elementos clave salvatorianos

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ELEMENTOS CLAVE
SALVATORIANOS
Carisma, Misión, espiritualidad, identidad
Folleto 3
Comisión Internacional Conjunta
del Carisma
Sociedad del Divino Salvador
Madrid-Bogotá-Caracas-Quito-San Marcos
1
PREFACIO
Querdido salvatoriano
Querida salvatoriana
Bienvenido al tercer folleto de la serie, Elementos clave salvatorianos: carisma,
misión, espiritualidad e identidad, publicados por la Comisión Internacional Conjunta
del Carisma(IJCC). Nos complace presentar en este folleto, artículos escritos por
miembros de las tres ramas salvatorianas, que viven en diversos paises del mundo.
Cada texto es diverso y se puede leer solo. No obstante los reunimos en una sola
publicación esperando que juntos, sean más útiles para la formación salvatoriana tanto
inicial como permanente.
Una vez más hemos escogido para la reflexión, artículos breves que puedan ser leidos
de una vez. Están reunidos en un folleto que cabe en el bolsillo del sobretodo o en el
maletín o en el bolso. Sabemos que eres una persona muy ocupada y por eso te
invitamos a que este folleto se convierta en tu compañero de viaje y en desafío
durante tu recorrido personal hacia la integración de nuestra agraciada herencia
salvatoriana.
Esperamos que este material en vez de ofrecerte respuestas definitivas, te provoque
nuevas preguntas sobre la forma de vivir como salvatorianos. Pregúntate: Cómo vivo
yo los elementos de nuestro carisma,misión, espiritualidad e identidad? Qué aspectos
creo que son esenciales para que crezcamos en el futuro?
Para terminar te invitamos a dialogar con otras personas sobre estos temas. Quizás
deseas escribir una corta reflexión y enviarla a la IJCC. Nos gustaría mucho agregarte,
en nuestras próximas publicaciones, a la creciente lista de autores salvatorianos.
Cualquiera que sea tu respuesta, esperamos que este folleto contribuya positivamente
a tu vida y misión.
En el Salvador
La Comisión Internacional Conjunta del Carisma.
………. [lista]
2
MATEO 28: 16-20
CONSECUENCIAS PARA LOS SALVATORIANOS HOY
Por
Carol Leah Thresher, SDS
I. INTRODUCCION
Los últimos versísculos del Evangelio de Mateo aquieren una importamcia especial
para mi en mi trabajo de formación permanente con salvatorianos alrededor del
mundo. Este es uno de los textos claves empleados por nuestro Fundador Francisco
Jordan en sus primeros escritos y en las reglas para el grupo. Quiero emplear esta
oportunidad para tener una mejor comprensión exegética de esta importante raíz de
nuestra misión.
A. Centro de la Misión
Debido a mi fuerte interés, este documento examina los aspectos de la misión del
texto. Hago esto absolutamente consciente de que existen muchos otros modos de
acercarse a este pasaje. Encontré esto en la limitada lectura que pude hacer para este
ensayo. Los estudiosos apuntan al impacto de esta perícopa: cristología, escatología,
eclesiología y teología trinitaria, así como otros campos. i Y como todos ellos son
importantes para una comprensión completa del texto, podré seguirlos aquí.
B. Metología
Con el fin de comprender major el significado de misión en Mateo 28: 16-20,
emplearé las herramientas de la crítica histórica. Este acercamiento nos ayudará a
descubrir lo que las palabras claves del texto significan para la primera comunidad
para cual fueron escritas. Además, aprovecharé algo de lo hecho por los estudiosos
del criticismo narrativo. Esto nos ayudará a comprender como la perícopa misma
funciona en el Evangelio como un todo en términos de su impacto en el lector.
Siguiendo este breve análisis, me digiré a un punto hermenéutico específico. Aquí
espero indicar algunas de las implicaciones que tiene este texto fundacional para los
salvatorianos hoy.
II. COMPRENSION EXEGÉTICA DE LOS ELEMENTOS CLAVES DE LA
MISIÓN.
Cuando comienzo a mirar más profundamente a Mateo 28:16-20, comienzo a notar
que una comparación de estos versículos en la mayoría de las traducciones inglesas no
revela diferencias significativas de opinión sobre las palabras clave de parte de los
traductores. Having dijo, necesito reconocer el uso de Daniel Harrington's de Gentiles
en lugar de todas las naciones en el versículo 19 es una excepción a esta observación
general ii. Deseo regresar al caso que él hace para esta palabra elección cuando trato
este elemento de misión con más detalle.
A. Vista general de Mateo 28:16-20
Esta perícopa es la palabra final en el Evangelio de mateo. Tal como el dibuja
el final este evangelio la cual dio un énfasis especial Jesús el maestro en su mensaje.
Es pues el segundo de solo dos apariciones de Jesús después de la resurrección
redordadas por este evangelista.
Muchos comentarios sugieren que nuestros versículos son mejor entendidos
como un resúmen de todo el evangelio de Mateo. John Meier los llama “la clave” del
entero evangelio. iii El pasaje pone unidos muchos de los temas que han sido
especialmente importantes para la totalidad del mensaje de Mateo. Para nuestro
propósito aquí este incluyte: discipulado, misión y enseñanza. Las críticas narrativas
nos alertan sobre la función de esta perícopa en la vida del supuesto lector del
evangelio. Esto sirve para dibujar a los seguidores futuros de Jesús en la post-
3
resurrección misión de los discípulos. iv Así podemos ver que el contexto general y la
estructura de la perícopa se refieren específicamente al evangelio como un todo y
función como una importante conclusión del mensaje.
Con el fin de cumplir su propósito Mateo mismo extendió su fuente Marcan
hasta el punto donde algunos sienten que “con toda probalidad Mateo mismo
compuso el pasaje.” v Señor y Stuhlmueller vinculan en movimiento expansivo de la
perícopa en el futuro (v. 20) a la narración de la infancia (Mt. 1-2) que puso la historia
de Jesús en “el pasado de Israel y diseñó el trascendencia de Jesús desde el el
comienzo de sus historia humana.” vi Dicen que nuestro texto tiene una importante
función dentro de la narrativa. Esto empuja “…el primer borde la historia de Jesús
dentro de la historia de la propia comunidad…” vii Como un resultado el Jesús del
Evangelio de Mateo extiende y abraza la trascendencia de pasado y futuro.
B. Palabras claves
1. Haciendo Discípulos
Aquí encontramos el verbo mathēteuein que es usado en el v. 19 en su forma
imperativa mathēteusate. Tres de las cuatro veces que el verbo es usado en el NT, lo
encontramos en Mateo (13:52; 27:57 y 28:19). Obviamente se relaciona directamente
con su forma sustantiva mathētēs que figura tan importantemente en el Evangelio de
Mateo. viii En nuestra perícopa, haciendo Discípulos es la primera tarea de la misión.
Los once son encargados de “discipular” a otros. Autorizados de lo alto (v. 18), el
Jesús resucitado confía su trabajo a los discípulos. Ellos deben ir y hacer lo que él ha
hecho. Así como él los “hizo discípulos” a ellos, así ellos deben “hacer discípulos” a
otros.
En los primeros tiempos del Nuevo Testamento la palabra discípulo se
empleó para describir un aprendiz y uno que se unía al gran maestro. ix Ubicando esta
actividad como punto focal de la misión, Mateo subraya que no es suficiente la
proclamación del mensaje. “La comunidad es llevada al mismo tipo de experiencia de
conversión que tocó los discípulos de Jesús: creer en Jesús y transformación de vida
sobre estas bases” x
A la luz de este discipulado, Lucien Legrand llama la atención críticamente en la
traducción tradicional del participio going (yendo) como go (ir) en el v. 19. “Cuando
traducimos este participio en el imperativo, falsificamos su significado. Cambiamos el
énfasis de la frase” xi El imperativo real es hacer discípulos, porque el énfasis en la
formación y no en la partida. “Es curioso observar, con la mayorí a de los traductores
competentes, la insidiosa tentación de reducir la misión al único esquema de la
imagen romántica del misionero!” xii Encuentro el comentario de Legrand como una
amplia ayuda así como la corrección de mi comprensión de las palabras de Mateo.
2. Todas las Naciones
La frase panta ta ethnē es también central para la comprensión de la misión en el
texto. Su ámbito universal está en contraste directo con las restricciones tempranas
encontradas en el el mismo evangelio. En Mt 10:5 Jesús dice específicamente a los
discípulos de no ir a los gentiles ni a los samaritanos sino solamente a las ovejas
perdidas de Israel. Los estudiosos explican la aparente contradicción de diversas
formas. A través de un estudio de la palabra centrado en el uso de Mateo de ethnē,
Hare y Harrington argumentan que la traducción debe debería ser Gentiles y no
Naciones. Ellos sugieren que “…en una visión de conjunto de Mateo de la historia de
la salvación, el Reino de Dios ha sido quitado a Israel y dado a una nación (ethnos)
que produce frutos… p.e. la Iglesia” xiii.
4
Desde mi punto de vista, otros comentadores argumentan en forma más convincente
que ethnos significa nations y que la restricción en 10:5 se pone cortamente en la
parte final de la historia. xiv Senior y Stuhlmueller sostienen la mission teológica de
Mateo es el resultado directo de “…la Buena voluntad de los gentiles para responder a
Jesús, y de ese modo transforman sus vidas sobre la base de su enseñanza…”xv Aún
pensó Mateo que estaba escribiendo para una comunidad judeo-cristiana, y tenía que
explicar de alguna manera la existencia de la misión ampliada a los gentiles. Lo hace
mostrando que la gracia de Dios es ofrecida a todos. “Para Mateo, entonces, la misión
de la Iglesia a los gentiles no es un accidente de la historia sino una consecuencia de
la historia: un acto de Dios destinado para el final de la época cuando se esperaba que
las fronteras de la salvación fueran abiertas a todas las naciones” xvi Los argumentos a
favor de una comprensión inclusiva de la frase me convencen más, ambos desde una
perspectiva histórico-crítica de la situación en la comunidad de Mateo, así como
desde un análisis crítico-literario ve la llamada a misión universal como un fracaso”
…. Los límites entre la historia del mundo del texto y el mundo real del lector
implicado…”xvii
3. Bautizandolos
Según Mt 2(:19, la primera actividad necesaria al hacer discípulos es el
bautizarlos. Para el lector que ha seguido la misión de Jesús a través de la narrativa de
Mateo esta directiva viene como algo de una sorpresa. En contraste con Juan, Jesús no
bautizó sus discípulos. Ahora el dice a sus seguidores el hacerlo en el nombre de la
Trinidad. La formula trinitaria nos alerta sobre el posible origen de esta parte del
encargo misionero. En ninguna otra parte de Mateo encontramos una tal referencia
directa a la Trinidad. Más probable es que sea un reflejo de la práctica de la primera
iglesia. xviii
Para nuestros propósitos lo que es importante aquí es que la misión de hacer
discípulos está inmediatamente conectada a la formación de comunidad, iglesia. El
contexto eclesial en el cual fue legitimado el lector original del evangelio por su
origen en las palabras de hacer misión del mismo Jesús. Estas palabras nos dan el
fundamento para un método de evangelización que valora la fundación de
comunidades estables. Según Jacques Matthey, ellas suponen “el que ser un discípulo
significa el un miembro de un pueblo claramente definido, la Iglesia, con sus
estructuras, una cierta institucionalización, una tradición y un estilo de vida específico
ambos desde un punto de vista ético o material.” xix Para nosotros, lectores modernos,
estas sugerencias de la gran co-misión de Mateo supone que nuevos discípulos son
incorporados a la comunidad. Llegando a ser seguidores de Jesús deben ir más allá de
una puramente privada e individual aceptación de Jesús. Esto supone una
incorporación pública en un grupo.
4. Enseñando
Finalmente, el autor de Mateo nos regresa a una de los temas claves
desarrollados a través del evangelio. Jesús el maestro anima a sus seguidores a
enseñar todo lo que él ha enseñado. Nuevos discípulos tienen que aprender el camino
de vida que les ha sido explicado en las narraciones enseñadas a través del todo el
evangelio. Los discípulos tienen que aprender del Maestro. Ahora en la nueva época,
ellos reciben la autoridad de de instruir a otros como vivir según los mismos
principios o “mandamientos” que ellos recibieron de Jesús.
Este interdicto nuevo subraya la importancia de algún tipo de estructura para
la nueva comunidad. La proclamación no puede estar sola. Como adición a la
iniciación a la comunidad, la misión auténtica incluye la instrucción en un camino de
5
vida. Así la formación es una parte esencial del trabajo de la misión. Legrand afirma
que, “en Mateo mission indica un programa a largo término: sacramento, formación
continua, y ética según la nueva justicia”. xx Este elemento no solo refleja el ideal de
una fe estable de la comunidad sostenida por los lectores originales de Mateo, sino
también en los misioneros actuales con importantes preguntas sobre programas a
largo término.
C. Sumario de la Misión en Mateo 28:16:20
Al haber considerado las palabras clave que describe la mission en nuestra
perícopa, intentemos dibujar juntos lo que realmente dice. Nuestra exégesis muestra
que los Once fueron humildes para ir y hacer lo que Jesús hizo con ellos p.e. hacer
discípulos y enseñar. De todos modos, al hacer esto ellos fueron más lejos de las
fronteras que presentó Jesús al establecer comunidades de creyentes y recibiendo
gente de fuera dentro de ellas.
Nos podríamos preguntar cómo la comunidad mateana econtró el valor para ir
más allá de lo que Jesús había hecho. Sabemos que ellos estaban viviendo en el
tgiempo en el cual la misión entre los gentiles estaba ocurriendo. De hecho, esto
impactó su propio grupo. Como justificaron ellos la respuesta a Jesús que estaba ya en
proceso? Nuestra pista a su respuesta se esconde dentro de la misma perícopa.
Las cosas son diferentes después de la resurrección. Ha comenzado una nueva
época. Jesús ha colmado las esperanzas y las expectativas de la época antigua. Ahora
é inaugura algo nuevo y a los discípulos que él ha preparado se les confía el portarlo
adelante. Al hacer esto, están convencidos de que él les acompañará en su creativo
empuje hacia el futuro con su visible presencia hasta el final de los tiempos (v. 20).xxi
seguros que el les
Things are different after the resurrection. A new age has begun. Jesus has
fulfilled the hopes and expectations of the old age. Now he inaugurates something
new and the disciples that he has trained are entrusted to carry it out. As they do this,
they are assured that he will accompany their creative push into the future with his
abiding presence until the end of time (v. 20). Así la Cristología de Mateo subraya su
sentido de la mission universal y justifica lo que ya está en camino. John Meier anota
que el uso repetido de la palabra all en la perícopa”…conlleva un sentido de plenitud
de poder, misión, enseñanza, tiempo y espacio” xxii El evento muerte-resurrección ha
cambiado todo.
La dinámica comprensiva de misión e iglesia que encontramos en el texto
significa que ello tiene un mensaje para los cristianos de todos los tiempos. Esto
explica su popularidad a través de la historia de la Iglesia hasta hoy. xxiii David Bosch
desafía a los misioneros cristianos a ir más lejos que un simple “slogan” xxiv Una
comprensión en más profundidad de esto previene de una pobre lectura del texto.
Legrand es crítico del camino tradicional de la lectura de la perícopa a través de lentes
“…inconsciente semipelagianismo – una tendencia a priorizar la intervención humana
y a relegar el poder de Dios a un segundo plano” xxv Este acercamiento ha limitado a
veces las palabras de misión a seleccionar pocos que son llamados a ser misioneros
profesionales. Legrand llama esto una “traición del evangelio” xxvi La misión es el
corazón de la llamada cristiana. La fuerza de Jesús es el estar viviendo fuera todos sus
seguidores. Entonces estas palabras finales del evangelio de Mateo son para todos
nosotros. El poder de Dios dado a Jesús acompañará nuestro cumplimiento de esta
desafiante llamada a todos nosotros.
6
III. IMPLICACIONES PARA LOS SALVATORIANOS HOY
A. Texto fundacional
Aunque nuestra parabola entera no aparece documentos salvatorianos, los
versos 19-20 son generalmente aceptados hoy como uno de nuestros textos claves
bíblicos fundacionales. xxvii El Fundador Francisco Jordan lo usó específicamente en la
portada de sus primeras reglas e integra su llamada universal a la misión e su
insistente uso de la frase all nations (todas las naciones) a través de sus escritos. xxviii
Así estamos de frente a una pregunta muy importante. Cómo tener una mayor y
profunda comprensión de misión en este texto impactante en nuestra comprensión de
la misión salvatoriana hoy?
B. Haciendo Discípulos – Metodología Salvatoriana
Las implicaciones en el modelo de la misión mateana como haciendo
discípulos son inmensas. Primero ello supone una preparación de la gente para asumir
un camino de vida que les llevará a evangelizar a otros. Esto significa que el cómo
nosotros nos comprometemos en la misión es sumamente importante. Pienso que ello
supone atención a la formación cristiana sistemática y la construcción de comunidad.
Estos factores son importantes desafíos hoy. Aquí en los Estados Unidos ellos nos
llaman a salir de nuestro individualismo y tendencia a “hacer nuestros propias cosas”
apostólicamente. Ellos radicalmente cambian nuestro punto focal de nosotros mismos
como agentes para la gente que servimos. Necesitamos preguntarnos, “están siendo
“formados como discípulos”? Globalmente, ellos nos invitan a movernos hacia
delante con más espontaneidad para un acercamiento más cuidadoso a la misión entre
la gente de diversas culturas.
C. Todas las Naciones – Universalidad Salvatoriana
la competencia universal de nuestra misión que es tan clara en Mateo 28: 1620 es también acentuada por el P. Francisco Jordan. Hoy yo creo que este elemento de
la misión es especialmente importante en un mundo perneado por dinámicas e
instituciones de exclusión. Todos los salvatorianos, no importa donde vivan y trabajen
deben mirar muy lejos para encontrar tendencias exclusivas para trabajar. La
comprensión de Mateo de la misión nos desafía a reconocer y a reconocer y a romper
todas las barreras que nos separan de la gente. Esto impacta nuestras vidas personales
pero también alcanza a un nivel profundo de conversión. Patrones económicos que
crean sub-clases deben ser cuestionados por nuestros servicios. Las barreras sociales
que nos separan de los otros en nuestra sociedad y en nuestro mundo no pueden
regular nuestra conducta. Esta es un area inmensa de desafío creativo que si se toma
seriamente nos guiará a todos nosotros a re-evaluar nuestra misión actual. Una seria
consideración de nuestro texto puede darnos nuevo entusiasmo cuando buscamos
continuar la misión que Jesús nos ha confiando hoy.
IV. CONCLUSIÓN
Merece decirse mucho más sobre las implicaciones de este texto para los
salvatorianos hoy. Si aceptamos este papel como fundacional entonces entenderlo en
profundidad. Tenemos que bajar el “sloganismo” con el cual hemos leído esto en el
pasado. Si hacemos esto, esto tiene un importante mensaje para el trabajo de
refundación que tenemos como Familia Salvatoriana. Sin ello será imposible
profundizar y ampliar nuestra misión en el siglo 21. Con esto, tenemos una importante
luz para nuestro camino hacia el futuro.
NOTES
7
1
The bibliographies found in many of the newer commentaries on the gospel of
Matthew show the range of important subjects impacted by Matt 28:16-20. For example see
Daniel Harrington, The Gospel of Matthew (SacPag 1; Collegeville: Liturgical Press, 1991)
417.
1
See Harrrington, Matthew, 414.
1
John Meier, Matthew NTM, (Wilmington: Michael Glazier, 1980) 367.
1
See Dorothy J. Weaver, Matthew's Missionary Discourse: A Literary Critical
Analysis, (Sheffield: Sheffield Academic Press, 1990) 151-153 and John D. Harvey,
"Mission in Matthew," Mission in the New Testament, Eds. William J. Larkin, Jr and Joel F.
Williams (Maryknoll: Orbis, 1998) 119.
1
Harrington, Matthew, 415. Also see Donald Senior and Carroll Stuhlmueller, The
Biblical Foundations For Mission (Maryknoll: Orbis, 1983) 236.
1
Senior & Stuhlmueller, Biblical Foundations, 236.
1
Senior and Stuhlmueller, Biblical Foundations, 236.
1
Most commentaries provide and elaborate on these details however I found the
following particularly helpful. Michael J. Wilkins, Discipleship in the Ancient World and
Matthew's Gospel, Second Edition (Grand Rapids: Baker Books, 1995).
1
For more details on the Hellenistic understanding of discipleship as well as its roots
in the OT wisdom tradition see Wilkins, Discipleship, 42-91.
1
Senior & Stuhlmueller, Biblical Foundation, 252.
1
Lucien Legrand, Unity and Plurality: Mission in the Bible (Maryknoll: Orbis, 1988)
1
Legrand, Mission, 79.
79.
1
D.R. A. Hare and D. J. Harrington, "Make Disciples of All the Gentiles (Matt
28:19)," CBQ 37 (1975) 359.
1
For a direct rebuttal of the Hare/Harrington position see John P. Meier, "Nations or
Gentiles in Matthew 28:19?" CBQ (1977) 94-102. Warren Carter, Matthew and the
Margins: A Sociopolitical and Religious Reading (Maryknoll: Orbis, 2000) 552-553 also
develops the same position.
1
Senior & Stuhlmueller, Biblical Foundations, 249.
1
Senior & Stuhlmueller, Biblical Foundations, 240.
1
Weaver, Matt's Missionary Discourse, 152.
1
See Harrington ,Matthew, 415 and Jacques Matthey, "The Great Commission
According to Matthew," International Review of Mission 69 (1980) 169.
1
Matthey, IRM, 170.
8
1
Matthey, IRM, 78.
1
See Senior & Stuhlmueller, Biblical Foundations, 241.
1
Meier, NTM, 374.
1
See David Bosch, Transforming Mission: Paradigm Shifts in Theology of Mission
(Maryknoll: Orbis, 1991) 56-83 for a thorough treatment of this topic.
1
Bosch, Transforming Mission, 57.
1
Legrand, Mission, 82.
1
Legrand, Mission, 83.
1
See "Salvatorian Charism, Mission Spirituality and Identity," working paper
published by the International Charism Commission Rome, May 11, 2000.
1
See 1883 "Rule of the 3rd Grade of the Catholic Teaching Society,” Documenta et
Studia Salvatoriana II 175-194 & 211-234. For more on this and Mark 16:15 see Peter van
Meijl, "Toward a Salvatorian Christology," Contributions on Salvatorian History, Charism,
and Spirituality, Vol. 1 (Milwaukee: 1993) 96-100.
9
ALGUNAS ESENCIAS DEL PERFUME SALVATORIANO
El ejemplo del P. Jordán nos inspira
a ser personas de oración,
a abrazar la cruz por causa de la misión,
a tener una confianza inquebrantable en la divina providencia,
a vivir un estilo de vida sencillo
y a tener una devoción especial a la Madre del Salvador.
[Charter N. 12, III Borrador]
Introducción
En diversas ocasiones he tenido la posibilidad de presentar a los miembros de la
Familia Salvatoriana el contenido de los elementos claves de nuestro carisma
salvatoriano y he notado dos reacciones diversas: Por una parte gran satisfacción, ya
que contamos con un documento sencillo donde se nos muestra lo típico salvatoriano
y por otra parte, la sensación de que no nos diferenciamos mucho ni de los otros
cristianos, ni de las otras familias religiosas.
Jordán no tuvo esta segunda sensación porque estaba convencido que su fundación
tenía algo muy típico e inconfundible y por eso nos dijo: “Cada instituto tiene su propio
espíritu, y el que se aparta de él, camina por un camino falso. Un manzano no es un peral.
Un Franciscano no es un Dominico, un Jesuita no es un Trapense.” (JT 01-13-1899)
Jordán utilizó la comparación de las frutas para hacernos entender que gracias a
nuestro carisma salvatoriano, somos una fruta especial dentro del huerto de la Iglesia.
Por eso todos los miembros de la Familia Salvatoriana tenemos la responsabilidad de
conocer y amar nuestra inconfundible identidad, de conservarla y difundirla.
Para hablar de lo típico de nuestro carisma salvatoriano podríamos utilizar también la
comparación de los perfumes. En el mercado hay muchas clases de perfumes, que a
veces confunden el olfato de los inexpertos, pero que siempre atraen nuevos
compradores.
Así como cada perfume tiene un atractivo particular, pues posee una determinada
fragancia, compuesta por diversas esencias, así pasa también con los carismas.
Los(as) salvatorianos(as) tenemos una fragancia propia, compuesta por muchas
esencias y por eso podemos lanzar al mercado un perfume propio con el sugestivo
nombre de “Salvatores mundi”. Me baso en estas palabras del P. Jordán: “Hoy los
quiero amonestar a que vivan como verdaderos salvatorianos. Oh! Cómo quisiera que en
estos días se dieran cuenta qué significa el que ustedes mismos se llamen Salvatores mundi,
Salvatorianos.” [13-04-1900]
No nos preocupemos entonces porque somos muy semejantes a otros cristianos y a
otras familias religiosas y dediquémonos a conocer y a vivir nuestra propia identidad.
Así ofreceremos al mundo algo específico que otras familias religiosas no están
llamadas a ofrecer.
Todos los perfumes tienen alcohol como base, pero debido a la fragancia particular,
compuesta por varias esencias, cada perfume es diferente. Dígase lo mismo de los
carismas. Su base común es el seguimiento radical de Jesucristo, la vivencia del
10
Evangelio y el consecuente servicio apostólico. Aunque muchos Institutos se
dediquen a apostolados similares, hay algo muy particular que los distingue: su
fragancia propia con la que impregnan los ambientes.
Nuestro Fundador estuvo siempre convencido de que Dios le había llamado a dar a la
Iglesia una Sociedad particular, destinada a extenderse por todo el mundo, a
multiplicarse como las arenas del mar y como las estrellas del cielo y a ofrecer el
camino de la salvación a todos sin distinción. Muchas veces nos exhortó
vehementemente a la unidad para que no perdiéramos nuestra identidad y pudiéramos
ser fieles a su proyecto.
Jordán no sólo nos exhortó, sino que también nos dio un testimonio de vida tan fuerte
y auténtico, que a pesar de estar hoy a más de 100 años de distancia de su proyecto
fundante, su fragancia, es decir su carisma, continúa atrayendo a muchas personas que
dedican toda su vida a hacer conocer y amar al único Dios verdadero y a su enviado
Jesucristo, el Salvador del mundo.
Un buen perfume se distingue porque su fragancia dura todo el día. Así debería ser
nuestro perfume “Salvatores mundi” ya que es de una calidad estupenda. Para
conservar esa calidad, deberíamos seguir las instrucciones del fabricante, [el P.
Jordán], quien nos decía el 2 de Diciembre de 1898: “Pueden estar seguros de que si
ustedes ya no tienen el espíritu del Fundador se irán al abismo. Por lo tanto les
quiero advertir que cada uno de ustedes asume la responsabilidad si se desvían del
espíritu del Fundador.”(JT)
En este momento nos podríamos preguntar, ¿de qué fuente tomó Jordán las esencias
para crear la fragancia de nuestro inconfundible perfume “Salvatores mundi”?…
No nos resulta difícil responder a esa pregunta porque esas esencias son las actitudes
que vivió durante toda su vida y que exigió paternalmente a todos sus hijos e hijas a
los largo de la historia. Son una serie de virtudes, de fuerzas, que él cultivó
asiduamente, que descubrimos en su diario espiritual y que nos inculcó repetidamente
a través de sus Palabras y Exhortaciones. Estoy hablando de los elementos claves de
nuestro carisma. Aquí destacaré solamente algunos.
El perfume “Salvatores mundi” tiene la esencia de la oración
Así como no se puede ser verdadero(a) cristiano(a) sin oración, no podemos ser
salvatorianos(as) si no nos convertimos en personas de oración. En las alocuciones
del P. Jordán encontramos 246 citas sobre la oración, lo que indica que se trata de un
elemento capital para él y la familia salvatoriana.
Yo creo que en todos nosotros, hijos e hijas de Jordán hay sentimientos encontrados
frente a nuestra vida de oración. Por una parte sentimos el gozo de orar, vemos los
frutos que produce la oración en nuestra vida y por otra parte nos dejamos llevar de
mucha actividad o no le robamos tiempo a algunas de nuestras actividades preferidas
para encontrarnos a solas con Dios, como lo hacía Jordán habitualmente. Esa falta de
radicalidad nos produce una nostalgia crónica de Dios y una fuerte sensación de
imperfección. Mientras no salgamos del estado de ánimo de irresolución o de tibieza
11
(como la llamaba Jordán), no podremos expandir nuestra fragancia típica salvatoriana
a un mundo que experimenta como nosotros la misma nostalgia de infinito.
Jordán fue claro, preciso, insistente y osado al hablarnos de la oración. El 25 de Julio
de
1888, escribió en su diario espiritual, recriminándose a sí mismo por su aparente
pereza
para orar:
“Francisco, reza insistentemente.¡Francisco, Francisco, Francisco!¡Oh Francisco!
¡Dedica al menos siete horas diarias a la oración! ¡Haz caso y no dejes de hacerlo!
Eres muy malo, Francisco. ¡Dedica siete horas diarias a la oración!
¡Eres muy inconstante, Francisco! ¡Dedica siete horas a la oración!
¡Eres muy perezoso, Francisco!
Dedica 7 horas a la oración, y si no lo cumples, ponte una severa penitencia.’”
La historia nos dice que nuestro Fundador, a base de amor, de fe, de perseverancia y
de un esfuerzo diario, se convirtió en una persona de oración. El descubrió que sin el
contacto con Dios era imposible seguir a Jesús e imposible darle a la Iglesia un
ejército de evangelizadores y evangelizadoras.
Estas tres citas, tomadas de entre las 246 que hablan de la oración, nos deberían bastar
para iniciar con nuevo entusiasmo, en forma más intensa y con un ejercicio diario, el
camino hacia una profunda vida de oración, para mantener viva la fragancia del
perfume salvatoriano.
“ Nuestro tiempo necesita personas de oración. ¿De que sirve trabajar, luchar, hablar y
escribir, si Dios no viene en nuestra ayuda? No es tiempo perdido el que se emplea en la
oración. En nuestro tiempo aun no se ora suficientemente, ni mucho menos. Es cierto que se
ora mucho; pero se debe orar todavía mucho más para que las cosas se mejoren
nuevamente.”(15/07/1898)
“Todos pueden orar. No es necesario para ello ser instruido. Cuántos religiosos humildes,
despreciados tal vez y poco estimados, hacen probablemente más que otros diez o veinte.”
(idem.)
“Estad convencidos que si descuidáis la oración, retrocederéis. Y os puedo asegurar que poco
a poco ya no sabréis lo que estáis haciendo. Es en la oración donde recibiréis el fuego que
extenderéis sobre la tierra. En la oración debéis fortaleceros. En ella debéis buscar el reposo
cuando os hallaréis embebidos en los trabajos del apostolado.” (05/01/1900)
2. La esencia del amor a la cruz es otro elemento del perfume “Salvatores
mundi”
Jordán encontró el amor a la cruz en la cantera del sufrimiento. El dolor lo acompañó
desde niño y no lo abandonó ni siquiera en su lecho de muerte. Movido por la fe y la
confianza en Dios, aprendió a sufrir con estilo evangélico y nunca se sintió una
víctima del destino o un condenado al fracaso como tantos otros. Jordán, por medio
de la oración, comprendió y vivió en carne propia lo que significan para un creyente
la muerte y la resurrección de Jesucristo. Es decir, comprendió que quien pone su
confianza en Dios es siempre un triunfador, es capaz de ver en cada problema una
oportunidad, sabe sacar bienes de los males y entiende que cuando más obscura es la
12
noche, más claras brillan las estrellas. Quien vive a la sombra de la cruz (como él
decía) sabe que por la cruz se va a la luz, que por la muerte se llega a la vida, que por
el rechazo se recibe la gloria y que por el dolor se llega misteriosamente al gozo,
porque en el diccionario de Dios, sólo el amor tiene la última palabra y el dolor se ve
obligado a quedarse en la antesala.
Estas palabras del Diario Espiritual, escritas en la primavera de 1894, nos confirman
el gozo que Jordán experimentó al abrazar la cruz:
¡"0h, Cruz, oh, dulce Cruz! ¡0h, Cruz que yo debería amar y apreciar más ardientemente
por causa de Jesús! ¡0h, Cruz encantadora! ¡0h, cruz, gran fuerza! ¡Ojalá yo pudiera saber
de verdad cómo sufrir con mi Querido, Jesús, mi Dios! ¡0h, deseable y dulcísimo Maná para
los que lo conocen! ¡Oh, sufrir por Cristo y con Cristo! (Diario Espiritual I - 208)
Sólo el amor es digno de fe. Por eso quien ama es capaz de soportar persecución y
fatiga y puede llegar hasta derramar su propia sangre por causa de Cristo y del
Evangelio. Esta verdad no la ha querido saber la humanidad y mucho menos la
sociedad actual que por sentarse en la poltrona de la comodidad, del bienestar y del
lujo, creó un aberrante mundo de injusticia y de dolor para los más pobres del planeta.
La cruz es una estupenda fragancia de nuestro perfume que quizás evoca el aroma de
la mirra, pero que da fuerza, luz, paz y esperanza a una humanidad desconcertada que
busca locamente eternizar la vida, tratando de ocultar y de matar la misma muerte, en
vez de asumir la dinámica de Cristo que comienza regalando la propia vida y termina
venciendo la muerte con su propia muerte.
En sus exhortaciones, Jordán nos habla 123 veces de la cruz. Sus palabras, llenas de
fuego y de amor nos comunican su propia experiencia y revelan la doctrina sobre el
misterio pascual que él mismo bebió y meditó tantas veces en la Palabra de Dios.
Para Jordán es inconcebible un salvatoriano que no sea capaz de abrazar la cruz por
amor al Salvador o por fidelidad a los apóstoles, o por causa de la misión.
Aunque para nosotros sea cada día más difícil aceptar el dolor, el sufrimiento, el
fracaso, el desprecio, el abandono y sea cada día más fácil inventarle disculpas a la
cruz, ella es el antídoto por excelencia para el egoísmo y la medicina eficaz para la
mediocridad.
Meditemos estas palabras de nuestro Fundador que superan las barreras del tiempo y
del espacio y hoy llegan hasta nosotros para ayudarnos a vivir la nueva fragancia del
amor a la cruz cada día:
“Ustedes saben que el Divino Salvador redimió el mundo mediante su pasión! Queremos
escoger un camino diferente? Por lo tanto este es mi deseo para ustedes: que se esfuercen
por penetrar en esto más profundamente! Estudien cuidadosamente la cruz, este amor, y
vivan siempre convencidos de que si quieren realizar grandes cosas por la salvación de las
almas, deben sufrir mucho! Que el buen Dios haga de todos ustedes unos verdaderos y
constantes amantes e imitadores de la cruz!” (JT 4-10-1898).
El apostolado comporta sufrimiento y soportando el sufrimiento triunfarán. Así como todo
cristiano en el mundo, pero ustedes en forma especial como discípulos del crucificado, deben
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estar preparados para sufrir en las formas más inesperadas. Puesto que ustedes predican a
Cristo crucificado, deben sufrir. No hagan grandes discursos… Ustedes deben predicar sólo
al crucificado. (JT 17-02-1906)
3. La confianza inquebrantable en la divina providencia.
La gente hoy trata de encontrar su seguridad abriendo una o varias cuentas bancarias,
comprando todo tipo de seguros, usando cosméticos y productos dietéticos,
sometiéndose a la tiranía de la moda, tratando de crear en torno a sí una buena
imagen, formando círculos exclusivos de amigos, llenando sus casas de objetos a
veces inútiles y siempre desechables, refugiándose en una vida individualista que
excluye a los pobres, seleccionando sus programas televisivos para pensar menos y
angustiarse menos y tratando de conservar o mejorar su puesto de trabajo a toda costa.
El resultado de esta loca carrera por la seguridad es obvio: enfermedades del corazón,
ansiedad, angustia, soledad y una mayor inseguridad, porque a medida que va
creciendo la ambición, crecen las deudas, la inestabilidad económica y la inestabilidad
emocional. Lo grave es que muchos padres de familia están empujando a sus propios
hijos a entrar en esta loca carrera de la sociedad de consumo que produce cada vez
más víctimas del dios dinero que todo lo absorbe y todo lo devora.
Este mundo necesita urgentemente la típica esencia salvatoriana llamada “confianza
inquebrantable en la divina providencia”. Jordán nos la dejó como herencia!
“Quisiera dejarles una herencia especial: una gran confianza en Dios. Es muy triste ver en
estos días qué tan poca confianza hay en el Señor; cómo la humanidad se revuelca en el
estiércol de los gusanos; cómo olvida el poder del cielo. No miran a lo alto de donde nos
vienen la ayuda, el poder y la fuerza, Oh! Si los hombres supieran qué les ha sido dado a
través de la confianza. Sólo en la eternidad verán todo lo que hubieran podido lograr si
hubieran tenido confianza. Cuán pobres y necesitados han sido todos ustedes porque no se
han apoyado en el Señor y porque no lo han esperado todo de él”. (JT 27-04-1894)
“Cómo puede decir uno que tiene confianza en Dios en todas sus necesidades,
preocupaciones y trabajos si se desconcierta cuando parece que todo está perdido?
Precisamente en ese momento es cuando se debe acentuar la confianza en Dios. Nada pasará
en vano: ‘Al que confíe en mi, lo salvaré’. Vivan lo más que puedan según la voluntad de
Dios, tengan una grande, grande confianza en Dios en todo lo que hagan. Verán cómo cada
uno de ustedes y la Sociedad serán todopoderosos. Desde nuestra miseria edificaremos lo
que el mundo considera ridículo. Así es como ustedes deben hacerlo todo. Pero el Señor es
nuestra ayuda; nada nos hará avergonzar aunque todo el infierno se venga contra nosotros.
En todas sus luchas, en todos los ataques contra ustedes, griten: Quis ut Deus? Quién cómo
Dios? Vivan con la convicción de que la confianza en Dios aplasta al enemigo infernal”.
(JT 27-04-1894)
Qué bella herencia, que buena esencia nos ha dejado el P. Jordán al darnos este valor
de la confianza inquebrantable en la divina providencia! Ella nos da libertad de
movimientos, favorece nuestra disponibilidad para el apostolado, elimina todo tipo de
miedos, nos da valor para enfrentar los peligros, fomenta la universalidad
salvatoriana, le devuelve seguridad al mundo inseguro que habitamos, cambia las
relaciones entre las personas, nos permite redescubrir a Dios como nuestro padre
amoroso y providente y nos permite también reencontrarnos como hermanos!
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4. Un estilo de vida sencillo es otra esencia que da una especial fragancia al
perfume “Salvatores mundi”
Jordán recibió un gran influjo de Amalia Streitel. Ella, enamorada del espíritu
franciscano y muy radical en sus penitencias, quería que en la nueva fundación
reinaran la austeridad, la mortificación extrema y el sacrificio, casi como fines en sí
mismos. Para Jordán en cambio ni la pobreza, ni la penitencia, ni otros valores
semejantes debían ser considerados como fines sino como medios eficaces para poder
alcanzar el objetivo esencial de hacer conocer a Dios y a Jesucristo.
Por eso, para seguir eficazmente a los apóstoles, nuestros modelos de evangelización,
los salvatorianos y salvatorianas de todas las épocas cultivamos el espíritu universal,
aprendemos a transmitir a todos, en forma sencilla y accesible, los valores del
evangelio, formamos muchísimos discípulos para que a su vez transmitan a otros el
Evangelio, utilizamos los medios de comunicación social, incluso los más modernos,
para que el mensaje de salvación llegue a todos los rincones de la tierra, etc.
Dentro de esta dinámica también echamos mano de otra esencia muy salvatoriana, la
de la sencillez en el estilo de vida.
Jordán considera la sencillez, que viene acompañada de la bondad, la misericordia, la
mansedumbre, la humildad y la modestia, como uno de los mejores medios para
alcanzar los objetivos de la evangelización.
La sencillez es como el aire que penetra todos los ambientes. Una persona sencilla es
entendida por todos, es aceptada fácilmente, es considerada cercana. La sencillez es
indispensable para conservar y difundir la universalidad porque penetra en todos los
ambientes y vence todas las resistencias. Cuando hay sencillez se hace posible la
unidad entre las personas porque ante una persona sencilla nadie se siente atacado o
invadido.
La sencillez es una virtud relacionada directamente con la encarnación. Dios se hizo
hombre para que el hombre pudiera ser como Dios. Y se hizo hombre en un pesebre y
no en un palacio, para dar la bienvenida a todos los seres de la humanidad. En efecto,
a una cueva humilde pueden entrar todos, pastores y reyes mientras que en un palacio
se sentirían incómodos los pobres.
Jordán, campesino, nacido en un pueblito humilde de Alemania, aprendió la sencillez
desde la cuna y nunca renunció a ella, ni al relacionarse con grandes personajes de la
Iglesia, de la ciencia y de la política, ni al aprender tantos idiomas, ni al recibir
misiones importantes. Tampoco fue arrogante y orgulloso cuando fue perseguido o
mal entendido por la novedad de sus proyectos.
Escuchemos su voz:
Quiero exhortarles a que no infravaloren la mansedumbre, la humildad, la modestia, la cultura
que está implícita en la los buenos modales. No adquieran estas cualidades para complacer al
mundo sino para ser más eficaces! Permitan que este espíritu genial se convierta en un hábito
para ustedes. Pero no piensen que les estoy pidiendo que se contagien de la afectación que
tienen ciertas personas. Yo me refiero simplemente a la modestia, la pureza, la amabilidad, la
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humildad, la mansedumbre, la bondad humana y la ternura. Si no me engaño hay un proverbio
que dice: La amabilidad es una brújula que nos guía por todo el mundo, por todos los países!
Eso muestra cuan importantes son la modestia y la amabilidad. Con estas cualidades uno es
bien recibido en todas partes.
Aun el enemigo más grande y maleducado aprecia la mansedumbre y la paciencia y hasta los
animales más salvajes se calman ante su presencia! Busquemos en forma apropiada esta
mansedumbre y esta humanidad.
…Una actitud brusca puede herir mucho, especialmente en el apostolado. Un pastor puede
apartar a una entera parroquia sólo mediante su conducta brusca y repelente! Por eso ustedes
deben ser siempre tranquilos, mansos, humildes, benignos, humanos y mostrar siempre una
santa modestia, una humilde amabilidad, especialmente donde los aceche el peligro.” (JT 2511-1898)
5. Nuestra especial devoción a la Madre del Salvador, otra esencia que da
fragancia al perfume “Salvatores mundi”.
Una de las frases más conocidas y más citadas del Diario Espiritual del P. Jordán, es
esta, del 20 de Diciembre de 1894: “Mientras haya sobre la tierra un solo hombre que no
conozca a Dios y no le ame sobre todas las cosas, no te puedes permitir un instante de
descanso”.
Al lado de esa frase se encuentra esta otra que no ha sido analizada a fondo como la
primera, ni ha sido llevada a la práctica con todas sus consecuencias hasta el día de
hoy: “Mientras la Reina del cielo y de la tierra no sea honrada en todas partes, no te puedes
permitir un instante de descanso.”
Porqué para Jordán fue tan importante la Virgen María? Porqué la amó tan intensa y
tiernamente? Y porqué quiso que la amaramos y veneráramos profundamente? Quizás
porque encontró en María el resumen y el modelo de todas las virtudes que él mismo
quiso adquirir y de todos los proyectos que quiso realizar. En María Jordán encontró
realizados todos los valores de su propia espiritualidad y todos los valores que quería
que tuviéramos sus hijos e hijas. Veamos en detalle.
Para Jordán la Santísima Trinidad es el centro de su devoción. María, como hija
amada de Dios Padre, madre del Dios Hijo y fiel esposa del Dios Espíritu Santo, es la
criatura que vivió más unida a la Trinidad y por eso es la mejor guía para que todos
conozcamos y hagamos conocer al Dios uno y trino.
Para Jordán el espíritu apostólico es una característica básica de los salvatorianos.
Ninguna persona ha sido más apostólica que María pues fue modelo para los
apóstoles en todo el proceso de muerte y resurrección de su Hijo. Ella los guió y los
preparó para la venida del Espíritu y les alentó en la evangelización.
Uno de los objetivos de Jordán fue el de revitalizar la fuerza evangelizadora de la
Iglesia. El nos urgió a amarla profundamente. Recordemos la primera frase de su
Diario espiritual: “Apruebo lo que la Santa Iglesia aprueba y repruebo lo que la Santa
Iglesia reprueba”, y esta frase de su testamento espiritual: “Sed siempre verdaderos y
fieles hijos de la Santa Iglesia Romana, enseñad lo que ella enseña, creed lo que ella cree,
detestad lo que ella detesta.” Quién mejor que María puede ser nuestra madre y
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maestra de amor a la Iglesia? De ella dice el Concilio Vaticano II: “después de Cristo,
ocupa en la santa Iglesia, el lugar más alto y a la vez el más próximo a nosotros” (LG 54).
Cuando nos acercamos con Jordán al misterio de la cruz, también aparece María
como nuestra maestra. La encontramos de pie, ante el dolor y ante la muerte de su
Hijo, perseverante hasta el último momento y luego como excelente testigo de la
resurrección. Ella es con razón la Madre de nuestra esperanza!
Y si pensamos en la confianza inquebrantable en la divina Providencia, basta ver las
diferentes experiencias de María en la anunciación, la visitación, durante su
embarazo, su alumbramiento, la huída a Egipto, su desconcierto y su sufrimiento
cuando se pierde Jesús en el templo, la pasión, la muerte de su Hijo amado, el silencio
de su soledad y su gozo de la pascua, para comprender que ella es de nuevo la maestra
de Jordán y nuestra propia maestra en el arte de confiar totalmente en Dios.
María fue sin duda la mejor maestra de Jordán en todos los campos de su experiencia
espiritual: En la oración, en el silencio, en la vida sencilla, en la bondad, en la
esperanza, en el amor al Divino Salvador, en la unión al Espíritu Santo, en la fidelidad
a los planes del Señor, en la respuesta a la vocación, en el amor a los pobres, en el
ejercicio de la misericordia, en su creatividad y en su modestia.
La devoción especial a María, recomendada explícitamente por Jordán muchas veces,
es por eso una magnífica esencia en la fragancia de nuestro perfume “Salvatores
mundi”!
“Venerad a la Santísima Virgen María, la Reina de los Apóstoles y nuestra madre, con un
amor y una devoción filial. Ella estuvo al lado de nuestra Sociedad desde el primer momento
de su comienzo mediante su poderosa protección y su tierna ayuda. Por lo tanto cada hijo de
nuestra Sociedad debe dar a María una profunda veneración y un tierno amor. Doquiera que
se sigan las huellas de nuestra Sociedad, deben resonar la alabanza y el honor a María.” (JT
12-12-1890).
“Estamos obligados a promover la devoción a la Santísima Madre en una forma especial por
causa del objetivo especial de nuestra Sociedad… Venerad a la Madre Santísima por medio
de la oración pública y privada, eliminando los errores y adquiriendo las virtudes. Y estad
seguros de encomendar a la celeste intercesora, de una manera especial, la santificación de
todos los miembros y el fortalecimiento de la Sociedad hacia dentro y hacia afuera! (JT 28-41899).
Conclusión
El esfuerzo por conocer y amar nuestra identidad como salvatorianos y salvatorianas
produce el bellísimo fruto del amor por nuestra Sociedad. Amar la Sociedad era
fundamental para Jordán, como se desprende de múltiples textos. Dediquémonos a
conocer las esencias de nuestra fragancia salvatoriana y a vivirlas intensamente cada
día. Ese esfuerzo será un estupendo regalo al mundo, a la Iglesia y a Jordán que nos
inventó como “Salvatores Mundi,” como salvatorianos y salvatorianas!
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PERSPECTIVA DE COMUNIDAD DESDE LA VISIÓN DE UN LAICO
SALVATORIANO
Janet E. Bitzan, SDS
Laica Salvatoriana, la provincia de USA
11 de Mayo de 2006.
Reconocimientos: Agradecida reconozco la ayuda de la Hna. Rita Ruff, SDS por
revisar artículos y fuentes Salvatorianas y por las incontables horas de paciente
estudio sobre el tema comunidad así como por la crítica y edición de este documento.
Igualmente agradezco a los Laicos Salvatorianos que compartieron conmigo sus ideas
sobre comunidad y a las Hnas. Aquin Gilles, SDS y Jeannette Clarke, por la
aportación de fuentes. El apoyo de la comunidad ha sido un testimonio de todas las
cosas buenas que se dicen en este documento sobre la comunidad.
18
PERSPECTIVA DE COMUNIDAD DESDE LA VISIÓN DE UN LAICO
SALVATORIANO
Lo que atrae a laicos y les impulsa a acercarse a los Salvatorianos es la idea de
formar parte de una comunidad religiosa. Los Laicos Salvatorianos pertenecen a la
vez a otros variados tipos de comunidades que generalmente son de naturaleza social,
tales como familias, parroquias, vecindades, clubs, unidades militares, grupos étnicos,
ciudades o pueblos, un Estado y una nación. Sin embargo son atraídos hacia la
Comunidad Salvatoriana, porque se trata de una comunidad religiosa. Jesucristo es el
centro de una comunidad religiosa cristiana.
Por medio del bautismo, cada cristiano ha sido llamado a seguir a nuestro
Salvador Jesucristo y a vivir de acuerdo a los valores de los consejos evangélicos. Los
Laicos Salvatorianos sienten una llamada a vivir la vida cristiana en un profundo nivel
de intimidad espiritual. Salvatorianos laicos y Salvatorianos con votos se encuentran
con interés, y sus espíritus comienzan a resonar con lo que aprenden, a la vez que
experimentan la historia, el carisma, la misión y la espiritualidad Salvatoriana. La
apertura, inclusividad y hospitalidad de los miembros Salvatorianos les impulsan a
participar de forma plena en la Comunidad Salvatoriana.
I.
LA NATURALEZA DE LA COMUNIDAD SALVATORIANA
Apertura, inclusividad, hospitalidad, reciprocidad y confianza pueden ser
consideradas como en "capital" (Johnson, 2000) de la Comunidad Salvatoriana. Estas
materias espirituales ciertamente inevaluables facilitan la comunicación y
colaboración dentro de la comunidad y permiten resolver asuntos y problemas de una
forma más fácil entre las diferentes ramas de la Comunidad Salvatoriana. Estas tres
ramas conforman la Sociedad del Divino Salvador (sacerdotes y hermanos con votos),
las hermanas del Divino Salvador (mujeres religiosas con votos), y Laicos
Salvatorianos (personas laicas casadas o sin casar). Como persona laica uno se mueve
dentro del proceso de integración dentro de la Comunidad Salvatoriana, su sentido de
autocomprensión en los dos sentidos: "yo, como Laico Salvatoriano" y "nosotros
Salvatorianos”, laicos y con votos.
En todo caso, una de las realidades únicas de ser un Laico Salvatoriano es que
cada Laico Salvatorianos es tan Salvatoriano como uno de los Salvatorianos que
tienen votos. Nuestro fundador, el padre Francisco Jordán, visionó la "Sociedad
Apostólica Instructiva" original, como una organización que comprendería a todos los
miembros: laicos, religiosos y clérigos en la misión de dar a conocer "al único
verdadero Dios y a quien él ha enviado, Jesucristo" (Juan 17,3). Laicos y
Salvatorianos fueron comisionados igualmente para cumplir esta tarea. Esto es lo que
representa el contraste con otras comunidades religiosas cuya visión fundacional no
incluía miembros laicos o no invitaban a personas laicas a ayudarles para cumplir su
misión. Comunidades religiosas a menudo usan el término "asociado" para designar a
estos ayudantes laicos. Los Laicos Salvatorianos no son simplemente asociados con
la Comunidad Salvatoriana sino que son igualmente miembros íntegros compartiendo
plenamente su carisma y misión. Una mujer, que fue candidata en aquellos tiempos,
Paula Voborrsky, dijo: "yo estoy atraída hacia la Comunidad Salvatoriana a causa de
19
la colaboración y la colegialidad entre los miembros con votos y los que no tienen
votos. El encuentro en la Comunidad Salvatoriana es un gran apoyo y animación. Los
Salvatorianos, es la única comunidad que yo he encontrado que busca y valora el
compromiso del laicado".
Ser Salvatoriano es pertenecer a una comunidad apostólica. San Doris
Gottemoeller, RSM (1999) establece que la señal de identidad de una comunidad
religiosa es que sea apostólica. El elemento esencial no es que sus miembros hagan
actividades apostólicas sino que “toda su forma de vivir esté dedicada a hacer visible
y atractivo el amor de Dios” (pg 142). Los Laicos Salvatorianos hacen un
compromiso público de abrazar los consejos evangélicos de pobreza, castidad y
obediencia. Este compromiso es vivido hacia afuera dentro de una espiritualidad que
intenta manifestar al mundo “la bondad y humanidad de Dios nuestro Salvador”
(Tito 3,4). En la publicación The Salvatorian de 1997, los Laicos Salvatorianos Joann
y Rich Kuphaldt dijeron, "fuimos atraídos grandemente por la amorosa comunidad
de los Salvatorianos que mostró fielmente el amor de Dios por cada uno de
nosotros".
Los Salvatorianos se esfuerzan por manifestar el amor de Dios a todas las
gentes y en todas partes. Por esta razón, la comunidad acepta a amigos y a vecinos, a
inmigrantes y extranjeros. Los Salvatorianos son de diversos géneros, lenguas,
culturas, temperamentos y entornos y sin embargo todos están unidos en nuestro
carisma, misión, espiritualidad e identidad. Esta universalidad es una característica
esencial de la Comunidad Salvatoriana. Somos universales tanto en cuanto a nuestra
membresía como en cuanto a nuestra misión.
Los Laicos Salvatorianos hablan con deseos de camaradería, compañerismo y
amistad con otros miembros de la comunidad. Quieren formar parte de un grupo de
individuos iguales a ellos que buscan desarrollar una relación más profunda con Dios
y con otras criaturas humanas. Desean conectar con otros que aman a Dios y que
pretenden llevar el amor de Dios a toda la gente en este mundo; son gente que desean
rezar y trabajar juntos a fin de marcar la diferencia (Donna Weise, Laica
Salvatoriana).
Esta unión con otros Salvatorianos se mantiene incluso después de la muerte.
Pues tanto los miembros de la Congregación como los de la Sociedad rezamos por los
Salvatorianos que han fallecido, así religiosos como laicos, y encomendamos a cada
uno de ellos de especial manera en el aniversario de su muerte. Nuestro amor y
simpatía se extiende incluso hacia los miembros de su familia y hacia sus amigos.
II. LA ESTRUCTURA DE LA COMUNIDAD SALVATORIANA.
El padre Don Skwor afirmó que la crisis financiera de la Sociedad en Estados
Unidos durante los años 70 forzó a los Salvatorianos estadounidenses a buscar un
sentido de comunidad diferente a la definición clásica de "vivir bajo el mismo techo"
(1977-2001, pg. 71). Con la liquidación de las antiguas propiedades de los
Salvatorianos, los Salvatorianos con votos se vieron forzados a experimentar lo que el
padre Don definió como "Comunidad sin muros", es decir experimentar el sentido de
comunidad en casas fuera de la institución que en el pasado habían sido la fuente de la
20
identidad comunitaria y de su visibilidad. Reflexionando sobre este documento del
padre Don "Comunidad sin muros", la hermana Rita Ruff, SDS (comunicación
personal, 2004) afirmó que esta idea se puede aplicar también de forma apropiada a
los Laicos Salvatorianos que de acuerdo a su vocación, “llevan adelante y apoyan la
misión de los religiosos con votos sin la estructura y organización y el estilo de vida
normalmente asociado con la vida religiosa".
De acuerdo a Rolheiser (1999), la base de una comunidad cristiana eclesial es
"estar unidos en torno a la persona de Jesucristo y vivir de su espíritu" (pg. 120).
Ciertamente se trata de un grupo de personas que comparten una vida común, pero no
necesariamente una vivienda en común. Por eso es necesario que realmente haya
cosas de la vida para compartir juntos, es decir: que por ejemplo estemos juntos, que
celebremos los ritos de aceptación juntos, que celebremos también algunas alegrías
del día a día, tristezas, así como también fiestas; que seamos responsables también los
unos de los otros, que tengamos mutua consideración así como corrección mutua a la
vez que nuevas oportunidades, que seamos igualmente responsables juntos por el
ministerio... y que también compartamos en alguna manera las finanzas (incluso
aunque esto quiera decir solamente que contribuimos financieramente...). (Pg. 121).
Los Laicos Salvatorianos viven este tipo de vida común.
La hermana Gottesmoeller, RSM (1999) distingue entre los conceptos
"comunidad” y "vivir en comunidad". Para ella, el concepto de comunidad se refiere a
un ideal abstracto sobre el cual realmente hay poco desacuerdo. El vivir en
comunidad, por otra parte, se refiere a la experiencia tangible y diaria de vivir en
comunidad. "Vivir en comunidad es lo que acontece cuando dos o más personas
tienen alguna relación con la otra de una forma significativa, beneficiosa para todos
y progresiva" (pg. 139). Esta es una buena definición de la Comunidad Salvatoriana
laica ya que “vivir en comunidad" para nosotros no representa vivir bajo una vivienda
común. Para un Laico Salvatoriano, comunidad es llevada a cabo por medio de
nuestra relación, encuentros espirituales y vivencia de actividades los unos con los
otros y con los Salvatorianos.
Muchos Laicos Salvatorianos toman parte activa en la comunidad. Se
encuentran para rezar, conversar, escuchar, apoyar y hacer apostolado los unos con
los otros. Ya que cada uno tiene su propio ministerio, y muchos trabajan con
Salvatorianos con votos en parroquias, instituciones, en proyectos... Varios toman
parte en la organización pastoral, perteneciendo a comités o comisiones regionales,
nacionales o internacionales. Quienes están impedidos físicamente para tomar parte,
sin embargo, ofrecen sus oraciones, sacrificios y esfuerzos diarios como una
contribución para la comunidad (Pat Wondra, Laica Salvatoriana). La participación
activa en las actividades comunitarias contribuye a la formación y a incrementar los
lazos entre los miembros de la comunidad.
Desafortunadamente, algunos Laicos manifiestan un lazo muy débil con la
comunidad más amplia, lo cual parece ser incluso una tendencia. Johnson (2000) cita
el trabajo de Robert Putnam, un profesor de Harvard, que ilustra la pérdida de lazos
sociales en América durante los últimos 40 años del siglo XX. Ya que la membresía
de ciertas organizaciones sociales, tales como el Club Sierra, la Organización
Nacional de Mujeres (NOW) y la Asociación Americana de Jubilados (AARP) han
perdido miembros de forma dramática, por ello mismo ha cambiado la naturaleza de
compromiso de los miembros en tales organizaciones. "Para la gran mayoría de los
21
miembros (Sierra, NOW, AARP y otras), el único acto de pertenencia consiste en
escribir un cheque para pagar las deudas, confiesa, y ocasionalmente escribir una
carta. Los lazos, dicho de forma breve, son simplemente los símbolos comunes, los
líderes comunes y quizás los ideales comunes, no la relación del uno con el otro"
(Johnson, pg. 120). Este es el camino que algunos Laicos Salvatorianos manifiestan
en relación con la Comunidad Salvatoriana más amplia. Ellos pueden ciertamente
hacer la contribución financiera anual e incluso leer o no leer las noticias semanales,
Update, pero por otra parte participan sólo de forma nominal en las actividades y
ministerios de la Comunidad Salvatoriana más amplia. Este tipo que pertenecía es
poco valioso para la Comunidad Salvatoriana cuya naturaleza es apostólica y por ende
relacional.
III: ESTILO DE VIDA Y COMPROMISOS
Los Salvatorianos con votos, procesan los votos de castidad, pobreza y
obediencia. Como religiosos viven un estilo de vida que "inculca y fomenta hábitos
interiores y exteriores a fin de conseguir ayuda cualificada en el seguimiento de
Jesucristo de una forma más cercana" (Cerullo, 2002, pg. 273). Los Laicos
Salvatorianos reconocen ésto y por ello quieren imitar a los miembros religiosos,
teniéndolos como modelos por excelencia del estilo de vida cristiana. "Los que han
hecho votos, ofrecen más de lo que yo necesito o deseo" (Fred Kaspar, Laico
Salvatoriano).
Los estilos de vida y las expresiones de comunidad son diferentes en los que
han hecho votos y en los miembros Laicos. Desde el Vaticano segundo, los miembros
con votos de las comunidades religiosas se han enfrentado también a asuntos sociales
y económicos, tales como números decrecientes, menos vocaciones, con mayor
número y porcentaje de miembros mayores, las retiradas de instituciones de apoyo, la
pérdida de rectorías parroquiales o de conventos y residencias, teniendo que vivir en
viviendas a parte de los lugares donde ejercen su ministerio, teniendo que alquilar o
comprar residencias, y viviendo solos o con menos miembros que en el pasado. Los
Salvatorianos con votos han orientado estos asuntos a fin de dedicarse solamente a
asuntos Salvatorianos, así como las cosas limítrofes y la colaboración entre la
Sociedad y la Congregación como también con los Laicos Salvatorianos.
Los Laicos Salvatorianos por otra parte, han ido siendo cada vez más
numerosos, ocupándose en asuntos de desarrollo y organización a nivel local,
nacional e internacional. Ellos llevan a cabo a la vez asuntos que cualquier laico
siempre ha llevado adelante, así como vivir en casas propias o arrendadas, vivir solos,
con otras personas o con familia. Los Laicos Salvatorianos tienen que procurar por sí
mismos a lo largo de toda su vida sin poder confiarse en el apoyo financiero de la
comunidad. Los Laicos Salvatorianos pertenecen a la "familia" en un modo que no
pueden pertenecer los Salvatorianos con votos.
Los Laicos Salvatorianos casados tienen relación con esposas, hijos y nietos y
responsabilidades en la casa con la familia, que no son posibles para los religiosos con
votos. Tanto los Laicos Salvatorianos casados como los no casados, pueden escoger
libremente vivir y hacer apostolado en cualquier lugar del mundo, incluyendo los
lugares cercanos a los parientes y a los que aman, elección ésta que no es posible para
22
los miembros con votos, llamados a ejercer su ministerio tanto en instituciones como
localidades específicamente Salvatorianas. De los Laicos Salvatorianos se espera en
primer lugar que cumplan con sus responsabilidades familiares, con anterioridad a las
de la Comunidad Salvatoriana, mientras que los miembros con votos generalmente
colocan las obligaciones comunitarias por encima de las de la familia.
Los Laicos Salvatorianos son diferentes de los demás e incluso de los
Salvatorianos con votos en cuanto a sus niveles educacionales, de teología y
espirituales. La mayoría de los Laicos Salvatorianos no han tenido años de formación
o educación en un convento o seminario. Puede ser que tengan diferentes ideas sobre
ideologías o sobre aspectos importantes de la vida Salvatoriana, tales como iglesia,
carisma, misión o espiritualidad. Los laicos tienden a tener una espiritualidad más
"verbalizada", encontrando a Dios en cada situación del día más que en tiempos
especiales dedicados expresamente a la oración o a los ejercicios espirituales. La
oración del laico, a menudo, refleja el trabajo y la vida familiar. Los miembros con
votos, especialmente los sacerdotes y hermanos, probablemente estarán más centrados
en la formación de la Iglesia mientras que los Laicos tienden a orientarse a la
formación del Reino de Dios en la tierra (Nangle, 2001). Estas diferencias son
posibles campos de relación entre los miembros Laicos y con votos.
Nuestro último y querido Papa, Juan Pablo II, en 1988 expresó este asunto
sobre el compromiso de los laicos con los religiosos en una encíclica titulada,
Christifideles laici. Según el Papa, el comprometerse de una forma excesiva en
actividades y ministerios en la comunidad religiosa, olvidando con ello las
responsabilidades fuera de la comunidad religiosa es una de las dos grandes
tentaciones a las que tiene que enfrentarse un laico que se compromete de forma
activa con el religioso (Christifideles laici, 2). La segunda gran tentación que describe
es la mentalidad de dividir, es decir, la tentación de separar fe y vida; la aceptación
del Evangelio desde la forma actual de vivir fuera del Evangelio (Christifideles laici,
2). "Cuando lo que enseñamos y lo que vivimos se contradicen, el mensaje no logrará
su objetivo" (Boesing 2005 pg. 15).
Tanto laicos como religiosos con votos comparten asuntos sobre
acompañamiento, proximidad a otros miembros de la comunidad y proximidad para
con el trabajo y el ministerio. Ambos valoran el testimonio de sencillez, de acuerdo
con los consejos evangélicos de pobreza. Ambos grupos intentan vivir los valores
cristianos y Salvatorianos y se comprometen en medio del individualismo americano
de la clase media, de la alta valoración de lo privado y del gran materialismo de hoy
en día. Conocer los asuntos y problemas a los que el otro tiene que enfrentarse puede
facilitar la comprensión y el apoyo entre religiosos y laicos y con votos.
IV. CAMINOS PARA FORMAR Y FOMENTAR COMUNIDAD
Un asunto de interacción mutua, es que una rama se beneficie a través de la
integración con la otra, como fue destacado por el padre Don Skwor,SDS en su
escrito de 1980 dirigido a amigos y bienhechores de la Sociedad en College Park de
Maryland. En ese tiempo escribió: "deseo destacar una forma especial del amoroso
apoyo de nuestros hermanos y hermanas de los asociados Laicos Salvatorianos. Se
trata de aquel que nos ayuda a articular nuestra identidad cada vez de forma más
23
clara y a ejercer el ministerio de una manera más sanadora. Su incorporación a la
comunidad y el efecto que esto ha traído consigo es una prueba de la sabiduría del
fundador que reconoció las bondades y las dimensiones de apertura que esto trae a la
comunidad”. (Skwor, 1980-2001 pg. 120).
El mantener relaciones saludables entre los miembros exige esfuerzo de parte
de todos y cada uno. "Así como la relación de la gente para con Dios debe ser fuerte,
de la misma forma su relación con nosotros debe ser madura, rica y satisfactoria"
(Markham, 2002 pg. 457). Como miembros plenos de la gran Comunidad
Salvatoriana, los Laicos Salvatorianos no deben estar encerrados en sí mismos sino
hacer propios los asuntos y prioridades de las otras dos ramas Salvatorianos tanto a
nivel nacional como internacional. Una relación sana conlleva independencia como
Laicos Salvatorianos e interdependencia como miembros de una Familia Salvatoriana
más amplia. La celebración de fiestas Salvatorianas y de oraciones que incorporen la
espiritualidad Salvatoriana y su tradición, sirven para estrechar nuestros lazos de
identidad como Salvatorianos. Nosotros "nos estamos reuniendo como laicos y
religiosos y compartimos la vida unos con otros" (Bárbara & Frank Tomsik, Laicos
Salvatorianos).
Maloney (2003) sugirió cinco elementos significativos de un ecosistema
comunitario religioso que crece cada vez más en sus fuerzas. Sugirió que la oración,
las reuniones, el apostolado, las comidas y las convivencias o diversión son elementos
que pueden formar y nutrir comunidades. Los Laicos Salvatorianos comparten todas
estas actividades con los otros miembros de la Comunidad Salvatoriana más amplia.
Nos comunicamos los unos con nosotros y nos apoyamos en nuestros tiempos de
oración y reflexión, en los tiempos de alegría y de diversión, compartiendo nuestros
talentos y recursos para reuniones y proyectos de colaboración, trabajando juntos a fin
de llevar a cabo nuestra misión Salvatoriana, y en tiempos de relax (que parece que
siempre incluyen también la comida), tales como picnics y convivencias. Nuestras
interrelaciones, nos ayudan "a mantener viva nuestra pasión" (Cerullo, 2002 pg. 274).
Los Laicos Salvatorianos atestiguan enormemente que las relaciones entre
Laicos Salvatorianos y miembros que tienen votos son las mismas. “Todos nosotros
nos estamos esforzando por conseguir las mismas metas, somos bienvenidos donde
cada uno de los otros y nos preocupamos de cada uno de los demás". (Ed & Ann
Griffin; Eugene Moore). Nuestra llamada a la vida es ciertamente diferente, pero la
llamada básica hacia la santidad y a desarrollar una relación con Dios es la misma"
(Pat Wondra, Laico Salvatoriano). "Nosotros nos reunimos para rezar o para
trabajar juntos por la misma razón" (Rosemary Etzel, laica Salvatoriana). "No sólo
nosotros podemos aprender de los que han hecho votos, sino también ellos de
nosotros” (Carol & Joe Schmidt, Laicos Salvatorianos). Parece ser, pues, que lo que
prima es la unión de corazones y de mentes igualando así la relación entre laicos y
miembros con votos en la Comunidad Salvatoriana.
Uno de los aspectos de la gran Comunidad Salvatoriana y que los Laicos
Salvatorianos aprecian más, es la oportunidad de desarrollar y reforzar la propia vida
espiritual. "La oportunidad para un religioso consiste en profundizar y solidificar su
propia fe, esperanza, y amor y ayudar a los laicos en este mismo sentido, a la vez que
para los laicos... consiste en llevar a cabo lo mismo para con los religiosos"
(Abeyasingha, 2003, pg. 202). Al compartir la espiritualidad Salvatoriana, los
miembros con votos pueden ayudar a los Laicos Salvatorianos a madurar sus vidas
24
espirituales y a llevar a cabo su conexión entre su compromiso en la Comunidad
Salvatoriana y sus responsabilidades en el mundo profesional, social, cultural y
político.
Los Laicos Salvatorianos saben que formar comunidad exige esfuerzo. “
Sabéis cómo en una edificación una piedra sostiene a la otra, cada una en su lugar.
Esto es muy similar en el organismo de la Sociedad" (Jordán, 1939-1998 pg. 109). El
rezar, divertirse y el trabajar juntos son considerados como bloques que sirven para
edificar juntos. El estar disponible para ayudar en las actividades comunitarias y
participar en los proyectos o eventos, son caminos para mostrar el interés y el apoyo a
la comunidad. El aceptar responsabilidad por algún asunto y el trabajar juntos para
conseguir las metas comunes, es una fuerza muy poderosa a la hora de crear unidad y
lazos de unión con otros miembros de la comunidad. Cada miembro necesita tomar
parte a la hora de planificar y llevar a cabo las actividades comunitarias a fin de poder
apreciar las celebraciones de nuestras realizaciones colectivas. La comunicación, la
clarificación de expectativas, el convertir las reuniones comunitarias una prioridad, el
buscar juntos y estar en contacto, todo esto contribuye a formar y mantener una
comunidad sana.
¿Cómo podremos decir si nosotros tenemos una comunidad sana? Scheiders
(2000) sugirió varios criterios que son muy buenos a la hora de juzgar si formamos
una comunidad de Laicos Salvatorianos sana: el nivel de compromiso, la calidad y
cantidad de los líderes, el sentido de pertenencia, el orgullo de pertenecer al grupo, y
el deseo de compartir la comunidad con otros. Podemos preguntarnos a nosotros
mismos sobre estas cuestiones a fin de sondear hasta qué punto cada uno de nosotros
hemos formado y nutrido de una forma sana nuestra comunidad de Laicos
Salvatorianos.
¿Cuántos Laicos Salvatorianos toman parte activa en las actividades de la
comunidad, en sus ministerios y proyectos? Un alto compromiso es el primer signo de
una comunidad sana (Schneiders, 2000). El segundo signo de una comunidad sana es
que tenga un buen número de miembros cualificados que se hagan disponibles para el
cargo de líderes (Schneider). ¿Cuántos Laicos Salvatorianos están disponibles para los
cargos de liderazgo en su sector, en su provincia como a nivel internacional? El tercer
signo es que todos se sientan bienvenidos, apreciados y reafirmados en una
comunidad sana. ¿Cómo se siente cada Laico Salvatoriano en su lugar en relación con
la comunidad de Laicos Salvatorianos? ¿Nos alegramos con lo que otros llevan a cabo
o respondemos con una cierta envidia? ¿Nos alegramos de estar en compañía de
cualquier otro del grupo o tememos encontrarnos con él? El orgullo de grupo es el
cuarto signo de una comunidad sana (Schneider). ¿Tenemos nosotros este sentido de
orgullo de grupo como Laicos Salvatorianos? ¿Consideramos el don de nuestra
vocación como un privilegio? Y finalmente ¿los Laicos Salvatorianos están
interesados en atraer a otros laicos a la comunidad? Este es el quinto signo. "Un signo
claro de salud comunitaria, es la alegría de sus miembros y el deseo de compartir su
vida con otros" (Schneiders pg. 402).
En la vida de comunidad no todo son rosas sin espinas. Esta requiere la
práctica de virtudes muy difíciles, tales como la autodisciplina, la generosidad, la
bondad y la paciencia. El amor universal, el cual según dice nuestro fundador debe
caracterizar a los Salvatorianos, es “auténtico, dispuesto a hacer sacrificios, paciente,
atento, simpático, imparcial, universal, no dirigido solamente en una dirección,
25
activo en palabras y en hechos. Tendría que abarcar a todos" (Jordán, 1939-1998,
pg. 120). En este punto de nuestra historia, nos enfrentamos a muchos desafíos entre
las tres ramas de la Comunidad Salvatoriana y por eso es tan necesaria la tolerancia
del uno para con el otro cuando se quiere orientar estos desafíos (Brunzel-Lauri,
2005).
Un elemento de tensión entre los Laicos Salvatorianos y los miembros de la
Comunidad Salvatoriana más amplia puede provenir del hecho de que los dos grupos
están compuestos por hombres y mujeres. Esto cambia la dinámica de los grupos ya
que los hombres y las mujeres difieren en los sentimientos y en sus expresiones,
valores y en el proceso de información (McDonald & McDonald, 1997). De forma
interesante, la beata María de los Apóstoles, cofundadora de las Hermanas del Divino
Salvador, estaba buscando una comunidad religiosa que estuviera compuesta por las
dos ramas por hombres y por mujeres. En 1856, estando en búsqueda de una
comunidad como esa, escribió en su diario, "me gustaba mucho estudiar en la
Sagrada Escritura cómo en el tiempo de Jesús los apóstoles y las mujeres devotas
trabajaban en forma conjunta por Cristo... Yo deseaba encontrar un convento de esas
características..." (Grupo de estudios sobre la Madre María de los Apóstoles, 1994).
Ya que un autor intentó convencer a hombres y mujeres de que serían originarios de
diferentes planetas, debo decir que esto simplemente no es verdad. Todos nosotros
hemos sido originados por el mismo amor creador de Dios y tenemos la potencialidad
de usar nuestras diferencias como dones complementarios para nuestras comunidades.
Nosotros nos modelamos de acuerdo al padre Jordán y a la beata María cuyas visiones
complementarias inspiran nuestra colaboración. "La interacción entre los religiosos y
el laicado es una fuente constante para nuestro crecimiento y apoyo" (Laicos
Salvatorianos, USA, n.d.).
VIII. SIGNIFICADO DE LA PERTENENCIA A LA COMUNIDAD
SALVATORIANA
Los Laicos Salvatorianos testifican sobre bastantes beneficios personales y
comunitarios por el hecho de pertenecer a la Comunidad Salvatoriana. Muy valorado
es el estado de los Laicos Salvatorianos como miembros equiparados a los de la
Comunidad Salvatoriana más amplia "hombro con hombro con religiosos y con los
amigos más cercanos" (Fred Kaspar, Laico Salvatoriano) y a la hora de compartir la
vida con los miembros que tienen votos. El apoyo comunitario es un don,
especialmente importante en tiempos de crisis cuando los Salvatorianos tratan de
llegar a los de cerca y a los de lejos. Los Laicos Salvatorianos aprecian “en la
asociación, el tipo de relación, y parentesco espiritual, lo cual proporciona
autenticidad y ánimo para nuestra misión en la vida" (Ann & Ed Griffin, Eugene
Moore, Laicos Salvatorianos). El formar parte de la Comunidad Salvatoriana les
proporciona la orientación para el ministerio, y para algunos, es una extensión del
ministerio de su propia parroquia Salvatoriana JoAnn Kuphaldt, Laico Salvatoriano).
Proporcionar oportunidades para el desarrollo espiritual y un sentido de "llegar a ser
una parte mucho más integrada de la Iglesia”. (Bárbara & Frank Tomsik, Laicos
Salvatorianos). “El formar parte de la comunidad da a uno ánimo en la oración y en
la práctica de las obras de misericordia espirituales y corporales” (Rosemary Etzel,
laica Salvatoriana). Como laica Salvatoriana Donna Weise dice que la clave
significativa de la membresía de una comunidad es “la pertenencia”, "pertenecer a
26
un gran grupo de personas que aman y son solicitas y que quieren marcar la
diferencia y compartir su vida con otros que tienen visiones y valores semejantes".
IX. COMUNIDAD SDS VERSUS FAMILIA SDS
Durante los últimos años se ha hecho cada vez más popular la referencia a la
unión de las tres ramas de la Comunidad Salvatoriana como la "Familia Salvatoriana".
Esto significó un espoletazo para los primeros Salvatorianos de USA que temieron
que la imagen de familia fuera a connotar que los miembros de la Sociedad serían
como los "padres", la Congregación las "madres", y los laicos serían los "hijos", y
obviamente en un estado inferior en la familia. El termino familia, por eso, conlleva
una estructura jerárquica más que de igualdad, y esta última sería más apropiada para
la descripción de Salvatorianos.
Además de sugerir una estructura jerárquica, la palabra familia puede sugerir
dominación, control, rivalidad, disputas, violencia o disfunción. Una objeción grande
para el uso de la palabra familia refiriéndose a los Salvatorianos se deriva del hecho
de que muchos matrimonios en USA han fracasado manteniendo los niños una
imagen negativa sobre los padres y sobre las familias. A pesar de estos temores, sin
embargo, ha persistido la designación como "familia", principalmente porque se trata
de un concepto universal entendido ampliamente a través de muchas culturas donde
se usa el término "Familia Salvatoriana".
Los Laicos Salvatorianos que prefieren el término familia por encima del de
comunidad ven a los Salvatorianos como hermanos y hermanas (Rita Whitmore, laica
Salvatoriana) como hijos de Dios, convirtiendo de esta forma a todos los
Salvatorianos en hermanos. Esta idea me llevó a sugerir que las iniciales "SDS” detrás
del nombre de un Laico Salvatoriano, se podrían explicar a los que pregunten,
respondiendo que se trata de un “Sibling of the Divine Savior” (Hermano del Divino
Salvador). También se ha sugerido que el término familia es más íntimo que el de
comunidad, connota una unión más fuerte, parece más inclusivo de las tres ramas y es
una palabra que es más familiar a los laicos y promueve una obligación, a la vez que
una realización y cercanía más grandes. "Con el concepto familia tenemos unos lazos
tremendamente más grandes. Somos parte de una familia desde el momento en que
somos concebidos en el seno materno y hemos tenido una compresión intuitiva del
concepto de familia probablemente ya desde el nuestro propio nacimiento..." (Jim
Anderson, Laico Salvatoriano).
Zajac (2002) hizo un estudio sobre religiosas y no encontró consenso entre
ellas sobre si sus comunidades constituían un tipo de familia. "Con respecto a la con
frecuencia mencionada naturaleza de familia de una comunidad se dio mucha
dispersión. Muchas negaron que fuera una familia, y otras la describieron como
‘parecido’ a una familia, y otras protestaban diciendo que era ‘más que’ una
familia” (pg. 377). Los Laicos Salvatorianos todavía no han encontrado consenso ya
que unos prefieren pensar en Salvatorianos simplemente así, como Salvatorianos,
otros no tienen preferencia, y algunos se decantan grandemente a favor o en contra del
término "Familia Salvatoriana".
27
IX CONCLUSIÓN
El apoyo que recibimos de cada uno de los otros en la comunidad parece ser la
razón comúnmente más invocada para seguir a Jesucristo como Salvatoriano.
Nosotros ejercemos el ministerio para otros y para cada uno de los otros. Nuestro
trabajo apostólico es servicio, atención, y compartir, pero tal como dijo el padre Don
Skwor, SDS nuestro trabajo se convierte en un ministerio a causa de nuestra
solidaridad, de nuestra identidad como Salvatorianos. Esta unidad como Salvatorianos
es la base de nuestra vida comunitaria. "Cuanto mejor vivamos una vida comunitaria,
fraterna y apostólica, tanto más ésta se convierte en un signo del amor de Dios y en
un testimonio profético de que Cristo está en medio de nosotros y nos une en el
amor”. (Constituciones de la SDS 411). Todos los Salvatorianos trabajamos a fin de
llevar a cabo la visión del padre Jordán, de que todos y cada uno conozcan al "único
Dios verdadero y a quien él ha enviado, Jesucristo" (Juan 17,3).
X. PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN
Las preguntas de la sección IV podría servir como reflexión sobre si
disfrutamos de salud como Laicos Salvatorianos o como Comunidad Salvatoriana.
Otras preguntas sobre temas que se ha tratado este trabajo y que podría ser útiles para
nuestras reflexiones y discusión serían las siguientes:
1. ¿Qué es lo que observan los laicos en general cuando contemplan a la
comunidad SDS (re)unida?
2. ¿Cuál es para ti, como laico, la importancia de pertenecer a una comunidad
religiosa?
3. ¿Qué es lo que tú llevas a cabo como "comunidad" y/o como miembro de
una "comunidad"?
4. ¿Cómo haces tú para formar, o mantener "comunidad"?
5. ¿Cómo son las tus relaciones con otros laicos SDS, así como con otros
SDS con votos?
6. Según tu opinión ¿hay alguna diferencia entre "Comunidad Salvatoriana" y
"Familia Salvatoriana"? ¿Qué término prefieres tú? Si prefieres uno u otro
¿cuál es la razón?
28
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30
El ESPIRITU DEL MUNDO Y LOS ELEMENTOS CLAVE.
Por Carlos Alfonso Matiz B.
(Salvatoriano Laico de Colombia)
“Uno de los mayores peligros que amenaza al religioso es el espíritu del mundo…
debéis estar en el mundo, pero no ser del mundo…
Ojalá comprendáis el gran peligro que supone el espíritu del mundo y especialmente
porque este espíritu se introduce furtivamente también entre los buenos”
“El espíritu mundano se va infiltrando poco a poco…
influyendo en sus hábitos y modos de pensar.
Y qué difícil es despojarse de nuevo de este espíritu.”
“Peor aún es una cierta afección al mundo,
un cierto espíritu de acomodamiento a determinadas máximas del mundo.
Este es el camino en el cual no se es ni frío ni caliente.”
Palabras y exhortaciones, Capitulo 8.
Introducción.
Poco escribió nuestro fundador sobre política o economía. Su vida de hombre de fe,
completamente religioso, pareciera haberle alejado de esos temas, nada sencillos en su
época. Y esa ausencia de palabras sobre temas que podríamos llamar “mundanos”, a
veces nos extraña, particularmente a los laicos, siempre ávidos de conocer sobre esos
asuntos que todos los días nos atañen y afectan. Mucho más hoy, cuando es tan usual
hallar religiosos, religiosas y presbíteros que se pronuncian a propósito de problemas
como el Sida, las guerras o la globalización, y nos parece un poco raro que alguien
como nuestro fundador (un hombre que supo ocupar su lugar en el mundo e influir en
él de forma notable) no haya expresado de manera directa su opinión sobre tantos
problemas de su época, polémicos y difíciles.
Preparando una ponencia para el Encuentro Nacional de Salvatorianos Laicos de
Colombia (un movimiento que cumple quince años de vida y comienza a presentar
signos de cansancio, que ha sufrido ya las primeras desilusiones y se prepara para un
futuro complejo) hallé varias referencias en los textos del fundador a lo que él llama
“EL ESPIRITU DEL MUNDO”. Elaboré entonces un sencillo trabajo dirigido a mis
compañeros Salvatorianos Laicos de Colombia, buscando reflexionar sobre algunas
de las circunstancias que han causado problemas a nuestro movimiento, dando lugar
al abandono por parte de algunos integrantes o creando diferencias que impiden la
consolidación de verdaderas comunidades de hermanos y fenómenos semejantes, que
igualmente deben haber afectado a otros grupos de salvatorianos (laicos, religiosos o
de religiosas) en otros lugares del mundo.
Y fue justamente en el desarrollo de esa tarea que encontré, como he dicho, ese
concepto de EL ESPIRITU DEL MUNDO, sobre cuyo contenido y valor quisiera
31
profundizar un poco, confrontándolo con los elementos clave que hemos identificado
al interior de la COMISION INTERNACIONAL DE CARISMA como esenciales de
nuestro modo de ser Salvatoriano.
1. El concepto del “Espíritu del Mundo” en el Padre Jordán.
El padre Jordán no fue un religioso solamente contemplativo. Su vida, por el
contrario, fue una permanente lucha por hacer real el reino de Dios, aquí y ahora. No
obstante era un hombre de oración, profundamente espiritual que iba mucho más allá
de la sola práctica, las fundaciones y las obras. De tal forma que, como le veo yo, no
era alguien que diferenciara lo espiritual y lo mundano de forma tajante. Por el
contrario, comprendía perfectamente esa interacción entre lo espiritual y lo material,
más allá de cualquier discusión filosófica, al punto que su vida fue, como hemos
dicho, una existencia intensamente espiritual con resultados tangibles muy exitosos.
Creo entonces que ese concepto del “espíritu del mundo” fue elaborado desde la fe,
pero a partir de una noción muy clara de la realidad.
El mundo de aquella época y el actual, aunque se diferencian en miles de detalles, no
son, en esencia, muy diferentes y esa condición hace que el concepto de EL
ESPIRITU DEL MUNDO tenga hoy una inmensa vigencia que se hace presente
cuando leemos las palabras que hemos elegido como presentación de este trabajo.
Pero, concretamente, a qué se refería nuestro fundador cuando hablaba del ESPIRITU
DEL MUNDO.?
La lectura del capítulo 8 de las Palabras y Exhortaciones, compuesto de tres apartes
pareciera darnos claras pistas sobre el contenido de ese concepto, cuyo manejo, en
principio, hizo el Padre Jordán a partir de una visión de la vida religiosa y para ella.
En el primer aparte y desde de las primeras líneas, pareciera que nuestro fundador
diferenciara dos mundos diversos y contrapuestos: el mundo ordinario y el religioso.
No obstante, de inmediato surgen expresiones que hacen desaparecer esa división
tajante, cuando se increpa a los
salvatorianos: “Debéis estar en el mundo pero no ser del mundo”. Es claro sin
embargo, que quien opte por la vida religiosa debe “renunciar al mundo”
o mejor, a ese ESPIRITU DEL MUNDO.
El ESPIRITU DEL MUNDO tiene la capacidad de infiltrarse fuertemente en los
sacerdotes “influyendo en sus hábitos y modos de pensar” y está compuesto por
“ciertos modos de pensar” que “se han arraigado también entre la gente buena”.
“Quien estuviere penetrado del espíritu del mundo, no tendrá mucha comprensión de
las cosas verdaderamente espirituales”
De tal forma que EL ESPIRITU DEL MUNDO parecer ser el modo de pensar que se
impone por fuera de una vida de fe. Y está formado por aquellos “falsos principios”
que sin ser claramente apología del pecado, sutilmente menoscaban a los hombres y
propician una “tibieza” que impide avanzar en el camino hacia la perfección que debe
32
ser el sendero para todos los Salvatorianos. En contraste con esos “falsos principios”,
el fundador habla de los principios propios del ESPIRITU RELIGIOSO.
Finalmente el Padre JORDAN hace referencia al racionalismo como un mal propio
del ESPIRITU DEL MUNDO, tan notable que “en la práctica, un racionalista, ni
siquiera puede ser buen católico”.
Creemos entonces que nuestro fundador, desde su particular modo de ver y vivir, supo
identificar como un enemigo de la vida religiosa, de la fe y del camino hacia la
perfección, el ESPIRITU DEL MUNDO que es, esencialmente, la ideología propia de
quienes inmersos en las preocupaciones puramente materiales y mundanas,
desprecian o subvaloran la dimensión espiritual del hombre.
Cada época posee una ideología particular, unos principios que se aplican a toda
marcha en cada minuto de la historia y rigen el destino del hombre con tal eficacia, y
lo que es peor, con tal sutileza, que a veces se hacen difíciles de reconocer.
Por supuesto que la exhortación del Padre Jordán, dirigida a los religiosos
salvatorianos de la época, es totalmente aplicable hoy a todos los integrantes de la
familia salvatoriana y de manera aún más fuerte a los salvatorianos laicos, quienes no
gozamos de las ventajas propias de la vida religiosa y que necesariamente estamos
atados al mundo, en cada aspecto de nuestra existencia.
Ahora bien. Procede preguntarnos ¿Qué relación hallamos entre EL ESPIRITU DEL
MUNDO y los elementos clave?
2. El Mundo de hoy.
2.1. Los medios de comunicación hablan recientemente de dos amenazas que llenan
de temor a todos los habitantes de la tierra: el terrorismo y la gripe aviar. Frente al
primero de estos fenómenos vemos permanentemente noticias sobre la persecución y
el juzgamiento de quienes han intervenido en hechos tan horribles como el atentado a
las torres gemelas, las bombas en el metro español y los ataques realizados en el
Reino Unido. Se nos informa además de la guerra Irak; los ataques palestinos
suicidas; la política nuclear de Irán y temas semejantes, de los cuales ha surgido el
temor generali-zado sobre una inminente catástrofe propiciada desde el oriente. Se
nos antoja que por causa del terrorismo existe un riesgo inmenso sobre nuestro
mundo.
En el otro campo, los noticieros nos informan diariamente sobre el avance de una
enfermedad que amenaza con convertirse en la “peste” del siglo XXI. Se trata de un
virus que inicialmente presente en aves silvestres y de corral, ha logrado llegar a cerca
de centenar y medio de seres humanos que han muerto por obra de esa enfermedad,
hasta ahora incurable.
No obstante, mientras que en la guerra de Irak han muerto cerca 4.000 soldados y que
la gripe aviar no ha cobrado siquiera doscientas víctimas, las estadísticas indican que
al año mueren 5 millones de niños de hambre, un problema que puede solucionarse
sin armas ni estrategia de seguridad, un mal cuya cura conoce el hombre desde su más
33
remoto origen. Y a ese dato escalofriante podemos agregar otros más, perfectamente
conocidos.
Esos síntomas de pobreza, desigualdad y desprecio por la vida humana, revelan cuál
es el modo de pensar del mundo que vivimos, pues detrás de esos fenómenos hay toda
una filosofía, unos principios que - con todo éxito - origen el mundo y constituyen
precisa-mente, el ESPIRITU DEL MUNDO de hoy que, como veremos, es el
enemigo principal de la vida religiosa y de la fe.
El mundo de hoy se nos muestra como un universo construido a partir de unas bases
firmes y de reglas claras: Hacemos parte, supuestamente, de un mundo libre,
democrático, que hace valer la igualdad del ser humano, que cree en sus capacidades
y por todo ello nos ofrece la posibilidad de competir en condiciones de equidad para
alcanzar la felicidad (que es una combinación de bienestar económico, tranquilidad y
placer).
El planteamiento indica además que todos debemos buscar la realización por sí
mismos, con esfuerzos propios, creyendo en nuestras capacidades personales,
procurando ejercer nuestra libertad individual para que el gozo sea igualmente propio
y personal. La competencia es indispensable para lograr la productividad eficiente,
motivo por el cual, quien no es capaz de ser competitivo debe desaparecer y merece el
destino que ha obtenido solo por su culpa.
El esquema económico predica que solo una alta eficacia en la producción podrá
llevarnos a suplir todas las necesidades del mundo y a terminar con la pobreza, que es
simplemente, el resultado de la falta de eficiencia productiva. Por eso hay que
propiciar la creación de grandes empresas, permitir el ingreso de grandes capitales y
procurar que la competencia sea cada vez más libre entre todos, para que ganen los
mejores y ellos se hagan cargo del destino del mundo.
Pero sabemos todos que esas propuestas del mundo actual son mentira. La igualdad
entre los hombres es totalmente inexistente. La democracia es otra falacia, pues la
única posibi-lidad de participación que nos han dejado en el gobierno de nuestros
destinos es el voto, sobre el cual se ejercen manipulaciones de todo orden y que solo
sirve para elegir entre dos o tres candidatos tremendamente parecidos entre sí.
La propuesta de bienestar y la felicidad a partir de la productividad es otra mentira.
Hoy el mundo produce más bienes, y posee más importantes avances que en cualquier
otra época de la historia del hombre. No obstante, nunca han reinado con tanta tiranía
la miseria, el desempleo, la desnutrición, la violencia, y sobre todo, nunca habían
existido tan profundas diferencias entre ricos y pobres.
Hemos descubierto que la apertura y la globalización son tretas para permitirle a los
más poderosos empresarios apoderarse de todos los mercados, dejando las pequeñas y
media-nas empresas en la ruina. La verdad es que con el ingreso de grandes empresas
a nuestros países latinoamericanos, no somos ni menos pobres, ni más felices.
Finalmente podemos asegurar que la competencia entre los hombres, en busca de la
felicidad que nos promete el mundo actual, solo ha creado hombres solitarios, y
egoístas, interesados, que no pocas veces anulan sus afectos y sus valores solidarios
34
para poder luchar por su propia supervivencia y obtener el tan anhelado éxito para
ellos solos.
Para mantenerse tal cual es, así de inhumano, el mundo de hoy tiene su propio
espíritu. Y tal vez el rasgo más importante de ese ESPIRITU DEL MUNDO actual lo
constituye, como ya comenzamos a verlo, el individualismo, la idea afianzada de que
lo importante es el hombre individualmente considerado y que él es la base de la
sociedad.
Se valora el “liderazgo” entendido como la capacidad de mandar, conquistar y obtener
dinero o poder. Se enaltecen el arrojo personal, las capacidades de sobresalir incluso
bordeando la ley o fuera de ella. Se propone en nuestro mundo al individuo como
centro y fin de toda actividad, como protagonista principal del universo. Y esa manera
de entender al hombre llega incluso a determinar que las relaciones con Dios (de las
cuales el mundo moderno no ha podido, hasta ahora, prescindir totalmente)
concibiéndolas igualmente individualistas, de tal forma que son relaciones entre el
individuo y Dios.
Semejante postura permite la existencia de una religiosidad propia para cada cual, de
tal manera que cada persona puede y debe establecer un lazo muy a su manera con
Dios, prescindiendo de cualquier consideración comunitaria o social. Bajo una
concepción de esa naturaleza se desarrollan rápidamente modalidades totalmente
“personalizadas” de la religión que permiten a cada cual asumir otras creencias como
parte de su espiritualidad, dando lugar al auge de todos los fenómenos esotéricos que
son, principalmente, concep-ciones individualistas y mágicas de la espiritualidad.
Ahora bien, dar valor al hombre, al individuo, no es malo, como no es malo
desarrollar un lazo personal con Dios. Lo perjudicial es quedarse en esa visión
parcializada del mundo y como consecuencia de ella terminar olvidando, o incluso
rechazando, la faceta comunitaria del hombre.
Si observamos nuestro mundo veremos que existe una cierta tendencia a descalificar
todo tipo de asociación que no se haya configurado con el fin de hacer dinero. Esa es
una consecuencia de la visión individualista del hombre. Es más, toda agrupación
solidaria que busque reivindicaciones sociales, que proteste, que cuestione el sistema
imperante es rechazada, señalada como perjudicial, desacreditada o incluso
aniquilada. Es el caso de las ONGs, los sindicatos o las asociaciones comunitarias, a
las que se les suele atribuir siempre un rasgo rebelde, subversivo, o cuando menos
sospechoso. Se mantiene cierto respeto solo frente a las asociaciones de carácter
religioso, pero eso si, siempre y cuando no se metan en política.
El espíritu del mundo actual pregona entonces el individualismo, hace que el mundo
gire alrededor del hombre, de su bienestar personal, lo convierte en el centro del
universo e incluso propone una religiosidad totalmente personal, a la medida de cada
cual, sin otras consideraciones. Pero además, ese espíritu del mundo que vivimos
descalifica todo lo que es comunitario y social, seguramente porque sabe que en ello
hay peligro para el orden que reina en el mundo.
Por supuesto que ese “espíritu del mundo” nos afecta a cada uno de nosotros, y se
enfren-ta victorioso a los elementos clave que hemos identificado hasta hora como
propios del camino salvatoriano que nos hemos propuesto.
35
3. El éxito del espíritu del mundo.
El individualismo que pregona con tanta fuerza nuestro mundo parece ser el pecado
origi-nal que nos impide buscar el reino propuesto por el salvador. Somos egoístas
incluso en el amor. A mi manera de ver, de todo ello lo más grave para el hombre es
la pérdida de su conciencia comunitaria, de su noción de pertenencia y compromiso
frente a la sociedad a la que se debe, pues no hay amor sin “el otro” y ese amor no
tiene sentido sino para “el otro”.
La Iglesia, en la gran mayor parte del mundo está conformada por parroquias en las
que sus integrantes apenas confluyen a la celebración de la Eucaristía, sin que haya
una cohesión entre los presentes, sin que se conozcan, sin que en cada barrio existan
comuni-dades que intenten crecer juntas. El hombre, solo, aislado, desarticulado de
una comunidad pierde la capacidad de realizarse como cristiano. Su oración tiene
menos sentido, su cruz se convierte en solo padecimiento, su confianza en Dios se
menoscaba o
adquiere sentidos equivocados, su relación con la iglesia se debilita.
La universalidad salvatoriana, esa joya preciosa heredada de nuestro fundador, carece
de sentido cuando reina el individualismo, pues entonces ¿para qué buscar todos los
medios, los lugares y los hombres?
Con el individualismo, la pobreza, la vida sencilla y la solidaridad en lo material no
tienen cabida, al punto que dar, deja ser una forma de compartir y se convierte en
beneficencia o asistencialismo, y recibir, en un acto interesado.
El racionalismo - esa faceta intelectual del individualismo - claramente señalada por
nuestro fundador como una tara, genera una actitud de crítica sistemática que produce
una insatisfacción permanente frente a las propuestas religiosas, pues pretende que la
relación con Dios y la comunidad sea intelectualmente coherente, o incluso perfecta,
olvidando que la vida espiritual es una experiencia de vida que va más allá de lo que
la mente y la razón pueden explicar y que está marcada por la imperfección de nuestra
naturaleza.
El ESPIRITU DEL MUNDO, esa fuerza victoriosa que pasea sonriente por templos y
oficinas convenciéndonos de nuestros de derechos, que hace tanto daño en un
convento, como en una comunidad de laicos sembrando disputas, que convierte el
amor en un acto de posesión y de búsqueda de la propia idea que de él tenemos, que
logra transformar la solidaridad en actos de beneficencia, y hace de la relación don
Dios un nexo a veces mágico y utilitario, es el mayor enemigo de nuestro camino.
Lo que es más grave – tal como lo señalaba nuestro fundador – es que ese ESPIRITU
DEL MUNDO se anida sigilosa y sutilmente en nuestra vida, en nuestros corazones,
en nuestra manera de actuar. No necesita de grandes vicios para aniquilar nuestra
búsqueda. Le basta acomodarse en los pequeños rincones que dejamos para nosotros,
en los caprichos que nos impiden conformar verdaderas comunidades, en las actitudes
que nos hacen dar prelación a lo personal. El ESPIRITU DEL MUNDO se hace fuerte
en las con-
36
cepciones que cultivamos de nuestra propia felicidad personal, en las convicciones
que nos impulsan a desarrollar la relación con Dios a nuestra manera, sin
obligaciones ni reglas, sin interacción, sin vida comunitaria, sin conciencia crítica de
los signos de los tiempos.
Qué difícil es a veces advertirlo y mucho más, alejarlo de nosotros. Bien claro lo tenía
nuestro Fundador.
37
VIVIR LA SENCILLEZ COMO HIJOS E HIJAS DE DIOS
P. Paul Portland SDS
En la pared de mi dormitorio cuelga una réplica grande de una tapa de botella. Su
radio es más o menos de 30 a 40 centímetros. Es de color rojo y con la letras
conocidas de “Coca Cola” en blanco y encima un gran lazo de color plateado.
Casi todo el mundo la reconocería. Fue arrancada el año pasado del árbol de navidad
oficial de Cuernavaca, la capital del estado de Morelos, México. El árbol de 7 a 9
metros (pues es difícil juzgar el tamaño de un árbol solitario en pie en medio de una
gran espacio) estaba colocado en el centro de la plaza principal y su única decoración
eran docenas de estas tapas de “Coca Cola”.
El gobernador de este estado era un ejecutivo de Coca Cola, cuando Vicente Fox era
presidente de México. El gobernador decretó que en los edificios oficiales del estado
sólo podían ser vendidos los productos de Coca Cola, reprimiendo productos de
Boing-Pascual, una cooperativa local de propiedad de los trabajadores, que produce
bebidas de frutas de alto valor nutricional y bajas en azúcar. México tiene uno de los
consumos más altos, si no el más alto en el mundo, de consumo per cápita de tales
bebidas. En los Estados Unidos hay un mercado negro de Coca Cola producida en
México debido a su elevado contenido de cafeína y azúcar. En un país donde el agua
es escasa
y donde mucha del agua potable ha sido contaminada por la
industrialización, la venta de bebidas es un gran negocio. Cocacola y Pepsi están
luchando entre sí pore se mercado.
Esta tapa de botella que cuelga en mi cuarto es mi recuerdo de lo que aprendí
durante mi año como director en Cuernavaca del Centro para el Diálogo Intercultural
sobre el Desarrollo: es decir, sde lo que aprendí obre la industrialización, sobre las
multinacionales y su fuerte dominio en países del tercer mundo mediante alianzas
con la élite rica que ostenta todo el poder monetario y político en esos países; sobre el
Banco Mundial y sobre el Fondo Monetario Internacional
y los “ajustes
estructurales” que fuerzan a los países a recortar los servicios sociales de la gente
pobre de tal modo que puedan pagar los intereses de sus créditos, sobre acuerdos
comerciales tales como la NAFTA que crea zonas de esclavitud en las fábricas donde
los trabajadores no pueden formar sindicatos y donde no hay conciencia sobre la
contaminación del medio ambiente, etc. etc. etc.
Este es el mundo en el que vivimos, el mundo del “tienes” y el mundo del “no tienes”.
Hemos señalado como un aspecto de nuestra espiritualidad salvatoriana, la “vivencia
de la sencillez de los hijos e hijas de Dios”. Un elemento clave de nuestros textos
fundacionales es el “ser capaz de discernir los signos de los tiempos”. No hay duda
de que la globalización, la contaminación y el creciente distanciamiento entre el
tienes y el no-tienes son signos actuales de los tiempos. Tampoco tengo duda de que
nosotros somos parte del “tienes” más que del “no tienes” sin distinción del lugar del
mundo donde vivamos. ¿Cómo respondemos como salvatorianos y cómo deberíamos
responder?
38
La complejidad del problema en las Estados Unidos (me imagino que igualmente en
otros países ricos) me quedó clara el año pasado en una reunión familiar. En una sala
mis hermanos estaban hablando sobre fondos y cuál daría el mayor rendimiento
(decían que deberían haber comprado antes en Google). En la otra sala mis cuñadas
estaban hablando sobre los lugares donde comprar al menor costo posible. Esta es
nuestra vida: el mayor rendimiento en las inversiones (que a menudo se producen a
costa de los países pobres) y el más bajo precio a pagar por las cosas que compramos
(que proviene de la explotación de los trabajadores).
Mis hermanos y sus esposas son buena gente, muy implicados en sus parroquias, muy
caritativos: la clase de familias que son la espina dorsal de una parroquia. Pero ellos,
como la mayoría de los americanos, aceptan sin mucha crítica el “estilo de vida
americano” que nuestro presidente está tan interesado en proteger. Formamos parte
del “tienes” en el juego de la globalización. Y creo que muchos de nosotros los
religiosos hemos adquirido la misma forma de vida en los países ricos, o por lo
menos no mostramos con suficiente claridad que, mediante nuestra forma de vivir y
de consumir, nos oponemos al estilo de vida de los paises ricos.
¿Y en los países más pobres? No tengo mucha experiencia de la vida de los
salvatorianos en los países empobrecidos, pero presumo que hay mucho paralelismo
con la vida de los religiosos de México. En México el 10% de la gente tiene la
mayor parte de la riqueza y prácticamente todo el poder. El otro 10% o 20% vive
“holgadamente”. El resto sobrevive y entre estos, el 30% está muy bien mientras no
sobrevengan problemas inesperados y el 40% que son los más pobres apenas subsiste.
Todo el que entra a una comunidad religiosa recibe lo siguiente: casa para vivir,
generalmente con electricidad y agua; educación, comida y la seguridad de que
tendrá atención de salud más de lo necesario, es decir, más de lo que el 70% de la
población tiene. Recuerdo que una vez, hace unos años, encontré a un salvatoriano de
uno de los países más pobres donde trabajamos, que tenía una cámara fotográfica y un
reloj muy caros; él estaba de visita donde sus bienhechores europeos, quienes,
presumo, le habrían regalado esos objetos. A menudo entrar en una comunidad
religiosa supone un ascenso, a veces un ascenso enorme.
Entonces, ¿cómo vivimos la sencillez de los hijos e hijas de Dios? ¿Hasta qué punto
nos convertimos en signos contraculturales si poseemos más que mucha gente? No
sé, pero estoy convencido de que esto no es una simple pregunta. En mi provincia de
origen tuvimos un tiempo difícil al discutir este tema por temor a imponer nuestros
“valores a otros”. Como comunidad fuimos incapaces de llegar a un acuerdo para
adherirnos a un esquema común. Nuestra lista de cosas que necesitamos para vivir y
hacer nuestro apostolado ha crecido con los años. A veces necesitamos movilizar
camionetas en vez de maletas para ir de un lugar a otro. Incluso cuando vivimos
simplemente como signo contracultural para nuestra sociedad de consumo, tenemos
más que la gente pobre. Sobre todo tenemos seguridad: otras opciones, como una
comunidad que puede rescatarnos.
Yo creía que la respuesta era ayudar a los pobres a mejorar destino, a vivir más como
la clase media de las naciones industrializadas. Pero me he dado cuenta de que esto no
es posible: la minoría de la población del mundo en las sociedades consumistas
39
emplean más recursos (y contaminan) más rápido de lo que nuestro mundo tarda en
recobrarse.
¿Significa esto que la respuesta está en la otra dirección, es decir, en que vivamos más
como los pobres? Nosotros decimos que estamos llamados “a ser uno con los que
servimos”, y mi experiencia es que estamos bien en esto. Esta es una de las
características de nuestra comunidad que la gente nota cuando habla sobre los
salvatorianos. ¿Si sirviéramos a los más pobres, estaríamos desafiados a consumir
menos? Aún recuerdo a una religiosa que compartió conmigo la experiencia de
comenzar una comunidad de la Madre Teresa y que fundó un servicio pastoral para
los enfermos indigentes en Nueva Orleans. Nueva Orleans es calurosa y húmeda, y
los bienhechores que fundaron la clínica y la casa para las hermanas instalaron aire
acondicionado. Esta hermana estaba horrorizada porque la Madre Teresa hubiera
tenido que hacer quitar el aire acondicionado cuando visitara esa casa; la hermana
esperaba que la Madre Teresa considerase que el aire acondicionado fuera provechoso
para el bien de los enfermos.¿Aire acondicionado, sí o no? ¿qué es lo mejor?
Creo que una de las mayores tensiones que tenemos para comprometernos con los
más pobres está en el cuidado de nuestros propios enfermos y ancianos. Sentimos que
tenemos una obligación para con nuestros miembros que han trabajado duramente en
el apostolado y necesitamos los recursos para cuidar de ellos de una manera digna. El
pobre siente también esta obligación para con los miembros de su familia, pero no
tiene acceso a los recursos para hacerlo. Me pregunto qué hace la comunidad de la
Madre Teresa para cuidar a sus enfermas y ancianas.
Tengo sentimientos encontrados sobre lo que aportará a cada uno la lectura de este
artículo. Temo que sea muy negativo para los que somos buena gente y hacemos bien
nuestro ministerio, de eso no hay duda.
Además yo provoco problemas y preguntas y ni siquiera soy capaz de dar las
respuestas.
Pero estas cosas me incomodan. Las llevo en mi mente cuando estoy en encuentros
de la SDS y hablamos sobre otras cosas que podrían no ser tan importantes. El
mundo tiene que hablar de estos problemas (tener o no tener, dominación de los
países más pobres por los más ricos, corrupción y dominio de unos pocos en los
países pobres, disminución de los recursos naturales, contaminación) para sobrevivir.
Tal vez si encontramos modos para responder, podamos ayudar al mundo a hacer lo
mismo.
Mientras tanto mi tapa de botella de Coca Cola me sigue ayudando a recordar...
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Espiritualidad Salvatoriana: la centralidad de la Cruz
Hna. Jean Schafer SDS (25.05.2006)
Introducción.
El misterio de la cruz es central en la fe Cristiana. Este misterio forma una de piedras
angulares en la espiritualidad de los Salvatorianos – imaginado por el P. Francisco María de
la Cruz Jordan como un importante medio para purificar nuestras motivaciones apostólicas.
Cuando podemos ver la mano de Dios en todos los acontecimientos, incluyendo los tiempos
difíciles que afrontamos personal o comunitariamente, estamos capacitados para ir hacia
delante con confianza y celo, creyendo que Dios puede sacar bien de toda lucha. Este artículo
intenta explorar la espiritualidad de la cruz en varios contextos de nuestro camino espiritual,
esperando que animará nuestra confianza en Dios. La intención del P. Jordan fue que su
fundación “Sería orientada especialmente a la popularización de las verdades teológicas y así
hacerlas accesibles a la gente” [SD1. I 118 (3)] Aumentando nuestras propias perspicacias en la
espiritualidad de la cruz estaremos mejor equipados para ofrecer estas perspicacias a otros de
nuestros días, de modo que también ellos están capacitados para vivir los desafíos de la vida
con fe y de este modo sus discípulos.
La espiritualidad de la cruz nos ayuda a entender como diariamente la vida nos prepara para y
nos abre a la Vida Eterna. Reflexionando sobe cómo la cruz es revelada en nuestras vidas
nosotros fortalecemos nuestra fe en la creencia de Dios camina con nosotros y nos está
salvando.
Esta reflexión ofrece cuatro “actitudes” que nuestras vidas puedan asumir para profundizar
una espiritualidad de la cruz:
. Caminando hacia la cruz
I. (Encontrando Vida a través de fidelidad creativa);
II. Llevando la cruz
III. (liberando Vida a través de la liberación de la idolatría);
IV. Estando debajo de la cruz
V. (Escogiendo la Vida a través del discernimiento en el AHORA); Y
– Abrazando la cruz
(integrando Vida a través de la reconciliación de las diferencias).
1. Caminando hacia la Cruz:
Iniciamos reflexionando sobre una Antigua cruz Céltica, datada entre el 455 y el 70. su dibujo
testimonia la fe de tempranos cristianos residentes en su camino de vida, hace varios siglos.2.
Las muchas líneas entrelazadas en el eje significan la complejidad de la vida humana, con sus
muchos altibajos, intersecciones y fines muertos. Estas líneas muestran también las
restricciones y las limitaciones que el ser humano enfrenta en la vida. El dibujo lleva a una fe
central – la vida no termina jamás y los dibujos torcidos de la vida nos llevan a alguna parte.
Para los creyentes, las restricciones de la vida no son nuestro destino, no nuestro destino final.
Más bien vemos, inmersos en las complejidades de la vida, “Dios – con – Nosotros” – la
Trinidad:
– El Creador (1) sujeta nuestro mundo.
– El Espíritu (2) proporciona la luz de la Escritura para iluminar nuestro camino.
VI. En todo el centro de nuestro camino, vemos la Cruz (3). Pero Jesús no está en la
Cruz. Jesús es nuestro Señor Resucitado! El nos proclama que la muerte no es el
final. Nuestro camino nos orienta hacia nuestro destino verdadero – La Vida Eterna!
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Viviendo los desafíos diarios de la vida es el proceso a través de cual crecemos en fidelidad.
Caminando conscientemente dentro de este proceso descubrimos nuestra creatividad.
Encontramos la vida a través de nuestra fidelidad creativa. Esta es una diferente cualidad
lejana de la fidelidad como de la perseverancia. Perseverancia puede ser solo “”esperando por
el largo trayecto” desprovisto de amor o dedicación. Fidelidad creativa, por otro lado, es
fidelidad de intensidad, de intencionalidad. Fidelidad creativa nos madura; a través de ella
descubrimos amor.
La vida traerá sufrimiento. La Sagrada Escritura revela como Dios está siempre presente en
aquellos que sufren. Dios camina con la gente y sus sufrimientos y luchas. Jesús, nuestro
“Dios-con-nosotros”, mira el sufrimiento humano. El es el compasivo Unico. Jesús camina
intencionalmente hacia la cruz. Nosotros lo llamamos “el Crucificado” – un termino de
comunicación no solo de permanencia, pero también de profunda intencionalidad. Por toda la
eternidad, Jesús permanece “El que lleva las heridas del sufrimiento en su cuerpo resucitado.”
La Sagrada Escritura cuenta también cómo los Apóstoles sostuvieron luchas cuando
recorrieron los caminos anunciando la Buena Noticia. San Pablo describe todos los males que
sufrió y concluye, “Estoy contento con la debilidad, los insultos, las persecuciones y las
calamidades por Cristo… (2 Cor. 11: 23-29; 12:10) Así Pablo caminó hacia la vida de la cruz!
Las mujeres apóstoles caminaron hacia ambas: la cruz y la tumba. Ellas fueron a servir al
ünico que sufrió. A través de su fidelidad creativa ellas encontraron vida y amor, y su servicio
silencioso llegó a ser una valiente proclamación: “Jesús vive”.
El P. Jordan confió en la Divina Providencia frente a tantos de sus conflictos y dificultades.
Por medio de la meditación en la cruz fue capaz de vivir su vocación en solo corazón y
fidelidad creativa. Él escribió en su diario Espiritual: “Toda la vida de Cristo fue una cruz y
un martirio” [SD I 189 (2)] “Cualquier deseo para encontrar gracia, nunca le dejó alejar sus
ojos de la cruz, aunque mi Providencia me visite con dolor o con alegría” [SD I 34 (2)] El P.
Jordan se dió cuenta que era capaz de cumplir con su vocación solamente caminando a través
del camino del Crucificado Único en fidelidad creativa y un único amor, “en Él, el
Crucificado, con Él, el Crucificado, comienza, procede, persevera en el trabajo para la
gloria de Dios y por la salvación de las almas. Amén” [SD I 118 (2)]
La Iglesia afirma que caminando hacia la cruz es integrante para el camino de la vocación de
una vida. En la Exhortación Apostólica Vita Consecrata3. (VC) El papa Juan Pablo II escribe,
“Su (personas consagradas’) fidelidad al único Amor es revelada y confirmada en la
humildad de vida oculta, en la aceptación de los sufrimientos…, en el sacrificio silencioso y
en el abandono a la voluntad de Dios, y en serena fidelidad aunque disminuya su fuerza y
autoridad personal” (VC #24). “La Regla de Vida de las Hermanas Salvatorianas afirma, “La
cruz de Jesús pertenece a nuestra vocación salvatoriana, porque en la cruz están la salvación
y la vida. Nos unimos con Cristo en nuestros sufrimientos personales, en las dificultades y en
las exigencias diarias de nuestra vida apostólica. El amor nos mueve a seguir a Jesús en
sacrificio voluntario”
(RoL Art. 34).
Estos pasajes se refieren a la vivencia de la castidad consagrada. Sin embargo, todo el que se
ha consagrado en matrimonio o sacerdocio o como persona sola, experimenta desafíos
semejantes al tratar de sostenerse intencionalmente y en fidelidad creativa en su único
camino vocacional. Para sostener el amor de uno a través de las diferentes fases de la vida
necesita caminar hacia la cruz. El P. Jordan afirma esto cuando habla a todos nosotros, “Es
mi más ardiente deseo que todos uds. Estén profundamente metidos en el misterio de la cruz,
en el amor de la cruz, de modo que Uds. puedan amar sufriendo. Si Uds. hacen esto, entonces
tengo fundadas esperanzas que todos Uds. perseverarán, que Obtendrán la corona, y que .
llevarán muchas almas al cielo (EA4. 32 ‘Love of the Cross’)
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“Esta (es decir., fidelidad creativa de uno en la vida diaria )es la Vida Eterna,
Que te conozcan a Tí, el Único Verdadero Dios, y a Jesucristo, a quien Tu has enviado.”
(John 17:3)
2. Llevando la Cruz:
La segunda actitud que debemos asumir viviendo nuestra espiritualidad de la cruz es :
“llevando la cruz”. Nuestro símbolo es la cruz vacía. Jesús cargo la cruz porque se
comprometió con la proclamación del Reino de Dios. El Reino de Dios anunció la salvación a
la gente como total liberación de todo lo que la oprime, de todas las formas de idolatría que
los tienen cautivos. Jesús desafió a sus oyentes, “Quien no toma su cruz y me sigue no es
digno de mí, no puede ser mi discípulo.”” (Matt. 10: 38; Lk. 14: 27). “Quien quiera venir detrás
de mí tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme”(Matt. 16: 24; Mk. 8:34; Lk.
9:23).
Ya en Hebreos, el plan de liberación de Dios ha sido revelado. El escritor del libro de la
Sabiduría habló contra la idolatría, anunciando que son solo salvan el poder de Dios y la
Providencia. Este pasaje escriturístico de la sabiduría es una referencia al pasaje que
apreciamos como el núcleo de nuestro Carisma Salvatoriano, Juan17:3. “Hay también quien,
al hacerse a la mar, a punto ya de atravesar las encrespadas olas, implora a un leño más
frágil que al navío que lo lleva… Pero es tu providencia, oh Padre, la que lo gobierna,
porque hasta en el amar abriste el camino y un sendero seguro entre las olas… Porque es
bendito el leño del que se hace un recto uso…Pero tú, oh Dios nuestro, eres bueno y fiel, eres
paciente y todo lo dispones con misericordia. Aun cuando pecamos, somos tuyos, pues
conocemos tu poder, pero no queremos pecar sabiendo que te pertenecemos. Pues en
conocerte a ti está la plena salvación, y en reconocer tu poder la raíz de la inmortalidad”
(Wis. 14: 1, 3, 7; 15: 1-3). A través del leño (la cruz) Dios produjo la justicia. Aquellos que se
aferraron a este leño antes que a los (ídolos) sustitutos, encontrarán conocimiento, justicia y
vida liberada.
Cuando ponemos nuestros corazones en Dios, nuestras vida ayudando a establecer el Reino
de Dios, comenzamos a romper sutiles formas de idolatría. La idolatría nos bloquea para
hacer justicia. Llevando la cruz del propio vacío, dejando de lado lo que podría bloquear
nuestro acceso a Dios, sufrimos el la conversión de la mente y del corazón. Gradualmente
somos interiormente libres y disponibles para el Reino de Dios. Cuando ya no consideramos
las amenazas de nuestra reputación, de nuestro status, ya no nos sostiene la atracción del
consumismo, o la competencia o la santurronería, gradualmente vamos siendo libres para
luchar contra las formas de idolatría en nuestra cultura y sociedad que niegan a ciertos tipos
de gente sus derechos humanos y libertades.
Llevando la cruz que nos ayuda a conocer a Dios y de ese modo conocemos la justicia,
llegamos a ser libres para servir a otros. La Iglesia afirma esto. “Fidelidad a Dios (y la
presencia salvífica de Cristo) inspira devoción a nuestro prójimo…, sirviendo generosamente
a los pobres y a los enfermos, compartiendo las privaciones de otros y participando en los
asuntos y dificultades de la Iglesia.” (VC #24).
No podemos trabajar por el Reino de Dios si tenemos dos maestros. Cuando Jesús fue de
pueblo en pueblo, él enseñó a la gente, “Buscad primero el Reino de Dios y lo que es propio
de él, y Dios os dará lo demás.” (Mat. 6:33) “Porque donde está tu Tesoro, allí está también
tu corazón.” (Mat. 6:21) “Sucede con el reino de los cielos lo que con un Tesoro escondido
en el campo: el que lo encuentra lo deja oculto, y lleno de alegría, va, vende todo lo que tiene
y compra aquel campo.” (Mat. 13: 44).
Cuando las primeras Reglas de la Sociedad Católica Instructiva del P. Jordan fueron reescritas por Mons. Jacquemin en Febrero de 1888, el P. Jordan escribió en su Diario
Espiritual, “Por qué tienes miedo de tomar la cruz, que te lleva al reino?
43
En la cruz la salvación, en la cruz está la vida…
En la cruz la infusión de dulzura celestial.
En la cruz está la perfección de la santidad.
Toma tu cruz, entonces, y sigue a Jesús, y tu irás a la vida eterna .” [SD I 189 (1)] En Junio de
1888 el P. Jordan recibió la aprobación de la Regla de su Sociedad.
La Beata María de los Apóstoles también entendió cómo la fidelidad llevando la cruz podía
eventualmente guiarla al campo de su misión. El 21 de Noviembre de 1879 ella escribió en su
Diario Espiritual, “Qué cosa más bella es trabajar en un espíritu de sacrificio, incluso hasta
el martirio, por la salvación de las almas.” En otra ocasión ella escribió, “Llevar la cruz
trae felicidad; rechazándola no.”
Como salvatorianos continuamos la misión no concluida de Jesús. Trabajando por la justicia
es un proceso doloroso porque innumerables fuerzas de la idolatría continúan a sostener con
sutileza el poder en nuestro mundo. La Regla de las Hermanas Salvatorianas dice, debemos
estar “listas para todo sacrificio incluso para la cruz .” (Reg. Art. 7) Podemos ser mal
comprendidas, incluso perseguidas, por estas resistencias al Reino de Dios. Todavía,
cargando la cruz de la justicia y del servicio, anticipamos el Reino y ayudamos a liberar a
aquellos que aún “Están en las tinieblas y en la sombra de la muerte. “
“Y la vida eterna (es decir, liberación de la idolatría en la vida diaria )consiste en esto: en
que te conozcan a ti, le único verdadero Dios, y a Jesucristo, a quien Tú has enviado.” (Juan
17:3)
3. Estando bajo la cruz
“Junto a la Cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la mujer de
Cleofás, y María Magdalena.” (Juan 19:25) La postura de ‘Estando bajo la cruz’ es un
desafío único. Las mujeres discípulas del crucificado deben tener miedo de permanecer
corporalmente con Jesús bajo la cruz. Por esta postura ellas escogen la Vida sobre la muerte.
.
De pie bajo la cruz simboliza la postura espiritual del “de pie en el eterno AHORA”, el
momento que une nuestro pasado y nuestro futuro. AHORA es el solo momento en el cual
decidimos finalmente todo sobre nuestras vidas y sobre nuestra misión. Nuestras vidas son
una sucesión de tales puntos sucesivos, por lo visto pequeños la mayor parte del tiempo. Y
finalmente, lo que llegamos a ser y lo que hacemos en la vida es el sol de las innumerables
decisiones que hacemos momento a momento – cuando escogemos la vida.
Jesús vivió su vida en un continuo vaciarse. A pesar de las tentaciones ofrecidas por los otros
para usar el poder divino para ser opresores, Jesús escogió el plan de Dios de la humildad y
del abandono. “Tened, pues, los sentimientos que corresponden a quienes están unidos a
Cristo Jesús. El cual, siendo de condición divina, no consideró como presa codiciable el ser
igual a Dios. Al contrario, se despojó de su grandeza, tomó la condición de esclavo y se hizo
semejante a los hombres. Y en su condición de hombre, se humilló a sí mismo haciéndose
obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz!” (Phil. 2: 5- 8; Rule Art. 22)
El P. Jordan entendió el significado del estar de pie bajo la cruz. Él nos habla de esta fe,
“Yo anhelo por su felicidad, su paz aquí abajo, su salvación, su bienestar, su
bienaventuranza. Y es mi deseo que Uds siempre estudien más y más la cruz y sufriendo y
resignación en el sufrimiento, de modo que estén convencidos de que solamente a la sombra
de la cruz pueden crecer los frutos de la salvación.” (EA 32 ‘Amor a la cruz”). Jordan repite
este tema en su propio Diario, “Las obras de Dios solo crecen a la sombra de la Cruz .” [SD I
163 (6)]
44
Preguntas de vida – Quién soy? Qué pienso hacer? Cómo puedo servir mejor a los otros?
Qué nos está pidiendo Dios? Donde debemos ir? - Es mejor preguntarlas estando debajo de la
cruz del amor. Esta es la postura del discernimiento. Asumiendo esta postura podemos tener
confianza de que Dios nos guía a escoger la vida a través de nuestras decisiones.
El P. Jordan escribió en su Diario, “Cuando quieras hacer algo, preguntate a ti mismo ante
todo: a qué sirve esto para la eternidad ?” [SD I 10 (2)] Esta instancia – de buscar la voluntad
de Dios en todas las cosas – hizo P. Jordan modelo de su vida en lo que de Jesús, a quien el
buscaba proclamar. Jesús vivía en un continuo diálogo de amor y de obediencia con su Padre.
“Porque yo he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha
enviado. Y su voluntad es que yo no pierda a ninguno de los que él me ha dado, sino que los
resucite en el último día. Mi Padre quiere que todos los que vean al Hijo y crean en Él, tenga
vida eterna, y yo los resucitaré en el último día.” (Juan 38-40).
Hacia el final de su vida, el P. Jordan escribió en su diario, “Tabor – Calvario.” [23.02.1918
SD IV 39 (5)] él entendió la íntima relación entre el sacrificio y la Gloria. Él tuvo la
experiencia cómo la obediencia en momentos difíciles fue fructuosa. Dentro de pocos meses
el llegaría a su muerte final hacia la Vida Eterna. El P. Jordan murió el 8 de Septiembre de
1918. Esta unión, Tabor – Calvario, es también el tema en Vita Consecrata. “Las personas
consagradas descubren que cuanto más están al pié de la cruz de Cristo, tanto más inmediata
y profundamente experimentan el verdadero Dios, que es amor.” (VC #24).
el pasaje escriturístico que nosotros apreciamos como el núcleo de nuestro charisma
Salvatoriano, Juan 17,3, tiene otra referencia que clarifica más la realización ganada por el
estar bajo la cruz. “ También sabemos, que el hijo de Dios ha venido y nos ha dado el
discernimiento para reconocer el ünico que es verdadero. Y nosotros estamos en el Único que
es verdad, porque estamos en su Hijo, Jesucristo. Él es el Verdadero Dios y la Vida Eterna”
(John 5: 20). A través de una vida de discernimiento, que nos fue dada por Jesús, aprendemos a
reconocer la Verdad; aprendemos a escoger la vida. Jesús nos prometió: “Yo soy el camino,
la verdad y la vida. Nadie pues puede llegar hasta mi Padre, sino por mí. Si me conociérais a
mí, conoceríais también a mi Padre”. (Juan 14: 6-7) El estar bajo la cruz en discernimiento
culmina en el conocimiento de Dios.
“Y la vida eterna (es decir, discernimiento en el AHORA )consiste en esto: en que te
conozcan a ti, le único verdadero Dios, y a Jesucristo, a quien Tú has enviado.” (Juan 17:3)
4. Abrazando la cruz
La vida humana estál llena de supuestas dualidades y y opuestos, y algunas veces con
tensiones que crecen dentro de contradicciones irreconciliables. El símbolo chino del
yin/yang (correcto) expresa dualidad y una necesidad de integración. Yin – femenino
principal (tierra, oscuridad, frío) y yang – el masculino principal (cielo, calor, luz) son cada
uno incompletos, inadecuados sin el otro.
Por lo tanto, somos incapaces de darnos cuenta que las contradicciones que observamos en
los otros están también en nosotros mismos, corremos el peligro de separarnos de aquellos
que no entendemos o no podemos aceptar. A menudo esto produce un conflicto o un trauma.
Cuando no hay diálogo o esfuerzo por resolver la tensión de las diferencias, la gente se
encierra en estas mismas diferencias.5.
La gente trata entonces de emplear técnicas de poder para obtener el control sobre los otros.
Esto crea una situación potencial “diabólica” (es decir, uno que aisla, rechaza, divide y
destruye). Violencia, sea impersonal o en un amplio contexto social, puede normalmente
descubrir las divisiones que resultan de de diferencias no resueltas encabezando separación,
recelos y miedos.
45
San Pablo atestigua, “El lenguaje de la cruz, en efecto, es locura para los que se pierden;
mas para los que están en vías de salvación, para nosotros, es poder de Dios.” (1 Cor. 1:18).
Este poder surgió del abrazo de Jesús de la violencia, la división y el conflicto. Un abrazo es
la postura humana que expresa amor. Jesús abrazó su cruz y a través de esta postura, destruyó
la hostilidad, reconciliando todas las cosas con Dios.
Aquellos que se separaron ellos mismos de Jesús y ridiculizaron su enseñanza tarde se
burlaron de él por no abrazar la cruz, pero la rechazaron. Entonces, y solo entonces, podrían
“creer” “El Mesías! !El rey de Israel! !Que baje ahora de la cruz, para que lo veamos y
creamos” (Mk. 15:32). “A otros salvo, y a sí mismo no puede salvarse. Si es el rey de Israel,
que baje ahora de la cruz, y creeremos en él” (Matt. 27: 42)
Pero el abrazo de de Jesús de la violencia fue radical y firme: “Y habéis oído que se dijo:
ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por
los que os persiguen. De este modo series dignos de vuestro Padre celestial, que hace salir el
sol sobre Buenos y malos, y manda la lluvia sobre justos e injustos….vosotros sed perfectos,
como vuestro Padre celestial es perfecto.” (Matt. 5: 43-45, 48) Este abrazo reintegró lo humano
y lo divino, picador con Dios, y nació una comunidad de creyentes. Las diferencias se
reconciliaron y allí “Ya no hay distinción entre judío y no judío, entre esclavo y libre, entre
varón y mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gal. 3: 28)
San Pablo, Apóstol de los Gentiles, reconoció el profundo poder de este abrazo: “Ahora, en
cambio, por Cristo Jesús y gracias a su muerte, los que antes estabais lejos, os habéis
acercado. Porque Cristo es nuestra paz. El ha hecho de los dos pueblos uno solo,
destruyendo el muro de enemistad que los separaba el ha anulado en su propia carne la ley
con sus preceptos y normas. El ha creado en sí mismo de los dos pueblos una nueva
humanidad, restableciendo la paz. El ha reconciliado a los dos pueblos con Dios uniéndolos
en un solo cuerpo por medio de la cruz y destruyendo la enemistad. Su vendida ha traído la
Buena noticia de la paz: paz para vosotros los que estabais lejos y también para los que
estaban cerca; porque gracias a él unos y otros, unidos en un solo Espíritu, tenemos acceso
al Padre.” (Eph. 2: 13-18) Lo impensable ha sucedido: la salvación ha sido abierta a todos;
todos fueron uno a través de la muerte y la resurrección de Jesús!
El P. Jordan abrazó la cruz a menudo en su vida. Una gran lucha tuvo que abrazar para
encontrar el equilibrio en la espiritualidad de su instituto. La pesada cruz del desacuerdo que
tuvo con Francisca Streitel respecto a vivir la pobreza apostólica por la misión o vivir la
austera pobreza por la santidad personal. Esta lucha produjo en el P. Jordan un inmenso
sufrimiento, así como malos entendidos con las autoridades eclesiásticas. Durante este
período de su vida (Nov. 11, 1884) él escribió a la Madre María en Neuwerk, “…El Señor
hace todas las cosas bien y no abandona a quien confía en Él colntinuemos llenándonos de
espíritu apostólico; para sufrir apostólicamente, para orar apostólicamente, para trabajar
apostólicamente. Permanezcamos en unión con el crucificado, y nada podrá separarnos de
Él…. Jordan abrazó esta cruz de la separación de las hermanas de Francisca del instituto de
Jordan que se realizó el 12 de Oct. De 1885.
NUESTRO TRABAJO UNIDOS
Más tarde Jordan preguntó tres veces a la Madre María , “Usted ama la cruz?” Ella
respondió tres veces, “Sí, yo la amo!” (Carta Junio 24, 1902). Los estatutos generales de las
Hermanas Salvatorianas dicen, “En un espíritu de conversión voluntariamente abrazamos
dificultades y la auto-donación requerida por nuestra vida apostólica y comunitaria.” (GS
8.7) El P. Jordan un espíritu de colaboración amor universal, testimonian sus miembros
donde al abrazarlos en diferencias y en trabajo conjunto por la salvación de las almas. Como
Jesús que murió por todos, según la regal de Vida de las Hermanas, “…nuestra caridad
apostólica se extiende a todos sin distinción.” (RoL Art. 5) Como Salvatorianas luchamos por
46
colaborar y extender el amor a todos sin distinción, integramos el amor salvífico en los
desafíos de la vida diaria. Esta posición abre
“prisiones” actitudinales derribando las
dualidades, las diferencias, los monólogos, unidos en el abrazo del diálogo.
Esta es una acción “simbólica”, que abre el camino al perdón, a la reconciliación, y a la paz.
Es el camino de la salvación hace libre a la gente. Integra las tensiones de la vida. Tal amor
inclusivo forma comunidad y crea una familia de creyentes. “Jesús al ver a su madre y junto
a ella al discípulo que tanto amaba, dijo a su madre: - mujer, ahí tienes a tu hijo. Después
dijo al discípulo: - ahí tienes a tu madre. Y desde ese momento, el discípulo la recibió como
suya .” (Juan 19: 26-27) “ la vida eterna (Integrando dualidades y reconciliando diferencias)
consiste en esto: en que te conozcan a ti, le único verdadero Dios, y a Jesucristo, a quien Tú
has enviado.” (Juan 17:3)
“ la vida eterna (Integrando dualidades y reconciliando diferencias) consiste en esto: en que
te conozcan a ti, le único verdadero Dios, y a Jesucristo, a quien Tú has enviado.” (Juan
17:3)
En conclusión, tenemos muchas oportunidades en la vida diaria para practicar nuestra
espiritualidad Salvatoriana de la cruz y de compartirla. Podemos asumir varias posiciones
que nos dibujan el misterio de la cruz como el signo del amor de Dios en los desafíos de
nuestras vidas, personal y comunitariamente:
1. Viviendo en una sola-cordial fidelidad creativa (caminando hacia la cruz):
2. Desarrollando una pobreza de espíritu para ser libres de la idolatría y autorizándonos para
hacer justicia (Cargando la cruz);
3. Discerniendo la voluntad de Dios AHORA para escoger la Vida Verdadera (estando al pie
de la cruz); y
4. Reconciliando diferencias para formar comunidades inclusivas (abraznado la cruz).
“El lenguaje de la cruz, en efecto, es locura para los que se pierden; más para los que están
en vías de salvación, para nosotros, es poder de Dios…Porque mientras los judíos piden
milagros y los griegos buscan sabiduría, nosotros predicamos a un Cristo crucificado, que es
escándalo para los judíos y locura para los paganos. Más para los que han sido llamados,
sean judíos o griegos, se trata de un Cristo que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios.” (1
Cor. 1: 18, 22-24).
“Juan Maria Francisco de la Cruz,
Por lo tanto esto significa:
La cruz es tu vida
La cruz es tu salvación
La cruz es tu corona
La cruz es tu gloria
La cruz es tu esperanza
La cruz es tu escudo
La cruz es tu protección
La cruz es tu porción
La cruz es tu alegría
Salve oh cruz! Ave oh cruz, (nuestra) única esperanza.
Para nosotros es oportuno gloriarnos en la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, en el cual está
nuestra salvación, nuestra vida y nuestra resurrección.
Este signo estará en el cielo cuando el Señor vendrá a juzgar.
Contemplad la Cruz del Señor, huid potencias y adversarios: vence el león de la tribu de
Judá.” [SD I 179-180]
“En la cruz el amor solo de Jesús por el padre y por toda la humanidad logra su máxima
expresión, su pobreza sera complete vaciamiento, su obediencia el don de su vida. Jesús
47
afirmó proéticamente en la cruz la absoluta trascendencia de Dios sobre todas las cosas
creadas. Es la contemplación de Cristo crucificado en la que todas las vocaciones
encuentran su inspiración.” (VC #23).
5. Sumairo:
Caminando hacia la cruz
Cargando la cruz
De pié junto a la cruz
Abrazando la cruz
Juan 17:3
Sab. 14: 7; 15:3
1 Juan 5:20
Mat. 5:43-45, 48
Cruz celta
Cruz vacía
María bajo la cruz
Yin/yang en la cruz
Fidelidad creativa;
Un solo corazón
Liberación de la idolatría;
Haciendo justicia
Discernimiento;
Escogiendo el AHORA
Reconciliación;
hacedores de paz
Castidad consagrada
Pobreza de espíritu
Obediencia
Comunidad
Encontrando VDIA
Liberando la VIDA
Escogiendo la VIDA
Integrando la VIDA
Referencias:
1. Spiritual Diary (SD), Father Francis Mary of the Cross Jordan.
2. The Cry of the Deer, David Adam, BPCC Hazell Books, Aylesbury, Bucks, England, pg.
35.
3. Vita Consecrata: Apostolic Exhortation of Pope John Paul II, March 25, 1996.
(http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/ccscrlife/documents/hf_jp-ii_exh_25031996_vitaconsecrata_en.html)
4. Exhortations and Admonitions (EA), Father Francis Mary of the Cross Jordan.
5. “Collaborating in a Polarized Church,” Raphael Esteban, M. Afr. Signum May 18, 1995.
pg. 2-15.
Reflexión sobre las “Posiciones” que ayuda a fortalecer una espiritualidad de la
cruz:
Caminando hacia la Cruz: (un solo corazón busca la verdadera Vida)
VII.
Qué patrones en mi vida muestran mi fidelidad crfeativa hacia Jesús?
VIII.
Qué patrones en nuestra SDS muestran la fidelidad creative en nuestra misión
con Jesús?
Cargando la Cruz: (Liberación en Verdadera Vida)
– Cómo mi me ha ayudado mi pobreza SDS de espíritu a liberarme? Ayudó a hacer justicia?
- Cómo nuestra pobreza de espíritu SDS ayudó a liberarnos? Nos ayudó a llevar justicia a
otros?
De pié junto a la Cruz: (Obediencia – escogiendo Verdadera Vida)
IX. Cómo vi vida SDS de discernimiento me ayudó a decir “Sí” a Dios? A escoger
la verdadera Vida?
X. Cómo vi vida SDS de discernimiento nos ayudó a decir “Sí” a Dios? A inspirar
a otros a escoger Verdadera Vida?
Abrazando la Cru: (Comunidad – integrando Vida )
XI. Cómo he ayudado a llevar la paz y la reconciliación de Jesús al mundo a
través de mis esfuerzos para formar comunidad?
XII.
Cómo hemos ayudado a llevar la paz y la reconciliación de Jesús al
mundo a través de nuestras acciones como comunidad?
48
INSTITUCIONES SALVATORIANAS: PORTADORAS DE
NUESTRA MISION
IMPLEMENTACIÓN DE LOS ELEMENTOS CLAVE
A través de nuestra historia Salvatoriana, y hasta nuestros días, los salvatorianos
han buscado y han encontrado, caminos sencillos y creativos para responder a las
necesidades de su tiempo. Estos “todos medios y formas” ha involucrado emleando
espacio en nuestros conventos, parroquias, monasterior u hogares para llevar a cabo
clases para niños de inmigrantes o niños que podían encontrar puesto en la escuela,
casas para gente anciana sin familia, proporcionando cuidado a niños en riesgo,
bienestar y ayuda a los enfermos y más. En algunos climas, la sombra de los árboles
ha proporcionado el lugar para las clases del jardín de infancia, clases de
evangelización, desarrollo de los liderazgos femeninos, etc. Lo que estos esfuerzos
tienen en común es el que ellos fueron y son, manifestaciones de nuestra misión
Salvatoriana y la mayoría en una u otra fueron institucionalizados con la consiguiente
exigencia de los reglamentos gubernamentales, de organización y una larga serie de
planeación, de la búsqueda de recursos financieros, etc.
Nuestras instituciones – escuelas, hospitales, parroquias, centros de publicidad,
clínicas – que llevan el nombre salvatoriano son portadoras de nuestra misión. El
corazón de estas instituciones es nuestra Misión Salvatoriana con una urgencia
enraizada en la justicia social, en la solidaridad con los pobres y excluidos, y con el
deseo de llevar la vida, es decir la Salvación, a todos.
Siguiendo las huellas del Salvador como los Apóstoles, somos llamados a
vivir y anunciar el amor incondicional de Dios, continuando la tarea de
dar vida de Jesús llevando la salvación a toda la creación y la liberación
de todo lo que constituye una amenaza a la plenitud de vida. Nuestra
experiencia persona y comunitaria de salvación es la dinámica y la energía
animadora de nuestras tareas.
El mundo de la sociología y de la planeación organizada reconoce una institución
como un “organismo viviente” con vida propia. Consecuentemente, todas las
instituciones, sean corporaciones multinacionales, pequeñas industrias o negocios
familiares, necesitan responder o reaccionar al entorno circundante o morirán. Y, todas
las instituciones se ocupan de su entorno a través de un objetivo que está focalizado en el
propósito de la institución, es decir, tener ganancia, satisfacer o crear una “necesidad”,
hacer que la gente se sienta bien o sea bonita, etc. Nuestras instituciones Salvatorianas
necesitan también un objetivo basado en sus propósitos. El objetivo a través del cual
nuestras instituciones leen y piensan en la realidad económica, social, y política es el
lente de nuestro Carisma, Misión y Espiritualidad Salvatorianas. Nosotros los
Salvatorianos llamamos esto “discernir los signos de los tiempos”.
En algunas áreas de nuestro Mundo Salvatoriano, nuestras instituciones tienen
50, 60, 70 y más años de existencia. Ellas fueron fundadas como respuesta a necesidades
particulares del tiempo. Por muchos años, Hermanas, Padres y Hermanos trabajaron
fuertemente y sufrieron tanto para que la parroquia, la escuela, el hospital y la clínica
fueran respuesta salvatoriana a esta necesidad. Hoy muchas de estas instituciones están
49
bajo la guía de Salvatorianos Laicos o nuestros colaboradores laicos, hombres y mujeres
profesionales, con la pericia para guiar las instituciones en la realidad actual.
También vemos que los años pasados muchas instituciones en nuestro mundo
Salvatoriano apenas han nacido, quizás operando mientras los ladrillos y la argamasa
estaban instalados. Están situados en áreas donde la gente es muy pobre, y áreas no
cristianas del mundo. Estos entornos son muy inestables, y nuestras Hermanas,
Hermanos y Padres, o Laicos salvatorianos comprometidos que están proporcionando
día a día la dirección y orientadores en estas nuevas instituciones están luchando por
sobrevivir solos con su gente. Aunque estas escuelas, clínicas, dispensarios, etc. Están
intentando servir a la gente, también ellas también desafían una vida, y esa vida cambia
según las necesidades del tiempo.
En cada parte de nuestro mundo salvatoriano, encontramos grandes amenazas
a la vida, a la justicia y a la dignidad humana. “Estamos viviendo una crisis en la
civilización moderna, y por lo tanto, todas nuestras instituciones insertadas y
encarnadas en el nexos de esta modernidad están también en crisis…de todos modos,
una crisis no es siempre una negativo, aunque ello trae perplejidad, inseguridad e
incomodidad. Una crisis es siempre una oportunidad para dar un paso cualitativo en
nuestras vidas. Es un momento importante la humanidad, cuando Dios y su Espíritu
están fuertemente presentes en la historia…”
En todas las partes del mundo, las reglas gubernamentales cambian
continuamente, exigiendo más “mejoramientos” de nuestros edificios y / o en nuestros
servicios con el fin de obtener el reconocimiento oficial. Además, todas nuestras
instituciones están de frente a obligaciones financieras por las exigencias de los
gobiernos del aumento de los costos de operación, con la imposibilidad de la gente para
pagar por los servicios, a la competencia con el sector público y a la globalización en
general. Nuestras instituciones salvatorianas por lo tanto tienen que asumir su autoridad
corporativa con el fin de estar como profetas y ser agentes de salvación para las
multitudes crecientes de aquellos empobrecidos y marginados, especialmente mujeres y
niños, como resultado de la globalización. Esto aumenta el imperativo que los líderes en
nuestras instituciones, religiosos y laicos, necesitan estar atentos a su realidad y ocuparse
de esta realidad a través del lente salvatoriano.
Nuestra experiencia personal y comunitaria de salvación es la fuente de nuestra
energía y motivación para esta difícil misión. Y los Elementos Clave de nuestro Carisma
proporcionan un marco perfecto para nuestros objetivos Salvatorianos.
Los Elementos Clave: Una guía para metas, declaración de Misión y directrices
“Nosotros Salvatorianos somos enviados en misión a anunciar a través de
nuestras vidas y trabajo el mensaje evangélico como está en los elementos
claves del carisma”
Los Elementos Claves son un punto perfecto de arranque para señalar metas,
elaborar directrices y preparar declaraciones de Misión para nuestras instituciones.
50
“Para vivir vida eterna” es el primero y más importante de los elementos claves, como
fija nuestra orientación por LA VIDA – el corazón de la Salvación. Los Elementos
claves pueden ser fácilmente trasladados a conceptos/valores que son reconocidos por
todos, y pueden ser la base para la calidad de los servicios que ofrecemos en nuestras
instituciones. Algunos de esos valores son: Vida, inclusión, opción por los pobres,
justicia, verdad, y conocimiento de un Dios salvador, trayendo y acogiendo presencia
…en forma de metas, estos valores, pueden parecerse a esto: mejorar la calidad de vida;
desarrollar liderazgos; hacer una opción por los pobres en nuestro servicio; incluídos
ambos en aquellos a quienes nosotros empleamos y aquellos a quienes servimos; crear
un clima de justicia en nuestra institución; acoger a quien llega hasta nosotros, etc.
Usando los objetivos salvatorianos, con Vida verdadera como centro, el desafío
para nuestros líderes institucionales es el encontrar caminos para describir e implementar
estos valores en caminos que respondan al entorno social, religioso, político, y
económico que los rodea. No es una tarea fácil, pero que es vitalmente necesaria para
nuestras instituciones, que llevan el nombre Católico y Salvatoriano, que no sea
mediocre o se parezca mucho a otra institución de este tipo.
En su reunión en Roma, en Mayo del 2004, los colaboradores de las instituciones
en Europa prepararon una declaración de Misión conjunta. En ella, describen así los
Elementos claves:
“… Nuestro ideal y ejemplo el ilimitado amor de Jesús por la humanidad… nos
preocupa la salvación de toda la persona.”
“Nadie es excluido de nuestro compromiso por el bien de la humanidad. Estamos
totalmente dedicados al trabajo por la justicia y la paz y por el bien de aquellos pueblos
que nos son confiados.”
En nuestras acciones nos guía la apertura, así como el mutuo respeto y la confianza”
Los valores Salvatorianos de la Vida, la fe, la humanidad, respeto por la vida,
justicia y esperanza influyen en nuestro trabajo en todas las esferas.”
“… Estamos siguiendo la visión del P. Jordan y estamos buscando modos de
colaborar con otros, con el fin de mejorar la cualidad de la vida de aquellos de
quienes cuidamos…”
Siguiendo la visión del P. Jordan, y basados en nuestros Elementos Claves,
nuestras instituciones requieren ser enraizadas en la Verdadera Vida, fundadas en nuestra
relación con Dios, y fortalecidas a través de la colaboración y el trabajo en red, uniendo
en lugar de dividir. Esta no es una misión fácil cuando enfrentamos los desafíos y
amenazas que nos rodean cada día. Estamos desafiados a servir a otros a través de
nuestras instituciones con el celo misionero del P. Jordan.
No es el único remedio por el cual Dios desea curarte con un ferviente y
santo celo, que te consuma en un trabajo infatigable por la Gloria de Dios
y la Salvación de las almas, orientado por la buena intención y impulsado
y guiado por el amor de Dios? (SDI, 138:4)
51
Celo es dar un poco de atención en las escuelas!
Oh, (que allí hubiese) santos apóstoles apresurándose a través del mundo,
evangelizando a todos! Oh, insondable celo;…(SDI, 138:5)
En todo lo que hagas, donde quiera tu vayas, siempre actúa así, que
estarás trabajando por la gloria de Dios y las salvación de las almas. (SD
I, 138:6)
Los Elementos Claves: un objetivo evaluable
Una planeación institucional y operativa incluye una evaluación frecuente que es
al tiempo cualitativa y cuantitativa. Asumiendo que los Elementos claves están
articulados como Valores Salvatorianos en las metas o en la Declaración de Misión de
nuestra institución, cuando de ellos se sigue naturalmente que ellos se convierten en
criterios de evaluación. Mientras muchos valores, tales como aquellos que involucran
relaciones, pueden ser descritos mejor cualitativamente, otros tales como nuestra opción
preferencial por los pobres y por inclusión, nuestros esfuerzos en el trabajo en red y
colaboración, ofreciendo un servicio profesional y cualificado, puede ser cuantificado
con datos actuales.
Nuestros clientes son capacitados y desean darnos importante información sobre
el trabaja que desempeñamos. Tomando seriamente tales evaluaciones pueden decirnos
mucho sobre nuestro servicio Salvatoriano, especialmente sobre las áreas que necesitan
un mejoramiento. Mientras se harán preguntas para determinar la cultura, se podrían
preguntar para determinar: si la gente se siente justamente y tratada y con respeto; o si el
servicio ha sido profesional y eficiente; o si ellos se sinten incluidos en la planeación
para su cuidado o su educación; y como podrían describir la atmósfera, tanto física como
relacional, de la institución. Preguntando a nuestros clientes por su evaluación es otro
modo de practicar el elemento clave de involucrar a otros en nuestra misión.
La evaluación a través del personal/empleados y administración es crítica. Para
el grado en el que ellos han sido involucrados en el desarrollo de las metas y la
declaración de Misión, ellos tomarán “posesión” de la implementación y de la
evaluación. (De nuevo, esta participación es una aplicación básica de los Elementos
Claves de nuestra Misión Salvatoriana). Mientras las regulaciones gubernamentales y
los asuntos financieros guiarán algo de nuestra evaluación, nuestra respuesta al
impacto de los valores de la globalización, de la violencia y de la guerra, de una
cultura de muerte que nos rodea, requiere que miremos a través de nuestros objetivos
salvatorianos y preguntemos, por ejemplo:






Conoce la gente que esto es una parroquia o una institución salvatoriana?
Conocen estos a quienes servimos nuestra Declaración de Misión?
Cómo hemos mejorado la cualidad de la vida de otros?
Hemos sido respetuosos y justos unos con otros y con aquellos a quienes
servimos? Esto incluye el dar un servicio profesional cualificado.
Cuáles son los signos de trabajamos unidos, colaborando, más bien que
compitiendo unos con otros?
En qué modo encontramos las necesidades espirituales y emocionales de la
gente, así como sus necesidades físicas e intelectuales?
52

Qué signos hacemos para tener esto:
a) Somos felices y acogedores en nuestro servicio?
b) Nuestro ambiente es pacífico y sereno, indicando un cierto
arraigo en Dios como nuestro centro?
Esta no es una lista exhaustiva de todos los medios. Cada institución necesita
diseñar su propia y específica evaluación basada en los Elementos Claves Salvatorianos
y valores como están articulados en sus metas o Declaración de Misión. De todos
modos, si reflexionamos sobre los Elementos Claves de nuestro Carisma, descubriremos
que nuestro Carisma contiene el dinamismo necesario para nosotros Salvatorianos y para
nuestros ministerios, incluyendo nuestros ministerios institucionales, para moverse
valientemente a través de las crisis de nuestro tiempo. Encontraremos en los Elementos
claves el corazón de toda evaluación de nuestra misión. Somos llamados a:

Experimentar la vida eterna, encontrando a Dios en nosotros mismos, en
otros y en el cosmos. Esto significa estar en contacto con Dios quien trabaja
en nosotros, amando, sanando y enviándonos a otros.
 Conocer el único Verdadero Dios, y Jesucristo a quién Él ha enviado,
reconociendo en la gente un hambre y una sed de Dios es el último
significado de la vida.
 Siguiendo las huellas de los Apóstoles, conociendo íntimamente a Jesús y
aprendiendo de Él.
 Hacer discípulos de todas las naciones, permitiéndonos a nosotros mismos
el ser enviados a nuestros hermanos y hermanas al servicio de la vida,
viajando codo a codo con ellos, “en solidaridad con los diversos agentes de
la evangelización en la Iglesia actual.”
 “Proclamando la universalidad del mensaje de Cristo – este elemento es más
que un tópico actual… la universalidad Salvatoriana no es la globalización
imaginada por el sistema económico los media del mundo de hoy. Es …
siendo capaces de abrazar y renovar el universo (Cf. Mother Mary of the
Apostles – Hymn 22.07, 1882), y expresando a través de gestos lo que
nuestro Fundador nos enseñó: “Para nosotros, ninguna nación está
excluida… entre nosotros… no debe haber nación… todos deben ser
nuestros hermanos y hermanas. (Father Jordan, PE 180-181).”
Guiar a otros a la verdad eternal y a la justicia, legendo y respondiendo a los signos de
los tiempos, signos que a menudo son sufrimiento y muerte para otros.
Siendo aptos para discernir los signos de los tiempos, necesitamos prepararnos
nosotros mismos para descubrir donde el Espíritu está trabajando hoy y entonces tener
el valor de alejarnos de esas situaciones y sistemas que trabajan con la vida, la justicia
y la paz de los pueblos.
Nuestras Instituciones llevan nuestra Misión Salvatoriana a otros de un modo
particular. En muchas áreas del mundo son ellas la única fuente de ciertos servicios,
especialmente a los pobres. En otras, ellos proporcionan servicios cualificados como
una alternativa al público o instituciones privadas no religiosas. Nuestras instituciones
están como signos de vida, de respeto, de inclusión, de amor. En un mundo
globalizado, donde corporaciones usan un lenguaje religioso, prometiendo libertad,
liberación, salvación, vida, felicidad y salud, estamos llamados a través de nuestras
instituciones a hacer estas promesas verdad… verdad como prometió Jesús y verdad
como hemos heredado el regalo de nuestro Fundador, P. Jordan.
53
Estas palabras de nuestro Fundador, quien fue apasionado para que todos pudieran
conocer al Único Verdadero Dios y tuvieran la plenitud de la Vida, pueden ser
dirigidas a nuestras instituciones como a cada uno de nosotros personalmente:
Se un verdadero apóstol de Jesucristo. No descanses hasta cuando no hayas
llevado la palabra de Dios a las cuatros esquinas de la tierra. Se un heraldo
verdadero del Altísimo! (SD I, 182: 2)
Mientras exista una persona en la tierra que no conozca a Dios y no lo ame
sobre todas las cosas, no te es permitido un momento de descansot. (SD II,
1)
S. Grace Mary Croft. SDS
Rome, Italy
LA MISION SALVATORIANA
AL SERVICIO DE LA EDUCACION
Arno Boesing, SDS
La educación es para nosotros, los salvatorianos y salvatorianas, un medio importante,
pero sólo un medio. Ella está al servicio de un objetivo, de una causa mayor que es la causa de la
vida. Ella es interesante para nosotros porque está al servicio de nuestra misión salvatoriana.
La mission salvatoriana es amplia y está siempre de cara a una vida plena y eterna! No se
identifica con una obra o con una actividad específica. Al contrario, su objetivo básico es la vida.
Ella nos interesa en cuanto está al servicio de nuestra mission salvatoriana.
La mission salvatoriana es amplia y está siempre de cara a la vida plena y eternal 1. Ella
no se identifica con una obra o actividad específica. Al contrario, su objetivo básico es la vida.
Se trata de un objetivo amplio y complejo. La gran meta que se debe alcanzar es efectivamente la
meta fundamental de la misión salvatoriana en la Iglesia y en el mundo que está dirigida a la
vida. Pore so hablamos de “pastoral educative”. Queremos educar para los valores fundamentals
de la vida.
1.
Crisis de identidad
En el momento histórico que vivimos, la educación sufre consecuencias de la crisis
general provocada por la falta de valores humanos y cristianos en la vida y en la sociedad. En el
1
Cf Jô 10,10; 17,3)
54
área de la educación pasa lo mismo. Y en esa crisis generalizada, la vida dejó de ser el valor
fundamental. La profesión acaba por ahogar la vocación del educador. Sufrimos las
consecuencias del mundo globalizado en el cual la vida se devalúa en favor del bienestar
material y de la ganacia fácil y el deber y la responsabilidad por el bien común son absorvidos y
substituídos por una vision egoísta y unilateral de los derechos de la persona.
Por una serie de razones, que no es el caso mencionar aquí, la educación se resiente
fuertemente por esa crisis generalizada de los valores. Esa crisis deja huellas profundas no solo
en la vida familiar y en los educandos, sino también en los agentes de la pastoral educativa. La
crisis en el campo de la educación también está marcada por la crisis del educador y eso aumenta
el problema. Pero hay que tener presente que toda crisis cuando se enfrenta puede significar y
provocar un nuevo impulso de crecimiento.
En nuestro caso, me parece que esa crisis tiene mucho que ver con la falta de una visión más
clara sobre los objetivos de una institución educativa salvatoriana. Si actuamos en el campo de la
enseñaza escolar, no se trata simplemente de multiplicar las instituciones, ni de aumentar la lista
de escuelas particulares o de nuestras obras. Es de suponer que si actuamos en el campo de la
educación es porque creemos que se trata de un campo fertil para que se de nuestra misión
salvatoriana al servicio de la vida. Analicemos entonces, muy resumidamente, los elementos
fundamentales de la misión salvatoriana, la razón fundamental de nuestra presencia y actuación
en cualquier obra o tipo de apostolado.
2. Nuestra mision salvatoriana
- El punto de partida – La inspiración básica tiene que ver con la dimension cristiana de
nuestras obras apostólicas. Nos inspiramos en Jesucristo, el Salvador del mundo, que vino ¨para
que todos tengan vida y vida en abundancia¨ 2. La acción leberadora de Jesús abarca todas las
dimensiones de la vida. El P. Jordán subraya: El, (Jesús, Salvador) es nuestro modelos
inspirador¨ 3
- El testimonio de vida – Es un factor decisiovo en la vida cristiana. No basta
transmitir técnicas y conocimiento en la línea de un simple saber. Se necesita educar
para la vida, para la viencia de los valores fundamentals de la vida. Es necesario que
como agentes responsables, estemos convencidos de los valores que deben ser
transmitidos y que los educandos perciban esto en la transparencia de nuestro mode
de ser y de obrar. Sin la fuerza del testimonio nuestras actividades seran estériles y no
comunicarán vida.
Como Familia Salvatoriana, estamos llamados a revelar al mundo a Dios y su
proyecto de vida plena para todos: ¨Como modestos colaboradores del magisterio
eclesiástico, queremos revelar al mundo a Dios uno y trino, Padre, Hijo y Espíritu
Santo”. En estoconsiste la vida eternal: en que te conozcan a tí único Dios verdadero
y a Jesucristo, a quien enviaste” 4
- El anuncio explícito – La práctica salvatoriana debe reflejar los valores vividos. Es
enseñar, compartiendo la experiencia vivida. La auténtica educación refleja los
valores vividos. No nos podemos contentar con una simple transmision del saber, ya
que es necesario valerse de esta para comunicar valores.
2
Ibidem
Pe. Jordan, em Palavras e Exortações, pp 123, 227; cf CIS 43, p. 48
4
A Sociedade Católica Instrutiva, 1888, CIP 23,43; cf Jô 17,3
3
55
Ya el Padre Jordán se lamentaba: ¨Se tiene poco celo en las escuelas! Mirad a
los santos apóstoles recorriendo el universo evangelizando a todos! O cello
inescrutable! Oh don de Dios tantas veces despreciado y reprimido cuando por
cualquier cosa se consideran excusados!¨ 5..
Nuestra misión requiere que formemos discípulos del Divino Salvador: “Id y
haced discípulos míos a todos los pueblos, bautizándolos… Enseñándoles a observar
todo lo que os he enseñado¨ 6.
- La metodología – Nuestro modo de enseñar, de transmitir conocimiento y
experiencia, se basa en la metodología utilizada or Jesús. El atendía a todos, a las
multitudes que lo buscaban. Al mismo tiempo daba no obstante una atención especial
a la formación de los discípulos. De la misma forma, la metodología salvatoriana,
reflejándose en el Divino Salvador, se caracteriza particularmente por la formación
de líderes. Este es un razgo muy característico del P. Jordán. Esta forma de enseñar
debe estar presente en todas y cada una de las actividades salvatorianas,
especialmente en la educación cristiana. Formar a los líderes del futuro, en la familia,
en la Iglesia, en la vida social y política, formar personas que asuman y hagan valer su
capacidad de líderes poniendose decididamente al servicio de la vida, optando
preferencialmente por los pobres y por las personas y grupos de la sociedad que
tienen las mayores carencias de vida, de vida plena y eternal.
El P. Buenaventura Lüthen, fiel colaborador del P. Jordán se exresa así: ¨La
Sociedad enfatiza de manera especial ese apostolado laico, recordando a los
superiors, a los padres, a los profesores, en una palabra a los que ejercen todo tipo
de liderazggo, el deber de conciencia de ejercitar el apostolado¨ 7.
- El amor universal – La misión salvatoriana solo se da en la medida en que
estemos impulsados por el amor salvífico de Dios, que quiere la vda plena y eternal
para todos. El proyecto de Dios es la felicidad plena y eternal para todos. Ese amor
apostólico universal supera todas las fronteras étnicas y geográficas, todas las barreras
socials, haciendo uso de todas las formas y medios posibles para asegurar condiciones
de vida digna para todos. Por eso actuamos al lado de los intelectuales, al lado de las
personas ricas pero siempte desde la óptica de los menos favorecidos.
El P. Jordán se expresa así: ¨Utilicen cuidadosa y sabiamente en el Señor del
ejemplo, de las palabras y de los escritos y de todas las formas y medios que la
caridad de Cristo inspira, para manifestar a todos y glorificar en toda parte a Dios
Padre, a su Hijo Jesucristo y al Espíritu Santo...¨8.
Y en su Diario Espiritual, insiste: ¨Empéñate con fuerza y esfuerzo inexorables
por una Buena educación cristiana de la juventid en medio de todas las naciones
encuanto te sea posible¨ 9.
Y como siempre hace referencia a la orden de Jesús nuestro modelo
inspirador: ¨Id, anunciad el evangelio a todas las criaturas!¨ 10.
5
DE I 138,5-7
Mt 28,19-20
7
A Sociedade Apostólica Instrutiva, 1881, CIP 20, 21; cf Mt 28,19-20; Dn 12,3
8
Regras de 1886, CIP 5,25
9
DE I 58,1
10
Mc 16,15
6
56
3. Criterios básicos para una escuela salvatoriana
La reflexión hecha arriba sobre la misión salvatoriana nos permite trazar
algunos criterios importantes con relación a la misión de la escuela salvatoriana:
- Contexto evangelizador
Todo el ambiente de la escuela es importante y se debe caracterizar por un
ambiente favorable. Se necesita una pedagogía adecuada. La administración, el
cuerpo de profesores, los empleados, todos deben ser conscientes y asumir como
propios los valores que deben ser presentados como testimonio y que deben ser
transmitidos a los educandos. ¨Verba volant, exempla trahunt – Las palabras vuelan y
el ejemplo arrastra¨ 11 .
- Mensaje unívoco
La escuela debe dar Buena información (saber) y sobre todo Buena formación
(valores, convicciones). aplicando sistemáticamente la metodología de involucrar,
para poder alcanzar el objetivo fundamental, que consiste en la transformación de la
realidad, integrando teoría e práctica. Esto requiere unidad en torno al objetivo central
del establecimiento educativo y union de fuerzas de todas las instancias involucracas
en el proceso educativo. La comunicación de los valores necesita el respaldo del
testimonio de vida de los agentes comrometidos. El grande desafío consiste en vivir y
actuar en la línea de la identidad salvatoriana.
- Compromiso y unión de fuerzas (mensaje unívoco).
Todas las personas que están al servicio del establecimiento deben hablar un
mismo lenguaje para favorecer un mensaje unívoco. De lo contrario, uno destruye lo
que el otro trata de construir. Todos los agentes al servicio del establecimiento
educativo deben conocer los objetivos y la metodología de la institución para poder
hablar el mismo lenguaje. Todos deben estar conscientes de que son educadores y del
tipo de educación que se pretende ofrecer. Fuera de la administración, del cuerpo
docente y de los empleados también hay que involucrar como agentes, a los padres y
a los propios alumnus. En este sentido es importante constituir, en establecimiento
educativo grupos de cultivo; grupos de niños, adolecentes y jóvenes, empleados y
profesores. El grande desafío que se debe enfrentar aquí es comprometer a todos y es
la selección de los profesores y empleados en vistas de la misión.
Conclusión
Para terminar podemos afirmar que se trata de una tarea que no es fácil. Pero
si quisiéramos salvar la escuela como un medio de apostolado salvatoriano, es
necesario asumir con decision, por la causa de la revitalización de la misión
salvatoriana al servicio de la educación. Esto requiere mucha apertura de espíritu y
capacidad de diálogo. Se trata de un proceso lento pero constante.
11
Palavras e Exortações, 189 ss
57
Consecuentemente, es necesario entrar en un proceso y eso presupone
convicción, voluntad firme y trabajo paciente para no desanimarse en medio del
camino. En otras palabras, requiere mucho amor, deseo de remangarse las mangas, y
disposición para el diálogo. O nos disponemos seriamente a pagar ese precio, o
entonces tarde o temprano nos veremos obligados a cerrar las puertas de nuestros
establecimientos de enseãnza. Vale la pena salvar este importante medio o
instrumento de nuestro apostolado salvatoriano!
Educar para a vida em plenitude
“Empenha-te, com força e esforço inexoráveis, por uma boa educação cristã da
juventude.”
“Instrui as crianças com todos os meios moralmente lícitos, a fim de que jamais se
entreguem ao vício, por ignorância.”
“Colégios, etc., muito importantes também colégios particulares!”
“A educação e instrução da juventude, (...) onde for necessária, é nossa tarefa.”
( Pe.Jordan – Diário Espiritual)
Partindo do princípio norteador de toda a educação - “ a plena realização das
potencialidades humanas” – constatamos quão importante deve ser a missão
educadora salvatoriana no mundo de hoje. Uma missão que não pode ser
menosprezada, pois é através dela que podemos levar a Boa Nova às crianças e aos
jovens: a Boa Nova da dignidade de Filhos de Deus, a Boa Nova da fraternidade que
deve reinar entre estes filhos, a Boa Nova da esperança que alimenta, a cada dia, a
busca incessante do Reino de Deus, a Boa Nova da fé que nos dá sustentação para a
consumação de uma vida plena e abundante.
Como diz Pe. Jordan: “é nossa tarefa”.”Empenha-te, com força e esforço inexoráveis,
por uma boa educação cristã da juventude”. Instrui as crianças com todos os
meios...a fim de que jamais se entreguem ao vício...”.
Seriam estas citações apropriadas ao século XXI, um século marcado pela tecnologia,
informatização, poder, individualismo, guerras, atentados, assaltos, vícios e crimes?
58
Será que não é por falta dessa boa educação cristã que o mundo está como está? É
nossa tarefa ajudar a reverter esse quadro. E, salvatorianamente questionando, como
nossas escolas estão conduzindo a instrução e a formação dos jovens para que tenham
uma “vida plena e abundante”? Estaríamos utilizando todos os meios e modos que
Cristo nos inspira para a vivência do Reino de Deus já neste mundo?
Gostaria de inserir, neste artigo, os Quatro Pilares da Educação para o séc. XXI,
defendidos no Relatório para a UNESCO da Comissão Internacional sobre Educação,
quatro aprendizagens que acredito constituírem um meio auxiliar da nossa tarefa no
desenvolvimento pleno das potencialidades humanas dos nossos educandos.
Aprender a conhecer – Aprender a aprender : é o conhecimento que nos abre as
portas para a compreensão de nós mesmos e do mundo que nos rodeia; ele é o
facilitador da construção de nossa autonomia diante de escolhas e discernimentos; é o
propulsor do desenvolvimento de nossas capacidades para produzir, sobreviver,
comunicar e amar.
Palavras sábias, ditas por Pe. Jordan em seu DE, “(...) quem evita aprender, cairá no
mal.”
Fazendo minhas as suas palavras, complemento-as dizendo que o não-aprender nos
conduz aos porões escuros, solitários e asfixiantes da ignorância, pois nos fechamos
dentro de nós mesmos, fechando-nos, assim, para o mundo, para o outro e, com
certeza, para Deus.
“A vida eterna é esta: que eles Te conheçam a Ti, o Deus único e verdadeiro e aquele
que enviaste, Jesus Cristo.” E este conhecimento advém do estudo incansável, da fé
inabalável e da experiência que fazemos de Deus em nossa vida diária em comunhão
com o mundo e com os outros.
Mais uma vez, salvatorianamente questionando, como nossas escolas estão
conduzindo a aquisição de saberes? Estarão estes a serviço da fraternidade, da justiça,
da vida? Que tipo de vida? Plena e abundante? Somos uma prática testemunhal de
educadores abertos a aprender a aprender sempre?
Nossa preocupação maior
incide sobre os conhecimentos apenas armazenados ou os aplicados de verdade?
E aplicados em quê? Pe. Jordan responde a tudo isso com uma questão contundente:
“A que te servem todas as ciências, se não és capaz de orientá-las para o objetivo
maior, se fores como uma biblioteca trancada?”
E qual seria o objetivo maior das ciências? É fundamental que saibamos converter o
conhecimento científico em sabedoria de bem viver.
Aprender a fazer – “Faze o bem com ilimitada confiança em Deus, e faze sempre
aquilo que julgares ser melhor e mais proveitoso.( ....) tendo em vista tão somente a
glória de Deus e a salvação das almas!” (Pe. Jordan –DE). O conhecer e o fazer são,
de um modo geral, dependentes entre si. O conhecimento materializa-se nas nossas
capacidades e habilidades de comunicação, de trabalho, de gerência e de resolução de
conflitos a serviço da vida, do cultivo das qualidades humanas e das relações estáveis
e eficazes entre as pessoas.
“Faze o bem...”. Sim, como nós, Família Salvatoriana, podemos responder a esse
apelo, na construção de um futuro diferente? Como podemos agir sobre o meio
circundante, transformando-o? Que espírito sopra e alimenta as nossas obras
educativas? É o espírito, na verdadeira acepção da palavra, salvatoriano, aquele que
resgata, que salva o ser humano? Pe. Jordan indica-nos vários caminhos para
fazermos o bem: “Fazer bem nossas ações diárias, mesmo as mais ordinárias”;
“Uma sociedade especial para socorrer os doentes, os pobres, os decaídos, etc.”;
59
“Começa da seguinte maneira, dando, inicialmente, almoço a cerca de 12 pobres,
ligando a isto a instrução religiosa”; “Instrui as crianças...”; “Faze todas as tuas
ações, como se visses, de fato, Deus diante de ti”.
Poderia acrescentar a essas, inúmeras outras citações do fundador, conclamando-nos a
fazer o melhor de nós, como indivíduos e como coletividade. Daí a importância do
papel da educação em aprender a fazer para deixar este mundo, já e para a
posteridade, um pouco melhor. Que a educação transmitida em nossas escolas sirva
para minimizar, e muito, as desigualdades advindas da pobreza e da exclusão. Cabe
aqui a necessidade de criarmos projetos, em nossas escolas, juntamente com a
comunidade, que estejam a serviço da integração dessas pessoas marginalizadas e
excluídas.
O Colégio Divino Salvador, por exemplo, em 2005, criou com seus alunos, pais,
professores, funcionários e amigos o trabalho de voluntariado: SEIVA – Serviço de
Integração de Voluntários Amigos. Uma atividade que tem por objetivo auxiliar na
formação de nossas crianças e jovens no exercício da cidadania, na aceitação do
diferente, no olhar para o outro e para as suas necessidades, no desenvolvimento de
práticas sociais, na colocação dos próprios talentos e potencialidades a serviço de um
mundo de gente, ajudando gente a se tornar gente. E, para tanto, “adotamos” grupos
de crianças e famílias carentes e asilos para oportunizar atividades como: campanhas,
lazer, confecção de artesanatos, bazar, reforço escolar, visitas, palestras e cursos, e
outros afins. É uma semente que pretendemos vê-la sempre crescente e vigorosa e,
como Pe. Jordan , ousamos dizer:”Deus que deu o querer, dê também o executar”.
Aprender a viver com os outros – Eis o grande desafio do ser humano, em meio a
um mundo de violência, de preconceitos, de competitividade e de busca desenfreada
de sucesso individual, descobrir progressivamente o valor do outro, aceitando quer
seja a sua cultura, quer seja a sua espiritualidade. Igualmente para a educação,
aprender a viver juntos, de todas as aprendizagens é a mais difícil. Demanda,
primeiramente, o conhecimento e a compreensão de nós próprios para abrirmos
espaço para a compreensão do outro. São ilimitados os esforços que,
salvatorianamente falando, nossas escolas devem fazer no sentido de prover aos
educandos um ambiente propício para a vigência de uma relação saudável entre seus
semelhantes. Toda luta para minimizar hostilidades e rivalidades é bem-vinda. Pe.
Jordan vem, mais uma vez, em nosso auxílio, dizendo: “Adapta-te sempre à
sensibilidade das pessoas com as quais te relacionas” (DE). Certamente ele tinha
ciência do valor da empatia - colocar-se no lugar do outro - para melhor compreendêlo. E, ainda, “Sê clemente para com os outros”(DE); “Amar o próximo como a si
mesmo é maior que todos os holocaustos e sacrifícios”(DE); “O amor ao próximo é
esse cimento divino, sem o qual nenhuma comunidade consegue permanecer unida”
(DE).
No exercício do bem-conviver, é imprescindível a prática dialógica. Nos conflitos, que bom que eles existem, estes são também responsáveis pelo nosso crescimento -, o
diálogo e a negociação podem operar milagres nas relações pessoais do dia-a-dia. “No
diálogo, resolvemos divergências e criamos uma educação solidária” (Proposta
Pedagógica do Colégio Divino Salvador, pág. 07).
Aprender a ser – lembramos aqui a afirmação shakesperiana, que já se tornou
popular na boca de muita gente: “To be or not to be that is the question” (Ser ou não
ser eis a questão); o próprio Pe. Jordan escreve em seu Diário “Ou sejam, ou não
60
sejam”. Acrescentamos ainda a citação apocalíptica: “Porque não és quente, nem frio,
vomitar-te-ei da minha boca”.
Mas o que é ser? O próprio Deus diz de si mesmo “Eu sou Aquele que sou” (Ex 3,14).
E, para a nossa felicidade, Ele realiza a sua obra-prima e nos dá gratuitamente o ser:
“Façamos o homem à nossa imagem e semelhança” (Gen 1,). E como o salmista, em
busca de resposta, continuamente, questionamo-nos “Quem é o homem para
pensardes nele... para que vos ocupeis com ele”?
O que é ser?
Criatura – imagem e semelhança de seu Criador. Aí está a essência de SER.
Aprender a ser é ter consciência de nossa finitude e inacabamento como criatura
dependente de seu Criador. Aprender a ser é a busca infindável para assemelhar-se a
Ele que é Inteiro, Único, Imenso, Forte, Santo, Bom, Misericordioso, Justo, Salvador,
Pai e, acima de tudo, Amor.
Como nossas escolas salvatorianas podem ajudar as crianças e os jovens a
aprenderem a ser verdadeiros reflexos do Criador? A serem mais inteiros e completos
na sua realização como indivíduos inseridos na coletividade?
Como sermos instrumento para que construam a autonomia, o discernimento e a
criticidade de seus atos em prol de causas justas e santas?
Como realizar a aprendizagem da coerência e misericórdia?
Como alimentar-lhes a responsabilidade do cuidar de si mesmo para poder cuidar do
outro?
Como fazer-lhes entender que somente o amor justifica a vida?
É, a escola tem muito a fazer... e ela somente encontrará a sua real razão de existir se
oferecer aos educandos condições para desenvolverem todas as suas potencialidades
humanas de pensar, escolher, decidir, agir, transformar, transcender, comunicar,
expressar-se, sensibilizar-se e, sobretudo, de amar. E, para isso, urge uma reflexão
profunda e crítica sobre quais valores determinam o nosso ser e o nosso agir dentro
de uma instituição escolar. Lembrando Paulo Freire, sem a “corporeidade do
exemplo”, fica impossível ser um veículo testemunhal de vida e vida em abundância.
Vida essa tão desejada, proclamada e justificada por Jesus Cristo.
Pe. Jordan, em seu Diário Espiritual, igualmente, instrumentaliza-nos com conselhos,
mais uma vez sábios, para aprendermos a ser : “Sê sempre alegre, louvando o Senhor
em tudo aquilo que te acontece”, “Sê sempre modesto em tua linguagem e no
relacionamento com o próximo”, Sê homem forte e poderoso em palavras e obras,
para a glória de Deus e salvação das almas”, “Sê humilde e pacífico...”, “Sê forte na
luta e peleje virilmente...” , “Sê prudente em teus juízos...”, “Sê afável para com
todos”.
Indubitavelmente, muitas outras referências poderiam, aqui, ser somadas para nos
mostrar o quanto o nosso ser precisa trabalhar para aprender a ser.
Aprender a conhecer, aprender a fazer, aprender a viver juntos, aprender a ser –
uma aprendizagem inacabada, que precisa encontrar espaço ao longo de toda vida e
na vida de todos, e que tem um único objetivo: a realização plena de uma vida plena
para a maior honra e glória dAquele que é o Caminho, a Verdade e a Vida.
Dianir Clari Mariani
Agosto/2005
NOTES
61
i
The bibliographies found in many of the newer commentaries on the gospel of
Matthew show the range of important subjects impacted by Matt 28:16-20. For example see
Daniel Harrington, The Gospel of Matthew (SacPag 1; Collegeville: Liturgical Press, 1991)
417.
ii
See Harrrington, Matthew, 414.
iii
John Meier, Matthew NTM, (Wilmington: Michael Glazier, 1980) 367.
iv
See Dorothy J. Weaver, Matthew's Missionary Discourse: A Literary Critical
Analysis, (Sheffield: Sheffield Academic Press, 1990) 151-153 and John D. Harvey,
"Mission in Matthew," Mission in the New Testament, Eds. William J. Larkin, Jr and Joel F.
Williams (Maryknoll: Orbis, 1998) 119.
v
Harrington, Matthew, 415. Also see Donald Senior and Carroll Stuhlmueller, The
Biblical Foundations For Mission (Maryknoll: Orbis, 1983) 236.
vi
Senior & Stuhlmueller, Biblical Foundations, 236.
vii
Senior and Stuhlmueller, Biblical Foundations, 236.
viii
Most commentaries provide and elaborate on these details however I found the
following particularly helpful. Michael J. Wilkins, Discipleship in the Ancient World and
Matthew's Gospel, Second Edition (Grand Rapids: Baker Books, 1995).
ix
For more details on the Hellenistic understanding of discipleship as well as its roots
in the OT wisdom tradition see Wilkins, Discipleship, 42-91.
x
Senior & Stuhlmueller, Biblical Foundation, 252.
xi
Lucien Legrand, Unity and Plurality: Mission in the Bible (Maryknoll: Orbis,
1988) 79.
xii
Legrand, Mission, 79.
xiii
D.R. A. Hare and D. J. Harrington, "Make Disciples of All the Gentiles (Matt
28:19)," CBQ 37 (1975) 359.
xiv
For a direct rebuttal of the Hare/Harrington position see John P. Meier, "Nations or
Gentiles in Matthew 28:19?" CBQ (1977) 94-102. Warren Carter, Matthew and the
Margins: A Sociopolitical and Religious Reading (Maryknoll: Orbis, 2000) 552-553 also
develops the same position.
xv
Senior & Stuhlmueller, Biblical Foundations, 249.
xvi
Senior & Stuhlmueller, Biblical Foundations, 240.
xvii
Weaver, Matt's Missionary Discourse, 152.
xviii
See Harrington ,Matthew, 415 and Jacques Matthey, "The Great Commission
According to Matthew," International Review of Mission 69 (1980) 169.
62
xix
Matthey, IRM, 170.
xx
Matthey, IRM, 78.
xxi
See Senior & Stuhlmueller, Biblical Foundations, 241.
xxii
Meier, NTM, 374.
xxiii
See David Bosch, Transforming Mission: Paradigm Shifts in Theology of Mission
(Maryknoll: Orbis, 1991) 56-83 for a thorough treatment of this topic.
xxiv
Bosch, Transforming Mission, 57.
xxv
Legrand, Mission, 82.
xxvi
Legrand, Mission, 83.
xxvii
See "Salvatorian Charism, Mission Spirituality and Identity," working paper
published by the International Charism Commission Rome, May 11, 2000.
xxviii
See 1883 "Rule of the 3rd Grade of the Catholic Teaching Society,” Documenta et
Studia Salvatoriana II 175-194 & 211-234. For more on this and Mark 16:15 see Peter van
Meijl, "Toward a Salvatorian Christology," Contributions on Salvatorian History, Charism,
and Spirituality, Vol. 1 (Milwaukee: 1993) 96-100.
63
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