arma destinada al fuego automático apoyada e
ma para una determinada energía en boca.
el
hombro del tirador deberá tener las siguientes caract
Por ejemplo, vamos a considerar un arma representativa rísticas:
de los modernos fusiles de infantería de la clase Ml, M14,
FN, etc., la cual tenga las características siguientes:
a) El punto de contacto de la culata con el hombro 1
a = 2,54 cm. (1 pulgada); b = 10,16 cm. (4 pulgadas);
de estar alineado con el eje del ánima o quedará
c = 520,7 cm. (20,5 pulgadas); 1 = 70 Kg/cnf (1.000 li
geramente por encima del mismo.
bras por pulgada cuadrada); Mb = 9,72 gr. (150 granos);
b) La cadencia de fuego será lo más elevada posible.
M = 3,24 gr. (50 granos), y y = 810 mIs. (2.700 pies por
e) Deberá estar provista de un «desconector», el cu
segundo).
suspenda automáticamente el fuego después del te
Si dicha arma está proyectada para disparar en fuego
cer o cuarto disparo, y que exija el tener que aprett
automático con una cadencia de 900 disparos por minuto
de nuevo el gatillo para disparar otra ráfaga.
(15 disparos por segundo), ¿qué desviación angular es de
d)
Poseer una combinación de velocidad inicial lo m
esperar entre el primero y segundo disparo, si el tirador
elevada posible y el menor peso de bala compatib:
tiene un peso de 63,5 a 109 Kg. (140 a 240 libras)?
con el efecto que se trate de conseguir sobre el bla
«Momento». Sustituyendo en la correspondiente ecuación
co; todo ello con objeto de reducir al mínimo
las letras por cifras obtiene un momento de 9,27 Kgm./s.
((momento» del retroceso.
(810 libras-pulgada/segundO).
DeCriptografía
SOLUCION AL PROBLEMA NUM. 9
(Publicado en el número anterior)
La estadística de letras nos da lo siguiente:
.
e
201
B
-
70
6d
26L
].n
2p
2r
7
22
-
O D
P
.
2a161 —
50 70
11 id
30281
4d 1
281l8p
18n 4r
18p 2s
br
—89
G
—
77—
—
—
1 J
9a
3e
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44
32L
22n
22p
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-
K 1.. M H O P Q R $ T U V
24
9a 2e ].3a- 5a 9a
22e
14e 51 16e
4eloe
191
71 3o 23i
71241
lOo
o].3d 14o
70 8o
18d
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14d1.od
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9129n 2L
2p 2
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48 5n
hp
l5p 3r 4p
3p
3r
17r 28 3r
8a
22s
118
1
-
.142
-13o-
119 78 loS
Diez letras diferentes. Las representaciones han de estar
formadas por dos letras. Necesitamos una estadística de
A
D
6
D
E
E
1
1
2o
N
1
15
N
W X
Y Z
-
43 71
-
bigramas. La hacemos en un cuadro de diez por diez para
ocupar menos espacio:
1
N
26
1
29
16
28.
1
3].
2o
0
s
2
7
2
2
7
18
9
7
17
4
2
4
21
1
15
8
1
8
15
17
22
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2
2
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11
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1
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L
N
‘5.’
N
o
‘.‘
8
11
27
.
“5
N
.
2
“5‘
‘N
R
N
‘5.
3
‘5
‘5
5’
Hay 43 bigramas diferentes. No llegan para dos repre antes mencionada, la conclusión sería que no se habían
sentaciones para cada letra, pero puede ser que no se ha utilizado los bigramas inversos ni los dobles.
yan empleado todas las representaciones. Podemos obser
En este caso, los bigramas dobles no existen, pues los
var que si trazamos la diagonal del cuadro anterior que va cuadros que forman la diagonal están todos en blanco;
del vdrtice superior izquierdo al inferior derecho, casi to en cuanto a los inversos, debajo de la diagonal están ED,
dos los bigramas quedan por encima de ella. Generalmen ID, OD, QL y QN, que parecen desorientarnos, pero si bus
te estas distribuciones no son caprichosas; suelen obedecer camos sus inversos, es decir, DE, DI, DO, LO y NO, no está
a alguna manera particular de formar los bigramas. Los ninguno. Luego efectivamente los inversos tampoco se han
bigramas posibles con diez letras son 10 = 100. Si no hu utilizado.
biese ninguna representación por debajo de la diagonal
Si contamos las letras con que se une cada una de las
59.
diez letras que aparecen en el texto, y las ordenamos de
más a menos, tendremos:
letras:
seunea:
primer trozo
segundo trozo
A E 1 0 D L N P R 5
9 8 7 6 4 3 3 2 1 0
Las cuatro vocales en primer lugar por orden alfabético
y las seis consonantes a continuación por el mismo orden.
Ya sabemos el camino que se ha elegido para formar los
bigramas: colocar las diez letras por el orden anterior y
unir cada una con las que le siguen.
De este modo el número de bigramas posibles es:
9-8-7-6-5-4-3-2-1
= 45
hay dos que no se han utilizado, el DS y el LN.
Si para hacer la estadística de bigramas hubiéramos co
locado las diez letras índices de filas y columnas por el
orden A E 1 0 D L N P R 5, todos los bigramas hubie
ran quedado en la parte superior de la diagonal.
Quizá el que construyó la clave utilizó diez letras para
hacer pensar al descriptador en un cuadro de veinticinco
casillas con diez letras de índices de filas y otras cinco de
índices de columnas, Pero ya hemos visto que esto no es
posible, pues no utilizando los bigramas inversos sólo dis
pondríamos de veinticinco bigramas diferentes, y en este
caso tenemos cuarenta y tres. La forma de hacer la esta
dística de bigramas nos ha ayudado en este caso a poder
establecer la forma en que se ha hecho la clave y (lo que
es más importante para nuestro trabajo) el número de
bigramas de que consta.
Los 45 bigramas posibles no permiten dos representacio
nes para cada letra del alfabeto claro. Ignoramos cómo se
han distribuido. Lo que nos interesa, por el momento, es
conocer cuáles son las representaciones que corresponden
a una misma letra clara. En cuanto sepamos esto para to
das las letras claras, estaremos de nuevo en el caso de
una sola representación, pues podremos simplificar el crip
tograma dejando sólo una representación de cada letra.
Lentes
a)
grupos
1 e 2
77-78
Al
Al
EF 15 IL
NS PS IL
El
o)
grupos 7 al 9
“
22a124
ELEQELALISIL
grupos
9 al
13
119a1132
IN
IN
NP Al AS
RS Al AS
E0 Al
DP Al
PELIGRO
MILAGRO
en las que si las letras subrayadas están cifradas con la
misma representación en los dos casos, estableceríamos
inmediatamente la igualdad de las representaciones que
correspondiesen a la 1 y a la A, lo que sería falso. Como
este caso se puede presentar con relativa frecuencia, no
debemos aceptar como ciertas en principio más que aque
llas equivalencias que se han presentado por lo menos dos
veces.
Ahora el trabajo consiste en localizar en el criptograma
parejas de trozos que nos permitan establecer igualdades.
El trabajo no es sencillo, particularmente si es la primera
vez que se hace. Un camino puede ser localizar las secuen
cias de dos bigramas iguales, y a partir de ellas ver a de
recha e izquierda si hay grupos equidistantes iguales. Pero,
repito, es una labor lenta y que exige una gran atención;
hay que llevarla con método para no perder posibilidades
ni alargar el trabajo.
En el texto de este problema podemos encontrar, entre
otros, los siguientes trozos que nos permiten establecer
equivalencias:
)
grupos 29 al 36
It
93alloo
37 al
OD=DN
;ESsLR ; EL=DL
EQ=NR
; AL=IP
ELNRELIPISIL
Al
ADEI
114 DPEIQPALNS
114)
AIASEIONDPLPDRALNSI)
AL Al AN DN EF 15 EL
19 al 22
128 al 131 AL IL RS DN EF PS EL
grupos
1,
g)
DL
DL
si ambos trozos suponemos que corresponden a un mismo
texto claro, no cabe duda de que NP = RS y E0 =DP. Lue
go si buscamos trozos que se correspondan de esta o pa
recida forma a lo largo del criptograma, podremos ir es
tableciendo una serie de equivalencias hasta agotar el
número de bigramas posibles, que en este caso ya sabemos
son 45.
Pero no es suficiente que las equivalencias aparezcan una
vez, pues podría darse el caso de palabras como:
OD ES IP EL NP QN
QN
EIDNLRIPDLBP
grupos 2 al 5
138 all4o
f)
...
EPmNS; ISPS
b)
e)
...
trozos que nos permiten establecer equivalencias:
“
d)
Supongamos que hemos encontrado dos trozos del tex
to de la forma:
EI=LP;
)
QP=DR
AI=IL ;A14=RS ; IS=PS
)
II
NR IP Al 10 DN QN EF Al AL EL DR AQ RS OD DL AE
IL
NR IP II LS DN QN NS Al IP DL DR DF RS OD EL OS
AI=IL ;IO=LS ;EPaNS ; ALaIP ; EL=DL; AO=D2
DL= EL ;AE=QS
41
IP 15 LS ELERDLPS
ILDPDLNS
171a1
175 IP 02 LS ELER DLPS LI AQDLNS)
grupos
AD=AS ; I1I=ON
)
15=014; IL=AI
DPLO
11
fl
grupos 43 al
h)
45
l68a117o
1)
grupos
U
j)
49 a]. 51
53a155
I5 OP AL DL
I5 DRALDL
grupos 58 al 6o
1)
)
grupos
I30N ; 12=31
)
)
)
OP=DR 3 AOuDP
69 a]. 72
D2 DR II NS 18 AL ONEP
151 al 154 DP 02 II NS 25 IPox
)
)
DR=OP
IS=2S
AL=12
ON 32 30 1.1 IP NS 03 DP DL 32 E2IIS
E0NR
112 a]. 116 NP 03 NS NR II LP NS INA0 DL £2
) O=ii ; DPaAO
grupos 147 a]. 151 Qn DN Al OD 32 EL OLOLIL
) AD=AS ; 0DD3
164a].].68
0BDliAS3p
EL P0iii
) OL=NP
todo lo anterior,
confirmadas:
tenemos las siguientes
EP=NS ; IS=pS
EOr=NR
; AL=IP
EI=LP;
—
)
grupos 83 a]. 88
Resumiendo
igualdades:
—
)
02=DR
NR 02 AO 15 03
NR DRDPISON
88a19o
k)
LI 13 DP 13 12 IL AL
El 03 D2 13 El ILAL
OP=DR
En total doce.
sin confirmar: ESrLR
; AN=RS
EP(17)=NS(22 ; IS(15)=P5(li)
; OD=DN
; EL=DL
; OD(8)=DN(16)
EL(28)=DL(29) ; E0(7)=NR(17)
; AD=AS
; IN=ON
; AI=IL
; AO=DP
Pero donde más nos interesa
es en lasque estánsin con
firmar:
; AEOS
ES(2)=LR(l) ; AN(1)=RS(4) ; IO(4)=LS (8)
AE(1)=O5(2) ; OL(l1)=Np(15)
; IO=LS
OL = NP
En total cinco.
Para comprobarlas tenemos las frecuencias de los bi
gramas. Si efectivamente los dos bigramas de cada igual
dad corresponden a la misma letra del claro, han de tener
frecuencias semejantes. Pero tomando esta semejanza con
bastante amplitud, pues puede ocurrir que siendo la igual
dad cierta se haya empleado al cifrar mucho más una re
presentación que la otra.
AIE2
Comprobemos:
Todas parecenirbien;estasúltimas,
si no se han confir
mado es porque corresponden a ]etras de menor fre
cuencia.
Ahora podemos escribir el texto muy simplificado. Cada
igualdad la sustituimos por uno de sus bigramas. Para dis
tinguirlas, escribiremos las confirmadas en letras mayúscu
las; las que están sin confirmar en letras minúsculas sub
rayadas y con minúsculas sin subrayar las que no hemos
encontrado equivalencia:
15 Al El ODeSALELo1IN
El 13 A0 El OP Al 32 13 13 AL ar EL A0 OD ap EL o].IR EO 13 AL AD EL AL.
Al an OD LP 15 EL RO EL AL IS Al Al 13 AOEI OP or IR 30 AL OD
lo Al AL
30 AL Al lo OD IR 32 Al AL EL OP AO an OD EL ae Al EL
Al 13 lo EL er EL
ISAIAOELEPEOELALELEIINAOINEIAIALADELELALIrOPODIS
Al El IS OP AL EL er
Al 32 El OP AL 15 02 AL EL El AD EL LP OD EX El EP
INEPAOOPAIEPISALINEPEPOPEPEIALQDEQISINALAIEPAIEP
ISAIanODELaeAIEPAIALELEOELALELIN32EQAIALEpIRAO
ELL2EO
O2AOIS
AL EL 02 AO
INAIALEPAIarOPAOOLINEOALAIIOODINEPAl
OD El ae Al EL 02 AO IN o].Al ol OD El pr IR EP A])OP ed
ELALAIEPI$EL10jdODAIAOEOElALEli13EpEOAIAL32IRAQ
El
3230
OP A0 IS IN Al Al) El IN AO El 02 Al LP 13 El IN ioEO
Al Al 15
kl Al EP 15 EL AL Al an CD EPIS EL EP Al El IN io LO ol AC)
ol
ol Al ol CD Al ap El OD es Al Al
EL
IN LP EO EL
Al El
lii
Al
LO Al
IN
INEP
id
EL Al Al EL en El or CD Al)CD ol El ol ol Al AO 02 Al EP IS AL
Al LP LI AL CD LO IS EL ol IN AL Al LP LO OP Al IS I1 Al) EL LO IN LP
ol
ODor
0DAD0D1EL21AIEI
IN
Al AO EL LP lo Al AL Al El Al olAl
er EL IB
AO IN El Al AL AL IN bEl
ol OD LI EL ALOE AO EL LP pr IN Al
EL LP EL Al LP IS IN
En total quedan 26 bigramas diferentes, pero todavía
queda alguna equivalencia por establecer.
Las frecuencias totales las podríamos sacar de la esta
dística anterior, sumando las frecuencias de los dos bi
gramas de cada igualdad, pero no las secuencias. Para esto
necesitamos
hacer una nueva estadística. Puesto que nos
quedan 26 bigramas, podríamos haber sustituido cada uno
por una letra, pero no es necesario.
LP LP ID NI
.E
Al LO p
2A1
iAl 3L1 BLP 3A1500 2LP 211 lID 111 lii) 3A1 lID iAl 1AD
3A1 iAl
2A1 6A1 ZKL.11i
2E1
iAl 9A1
351
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2Lta5ÁI
5E1
Al
UI
701 311
•
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218
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101. 112
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UN 200
100
401 410
402 418
201
551 482
110
118
902
211 510
202
915
30B
1211 110
200
110
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101
218
215 318
101
601
801.
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100 2A1 4EL
SiL
TAOlID
381 200
400
1012
LES
lID
dificultad
en
llegar
al texto
claro,
que
es
ESTE CIFRADO FORMA PARTE DEL CONCUR
SO ORGANIZADO POR LA REVISTA PARTENON
CUYO PRIMER PREMIO SERA UN VIAJE A ROMA
Y ATENAS PARA CONOCER LA ARQUITECTURA Y
La
clave
utilizada
di
arenodae
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PROBLEMA
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105
1
1
26
24
26
2o
2
2
ESCULTURA CLASICAS PUNTO PODRAN TOMAR
PARTE TODOS NUESTROS SUSCRIPTORES ESTE
VIAJE SERA PARA DOS PERSONAS PUNTO EL
SEGUNDO PREMIO SERA UN VIAJE A UNO DE
DICHOS LUGARES TAMBIEN PARA DOS PERSO
NAS PUNTO EL CONCURSO COMPLETO DE ESTA
REVISTA SE COMPONDRA DE DIEZ CIFRADOS
PARA COMPRABAR LA HABILIDAD DE NUESTROS
DESCRIPTADORES
PUNTO LA POSIBILIDAD DE
CONOCER ROMA Y ATENAS MERECE DEDICAR
UNAS HORAS A ESTO
ed pr
dii os
jneoira.lepiSOPan
en nr da ip na pa dr
as la dp
-adioaO
NUM. 10
Juan y Pedro forman una Sociedad. Deciden inver
tir parte de su capital en Sudamérica. Emprende el
viaje
200 210
OPQBSTUVWXYZ
olajes
or ip
UD
iAl
4Á1
fu:
ABCDEPRILMN
d].idei
SAI
211
lIB
TAO
El problema ha quedado reducido a una sustitución sim
ple, con la salvedad de que todavía queda algiina equiva
lencia sin establecer. Queda el lector en libertad de seguir
la marcha que considere conveniente, en la seguridad de
2ÁD
iAL iAl iAl.
501 UI
351 1Á
201
201 3B1 818
35() 300
232 201
113
610
401
12
que no tendrá
el siguiente:
8AI
estudiar
las
posibilidades
de inver
-
-erap
Sión sobre el terreno,
y Juan queda en España
es
perando
noticias de su compañero
de negocios.
Antes
de separarse
deciden utilizar
una clave sencilla para
poder
cambiar
impresiones
con más libertad.
Este
es el primer informe que envía Pedro desde América:
49022 63118 41730 5792o 62182 75738 o67o4 77024 o5].8o 923o5
62647 43579 85737 43758 262oo 96547 26584 18537 27182 61837
23477 96424 47013 o6117 47796 43785 o67oo 23554 18286
437o9
752o4 94061 57313 64185 37745 8o112 o2o18 52847 4o85o 96218
79o27 o7364 oll9o 661o1 16o53 65828 40200 92821 31644 1o27o
27o2o 84157 3774o 96o35 647o1 88118
35740 169o4 53613 72o26
21840 66435 47486 1o957 54046 1o8o6 64357 34185 61274 70253
85481 83775 47796 47918 31185 184o5 79572 64864 36585 1o24o
12o23 58551 614o2 341o4 25062 64o64 7o546 48oo2 26183 13o61
56617 96451 01203 11832 47288 573o6 3o746 26449 18285 87364
5345o 62026 6442o 54161 43613 5o5o1 o5375 45836 262o7
4o582 8857o 62185 73527 o4o92 328o6 617o3 7o627
o6o84 77032 o5357 02130 57722 o474o 73584 154o5 51486
31365 84154 6173ó 66435 02372 66443 57098 258o7 59184
o8147
14183
17o74
84737
57357 921o9 75410 6617o 74438 o6441 75615 32385
37621 849o5
8oo24 oo923 58364 74926 6146o 57918 73743 77458 o124o
57075
61826 13547 olo5l 52118 28858 4-o639 74414 70931
57740 1452o
28310 57374 2o353 75458 4937o 64o2o 7o285 94364 41187 oo92o
3928o 24861 09067 55961 84576 43553 58438 51764 4147o
16218
3757o 97574 41028 22037 09752 o367o o6372 14183
o618o 9o261
48695 85731 49418 56557
64740
En
16764 28311 84247 28644 o7955.
espalol.
egulacióndeescalas
Coronel de Infantería del Sy. de E. M., Narciso ÁRIZA GARCIA, Jefe de la Primera Zona
de la 1. P. S.
Repetidamente
se ha insistido en esta Revista sobre el
roblema que la regulación de escalas plantea al mando,
la lógica preocupación que sus posibles soluciones oca
Lona en la oficialidad.
‘Hoy por hoy, en una solución «inmediata», parece difí
[1 hallar adecuado plan para hacer avanzar los escalafones
a líneas «paralelas». Pero quizás, con poco trabajo, y en
empo reducido, pudiera lograrse un acercamiento
de
ruéllos, al menos en los empleos superiores, que es donde
lás se notan las fluctuaciones ocasionadas a lo largo de
vida militar.
Vamos a tratar separadamente
el problema de jefes y
iciales, y el que afecta a generales.
FES
Y OFICIALES
La formación de oficiales en las Armas de Infantería,
ballería,
Artillería e Ingenieros se realiza, en la escala
tiva, mediante una oposición, con plazas limitadas para
da Arma; unos cursos—en la Academia General o en
la Academia Auxiliar—para alcanzar el empleo de alférez—
alumno de la respectiva Arma, y por último otros cursos,
en las academias especiales. Terminados éstos, se lleva a
cabo un período final en la Aca’iemia General y se les
confiere el empleo de teniente.
La antigüedad de teniente es, por tanto, la misma para
todos los oficiales procedentes de la misma promoción.
Dentro de cada Arma, ese puesto se mantiene durante
toda la vida militar, sin más variación que la muy rara
producida por una «postergación», puesto que hasta coro
nel inclusive, el ascenso es por rigurosa antigüedad. Pero
en los empleos sucesivos, sólo se tiene en cuenta la fecha
de promoción al empleo; con ello se da el caso de que un
oficial puede ascender a capitán después de otro de Arma
distinta, pero de promoción posterior, esto es, de menor
antigüedad
de oficial; luego, cuando ya los dos son capi
tanes, sólo les vale la antigüedad en este empleo. Ello
origina disgustos, ya que en definitiva el primero de los
considerados
se siente «postergado» en relación con sus
compañeros
de la misma promoción de otras Armas.
Según las escalillas del año 1963, la existencia de jefes y
oficiales, escala activa, grupo de «Mando de Armas», es la
que se detalla en el estado número 1. El total de 10.214
jefes y oficiales, se distribuye en los siguientes tantos
por 100:
Estado
186
Coronel99
577
1. 368
Tie. Cora.
Comandante9
Total
•_J9f9syOficileaseannEscalillaa1.96.3
Infanteri.a
np1eO
Jefes
30
182
184
685
131
236
2.131
396
1.115
412
1.680
1.008
561
581
225
1.569
806
1.549
Total
3.229
556
5. 360
952
0ios
Total
34
1.241
45
79
351
Tbnientes
Total
Ingecieroe
ti11eria
Caballeria
353
203
Capitanes
—
2.473
Total
—
3.622
2.538
6.160
1.218
10.214
3,33 por 100
12,15 por 100
24,21 por 100
de jefes39,69
GErzaAiEs
Si el movimiento natural de las escalas resulta, com
hemos dicho, falto de armonía entre las Armas, este des
equilibrio, se acusa con más relieve en el ascenso a genera
de brigada; basta comprobar que a la cabeza de los cor
neles aparecen promociones diferentes. Por tanto, el «salto
al escalafón de oficiales generales se logra desde «niveles
distintos, y como es lógico aquellos jefes que, por pertE
necer a promociones más modernas, son más jóvenes, ti
nen mayores posibilidades de «sobrevivir» y alcanzar lo
por 100
Estndonum.3.—Toce8Oddfioit,encadaEscala.
por 100
por 100
Capitanes3547
Tenientes24,84
Total
En cualquier caso, creemos que esas rectificaciones
lo
grarían situar las escalas en un grado bastante aproximad(
al total paralelismo.
4.054
2.684
Coroneles
Tenientes coroneles
Comandantes
—
100; vacante amortizada se daría al ascenso en las
armas deficitarias:
cabellería y artillería.
El sobrante de tenientes coroneles de Caballería, re
presenta más de la tercera parte de los existentes
para acelerar el proceso, parece lógico aumentar e
módulo de amortización al 50 por 100.
En forma análoga se procedería con los restante:
empleos.
de oficiales60,31
por 100
SOapleos
infanteria
ji
Sobraor[PaJ.tan
Tomando como base el anterior porcentaje, la distribu
ción de jefes y oficiales, dentro de cada Arma, debería ser
la señalada en el estado número 2. En consecuencia, se
acusa una diferencia dentro de cada empleo en las distin
tas Armas, diferencias que se reflejan en el estado núme
ro 3 en el que, naturalmente, el exceso y déficit son iguales
dentro de cada Arma.
¿Es difícil lograr las necesarias rectificaciones para con
seguir que los efectivos se sitúen en las cifras del estado
número 2? Sinceramente creemos que no. En primer lugar,
en todos los empleos y en todas las Armas, existen vacan
tes que pueden ser desempeñadas indistintamente
por per
sonal de una u otra Arma y aun por los de empleos dif e
rentes; en segundo lugar, la rectificación ha de hacerse
de forma sucesiva, no simultánea, con objeto de no supe
rar nunca los efectivos totales de los estados 1 y 2.
EstadonO2.—3efaiOftcileacueDESEAHADEL
anpleO
Coronelea
Te.
Coronela
Coniandantee
Total
Jefes
Ca±tsnOa
Tenientes
Total
To+
oficio
Infanteria
Caballeria
Artilleria
Total
340
178
656
32
116
326
41
149
1.241
1.297
231
650
295
2.473
2.125
1.901
1.334
89
Engenieroo
379
337
236
485
1.065
4.054
952
432
3.622
667
3.235
513
1.619
5.360
952
2.684
301
2.538
733
6.160
1.218
0.214
Para ello ha de adoptarse un «módulo de amortización»
para los empleos sobrantes_recordaremos
que en cada
Arma el total de jefes y oficiales permanece fijo—. Así, por
ejemplo:
—
Los coroneles sobrantes—8
nieros—pueden
amortizarse
en infantería y 4 en Inge
según el módulo 25 por
j
Caballeria
Sobran h’alta1Sobraj
8
Coroneles
Tet.Cor.
Palta! Sobra Palt
2
10
3 66
Comandantes
71
Total
6
Jefes
Tonientes
Total
1
Ofic.
1
j
1105
17
12
18
91
11o6P.
59
73j
1
51
16
J33
‘
2
so
17
22].
1
351
47
Capitanes
1215
25
&
1
149
1
176
2211
215,2
1 173
empleos de general de división y de teniente general. b
se nos diga que a general se asciende por «elección», pu
aunque esto es cierto, la realidad es que—salvo excepci
nes—se respeta la antigüedad, sobre todo dentro ya de
escala de oficiales generales.
Pero a mayor abundamiento,
es que tampoco existe pr
porcionalidad
en el número de vacantes que cada Am
tiene asignadas en el empleo de general de brigada, segi
el total de jefes y oficiales que la forman. En efecto: segi
la escalilla de oficiales generales de 1 de enero de 1964,
número de generales de brigada de cada Arma es:
9
40
11
19
13
Estado Mayor
Infantería
Caballería
Artillería
Ingenieros
Total92
Puesto
que, según el estado número 1, el total de jel
y oficiales de las Armas es 10.214, resulta que hay un
neral de brigada por cada 111 jefes y oficiales, o lo q
es lo mismo, que el número de generales de brigada
sólo el 0,9 por 100 de dicho total.
Según esto, para que exista la debida proporcionalid
teniendo en cuenta que los generales de Estado Mayor,
haberse extinguido los coroneles del Cuerpo, han de pa
a ser de las Armas, corresponderán
a cada una de ést
Infantería48
Caballería
Artillería
Ingenieros
Las consideraciones que han sido expuestas, no supone
en modo alguno nuestra conformidad ni con los porcen
tajes reales actuales, entre los distintos empleos, ni la
actual proporcionalidad de jefes y oficiales de cada Arma.
Lo único que hemos pretendido es poner de relieve que
Total
92
para los EFEcTIvosexistentes y sin variar los que corres
ponden en total a cada empleo, podría remediarse la falta
Luego resulta que la desproporción arroja como déficit de paralelismo entre escalas, ajustando éstas a la debida
proporcionalidad.
o superávit:
Es justo consignar, sin embargo, que el problema de la
Sobrantes: 2 en Caballería y 2 en Ingenieros.
regulación de escalas es mucho más complejo, pero no ha
sido nuestro objetivo abordarlo en su totalidad. Podríamos
Faltan: C)en Infantería y 5 en Artillería.
haber tratado de comparar la situación de los jefes y ofi
Bien se comprende que estas cifras sólo se alcanzarán ciales pertenecientes a las mismas promociones de salida
cuando por ascenso o pase al segundo grupo, desaparezcan de academia, para conocer las notables diferencias exis
los generales de brigada procedentes del Cuerpo de Esta tentes, pero liberamos al lector de más números; al menos
do Mayor.
por ahora.
•
9
24
11
.
.
.
Elconflictochino-soviético(1)
Por £
KEREVER. Traducción del General de División Emilio ÁLAMAN ORTEGA. (Extracto
de la Redacción:)
La amplitud alcanzada por la disputa chino-soviética ha
sorprendido a los expertos.
Vamos a intentar descubrir el objeto y la gravedad del
desacuerdo. Cuando dos E.stados ponen sobre el tapete la
ideología, un conflicto como el que nos ocupa, engloba,
unidos de modo inextricable, diversos aspectos clásicos de
antagonismos además de los de tipo ideológico.
El aspecto clásico está en la índole de las relaciones
entre Estados, es decir, de entidades que quieren ser due
ñas clp juzgar en última instancia sus propios intereses,
tener el derecho de recurrir a la guerra para defenderlos
y, además, la posibilidad de correr o evitar los riesgos de
una contienda armada para defender los de otro, como
son los de una nación hermana. Es lo que llamaremos
real-politik.
Consideradas bajo estos ángulos, China y la U.R.S.S. en
cuentran naturalmente bastantes motivos de discordia.
Primeramente hemos de reconocer que la China popu
lar ha logrado convertirse en Estado sin ayuda o con apoyo
exiguo por parte de la U.R.S.S.; Stalin, escéptico durante
mucho tiempo sobre un futuro positivo del partido comu
nista chino, apenas si favoreció su lucha contra Chank
Kai-Chek. Consecuentemente, los chinos pueden creer que
nada deben a los soviéticos.
En segundo término, la China popular, lo mismo la im
,perial que la comunista, nunca han reconocido la legitimi
,,dad de la anexión a Siberia de los territorios situados al
sur del río Amur, convertidos en la provincia marítima
cuya capital es Vladivostok.
La discrepancia que acabamos de señalar, ocultada púdi
camente a todo lo largo de los primeros años de vida
de la China popular, pasó a ser del dominio público cuan
do los soviéticos acusaron a esta Última de haber violado
las fronteras no menos de cinco mil veces y Krustchev
lanzó sus ataques, tan irritados como audaces, contra
aquellos que continúan refiriéndose a las fronteras del
Antiguo Testamento.
Los intereses peculiares de cada una de ambas naciones
se han manifestado también como consecuencia de la in
significancia del apoyo soviético a los empeños chinos
contra las posiciones nacionalistas de Formosa. Es eviden
te que a los soviéticos les repugna mucho la idea de verse
implicados en un conflicto por causa de esos territorios
tan distantes del frente yanqui-ruso qup está en Alemania.
El sagrado egoísmo quedó también puesto en evidencia
cuando la U.R.S.S. declaró que se opone terminantemente
a compartir sus secretos atómicos con cualquier nación.
Para que Pekín no dude de la realidad ni de la firmeza
de tal propósito—obsérvese la simetría de U.R.S.S.-China y
Estados Unidos-Francia—, Rusia ha hecho manifestaciones
inquietantes: las reivindicaciones chinas están teñidas de
racismo amarillo y tienden a convertir la revolución pro
letaria en un conflicto racial.
China se defiende enérgicamente. Uno de los veinticinco
puntos de su carta del 14 de junio de 1963, dice así:
eNingijn marxista-leninista ha pretendido ni pretenderá
nunca que la revolución debe hacerse con la ayuda de
una conflagración mundial». Ahora bien: según el partido
comunista chino, incurrirá en craso error el que acepte la
posibilidad de que el capitalismo se someta sin guerra al
triunfo de la revolución universal. Más concretamente, los
chinos piensan en que es inevitable, no una lucha (en la
cual, seguros de la fuerza que su enorme población les
proporciona, soportarían bien y con serenidad la muerte
de muchos millones de hombres), sino en guerras locales
y de liberación llevadas a cabo contra el imperialismo
por los países que cubren un tercio de la superficie terres
tre. Castro, Lumumba y quizá Ben Bella, opina Pekín,
debieron o deben ser apoyados incondicionalmente por el
socialismo y Krustchev ha traicionado este deber indiscu
tible.
El conflicto entre las dos gigantescas naciones comunis
tas contraría una de las tesis esenciales del marxismoleninista, en virtud de la cual, las discrepancias interna
cionales reflejan antagonismos de clase, y que el
comunismo, por definición, excluye toda posibilidad de
discordia entre países donde la lucha de clases ha sido
abolida. En consecuencia, cada nación, para salvar la doc
trina, tiene que acusar a la otra de infidelidad, de traición
a la ortodoxia.
A la medida del conflicto que estamos considerando,
puede llegarse a través del análisis de la requisitoria china
que contiene los cuatro puntos siguientes:
1.” La política de coexistencia pacífica que la U.R.S.S.
predica y en cierto modo desarrolla, traiciona a la revo
lución mundial. Amainar en la presión sobre Berlín, el
65
rétroceso en Cuba y el tratado de Moscú sobre experien
cias nucleares constituyen sendas demostraciones de una
política medrosa y de compromiso con los imperialistas.
2.° La U.R.S.S. concede importancia excesiva a las cues
tiones europeas, las alemanas sobre todo, y se desinteresa
demasiado de los teatros de operaciones africanos, asiáti
cos y sudamericanos que, a juicio de los chinos, pueden
ser decisivos.
Además, la estrategia soviética lleva en si el sostenimiento
de gobiernos burgueses tipo Nasser, Kassem y Nehru, in
compatibles con los partidos comunistas. Según los chinos,
la verdadera estrategia marxista debe consistir en impul
sar y favorecer al máximo el fortalecimiento y la acción
eficaz de los partidos comunistas locales y en ayudar sin
regateos a las empresas de liberación nacional en vez de
contentarse con la ruptura formal de los lazos de depen
dencia colonial ya que esto no impide que la soberanía sea
más aparente que verdadera, puesto que los emancipados
continúan manteniendo vínculos con los países imperia
listas, mayormente de orden económico.
El ataque chino a ia India, legitimado según los chinos
por ciertas reivindicaciones territoriales, encuentra expli
cación en el afán de poner a los soviéticos entre la espada
y la pared, forzándoles a elegir entre un país hermano y
otro—más bien Gobierno burgués—que practica un seudoneutralismo y es afín de Yugoslavia, que comete el leso
crimen de aceptar ayuda americana. Sabemos cómo ha
reaccionado la U.R.S.S.: apoyando abiertamente a Nehru,
lo mismo en el aspecto ideológico que en el material.
Desde el punto de vista comunista, es lógico poner en
duda la rectitud de la política soviética relacionada con
un tercio del mundo. Si Moscú, calculando mal, ha favo
recido la fase nacionalista burguesa de la lucha anticolo
nial, es porque creía que llevando ésta a buen fin resulta
rían debilitados los occidentales. Al parecer, Krustchev
subestimó las facultades de adaptación del capitalismo y,
en cambio, supervaloró el poder seductor del comunismo,
toda vez que la inmensa mayoría de los países indepen
dizados ha conservado o restablecido (Guinea) nexos con
Occidente, aunque entregándose, salvo Cuba, a un sabio
juego de balancín.
Pero el quid del verdadero móvil de Krustchev está quizá
en su temor de no poder prestar a esos nuevos países
independientes una ayuda importante de la cual no habría
podido excusarse en el caso de transformarse los mismos
prematuramente en democracias populares después de su
perar la etapa de nacionalismo burgués. No podemos ima
ginarnos la U.R.S.S. sosteniendo a tal o cual democracia
popular africana sin reserva de esfuerzos, en analogía con
lo que Norteamérica ha estado haciendo con el GobiernoS
del Vietnam durante años y soportando numerosas
afrentas.
No les falta, pues, razón a los chinos para tachar de
egoísta a la U.R.S.S. Ahora bien: la ayuda china a las na
ciones africanas ha sido igualmente engañosa, máxime si
tenemos en cuenta que se vanagloriaban de haber puesto
a punto un buen sistema de desarrollo pará países atra
sados.
3y Fundándonos en la tesis soviética que preconiza la
revolución a cargo de uno solo, Krustchev justifica la nece
sidad de colocar a todos los que son marxistas en la órbita
del partido comunista de la U.R.S.S. con el firme y deci
dido propósito de monopolizar la dirección del movimiento
comunista mundial y ser ésta quien señale abiertamente el
orden de prioridad de las diversas acciones, en función de
los intereses de su propio Estado.
Es fácil advertir en la queja de los chinos la amargura
que sienten por verse apartados de la codirección, recor
dando que en su día hicieron todo lo posible porque
Krustchev conservara el poder, servicio que el prohombre
moscovita les retribuye mal.
66
4.’ Krustchev se muestra incapaz de conducir correcta
mente el paso de socialismo al comunismo. Como prueba
de esto, los chinos aducen: una desestalinización demasia
do rápida e injustificada; hipócritas acusaciones so pretexto
del culto de la personalidad, y la rehabilitación del titismo.
Esta reprobación alcanza también a los países hermanos
europeos. Sabe perfectamente que el partido comunista
francés habla al dictado de otros y baila al son que le
tocan ciertos personajes extranjeros.
Mientras nos referíamos a la disputa ideológica, hemos
pasado rápidamente sobre la impugnación china en rela
ción con la política soviética de coexistencia pacifica, acer
ca de la cual es de preguntarse si no va acompañada de
un acercamiento de la U.R.S.S. a los Etados Unidos. Al
gunos se han atrevido a hablar del eje Moscú-Washington;
otros, más prudentes, ven la U.R.S.S. como una tercera
fuerza entre Norteamérica y China. El tratado de Moscú
parece confirmar tales perspectivas.
Opinamos que estas interpretaciones son por lo menos
prematuras; pues la diferencia entre guerra fría y coexistencia pacífica es bastante sutil, y el vocablo apacigua
miento ha sido pronunciado demasiado pronto.
LAS
RzLAcI0NE5
AMERIcANo-sovIÉTICAs
No hace mucho tiempo, las teorías sobre la guerra ex
puestas por Krustchev eran muy semejantes a las que los
chinos sustentaban y siguen sosteniendo. Krustchev recha
zó la tesis Malenkov según la cual una guerra termonu
clear siguificaría el suicidio colectivo de la humanidad, sos
teniendo, por el contrario, que una guerra de esta índole
desembocaría en la aniquilación del capitalismo. ¿No acabó
por provocar en Cuba a los americanos?
Pero tales propósitos y actitudes pertenecen al pasado.
Después, los soviéticos han suscrito el tratado de Moscú
y hecho las paces con Tito, vienen facilitando cada vez
más el desarrollo del comercio internacional, han mani
festado ostensiblemente una efusiva cordialidad hacia los
negociadores americanos y declarado por último, sus in
tenciones moderadas en la asamblea de la O. N. U.
La verdad es que Krustchev se encuentra perplejo entre
las consecuencias del incremento industrial de la Unión
Soviética y las transformaciones conseçutivas de la socie
dad rusa, por una parte, y la actitud de los países capita
listas desarrollados, por otra.
La industrialización soviética produce elevación del nivel
de vida y un deseo general de mayor bienestar, que hace
menos soportables los sacrificios que impone el gran es
fuerzo encaminado a la fabricación de armamentos. Ade
más, la economía soviética continúa acusando grandes
fallos, sobre todo en el aspecto agrícola. En fin, la desco
lonización acrecienta las responsabilidades internacionales
de la U.R.S.S. y sangra sus recursos por el canal de la
asistencia técnica.
Las circunstancias señaladas últimamente explican la
considerable compra de trigo canadiense y americano.
Estas insólitas transacciones comerciales alcanzan canti
dades jamás igualadas.
Pero aún hay más: Krustchev tiene enfrente países capi
talistas que no parecen estar convencidos de que la desapa
rición de su respectivo régimen económico y social sea
inevitable. La moral de los países occidentales ha venidc
subiendo paulatinamente en los años posteriores a 194
por efecto de su prosperidad económica. Aspiraciones in
ternas a la paz y al bienestar, producciones deficientes en
Rusia y firmeza de Occidente, son pues los factores que
Nikita debe combinar con su convicción profunda de que
llegará un día en que el comunismo sepulte al capitalismo,
porque el dirigente soviético continúa estando muy segurc
de la superioridad intrínseca de aquel cuyo triunfo fina
no renuncia a favorecer, según parece. Pero vacila, contem
‘
:
poriza y tantea mientras encuentra los medios más ade
cuados para lograr el fin que realmente persigue.
La clave de tal actitud se halla sin duda en su réplica a
las aserciones chinas: «El imperialismo es quizá un tigre
de papel, pero con colmillos atómicos.» No cabe confesar
más francamente que el respeto a las naciones occidenta
les depende de la cuantía y calidad del armamento ató
mico; si éste llegara a faltar podríamos ser arrollados
impunemente.
En suma, Krustchev no renuncia eventualmente a favo
recer la tregua con dichas naciones, singularmente con los
Estados Unidos. Ahora bien: queremos subrayar de nuevo
que, a nuestro juicio, la diferencia entre guerra fría y co
existencia pacífica dista mucho de ser considerable, y que
la política krustcheviana constituye un compromiso ambi
guo entre una hostilidad profunda hacia el capitalismo y
determinadas contingencias que esa política debe tener muy
presentes. Es cierto que la ambigüedad señalada no im
pide una evolución positiva tendente a un apaciguamiento
más real y duradero, pero ahora nos hallamos todavía
lejos de este final.
El análisis de los discursos pronunciados por Gromyko
y Kennedy en el acto de apertura de las últimas sesiones
otoñales de la O. N. U. sirve para poner de manifiesto que
las posiciones americanas y soviéticas permanecen inva
riables.
El tránsito a una situación pacífica y verdadera es fun
ción de dos condiciones: el arreglo del problema alemán
y el alivio sensible de la guerra ideológica.
Con respecto al primero de dichos dos extremos, existe
entre la U.R.S.S. y Norteamérica un desacuerdo sobre la
cuestión alemana.
Desde hace unos diez años, las dos tesis en pugna se
mantienen inmutables: los occidentales, solidarizados con
el criterio de la República Federal, opinan que Alemania
tiene que ser reunificada de acuerdo con el principio de
autodeterminación de los pueblos, hecho real y patente
por medio de elecciones libres, y que la República Orien
tal, opuesta a ese principio, no es más que un ente ilegí
timo llamado a desaparecer cuando la reunificación se
produzca.
Para los soviéticos existen dos estados alemanes sobe
ranos y legítimos: la República Féderal y la Oriental. La
reunificación sólo puede resultar de la confederación de
los mismos. Los occidentales habrán de reconocer la Ré
pública Oriéntal y suscribir tratados de paz con una y otra
Alemania o con la Alemania reunificada al gusto soviético.
Las proposiciones de Moscú son bastante tentadoras para
los Estados Unidos. Significan la consolidación jurídica
del statu quo, y neutralizar de hecho las dos Alemanias
instándolas a que resuelvan por sí mismas el problema de
su reunificación, que ni soviéticos ni occidentales—excepto
los alemanes—desean de verdad.
Pero el espíritu ideológico del conflicto es contrario a
un arreglo pacífico. Según los soviéticos, un régimen co
munista es legitimo por el mero hecho de ser comunista,
aunque tenga en el terror su base y su sostén. Para los
occidentales, la legitimidad se adquiere luego de aplicar el
principio de autodeterminación de los pueblos, en virtud
de lo cual, todo convenio sobre Alemania requiere que
sean los propios alemanes quienes lo aprueben y ratifi
quen. Pasar por otra cosa no solamente supondría un ol
vido de los principios que hay propósito firme de defender
aunque este último no evite el reconocimiento de otras
democracias populares, sino, lo que es más grave, impli
caría una traición de los aliados a los alemanes del Oeste
que, por consecuencia, podrían intentar la reunificación
entendiéndose directamente con los soviéticos.
Por otra parte, la prosecución de la guerra ideológica
impide o, en el mejor de los casos, retrasa la llegada del
apaciguamiento, porque aquélla envuelve las relaciones
entre Estados en una atmósfera de desconfianza y temor,
creando además un clima contrario al libre cotejo de doc
trinas, obstáculos a la liberación artística, a la difusión de
las ideas occidentales y la lucha antirreligiosa.
Mientras los comunistas utilizan a fondo el marco jurí
dico occidental y la libertad de expresión para atacar desde
el interior y desde fuera a los regimenes capitalistas, los
Estados del bloque soviético—y China—se esfuerzan cuanto
pueden en inmunizar la opinión pública de sus pueblos
respectivos contra todo contagio de signo occidental. Este
es el sentido que debemos dar a la tesis soviética sobre
no injerencia en los asuntos internos de otra nación. La
disimetría que en lo tocante a libertad de opinión existe
entre los regimenes capitalista y marxista no ha hecho
más que atenuarse débilmente durante la era krustchevia
na. ¿Cuántos comunistas, cuántos soviéticos están dispues
tos a admitir que la U.R.S.S. ha cometido los mismos
graves pecados de que ésta culpa a los Estados Unidos?
Es decir: colonialismo, porque es colonialismo comprar
carbón polaco a la décima parte del precio mundial; im
perialismo, porque imperialista es quien se anexiona terri
torios polacos y rumanos y, además, impone el imperio
soviético en Siberia; racismo, porque prueba concreta y
fehaciente de racismo es la presencia de un gran número
de judíos entre los condenados por delitos económicos.
(Continuará en otro número).
ElstalinismoenlaU.R.S.S.
Por Leo MOULIN, profesor en Brujos deí CoÍegio de Luropo. De Ío pubúcoción lronceia
«Revue Militoire Generale». (Troduccióndel Generol de División Enrique GALLEGO VELASCO.)
Se habla mucho de la eliminación del stalinismo. Es ver
dad que se dan a conocer ciertos hechos que hubiesen
sido inconcebibles en tiempo del viejo déspota georgiano,
pero ello no es razón suficiente para creer en la liberaliza
ción del régimen y menos aún en la democratización del
mismo, pues le verdad es que subsiste el totalitarismo
soviético de los tiempos de Lenín. El error proviene de
que el stalinismo se confunde con el terror sistemático
utilizado por Stalin o con los aspectos patológicos de su
carácter y no encontrando estos trazos en el régimen ac
tual, la opinión deduce falsamente que el régimen ha cam
biado. Contrariamente a lo que afirman los comunistas
strictoris obsenvantiae, que no ven en el stalinismo más
que una desviación inexplicable, un accidente histórico sin
ninguna significación, el stalinismo no es ni una cosa ni
otra, sino la lógica consecuencia y el pleno desarrollo del
leninismo, adaptado a las condiciones o circunstancias de
la fase de industrialización de la década 1930-40.Stalin
heredó de Lenin un partido centralizado monolítico y mo
nopolista; un Estado de partido único, un régimen de vio-
67
lencias sin el adecuado freno de la persuasión; con un
dogmatismo enraizado en las ramas industriales necesa
rias a la potencia del Estado, con una estricta economía
de subsistencia para la masa de productores, una agricul
tura enteramente estatificada y «colectivizada», uná cultura
regimentada con el monopolio de todos los medios de ex
presión y de comunicación; y con una doctrina infalible,
interpretada y aplicada por un partido conducido por una
minoría y un jefe, igualmente infalibles.
Krustchev ha recibido de Stalin el mismo sistema polí
tico-econópico. Su sistema ideológico ‘y político es el
concebido por Lenín y desarrollado por Stalin, con los
mismos objetivos y la misma estrategia, aunque con las
variantes tácticas adaptadas a la época presente, a las
condiciones de una sociedad industrial moderna, en la era
do las armas nucleares y de la descolonización. El krustche
vismo es el leninismo sin el genio de Lenin y el stalinismo
sin la demencia y los métodos de Stalin.
Ante el embeleso de los cándidos, K. ha declarado que
Stalin era un marxista consagrado a la causa de la revo
lución y que él había defendido las posiciones leninistas
frente a toda clase de oposiciones, como los troskistas, los
partidarios de Zinoviev y de Bukarine y los nacionalistas
burgueses. A su juicio, Stalin es un buen discípulo de
Lenin como él mismo pretende serlo y que la fidelidad
del partido a los postulados de Lenin no es sino un intento
de legitimar la larga participación en los crímenes de
Stalin y el índice de una mala conciencia colectiva de los
actuales dirigentes. Por ello, los cambios que parecen pro
ducirse en la sociedad soviética están aún lejos de anun
ciar una verdadera liberalización del régimen y menos
todavía una democratización del mismo, pues el partidó
conserva su dominio totalitario sobre la vida de la U.R.S.S.
y hasta en ciertos casos y sectores de la vida social, ha
aumentado su influencia. En efecto, según las penosas ex
periencias de 1956 se han recongelado los movimientos
artísticos, literarios y científicos, cuya libertad de expre
sión amenazaba su potencia y su monopolio. El 8 de marzo
de 1963, Krustchev lanzó una serie de «ukases» contra el
arte abstracto, contra Ylya Ehrenbourg, contra la música
dodecafónica, etc., presagiando graves peligros para los
artistas que no estén en la línea del partido.
Krustchev ha declarado que no era cuestión de estable
cer la coexistencia pacifica de las ideologias socialista y
burguesa, que su posición era la de hostilidad intransi
gente al arte abstracto, al formulismo y a toda otra desna
turalización burguesa, que en la sociedad comunista no ha
bía libertad absoluta y que el arte era patrimonio de la
ideología (citando a la Internacional, como modelo para la
misma) «si un artista come el pan del pueblo, debe obe
decer a los conductores del pueblo, o sea a los jefes del
partido». En 1962 los premios Lenin fueron dados, como
de costumbre, a los serviles y no a los de más talento.
¿Hubiera Stalin obrado de otra manera? Seguramente no.
Cierto que su odio monstruoso a todas las formas de
superioridad le hubieran llevado sin duda a liquidar físi
camente a los que hubieran intentado escapar a su con
trol, pero esta conducta del viejo tirano no define sola
mente al stalinismo. Un totalitarismo sin paranoia o sin
campos de concentración sigue siendo un totalitarismo,
manifestado en la presión violenta ejercida contra los
escritores o los artistas que no estén en la línea del par
tido, el terrorismo ideológico que se abate sobre los des
viacionistas y la manera con que los comunistas de Occi
dente conciben los contactos con los no comunistas, son
pruebas de que el «neo-stalinismo» actual sigue siendo
totalitario.
Análogamente se conduce con los historiadores.. Las edi
ciones sucesivas de las «Enciclopedias y de la Historia
de la U.R.S.S.» eliminan ciertos aspectos del stalinismo, tra
tando de rehabilitar a ciertas de sus víctimas, utilizando
sin escrúpulo alguno el escamoteo de los hechos y docu
mentos, la mentira, la preterición y la injuria.
Aminorar el papel de Stalin en la batalla de Stalingradó
(nombre sustituido por el de Volgogrado, por orden de
Krustchev) para exaltar la participación del actual jefe
del Kremlin, es pura tradición staliniana, como también
lo es el modo de liquidar políticamente a los miembros
del grupo anti-partido, acusándoles de haber participado
en las grandes matanzas de los años 30 y el no aceptar
las circunstancias atenuantes de la edad y de los servicios
prestados al partido a todo lo largo de sus vidas.
En cuanto a la educación del pueblo, si bien es cierto
que se han hecho numerosas reformas, algunas fundamen
tales, no es menos cierto que continúa el adoctrinamiento
de la juventud, debiendo todas las escuelas soviéticas con
sagrar a ello un curso básico del marxismo leninista más
ortodoxo. A pesar del viraje coexistencialista de los últi
mos años, nada tiene que ver con una sincera voluntad
de paz y menos todavía con la repuncia de la conquista
revolucionaria del mundo libre. Desde la desaparición de
Stalin ha aumentado el número de «crímenes» penados
con la muerte, sobre todo desde que en 1962 cinco decre
tos del presidente del partido restablecieron dicha pena
para siete categorías de delitos castigados antes con penas
inferiores a la capital, aplicada incluso con efectos retroac
tivos.
La pretendida desestalinización que no se dirige más que
a eliminar los aspectos más monstruosos del régimen, es
labor de los experimentados que utilizan la mayoría de los
procedimientos de aquella época, para eliminar a sus riva
les, tan stalinistas como ellos.
De modo análogo, los partidos comunistas buropeos
siguen uno tras otro la tesis coexistencialista de Krustchev,
atacando sincrónicamente y con los mismos argumentos,
al «dogmatismo esterilizante de Pekín» y excluyendo a los
chinos de sus filas, sin contemplación alguna. Krustchev
sabe de sobra que, bajo pena de perecer, el partido no
puede ser el único mantenedor del régimen. Con apenas
el 5 por 100 de la población, el partido es el único que
tiene el derecho a definir lo ortodoxo de lo que no lo es,
como define el desviacionismo y el dogmatismo. Aprisio
nado en su propia estructura stalinista y dogmática, no
puede ceder a las aspiraciones sociales del pueblo sovié
tico. El recuerdo de Budapest, donde el partido húngaro
fue barrido en unas horas, es enormemente aleccionador.
Pero no por ello la opinión pública está congelada y en
silencio. El partido sabe que la U.R.S.S. está socavada por
profundas corrientes económicas, políticas y sociales, con
una opinión pública que jamás aceptaría los sufrimientos
de la época de Stalin, de hace veinte o veinticinco años.
Krustchev sabe que los campesinos no han renunciado a su
lucha por la propiedad privada, por lo que ha de arrojar
lastre en su favor, si el régimen quiere superar el gollete
del estrangulamiento de la paralización agrícola. Sabe tam
bién que el ritmo del crecimiento económico se retrasa,
siendo preciso vencer la resistencia y la inercia obrera
para alcanzar las normas proyectadas y aumentar la pro
ducción de bienes de consumo. En la sociedad soviética
actual existen las clases; cuyas distancias y diferencias son
mayores que en Estados Unidos, y por último sabe Krust
chev que cínica, snobista o arribista, la actual juventud
rusa escapa cada vez más a su control, que añora las
diversiones, leen las obras de Djilas y de Boulatovitch
(autor del Cok rouge), que la democratización de los estu
dios está lejos de la realidad y que la rebelión de los espí
ritus está viva y latente, por lo que nunca podrá hacerse
el proceso doctrinal del stalinismo, que sería el de su
propio sistema de gobierno. Nunca podrá dejar de ser un
fiel discípulo de Lenin al modo que lo permitan estos años
60 y haciendo por tanto imposible la liberalización que
arrastraría consigo una verdadera descomposición del ac
tual régimen.
Y no son Evtouchenko ni Andres Vosnessenski quienes
nos hagan variar de opinión. Guerrilleros del nuevo caba•
lb de troya soviético, ambos llenan insconcientemente
el papel de embajadores del «liberalismo» moscovita. Cier
to que es importante que un Evtouchenco o un Vosnes
senski puedan manifestarse y existir en la propia U.R.S.S.
(Pasternak no logró tal favor) y muy de señalar que la
U.R.S.S. utilice sus «signos» más bien que su ideología
para seducir a Occidente, asi como que un Alejandro
Soljenitzine haya logrado publicar allí un relato titulado
La jornada de Ivan Dessinovitch, describiendo la vida co
tidiana de uno de tantos millones de forzados que agoni
zan en los campos stalinianos de Siberia, lo que prueba
que por violentos e inhumanos que sean los procedimien
tos usados por el comunismo desde hace medio siglo, no
se ha logrado por ello abolir y borrar las aspiraciones del
pueblo a la libertad de expresión, al puro y simple deseo
que anima en el corazón de todo ser humano, confirmando
lo que tantas víctimas del terror staliniano (Weissberg,
Alazán, E Campesino, Víctor Sergio, etc.), escribieron sobre
la existencia en la U.R.S.S. de campos de concentración,
en donde se extenúan y mueren millones de inocentes, cosa
hasta ahora negada por los comunistas del mundo entero.
Otra consecuencia se deduce y es que ni Evtouchenco ni
los escritores o pintores soviéticos que rehusan aceptar
las vulgares palabras del «realismo socialista)), no lo han
hecho sin estar protegidos por algún influyente personaje
o algún grupo potente. El hecho de su existencia muestra
hasta qué grado da sabiduría diabólica llegan los pensa
dores del Kremlin para adormecer al Oeste con la canti
nela del cambio de la ideología comunista. La autorización
para tales audacias pudiera obedecer también a una exi
gente presión de la opinión pública porque su revelación
pudiera favorecer a tal o cual «clan» o porque dada la
extensión del clamor público, sería peligroso y ridículo el
negarlo. Por todos estos motivos reunidos y por otras ra
zones aún desconocidas, es difícil desentrañar los móviles
profundos, que Boris Souvarine llama justamente «los
claro-oscuros del neostalinismo» y de comprender el alcan
ce de las incidencias que han marcado la lucha contra el
grupo anti-partido. La actual situación es parecida al es
tado de cosas anterior a los decretos de Jdanov de 1946,
en que reinaba igualmente cierto ((liberalismo» y al que
las autoridades comunistas pusieron brutalmente fin. Todo
es saber en qué medida a los actuales dirigentes del Krem
lin les interesa «jadonizar» de nuevo la producción intelec
tual y artística, hasta que las consecuencias del «deshielo »
obligue de nuevo a frenar brutalmente el anhelo de liber
tad de la nueva generación, que al ritmo de Echternach
(de tres pasos hacia adelante y dos hacia atrás), intenta
zafarse del soviet, aspirando a una sociedad más demo
crática y libre.
Informaciónmilitarextranjera
Extraído del «Boletín de información del E. M. C.» (mes de abril).
ORGANIZACION
científico y un secretariado de defensa. Esto facilitará el
trabajo en equipo de estos estados mayores militares,
científicos y administrativos, que intervendrán, conocerán
El Gobierno estudia un programa de defensa a largo y estudiarán los hechos más relevantes en que se basen
plazo que implicará cambios notables en las fuerzas de las decisiones de trascendencia.
defensa durante los próximos diez años.
Con ello se persigue la planificación, administración e
Se prepara la integración de los tres Ejércitos, empe investigación al más alto nivel. A pesar de esta centraliza
zando por sus estados mayores, dándoles nueva composi cióñ, se delegará amplia autoridad en los ministros de cada
ción y organización.
uno de los Ejércitos para su desenvolvimiento.
Las tendencias que se acusan son:
Bases de la política militar.—Los objetivos básicos son:
CUmplimiento de los acuerdos con la NATO y MORAD.
Mantener la seguridad del país.
Cuando concluyan estos compromisos, al final de los
Proteger los territorios británicos del exterior y de
años 66 y 67, estudio detenido de nuevas propuestas
aquellos países a quienes Inglaterra está ligada por
antes de comprometer el país en otros pactos.
medio de tratados.
Reducción de organismos de los tres ejércitos y uni
Contribuir a la defensa del mundo libre y a la evita
dades de reserva para compensar el aumento en el
ción de la guerra, clave fundamental de esta política.
coste de operaciones y mantenimiento.
Fuerza de disuasión independiente.—5e insiste en la nece
Reducción en la adquisición de aviones «F-104», ori
ginalmente preparados para operar con bombas nu sidad de disponer de una fuerza nuclear independiente. Con
cleares,y nueva organización de los escuadrones de tinuarán en servicio los bombarderos «V» y poco a poco
la misión de éstos pasará a los submarinos «Polaris».
aviación existentes.
Se prevé para un futuro próximo la entrada en servicio
Reducción del programa de adquisiciones de la Ma
del bombardero supersónico «TSR2».
rina.
Cancelación de diversos programas de armamento.
El objeto de todas estas reducciones es conseguir unas
ENSEÑANZA MILITAR
fuerzas armadas reducidas, pero dotadas de medios mo ALEMANIA
dernos y eficientes.
Se dispone de información (en la sección segunda de
nuestro Estado Mayor Central) sobre los siguientes cursos
INGLATzRRA
que se desarrollan en la «Escuela de Tropas de Com
Entre los aspectos incluidos en el «informe sobre defen bate II»:
sa» presentado al Parlamento inglés por el ministro del
Jefe de companía de carros de exploración.
ramo, figuran los siguientes:
jefe de batallón en sus modalidades de «infantería
Organización.—El acontecimiento más importante del
acorazada» y «carros».
presente año será la organización del Ministerio de De
Curso de aptitud para el ascenso a jefe. Objeto del cur
fensa bajo un solo ministro, que entrará en vigor el 1 de so. Seleccionar a los futuros jefes. Se da más valor a las
abril próximo. Se creará un estado mayor de la defensa, condiciones personales que a los conocimientos teóricos
que trabajará en íntima colaboración con el estado máyor profesionales.
CANADÁ
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
Perfeccionar los conocimientos militares.
Dar al futuro jefe un concepto claro de su misión.
Participantes: capitanes de todas las Armas y servicios
seleccionados por el departamento de personal.
Duración: dos meses.
Plan de estudios:
Táctica (incluidos servicios).
Moral y cuestiones de personal.
Administración militar.
Educación física.
Ejercicios prácticos de enseñanza.
Visitas, conferencias.
Reparto del tiempo: la enseñanza (5 horas de clase) se
dedica normalmente a clases y la tarde a conferencias,
estudio o deportes.
A cada una de las asignaturas de táctica y moral se
destinan 100 horas de clase. No se hace examen final y
se procura que los participantes intervengan oralmente
con la mayor frecuencia posible para que demuestren sus
conocimientos profesionales y sus condiciones personales
con objeto de estimularlos y calificarlos adecuadamente.
—
—
instrucción militar e instrucción física que facilite su
labor durante el curso después de ingresados.
Enseñanza: Se dispone también en la segunda sección
del correspondiente programa de materias.
FRANcIA
—
—
—
—
—
—
Según un comunicado del Ministerio de los Ejércitos de
Francia, para el curso que dará comienzo el 1 de octubre
de 1964 habrá más plazas en las escuelas militares prepa
ratorias de Aix-en-Provenoe, Autun y Andelys.
Estos establecimientos de enseñanza preparan a sus alum
nos para el bachillerato, terminado el cual pueden pasar al
«Prytanée Militaire» de La Fléche, donde se preparan para
el ingreso en las grandes escuelas militares (Politécnica,
Sait-Cyr, Escuela Naval y Escuela del Aire).
TURQUÍA
La comisión de defensa de la gran asamblea nacional
turca está estudiando un proyecto de ley sobre las aca
demias de guerra. Según el proyecto, éstas serán las tres
ESTADOSUNIDOs
siguientes, con un mando único y una sola dirección de
los cursos:
Se ha establecido en Washington un Instituto de Calcu
De Estado Mayor: Para los primeros tenientes antiguos
ladores del Departamento de Defensa con el fin de propor y capitanes con un año de efectividad, de las fuerzas de
cionar orientación y conocimiento de estos instrumentos tierra, mar y aire. El período académico será de dos años.
a jefes superiores militares y civiles del departamento.
Los graduados recibirán el título de ((Oficiales de Estado
Se celebrarán este año dos cursos y se dedicará especial Mayor)) con dos años de antigüedad, después de superados
atención a la instrucción práctica con grandes calcula con éxito uno o dos años de entrenamiento en cuarteles
dores para conseguir una mejor comprensión de su capa generales.
óidad y limitaciones.
De Estado Mayor conjunto: Para los comandantes y te
Continuando la política centralizadora del Departamento nientes coroneles de Estado Mayor de las fuerzas de tierra,
de Defensa, se ha creado una escuela para enseñanza de mar y aire. Período académico de un año. Los graduados
todo lo referente a información para todas las fuerzas de recibirán la capacitación oficial para funciones de Estado
la defensa, bajo la dirección del Ejército de Tierra.
Mayor conjunto y un año de antigüedad.
Se establecerá de momento en Fort Slocum (Nueva
De Defensa Nacional: Para coroneles y generales de bri
York), y en julio de 1966 se trasladará definitivamente a gada de los tres ejércitos y también para personal civil
Fort Benjamín Harrison (Indianápolis). Se espera que el •con diez años por lo menos de servicios al Estado. Período
primer curso, al que asistirán oficiales de los tres ejérci académico de un año. Los graduados serán especialistas
tos, dé comienzo a primeros de julio próximo. La direc en la cuestiones de defensa total.
ción corresponderá a un coronel del Ejército de Tierra,
pero el profesorado será de todos los ejércitos.
Las materias de los cursos comprenderán, entre otros,
INSTRUCCION
principios de información, estudio y redacción de noticias,
fotografías periodísticas y programas y dirección de radio ALzMANIA
y televisión.
Los primeros voluntarios de la reserva territorial serán
Escuela preparatoria para ingreso en la Academia Mili llamados próximamente para efectuar un ejercicio de fin
tar.—Localización: Fort Belvoir, Virginia.
de semana.
Misión: Instruir y preparar a los candidatos a ingreso
Tomarán parte unos 3.400 hombres de los 5.000 presen
en la Academia.
tados, aunque no se ha logrado alcanzar la cifra de 10.000
Alumnos: Militares en servicio perteneciente a los ejér prevista para 1964.El mínimo imprescindible para cumplir
las misiones asignadas a estas fuerzas se estima en 60
citos de tierra y aire.
Condiciones de ingreso: Análogas a las exigidas para in batallones en el año 1966.
La jefatura de la defensa territorial se ha quejado de las
greso en la Academia y publicadas en el Resumen Mensual,
número 13, de la segunda sección del Estado Mayor central, dificultades que han puesto muchos empresarios, e incluso
debiendo sufrir un examen previo para determinar si po autoridades gubernativas, para el alistamiento de sus em
drán, intelectualmente, asimilar las enseñanzas del curso. pleados como reservistas voluntarios.
Haberes: Seguirán percibiendo los que correspondan a
su empleo.
ESTADOS UNIDos
Divisas: Los alumnos solamente ostentarán las de su
empleo cuando estén fuera de la Academia.
Durante los días 17 al 30 del próximo mes de mayo
Curso: Se divide en dos partes:
tendrán lugar las mayores maniobras militares norteame
Preparatoria: desde mediados de agosto a mediados ricanas desarrolladas en el país desde el año 1955.
El lugar elegido es el desierto de Mojave, enclavado entre
de enero. Durante ella, los alumnos son preparados
los estados de California, Arizona y Nevada y que! com
para superar el examen de ingreso.
Avanzada: Desde el final de la anterior hasta el mes prende una extensión de 320.000 kilómetros cuadrados.
El ejercicio se denominará «Desert Strike».
de mayo. Se proporciona a los alumnos enseñanzas,
-
Los efectivos que tomarán parte ascenderán a 100.000
hombres entre fuerzas del Ejército de Tierra y del Aire.
Participarán unidades de carros de combate, de infantería
y reservistas (incluyendo dos brigadas de la Guardia Na
cional), así como escuadrones de caza y aviones de trans
porte de personal y carga general.
El mando del Ejército recaerá en el general jefe del
«Strike Command».
El Departamento de Defensa de los Estados Unidos ha
anunciado que 6.800hombres de las fuerzas armadas, inclui
da una brigada de paracaidistas, tomarán parte en un
ejercicio conjunto en Irán con las fuerzas persas, que se
desarrollará entre los días 12 y 15 del próximo mes de
abril.
En el ejercicio participarán 88 aviones de gran radio
de acción, de transporte; 36 cazas a reacción y una pe
queña fuerza naval que incluye dos destructores, un buquenodriza de hidroaviones y una compañía de marines.
BÉLGIcA
El Gobierno belga tiene planteado el problema de la ad
quisición de un carro de combate para su ejército.
En el proyecto, que está a punto de pasar al Consejo
de Ministros para decisión, se contienen argumentos a f a
vor del «AMX-30»y la proposición francesa de coprodu
cirlo en Bélgica con participación de la industria belga.
También juegan los argumentos en favor del «M-60A.I.»
norteamericano, que son:
La entrega podría comenzar inmediatamente y estar
terminada antes de últimos de 1965: en cambio, los
carros franceses no estarían disponibles hasta do
años después.
El precio, de 161.238dólares (9.674.280pesetas) es casi
la mitad que el del francés.
La producción de estos carros en los Estados Unidos
está asegurada hasta 1968; la generación siguiente no
se fabricará antes de 1970.
Finalmente, Washington ha ofrecido a Bruselas el de
recho de fabricar para Bélgica y para la venta a otros
países la munición americana del carro, lo que per
mitiría recuperar casi la totalidad del precio de
compra.
—
—
—
—
PERSONAL
ARGENTINA
Se han reglamentado las condiciones por las que un pa
ciente militar, en situación de activo o retiro, o sus fami
liares con derecho a asistencia médica, pueden ser enviados
a establecimientos asistenciales de los Estados Unidos;
EsTADos UNIDOS
Los efectivos de las fuerzas de defensa norteamericanas
en 31 de enero último, eran los siguientes:
Ejército962.188
Marina663.975
Marines190.179
Aviación868.370
Total2.684.712
FRANCIA
Ha sido reglamentada en Francia la posibilidad que se
ofrece a los estudiantes para cumplir una parte del tiem
po de su servicio militar mediante el desempeño en el
extranjero de una función de enseñanza.
Pueden acogerse a este sistema los bachilleres universi
tarios con experiencia en tareas docentes, los titulares de
licencias de enseñanza o certificados de aptitud pedagógi
ca, los diplomados de escuela normal y titulares de los
cuadros de la educación nacional.
ARMAMENTO MATERIAL EQUIPO
-
-
ESTADOSUNIDOs
Oficialmente se ha revelado que este país ha fabricado
en secreto un caza a reacción denominado «A-li», que
desarrolla
una velocidad de 3.200 kilómetros a la hora y
puede evolucionar a alturas superiores a los 21 kilómetros.
Existen actualmente en vuelos de pruebas once o doce apa
ratos de esta clase.
Se ha revelado la existencia de un nuevo proyectil diri
gido contra carro en fase de desarrollo técnico para tropas
de infantería.
La nueva arma es conocida por la sigla TOW (disparado
por tubo, seguido ópticamente,
guiado por alambre). Al
salir el proyectil del tubo se desenrollan dos hilos alám
brioos del espesor de un cabello, por medio de los cuales
se transmiten
las señales electrónicas de dirección.
Consta de dos períodos de propulsión, con dos motores
independientes:
uno que lanza el proyectil hasta una cierta
distancia para seguridad del tirador y otro que continúa
la impulsión hasta el objetivo.
El nuevo proyectil proporcionará
un importante incre
mento en potencia de fuego a la infantería debido a su
potente fuerza explosiva y gran precisión. Es posible que
sustituya al ENTAC y al CSR de 106 milímetros.
Ha hecho su aparición el fusil «Laser», nuevo tipo que
lanza intensos rayos de luz y que puede tener aplicaciones
militares
y civiles. Puede inflamar objetos, detonar explo
sivos, cegar temporalmente
a una persona y ser empleado
como instrumento
de navegación y para medición de dis
tancias.
ALEMANIA
El tercer prototipo del avión de transporte franco-alemán
«Transall C-160»--—que
ha sido adoptado para las fuerzas
paracaidistas de los dos países—ha cumplido satisfacto
riamente todas las condiciones técnicas requeridas. La pro
ducción en serie empezará en la próxima primavera.
INGLATERRA
Gran Bretaña ha comprado a Italia 50 helicópteros lige
ros «Augusta-Beli 47 G», así como la licencia para la fa
bricación
de otros 100 en Inglaterra.
Estos aparatos están destinados al Ejército de Tierra.
Desarrollode
laactividadespañola
Breve resumen de noticiasrecogidasen el mes pasadoen diversaspublicaciones.
Tenient
Coronel de IntendenciaJosé REY DE PABLO-BLANCO,profesorde la EscuelaSuperio
del Ejército.
LA INFRAESTRUCTURA ECONOMICA
DE ESPAÑA
lo largo de nuestra historia no se nos han presentado
problemas por falta de ((espacio vital)), comp los han te
nido, y los tienen, otras naciones de nuestro continente,
La nación española ha entrado en el presente año 1964 en especial las seis que componen el Mercado Común.
en la etapa económica más interesante de su historia. Se
Situación
geogrdfica.—Consideremos
esa situación a lo
inicia esa etapa con la puesta en marcha del Plan de Des
largo de la historia y sus probables derivaciones en el
arrollo Económico y Social, trazado para reglar la conducta
futuro.
económica del Estado español durante el cuatrienio 1964-67
Una ojeada al mapa de Europa pone de relieve que la
y orientar la de los particulares durante el mismo período.
Península Ibérica ocupa el extremo suroriental del conti
Pero nunca podrá comprenderse
bien la actividad espa
nente, con costas bañadas por los mares en cuyas riberas
ñola en el campo de la economía si no se presta la debida
han florecido las dos civilizaciones más brillantes que ha
atención al escenario sobre el que la acción tiene lugar y a conocido la humanidad, la clásica, en el Mediterráneo, y
los actores que la encarnan. Es decir, lo que se conoce con la industrial, en el Atlántico Septentrional.
el nombre de infraestructura
económica.
Recordemos que la cuna de la civilización se sitúa en el
Entendemos,
pues, que es conveniente para los lectores
Mediterráneo
oriental, en el espacio conocido por el ((Cre
de EJÉRcITO disponer de una información que les consienta
ciente Fértil)) y que se extiende hacia el oeste por sus
conocer las bases infraestructurales
de que parte el mencio
orillas europeas y africanas y saltando de isla en isla y
nado Plan de Desarrollo. Tal conocimiento les permitirá
de costa en costa.
formar sus propios juicios, sobre muchos de los fenómenos
El impulso occidental de la civilización, la condujo f aeconómicos que han de presenciar en los próximos años.
talmente a nuestra Península, que pronto empezó a recibir
Se conoce con el nombre de infraestructura
económica de sus beneficiosos influjos, sacando a sus habitantes
de la
una comunidad humana a las bases físicas sobre las cuales oscuridad
de los tiempos prehistóricos.
vive y actúa tal comunidad. La infraestructura
está integra
Ese temprano despertar de nuestros remotos antepasa
da por los siguientes factores:
dos, ha proporcionado
a sus descendientes una madurez
—
Extensión superficial.
intelectual
de la que carecen otros pueblos incorporados
a la civilización con posterioridad.
Pero esa gran ventaja
—
Situación geográfica.
tiene su contrapartida
desventajosa:
las riquezas natura
—
Orografía.
les de nuestro suelo y subsuelo llevan explotándose
con
—
Subsuelo.
intensidad
desde hace varios milenios, lo cual ha provo
—
Suelo.
cado un empobrecimiento
de la fertilidad natural de nues
—
Clima.
tras tierras, el agotamiento de algunas especies minerales
—
Hidrografía
y
y la merma de otras.
—
Población.
En relación con la posición actual de España en el
El orden en que aquí figuran no es caprichoso, pues cada
mundo, se puede afirmar que ocupa un lugar marginal
uno de ellos es influenciado por el que le precede y condi
ciona en cierta medida al que le sigue. Veamos cuáles son con respecto a los países de mayor actividad cultural y
las características más salientes en España de cada uno de económica, situados en ambas orillas del Atlántico norte.
Pero en un futuro, quizás no tan lejano como pueda
esos factores.
parecer,
el día en que el continente
africano ponga en
Extensión superficial.—La extensión superficial de un país
éxplotación
sus inmensas riquezas, nuestro país ocupará
es, por lo general, consecuencia de un largo proceso histó
una posición central entre las naciones más activas, con
rico, que para cada etapa se ha concretado en cierto espacio
geográfico delimitado por unas fronteras. Cualquiera que todas las ventajas que se derivan de las grandes posibili
dades que proporciona una posición tan privilegiada.
sea la índole de tales fronteras, en gran medida son el resu]
Por último la situación geográfica influye en el clima,
tado de la actividad política, durante muchas generaciones,
como veremos más adelante.
del pueblo que vive dentro de ellas.
Es evidente que, la mayor o menor superficie de un país,
Orogra/ía.—El relieve del suelo desempeña un papel cla
influye sobre el resto de los factores infraestructurales
y ve en la vida de una nación. De él depende, el clima gene
que, a mayor extensión, son mayores las posibilidades que ral y local; la agricultura;
la habitabilidad
del territorio;
tiene de actuar el grupo humano que contienen. No es la localización industrial;
las mayores o menores posibi
lidades de comunicación
entre los grupos humanos que
casual que los dos colosos que simbolizan la actividad hu
mana en el mundo actual, sean dos gigantes en cuanto a la lo habitan; la existencia de puertos naturales y el caráctet
extensión superficial; nos referimos a los Estados Unidos y de los habitantes.
a Rusia. Tampoco es casual que los que empiezan a desta
El factor orográfico coloca a España en una situaciór
francamente
desfavorable. Es el segundo país de Eürops
car como potencias de primera magnitud en un futuro leja
no: China, India y Brasil, sean también naciones de pro
en altitud media (el primero es Suiza).
porciones colosales.
La habitabilidad de las comarcas resulta muy influencia
En relación con España, y por lo que se refiere a la ex da por el relieve; ni las grandes alturas ni las fuerte5
tensión del territorio peninsular e islas adyacentes, su super
pendientes
son compatibles con la existencia de grandes
grupos humanos a consecuencia del extremado clima fn
ficie es de medio millón de kilómetros cuadrados (exacta
mente, 504.747,8) de los cuales el 97,5 por 100 es continental
vernal, de la dificultad que el terreno presenta al movi
y el 2,5 por 100insular. Dentro de los países que componen
miento y la escasez de recursos naturales para sustentax
la Europa occidental, España ocupa el segundo lugar por la vida. Sólo hasta los 400 metros de altitud, llegan las
zonas de los buenos cultivos. Las instalaciones
industria
extensión;
sólo precedida ahora por Francia, que mide
les requieren unas condiciones que no se dan en las regio
unos 551.000 kilómetros cuadrados en su parte metropo
nes montañosas. Los gastos correspondientes
a primera
litana. En cuanto nación europea, España se encuentra
entretenimiento
y explotación de las comuni
favorablemente
dotada del factor superficie. En efecto, a instalación,
72
caciones son muy superiores en los terrenos accidentados
que en los llanos.
Si con estas ideas de tipo general evocamos el mapa
de España, podremos recordar que una serie de sistemas
montañosos encuadran el territorio peninsular por el nor
te, este y sur. Y que todavía, el espacio así encuadrado
está compartimentado por tres cordilleras que se extien
den, más o menos de levante a poniente. Subcordilleras,
contrafuertes y nudos montañosos terminan por compli
car ese relieve caótico.
El resultado se refleja en el siguiente reparto de la
superficie nacional por altitudes.
Zonas
de altitud
De O a 200 metros
De 200 a 400 metros
De 400 a 600 metros
De 600 a 800 metros
De 800 a 1.000 metros
De 1.000 a 1.200 metros
De 1.200 a 1.600 metros
De 1.600 a 2.000 metros
De 2.000 a 2.500 metros
De 2.500 a 3.000 metros
Más de 3.000 metros (omisiones)
% del territorio
_____________
15’—
17’—
206
18’—
92
63
15
06
03
1’—
___________
Total
100
—
De aquí resulta que únicamente 25,5 por 100 de la super
ficie de España está incluida en la zona de los buenos cul
tivos, lo que explica la debilidad de nuestra agricultura,
también efectuada por otros factores adversos.
Más adelante, al tratar de la población, y su distribución
en el espacio, veremos también cómo influye la altitud en
tal distribución y en la localización industrial.
Toda la parte interior de nuestro país se encuentra sin
fáciles comunicaciones con la costa septentrional, oriental
y meridional a causa de las cordilleras que se extienden
próximas a ellas. Iinicamente por la parte occidental el
relieve es favorable a las comunicaciones, pero una fron
tera política, la hispanoportuguesa, se encarga de anular
parciamente esa ventaja.
Las mismas barreras montañosas costeras impiden que
lps aires cargados de humedad procedentes del Cantábrico
y del Mediterráneo tengan acceso a la zona central. Y cuan
do no existe tal barrera, como ocurre con la parte occi
dental, un fenómeno meteorológico, el anticiclón, casi per
manentemente situado sobre las Azores, se encarga de
desviar las borrascas atlánticas, por lo que tales borras
cas sólo alcanzan a regar, la mayoría de las veces, la re
gión gallega y el litoral cantábrico.
Tan fuerte compartimentación del territorio nacional ha
hecho que durante siglos los núcleos humanos dentro del
país hayan vivido en la ignorancia unos de otros. Esto ha
influido en el carácter español, fomentando el cantonalis
mo y el regionalismo en la política y el individualismo en
lo social.
La circunstancia de que las cordilleras corran próximas,
pero no inmediatas, a las costas es causa de que nuestro
litoral tenga escasos puertos naturales y, en consecuencia,
la instalación y conservación de los puertos españoles
absorbe considerables recursos económicos.
Por todo lo dicho, el costo del transporte en España,
por persona, o tonelada, kilómetro, resulta muy superior
a la media europa.
Para resumir en qué medida nos es desfavorable el fac
tor orográfico, vamos a dar alguna de las cifras presen
tadas por una delegación española en un reciente congreso
internacional celebrado en Madrid. Según los autores de
tal trabajo, el relieve físico del país reduce la superficie
habitable en buenas condiciones a 21&000kilómetros cua
drádos, menos de la mitad de la superficie nacional, en la
que existen unos 90.000 kilómetros cuadrados que no son
habitables. Agregan tales autores, que si la parte ocupada
por las cordilleras, las ocupase el mar, España resultaría
un archipiélago, al estilo del japonés, donde podrían vivir
sesenta millones de españoles en la abundancia. Esto es
lo que, hasta ahora, ha impedido nuestro sistema orográ
fico, pero al que, con el ingenio y el esfuerzo de los espa
ñoles, se llegará a dominar.
Subsuelo.—De la naturaleza del subsuelo depende la ri
queza en primeras materias de un país. Este factor se nos
presenta en España bastante favorable. Es grande la va
riedad de nuestras minas y su contenido en primeras
materias industriales; pero no es tan rico como vulgar
mente se cree. Más de cuarenta siglos de explotación han
agotado, o reducido, los yacimientos mejores.
Para el momento presente de la técnica, España está mal
dotada
de materias energéticas (carbón y carburantes). El
carbón
de nuestros yacimientos es pobre en calorías y de
costosa
extracción. El petróleo, en cuya prospección se
trabajaintensamente, aún no ha aparecido en nuestra
Península
y la esperanza de encontrarlo en cantidades suficientes
para cubrir la demanda nacional, presente y futu
es escasa en opinión de algunos geólogos españoles. Lo
ra,
cual
no quiere decir que no existan posibilidades de dar
con
él, aunque nunca en la cuantía necesaria para alcanzar
nuestroautoabastecimiento.
Si el petróleo ha fallado hasta ahora, no ha ocurrido lo
mismo con el gas natural. En bastantes de las perforacio
nes hechas se han encontrado hidrocarburos gaseosos y
algunas han dado cantidades que parece que permitirán
su explotación.
Pero si nuestro subsuelo nos ha negado hasta ahora las
primeras materias energéticas de los tiempos presentes,
parece que va a ser generoso con las del futuro; de un
futuro que es ya casi presente. Nos referimos al combus
tible nuclear, a los minerales de uranio. Los hallazgos ya
logrados nos sitúan a la cabeza de Europa en cuanto a
cantidad de mineral y contenido de metal uranio.
Suelo.—De la naturaleza del suelo se derivan las riquezas
agrícola, ganadera y forestal. Es decir, de la fuente que
proporciona la gran mayoría de los llamados artículos de
primera necesidad y en especial los alimentos y las mate
rias primas para vestir y calzar.
Ya hemos dicho cómo el relieve reduce las buenas posi
bilidades de nuestra agricultura a sólo el 25,5 por 100 de la
superficie nacional. Más adelante veremos cómo el clima,
por su parte, aún reduce más esas posibilidades. Recorde
mos también cómo ha esquilmado la productividad natural
una explotación continuada durante milenios. Añadamos
ahora que las pendientes, las fuertes lluvias y el carácter
torrencial de nuestros ríos han disminuido el espesor de la
capa vegetal, dejando suelos de escaso fondo.
Nos podremos dar cuenta de la debilidad de nuestra
agricultura por el siguiente dato. Tomando como base una
producción tipo por hectárea, la dimensión superficial es
pañola sería de 265.000 kilómetros cuadrados (cuando en
realidad tine 504.000)y la de Francia sería de 51L000kiló
metros cuadrados (siendo su extensión real de 551.000).
Por tanto, los factores infraestructurales adversos hacen
perder a la agricultura francesa el equivalente al 8 por 100
de su superficie, mientras que la española pierde el 48 por
100 por las mismas causas.
Clima—La
Península Ibérica está situada en la región
del globo que corresponde a la zona templada; zona que
es la más favorable a la actividad humana, puesto que el
clima tórrido la deprime y el glacial la imposibilita. Pero
el sistema orográfico y el anticiclón de las Azores esta
bleciendo barreras a las penetraciones de los aíres húme
dos, más las zonas montañosas trastornando los vientos
en comarcas más o menos extensas, crean una serie de
circunstancias que hacen de nuestra Península un compli
cado muestrario climatológico.
Si nos atenemos a las precipitaciones acuosas anuales,
nos encontramos con dos Españas: la húmeda, con más
dé .500 milímetros de agua caída al año, que se extiende dan en nuestro espacio geográfico. De ellas obtiene la in
por todo el sistema pirenaico, desde Gerona a Galicia; y dustria farmacéutica centenares de extractos vegetales que
la seca, con menos de 500 milímetros de lluvia anual. La son objeto de un activo comercio interior y exterior.
Solamente la exportación de la herboristería y sus ex
España seca ocupa las tres cuartas partes del total nacio
nal. Si comparamos estas cifras con los 770 milímetros tractos producen unos ingresos anuales en divisas superio
res a los doscientos millones de pesetas.
de lluvias que recibe anualmente el suelo francés, unifor
Las plantas aromáticas son la base de la industria de
memente repartida por toda su extensión, nos daremos
cuenta de hasta qué punto nos es hostil ese aspecto del la perfumería española de gran importancia comercial
clima español. Aún resulta más desfavorable la pluviosi dentro del país y que al mismo tiempo constituyen una
partida muy interesante en los ingresos de nuestra balan
dad de la España seca debido a que la lluvia caída corres
ponde a unas pocas precipitaciones bruscas que escasa za comercial.
En esa riqueza floral se apoya, principalmente, nuestra
mente aprovechan, si es que no -perjudican con su erosión
e inundaciones. Y todavía hay más; la abundante radia brillante apicultura, que tan interesantes aportaciones pro
ción solar, la sequedad del aire y las temperaturas eleva porciona a España.
Nuestra fauna es rica en especies cinegéticas y piscíco
das, producen una fuerte evaporación que da lugar a que
el índice de aridez (diferencia entre el agua caída y la las, que mantienen una amplia afición a los correspon
evaporada) sea muy desfavorable en España. De ella se dientes deportes, con un reflejo económico mucho más
ha dicho, con razón, que en buena parte de su suelo llueve importante de lo que se puede creer. Alguna de tales espe
hacia arriba, por ser la evaporación mayor que la preci cies, como lat cabra hispánica, atrae a cazadores de todo
el mundo, dando lugar a un turismo de gran lujo. Otras,
pitación.
Si además de la pluviosidad se tienen en cuenta los demás como el venado y la perdiz, más bravíos que sus congé
componentes climáticos, España presenta tres climas bien neres europeos, constituyen trofeos ambicionados por los
diferenciados. Uno, templado, de tipo europeo, con menos aficionados extranjeros.
De cuanto hasta aquí llevamos dicho, puede sacarse la
de 90 días despejados al año, más de 1.500 milímetros de
precipitación anual y una oscilación térmica media anual falsa impresión de que la infraestructura española es un
inferior a los 13°; la zona con ese clima coincide, aproxi obstáculo insalvable para los propósitos de obtener un
madamente, con las provincias de la periferia cantábrica desarrollo en España de nivel equivalente al del resto de
y la región gallega.
Europa. Y nada más lejos de la verdad. Sacar una con
Otro, típicamente mediterráneo, con más de 90 días clusión tan pesimista sería caer en un oraso error. Los fac
despejados al año y en muchos lugares más de 120, menos tores adversos, en su gran mayoría, pueden ser vencidos
de 1.000milímetros de precipitación anual y en buena parte por medio del trabajo. Podríamos decir que en España
inferior a 500, y la oscilación térmica anual es inferior a están siendo ya vencidos. La irregularidad y escasez de
los 19°; afecta ese clima a las provincias del litoral este lluvias se compensa con la construcción de los pantanos
y sur de España, más la cuenca del Guadalquivir.
y las obras de regadío. El relieve y las pendientes se ven
El resto de España soporta un duro clima continental, cen con las oportunas obras de fábrica en las vías de
con escasas lluvias, fuerte oscilación térmica anual y gran comunicacióíi. Otras circunstancias no modificables por
la actividad humana, puede presentar aspectos que inte
radiación solar.
Esas diferencias climáticas han influido en el carácter ligentemente explotados se convierten en fuente de benefi
de los correspondientes grupos humanos. Los que reciben cios; así está ocurriendo con la zona subdesértica de nues
mayor radiación solar tienen un carácter más vivo que los tra costa mediterránea, en donde han surgido grandes
que reciben menos. Los de temperatura ambiente más ele complejos turísticos, apoyados precisamente en sus carac
vada son de carácter menos activo que los que disfrutan terísticas climáticas.
de un clima templado. Los sometidos al duro clima con
La infraestructura es, solamente, la base de partida, y
tinental son sobrios, tenaces y sufridos.
según el matiz, favorable o desfavorable, que tenga, el
Hidrografía.—Las corrientes de agua son principalmente trabajo humano se llevará a cabo con más o menos difi
consecuencia del clima, régimen de lluvias, y del relieve, cultad. El matiz acusadamente desfavorable de la espa
orografía. Siendo nuestras precipitaciones, en casi toda ñola, sólo quiere decir que dominarla requerirá mayores
España, escasas y bruscas; los ríos españoles tienen como esfuerzos y sacrificios que si tuviera características más
característica más acusada la irregularidad de sus cau benignas.
La historia de la humanidad demuestra que en la lucha
dales y sus largos estiajes. Por su parte, la orografía, con
sus grandes pendientes, provoca el rápido deslizamiento del hombre con el ambiente físico, el hombre ha sido
de las aguas caldas hacia los ríos, dando origen a las siempre el vencedor; como en la época actual cuenta el
grandes diferencias de caudal que pueden observarse en hombre con un aliado eficacísimo, la técnica; no hay por
qué dudar de que suya será la victoria en ese frente. No
la mayoría de los ibéricos.
Esa misma orografía, hace que tales ríos presenten gran lo ocurre lo mismo en la lucha que tradicionalmente viene
des diferencias de nivel entre sus cabeceras y desembo manteniendo en el ambiente político y social. Los espa
cadura y de ahí el carácter torrencial de muchos de ellos. ñoles deben tener este fenómeno histórico muy presente
Todas esas circunstancias se proyectan sobre su apro y considerar que en su tradicional inadaptabilidad al am
biente político y social reside el escaso desarrollo econó
vechamiento económico de forma desfavorable. Práctica
mente, no son utilizables como vías de comunicación. Acom mico que ha venido padeciendo España.
El espacio nos obliga a dejar para el número próximo
dicionarlos para su explotación agrícola e industrial, re
quiere la ejecución de grandes pantanos, y otras obras el estudio del factor que nos resta por presentar: la po
blación.
públicas, que exigen desembolsos muy fuertes. Sin embar
go, los grandes desniveles favorecen sus explotaciones
como fuentes de energía eléctrica. En efecto, según nues
tras noticias, hay en España centrales hidroeléctricas que EL TURISMO EN 1963
producen 6 kw por litro de agua en turbina.
A cerca de once millones de personas asciende el núme
Flora y fauna.—Los rasgos infraestructurales cuyas ca
racterísticas quedan reseñadas, se proyectan en el ámbito ro total de visitantes que llegaron a España durante el
biológico mediante una flora y una fauna espontánea que pasado año 1963. La diferencia con respecto al año 196
constituyen un renglón muy estimable de nuestra riqueza es de cerca de tres millones. Dé manera similar a lo que
ha ocurrido en períodos anteriores, los meses que más
económica.
Cerca de quinientas especies de plantas medicinales se visitantes ofrecen son los de julio y agosto; el primero
-
-
711
de ellos, cori cerca de los dos millones y medio; el segun
do, con una cantidad que se aproxima a los dos millones.
Después de estos dos meses, aparecen los de septiembre
y junio como los de mayor incidencia turística; entre los
dos, por encima de los dos millones y medio de visitantes.
De manera global y en comparación con 1962, el aumento
del año pasado supone por encima del 26 por 100. En
relación con 1961, el porcentaje viene a ser de cerca del
47 por 100. La elocuencia de las cifras habla de forma
expresiva sin necesidad de más comentarios.
Entre todos los medios de locomoción empleados por
los turistas en su venida a España destaca en primer lugar
la carretera, medio que han empleado cerca de seis millo
nes de personas. En segundo término se encuentran las
vías aéras, que muestran poco más del millón de visitan
tes. El ferrocarril ofrece un poco menos del millón. Todas
estas cantidades se refieren a extranjeros entrados con
pasaporte.
Por lo que atañe a extranjeros autorizados por veinticua
‘tro horas, su número se eleva a poco más del millón. En
cuanto a españoles residentes en el extranjero y que han
venido a España en el curso del año pasado, la cantidad
es muy similar a esta última.
También se ha repetido el año pasado la mayor frecuen
cia de visitantes europeos. Ese total de Europa viene a
representar por encima de los ocho millones y medio, de
los cuales más de cuatro millones y medio fueron france
ses, y por encima del millón y medio ingleses. Sin llegar
a estas cantidades, otros países de nuestro continente que
también ofrecen fuerte contingente de turistas son Alema
nia, Portugal, Bélgica, Italia, Eolanda, Suiza y Suecia.
El segundo continente en cuanto a cifra de visitantes
fue América. Cerca de ochocientos mil llegaron durante el
año pasado, principalmente de Estados Unidos. A gran
distancia de este país figuran Argentina, Venezuela, Cana
dá, Méjico y Brasil.
El número de turistas de otros continentes es notable
mente inferior. Así, por ejemplo, de Africa llegaron cerca
de cuatrocientos mil visitantes. Asia y Oceanía muestran
cantidades todavía menores, en torno a las treinta mil
personas cada uno de estos continentes.
En correspondencia, el número de españoles que salie
ron el año pasado con destino a diversos lugares del ex
tranjero fue de cerca de los cuatro millones de personas.
Las mayores salidas se produjeron en los meses de agosto,
julio, junio, septiembre y abril.
PRODUCCION
Cuba); 252,8 millones de pesetas, también en cigarros (73
millones de unidades de Cunarias); 1.037,5 millones de
pesetas en cigarrillos (178 millones de unidades de Cana
rias); y, finalmente, 20 millones de pesetas en tabacos de
decomisos. El informe Terry divulgado desde Estados Uni
dos a todo el mundo base de la campaña desarrollada con
tra el uso de tabaco por causante del cáncer, en las estadís
ticas españolas recientes no se acusa todavía si ha habido
bajas o no; fuera de España sí que parece se haya registra
do apreciable disminución en la venta de cigarrillos.
EL DESARROLLO SOCIAL
La finalidad del Fondo Nacional de Protección al Trabajo
es la de conseguir una equitativa distribución de la rique
za. Se nutre este fondo de la recaudación resultante del
impuesto sobre negociación de valores bursátiles, es decir,
que precisamente una exacción sobre el capital está des
tinada a proporcionar los fondos que han de emplearse en
la protección y ayuda de los trabajadores. La distribución
de estos fondos se aplica: a la protección y ayuda de los
trabajadores en situación de paro, a la promoción social,
a la protección de las migraciones, a la difusión del coope
rativismo y a prestar protección adecuada a los trabaja
dores que sean padres de familia numerosa. Este ha sido
el cuadro funcional del Fondo Nacional de Protección al
Trabajo en el pasado año. En 1963 este fondo nacional
otorgó beneficios directos a un total de 110.136personas,
con unas inversiones totales de 2.165 millones de pesetas,
independientemente de las prestaciones del Seguro Nacio
nal de Desempleo y de la ayuda familiar, en general. Y por
lo que se refiere a 1964, el presupuesto del Fondo asciende
a 2.366 millones de pesetas, esto es, 201 millones más que
en el año anterior. Por otra parte, el Fondo Nacional de
Protección al Trabajo tiene también como objetivos la ele
vación de la cultura, la formación profesional y la apertura
del acceso a la propiedad de todos los españoles. Es inte
resante recordar aquí que no se podría hacer un auténtico
desarrollo social sin que haya un desarrollo económico.
Estas palabras tienen el especial interés de manifestar un
criterio realista libre de demagogias: el desarrollo econó
mico es el supuesto indispensable de cualquier desarrollo
social justo y duradero.
LA PRESA DE ALSA
Y CONSUMO TABAQUERO
La cosecha de 1962 proporcionó a España 30,2 millones
de kilos, cuyo valor ascendió a más de seiscientos millo
nes de pesetas; lo calculado para 1963 asciende a 23,9 mi
llones de kilos. La de mayor volumen conocido en España
íue la de 1961, que proporcionó un total de 36,5 millones
,de kilos. Los fumadores españoles invirtieron en adquirirlo
en 1962 la cantidad de 9.945millones. De ellos, &126 millo
nes correspondieron a renta de tabacos peninsulares; 1.818
a renta de tabacos importados; y &OOla impuestos. La
venta de tabacos aumenta en nuestro país, pero otras re
caudaciones en relación con ella, acusan disminución. Así,
en 1962 la renta establecida por el servicio de papel de
fumar ascendió a 151 millones de pesetas, mientras diez
años antes era de 266 millones. Las labores producidas en
ese mismo ejercicio, a precio de venta, representaron un
importe de 5.296 millones. Las labores de picadura fueron
130 millones de unidades; en cigarrillos, las unidades fue
ron 1.416 millones. Labores importadas: cigarrillos, 38 mi
llones de unidades que importaron 324,5millones de pesetas
y 1,3 millones de picadura de pipa que importó 0,06 millo
nes de pesetas. Las ventas en comisión arrojan un valor de
1.489,8 millones de pesetas, repartidas así: 179,4 millones
de pesetas en cigarros (doce millones de unidades de
Veintidós millones de metros cúbicos de agua anuales
serán trasvasados del pantano del Ebro a la presa de Alsa,
situada encima de Bárcena de Pie de Concha. Cuando este
trasvase sea una realidad, habrá de procurarse una regu
lación del curso del Besaya, a razón de 3.000 litros por
segundo, muy necesarios en la época de estiaje. El apro
vechamiento de las aguas del pantano no supone un per
juicio para los regantes aguas abajo del Ebro. La capacidad
del pantano es de 450 millones de metros cúbicos, lo que
impide que ni en las épocas de mayor sequía llegue a
quedarse sin el líquido elemento. Se calcula que de su
total capacidad tan sólo se precisa anualmente la mitad. El
trasvase permitirá el regadío de la comarca de Valderre
dible. La falta de agua había planteado a la citada comar
ca el más bajo nivel de vida y la secuela inmediata de la
emigración masiva a otros lugares más afortunados. Ahora,
por el ((Plan Valderredible», cuando esta comarca esté re
gada y en plena producción, se podrán vender cuarenta
millones de litros de leche, deducidos los destinados al
consumo humano y animal de la comarca. Dicha produc
ción exigiría el montaje de una gran industria transfor
madora de leche, ya que cuarenta millones de litros son
los que ahora transforma la 5A.M. Pero no es sólo leche
lo que puede producir en las cantidades citadas Valderre
dible. El regadío da la ocasión de un fomento de la cría
75
de ganado con vistas a su carne. Calculan los técnicos una
producción de mil toneladas de carne-canal y cantidades
muy estimables de trigo, patatas, maíz, habas, alubias y
otros productos de la huerta, para el consumo de la po
blación.
El plan de regadíos de Valderredible comprende 7.580
hectáreas, y las obras necesarias exigen un presupuesto
de unos doscientos millones de pesetas.
CIENTIFICOS Y TECNICOS
Para cooperar al Plan de Desarrollo está en las Cortes
un proyecto de Ley sobre Enseñanza Técnica. Según dice
ese plan, es necesario consagrar un esfuerzo especial a la
formación de ingenieros y técnicos y crear cuatro nuevas
escuelas de ingenieros, 6.000 puestos de estudio para técni
cos de grado medio y 9.000 puestos para grado superior.
Pero también el Plan de Desarrollo Económico demanda
más universitarios, y así determina que se crearán 17 nue
vas secciones en las universidades. Después de las últimas
creaciones de escuelas técnicas superiores de ingenieros,
funcionarán en España 19 centros de esta elevada for
mación.
Las enseñanzas de ciencias están también repartidas por
toda España, y hay cinco secciones de ciencias físicas, cua
tro de matemáticas, dos de biológicas, cuatro de geológi
cas y doce de químicas. En total, 27 secciones de las dis
tintas especialidades de la licenciatura de Cienóias. Eh el
curso 1961-62terminaron sus estudios 954 arquitectos e
ingenieros. En cambio, entre todas las facultades y espe
cialidades de ciencias se licenciaron 626, cifra máxima,
porque en el curso anterior 1960-61tan sólo fueron 462
lós licenciados. En las secciones que pudiéramos llamar
totalmente científicas, como las de matemáticas, físicas,
biológicas, el número de licenciados por año gira alrededor
de 20, número ciertamente exiguo.
LAS INVERSIONES EXTRANJERAS
Después de la guerra española, las inversiones extranje
ras no tuvieron prácticamente importancia. El decreto-ley
de 27 de julio de 1959inaugura una nueva etapa, que ha lle
gado hoy, por transformaciones sucesivas, a crear una le
gislación muy favorable para aquéllas. Si se exceptúan las
empresas conectadas con la defensa nacional, o las de ser
vicios públicos, es posible invertir en cualquier sector de
la economía. En Bolsa pueden adquirirse toda clase de títu
los privados o públicos, salvo de las empresas indicadas.
La autorización oficial necesaria para poder adquirir más
del 50 por 100 del capital de una empresa sólo se aplica en
casos excepcionales.
La repatriación de dividendos y plusvalías es libre tam
bién. Asimismo pueden adquirirse fincas rústicas y urba
nas con ciertas limitaciones e invertir directamente en
equipo capital de las empresas. Las mineras, cinematográ
ficas, navieras, bancos y seguros tienen un régimen es-.
El momento presente es muy propicio para otras cola
boraciones similares a las mencionadas, puesto que Espa
ña inicia en 1964 un Plan Cuatrienal de Desarrollo Econd
mico, en que la participación del ahorro extranjero result
indispensable. A lo largo de los cuatro años se necesit
un volumen de inversión exterior de 1.356 millones d
dólares, repartidos en las siguientes cuotas anuales: 196
280 millones de dólares; 1965, 329 millones de dólares
1966, 360 millones de dólares; 1967,387 millones de dólares
En estas cifras se comprenden tanto las inversiones rea
les como las de cartera y los créditos. De no disponer d
tales fondos, o la economía española no podrá crecer a
6 por 100 anual acumulativo, según expresa el Plan,
nuestro nivel de reservas de divisas, que hoy está sobr’
los 1.000millones de dólares, prácticamente desaparecería
Piénsese que en el último año del Plan la aportación extc
rior sigñifica casi el 60 por 100 del déficit esperado en 1
balanza de pagos.
Es cierto que los volúmenes de capital importados e
los últimos años son aún pequeños en relación con la
cifras apuntadas antes, puesto que las inversiones extrar
jeras, sin incluir los créditos, significaron en 1961 sólo 54
millones de dólares. Pero en 1962 la cifra se increment’
hasta 94,2 millones.
A pesar de que las cifras para 1963no se conozcan aúr
puede afirmarse que las inversiones extranjeras superará:
las de 1962. Sólo las inversiones bursátiles—bien que est
cifra quizá comprende una parte de aportaciones dire
tas—han sido más del doble de las del año anterior.
En cuanto a los créditos, hay que esperar que continw
rán desarrollándose; el reciente crédito francés constituy
una importante premisa en esta dirección, y a él puede:
seguir otros de los gobiernos extranjeros, sin olvidar 1
colaboración—ya iniciada y en vías de aumentar—de lo
organismos de crédito internacionales.
Todo hace suponer, por consiguiente, que el actual tip
de rendimientos del capital en España, la libertad de ir
versión existente y la favorable historia, a que hemos ah
dido antes, de las inversiones extranjeras en nuestro paS
colaboren en el logro de mayores entradas de capitales e
el futuro.
LA MANO DE OBRA AGRICOLA
La información que sobre las migraciones interiores ofn
ce el «Boletín de Estadística del I.N.E.» permite estima
en 350.000el número de trabajadores agrícolas que en 19
cambiaron de ocupación. Posiblemente algunos de ellc
hayan encontrado empleos distintos en el mismo sectc
agrícola; pero la mayor parte la han encontrado en secti
res diferentes, como la construcción y las obras pública
o han sido ocupados por otras economías a través de
emigración.
Sin embargo, como el cambio de ocupación y la emigr
ción afectan únicamente a los trabajadores más aptos y
los trabajadores jóvenes del campo, quedan en el sectc
agrícola trabajadores menos aptos y, desde luego, los vi
pecial.
jos, que, aunque figurando entre la población activa, da
Estas nuevas posibilidades de las inversiones extranjeras un rendimiento bajo y aparecen como mano de obra e:
en España reactivan el período de 1850a la primera guerra cedente.
Esta doble circunstancia de salida del sector agrícola c
mundial, en que las importaciones de capital—sobre todo
francesas, inglesas, belgas y alemanas—, tuvieron una par los más aptos y de las generaciones jóvenes, frente a
ticipación importante en muchas de las entonces nacientes permanencia de los menos aptos y viejos, a quienes
edad ha restado condiciones para el trabajo, hace qi
industrias.
El Crédito Mobiliario Español, de los Pereire, y la So confluyan en la actualidad en nuestra agricultura, la co
ciedad Española Comercial e Industrial, de los Rothschild, tradicción de falta de mano de obra y, simultáneament’
canalizaron fondos franceses a los ferrocarriles españoles. exceso de población campesina, incluso activa.
La escasez de mano de obra se ha visto parcialmeni
Los capitales franceses participaron también en la minería
(Puertollano), en la banca y los seguros (Credit Lyonnais, contrarrestada por el aumento notable de la mecanizaciói
L’Abeille), en la energía (Compañía Madrileña de Ilumi pues se matricularon durante el año pasado tractores
nación y Calefaccióñ Gas Lebon), en la química (Unión un ritmo de 1.873 mensuales, según informes del Servid
de Estadística de la Secretaría General Técnica de Aga
Española de Explosivos), etc.
‘itt
cultura. Existen, sin embargo, explotaciones todavía sin
mecanizar, aparte que ni todas las explotaciones actual
mente en producción permiten la mecanización, ni tampoco
todas las labores, aun en las explotaciones mecanizadas,
pueden ser desempeñadas por máquinas.
La agricultura, se halla inevitablemente aquejada por el
hecho de que no puede—voluntariamente_regular su pro
ducción en el curso de la cosecha, con lo cual no se ajusta
a las variaciones de la demanda, y también por la índole
perecedera, y salida obligada, de sus productos. Por estas
razones no podrán existir una estabilidad de precios y una
distribución con márgenes rezonables sino mediante una
previa preparación industrial para conservarlos, almace
narlos y distribuirlos por canales que supriman el riesgo
de pérdidas y cuantiosas mermas.
El coste de la vida crece y, sobre todo, ha crecido en
1963 con bastante más rapidez que los precios al por mayor.
Esto es, que los precios se ven recargados en la fase que
va desde el mayorista hasta el detallista, que pone en ma
bs del consumidor los productos.
Estos aumentos, que, desde luego, no llegan al agricultor
rio necesariamente han ido en beneficio del comerciante
detallista. Algunas ramas del comercio han visto reduci
dos, por el contrario, sus márgenes de beneficio.
La aparente discordancia se explica, porque el comercio
as un servicio en el que el factor decisivo está representado
por el hombre y los aumentos de salarios repercuten de
un modo directo en los costes de comercialización de no ir
acompañados de un aumento proporcional de ventas por
astablecimiento.
Sin embargo, el comercio al detalle tiene entre nosotros
muy baja productividad, fenómeno cuya causa principal
radíca, al menos en cuanto respecta a la distribución de
alimentos, en la falta de aplicación de la tecnología mo
derna. En nuestro país, el número de autoservicios no
alcanza ni siquiera al 1 por 100del total del comercio de
alimentación. Sin embargo, el autoservicio bien llevado
representa una apreciable economía con respecto al siste
rna tradicional.
OS BOSQUES ESPAÑOLES
en 162, que en las diversas Ósecies arbóreas alcanzó a los
6.019.219 quintales métricos.
En 1963 fueron asimismo repobladas unas 100.000hec
táreas; creándose de igual forma nuevos pastizales sobre
10.240 hectáreas, construyéndose asimismo 20.000 apriscos
y abrevaderos, estrictamente indispensables para el uso de
nuestra cabaña. Y debe conocerse también que el 74 por
100 de la ganadería española—unos 28 millones de cabe
zas—vive y puebla el 73 por 100 de la zona forestal.
Mas si la repoblación es algo que fundamentalmente
preocupa para cubrir las zonas todavía rasas o ralas de
arbolado, su antecedente inmediato e imprescindible está
en la creación de viveros. De los situados en las demar
caciones centrales han podido obtenerse en sólo un año
hasta 24 millones de plantas resinosas y cinco millones y
medio de frondosas, destinándose de esta totalidad 18 mi
llones para la repoblación en montes o fincas de carácter
privado.
El primer lugar, en los trabajos de repoblación lo tie
nen las plantas de especie resinosa, empleadas con suma
abundancia en las zonas cantábricas, quizá las más aptas
para ellas, donde también se plantan el pino de Monterrey
por sus excelentes resultados, y el eucalipto, que se en
cuentra en la zona sur, especialmente en las marismas de
huelva, excelente tierra para su crecimiento rápido.
Digamos también, como una de las resultantes de la ri
queza arbórea, que en la Europa occidental España ocupa
el tercer lugar en la producción de trementina, detrás de
Portugal y Francia, siendo aventajada en el resto del
mundo tan sólo por tres colosos: China, Estados Unidos
y Rusia.
Si en breve espacio de unos años es totalmente impo
sible reparar los tremendos atentados cometidos contra
la riqueza forestal del país, en el. pasado, puede decirse,
sin embargo, que merced al esfuerzo y dirección técnica
organizada, los montes españoles han comenzado a dar
testimonio de sus inmensas posibilidades, con esos dieci
siete mil millones de pesetas que anualmente vienen ofre
ciendo a la economía del país, como resultado de la siste
mática y bien orientada explotación, a la que están someti
dos, de cuya suma corresponden s.soomillones al producto
de la madera; 2.000 millones, al de la leña obtenida; 500mi
llones, al de la resma; 1.000millones, al de los frutos; 7.000
millones, al de los pastos, y 300 millones al del corcho, para
no citar el resto de la producción, que regularmente se
recoge. Son datos más que suficientes para enseñarnos
cuánto respeto debe producir a todo español la conserva
ción y buen cuidado de los bosques de nuestras tierras,
que aún han de multiplicar mucho más sus beneficios eco
nómicos.
España es deficitaria en la producción de maderas. Iubo
an lo antiguo zonas boscosas espesísimas llenas de riqueza.
Parece innecesario, por conocido, subrayar el deplorable
astado de nuestros montes antes y después de nuestra cru
ada: primero, por escaso y deficiente cuidado, incremen
ado con irresponsables talas; después, por los lógicos
afectos de una prolongada contienda bélica. Etas circuns
ancias nos llevaron a la escasez y, en consecuencia, al
déficit de producción maderera. Ya en 1940 comenzó a
brabajarse en estas tareas de repoblación: los esfuerzos
realizados no alcanzaron a las mil hectáreas. A partir de LAS VENTAS A PLAZOS
antonces, y una vez sistematizados los trabajos, aquella
población
fue creciendo en intensidad, hasta alcanzar en
La Agrupación Sindical Nacional de Empresas de Finin
1.953el volumen de 100.000hectáreas repobladas, cuyo nt
ciación de Ventas a Plazo ha hecho públicas algunas esta
no se conserva desde entonces de forma aproximada con disticas relacionadas con esta actividad.
pequeñas diferencias en más o menos. Esto ha permitido
Ante todo, es impresionante el volumen de las operacio
llegar a índices que ya producen cierto consuelo respecto
a la situación anterior, señalándose que en la superficie nes financiadas por las empresas pertenecientes a la Agru
tgraria del país el 57 por 10:0corresponde a las zonas de pación durante el año pasado: 10.085millones de pesetas.
irbolado, totalizando 7.700.000 hectáreas cubiertas de La importancia de esta cifra tiene dos vertientes. De una
parte, los fabricantes han dado salida a un importante
osques.
productos y artículos. Mediante el sistema de
Merced a los esfuerzos últimamente realizados, que han volumena de
plazos, pues, se ha conseguido agrandar el mor
;upuesto la repoblación no sólo oficial, sino también pri ventas
¡ada, de más de millón y medio de hectáreas y que muy cado, darle mayor elasticidad a la demanda de artículos.
En segundo lugar, la otra vertiente, la del consumidor.
pronto habrán de alcanzar los dos millones. Alcanzar esta
neta va a suponer el logro de una etapa correspondiente Ese número grande de operaciones que ha sido necesario
alcanzar un volumen de ventas de 10.085millones de
un ambicioso plan repoblador, que tanto va a beneficiar para
pesetas pone de manifiesto que el sistema de ventas a
—y ya se advierten sus efectos—a la economía agraria.
es una práctica ya en España.
Como noticia concreta de cuanto supone la explotación plazo
La
práctica
las ventas a plazo, pues, es algo con lo
orestal, buenos parecen los datos de las cortas efectuadas que hay que de
contar y, por tanto, prescindiendo de su
“7
conveniencia o no, regular, controlar y vigilar en defensa
del propio consumidor.
Los 10.085millones a que ascienden las ventas auxiliadas
por empresas pertenecientes a la Agrupación, según las
citadas estadísticas, representan una deuda de 300 pesetas
anuales por cada español. La deuda por ventas a plazo es
en Francia de unas cuatro veces más por habitante, unas
seis veces mayor en Alemania y trece o catorce veces su
perior en Inglaterra. El Canadá se acerca a las 10.500 pe
setas por habitante y en los Estados Unidos a las 13.000
pesetas.
El comprador debe conocer en cada caso con todo detalle
a qué se compromete al adquirir un artículo mediante
pagos aplazados.
Es frecuente ver en escaparates de tiendas y en anun
cios en los periódicos que se conceden facilidades de pago,
pero sin detalles sobre ellas. En los escaparates de algunas
tiendas aparecen los artículos marcados, en lugar de con
los precios que importan los artículos, con los importes
de los pagos mensuales. Sobre un transistor, por ejemplo,
o sobre una máquina eléctrica de afeitar, un rótulo que
dice: ((200 pesetas mensuales)); ninguna especificación, ni
del número de pagos mensuales en que se ha fraccionado
el importe del artículo, ni de la cuantía a que ascienden
el pago de entrada, ni, claro está, del recargo con que se
grava el precio del artículo, ni el importe de los intereses.
A veces los recargos son desproporcionados aun habida
cuenta de los gastos que la operación lleva implícitos, los
intereses lógicos y el riesgo que corre el vendedor.
La Agrupación Nacional Sindical, según vemos por su
Boletín último va a impulsar a través de su Servicio de
Crédito la venta a plazos, pero observando escrupulosa
mente tres condiciones fundamentales, que no tardarán
en constituir a la vez tres características definidoras de
las empresas que figuran en la Agrupación.
Información clara y completa, de modo que al lado de
los artículos que figuren en sus escaparates consten el
precio total del mismo y las condiciones para la adquisi
ción a plazos. Es decir, importe de la entrega inicial, im
porte de cada plazo posterior y número de éstos. La ga
rantía establecida para cada aparato surtirá los mismos
efectos que si fuera comprado al contado.
En segundo lugar, se comprometen a evitar los contratos
enrevesados y la exigencia de firmas. El comercio, dice el
Boletín, ((está basado en la buena fe de las partes, y sobre
ella queremos apoyarnos solicitando únicamente la infor
mación indispensable)).
En tercer lugar, no recargará los precios por el hecho
de adquirirlos con pagos aplazados. Dice la Agrupación
que lo que no hará será descuentos como es corriente en
el caso de aparatos adquiridos al contado. Con sólo no
hacer los descuentos cubrirá los gastos de la operación,
manteniendo así el precio de tarifa sin recargo ninguno.
INVERSION Y DESARROLLO
En cualquier plan económico el incremento de la inver
sión es pieza esencial. Los autores del Flan de Desarrollo
destacan el trascendentalísimo papel de la inversión. ((La
Formación Bruta de Capital es seguramente la magnitud
de mayor importancia en el desarrollo económico)). ((Se
ha supuesto que la inversión productiva aumentará a un
ritmo anual del diez por ciento, en tanto que la construc
ción de viviendas aumentará a un ritmo paralelo al con
sumo privado (5,5 por 100) y la acumulación de stocks
se mantendrá dentro de los límites normales, es decir el
2 por 100 del producto nacional bruto. Según estos cálcu
los la inversión productiva en 1967alcanzará 202.000millo
nes de pesetas». El índice de incremento de capital fijo
durante los diez primeros meses de 1963ha sido del orden
dé 20,4 por 100, lo que indica élaramente que la alta tasa
de inversión del año 1962 (cuyo incremento fue de 21,3
la
por 100 respecto a 1961) se mantiene en su línea ascendente
pero el esfuerzo inversor está repartido muy desigualmentE
entre la producción nacional de bienes de equipo (cuyc
crecimiento ha sido de un 14,5 por 100) y los bienes d
importación (cuyo incremento ha alcanzado de 52,6 po:
100). Es indudable que se está sometiendo a nuestra ba
lanza de pagos a una tensión superior a lo que normal
mente va a poder soportar. Exiten, desgraciadamente, otra
dificultades y peligros derivados de este gran esfuerzo ii
versor; la primera es el largo período de maduración d
las inversiones de muchos de estos bienes de capital, qw
provoca tensiones inflacionistas en una economía que s
acerca al pleno empleo de los recursos. Estos dos último:
años en que el crecimiento de la inversión ha sido grandc
ha ido acompañado de fuertes aumentos en el coste d
vida. Así la subida de este índice en el mes de septiembri
de 1963con respecto al mismo mes del año de 1962,habO
experimentado un alza del 8,5 por 100. Aunque parece se
que para diciembre de 1963 esta alza había quedado redu
cida con respecto al mismo mes de 1962en un 5,4 por l0
Fara frenar estas peligrosas tensiones inflacionistas, It
sido preciso echar mano de los resortes de la política crc
diticia, que debilitaron extraordinariamente la oferta mc
netaria al iniciarse el pasado verano. La primera tarea d
nuestra política económica en estos momentos consistir;
en evitar alzas sensibles en los precios y un aumento s
cesivo de la demanda interna, sin frenar por ello, las ir
versiones productivas indispensables a fin de aumentar. c
capital esencial en todo proceso de desarrollo.
-
EN POCAS LINEAS
*
En los próximos cuatro años, es decir, al finaliza
1967, según el Flan de Desarrollo, la agricultura incr
mentará su producción en un 17 por 100, la industria e
un 40 y los servicios en un 25.
*
Barcelona y Gerona vienen registrando los índicE
mínimos de mortalidad infantil en toda España.
*
En los menús de las pasadas navidades de Barcelon
ha tenido primacía el pescado sobre las aves. El hecho s
atribuye a la frecuencia con que ahora se consume poll
en la Ciudad Condal.
*
La producción lanera en España fue durante 1963 d
treinta millones de kilos, resultando sensiblemente igu
a la de 1962.
*
El notable crecimiento experimentado por la rent
agraria de Cataluña, Baleares y Levante se achaca, princ
palmente, al mayor empleo de fertilizantes.
*
Una factoría murciana fabrica y exporta a Norteam
rica elementos para la construcción de automóviles.
*
Valencia es la primera provincia española en núm
ro de canarios. Cuenta con 50.000 pájaros cuyos trirn
pueden tener hasta treinta y dos tonalidades distintas. Fc
algún ejemplar se han pagado cinco mil pesetas.
*
El problema principal con que se enfrentan las f
bricas levantinas de juguetes es la escasez extremada c
mano de obra que padecen.
*
Más de 300.000personas se alojaron en el pasado af
en los paradores y albergues del Estado, cuyo núme
asciende actualmente a 38 establecimientos.
*
España es uno de los paises con menor índice
endeudamiento, según ha declarado recientemente el tit
lar de la cartera de Hacienda.
*
En Valencia van a construirse sesenta locomotor
para la RENFE, con licencia de una poderosa firma nc
teamericana. Se calcula dará trabajo la fabricación pa:
dos años, por lo menos.
* Durante 1963 se emitieron en España 12.800millon’
de pesetas en obligaciones, que en su mayoría se emple
ron en ampliar y modernizar industrias ya establecidi
Las obligaciones emitidas en 1960 sólo alcanzaron la cifra
de 3.500 millones.
*
Ochocientos estudiantes árabes cursan estudios de
distintos grados en centros docentes de España.
* Un lago artificial con capacidad para doscientas em
barcaciones se va a construir en las proximidades de Va
lencia, formando parte del complejo turístico que la capi
tal levantina tiene en proyecto.
* Eh 1963, el comercio de Madrid aumentó sus ventas
en un 24 por 100 en los artículos de uso y disminuyó en
un 1 por 100 en los de alimentación. Esto indica que
los madrileños tienen cubiertas las necesidades primarias
y que sus mayores ingresos los destinan a vestir mejor y
vivir con mayor comodidad.
* Un promedio de cuatro pollos por habitante se han
comido en España durante el pasado año.
* Veinte mil guitarras de las que aquí se fabrican se
exportan anualmente.
* Madrid es la más barata de las grandes capitales del
mundo. Los hoteles, el tabaco, la ropa y las diversiones
tienen en la capital de España precios inferiores a los de
Lisboa, Londres, París, Roma, Nueva York y Tokio.
* En 1963 se matricularon 90.000 coches en España;
7.000 más que en 1962. Y 21.000 más que en 1961.
*
En Santander se está instalando una fábrica de negro
de humo con capacidad anual para producir 22.500 tone
ladas métricas.
*
El Consejo de Economía Nacional, en su estadística
de productor interior bruto por provincia, afirma que la
media española por habitante era de 18.000 pesetas en
1961. Trece provincias, sin embargo, tienen en el producto
bruto una participación mucho menor que la citada cifra
media.
*
La exportación de juguetes españoles representa un
total de ciento veinte millones de pesetas anuales.
* El valor de la producción lanera en 1963 se calcula
en 1.460 millones de pesetas.
*
La producción agrícola ha aumentado en los últimos
diez años en más del 50 por 100.
*
El 87 por 100 de los emigrantes españoles regresan
a su punto de partida a los tres años de ausencia.
*
El nuevo cable telefónico entre la Península y Tene
rife costará 525 millones de pesetas y dispondrá de ciento
sesenta canales.
Guíabibliográfica
Mary Purceli. EL GRAN CÁ4PITAN.Co
mentarios por Sir Charles Petrie. Tradu
cido por el teniente coronel Waldo Leirós
Freire.
Los grandes conductores son raramente personalidades
atractivas, pero Gonzalo Fernández de Córdoba era una
verdadera excepción y su último biógrafo ha destacado
este hecho en su libro.
Miss Purcell, en frases elegantes y en forma de fácil
lectura, describe un hombre que es solamente un nombre
para muchos que debían conocer mucho más acerca de
él. Admitimos que ella es partidista, pero difícilmente po
dría ser otra cosa si lo comparaba con su contemporáneo
el Caballero Bayardo. El Gran Capitán destacaba como un
preeminente ejemplo de soldado y de caballero, una com
binación que andando los años se ha visto que no era tan
común como podría suponerse. Su coetáneo nunca fue un
caballero. «Se dijo que Wellington tenía notable seme
janza con Napoleón y esta observación es aplicable a otros
grandes comandantes, pero seguramente no a Gonzalo de
Córdoba.»
Su carrera puede dividirse en dos partes: la campaña
•contra los moros, que termina con la rendición de Gra
nada en 1492, en la cual él sirve con distinción, aunque en
un puesto subordinado, y la de Italia, con total éxito,
cuando él era el jefe y conquistó Nápoles y Sicilia para
España. En efecto, la campaña contra los moros fue su
aprendizaje en las armas y él hizo un completo uso de
su experiencia en la de Italia. Cuando, al principio, el
Ejército español era poco más que una reunión de bandas
feudales, él era valiente, caballeroso, indisciplinado, qui
jote y, como consecuencia, poco confiable. Al final el sol
dado español llegó a ser el más notable en el mundo y
como tal estuvo considerado durante el siguiente siglo y
medio.
Aunque en extensión el reino de Granada no era grande
—200 millas de este a oeste y 60 de norte a sur—sin em
bargo, debido a su naturaleza montañosa, que hacía muy
difícil el abastecimiento, la tarea de los conquistadores fue
formidable. Las carreteras eran pocas. y los castillos mu-
chos, los cuales en su mayoría estaban construidos en las
cimas de las colinas y al borde de los precipicios, que
los hacía virtualmente inexpugnables hasta el adveni
miento del cañón, el cual, en estos primeros años de su
desarrollo, era tan pesado e incómodo que sin buenas
carreteras no podía moverse. Fueron los castillos y las
dificultades de los abastecimientos los que en el pasado
han forzado a las clásicas operaciones de la «cavalgada»
que rara vez permitía mantener la ventaja con carácter
permanente. De aquí la excesiva lentitud de la reconquis
ta. Debido a que la Caballería tenía poco empleo en las
operaciones de sitio, que era la esencia del problema, los
reyes Fernando e Isabel pusieron su atención en la Artille
ría, Ingenieros e Infantería.
En esta tarea España tenía la inestimable ventaja de
poseer en la reina, lo que el mayor general Fuller describe
como «uno de los más capaces capitanes generales de la
Historia)). Nada era demasiado pequeño o demasiado gran
de para su atención y fue ella la que introdujo dos limo
vaciones en la organización militar, que fueron la creación
de la sanidad militar y de un cuerpo de mensajeros de
campo, mientras la artillería era revolucionada por Fran
cisco Ramírez y el arte de la ingeniería por Fedro Navarro,
un auténtico carácter que había sido corsario y de quien
miss Purcell ha dicho mucho en sus páginas.
A lo largo de su carrera, Gonzalo de Córdoba podía con
fiar en el decidido apoyo de la reina Isabel, posiblemente
la más destacada mujer que jamás se sentó en un trono.
La relación íntima entre las armas y la política fue bien
comprendida por el Estado español de aquellos tiempos y
fue su incomparable Infantería, creación en su mayor parte
del Gran Capitán, la que permitió a España dominar el
mundo como un coloso durante la totalidad del siglo xvi,
y la primera parte del siglo xvii.
Estaba inicialmente dotada con espadas, escudos y jaba
linas, pero en las campañas italianas este armamento de
mostró su insuficiencia para vencer las fuerzas suizas y
francesas, y trajo como consecuencia la introducción de
la pica y el arcabuz. En adelante cada una de las compa
ñías estaba compuesta por 200 picas, 200 espadas y 100
arcabuces, mientras dos más estaban armadas exclusiva-
79
iieMe con picas. !natmente, en tiempos del reinado de
Carlos y, la unidad se convirtió en el famoso tercio, com
puesto de tres coronelías, o 12 compañías de 500 hombres
cada una. Estas legiones llevaban el nombre de su origi
nal cuartel general, tales como Nápoles, Sicilia, Lombardía
y Málaga. Más adelante, después de las campañas contra
los moros e italianos, la gran proporción de extranjeros
en el servicio español era digno de consideración. A la
muerte de Felipe III en 1621, de los 39 tercios existentes
entonces, sólo 7 eran españoles y de los otros, 13 eran ita
lianos, 11 walones, 2 borgoñeses y 2 irlandeses, mientras
había incluso 9 regimientos alemanes. Más tarde, por el
año 1759, de los 39 regimientos de infantería de línea, no
menos de 12 estaban compuestos por suizos, irlandeses,
walones e italianos. Eran los éxitos de esta Infantería la
que decidía a tantos extranjeros a servir en ella en dis
tintos puestos.
La creación de la primera clase de máquina de fuego,
no fue suficiente, por sí misma, para dominarla, lo que
se requería era un mando que supiera manejarla y recor
dara al mismo tiempo que sus componentes eran hombres,
como se hizo cuando el Gran Capitán ostentaba el mando
supremo. Entonces, cuando sus hombres marchaban, él
recorría la columna arriba y abajo, parándose aquí y allá,
para dirigirse bien a uno o a otro de sus hombres llamán
dolos por sus propios nombres, diciendo alguna cosa gra
ciosa a unos, palabras de ánimo a otros y dando a otros
la oportunidad de conocerlo personalmente.
Los españoles pueden haber sido los mejores soldados de
Europa, pero ellos fueron ciertamente no fáciles de mandar,
particularmente cuando sus pagas estaban atrasadas, lo
que ocurría con demasiada frecuencia. Las amotinaciOnes
estaban lejos de ser desconocidas, pero Gonzalo nunca per
dió la ocasión de tratar con ellos. En una ocasión una
amotinación fue tan lejos que un amotinado llegó a poner
su pica contra el pecho de su general, pero el Gran Capi
tán simplemente cogió la pica con su mano por la punta
y la desvió ligeramente hacia un lado, mientras decía
sonriente: «Bien hombre! Levanta tu pica un poco, no
vaya a suceder que sin querer me hieras,» Cuando, por
otra parte, él castigaba lo hacía duramente.
Los dos umnicosreproches que pueden ser legítimamente
cargados al Gran Capitán, fueron el abandono en manos del
rey Fernando, su personal enemigo, primero del joven du
que de Calabria y después de Cesar Borgia, en los que se
dice el rey había perdido su confianza, traicionándolOS en
cierto modo, a pesar de su más solemne promesa, llevado
más del espíritu de obediencia y subordinación a su man
do supremo, que del espíritu de justicia y clemencia que
figuraba en su historial. De esto estaba profundamente
contrito, como lo manifestó en su lecho de muerte, cuando
dijo: «Hay tres cosas en mi vida que lamento profunda
mente: romper mi palabra de compromiso dada al prín
cipe de Nápoles y Cesar Borgia y una tercera, pecar cono
ciendo a Dios».
Tres errores no fueron seguramente mucho en una vida
llena de tentaciones.
última epública espafiola, tras la etapa de confusionismo
y de inconsciencia política, ya tan estudiada hoy. Hay en
ella una ágil elegancia en la prosa, humorística, a veces
hilarante. Pemán consigue así penetrar en la técnica del
esperpento. Pero en él la vida adquiere un matiz más ri
sueño y amable que en la amarga visión valleinclaneSCa.
Es preciso conocer esta novela fácil y agradable que de
nuevo sale a la luz. Es también necesario saber y profun
dizar la anécdota para valorar el contenido trascendental
que el panorama de la época a que se refiere pueden reve
lar al lector agudo e inteligente.
Joaquín
SEGUNDA
Arrarás. HISTORIA
DE
REPUBLICA ESPAÑOLA.
LA
Joaquín Arrarás, el brillante y veterano periodista que
ha tomado la tarea de historiar los hechos y las figuras
de la Cruzada, así como las causas y orígenes de ella, pu-’
blica ahora el segundo tomo de su Historia de la segunda
República
española (Editora Nacional, Madrid, 1964), que
abarca desde la aprobación del Estatuto catalán, en octu
bre de 1932, hasta la derrota del intento de implantación
del «Estat Catalá» y la sangrienta revolución de Asturias
en octubre de 1934. Esto es, la etapa más decisiva de la
República en que se consuma el bienio de Azaña, se pro
duce el triunfo electoral de las derechas y las fuerzas
marxistas aceleran, extreman la subversión que es momen
táneamente derrotada, pero que no tardando dará al traste
con la República misma, pero este último episodio queda
para un tercer tomo.
Se hace también patente en estas páginas cómo la Repú
blica fue subvertida por tpdas aquellas fuerzas de la revo
lución que el régimen habla alentado y cuyos desmanes
no había sabido en su primer período contener, pese a
represiones tan violentas e injustificables como la de Casas
Viejas, que contrastaban con la ayuda y dirección de los
gobernantes mismos a otros hechos de claro sentido revo
lucionario. La revolución ha de estallar con toda su am
plitud justamente cuando un triunfo electoral en tode
José María Fernán. DE MADRID A regla lleva al poder y a una cierta esperanza republicafle
OVIEDO PASANDO POR LAS AZORES.
a una buena parte de la derecha española que se habis
Ediciones Rialp. 300 páginas; 70 pesetaS. puesto a servir con toda libertad al sistema.
El análisis de Arrarás está hecho sobre la auténtica do
La polifacética actividad de Pemán ha podido sorprender cumentación y las pruebas más irrecusables. La conspira
a más de un lector de sus obras- Pemán entretiene, ríe, ción separatista, el sectarismo de la ley de congregacione
polemiza, filosofa... Es poeta y dramaturgo, ensayista y pen religiosas, la nada realista conceptión y nefasta aplicaciór
sador.
de la reforma agraria, la pasividad ante el paro obrero, l
De Madrid a Oviedo pasando por las Azores es un ejem carencia absoluta de soluciones y decisiones para resolve
plo Insólito de esa capacidad que tiene Pemán para ser los problemas convivenciales, sociales y económicos mar
especialista en cualquier actividad intelectual. Es una viej a can el signo de la gestión de los hombres del 14 de abril
novela que salió a la luz hacia la mitad de la vida de la
O1’I
En estas páginas se dibujan con toda nitidez los progra
mas y desenvolvimiento de los partidos; los problemas y
las esperanzas entre los grupos y movimientos de carácter
monárquico, la fundación y desarrollo del movimiento f a
langista y su fusión con el jonsista, el clima que se va
creando para la necesidad de un movimiento nacional que
tendrá muy pronto que enfrentarse con la revolución roja,
cada vez más claramente definida en su sentido comunista,
cuando ya a Largo Caballero se le llama el «Lenin es
pañol)).
Resulta particularmente destacable de este libro cómo
Arrarás ha sabido unir la objetividad histórica con el calor
de un relatoS cuyos episodios han vivido tantos españoles
que están en pie para dar fe y que a tantos les concierne
todavía.
No podemos por menos de destacar la oportunidad de
la publicación de este libro cuando España se dispone a
onmemorar
sus veinticinco años de paz, que son el esfuer
zo colectivo por rectificar un siglo de historia y disolver
cualquiera recurrencia de aquella bronca pesadilla, de aque
ha mala aventura política de la segunda República que nos
condujo a una guerra.
Luis Guijarro y Agero, comandante de
Intendencia. MOVILIZACION DE RECUR
SOS ECONOMICOS. Grá/. Yagües, 5. L.,
Madrid, 1963; 326 páginas, con gráficos y
cuadros estadísticos; 24,5 x 17,5 centíme
tros; rústica.
Los temas económicos son objeto hoy día en España,
como en todo el mundo, de la curiosidad de amplios secto
res de la población; habiendo, diríamos que afortunadamen
te, rebasado el restringido círculo de los especialistas para
extenderse al de los profanos. Uno de los sectores más
interesados en las cuestiones económicas es el formado por
los profesionales de las Fuerzas Armadas, quienes atentos
siempre a mejorar su cultura, en beneficio de la propia efi
cacia, hace tiempo que comprendieron las bases económicas
de toda actividad bélica y procuraron instruirse en los cono
cimientos puros y aplicados de la economía. Entre esos
conocimientos destacan por su interés castrense los com
prendidos bajo el epígrafe Economía de guerra, cuya litera
tura en nuestro país no es muy abundante.
Tal literatura se ha enriquecido durante el pasado año con
la obra que nos ofrece el comandante Guijarro; quien, con
referencia al caso concreto de los Estados Unidos de
Norteamérica, nos presenta el apasionante tema de la
movilización de los recursos económicos en favor de la
aefensa nacional de forma sencilla, clara y eminentemente
práctica. El estudio de tal movilización está precedido de
un capítulo dedicado a sentar una serie de ideas básicas
sobre teoría económica que nos guían cientificamente en el
estudio de los problemas de dicha movilización.
Otra virtud, entre las muchas que cabrían destacar, en
cierra la obra que comentamos: proporcionar a su lector
un método para estudiar el potencial económico de una
nación, o comarca, como base para deducir su capacidad
militar; porque sabido es que el poderío militar es pro
porcional, en el sentido matemático de la palabra, al po
tencial económico. De aquí, el enorme interés que para el
gran público militar tiene el contar con un método cuya
aplicación sistemática le guíe en esta clase de estudios.
Imposible reseñar en esta breve referencia la forma en
que el autor va desarrollando el tema a lo largo de los ocho
capítulos en que divide su libro; quien lo lea, estamos segu
ros que no se sentirá defraudado.
EL ATAQUE A TRAVES DEL CÁNÁL
(versión española de la obra « Cross chan
nel attack», de Gordon A. Harrison).
Servicio Histórico Militar; Madrid, 1963;
602 páginas, con croquis; 27 centímetros;
rústica.
En la monumental obra titulada El Ejército
de los Esta
que viene pu
blicando la Jefatura de Historia Militar del Departamento
del Ejército norteamericano, uno de los tomos de mayor
interés es el dedicado al desembarco de las tropas aliadas
en Normandia, con las operaciones inmediatas. El segundo
volumen de la subserie, El teatro de operaciones europeo,
del que es autor Gordon A. Harrison, se denomina Cross
dos
Unidos en la Segunda
channel
Guerra Mundial,
attach.
La facilidad de poder leer ahora en castellano una obra
de esta envergadura, pone a disposición de todos no sólo
el estudio minucioso de la más importante operación anfi
bia, sino también la forma de trabajo del indudablemente
colosal organismo que es aquella Jefatura de Historia Mi
litar.
Más de seiscientas páginas, con veinticinco magníficos
croquis—en el original en varios colores, y en la traducción
en negro—permiten darse perfecta cuenta de los antece
dentes y desarrollo de la operación «Overlord», vistos a
través de una base de gran amplitud.
La obra está apoyada en la más amplia documentación
que posee el Ministerio del Ejército americano, más la del
Ejército alemán no destruida o enviada a la U.R.S.S. En
una nota bibliográfica se dice que el peso de los archivos
que contienen el material pertinente es de ((veintenas de
toneladas», y en el libro la relación de las fuentes principa
les y secundarias ocupa varias páginas; siendo verdadera
mente de lamentar que la documentación alemana haya suESTADOMAYOR
DELEJERCITO
SERVICIO
NISTORICO
)411.ITAR
EL ATAQUE
A TRAVES
DEL
CANAL
—a.——
o-—
z
Loo,-,
-,
frido mermas muy importantes, que sin duda hubieran
puesto en claro algunos puntos sobre la actuación del man
do germano.
El objeto de «Overlord» era montar y llevar a cabo una
operación con tropas y material establecidos en el Reino
Unido, para asegurarse una zona de partida en el conti
nente desde la que pudiesen desarrollarse ulteriores accio
nes ofensivas que se pretendía tuviesen carácter resolutivo.
La zona de consolidación de las cabezas de playa debía
contener suficientes facilidades portuarias para mantener
una fuerza de unas veintiséis a treinta divisiones, y permitir
su incremento posterior al ritmo de tres a cinco divisiones
al mes. Estas cifras son lo suficientemente elocuentes para
atraer la atención de cualquier lector distraído sobre la im
portancia del tema que tiene ante sus ojos.
21
De los diez capítulos de la obra, siete se refieren a los
antecedentes de la gran operación.
El plan «Overlord» fue elaborado a partir del 30 de julio
de 1943, esto es, un año escaso antes de tener lugar «el
ataque a través del Canal», pero su gestación va mucho
más allá, alcanzando al año 1941.Hay aquí un origen remo
to, un período de indecisión y un bosquejo primero, que
luego se va fraguando, revisándose y corrigiéndose en con
junto y en detalle. Al hablar de estos antecedentes se
considera, además, la situación alemana, los problemas
sobre el mando, las vicisitudes políticas, la resistencia
francesa, la maduración del plan por los intensos atAques
aéreos, etc.
Los tres capítulos dedicados al «ataque a través del
Canal se refieren al día D, al período 7-18 de junio y a la
toma de Cherburgo. «Había motivo—termina la obra—el
1 de julio para que los aliados estuvieran satisfechos con
lo conseguido hasta la fecha, pero no había tiempo para
recrearse en esa satisfacción. Los problemas de la próxi
ma etapa eran totalmente absorbentes. El próximo paso
era salir de Normandía...»
pectos de la psicología de la Petain. Finalmente, se expl
can en el libro los caracteres de la política militar fran
cesa anterior a 1939, responsable de toda la caída del paí
en el primer año de la segunda guerra mundial.
En el curso de su exposición el autor ha refutado coi
todo acierto los tendenciosos e incomprensibles pliegos d
cargos alegados contra el mariscal, que supo frenar la
consecuencias del desastre francés de 1940y escamotear la
responsabilidades del sistema político que llevó a Franci
a aquel desgraciado estado de cosas.
La obra es clara, densa y objetiva, y su autor, sin pasiói
ni partidismo, al servicio de la verdad histórica, nos pre
senta la visión de un momento no bien conocido y tendeE
ciosamente deformado.
Ministerio de Agricultura.
TES ESPAÑOLES. Hauser y
drid, 1963; 157 páginas con
ilustraciones; 30 centímetros;
LOS MOI
Menet. M
numerosa
rústica.
¿Se conocen los montes españoles?, señala en el prólc
go de este libro el director general de Montes, Caza y Pe
ca Fluvial. Y, sin embargo, resulta indudable que ahor
General Alfred Con quet. LUMIRES
SUR L’HISTOIRE. Nouvelles Editions empezamos a saber de ellos y, por lo mismo, a amarlos
Latines. Paris, 1963; 188 páginas; 22 cen mucho más que otras generaciones anteriores, que tal
poco hicieron para acrecentarlos.
Umetros; rústica.
Pero no sólo se trata de un amor platónico. El mont
El general Alfred Conquet, tan sobradamente conocido es un bien económico, patrimonio nuestro, de trascender
por sus estudios histórico-militares, a la vez que por su cia social, con un papel protector de la enorme riquez
magnifico libro El enigma de los blindados, ha tomado potencial de embalses y de ricos cultivos de los valles e
ahora la pluma para reivindicar un nombre olvidado, en pañoles.
El objeto de esta publicación es dar a conocer la real
tre errores y traiciones.
Su obra sobre el mariscal Petain comienza con una evo dad de nuestra riqueza forestal, que bien merece desperta
cación de los factores de diversa índole que llevaron a una curiosidad sana, y es como una introducción a 1
Francia a los cruciales días de mayo de 1940. Luego surge extensa labor realizada por la Administración pública cÓ
la figura del mariscal a través de una serie de recuerdos motivo del VI Congreso Forestal Mundial, para el cual E
póstumos del general Serrigny, que revelan profundos as- paña fue elegida como sede.
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