Marzo 7, 2013 - ASFM Tech Integration

Anuncio
American School Foundation of Monterrey
Español 8
Ojos Azules
Mi nombre: Daniela Muñoz
Fecha: Marzo 7, 2013
Ojos Azules
Personajes:
Julia
Carlos
Espacio:
Nueva York
Lugar:
Penthouse de Julia y hospital
Tiempo:
24 de Mayo 2013
Elementos de suspenso:
*Carlos ha escapado de prisión, no sabes que pudiera hacer o
que va a hacer
*Julia llega a ver un estacionamiento obscuro, y solitario
*Julia solo puede ver unos ojos azules
*Julia esta tratando de escapar de el pero por la luz y sonido
nos sabe donde esta Carlos
*Julia y Carlos pelean y se Carlos la esta tratando de matar
*Julia esta en el hospital y no se acuerda de nada.
*Los detalles de la luz, sonidos, y misterio, hacen que te
imagines mejor la escena en tu mente como si fuera una
película de verdad.
La historia complete en las siguientes hojas.
--Bzz—Bzz—Bzz –“Atención, esta es un emergencia. Hoy viernes 24 de Mayo
escapó Carlos Gánem de prisión. Estén advertidos: tiene pelo negro y lleno de
churros, ojos azules, 30 años, muy musculoso y mide 1.78m. En 2012 mató a
jóvenes; estén advertidos es peligroso y esta armado. Si lo ven marquen a este tel-” –
Zummm—Julia azotó el radio hasta que se apagó, después volteo de regreso a su
conversación. Perdón Lidia no te escuchaba, el radio estaba a todo volumen, pero
haber entonces ¿qué te vas a poner?... No se, es que todos los vestidos que tengo en
mi casa ya los use dos veces y no quiero repetir vestido para la fiesta de Carlota…
Ahorita voy en camino al mall a ver que me compro y de pasada compro unos
zapatos nuevos, aretes, collares, y bolsa. Para eso existe la tarjeta de crédito ¿no?...
Bueno te dejo, ya llegue al mall. Como a las diez paso por ti… ok perfecto bye, chao.-”
Horas después Julia ya iba de regreso a su depa con dos vestidos nuevos,
nueva joyería, zapatos y accesorios. Julia tenía todo, vivía en un penthouse sola en
Nueva York, tenía demasiado dinero, tanto que si quisiera pudiera bañarse con
billetes, y solo tenía 20 años. También era muy bonita, sus ojos verdes le
complementaban a su piel dulce con pelo café y miel. Tenía la cara perfectamente
colocada para que todas sus buenas características se noten, y su sonrisa tan
hermosa, pero ignorante. Todas las noches se iba de pachanga con sus amigas y
novio. Julia vivía en su propia burbuja ignorante del mundo. Por mientras estacionó
su Ferrari y sacó sus bolsas de la cajuela. Caminó hacia el elevador, notando que las
luces del estacionamiento parpadeaban al ritmo de sus pasos y el estacionamiento
estaba por primera vez en su vida vacío. Apresuro sus pasos. Empezó a murmurar
una canción silenciosamente para destensar sus músculos. Escuchó un ruido agudo
y fuerte y antes de que supiera ya estaba encerrándose en el elevador. Julia no era
una persona que se espantaba muy fácil, pero algo del estacionamiento hizo que sus
sentidos la dejen y su mente se borre. Julia respiró profundo y se tranquilizó, y
pensó: Vives en un lugar seguro y bonito, probablemente la gente ha salido de
compras o a visitar familia, no hay porque panicar. Seguramente estas muy agitada
por volver a ver a Carlota, eso es todo. Se repetía Julia a ella misma una y otra vez.
Mientras que el elevador navegaba hacia el 5 piso. Julia ya se había tranquilizado y
en eso, escuchó el timbre de su celular. Volteando su atención a las 20 mil bolsas
enfrente de ella empezó a inspeccionar entre sus compras. Seguía buscando cuando
escuchó un “Ding” del elevador. Sin voltear entró a su penthouse, y empezó a
acomodar las bolsas en el suelo. Porfin en una de las últimas bolsas vio la pantalla
brillar entre sus vestidos. Metiendo la mano sacó su teléfono; viendo que le marcaba
Lidia decidió no contestar y marcarle al rato. Julia aventó su teléfono a una de las
bolsas que había puesto en el piso y volteó a verse en el espejo acomodado enfrente
del elevador y envés de ver su preciosa cara y ojos verdes, veía unos ojos azules
sonriendo maliciosamente. La poca luz que entraba por las ventanas creaban un
nudo de sombras, dejando que solo pudiera ver los ojos. Julia perdió el conocimiento
y alcanzó por la luz atrás de ella. Su mano se acercaba al interruptor de la luz cuando
el espejo se rompió en millones de pedazos. Julia dejó escapar un grito de película y
se quedó inmóvil viendo como poco por poco un cuerpo salía de su espejo. Primero
una mano fuerte y poderosa salió del marco, amarrándose de los lados apretó para
sostenerse. Julia veía como sus venas se resaltaban, manos tan formadas, capaz de
ahorcar a un cocodrilo sin esfuerzo. Después salió la otra mano, agarrando control
se sujetó y sacó una pierna musculosa y violenta. Usaba pantalones y zapatos negros
y los apoyó ligeramente en la mesa abajo del espejo. Al instante, salió su otra pierna,
tan agresiva que rompería una puerta abierta. Tan pronto como apoyó su pierna, su
cuerpo empezó a emerger del marco. Julia veía en horror a una figura vestida toda
de negro salir de su antes preferido espejo , se apoyaba en la mesa y brincó hacia el
piso. Julia caminó hacia atrás lentamente y se arrojó contra el botón del elevador. En
eso, la figura agarró un pedazo de vidrio y se lanzó contra Julia. Antes de que Julia
pudiera reaccionar sintió como su piel se despegaba de su cachete izquierdo. Julia
buscó algo y agarrando un florero lo arrojó contra el sujeto. El señor sacado de onda
aflojó su control y le dio exactamente dos segundos para que Julia corriera. Julia se
deslizó por su lado y conociendo el penthouse mejor que el intruso, se tiró al piso y
se escondió debajo de la mesa. La mente y corazón de Julia eran un desastre. Su
mente le recordaba de su herida pero su corazón le señalaba el peligro en el que se
encontraba. Julia sentía lágrimas calientes acumulándose atrás de sus ojos; Julia
parpadeó hasta que se fueran y se pidió a si misma que se quedara callada sin
ningún sonido. Julia se calló y se puso a buscar sonido que pudiera indicar donde
estaba el señor. Julia estaba atenta, pero no escuchaba absolutamente nada, pero
aunque sea no se atrevía a moverse. En eso su única esperanza que el hombre se
había ido escapó. Julia estaba siendo jalada por las piernas y exponiéndola a la luz.
Julia se trato de agarrar de las piernas de la mesa y gritaba unos gritos
aterrorizantes y picudos. Después sintió un fuerte golpe contra su cabeza y Julia
perdió su voz, su movimiento y vista. Pero no iba a dejar que esto acabara así,
entonces se empujó en sus brazos y le dio una patada. El hombre se arrojó arriba de
ella, pero esta vez Julia si se movió. vio como el señor se callo arriba de la mesa de
madera y la quebró en dos. Julia se dio cuenta que esta era su oportunidad, y
empezó a correr. Inmediatamente sintió como su cuerpo fue arrojado contra la
pared. Sintió su brazo derecho quemar y volteó justo a tiempo para darle un codazo
en la nariz. Julia se lanzó contra la primera puerta que vio, y al entrar cerró la puerta
con llave y apoyó todos los tipos de muebles que encontró contra la puerta. Julia se
quedó deslumbradaza y los fuertes golpes en la puerta la trajeron de vuelta al
presente. Volteando para todos los lados, vio la cadena del baño un poco floja y
arriba del baño una ventana grande. Suficientemente grande para que ella se meta
por y brinque. Actuando rápido safó la cadena y empezó a romper la ventaba en
pedazos con la cadena. Se estaba subiendo al marco cuando escuchó los tornillos de
la puerta quebrar. Sin volver a voltear atrás, se aventó… Todo paso tan rápido, calló
en dos pies y escuchó un crack, su rodilla izquierda se dobló, y todo se fue negro…
-“Beep...beep...beep...”- Julia abrió sus ojos forzosamente, pero los cerro en
seguida al ver la luz fosfora del hospital. –“Ugg”- Julia gruño al apoyar su brazo
derecho contra la cama para levantarse, pero inmediatamente se dejo volver a caer.
Sentía como si su brazo derecho estuviera en fuego, su rodilla izquierda siendo
aplastada por pesas, su cachete de lado izquierdo ardía como si miles de
hormiguitas le picaran sin parar, y sentía que su cabeza estaba lista para explotar.
Dejo escapar un grito y se derrumbo en lagrimas. En seguida llego corriendo una
enfermera –“estas bien muchacha”- pregunto ella. –“Que me ha pasado”- exclamo
Julia entre lagrimas. –“Quien me ah echo esto, porque siento como si mi cuerpo
estuviera en fuego”- grito desesperadamente Julia. Espero una respuesta pero no lo
hubo, Julia permaneció quieta por un rato llorando silenciosamente. Volteo su
cabeza de lado y descubrió que ya no estaba la enfermera. Julia cerro los ojos
violentamente y empezó a llorar aun mas y después de un rato escucho unos pasos
suaves acercarse hacia ella. Julia abrió sus ojos lentamente para encontrarse a un
policía parado en frente de ella. –“Hola Julia mi nombre es Carlos y estoy aquí para
preguntarte unas preguntas, ¿me puedo sentar?”- Pregunto el tal Carlos. –“Si”respondió Julia rasposamente. Carlos la miraba intensamente con unos ojos azules
con tanta profundidad, Julia sentía como si los había visto antes, sus ojos hicieron
que Julia temblara y mirara a otro lado. Observo su pelo güero lleno de churros caer
sobre su frente arrugada por la concentración o estrés. Después observo su cara
completa, su nariz pequeña y redonda, labios pálidos, mejillas sonrosadas, la verdad
era que no se veía tan grande, si algo pudiera ser de la edad de Julia o un poco mas
grande. Su mirada camino hacia sus músculos marcados, grandes y fuertes, capas de
romper la camisa que traía de policía. Luego regreso a sus ojos tan familiares que le
dolía no reconocerlos, se quedaron viendo por un buen rato hasta que hablo; “¿como te sientes Julia?”- Una pregunta tan simple pero para Julia era la cosa mas
complicada que le pudieran haber preguntado. Como se suponía que explicaba sus
dolor, su confusión, su estrés, si ni sabia porque se encontraba en un hospital, lo
único que quería eran respuestas, no preguntas. Julia podía sentir su enojo hervir
adentro de ella. –“No sé, que tal en vez de sentarte ahí, como muñeco me explicas
porque me encuentro en un hospital, en una bata, con dolor por todo mi cuerpo, en
vez de preguntarme cosas que no podré contestar me dices tu lo que paso y si me
acuerdo de algo te lo menciono, entonces que tal si me explicas porque siento como
si estuviera en el infierno”- exploto Julia. Y con eso empezó a llorar otra ves. Se
quedaron en silencio por un tiempo hasta que Julia suplico –“contéstame, por
favor.”- El policía la miro, respirando hondo y por fin le contesto, -“¿Julia no te
acuerdas de nada de lo que paso antes de que te encontraras aquí?”- Julia negó su
cabeza tratando de recordar pero le pesaba y le dolía mucho para pensar. –“Julia as
estado en coma por 3 días, llegaste corriendo a la estación de policías a las 12 de la
madrugada, tienes el brazo derecho dislocado, la rodilla izquierda esta quebrada, tu
cachete izquierdo fue rajado y te descalabraste el lado derecho de tu cabeza.”Respondió Carlos lentamente como si escogiendo sus palabras muy
cuidadosamente. Julia abrió los ojos tan grandes que se pudieran haber salido de su
cabeza, perfecto otra cosa que agregarle a su larga lista de problemas. –“Cccc,
como”- titubeo Julia. –“Eso es lo que estamos tratando de averiguar nosotros, de lo
poco que nos dijiste antes de desmayarte fue que entraste a tu departamento
después de una noche de fiesta con tus amigas y te encontraste con un hombre en
sudadera negra que trato de matarte, lograste escaparte de el y llegar a la policía
pero no sabemos quien fue y no lo hemos encontrado, fuiste muy valiente.
Tristemente eso es todo lo que sabemos, segura que no te acuerdas de nada”presiono Carlos. –“Que no entie…- antes de que Julia pudiera empezar a gritarle de
nuevo entro la enfermera de antes y le pido a Carlos que la dejara descansar, y
nunca en su vida había estado tan feliz de que la dejaran sola. Julia se hundió en el
colchón duro de la cama del hospital. –“Cierra la puerta por favor”- fue lo ultimo que
recuerda haber dicho Julia antes de caer en un profundo sueño. Julia despertó 2
horas después jadeando por aire, abrió los ojos y lo primero que vio fue unos ojos
azules mirándola y apretándole su cuello. –“No, por favor, Carlos”- suplico Julia… “Perdón, pero nunca dejo nada incompleto.-“
Descargar