capítulo ii

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Capítulo II
Marco Teórico
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CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
1. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN
Como antecedentes a la presente investigación, se puede ubicar
a
Álvarez, A (2010), “Análisis del derecho a la defensa y la representación sin
poder en la legislación venezolana”, trabajo especial de grado para optar al
título de Abogado en la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacin.
En dicho
estudio se analizó el derecho a la defensa y la representación sin poder en la
legislación venezolana con la finalidad de difundir los mecanismos que
poseen los particulares para poder ejercer de forma efectiva la defensa de
sus intereses frente a la administración de justicia, dentro de la referida
modalidad procedimental.
La investigación fue de tipo documental de carácter descriptivo, por cuanto
la información recabada fue extraída de textos, leyes, la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (1999), el Código de Procedimiento Civil
(1987), la Ley del Abogado, el Código de Ética Profesional del Abogado y la
jurisprudencia nacional, y se empleó la observación documental como
técnica para la recolección de datos.
Como resultado se determinó que todo aquel que reúna las cualidades
necesarias para ser apoderado judicial puede ejercer la representación sin
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poder tras lo cual se obliga el cumplimiento de los deberes y inherentes al
ejercicio de derecho a la defensa, dispuesto en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, aportando elementos útiles a la
elaboración teórica de la representación judicial en Venezuela.
A su vez, Atencio F, (2010), en la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín,
realizó una investigación que llevo por título “Análisis de las nulidades en los
medios probatorios en el proceso penal venezolano”. Trabajo especial de
grado para obtener el título de Abogado. Sustentada en los fundamentos
teóricos de Balzán (2002), Riera (2008), Zambrano (2009), Echandía (2004),
Morales (2009) y en las normas del Código Orgánico Procesal Penal
La metodología de la investigación fue de tipo documental y la población
estuvo constituida por todos los documentos legales, guías y jurisprudencias.
Los resultados se enfocaron bajo el análisis de contenido de las nulidades en
los actos procesales, utilizando como objeto de estudio los medios de prueba
dentro del proceso penal venezolano , obteniendo así una síntesis de la
existencia de las nulidades y de las consecuencia que esos actos procesales
denominados medio de prueba sufren en el desarrollo del proceso, aportando
a su vez elementos útiles a la elaboración teórica de las nulidades dentro del
ordenamiento jurídico venezolano.
Finalmente, Colina O, (2004), en la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacin,
realizó una investigación titulada “El régimen de las nulidades procesales en
el Código Orgánico Procesal Penal”. Trabajo Especial de Grado para obtener
el título de Abogado. Dicha investigación, tuvo como objetivo analizar el
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régimen de las nulidades procesales establecidas en el Código Orgánico
Procesal Penal.
Por otra parte, estuvo basado dicho en materia penal y procesal penal, el
cual es considerado como el mecanismo legal o instrumento procesal, que
surge como una forma de regular los vicios que se presentan a la sombra del
proceso penal creado por el Estado, mediante el cual, es el juez quien
sancionará a las partes dentro del mismo, que han actuado de una forma
írrita o que hayan incumplido las disposiciones contenidas en la ley.
De acuerdo con los resultados obtenidos se concluyó que en cuanto al
régimen de las nulidades, los expertos que conocen las actuaciones
susceptibles de ser declaradas nulas, en virtud de su régimen, las cuales
incluyen las nulidades absolutas, relativas y de oficio, son el aseguramiento
de que cuando no sea posible sanear un acto, ni convalidarlo, el juez debe
declarar de oficio la nulidad, y
el efecto de la decisión será ordenar la
reposición de la causa al estado en que se dicte nuevo fallo, aportando a su
vez elementos útiles a a
l elaboración teórica de las nulidades dentro del
ordenamiento jurídico venezolano.
2. BASES O FUNDAMENTOS TEÓRICO-LEGAL-DOCTRINARIO
El desarrollo de la investigación requiere de un sustento legal y
doctrinario relacionado con los mecanismos conferidos en el Código de
Procedimiento Civil (1987), para impugnar la representación judicial de las
partes según la jurisprudencia venezolana, configurando el marco referencial
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propiamente dicho de la investigación, por lo que se pretende un análisis en
forma detallada, de acuerdo con los objetivos específicos planteados, las
categorías y sub-categorías, así como la unidad de análisis.
2.1. MECANISMOS PARA IMPUGNAR LA REPRESENTACIÓN JUDICIAL
DE LAS PARTES
La realización de los actos procesales requiere actividad de partes que
deberán ser realizados bajo un complemento de capacidad de la cual las
partes mutuamente no disponen la capacidad postulatíva.
El estudio de esta capacidad obliga a partir de la revisión
de la
denominada representación a nivel general, del contrato de mandato y del
poder, como mecanismo que acredita el ejercicio de la representación.
2.1.1. REPRESENTACIÓN
En lo concerniente a la representación, ésta consiste en realizar actos
jurídicos con efectos directos, en provecho y en contra de una persona
jurídica o física. Así lo prevé el artículo 1.169 del Código Civil (1982), cuando
establece que los actos cumplidos en los límites de sus poderes por el
representante en nombre del representado producen directamente sus
efectos en provecho y en contra de este mismo.
En referencia a lo expuesto se puede decir, que la representación es la
facultad que tiene una persona de realizar actos jurídicos en nombre de otra.
Para, Ossorio (2001, p. 867),
esta figura puede derivar de mecanismos
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legales o convencionales, pudiendo en el primero de los casos poseer
carácter imperativo y complementario de la capacidad de determinadas
personas, sin posibilidades físicas o mentales plenas, o por causas
especiales.
Por otra parte, Calvo (2006, p. 647) expone que hay dos conceptos de la
representación. El primero de ellos es el amplio, entendiéndose que la
representación es un hecho jurídico por el cual un sujeto realiza un acto
jurídico en lugar de otra persona. Para el mencionado autor, en este
concepto encuadran las dos formas de representación directa e indirecta.
Además, se destaca en ese concepto, una idea de cooperación jurídica y otra
de intereses. Ambos elementos son constatables en toda clase de
representación.
El segundo es restringido, al señalar que la representación es una forma
de sustitución en la actividad, por la cual una persona ocupa el lugar de otra
para realizar un acto en nombre o por cuenta de ella, concepto éste que
corresponde a la representación directa. Este es, también, el concepto
normal o corriente que se da al término representación en el campo jurídico.
En palabras de Puppio (2006, p. 277),
La representación puede ser legal cuando deriva de una
imposición de la ley o bien, voluntaria en el caso de confe rir a la
persona conforme al contrato de mandato previsto en el artículo
1.684 del Código Civil (1982), o judicial, cuando el Juez designa el
representante.
En opinión de los investigadores, la representación consiste en la
´posibilidad legal o convencional de facultar a otra persona para la realización
de actos de la vida jurídica en nombre de quien los faculta.
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2.1.1.1. CONTRATO DE MANDATO
Según, el artículo 1.684 del Código Civil venezolano (1982), el mandato
es un contrato por el cual una persona se obliga gratuitamente o mediante
salario a ejecutar uno o más negocios por cuenta de otro que le ha
encargado de ello. Gorrondona (1996, p. 411), haciendo mención al artículo
antes mencionado, expone que es esencial al mandato que éste sea un
contrato, que exista
un encargo de una de las partes a la otra, que el
encargo tenga por objeto la ejecución de uno o más actos jurídicos, así como
también que los actos en cuestión vayan a ser ejecutados por cuenta del
mandante y que la otra parte se obligue a ejecutar el encargo.
Para, Calvo (2006, p.1.049), el contrato de mandato, es aquel mediante
el cual una persona mandante encarga a otra (mandatario) el desempeño o
realización de determinados negocios o actos jurídicos, en su representación.
Por otra parte, González (1996, p. 522), expresa, que el contrato de
mandato reposa en la confianza que tiene el mandante en el mandatario y
requiere de la acepción de este último; que es unilateral pero podría llegar a
ser sinalagmático imperfecto, también que es gratuito o remunerado,
entendiéndose que es gratuito cua ndo no hay convención en contrario, y que
también puede ser especial, para un negocio determinado o general, para
todos los negocios del mandante, pero el concedido en términos generales
no comprende más que los actos de simple administración, no pudiendo el
mandatario excederse de los límites del mandato.
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Aunado a ello, Gorrondona (1996, p.411), expone que aun siendo
unilateral el mandato, ya que obliga sólo al mandatario, éste a su vez, puede
originar obligaciones posteriores al mandante, razón por la cual se clasifica
como sinalagmático imperfecto, no obstante, cuando el mandante ha
prometido una remuneración al mandatario, el contrato, según la doctrina
dominante es bilateral. De igual manera, el mandato es en principio in tuitu
persona
respecto
de
ambas
partes,
lo
que
tiene
consecuencias
especialmente, en cuanto a la relevancia del error en la persona y en lo
relativo a la extinción del contrato.
El contrato, puede ser de ejecución instantánea o de tracto sucesivo y
engendra obligaciones principales, es también consensual pero en casos
especiales, podría ser solemne, en consecuencia, nada impide que las partes
fijen los términos en que ha sido conferido para que de esta forma el
mandatario pueda actuar ciñéndose a las facultades que le han sido
conferidas, ejecutándolas con la diligencia de un buen padre de familia.
Sostiene, Calvo (2006, p. 1050), que éste se puede clasificar desde
diversos puntos de vista : por la forma de manifestación de la voluntad del
mandante, el mandato puede ser expreso o tácito. Además puede ser
general o especial. General si sólo se autoriza n actos de administración, más
no de disposición o de gravamen, y especial, cuando es para actos
determinados; en cuanto a la forma puede celebrarse por escritura pública o
por poder notariado y, por acta ante el juez que conoce de la causa; por otra
parte, puede ser gratuito o remunerado.
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De acuerdo a las posturas de los autores, expuestos en líneas anteriores,
para los investigadores el mandado es un contrato, en el cual existe un
encargo de una de las partes a la otra, siendo en principio de carácter
unilateral, puede ser gratuito o remunerado y pudiendo ser de ejecución
instantánea o de tracto sucesivo.
2.1.1.2. REQUISITOS DEL MANDATO
Como antes quedó expuesto, para Gorrondona (1996, p. 411), es
esencial al mandato como requisito, que éste sea un contrato, así mismo
debe existir encargo de una de las partes a la otra, que el encargo tenga por
objeto la ejecución de uno o más actos jurídicos, así como también que los
actos en cuestión vayan a ser ejecutados por cuenta del mandante y que la
otra parte se obligue a ejecutar el encargo.
Por otra parte, González (1996, p. 521), expone que el mandato debe ser
como primer requisito un contrato, que exista un encargo para ser ejecutado
por una parte a cuenta de otra, de lo que se deduce que puede ser general,
si es para todos los negocios o especial, para un solo negocio, que el
encargo sea ejecutado por cuenta del mandante y que dicho encargo sea
ejecutado en forma gratuita o por salario.
Para los investigadores, el contrato de mandato debe cumplir las
exigencias generales de todos los contratos, como lo son la capacidad de las
partes, el consentimiento, el objeto y causa lícitos y las formalidades
especiales establecidas por el legislador en algunos casos especiales.
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2.1.1.3. TIPOS DE MANDATOS
El mandato, según Gorrondona (1996, p. 413), se clasifica desde
diversos puntos de vista, las principales clasificaciones dentro del derecho
civil son:
- Por la forma de manifestación de la voluntad del mandatante, el
mandato puede ser expreso o tácito. El mandato puede ser expreso o tácito,
y su aceptación puede ser tácita y resultar de la ejecución del mandato por el
mandatario ex artículo 1.685 del Código Civil (1987). En razón a lo expuesto,
el alcance de esta norma consiste en aclarar que tanto el asentimiento del
mandante, como el asentimiento del mandatario, pueden ser expresos o
tácitos.
Igualmente, debe destacarse, que para algunos autores la clasificación
del mandato expreso o tácito se hace exclusivamente en relación con la
forma de asentimiento del mandante, no del mandatario.
Por la extensión de las intereses del mandatante respecto de los cuales
versa, el mandato puede ser general o especial. Si se atiende a la forma en
que se señalan las facultades conferidas al mandatario para la ejecución de
su encargo, el mandato puede ser concebido en términos generales o
expreso. En este sentido, mandato expreso es el que señala específicamente
las facultades que se confieren al mandatario, y mandate concebido en
términos generales el que lo las señala así.
- Aunque el mandato es, en principio, un contrato consensual, deben
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hacerse algunas advertencias.
A) El mandato judicial (mandato para comparecer enjuicio) está
sometido a reglas formales que corresponde estudiar en Derecho Procesal
civil.
B) El mandato para contraer matrimonio es solemne: Requiere para su
existencia que sea otorgado ante un Registrador Públi co o ante el funcionario
competente, si se confiere en el extranjero, ex artículo 85 del Código Civil (1987).
C) El mandate para realizar un acto solemne debe cumplir las mismas
formalidades que el acto en cuestión, siempre que las solemnidades de este
hayan sido establecidas en protección de las partes, o por lo menos de la
parte que confiere el mandato. Una aplicación expresa del principio se
encuentra en materia de donaciones cuando se dispone que el mandate para
donar
debe
otorgarse
en
forma
auténtica
si
se
trata
de
cosas
o derechos cuya donación debe hacerse en dicha forma ex artículo 1.438 del
Código Civil (1987).
D) El mandate para celebrar en nombre de otro un acto para el cual la
ley exija instrumento otorgado ante un registrador subalterno debe ser
otorgado en la misma forma; pero si el poder se refiere a actos para los
cuales es necesaria y suficiente la escritura privada, puede ser otorgada en
esa misma forma, aunque el acto se otorgue ante un registrador, ex artículo
1.169 del Código Civil (1987). El alcance de tales preceptos es dudoso:
a) En cuanto al supuesto de hecho, puede discutirse el alcance de las
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expresiones "un acto para el cual exija la ley instrumento otorgado ante un
registrador subalterno" y "actos para los cuales es necesaria y suficiente la
escritura privada". En efecto, podría sostenerse que la ley se refiere a actos
en que dichos instrumentos se exijan "ad solemnitatem", o que se refiere a
actos en que dichos instrumentos se exijan "ad solemnitatem", "ad
probationem",
o
para
ser
oponible
a
terceros.
Si
se
adopta
la
primer interpretación, el alcance de la norma se reduce prácticamente a
exigir para el mandato la misma solemnidad que se requiere para el acto en
orden al cual se confiere.
En el segundo caso, habría que concluir que la ley también exige para el
mandato la forma que exige "ad probationem" o so pena de inoponibilidad
para el acto e n orden al cual se confiere.
b) En cuanto a la consecuencia jurídica, se puede discutir a su vez si la
forma requerida para el mandate se exige "ad solemnitatem" o "ad
probationem". Debe sostenerse que la forma requerida para el mandate sea
de la misma naturaleza que la requerida para el acto en orden al cual se
confiere.
2.1.1.4. PODER
Dispone el Código de Procedimiento Civil (1987), en su artículo 150 que
cuando las partes gestionen en el proceso civil mediante apoderados, estos
deben estar facultados por mandato o poder. Según Tapia (2001), el poder
para actuar en juicio es:
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Es la facultad conferida por una persona capaz, mediante un
instrumento otorgado ante un funcionario autorizado para dar fe
pública, para que otra persona haga en nombre del otorgante lo
mismo que este haría en un determinado juicio para la mejor
defensa de sus derechos.
El poder, es el instrumento que faculta a hacer en nombre de otro, lo
mismo que alguien haría por sí mismo en determinado asunto, por extensión
se denomina también poder al instrumento en que se hace constar aquella
facultad. Para, Calvo (1990), el poder debe ser conferido por persona capaz,
es decir, en pleno ejercicio de sus derechos civiles, o un abogado; el
instrumento debe ser otorgado ante un funcionario a quien la ley autorice
para darle fe pública a los actos que se celebran en su presencia.
De igual forma, el autor antes mencionado, expone que los funcionarios
autorizados por la ley para registrar poder, son judiciales, notariales, en el
registro público, ante los funcionarios consulares venezolanos en el exterior,
y finalmente podrá también otorgarse el poder ante un agente del servicio
exterior de la República en el país del otorgamiento.
A este respecto, para los investigadores el poder es, el mecanismo por el
cual se faculta hacer en nombre de otra persona, lo mismo que este haría por
sí mismo en determinado asunto, el cual debe ser conferido por persona
capaz y debe ser otorgado ante un funcionario a quien la ley autorice.
2.1.1.5. FORMALIDADES DEL PODER
Puppio (2006), afirma que, el poder para los actos judiciales debe
otorgarse en forma pública o auténtica. Por lo tanto, el poder debe ser
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autorizado con las solemnidades legales por un registrador, un juez o un
notario u otro funcionario que tenga facultad para darle fe pública, según lo
establece en el artículo 1.357 del Código Civil (1982), o ante un agente del
servicio exterior de la República en el país del otorgamiento.
Para efectos procesales puede ser según, el artículo 157 del Código de
Procedimiento Civil (1987), el poder para actos judiciales debe otorgarse en
forma pública o auténtica. Si el otorgante no supiere o no pudiere afirmar, lo
hará por él un tercero, expresándose en esa circunstancia en el poder. No
será válido el poder simplemente reconocido, aunque sea registrado con
posterioridad.
2.1.1.6. RÉGIMEN LEGAL SEGÚN EL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL
En lo concerniente al régimen legal según el Código de Procedimiento Civil
(1987), se encuentra establecido desde el artículo 150 al 169. Desglosando cada
uno de ellos, el artículo 150, establece que los apoderados deben estar
facultados con mandato o poder, mediante el cual una persona encarga a otra el
desempeño o realización de determinados negocios, en su representación.
Referente al artículo 151, establece que el mandato o poder debe estar
registrado o notariado, de no ser así, no será válido aunque sea registrado con
posterioridad, si el otorgante no supiere o no pudiere firmar, lo hará por él un
tercero, expresándose ésta circunstancia en el poder.
En cuanto al artículo 152, que indica que el mandato podrá ser conferido en
las propias actas del expediente, haciendo constar que se autoriza a un abogado
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para representar en juicio a otra persona, caso conocido como del poder apud
acta.
Referente al artículo 153, indica que el poder se presume otorgado para
todas las instancia y recursos ordinarios o extraordinarios. Seguidamente, ex
artículo 154, que establece que el poder faculta para la realización de todos los
actos del proceso, pero para que el apoderado pueda realizar aquellas
actividades que se han reservado exclusivamente al poderdante, tales como de
convenir en la demanda, desistir, transigir, comprometer en árbitros, solicitar la
decisión según la equidad, hacer posturas de remates, recibir cantidades de
dinero y disponer del derecho en litigio, se requerirá que dichas facultades se
encuentren expresamente establecida en el texto del poder.
En el contenido del mandato judicial debe hacerse referencia a la extensión
de poderes que el porderdante otorgue a su apoderado, por lo tanto, el
instrumento debe hacer constar las facultades conferidas al abogado. Todo
mandato tiene un límite que no puede ser excedido.
El artículo 155, expresa las formalidades que establece el legislador a los
fines del otorgante de poder en nombre de otro, entre las cuales se encuentra la
indicación de los soportes instrumentales que justifican dicha atribución, y que la
no exhibición de dichos instrumentos dará pie a la posible impugnación del poder.
De allí, que el mencionado artículo, establece los deberes a ser cumplidos en
los casos de otorgamiento de poder a nombre de otra persona, natural o
jurídica. Uno por parte del otorgante, cual es enunciar y exhibir al funcionario
los documentos auténticos, gacetas, libros o registros que acrediten la
representación que ejerce.
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El otro, que corresponde al funcionario, de dejar constancia mediante
nota, de los documentos, gacetas, libros o registros que le han sido
exhibidos, con expresión de sus fechas, origen, procedencia y demás datos
que concurran a identificarlo.
En cuanto al artículo 156, se trata de la impugnación del poder en cuanto al
deber de exhibición, el legislador regula el derecho a la contraparte en juicio de
solicitar la exhibición de los mencionados títulos de los cuales se desprenda la
representación ejercida al conferir al poder en nombre de otro.
Referente al artículo 157, dicta que si el poder es otorgado en un país
extranjero, éste deberá cumplir con las formalidades establecidas para dichos
instrumentos, en caso contrario deberá tener las formalidades establecidas en las
leyes del país de su otorgamiento. De igual forma, el artículo 158, indica que el
ejercicio de un mandato es una facultad, más no una obligación, de allí que sea
potestativo del abogado su aceptación o rechazo. Se presumirá aceptado desde
que el abogado se presente con él en juicio.
En el artículo 159, regula la posibilidad de sustitui r el mandato judicial,
estableciendo que aceptado el mandato, al abogado aceptante podrá sustituirlo
en la persona que el poderdante le hubiese designado. En el poder se puede
prohibir la sustitución, pero en caso de que el abogado se vea impedido para
continuar con su ejercicio por motivo grave, deberá avisarlo a la brevedad al
poderdante. Así mismo, los artículos 160 al 162, se determinan la sustitución del
sustituto; además, de la sustitución parcial en poderes generales y las
formalidades para que esta se lleve a cabo.
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Estableciendo estos, qué el sustituto podrá sustituir, siguiendo lo que a este
respecto se determine en el poder y las reglas establecidas en el artículo
precedente, las sustituciones pueden ser especiales, aun cuando el poder sea
general, las sustituciones de poderes y las sustituciones de sustituciones, deben
hacerse con las mismas formalidades que el otorgamiento de los poderes.
De igual forma, el Código de Procedimiento Civil (1987), en sus artículos 163
y 164, regula las obligaciones y responsabilidad del apoderado y del sustituto
respecto de la sustitución, estableciendo que los apoderados y los sustitutos
quedarán sujetos a las responsabilidades que establece el Código Civil (1982)
para los mandatarios. De igual forma se regulan las facultades del apoderado y
del sustituto donde se establece que tanto el apoderado como el sustituto quedan
sometidos, en cuanto a sus facultades, a las disposiciones del Código Civil (1982)
sobre mandato.
En cuanto a los artículos 165 al 169, regulan y establecen las causales de
cesación de la representación judicial, entre las cuales se incluye la muerte,
interdicción, quiebra o cesión de bienes del mandante o del apoderado o
sustituto, por la renuncia del apoderado o la del sustituto. Así como también
queda regulado la responsabilidad de los mandatarios, además de la facultad del
mandatario y del sustituto, exponiendo cuando hay revocatoria del poder. De
igual forma, quienes pueden ejercer el poder en juicio, y quienes pueden ejercer
una representación sin poder; del mismo modo, los límites de representación y el
deber de lealtad y probidad entre las partes y el deber de decoro en el litigio.
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Por otra parte, se considera relevante recordar que, de conformidad con el
artículo 136 del Código de Procedimiento Civil (1987):
“Son capaces para obrar en juicio, las personas que tengan el libre
ejercicio de sus derechos, las cuales pueden gestionar por sí mismas
o por medio de apoderados, salvo las limitaciones establecidas en la
ley”, y que en adición, establece a su vez el artículo 137 eiusdem que:
“Las personas que no tengan el libre ejercicio de sus derechos,
deberán ser representadas o asistidas en juicio, según las leyes que
regulen su estado o capacidad”.
En razón de ello, se entiende entonces que para poder asumir la posición de
parte dentro del proceso se requiere poseer la respectiva capacidad, ya no la
simple capacidad de goce, sino la de ejercicio, es decir, no sólo la expectativa de
ser sujeto de derechos y obligaciones, sino la efectiva posibilidad de ejercerlos,
por tal motivo aquellos sujetos que sufren limitaciones en el ejercicio de su
capacidad deberán estar representadas en juicio por aquellas personas que
complementen dicha limitación en el ejercicio de la capacidad (padre, madre,
tutor, curador), quienes pueden representarlas en juicio.
En complemento establece el artículo 3 de la Ley de Abogados (1967) que:
“Para comparecer por otro en juicio, evacuar consultas
jurídicas, verbales o escritas y realizar cualquier gestión
inherente a la abogacía, se requiere poseer el título de
abogado, salvo las excepciones contempladas en la Ley”; de
manera tal que: “Los representantes legales de personas o de
derechos ajenos, los presidentes o representantes de
sociedades o cooperativas, asociaciones o sociedades civiles o
mercantiles que no fueren abogados, no podrán comparecer en
juicio a nombre de sus representados sin la asistencia de
abogados en ejercicio”.
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De la norma en referencia, se determina la existencia de una especial
capacidad para comparecer en juicio en nombre de otro: la denominada
capacidad postulativa o ius postulandi, que no corresponde a cualquier
persona que pueda actuar en nombre de otro (como el caso de quien
representa orgánicamente a un ente societario o al apoderado civil de
administración y disposición), sino que sólo es conferida a los
profesionales del derecho que hayan cumplido con los requisitos
previamente establecidos por el mencionado texto legal.
Por ello, quien acude al expediente para actuar en juicio requerirá
estar acompañado por un abogado (bajo el régimen conocido como de
“asistencia”) o deberá otorgar un poder o mandato judicial al profesional
del derecho para que este actúe en su nombre y en representación, bajo
el régimen conocido como de representación.
2.1.2. IMPUGNACIÓN DE LA REPRESENTACIÓN JUDICIAL
El legislador venezolano plantea dos situaciones con respecto al
mecanismo para impugnar a la representación judicial de las partes, una de
estas es el caso específico cuando se impugna el poder por el cual el
representante judicial del demandante plantea la demanda que establece las
cuestiones previas del ordinal 3° del artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil (1987). Por el contrario, el legislador no establece
mecanismo expreso para verificar la impugnación del poder que acredite la
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representación judicial del demandado ni cualquier otra acreditada en actas
después de la demanda. Todo lo cual se explica a continuación:
2.1.2.1.
IMPUGNACIÓN
DE
LA
REPRESENTACIÓN
DEL
APODERADO ACTOR POR VÍA DE LA CUESTIÓN PREVIA DEL
ORDINAL
3º
DEL
ARTÍCULO
346
DEL
CÓDIGO
DE
PROCEDIMIENTO CIVIL
A continuación se procede a estudiar el caso cuando el legislador permite
que el demandado impugne la representación del demandante cuando
presento la demanda, mediante las cuestiones previas del ordinal 3° del 346
del Código de Procedimiento Civil (1987), esa posibilidad está regulada
expresamente dentro de las cuestiones previas dentro del mencionado
artículo con el fin que el demandante subsané o corrija el efecto u omisión y
mientras tanto es dilatoria porque se posterga la oportunidad de contestar la
demanda.
De allí, que el artículo 346, ordinal 3º del Código de Procedimiento Civil
(1987), contentivo de la segunda de las denominadas cuestiones previas
dilatorias, establece la posibilidad de denunciar la ilegitimidad de la persona
que se presenta como apoderado o representante del actor, por no tener
capacidad necesaria para ejercer poder en juicio o para no tener la
representación que se atribuye o porque el poder no está otorgado en forma
legal, o sea insuficiente.
Las cuestiones previas dilatorias subsanables, establecidas en los
ordinales 2º, 3º, 4º, 5º y 6º del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil
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(1987), confieren al demandado la posibilidad de denunciar la existencia de
defectos u omisiones existentes en la demanda o en el planteamiento de la
pretensión actora y que ameritan ser corregidos antes de que éste proceda a
formular la contestación a la demanda.
Por ello, la proposición de dichas cuestiones ciertamente ocasiona un
efecto dilatorio natural, pues posterga o pospone la oportunidad de la
contestación de la demanda, entretanto se discute su procedencia o se
verifica la subsanación de la manera que, a su vez, establece caso a caso el
artículo 350 del texto adjetivo civil, pero puede ocasionar como efecto
colateral la extinción del proceso, como se determinará en la oportunidad de
revisar su trámite procesal.
En el caso de la impugnación del poder acompañado por el apoderado
del demandante en la oportunidad de presentar la demanda, éste puede ser
atacado por medio de la interposición de la cuestión previa del ordinal 3º del
artículo 346 del Código de Procedimiento Civil (1987).
En este sentido, el legislador, no se refiere a la parte a nivel material,
sino a la parte a nivel formal, es decir, aquel profesional del derecho llamado
a suplir la falta de la capacidad especial requerida para poder actuar en
juicio: la denominada capacidad postulatíva, relacionada con el derecho
constitucional al debido proceso (por medio del derecho a asistencia judicial
de abogado), y legalmente desarrollada por las normas contenidas en la Ley
de Abogados (1967) y el Código de Procedimiento Civil (1987).
30
Por su parte, la mencionada cuestión previa, se refiere particularmente a
las hipótesis derivadas del ejercicio de la acción por parte de una persona
quien dice representar judicialmente al demandante, en caso de que, dicha
persona no posea la exigida capacidad postulativa, bien por no ser abogado,
o bien porque aun siéndolo, no hubiese cumplido con los requisitos
legalmente exigidos para proceder al válido ejercicio de la profesión; aun
siendo abogado en válido ejercicio de la profesión quien demandó en nombre
del actor, procede esta cuestión previa en caso de no existir el instrumento
poder indispensable para éste acredite la representación judicial que se
ejerce en nombre de otro.
Aunado a ello, también procede la denuncia de la cuestión previa en
revisión, cuando aun cuando el abogado en válido ejercicio de la profesional
ejerza facultades conferidas por medio de mandato judicial (poder), éste no
haya sido otorgado en cumplimiento de las formalidades especialmente
exigidas por el legislador, en cuanto el poder debe constar en instrumento
escrito (excluyendo la posibilidad de mandato judicial verbis), y debe ser
otorgado por vía de instrumento público o auténtico, de conformidad con el
artículo 151 del Código de Procedimiento Civil (1987), que establece que: “El
poder para actos judiciales debe otorgarse en forma pública o auténtica”.
Finalmente, procede la mencionada cuestión previa aun el caso de que
quien demande sea abogado en válido ejercicio de la profesión y cuente con
poder escrito y debidamente otorgado que acredite su representación, en
caso de que el texto de éste sea insuficiente, es decir, no confiera al
31
apoderado las facultades necesarias para realizar dichas actuaciones en
nombre de su mandante: en este caso, para plantear la demanda.
Así pues, dicha hipótesis aplica en casos como cuando el legislador
exige poder especial para proceder a la reclamación de determinadas
pretensiones procesales (v.g. el divorcio contencioso), o por el contrario, la
posibilidad de que el apoderado intente por medio de la representación
conferida por medio de un poder especial el ejercicio de una demanda
dirigida a obtener una pretensión diferente a la autorizada especialmente en
el poder.
(A). CONSAGRACIÓN LEGAL
En este sentido, la cuestión previa establecida en el ordinal 3º del artículo
346 del Código de Procedimiento Civil (1987), va dirigida a impugnar la
representación del demandante en el proceso, bien sea por no tener
capacidad necesaria para ejercer poderes en juicio, o por no tener la
representación que se atribuye, o porque el poder no esté otorgado en forma
legal o sea insuficiente, mas no al derecho o potestad necesaria para ejercer
determinada acción.
(B). TRÁMITE
Respecto a las tramitaciones de las mencionadas cuestiones previas, el
legislador diseña un trámite incidental para las cuestiones previas dentro del
cual reproduce una versión simplificada del procedimiento civil ordinario. De
32
modo tal que se podría comparar a la proposición de la cuestión previa por
parte del demandado con la proposición de una pretensión incidental.
Ahora bien, si el demandado propone alguna de las cuestiones previas
dentro los veinte días del denominado lapso del emplazamiento, una vez
terminado dicho lapso, se le confieren al demandante cinco días dentro de
los cuales podrá fijar su posición con respecto a las cuestiones previas
propuestas, y en caso de que dicha posición sea contraria o de resistencia a
la pretensión incidental, efectivamente procederá a abrirse un articulación
probatoria.
Dicha articulación, tendrá un lapso de ocho días, dentro del cual las
partes también podrán presentar sus informes o conclusiones incidentales,
en contenido de los cuales podrían sugerir al juez como debería decidir la
incidencia de conformidad con lo alegado y probado y, a continuación, se
abre el término de diez días para decidir, oportunidad en la cual el juzgador
determinará la procedencia o improcedencia de las cuestiones previas
propuestas por vía de una sentencia interlocutoria, es decir, dictará la
decisión que resuelve el asunto incidental.
Ahora bien, caso antes se explico, si el demandado propuso alguna de
las
cuestiones
previas
dentro
los
veinte
denominado
lapso
del
emplazamiento, una vez terminado dicho lapso, se le confieren al
demandante cinco días dentro de los cuales podrá fijar su posición con
respecto a las cuestiones previas propuestas, y en caso de dicha posición
sea contraria o de resistencia a la pretensión incidental, efectivamente
33
procederá a abrirse un articulación probatoria de ocho días (todos hábiles
para promover y evacuar pruebas).
A continuación, se abre el término de diez días para decidir, oportunidad
en la cual el juzgador determinará la procedencia o improcedencia de las
cuestiones previas propuestas por vía de una sentencia interlocutoria, es
decir, dictará la decisión que resuelve el asunto incidental.
Como producto de dicho trámite el juez pronunciará una sentencia
interlocutoria en la cual declarará con o sin lugar la cuestión previa; decisión
esta que es inapelable, a tenor del articulo 357eiusdem.
De manera tal que declarada sin lugar la cuestión previa, estimando el
juez la inexistencia del defecto u omisión denunciado por el demandado,
corresponderá ahora a éste proceder a contestar la demanda según
establece el artículo 358 del Código de Procedimiento Civil (1987); caso
contrario, declarada con lugar la cuestión previa y estimando el juez la
necesidad de corregir el defecto u omisión denunciado por el demandado, el
legislador confiere al demandante un lapso de cinco días para proceder a la
subsanación forzosa (ex artículo 354 eiusdem); entendiéndose que si el
demandante no subsana debidamente los defectos u omisiones en el plazo
indicado: “el proceso se extingue, produciéndose el efecto señalado en el
artículo 271 de este Código”.
El legislador establece una doble sanción ante la conducta omisiva del
demandante que no subsana el defecto u omisión en la oportunidad de la
subsanación forzosa: por una parte, obra la extinción del proceso, y por la
otra, no podrá volver a proponer la demanda antes del transcurso de los
34
noventas días establecidos en el artículo 271 del Código de Procedimiento
Civil (1987).
(C). SUBSANACIÓN
El trámite de las cuestiones previas contenidas en el segundo grupo,
correspondientes a las de los ordinales 2º, 3º, 4º, 5º y 6º del artículo 346 del
Código de Procedimiento Civil (1987), según indica el ordinal 2º del artículo
358 ídem, en el supuesto que el demandante subsane de manera voluntaria
la cuestión previa opuesta, la contestación tendrá lugar dentro de los cinco
(5) días siguientes a aquel en que la parte subsane voluntariamente el
defecto u omisión conforme al artículo 350.
La parte podrá subsanar la cuestión previa opuesta, referida al ordinal 3º
(artículo 346 Código de Procedimiento Civil) mediante la corrección de los
defectos señalados al libelo, por diligencia o escrito ante el tribunal; en estos
casos, no se causarán costas para la parte actora que subsana el defecto u
omisión.
De no existir objeción alguna por parte de la accionada, a la subsanación
de los defectos denunciados por ella, entonces, deberá dar contestación a la
demanda, dentro de los cinco (5) días de despacho siguientes a aquel que la
parte subsane voluntariamente el defecto u omisión, sin necesidad de que el
juez, de oficio, deba pronunciarse acerca de si la actora subsanó correcta o
incorrectamente, todo ello de acuerdo con el ordinal 2º del artículo 358 del
Código de Procedimiento Civil (1987).
35
En este orden de ideas, y en aplicación a la Sentencia de la Sala de
Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha 16 de Noviembre
de 2001, con ponencia del Magistrado, Dr. Franklin Arrieche G., Expediente
Nº RC-0363-161101-00132, Caso Cedel Mercado de Capitales, C.A, en
contra de Microsoft Corporation, invoca que la filosofía del Código de
Procedimiento Civil, radica en que todos los lapsos allí establecidos, se dejen
transcurrir íntegramente aun cuando antes de su vencimiento se lleve a cabo
el acto para lo cual el lapso se estableció.
Ahora bien, continua la jurisprudencia en comento que una de las
situaciones lo encontramos en el artículo 358 del Código de Procedimiento
Civil, que establece: si no se hubieren alegado las cuestiones previas a que
se refiere el artículo 346, procederá el demandado a la contestación de la
demanda. En caso contrario, cuando habiendo sido alegadas, se las hubiere
desechado, la contestación tendrá lugar, en los casos de los ordinales 2º, 3º,
4º, 5º y 6º, del artículo 346, dentro de los cinco días siguientes a aquel que la
parte subsane voluntariamente el defecto u omisión conforme al artículo 350.
El artículo 358 ordinal 2º del Código de Procedimiento Civil (1987), en
caso de que la parte actora subsane voluntariamente el defecto u omisión
imputado al libelo, si no hay impugnación, el lapso de cinco días para
contestar la demanda comienza a correr al día siguiente de que la actora
subsane voluntariamente sin necesidad de que el juez, de oficio, deba
pronunciarse acerca de si la actora subsanó correcta o incorrectamente.
36
2.1.2.2. IMPUGNACIÓN DE LA REPRESENTACIÓN JUDICIAL DE LAS
PARTES EN OPORTUNIDAD POSTERIOR.
Tomándose en consideración que el mecanismo para impugnar el
defecto de la representación en el poder que presentan las partes demandas
junto con la demanda es la cuestiones previas, sin embargo, el legislador no
desarrolló expresamente un mecanismo para impugnar el poder que
presenta el demandado, lógicamente en oportunidad posterior a la demanda
u otro poder que presenten las partes en oportunidades posteriores a la
demanda, entonces por lo tanto se ha entendido jurídicamente que el
mecanismo para impugnar ese poder es la nulidad lo cual; situación que se
procede analizar a continuación.
(A) NULIDAD
La nulidad es una sanción jurídica, que le resta la eficacia que puede
tener un acto jurídico, que ha nacido con algún vicio o que simplemente no
ha nacido formalmente al mundo del derecho. No obstante que los actos
puedan ser sancionados con la nulidad, mientras ella no haya sido declarada
por el juez que conoce de la causa, el acto no será nulo.
Para, Ossorio (2001, p. 157), ello es especialmente importante en cuanto
la sanción de nulidad tiene un plazo de saneamiento, el que una vez
transcurrido, subsana de ple no derecho la acción de nulidad. En el campo
procesal no todo acto procesal irregular es nulo; sólo habrá nulidad cuando la
irregularidad esté referida a una forma procesal "esencial", y no a una forma
37
procesal "accidental".
Para los investigadores, la acción de nulidad, debe estar fundada sobre
el hecho de no reunirse en el acto impugnado todos los requisitos
necesarios para su validez.
(a) TIPOS DE NULIDAD
Según Calvo (2006), la nulidad puede ser relativa o absoluta. La nulidad
relativa es aquella que puede ser saneada por la voluntad de las partes y la
absoluta aquella que no puede ser saneada por la voluntad de las partes y
que incluso debe ser declarada de oficio por el juez, que conociendo de un
asunto cualquiera, se percata de la existencia de este tipo de nulidad.
La nulidad absoluta es aquella que se produce por un objeto o causa
ilícita o por la omisión de algún requisito o formalidad que las leyes
prescriben para el valor de ciertos actos en consideración a la naturaleza de
ellos, y no a la calidad o estado de las personas que los ejecutan o acuerdan,
y es la intensidad de la sanción de nulidad junto con la intención de la norma
sustantiva imperativa o prohibitiva violada la que distingue entre la nulidad
absoluta y la nulidad relativa del contrato.
En este orden de ideas, la nulidad absoluta, está dirigida a la protección
del orden público o a la salvaguarda de las buenas costumbres. La relativa
está destinada a amparar a una de las partes o un particular que por hallarse
en situación especial, la ley mira con particular simpatía.
Efecto de la nulidad absoluta es la sanción aplicable a la inobservancia
38
de alguna norma imperativa o prohibitiva de la ley, cuando tal norma está
destinada a proteger los intereses del orden público o las buenas costumbres
y a menos que la misma Ley indique que es otra la sanción aplicable o que
ello surja de la finalidad que persigue. Características de la nulidad absoluta:
1) Tiende a proteger un interés público;
2) Cualquier persona interesada puede intentar la acción para que un
contrato se declare afectado de nulidad absoluta;
3) Puede ser alegada en cualquier estado y grado del juicio;
4) No es susceptible de ser confirmado por las partes;
5) La acción de nulidad absoluta no prescribe nunca.
La nulidad relativa , es la que se produce por cualquier otra especie de
vicio y da derecho a la rescisión del acto, y comprende aquellos afectados
únicamente por causas de invalidez. De igual manera, la nulidad relativa sólo
puede ser declarada a petición de parte, cuyos intereses puramente
individuales son protegidos en la ley, en cuyas manos queda la decisión de
determinar y resolver si el contrato ha de ejecutarse a pesar de estar viciado
de nulidad relativa, o si por el contrario, debe ser sometido a la apreciación
del juez para que sea declarada su nulidad.
En referencia al artículo 206 del Código Procedimiento Civil (1987) en
cuyo contenido se establece el denominado principio finalista dentro del
Código de Procedimiento Civil (1987), se expresa claramente que lo jueces
actuaran en procura de la estabilidad de los juicios, con el fin de evitar las
faltas que puedan provocar la nulidad de los actos procesales, dejando claro
39
que en ningún caso será declarada la nulidad, si el acto ya ha alcanzado su
fin. En lo relativo al artículo 207 del código in comento la nulidad de actos
aislados de procedimiento no acarrea las de los actos anteriores ni
consecutivos, independientes del mismo sino que propiciará la renovación
del acto en un término fijado por el tribunal siempre y cuando la causa
estuviese en la misma instancia en que haya ocurrido el acto irritó.
En el mismo orden de ideas, el artículo 208 de mismo código reza que
si la nulidad del acto fuese observada y declarada por un tribunal superior
este repondrá la causa al estado de que dicte nueva sentencia por el tribunal
de la instancia en que haya ocurrido el acto nulo , disponiendo así que antes
de fallar el tribunal haga renovar dicho acto. Por otra parte, según lo
establecido en el artículo 209 del Código Procedimiento Civil (1987), la
nulidad de la sentencia definitiva dictada por el tribunal de la instancia
inferior, que se halle viciada por los defectos que indica el artículo 244 del
Código de Procedimiento Civil, solo puede hacerse valer mediante el recurso
de apelación, de acuerdo con las reglas propias de este medio de
impugnación. La declaratoria del vicio de la sentencia por el tribunal que
conozca en grado de la causa, no será motivo de reposición de ésta, y el
tribunal deberá resolver también sobre el fondo del litigio. Esta disposición no
se aplica en los casos a que se refiere la última parte del artículo 246 del
Código de Procedimiento Civil.
En referencia a lo expresado en líneas anteriores, el artículo 210
eiusdem, establece que en los casos donde los efectos a que se contrae el
40
artículo 244, ocurrieren en la sentencia de la última instancia de un juicio que
fue de admisible y se anuncie y formalice el recurso de casación,
corresponderá al Tribunal Supremo de Justicia decretar la reposición de la
causa y dictar nuevas sentencias.
Así
mismo, el artículo 211 del Código Procedimiento Civil (1987),
referente a la reposición de acto irrito, establece no se declara la nulidad total
de los actos siguientes a un acto irrito, mientras este no sea esencial a la
validez de los actos subsiguientes; siendo éste el caso se ordenará la
reposición de la causa. Respecto al artículo 212, a excepción de tratarse de
quebramiento de leyes de orden público, no podrán decretar ni la nulidad de
un acto aislado de procedimiento ni la de los actos siguientes a uno írrito.
En el mismo orden de ideas, en el caso del artículo 213 del presente
código, quedarán subsanadas las nulidades que sólo puedan ser declaradas
a instancia de parte, si la parte contra quien obre la falta no solicitare la
nulidad en la primera oportunidad e n que se haga presente en autos.
Respectos a la prohibición de solicitar la reposición, el artículo 214
eiusdem hace referencia al hecho de que la parte que haya dado causa a la
nulidad cuando sólo está pueda declararse a instancia de parte o que la
hubiese consentido, no podrá impugnar la validez del procedimiento.
(b) EFECTOS DE LA NULIDAD
La nulidad pronunciada por sentencia ejecutoriada produce como efecto
41
conferir el derecho a las partes para que el acto o contrato sea restituido a la
misma situación en que se encontraban antes la realización del acto.
2.1.3. POSICIÓN DE LA JURISPRUDENCIA VENEZOLANA
La actividad impugnativa es una figura que contribuye a corregir los actos
del proceso, cuando éstos últimos se encuentren diferentes, o se tengan
defectos en su formación. La posición del Tribunal Supremo de Justicia que
es una figura tan amplia en su ejercicio, que abarca las acciones y recursos
necesarios a cada acto procesal que corresponda.
Siguiendo con el mismo orden de ideas es inexcusable no traer a
colación la posición jurisprudencial acerca de la “impugnación del mandato
judicial”, haciéndose la sutil observación que los Tribunales de la República
Bolivariana de Venezuela han establecido cual es la oportunidad procesal
para ejercer el derecho de la impugnación del mandato judicial y cuando se
considera subsanado o convalidado el mismo.
2.1.3.1. TESIS TRADICIONAL
Reiterada
jurisprudencia
del
Tribunal
Supremo
de
Justicia
ha
considerado que la impugnación de los mandatos debe verificarse en la
primera oportunidad inmediatamente después de su consignación en el
proceso, de lo contrario existe una presunción tácita de que ha sido admitida
como legítima la representación que ha invocado el representante judicial.
En tal sentido, que la primera actuación a realizarse por el impugnante se
42
concrete cuando consigne el escrito de promoción de pruebas; para la
realización de tal acto no es necesario actuar directamente en el expediente
mediante diligencia, además hay que considerar; que a lo largo del proceso
existen distintas oportunidades en las cuales se presume que las partes,
atendiendo a su deber de diligencia, revisan el expediente y tienen
conocimiento de las actuaciones.
Bien sea para verificar que se han realizado los trámites necesarios para
la citación y la debida continuación del juicio; atendiendo a que luego de
comprobada la práctica de la misma y previo el transcurso del lapso de ley,
ocurre la contestación de la demanda; después de la cual la contraparte debe
conocer cuáles fueron los planteamiento que allí se plasmaron, a los efectos
de contestar las cuestiones previas que, eventualmente, le pudieron ser
opuestas o la reconvención.
Así pues, también hay que señalar la decisión del Tribunal Tercero de
Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Transito de la Circunscripción
Judicial del Estado Táchira, de fecha del veinticinco (25) de febrero de 2011
causa está referida precisamente sobre la “Impugnación de Poder”. De forma
que en la misma sentencia se dejó establecido como cuestión altamente
significativa la “oportunidad e inclusive la forma para ejercerlo” y la
“convalidación” en los términos siguientes:
La impugnación del mandato judicial debe estar orientada mas que a
resaltar la carencia o deficiencia de los aspectos formales del documento,
hacía aquellos de fondo necesarios para que el mismo pueda considerarse
eficaz, es decir los requisitos intrínsecos que de no estar presentes en él,
43
puedan hacerlo inválido para los efectos de la representación conferida, entre
otros la identificación del poderdante, o el no haber sido otorgado ante la
autoridad competente capaz de darle fe pública y la intención del legislador
no puede considerarse dirigida al ataque de meros defectos formales de los
cuales pudiera adolecer el mandato.
2.1.3.2. TESIS NOVEDOSA
La figura o institución jurídica de la impugnación es un género que
expresa o significa “la refutación, objeción, contradicción o el ataque a un
determinado acto del proceso”, haciéndose la acotación además que el
legislador
establece
en
algunas
normas
del
ordenamiento
jurídico
venezolano y a la luz de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (1999), el derecho de “impugnar” como garantía del Derecho a la
Tutela Judicial Efectiva y el Debido Proceso.
Soportes
jurídicos
preestablecidos
en
la
Carta
Fundamental
específicamente en los artículos 26 y 49 respectivamente, advirtiéndose que
el derecho de impugnar no es incompatible ni resulta vulnerado cuando la ley
contempla unos presupuestos de admisibilidad, queriendo decir con esto que
el mismo se encuentra condicionado, ya que para su ejercicio debe sujetarse
al cumplimiento de ciertos requisitos que no son más que limites, como por
ejemplo la “oportunidad” para intentarlo.
Así, se hace obligatorio referir lo establecido por la Sala Constitucional en
sentencia N° 3460 de fecha 10-12-2003, ratificada en fecha 01-03-2007
44
según sentencia N° 365, y acogido por la Sala de casación Civil en diferentes
fallos; el referido criterio contiene lo siguiente:
Con relación a los poderes judiciales, el Código de Procedimiento Civil
prevé expresamente el cuestionamiento del poder presentado por quien
comparece al demandar, como mandatario de la parte actora (artículo 346,
ordinal 3°), lo que da origen a la oposición de una cuestión previa, la cual
como ya lo señaló puede ser subsanada por el demandante en los supuestos
que el poder no esté otorgado en forma legal o sea insuficiente.
Resultando, que con relación a los vicios que contenga el poder que
produzca quien actúa como apoderado del demandado, nada dice el Código
de Procedimiento Civil (1987), sobre la oportunidad y forma de impugnación,
con el agravante para el demandado, que si el mandato fuese declarado
nulo, se le tendría como que no ha dado contestación a la demanda.
A juicio de la Sala, por igualdad procesal y en beneficio del derecho de
defensa del demandado, así como el actor puede convalidar el poder
impugnado mediante la cuestión previa correspondiente, el demandado
podría igualmente hacerlo ante el cuestionamiento del poder otorgado a su
mandatario, y este es el caso de autos.
De la precedente transcripción se observa que es criterio jurisprudencial
considerar que en aquellos casos en que se impugne el poder otorgado por
la parte demandada, se debe conceder la oportunidad para que el
demandado pueda convalidar el poder impugnado por el actor, ello en virtud
de la igualdad procesal y del derecho a la defensa del demandado.
45
3. SISTEMA DE CATEGORÍA
3.1. DEFINICIÓN NOMINAL
Mecanismos para impugnar la representación judicial de las partes
3.2. DEFINICIÓN CONCEPTUAL
El artículo 156 del Código de Procedimiento Civil, no se refiere a un
medio de Impugnación, sino de un mecanismo idóneo para que la parte
contraria pueda acceder a la prueba idónea, a la que se ha referido el
otorgante para conferir el mandato. Así, este mecanismo de Exhibición de los
documentos que legitiman al otorgante, nos permite determinar o constatar si
el poder es ineficaz por la ausencia de la correcta relación entre el conferente
y el apoderado.
3.3. DEFINICIÓN OPERACIONAL
Para los investigadores, la impugnación de la representación judicial,
esto supone, cuando la representación judicial del actor impugna el poder
otorgado por quien no tenía facultad para hacerlo, dicha impugnación resulta
procedente en derecho. Por otra parte, la impugnación del mandato judicial
debe estar más orientada a resaltar la carencia o deficiencia de los requisitos
intrínsecos que a los aspectos formales.
46
CUADRO 1
OPERACIONALIZACIÓN DE LA CATEGORÍA
Objetivo General: Analizar los mecanismos conferidos en el Código de
Procedimiento Civil para impugnar la representación judicial de las partes según
la jurisprudencia venezolana
Objetivos
Categoría
Sub-Categoría
Unidades de
Específicos
Análisis
- Contrato de
mandato
- Requisitos del
mandato
Analizar las
- Tipos de
diferentes formas de
mandato
representación
- Poder
establecidas por el
Representación
- Formalidades
legislador dentro del
del poder
ordenamiento jurídico
- Régimen legal
venezolana.
según el Código
de Procedimiento
Civil
Analizar los
diferentes
mecanismos de
impugnación de la
representación
judicial de las partes
establecidas por el
ordenamiento jurídico
venezolana
Analizar la posición
establecida por la
jurisprudencia
Venezolana acerca
de los mecanismos
de impugnación del
Mecanismos
para impugnar
la
representación
judicial de las
partes
Impugnación de la
representación
judicial
Posición de la
jurisprudencia
venezolana
- Impugnación de
la representación
del apoderado
actor por vía de
la cuestión previa
del ordinal 3º del
artículo 346 del
Código de
Procedimiento
Civil
- Impugnación de
la representación
de las partes en
oportunidades
posteriores
- Tesis
Tradicional
- Tesis Novedosa
47
poder judicial.
Fuente: Báez, González, González (2012)
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