Lea el texto que publicó ABC en 2001

Anuncio
DEPORTES
58
MIÉRCOLES 4-4-2001 ABC
El Real tira el partido en Estambul
Ganaba 0-2 y en una segunda parte nefasta el Galatasaray le arrasó
ESTAMBUL. Enrique Ortego
enviado especial
ómo puede cambiar tanto un
partido de fútbol? ¿Cómo un
equipo se puede ir al descanso
abatido, con la mirada perdida en el
suelo, mientras el otro estira su figura después de la demostración de superioridad manifiesta que acaba de
dar y quince minutos después los derrotados salen con el cuchillo entre
los dientes, enrabietados, furiosos, y
los estirados clavan su figura en el
césped sin ser capaces de salir de su
área? Que me lo expliquen el Galatasaray y el Real Madrid, sobre todo
los hombres de Del Bosque, porque
ni después de presenciarlo en directo encuentro palabras para explicarlo.
Al margen de actitudes, ataques pasionales o de pasividad, que el Madrid era mejor equipo que el Galatasaray se demostró con creces en la
primera mitad, aunque en la segunda los de Del Bosque se empeñaran
en dar vidilla a un equipo que precisamente sólo ha destacado por eso
en los últimos años. Por su agresividad, por su espíritu de supervivencia. Tanta vidilla le dieron que terminaron perdiendo un partido que ganaban por dos goles en el descanso.
Observando la primera parte, pensaba que ya era hora de que alguien
pusiera en su sitio a este Galatasaray, que pudo ganar la Copa de la
UEFA el año pasado y la Supercopa
al mismísimo Madrid, pero que no
pasa de ser un equipo apañadito, peleón, pero muy lejos técnica, táctica
y físicamente de los grandes del continente.
¿C
COLECTIVO APLICADO
El Madrid se sentía, en ese primer
tiempo, más alto, más guapo y más
fuerte y sin sobresaltos, con cautela
y experiencia, fue llevando el partido a su terreno. Pecó de lentitud en
determinados momentos, pero cuando tuvo que meter la quinta resolvió
por la tremenda. El Galatasaray mostró sus carencias cuando tenía que
jugar el balón. Fueron los blancos,
entonces, un colectivo bien aplicado.
Un equipo corto que se protegía la
cabeza de las posibles llegadas de
Jardel —el único punta local— pero
que no dejaba los pies al aire y Morientes no fue en esta ocasión un islote aislado. El trabajo, machacón, esforzado y práctico de Makelele, Helguera y McManaman fue dando sus
frutos. Roberto Carlos se ofrecía continuamente por su banda y Figo por
la suya, aunque el portugués estuvo
más impreciso. La jugada táctica
que tenía preparada Lucescu era tirar a su compatriota Hagi a la banda
derecha para que Roberto Carlos dudara si subir o no, pero a la hora de
la verdad fue el rumano el que tenía
GALATASARAY
REAL MADRID
3
2
GALATASARAY (4-4-1-1) Taffarel;
Capone (Fatih, m. 46), Popescu,
Bulent, Ergun; Okan, Suat (Akin
Bulent, m. 46), Umit, Hassan Sas;
Hagi; y Jardel.
REAL MADRID (4-2-3-1) Casillas;
M. Salgado, Hierro, Karanka,
Roberto Carlos; Helguera, Makelele
(Celades, m. 62); Figo, Raúl,
McManaman (Solari, m. 92); y
Morientes (Guti, m. 68).
ARBITRO Pierluigi Collina (Italia).
Tarjeta amarilla a Okan y Míchel
Salgado.
ra que tiene este deporte y en los que
se basa gran parte de su grandeza. Se
marchó el Galatasaray hundido al
vestuario. Hagi echaba broncas a todo el que se le acercaba y sus compañeros no eran capaces ni de levantar
la mirada del suelo... Pero quince minutos después volvieron al campo
transformados. Furiosos. Enrabietados. Dos cambios hizo Lucescu y la
arremetida turca desorientó al Madrid, que perdió totalmente el control del partido. Apretó el Galatasaray y Collina le echó una mano al
resolver una melé en el área madridista con un penalti. Tengo mis dudas de si Makelele golpeó a Hasan
Sas. Umit engañó a Casillas y el Ali
Sami Yen enloqueció.
MIEDO EN EL CUERPO
GOLES 0-1, m. 33: Helguera. 0-2,
m.42: Makelele. 1-2, m. 47: Umit,
de penalti. 2-2, m. 66: Hassan Sas.
3-2, m. 76: Jardel.
que perseguirle y lógicamente su
condición física no se lo permitió.
Ya debió marcar Figo en una preciosa jugada entre McManaman y
Raúl, pero fue Helguera quien sacó
provecho de una las bazas que el Madrid tenía en su manga para sacar
adelante la eliminatoria: su juego aéreo. Bien sabían los blancos, porque
se lo había dicho su entrenador, que
los turcos tenían mucho problema
por alto. Salvo Jardel y Popescu es
un equipo bajito y Helguera les dejó
a todos con cara de tontos cuando
buscó con astucia el remate en el saque rápido de Figo.
Diez minutos después, el segundo,
el que debía ser la sentencia definitiva de no ser por esos ataques de locu-
No se recompuso el Madrid en toda la segunda parte. Pasó de hacerlo
todo bien a todo mal y el Galatasaray
comenzó a creer en sus virtudes y,
sobre todo, a explotarlas. Como el
empate les llegó muy pronto, producto de un despiste de Karanka, los de
Lucescu se lanzaron por la victoria
con una fe portentosa, mientras los
blancos no sabían dónde meterse. El
miedo de apoderó de un equipo que
no daba dos pases seguidos, que no
salía de su campo, que dudaba entre
achicar en defensa para que no llegaran los pelotazos a Jardel o, por el
contrario, replegarse para protegerse de lo que se le venía encima. Y así,
en ese mar de dudas, llegó el tercero.
Jardel le buscó la espalda a Hierro y
marcó su golito. El que faltaba. El
que permitió que una vez más Estambul, la Estambul roja y gualda, se
eche a la calle para celebrar un triunfo que parecía imposible simplemente cuarenta y cinco minutos antes.
No era la primera vez que el Madrid desperdiciaba dos goles de ventaja en un partido grande. Ya lo hizo
en Riazor, aunque allí se llevó el empate, pero evidentemente aquel Deportivo era mucho más que este Galatasaray que sigue destrozando equipos cualificados en su estadio bajo la
ley de no rendirse nunca, de pelear
cada balón y aprovecharse de los
errores ajenos, que anoche el Madrid los tuvo a patadas en la segunda
parte.
ASÍ JUGARON
REAL MADRID
Casillas: regular. En los goles no
pudo hacer nada, pero en la segunda parte no estaba en absoluto tranquilo y en el juego aéreo dudó más
de la cuenta.
Míchel Salgado: regular. Su primer
tiempo no tiene un lunar, pero en la
segunda parte se contagió del nerviosismo general.
Hierro: regular. En el tercer tanto
Jardel le gana la acción. Pasó de la
pulcritud absoluta a la desorientación absoluta, como el resto de sus
compañeros.
Karanka: mal. Fue el más dubitativo atrás, hasta al principio, y se
equivocó en el segundo gol al intentar despejar con el pie en lugar de
con la cabeza.
Roberto Carlos: regular. Pasó de
ofrecer cuarenta y cinco minutos
pletóricos a otros tantos de ende-
blez defensiva en su banda, y también de menor puch ofensivo.
Helguera: bien. Su gran primera
parte y el gol le salvan de la pájara
de la segunda.
Makelele: bien. Hasta que se fue
cojeando fue de los más activos del
equipo, además de marcar un gran
tanto. Se notó su ausencia porque
el equipo pedrió podewr en el centro del campo.
Figo: mal. No tuvo su noche. No se
escondió nunca, porque casi nunca
lo hace en un campo de fútbol, pero
sólo le salió bien el centro del primer tanto. Poco para un hombre
como él, que debe desequilibrar los
partidos.
Raúl: mal. Participó con mucha inteligencia en el segundo tanto, pero
estuvo menos presente que en
otros partidos y desapareció al final.
McManaman: regular. Trabajó mucho para el equipo, pero lo cierto es
que también terminó ahogándose
en el hundimiento general.
Morientes: regular. Un lejano remate a puerta y mucho trabajo sin brillantez. Como todos sus compañeros, fue de más a menos.
Celades: mal. Con media hora por
delante no fue capaz de hacerse
con el equipo, aunque entró en el
peor momento.
Guti: sin calificar.
Solari: sin calificar
GALATASARAY
Taffarel: regular; Capone: mal. Gica Popescu: bien. Bulent: regular.
Ergun: regular; Okan: regular.
Suat: mal, Umit: bien, Hasan Sas:
notable; Hagi: regular; Jardel: bien.
Fatih: notable. Akin Bulent: regular.
Descargar