XX PREFACIO dividuos y a millares de organizaciones que han adoptado las Reglas como su autoridad parlamentaria. Las referencias al Congreso de los Estados Unidos se hacen de acuedo con la práctica corriente. Sin alterar el tamaño ni el contenido esencial del libro, el índice ha sido grandemente ampliado: este índice, ampliado, resultará ser una característica especialmente útil. Finalmente en las hojas interiores de la pasta posterior del libro, se ha agregado una nueva sección sobre puntos prácticos. Los siguientes extractos de los escritos del general Robert, incluidos con muy ligeras variantes en el prefacio de todas las ediciones de las Reglas de Orden, dan idea de sus principios filosóficos y muestran la durable calidad de la obra. "Una obra sobre la ley parlamentaria se necesita, inspirada en sus principios generales, acerca de las reglas y prácticas del Congreso, pero adaptada en sus detalles al uso de las sociedades ordinarias ..." "El propósito de las Reglas de Orden es el de ayudar a una asamblea para llevar a cabo de la mejor manera posible la labor para la que fue convocada, para cuyo fin, es necesario restringir en algo la libertad del individuo, en atención a que el derecho de un individuo, en cualquiera comunidad, de obrar a su talante, es incompatible con los intereses de la colectividad. Donde no hay ley y cada quien, por consiguiente, hace lo que le parece bueno a sus propios ojos, existe el mínimo de una libertad efectiva. La experiencia ha mostrado la importancia de una ley bien definida, y en este país, en que las costumbres están tan ligeramente establecidas y los manuales que se han publicado sobre práctica parlamentaria son tan contradictorios, ninguna sociedad debe intentar la dirección de sus negocios sin haber adoptado alguna obra sobre la materia, como autoridad para todos los casos que no estén comprendidos en sus propias reglas especiales." Isabel H Robert Sarah Corbin Robert, fideicomisaria Febrero de 1951 XXII INTRODUCCION por la circunstancia de que, mientras el Parlamento Inglés ha con-tinuado siendo una asamblea estrictamente deliberante, los negocios de nuestra Cámara de Representantes han crecido tan enormemen-te que ésta se ha visto obligada a hacer modificaciones en sus reglas y su práctica que permitan a la mayoría suspender el debate, si es que ha habido un debate previo, y si no lo ha habido, limitar el debate a cuarenta minutos, así como para suspender una cuestión sin ningún debate. Estas desviaciones de la antigua ley parlamentaria, aun cuando son necesarias en la Cámara de Representantes, son violatorias del derecho fundamental de una asamblea deliberante, de tener sus cuestiones totalmente discutidas antes de que esa misma asamblea proceda a pronunciarse respecto de ellas, a menos que una gran mayoría, por lo menos de dos terceras partes, esté dispuesta a consentirlo inmediatamente, En las asambleas deliberantes ordinarias, el derecho de discutir cualquier punto antes de pronunciarse definitivamente sobre él no debe suprimirse a menos que las dos terceras partes de los votos así lo dispongan y la moción para depositar en la mesa debe usarse sólo para su legítimo propósito parlamentario, de dejar a un lado temporalmente una cuestión. En donde la práctica del Congreso difiere de la del Parlamento la ley común entre nosotros generalmente sigue la práctica del Congreso. Por consiguiente, en cada asamblea deliberante norteamericana carente de reglamento de debates, la moción para levantar la sesión sin que implique disolución debería tenerse por no debatible como en el Congreso, no obstante lo que diga en contrario la ley parlamentaria inglesa; de suerte que si la cuestión previa fuese desechada, el debate sobre el punto continuaría, como en el Congreso, mientras que en el Parlamento el asunto sería inmediatamente desechado; y así, también, la cuestión previa podría tramitarse cuando hubiera ante la asamblea una moción, ya sea para encomendar, o bien para posponer definida o indefinidamente, tal como en el Congreso, a pesar de que, de acuerdo con la ley parlamentarla inglesa, la cuestión previa no podría tramitarse en tales circunstancias. La antigua ley parlamentaria común asigna el mismo rango a las mociones para la cuestión previa, para posponer definidamente para encomendar y para posponer indefinidamente, de suerte que ninguna de ellas puede tramitarse mientras otra esté pendiente; la Cámara de Representantes les asigna el rango que acabamos de exponer, mientras que el Senado no admite la moción para la cuestión previa, y hace que la de posponer indefinidamente prevalezca sobre todas las demás. La práctica de la Cámara de Representantes en esta materia establece la ley parlamentaria de los Estados Unidos, tal como lo hace en todos los casos en que su práctica no es XXVI INTRODUCCION de dos terceras partes de votos, o está en orden cuando otro miembro tiene la palabra. La Parte I, que comprende la parte principal de este manual, contiene una serie de reglas de orden, sistemáticamente dispuestas como se muestra en la Tabla de Materias. Comienza haciendo ver cómo los negocios se introducen en una asamblea deliberante, y luego los sigue paso a paso hasta que se toma la votación y se anuncia la suerte que haya corrido. La sección siguiente, 10, muestra cuál es la moción adecuada que debe usarse para llevar al cabo ciertos propósitos, refiriéndose al mismo tiempo a la sección en que la moción se encuentra tratada ampliamente. En seguida las mociones se clasifican, como de costumbre, en privilegiadas, incidentales, subsidiarias y principales, y se dan las características generales de cada clase. Después, cada clase se trata por orden, empezando por la moción más altamente privilegiada, incluyendo algunas mociones que no se clasifican. Cada una de estas veintiséis secciones es completa por sí misma, de suerte que alguien que no esté familiarizado con la obra no se sienta desorientado al examinar cualquier asunto en particular. Se usan referencias cruzadas, en tipo de negrita, siempre que se crea ser útiles, y se hacen respecto de las secciones, poniéndose el número de la sección en la parte superior de cada página. Lo que sigue se manifiesta en referencia a cada moción, excepto algunas de las incidentales, mencionándose los seis primeros puntos al comienzo de cada sección: 1) De cuáles mociones, una es la de la precedencia (esto es qué mociones pueden quedar pendientes y, sin embargo, estar en orden para hacer y considerar esta moción). 2) A qué mociones se somete (esto es, qué mociones pueden hacerse y considerarse mientras esta moción esté pendiente). 3) Si es debatible o no (todas las mociones son debatibles a menos que se exprese lo contrario). 4) Si puede reformarse o no. 5) En caso de que la moción no tenga una moción subsidiaria aplicada a ella, se expresa el hecho (véase levantar la sesión, 17, por ejemplo: el significado es que la moción en particular, levantar la sesión, no puede ser depositada en la mesa, pospuesta, encomendada, reformada, etc.). 6) La votación requerida para su adopción, cuando no es una mayoría. 7) La forma de hacer la moción cuando es peculiar. 8) La forma de expresar y exponer la cuestión cuando es peculiar. 9) El objeto de la moción cuando no es aparente. 10) El efecto de la moción si se adopta, siempre que pudiera interpretarse mal.