VII SEMINARIO NACIONAL DE FAMILIA: Retos y Posibilidades para las Familias, las Instituciones y el Estado frente a la Violencia, la Exclusión y la Pobreza. RED DE PROGRAMAS UNIVERSITARIOS EN FAMILIA NODO ANTIOQUIA. 2 y 3 de Octubre de 2014 UNA EXPERIENCIA COMUNITARIA EN COMUNA 13 Luz Amparo García Integrante Corporación CFC con la Niñez La Corporación CFC con la Niñez es un proyecto educativo no formal nacido y desarrollado con la comunidad. Surgió en el año 2003, con la intención de contribuir a la creación de condiciones para el bienestar y el desarrollo integral de niños, niñas, adolescentes y sus familias, en los sectores urbano y rural del territorio nacional. Para ello gestiona y articula proyectos, genera redes con otras organizaciones con fines similares, promociona y difunde los derechos de los niños, las niñas y los adolescentes en las familias, las instituciones educativas y demás organizaciones sociales e instituciones públicas y privadas; trabaja en la formación y cualificación de agentes educativos para el cuidado y estimulación del desarrollo de la niñez, para la protección y defensa de sus derechos e intereses y, para la gestión de su desarrollo integral; induce al aprendizaje de prácticas de crianza fundamentadas en el fortalecimiento del vínculo afectivo y en el trato amoroso y respetuoso entre los integrantes de la familia; fomenta el desarrollo y fortalecimiento de las organizaciones que trabajan por la niñez y la familia, a través de la asesoría en formación, gestión, acompañamiento e intercambio de experiencias y, además, forma para la convivencia y la construcción de ciudadanía. La organización tiene enfoque en niñez y su objetivo es contribuir a crear condiciones que posibiliten su desarrollo sano e integral. Dado que los niños y las niñas crecen y se desarrollan en interacción permanente con sus entornos: familiares, comunitarios e institucionales, los procesos implementados involucran a la población en general, como corresponsable de crianza y protección de niños y niñas; sin discriminación de raza, credo religioso, capacidad moral o intelectual. Los procesos de formación responden a objetivos según el grupo poblacional implicado: con los adolescentes, el propósito es potenciar su liderazgo, sensibilizarlos con la niñez y promover su participación como agentes sociales que inciden positivamente en los entornos en que se desenvuelven. Con las familias se promueve el buen trato, mediante el fortalecimiento del vínculo afectivo, el afianzamiento de valores; se quiere brindar un acompañamiento en la labor de socialización y de crianza de los hijos para que puedan propiciar ambientes adecuados, de convivencia y respeto, el cumplimiento de la totalidad de los derechos de las niñas y los niños, desde la gestación hasta terminada la adolescencia. En las instituciones educativas, el propósito es incidir en los Proyectos Educativos Institucionales, contribuir al fortalecimiento de las escuelas de padres de familia y promover el acercamiento entre la familia y la escuela. Con el resto de entidades participantes, coordinar acciones, recursos, difusión y proyección en la localidad. Por esta razón los contenidos y técnicas se adaptan al ciclo vital, al nivel educativo y características de cada grupo y persona participante, ya se trate de docentes, jóvenes, niños, niñas, madres comunitarias, familias o líderes sociales. Los procesos formativos son desarrollados a través de una metodología de tipo lúdico–pedagógico, con un enfoque participativo, flexible, que incentiva el aprender a aprender, aprender jugando y aprender haciendo. En tanto que los contenidos y técnicas se adaptan al ciclo vital y al nivel educativo de cada grupo participante: ya sea de docentes, jóvenes, niños y niñas, madres comunitarias o familias. Para lograr los objetivos en la adquisición de conocimientos, de habilidades y competencias para el cuidado y estimulación del desarrollo, la metodología se apoya en estrategias tales como talleres vivenciales, reuniones educativas, visitas familiares, grupos de estudio, jornadas lúdicas. Desde las cuales se trabajan las temáticas, respondiendo a las necesidades, intereses y particularidades de cada grupo participante. Para quienes participan en los procesos formativos la metodología resulta ser atractiva y adecuada, puesto que facilita expresar sus opiniones frente a las propias vivencias, analizarlas y a partir de ellas, generar cambios positivos. De manera participativa y altamente productiva se construyen definiciones, conceptos e ideas con base en la experiencia o el saber de los participantes, se motiva al diálogo reflexivo y la puesta en práctica en los diferentes entornos. Los aprendizajes son transmitidos y/o multiplicados a otras personas, por los mismos participantes, en los distintos entornos: familiar, institucional y comunitario, logrando sensibilización, mejor comprensión y nuevas formas de interacción que favorecen el desarrollo integral de la niñez, por lo que genera tranquilidad y confianza en los participantes, en su rol como madres, padres, agentes educativos, y otros cuidadores. Los y las participantes testimonian que la formación recibida desde las estrategias, ha permitido cambios positivos de actitudes y comportamientos a nivel personal y familiar, reflejados en madurez emocional, valoración positiva y más realista de sí mismos, en la manera de apreciar a sus hijos e hijas; mayor respeto por el pensar y actuar de los demás, mejoría en la participación e interacción familiar, aumento de la tolerancia y la responsabilidad con sus hijos e hijas. Un asunto que hace que la experiencia sea pertinente en el territorio y en el contexto es que está dirigido a grupos poblacionales altamente vulnerables y los temas de formación responden a su problemática; además de involucrar varios tipos de actores que tienen que ver con la niñez, incluyendo la familia. Se parte del reconocimiento de su importante rol en la crianza (participación que resulta ser estimulante cuando los padres aprecian cambios en sus propios comportamientos, en su manera de pensar, en el mejoramiento de la autoestima y en la relación con los hijos e hijas). Son varios los aspectos en que la presente experiencia organizativa ha generado impacto al interior de la organización y en el entorno. Entre los primeros, se destacan: la formación y el fortalecimiento del equipo de trabajo, la gestión para la conformación jurídica de la organización, el reconocimiento y solidaridad de otras organizaciones sociales y comunitarias de la localidad. El impacto de la organización a nivel externo, se evidencia en la formación de más de 3000 familias, agentes educativos institucionales y comunitarios, encargados de la crianza y formación de niños y niñas en temas de valores, autoestima, autocuidado, norma y autoridad, pautas de crianza, entre otros, a lo largo de 11 años de experiencia organizativa. Otro asunto por destacar y que es evidente en esta experiencia, es el manejo del capital humano y del capital social con los cuales se fortalece tejido social, trabajo en red y coordinación interinstitucional, todos fundamentales para gerenciar lo social. Cuando se orientan procesos con un sentido solidario, las comunidades toman consciencia de la necesidad de cambio, aprenden sobre el desarrollo local, se organizan y generan alternativas de solución a sus problemas. La experiencia presentada da fe de iniciativas comunitarias que nacen con las características mencionadas, realmente pueden ser exitosas. Para lo cual debe capacitarse en lo temático, pedagógico, metodológico, en la gestión, en la participación y en la acción colectiva de lo público. También ha de mencionarse que el proceso formativo a familias ha sido sostenible gracias a que la organización fue gestada, desarrollada y liderada por mujeres que viven en la comuna, que son competentes en el manejo de contenidos y metodologías, conocedoras cercanas y fehacientes de las necesidades, intereses y potencialidades del entorno.