EL PAPEL DE LA DEMOCRACIA EN SOCIEDADES POSCONFLICTO Y EN SITUACIÓN DE CONFLICTO ARMADO INTERNO: El caso de El Salvador y Colombia. Tito Hernando Pérez Pérez.1 La presente ponencia forma parte del proceso investigativo que se adelanta en el Doctorado de Estudios Sociales de América Latina en la Universidad de Córdoba-Argentina. Tiene como propósito presentar dos experiencias encaminadas a procesos de restablecimiento de la paz. El primero de ellos centra su atención en el caso de El Salvador a partir del proceso de paz que se adelanto en la década de los ochenta y que culmina en los años noventa; el segundo caso se aborda la situación de Colombia, en dos escenarios, los procesos fallidos de paz y su opción por la salida militar. El eje central de indagación, pretende abordar desde la perspectiva comparada ¿cuáles son los aportes y los retos que tiene la democracia en cada uno de estos casos para superar los conflictos y hacer el tránsito hacia sociedades posconflicto. Para ello se utiliza como metodología el análisis documental, a partir de la producción académica y de los diferentes registros institucionales que han dejado los actores en cada uno de los procesos. Las experiencias de procesos de paz en América Latina, se enmarcan en dos escenarios fundamentales, en primer lugar, aquellos acuerdos que se lograron materializar a partir de los procesos de desmonte de las dictaduras militares y su consecuente transición hacia la democracia, en este sentido son claves los casos de Uruguay, Chile y Argentina principalmente. En un segundo aspecto, se encuentran los procesos de paz que se desprenden de los procesos de liberación nacional y las guerras civiles que se presentaron en Centro América, donde Nicaragua, Guatemala y Salvador se constituyen en los casos enigmáticos de guerra y posterior desarrollo de los procesos de paz internos. En el caso argentino se observa como con el ascenso de los militares al poder las instituciones democráticas son afectadas en su totalidad, llegando a procesos autoritarios que marcaron en un periodo corto la abolición de los derechos básicos de la humanidad e incorporaron en todo el territorio el terror, la desaparición y muerte de aquellos a quienes el poder militar consideraba sus “enemigos”. Luego la reconstrucción de los principios básicos del sistema democrático, se constituyó en uno de los ejes centrales del proceso de salida de la dictadura y de la reconstrucción del Estado de derecho, en ese país. 1 Docente investigador Universidad de La Salle de Bogotá. Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. En el caso salvadoreño, fuera de la fuerte intervención norteamericana (Molinari, 2009) a favor de la junta cívico militar encabezada por Duarte, se observa una situación similar a la Argentina, ya que fruto de la confrontación las arcaicas instituciones democráticas del Salvador también se vieron fuertemente atropelladas. Colombia por su parte se constituye en un caso suigeneris en el ámbito regional, ya que enfrenta una guerra permanente durante cerca de cincuenta años, entre fuerzas subversivas con diferentes concepciones ideológicas, el Estado colombiano y a comienzos de los años ochenta del siglo XX, entran en la escena de la confrontación los grupos de autodefensas (paramilitares). Pero paradójicamente pese a los niveles de la confrontación, las instituciones democráticas se mantienen. Situación que puede ser explicada por el hecho bajo el cual la confrontación armada no ha cobijado a todo el territorio nacional y su desarrollo ha estado ligada fundamentalmente a zonas rurales o de ciudades intermedias. Pero también es particular el caso colombiano, ya que es el único conflicto en América Latina, que se origina a lo largo de la guerra fría y se mantiene en los procesos post y fin de este episodio de la geopolítica internacional. El Salvador: una guerra y un proceso de paz que no solucionaron los problemas estructurales de la sociedad salvadoreña. La violencia en el salvador tuvo en los años ochenta un carácter eminentemente político, donde la guerra sucia y el asesinato de los adversarios políticos dieron origen a la guerra civil, la violencia adquiere un marcado tinte bélico. El Salvador desarrolla en su interior una guerra civil que enfrenta principalmente al Estado contra la guerrilla del FMLN (Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional) que agrupaba los cinco grupos subversivos principales. Es un conflicto en el cual la injerencia de los Estados Unidos y especialmente la política Reagan es fundamental, convirtiéndolo en palabras de (Nieto, 1999) en un conflicto Este-Oeste, donde en 1981 el Gral. Haig, secretario de Estado de los EE.UU. muestra su intención de combatir la subversión comunista apoyada por Cuba, Nicaragua y la Unión Soviética. La violencia en el Salvador se desata en medio de la pobreza y la marcada desigualdad social, con una fuerte impunidad frente a los crímenes de las fuerzas del orden contra la población civil. El gobierno niega los crímenes o los oculta y si hay evidencias sustanciales sobre los crímenes de altos oficiales, son trasladados o enviados al extranjero con cargos diplomáticos. Personas pobres, militantes de izquierda, servidores de la iglesia, intelectuales y campesinos pobres, se constituyen en los blancos de las fuerzas del Estado y los crecientes grupos paramilitares. Solo para citar un caso, (Nieto, 1999, p. 441) indica que en un informe de la oficina de socorro jurídico del arzobispado de San Salvador, certifica que entre 1980 y 1981, ocurrieron 21.000 asesinatos de civiles a manos de las fuerzas del gobierno. El conflicto se desarrolla en medio de procesos electorales a través de los cuales se escoge en 1982 una Asamblea Constituyente, y elecciones de Presidente en los años 1984 y 1989, siendo las elecciones de este ultimo años las que llevan al poder a Cristiani, representante de las fuerzas más reaccionarias del país, pero quien a la postre terminaría firmando el proceso de Paz en el Salvador. El 1 de Enero de 1992, después de 12 años de guerra en sesión de la ONU en Nueva York, se firma la paz, en dichos acuerdos se establece la reducción de las Fuerzas Armadas de 56.000 a 20.000 miembros, se pide llevar a juicio a los miembros de las fuerzas del orden responsables de graves violaciones a los derechos humanos y el FMLN, se compromete a desmovilizar sus fuerzas. El cese definitivo se hace un mes después el 1 de Febrero de 1992. Por otra parte, se crea una comisión de la verdad de la ONU y en marzo de 1993 pública su informe, donde se indica que cerca del 85% de los crímenes son responsabilidades del ejército, de los organismos de seguridad del Estado y de los escuadrones de la muerte. Paradójicamente al día siguiente de presentarse el informe Cristiani convoca a la Asamblea Legislativa para que se promulgue una amnistía total y general; la cual en días posteriores es aprobada por el congreso, lo que evidencia el comienzo de los tropiezos que enfrentará el naciente proceso de paz en el Salvador. De esta amnistía no se benefician los guerrilleros responsables de asesinatos de ciudadanos norteamericanos, constituyéndose en una medida discriminatoria sin sustento legal (Nieto, 1999, pp. 461-462) El investigador (Sáenz de Tejada, 2007) frente al caso del país centroamericano plantea dos escenarios fundamentales en sus proceso de reconstrucción de la paz a partir de la propuesta democratizadora: el primero se ocupa de reconstruir los mecanismos a través de los cuales las democracias podrían dar lugar a políticas igualitarias, a través de la existencia de proyectos políticos, más allá de los partidos políticos, con componentes democráticos e igualitaristas. Un segundo escenario es aquel donde se capte el impacto de la desigualdad y la pobreza en la política democrática, a partir de plantear la distorsión estructural del sistema político, que genera que en condiciones de alta desigualdad, la democracia se convierta en productor y reproductor de asimetrías de poder. En el caso del Salvador durante la década de los años ochenta, se presenta un proceso de democratización desde arriba con objetivos fundamentalmente contrainsurgentes y, desde finales de los noventa una trayectoria de democratización desde abajo que permite la inclusión de grupos y demandas excluidas. La apuesta por la democracia en el proceso de Paz de El Salvador. En la década de los ochenta la preocupación de los salvadoreños se centraba en la situación económica del país y en el conflicto bélico; pero con los acuerdos de paz de 1992, la preocupación por la guerra pasa a un segundo plano y surge la delincuencia como uno de los principales problemas de la sociedad salvadoreña. Los resultados de la paz y la democracia no parecen ser los esperados, centro América y el Salvador siguen siendo una de las regiones más pobres y desiguales de Latinoamérica e incluso la democracia también sufre fuertes problemas. Esta situación se desprende del hecho que la pobreza y la desigualdad son de larga data, lo que explica el origen del conflicto social y político. Las democracias surgidas de la posguerra han tenido serias dificultades para enfrentar esta situación: la desigualdad tiende a aumentar y la pobreza no ha retrocedido de manera significativa (Ver informes de desarrollo humano y informes del Banco Mundial), luego la democracia y la participación política no han logrado generar mejores condiciones de vida para los salvadoreños, lo que indicaría que la exclusión económica y social se asocia con la exclusión política. Esto implica que la democracia debe ir más allá de la construcción de un régimen político que acentúa procedimientos para elegir autoridades, y debe trascender a una forma de organización social, fundamentada en el ejercicio pleno de la ciudadanía y en la creación y desarrollo de acciones democráticas que permee el ámbito social. Sobre todo en una sociedad donde los grupos dominantes sucesivos han desarrollado y han mantenido diferentes formas de dominación, sobre grupos mayoritarios de la ´población a partir de la exclusión política, económica y social. Por otra parte, la situación de pobreza tiende a mantener y reforzar la exclusión política de los individuos, en tanto que ésta nos solo daña la salud física sino que limita la autonomía de agencia, y más aún evita el desarrollo de la autonomía critica. Luego la exclusión desde arriba y las limitaciones a la construcción de la autonomía crítica desde abajo se constituyen en un círculo vicioso que impide la instauración de una democracia plena y limita el desarrollo social. Postula por otra parte (Sáenz de Tejada, 2007), indica que tampoco se ha logrado superar el modelo agro exportador tradicional y que las inercias y el estancamiento están asociados a la no resolución del conflicto político y produciendo nuevas dinámicas de empobrecimiento y desigualdad. Algunos autores consideran que parte del problema en la materialización de la democracia obedece al factor tiempo, ya que son sociedades muy jóvenes que requieren un tiempo prudente para llegar a su madurez, por otra parte, se señala que otro inconveniente en el proceso de consolidación de la democracia obedece a las insuficiencias y deficiencias de las instituciones políticas del Salvador, que reproducen las dinámicas históricas de dominación y exclusión. Lo anterior se relaciona con la debilidad de los Estados, los cuales son tradicionalmente débiles y se han visto enfrentados al desgaste de las guerras civiles. En el caso del Salvador se pasa de un Estado contrainsurgente a uno muy reducido Otro escenario que ha generado problemas se relaciona con el tema de la ciudadanía, ya que se requiere de autores que puedan actuar con autonomía de agencia, y autonomía crítica; y en este sentido la larga historia de exclusión y pobreza tiene consecuencias que se expresan en las limitaciones que los ciudadanos tienen para expresarse como tales. Luego es importante problematizarse la política de los pobres y excluidos y las posibilidades que desde ahí puedan tener los sujetos que democráticamente modifiquen el sistema social. El investigador argentino (Ansaldi, 2007) señala como paradójico que los actores quienes tomarán la iniciativa de la democratización eran la derecha y sus proyectos contrainsurgentes. Donde el centro del proceso se oriento a democracias de carácter electoral, con una fuerte implantación institucional y una “poderosa influencia internacional, básicamente norteamericana”; donde la democracia política parecía ser el límite posible. (pg.22) En este sentido interactúa un entramado de instituciones formales que limitan la participación, la representación y la competencia política; con instituciones informales que mantienen dinámicas de exclusión. El funcionamiento de lo político esta correlacionado con procesos distributivos y redistributivos (knight), lo que para el caso se traduce en que el acaparamiento del poder político refuerza la concentración de los recursos económicos. De la democracia política a la democratización de los recursos. Las democracias de posguerra en Centro América surgieron en un periodo de intensas transformaciones que implicaron cambios de las instituciones políticas; en el modelo económico; y el desmantelamiento del Estado: la simultaneidad de estos procesos definieron los límites y los alcances del régimen político. Los Estados fueron despojados de instrumentos y recursos para enfrentar la pobreza y la desigualdad, lo que traduce en un vaciamiento de la política.(Sáenz de Tejada, 2007). Otro aspecto esta relacionado con el proceso de transformaciones económicas que se han dado que ha constituido el cambio en el modelo económico. Luego el reto no es solo articular un modelo de desarrollo económico que permita la inserción exitosa de los países en la economía mundial; sino que dicho modelo ataque las condiciones de desigualdad y erradique la pobreza. De acuerdo con (Artiga-González, 2004), los quince años de gobierno del partido de derecha ARENA, bajo los cuales se presento el proceso de paz en el Salvador, aplicaron de forma disciplinada y sin mayores resistencias sociales las reformas emanadas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, léase: privatizaciones de servicios públicos, la banca; la transformación del sistema de pensiones; privatización de los ingenios de azúcar y firmas de tratados de libre comercio entre otros. Por otra parte se reducen los gastos del Estado mediante políticas de reducción del aparato estatal, igual sucedió con la reducción de las nominas estatales. Estas reformas han estado acompañadas con el incremento de la violencia social que padece la sociedad salvadoreña propiciando grandes migraciones hacia los Estados Unidos. Qué se negocio en el proceso de Paz de El Salvador. En el caso salvadoreño (Vilas, 1996) indica que los ejes centrales del acuerdo de paz se centraron en los siguientes aspectos fundamentales: desmilitarización, derechos humanos, democratización y transferencia de tierras. La salida de la ONUSAL encargada de verificar los acuerdos de Paz se da en Abril de 1995 y en su informe se determina que efectivamente hay avances en cuanto a libertades, garantías cívicas y políticas y de derechos humanos; pero por otra parte se indica que persisten fuertes desigualdades e injusticias en materia social y económica, donde en palabras de Vilas “ el pluralismo político se articula a una política económica de exclusión social, y la reactivación económica coexiste con elevados índices de empobrecimiento, en un contexto de desmovilización social. (pg.78). En lo referente al proceso de desmilitarización, se establece que cerca de la mitad de los efectivos de la Fuerza Armada de El Salvador (FAES) fue desmovilizada, los cuerpos de seguridad fueron disueltos y se creo la Policía Nacional Civil (PNC) como remplazo de la cuestionada Policía Nacional que dependía de la FAES. La desmilitarización también implicó el fin de las empresas y agencias gubernamentales que generalmente estaban bajo la dirección de altos mandos militares. Sin embargo, la FAES siguió teniendo un importante presupuesto y funciones relevantes en el tema de seguridad e inteligencia, que en diversas ocasiones le permitieron violar los acuerdos emanados en el proceso de paz. Situación que contrasta con la rápida evolución que sufrió el FMLN en su proceso de constituirse como una organización civil. En cuanto a la seguridad pública, ya se ha mencionado como después de la paz, la delincuencia pasa a ser el problema más relevante de El Salvador, seguido por el desempleo y la corrupción gubernamental. Lo que indica que la violencia política de los años ochenta, no ha sido acompañada por la reducción de formas violentas relacionadas con delincuencia común (asaltos, pandillas o maras, secuestros con fines extorsivos), favorecidas por la existencia de armas y expertos en el manejo de las mismas. La alternativa en los procesos de seguridad le correspondió a la Policía Nacional Cívica (PNC), que debió integrarse con miembros de la FAES, el FMLN y en su gran mayoría por candidatos civiles, pero que en diversas ocasiones ha sido cuestionada por violaciones a los derechos humanos y persistencia de estilos autoritarios en su desempeño. En lo referente a los derechos humanos y el poder judicial, se indica por (Vilas, 1996) que se ha avanzado en el tema de las denuncias, más que en materia de protección, promoción y resolución de casos. Se evidenció un fuerte proceso en la creación de instituciones que protegen los derechos de la mujer y la niñez a través de la procuraduría y los tribunales de familia muchos de ellos con fuerte presencia de mujeres. Lo anterior se contrapone con las demoras en la depuración y reforma del poder judicial, lo que marca caminos en la impunidad y en el conocimiento de la verdad sobre las violaciones a derechos humanos. Frente a los procesos de democratización se evidencian avances en los procesos electorales, los cuales como se identifico nunca fueron suspendidos pese a la radicalización de la guerra. Pero el gran reto se encuentra en los procesos de transformación de la cultura política del autoritarismo de las élites y algunos sectores de la población. Si bien se ha logrado un clima de tolerancia entre las diferentes posturas políticas, coexisten en un ambiente de inseguridad pública; y por otro lado se evidencia como las desigualdades sociales cuestionan la vigencia de los derechos de la ciudadanía y configuran escenarios parecidos a la etapa anterior al conflicto armado. Uno de los problemas sentidos de la sociedad de El Salvador antes del conflicto armado lo constituye la apropiación de la tierra, y es en este campo donde se registran los mayores atrasos en el cumplimiento de los acuerdos ya que tres años después de la firma de la paz un porcentaje inferior al 30% tanto de los excombatientes del FMLN, como de la FAES, consiguieron tierras; y quienes lo hicieron experimentaron limitaciones crediticias, asistencia técnica y capacitación. Por otra parte el tamaño reducido de las parcelas, y la falta de apoyo financiero e institucional han dificultado la posibilidad de desarrollar una actividad productiva sustentable. En conclusión se establecieron avances más en paz que en democracia, en desmilitarización, más que en vigencia de derechos humanos y justicia; y en reformas constitucionales más que en cuestiones económicas y sociales. CIERRE CON COLOMBIA CONCLUSIONES Referencias. Ansaldi, W. (2007). La democracia en América Latina, un barco a la deriva, tocando en la línea de la flotación y con piratas a estribor. Una explicación de larga duración. In W. Ansaldi (Ed.), La democracia en América Latina, un barco a la deriva. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica de Argentina. Artiga-González, A. (2004). El Salvador. Maremoto electoral en el 2004. Nueva Sociedad, 12-22. Molinari, L. (2009). El Salvador: De la masacre de 1932 a la guerra civil. In D. Feierstein (Ed.), Terrorismo de Estado y Genocidio en América Latina. Buenos Aires: Prometeo libros. Sáenz de Tejada, R. (2007). Democracias de posguerra en Centroamérica: Política, pobreza y desigualdad en Nicaragua, el Salvador y Guatemala (1979-2005). Doctorado en Ciencias Sociales, CLACSO-México, México. Vilas, C. (Ed.). (1996). Un balance de los acuerdos de Paz en el Salvador. México: Centro de investigaciones Interdisciplianrias en Ciencias y Humanidades,UNAM.