10 Capítulo II Marco Teórico 10 CAPÍTULO II MARCO TEÓRICO 1. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN Como antecedentes a la presente investigación, se puede ubicar a Álvarez, A (2010), “Análisis del derecho a la defensa y la representación sin poder en la legislación venezolana”, trabajo especial de grado para optar al título de Abogado en la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacin. En dicho estudio se analizó el derecho a la defensa y la representación sin poder en la legislación venezolana con la finalidad de difundir los mecanismos que poseen los particulares para poder ejercer de forma efectiva la defensa de sus intereses frente a la administración de justicia, dentro de la referida modalidad procedimental. La investigación fue de tipo documental de carácter descriptivo, por cuanto la información recabada fue extraída de textos, leyes, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), el Código de Procedimiento Civil (1987), la Ley del Abogado, el Código de Ética Profesional del Abogado y la jurisprudencia nacional, y se empleó la observación documental como técnica para la recolección de datos. Como resultado se determinó que todo aquel que reúna las cualidades necesarias para ser apoderado judicial puede ejercer la representación sin 10 11 poder tras lo cual se obliga el cumplimiento de los deberes y inherentes al ejercicio de derecho a la defensa, dispuesto en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, aportando elementos útiles a la elaboración teórica de la representación judicial en Venezuela. A su vez, Atencio F, (2010), en la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín, realizó una investigación que llevo por título “Análisis de las nulidades en los medios probatorios en el proceso penal venezolano”. Trabajo especial de grado para obtener el título de Abogado. Sustentada en los fundamentos teóricos de Balzán (2002), Riera (2008), Zambrano (2009), Echandía (2004), Morales (2009) y en las normas del Código Orgánico Procesal Penal La metodología de la investigación fue de tipo documental y la población estuvo constituida por todos los documentos legales, guías y jurisprudencias. Los resultados se enfocaron bajo el análisis de contenido de las nulidades en los actos procesales, utilizando como objeto de estudio los medios de prueba dentro del proceso penal venezolano , obteniendo así una síntesis de la existencia de las nulidades y de las consecuencia que esos actos procesales denominados medio de prueba sufren en el desarrollo del proceso, aportando a su vez elementos útiles a la elaboración teórica de las nulidades dentro del ordenamiento jurídico venezolano. Finalmente, Colina O, (2004), en la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacin, realizó una investigación titulada “El régimen de las nulidades procesales en el Código Orgánico Procesal Penal”. Trabajo Especial de Grado para obtener el título de Abogado. Dicha investigación, tuvo como objetivo analizar el 12 régimen de las nulidades procesales establecidas en el Código Orgánico Procesal Penal. Por otra parte, estuvo basado dicho en materia penal y procesal penal, el cual es considerado como el mecanismo legal o instrumento procesal, que surge como una forma de regular los vicios que se presentan a la sombra del proceso penal creado por el Estado, mediante el cual, es el juez quien sancionará a las partes dentro del mismo, que han actuado de una forma írrita o que hayan incumplido las disposiciones contenidas en la ley. De acuerdo con los resultados obtenidos se concluyó que en cuanto al régimen de las nulidades, los expertos que conocen las actuaciones susceptibles de ser declaradas nulas, en virtud de su régimen, las cuales incluyen las nulidades absolutas, relativas y de oficio, son el aseguramiento de que cuando no sea posible sanear un acto, ni convalidarlo, el juez debe declarar de oficio la nulidad, y el efecto de la decisión será ordenar la reposición de la causa al estado en que se dicte nuevo fallo, aportando a su vez elementos útiles a a l elaboración teórica de las nulidades dentro del ordenamiento jurídico venezolano. 2. BASES O FUNDAMENTOS TEÓRICO-LEGAL-DOCTRINARIO El desarrollo de la investigación requiere de un sustento legal y doctrinario relacionado con los mecanismos conferidos en el Código de Procedimiento Civil (1987), para impugnar la representación judicial de las partes según la jurisprudencia venezolana, configurando el marco referencial 13 propiamente dicho de la investigación, por lo que se pretende un análisis en forma detallada, de acuerdo con los objetivos específicos planteados, las categorías y sub-categorías, así como la unidad de análisis. 2.1. MECANISMOS PARA IMPUGNAR LA REPRESENTACIÓN JUDICIAL DE LAS PARTES La realización de los actos procesales requiere actividad de partes que deberán ser realizados bajo un complemento de capacidad de la cual las partes mutuamente no disponen la capacidad postulatíva. El estudio de esta capacidad obliga a partir de la revisión de la denominada representación a nivel general, del contrato de mandato y del poder, como mecanismo que acredita el ejercicio de la representación. 2.1.1. REPRESENTACIÓN En lo concerniente a la representación, ésta consiste en realizar actos jurídicos con efectos directos, en provecho y en contra de una persona jurídica o física. Así lo prevé el artículo 1.169 del Código Civil (1982), cuando establece que los actos cumplidos en los límites de sus poderes por el representante en nombre del representado producen directamente sus efectos en provecho y en contra de este mismo. En referencia a lo expuesto se puede decir, que la representación es la facultad que tiene una persona de realizar actos jurídicos en nombre de otra. Para, Ossorio (2001, p. 867), esta figura puede derivar de mecanismos 14 legales o convencionales, pudiendo en el primero de los casos poseer carácter imperativo y complementario de la capacidad de determinadas personas, sin posibilidades físicas o mentales plenas, o por causas especiales. Por otra parte, Calvo (2006, p. 647) expone que hay dos conceptos de la representación. El primero de ellos es el amplio, entendiéndose que la representación es un hecho jurídico por el cual un sujeto realiza un acto jurídico en lugar de otra persona. Para el mencionado autor, en este concepto encuadran las dos formas de representación directa e indirecta. Además, se destaca en ese concepto, una idea de cooperación jurídica y otra de intereses. Ambos elementos son constatables en toda clase de representación. El segundo es restringido, al señalar que la representación es una forma de sustitución en la actividad, por la cual una persona ocupa el lugar de otra para realizar un acto en nombre o por cuenta de ella, concepto éste que corresponde a la representación directa. Este es, también, el concepto normal o corriente que se da al término representación en el campo jurídico. En palabras de Puppio (2006, p. 277), La representación puede ser legal cuando deriva de una imposición de la ley o bien, voluntaria en el caso de confe rir a la persona conforme al contrato de mandato previsto en el artículo 1.684 del Código Civil (1982), o judicial, cuando el Juez designa el representante. En opinión de los investigadores, la representación consiste en la ´posibilidad legal o convencional de facultar a otra persona para la realización de actos de la vida jurídica en nombre de quien los faculta. 15 2.1.1.1. CONTRATO DE MANDATO Según, el artículo 1.684 del Código Civil venezolano (1982), el mandato es un contrato por el cual una persona se obliga gratuitamente o mediante salario a ejecutar uno o más negocios por cuenta de otro que le ha encargado de ello. Gorrondona (1996, p. 411), haciendo mención al artículo antes mencionado, expone que es esencial al mandato que éste sea un contrato, que exista un encargo de una de las partes a la otra, que el encargo tenga por objeto la ejecución de uno o más actos jurídicos, así como también que los actos en cuestión vayan a ser ejecutados por cuenta del mandante y que la otra parte se obligue a ejecutar el encargo. Para, Calvo (2006, p.1.049), el contrato de mandato, es aquel mediante el cual una persona mandante encarga a otra (mandatario) el desempeño o realización de determinados negocios o actos jurídicos, en su representación. Por otra parte, González (1996, p. 522), expresa, que el contrato de mandato reposa en la confianza que tiene el mandante en el mandatario y requiere de la acepción de este último; que es unilateral pero podría llegar a ser sinalagmático imperfecto, también que es gratuito o remunerado, entendiéndose que es gratuito cua ndo no hay convención en contrario, y que también puede ser especial, para un negocio determinado o general, para todos los negocios del mandante, pero el concedido en términos generales no comprende más que los actos de simple administración, no pudiendo el mandatario excederse de los límites del mandato. 16 Aunado a ello, Gorrondona (1996, p.411), expone que aun siendo unilateral el mandato, ya que obliga sólo al mandatario, éste a su vez, puede originar obligaciones posteriores al mandante, razón por la cual se clasifica como sinalagmático imperfecto, no obstante, cuando el mandante ha prometido una remuneración al mandatario, el contrato, según la doctrina dominante es bilateral. De igual manera, el mandato es en principio in tuitu persona respecto de ambas partes, lo que tiene consecuencias especialmente, en cuanto a la relevancia del error en la persona y en lo relativo a la extinción del contrato. El contrato, puede ser de ejecución instantánea o de tracto sucesivo y engendra obligaciones principales, es también consensual pero en casos especiales, podría ser solemne, en consecuencia, nada impide que las partes fijen los términos en que ha sido conferido para que de esta forma el mandatario pueda actuar ciñéndose a las facultades que le han sido conferidas, ejecutándolas con la diligencia de un buen padre de familia. Sostiene, Calvo (2006, p. 1050), que éste se puede clasificar desde diversos puntos de vista : por la forma de manifestación de la voluntad del mandante, el mandato puede ser expreso o tácito. Además puede ser general o especial. General si sólo se autoriza n actos de administración, más no de disposición o de gravamen, y especial, cuando es para actos determinados; en cuanto a la forma puede celebrarse por escritura pública o por poder notariado y, por acta ante el juez que conoce de la causa; por otra parte, puede ser gratuito o remunerado. 17 De acuerdo a las posturas de los autores, expuestos en líneas anteriores, para los investigadores el mandado es un contrato, en el cual existe un encargo de una de las partes a la otra, siendo en principio de carácter unilateral, puede ser gratuito o remunerado y pudiendo ser de ejecución instantánea o de tracto sucesivo. 2.1.1.2. REQUISITOS DEL MANDATO Como antes quedó expuesto, para Gorrondona (1996, p. 411), es esencial al mandato como requisito, que éste sea un contrato, así mismo debe existir encargo de una de las partes a la otra, que el encargo tenga por objeto la ejecución de uno o más actos jurídicos, así como también que los actos en cuestión vayan a ser ejecutados por cuenta del mandante y que la otra parte se obligue a ejecutar el encargo. Por otra parte, González (1996, p. 521), expone que el mandato debe ser como primer requisito un contrato, que exista un encargo para ser ejecutado por una parte a cuenta de otra, de lo que se deduce que puede ser general, si es para todos los negocios o especial, para un solo negocio, que el encargo sea ejecutado por cuenta del mandante y que dicho encargo sea ejecutado en forma gratuita o por salario. Para los investigadores, el contrato de mandato debe cumplir las exigencias generales de todos los contratos, como lo son la capacidad de las partes, el consentimiento, el objeto y causa lícitos y las formalidades especiales establecidas por el legislador en algunos casos especiales. 18 2.1.1.3. TIPOS DE MANDATOS El mandato, según Gorrondona (1996, p. 413), se clasifica desde diversos puntos de vista, las principales clasificaciones dentro del derecho civil son: - Por la forma de manifestación de la voluntad del mandatante, el mandato puede ser expreso o tácito. El mandato puede ser expreso o tácito, y su aceptación puede ser tácita y resultar de la ejecución del mandato por el mandatario ex artículo 1.685 del Código Civil (1987). En razón a lo expuesto, el alcance de esta norma consiste en aclarar que tanto el asentimiento del mandante, como el asentimiento del mandatario, pueden ser expresos o tácitos. Igualmente, debe destacarse, que para algunos autores la clasificación del mandato expreso o tácito se hace exclusivamente en relación con la forma de asentimiento del mandante, no del mandatario. Por la extensión de las intereses del mandatante respecto de los cuales versa, el mandato puede ser general o especial. Si se atiende a la forma en que se señalan las facultades conferidas al mandatario para la ejecución de su encargo, el mandato puede ser concebido en términos generales o expreso. En este sentido, mandato expreso es el que señala específicamente las facultades que se confieren al mandatario, y mandate concebido en términos generales el que lo las señala así. - Aunque el mandato es, en principio, un contrato consensual, deben 19 hacerse algunas advertencias. A) El mandato judicial (mandato para comparecer enjuicio) está sometido a reglas formales que corresponde estudiar en Derecho Procesal civil. B) El mandato para contraer matrimonio es solemne: Requiere para su existencia que sea otorgado ante un Registrador Públi co o ante el funcionario competente, si se confiere en el extranjero, ex artículo 85 del Código Civil (1987). C) El mandate para realizar un acto solemne debe cumplir las mismas formalidades que el acto en cuestión, siempre que las solemnidades de este hayan sido establecidas en protección de las partes, o por lo menos de la parte que confiere el mandato. Una aplicación expresa del principio se encuentra en materia de donaciones cuando se dispone que el mandate para donar debe otorgarse en forma auténtica si se trata de cosas o derechos cuya donación debe hacerse en dicha forma ex artículo 1.438 del Código Civil (1987). D) El mandate para celebrar en nombre de otro un acto para el cual la ley exija instrumento otorgado ante un registrador subalterno debe ser otorgado en la misma forma; pero si el poder se refiere a actos para los cuales es necesaria y suficiente la escritura privada, puede ser otorgada en esa misma forma, aunque el acto se otorgue ante un registrador, ex artículo 1.169 del Código Civil (1987). El alcance de tales preceptos es dudoso: a) En cuanto al supuesto de hecho, puede discutirse el alcance de las 20 expresiones "un acto para el cual exija la ley instrumento otorgado ante un registrador subalterno" y "actos para los cuales es necesaria y suficiente la escritura privada". En efecto, podría sostenerse que la ley se refiere a actos en que dichos instrumentos se exijan "ad solemnitatem", o que se refiere a actos en que dichos instrumentos se exijan "ad solemnitatem", "ad probationem", o para ser oponible a terceros. Si se adopta la primer interpretación, el alcance de la norma se reduce prácticamente a exigir para el mandato la misma solemnidad que se requiere para el acto en orden al cual se confiere. En el segundo caso, habría que concluir que la ley también exige para el mandato la forma que exige "ad probationem" o so pena de inoponibilidad para el acto e n orden al cual se confiere. b) En cuanto a la consecuencia jurídica, se puede discutir a su vez si la forma requerida para el mandate se exige "ad solemnitatem" o "ad probationem". Debe sostenerse que la forma requerida para el mandate sea de la misma naturaleza que la requerida para el acto en orden al cual se confiere. 2.1.1.4. PODER Dispone el Código de Procedimiento Civil (1987), en su artículo 150 que cuando las partes gestionen en el proceso civil mediante apoderados, estos deben estar facultados por mandato o poder. Según Tapia (2001), el poder para actuar en juicio es: 21 Es la facultad conferida por una persona capaz, mediante un instrumento otorgado ante un funcionario autorizado para dar fe pública, para que otra persona haga en nombre del otorgante lo mismo que este haría en un determinado juicio para la mejor defensa de sus derechos. El poder, es el instrumento que faculta a hacer en nombre de otro, lo mismo que alguien haría por sí mismo en determinado asunto, por extensión se denomina también poder al instrumento en que se hace constar aquella facultad. Para, Calvo (1990), el poder debe ser conferido por persona capaz, es decir, en pleno ejercicio de sus derechos civiles, o un abogado; el instrumento debe ser otorgado ante un funcionario a quien la ley autorice para darle fe pública a los actos que se celebran en su presencia. De igual forma, el autor antes mencionado, expone que los funcionarios autorizados por la ley para registrar poder, son judiciales, notariales, en el registro público, ante los funcionarios consulares venezolanos en el exterior, y finalmente podrá también otorgarse el poder ante un agente del servicio exterior de la República en el país del otorgamiento. A este respecto, para los investigadores el poder es, el mecanismo por el cual se faculta hacer en nombre de otra persona, lo mismo que este haría por sí mismo en determinado asunto, el cual debe ser conferido por persona capaz y debe ser otorgado ante un funcionario a quien la ley autorice. 2.1.1.5. FORMALIDADES DEL PODER Puppio (2006), afirma que, el poder para los actos judiciales debe otorgarse en forma pública o auténtica. Por lo tanto, el poder debe ser 22 autorizado con las solemnidades legales por un registrador, un juez o un notario u otro funcionario que tenga facultad para darle fe pública, según lo establece en el artículo 1.357 del Código Civil (1982), o ante un agente del servicio exterior de la República en el país del otorgamiento. Para efectos procesales puede ser según, el artículo 157 del Código de Procedimiento Civil (1987), el poder para actos judiciales debe otorgarse en forma pública o auténtica. Si el otorgante no supiere o no pudiere afirmar, lo hará por él un tercero, expresándose en esa circunstancia en el poder. No será válido el poder simplemente reconocido, aunque sea registrado con posterioridad. 2.1.1.6. RÉGIMEN LEGAL SEGÚN EL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL En lo concerniente al régimen legal según el Código de Procedimiento Civil (1987), se encuentra establecido desde el artículo 150 al 169. Desglosando cada uno de ellos, el artículo 150, establece que los apoderados deben estar facultados con mandato o poder, mediante el cual una persona encarga a otra el desempeño o realización de determinados negocios, en su representación. Referente al artículo 151, establece que el mandato o poder debe estar registrado o notariado, de no ser así, no será válido aunque sea registrado con posterioridad, si el otorgante no supiere o no pudiere firmar, lo hará por él un tercero, expresándose ésta circunstancia en el poder. En cuanto al artículo 152, que indica que el mandato podrá ser conferido en las propias actas del expediente, haciendo constar que se autoriza a un abogado 23 para representar en juicio a otra persona, caso conocido como del poder apud acta. Referente al artículo 153, indica que el poder se presume otorgado para todas las instancia y recursos ordinarios o extraordinarios. Seguidamente, ex artículo 154, que establece que el poder faculta para la realización de todos los actos del proceso, pero para que el apoderado pueda realizar aquellas actividades que se han reservado exclusivamente al poderdante, tales como de convenir en la demanda, desistir, transigir, comprometer en árbitros, solicitar la decisión según la equidad, hacer posturas de remates, recibir cantidades de dinero y disponer del derecho en litigio, se requerirá que dichas facultades se encuentren expresamente establecida en el texto del poder. En el contenido del mandato judicial debe hacerse referencia a la extensión de poderes que el porderdante otorgue a su apoderado, por lo tanto, el instrumento debe hacer constar las facultades conferidas al abogado. Todo mandato tiene un límite que no puede ser excedido. El artículo 155, expresa las formalidades que establece el legislador a los fines del otorgante de poder en nombre de otro, entre las cuales se encuentra la indicación de los soportes instrumentales que justifican dicha atribución, y que la no exhibición de dichos instrumentos dará pie a la posible impugnación del poder. De allí, que el mencionado artículo, establece los deberes a ser cumplidos en los casos de otorgamiento de poder a nombre de otra persona, natural o jurídica. Uno por parte del otorgante, cual es enunciar y exhibir al funcionario los documentos auténticos, gacetas, libros o registros que acrediten la representación que ejerce. 24 El otro, que corresponde al funcionario, de dejar constancia mediante nota, de los documentos, gacetas, libros o registros que le han sido exhibidos, con expresión de sus fechas, origen, procedencia y demás datos que concurran a identificarlo. En cuanto al artículo 156, se trata de la impugnación del poder en cuanto al deber de exhibición, el legislador regula el derecho a la contraparte en juicio de solicitar la exhibición de los mencionados títulos de los cuales se desprenda la representación ejercida al conferir al poder en nombre de otro. Referente al artículo 157, dicta que si el poder es otorgado en un país extranjero, éste deberá cumplir con las formalidades establecidas para dichos instrumentos, en caso contrario deberá tener las formalidades establecidas en las leyes del país de su otorgamiento. De igual forma, el artículo 158, indica que el ejercicio de un mandato es una facultad, más no una obligación, de allí que sea potestativo del abogado su aceptación o rechazo. Se presumirá aceptado desde que el abogado se presente con él en juicio. En el artículo 159, regula la posibilidad de sustitui r el mandato judicial, estableciendo que aceptado el mandato, al abogado aceptante podrá sustituirlo en la persona que el poderdante le hubiese designado. En el poder se puede prohibir la sustitución, pero en caso de que el abogado se vea impedido para continuar con su ejercicio por motivo grave, deberá avisarlo a la brevedad al poderdante. Así mismo, los artículos 160 al 162, se determinan la sustitución del sustituto; además, de la sustitución parcial en poderes generales y las formalidades para que esta se lleve a cabo. 25 Estableciendo estos, qué el sustituto podrá sustituir, siguiendo lo que a este respecto se determine en el poder y las reglas establecidas en el artículo precedente, las sustituciones pueden ser especiales, aun cuando el poder sea general, las sustituciones de poderes y las sustituciones de sustituciones, deben hacerse con las mismas formalidades que el otorgamiento de los poderes. De igual forma, el Código de Procedimiento Civil (1987), en sus artículos 163 y 164, regula las obligaciones y responsabilidad del apoderado y del sustituto respecto de la sustitución, estableciendo que los apoderados y los sustitutos quedarán sujetos a las responsabilidades que establece el Código Civil (1982) para los mandatarios. De igual forma se regulan las facultades del apoderado y del sustituto donde se establece que tanto el apoderado como el sustituto quedan sometidos, en cuanto a sus facultades, a las disposiciones del Código Civil (1982) sobre mandato. En cuanto a los artículos 165 al 169, regulan y establecen las causales de cesación de la representación judicial, entre las cuales se incluye la muerte, interdicción, quiebra o cesión de bienes del mandante o del apoderado o sustituto, por la renuncia del apoderado o la del sustituto. Así como también queda regulado la responsabilidad de los mandatarios, además de la facultad del mandatario y del sustituto, exponiendo cuando hay revocatoria del poder. De igual forma, quienes pueden ejercer el poder en juicio, y quienes pueden ejercer una representación sin poder; del mismo modo, los límites de representación y el deber de lealtad y probidad entre las partes y el deber de decoro en el litigio. 26 Por otra parte, se considera relevante recordar que, de conformidad con el artículo 136 del Código de Procedimiento Civil (1987): “Son capaces para obrar en juicio, las personas que tengan el libre ejercicio de sus derechos, las cuales pueden gestionar por sí mismas o por medio de apoderados, salvo las limitaciones establecidas en la ley”, y que en adición, establece a su vez el artículo 137 eiusdem que: “Las personas que no tengan el libre ejercicio de sus derechos, deberán ser representadas o asistidas en juicio, según las leyes que regulen su estado o capacidad”. En razón de ello, se entiende entonces que para poder asumir la posición de parte dentro del proceso se requiere poseer la respectiva capacidad, ya no la simple capacidad de goce, sino la de ejercicio, es decir, no sólo la expectativa de ser sujeto de derechos y obligaciones, sino la efectiva posibilidad de ejercerlos, por tal motivo aquellos sujetos que sufren limitaciones en el ejercicio de su capacidad deberán estar representadas en juicio por aquellas personas que complementen dicha limitación en el ejercicio de la capacidad (padre, madre, tutor, curador), quienes pueden representarlas en juicio. En complemento establece el artículo 3 de la Ley de Abogados (1967) que: “Para comparecer por otro en juicio, evacuar consultas jurídicas, verbales o escritas y realizar cualquier gestión inherente a la abogacía, se requiere poseer el título de abogado, salvo las excepciones contempladas en la Ley”; de manera tal que: “Los representantes legales de personas o de derechos ajenos, los presidentes o representantes de sociedades o cooperativas, asociaciones o sociedades civiles o mercantiles que no fueren abogados, no podrán comparecer en juicio a nombre de sus representados sin la asistencia de abogados en ejercicio”. 27 De la norma en referencia, se determina la existencia de una especial capacidad para comparecer en juicio en nombre de otro: la denominada capacidad postulativa o ius postulandi, que no corresponde a cualquier persona que pueda actuar en nombre de otro (como el caso de quien representa orgánicamente a un ente societario o al apoderado civil de administración y disposición), sino que sólo es conferida a los profesionales del derecho que hayan cumplido con los requisitos previamente establecidos por el mencionado texto legal. Por ello, quien acude al expediente para actuar en juicio requerirá estar acompañado por un abogado (bajo el régimen conocido como de “asistencia”) o deberá otorgar un poder o mandato judicial al profesional del derecho para que este actúe en su nombre y en representación, bajo el régimen conocido como de representación. 2.1.2. IMPUGNACIÓN DE LA REPRESENTACIÓN JUDICIAL El legislador venezolano plantea dos situaciones con respecto al mecanismo para impugnar a la representación judicial de las partes, una de estas es el caso específico cuando se impugna el poder por el cual el representante judicial del demandante plantea la demanda que establece las cuestiones previas del ordinal 3° del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil (1987). Por el contrario, el legislador no establece mecanismo expreso para verificar la impugnación del poder que acredite la 28 representación judicial del demandado ni cualquier otra acreditada en actas después de la demanda. Todo lo cual se explica a continuación: 2.1.2.1. IMPUGNACIÓN DE LA REPRESENTACIÓN DEL APODERADO ACTOR POR VÍA DE LA CUESTIÓN PREVIA DEL ORDINAL 3º DEL ARTÍCULO 346 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL A continuación se procede a estudiar el caso cuando el legislador permite que el demandado impugne la representación del demandante cuando presento la demanda, mediante las cuestiones previas del ordinal 3° del 346 del Código de Procedimiento Civil (1987), esa posibilidad está regulada expresamente dentro de las cuestiones previas dentro del mencionado artículo con el fin que el demandante subsané o corrija el efecto u omisión y mientras tanto es dilatoria porque se posterga la oportunidad de contestar la demanda. De allí, que el artículo 346, ordinal 3º del Código de Procedimiento Civil (1987), contentivo de la segunda de las denominadas cuestiones previas dilatorias, establece la posibilidad de denunciar la ilegitimidad de la persona que se presenta como apoderado o representante del actor, por no tener capacidad necesaria para ejercer poder en juicio o para no tener la representación que se atribuye o porque el poder no está otorgado en forma legal, o sea insuficiente. Las cuestiones previas dilatorias subsanables, establecidas en los ordinales 2º, 3º, 4º, 5º y 6º del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil 29 (1987), confieren al demandado la posibilidad de denunciar la existencia de defectos u omisiones existentes en la demanda o en el planteamiento de la pretensión actora y que ameritan ser corregidos antes de que éste proceda a formular la contestación a la demanda. Por ello, la proposición de dichas cuestiones ciertamente ocasiona un efecto dilatorio natural, pues posterga o pospone la oportunidad de la contestación de la demanda, entretanto se discute su procedencia o se verifica la subsanación de la manera que, a su vez, establece caso a caso el artículo 350 del texto adjetivo civil, pero puede ocasionar como efecto colateral la extinción del proceso, como se determinará en la oportunidad de revisar su trámite procesal. En el caso de la impugnación del poder acompañado por el apoderado del demandante en la oportunidad de presentar la demanda, éste puede ser atacado por medio de la interposición de la cuestión previa del ordinal 3º del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil (1987). En este sentido, el legislador, no se refiere a la parte a nivel material, sino a la parte a nivel formal, es decir, aquel profesional del derecho llamado a suplir la falta de la capacidad especial requerida para poder actuar en juicio: la denominada capacidad postulatíva, relacionada con el derecho constitucional al debido proceso (por medio del derecho a asistencia judicial de abogado), y legalmente desarrollada por las normas contenidas en la Ley de Abogados (1967) y el Código de Procedimiento Civil (1987). 30 Por su parte, la mencionada cuestión previa, se refiere particularmente a las hipótesis derivadas del ejercicio de la acción por parte de una persona quien dice representar judicialmente al demandante, en caso de que, dicha persona no posea la exigida capacidad postulativa, bien por no ser abogado, o bien porque aun siéndolo, no hubiese cumplido con los requisitos legalmente exigidos para proceder al válido ejercicio de la profesión; aun siendo abogado en válido ejercicio de la profesión quien demandó en nombre del actor, procede esta cuestión previa en caso de no existir el instrumento poder indispensable para éste acredite la representación judicial que se ejerce en nombre de otro. Aunado a ello, también procede la denuncia de la cuestión previa en revisión, cuando aun cuando el abogado en válido ejercicio de la profesional ejerza facultades conferidas por medio de mandato judicial (poder), éste no haya sido otorgado en cumplimiento de las formalidades especialmente exigidas por el legislador, en cuanto el poder debe constar en instrumento escrito (excluyendo la posibilidad de mandato judicial verbis), y debe ser otorgado por vía de instrumento público o auténtico, de conformidad con el artículo 151 del Código de Procedimiento Civil (1987), que establece que: “El poder para actos judiciales debe otorgarse en forma pública o auténtica”. Finalmente, procede la mencionada cuestión previa aun el caso de que quien demande sea abogado en válido ejercicio de la profesión y cuente con poder escrito y debidamente otorgado que acredite su representación, en caso de que el texto de éste sea insuficiente, es decir, no confiera al 31 apoderado las facultades necesarias para realizar dichas actuaciones en nombre de su mandante: en este caso, para plantear la demanda. Así pues, dicha hipótesis aplica en casos como cuando el legislador exige poder especial para proceder a la reclamación de determinadas pretensiones procesales (v.g. el divorcio contencioso), o por el contrario, la posibilidad de que el apoderado intente por medio de la representación conferida por medio de un poder especial el ejercicio de una demanda dirigida a obtener una pretensión diferente a la autorizada especialmente en el poder. (A). CONSAGRACIÓN LEGAL En este sentido, la cuestión previa establecida en el ordinal 3º del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil (1987), va dirigida a impugnar la representación del demandante en el proceso, bien sea por no tener capacidad necesaria para ejercer poderes en juicio, o por no tener la representación que se atribuye, o porque el poder no esté otorgado en forma legal o sea insuficiente, mas no al derecho o potestad necesaria para ejercer determinada acción. (B). TRÁMITE Respecto a las tramitaciones de las mencionadas cuestiones previas, el legislador diseña un trámite incidental para las cuestiones previas dentro del cual reproduce una versión simplificada del procedimiento civil ordinario. De 32 modo tal que se podría comparar a la proposición de la cuestión previa por parte del demandado con la proposición de una pretensión incidental. Ahora bien, si el demandado propone alguna de las cuestiones previas dentro los veinte días del denominado lapso del emplazamiento, una vez terminado dicho lapso, se le confieren al demandante cinco días dentro de los cuales podrá fijar su posición con respecto a las cuestiones previas propuestas, y en caso de que dicha posición sea contraria o de resistencia a la pretensión incidental, efectivamente procederá a abrirse un articulación probatoria. Dicha articulación, tendrá un lapso de ocho días, dentro del cual las partes también podrán presentar sus informes o conclusiones incidentales, en contenido de los cuales podrían sugerir al juez como debería decidir la incidencia de conformidad con lo alegado y probado y, a continuación, se abre el término de diez días para decidir, oportunidad en la cual el juzgador determinará la procedencia o improcedencia de las cuestiones previas propuestas por vía de una sentencia interlocutoria, es decir, dictará la decisión que resuelve el asunto incidental. Ahora bien, caso antes se explico, si el demandado propuso alguna de las cuestiones previas dentro los veinte denominado lapso del emplazamiento, una vez terminado dicho lapso, se le confieren al demandante cinco días dentro de los cuales podrá fijar su posición con respecto a las cuestiones previas propuestas, y en caso de dicha posición sea contraria o de resistencia a la pretensión incidental, efectivamente 33 procederá a abrirse un articulación probatoria de ocho días (todos hábiles para promover y evacuar pruebas). A continuación, se abre el término de diez días para decidir, oportunidad en la cual el juzgador determinará la procedencia o improcedencia de las cuestiones previas propuestas por vía de una sentencia interlocutoria, es decir, dictará la decisión que resuelve el asunto incidental. Como producto de dicho trámite el juez pronunciará una sentencia interlocutoria en la cual declarará con o sin lugar la cuestión previa; decisión esta que es inapelable, a tenor del articulo 357eiusdem. De manera tal que declarada sin lugar la cuestión previa, estimando el juez la inexistencia del defecto u omisión denunciado por el demandado, corresponderá ahora a éste proceder a contestar la demanda según establece el artículo 358 del Código de Procedimiento Civil (1987); caso contrario, declarada con lugar la cuestión previa y estimando el juez la necesidad de corregir el defecto u omisión denunciado por el demandado, el legislador confiere al demandante un lapso de cinco días para proceder a la subsanación forzosa (ex artículo 354 eiusdem); entendiéndose que si el demandante no subsana debidamente los defectos u omisiones en el plazo indicado: “el proceso se extingue, produciéndose el efecto señalado en el artículo 271 de este Código”. El legislador establece una doble sanción ante la conducta omisiva del demandante que no subsana el defecto u omisión en la oportunidad de la subsanación forzosa: por una parte, obra la extinción del proceso, y por la otra, no podrá volver a proponer la demanda antes del transcurso de los 34 noventas días establecidos en el artículo 271 del Código de Procedimiento Civil (1987). (C). SUBSANACIÓN El trámite de las cuestiones previas contenidas en el segundo grupo, correspondientes a las de los ordinales 2º, 3º, 4º, 5º y 6º del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil (1987), según indica el ordinal 2º del artículo 358 ídem, en el supuesto que el demandante subsane de manera voluntaria la cuestión previa opuesta, la contestación tendrá lugar dentro de los cinco (5) días siguientes a aquel en que la parte subsane voluntariamente el defecto u omisión conforme al artículo 350. La parte podrá subsanar la cuestión previa opuesta, referida al ordinal 3º (artículo 346 Código de Procedimiento Civil) mediante la corrección de los defectos señalados al libelo, por diligencia o escrito ante el tribunal; en estos casos, no se causarán costas para la parte actora que subsana el defecto u omisión. De no existir objeción alguna por parte de la accionada, a la subsanación de los defectos denunciados por ella, entonces, deberá dar contestación a la demanda, dentro de los cinco (5) días de despacho siguientes a aquel que la parte subsane voluntariamente el defecto u omisión, sin necesidad de que el juez, de oficio, deba pronunciarse acerca de si la actora subsanó correcta o incorrectamente, todo ello de acuerdo con el ordinal 2º del artículo 358 del Código de Procedimiento Civil (1987). 35 En este orden de ideas, y en aplicación a la Sentencia de la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha 16 de Noviembre de 2001, con ponencia del Magistrado, Dr. Franklin Arrieche G., Expediente Nº RC-0363-161101-00132, Caso Cedel Mercado de Capitales, C.A, en contra de Microsoft Corporation, invoca que la filosofía del Código de Procedimiento Civil, radica en que todos los lapsos allí establecidos, se dejen transcurrir íntegramente aun cuando antes de su vencimiento se lleve a cabo el acto para lo cual el lapso se estableció. Ahora bien, continua la jurisprudencia en comento que una de las situaciones lo encontramos en el artículo 358 del Código de Procedimiento Civil, que establece: si no se hubieren alegado las cuestiones previas a que se refiere el artículo 346, procederá el demandado a la contestación de la demanda. En caso contrario, cuando habiendo sido alegadas, se las hubiere desechado, la contestación tendrá lugar, en los casos de los ordinales 2º, 3º, 4º, 5º y 6º, del artículo 346, dentro de los cinco días siguientes a aquel que la parte subsane voluntariamente el defecto u omisión conforme al artículo 350. El artículo 358 ordinal 2º del Código de Procedimiento Civil (1987), en caso de que la parte actora subsane voluntariamente el defecto u omisión imputado al libelo, si no hay impugnación, el lapso de cinco días para contestar la demanda comienza a correr al día siguiente de que la actora subsane voluntariamente sin necesidad de que el juez, de oficio, deba pronunciarse acerca de si la actora subsanó correcta o incorrectamente. 36 2.1.2.2. IMPUGNACIÓN DE LA REPRESENTACIÓN JUDICIAL DE LAS PARTES EN OPORTUNIDAD POSTERIOR. Tomándose en consideración que el mecanismo para impugnar el defecto de la representación en el poder que presentan las partes demandas junto con la demanda es la cuestiones previas, sin embargo, el legislador no desarrolló expresamente un mecanismo para impugnar el poder que presenta el demandado, lógicamente en oportunidad posterior a la demanda u otro poder que presenten las partes en oportunidades posteriores a la demanda, entonces por lo tanto se ha entendido jurídicamente que el mecanismo para impugnar ese poder es la nulidad lo cual; situación que se procede analizar a continuación. (A) NULIDAD La nulidad es una sanción jurídica, que le resta la eficacia que puede tener un acto jurídico, que ha nacido con algún vicio o que simplemente no ha nacido formalmente al mundo del derecho. No obstante que los actos puedan ser sancionados con la nulidad, mientras ella no haya sido declarada por el juez que conoce de la causa, el acto no será nulo. Para, Ossorio (2001, p. 157), ello es especialmente importante en cuanto la sanción de nulidad tiene un plazo de saneamiento, el que una vez transcurrido, subsana de ple no derecho la acción de nulidad. En el campo procesal no todo acto procesal irregular es nulo; sólo habrá nulidad cuando la irregularidad esté referida a una forma procesal "esencial", y no a una forma 37 procesal "accidental". Para los investigadores, la acción de nulidad, debe estar fundada sobre el hecho de no reunirse en el acto impugnado todos los requisitos necesarios para su validez. (a) TIPOS DE NULIDAD Según Calvo (2006), la nulidad puede ser relativa o absoluta. La nulidad relativa es aquella que puede ser saneada por la voluntad de las partes y la absoluta aquella que no puede ser saneada por la voluntad de las partes y que incluso debe ser declarada de oficio por el juez, que conociendo de un asunto cualquiera, se percata de la existencia de este tipo de nulidad. La nulidad absoluta es aquella que se produce por un objeto o causa ilícita o por la omisión de algún requisito o formalidad que las leyes prescriben para el valor de ciertos actos en consideración a la naturaleza de ellos, y no a la calidad o estado de las personas que los ejecutan o acuerdan, y es la intensidad de la sanción de nulidad junto con la intención de la norma sustantiva imperativa o prohibitiva violada la que distingue entre la nulidad absoluta y la nulidad relativa del contrato. En este orden de ideas, la nulidad absoluta, está dirigida a la protección del orden público o a la salvaguarda de las buenas costumbres. La relativa está destinada a amparar a una de las partes o un particular que por hallarse en situación especial, la ley mira con particular simpatía. Efecto de la nulidad absoluta es la sanción aplicable a la inobservancia 38 de alguna norma imperativa o prohibitiva de la ley, cuando tal norma está destinada a proteger los intereses del orden público o las buenas costumbres y a menos que la misma Ley indique que es otra la sanción aplicable o que ello surja de la finalidad que persigue. Características de la nulidad absoluta: 1) Tiende a proteger un interés público; 2) Cualquier persona interesada puede intentar la acción para que un contrato se declare afectado de nulidad absoluta; 3) Puede ser alegada en cualquier estado y grado del juicio; 4) No es susceptible de ser confirmado por las partes; 5) La acción de nulidad absoluta no prescribe nunca. La nulidad relativa , es la que se produce por cualquier otra especie de vicio y da derecho a la rescisión del acto, y comprende aquellos afectados únicamente por causas de invalidez. De igual manera, la nulidad relativa sólo puede ser declarada a petición de parte, cuyos intereses puramente individuales son protegidos en la ley, en cuyas manos queda la decisión de determinar y resolver si el contrato ha de ejecutarse a pesar de estar viciado de nulidad relativa, o si por el contrario, debe ser sometido a la apreciación del juez para que sea declarada su nulidad. En referencia al artículo 206 del Código Procedimiento Civil (1987) en cuyo contenido se establece el denominado principio finalista dentro del Código de Procedimiento Civil (1987), se expresa claramente que lo jueces actuaran en procura de la estabilidad de los juicios, con el fin de evitar las faltas que puedan provocar la nulidad de los actos procesales, dejando claro 39 que en ningún caso será declarada la nulidad, si el acto ya ha alcanzado su fin. En lo relativo al artículo 207 del código in comento la nulidad de actos aislados de procedimiento no acarrea las de los actos anteriores ni consecutivos, independientes del mismo sino que propiciará la renovación del acto en un término fijado por el tribunal siempre y cuando la causa estuviese en la misma instancia en que haya ocurrido el acto irritó. En el mismo orden de ideas, el artículo 208 de mismo código reza que si la nulidad del acto fuese observada y declarada por un tribunal superior este repondrá la causa al estado de que dicte nueva sentencia por el tribunal de la instancia en que haya ocurrido el acto nulo , disponiendo así que antes de fallar el tribunal haga renovar dicho acto. Por otra parte, según lo establecido en el artículo 209 del Código Procedimiento Civil (1987), la nulidad de la sentencia definitiva dictada por el tribunal de la instancia inferior, que se halle viciada por los defectos que indica el artículo 244 del Código de Procedimiento Civil, solo puede hacerse valer mediante el recurso de apelación, de acuerdo con las reglas propias de este medio de impugnación. La declaratoria del vicio de la sentencia por el tribunal que conozca en grado de la causa, no será motivo de reposición de ésta, y el tribunal deberá resolver también sobre el fondo del litigio. Esta disposición no se aplica en los casos a que se refiere la última parte del artículo 246 del Código de Procedimiento Civil. En referencia a lo expresado en líneas anteriores, el artículo 210 eiusdem, establece que en los casos donde los efectos a que se contrae el 40 artículo 244, ocurrieren en la sentencia de la última instancia de un juicio que fue de admisible y se anuncie y formalice el recurso de casación, corresponderá al Tribunal Supremo de Justicia decretar la reposición de la causa y dictar nuevas sentencias. Así mismo, el artículo 211 del Código Procedimiento Civil (1987), referente a la reposición de acto irrito, establece no se declara la nulidad total de los actos siguientes a un acto irrito, mientras este no sea esencial a la validez de los actos subsiguientes; siendo éste el caso se ordenará la reposición de la causa. Respecto al artículo 212, a excepción de tratarse de quebramiento de leyes de orden público, no podrán decretar ni la nulidad de un acto aislado de procedimiento ni la de los actos siguientes a uno írrito. En el mismo orden de ideas, en el caso del artículo 213 del presente código, quedarán subsanadas las nulidades que sólo puedan ser declaradas a instancia de parte, si la parte contra quien obre la falta no solicitare la nulidad en la primera oportunidad e n que se haga presente en autos. Respectos a la prohibición de solicitar la reposición, el artículo 214 eiusdem hace referencia al hecho de que la parte que haya dado causa a la nulidad cuando sólo está pueda declararse a instancia de parte o que la hubiese consentido, no podrá impugnar la validez del procedimiento. (b) EFECTOS DE LA NULIDAD La nulidad pronunciada por sentencia ejecutoriada produce como efecto 41 conferir el derecho a las partes para que el acto o contrato sea restituido a la misma situación en que se encontraban antes la realización del acto. 2.1.3. POSICIÓN DE LA JURISPRUDENCIA VENEZOLANA La actividad impugnativa es una figura que contribuye a corregir los actos del proceso, cuando éstos últimos se encuentren diferentes, o se tengan defectos en su formación. La posición del Tribunal Supremo de Justicia que es una figura tan amplia en su ejercicio, que abarca las acciones y recursos necesarios a cada acto procesal que corresponda. Siguiendo con el mismo orden de ideas es inexcusable no traer a colación la posición jurisprudencial acerca de la “impugnación del mandato judicial”, haciéndose la sutil observación que los Tribunales de la República Bolivariana de Venezuela han establecido cual es la oportunidad procesal para ejercer el derecho de la impugnación del mandato judicial y cuando se considera subsanado o convalidado el mismo. 2.1.3.1. TESIS TRADICIONAL Reiterada jurisprudencia del Tribunal Supremo de Justicia ha considerado que la impugnación de los mandatos debe verificarse en la primera oportunidad inmediatamente después de su consignación en el proceso, de lo contrario existe una presunción tácita de que ha sido admitida como legítima la representación que ha invocado el representante judicial. En tal sentido, que la primera actuación a realizarse por el impugnante se 42 concrete cuando consigne el escrito de promoción de pruebas; para la realización de tal acto no es necesario actuar directamente en el expediente mediante diligencia, además hay que considerar; que a lo largo del proceso existen distintas oportunidades en las cuales se presume que las partes, atendiendo a su deber de diligencia, revisan el expediente y tienen conocimiento de las actuaciones. Bien sea para verificar que se han realizado los trámites necesarios para la citación y la debida continuación del juicio; atendiendo a que luego de comprobada la práctica de la misma y previo el transcurso del lapso de ley, ocurre la contestación de la demanda; después de la cual la contraparte debe conocer cuáles fueron los planteamiento que allí se plasmaron, a los efectos de contestar las cuestiones previas que, eventualmente, le pudieron ser opuestas o la reconvención. Así pues, también hay que señalar la decisión del Tribunal Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Transito de la Circunscripción Judicial del Estado Táchira, de fecha del veinticinco (25) de febrero de 2011 causa está referida precisamente sobre la “Impugnación de Poder”. De forma que en la misma sentencia se dejó establecido como cuestión altamente significativa la “oportunidad e inclusive la forma para ejercerlo” y la “convalidación” en los términos siguientes: La impugnación del mandato judicial debe estar orientada mas que a resaltar la carencia o deficiencia de los aspectos formales del documento, hacía aquellos de fondo necesarios para que el mismo pueda considerarse eficaz, es decir los requisitos intrínsecos que de no estar presentes en él, 43 puedan hacerlo inválido para los efectos de la representación conferida, entre otros la identificación del poderdante, o el no haber sido otorgado ante la autoridad competente capaz de darle fe pública y la intención del legislador no puede considerarse dirigida al ataque de meros defectos formales de los cuales pudiera adolecer el mandato. 2.1.3.2. TESIS NOVEDOSA La figura o institución jurídica de la impugnación es un género que expresa o significa “la refutación, objeción, contradicción o el ataque a un determinado acto del proceso”, haciéndose la acotación además que el legislador establece en algunas normas del ordenamiento jurídico venezolano y a la luz de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), el derecho de “impugnar” como garantía del Derecho a la Tutela Judicial Efectiva y el Debido Proceso. Soportes jurídicos preestablecidos en la Carta Fundamental específicamente en los artículos 26 y 49 respectivamente, advirtiéndose que el derecho de impugnar no es incompatible ni resulta vulnerado cuando la ley contempla unos presupuestos de admisibilidad, queriendo decir con esto que el mismo se encuentra condicionado, ya que para su ejercicio debe sujetarse al cumplimiento de ciertos requisitos que no son más que limites, como por ejemplo la “oportunidad” para intentarlo. Así, se hace obligatorio referir lo establecido por la Sala Constitucional en sentencia N° 3460 de fecha 10-12-2003, ratificada en fecha 01-03-2007 44 según sentencia N° 365, y acogido por la Sala de casación Civil en diferentes fallos; el referido criterio contiene lo siguiente: Con relación a los poderes judiciales, el Código de Procedimiento Civil prevé expresamente el cuestionamiento del poder presentado por quien comparece al demandar, como mandatario de la parte actora (artículo 346, ordinal 3°), lo que da origen a la oposición de una cuestión previa, la cual como ya lo señaló puede ser subsanada por el demandante en los supuestos que el poder no esté otorgado en forma legal o sea insuficiente. Resultando, que con relación a los vicios que contenga el poder que produzca quien actúa como apoderado del demandado, nada dice el Código de Procedimiento Civil (1987), sobre la oportunidad y forma de impugnación, con el agravante para el demandado, que si el mandato fuese declarado nulo, se le tendría como que no ha dado contestación a la demanda. A juicio de la Sala, por igualdad procesal y en beneficio del derecho de defensa del demandado, así como el actor puede convalidar el poder impugnado mediante la cuestión previa correspondiente, el demandado podría igualmente hacerlo ante el cuestionamiento del poder otorgado a su mandatario, y este es el caso de autos. De la precedente transcripción se observa que es criterio jurisprudencial considerar que en aquellos casos en que se impugne el poder otorgado por la parte demandada, se debe conceder la oportunidad para que el demandado pueda convalidar el poder impugnado por el actor, ello en virtud de la igualdad procesal y del derecho a la defensa del demandado. 45 3. SISTEMA DE CATEGORÍA 3.1. DEFINICIÓN NOMINAL Mecanismos para impugnar la representación judicial de las partes 3.2. DEFINICIÓN CONCEPTUAL El artículo 156 del Código de Procedimiento Civil, no se refiere a un medio de Impugnación, sino de un mecanismo idóneo para que la parte contraria pueda acceder a la prueba idónea, a la que se ha referido el otorgante para conferir el mandato. Así, este mecanismo de Exhibición de los documentos que legitiman al otorgante, nos permite determinar o constatar si el poder es ineficaz por la ausencia de la correcta relación entre el conferente y el apoderado. 3.3. DEFINICIÓN OPERACIONAL Para los investigadores, la impugnación de la representación judicial, esto supone, cuando la representación judicial del actor impugna el poder otorgado por quien no tenía facultad para hacerlo, dicha impugnación resulta procedente en derecho. Por otra parte, la impugnación del mandato judicial debe estar más orientada a resaltar la carencia o deficiencia de los requisitos intrínsecos que a los aspectos formales. 46 CUADRO 1 OPERACIONALIZACIÓN DE LA CATEGORÍA Objetivo General: Analizar los mecanismos conferidos en el Código de Procedimiento Civil para impugnar la representación judicial de las partes según la jurisprudencia venezolana Objetivos Categoría Sub-Categoría Unidades de Específicos Análisis - Contrato de mandato - Requisitos del mandato Analizar las - Tipos de diferentes formas de mandato representación - Poder establecidas por el Representación - Formalidades legislador dentro del del poder ordenamiento jurídico - Régimen legal venezolana. según el Código de Procedimiento Civil Analizar los diferentes mecanismos de impugnación de la representación judicial de las partes establecidas por el ordenamiento jurídico venezolana Analizar la posición establecida por la jurisprudencia Venezolana acerca de los mecanismos de impugnación del Mecanismos para impugnar la representación judicial de las partes Impugnación de la representación judicial Posición de la jurisprudencia venezolana - Impugnación de la representación del apoderado actor por vía de la cuestión previa del ordinal 3º del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil - Impugnación de la representación de las partes en oportunidades posteriores - Tesis Tradicional - Tesis Novedosa 47 poder judicial. Fuente: Báez, González, González (2012)