Derecho Internacional Público Lectura 7 (Responsabilidad Internacional) Luis L. Córdova Arellano www.cordovaluis.org Noviembre de 2013 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO Manuel Becerra Ramírez UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO M E X IC O McGRAW -HILL M É X IC O * B U E N O S A IR E S • C A R A C A S • G U ATEM ALA * LISB O A M A D R ID • N U EVA Y O R K • PANAM Á • SA N JUAN SA N T A F É D E BO G O TÁ • SAN TIAG O • SA O PAULO AUCKLAND • HAMBURGO • LONDRES • MILÁN • MONTREAL NUEVA DELHI • PARÍS • SAN FRANCISCO • SINGAPUR ST. LOUIS • SIDNEY • TOKIO • TORONTO IX. La responsabilidad internacional Las normas aplicables a la responsabilidad internacional tienen un origen funda­ mentalmente consuetudinario, aunque conocemos intentos muy serios y concretos para codificarlas. Tal es el caso del proyecto formulado por la Comisión de Derecho Internacional denominado “Responsabilidad del Estado por hechos internacionalmente ilícitos”,138 que tiende a desembocar en una convención sobre la materia. En opinión del profesor Sepúlveda, el desarrollo de la teoría de la responsabi­ lidad está muy ligado a la teoría del daño causado a los nacionales de otros países;'39 sin embargo, creemos que actualmente se ha formado un derecho consuetudinario que conforma una teoría de la responsabilidad estatal. El maestro Gómez-Robledo Verduzco es uno de los juristas mexicanos que tiene trabajos originales sobre la materia,140 alguno de los cuales toca problemas del país; por ejemplo, el caso del pozo petrolero mexicano Ixtoc-I que en el año 1979 se accidentó y salió fuera del control de los técnicos, derramando en las aguas del Golfo de México alrededor de tres millones de barriles de petróleo. El análisis sobre la posible responsabilidad del Estado mexicano en este caso es un interesante estudio sobre responsabilidad internacional. En esta línea está también la obra de Luis Miguel Díaz, quien aborda el tema de la responsabilidad del Estado y la contaminación.141 Por responsabilidad internacional se entiende la institución de derecho inter­ nacional, por medio de la cual se establece que cualquier violación de un compro­ miso contenido en una norma internacional trae por consecuencia una obligación de efectuar una reparación moral o material. 138 R. Ago (SpeciaJ Rapporteur), Third Report on State Responsability to the Jnternational Law Commission, U.N. Doc. A/CN. 4/246 y Add. 1-3, reimpresa en (1971) 2 Y. B. L. Comm 199-253-256, 262-263, U.N. Doc A/CN. 4/SER.A/ 197l/Add.l Par. I. 139 César Sepúlveda, Derecho internacional, op. cit.yp. 236. 140 Véase Alonso Gómez-Robledo Verduzco, “ El caso del Ixtoc en derecho internacional”; “Concepto de responsabilidad internacional del Estado según Hans Kelsen” ; “Jurisprudencia interna­ cional por daños transfronterizos”, en Temas selectos de derecho internacional, u n a m , México, 1986. 141 Luis Miguel Díaz, Responsabilidad del Estado y contaminación. Aspectos jurídicos, Porrúa, México, 1982. 104 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO Con más o menos términos, ésta es la concepción que se adopta en la doctrina mexicana. En este concepto podemos distinguir los siguientes elementos de la responsabilidad internacional: • La responsabilidad internacional es una institución de derecho internacional, es decir, el derecho internacional estructura una serie de principios y normas relativas a la materia. • La existencia de una violación (que puede ser por acción u omisión) de una norma de derecho internacional, • La comisión de un daño que puede ser material o meramente moral. En la doctrina de derecho internacional se discute sobre la procedencia de la teoría de la culpa o de la responsabilidad objetiva. La primera postula que hay que agregar a los anteriores elementos para hacer responsable a un Estado elemento de culpa, Los que sostienen la segunda teoría argumentan que el elemento psicológico no tiene ninguna relevancia, basta la conducta objetiva del Estado en violación de una norma de derecho internacional además de que consideran que el elemento psicológico de la culpa es difícil de probar. Creemos que aquí no se trata del predominio de una teoría u otra, ya que la aplicación de cualquiera de ellas depende del caso concreto. Como veremos más adelante, existen casos en que el Estado se ve libre de responsabilidad internacional aun cuando hay un daño, una conciencia en realización del mismo, una violación del derecho internacional, pero con el hecho de una causa de exclusión de respon­ sabilidad que puede ser por ejemplo el estado de necesidad. Ahora bien, la teoría objetiva o del riesgo, como algunos la denominan, tiene cabida en la normatividad consuetudinaria internacional; tal es el caso de los daños y perjuicios ocasionados por la caída de los objetos lanzados al espacio extraterres­ tre, como lo establece la Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas 1962 (XVIII) denominada Sobre los Principios Jurídicos que Rigen las Actividades de los Estados en la Exploración y el Uso del Espacio Exterior. LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR ACTOS DE SUS ÓRGANOS Es normal que la responsabilidad del Estado surja como consecuencia de los actos u omisiones del Poder Ejecutivo por ser comúnmente el órgano encargado de su representación a nivel internacional; sin embargo, es opinión común en la doctrina, y también así lo prevé el proyecto de la Comisión de Derecho Internacional, que el Estado sea también responsable por actos de sus poderes Legislativo y Judicial. La responsabilidad internacional por actos del Poder Legislativo se produce ya sea por la promulgación de una legislación contraria a las obligaciones interna­ cionales o bien por una omisión, por la falta de una legislación necesaria para cumplir con un compromiso internacional. LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL 105 Los actos de los titulares del Poder Ejecutivo en contravención de una norma internacional también responsabilizan al Estado aun cuando no exista autorización o bien se realicen en exceso de sus facultades ultra vires. Los actos del Poder Judicial también pueden dar motivo a responsabilidad internacional cuando, por ejemplo, se realice lo que se ha denominado como “denegación de justicia”, concepto, en principio, ambiguo, que el maestro César Sepúlveda se ha esforzado exitosamente en clarificar: ...la denegación de justicia es una falta en la admistración de justicia doméstica hacia un extranjero; el fracaso en proporcionar al extrajero el mismo rem edio que se proporciona al nacional, cuando tal recurso está a su disposición.142 El maestro Sepúlveda tomó en cuenta en su concepto la obligación que tiene el extranjero de agotar todos los recursos locales antes de hablar de una denegación de justicia; por supuesto, cuando el recurso esté a su disposición, porque si no lo está, entonces, claramente se estará hablando de una denegación de justicia. Otras modalidades de la responsabilidad internacional tienen que ver con la derivada de los actos de los movimientos de insurrección, En este caso, si los actos constitutivos de una responsabilidad internacional provienen de un movimiento de insurgencia, el Estado no será responsable si ha tomado la debida diligencia para prevenirlos o evitarlos.143 Si el grupo insurrecto llega a constituir un gobierno de facío será responsable de todos sus actos, aun de aquellos cometidos antes de su victoria, ya que se interpreta que ya tenía cierta representación. RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR DAÑO CAUSADO A LOS NACIONALES DE OTRO ESTADO Anotamos anteriormente que el desarrollo de la teoría de la responsabilidad está muy unida a la teoría del daño causado a los nacionales de otros países, lo cual fue una preocupación de las naciones industrializadas, en forma concreta de Europa y Estados Unidos, quienes demandaban un “estándar mínimo de justicia y civiliza­ ción en el trato de sus nacionales y sus propiedades, para su penetración económi­ ca”, sobre todo a partir del siglo pasado. Junto a este “estándar mínimo”, como consecuencia de su incumplimiento, apareció la práctica de la “protección diplo­ mática”, mediante la cual las grandes potencias acudían para proteger a sus nacionales por supuestos daños causados a sus personas o en su patrimonio. En caso de que no prosperara la protección diplomática le seguía una intervención armada. Huelga decir que todos estos conceptos de “estándar mínimo de justicia y civilización”, de “protección diplomática” derivaron en un abuso tanto por parte 142 César Sepúlveda, Derecho internacional..., op. cit., p. 242. 143 Bumes H. Weston Falk, Richard A., D’Amato, Anthony A., InternationaI Law and World Order; a Problem-oriented Coursebook, EUA, 1980, p. 682. 106 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO de los extranjeros que preferían acudir a la protección de sus países antes que a la justicia local colocándolos en casos de excepción frente a los nacionales del país donde se encontraban, como de las grandes potencias que toman como pretexto la protección diplomática para intervenir en los asuntos internos de otra nación. La práctica de la protección diplomática, en apariencia racional, tiene una esencia colonial. México y otros países de Latinoamérica, han sufrido en came propia la triste experiencia de esa “protección diplomática” . Para contrarrestar sus abusos surgieron dos doctrinas en América Latina en el siglo xix: la doctrina Calvo y la doctrina Drago.144 La doctrina Calvo, desarrollada por el diplomático argentino Carlos Calvo (1824-1906), postula que los estados no pueden intervenir diplomáticamente en protección de sus nacionales por posibles daños causados a sus personas o patri­ monio, más allá de lo que señalen los medios locales sobre una base de igualdad con la población nativa. La doctrina Drago, formulada por el ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Luis Drago (1859-1921), en 1902, que no es más que la extensión de la doctrina Calvo, prohíbe el uso de la fuerza por un Estado para proteger la seguridad de sus nacionales. La doctrina Calvo ha tenido diferentes modalidades de aplicación en América Latina, y aunque se alejan de su concepción original, a todas ellas se les da esa denominación. El profesor Sepúlveda ha hecho una sistematización de los diferen­ tes tipos de “cláusulas Calvo” :145 La cláusula Calvo legislativa, que es la que se acerca más al espíritu original, esencialmente postula que el Estado no puede otorgar más derechos al extranjero que los que su Constitución y leyes ordinarias otorgan a sus nacionales; la cláusula Calvo de agotamiento de los recursos locales, mediante la cual el extranjero, antes de intentar solicitar la ayuda de su gobierno, debe agotar los recursos que el derecho interno le otorgue, y finalmente la cláusula Calvo como renuncia a intentar la protección diplomática, que no es más que un compromiso contractual que obliga al extranjero a no solicitar la protección de su gobierno. La cláusula Calvo tiene gran significación en la realidad jurídica de nuestro país, yaque está elevada a rango constitucional. El artículo 27-1 contiene la cláusula Calvo en su modalidad de renuncia a intentar la protección diplomática: La capacidad para adquirir el dominio de las tierras y aguas de la nación se regirá por las siguientes prescripciones: I. Sólo los mexicanos por nacimiento o por naturalización y las sociedades mexicanas tienen derecho para adquirir el dominio de las tierras, aguas y accesiones o para obtener concesiones de explotación de minas o aguas. El Estado podrá conceder el mismo derecho a los extranjeros, siempre que convenga ante la Secretaría de Re laciones en considerarse como nacionales respecto de dichos bienes 144 Julio Barberis, “Les régles spécifiques du droit intemational en Amerique Latine”, en Collected Courses, Académie de Droit. 145 César Sepúlveda, Derecho internacional, op. cit., p. 244. LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL 107 y en no invocar, por lo mismo, la protección de sus gobiernos por lo que se refiere a aquéllos; bajo la pena, en caso de faltar al convenio, de perder en beneficio de la Nación, los bienes que hubieren adquirido en virtud de lo mismo. Por supuesto, la cláusula Calvo ha sufrido muchos cuestionamientos por parte de la doctrina extranjera, la cual ha considerado que no es posible tomar en cuenta una renuncia de los particulares a la protección diplomática que es un derecho que corresponde esencialmente al Estado.146Nosotros pensamos que la cláusula Calvo está intimamente ligada al principio de derecho internacional de no intervención en los asuntos internos de los estados y en consecuencia es obligatoria para todos los estados. No hay duda de que la inclusión de la cláusula en la Constitución es un gran acierto, y pensar en su abandono sería un retroceso y un olvido de nuestra experiencia histórica. Además, como lo prueba el profesor Alonso Gómez-Roble­ do,147no es cierto que el derecho a la protección diplomática sea un derecho propio del Estado, pues está vinculado con la nacionalidad, es decir, si hay un cambio en la nacionalidad de la persona supuestamente afectada se pierde el derecho del Estado a interponer la protección diplomática. Por otra parte, la cláusula Calvo esencialmente tiene por objeto no conceder a los extranjeros más derechos que los que el Estado otorga a sus nacionales y remitirlos a la solución de sus controversias a nivel interno, por lo que puede aparecer reiterativa esta cláusula, pero tiene una fundamentación histórica. ACTOS O JUSTIFICADORES QUE EXCLUYEN LA RESPONSABILIDAD Tanto en la doctrina como en la jurisprudencia internacionales, se reconocen una serie de causas excluyentes de la responsabilidad estatal. El proyecto de la Comisión de Derecho Internacional menciona el consentimiento, la legítima defensa, las represalias, la fuerza mayor y caso fortuito, el peligro extremo, el Estado de necesidad, como causas que excluyen la responsabilidad internacional. El consentimiento El consentimiento válidamente prestado por un Estado a la comisión por otro Estado de un hecho determinado que no esté en conformidad con una obligación del segundo Estado que para con el primero excluirá la ilicitud del tal hecho, en relación con este Estado, siempre que el hecho permanezca dentro del ámbito de dicho consentimiento (art. 29). 146 Víase, por ejemplo, Charles Rousseau, op. cit., p. 369. 147 Ricardo Méndez Silva, Alonso Gómez-Robledo, Derecho internacional público, México, 1983, p. 95. unam, 108 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO Las represalias La ilicitud de un hecho de un Estado que no esté en conformidad con una obligación de ese Estado para con otro Estado quedará excluida si el hecho constituye una medida legítima según el derecho internacional contra ese otro Estado, a conse­ cuencia de un hecho intemacionalmente ilícito de ese otro Estado (art. 30). Fuerza mayor y caso fortuito La ilicitud de un hecho de un Estado que no esté en conformidad con una obligación internacional de ese Estado quedará excluida si el hecho se debió a una fuerza irresistible o a un acontecimiento exterior imprevisible ajeno a su control. Que hicieron materialmente imposible que ese Estado procediera en conformidad con tal obligación o que se percatara de que su comportamiento no era conforme a esa obligación (art. 31). Peligro extremo La ilicitud de un hecho de un Estado que no esté en conformidad con una obligación internacional de ese Estado quedará excluida si el autor del comportamiento que constituya el hecho de ese Estado, no tenía otro medio, en una situación de peligro extremo, de salvar su vida o la de las personas confiadas a su cuidado (art. 32). El estado de necesidad Ningún Estado podrá invocar un estado de necesidad como causa de exclusión de ilicitud de un hecho de ese Estado que no esté en conformidad con una obligación internacional del Estado a menos que: a) Ese hecho haya sido el único medio de salvaguardar un interés esencial del Estado contra un peligro grave e inminente. b) Ese hecho no haya afectado gravemente el interés esencial del Estado para con el que existía la obligación. En todo caso, ningún Estado podrá invocar un estado de necesidad como causa de exclusión de la licitud: a) Si la obligación internacional con la que el hecho del Estado no esté en conformidad dimana de una norma imperativa de ius cogens. b) Si la obligación internacional con la que el hecho del Estado no esté en conformidad ha sido establecida por un tratado que, explícita o implícita­ mente excluya la posibilidad de invocar el estado de necesidad con respecto a esa obligación. LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL 109 c) Si el Estado de que se trata ha contribuido a que se produzca el estado de necesidad (art. 33). La legítima defensa La ilicitud de un hecho de un Estado que no esté en conformidad con una obligación internacional de ese Estado quedará excluida si ese hecho constituye una medida lícita de legítima defensa tomada en conformidad con la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (art. 34). Aquí el proyecto se refiere al artículo 51 de la Carta de San Francisco, que contiene “el derecho inmanente a la legítima defensa, individual o colectiva” . Aunque estamos hablando de un proyecto de convención internacional, debe­ mos decir que estas figuras ya las reconoce la costumbre internacional o bien otros cuerpos normativos vigentes, como es el caso de la legítima defensa que está contenida en la Carta de San Francisco. TIPOS DE REPARACIÓN Dejamos dicho que el daño causado, que da motivo a la responsabilidad interna­ cional, puede tener un carácter material o moral. Entonces, la reparación de ese daño puede tomar la forma de una restitución, en el caso que sea posible, que consiste en dos casos fundamentalmente: !. Restablecer la situación que hubiera existido de no haber ocurrido el acto u omisión ilícitos mediante el cumplimiento de la obligación que el Estado dejó de cumplir, y 2. La revocación del acto ilícito. Por supuesto, la procedencia de la restitución depende de la naturaleza del daño ocasionado. En algunos casos es imposible la restitución y entonces procede la indemnización, que es la forma más usual de reparación, pues consiste en el cálculo económico del daño causado, incluyendo los perjuicios, para cubrirlos con dinero. Cuando los daños son meramente morales, entonces procede la satisfacción, que toma muchas formas: expresión de pesar, excusas, declaración judicial de que es ilegal el acto motivo de la responsabilidad, etcétera. MATTHIAS HERDEGEN DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO Konrad Adenauer Stiftung UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOM A DE M ÉXICO FUNDACIÓN KONRAD ADENAUER MÉXICO, 2 0 0 5 C a p ít u l o XIV RESPONSABILIDAD EN EL DERECHO INTERNACIONAL 58. INFRACCIONES DE DERECHO INTERNACIONAL A. Aspectos generales La responsabilidad en el derecho internacional (responsibility) se rela­ ciona con las consecuencias de las infracciones (indebidas) cometidas por los Estados y otros sujetos del derecho internacional. El punto de partida es siempre la violación o la omisión de un deber de derecho in­ ternacional (la violación de lo que se conoce como norma primaria). El régim en de la responsabilidad lo conforman las normas secunda­ rias, que regulan los tipos de infracciones de derecho internacional y las posibles justificantes, y determinan las consecuencias jurídicas (especial­ mente el deber de restablecimiento). Bastante significativos son los trabajos de la International Law Commission (ILC) sobre la responsabilidad de los Estados. La International Law Commission adoptó en el 2001 en segunda lectura 59 artículos so­ bre responsabilidad de los Estados (Draft Articles on Responsibility o f States for Intemationally Wrongful Acts, impresos en: Report o f the International Law Commission, Official Records o f the General Assembly, Fifty-sixth Session, Supplement núm. 10, pp. 43, seguidos por: lLC-proyecto). El proyecto de la ILC abarca cuatro partes: (1) con­ cepto y presupuestos de las infracciones de derecho internacional (internationally wrongful act o f a State), (2) contenido de la responsabilidad del Estado, (3) la declaratoria de la responsabilidad y (4) disposiciones generales. El proyecto de la ILC vincula la responsabilidad del Estado a una ac­ tuación ilegal (artículo 1): “Todo acto ilícito de un Estado genera la responsabilidad internacio­ nal de ese Estado” . 411 412 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO La responsabilidad por una actuación legal, pero riesgosa se encuentra también contemplada y reservada a un régimen especial. La doctrina de derecho internacional predominante diferencia también entre la respon­ sabilidad por una conducta ilícita y la responsabilidad por un hecho ries­ goso. De conformidad con el proyecto de la ILC, la infracción de derecho internacional comprende como objeto de la responsabilidad estatal dos elementos constitutivos: una conducta atribuible a un Estado y la viola­ ción de un deber del derecho internacional (artículo 2o.): Existe un ilícito internacional de un Estado cuando la conducta consistente en una acción u omisión: a) es atribuible al Estado bajo el derecho internacional; y b) constituye un incumplimiento de una obligación internacional del Estado. BIBLIOGRAFÍA: C. Annacker, “Part Two o f the International Law Commission s Draft Articles on State Responsibility”, GYIL, 37 (1994) pp. 206 y ss.; J. Crawford, “Revising the Draft Articles on State Responsibihty”, EJIL, 10 (1999), pp. 435 y ss.; id., The International Law Commission s Articles on State Responsibility, 2002; R. B. Lillich (ed.), International Law o f State Responsibility fo r Injuries to Aliens 1983 - M Spinedi/B. Simma (eds.), United Nations Codification o f State Responsi­ bility, 1987. B. Elementos de hecho de la infracción a. Violación de un deber del derecho internacional Presupuesto de la responsabilidad del Estado es en principio la viola­ ción de un deber del derecho internacional. El proyecto de la ILC trata como infracción sólo la conducta ilegal. La responsabilidad por danos en el caso de una actividad no prohibida, pero riesgosa constituye por con­ siguiente un complejo propio de la responsabilidad del Estado. b. Responsabilidad El incumplimiento del deber debe ser atribuible al Estado (véase el articulo 4o. del proyecto de la ILC). Un Estado es responsable en princi­ RESPONSABILIDAD EN EL DERECHO INTERNACIONAL 413 pió de las actuaciones de sus propios órganos (artículo 4o. del proyecto de la ILC). Al respecto determina el artículo 4o. número 1 del proyecto de la ILC: “La conducta de todos los órganos del Estado debe considerarse como un acto de ese Estado bajo el derecho internacional, ya sea que el órgano ejerza el poder legislativo, ejecutivo, judicial o cualquiera otra función, cualquiera que sea la posición que tenga en la organización del Estado, y ya sea que su carácter sea el de un órgano del gobierno central o de una unidad territorial del Estado”. Esto se aplica aun cuando el órgano que actúa ha actuado ultra vires, esto es, ha excedido sus propias competencias (véase el artículo 7o. del proyecto de la ILC). La conducta de las personas privadas, por el contra­ rio, no es atribuible en principio al Estado. Sin embrago, cuando la ac­ tuación del privado cuenta con la aprobación de los órganos del gobierno o se desarrolla en ejercicio de una función estatal, como ocurrió en el caso de los guardias revolucionarios iraníes luego de la caída del régi­ men del Sha. N o se presentan problemas para establecer la responsabilidad cuando el Estado no cumple con los deberes de otorgar protección, consagrados en el derecho internacional (por ejemplo, respecto de una m isión diplo­ mática). Un ejemplo especialmente complicado lo ofrece el caso de los rehenes de Teherán. Luego de la caída del Sha y del establecimiento del régim en islámico, en noviembre de 1979 unos manifestantes atacaron la embajada de los EEUU. La embajada fue ocupada, el personal y visitan­ tes fueron tomados como rehenes, y los archivos de la embajada fueron destruidos. La mayor parte de los rehenes duraron cerca de 14 meses re­ tenidos. Al momento del ataque de los manifestantes a la embajada, las fuerzas de seguridad iraníes no intervinieron. En declaraciones públicas el Ayatollah Khomeini dio su aprobación al ataque en contra de la emba­ jada y la tom a de los rehenes. A pesar de que la conducta de los m anifes­ tantes no era atribuible inicialmente al Estado iraní, la negativa a dar protección a la misión diplomática configuró una violación del derecho internacional. Adicionalmente, el gobierno iraní en vista de las declara­ ciones del alto líder revolucionario Khomeini se atribuyó como propio el ataque a la embajada, y se hizo así responsable de los acontecimientos ocurridos. La Corte Internacional declaró con toda razón la responsabili­ dad del Estado y le ordenó a Irán dejar en libertad a los rehenes, a devol- 414 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO ver Ja embajada y a pagarle a los EEUU una compensación (U. S. Diplomatic and Consular Staff in Teherán Case, IC J Reports, 1980, p. 3). En el caso de la conducta de los privados, que debido a su peligrosi­ dad genera riesgos especiales a un Estado vecino (por ejemplo en el caso de centrales nucleares), se le exige al respectivo Estado un deber de su­ pervisión. El control insuficiente fundamenta por consiguiente una res­ ponsabilidad directa (por la omisión de los órganos estatales). Respecto de los extranjeros un Estado tiene que proveer, en la medida de que dis­ ponga de las fuerzas del orden, un estándar mínimo de protección ( a tra­ vés de los organos de policía y de la jurisdicción penal) frente a los ata­ ques que se dirijan en su contra. c. Estándar de conducta En la doctrina del derecho internacional se ha discutido hasta que punto una infracción de derecho internacional presupone una culpabili­ dad especial (culpa). Cuando al Estado se le encarga de garantizar un éxito determinado se le atribuye la responsabilidad de una garantía sin la cual se configuraría una violación al deber de diligencia. Además, se po­ dría alegar la violación del criterio objetivo de debida diligencia (due diligence). En esto se acude en todo caso a la extensión del deber de dili­ gencia que ofrecen los criterios reconocidos por la comunidad de Esta­ dos. De conformidad con una opinión más progresista ya no se requiere el reconocimiento propio de la culpabilidad de acuerdo con las circuns­ tancias especiales del Estado responsable. Para el empleo de altas tecno­ logías peligrosas como para el funcionamiento de las centrales nucleares, el deber de diligencia se orienta en el desarrollo actual de la ciencia y la técnica, incluso respecto de la previsión del riesgo. Si esos estándares no se tienen en cuenta y debido a esto se ocasionan daños en los Estados ve­ cinos, se dará lugar a una responsabilidad por un comportamiento ilícito (y no se tratará, por ejemplo, de una responsabilidad por el desarrollo de una actividad legal). BIB LIO G R A FÍA : A. Gattmi, “Smoking/No Smoking: Some Remarks on the Current Place o f Faulí in the ILC Draft Articles on State Responsibil i t y EJIL, 10 (1999), pp. 397 y ss.; R. Pisillo-Mazzeschi, “The Due Diligence Rule and the Nature o f the International Responsibility o f Sta­ tes , GYIL, 35 (1992), pp. 9 y ss.; J. Wolf, D ie Haftung der Staaten fiir Privatpersonen nach Vólkerrecht, 1997. RESPONSABILIDAD EN EL DERECHO INTERNACIONAL 415 C. Grave violación de una norma coercitiva Los anteriores proyectos de la International Law Commission contem­ plaban graves violaciones al derecho internacional de carácter especial dentro de los elementos de hecho de los crímenes de derecho internacio­ nal (international crime, artículo 19 del proyecto de la ILC en la versión de 1980). Se trataba de violaciones al derecho internacional, que tocaban intere­ ses fundamentales de la comunidad internacional como un todo. Dentro de éstos se encuentran, por ejemplo, las violaciones a la prohibición de agresión o la esclavitud, el genocidio y el apartheid. El proyecto de la International Law Commission, expedido en su se­ gunda lectura, se apartó del concepto del crimen de derecho internacio­ nal en el contexto de la responsabilidad del Estado, para evitar la asocia­ ción con las sanciones penales por graves infracciones individuales. En su lugar, la International Law Commission en la actualidad le atribuye especiales consecuencias jurídicas a la violación grave de una norma coercitiva del derecho internacional general (artículo 40 del proyecto de la ILC). B IB LIO G R A FÍA : G. Gaja, “Should All References to International Cnm es Disappear from the ILC Draft Articles on State Responsibility?”, EJIL 10 (1999), pp. 365 y ss.; R. Hofmann, “Zur Unterscheidung Verbrechen und Delikt im Bereich der Staatenverantwortlichkeit”, ZaóRV 45 (1985), pp. 195 y ss.; J. H. H. Weiler, A. Cassese y M. Spinedi (eds.), International Crimes o f States, 1989. D. Responsabilidad p o r daños En el derecho consuetudinario internacional no se han desarrollado aún principios satisfactorios de la responsabilidad por actividades ries­ gosas (responsabilidad por daños). La responsabilidad por daño se en­ cuentra prevista en la Convención sobre la Responsabilidad Internacio­ nal. Por Daños Causados por Objetos Espaciales de 1972, (BGBL, 1975, II p. 1210). Es así como el artículo II de ese acuerdo establece: “El Estado de lanzamiento tendrá responsabilidad absoluta y respon­ derá de los daños causados por un objeto espacial suyo en la superficie de la Tierra o a las aeronaves en vuelo”. Sin embargo, la responsabilidad 4 16 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO por actividades especialmente peligrosas (ultra-hazardous activities) ha sido objeto de valoraciones controvertidas. N o obstante, esa inseguridad jurídica se disminuye debido a que en el caso de la utilización de altas tecnologías peligrosas, el no tener en cuenta el estado actual de la ciencia y la técnica para el desarrollo de las actividades estatales o de las activi­ dades peligrosas que se encuentran bajo la supervisión del Estado lleva a que los daños que se causen fundamentan una responsabilidad por con­ ducta violatoria de un deber legal (y no sólo una responsabilidad por el desarrollo de una actividad peligrosa). La ILC expidió un proyecto sobre la responsabilidad por actividades peligrosas (International Liability for Injurious Consequences Arising out o f Acts Not Prohibited by International Law; Prevention o f Transboundary Damage from Hazardous Activities - Prevención del Daño Transfronterizo Resultante de Actividades Peligrosas). Ese proyecto se ocupa de la prevención de riesgos en los casos en los que exista una alta posibilidad de que se causen devastadores daños transfronterizos (aun cuando esta probabilidad sea pequeña) así como algunos daños conside­ rables. Este proyecto prevé una obligación del Estado de adoptar todas las medidas adecuadas para evitar o reducir los riesgos de daños transfronten zos (artículo 3o.)-186 Adicionalmente, el proyecto contempla deberes procedimentales para prevenir los posibles daños transfronterizos. El problema de ese proyecto consiste en que en lo que respecta a las conse­ cuencias, borra los limites entre la responsabilidad por una conducta ilícita (por no tener en cuenta los estándares de debida diligencias vigentes intemacionalmente) y la simple responsabilidad por actividad peligrosa. Al respecto se requiere de una considerable claridad. B i b l i o g r a f í a : a . Boyle, “State Responsibility and International Liability for Injurious Consequences o f Acts N ot Prohibited by Interna­ tional Law. A Necessary D istinction?”, ICLQ , 39 (1990), pp. 1 y ss.; R. Ham dt, Vólkerrechtliche H aftung f ü r die schadlichen Folgen nicht verboienen Verhaltens, 1993; P. Kunig, “Vólkerrecht und Risiko”, Jura 1996, pp. 593 y ss. 186 Articulo 3o. Prevención. El Estado de origen adoptará todas las m edidas apropia­ das para prevenir un daño transfronterizo sensible o, en todo caso, m inim izar el riesgo de causarlo. RESPONSABILIDAD EN EL DERECHO INTERNACIONAL 59. 4 17 C a u s a le s d e ju s tific a c ió n A. Aspectos generales Las causales de justificación excluyen la responsabilidad del Estado por la realización de un hecho ilegal. La ILC habla de circumstances precluding wrongfulness (Parte 1, Capítulo V). El consentimiento^consen/), que se cuenta generalmente dentro de las causales de justificación, muchas ve­ ces elimina el carácter delictivo de la actividad consentida (por ejemplo la autorización del estacionamiento de tropas extranjeras en el territorio esta­ tal). Al respecto se debe pensar que un Estado en definitiva, aprueba una conducta ilícita de otro Estado o en todo caso, renuncia a toda pretensión frente a un delito del derecho internacional. B. Defensa propia La autodefensa en concordancia con la Carta de las Naciones Unidas, justifica el empleo de medidas prohibidas (artículo 21 del proyecto de la ILC ).187 Sin embargo, un Estado no puede invocar con base en la defensa propia la suspensión de normas del derecho internacional humanitario y de otras obligaciones cuya aplicación tampoco se puede suspender en de­ fensa propia en el caso de conflictos armados (véase también artículo 60 Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados).188 C. Fuerza mayor y estado de necesidad La fuerza mayor (forcé majeure) constituye una causal de justifica­ ción en caso de acontecimientos externos imprevisibles e irresistibles, '8 7 A rtículo 21. D efensa propia. La ilicitud de un acto de un Estado precluye si el acto constituye una m edida legal de autodefensa adoptada de conformidad con la C arta de las N aciones Unidas. , 188 A rticulo 60. Term inación de un tratado o suspensión de su aplicación como conse­ cuencia de su violación. 1. Una violación grave de un tratado bilateral por una de las par­ tes facultará a la otra para alegar la violación com o causa para dar por term inado el 1 ratado o para suspender su aplicación total o parcialmente. 5. Lo previsto en los párrafos 1 a 3 no se aplicará a las disposiciones relativas a la protección de la persona hum ana contenidas en tratados de carácter hum anitario, en p ar­ ticular a las disposiciones que prohíben toda form a de represalias con respecto a las per­ sonas protegidas por tales tratados. 418 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO que impiden el cumplimiento de las obligaciones (artículo 23 del proyec­ to de la ILC).189 Esto, sin embargo, no se aplica cuando un Estado asume el nesgo de la ocurrencia de tal situación. Dentro de los casos de fuerza mayor se encuentran las graves catástrofes naturales. La existencia de un estado de necesidad (state o f necessiíy) puede ju s­ tificar el no cumplimiento de una obligación de derecho internacional, cuando se requiere para garantizar intereses esenciales del Estado, y esos intereses tienen un mayor peso que los intereses del Estado afectado. El proyecto de la ILC determina al respecto en el artículo 25: 1. La necesidad no podrá ser invocada por un Estado como causal para precluir la ilicitud de un acto disconforme con una obligación del derecho internacional a menos que el acto: a) sea la única vía para el Estado de salvaguardar un interés esencial frente a un peligro grave e inminente; b) no deteriore seriamente un interés esencial del Estado o de los Esta­ dos respecto de los cuales existe la obligación, o de la comunidad interna­ cional en su totalidad. 2. En todo caso, no se podrá invocar la necesidad por parte de un Esta­ do como causal para precluir la ilicitud de un acto sí: a) la obligación internacional en cuestión excluye la posibilidad de in­ vocar la necesidad o b) el Estado ha contribuido a la situación de necesidad. Especiales problemas se plantean en los casos en que existen obstácu­ los para el cumplimiento que se originan en la esfera de riesgo del Esta­ do que invoca la necesidad. En estos casos, el Estado no podrá invocar la necesidad cuando ha contribuido en esencia a provocarla (ejemplo: la in­ capacidad de pago ocasionada por culpa propia). Sin embargo, en tales casos se deberá aceptar el acudir a la necesidad cuando el cumplimiento *89 Fuerza mayor. 1. La ilicitud de un acto de un Estado disconform e con una obliga­ ción internacional del Estado precluyc si el acto se debe a fuerza mayor, que consiste en la ocurrencia de una fuerza irresistible o de un evento imprevisible, m as allá del control del Estado, haciendo m aterialm ente im posible el cumplim iento de la obligación en esas circunstancias. 2. El Parágrafo t no se aplicará si: a) la situación de fuerza m ayor se debe, solo o en com binación con otros factores, a la conducta del Estado que la provocó; o b) el Estado ha asumido el riesgo de la ocurrencu .le esta situación. RESPONSABILIDAD EN EL DERECHO INTERNACIONAL 419 de un deber del derecho internacional como el pago de un crédito imphca IeTsuspensión de funciones d e n ó ta l e s del Estado, lo que podría causar considerables daños a la población. D. Represalias Las represalias constituyen por sí mismas actuaciones contrarias al de­ internacional, con las que un Estado reacetona a las v i o l o n e s de derecho internacional de otro Estado, y que tienen por objeto obligarlo adoptar nuevamente una conducta de conformidad con el derecho inte nacional y a cumplir con k compensación causada (véase el articulo 49 re c h o dC L a l a c i ó n p rev iad el derecho internacional que hubiere cometido.el otro Estado justifica también las represalias como salvaguardas.. U ejemplo lo constituye la confiscación de valores patrimoniales; de o t o Estado como reacción a la expropiación ilegal a sus nacionales por parte del otro Estado. Las represalias legales no pueden hacer uso de la fuerza m estar por fuera de toda relación con una violación previas del derecho i n t e r n a c i o n a l por parte del otro Estado. , La represalia se debe diferenciar de la retorsión, que tiene e carácter d e ^ n a salvaguarda “no amistosa”, pero de conformidad con el derecho internacional (por ejemplo la suspensión de la ayuda para el la imposición de un embargo comercial, cuando no se afecta una oblig “Í St— “ 1. * 1» erga omnes (por ejemplo, las graves violaciones a los derechos humano o fas graves violaciones de las normas sobre las relaciones ñor parte del Estado anfitrión) la puede atacar con represalias únicamen­ te el Estado afectado directamente. La protección de los intereses fundam ratales de toda la comunidad de Estados, que se encuentra detras del concepto de la obligación erga omnes (véase al respecto nuestro apartado 39) conduce a que cualquier Estado puede reaccionar con represabas¡por la violación de esos intereses. De acuerdo con esto, todo miembro de la comunidad de Estados, puede reaccionar con represalias como la>confiscación de valores palnmomales del Estado responsable, en el caso por e j e m p l o , de limpiezas étnicas" o de violaciones a los derechos humanos í^o Artículo 49. O bjeto y limite de las contramedidas. 420 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO igualmente graves. El artículo 54 del proyecto de la ILC deja abierto ese cuestionamiento en forma expresa.191 B ib lio g r a f ía : J. A. Frowein, “Die Verpflichtungen erga omnes im Volkerrecht und íhre Durchsetzung”, en: Festschrift f ü r H. M osler, 1993, pp- 241 y ss.; id., “Reactions by Not Directly Affected States to Breaches o f Public International Law”, RdC, 248 (1994), pp. 353 y ss.; p. Malanczuk, “Zur Repressalie im Entw urf der International Law Com­ mission zur Staatenverantwortlichkeit”, ZaóRV, 45 (1985), pp. 293 y ss. E. Regímenes autocontenidos En el caso de los rehenes de Teherán la Corte Internacional desarrolló el concepto de los reglamentos cerrados (self-contained regimes) en los cuales las medidas de salvaguardia por violaciones previas del derecho internacional se encuentran reglamentadas en forma concluyente. Dentro de éstas se encuentran, de acuerdo con la Corte Internacional, de manera especial, las reglas contempladas en tratados sobre las relaciones diplo­ máticas (U. S. Diplomatic and Consular Staff in Teherán Case, IC J Reports, 1980, p. 3 [38 y ss., núm. 83 y ss.] La existencia de un régimen ce­ rrado de este tipo impide el acudir a la aplicación de las medidas generales sobre represalias. B ib lio g ra fía : B. pp. 111 y ss. Simma, “Self-Contained Regimes” NY1L 16 (1985) ’ 6 0 . C o n s e c u e n c ia s ju r íd ic a s d e l o s il íc it o s d e d e r e c h o in t e r n a c io n a l La comisión de un ilícito de derecho internacional obliga, en princi­ pio, a la eliminación de la situación que surgió por la violación del dere­ cho internacional, y al restablecimiento de la situación anterior. Al res­ pecto expresó la Corte Permanente de Justicia Internacional en el caso Chorzów {PCIJReports, Ser. A, núm. 17, 1928, p. 4): “Es un principio del derecho internacional... que toda violación de un compromiso envuelve una obligación de reparación” (p. 29); 191 A rtículo 54. M edidas adoptadas por otro Estado que no fueron objeto de la vio- RESPONSABILIDAD EN EL DERECHO INTERNACIONAL 421 “ ...la reparación debe, en la m edida de lo posible, anular todas las con­ secuencias del acto ilegal y restablecer la situación que debió haber exis­ tido con toda probabilidad, si el acto no se hubiera cometido” (p. 47). Como reparación se consideran la restitución natural (por ejemplo en el caso del secuestro violatorio del derecho internacional o la confisca­ ción ilegal de los valores patrimoniales) y el pago de compensaciones, incluyendo el lucro cesante (artículo 35 del proyecto de la ILC).192 Ch. Gray, “The Choice between Restitution and Compensation”, EJÍL, 10 (1999), pp. 413 y ss.; A. Randelzhofer/C. Tomuschat (eds.), State Responsibility and the Individual; Reparation in Instances o f Grave Violations o f Human Rights, 1999. B IB LIO G R A FÍA : 6 1 . D e r e c h o p e n a l in t e r n a c io n a l y s u a p l ic a c ió n La sanción penal de las graves violaciones al derecho internacional de conformidad con los principios del derecho internacional se abrió curso luego de la Segunda Guerra M undial con los procesos de Nuremberg y Tokio. El Tribunal M ilitar Internacional de Nuremberg se basó en el Tratado de Londres de 1945 suscrito por las potencias aliadas (EEUU, la Unión Soviética, la Gran Bretaña y Francia) sobre la persecución y sanción de los criminales de guerra de los poderes del eje (publicado en: AJIL, 39 1945, Supplement, p. 257). El estatuto del Tribunal M ilitar Internacional (Charter o f the Interna­ tional M ilitary Tribunal) se incluyó en el Tratado de Londres como un anexo. De conformidad con el artículo 6o. del Estatuto la competencia penal del Tribunal M ilitar Internacional de Nuremberg se extiende a los crímenes contra de la paz, crímenes de guerra y crímenes contra lajiu manidadT Las expectativas, vinculadas a los procesos de Nuremberg y Tokio, del desarrollo de un derecho penal internacional de carácter gene192 Artículo 35. Restitución. Un Estado responsable de un acto ilícito internacional se encuentra obligado a una restitución, esto es, a re-establecer la situación que existía antes que el acto ilegal se hubiere com etido, siempre y cuando y en la m edida en que esa res­ titución: (a) no sea m aterialm ente imposible; (b) no se convierta en una carga desproporcionada de beneficios derivados de la restitución en lugar de una compensación. 422 ^ DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO ral, con el objeto de asegurar penalmente un conjunto de deberes funda­ mentales de derecho internacional, quedaron sin llenarse por largo tiem­ po. No obstante cada vez más una serie de tratados multilaterales prevén la penahzacion de las graves violaciones de los derechos humanos del derecho internacional humanitario. Estos tipos penales de derecho inter­ nacional se encuentran contemplados principalmente en la Convención sobre G e n o c ^ io d e l9 4 9 (BGBL, 1954, II, p . 730) así como en los Conve­ nios de Ginebra de 1949 (por ejemplo, los artículos 129 y ss. del Convenio de G inebra relativo al trato debido a los Prisioneros de Guerra, Convey el artícul° 146 dei Convenio de Ginebra relativo a la Protección debida a las Personas Civiles en Tiempo de Guerra, Convenio IV) El trabajo imciado por la International Law Comission en los años cincuenta bajo la influencia de los principios de Nuremberg, con el obje­ to de desarrollar unas directrices de derecho penal internacional material fue adoptado una década más tarde. En el entretanto la International Law Commission ha concluido sus labores en la preparación de un código penal de crím enes contra la paz y la seguridad de la hum anidad (L>rait Code o f Crimes Against the Peace and the Security o f M ankind publicado en: H R L J 1997, pp. 96 y ss.). Ese Código Penal contem pla una prim era parte con principios generales sobre la sanción penal y re­ glas procesales, y en su segunda parte se ocupa de los tipos penales en concreto. La aplicación de las sanciones penales de derecho internacional por parte de un órgano internacional recibió un impulso considerable con la ‘S4 Cr? ? ° n .del Tnbunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia en 1993 1 y del Tnbunal Penal Internacional para Rwanda con base en las resolu­ ciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El Tribunal Pe­ nal especial para Sierra Leona se instauró con fundamento en un Tratado ■ entre las Naciones Unidas y el Gobierno de Sierra Leona del 2002 por recomendación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Los fundamentos para la creación de una jurisdicción penal interna­ cional de carácter general se encuentran en el Estatuto de la Corte Penal Internacional (International Criminal Court, ILM , 37, 1998 p. 9 9 9 5 G 5 / 2000, II, p. 1393). Luego de la ratificación por parte de 60 Esta­ dos el Estatuto entró en vigencia en el año 2002. El Estatuto, sin embargo, fue rechazado por los Estados Unidos (en vista del posible sometimiento de miembros de las fuerzas armadas ame- RESPONSABILIDAD EN ÉL DERECHO INTERNACIONAL 423 ricanas al recién creado tnbunal y a que EEUU constderó que el Consejo de Seguridad carecía de la suficiente competencia para actuar). Los EEUU habían suscrito el Estatuto, pero luego procedieron a acla­ rar que se abstenían de ratificarlo definitivamente. Los Estados miem­ bros de la Unión Europea, que tenían tropas en la International Secunty and Assistance Forcé (ISAF) en Afganistán, se aseguraron en un acuerdo con el gobierno interino en Afganistán que sus soldados no fueran envia­ dos a un Tnbunal Internacional. Por tal razón la cntica europea a la re­ chazo americano de la Corte Penal Internacional perdió tuerza en forma '^ c o m p e t e n c i a de la Corte Penal Internacional comprende el delito He genocidio, los delitos con la humanidad, los c rím e n e sd e ju e rra y el d e lito * ! agresión (artículo 5o. del Estatuto). Dentro de los cnmenes contra la humanidad se encuentran por ejemplo, el homicidio la deporta­ ción, la tortura y otros cnmenes, que se cometan como parte de la perse­ cución sistemática en contra de miembros de la poblacion civil (articu o 7o. del Estatuto).193 Los crímenes de guerra que se someten a la compe­ tencia de la Corte Penal Internacional incluyen las violaciones del dere­ cho internacional humanitario en los conflictos armados no internaciona­ les (artículo 8o. del Estatuto).194 193 A rtículo 7o. Crím enes de lesa humanidad. 1. A los efectos del presente Estatuto se entenderá por “crimen de lesa humanidad” cualquiera de los actos siSu,c^ e^ C^ 1S' com eta com o parte de un ataque generalizado o sistem ático contra civil y con conocim iento de dicho ataque: a) asesinato; b) exterminio, c) esclavitud, d) portación o traslado forzoso de población; e) encarcelación u otra privacior. g ra v =de U Hbertad física en violación de norm as fundam entales de derecho internacional, í> tortura, ^ l “ £ v itu d sexual, prostitución forzada, forzada o cualquier otra forma de violencia sexual de gravedad comparable h) pcrsecu ción de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos, raciaíes nacionales étnicos, culturales, religiosos, de género definido en el parrafc,3 , u o t o s m otivos universalm ente reconocidos com o inaceptables con arreglo al derecho cional en conexión con cualquier acto m encionado en el presente parrafo o con cualquier crim en de la com petencia de la Corte; i) desaparición forzada de personas, j) el crim en de apartheid; k) otros actos inhum anos de carácter sim ilar que causen intencionalm ente grandes sufrim ientos o atenten gravem ente contra la integridad física o la salud ArÜculo 8o. Crim encs de guerra. 1. La Corte tendrá crím enes de guerra en particular cuando se com etan como parte de un plan o política o c o l parte de la « m i t ó n en gran escala de tales crimencs. 2. A los efectos dcl presen Estatuto, se entiende por “crím enes de guerra”: a) Infracciones graves de los Convenios 424 DERECHO INTERNACIONAL, PÚBLICCJ El procesopenal ante la Corte puede se/in iciad o por llamamiento del fiscal por parte de un Estado parte, por el Consejo de Seguridad de las N aciones U nidas de conform idad con eli C apítulo VII de la Carta de as Naciones Unidas, así como por el aciisado mismo (artículo 13 del Estatuto). En determinados casos el ejercicio de la jurisdicción presu­ pone que esta ha sido reconocida por el E sta d o jo n d e se cometieron los hechos o por el Estado del acusado (artículo 12, número 2 del Estatu* 7 a competencia de la c °rte Penal Internacional es subsidiaria res­ pecto de los procesos penales nacionales y debe retroceder en caso que de: Ginebra de 12 de agosto de 1949; b) Otras violaciones graves de las leyes y usos apli­ cables en los conflictos arm ados internacionales dentro del m arco establecido de derecho internacional; c) En caso de c o a c t o arm ado que no sea de índole interna t í a 1 V 1 rün “ a ,os-cuatro “ os de Ginebra de 1 A '? , ^ c) presente art,cul° se aPlíca a los conflictos arm ados que no on de índole internacional, y por consiguiente, no se aplica a las situaciones de tensio S a d o s T v lít' m teriores; tales com o los m otines, los actos esporádicos y aislados de violencia u otros actos analogos; e) Otras violaciones eraves de las leves v los usos aplicables en los conflictos arm ados que no sean de índole Internacional dentro de m arco establecido de derecho internacional; 0 El párrafo 2 e) del presente articulo se aplica a los conflictos arm ados que no son de índole internacional y, por consiguiente no m o tfr^ Y f UaClone' dc tensiones e te rn a s y de disturbios interiores, tales com o’los Z T c n fí t T 05 y a,3lados de V10lencia u otros actos análogos. Se aplica a los conflictos arm ados que tienen lugar en el territorio de un Estado cuando existe un aUt0ridadeS S“ b— y * ™ P « armados md a d T o n 1 E W ° SÍ: 3) Un EStad° PartC rem ite ai Fiscal> confor­ midad con el articulo 14, una situac.ón en que parezca haberse cometido uno o varios de esos a m e n e s b) El Consejo de Segundad, actuando con arreglo a lo dispuesto en el Ca pitulo V il de la C arta de las Naciones Unidas, rem ite al Pisca" una s i t u S en o u l pa-’ rezca haberse com etido uno o vanos de esos crímenes; o c) El Fiscal ha iniciado una^n vesugac'én respecto de un crimen de esc tipo de conform idad con Articulo 12. Condiciones previas para el ejercicio de la com petencia 2 En el caso r o°s d e t 3 ? ° C) del artíCüi° 13 COrt£ P° drá -'c o m p e te n c ia si uno o ppetencia ^ n c i a dder ilaa ^Corte d ede gl,,e? CS Cl PreSCnte hancuyo 3Ceptad0 la com' conformidad con elf npárrafo 3: a) EStatUt° El Estado° en territorio ha un buo f ' C° nduCta dc que se trate>0 si el crim e" se hubiere cometido a bordo de n buque o de una aeronave, el Estado de m atricula del buque o la aeronave b) El Esta­ do del que sea nactonal el acusado del crimen. ’ RESPONSABILIDAD EN EL DERECHO INTERNACIONAL. 425 exista un enjuiciamiento efectivo por parte de un Estado competente para tal efecto (artículo 17 del Estatuto).15 El Estatuto reglamenta en su tercera parte los p n n c .p .o ^ e n e ra le s del proceso penal (artículos 22 y ss. del Estatuto). Dentro de estos se en­ cuentran, por ejemplo, la prohibición de la irrettoactm dad (artjcuto 24 del Estatuto), los elementos de hecho subjetivos (articulo 30 del Estatu to) así como determinadas causales excluyentes de la responsabilidad penal (artículo 31 del Estatuto). ,, Si el Consejo de Segundad mediante una resolución con base en el ■ Capítulo VII de la Carta de la ONU le solicita a la Corte en un determi-.. nado proceso penal la su sp en sió n d e ja s investigaciones y P™c^ i m i “ tos la Corte de conformidad con lo dispuesto en el art,culo 16 del Esta­ tuto de Roma deberá proceder a suspender todas las ^ dldas^ ' en<^ de esto, el Consejo de Segundad de la ONU a solicitud de los EEUU exp,dió una exención general d e ja ju n s d ic c ió n , por un penodo limitado respecto de las unidades militares de los Estados que no son parte de Estatuto, que participen en las operaciones actividades de la ONU ÍS/Res 1422 [2002]). Aquí se observa una intervención bastante comp icada del Consejo de Segundad de la ONU en los tratados multilaterales^ E n el contexto de la creación de la Corte Penal In*«ma^ “nal f . gisladoralem án expidió un Código Penal Internacional (V-StGB). E Có­ digo'Penal Internacional tiene por objeto establecer la responsabilidad penal para genocidio, crímenes contra la humanidad y cnmenes de guerra en el derecho alemán. Para graves contravenciones (cnmenes) se aplic el Código Alemán de conformidad con el pnncipio de la universalidad aun cuando el hecho se h u y e re cometido en el « r o y no^xista>ninguna relación con Alemania (véase al respecto TCF, NJW , 2001, p. 1848). i « Artículo 17 Cuestiones de adm isibilidad 1. La Corte teniendo en cuenta el décimo Dárrafo del preám bulo y el articulo 1, resolverá la «adm isibilidad de un asunto cuand a) El asunto sea objeto de una investigación o enjuiciam iento por un Estado que: te n g a j té disnuesto a llevar a cabo el enjuiciam iento o no pueda realmente hacerlo, ) pe na de que se trate baya sido ya enjuiciada por la conducta a que se refiere la ,y la C orte no pueda adelantar el ju icio con arreglo a lo d.spuesto en elI parrafo 3 del a rt* lo 20; d) E l asunto no sea de gravedad suficiente para justificar la adopcion didas por la Corte. 42 6 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO B IB LIO G R A FÍA : H. Albrecht, Geschichte der vólkerrechtlichen Strafgenchtsbarkeit im 20. Jahrhundert, 1999; M. H. Arsanjani, “The Rome Matute o f the International Criminal Court”, AJIL, 92 (1999), pp. 22 ss.- ^ C\ ^ T 10JU? \ Crimes as ainst Humanity in International Criminal Law, 1992; id. (ed.), The International Criminal Court, 1997; idem (ed.), International Criminal Law, tres tomos, 2a. ed., 1999; id. y B Manikas* The Law o fth e International Criminal Tribunal fo r the Form er Yugosla­ via, 1996; Y. Dinstein (ed.), War Crimes in International Law, 1996; C. KreB, Strafrecht und Angrifískrieg im Licht des Falles Irak”, ZStW, 115 (2003), p. 294; T. Meron, “Is International Law M oving Towards Crimin a h z a tio n r, EJIL 9 (1998), pp. 18 y ss, D Qehler, I n t e r n a d l e s Strafrecht, 2a. ed., 1983; K. Oellers-Frahm, “Die Einsetzung des “Internationalen Tnbunals über Kriegsverbrechen im ehemaligen Jugoslawien durch den Sicherheitsrat, en: Festschrift f ú r R. Bernhardt, 1995, pp. 733 y ss.; W. A. Schabas, An Introduction to the International Crimi­ nal Court, 2001; C. Tomuschat, “Das Strafgesetzbuch der Verbrechen gegen den Frieden und die Sicherheit der M enschheit”, EuGRZ, 1998 pp. 1 y ss.; id., “Das Statut von Rom íur den Intemationalen Strafgeri^ Íedr S- War‘e 73 (199S)’ PP' 335 ss-; G ' WerIe’ Volkerstrajrecht 2003, A. Zimmermann, “Die Schaffimg eines stándigen Intemationalen Strafgenchtshofes”, ZaoRV, 1998, pp. 47 y ss., id., “A uf dem Weg zu einem deutschen Vólkerstrafgesetzbuch - Entstehung vólkerrechtlicher Rahmen und wesentliche Inhalte”, ZRP 2002 p 9T id ‘‘Role and Function o f International Criminal Law in the Internatio­ nal System After the Entry into Forcé o fth e Rome Statute o fth e Interna­ tional Criminal Court", GYIL, 45 (2002), pp 35 y ss JOSÉ LUIS VALLARTA MARRÓN DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO P R E S E N T A C IÓ N F E R N A N D O S E R R A N O M I GA LLÓ N FACULTAD DE DERECHO UNAM EDITORIAL PORRÚA ARGENTINA 15 MÉXICO, 2006 C a p ít u l o 8 LA RESPO N SA B ILID A D INTERNACIONAL 8.1. INTRODUCCIÓN Algunos autores distinguen, con razón, que recientes desarrollos nos p erm iten diferenciar dos etapas en el D erecho Internacional; la p ri­ m era sería el D erecho Internacional tradicional o clásico y la segunda los desarrollos de nuestro tiem po.247 La lectu ra de diversos autores nos puede m o strar opiniones variadas sobre las épocas que h a vivido el De­ recho Internacional, p ero el tem a de la responsabilidad internacional de los E stados frente a la cuestión del uso de la fuerza arm a d a nos m uestra u n m om ento en la h istoria que bien puede ayudarnos a m arcar u n punto que nos p erm ita h a b la r de “antes"y "después". Efectivam ente, antes de la C arta de la ONU los E stados podían u s a r la fuerza arm ad a según sus propios criterios de “interés nacional", sin violar obligaciones internacionales, y p o r tanto, sin in c u rrir en responsabilidad internacio­ nal. Apenas existían com o lim itantes algunas reglas de La H aya sobre leyes y costum bres de guerra. Con la e n tra d a en vigor de la C arta de la ONU, quedó lapidariam ente prohibido el uso de la fuerza arm ad a (salvo las dos únicas excepciones previstas en la p ro p ia C arta) y los Estados p erd iero n el derecho tradicional de h a c er la guerra. Las violaciones que h a sufrido esa n o rm a no afectan su validez jurídica. Al hab lar de responsabilidad de los E stados nos referim os a las con­ secuencias jurídicas de los actos ilícitos de los Estados; a las obligacio­ nes de quienes h a n violado un deber incorporado en u n a n o rm a ju ríd i­ ca vinculante y a los derechos del E stado afectado p o r esa violación. P or ah o ra dejem os ap a rte la cuestión de la responsabilidad de los E sta­ dos p o r actos lícitos. 247 V é a s e C a s s e s e , Antonio, Internacional Law, Oxford 2001, capítulo 9, pp. 182-211. 221 U n iv e r s ity P re s s , N e w York, 222 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO 8.2. DOCTRINA CLÁSICA O TRADICIONAL E sta d o ctrin a se form ó p o r la costum bre y a través de laudos arbi­ trales. La Sociedad de las N aciones intentó codificar, sin éxito, la p rác ­ tica de los E stados sobre la m ateria, m ediante la C onferencia de la H aya de 1930. La preocupación entonces fue “la responsabilidad de los Estados p o r el tra to dado a los extranjeros”. E ra tal la preocupación de los E stados europeos p o r sus nacionales y sus bienes en el extranjero que a algunos no bastaba con que se g a ra n tiz a ra un tra to igual respecto de los nacionales, sino que preten d ían las llam adas “naciones civiliza­ das" que sus nacionales tuvieran u n a protección m ayor p a ra lo g rar p a ra ellos los estándares m ínim os de civilización. Conviene reco rd ar que, hasta los pactos Briand-Kellog y, a nivel m undial, h a sta la C arta de la ONU, la g u erra se concebía com o un derecho del E stado (ius ad bellum ); por tanto, un E stado víctim a de cualquier supuesto incum pli­ m iento de una obligación internacional p e rp e tra d a p o r otro E stado res­ pecto del trato debido a sus nacionales, o respecto de cualquier o tra m ateria, tenía el derecho de ad o p tar contra-m edidas dirigidas al E stado acusado de la violación, las cuales podían llegar al extrem o de rep re sa ­ lias arm adas, invasiones, ocupaciones y anexiones. No sólo eso, el ius ad bellum perm itía h a c er la g u e rra con base en cualquier interés del Estado. Bástenos reco rd ar las m últiples intervenciones sufridas p o r nuestro país p o r supuestas ofensas a extranjeros en territorio nacional; un ejem plo es la infam e "guerra de los pasteles" de 1837 a m anos de Francia p o r m altrato a un pastelero francés en México; en su tiem po, esa g u erra fue un caso típico de u n a represalia aceptable p a ra ese De­ recho clásico, felizm ente superado, p o r lo m enos en teoría. E ntendem os que “legítim a defensa” y "represalias” son nociones distintas; la p rim era es conform e a D erecho y tiene p o r fin rechazar una agresión, en tanto que la segunda es un acto ilegítimo p ara hacer una p re ­ tendida justicia p o r propia m ano, en violación del D erecho In tern acio ­ nal. Todavía podem os e n c o n trar autores que aceptan la legitim idad de represalias m ediante el uso de la fuerza, bien com o venganza ex post facto cuando se sufre un ataque (posición de Israel y de algunos juristas de ese país) o bien com o u n m edio p a ra obligar a un E stado a cum plir una obligación financiera, lo cual fue adm isible hasta la prohibición del uso de la fuerza incorporada en la C arta de la ONU.248 E n 1970, la Asam blea G eneral de la ONU declaró com o corolario del principio que 248 Véase A r e l l a n o G a r c í a , Carlos, Primer curso de Derecho Internacional Público, 5a ed., P orrúa, México, 2002, pp. 276-277. LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL 223 prohíbe el uso de la fuerza: “Los E stados tienen el deber de abstenerse de actos de represalia que im pliquen el uso de la fuerza".249 El punto al que querem os llegar con esta descripción de la doctrina clásica o tradicional es que con la e ra post N aciones Unidas, el interés de los Estados se am plía p a ra intentar codificar y desarrollar el Derecho Internacional de la responsabilidad internacional m ucho m ás allá de la protección de los nacionales y sus propiedades en el extranjero, p ara cu b rir toda violación a u n a obligación internacional p o r u n Estado. Con la prohibición de la am enaza o el uso de la fuerza incorporada en la C arta de las N aciones U nidas cam bió radicalm ente el D erecho Internacional. Así, el derecho de a d o p ta r contra-m edidas p o r el Estado víctim a se lim ita al ám bito económ ico, salvo el caso de la legítim a de­ fensa, restringida com o respuesta válida, única y exclusivam ente en caso de ataque arm ado, m uy diferente de las represalias arm ad as por su objetivo legítim o de rech azar la agresión. En el D erecho Internacional clásico, sólo el Estado e ra responsable p o r incum plim iento de obligaciones internacionales o violaciones al D erecho Internacional; sólo se aceptaba la responsabilidad colectiva, salvo el caso de crím enes internacionales com o la p ira tería y ciertos crím enes de guerra, si bien el castigo a individuos responsables de es­ tos crím enes sólo se hizo efectivo hasta la conclusión de la segunda g u erra m undial con los juicios de N urem berg y de Tokio. P osteriorm en­ te se desarrolló el D erecho que perm ite inculpar, procesar y sancionar a individuos. Ese tem a se tra ta rá en capítulo ap arte al estudiar la Corte Penal Internacional. 8.3. RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL POR ACTOS ILÍCITOS EN EL DERECHO INTERNACIONAL ACTUAL La nueva e ra post N aciones U nidas culm inó con la adopción p o r la A sam blea G eneral de la ONU de u n a resolución (56/83), con la que se tom ó nota del exitoso trab ajo de la Com isión de D erecho Internacional de la ONU sobre el tem a: “Responsabilidad del Estado p o r hechos inter­ n acionalm ente ilícitos”. Aún cuando el texto aprobado no llegue a in­ cluirse en un tratado, ten d rá im pacto en el D erecho Internacional y po­ siblem ente lo verem os com o base ju ríd ic a de sentencias y laudos arbitrales, adem ás de inform es y recom endaciones de otros procedi­ m ientos p a ra la solución pacífica de las controversias. 249 Véase D eclaración sobre los P rincipios de D erecho In tern acio n al referentes a las relaciones de am istad y a la co operación en tre los E stados de conform idad con la C arta de las N aciones U nidas [resolución 2625 (XXV) de la AGNU, de 24 de octubre de 1970], 224 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO La resolución adoptada y los trabajos que culm inaron con su adop­ ción, m ism os que se iniciaron desde la creación de la ONU, reflejan que a h o ra la preocupación de gobiernos y ju ristas es la responsabilidad de los E stados p o r incum plim iento de cualquier obligación internacional y no sólo los casos de protección de extranjeros y sus intereses. T ratadistas h a n distinguido en tre obligaciones prim arias y obligacio­ nes secundarias. Las prim arias serían las obligaciones de los E stados y otros sujetos del D erecho Internacional surgidas de cualquiera de las fuentes de ese D erecho. Con el incum plim iento de u n a obligación in ter­ nacional, surge una nueva relación ju ríd ic a en tre el E stado que violó su obligación y el E stado víctim a de ese acto ilícito; la nueva obligación de re p a ra r el daño, a cargo del E stado que incum plió su deber seria una obligación secundaria. Con base en esa útil distinción, hablarem os m ás adelante de normas prim arias y secundarias en el ám bito de la respon­ sabilidad de los E stados.250 Podem os identificar com o un principio fundam ental del tem a lo si­ guiente: Toda violación de un deber, p o r acción u om isión, establecido en u n a n o rm a de D erecho Internacional Público provoca u n a relación ju rídica nueva entre dos sujetos del D erecho Internacional; a uno de ellos es im putable la violación y p a ra el otro se crea el derecho a reci­ bir u n a reparación. La Corte Internacional de Justicia, en el caso de la fábrica de Chorzow, afirm ó que “es u n principio de D erecho In te rn a ­ cional, e incluso u n a concepción general del D erecho, que to d a viola­ ción de un com prom iso im plica obligación de re p a ra r”.251 La víctim a no tiene que ser necesariam ente u n Estado, pueden se r personas o bie­ nes protegidos p o r el D erecho Internacional.252 Cabe a c la ra r que cu a n ­ do un extranjero es la víctim a del incum plim iento de la obligación, aquél debe ag o tar todos los recursos internos, antes de que el gobierno de su Estado de origen pu ed a ad u cir que es víctim a in directa del in­ cum plim iento. 8.4. ELEMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL Son elem entos de la responsabilidad internacional: 1. Violación de una obligación prevista en el Derecho Internacional vi­ gente entre el Estado responsable y el perjudicado: 250 Vcase D e c a u x , E m m anuel, D roit Internacional Public, Dalloz, 3a e d . , 2002, Section 2, "L’application in ternationale du d roit internacional et la mise en je u de la responsabilité internationale", pp. 72 a 80. 251 Véase C P U , Serie A, no. 17, p. 29. 252 Véase O r t i z A h l f , L oretta, Derecho Internacional Público, E scuela Libre de D ere­ cho, 9a reim p. de la 2a ed., México, 2000, Colección Textos Jurídicos U niversitarios, Oxford U niversity Press, p. 148. LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL 225 2. El acto ilícito debe ser imputable al Estado, y 3. El daño debe ser identificado como consecuencia del acto ilícito. El daño no debe ser necesariamente patrimonial, pero aún así, un tribunal puede ordenar una reparación pecuniaria. Varios intem acionalistas h a n planteado la cuestión de la culpa, es decir, si se requiere la intención ilícita del funcionario cuya conducta se im puta al Estado.253 E n n u estra opinión, las reglas del D erecho Internacional no exigen el requisito de la m alicia, negligencia o im pericia del órgano del Estado al que puede im putarse la violación de la obligación y la responsabili­ dad. Puede com probarse que no es p ráctica de los tribunales interna­ cionales investigar la intención del funcionario o agente que causó el daño. Sí se h a n dado casos en que se declare responsable al E stado por erro res de juicio de sus agentes. Ciertas reglas del D erecho Internacio­ nal pueden establecer com o un elem ento de la responsabilidad la co­ rru p ció n de un órgano del Estado. Es pertinente rec o rd a r que cuando la Asam blea G eneral de la ONU se dio a la ta re a de definir la agresión, varias potencias occidentales, en tre ellas m iem bros perm anentes del Consejo de Seguridad, pretendie­ ro n que en la definición se incluyera com o elem ento determ inante del ilícito, la m ala intención del agresor p a ra obtener ciertas ventajas; pos­ teriorm ente, la Unión Soviética y sus satélites se u nieron a esa posición occidental. Todos ellos lleg aro n a d e c ir que un elem ento de la ag re­ sión e ra el an im u s aggressionis. Se p reten d ía, p o r ejem plo, que la in ­ vasión, en tre otros actos bélicos, fuera calificada de acto de agresión sólo si se llevaba a cabo p a ra ciertos fines ilícitos allí descritos, dejando a bierta la posibilidad de ad u cir que la intención era loable, tal como: la defensa de la población, la defensa de los derechos hum anos, la protec­ ción de un estado de derecho, de la dem ocracia, del socialism o, etc. E sa tesis fue rechazada. La Delegación de México fue la p rim era en pro n u n ciarse en co n tra.254 En el caso del Canal de Corfú, la C orte Internacional de Justicia (CIJ) declaró que la siem bra de m inas en el Canal no pudo haberse h e­ cho sin el consentim iento del G obierno de Albania. P or tanto, Albania incu rrió en u n a om isión y en negligencia al no advertir a em barcacio­ nes de terceros sobre la existencia de esos explosivos. Albania fue de­ c la rad a responsable y podem os considerar que la Corte no aplicó la teo ría de la culpa, sino m ás bien declaró una violación objetiva p o r ne­ Véase C a s s e s e , Antonio, o b ra citada, p. 187. E l au to r del p resen te trab ajo form ó p a rte de la D elegación que representó a co en el Comité de la Asamblea G eneral de la ONU que definió la agresión. 253 254 M é x i­ 226 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO gligencia del Gobierno, no de un funcionario, el cual debió notificar el peligro o inclusive im pedir el paso p o r u n a zona m arítim a m inada. N ó­ tese que la intención no fue tom ada en cuenta. Es interesante recordar, en este caso, que el Reino Unido, d em an­ dante en c o n tra de Albania, in ten tó tra s la d a r la c a rg a de la p ru eb a al dem andado, presum iéndolo culpable, salvo p ru e b a en co n trario . El Reino Unido adujo que cuando el dem andado tiene el control exclusivo del objeto que causó el daño, la carg a de la p rueba debe rec a e r sobre este últim o, según el principio usado en el D erecho anglosajón res ipsa loquitur. La CIJ no aceptó ese principio, en este caso. 8.5. DOCTRINA DEL ESTADO DE NECESIDAD Los tratad istas de antaño, com o se m encionó al principio de esta sección, razonaban de la siguiente m anera: si el E stado tiene facultad p a ra d eclarar y h acer la g u erra (actualm ente el D erecho Internacional niega esa facultad) tam bién debe esta r facultado p a ra proteger tem po­ ralm ente p o r la fuerza de las arm as algún interés vital.255 Hoy día es aceptable el uso de la fuerza arm a d a solam ente p a ra u n único estado de necesidad: la legítim a defensa en caso de ataque arm ado, ningún otro estado de necesidad puede aducirse válidam ente. En el proyecto de la Comisión de D erecho Internacional sobre Res­ ponsabilidad del Estado p o r hechos internacionalm ente ilícitos se inclu­ ye un artículo 25 que establece: 1. Ningún Estado puede invocar el estado de necesidad como causa de exclusión de la ilicitud de un hecho que no esté en conformidad con una obligación internacional de ese Estado, a menos que ese hecho: a. sea el único modo para el Estado de salvaguardar un ínteres esencial contra un peligro grave e inminente, y b. no afecte gravemente a un interés esencial del Estado o de los Esta­ dos con relación a los cuales existe la obligación, o de la comunidad inter­ nacional en su conjunto, 2. En todo caso, ningún Estado puede invocar un estado de necesidad como causa de exclusión de la ilicitud si: a. la obligación internacional de que se trate excluye la posibilidad de invocar el estado de necesidad, o b. el Estado ha contribuido a que se produzca el estado de necesidad.256 255 Véase J im é n e z d e A r é c h a g a , E duardo, Responsabilidad internacional, M anual de Derecho Internacional Público, editado p o r S o r e n s e n , Max, F ondo de C ultura E conóm i­ ca, México, 2000, p. 515. 256 Véase Derecho Internacional, Tratados y otros D cum entos, Ciencias Jurídicas, M cGraw-Hill, M adrid, 2001, p. 300. LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL 227 E n el D erecho Internacional contem poráneo, respecto del uso de la fuerza arm ada, el llam ado estado de necesidad debe concebirse y apli­ carse dentro de las lim itaciones y en el m arco del derecho a la legítim a defensa incorporado en al artículo 51 de la C arta de la ONU. El inciso a) del p á rra fo 1. del artículo tra n sc rito req u iere u n a in terp retació n ap eg ad a a las norm as de la Convención de Viena sobre el D erecho de los tratados, pues la salvaguarda de un peligro grave e inm inente, con m ala fe, puede interp retarse com o un supuesto derecho a la defensa preventiva. Cuando u n grupo de terro ristas tom ó p o r la fuerza u n avión civil de Israel (delito sancionado p o r el D erecho Internacional) y obligó a los pilotos a a te rriz ar en Uganda, en donde los terro ristas co ntaron con u n a evidente tolerancia del G obierno de ese país africano (responsable p o r esa tolerancia de incum plim iento de u n a obligación internacional); u n com ando israelí aterrizó en U ganda y liberó a los rehenes, haciendo uso de la fuerza arm ad a que m uchos consideraron ilegal cuando el caso fue objeto de debate en la Asam blea G eneral de la ONU. Creem os que u n a lectura objetiva del artículo tran scrito del proyecto de la Comi­ sión de D erecho Internacional, de sólido valor doctrinario, confirm a la tesis de que no se dio el estado de necesidad aducido p o r Israel, pues h ab ía otros m edios p a ra resolver la situación y existe un interés en la com unidad internacional p a ra restrin g ir el uso unilateral de la fuerza, y p a ra conservar a la soberanía de u n E stado com o un valor suprem o que el D erecho debe salvaguardar. No obstante, aceptam os que es difí­ cil la interpretación de las nociones interés esencial y peligro grave e in­ minente; p o r algo en el texto de la Com isión de D erecho Internacional se hace hincapié en que las m edidas adoptadas en u n estado de necesi­ dad sean el único m odo p a ra salvaguardar los intereses esenciales p ro ­ tegidos. A p e sar de las m uchas nociones restrictivas, habrem os de ser testigos del m al uso de esas instituciones jurídicas concebidas p a ra re s­ guardo de los propósitos y principios de las N aciones U nidas y no p ara su debilitam iento. Independientem ente del evidente crim en internacional sufrido por Israel y de la justificación m oral p a ra a c tu a r en defensa de sus ciudada­ nos, resu lta difícil en m a rca r el caso en la institución de la legítim a de­ fensa p a ra justificar la violación de la soberanía de U ganda y el uso de la fuerza p o r u n ejército extranjero, con base en una tolerancia o com ­ plicidad de las autoridades de ese país. E n p a rticu la r los países de Afri­ ca co ndenaron en la Asam blea G eneral de la ONU la acción de Israel. La cuestión que siem pre se rá objeto de debate, es si el secuestro y des­ vío de un avión es el supuesto ju ríd ic o previsto en el artículo 51 de la C arta de la ONU que reconoció el derecho a la legítim a defensa en caso de ataque arm ado. 228 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO Tam bién debem os to m ar el cuenta que el artículo tran scrito dispo­ ne que el hecho ejecutado en el contexto del “estado de necesidad" "no afecte gravem ente a un interés esencial del E stado o de los E stados con relación a los cuales existe la obligación, o de la com unidad internacio­ nal en su conjunto". E n el caso analizado, podem os afirm ar, aún reco­ nociendo el interés legítim o de Israel de resc a ta r a sus ciudadanos, que los m edios em pleados violaron u n interés esencial de la com unidad in­ ternacional en su conjunto; nos referim os al cum plim iento de la norm a de ius cogens que p rohíbe a los E stados el uso de la fuerza arm ad a, m áxim e que existían otros m edios. (Véase supra 5.2.1. Protección diplo­ m ática y 11.10, legítim a defensa y protección de los nacionales en el exterior). La intervención del R epresentante de Israel en el Consejo de Segu­ rid ad de la ONU fue vehem ente y citó d o ctrin a y laudos arbitrales en defensa de la acción arm ad a israelí. Su argum entación nos sirve p ara d enunciar la p rática de gobiernos y doctrinarios que utilizan casos a n ­ teriores a la ONU sin to m ar en cuenta que g ran p a rte de D erecho In te r­ nacional an terio r a la C arta de la ONU h a dejado de ten e r validez, sobre todo el relativo al uso de la fuerza arm ada. Veam os un ejem plo: el Re­ p resentante de Israel citó al profesor D.W. BOWET quien afirm a en su li­ b ro Self-Defence in Internacional Law: El derecho de un Estado a intervenir por medio de la amenaza o el uso de la fuerza para proteger a sus nacionales que son víctimas de daños en el te­ rritorio de otro Estado ha sido admitido generalmente, tanto en los escritos de los juristas como en la práctica de los Estados. En el arbitraje entre Gran Bretaña y España en 1925, en una de las de­ cisiones conocidas como "reclamaciones en la zona española de Marrue­ cos”, el Juez Huber, como ponente de la Comisión declaró: "Sin embargo, no puede negarse que en cierto momento el interés de un Estado en brin­ dar protección a sus nacionales y a sus propiedades puede prevalecer sobre la soberanía territorial, aún en defecto de disposiciones convencionales. Sólo sus límites son controvertidos”.257 Ciertam ente, a la luz de lo dispuesto p o r la C arta de la ONU, la últi­ m a frase del Juez H uber, a rrib a tran scrita, nos parece u n a herejía, pues llega al extrem o de p o n er u n a d o ctrin a p o r encim a de disposiciones convencionales; pero en fin, com prendam os que antes de la ONU esa te ­ sis pudo haber tenido validez; lo que resulta inadm isible es re c u rrir a ella p a ra in ten tar justificar u n a acción o c u rrid a en la e ra de las N acio­ nes Unidas. 257 V éase D oc. UN, S/PV, 1976. LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL 229 8.6. RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL DEL ESTADO POR ACTOS DE LOS ÓRGANOS LEGISLATIVOS H ay acuerdo en que el E stado incurre en responsabilidad si la legis­ lación nacional es incom patible con el D erecho Internacional o si no tom a m edidas legislativas necesarias p a ra el cum plim iento de sus obli­ gaciones internacionales. El G obierno del E stado de Nueva York pretendía c o b ra r im puestos prediales al C onsulado G eneral de México en esa ciudad. Cuando el G obierno de México pidió la exención de im puestos con base en la Con­ vención de Viena sobre Relaciones Consulares, el G obierno del Estado de Nueva York adujo que el G obierno Federal de E stados Unidos de Am érica no h ab ía ratificado esa Convención ni prom ulgado legislación al respecto. El G obierno de México sostuvo que existía u n D erecho con­ suetudinario que fue codificado en la Convención citada y que, p o r ta n ­ to, el Consulado de México en N ueva York tenía derecho a la exención de ese y otros im puestos. Se instruyó al Consulado m exicano en Nueva York p a ra que se abstuviera de p a g a r el im puesto predial. El G obierno de México sostuvo que el cobro de esos im puestos era u n a violación de u n a obligación internacional; podem os afirm ar que, en ese caso, el Go­ bierno Federal de EUA estaba en falta p o r no h a b e r tom ado m edidas le­ gislativas p a ra que los E stados de esa federación a c tu a ra n conform e al D erecho Internacional, pues existía u n a indudable "costum bre interna­ cional” que p ro b ab a "una p ráctica generalm ente aceptada com o D ere­ cho”.258 Tiem po después, el G obierno Federal de EUA ratificó la Conven­ ción de Viena y se solucionó el problema.259 Cuando la Convención de la ONU sobre el D erecho del M ar de 1983 en tró en vigor y se estableció la zona económ ica exclusiva, se dieron ca­ sos de E stados que reclam aron jurisdicciones no contem pladas en esa nueva institución del D erecho del M ar. El T ribunal Internacional del D erecho del M ar, establecido p o r la citada Convención, recibió en 1998 u n caso incoado p o r San Vicente y las G ranadinas p o r la detención por autoridades de G uinea de un buque de su pabellón. La legislación de G uinea, base de la detención del buque, establecía u n a jurisdicción a d uanal en la zona económ ica exclusiva co n traria al D erecho In tern a­ cional; el T ribunal consideró ilegal la detención del buque. El punto que nos interesa es la incom patibilidad de u n a legislación nacional con el D erecho Internacional; el Tribunal, al co n d en ar a Guinea al pago de 258 Véase artículo 38 del E statu to de la CIJ. 259 C uando se planteó este caso, el a u to r del p resente trab ajo e ra funcionario adscrito a la M isión P erm anente de M éxico en la ONU en N ueva York, y fue in stru id o p a ra aseso­ r a r al C onsulado G eneral de México en esa ciu d ad sobre esa m ateria. 230 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO u n a com pensación, claram ente indicó que ese E stado había violado en este caso varias obligaciones internacionales: los legisladores y la adm i­ nistración pública p o r h ab er puesto en vigor u n a ley incom patible con el D erecho Internacional, y las fuerzas navales p o r h a b e r detenido un buque sin fundam ento en el D erecho Internacional. E n este caso fueron varios los órganos del Estado los que hicieron que éste incurriera en re s­ ponsabilidad, pues inclusive u n tribunal de G uinea h ab ía sentenciado al capitán del buque al pago de u n a cuantiosa m ulta y ordenado la confis­ cación del buque en g aran tía del pago, todo ello en contravención de lo dispuesto p o r el D erecho del M ar respecto de la jurisdicción del Estado ribereño en la zona económ ica exclusiva. La aprobación de una ley incom patible con el D erecho In tern acio ­ nal puede d ar pie a u n a queja p o r otro E stado que sea victim a poten­ cial, aún cuando esa ley no le haya sido aplicada. 8.7. ACTOS DE FUNCIONARIOS DEL PODER EJECUTIVO Respecto de los actos de funcionarios del poder ejecutivo, no se ha planteado problem a y desde hace m ucho tiem po se h a aceptado que sus actos com prom eten la responsabilidad del Estado. R especto de casos en que u n funcionario actúa fuera de sus atribu­ ciones (en el D erecho Internacional esa actuación se conoce com o ac­ tos ultra vires) hay acuerdo en que tal actuación sí com prom ete la res­ ponsabilidad del gobierno del funcionario y, p o r tanto, la víctim a ten d ría derecho a u n a reparación. E sa tesis fue sostenida p o r la Confe­ rencia de Codificación de La Haya. P ara el caso descrito en el párrafo anterior, sí se requiere que p o r lo m enos el acto tenga la aparien cia del ejercicio de funciones oficiales. No sería el caso del funcionario que con in dependencia de su cargo y atrib u cio n es viola u n a obligación in­ ternacional. E n este caso, la violación a la n o rm a obliga al gobierno del funcionario a a d o p tar m edidas correctivas, d a r u n a satisfacción o a re ­ p a ra r el daño, si fuere el caso.260 Hay acuerdo en que u n Estado in cu rre en responsabilidad p o r los actos de sus funcionarios. Algunos autores distinguen, con razón, las consecuencias del acto según la je ra rq u ía del funcionario. N adie pone en duda que un acto de un Jefe de Estado es im putable al gobierno y, p o r tanto, al Estado. Al d escen d er en la escala je rá rq u ic a de los fun­ cionarios, necesariam ente se llega al caso del funcionario m en o r cuyos 260 Véase L ó p e z - B a s s o l s , H erm ilo, Derecho Internacional Público Contemporáneo, P orrúa, México 2001, p. 102. LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL 231 actos no pueden ser im putables directam ente al Estado. E n este caso, la responsabilidad del E stado es im putable sólo si el gobierno no c o rri­ ge o rep a ra el daño causado p o r el funcionario m enor. No obstante lo anterior, tam bién existe la tesis de que si el funcionario m enor actúa en el ejercicio de sus funciones y en violación del D erecho Internacional, la responsabilidad es im putable al Estado. E sta tesis se com prende m e­ jo r si se piensa en algún incidente fronterizo violatorio del Derecho Internacional que produce m uertos y heridos. El nivel jerárq u ico m e­ n o r del a u to r del acto, p o r ejem plo, un sh eriff de bajo rango, difícilm en­ te podría aducirse com o excluyente de responsabilidad. 8.8. ACTOS DEL PODER JUDICIAL E n un E stado dem ocrático el poder judicial tiene independencia to­ tal respecto del Poder Ejecutivo, sobre todo p o r lo que se refiere a la autonom ía de los jueces al ad o p tar sus decisiones. Lo an terio r provocó u n a tesis, que no prevalece en nuestros días, según la cual, los actos del Poder Judicial violatorios del D erecho Internacional no com prom eten la responsabilidad del E stado. Podem os afirm ar que actualm ente se considera que la independencia del poder judicial es irrelevante p ara los efectos de la responsabilidad del E stado, p o r ejem plo, si un juez nie­ ga la inm unidad a u n diplom ático, el E stado incurre en responsabilidad y el p o d er Ejecutivo estaría obligado a re p a ra r el daño, ofreciendo dis­ culpas al gobierno del diplom ático, restau ran d o (en la m edida de lo po­ sible) la inm unidad violada y reconociendo el ilícito internacional. En el caso de responsabilidad del E stado p o r actos del poder ju d i­ cial, debe h ab er u n a violación de! D erecho Internacional, no b astaría u n e rro r de hecho o de derecho del tribunal que afectara, p o r ejemplo, los derechos de un extranjero. En u n a Conferencia de Codificación de 1930, se reconoció que el E stado in cu rre en responsabilidad internacio­ nal com o resultado de u n a sentencia judicial firm e, no sujeta a apela­ ción, que sea obviam ente incom patible con las obligaciones internacio­ nales del E stado. Se requiere u n a violación m anifiesta del D erecho Internacional h echa con m ala fe. P or ejem plo, discrim inación contra extranjeros p o r u n tribunal. Pero no caigam os en el e rro r de los juristas de an tañ o que se co ncentraban en la protección de los extranjeros; p o ­ dem os en c o n trar m uchos ejem plos de violación del D erecho Internacio­ nal p o r el p o d er judicial que com prom eterían la responsabilidad in ter­ nacional del Estado: un juez que d a un fallo en violación de un convenio de la O rganización Internacional del Trabajo vinculante p ara su país, o que apoya el establecim iento de u n a fábrica en violación de un convenio de c a rá c te r am biental del que el E stado es parte. 232 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO 8.9. ACTOS DE LAS AUTORIDADES LOCALES EN UNA FEDERACIÓN Los actos violatorios de obligaciones internacionales de los gobier­ nos locales de u n a federación, com prom eten la responsabilidad del Estado. El G obierno de México som etió a la CIJ el caso Avena y otros (Méxi­ co vs. EUA) porque autoridades locales del E stado dem andado no cum ­ plieron con lo dispuesto en el artículo 36 de la Convención de Viena so­ bre relaciones consulares, que obliga a inform ar a todo detenido extranjero, sin dilación, de su derecho a la protección consular. El caso fue dram ático, porque los procesos en los que se había violado esa for­ m alidad esencial del procedim iento (due process o f law) resu ltaro n en penas capitales p a ra 51 m exicanos. La C orte declaró que EUA había violado sus obligaciones internacionales, a u n cuando las om isiones h ab ían sido h echas p o r los gobiernos locales y no p o r el gobierno fe­ d eral de ese país. Según la sentencia EUA debe revisar los procesos en cuestión.261 8.10. DENEGACIÓN DE JUSTICIA La denegación de justicia es u n a institución desarrollada p a ra p ro ­ teger a los extranjeros. Según esta institución, si el juez de u n Estado no hace justicia a un extranjero, éste ten d ría títulos jurídicos válidos p a ra ped ir protección diplom ática a su gobierno. El ju rista holandés H U G O G r o c i o distinguió entre denegación de justicia, cuando no se ob­ tiene un fallo y desafío a la justicia, cuando el fallo es evidentem ente co n trario al Derecho. Otros autores distinguen tres situaciones: 1. P or violación d irecta del órgano judicial de u n a obligación in ter­ nacional (por ejem plo la no aplicación de un tratad o internacional vi­ gente p a ra el E stado del juez). 2. Por el hecho de que u n juez o tribunal se niegue a recibir la d e­ m anda de u n extranjero o dé trám ite a la m ism a con retraso excesivo e injustificado. 3. Por u n a sentencia o resolución judicial m anifiestam ente inadm i­ sible desde el punto de vista de su contenido.262 Se considera que u n a excesiva dem ora p a ra d ictar sentencia es ya 261 Véase com unicado de p re n sa de la CIJ 2004/16 o la sentencia que figura en la p á ­ gina de in tern et de la Corte. 262 Véase P a s t o r R i d r u e j o , José A., Curso de Derecho Internacional Público y organi­ zaciones internacionales, 8a ed., Tecnos, M adrid, 2002, p. 533. LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL 233 u n a form a de denegación de justicia. No obstante, salvo casos extre­ m os, es m uy difícil ad u cir esa denegación, pues el Estado acusado de h ab er incurrido en responsabilidad internacional p o r ese motivo podrá siem pre ad u cir que el asunto se en cuentra sub judice, o sea, som etido a los tribunales y pendiente de resolución, y que u n eventual rezago en la im partición de justicia es u n problem a adm inistrativo que deben sufrir p o r igual extranjeros y nacionales. EUA h a sostenido en varios casos que se in cu rre en denegación de justicia p o r sentencias injustas, cuando no se siguen las form alidades esenciales del procedim iento y la co rrecta aplicación del D erecho sus­ tantivo. R ecordem os que cuando el presidente L ázaro C árdenas nacio­ nalizó el petróleo, lo hizo, entre o tras razones, porque las com pañías am ericanas e inglesas se negaron a cum plir u n a decisión de la Supre­ m a C orte de Justicia de la N ación en m ateria laboral, aduciendo una sentencia injusta y, p o r tanto, denegación de justicia. E n n u e stra opinión, sólo procede denegación de justicia p o r ausen­ cia de fallo y no cuando el país del extranjero afectado invoca tal dene­ gación p o r co n sid erar que la sentencia fue injusta, pues acep tar que existe en ese caso denegación de justicia, equivale a reconocer a gobier­ nos extranjero atribuciones p a ra ju zg a r los fallos de tribunales naciona­ les. Desde luego, esta tesis no im pide que gobiernos extranjeros aduz­ can lo que estim en pertinente p o r la vía diplom ática en defensa de los intereses de sus nacionales o que o c u rra n a instancias o tribunales in­ ternacionales, si estos tienen com petencia p a ra el caso. Existen o tras opiniones. En el asunto de Barcelona Traction, som eti­ do a la CIJ, el G obierno español adujo que se daba denegación de ju sti­ cia p o r sentencias m anifiestam ente injustas si: a) se daba un elem ento subjetivo de m ala fe e intención discrim inatoria p o r p arte del juez; b) si la decisión se adop ta en últim a instancia y puede decirse que ya se ago­ taro n todos los recursos del D erecho interno, y c) si la violación del De­ recho interno es flagrante e inexcusable.263 8.11. RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL DEL ESTADO POR ACTOS DE LOS PARTICULARES Desde tiem pos del ju rista holandés H ugo Grocio se aclaró que la responsabilidad del E stado p o r actos de los p articulares sólo se d a por com plicidad gubernam ental con u n delincuente. Conviene reco rd ar que tan to en la definición de la agresión ap ro b ad a p o r la Asam blea G eneral de la ONU com o en la D eclaración sobre los Principios de Derecho 263 V éase CIJ, M em oires, P laiáoires e t D o c u m e n ts, p. 507. 234 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO Internacional referentes a las relaciones de am istad y a la cooperación entre los Estados, de conform idad con la C arta de las N aciones Unidas, tam bién apro b ad a p o r dicha Asamblea, pueden leerse párrafo s que in­ volucran la responsabilidad de los E stados p o r com plicidad o apoyo a fuerzas irregulares que com etan actos de agresión u otros usos ilegíti­ mos de la fuerza a rm ad a.264 A ctualm ente se acepta que un Estado es responsable si tolera la de­ lincuencia y no cum ple con su deber internacional de d a r protección a todos, incluidos los extranjeros. Se dice que el E stado es responsable en este caso p o r no ejercer la diligencia debida. Varios laudos arbitrales y sentencias judiciales reconocen culpa y responsabilidad p o r om isión cuando el gobierno tolera actos que, im pu­ tables al E stado que los perm ite, constituyen u n a violación del D erecho Internacional, aun cuando los actos hayan sido ejecutados p o r p a rticu ­ lares. Por ejem plo, la tom a de diplom áticos de Estados Unidos de Amé­ rica com o rehenes p o r tu rb as violentas en Irán, con la evidente to leran ­ cia del gobierno, com prom etió la responsabilidad del Estado. Varios autores describen esa tolerancia com o la falta de u n a diligencia obliga­ toria p o r p arte de los gobiernos.265 Sobre el caso p a rticu la r m encionado en el párrafo precedente, la CIJ, en el asunto del "Personal diplom ático y consular de los Estados Unidos en T eherán”, sentencia del 24 de m ayo de 1980, estableció que: ... el 4 de noviembre de 1979, el gobierno de Irán dejó de tomar por com­ pleto las "medidas apropiadas" a fin de proteger los locales, el personal y los archivos de la Misión de los Estados Unidos contra el ataque de los mi­ litantes y no hizo nada para prevenir este ataque o ponerle término. De­ muestran también que, el 5 de noviembre de 1979, el Gobierno de Irán dejó igualmente de tomar las medidas apropiadas para proteger los consu­ lados de los Estados Unidos en Tabriz y Chiraz. Demuestran en fin, en opi­ nión de la Corte, que la carencia del gobierno de Irán se debió más que a una simple negligencia o a (sic) una simple falta de medios.266 Cuando un E stado apoya fuerzas irregulares en otro Estado, ade­ m ás de in cu rrir en responsabilidad internacional p o r violación a los principios y norm as vinculantes de la C arta de la ONU relativas a la prohibición del uso de la fuerza, ese Estado puede in c u rrir en respon­ sabilidad p o r los actos de las fuerzas irregulares p o r él apoyadas, violatorios de derechos hum anos o del D erecho Internacional hum anitario 264 V éanse Resoluciones 3314 (XXIX) del 14 de diciem bre de 1974 y 2625 (XXV), del 24 de octubre de 1970, de la Asam blea G eneral de la ONU. 265 Véase R o d r í g u e z C a r r i ú n , A lejandro, Lecciones de Derecho Internacional Público, 4a ed., Tecnos, M adrid, 2001, p. 348. 266 Véase CIJ, Recueil, 1980, pp. 28-31. LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL 235 aplicable a los conflictos arm ados. P ara ello se requiere que el Estado que b rin d a ese apoyo ilegal, tenga adem ás, un dom inio efectivo sobre las fuerzas irregulares y sobre las operaciones violatorias del Derecho antes m encionado. E n el asunto de las actividades militares y paramilitares en Nicaragua y contra ésta (N icaragua vs. EUA), la CIJ declaró, res­ pecto de la responsabilidad de EUA p o r actos de los “contras : Para que la responsabilidad internacional de estos últimos [EUA] se vea comprometida, debería en principio probarse que éstos tenían el control efectivo de las operaciones militares o paramilitares, en el curso de las cua­ les las violaciones en cuestión se habrían producido.267 8.12. DAÑOS POR GUERRAS CIVILES Los países de la A m érica L atina h a n suscrito tratad o s que no reco­ nocen o, m ás bien dicho, descartan responsabilidad internacional por daños a terceros p o r u n a g u erra civil. Con base en laudos arbitrales, puede afirm ase que la m ayoría de los gobiernos reconocen responsabi­ lidad p o r daños a terceros resultantes de guerras civiles, pero sólo, si el gobierno in cu rre en om isión p o r no ejercer la debida diligencia p ara evitar esos daños. Algunos tratadistas, con base en laudos arbitrales y en doctrina, aseguran que en caso de u n a revolución que triunfa, el nuevo gobierno revolucionario debe responder p o r daños a terceros. La historia m exi­ cana es rica en ejem plos pues, después de la Revolución M exicana, se form aron com isiones de reclam aciones p a ra estudiar las quejas de ter­ ceros, principalm ente de E stados Unidos. Ello significa, que en p rinci­ pio, aceptam os aten d er esas quejas. 8.13. NATURALEZA Y ALCANCE DE LA REPARACIÓN Cabe re c o rd a r que en el a rtícu lo 36 del E statuto de la Corte In te r­ nacional de Justicia, se prevé la aceptación de la ju risd icció n de ese trib u n a l p a ra d ecid ir sobre “la n a tu ra le z a o extensión de la rep a ra ció n que h a de hacerse p o r el quebrantam iento de u n a obligación in tern a­ cio n al”. La reparación puede consistir en el pago de u n a cantidad en efecti­ vo o en la entrega de ciertos bienes. La reparación puede no ten er ca­ rá c te r económ ico y lim itarse a una explicación, disculpa o satisfacción. Con base en laudos arbitrales, puede afirm arse que es m uy difícil obte­ n e r rep aració n p o r perjuicios, p o r lucro cesante. Los tribunales a rb itra­ 267 V éase CIJ, R ec u eil, 1986, pp. 64 y 65. 236 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO les se h a n enfrentado a reclam aciones p o r peijuicios dem asiado espe­ culativas. Al respecto hay u n a g ra n controversia. Cuando las fuerzas de la OTAN bom bardearon la E m bajada de la Re­ pública P opular de C hina en B elgrado, en un m ensaje transm itido p o r el D epartam ento de E stado de los EUA a las autoridades chinas el 6 de julio de 1999, el gobierno estadounidense reconoció que ese bom bardeo había sido u n e rro r y u n trágico incidente, p o r lo que ofreció u n pago inm ediato a las víctim as, aclarando "que el pago será totalm ente volun­ tario y no com porta el reconocim iento de cualquier responsabilidad ju ­ rídica...". Si la acción m ilitar de EUA y de la OTAN hubiera sido au to ri­ zada p o r el Consejo de S eguridad de la ONU, el bom bardeo p o r e rro r no h u b iera sido im putable al E stado y la explicación d a d a h u b iera sido un acto de cortesía ex gratia y no el cum plim iento de u n a obligación bajo la form a de u n a u n a reparación, pero en este caso particular, aún sin el reconocim iento de responsabilidad p o r EUA, podem os afirm ar que ese país y la OTAN in cu rriero n en responsabilidad no sólo p o r el bom bardeo de la E m bajada de China, sino p o r el uso de la fuerza a r­ m ada en contravención a lo dispuesto en la C arta de la ONU.268 8.14. RECLAMACIONES DE LOS ESTADOS POR VIOLACIONES DE LOS DERECHOS DE SUS NACIONALES EN EL EXTRANJERO Al h a c er estas reclam aciones, los gobiernos suelen ad u cir la obliga­ ción que ellos tienen de b rin d a r protección a sus nacionales en el ex­ tranjero. En la actualidad se h a lim itado el D erecho de los E stados de b rin d a r esa protección a sus nacionales. La gestión m ás aceptable en este ám bito es la protección consular en caso de detención o privación de la libertad de u n extranjero. La protección consular se lim ita a velar p o r el respeto a los derechos hum anos, p o r el derecho a un abogado defensor y, en general, p o r el cum plim iento de las form alidades del procedim iento aplicable a esa acción penal; ello puede hacerse m edian­ te la contratación de u n abogado p a ra suplir eventuales deficiencias de un defensor de oficio en u n proceso penal co n tra un nacional. Es aceptado el principio de que las reclam aciones en nom bre de los nacionales sólo pueden presentarse válidam ente, cuando el derecho de un a persona h a sido afectado directam ente p o r u n acto del gobierno en violación del D erecho Internacional y cuando la actitud de los trib u n a­ les nacionales perm iten aducir denegación de justicia. 268 Véase G o n z á l e z C a m p o s , Julio D „ S á n c h e z R o d r í g u e z Luis I. y S á e n z d e S an ta M aría, Paz Andrés. Materiales de prácticas de Derecho Internacional Público, 3a ed., Tecnos, M adrid, 2002, pp. 253 y 254. LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL 2 37 El G obierno de México h a incoado en la Corte Internacional de Justicia un caso (Avena y otros; M éxico vs. EUA) porque las autoridades de EUA h a n violado, en 52 casos penales contra m exicanos sentencia­ dos a la pena capital, la obligación que im pone el artículo 36 de la Con­ vención de Viena sobre Relaciones Consulares, de la cual son partes tan to México com o EUA, de notificar a todo detenido extranjero su de­ recho de com unicarse con su cónsul.269 (Véase 8.9 supra.) 8.15. AGOTAMIENTO DE LOS RECURSOS LOCALES Y CLÁUSULA CALVO La Corte Internacional de Justicia h a reconocido que u n gobierno extranjero no debe p rese n tar reclam aciones en defensa de los intereses de sus nacionales, hasta que se agoten todos los recursos locales que b rin d a n protección a ese extranjero. La Corte reconoció que esa tesis es D erecho Internacional consuetudinario. La cláusula Calvo es u n a estipulación p actad a en un contrato entre u n extranjero y un gobierno, de acuerdo con la cual, el extranjero con­ viene en no acu d ir al gobierno de su nacionalidad p a ra que le brinde p rotección respecto de conflictos que p u ed an surgir en relación con el cum plim iento, aplicación o interpretación del contrato. Algunos gobier­ nos h an aducido que la cláusula Calvo no obliga a los gobiernos a re ­ n u n ciar a su derecho de ejercicio obligatorio de d a r protección a sus nacionales en el extranjero. Con base en laudos arbitrales» puede afir­ m arse que la cláusula Calvo tiene validez y que el argum ento contenido en el párrafo a n te rio r es inadm isible. No obstante lo anterior, y a pesar de la existencia de la cláusula Calvo, si se d a u n a denegación de ju sti­ cia, puede invocarse la protección diplom ática. La Corte P erm anente de Justicia Internacional, en el "caso de las concesiones M avrom m atis en P alestina”, decidió: Es un principio elemental del Derecho Internacional el que autoriza al Estado a proteger a sus nacionales lesionados por actos contrarios al Dere­ cho Internacional cometidos por otro Estado, del que no han podido obte­ ner satisfacción por las vías ordinarias. Al encargarse de la causa de uno de los suyos, al poner en movimiento en su favor la acción diplomática o la acción judicial internacional, este Estado hace valer, a decir verdad, su propio derecho, el derecho que tiene a hacer respetar en la persona de sus súbditos el Derecho Internacional.270 269 Véase página de in tern et de la CU: http://w ww .icj-cij.org 270 Véase CPJI, Serie A, no. 2, p. 12. 238 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO 8.16. PROYECTO DE ARTÍCULOS DE LA COMISIÓN DE DERECHO INTERNACIONAL DE LA ONU SOBRE RESPO N SA BILID A D D EL ESTADO PO R H E C H O S INTERNACIONALMENTE ILÍCITOS La Asam blea G eneral de la ONU aprobó, d u ran te el quincuagésim o sexto periodo ordinario de sesiones, la resolución 56/83, en la que, en­ tre otras cosas, recibió con beneplácito el proyecto de artículos de la Comisión de Derecho Internacional sobre la responsabilidad del Estado p o r hechos internacionalm ente ilícitos; tom ó nota de la conclusión de ese trabajo y lo som etió a los gobiernos, dejando pendiente su ap ro b a­ ción u otras m edidas, que se co nsiderarán en futuros periodos de sesio­ nes. La expresión “proyecto de artículos" es de uso frecuente en la cita­ da Com isión al som eter u n texto a la Asam blea G eneral de la ONU, con el fin de p erm itir a la Asam blea decidir lo relativo a la form a y denom i­ nación del docum ento: tratado, declaración de principios, código de conducta, etcétera. A p e sar de su estatuto prelim inar, el proyecto de artículos ya se re­ produce en recopilaciones de tratad o s y otros docum entos de valor p a ra el estudio del D erecho Internacional.271 Independientem ente del destino que le dé la Asam blea G eneral de la ONU, aún con su c arácter actual, tribunales internacionales p o d rán usarlo com o fuente auxiliar del D erecho Internacional p o r su condición de d o ctrin a consensuada p o r ju ristas oficialm ente designados p o r sus gobiernos y elegidos p o r la Asam blea G eneral de la ONU, p a ra cooperar en el cum plim iento de sus atribuciones en el ám bito del desarrollo y la codificación del D erecho Internacional [artículo 13, inciso a), de la C arta de la ONU]. El proyecto de artículos de la Com isión de D erecho Internacional de la ONU (en adelante "el proyecto”) confirm a que todo hecho in tern a­ cionalm ente ilícito del E stado g enera su responsabilidad; en cuanto a los elem entos de ese ilícito, reconoce: a) u n a acción u om isión atribuible al Estado y b) que constituya u n a violación de una obligación in ter­ nacional [Arts. 1 y 2], La calificación del hecho com o ilícito, según el proyecto, co rres­ ponde al D erecho Internacional y no al D erecho interno [Art. 3]. Por ejemplo, al m om ento de re d a c ta r este texto el Presidente de EUA había recibido autorización de su Congreso p a ra h acer uso de la fuerza arm a ­ da co n tra Irac, y am enazó con a c tu a r unilateralm ente c o n tra ese país si el Consejo de Seguridad no autorizaba el uso de la fuerza p a ra d esar­ m arlo; EUA cum plió su am enaza y, ju n to con el Reino Unido de la G ran 271 Véase Derecho Internacional, textos y otros docum entos, M cGraw-Hill, M adrid 2 0 0 1 , p p . 2 9 7 -3 0 5 . LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL 239 B re ta ñ a e Irla n d a del N orte, invadió Ira c en m arzo de 2003, en viola­ ción de la C arta de la ONU. El proyecto confirm a que esa ''autorización" del Congreso de EUA es irrelevante desde el punto de vista del Derecho Internacional. El proyecto de la Com isión tiene una g ran virtud. Como observa­ m os anteriorm ente, en otras épocas, cuando se hablaba de responsabili­ dad de los Estados, era frecuente que los tratadistas m ás reconocidos de países desarrollados fijaran su atención casi exclusivam ente en dos cuestiones: la responsabilidad en caso de expropiación de em presas extranjeras y daños a sus nacionales en el extranjero.272 La Comisión am plió la m ira y llevó el proyecto al tem a de la responsabilidad de los Estados en general p o r hechos ilícitos y hasta p o r violaciones graves de obligaciones em anadas de norm as im perativas de D erecho Internacio­ nal general. Puede o c u rrir que si la Asam blea G eneral opta p o r a p ro b a r un tra ­ tado m ediante la convocatoria de u n a conferencia, o si se constituye en conferencia p a ra a p ro b ar un tra tad o en la m ateria con base en el p ro ­ yecto de artículos de la Comisión, éste nu n ca llegue a e n tra r en vigor, al m enos entre las potencias m ilitares del orbe, que necesariam ente tie­ nen poco interés en la codificación y el desarrollo del D erecho In te rn a ­ cional en el ám bito de la responsabilidad p o r violaciones a las disposi­ ciones de la C arta de la ONU, relativas a la prohibición del em pleo de la fuerza a rm a d a.27* Los debates en la Sexta Comisión de la Asam blea Ge­ neral de la ONU indican esa tendencia negativa.274 En sus observaciones sobre el proyecto, EUA adujo que e ra conveniente evitar u n a Conferen­ cia internacional pues en ésta se rea b riría n las disputas y acaso im pedi­ ría la adopción de un convenio.275 La doctrina clásica preveía u n sólo régim en p a ra la responsabilidad de los E stados con independencia del c arácter de la obligación violada. Ya en la e ra de la ONU se desarrolló la necesidad de distinguir entre violaciones que preocupan y lesionan a toda la hum anidad y las que le­ sionan en especial a un Estado o, si se quiere, a un grupo de Estados; la gravedad y el alcance serían los criterios p a ra distinguir. Se señala­ 272 Caso del proyecto de artículos de la C onferencia de Codificación de La H aya de 1930, p rep arad o bajo los auspicios de la S ociedad de las N aciones, que no culm inó en un tratado internacional sobre la m ateria. 273 Véase D e c a u x , o b ra citada, p, 75. 274 Véase P a s t o r R i d r u e j o , o b ra citada, p. 536. 275 Véase Doc. A/CN.4/515, p . 2o. Véase tam bién G u t i é r r e z E s p a d a , Cesáreo, “Por u n a responsabilidad 'resp o n sab le’" (a propósito del proyecto definitivo de artículos de la CD1 sobre la responsabilidad internacional del E stado p o r hechos ¡lícitos), E l Derecho Internacional en los albores del siglo X XI, edición de F ernando M. M arino M enéndez, E di­ torial T rotta, M adrid, pp. 369-391. 240 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO ron com o violaciones que afectan a la colectividad de naciones, p o r su ­ puesto, la agresión y otros casos com o la p ráctica del genocidio o el apartheid. La Corte Internacional de Justicia, en el caso Barcelona Traction Light and Power Company Lim ited216 distinguió en tre las obligaciones frente a toda la hum anidad, erga om nes, y las que se tienen frente a de­ term inados Estados; respecto de las prim eras todos los E stados tienen, según esa Corte, un interés ju rídico en la protección de los derechos am parados p o r esa obligación universal. P or ejemplo: ¿quién puede p o n er en d u d a que cuando EUA y el Rei­ no Unido atacaro n a Irac en m arzo de 2003, sin autorización del Con­ sejo de Seguridad de la ONU, violaron u n a obligación internacional e incurrieron en responsabilidad internacional erga om nes? La im puni­ dad es asunto a p a rte que no afecta la validez de la n o rm a jurídica. De allí el tem or de que los artículos de la Com isión de D erecho Internacional no lleguen a consolidarse en u n tra tad o que p u d iera en­ tra r en vigor p a ra todos los E stados M iem bros de la ONU, incluidas las grandes potencias. El D erecho Internacional ya prohíbe, y p o r tanto condena, el uso de la fuerza p a ra resolver controversias internaciona­ les, pero si bien el proyecto no establece sanciones sino obligaciones a raíz de la violación, el tem a no ag rad a a quienes detentan la fuerza m ientras estén dispuestos a u sarla al m argen de la C arta de la ONU. La Com isión abandonó la idea de calificar de "crim en in tern acio ­ n a l” las citadas violaciones graves y dejó com o form as de rep aració n la restitución, la indem nización y la satisfacción, ello sin perjuicio de los derechos de los M iem bros de la ONU p a ra ac tu a r en las diversas instan­ cias de la O rganización. No obstante, el proyecto de artículos de la Com isión de D erecho Internacional h a b rá de ten e r un im pacto, pues consolida u n a doctrina consensuada entre notables juristas, m iem bros de un órgano integrado p o r una representación geográfica equitativa, en el que están rep resen ­ tados los principales sistem as jurídicos del m undo; adem ás fue recibido p o r la Asam blea G eneral de la ONU con beneplácito. La Corte In te rn a ­ cional de Justicia ya utilizó el proyecto de artículos en su sentencia del 25 de septiem bre de 1997, en el caso relativo Gabcíkowo-Nagymaros, Hungría vs. Checoslovaquia,217 y es probable que otros tribunales in ter­ nacionales utilicen esa autorizada doctrina que, adem ás tiene funda­ m ento en la C arta de la ONU, en otros tratad o s y en la costum bre. El proyecto de artículos confirm a y desarrolla (nótese que no sólo 276 277 Citado p o r D e c a u x , Em m anuel, o b ra citada, p. 51. Véase CIJ, Recueil, 1997. LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL 241 codifica el D erecho Internacional, tam bién lo desarrolla) las norm as que se resum en a continuación: • Todo hecho internacionalm ente ilícito del E stado genera su res­ ponsabilidad internacional (Art. 1). • La acción u om isión debe ser atribuible al E stado y constituir una violación de u n a obligación internacional (Art. 2), • La calificación del hecho (acto)278 se hace p o r el D erecho In tern a­ cional, no p o r el D erecho interno (Art. 3).279 • El com portam iento de todo órgano del Estado, central o local, ejecutivo, legislativo o judicial, com prom ete al Estado. El D ere­ cho interno determ ina el c a rá c te r de órgano del E stado (Art. 4). • Se considera hecho del Estado el ejecutado p o r u n a persona o en ­ tid ad que no sea órgano del Estado, pero que según el D erecho interno, ejerza atribuciones de orden público (Art. 5). • Se considera hecho de E stado el realizado p o r u n órgano de un te rc e r E stado que ejecute funciones de poder público en nom bre del E stado (Art. 6). • El que u n a p erso n a u órgano exceda su com petencia o contraven­ ga instrucciones no im pide que el hecho sea atribuible al Estado (Art. 7). • Todo hecho ejecutado p o r instrucciones o bajo la dirección o el control del E stado es im putable al E stado (Art. 8). • Es im putable al E stado el hecho de personas que ejecutan funcio­ nes de poder público, realizado en ausencia o defecto de autori­ dades (Art. 9). • Es hecho de E stado el ejecutado p o r u n m ovim iento insurreccio­ nal en un E stado o territo rio bajo su adm inistración que tom a el poder y se transform a en gobierno (Art. 10). • Todo hecho es im putable al Estado p o r las razones precedentes o en virtud de la aceptación de la autoría del hecho p o r el Estado (Art. 11). • H ay violación de u n a obligación internacional cuando la conduc­ ta del E stado no es conform e con lo que exige esa obligación, sea cual fuere el origen o la naturaleza de esa obligación (Art. 12) [nótese que el artículo hace u n a referencia indirecta a todas las fuentes del D erecho Internacional]. • P ara que se dé un hecho de Estado, el Estado debe esta r vinculado a la obligación en el m om ento de la ejecución del hecho (Art. 13). 278 S e g ú n e l j u r i s t a e s p a ñ o l P a s t o r R i d r u e j o , o b r a c i t a d a , p . b la r d e “a c to s". 536, es m ás c o rre c to h a ­ 279 C orresponde al artículo 27 de la Convención de V iena sobre el D erecho de los T ratados, de 1969. 242 D E R E C H O IN T E R N A C IO N A L P Ú B L IC O • Los efectos perdurables de un hecho son irrelevantes p a ra d eter­ m inar el m om ento de la ejecución de un hecho que no tenga el c a rá c te r de continuo. El hecho continuo se extiende a todo el pe­ riodo durante el cual se registra el hecho continuo que no es con­ form e con la obligación vigente. La om isión que produce un acontecim iento se considera extendida d u ran te todo el periodo que dure el acontecim iento y su falta de conform idad con la obli­ gación vigente (Art. 14). • Si el hecho está com puesto p o r una serie de acciones y om isiones no conform es con u n a obligación vigente, se considera que el he­ cho ilícito em pieza con el p rim e r acto u om isión que, ju n to con los dem ás hechos, tenga ese c a rá c te r ilícito, y continúa d u ran te la duración de esos hechos violatorios de la obligación (Art. 15). • La ayuda o asistencia p o r un E stado a otro en la com isión de un acto internacionalm ente ilícito e n tra ñ a responsabilidad (Art. 16). • El acto ilícito ejecutado p o r u n te rc e r E stado bajo el co n tro l o dirección de u n E stad o es im putable al que dirige o controla (Art. 17). • El E stado que coacciona a un terc e r E stado p a ra que com eta un ilícito internacional in cu rre en responsabilidad (Art. 18). [El Art. 19 ac la ra la relación entre los artículos del proyecto]. • El consentim iento de un E stado víctim a p a ra que otro lleve a cabo un acto tiene efectos excluyentes de responsabilidad, dentro de los lím ites del consentim iento otorgado (Art. 20). • La legítim a defensa excluye la ilicitud del hecho (Art. 21). • Las contram edidas en razón de se r víctim a de un hecho ilícito (por ejem plo, represalias com erciales) que no im pliquen el uso de la fuerza arm a d a excluyen la responsabilidad (Art. 22). • U na fuerza m ayor que im pida el cum plim iento de u n a obligación puede ser excluyente de responsabilidad (Art. 23). • El pelig ro extrem o p u e d e se r excluyente de resp o n sab ilid ad (Art. 24). • El estado de necesidad puede ser excluyente de responsabilidad, si no hay opción p a ra salv ag u ard ar un interés esencial del Estado de un peligro grave e inm inente y si no afecta intereses esenciales de terceros am p arad o s p o r obligaciones internacionales (Art. 25). • N ada puede excluir la ilicitud de hechos violatorios de norm as im perativas de D erecho Internacional [ius cogens] (Art. 26). [El artículo 27 deja a salvo la cuestión de la indem nización; el artícu­ lo 28 es un encabezado p a ra en u n ciar las consecuencias que se tra ta n en subsiguientes artículos], • Las consecuencias jurídicas del hecho no afectan el deber de cum plir la obligación violada (Art. 29). LA R E S P O N S A B IL ID A D IN T ER N A C IO N A L 243 El E stado responsable del ilícito está obligado a ponerle fin y a ofrecer garantías de que no se rep etirá (Art. 30). El E stado responsable está obligado a p ag ar daños m ateriales y m orales (Art. 31). El E stado responsable no puede invocar el D erecho interno como justificación de su incum plim iento (Art. 32). Las obligaciones del E stado responsable pueden existir frente a un Estado, varios E stados o frente a la com unidad internacional, según la natu raleza de la obligación violada (Art 33). La rep aració n puede te n e r la form a de restitución, indem nización o satisfacción (Art. 34). La obligación de restablecer la situación que existía antes del ilí­ cito (.status quo ante) es exigible a m enos de que sea m aterialm en­ te im posible o en trañ e u n a carga desproporcionada en relación con el beneficio que se derivaría de la restitución en vez de la in ­ dem nización (Art. 35). E l E stado responsable del ilícito está obligado a indem nizar, en la m edida en que el daño no sea rep a ra d o p o r la restitución. La in ­ dem nización debe cu b rir daños y lucro cesante (Art. 36). Cuando el perjuicio no pu ed a ser rep a ra d o m ediante restitución o indem nización, el E stado responsable deberá ofrecer u n a satisfac­ ción p roporcionada al perjuicio, que no sea hum illante p a ra el E stado que la ofrece (Art. 37). Se deben p a g a r intereses en la m edida necesaria p a ra u n a re p a ra ­ ción íntegra (Art. 38). P ara d eterm in ar la rep aració n se ten d rá en cuenta la contribu­ ción al perjuicio provocada p o r el E stado lesionado o p o r toda persona o entidad en relación con la cual se exija la reparación (Art. 39). [El Art. 40 es introductorio de las disposiciones que lo siguen]. N o se recono cerá com o lícita u n a situación c read a p o r una viola­ ción grave de obligaciones em anadas de norm as im perativas de D erecho Internacional general (Art. 41). Todo E stado tiene el derecho de invocar la responsabilidad del Estado a u to r del ilícito si la obligación violada existe en relación con él, con u n grupo de E stados o con la com unidad internacio­ nal, si ese E stado es afectado o si m odifica radicalm ente la situa­ ción de todos los dem ás E stados (Art. 42). El E stado lesionado que invoque la responsabilidad de otro E sta­ do deberá notificar su reclam ación a ese E stado (Art. 43). La responsabilidad del E stado no p o d rá ser invocada si viola las norm as aplicables a la nacionalidad de las reclam aciones o si no se h a n agotado los recursos internos (Art. 44). 244 D E R E C H O IN T E R N A C IO N A L P Ú B L IC O • La responsabilidad del E stado no p o d rá ser invocada si se re n u n ­ ció a la reclam ación o si el com portam iento del E stado lesionado m uestra que h a aceptado la extinción de la reclam ación (Art. 45). • Si varios Estados son lesionados p o r el m ism o ilícito, podrán re ­ clam ar separadam ente (Art. 46). • Si varios Estados son responsables del m ism o ilícito, p o d rá invo­ carse la responsabilidad de cad a E stado (Art. 47). • Todo E stado que no sea lesionado p o r el ilícito p o d rá invocar la responsabilidad del au to r del hecho si la obligación violada existe en relación con u n grupo de E stados y el E stado interesado en in­ vocar la resp onsabilidad p erten ece a ese g rupo de E stados con interés colectivo o si la obligación violada existe en relación con la com unidad internacional (Art. 48). • El E stado lesionado puede to m ar contram edidas [que no im pli­ quen el uso de la fuerza] p a ra inducir al a u to r del hecho a cum ­ p lir sus obligaciones. Las contram edidas son el incum plim iento tem poral de obligaciones p a ra con el E stado a u to r del ilícito (Art. 49). • Las contram edidas no deben afectar las obligaciones incorpora­ das en la C arta de la ONU, los derechos hum anos, el D erecho Internacional hum anitario aplicable a los conflictos arm ados, ni norm as im perativas del D erecho Internacional (Art. 50). • Las contram edidas deben ser proporcionales al perjuicio sufrido (Art. 51). • Antes de to m ar contram edidas, el E stado lesionado debe exigir el cum plim iento de la obligación violada, notificar la decisión de to­ m arlas y ofrecer negociación, salvo caso de urgencia y necesidad de p reserv ar sus derechos. No se aplicarán contram edidas cu a n ­ do el hecho que las m otivó h a cesado o se h a iniciado u n procedi­ m iento p a ra la solución de la controversia (Art. 52). • Las contram edidas cesarán cuando el Estado responsable cum pla las obligaciones respectivas (Art. 53). • Q uedan a salvo los derechos p a ra to m a r m edidas lícitas co n tra el E stado responsable p o r E stados distintos al E stado lesionado (Art. 54). • Q uedan vigentes las norm as especiales aplicables a u n caso con­ creto (Art. 55). • Q uedan en vigor las norm as de D erecho Internacional aplicables a la responsabilidad del E stado p o r hechos internacionalm ente ilícitos (Art. 56). • Se deja a salvo lo relativo a la responsabilidad de organizaciones internacionales o de Estados p o r el com portam iento de organiza­ ciones internacionales (Art. 57). LA R E S P O N S A B IL ID A D IN T E R N A C IO N A L 245 • Se deja a salvo lo relativo a la responsabilidad individual de p er­ sonas que actúen en nom bre del E stado (Art. 58). • El proyecto de artículos debe entenderse sin perjuicio de la C arta de las N aciones U nidas (Art. 59).280 8.17. RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL POR HECHOS NO PROHIBIDOS POR EL DERECHO INTERNACIONAL O POR ACTIVIDADES PELIGROSAS Tribunales internacionales h a n establecido la doctrina conocida com o la del abuso del derecho. Un caso citado con frecuencia en esta m ate ria es el del Trail Sm elter resuelto p o r la CIJ. Se tra tó de u n a d e­ m an d a de E stados U nidos c o n tra C anadá en m ateria de daños am ­ bientales. La C orte decidió que ningún E stado tiene derech o de u s a r o p erm itir el uso de su territo rio de tal m odo que cause daño p o r em ana­ ciones d añinas al territo rio de otro Estado. Según esta tesis, todo E sta­ do está facultado p a ra p erm itir industrias que p o r su natu raleza im pli­ quen u n riesgo, pero existe u n lím ite a ese derecho y su abuso en perjuicio de terceros provoca la violación de u n a obligación internacio­ nal y la responsabilidad del Estado. El D erecho Internacional reconoce que se pueden d a r actos que, a p esar de que causen daños y perjuicios, pueden justificarse com o líci­ tos, y p o r tanto, no tienen com o consecuencia la responsabilidad del a u to r del acto. Esos actos son: 1. C o n s e n tim ie n to d e l E s ta d o v íc tim a . P o r e je m p lo , c u a n d o s e a u to r iz a a l p a ís v e c in o p a r a q u e s u p o lic ía c r u c e la f r o n te r a e n p e rs e c u c ió n d e d e ­ lin c u e n te s . S i se p r o d u c e n d a ñ o s o p e rju ic io s , s e r ía d ifíc il im p u ta r r e s p o n ­ s a b ilid a d a l E s ta d o a s í a u to r iz a d o ; 2. E n c a s o s d e le g ítim a d e fe n s a d e c o n f o r m id a d c o n el a r tíc u lo 51 d e la C a r ta d e la ONU, y 3. E l u s o d e “r e p r e s a lia s " , m e jo r lla m a d a s c o n tr a - m e d id a s d e tip o e c o ­ n ó m ic o , q u e n o im p liq u e n e l u s o d e la fu e r z a , p a r a o b lig a r a o tr o E s ta d o al c u m p lim ie n to d e s u s o b lig a c io n e s in te r n a c io n a le s . P o r e je m p lo , e l in c u m ­ p lim ie n to d e u n tr a ta d o d e lib re c o m e r c io n o r m a lm e n te tie n e c o m o c o n s e ­ c u e n c ia la r e s p o n s a b ilid a d d e l E s ta d o q u e v io la s u o b lig a c ió n , p e r o si lo h a c e c o m o c o n tr a - m e d id a e n r e s p u e s ta a u n in c u m p lim ie n to p re v io d e l o tr o E s ta d o P a rte , n o i n c u r r e e n re s p o n s a b ilid a d . 280 Véase Derecho Internacional, Tratados y otros docum entos, legislación, McGrawHill, M adrid, 2001, pp. 297-305. Resolución a p ro b ad a p o r la Asam blea G eneral de la ONU d u ran te su quincuagésim o sexto Periodo O rdinario de Sesiones y Anexo (Res. 56/83) so­ bre la base del inform e de la Sexta Com isión (A/56/589 y Corr. 1). 246 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO Por o tra p arte se dan actos lícitos que, en ciertas circunstancias sí com prom eten la responsabilidad del E stado p o r el riesgo que llevan aparejados esos actos. A p rim era vista puede p a re c e r injusto afirm ar la responsabilidad p o r actos realizados de conform idad con el D erecho Internacional; no obstante, en virtud de la d o ctrin a del riesgo creado y de la responsabilidad objetiva, ciertos actos lícitos pueden e n tra ñ a r la responsabilidad del au to r de ese acto lícito. El artículo 110 de la Convención de la ONU sobre el D erecho del M ar, hecha en M ontego Bay, Jam aica, en 1982, dispone, p o r ejemplo, el derecho de visita o inspección p o r buques m ilitares cuando se sospe­ che que un buque se dedica al tráfico de esclavos, a la p ira tería o a otros ilícitos. En caso de que las sospechas resulten infundadas, el b u ­ que detenido ten d rá derecho a u n a indem nización; o sea, el buque m ili­ tar que realiza la inspección hace que surja p a ra su E stado la obliga­ ción de rep a ra r, sin que se haya com etido ilícito alguno. Los ejem plos en esa Convención son múltiples. Otro ejem plo sería la Convención de 1972, sobre responsabilidad internacional p o r daños que causan los objetos lanzados al espacio ul­ traterrestre; algunos de esos daños deben ser reparados p o r el Estado que realizó el lanzam iento, aun cuando la actividad espacial realizada sea del todo acorde con el D erecho Internacional y no m edie violación de obligación internacional alguna. El adelanto de la ciencia y la tecno­ logía h a tenido com o resultado u n a serie de actividades lícitas, inclusi­ ve necesarias y benéficas p a ra la sociedad que, no obstante, e n trañ an serios riesgos p a ra la com unidad internacional. Respecto del uso de la energía nuclear, existen varios convenios, ta ­ les com o el Convenio sobre la responsabilidad civil en m ateria de en er­ gía term onuclear (París, 1960) y Protocolo adicional (1964); la Conven­ ción sobre la responsabilidad de los explotadores de buques nucleares (Bruselas 1962); la Convención de V iena sobre responsabilidad civil por daños nucleares (1963), y el Convenio de B ruselas relativo a la respon­ sabilidad civil en la esfera del tran sp o rte m arítim o de sustancias n u ­ cleares (1971). En el seno de la O rganización M arítim a Internacional, con sede en Londres, se han negociado varios tratad o s sobre el indispensable pero peligroso tran sp o rte de hidrocarburos: el Convenio Internacional de responsabilidad civil p o r daños causados p o r contam inación de las aguas del m ar p o r hidro carb u ro s (Bruselas, 1969); el Convenio In tern a­ cional sobre constitución de u n fondo de indem nización de daños cau­ sados p o r contam inación p o r hidrocarburo s (Bruselas, 1971), y la Con­ vención Internacional sobre la responsabilidad civil p o r daños de contam inación p o r hidrocarburos resultante de la exploración y explo­ tación de los recursos del fondo del m ar (Londres, 1976). LA R E S P O N S A B IL ID A D IN T E R N A C IO N A L 247 Esos tratad o s reglam entan las actividades no sólo de los Estados, sino tam bién de las em presas p articulares involucradas en esas activi­ dades peligrosas en el ám bito de la energía nu clear y los hidrocarburos. En general establecen la responsabilidad objetiva; la obligación funda­ m ental que asum en los Estados P artes en los tratad o s citados, es la de aseg u rar la rep aració n en el ám bito de sus respectivos sistem as ju ríd i­ cos internos. En algunos de esos tratados, los Estados reconocen a favor de quie­ nes se involucran en esas actividades, peligrosas pero necesarias, el de­ recho a lim itar su responsabilidad civil por daños (en el caso de los bu­ ques, dependiendo del tam añ o de la em barcación). El estudioso del D erecho que se enfrenta p o r p rim era vez a ese sistem a puede preg u n ­ tarse, con razón, si tai lim itación puede ser injusta si el daño la supera; el motivo de ese sistem a es pro p iciar la contratación de seguros que ga­ ran ticen el pago inm ediato de la reparación. Sin la lim itación se difi­ culta el seguro y sin el seguro, la obtención de la rep aració n puede ser difícil y tard ad a. Dicho en otras palabras, el sistem a perm ite escoger el m al m enor. La Com isión de D erecho Internacional de la ONU trab aja en un proyecto de artículos sobre responsabilidad internacional p o r las conse­ cuencias perjudiciales de actos no prohibidos p o r el D erecho In tern a­ cional.281 Como vim os anteriorm ente, en el proyecto sobre responsabilidad del E stado p o r hechos internacionalm ente ilícitos se desarrollan nor­ mas secundarias. Las prim arias o sustantivas se h a n desarrollado y co­ dificado d u ran te siglos y son todas aquellas que establecen derechos y obligaciones, en este caso, de los Estados; las secundarias serían las que encontram os en el proyecto de artículos sobra la m ateria, o sea las n o r­ m as que regulan la nueva relación ju ríd ica que se produce a raíz de un ilícito internacional, en tre el E stado au to r del ilícito y el E stado víctim a del m ism o. T ratándose de actos no prohibidos p o r el D erecho In te rn a ­ cional, no tendríam os norm as secundarias y todo trabajo de codifica­ ción y desarrollo del D erecho Internacional sobre la m ateria se refiere necesariam ente a normas prim arias, reguladoras de una actividad peli­ grosa pero necesaria. Desde la C onferencia de Estocolm o que adoptó la D eclaración so­ bre el M edio H um ano, se reconoció la obligación de los E stados de ase­ g urarse de que las actividades que se lleven a cabo dentro de su ju ris ­ 281 Véase Derecho Internacional, Tratados y otros D ocumentos, M cGraw-Hill, Ciencias Jurídicas, M adrid, 2001, p. 307. Texto ap ro b ad o p o r la Com isión de D erecho In ternacio ­ nal de l a O N U en segunda lectura. 248 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO dicción o bajo su control no perjudiquen al m edio de otros E stados o de zonas situadas fuera de toda jurisdicción nacional. Esa D eclaración tuvo im pacto en la Convención de la ONU sobre el D erecho del M ar de 1982. E n la Parte XII de esa Convención, relativa a la protección y preservación del m edio m arin o 282 se estableció en su a r­ tículo 192 que Los Estados tienen la obligación de proteger y preservar el medio m arino, y en el 193 que Los E stados tienen el derecho soberano de explotar sus recursos naturales con arreglo a su política en materia de medio ambiente y de conform idad con su obligación de proteger y preser­ var el medio marino. Los subsiguientes artículos establecen u n a serie de obligaciones de los E stados sobre la protección y preservación del m e­ dio m arino que son sin duda alguna normas prim arias. La Com isión de D erecho Internacional h a reducido el alcance del proyecto de artículos sobre actos no prohibidos p o r el D erecho Internacional a la prevención y reparación p o r daños transfronterizos, de capital im portancia p a ra nuestro país, después de la injusta experiencia de la salinidad del Río Colorado. P or ejem plo, este últim o proyecto establece en el p rim e r a r­ tículo sustantivo, después de la definición de los térm inos em pleados, que: los Estados adoptarán todas las medidas apropiadas para prevenir o m inim izar el riesgo de causar u n daño transfronterizo sensible. La lectu­ ra, del resto de los artículos expresan obligaciones de los E stados que tienen el c a rá c te r de normas prim arias.263 RESUM EN Doctrina clásica o tradicional E sta doctrina se form ó p o r la costum bre y a través de laudos arbi­ trales. La Sociedad de las N aciones intentó codificar, sin éxito, m edian­ te la Conferencia de la H aya de 1930, la p ráctica de los E stados sobre la m ateria. La preocupación entonces fue “la responsabilidad de los Estados p o r el trato dado a los extranjeros". Responsabilidad internacional por actos ilícitos en el Derecho Internacional actual La nueva e ra post N aciones Unidas, culm inó con la adopción p o r la Asam blea G eneral de la ONU de u n a resolución (56/83) con la que, por ahora, se tom ó nota del exitoso trab ajo de la Com isión de D erecho Internacional de la ONU sobre el tem a: "Responsabilidad del Estado p o r hechos internacionalm ente ilícitos". 282 El a u to r del p resente trab ajo presidió las negociaciones de esta P arte X II de la CONVEMAR 82. 283 Véase P a s t o r R i d r u f j o , obra citada, pp. 556-560. LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL 249 La resolución adoptada y los trabajos que culm inaron con su adop­ ción, m ism os que se iniciaron desde la creación de la ONU, reflejan que ah o ra la preocupación de gobiernos y ju ristas es la responsabilidad de los Estados p o r incum plim iento de cualquier obligación internacional y no sólo los casos de protección de extranjeros y sus intereses. Elem entos de la responsabilidad internacional Son elem entos de la responsabilidad internacional: 1. Violación de una obligación según el D erecho Internacional vi­ gente en tre el E stado responsable y el perjudicado; 2. El acto ilícito debe ser im putable al Estado, y 3. El daño debe ser identificado com o consecuencia del acto ilícito. El d año no debe ser necesariam ente patrim onial, pero aún así, u n tri­ bunal puede o rd en a r u n a reparación pecuniaria. En el caso del Canal de Corfú, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) declaró que la siem bra de m inas en el Canal no pudo haberse he­ cho sin el consentim iento del G obierno de Albania. P or tanto, Albania incurrió en u n a om isión y en negligencia al no advertir a em barcacio­ nes de terceros sobre la existencia de esos explosivos. Albania fue de­ clarad a responsable y podem os considerar que la C orte no aplicó la teoría de la culpa, sino m ás bien declaró u n a violación objetiva p o r ne­ gligencia del Gobierno. Doctrina del estado de necesidad Los tratad istas de antaño, com o se m encionó al principio de esta sección, razonaban de la siguiente m anera: si el E stado tiene facultad p a ra d eclarar y h a c er la g u e rra (actualm ente el D erecho Internacional niega esa facultad) tam bién debe esta r facultado p a ra proteger tem po­ ralm ente p o r la fuerza de las arm as algún interés vital.284 E n la actuali­ dad sólo es aceptable p a ra el uso de la fuerza arm a d a un estado de ne­ cesidad: la legítim a defensa en caso de ataque arm ado. Responsabilidad internacional del Estado por actos de los órganos legislativos H ay acuerdo en que el E stado in cu rre en responsabilidad si la legis­ lación nacional es incom patible con el D erecho Internacional, o si no tom a m edidas legislativas necesarias p a ra el cum plim iento de sus obli­ gaciones internacionales. 284 Véase J im é n e z d e A r é c h a g a , E duardo, Responsabilidad internacional, M anual de Derecho Internacional Público, editado p o r S o r e n s e n , Max, Fondo de C ultura E conóm i­ ca, México, 2000, p. 515. 250 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO Actos de funcionarios del poder ejecutivo Respecto de los actos de funcionarios del p o d er ejecutivo, no se ha planteado problem a y desde hace m ucho tiem po se h a aceptado que sus actos com prom eten la responsabilidad del Estado. Respecto de casos en que u n funcionario actúa fuera de sus atribu­ ciones (en el D erecho Internacional esa actuación se conoce com o ac­ tos ultra vires) hay acuerdo en que tal actuación sí com prom ete la res­ ponsabilidad del gobierno del funcionario. E sa tesis fue sostenida p o r la C onferencia de Codificación de La Haya. P ara el caso descrito en el p á ­ rrafo anterior, sí se requiere que p o r lo m enos el acto tenga la a p a rien ­ cia del ejercicio de funciones oficiales. No sería el caso del funcionario que con independencia de su cargo y atribuciones viola u n a obligación internacional. E n este caso, la violación a la n o rm a obliga al gobierno del funcionario a a d o p ta r m edidas correctivas, d a r una satisfacción o a re p a ra r el daño, si fuere el caso.285 Actos del poder judicial En un Estado dem ocrático el p o d er judicial tiene independencia to ­ tal respecto del Poder Ejecutivo, sobre todo p o r lo que se refiere a la autonom ía de los jueces al ad o p tar sus decisiones. Lo an terio r provocó una tesis, que no prevalece en nuestros días, según la cual, los actos del Poder Judicial violatorios del D erecho Internacional no com prom eten la responsabilidad del Estado. Podem os afirm ar que actualm ente se considera que la independencia del poder judicial es irrelevante p a ra los efectos de la responsabilidad del Estado. El poder judicial sí com ­ prom ete la responsabilidad del Estado. Actos de las autoridades locales en una federación Los actos violatorios de obligaciones internacionales de los gobier­ nos locales de u n a federación, com prom eten la responsabilidad del Estado. El G obierno de México som etió a la CIJ el caso Avena y otros (Méxi­ co vs. E U A ) porque autoridades locales del Estado dem andado no cum ­ pliera con lo dispuesto en el artículo 36 de la Convención de Viena sobre relaciones consulares, que obliga a in fo rm ar a todo detenido extranje­ ro, sin dilación, de su derecho a Ja protección consular. El caso fue dram ático porque los procesos en los que se había violado esa form ali­ dad esencial del procedim iento resultaron en penas capitales p a ra 51 m exicanos. La Corte declaró que EUA h ab ía violado sus obligaciones internacionales, a u n cuando las om isiones h ab ían sido h echas p o r los 285 V é a s e L ó p e z - B a s s o ls , o b r a c ita d a , p . 1 0 2 . LA R E S P O N S A B IL ID A D IN T E R N A C IO N A L 251 gobiernos locales y no p o r el gobierno federal de ese país. Según la sen­ tencia EUA debe revisar los procesos en cuestión.286 Denegación de justicia La denegación de ju sticia es u n a institución desarrollada p a ra p ro ­ teger a los extranjeros. Según esta institución, si el juez de un Estado no hace justicia a un extranjero, éste ten d ría títulos jurídicos válidos p a ra ped ir protección diplom ática a su gobierno. El ju rista holandés H ugo G rocio distinguió en tre denegación de justicia, cuando no se ob­ tiene un fallo y desafío a la justicia, cuando el fallo es evidentem ente co n trario al D erecho. E n n u e stra opinión, sólo procede la denegación de justicia p o r a u ­ sencia de fallo y no cuando el país del extranjero afectado invoca tal denegación p o r considerar que la sentencia fue injusta, pues acep tar que existe en ese caso denegación de justicia, equivale a reconocer a gobiernos extranjero atribuciones p a ra ju zg a r los fallos de tribunales nacionales. Desde luego, esta tesis no im pide que gobiernos extranjeros aduzcan lo que estim en pertinente p o r la vía diplom ática en defensa de los intereses de sus nacionales, o que o c u rra n a instancias o tribunales internacionales, si estos tienen com petencia p a ra el caso. Responsabilidad internacional del Estado por actos de los particulares Desde tiem pos del ju rista holandés H ugo Grocio, se aclaró que la responsabilidad del E stado p o r actos de los p articulares sólo se da p o r com plicidad gubernam ental con un delincuente. Conviene rec o rd a r que tan to en la definición de la agresión apro b ad a p o r la Asam blea G eneral de la ONU, com o e n la D eclaración sobre los Principios de D erecho Internacional referentes a las relaciones de am istad y a la cooperación entre los E stados, de conform idad con la C arta de las N aciones Unidas y tam bién ap ro b ad a p o r dicha Asamblea, pueden leerse párrafos que involucran la responsabilidad de los E stados p o r com plicidad o apoyo a fuerzas irregulares que com etan actos de agresión u otros usos ilegíti­ m os de la fuerza a rm a d a.287 A ctualm ente se acepta que u n Estado es responsable si tolera la d e­ lincuencia y no cum ple con su deber internacional de d a r protección a todos, incluidos los extranjeros. Se dice que el Estado es responsable en este caso p o r no ejercer la diligencia debida. 286 Véase com unicado de p ren sa de la CIJ 2004/16. 28? V éanse R esoluciones 3314 (XXIX) del 14 de diciem bre de 1974 y 2625 (XXV), del 24 de octubre de 1970, de la A sam blea G eneral de la ONU. 252 D E R E C H O IN T E R N A C IO N A L P Ú B L IC O Daños por guerras civiles Los países de la A m érica L atina h an suscrito tratad o s que no reco­ nocen o m ás bien dicho descartan responsabilidad internacional por daños a terceros p o r una g u erra civil. Con base en laudos arbitrales, puede afírm ase que la m ayoría de los gobiernos reconocen responsabi­ lidad p o r daños a terceros resultantes de g u erras civiles, pero sólo, si el gobierno incurre en om isión p o r no ejercer la debida diligencia p ara evitar esos daños. Naturaleza y alcance de la reparación Cabe rec o rd a r que en el artículo 36 del E statuto de la Corte In te r­ nacional de Justicia, se prevé la aceptación de la jurisdicción de ese tri­ bunal p a ra decidir sobre “la naturaleza o extensión de la reparación que h a de hacerse p o r el quebrantam iento de u n a obligación in tern acio n al”. La reparación puede consistir en el pago de u n a cantidad en efecti­ vo o en la en treg a de ciertos bienes. La rep aració n puede no te n e r ca­ rá c te r económ ico y lim itarse a una explicación, disculpa o satisfacción. Con base en laudos arbitrales, puede afirm arse que es m uy difícil obte­ n er rep aració n p o r perjuicios, p o r lucro cesante. Los tribunales a rb itra ­ les se han enfrentado a reclam aciones p o r perjuicios dem asiado espe­ culativas. Al respecto hay una gran controversia. Reclam aciones de los Estados por violaciones de los derechos de sus nacionales en el extranjero Al h acer estas reclam aciones, los gobiernos suelen ad u cir la obliga­ ción que ellos tienen de b rin d a r protección a sus nacionales en el ex­ tranjero. En la actualidad se h a lim itado el D erecho de los Estados de b rin d a r esa protección a sus nacionales. La gestión m ás aceptable en este ám bito es la protección consular en caso de detención o privación de la libertad de u n extranjero. La protección consular se lim ita a velar p o r el respeto a los derechos hum anos, p o r el derecho a u n abogado defensor y, en general, p o r el cum plim iento de las form alidades del procedim iento aplicable a esa acción penal; ello puede hacerse m edian­ te la contratació n de u n abogado p a ra suplir eventuales deficiencias de un defensor de oficio en u n proceso penal co n tra u n nacional. Agotamiento de los recursos locales y cláusula Calvo La Corte Internacional de Justicia h a reconocido que un gobierno extranjero no debe p resen tar reclam aciones en defensa de los intereses de sus nacionales, hasta que se agoten todos los recursos locales que b rin d an protección a ese extranjero. La Corte reconoció que esa tesis es Derecho Internacional consuetudinario. La cláusula Calvo es u n a estipulación p actad a en un contrato entre un extranjero y un gobierno, de acuerdo con la cual, el extranjero con­ LA R E S P O N S A B IL ID A D IN T E R N A C IO N A L 253 viene en no acu d ir al gobierno de su nacionalidad p a ra que le brinde protección respecto de conflictos que puedan surgir en relación con el cum plim iento, aplicación o interpretación del contrato. Proyecto de artículos de la Comisión de Derecho Internacional de la ONU sobre responsabilidad del Estado por hechos intem acionalm ente ilícitos La Asam blea G eneral de la ONU aprobó, durante el quincuagésim o sexto periodo ordin ario de sesiones, la resolución 56/83, en la que, en­ tre o tras cosas, recibió con beneplácito el proyecto de artículos de la Com isión de D erecho Internacional sobre la responsabilidad del Estado p o r hechos in tem acionalm ente ilícitos; tom ó nota de la conclusión de ese trab ajo y lo som etió a los gobiernos, dejando pendiente su a p ro b a­ ción u o tras m edidas, que se co nsiderarán en futuros periodos de sesio­ nes. La expresión "proyecto de artículos” es de uso frecuente en la cita­ d a Com isión al som eter u n texto a la Asam blea G eneral de la ONU, con el fin de p erm itir a la Asam blea decidir lo relativo a la form a y denom i­ nación del docum ento: tratado, declaración de principios, código de conducta, etcétera. A p e sar de su estatuto prelim inar, el proyecto de artículos ya se re ­ produce en recopilaciones de tratad o s y otros docum entos de valor p a ra el estudio del D erecho Internacional. Independientem ente del des­ tino que le dé la Asam blea G eneral de la ONU, aún con su c a rá c te r ac­ tual, tribunales internacionales p o d rán usarlo com o fuente auxiliar del D erecho Internacional, p o r su condición de d o ctrin a consensuada por ju ristas oficialm ente designados p o r sus gobiernos y elegidos por la Asam blea G eneral de la ONU, p a ra co operar en el cum plim iento de sus atribuciones en el ám bito del desarrollo y la codificación del D erecho Internacional [artículo 13, inciso a), de la C arta de la ONU], El proyecto de artículos confirm a y d esarrolla (nótese que no sólo codifica el D erecho Internacional, tam bién lo desarrolla) las norm as que se resum en a continuación (ver 8.16. supra, resum en completo; aquí sólo se resum en las disposiciones m ás im portantes). • Todo hecho internacionalm ente ilícito del Estado genera su re s­ ponsabilidad internacional (Art. 1). • La acción u om isión debe ser atribuible al Estado y constituir una violación de u n a obligación internacional (Art. 2). • La calificación del hecho (acto)288 se hace p o r el D erecho In tern a­ cional, no p o r el D erecho interno (Art. 3).289 288 Según el ju rista español P a s t o r R i d r u e j o , o b ra citada, p. 536, es m ás co rrecto h a ­ b la r de “actos". 289 C orresponde al artículo 27 de la Convención de V iena sobre el D erecho de los T ratados, de 1969. 254 D E R E C H O IN T E R N A C IO N A L P Ú B L IC O • El com portam iento de todo órgano del E stado, central o local, ejecutivo, legislativo o judicial, com prom ete al Estado. El D ere­ cho interno determ ina el c a rá c te r de órgano del E stado (Art. 4). • Todo hecho ejecutado p o r instrucciones o bajo la dirección o el control del Estado es im putable al E stado (Art. 8). • Es hecho de E stado el ejecutado p o r u n m ovim iento insurreccio­ nal en un E stado o territo rio bajo su adm inistración que to m a el p oder y se transform a en gobierno (Art. 10). • H ay violación de una obligación internacional cuando la conducta del E stado no es conform e con lo que exige esa obligación, sea cual fuere el origen o la natu raleza de esa obligación (Art. 12) [nótese que el artículo hace u n a referencia indirecta a todas las fuentes del D erecho Internacional]. • La ayuda o asistencia p o r un E stado a otro en la com isión de u n acto internacionalm ente ilícito e n tra ñ a responsabilidad (Art. 16). • El acto ilícito ejecutado p o r un te rc e r E stado bajo el control o di­ rección de un E stado es im putable al que dirige o controla (Art. 17). • El Estado que coacciona a u n te rc e r Estado p a ra que com eta un ilícito internacional in cu rre en responsabilidad (Art. 18). [El Art. 19 ac la ra la relación en tre los artículos del proyecto]. • Las contram edidas en razón de ser víctim a de u n hecho ilícito (por ejemplo, represalias com erciales) que no im pliquen el uso de la fuerza arm a d a excluyen la responsabilidad (Art. 22). • El estado de necesidad puede ser excluyente de responsabilidad si no hay opción p a ra salv a g u a rd a r u n interés esencial del E sta­ do de un peligro grave e inm inente, y si no afecta intereses esen­ ciales de tercero s a m p a rad o s p o r obligaciones internacionales (Art. 25). • N ada puede excluir la ilicitud de hechos violatorios de norm as im perativas de D erecho Internacional [ius cogens] (Art. 26). [El artículo 27 deja a salvo la cuestión de la indem nización; el artículo 28 es un encabezado p a ra enunciar las consecuencias que se enuncian en subsiguientes artículos]. • El Estado responsable no puede invocar el D erecho interno com o justificación de su incum plim iento (Art. 32). • Las obligaciones del E stado responsable pueden existir frente a un Estado, varios Estados o frente a la com unidad internacional, según la naturaleza de la obligación violada (Art 33). • No se reconocerá com o lícita u n a situación c read a p o r u n a viola­ ción grave de obligaciones em anadas de norm as im perativas de D erecho Internacional general (Art. 41). i , > i - LA R E S P O N S A B IL ID A D IN T E R N A C IO N A L 255 • Todo E stado tiene el derecho de invocar la responsabilidad del Estado au to r del ilícito si la obligación violada existe en relación con él, con un grupo de Estados o con la com unidad internacio­ nal, si ese E stado es afectado o si m odifica radicalm ente la situa­ ción de todos los dem ás E stados (Art. 42). • Si varios E stados son responsables del m ism o ilícito, p o d rá invo­ carse la responsabilidad de cada E stado (Art. 47). • Todo E stado que no sea lesionado p o r el ilícito p o d rá invocar la responsabilidad del a u to r del hecho si la obligación violada existe en relación con un grupo de Estados, y el E stado interesado en invocar la resp onsabilidad p ertenece a ese grupo de Estados, con interés colectivo, o si la obligación violada existe en relación con la com unidad internacional (Art. 48). • El Estado lesionado puede tom ar contram edidas [que no impliquen el uso de la fuerza] p a ra ind u cir al a u to r del hecho a cum plir sus obligaciones. Las contram edidas son el incum plim iento tem poral de obligaciones p a ra con el Estado a u to r del ilícito (Art. 49). • El proyecto de artículos debe entenderse sin perjuicio de la C arta de las N aciones U nidas (Art. 59).290 Responsabilidad internacional por hechos no prohibidos por el Derecho Internacional o por actividades peligrosas El D erecho Internacional reconoce que se pueden d a r actos que, a pesar de que causen daños y perjuicios, pueden justificarse com o líci­ tos, y p o r tanto, no tienen com o consecuencia la responsabilidad del au to r del acto. Esos actos son: 1. C o n s e n tim ie n to d e l E s ta d o v íc tim a . P o r e je m p lo , c u a n d o se a u to r iz a a l p a ís v e c in o p a r a q u e s u p o lic ía c r u c e la f r o n te r a e n p e r s e c u c ió n d e lin ­ c u e n te s . S i se p r o d u c e n d a ñ o s o p e rju ic io s , s e r ía d ifíc il im p u t a r r e s p o n s a b i­ lid a d a l E s ta d o a s í a u to r iz a d o ; 2. E n c a s o s d e le g ítim a d e fe n s a d e c o n f o r m id a d c o n e l a r tíc u lo 51 d e la C a r ta d e l a ONU, y 3. E l u s o d e " r e p r e s a lia s ”, m e jo r lla m a d a s c o n tr a - m e d id a s d e tip o e c o ­ n ó m ic o , q u e n o im p liq u e n e l u s o d e la fu e r z a , p a r a o b lig a r a o tr o E s ta d o a l c u m p lim ie n to d e su s o b lig a c io n e s in te r n a c io n a le s . P o r e je m p lo , e l in c u m ­ p lim ie n to d e u n t r a t a d o d e lib re c o m e r c io n o r m a lm e n te tie n e c o m o c o n s e ­ c u e n c ia la r e s p o n s a b ilid a d d e l E s ta d o q u e v io la s u o b lig a c ió n , p e r o si lo 290 Véase Derecho Internacional, Tratados y otros documentos, Legislación, McGraw-Hill, M adrid, 2001, pp. 297-305. Resolución a p ro b ad a por la Asam blea G eneral de la ONU d u ­ ra n te su quincuagésim o sexlo Periodo O rdinario de Sesiones y Anexo (Res. 56/83) sobre la base del inform e de la Sexta Com isión (A/56/589 y C o rr.l). 256 D E R E C H O IN T E R N A C IO N A L P Ú B L IC O h a c e c o m o c o n tr a - m e d id a e n r e s p u e s ta a u n in c u m p lim ie n to p re v io d e l o tr o E s ta d o P a r te , n o in c u r r e e n re s p o n s a b ilid a d . Por o tra p arte se dan actos lícitos que, en ciertas circunstancias, sí com prom eten la responsabilidad del E stado p o r el riesgo que llevan aparejados esos actos. A p rim era vista puede p a re c e r injusto afirm ar la responsabilidad p o r actos realizados de conform idad con el D erecho Internacional; no obstante, en virtud de la doctrina del riesgo creado y de la responsabilidad objetiva, ciertos actos lícitos pueden e n tra ñ a r la responsabilidad del a u to r de ese acto lícito. TEMAS PARA DISCUSIÓN El nuevo G obierno de E spaña ya procedió a re tira r las tro p as de Irac en violación de acuerdos m ilitares con EUA y el Reino Unido. ¿Ha incurrido en responsabilidad? Puesto que no tenem os toda la inform ación necesaria, tenem os que p a rtir de hipótesis: tenem os base p a ra suponer que, cuando EUA, Reino Unido y E spaña se p erc a ta ro n de que no con tarían con la autorización del Consejo de S eguridad de la ONU, aco rd aro n en tre ellos que lleva­ rían a cabo la invasión de lra c con el apoyo logístico de E spaña, con o sin la autorización del Consejo de Seguridad. No es concebible una operación m ilitar de esa m agnitud sin un acuerdo en tre las partes. Sin la autorización del Consejo de Seguridad y si no aceptam os la falacia de la “legítim a defensa preventiva", aducida p o r los invasores y no contem plada en la C arta de la ONU, tenem os que concluir que la in­ vasión fue violatoria de la prohibición del uso de la fuerza arm a d a in­ corporada en el p árrafo 4, del artículo 2 de la C arta de la ONU. El artículo 53 de la Convención de Viena sobre el D erecho de los T ratados dispone: E s n u lo to d o tr a ta d o q u e , e n e l m o m e n to d e s u c e le b r a c ió n , e s té e n o p o s i­ c ió n c o n u n a n o r m a im p e r a tiv a d e d e r e c h o in te r n a c io n a l g e n e ra l. P a r a los e fe c to s d e la p r e s e n te c o n v e n c ió n , u n a n o r m a im p e r a tiv a d e d e r e c h o in t e r ­ n a c io n a l g e n e r a l e s u n a n o r m a a c e p t a d a y r e c o n o c id a p o r la c o m u n id a d in te r n a c io n a l d e E s ta d o s e n s u c o n ju n to c o m o n o r m a q u e n o a d m ite a c u e r ­ d o e n c o n tr a r io y q u e s ó lo p u e d e s e r m o d ific a d a p o r u n a n o r m a u lte r io r d e d e r e c h o in te r n a c io n a l g e n e r a l q u e te n g a el m is m o c a r á c te r . P or o tra parte, el Consejo de Seguridad de la ONU, nos guste o no, legalizó la ocupación (no la invasión) de Irac, con la m ira de lo g rar una p articipación de la ONU en la reconstrucción de Ira c y en la devolución de la soberanía violada.291 291 Véase resolución 1483 (2003) del Consejo de S eguridad de la ONU. LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL 257 E spaña m antiene tropas que desem peñan una im portante labor de patrullaje en el centro de Bagdad. Con m otivo del triunfo del P artido Socialista O brero Español, el Presidente de E spaña, D on José Luis R odríguez Zapatero, ha an uncia­ do el retiro de las tropas españolas. El retiro de esas tropas cau saría daños y perjuicios a los otros m iem bros de la coalición, pues afectaría la seguridad; adem ás, estos úl­ tim os tendrían que sufragar gastos. Supongam os que EUA y el Reino Unido y otros m iem bros de la coa­ lición que se h a form ado dem an d aran ante u n tribunal internacional a España, aduciendo violación a u n a obligación internacional, im putable a E spaña, de la cual se originaron daños y perjuicios p a ra los m iem ­ bros de la coalición. Supongam os tam bién que el lector es m iem bro del tribunal, ¿Cuál sería la sentencia? Después del triunfo de la Revolución S andinista en N icaragua y ya establecido el G obierno revolucionario, el G obierno de EUA, presidido p o r Ronald Reagan, adoptó u n a política activa de apoyo a los contras que se oponían al G obierno de ese país centroam ericano, aduciendo que la Revolución nicaragüense apoyaba m ovim ientos revolucionarios, en El Salvador, H onduras y Costa Rica. La doctrina de política exterior de ese país, conocida com o la doctrina R eagan preconizaba el apoyo a todo m ovim iento "libertario” anti-com unista. Derecho Internacional básico aplicable • C arta de la ONU (prohibición de re c u rrir a la am enaza o al uso de la fuerza y derecho a la legítim a defensa); • Definición de la agresión de la Asam blea G eneral de la ONU; • C arta de la OEA (Principio de no intervención; condena de la guerra); • D eclaración de la Asam blea G eneral de la ONU sobre los Princi­ pios de D erecho Internacional referentes a las relaciones de am is­ tad y a la cooperación en tre los E stados de conform idad con la C arta de la ONU (prohibición del uso de la fuerza; solución pacífi­ ca de las controversias; Principio de no intervención, y Principio de la libre determ inación de los pueblos). Preguntas ¿Violó EUA el D erecho In tern acio n al al e n tre g a r recu rso s y arm as a los contras? ¿Incurrió el gobierno de R eagan en responsabilidad in­ ternacional? 258 D E R E C H O IN T E R N A C IO N A L P Ú B L IC O BIBLIOGRAFÍA A r e l l a n o G a r c ía , C a rlo s , P rim e r c u r s o de D e re ch o I n te r n a c io n a l P ú b lic o , 5 a e d ., P o r r ú a , M éx ic o , 2 0 0 2 . C a s s e s e , A n to n io , In te r n a c io n a l L a w , O x fo rd U n iv e rs ity P re s s , N e w Y o rk , 2 0 0 1 . D e c a u x , E m m a n u e l, D r o it In te r n a c io n a l P u b lic , D a llo z , 3 a e d ., 2 0 0 2 , S e c tio n 2, " L 'a p p lic a tio n in t e r n a tio n a le d u d r o it in te r n a c io n a l e t la m is e e n j e u d e la re s p o n s a b ilité in t e r n a t io n a l e ”. G o n z á le z C am p o s, J u lio D ., S á n c h e z R o d r í g u e z L u is I. y S á e n z d e S a n t a M a r ía , P a z A n d ré s, M a te ria le s d e p r á c tic a s de D e re c h o I n te r n a c io n a l P ú b li­ co, 3a e d ., T e c n o s, M a d rid , 2 0 0 2 . G u t i é r r e z E s p a d a , C e sá re o , " P o r u n a r e s p o n s a b ilid a d ‘r e s p o n s a b le ’” (a p r o p ó ­ s ito d e l p ro y e c to d e fin itiv o d e a r tíc u lo s d e la CDI s o b r e la r e s p o n s a b ilid a d in te r n a c io n a l d e l E s ta d o p o r h e c h o s ilíc ito s ), E l D e rech o I n te r n a c io n a l en lo s a lb o res d e l s ig lo X X I, e d ic ió n d e F e r n a n d o M . M a r iñ o M e n é n d e z , E d ito ­ r i a l T ro tta , M a d rid . J im é n e z d e A r é c h a g a , E d u a r d o , R e s p o n s a b ilid a d in te r n a c io n a l, M a n u a l d e D e­ recho I n te r n a c io n a l P ú b lic o , e d ita d o p o r S o r e n s e n , M ax , F o n d o d e C u ltu r a E c o n ó m ic a , M é x ic o , 2 0 0 0 , L ó p e z - B a s s o ls , H e rm ilo , D e re ch o I n te r n a c io n a l P ú b lic o C o n te m p o rá n e o , P o ­ r r ú a , M éx ico , 2 0 0 1 . O r t i z A h l f , L o re tta , D e re ch o In te r n a c io n a l P ú b lic o , E s c u e la L ib re d e D e re c h o , 9 a re im p . d e la 2 a e d ., M é x ic o , 2 0 0 0 , C o le c c ió n T e x to s J u r íd ic o s U n iv e rs ita ­ rio s , O x fo rd U n iv e rs ity P re s s . P a s t o r R i d r u e j o , J o s é A., C u rso d e D e rec h o I n te r n a c io n a l P ú b lic o y o r g a n iz a c io ­ n e s in te rn a c io n a le s, 8 a e d ., T e c n o s, M a d r id , 2 0 0 2 . R o d r í g u e z C a r r i ó n , A le ja n d ro , L e c c io n e s d e D e re ch o In te r n a c io n a l P ú b lic o , 4 a e d ., T e c n o s, M a d r id , 2 0 0 1 . D erech o In te r n a c io n a l, T ra ta d o s y o tr o s D o c u m e n to s , C ie n c ia s J u r íd ic a s , M c G ra w -H ill, M a d r id , 2 0 0 1 . D e c la ra c ió n s o b r e lo s P rin c ip io s d e D e re c h o I n te r n a c io n a l r e f e r e n te s a la s r e l a ­ c io n e s d e a m is ta d y a la c o o p e r a c ió n e n tr e lo s E s ta d o s d e c o n f o r m id a d c o n la C a r ta d e la s N a c io n e s U n id a s [r e s o lu c ió n 2 6 2 5 (XXV) d e la AGNU, d e 2 4 d e o c tu b r e d e 1970]. R e s o lu c io n e s 3 3 1 4 (XXIX) d e l 14 d e d ic ie m b r e d e 1 9 7 4 y 2 6 2 5 (XXV), d e l 2 4 de o c tu b r e d e 19 7 0 , d e la A s a m b le a G e n e r a l d e la ONU.