Bases para una buena - Adiestramiento Canino Granada

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comportamiento
Adiestradora,
etóloga y técnico
Terapia
Asistida
por Perros
en
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adiestramientocaninogranada.com
La buena
convivencia entre
los animales de
compañía y sus
propietarios ha de
ser un objetivo de
todos. Los factores
que contribuyen
a un correcto
comportamiento
de las mascotas
pueden ser muy
variados, y en
los comercios
pueden encontrarse
herramientas que
ayuden a lograrlo.
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Bases para una buena
tiempo que tenga el propietario para dedicarle se puede plantear enseñarle más
ejercicios nuevos.
educación
canina
Traer objetos
A un perro se le puede enseñar a traer
objetos con uno de los juguetes que más
les gustan como son las pelotas. Es un
ejercicio que resultará sencillo de enseñar a perros con instinto alto de caza.
Es fácil saber si un perro tiene atracción
por la pelota simplemente lanzándosela y observando el interés que muestra
por ir a cogerla. Las pelotas de goma
dura son las más adecuadas, para que
no las pueda romper y tragarse trocitos.
Una vez ha aprendido a traer la pelota
se puede cambiar el objeto. Este ejercicio se suele practicar en el campo, por
lo que cumple varias funciones: a la par
que el perro aprende a traer la pelota
también realiza carreras y ejercita todo
su cuerpo.
En los comercios especializados el propietario tiene que encontrar
artículos y herramientas para fomentar un correcto desarrollo de las
capacidades del perro, procurándole estímulos positivos.
Juguetes para pensar
Podemos decir que el comportamiento
en el perro es el resultado de factores innatos y aprendidos. El equilibrio entre ambos
se alcanza al tratar de mantener las características propias del carácter de un perro
compaginándolas con una educación correcta y unas experiencias positivas.
Este equilibrio entre el comportamiento
innato y adquirido de los animales es fundamental para que un perro sea estable y
sano tanto mental como físicamente. La mejor manera es empezar desde cachorro, con
una buena estimulación, proporcionándole
múltiples estímulos y permitiendo la socialización con otros perros y personas.
Uno de los artículos
que puedes ofrecer
a los propietarios son
los juguetes de goma
dura que se rellenan
de comida.
La mayor cantidad de las pautas de comportamiento adquirido se aprenden en la
etapa de cachorro. Es necesario fomentar
un correcto desarrollo de sus capacidades
procurándole estímulos positivos. En esta
primera etapa el sistema nervioso se está
desarrollando, los circuitos neuronales todavía no están totalmente establecidos y
es necesario facilitarle experiencias que
le estimulen de forma adecuada. Si se le
abandona o se le desatiende las consecuencias se manifestarán más adelante, en
su vida adulta, y podrá mostrarse como
un ejemplar con conductas anómalas. De
este modo, el pleno desarrollo de su potencial se debe trabajar desde las primeras
etapas de su vida.
Bases para la educación
Partiendo de la base de que el perro per
se ya trae un repertorio de conductas innatas, un propietario puede valerse de estas y
potenciarlas para nuevos aprendizajes. Lo
primero que se le enseña es a obedecer a
su dueño, caminar sin dar tirones de correa, a que no eche las patas para saludar,
a tumbarse y quedarse quieto, y sobre todo
a que acuda cuando se le llama.
Si se le enseña todo esto desde pequeño
y en un ambiente seguro, tranquilo y con
refuerzos positivos propiciará conductas
adaptadas y adecuadas al entorno y al contexto en el que se encuentre el perro.
Esto, no obstante, no quiere decir que
no haya que poner límites a las conductas que no sean las apropiadas, ya que si
un propietario siempre es permisivo en
todo lo que haga el perro estará criando
finalmente a un “tirano” en lugar de a
una mascota educada, obediente, simpática y juguetona. Por lo tanto, si el perro
necesita una reprimenda ante comportamientos no adecuados, no hay que obviarla, para evitar que vayan a más este
tipo de comportamientos y pasen a ser
problemas serios de comportamiento
y/o conductas anómalas.
En conclusión, el comportamiento del
perro son los movimientos, sonidos y
posturas a través de los cuales el perro
se comunica, y para entenderlo debemos conocer los tres factores primordiales que lo explican: su carácter, la inteligencia del perro y la comunicación.
Otro de los artículos que los comercios especializados pueden ofrecer a los
propietarios para la educación de sus
perros son los juguetes de goma dura
que se rellenan de comida: su mayor diversión radica en ese relleno y en que
son muy resistentes, de forma que el
perro puede estar durante mucho rato
Si desde cachorro se le proporciona
una estimulación adecuada con salidas
a la calle, juegos y normas básicas de
obediencia, de adulto será un perro con
comportamientos adecuados.
El material básico
Para educar a un perro en obediencia básica los materiales necesarios son
simples y fáciles, y podemos ofrecerlos
todos ellos en nuestro comercio:
• Una correa (de cuero o nailon suave al
tacto).
• Un collar (de cuero o nailon, que no sea
muy grueso).
• Una bolsita de premios (chuches para
perros).
• Pelotas para jugar.
• Una cama donde poder indicarle que
será su sitio.
• Comedero y bebedero de metal.
Una vez que ha aprendido lo más básico y dependiendo de la capacidad de
aprendizaje del perro, edad, sexo, raza y
El comportamiento del perro tiene una parte innata y otra aprendida.
Cuando hacemos referencia al comportamiento innato nos referimos
al comportamiento que hereda genéticamente, que viene predeterminado ya antes de nacer al igual que otras características como puede
ser el tamaño que alcanzará de adulto, color y longitud del pelo, etc.
Por el contrario, el comportamiento adquirido es el que el perro aprende
a lo largo de la vida. En este caso, el ambiente, la educación y las experiencias son determinantes y puede cambiarse a través de un aprendizaje adecuado. Se trata de un comportamiento individual diferente en
cada perro.
royendo el juguete. Debe rellenarse de
forma que el perro al cogerlo tenga un
premio inmediato, y poco a poco ir
complicándoselo.
Más allá de pelotas, muñecos que
hacen ruido y demás artilugios que se
usan habitualmente, se trata de juguetes con los que se consigue hacer pensar al perro, mediante el olisqueo y el
método de prueba y error, con varios
niveles de dificultad. En sus primeros
niveles son sencillos, tipo el juego del
“trilero” en el que se esconden los premios debajo de un vaso y el perro tiene
que olerlo para saber dónde está y levantarlo para llegar a él, o el Dogspinny, donde deben hacer girar un disco
para encontrar el premio. Explícale al
propietario que el mundo de los juguetes para perros ha avanzado muchísimo en los últimos años y merece
la pena conocerlo. Seguro que tanto él
como su perro lo agradecerán.
Algunos comportamientos innatos
El perro se comunica a través de vocalizaciones,
gestos y el lenguaje corporal para denotar sus emociones, deseos, necesidades y relaciones sociales.
Por ejemplo, el movimiento de la cola y dar brincos
significa que está de buen humor, el ladrido largo y
continuado denota soledad, si muerde la correa es
porque trata de imponer su autoridad, etc. Veamos
algunos de sus comportamientos más habituales:
Sacudir objetos o la comida
Husmear
El lobo sacude su presa por la nuca
para matarla, así como ciertas partes del cuerpo de su presa para desgarrarlas. Ante ciertos objetos, sobre
todo si son ligeros y flexibles, el perro
actúa como si fuera una presa.
Lamer
Dar la pata
El lamer va unido a la higiene corporal o a sabores
especiales. El perro intentará lamer en muchas ocasiones atraído por la necesidad de contacto físico
reconfortante con respecto a los semejantes. La lengua del perro es la zona más sensible de su cuerpo,
por lo que le proporciona una gran intensidad de
contacto. En el lenguaje del perro, lamer es una
manera de anular las posibles respuestas agresivas
de su superior. El ácido butírico que está en nuestro
sudor y por lo tanto en la piel, refuerza la tendencia
a lamer por el sabor característico que tiene.
Muchos perros dan la pata sin que
previamente se les haya reforzado
esta conducta, por lo que es más
una petición a un dominante que un aprendizaje gracioso. Los cachorros al mamar presionan el vientre de
la madre pidiendo que salga más leche. Tras varias
observaciones a perros se ha comprobado que este
movimiento lo realizan ejemplares sumisos ante una
petición a un ejemplar dominante. Las mascotas lo
hacen para pedir algo, como juego o atención.
El olfato es su sentido más desarrollado, y se podría decir que
el perro ve el mundo a través de
su nariz, o al menos lo interpreta.
Además de tener más células sensoriales en su nariz que nosotros,
posee un segundo órgano olfativo
en el paladar, detrás de los incisivos, que nosotros no tenemos.
Si olfatea a su antojo aprenderá
mejor el camino a casa.
Jadear
Innato y adquirido
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La mayor cantidad de las pautas
de comportamiento adquirido se
aprenden en la etapa de cachorro.
WilleeCole Photography/shutterstock.com
comportamiento
Eva Dengra
en portada
Es la manera que tiene el perro de regular su temperatura. Abriendo la boca, sacando la lengua
y manteniendo ésta húmeda, la evaporación se
encarga del resto. La frecuencia de inhalar y exhalar el aire hace que esta regulación se efectúe más
rápidamente. Si la temperatura es baja esto no se
produce, por lo que ayuda a mantener su temperatura corporal.
Mover la cola
Es la forma de equilibrar el valor energético ante
fuertes estímulos que le provocan cierta excitación,
mientras algo le impide quemar el exceso de calorías destinadas a la actividad. En la vida cotidiana
el perro mueve la cola cuando ve una eminente
gratificación. También muchos perros mueven la
cola cuando están a punto de lanzar un ataque.
Sacudirse
El perro se sacude cuando necesita estar más preparado para una actividad. Al sacudirse, mejora su
riego sanguíneo y tonifica sus músculos.
Aullar
Los perros se comunican básicamente con el
ladrido, pero también aúllan como los lobos, aunque mucho menos. El motivo es el significado de
ese sonido, idéntico en ambos casos: su función es
sincronizar y reunir a la manada para la acción. Los
perros domésticos no tienen esa necesidad, llevan
una vida tranquila, encuentran comida, protección,
y compañía sin el menor esfuerzo. Al perro doméstico le pasa algo parecido cuando es separado a
la fuerza del lugar que le es propio; en ese caso
lanzan el “aullido de soledad” con idéntica función
que el “aullido del grupo”. Si un perro aúlla con
insistencia puede que se sienta solo, es su forma de
llamar al resto.
Escarbar después de orinar
Al escarbar con vigor levantando tierra no pretenden ocultar sus deyecciones como los gatos, sino
que desean añadir marcas visuales que señalen
hacia la orina, que no es una simple evacuación
de la vejiga, sino una auténtica tarjeta de visita,
la forma de marcar el territorio. No hay que prohibirle hacerlo, pues es absolutamente natural en el
macho y en algunas hembras.
Eldad Carin/shutterstock.com
en portada
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Meter la cola entre las patas
Esta posición significa miedo, inseguridad, subordinación, etc. La causa es simple: al bajar la cola
y curvarla hacia el interior, entre las patas traseras,
está eliminando la posibilidad de desprender ningún olor de su región anal. Equivale a la persona
insegura que desvía la mirada.
Rascar en el suelo
Los perros encuentran frescor en verano y calor en
invierno al excavar.
Dar vueltas en círculo antes
de acostarse
Siempre se ha creído que era una reminiscencia de
su pasado salvaje: las vueltas les permitían aplastar
las hierbas para estar más cómodos y mullidos. Pero
ahora es más aceptada la teoría de que sea un
simple ejercicio para adaptar su columna vertebral
a la postura, enrollada en círculo, que suelen adoptar al dormir.
Perseguirse la cola
Puede parecer un juego, pero lo cierto es que la
causa es, por lo general, una reacción ante unas
condiciones antinaturales o aburridas. Es una pauta
de conducta frecuente entre los perros que pasan
mucho tiempo solos: podríamos decir que la cola
se convierte en el mejor compañero o al menos el
único disponible. Esta sería una conducta repetitiva
y estereotipada.
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