KOBIE (Serie Paleoantropología). Bilbao Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia N.º XXVII, pp. 231-300, año 200317. ISSN 0214-7971 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA Nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX Excavation in Zaharra 2-4 in the town of Orduña, Results, evolution and uses of the plotfrom 13th to 19th century Silvia Cajigas Panera (*) David Martinez Izquierdo (**) Florencia Savanti (***) RESUMEN En este artículo mostramos los resultados de la excavación atendiendo a tres aspectos: la evolución constructiva y usos del solar; el estudio de las tipologías cerámicas y el análisis arqueofaunístico. El solar abarca una amplia cronología que va desde el siglo XIII hasta el XX. Palabras clave: Arqueología de intervención, Urbanismo medieval, Cerámica, Arqueofauna. SUMMARY In this article we present the results of the archaeological excavation in three points: the evolution of the lot constructions and uses; the different kind of ceramic through the time and the archaeozoological study. The chronology of this site goes from 13th to 20th century. Key words: Intervention archaeology, Medieval urbanism, Pottery, Archaeozaology. LABURPENA Idatzi honen bidez indusketa arkeologikoren emaitzak aurkezten ditugu hiru ataletan banatuta. Lehenengoan orubearen bilakaera aztertzen dugu (eraikinak eta erabilera ezberdinak). Bigarrenean, keramikazko tipologien eboluzioa eta hirugarrenean arkeofaunaren ikasketa. Hitz gakoak: Hedapena kronologikoa XIII. mendetik XX. mendera arte zabaltzen da. (*) Directora de la excavación, coordinadora del trabajo y redactora de toda la primera parte (**) Catalogación del material y redactor de la parte correspondiente a la cerámica (***) Redactora de la parte de arqueofauna SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI 232 I. INTRODUCCIÓN El objetivo de estas páginas es presentar los resultados más destacables de la intervención arqueológica llevada a cabo en el solar de la calle Zaharra nº 24 del Casco Histórico de la Ciudad de Orduña1• Para comprender esos resultados será necesario conocer unos datos mínimos de la morfología urbana de la villa y del proceso histórico que dio lugar a ese urbanismo. Explicaremos brevemente las razones que motivaron la intervención y sus características principales, aunque sin entrar en detalles que se podrán consultar en la memoria. En cuanto a su estructura, el artículo se organiza en tres bloques atendiendo fundamentalmente a dos aspectos diferentes, pero complementarios. Por un lado, el de las estructuras y rellenos de carácter inmueble que a través de su estudio estratigráfico nos permitirán hacer una aproximación de la evolución constructiva del solar y de los diferentes usos y aprovechamientos del espacio. Y por otro lado, el estudio del material mueble, el cual se abordará a su vez en dos grandes bloques, el de los artefactos y el de la fauna. El estudio de los artefactos se centrará básicamente en el material cerámico atendiendo a su tipología, si bien se intentará establecer el origen de las piezas de importación más significativas. El análisis de la fauna permitirá observar las especies documentadas, su tratamiento e incluso su posible uso con fines artesanales, complementando así la información estratigráfica sobre el uso del solar. Cada uno de los aspectos mencionados -la estratigrafía, la fauna y los artefactos- tiene características propias y se hace difícil presentar unas conclusiones basadas en divisiones cronológicas comunes, por ello se ha optado por utilizar en cada caso las que mejor se adaptan a cada elemento. Por esta razón, al analizar la evolución constructiva del solar, se hará referencia a todos los periodos y fases documentadas en el mismo; el análisis de los artefactos se hará siglo a siglo, mientras que para la fauna se ha optado por una división en dos grandes periodos, el medieval y el postmedieval, lo que permitirá aventurar algunas hipótesis sobre un cambio en los hábitos alimenticios, y en las actividades relacionadas con productos pecuarios a lo largo del tiempo. Por otra parte, el solar presenta dos ámbitos muy bien diferenciados por la muralla, lo que hemos denominado el espacio intramuros y extramuros. El priEste solar se sitúa dentro de la Zona Arqueológica declarada en 1994 Bien Cultural con la Categoría de Conjunto Monumental. mero de ellos ha sido utilizado con fines artesanales o como vivienda, mientras que en el segundo había un foso relacionado con la muralla de carácter defensivo que fue utilizado como basurero. Es evidente que el tipo de depósitos de cada uno de estos ámbitos y el material arqueológico en ellos localizado tiene características diferentes, razón por la cual tanto la cerámica como la fauna se han separado por ámbitos para su análisis. 11. CARACTERÍSTICAS DE LA INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA. METODOLOGÍA El lugar donde se llevó a cabo la intervención arqueológica era un solar urbano de algo más de 350 m2 de superficie (ver plano de ubicación) que había estado ocupado por dos edificios hasta unos años antes de comenzar la intervención2 • En la zona delantera tenía forma irregular adaptándose a la curva de la calle y en la zona trasera ambos edificios presentaban sendos patios descubiertos delimitados por un murete en forma curva y situados a una cota más alta que la de la calle Zaharra, aproximadamente metro y medio más alta. La intervención arqueológica se llevó a cabo en dos campañas diferentes. La primera en 200!3 en la que se realizaron dos sondeos con una superficie total excavada de 85 m 2 4 y la segunda el año siguiente cuando se procedió a la excavación en extensión de prácticamente todo el solar ante la inminente construcción de viviendas 5 • La excavación se ejecutó mayoritariamente de forma manual, excepto el levantamiento de algunos de los rellenos y suelos más recientes, que se hizo con excavadora. La metodología empleada en el proceso de excavación se basa en los planteamientos de E.C. Harris. 2 El nº 2 fue derribado en 1992 (Archivo Municipal de Orduña 2381-1. Exp. nº 16/92). El nº 4 se derribó en 1994 (A.M.O. 2385- 3 Se realizaron como parte de un Estudio Histórico Arqueológico subvencionado por el Gobierno Vasco y el Ayuntamiento de Orduña para informar el PER y establecer medidas de protección adecuadas. El sondeo A discurría en sentido este-oeste siguiendo el muro medianero que dividía los edificios nº 2 y nº 4. El sondeo B discurría en sentido norte-sur por la zona zaguera de los edificios abarcando parte del patio. Esta intervención fue subvencionada por el Ayuntamiento de Orduña, promotor de las viviendas. Únicamente quedó sin excavar un espacio de seguridad de 1 m. a cada lado, al sur y norte respectivamente, y una pequeña extensión en la zona delantera utilizada para ubicar contenedores y que por lo tanto era parte de la vía pública. 1) 4 5 KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX Se parte por lo tanto de la consideración de que el yacimiento es el producto de la estratificación arqueológica que se ha ido produciendo a través de las diferentes actividades, constructivas y destructivas, operadas tanto por el hombre como por los agentes naturales. Partiendo de esa idea, el objetivo principal es individualizar cada uno de los estratos o estructuras que son producto de una acción (los cuales reciben en nuestro caso el nombre de unidades estratigráficas o U.E.) y a través de las relaciones estratigráficas existentes entre ellas establecer las fases o periodos cronológicos. Con respecto al patrimonio mueble recuperado en la excavación, tenemos que adelantar que este ha sido inusual en dos aspectos fundamentales, por un lado, debido a su abundancia, y por otro debido a que sobre todo la cerámica está menos fragmentada de lo que es habitual en los solares urbanos. Esto se debe a que procede en gran parte de un basurero que ha permitido documentar una secuencia estratigráfica que va desde el siglo XIII hasta el XX6 • III. ESTADO DE LA CUESTIÓN E INTERÉS HISTÓRICO DEL SOLAR Además de su amplitud, este solar tenía un especial interés urbanístico debido a su estratégica ubicación en la zona de confluencia del núcleo oriental y septentrional. Conviene recordar aquí que el Casco histórico de Orduña· está formado por tres núcleos diferenciados de origen medieval y una amplísima plaza central donde se realizaba el mercado. El núcleo situado al este de la plaza tiene tres calles orientadas en sentido este-oeste, y en su extremo se ubica la iglesia-fortaleza de Santa María. Sin embargo las calles de los núcleos situados al norte y sur de la plaza presentan una orientación completamente diferente, en sentido norte-sur. El flanco occidental de la plaza está cerrado por un imponente edificio del siglo XVIII que fue sede de la aduana. La calle Zaharra o Vieja, que también recibió el nombre de calle Vizcaya en una época, es la calle más oriental de las del núcleo norte y también la más irregular en su trazado, y siempre ha sido y es aún en la actualidad la de salida hacia Bilbao. El solar en el que 6 La catalogación, dibujo e inventariado del material arqueológico se hizo gracias a una subvención de Gobierno Vasco del año 2003. La catalogación de los artefactos fue llevada a cabo por David Martínez y la de la fauna por Florencia Savanti, mientras que la coordinación general así como la dirección de la excavación fue llevada a cabo por Silvia Cajigas, los tres autores que firmamos este artículo. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003107 233 se ha intervenido se sitúa en el extremo sureste de la calle Zaharra, en la zona más cercana al núcleo oriental y a la plaza, en la manzana por donde debía ir la muralla del recinto septentrional, muralla cuyo trazado exacto se desconocía antes de comenzar la excavación. No existía en toda la calle ni un solo alzado seguro de la muralla. Además casi todos los edificios presentan en su zaguera un pequeño patio o huerta y la profundidad de los solares es variable con lo cual no se sabía si el trazado de la muralla medieval correspondía a alguno de los muros zagueros de los edificios o incluso al de cierre de los patios. Por otra parte, un escueto documento de 15417 hace referencia a una barbacana de carácter sin duda defensivo situada en la trasera de esta calle, en su zona norte. Como se sabe una barbacana es un muro grueso situado en paralelo a la muralla y adelantado con respecto a ella, y por lo tanto estas diferentes alineaciones que presentan los solares y edificios de la calle podían responder tanto a la muralla como a esa barbacana de la que no tenemos más noticias. Así pues esta cuestión se convirtió en uno de los objetivos prioritarios que pretendíamos aclarar con la excavación. Otra cuestión que queríamos abordar, sin duda de mayor calado para la historia de Orduña que la anterior, era la relación física entre el recinto defensivo del núcleo oriental y septentrional, tanto para ver si se unieron físicamente ambos núcleos desde época medieval o bien permanecieron separados hasta un momento más tardío, 8 como para determinar definitivamente cuál de ellos era más antiguo 9 • Llegados a este punto creemos necesario relatar brevemente los datos que se barajaban sobre el origen de la villa y de cada núcleo antes del comienzo de 7 8 9 A.M.O. C/045, d,14 1541-11-28. Sale a remate el arriendo de una casa y fragua, fuera del portal de la calle Vieja y junto a una "pared, fuerza y barbacana" de la ciudad, lindante con el camino de Tras Santiago y con el Camino Real. Cabía la posibilidad de que al fundar el segundo recinto éste quedase incluido físicamente dentro del primero mediante una ampliación de la muralla o bien que cada uno de ellos tuviese su propio sistema defensivo y permaneciesen durante un tiempo indeterminado como núcleos independientes. Tradicionalmente en la bibliografía se venía asignando la mayor antigüedad al núcleo oriental formado por las calles Burdin, Artekale y Harategi, sin embargo no existía una confirmación documental ni arqueológica para esa hipótesis. Por otra parte, en la intervención arqueológica dirigida por Silvia Cajigas en Lukas Deuna nº 5, calle situada en el extremo occidental del núcleo septentrional, se halló cerámica del siglo XIII en la zanja fundacional de la muralla. Otros hallazgos arqueológicos realizados en diversos solares de este mismo núcleo permitían fechar su origen en el siglo XIII, carecíamos sin embargo de datos así de determinantes para la zona oriental. 234 SILVIA CAilGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI esta excavación, pues de otro modo se hace imposible entender su trascendencia. El origen y evolución de Orduña habían sido ya tratados por diferentes autores que a través de la documentación o de la interpretación del plano planteaban sus hipótesis evolutivas, pero fue el recurso al método arqueológico el que definitivamente permitió confirmar y matizar alguna de esas hipótesis. Cuando se comenzó la excavación que ahora nos ocupa, partíamos de la hipótesis de que cada uno de los núcleos de la villa se había fundado en diferente momento. Creíamos que el primer recinto era el oriental fundado a partir de la Carta Puebla otorgada por el Señor de Vizcaya Don Lope Díaz de Haro en 1229. Posiblemente no se fundaría ex novo, sino que habría una población incipiente en torno al castillo preexistente a la fundación 10 • El fundador de la villa detentaba los señoríos de Orduña y Balmaseda entre otros porque le habían sido entregados por el rey de Castilla Fernando III al contraer matrimonio con su hermana Doña Urraca, en agradecimiento por el apoyo prestado. Pero al morir Don Lope y sucederle su hijo Don Diego López de Haro comenzaron las tensiones con el monarca a causa de esas tenencias puesto que las consideraba patrimoniales. Estas tensiones se prolongaron durante todo el siglo XIII y se hicieron más acusadas en el reinado de Alfonso X quien personalmente acudió a Orduña con sus mesnadas a reprimir un levantamiento del señor de Vizcaya contra él en 1255. Una vez sofocado dicho levantamiento y de vuelta en Silos concedió una nueva Carta Puebla el 5 de febrero de 1256 11 • Alfonso X decía en el texto que concedía el fuero "a todos los de Orduña porque yo los poblé". Esta frase junto con otros indicios había sido interpretada por algunos historiadores como la evidencia de que se había producido un traslado de la población desde las inmediaciones de Nuestra Señora de la Antigua de Orduña (templo que dista algo más de un kilómetro del núcleo urbano) donde se ubicaría la villa señorial, al emplazamiento actual donde se fundaría la real1 2, sin embargo parecía más coherente atribuir a esa fundación real precisamente el origen del núcleo septentrional de la villa. Como veremos a continuación los resultados de esta intervención han sido concluyentes para confirmar esta hipótesis evolutiva y explicarla, pero además 10 11 12 Sobre esta cuestión ver el artículo publicado en esta misma revista Kobie (Serie Anejos) nº 6 (vol. 2) pp. 575 a 584, 2004, Silvia Cajigas "Contribución de la arqueología al conocimiento de la ciudad de Orduña (Bizkaia)" Portilla, M. Catálogo monumental de la Diócesis de Vitoria, T. VI, pág. 644 Silvia Cajigas opus cit. han superado los objetivos iniciales al haber aportado interesantísimos datos sobre el sistema defensivo de la villa, materiales constructivos empleados, actividades artesanales, elementos de uso cotidiano como la cerámica o hábitos de consumo alimenticio. IV. EVOLUCIÓN GENERAL DE LA OCUPACIÓN DEL SOLAR Describiremos a continuación las fases documentadas en el solar y los cambios que se han ido produciendo a lo largo de los siglos tanto en su fisonomía como en los usos que ha recibido. Empezaremos por el orden inverso al excavado, es decir siguiendo el orden en el que se ha ido realizando la deposición estratigráfica, comenzando por lo tanto por el periodo más antiguo. Parece que la historia de este solar comienza a la vez que la de Orduña como villa, a partir de que el Señor de Vizcaya Don Diego Lope de Haro otorgara en 1229 el fuero de Vitoria. Edad Media Foso defensivo del núcleo fundado por el Señor de Vizcaya en 1229 El elemento más antiguo descubierto es un foso o cava relacionado con el sistema defensivo de la villa. Se pudo documentar con claridad en la zona del patio pues allí había sido rellenado con diferentes depósitos posteriores, pero no había sido alterado por excavaciones. Al excavar dichos depósitos fue posible observar su perfil y dimensiones aproximadas, a pesar de que su pared norte se metía bajo el cantil y la zona de seguridad (Ver corte estratigráfico). Se ha conservado el perfil del foso de forma claramente reconocible en una longitud aproximada de 4 m. En el interior del solar nº 4 también se documentó el fondo pero sus paredes habían sido destruidas al allanar los solares colindantes para su edificación, por lo que apenas era perceptible. Se trata de un foso de dirección este-oeste, paralelo por lo tanto a la muralla y las calles del recinto oriental (Burdin, Artekale y Harategi). Su eje central se sitúa aproximadamente a 13 m. de distancia de la línea de muralla. Está excavado en el nivel geológico compuesto por arcilla amarilla y no presenta ningún tipo de recubrimiento. Su profundidad desde la zona superior donde la arcilla se ameseta es de 2,50 m., aunque posiblemente hasta la base de KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003107 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIIJ AL XIX la muralla alcanzase una profundidad mayor. Extrapolando los datos en base a la pared conservada consideramos que tendría una anchura aproximada de 6 m. en la zona de más pendiente, 1O m. si consideramos la zona superior de menor pendiente. Presenta perfil en V con paredes divergentes y fondo estrecho (aproximadamente un metro) ligeramente cóncavo. Da la sensación de que para su ejecución se aprovechó la pendiente natural del terreno excavando artificialmente únicamente la parte inferior. No existía en el fondo del foso ningún relleno limoso o de gravas que podrían ser indicativos de que estuvo inundado con agua, por lo cual parece que era un foso seco. Esto no debió ser en absoluto inusual en las villas de la Península debido a la escasez de agua 13 , sin embargo no creemos que Orduña tuviese ese problema y contrasta además con lo que ocurre al norte del núcleo septentrional de la villa, donde el arroyo de Agua Salada actúa como foso exterior situado junto a la muralla. Amortización del foso y construcción de la muralla del núcleo fundado por Alfonso X el Sabio en 1256 Desde el comienzo ese foso debió utilizarse como improvisado y cómodo basurero y vertedero. En la zona del patio tres rellenos nivelan y amortizan el fondo del foso, son de abajo arriba la UE 170 (tierra arcillosa muy compacta con carbones, piedras pequeñas y tejas), 169 (tierra más clara que la anterior también con tejas y piedras y abundante material arqueológico fechable en el siglo XIII) y 60 (importante paquete de escoria de hierro rojiza y compacta con carbones y material arqueológico que se puede fechar también en el siglo XIII). Estos tres rellenos, especialmente el paquete de escorias, sirven de base a un potente muro (UE 71) de dirección norte-sur, es decir, perpendicular al eje del foso. Tiene una longitud de 3 metros y una anchura que oscila entre 1,20 m. en la zona superior y 1,70 m. en la inferior y presenta cierto escalonamiento. Está formado por piedras calizas heterométricas unidas por un mortero de cal y arena muy sólido y colocadas con bastante regularidad tratando de formar hiladas. Esa potencia y consistencia se debe a que se sitúa sobre la zona donde el foso es más profundo para evitar hundimientos. 13 GIBELLO BRAVO, V.M., VARGAS CALDERÓN, J. 1999 "Intervención arqueológica en el foso medieval de Olivenza (Badajoz)" en XXV Congreso Nacional de Arqueología, Actas, Valencia, pág. 395. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 235 Este muro sirve a su vez como base a otros dos (UE 48 y 49) de dirección igual a la de él, es decir norte-sur, los cuales fueron utilizados como muros de cierre zagueros de los edificios que ocuparon el solar en sus últimos momentos. En realidad parece que formaron en origen una única estructura, parcialmente destruida y muy alterada en época moderna. El muro UE 48 continúa hacia el norte metiéndose en el medianero con el solar nº 6 y había sido cortado por el sur, acabando en la zona central de la UE 71, con una longitud documentada en este solar de 1, 75 m. Cuando se comenzó la excavación presentaba un alzado algo superior a los dos metros, aunque había sido también parcialmente destruido con el derribo del edificio. Su anchura alcanza 1,10 m. Está compuesto por piedras calizas y mortero de arena y cal bastante sólido y compacto y se apareja en mampostería con camisas exteriores donde se sitúan las piedras más grandes y relleno de ripio trabado con mortero al interior. La UE 49 parte desde el muro del caño albañal que actúa como límite meridional del solar. Se apareja en mampostería bastante regular tendente a formar hiladas y presenta una disposición similar al anterior con camisas exteriores rellenas de ripio. Tiene una longitud algo inferior a los seis metros y una anchura media de 1-1,10 m., si bien es bastante variable porque oscila desde los 0,30 m. del sur hasta 1, 30 m. del norte. También es muy variable su alzado pues si bien en algunas zonas alcanza una altura similar al anterior, al sur en su cara este se ha conservado una única hilada debido a que este muro se adaptaba a la pendiente del terreno, es decir, a la pendiente de la pared del foso. Es evidente que estas estructuras 14 descritas pertenecen al sistema de fortificación, son sin duda restos de la muralla, pero en este caso de la muralla del recinto septentrional, situándose aproximadamente a 20 m. de distancia de la línea de la calle Zaharra, en paralelo a ella. La UE 48 y 49 fueron utilizados como muros de las casas y por lo tanto han sufrido innumerables transformaciones pero su grosor, trazado y ubicación no dejan lugar a dudas (ver foto 1). Por lo tanto en este solar se ha podido documentar una clara relación de antera-posterioridad entre los elementos defensivos de los núcleos oriental y septentrional de la villa. Esta relación supone la confirmación arqueológica de la hipótesis según la 14 La UE 48, 49, 71 y en parte el perfil del foso extramuros se han conservado e integrado en el proyecto arquitectónico. 236 SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI Foto l. Vista del solar extramuros y parte de intramuros en proceso de excavación. cual el núcleo oriental era anterior al septentrional. Asimismo ya en el siglo XIII se amortiza el foso del primer núcleo y se hace la muralla del segundo recinto, es por ello lógico decir que el núcleo oriental se hizo a partir de la Carta Puebla otorgada en 1229 por el Señor de Vizcaya y asignar esta misma cronología al foso. Del mismo modo las estructuras murarias del núcleo septentrional se harían a partir de la fundación real de 1256. Muchas son las razones que se pueden ofrecer para explicar ese cambio de orientación de ambos poblamientos. En ocasiones se ha aludido a una transformación general de los caminos situándose la primera puebla sobre la ruta que venía de La Barrerilla, que luego cedió paso a otra que venía de la Peña de Orduña. Incluso algunos autores consideran que el asentamiento inicial en la calle Zaharra -vial principal hacia Bilbao con ese cambio de ruta- pudo ser espontáneo al instalarse algunos comerciantes en tomo a él. Tampoco se puede descartar un interés del monarca por dejar su huella física sobre el terreno, pero lo cierto es que los resultados arqueológicos obtenidos hasta la fecha no aportan luz sobre esta cuestión. Sí iluminan a nuestro Juicio un tema de gran importancia para conocer no sólo el urbanismo de la villa, sino las relaciones entre cada uno de sus núcleos, pues parece lógico pensar que la villa de fundación señorial y la real se unieron formando una, dentro de un único recinto amurallado ya desde la segunda mitad del siglo XIII. De lo contrario se hubiese mantenido el foso como elemento separador de dos realidades diferentes, más aún si, como ocurre con los diferentes burgos de ciudades como por ejemplo Pamplona, se tiene un interés en que se mantengan separados 15. En este sentido los resultados de la excavación llevada a cabo recientemente en el patio de Zaharra 12 16 a nuestro entender confirman esta idea pues se ha documentado también parte de un foso, en este caso relacionado con el segundo recinto y de dirección norte-sur. Por lo tanto cuando se hizo el núcleo septentrional probablemente sólo se anuló la parte del foso antiguo que discurría por el solar de Zaharra 2-4, el resto seguiría en uso y se uniría con el nuevo. Una vez concluido que las estructuras descritas pertenecen a la muralla, queda claro que, en general, el trazado de ésta discurría por el muro zaguero de las 15 16 Según José María Lacarra, cuando una población es objeto de sucesivas repoblaciones por nuevos privilegios reales, se distingue cada una de estas ampliaciones porque adoptan para sus calles un trazado especial. La nueva población se levanta adosada a la anterior, pero sin confundirse con ella, rodeada de su propia muralla e incluso de fosos, aunque finalmente un recinto amurallado común a todos los barrios acaba por cercar todo el espacio. Este es el caso de villas como Jaca, Estella, Pamplona o incluso Vitoria. LACARRA, J.M. 1991 El desarrollo urbano de las ciudades de Navarra y Aragón en la Edad Media, Diputación General de Aragón pág. 15-16. La intervención en Zaharra 12 se ha llevado a cabo en octubre de 2006 dirigida por Silvia Cajigas y financiada por la Sociedad de Rehabilitación del Casco Histórico de Orduña Urduñederra. KOBIE (Paleoantropología n.° 27), año 2003/07 EXCAVAOÓN EN ZAHARRA nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX 237 viviendas mientras que los patios que presentan las casas en su trasera, se situaban extramuros. De todos modos creemos que es muy posible que el límite exterior de dichos patios coincida con el trazado de la barbacana mencionada más arriba, si bien esta cuestión no se ha podido documentar arqueológicamente, ni en ésta, ni en otras intervenciones realizadas en Orduña hasta la fecha. A partir de ahora nos referiremos al espacio que queda al oeste de la muralla como espacio intramuros, y al espacio que queda al este de la misma como extramuros. Esto no sólo facilitará la descripción y permitirá una ubicación rápida sino que responde estrictamente a la realidad documentada, pues ambas zonas presentan una estratigrafía y una evolución diferentes. Fundición de dos campanas para la iglesia (ver plano 2 y foto 2) Un ejemplo de lo que decimos lo constituye el foso en el espacio intramuros. El foso y todo lo excavado del nº 4 desde la calle hasta la muralla se rellenó y niveló en la segunda mitad del siglo XIII, posiblemente a la vez que se hacía la muralla. Al excavar se distinguieron varias unidades estratigráficas (UE 124, 107, 109), aunque consideramos que responden a un mismo fenómeno. Era un relleno muy compacto arcilloso con arenas de grano fino de color marrón claro y contenía en proporción muy alta fragmentos pequeños de piedras areniscas y cayuela. En la base presentaba algunas escorias y sobre todo cascotes de teja. Estos rellenos se echarían para evitar las humedades que produciría el agua de la lluvia retenida en el fondo del foso. En la zona superior sin embargo, se aprovecharía el material extraído en las excavaciones de nivelación y preparación del terreno para el nuevo núcleo de fundación real, lo que explicaría la abundancia de fragmentos de cayuela. La función de todo ese relleno era nivelar y elevar todo el espacio para servir de suelo de uso artesanal. En concreto se documentaron varias unidades estratigráficas que creemos se pueden relacionar con una actividad de fundición de dos campanas. Así se excavaron dos conjuntos formados por sendos hoyos (UE 146 y 147) excavados en el estrato de nivelación descrito y sus respectivos rellenos (UE143 y 142). Ambos se situaban alineados, el primero a 2,5 m. de la muralla y el otro a 4 m. de distancia del anterior. La fosa más cercana a la muralla presentaba inicialmente en planta una forma en U donde se distinguían dos rellenos. Uno muy oscuro rellenando la U propiamente y otro más claro formando la lengüeta KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 Foto 2 Hoyas de fundición de campanas. central. En primer lugar se excavó el relleno de la U, que era de tierra muy suelta de grano muy fino, húmedo y muy negro. La lengüeta central estaba formada por diferentes capas, la superior era como la U.E.124 donde estaba excavada la fosa, pero ligeramente más .oscura, en las inferiores alternaban capas oscuras con otras rojizas. Al excavar este depósito central quedaba una fosa de forma rectangular de 1, 85-1,90 m. en dirección N-S y entre 1,70 y 1,60 m. en sentido E-0. La profundidad oscilaba entre 0,70 m. y 0,60 m. El fondo era cóncavo con ligeras desigualdades, las paredes eran ligeramente divergentes (unos 95º) y los bordes inferiores eran redondeados mientras que los superiores eran más angulosos. El otro conjunto presentaba estaba cubiero por los restos de la destrucción de alguna estructura, posiblemente del horno. Era una acumulación de 3 m. por 1,30 m. de extensión formada por piedras calizas de aristas vivas y una argamasa con mucha cal muy compacta y blanca. Bajo ella aparecía una capa de tie- 238 SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI rra de unos 0,30 m. de grosor de color negruzco con pequeños fragmentos de teja, piedra y algunas pequeñas escorias de fundición de color verde. Este depósito cubría la fosa U.E.146 y su relleno. Dentro de la interfase UE146 había una fosa semicircular que estaba rellena de una mezcla de color negro compuesta por carbón y escoria verde muy suelta y ligera, quedando en la zona central unos rellenos más compactos formados por capas superpuestas de distintos colores, más negras, verdosas o rojizas. Al excavar todos los rellenos la fosa que quedó era de planta oval. Sus dimensiones oscilaban entre 1,98 y 2 m. en su cumbrera y 1,10-1,20 m. en la base; Su altura variaba de 0,30 m. a 0,56 m. El fondo era ligeramente cóncavo aunque bastante liso, las paredes divergentes, los bordes inferiores y superiores redondeados. Creemos que los conjuntos descritos pueden ser las huellas de las estructuras donde estaban los moldes de las campanas. Encontramos el principal paralelismo en el yacimiento de San Andrés en Roa (Burgos )17 donde se localiza "el primer testimonio arqueológico de una factoría de campanas realizadas por el sistema de eje horizontal", sistema sustituido por el de eje vertical o central a partir del siglo XV. Con ese sistema técnico el molde para la campana se realiza fuera de la fosa de fundición y se introduce en la misma una vez seco, sujetándolo con tierra apisonada para resistir los empujes laterales que se producen en el proceso de fundición. Cuando la fundición ha terminado se extrae el molde íntegramente por lo que no queda ningún resto del mismo en el interior de la fosa. Esta posteriormente se colmata con restos de combustión, escorias, restos de la estructura del horno etc. Como hemos visto en la descripción de los hallazgos de Orduña, no quedaban restos del molde de campana y sí las huellas dejadas por los mismos colmatadas por rellenos muy sueltos con carbones y pequeñas escorias de color verde, posiblemente de "metal campanil", como se suele denominar en los documentos al 17 18 A.I. Palomino, M.J. Negredo, J. Abarquero, M.J. Morales y O. González "El área artesanal localizada en el yacimiento de San Andrés, Roa (Burgos): nuevos elementos arqueológicos sobre el proceso de fabricación de campanas en época medieval" en Actas del V Congreso de Arqueología Medieval Española. Valladolid, 1999. 2001 Vol l. Jose Angel Barrio Loza "Campanas y campaneros de Bizkaia" pág. 12 en V.V.A.A. 2005 Brontzearen soinua. Bizkaiko kanpaiak- El sonido del bronce. Las campanas de Bizkaia. Bizkaiko Foru Aldundia, Bilbao Según este autor nunca se denomina en la documentación bronce al metal empleado para hacer las campanas, sino metal campanil, el cual se formaba con una aleación apenas variable de 78% de cobre y 22% de estaño. metal para fabricar campanas 18 • Este primitivo sistema lo describe el monje Teófilo en el siglo XII. Primero se elaboraba un molde en arcilla a tomo instalado sobre un eje horizontal de madera, el cual se cubría al principio con cera, fundiéndolo posteriormente utilizando el procedimiento de la cera perdida. Durante los siglos XIII y XIV se fueron incorporando mejoras en el sistema, como la sustitución de la cera por el barro en la elaboración del molde lo que abarataba costes y permitía elaborar campanas de mayor tamaño. De esta modalidad avanzada consideran que son los restos de San Andrés a juzgar por el tamaño de los hoyos, entre 1,90 y 2 m. de diámetro y 1, 13 y 1,25 m. de profundidad, que son de campanas "de considerable tamaño, ya difíciles de conseguir mediante el sistema primitivo". Como vemos si se comparan con los de Zaharra los diámetros son muy similares, aunque la profundidad es mayor, por lo que podríamos estar ante la misma técnica de fabricación. En el yacimiento de Roa no sólo se han documentado los hoyos de fundición como en nuestro caso, sino también unas zanjas alargadas que se interpretan como la boca de alimentación de los hornos, y la base de los mismos. Nosotros no hemos tenido tanta suerte puesto que los hoyos se situaban justo en el sur del solar nº 4, en el límite con el nº 2. Seguramente en ese solar 2 se ubicaron los hornos aprovechando que estaba más alto, pues al parecer siempre se colocaban junto a las fosas de fundición a un nivel más elevado para que el caldo descendiera por gravedad hasta el bebedero por un canal hecho con tejas curvas o con madera recubierta de barro 19 • En cualquier caso las hoyas de fundición no son los únicos elementos documentados en Zaharra, pues aparecían también una serie de estructuras alineadas con las anteriores hacia el oeste, sin duda relacionadas con ellas pero de difícil interpretación. La UE 122 era una estructura formada por seis piedras calizas grandes y la huella de otra que componían una hilada de dirección E-W. Aunque no tenía aspecto de muro podía ser la base de una estructura no muy consistente construida con materiales endebles. El suelo U.E. 124 (el mismo en el que se excavan los hornos) se le adosaba con claridad y presentaba un resalte, una subida junto a él. Además en ese suelo, al sur del resalte y junto a una de las piedras más grandes de esta estructura estaban los tres agujeritos que formaban la U.E. 132, que eran sin duda la huella de algu19 Opus cit pág. 157 KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX na estructura de madera. Estos agujeros tenían unos 0,08 m. de diámetro y unos 0,04 m. de profundidad, eran de planta circular y fondo ligeramente cóncavo con paredes paralelas y formaban entre sí un fragmento de círculo. Al oeste de lo anterior se situaban las estructuras UE 119 y 133 que consideramos podían formar parte de una estructura circular destruida tanto al norte como al sur (en este caso al hacer el muro UE 5). La UE 119 era el resto de un muro de planta ligeramente semicircular y dirección SE-NW. Se conservaba únicamente en una altura de unos 0,20 m. y en una longitud de 1,16 m. y tenía una anchura total de 0,69 m. si bien la parte de piedra era más estrecha y estaba recubierta por una argamasa muy gruesa y dura que en los laterales tenía pendiente. La UE 133 se conservaba peor porque sobre ella se construyó en época posterior otro muro, pero formaba una planta ligeramente curva y tenía una argamasa similar al anterior. Si considerásemos que ambos formaban una única estructura circular, ésta tendría aproximadamente un diámetro similar al de las hoyas de fundición, es decir, en tomo a los dos metros, por lo que creemos que podía tratarse de una estructura relacionada con el proceso de fabricación del molde de arcilla. Lo habitual en la fabricación de campanas era que fuesen realizadas por expertos itinerantes que acudían allí donde había demanda, siendo sus instalaciones artesanales temporales. Este era sin duda el caso de Orduña, pues sólo se documentaron restos de dos hoyas de fundición y eran además coetáneas. Cabe ahora por lo tanto preguntarse para dónde eran las campanas que se fundieron aquí. El primer lugar en el que pensamos es la torre que se sitúa junto a este solar al sur. Se trata de una torre defensiva que ocupa la esquina noroeste de la villa primitiva. Actualmente tiene espadaña con campana, pero ésta es muy posterior a la fábrica medieval de la torre, y las campanas aquí fabricadas son mucho mayores. También cabía la posibilidad de que fuesen para el templo de San Juan del Mercado. Era un templo que se situaba en el noroeste de la plaza junto a la muralla, cuyo origen es incierto aunque indudablemente medieval. Algunos autores piensan que se hizo con la fundación del segundo núcleo, aunque a nosotros, basándonos en algunos datos indirectos, nos parece más probable que se hiciese con el tercero, es decir, con el situado al sur de la plaza. Así pues creemos que estas campanas se hicieron para la iglesia de Santa María situada en el extremo oriental del núcleo KOBIE (Paleoantropología n.° 27), año 2003/07 239 primitivo. Desconocemos si cuando se fundó la villa por el Señor de Vizcaya se construyó un pequeño templo que con la fundación real fue ampliado o éste se comenzó ex novo, pero en general toda la bibliografía apuntaba al rey Alfonso X como constructor del templo. Por otra parte, con la lectura estratigráfica de los alzados del extremo nororiental de la villa se pudo ver que la muralla primitiva había sido rota para situar la iglesia fortaleza posiblemente en el mismo momento en el que se hizo el segundo núcleo. Por lo tanto parece que el taller aquí documentado puede responder precisamente a este momento justo mediado el siglo XIII. A la vez que se estaba haciendo la muralla del segundo recinto y se estaba preparando el terreno, allanando y repartiendo los solares, se estaría construyendo la iglesia-fortaleza de Santa María y las campanas para ella. Sin duda se podría alegar en contra que el área artesanal está demasiado lejos del templo, pero no consideramos que sea una distancia excesiva, además tal vez no existía un espacio libre apropiado más cerca, teniendo en cuenta que el interior de la villa estaría ocupado por viviendas y seguramente el exterior, alrededor de las murallas, por huertas o terrenos de labor. Primera edificación del solar nº 4 hacia el siglo XIV (ver plano 3) Tras esa ocupación artesanal temporal que duraría estrictamente el tiempo preciso para la elaboración de las campanas, que según algunas estimaciones podría llevar aproximadamente un mes, se produjo la primera ocupación estable del solar hacia el siglo XIV. En ese momento se construyó el muro UE 5 que sorprendentemente dividió el espacio en dos solares (nº 2 y 4) desde la Edad Media hasta el siglo XX, momento en el que se derribaron los edificios. Se trataba de un muro de dirección este-oeste, de apenas 30 cm. de grosor, que se aparejaba en mampostería con piedras calizas de formas angulosas y aristas vivas trabadas con mortero de cal con bastante arena. Presentaba de tramo en tramo algunas piedras bastante grandes que debieron servir de base a los pies derechos de madera. Este muro tenía una longitud en la zona excavada de 12,5 m. y no llegaba hasta la muralla. Al norte del anterior se adosaban dos muros de dirección norte-sur (UE 141 y 33). El más occidental (UE 141) debió ser inicialmente el zaguero del edificio. Posteriormente el inmueble se debió alargar hacia el fondo hasta la UE 33, para lo cual se rompió el muro anterior para abrir un acceso hacia la zona trasera quedando en uso como compartimentación interna. 240 SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI La estructura que sirvió como muro zaguero en el segundo momento tenía dos partes bien diferenciadas. Por un lado adosado a UE 5, la UE 33, que era un muro de mampostería trabada con mortero de cal y arena bastante sólido de 0,50 m. de anchura. Al norte continuaba con la UE 136 que era un murete de fábrica muy endeble formado por piedras pequeñas unidas con argamasa blanquecina bastante dura, la cual recubría sus caras. Sobre él apoyaba una viga calcinada que estaba embutida en UE 33, por lo que ha sido interpretado como la base de un tabique donde posiblemente se abriría una puerta de acceso al espacio libre de la ronda. De hecho se documentaron restos del mismo suelo (UE 135) a un lado y otro de dicha estructura, y por lo tanto en el espacio correspondiente al paso de ronda. Se trataba de un suelo muy duro y compacto de color beige grisáceo formado por arcilla y cal prensada que creaba una superficie muy horizontal. Creemos que este suelo nos puede estar indicando ya un uso privado de este espacio público de ronda, aunque se siguiese manteniendo sin edificar y como zona de paso entre los edificios y la muralla. Es muy posible que se utilizase como patio o corral, para dejar la leña, los aperos de labranza o para tener algunas gallinas etc. Como conclusión podemos decir que en época medieval se edificó únicamente la parte correspondiente al solar n º 4, al menos no se documentaron estructuras de este periodo en el solar n º 2. Este último posiblemente estaría ya rebajado y allanado al menos parcialmente desde el momento en el que se hizo la muralla y se utilizó este espacio para la fundición de campanas. Con respecto al edificio que ocupó el solar nº 4 no conocemos su anchura aunque pensamos que pudo llegar hasta el mendianero con el nº 6, es decir, 5 m. Su profundidad inicial sería seguramente de unos 11 m. y quedaría un espacio libre de ronda entre la zaguera y la muralla superior a los 1Om. Posteriormente fue ampliado el edificio 3 m. quedando una ronda de 7 ,5 m. EPOCA MODERNA Edificación del solar nº 2 (ver plano 4) En el siglo XVI el edificio descrito en el apartado anterior siguió en uso aunque sufrió algunos cambios. Así se construyó un muro en sentido norte-sur (UE 26) que seguramente era de compartimentación interna del espacio. Con él se echó un relleno (UE 112) que en su parte superior estaba muy nivelado por lo que fue interpretado como un suelo, suelo del nuevo espacio creado entre UE 26 al oeste, UE 5 al sur y UE 141 al este. Sobre él se construyó en la zona más o menos central y a 1 m. de distancia de UE 5 una estructura circular de mampostería de 0,60 m. de diámetro y 0,20 m. de altura que sin duda sirvió de base a una viga de madera, lo cual tal vez pueda estar indicando una elevación en altura del edificio. Este utilizaba como material constructivo un entramado de palos manteados con una argamasa bastante dura de color amarillo rosado que recibe el nombre de verganazo y se debió utilizar mucho en Orduña. Pero además se rompió parcialmente la muralla (se destruyó la continuidad entre UE 48 y 49) y se adosó por el exterior la estructura UE 47, para lo que fue preciso realizar una importante fosa de cimentación (UE 103) excavando los rellenos del basurero extramuros. Esta estructura UE 47 2º es un muro circular excepto en el extremo norte donde varía su trayectoria en ángulo recto posiblemente porque sufrió algún desplome. Mide 3,20 m. en sentido norte-sur y 1,60 m. en sentido este-oeste, tiene un radio aproximado de 1, 10 m. y se ha conservado en una altura de 2 m. Desconocemos exactamente el uso de esta estructura aunque creemos que es posible que se utilizase como silo. Lo cierto es que se han documentado otros muros circulares exteriores en algunos edificios de Orduña21 • De este periodo eran también las primeras estructuras documentadas en el solar nº 2. Se trataba de tres muros, dos de ellos de dirección norte-sur y uno de ellos este-oeste, que podrían estar delimitando un edificio de 3,5 m. de anchura y aproximadamente 12 m. de profundidad. El muro UE 38 sólo se conservaba en una longitud inferior al metro, se adosaba al muro UE 5 por el sur, y tenía 0,70 m. de grosor. Se aparejaba en mampostería sin ningún tipo de argamasa, trabado con tierra. Debió servir como muro zaguero del edificio quedando un espacio de ronda junto a la muralla de casi 11 m. El 166 era también un arranque de muro de poca longitud que se cortaba por el este y no pudo ser excavado por el oeste, aunque suponemos que llegaría hasta la calle. Lo hemos interpretado como el muro de cierre sur del edificio. El murete UE 163 sin embargo era posiblemente la base de un tabique que delimitaba el portal de este edificio, del que no sabemos nada más. Es interesante destacar aquí que este edificio no 20 21 Esta estructura U.E 47 también se ha conservado junto con los restos de la muralla y el foso. En un edificio del s XVII en el nº 17 de Donibane Kalea o en el edificio que se derribó en Lukas Deuna nº 5 KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX dase un paso de acceso a la ronda, que de lo contrario hubiese quedado como un callejón sin salida. Por otra parte el que la ronda fuese tan amplia inicialmente puede deberse a la ubicación de este solar, próximo a la zona donde las respectivas murallas del núcleo primero y segundo se unirían. La zona de unión no se pudo ver al excavar este solar, a pesar de que era uno de los objetivos de la intervención, pero por el trazado de ambas es probable que fuera en ángulo recto. Ocupación de los espacios públicos por los edificios (ver plano 5) Seguramente hacia la segunda mitad del XVII y con toda probabilidad antes del primer cuarto del siglo XVIII los espacios públicos relacionados con el sistema defensivo fueron ocupados con fines privados en este solar. Esto sucedió tanto en el espacio propiamente de ronda como en el de paso hacia ésta situado al sur del solar n º 2. Así en este último se amplió el edificio anterior o construyó uno de nueva planta que se extendió hacia el sur hasta el límite del solar como lo atestiguaban tanto los rellenos y suelos como el muro UE 22. Este era un muro de dirección norte-sur que se retranqueaba 2 m. con respecto al zaguero anterior (UE 38). Caben dos posibilidades, o bien este se convirtió en el muro zaguero del edificio o bien actuó como tal ya desde este momento la muralla. En cualquiera de los dos casos la ronda habría sido ocupada con fines privados, pues en el muro UE 22 se documentaba un acceso a la zona trasera donde existía un suelo de cota y características similares al del interior del edificio. Además sabemos que al menos una parte de ese espacio zaguero estuvo cubierto por una tejavana o techumbre de vigas de roble porque se documentó una esquina calcinada de la misma en el ángulo noroeste. Como materiales constructivos de este edificio, además de los muros de mampostería se utilizaría de nuevo aquí el verganazo con estructura de vigas de roble y cubierta de teja curva. También en el solar n º 4, donde siguieron en uso los muros de las fases anteriores, el edificio avanzó en profundidad hasta la muralla, al prolongarse el medianero UE 5 hasta el fondo con el muro UE 145. Es muy probable que el espacio trasero de la que antaño fuera ronda fuese utilizado como bodega o almacén, pues sería una habitación oscura sin apenas iluminación o ventilación natural. Una evidencia de este uso la encontramos en las UE 35-36, restos de un troje de cebada calcinada. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 241 Instalación de una tahona intramuros tras el incendio de 1727 (ver plano 6) Los edificios descritos se quemaron en un incendio del cual nos quedaron no sólo abundantes evidencias materiales (UE 35, 36, 162, 134), sino también testimonio escrito en un acta municipal. Esto nos permite fecharlo en 1727 y conocer su importancia, ya que según parece afectó a catorce casas de la calle Zaharra y a ocho de la calle Frankos22 • A pesar de que el documento hace referencia a la limpieza de los solares, en el caso que nos ocupa parte del escombro y los restos del incendio se dejaron para elevar el nivel del suelo y fueron "reutilizados", lo que nos ha permitido conocer los materiales empleados en los edificios quemados. Esta catástrofe trajo importantes cambios en el uso del espacio aunque curiosamente no debió suponer un escarmiento suficiente, pues tras ella se documentan los restos de al menos cuatro hornos de pan de una tahona intramuros, con el peligro que esto debía suponer para la población. A pesar del fuego se mantuvo la secular parcelación del espacio entre los solares 2 y 4, manteniéndose el mismo muro UE 5 de división entre ellos. El solar n º 2 no cambió demasiado en cuanto a sus compartimentaciones, pues aunque se hizo un muro zaguero nuevo, el UE 27, éste se ubicaba exactamente sobre el 141 cuyo origen hemos situado en la Baja Edad Media. También el muro UE 33 siguió en pie pero en este caso asociado a los restos de la tahona. En el solar nº 4 los muros principales continuaron en uso, pero se hicieron algunos muretes nuevos (UE 7, 9, 156) que sirvieron para crear un pequeño habitáculo, así como alguna base para la estructura portante (UE 8). En cualquier caso la transformación principal se produjo en la zona zaguera pues la división entre los dos solares hasta la muralla hecha en la fase anterior (UE 145) quedó anulada, unificándose el espacio que se destinó a tahona. Para ello no sólo se dejaron los 22 A.M.O.L/016, f.151 v. 1727-10-21. El incendio comenzó en una casa de la calle Zaharra y no se pudo apagar sin que afectase a muchas más. El alcalde decreta que se busquen carros y peones para limpiar los suelos. Se entregarían madera en la Plaza Pública y en el Prado, supervisado por unos maestros carpinteros. En cualquier caso en esta fecha todavía alguna de las casas mantenía "lumbre" en el interior por lo que se dice que lo primero que había que hacer era apagarla para que los dueños pudiesen recuperar algunas cosas como piedras, clavos, ladrillos, madera. 242 SILVIA CARGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI suelos de los edificios quemados sino que se utilizó un potente relleno de escombro de dichos edificios compuesto sobre todo por teja y verganazo (UE 87) para "envolver" los hornos. Seguramente por su carácter de material refractario cubría las bóvedas (al menos en lo conservado de éstas) y había sido ligeramente excavado para insertar sus bases. Se documentaron restos de al menos cuatro hornos de esta tahona así como unos agujeros en la UE 87 (UE 96 y 126) que por su forma alargada y dimensiones bien podrían ser la huella dejada por otros dos. El primero que se excavó cuando se hicieron los sondeos fue el UE 42 situado junto a unas estructuras de remate y refuerzo de la muralla. Era un horno de bóveda de media naranja de la que se conservaba algo menos de la mitad. Esta se hizo mediante la aproximación de hiladas de ladrillos macizos rotos unidos por arcilla de fuerte tonalidad amarilla, la cual se utilizó también para rasear exteriormente la bóveda. La base donde se colocaría el pan estaba formada por lajas calizas de formas y tamaños irregulares y 0,10 m. de grosor que estaban trabadas por un mortero de cal y arena de irregular consistencia. Junto al anterior estaba el horno UE 50 que se situaba en el centro de la estructura UE 47. Prácticamente sólo se conservaba la base y el arranque de la bóveda, pero en este caso sí es posible conocer el diámetro de la bóveda de 1,50 m. Por lo demás a juzgar por lo conservado parecía de factura similar al anterior aunque la base estaba formada por tres lajas bastante regulares. Estos dos hornos tenían la boca al oeste mientras que los otros dos situados bastante próximos tenían la boca hacia al este quedando en el centro una zona de pasillo con lajas en el suelo. Excepto el 42 que estaba a más altura, los otros tres se situaban más o menos en la misma cota. El horno UE 93 tenía forma en planta de ojo de cerradura (ver foto 3). Medía 1,90 m. de largo por 1,30 m. de ancho. La base del horno estaba compuesta por lajas calizas y areniscas que estaban a su vez recubiertas por arcillas con cenizas. Bordeando las lajas se empezaba a construir la pared del horno con ladrillos trabados con mortero de cal y arena y arcilla de color rojizo por la calcinación. El horno UE 157 tenía también forma de cerradura antigua con dos partes bien diferenciadas, la entrada y la cámara (joto 4 ). La entrada era rectangular y medía 0,60 m. en sentido este-oeste y 1,10 m. en sentido norte-sur, construida con ladrillo y alguna piedra caliza. La cámara tenía planta circular de 0,47 m. de diámetro con paredes de 0,20 m. de anchura. El suelo de la estructura estaba hecho de ladrillos quemados y tenía una capa de cenizas, además se pudo comprobar que los ladrillos empleados en la bóveda eran reutilizados pues tenían restos de argamasa. Como hemos visto todos ellos presentaban pequeñas diferencias entre sí, pero en general la factura, los materiales empleados y la tipología era similares. Creemos que eran para cocer pan y que todos ellos estarían en uso al mismo tiempo, por lo tanto debían pertenecer a una tahona que ocupaba todo este espacio zaguero al que se entraría a través del acceso del muro UE 22 por Zaharra n º 2. Foto 3, horno de pan UE 93, KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX 243 En cuanto a la cronología de esta tahona debió desarrollarse a lo largo de un periodo indeterminado durante el siglo xvm, pues tenemos una cronología post quem clara, el incendio de 1727, después del cual se hizo y los materiales arqueológicos de los rellenos más antiguos que cubren y amortizan los hornos son también del siglo XVill. No hemos encontrado sin embargo ninguna referencia documental que podamos relacionar con esta tahona. EPOCA CONTEMPORÁNEA En el siglo XIX se produce la apropiación del espacio extramuros por las viviendas (ver plano 7) Una vez desaparecida la tahona en el siglo XIX se volvió a dividir el espacio correspondiente al solar nº 2 y 4 hasta el fondo, hasta la muralla, mediante el muro medianero UE 72, el cual se ubicaba exactamente sobre el trazado del que antes de existir la tahona cumplió la misma función (UE 145). Los antiguos muros zagueros o de división con el espacio destinado a los hornos (UE 27 Y 22) quedaron definitivamente anulados produciéndose una unificación del espacio desde la calle hasta el fondo y siendo utilizada la muralla como muro de apoyo zaguero de los edificios. En ese momento se hizo también una elevación general de la cota del suelo en ambos edificios, que afectó sobre todo a la zona zaguera, que era la más baja, lo cual facilitó la conservación de los restos del periodo anterior. Este fenómeno de la elevación de los suelos en el siglo XIX lo hemos visto también en otros solares de Orduña y tal vez responda a una elevación paralela de la cota de las calles al realizarse canalizaciones y adoquinados más adecuados y consistentes para un mayor tráfico. En la zona sur del solar n º 4 se realizó un suelo de lajas (UE 6) que se extendía desde la calle hasta el fondo con una anchura (norte-sur) entre 1 y 2 m., perteneciente por ello seguramente a un pasillo. Estaba formado por grandes lajas calizas de O, 10 m. de grosor. En el solar n º 4 se mantuvo en algunos casos la compartimentación del periodo anterior (UE 7 ,8,9/ UE 38,5,9) aunque con algunas modificaciones (UE 176/ UE 158) que parece que perseguían dividir longitudinalmente el espacio en dos. Con este último objetivo se hicieron también en la zona delantera dos muretes de muy mala factura que reutilizaban materiales y debieron servir de base de algún tabique (UE 150 y 165). De hecho no sabemos si ya desde el XIX, pero sin duda sí Foto 4. Horno de pan UE 157. en el s. XX este edificio debió pertenecer a dos dueños los cuales hicieron sendas escaleras (UE 63 y 64) sobre la muralla para acceder al espacio extramuros. EVOLUCIÓN DEL ESPACIO EXTRAMUROS O DE PATIO (Ver corte estratigráfico) Durante toda la Edad Media y Moderna el espacio situado al este de la muralla fue utilizado como vertedero o basurero. En él se localizaban cinco unidades estratigráficas del periodo medieval (UE 83, 125, 114, 113 Y 106) además de las tres que se echaron para rellenar el foso con el fin de construir la muralla (UE 170, 169 y 60). Todos ellos eran rellenos o echadizos con una cronología que va desde mediados del siglo xm al XV. La UE 169 y 170 tendían a crear una superficie horizontal mientras que todos los demás buzaban hacia el norte manteniendo la pendiente de la pared sur del foso. En el siglo XVI se excavaron parte de los rellenos KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 --·----- --- ---·~-·---- ·------------ 244 SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI Intervención Arqueológica en Zaharra 2-4, Urduña · N Localización del solar en la villa de Urduña Períf"'letro de segur1 SOLAR 4 e;; ,e 1 :;OLAP 2 ' / I / I \,./ 1 1 '--~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~--~~-'-=-~~~-'-~~-~~~.J División del solar. Plano l. (Superior) Plano de ubicación del solar. (Inferior) Planta del solar Zaharra nº 2-4. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX 245 z e: u~._143 . ..(· ...[ · · .-. \ ._ . . . . . : . . ,,..., ue'l.24 . Plano 2.Plano de los restos de una instalación metalúrgica de Ja segunda mitad del siglo XIII. U.E.142 y 143 hoyas de fundición de campanas. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 246 SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI L!E 5 Plano 3. Edificación del solar nº 4 hacia el siglo XIV. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA Nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX 247 1 ¡ 1 Gráfico 2. Corte estratigráfico del foso extramuros. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 O. 248 SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI UE33 :,, ';./,~ ... , ,.. L.·: UE14l ·'·•·"" ue 38 -----....., Edificio n• 2 .. ;. UE26 UEl66 UE 163 Plano 4. Hacia el siglo XVI se edifica el solar nº 2 y se destruye parcialmente la muralla para adosar al exterior la estructura VE 47. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA Nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX z e: . -\ UE 145 UE 33 UE 141 Plano 5. Ocupación de los espacios públicos por los edificios (segunda mitad del siglo XVII-1727). KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 249 250 SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI UEJ.!f7 ~ ~ UE149 UE 153 UEl66 UE 163 Plano 6. Plano de la tahona tras el incendio de 1727, KOBIE (Paleoantropología n.º 27), aíio 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA Nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX z e: UE .... . H .... : Murolla Escc.lero. . ·.. · n - .~ ·:;. 1 ¡' ' ;...·. ,:: . ..:::..: •..·. '.::.t..-.1 ( j UE85 ' . ··:·· ·.:·. ~ : ::; ; ; ; .. 'ue tovue1~ Plano 7. Plano del solar en el siglo XIX. KOBIE (Paleoantropología n. º 27), año 2003/07 251 252 SILVIA CATIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI anteriores para hacer la zanja de cimentación (UE 103) de la estructura circular UE 47, la cual se rellenó con un echadizo de tejas (UE 101). Todavía durante los dos siglos siguientes se siguió utilizando ese espacio como vertedero y suelo público según parece, manteniendo los rellenos la pendiente, aunque al irse colmatando esta iba progresivamente suavizándose. De esta época era también una pequeña atarjea de piedra de dirección oeste-este (UE 53, 54, 55). Parece que la apropiación por parte de los particulares de ese ámbito público se produjo en el siglo XIX, cuando dividieron el espacio perteneciente a los edificios nº 2 y nº 4 mediante el muro UE 44. A partir de entonces a la zona meridional no se le debió dar mucho uso pues sólo había un relleno de nivelación (UE 2). El nº 4, sin embargo, fue usado como patio para lo que se hicieron unas escaleras de acceso (UE 40) y un suelo de lajas (UE 41) que posteriormente fue sustituido por otro superpuesto de hormigón (UE 31). Todo este conjunto de rellenos han sido muy interesantes por la cantidad y calidad de los materiales arqueológicos recuperados. En primer lugar, por tratarse de un basurero la muestra es en cierto modo más completa y más acorde con la realidad que se quiere estudiar puesto que no está sometida a las labores de limpieza o de descarte que lógicamente se producen en un ámbito que está siendo usado bien como vivienda, bien como taller o lugar de trabajo. Desde el punto de vista de los huesos parece lógico pensar que un basurero es el sitio ideal para conocer los hábitos de consumo. En cuanto a la cerámica e incluso el vidrio, tiene la ventaja de que normalmente, cuando una pieza se rompe y por ello se decide prescindir de ella, se tiran todos sus fragmentos a la vez, con lo cual es mucho más fácil reconstruir formas cuando el material procede de un basurero que cuando proviene de rellenos de nivelación o de suelo de un solar que ha estado edificado u ocupado. Por otra parte cronológicamente el material de este basurero va desde el siglo XIII hasta el XIX sin solución de continuidad. Todas estas cuestiones han hecho que en el estudio del material arqueológico, que se abordará en las dos siguientes partes de este artículo, se haya dividido el procedente del espacio extramuros del de intramuros. V. ESTUDIO DEL MATERIAL CERÁMICO En esta parte vamos a analizar fundamentalmente la cerámica por ser con mucha diferencia el material más abundante, si bien también haremos alusión a otros materiales aunque de forma concisa. No se ha realizado un estudio profundo con análisis de pastas u otros elementos sino que el objeto principal de este artículo es dar a conocer las formas encontradas en el solar. Para llevarlo a cabo se han seleccionado las piezas más completas, y cuando no se puede reconstruir el perfil, se prefiere la parte superior, es decir, el borde a la inferior o base, y en este último caso sólo se elige si tiene alguna peculiaridad. En la exposición se ha dividido el material según sus ámbitos de procedencia (extramuros e intramuros) y por siglos. Para las descripciones y con el fin de establecer unas tipologías se ha utilizado en el caso del sigo XIII la tesis doctoral de José Luis Solaun Bustinza La cerámica Medieval en el País Vasco (Siglos VIII-XIII), publicada recientemente y que nos ha servido de gran ayuda. Para otras cronologías hemos seguido nuestros criterios, seleccionando los términos más habituales en la bibliografía publicada, si bien en general hacemos referencia a otras terminologías utilizadas para describir un mismo aspecto en notas a pie de página. ÉPOCA MEDIEVAL SIGLO XIII Los primeros restos recuperados en la excavación se remontan a mediados del siglo XIII, siendo las unidades estratigráficas 169 y 170 las que aportan los materiales más antiguos del solar. Este depósito se localiza extramuros y se corresponde con el nivel de basurero de los primeros momentos de la villa. Del material cerámico recuperado destacan las siguientes formas: - Escurridores: generalmente son fondos planos con paredes divergentes que presentan una serie de orificios circulares en el fondo 23 • (Lámina nº 1-Fig. nº 9) - Jarro de cuerpo ovoide, largo cuello cóncavo, borde exvasado y labio triangular (Lámina nº 1-Fig. nº 7). - Jarro de perfil cóncavo con borde exvasado, labio triangular. Tiene una decoración estriada en la cara externa. Destaca su marcado encaje interno para tapadera24 • (Lámina nº 1-Fig. nº 6). - Orza de cuerpo globular, cuello cóncavo, borde continuo y labio triangular, con asa de cinta que arranca desde el labio 25. (Lámina nº 1-Fig. nº 1). 23 24 25 Forma Escurridor 1-V de Solaun J. S. Forma Cántaro 1-2-VI de Solaun J. S. Forma Olla !-VI de Solaun J. S. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVAOÓN EN ZAHARRA Nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX - Orza de cuerpo bitroncocónico, diferenciado del cuello por un marcado rebaje. Tiene borde exvasado, labio triangular y asa de cinta que arranca desde el labio 26 • (Lámina nº 1-Fig. nº 10). 253 vidriados en color verde, y son las cerámicas utilizadas en el primer núcleo poblacional de la Villa de Orduña (1229-1256). - Cuenco de paredes convexas, borde continuo y labio triangular. Presenta una decoración estriada consistente en dos líneas en la unión del borde con el labio21 • (Lámina nº 1-Fig. nº 8). - Olla de base plana, galbo ovoide, su cuello está diferenciado del hombro por una inflexión marcada. Borde continuo. 28 (Lámina nº 1-Fig. nº 2). - Olla de cuello troncocónico, borde exvasado y labio redondeado Orza 4-v. (Lámina 1-Fig. nº 4) - Tinaja de perfil ovoide, cuello cóncavo de escaso desarrollo, borde continuo y labio triangular, con o sin engrosar. Un ejemplar presenta un rebaje interno para tapadera29 • (Lámina nº 1-Fig. nº 3 y 5). - Merece la pena destacar la aparición de un recipiente vidriado en ambas caras, de color verde, la forma es de base plana y galbo ovoide sin que se conserve el resto (Lámina nº 1-Fig. nº 11) También se recogieron fragmentos de vidrio correspondientes a vasos (Foto nº 5). Uno es de un galbo divergente de borde recto y labio redondeado, con la particularidad de que este último está tintado en azul. El segundo fragmento de vidrio destacado es un galbo verdoso con una decoración aplicada, consistente en hojas de agua de color rojo. Todos estos vidrios se pueden encontrar a partir del siglo XIII. Por sus características, formas y decoración pueden ser de procedencia francesa. De hecho, ya en el siglo XIII hay constancia de comerciantes vascos en Francia y Bretaña30 • En cuanto a la cronología de este conjunto, encontramos piezas que datan de siglos anteriores y que perduran hasta el siglo XIII, tanto en la primera mitad como en la segunda, como son las nº 1, 2, 3, 5, 6 y 9, mientras que las nº 4, 7 y 8 comienzan a utilizarse desde esta centuria en adelante. El 93,5% de estos materiales son sin vidriar y el 6,5% restantes son 26 27 28 29 30 Forma Orza 7-V de Solaun J. S. Forma Cuenco 1-V de Solaun J. S. Forma Olla 10-V de Solaun J. S. Forma Tinaja 1-VI de Solaun J. S. INCLAN GIL E.: El dinero de la mar: el comercio de la costa vasca con Europa en los siglos XN al XVII, Bilbao, Vitoria y San Sebastián: espacios para mercaderes, clérigos y gobernantes en el medievo y la modernidad. 2005. Pp 17-78. KOBIE (Paleoantropologfa n.° 27), año 2003/07 Foto nº 5. fragmentos de vasos de vidrio decorados de procedencia francesa de mediados del siglo XIII. Contamos con una unidad estratigráfica de la segunda mitad del siglo XIII, la UE 83, en la que se recogieron las siguientes cerámicas: - Orzas de cuerpos ovoides, cuello cónico, borde exvasado y labio triangular. Un ejemplar presenta asa de cinta que arranca desde el hombro. Tiene una decoración estriada31 • (Lámina nº 2-Fig. nº 5, 6, 7 y 8). - Orza de borde recto y labio triangular con ranura interna para tapadera (Lámina nº 2-Fig. nº 4). - Fragmento de pico vertedero con forma zoomórfica, al parecer un lobo, con vidrio verde; los parecidos mas cercanos son las jarras de la zona de Marsella32 (Lámina nº 2-Fig. nº 10). - Jarra de base plana y galbo globular, con vidrio verde en ambas caras (Lámina nº 2-Fig. nº 9). Como hemos dicho arriba estas cerámicas hay que situarlas en la segunda mitad del siglo XIII; tanto las orzas, que son formas que no perduran más allá del siglo XIII, como la jarra con pico vertedor. Así mismo las cerámicas con vidriado verde, que no superan un 6,9% de las cerámicas, son características del siglo XIII33 • Intramuros (UE 124, 142 y 143), los primeros materiales recuperados están relacionados con la ampliación de la villa con un segundo núcleo, a par31 32 33 Forma Orza 2-VI de Solaun J. S. MARCHES!. H. THIRIOT J. VALLAURI L. Marseille. Les ateliers de potiers du XIII' set le quartier Sainte-Barbe (V'-XVll' s) Paris: Editions de la Maison des Sciences de l'Homrne, 1997. Estratigráficamente está situada sobre el nivel de la primera mitad del siglo XIII y esta cubierta por una unidad claramente del siglo XIV. SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI 254 tir de 1256. Concretamente los restos proceden de las unidades de amortización de los hoyos de fundición de campanas excavados en los rellenos de colmatación del foso, por lo que se puede considerar material residual. Aquí el material es más escaso pero la tipología es muy similar a la de extramuros. Su cronología no supera normalmente la primera mitad del siglo XIII, aunque se pueden encontrar en la segunda mitad del siglo como material secundario, como ocurre en este caso. Se documentan las siguientes formas: - Orza de cuerpo bitroncocónico, con rebaje en el cuello, borde continuo y labio triangular'4 • (Lámina nº 2-Fig. nº 1). - Orza de cuerpo globular, cuello cóncavo, borde exvasado y labio triangular35 • (Lámina nº 2-Fig. nº 2). - Vaso de base plana, galbo bitroncocónico, borde continuo y labio redondeado 36 • (Lámina nº 2Fig. nº 3). - Orza de pequeño tamaño de perfil ovoide, borde recto, diferenciado del hombro por una inflexión marcada. Tiene labio 3~riangular y presenta una ranura interna para tapadera • (Lámina nº 2-Fig. nº 11). - Cuenco de perfil curvo, borde continuo y labio apuntado. Presenta estrías marcadas en la cara interna40. (Lámina 3-Fig. nº 8). - Jarro de galbo ovoide, cuello recto, borde moldurado triangular. Tiene labio redondeado, triangular o apuntado (estos últimos son muy escasos). La mayoría de los ejemplares presentan decoración estriada en la parte superior del cuerpo. Tienen un acabado bruñido en la cara externa. A partir de este momento nos referiremos a ella como jarro u olla de borde moldurado pues su uso es indistintamente para mesa como para cocina, ya que se observan huellas de haber estado al fuego en sus paredes 41 • (Lámina 3Fig. nº 4, 5 y 7) - Olla de perfil ovoide, cuello cóncavo, borde exvasado y labio triangular engrosado. El asa es de cinta con incisiones ovales. Estas piezas tienen una decoración consistente en acanaladuras en el cuerpo, y en el asa presenta 5 impresiones en forma de ojal42 . (Lámina 3-Fig. nº 6) - Olla de cuerpo globular, cuello cóncavo o recto, borde de arista43y labio que puede ser engrosado, redondeado o plano. A partir de aquí la denominaremos olla de borde de arista44 • (Lámina nº 3-Fig. nº 11). SIGLO XIV. En la zona de extramuros es donde más material se ha recuperado por lo cual la tipología es más variada. En la zona intramuros, sin embargo, se han recuperado pocos recipientes pertenecientes a esta época. Se ha diferenciado entre material sin vidriar y vidriado. Zona extramuros (UE 125), Cerámicas sin vidriado. Orza de perfil ovoide, cuello cóncavo, borde exvasado, labio triangular. Presenta una decoración estriada38 • (Lámina 3-Fig. nº 3 y Lámina 4-nº 8). - Escurridores. Generalmente son fondos planos con paredes divergentes, presentando una serie de orificios en el fondo de manera circular. También presentan una costra grisácea en su interior39 • (Lámina 4Fig. nº 10). 34 35 36 37 38 Forma Orza 7-V de Solaun J. S. Forma Orza 1-V de Solaun J. S. Forma Vaso 1-V de Solaun J. S. Forma Olla 10-V? de Solaun J. S. Forma Orza 1-V de Solaun J. S. - Orza de cuerpo ovoide, cuello cóncavo, borde exvasado y labio triangular; un ejemplar tiene arranque de asa desde el hombro. Pueden presentar decoración estriada en el borde y en el asa incisiones ovaladas. Otro ejemplar presenta un pico vertedero. (Lámina 4-Fig. nº 3 y 5) - Olla de perfil ovoide, cuello cóncavo y borde exvasado, que termina en labio triangular. Con o sin engrosar. Presenta acanaladuras bien marcadas en el cuerpo y el asa de algunas piezas aparecen ungulaciones ovaladas45 • (Lámina 3-fig nº 9 y Lámina 4-Fig. nº 7) - Tinaja de perfil ovoide, cuello cóncavo, borde continuo y labio triangular4 6 • (Lámina 4-Fig. nº 2) 39 40 41 42 43 44 45 46 Forma Escurridor 1-V de Solaun J. S. Forma Cuenco 3-V de Solaun J. S. Forma Jarro 7-IV a/b de Solaun J. S. Forma Orza 1-V de Solaun J. S. Este mismo borde otros autores lo llaman borde de pestaña. Garcia Alonso M. "La Cerámica de "El Torrejón" de las Henestrosas de Valdeolea. Revisión y Nuevas Aportaciones". Sautuola!VI 1999 Diputación regional de Cantabria Pag 521-538. Forma Olla 9-X de Solaun J. S. Forma Olla 8-X de Solaun J. S. Forma Tinaja !-VI de Solaun J. S. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA Nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX 255 - Olla de perfil globular, cuello cóncavo, borde exvasado y labio redondeado47 • (Lámina 3-Fig. nº 1y2) cedencia también puede ser del taller de Manises 52 (Lámina 5-Fig. nº 2). - Candil de base plana, galbo recto, borde sin diferenciar, labio redondeado y pellizco para la mecha. (Lámina 4-Fig. nº 9). - Fuente de paredes bien abiertas en la que no se diferencian el ala y labio bífido. Presenta una decoración en verde-manganeso de motivos vegetales. Este tipo de decoración y forma son habituales en los talleres de la zona de levante, posiblemente de la zona de Manresa o Paterna; aunque no se puede afirmar con seguridad51 (Lámina 5-Fig. nº 4). - Bacín de base plana, galbo troncocónico, borde recto y labio triangular (Lámina 4-Fig. nº 12). - Cántaro de galbo ovoide, hombros marcados, cuello cóncavo, borde exvasado y labio triangular con una acanaladura. Presenta una decoración estriada en la cara externa48 • (Lámina 4-Fig. nº 11). - Cuenco con galbo carenado, borde ligeramente exvasado y labio redondeado (Lámina 4 Fig. nº 1). - Olla de galbo troncocónico, con rebaje en el cuello, borde continuo y labio triangulai-19 • (Lámina 4Fig. nº 6). - Olla de galbo globular, cuello comco, borde exvasado y labio redondeado. (Lámina 4-Fig. nº 4). Cerámica vidriada. Podemos distinguir entre las piezas vidriadas y las producciones vidriadas con decoración, que son piezas excepcionales. De estas últimas se han encontrado las siguientes: - Cuenco/escudilla de borde recto y labio apuntado de azul-dorado. Presenta una decoración en reflejo metálico, que puede representar piñas con un acabado en líneas azules en la cara interna y líneas horizontales y oblicuas en la cara externa. Esta pieza puede proceder de los talleres de Manises50 (Lámina 5-Fig. nº 1). - Cuenco de paredes en doble línea curva, borde recto y labio redondeado. Presenta un vedrío estannífero51 en ambas caras. Tiene una decoración pintada en azul en la cara interna que consiste en una línea paralela al labio y luego dos líneas verticales. Su pro47 48 49 50 51 Forma Orza 1 de Solaun J. S. Forma Cántaro 1-2-V de Solaun J. S. Forma Olla 10-V? de Solaun J. S. VICENT LERMA. J., MARTI. Javier, SOLER. Josefa Paz. ESCRIBA Felisa. Mesquida. Mercedes. "Sistematización de la loza gótica-mudéjar de Paterna/Manises". La ceramica medievale ne/ Mediterraneo Occidentale: Siena 8-12 octobre 1984, Faenza 13 ottobre 1984. Edizione all'Insegna del Giglio. 1986, pág 183-203. Hemos optado por denominarlas vidriado estannífero en vez de loza ya que para los alfareros loza es la cerámica de pastas blancas. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 - Cuenco de paredes divergentes, borde recto y labio redondeado. Está vidriado en la cara interna, donde presenta una decoración en verde-manganeso de motivos geométricos, concretamente dos círculos concéntricos. Esta pieza puede proceder de los talleres locales de Aragón como Zaragoza o Calatayud54 • (Lámina 5-Fig. nº 5). Del resto de las producciones vidriadas encontramos representadas las siguientes formas: - Cuenco de pie anular, galbo semiesférico, borde continuo y labio redondeado. Presenta un vidriado melado en la cara interna. Tiene dos líneas incisas en la cara externa. En la base presenta perforaciones, posiblemente para colgarlo (Lámina 5-Fig. nº 10). - Cuenco de perfiles carenados con bordes rectos y labios redondeados. Presenta un vidriado melado en la cara interna aunque algunas veces cubre la parte superior de la cara externa; siendo estos vidriados de color verde o melado. Estas piezas pueden ir decoradas con líneas incisas en la cara externa (Lámina 5-Fig. nº 6 y 8). - Taza de cuerpo cilíndrico con arista, borde recto, labio redondeado y asa oval. Presenta un vidriado melado en la cara interna que cubre parte de la externa. También esta decorada con estrías en toda la superficie55 (Lámina 5-Fig. nº 7). - Jarra de cuello cilíndrico, borde recto y labio redondeado, Presenta un vidriado melado en ambas caras. Tiene una decoración consistente en líneas incisas paralelas a una cierta distancia unas de otras (Lámina 5-Fig. nº 14). 52 53 54 Igual nota nº 26. RIU Manuel. Riu M. Carmen. "Medieval Catalan pottery", in Spanish medieval ceramics in Spain and the British Isles. Oxford: B.A.R., 1995. Se descarto el taller de Teruel porque las producciones de dicho taller es de mejor calidad que la que se ha recuperado en Orduña. 55 Hemos denominado a esta pieza taza pero también puede ser una aceitera. 256 SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI - Jarra de cuerpo globular, cuello cónico cilíndrico, borde recto. Presenta un rebaje diferenciando en el cuello y el borde, y labio redondeado. Tiene un vidriado verde con irisaciones en la cara externa que cubriría la parte superior de la pieza (Lámina 5-Fig. nº 15). - Cántaro/botijo de galbo ovoide y pitorro vertedor. Presenta un vidriado verde en la cara externa. En la parte superior donde arranca la vertedera tiene dibujada en un vidriado más brillante una especie de hoja (Lámina 5-Fig. nº 13). - Jarra de base plana, cuerpo troncocónico, con vidriado verde y verde-melado en la cara externa. Presenta decoración acanalada en la parte superior del cuerpo (Lámina 5-Fig. nº 9). - Olla de cuerpo ovoide, cuello cónico abierto, borde con arista y labio triangular. Presenta goterones de vidriado verde en la cara externa (Lámina 5-Fig. nº 3). - Olla de cuerpo ovoide, cuello cilíndrico, borde exvasado, labio engrosado triangular y asa de cinta. Presenta un vidriado de color verde en la cara interna (Lámina 5-Fig. nº 12). - Plato de borde levantado en forma de "L", vidriado estannífero por ambas caras (Lámina 5-Fig. nº 11). Por lo que respecta a otros materiales recuperados en esta unidad destacan agujas en bronce, clavos de hierro, vasos y copas en vidrio. Intramuros Se han localizado pocos niveles correspondientes a esta época (UE 37, 105 y 135). Entre ellos se ha recuperado una cazuela de base plana, galbo divergente y labio triangular. (Lámina 3fig 10). Y.ollas de borde exvasado y labio triangular (Lámina 3-fig 12). En esta centuria se aprecia un cambio respecto a la anterior. Ciertas producciones del siglo Xill perduran, como son las ollas y orzas, además del cuenco y del escurridor. Pero se observa una diversificación, aparecen formas nuevas, como pueden ser los candiles, las ollas de arista y las jarras de borde moldurado. Estas dos últimas producciones serán mayoritarias en los siglos venideros en utillaje de cocina, y en ningún caso presentaban revestimientos. El origen de las ollas de borde de arista es la Merindad de 56 SOLAUN J.L: La cerámica medieval en el País Vasco (siglos VIII-XIII), Vitoria-Gasteiz. 2005 Pp. 375 siguientes. Campoo56 y su distribución se hacía al parecer desde Aguilar de Campoo hasta el camino de Santiago y de ahí hacia Burgos y hacia Álava. La gran cantidad de este tipo de cerámica encontrada en Orduña hace pensar que la ruta de comercio no vendría desde Vitoria (Camino de Santiago), sino que una vez llegado el producto a Burgos iría por el camino de Orduña y/o Balmaseda. El otro grupo de gran porcentaje son las jarras de borde moldurado que se atestiguan en el siglo XIII en otras áreas, pero en Orduña es en este siglo XIV cuando se documentan por primera vez. En cuanto a las cerámicas vidriadas, el porcentaje respecto al siglo anterior es parecido, pero el corpus formal es mucho más variado, apareciendo una forma curiosa como es el Cántaro/botijo. El resto de las formas son cuencos, platos y jarras, todo servicio de mesa. Continúan las cerámicas vidriadas en verde, pero se documentan por primera vez el vidriado melado y el estannífero, además de la cerámica mudéjar, piezas decoradas con reflejo metálico pintado en azul y la vidriada estannífera pintada en azul. Estas producciones son foráneas a la villa de Orduña. El cuenco de azul-dorado es una pieza probablemente del taller de Manises, con una decoración característica de la cerámica mudéjar como son las piñas, un estilo del grupo de Pula 57 de la primera mitad del siglo XIV. En el cuenco de cerámica azul, la decoración de los trazos verticales suele ser un motivo característico también de la segunda mitad del siglo XIV 58 , aunque podría ser algo anterior. Por lo que respecta a las producciones de verdemanganeso, el plato es una pieza cuya decoración nos situaría en el siglo XIV. Y se trata de una producción cuidada, ya que el dibujo esta muy bien realizado y la calidad del mismo es excelente. Esta pieza procede de la zona levantina como Paterna o Manresa, inclinándonos más por la última opción debido a la calidad del dibujo 59 • La última pieza de este lote de cerámica de lujo es el cuenco de verde-manganeso, procedente de los talleres locales de Aragón, cuya cronología también es de esta centuria, ya que en este siglo los talleres de la zona de Aragón solo vidrian sus piezas por la cara interna y su temática decorativa es sencilla, a base de figuras geométricas60· 57 58 59 60 Igual nota nº 26. Igual nota nº 26. Igual notanº 29. Igual nota nº 30. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA Nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX SIGLO XV En este siglo continúa la gran variedad formal que observábamos en el anterior. El material recuperado (UE 114, 113y106) procede de la zona de extramuros y presenta las siguientes formas: Cerámica vidriada. 257 - Jarrita cilíndrica, borde recto, labio redondeado y asa oval. Vidriado en la cara interna. Presenta decoración de líneas incisa en la cara externa (Lámina 6Fig. nº 1). - Plato de galbo divergente, ala marcada y pequeña, borde exvasado, labio redondeado. Presenta un vidriado melado en la cara interna (Lámina 6-Fig. nº 13). - Cuenco de pie anular, galbo carenado, borde exvasado y labio redondeado, con vidriado melado en la cara interior, pudiendo abarcar parte de la zona superior de la cara externa. Puede presentar una decoración consistente en una o varias líneas paralelas incisas (Lámina 6-Fig. nº 8 y 9). - Cuenco de base plana, galbo carenado, borde recto, labio redondeado, asa de orejeta. Presenta un vidriado melado en la cara interna (Lámina 6-Fig. nº 11). - Jarra de cuerpo globular, borde exvasado, labio engrosado plano. Presenta una decoración consistente en tres líneas incisas paralelas. Tiene un vidriado melado, con tacto rugoso en la cara interna (Lámina 6-Fig. nº 3). - Plato de base de pie anular, galbo semiesférico y ala pequeña bien marcada. Tiene un vidriado melado en la cara interna. Presenta una perforación en el pie (Lámina 6-Fig. nº 5). - Cuenco de perfil carenado, borde exvasado y labio redondeado. Presenta una decoración en verdemanganeso de motivos geométricos simples en la cara interna (Lámina 6-Fig. nº 7). - Cuenco esférico, borde continuo y labio redondeado. Presenta una decoración de verde-manganeso consistente en motivos geométricos.61 (Lámina 6-Fig. nº 6). - Platos de galbo divergente, ala ancha bien marcada, borde exvasado y labio redondeado. Presenta un vidriado verde o melado en la cara interna, con decoración impresa (Lámina 6-Fig. nº 15 y 17). - Plato de base cóncava, galbo divergente, ala marcada, borde exvasado y labio redondeado. Vidriado melado en la cara interna (Lámina 6-Fig. nº 14). 61 Estas dos piezas también pueden proceder de los talleres locales de Aragón, como nos hemos referido anteriormente. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 - Jarra de borde exvasado y labio engrosado triangular. Asa de cinta. Tiene un vidriado verde en la cara interna (Lámina 6-Fig. nº 2). - Plato de galbo divergente, gran ala marcada, borde exvasado y labio redondeado. Tiene un vidriado estannífero en la cara interna Decoración de acanaladuras en la parte externa (Lámina 6-Fig. nº 12). - Cuenco semiesférico borde continuo, labio redondeado y asa de orejeta. Vidriado estannífero en ambas caras. Presenta una decoración en el asa pintada en azul consistente en un corazón con punto central (Lámina 6-Fig. nº 10). - Taza de galbo recto, borde continuo, labio redondeado y asas ovales. Tiene un vidriado verde en la cara externa y melado en la interna (Lámina 6-Fig. nº 4). - Pequeño cuenco de base plana, galbo con carena baja, borde continuo y labio redondeado. Tiene un vidriado estannífero en la cara interna (Lámina 7-Fig. nº 7). Cerámica sin vidriado. -Tinaja de cuello cóncavo, borde continuo y labio triangular (Lámina 7-Fig. nº 2). - Olla de cuerpo globular, cuello cóncavo o recto, borde de arista, labio que puede ser engrosado, redondeado o plano y asa de cinta que arranca desde el labio (Lámina 7 -Fig. nº 5 y 6). - Jarro de galbo ovoide, cuello recto, borde moldurado. Tiene labio redondeado, triangular o apuntado (estos últimos son muy escasos), asa de cinta que arranca desde el labio. Pueden presentar una decoración estriada en la parte superior del cuerpo (Lámina 7-Fig. nº 3 y 4 Jarro 7-IV a/6). Por lo que respecta a otros materiales. aparecen copas, vasos, cuencos en vidrio y tulipas de lámparas; clavos en hierro. 258 SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI En esta centuria desaparecen formas como el cuenco, bacín, tinajas, ollas, cuenco carenado sin vidriar, y escurridores. Entre la cerámica vidriada desaparece el reflejo metálico. Hay otras formas que no se documentan, como el candil, pero ello no implica una desaparición de la tipología sino, probablemente que no se han recuperado fragmentos cerámicos de estas tipologías. Cerámicas vidriadas. Perduran los cuencos carenados vidriados en el interior, la jarrita carenada, la olla de labio triangular engrosado y los platos. En estos últimos se ve una mayor variedad formal que en el siglo XIV, con el ala más o menos ancha, de mayor o menor diámetro. Algunos ejemplares exhiben una decoración estampillada, consistente en árboles y/o palmas estilizados. También se recuperan fragmentos de verde-manganeso, porque aunque su producción se centre en el siglo XIV, pueden perdurar en el siglo XV. Así sucede en este caso y pueden proceder de talleres locales de Aragón como en la centuria pasada. Por último, mencionamos una pieza de cerámica estannífera pintada en azul, se trata de un cuenco con asa de orejeta, la decoración consiste en un corazón con punto central. Este tipo de cerámica es probablemente de la zona del Levante, concretamente de Manises 62 • Nuevas formas son la taza con dos asas y el cuenco de orejeta, porque en la centuria pasada los cuencos no presentabas este tipo de apéndice. - Cuenco de pequeño o gran tamaño, de base ligeramente cóncava, galbo esférico, borde continuo y labio redondeado y apuntado. Un ejemplar presenta un asa de orejeta con forma lobulada. Presenta un vidriado estannífero en ambas caras o en la interna (Lámina 8-Fig. nº 2). Entre las cerámicas sin vidriar las dos únicas formas documentadas son el jarro de borde moldurado y la olla de borde moldurado; formas claramente utilizadas en la cocina que . desbancan a las otras. Aparece un fragmento de tinaja de cronología más vieja, del siglo XIII-XIV, pero es un ejemplar residual. ÉPOCA MODERNA SIGLO XVI En esta centuria se documenta con respecto a los siglos precedentes en los dos ámbitos (extramuros e intramuros) una disminución tanto de las formas cerámicas como de la cantidad de fragmentos recuperados. Extramuros Sólo una unidad se encuentra en la zona de extramuros (UE 101) 62 Los paralelos que se han encontrado son en la zona de Toscaza. - Cuenco de pequeño o gran tamaño, de base ligeramente cóncava, galbo carenado (alta o baja carena), borde continuo y labio redondeado. El vidriado estannífero lo tiene en ambas caras o solo en la interna. Un ejemplar presenta una aspa incisa en el fondo (Lámina 8-Fig. nº 1). - Plato de base ligeramente cóncava, baja altura y gran diámetro. El galbo es divergente, el ala ancha bien marcada, el borde exvasado o plano y el labio redondeado. Presentan un vidriado estannífero en ambas caras o, solamente en la cara interna. Hay un ejemplar con vidriado verde en la cara interna (Lámina 8-Fig. nº 5). - Jarra de gran cuello cilíndrico comco, borde continuo y labio redondeado. Presenta un pico vertedor en forma de "U". Tiene un vidriado estannífero en ambas caras (Lámina 8-Fig. nº 7). - Plato de pie anular, galbo divergente, ala ancha bien marcada, borde exvasado y labio redondeado. Presenta un vidriado verde en la cara interna y una decoración de líneas incisas también en la cara interna. Por su altura, mayor que los otros platos, puede tratarse de una fuente, (Lámina 8-Fig. nº 6). - Cuenco de galbo carenado, borde recto, labio redondeado. Presenta un vidriado melado en la cara interna (Lámina 8-Fig. nº 3). - Jarra de base plana con una pequeña arista y galbo globular. Presenta un vidriado melado en la cara interna (Lámina 8-Fig. nº 8). - Jarra de cuello cilíndrico, borde ligeramente exvasado y labio plano. Está vidriado de color verde en ambas caras. Presenta una decoración de una línea incisa entre el borde y el labio. También tiene una perforación en el cuello (Lámina 8-Fig. nº 4). Con respecto a la cerámica sin vidriar siguen apareciendo las ollas de borde de arista. Entre otros materiales se han recuperado un dedal en bronce, así como copas, vasos y cuencos en vidrio. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA Nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX Intramuros (UE 112). - Pequeño cuenco de base cóncava, galbo exvasado, labio continuo y labio redondeado. Presenta el arranque de un asa de orejeta. Lleva un vidriado estannífero en ambas caras (Lámina 8-Fig. nº 10). - Vaso de galbo cilíndrico, borde continuo, y labio redondeado. Tiene un vidriado estannífero en ambas caras. Tiene una decoración consistente en una línea incisa en la cara externa (Lámina 8-Fig. nº 9). En este siglo se aprecia una progresiva disminución del vidriado melado y verde reemplazado por un vidriado estannífero. Las piezas sin vidriar también disminuyen aunque siguen apareciendo las ollas de borde de arista y jarras de borde moldurado. En cuanto a piezas refinadas, como la de vidriado estannífero pintado en azul, reflejo metálico, o la cerámica mudéjar, desaparecen del panorama tipológico de la Ciudad de Orduña. Es curioso que al menos que en este solar no aparezcan materiales ricos como el reflejo metálico, más si cabe siendo Orduña puerto de Castilla. Aparecen formas nuevas: una jarra con el pico vertedor en forma de "U", posiblemente para sustancias de mayor densidad que el agua, como miel o chocolate. Hay otra jarra de mayores dimensiones, pero al no presentar perfil completo no podemos decir más acerca de ella. También se recuperaron fragmentos de cerámica tipo zamorana, pero al no tener una forma reconocible no se ha incluido. Resumiendo se puede decir que en este siglo las formas se reducen mayoritariamente a dos: cuencos y platos, todo ello servicio de mesa, con algún que otro recipiente auxiliar como jarras. SIGLO XVII En esta centuria hay un aumento del material recuperado además de un incremento en la variedad de las piezas Extramuros (UE 80): Cerámicas vidriadas. - Cuenco de pequeño o mediano tamaño, con base plano u/o pie anular, galbo carenado, borde continuo y labio redondeado. Puede presentar asa de orejeta de forma triangular o polilobulada. Un ejemplar tiene un asa aplastada. Tiene vidriado estannífero en la cara interna (Lámina 9-Fig. nº 2, 3 y 5). KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 259 - Cuenco de base ligeramente cóncava, galbo esférico, borde continuo y labio redondeado. Un ejemplar presenta un asa de orejeta con una decoración en relieve de una flor de lis. También presenta una decoración consistente en una línea incisa en la cara externa. El vidriado estannífero lo tiene en ambas caras o en la interna (Lámina 9-Fig. nº 1, 8 y 9). - Plato de base ligeramente cóncava, de altura variable y gran diámetro. Tiene el galbo divergente, el ala ancha y bien marcada, borde exvasado o plano y labio redondeado. Presentan un vidriado estannífero en ambas caras o en la cara interna. Hay un ejemplar con vidriado melado en la cara interna (Lámina 9-Fig. nº 4). - Bote de farmacia de base de pie de galleta, galbo cilíndrico ligeramente abierto 63 • Tiene un vidriado estannífero en ambas caras. (Lámina 9-Fig. nº 12). - Jarrón de pie de copa, galbo cilíndrico abierto. Presenta el arranque de un asa y un vidriado estannífero (Lámina 10-Fig. nº 1). - Taza de galbo cilíndrico, borde continuo y labio redondeado. Presenta un asa oval. El vidriado estannífero está en la cara interna (Lámina 9-Fig. nº 10). - Tazón de galbo carenado, borde exvasado y labio redondeado. Tiene un asa oval. Vidriado melado en la cara interna (Lámina 9-Fig. nº 6). - Escudilla/plato64 de base de pie anular, galbo cóncavo, ala marcada, borde exvasado y labio redondeado. Presenta un vidriado melado en la cara interna (Lámina 10-Fig. nº 11). - Cuenco de base de pie anular, galbo carenado, borde ligeramente exvasado y labio apuntado. Presenta un vidriado melado en la cara interna y verde en la externa. (Lámina nº 10-Fig nº 8). - Jarra de base plana, galbo ovoide, cuello cilíndrico, borde exvasado y labio redondeado, con un pequeño rebaje en la cara externa. Presenta un asa de forma oval. Tiene una serie de líneas incisas a modo de decoración. Está vidriada en la cara interna y parte 63 64 En intramuros se ha recuperado fragmentos de tapas que pueden corresponder a este tipo de recipientes. Esta forma se documenta en la excavación realizada en "couvent des feuillantines" en Paris de finales del siglo XVII a comienzos del siglo XVIII. REVOIRE. Fabienne" Un emsemble céremique provenant du counvent des feuillantines (75005- Paris) de la fi du XVII' siecle et du début du XVIII' siécle. In Revue archéologique de Picardie nº 3/4 2004 Ed Service régional de l'archéologie. 260 SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI de la externa con un vidriado verde oscuro (Lámina 10-Fig. nº 9). - Pieza singular es el galbo de un recipiente, posiblemente de una jarra, que tiene representada en relieve una cara humana. Presenta un vidriado estannífero con algunos rasgos faciales pintados en verde como los ojos, boca, cejas, barba (Lámina 9-Fig. nº 11). - Gran recipiente de galbo cónico abierto, borde recto diferenciado del galbo por una arista y labio engrosado plano. Presenta un pico vertedor en forma de "U". Tiene un vidriado de color verde-amarillo (Lámina 9-Fig. nº 7). - Frutero de pie anular, galbo semiesférico, borde continuo y labio plano con una incisión para tapadera. Tiene un vidriado estannífero en ambas caras. Presenta una decoración consistente en líneas incisas en el borde (Lámina 10-Fig. nº 10). Cerámica sin vidriar. Las formas mas frecuentes siguen siendo la olla de borde de arista (Lámina 10-Fig. nº 3) y el jarro de borde moldurado (Lámina 10-fig nº 2). De la primera forma su número sigue siendo considerable mientras que el jarro va disminuyendo su presencia en este siglo. Entre los otros materiales se ha recuperado un dedal en bronce, botella, copas y vasos en vidrio y clavos en hierro. Intramuros (UE 54, 97, 102, 118 y 121) Cerámicas vidriadas. - Cuenco de galbo carenado, borde continuo y labio redondeado. Puede presentar un asa de orejeta con forma. triangular o asa aplastada. Vidriado estannífero en la cara interna. Un cuenco está vidriado en blanco y pintado en verde (Lámina 10-Fig. nº 4 y 6). - Cuenco de galbo esférico, borde continuo y labio redondeado. Tiene un vidriado estannífero en ambas caras. (Lámina 10-Fig. nº 5). Cerámicas sin vidriar - Olla con borde de arista. - Olla de borde recto y labio engrosado triangular65 (Lámina 10-Fig. nº 7). En cuanto a cronología podemos decir que las formas de estas unidades son más de la segunda mitad del siglo XVII, e incluso perduran a comienzos del siglo XVIII, como es el caso de la escudilla/plato, la jarra, la taza y el gran recipiente con pico vertedor, ya que estas formas se encuentran en niveles de la centuria siguiente. El vidriado primordial es el estannífero, aunque no han desaparecido totalmente piezas vidriadas en otras tonalidades como el verde y el melado. Se observa una recuperación en la variedad formal con respecto al siglo XVI. Las formas principales siguen siendo el cuenco y el plato. De los primeros varían poco, aunque empiezan a aparecer piezas con asa de orejetas decoradas en relieve que serán más características del siglo XVIII. En cuanto a los platos comienzan a predominar los vidriados por ambas caras respecto a los de la interna. Junto a estas piezas de mesa aparecen otras piezas auxiliares, como la jarra para líquidos (posiblemente de servir agua o vino), y pequeños recipientes como son el tazón, la taza y el frutero. Posiblemente las piezas sin vidriar, como la olla y el jarro, serían útiles de cocina. El gran recipiente con vertedera en forma de "U" se utilizaría para elementos densos utilizados en la cocina como miel o fluidos similares. Junto a este menaje de cocina y mesa aparecen otras piezas como el jarrón y el bote de farmacopea; así como una pieza decorativa: una jarra con una cara humana en relieve. También es destacable que la cerámica tan común como la serie tricolor u orla castellana no sea tan abundante aquí como en otros solares excavados en la Ciudad de Orduña66 . SIGLO XVIII En esta centuria hay un mayor número de recipientes, sobre todo, decorados en azul, tanto en intramuros como en extramuros. Extramuros En esta última zona se documentan dos unidades. La UE 82, que se puede datar en la primera mitad del siglo, encontrándose piezas en desuso como la olla de borde de arista y cuencos de orla castellana. En esta unidad aparecen muy poco las piezas vidriadas con estaño pintadas en azul, por lo que es un indicio de su cronología inicial del siglo XVIII. 66 65 Este tipo de piezas con muchos desgrasantes micáceos son denominadas cerámicas tipo "zamorana". La excavación realizada por Silvia Cajigas en Harategi nº 11 ha proporcionado bastante material de este tipo, y constituye la excavación de Orduña con más material de estas características. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA Nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX La UE 43 se puede datar a mediados del siglo xvm, es posible que esta unidad esté formada con la limpieza parcial de los solares tras el incendio sufrido en 1727, ya que se recuperan formas en desuso como la olla de borde de arista o los cuencos con orla castellana. Aquí las cerámicas de serie azul son más abundantes. Cerámicas Vidriadas - Plato de gran dimensión de base cóncava, galbo semiesférico con ala ancha y marcado y labio redondeado. Tiene un vidriado estannífero en ambas caras y presenta una decoración pintada en azul consistente en dobles "S" (Lámina 11-Fig. nº 5). - Cuenco de base de pie, galbo semiesférico, borde exvasado y labio redondeado. Tiene un vidriado estannífero en ambas caras y presenta una decoración de flor de lis enmarcada en un círculo en el fondo de la pieza y una orla en el borde pintado en azul (Lámina 11-Fig. nº 6.) - Platos de galbo divergente, ala ancha sin marcar y labio redondeado. Tienen un vidriado estannífero en ambas caras y la decoración es a base de cenefa en al ala pintada en azul. Los motivos decorativos son de doble "S", vegetales, etc. (Lámina 11-Fig. nº 2.). - Plato de base ligeramente cóncava, baja altura y gran diámetro. El galbo es divergente, el ala es ancha y bien marcada. Tiene además borde exvasado o continuo y labio redondeado. Están vidriados en blanco en ambas caras. Un ejemplar tiene el galbo cóncavo (Lámina 11-Fig. nº 10). - Cuenco. Se reconocen 4 variantes: a) Cuenco de base cóncava, galbo semiesférico, borde exvasado y labio redondeado. Tiene vidriado estannífero en la cara interna (Lámina 12-Fig. nº 1). b) Cuenco de base cóncava, galbo carenado, borde continuo y labio redondeado o apuntado. Tiene un vidriado estannífero en la cara interna y presenta en algunos ejemplares, asas de orejetas triangulares, trilobulares, polilobulares o asa aplastada (Lámina 11-Fig. nº 1). c) Pequeño cuenco de base pie anular, galbo semiesférico, borde continuo y labio redondeado; algunas piezas tienen asa de orejeta. Presenta vidriado estannífero en ambas caras y una decoración consistente en líneas incisas en la cara externa (Lámina 11-Fig. nº 7 y 8). d) Cuenco con pie anular, galbo carenado, borde continuo y labio redondeado. Algunos ejemplares KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 261 presentan sendos agujeros en el pie. Tiene un vidriado melado en la cara interna (Lámina 12Fig. nº 5). - Plato de pie anular, galbo divergente, ala ancha y marcada, borde plano y labio redondeado. Presenta un vidriado melado en la cara interna (Lámina 12Fig. nº 7). - Jarra de galbo globular, borde exvasado y labio triangular. Presenta una serie de estrías en la cara externa a modo de decoración. Tiene un vidriado melado en ambas caras (Lámina 12-Fig. nº 9). - Frutero con galbo semiesférico, bode continuo y labio plano con una incisión para tapadera. Tiene un vidriado estannífero en ambas caras. Presenta una decoración consistente en líneas incisa en el borde (Lámina 12-Fig. nº 3). - Bote de farmacia de base de pie de galleta, galbo cilíndrico. Tiene un vidriado estannífero en la cara externa (Lámina 12-Fig. nº 6). - Taza de base plana, galbo con carena baja, borde recto, labio redondeado y asa oval. Tiene un vidriado estannífero en la cara interna y parte de la externa. Presenta una serie de líneas incisa a modo de decoración (Lámina 11-Fig. nº 12). - Pequeño bacín de galbo carenado, borde plano y labio redondeado. Tiene un vidriado estannífero en ambas caras (Lámina 11-Fig. nº 10). - Olla de galbo globular, borde envasado, labio redondeado y asa oval. Tiene un vidriado melado en ambas caras y líneas incisas a modo de decoración (Lámina 12-Fig. nº 2). - Pequeño platito de base plana, galvo cóncavo, borde continuo y labio redondeado. Tiene un vidriado melado en ambas caras (Lámina 11-Fig. nº 3). - Jarra de base plana y galbo globular. Tiene un vidriado melado en la cara interna y parte de la externa. Presenta estrías en la cara externa (Lámina 11Fig. nº 13). - Vaso de galbo cilíndrico, borde continuo y labio plano. Presenta un vidriado melado en la cara interna (Lámina 11-Fig. nº 14). - Taza de galbo exvasado ligeramente abierto, borde continuo y labio redondeado. Tiene un vidriado estannífero en ambas caras y presenta una decora- 262 SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI ción pintada en azul consistente en una línea en el labio en ambas caras (Lámina 11-Fig. nº 4). -Tapadera plana con asa oval (Lámina 12-Fig. nº 11). :. . . Bacín de galbo divergente, borde exvasado y labio plano. Tiene un vidriado estannífero o verde en ambas caras. Presenta un aplique decorativo vertical (Lámina 12-Fig. nº 4). Intramuros (UE 20, 81, 82, 84 y 111): Cerámicas Vzdriadas: - Cuenco de base cóncava o pie anular, galbo semiesférico, borde exvasado y labio redondeado. Presenta asas de orejeta trilobuladas. Tiene una línea a modo decorativo en la cara externa. y un vidriado estannífero en ambas caras. Algunos ejemplares presentan el vidriado quemado a consecuencia del incendio (Lámina 13-Fig. nº 6 y 10). - Plato de base cóncava, galbo divergente, ala estrecha sin marcar, borde exvasado y labio redondeado. Tiene un vidriado estannífero en ambas caras. Presenta una decoración pintada en azul, en el ala o en el fondo del plato, los motivos son vegetales. Un ejemplar casi completo presenta una decoración en azul consistente en una hoja de palma, con círculos concéntricos67 (Lámina 13-Fig. nº 1 y 3). - Plato de galbo divergente, ala estrecha marcada, borde exvasado y labio redondeado. Tiene un vidriado estannífero en ambas caras (Lámina 13 Fig. nº 8). Foto nº 6. Fuente de Cream Ware con decoración chinesca. - Jarra de galbo globular, borde exvasado y labio engrosado redondeado. Tiene un vidriado estannífero en ambas caras (Lámina 11-Fig. nº 15). - Fuente de Creara Ware (también llamada Pseudo-porcelana inglesa), de pie anular, galbo semiesférico, borde continuo y labio redondeado. Tiene una decoración chinesca, pintada en azul, en ambas caras. Por las características de esta pieza y por el contexto donde apareció consideramos que puede ser una importación, sin poder precisar más su origen. (Foto nº 6). - Gran recipiente de pie anular, galbo troncocónico abierto, borde recto diferenciado del galbo por una arista y labio engrosado plano. Presenta un pico vertedor en forma de "U". Tiene un vidriado melado o verde, además de unas estrías a modo decorativo en la cara externa (Lámina 12-Fig. nº 10). Cerámicas sin vidriar. - Olla de cerámica tipo zamorana de borde recto ligeramente envasado y labio engrasado plano (Lámina 11-Fig. nº 9). - Plato de galbo divergente, ala ancha marcada, borde exvasado y labio redondeado. Tiene un vidriado estannífero en ambas caras. Presenta una decoración pintada en azul en el ala consistente en motivos geométricos (Lámina 13-Fig. nº 5). - Cuenco de galbo semiesférico, borde continuo y labio redondeado. Tiene un vidriado estannífero en ambas caras. Presenta una decoración pintada en azul en ambas caras, consistente en motivos vegetales y S (Lámina 13-Fig. nº 2). - Plato hondo de base plana, galbo troconcónico, ala sin marcar, borde exvasado y labio redondeado. Presenta un vidriado de color marrón claro en la cara interna (Lámina 13-Fig. nº 9). - Plato de Creara Ware68 , base de pie anular, galbo divergente, ala ancha marcada, borde exvasado y labio 67 68 Platos como este se han encontrado en la excavación de la iglesia parroquial de San Andrés de Cameros. "Hallazgos de un conjunto cerámico en la iglesia parroquial de San Andrés de Cameros" en Estrato nº 9. 1998. ed Gobierno de la Rioja. Consejería de Educación, Cultura, Juventud y Deporte. Pág. 71-78. Esta pieza es idéntica tanto en manufactura como motivos decorativos a fuente encontrada en extramuros. KOBIE (Paleoantropologfa n.º 27), afio 2003/07 \ EXCAVACIÓN EN ZAHARRA Nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS. 263 EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX redondeado. Presenta una decoración chinesca de motivos vegetales y florales muy parecido a la fuente anteriormente mencionada. (Lámina 13-Fig. nº 4). - Jarrita de galbo globular, cuello cilíndrico, borde recto, labio redondeado y asa oval. Presenta un vidriado melado en la cara interna (Lámina 13-Fig. nº 7). tricos, y los fondos con motivos vegetales, como es el caso del plato con hoja de palma o motivos geométricos. En relación con este tipo de cerámica se documenta por primera vez la Cream Ware u/o imitaciones; los ejemplares que se recuperaron son un plato y una fuente con motivos decorativos chinescos. - Tapadera de galbo semiesférico, borde recto ligeramente envasado y labio redondeado. Entre el borde y el galbo presenta un entrante para encajar bien en el bote y hacer de tope. Presenta un vidriado melado en la cara externa (Lámina 13-Fig. nº 11). Cerámicas sí11 vidriar - Olla tipo zamorana, de borde envasado y labio triangular (Lámina 13-Fig. nº 12). También se recuperaron fragmentos de ollas de arista, pero se trata ya de material residual. Esto puede deberse a que el solar sufrió un incendio, y en las labores de limpieza y reconstrucción del mismo debieron de alterar niveles anteriores, mezclándose el material. Esa es la causa de que se haya recogido cerámicas medievales, cerámica de imitación de Talavera, etc. Merece una mención aparte un fragmento de una copa ática del siglo V a. C. (Foto nº 7) Probablemente una antigüedad traída por algún anticuario de Orduña69 • Resumiendo podemos decir que en esta centuria las formas de mesa perduran de siglos anteriores, como los cuencos en todas sus variedades. Los platos son de la misma factura, aunque aparecen aquí algunos con el galbo cóncavo, si bien en un porcentaje bajo. Otra forma que se repite es la taza, así como el gran recipiente con vertedera en fonna de "U". En cuanto a recipientes de otros ámbitos que no son el de mesa, se sigue manteniendo el bote de farmacopea. Las formas que no aparecen son: la pieza singular con una cara en relieve, el jarrón, la taza pequeña y cuencos vidriados en blanco pintados en verde, que son sustituidos por las cerámicas vidriadas en blanco pintadas en azul. En este siglo XVIII aparece en gran cantidad este último tipo de cerámica, que está en relación con la serie azul, muy profusa en los principales centros alfareros como Manises y Talavera. Los motivos principales son orlas vegetales o de trazos geomé69 Agradecemos a Julio Nuñez su ayuda desinteresada a la hora de clasificar esta pieza. KOBIE (Pale~ntropologla n.º 27). año 2003/07 Foto nº 7 Fragmento de copa ática del siglo V a.C hnllnda en uno de los depósitos del basurero del siglo XVUI. Respecto a la cerámica sin vidriar sólo aparecen de manera residual las ollas de borde de arista, mientras que los jarros/ollas de borde moldurado han desaparecido completamente. Además del material cerámico se recuperaron tanto intramuros como extramuros otros materiales. como vasos, copas y botellas en vidrio, así como clavos en hierro. SIGLO XIX En este siglo se colmata la zona del basurero extramuros y hay una mayor actividad remodeladora dentro de los solares. Extramuros (UE 2, 32, 77). Cerámicas vidriadas - Cuenco de galbo carenado, borde exvasado y labio redondeado. Tiene un vidriado estannífero en ambas caras (Lámina 14-Fig. nº 1). - Cuenco de galbo carenado, borde exvasado y labio redondeado. Tiene un vidriado estannífero en la cara interna. Un ejemplar tiene un asa en forma de botón (Lámina 14-Fig. nº 2). 264 SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI - Cuenco de grandes dimensiones de galbo cóncavo, borde continuo y labio redondeado. Presenta un vidriado estannífero en ambas caras (Lámina 14-Fig. nº 3). - Cuenco de galbo carenado, borde exvasado y labio redondeado. Tiene un vidriado estannífero en la cara interna (Lámina 14-Fig. nº 15). - Plato de base cóncava, galbo exvasado ligeramente cóncavo, ala ancha marcada, borde exvasado y labio redondeado. Presenta un vidriado estannífero en la cara interna (Lámina 14-Fig. nº 9). - Plato de base pie anular, galbo divergente, ala ancha y marcado, borde exvasado y labio plano. Presenta un vidriado estannífero en ambas caras. La forma de este plato no es circular, sino que el borde presenta ángulos formando una figura geométrica (Lámina 14-Fig. nº 16). - Bacín de galbo cónico, borde plano y labio redondeado. Presenta un vidriado estannífero en la cara interna. Algunos ejemplares están pintados en verde (Lámina 14-Fig. nº 4). - Gran recipiente de galbo cónico, borde plano y labio redondeado. Presenta un vidriado estannífero en la cara interna (Lámina 14-Fig. nº 7). - Olla de cuerpo globular, cuello cónico, borde recto ligeramente exvasado y labio redondeado. Tiene una decoración consistente en una línea incisa en el borde. Presenta un vidriado estannífero en la cara interna y marrón en la externa (Lámina 14-Fig. nº 10). - Gran recipiente, probablemente una tinaja de borde engrosado triangular y labio redondeado. Presenta un vidriado de color marrón en la cara interna y en el borde en la cara externa (Lámina 14Fig. nº 14). - Plato de galbo exvasado ligeramente cóncavo, ala ancha marcada, borde exvasado y labio redondeado. Presenta un vidriado estannífero en la cara interna y tiene una línea pintada en verde en el labio (Lámina 14-Fig. nº 6). - Plato de base plana, galbo exvasado, sin ala marcada, borde exvasado y labio redondeado. Presenta un espeso vidriado estannífero y tiene una decoración consistente en 5 círculos concéntricos en rosa y azul (Lámina 13-Fig. nº 17). - Botella de base plana, galbo recto. Esta pieza está realizada en gres (Lámina 14-Fig. nº 18). Imitaciones de Cream Ware y Porcelana. Imitaciones de Cream Ware 70 y Porcelana. - Plato de porcelana de galbo divergente, ala estrecha y marcada, borde exvasado y labio redondeado (Lámina 14-Fig. nº 16). - Taza de porcelana, de base cóncava, galbo recto ligeramente exvasado, borde continuo, labio redondeado y asa ovalada (Lámina 14-Fig. nº 12). - Orinal de Cream Ware, de galbo globular, cuello cilíndrico, borde plano y labio redondeado (Lámina 14-Fig. nº 17). - Salsera de porcelana, presenta una base cóncava, galbo recto, borde recto y labio redondeado (Lámina 14-Fig. nº 11). En conjunto vemos que continúa el predominio de las cerámicas de mesa: tanto los cuencos como los platos, también hay vajilla auxiliar como la jarra y bacín. Y se documentan grandes recipientes como son la tinaja y la botella en gres. Toda esta cerámica está vidriada en una o ambas caras. Por lo que respecta a las decoraciones, aparecen motivos geométricos y vegetales pintados en verde. Tanto las producciones vidriadas, sobre todo cuencos y platos, como las producciones pintadas en verde, pueden proceder del taller encontrado en Transantiago71 , donde se documentaron las mismas formas de cuencos, platos y los motivos decorativos. Intramuros (UE 25, 152, 157 y 165). Aquí la actividad, como hemos dicho antes, es mayor y las reformas más acentuadas. El material recuperado es el siguiente: Cerámica vidriada. - Cuenco de base pie macizo, galbo semiesférico. Presenta un vidriado estannífero en la cara interna (Lámina 14-Fig. nº 8). 71 70 Hemos optado por utilizar el término de Cream Ware, ya que la bibliografía reciente es el término más utilizado, aunque para los alfareros es Loza. Excavación realizada por Silvia Cajigas donde se excavaron parte de las instalaciones de un alfar de época contemporánea situado extramuros de la villa de Orduña, muy próximo a Zaharra. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA Nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX 265 SIGLO XIII SIGLO XIV SIGLO XV SIGLO XVI SIGLO XVII SIGLO XVIII 93'5% 30'4% 2'54% 0'87% 2'7% - Ollas de borde de Arista - 21'8% 39'7% 48'68% 23'54% 8'77% Jarras de borde moldurado - 41% 23'05% - 2'3% - 6'5% 5'3% 21'42% 13'15% 14,3% 24'26% C. vidriada estannífera - 0'2% 10'61% 37'28% 55,63% 56'93% C. estannífera pintada en azul - 0'2% 0'21% - - 4'97% C. estannífera pintada en verde - - - - 0'34% - Cerámica Mudejar - 0'8% 0'42% - - - Reflejos metálicos - 0'2% - - - - Cerámica tipo zamorana - - - - 1'02% 4'97% Porcelana/Cream Ware - - - - - 0'58% Cerámica Medieval72 Cerámica vidriada Cuadro de los porcentajes de los diferentes tipos cerámicos entre el siglo XIII y XVIII. El menaje en porcelana se concentra sobre todo en tazas de café, platos y orinales, apareciendo en baja proporción otras formas como la salsera. Conclusiones Queremos agradecer la colaboración de Sergio Escribano, quien estudiará este material cerámico más a fondo, haciendo análisis de pastas, como parte de su Tesis doctoral. A modo de conclusión vemos en el cuadro los porcentajes de las diferentes cerámicas entre los siglos XIII y XVIII. En primer lugar podemos observar como la cerámica medieval pasa de ser la cerámica mayoritaria en el siglo XIII, para ir descendiendo su porcentaje hasta quedar reducida a cerámica residual desde el siglo XV. Las jarras de borde moldurado, aparecen en el siglo XIV con un 41 % pero en los siglos sucesivos pierden peso específico, relegándose a cerámica residual en el siglo XVI-XVII (aunque no se ha documentado este tipo de cerámica en el siglo XVI). Rivalizando con este tipo de jarras aparecen las ollas de borde de arista, que advertimos que irrumpen en el mercado en el siglo XIV con un alto porcentaje (21 '8% ), que irá aumentando hasta alcanzar el 48'68% en el siglo XVI llegando a desbancar a las jarras de borde moldurado a pesar de que habían partido con un porcentaje menor; en el siglo XVII desciende a la mitad y en el siglo XVIII es un material residual con el 8'77%, esta presencia puede estar KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 motivada por el incendio que sufre el solar y el trabajo de limpieza del mismo. En cuanto a las cerámicas vidriadas vemos que ya desde el siglo XIII están representadas con un 6'5%, siendo el revestimiento de color verde en todas las piezas. En el siglo XIV el porcentaje disminuye un poco y con el vidriado verde aparece el vidriado melado. Esta pequeña disminución en el porcentaje puede deberse a que el vidriado se diversifica en otras producciones, como son el vidriado estannífero, estannífero pintado en azul, reflejos metálicos y cerámica mudéjar que no superan el 1% cada una. En el siglo XV el porcentaje aumenta hasta el 21'44%. En las dos siguientes centurias se reduce en tomo a un 13%, manteniéndose hasta el siglo XVIII, cuando vuelve a experimentar un aumento considerable hasta el 24'26%. Referente a la producción estannífera se documenta por primera vez en el siglo XIV, pero el porcentaje es tan bajo que es solamente testimonial. En las centurias siguientes experimenta un aumento que culmina en un 55'63% en el siglo XVII convirtiéndose en la producción mayoritaria. En el siglo XVIII llega hasta el 56,93%. Con respecto a las producciones de ceram1cas estanníferas pintadas en azul y en verde, su presencia es meramente testimonial, solamente destacar que en el siglo XVIII las producciones estanníferas pintadas en azul alcanzan un 4'97%. Las producciones que se pueden considerar de lujo, como la cerámica con reflejo metálico, cerámi- SILVIA CAilGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI 266 N"2 JITI IQ ) ) m ncm 1 5 11) cm (} N"7 ( ILJ \._t::07 N" 10 ivc11 Lámina 1. cerámica de la primera mitad del siglo XIII. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA Nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX ICJ ) 267 /~ ) tf> 2 N" 3 J I~ l \1 1 .,. 4 N"6 IV I~ ) 1 ¿:z N" g ~ ~ . . Ocm 5 10cm J-=lB M" 11 111(-::: 111" 10 Lámina 2. cerámica de la segunda mitad del siglo XIII. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 -------- ·---------· 268 SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI ,_rn IJ" 1 Ocm 5 10c:rn 1 (~ N"5 M"4 ) l~m \ J ' . .. ; ' ~ 1-p ~ \_L-----.i) ) 1 ; Lámina 3. cerámica sin vidriar del siglo XIV. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA N° 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX 269 IU W1 N°3 N" 2 N" 6 ""'10 N°B o o o o W7 N" 9 N<'12 Lámina 4. cerámica sin vidriar del siglo XIV. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 Ocm 5 1ocm SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI 270 • ~,ztt_ iC! B.E1lE..".;) lll!Tf. U!O ~!VI tJº 1 Nº2 • V .lWc e Ocm W& 'IV ·~ µ 5 10cm W9 ~T \ ;;;:::;/ N"11 tJD 12 Nº1CI tJº 13 Nº14 Nº15 Lámina 5. cerámica vidriada del siglo XIV. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 271 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA Nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX N" 1 ? -.. ' ¡ N~5 .. ~ w 7 t.I" 14 Nº12 ~15 Lámina 6. cerámica del siglo XV. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 ~ N°8 ~ C! IV - N> .,.. Oem ~~ 7 7 ' Nª 11 5 llP 13 10cm W16 7 k9 272 'SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI ' e e Ocm 5 I~ ' 1 EJ' W-2 w 10cm 1~ N"4 \; 10 { ( N" 5 Lámina 7. cerámica del siglo XV. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA N" 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX Nº 1 273 !ir J l '~ j N" 4 N"5 {N Nº& µ H Ocrn 5 10cm q \17 N"T Lámina 8. cerámica del siglo XVI. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 \ H llPB '9J J M°10 274 ·sILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI hJº 1 •-G~· ......---11 ~ ~ ~( ·~;= '"' Dcm 5 µ ~10 10cm N" 12 Lámina 9. cerámica del siglo XVII. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA Nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX 275 ) N" 3 N" 1 IQ <1 ~\',IV CI ) - llERDE tJ06 N" 4 Oem S 10cm 1 1 IQ ""1 ~11 Lámina 10. cerámica del siglo XVII. KOBIE (Paleoantropología n. º 27), ai\o 2003/07 7 ::. 276 SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI tJ 1 " N" 2 7 N" 3 ~ '°IV ~ \2:7 • 1 AZUL NR1 IJ"4 rn • AZUL N"1 • AZUL N" 8 117 ID LO ~ N911 Ir 10 Ocm N" 12 . , ____r--r· 5 1Dcm tr14 t.i" 15 N" 1~ Lámina 11. cerámica del siglo XVIII. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA N° 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX ·N" 1 277 ' IV N" 2 , 11'4 ) ~ N°T I~ N•9 NOB 'l( • • @ NI' 1D Lámina 12. cerámica del siglo XVIII. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 Ocm 5 10cm Nª 11 :i .SILVIA CAJIGAS PANERA: DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI 278 N" 1 - AZUL \:1 N" 5 • AZUL hl"6 WB Ucm 5 1~cm ( N" 11 10 N"12 Lámina 13. cerámica del siglo XVIII. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA N" 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX 279 V l'CJ tJ", ' 1 - ti' s 1ERDI!! t.I"" '<)' rn 01] )lB N" 10 W-12 ""11 Ocm I 1 \j ~ 5 10cm \ 1<€§1 le:::::;> \ N" 15 hl"14 N" 13 ([} -- o- Lámina 14. cerámica del siglo XIX. KOBIE (Paleoantropologfa n.º 27), año 2003/07 11' 1T ND111 280 SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI ca mudéjar, y estannífera pintada en azul, aparecen en el siglo XIV con un porcentaje ínfimo, manteniéndose hasta el siglo XV las dos últimas, también con un porcentaje inferior al 1%. En cuanto a la cerámica tipo zamorana, aunque encontramos fragmentos en el siglo XVI cuantitativamente (ya que no son ni bordes ni fondos para poderlos cuantificar), no tiene representación hasta el siglo XVII con un porcentaje bajo del l '02%, que irá aumentando en la centuria siguiente hasta el 4'97%. En referencia a la porcelana y/o Cream Ware no es hasta el siglo XVIII cuando se documenta por primera vez, con un 0'58%, un porcentaje meramente representativo para esta centuria, pero que aumentaría en la siguiente. VI. ANÁLISIS ARQUEOFAUNÍSTICO. METODOLOGÍA Y MATERIALES FAUNÍSTICOS Para el análisis arqueofaunístico de los materiales óseos excavados en Zaharra 2-4 se han utilizado dos tipos de criterios en la delimitación de los conjuntos. Por un lado se han considerado dos tipos de conjuntos según su asignación temporal de acuerdo con los criterios planteados, pero simplificando la temporalización en dos categorías: medieval y posmedieval, que consideramos que son suficientemente significativas a la hora de poder identificar cambios en las estrategias generales de explotación de la fauna. Por otro lado, hemos dividido la muestra en dos conjuntos dentro de cada periodo, dependiendo de si el material provenía de espacios intramuros o extramuros (ver introducción). Se considera que las condiciones de depositación de ambos tipos de entorno pueden ser informativas de diferentes procesos y actividades. Abreviaturas utilizadas NSP número de especimenes (restos óseos con o sin identificación taxonómica o anatómica) NISP (número identificado de especimenes a nivel de taxón o anatómico) NMI número mínimo de individuos NME número mínimo de elementos La muestra faunística medieval se compone de 541 especímenes óseos (en adelante NISP) que se recuperaron en 7 unidades estratigráficas Extramuros y 5 Intramuros, mientras que la muestra posmedieval se compone de un NISP de 356 proveniente de 5 unidades estratigráficas de Intramuros y 17 UUEE Extramuros (ver tablas la y b, y 2a y b). Para la identificación de la fauna se utilizaron materiales comparativos del Museo Etnográfico de Bilbao y atlas osteológicos (Barone, 1990, Pales y Lambert, 1971, Schmid 1972). Solo contabilizaremos los MNI de los individuos identificados a nivel de género ya que las categorías menos específicas pueden estar siendo parte de los individuos ya identificados. Es posible que la categoría Mamíferos Grandes y Medianos que figuran en las mencionadas tablas, correspondan a las categorías más frecuentes identificadas, a saber, Bos y Equus por un lado y ovicápridos (especialmente Ovis) por el otro, respectivamente. También en esta categoría incluiremos a los Suidos. En la categoría Ovicápridos se incluyen Ovis, Capra y ovicápridos indeterminados, mientras que Equus ( caballus) y Bos (tau rus) incluyen a una sola especie cada uno. Al comparar la abundancia relativa de especies es necesario considerar el aporte diferencial de carne que ofrece cada una. No basta con comparar NISP y NMI. Los pesos de los animales varían entre los 200300 Kg. de una vaca, 80-130 Kg. de un cerdo a los 15-25 Kg. de una oveja, los cuales a su vez proporcionan respectivamente unos 150, 90 y 12 kilos de carne (Sanz Egaña, 1948). Los perfiles de edades se han establecido a partir de la dentición (secuencia de brote y desgaste) y del estado de fusión de huesos, (criterios tomados de Schmid 1972). A partir de la conjunción de estos criterios se obtiene una idea aproximada de la edad, que hemos englobado en dos categorías generales: maduros (adultos y seniles) e inmaduros (infantiles, juveniles y subadultos). Para comparar las tendencias en cuanto a la distribución de partes del esqueleto de cada taxón se comparan, por un lado, los patrones de representación de regiones anatómicas a partir del MNE y el NMI de cada región (adaptado de la metodología propuesta por Stiner 1991) y las unidades anatómicas estandarizadas respecto del elemento más frecuente (número mínimo de unidades anatómicas o KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA Nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX MAU de Binford (1984). El primero brinda una visión global de cómo está representado el esqueleto, en función de la cantidad de individuos representados por la parte más frecuente del esqueleto, y el segundo describe las frecuencias relativas de cada porción (proximal, diáfisis, distal) de cada uno de los elementos presentes. En el estudio tafonómico se han empleado diferentes indicadores de agentes y procesos naturales que permiten medir el grado de alteraciones en la muestra. Para medir el grado de deterioro de los huesos se toman los 6 estadios de meteorización definidos por Behrensmeyer (1978) que miden el progresivo deterioro de los huesos por causas tafonómicas. Si bien estos estadios se han definido para huesos depositados en espacios naturales, la escala de O a 5 estadios nos sirve para medir el grado de deterioro de los huesos y comparar el estado de diferentes muestras. A su vez, se comparan las distribuciones de elementos en relación con su densidad mineral ósea (Lyman 1994), para evaluar la incidencia de los procesos tafonómicos, que afectan a los huesos según su resistencia, en la conformación de los conjuntos. Por otra parte se han registrado marcas de otros agentes bióticos y abióticos sobre los huesos como: pisoteo, carnívoros, roedores, raíces, hongos, coloración, presencia de cargas minerales, termoalteraciones y fracturas. Para el estudio de las fracturas y marcas de origen antrópico relacionadas con actividades económicas, se utilizan criterios diagnósticos (Binford 1981) para determinar actividades de despiece (dismembering), descame (jilletting) y cuereo o desuelle (skinning). Según la localización y tipo de marcas observadas, utilizadas como indicadores, se sugieren hipótesis sobre actividades económicas relacionadas con la explotación de la fauna. ALTERACIONES TAFONÓMICAS La representación anatómica, así como la taxonómica, está condicionada por los procesos tafonómicos. Esto debe tenerse en cuenta porque supone un sesgo que induce a sobreestimar la representación de los animales de mayor tamaño corporal, los huesos de mayor tamaño y densidad mineral, y también de ciertas partes del esqueleto sobre otras. Dependiendo de las historias tafonómicas de los conjuntos óseos las KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 281 distribuciones de huesos pueden presentar superposicic:mes de eventos tanto culturales como naturales. Por lo tanto consideramos en primer lugar aquellos indicadores de procesos diferentes del cultural, tanto por su potencial informativo sobre los procesos involucrados en la formación de los conjuntos zooarqueológicos, como por ejercer un control sobre el alcance de nuestras inferencias sobre el hecho cultural/humano en sí mismo. En la tabla 3 se observa la frecuencia de las diferentes modificaciones tafonómicas identificadas en los huesos, que se comentan a continuación. La muestra medieval está más afectada por hongos, y cargas minerales, estas últimas especialmente en el sector de intramuros. Se trata principalmente de lo que se identifica como óxidos (UE 124, 143,170), tinción por cobre (en gran parte asociados a rellenos empleados en las hoyas de fundición de campanas comentadas y a la escoria). Se que observa las marcas de pisoteo, si bien se registran regularmente en todas las unidades estratigráficas, son, en ambos periodos, más abundantes en el conjunto intramuros, donde muchos materiales formaron parte de rellenos de suelos. La baja frecuencia de pisoteo extramuros, se explica por el uso recurrente de estos espacios como depósitos de basura, poco expuestas a la superficie. Las marcas de raíces en cambio, son mas frecuentes en la muestra de extramuros en ambos periodos, y son indicadores de la exposición al ambiente exterior y a los organismos que no son comunes en el interior de un solar. Siguiendo con la tabla 3, se observa una baja incidencia de roedores, probablemente a causa de la presencia de gatos y perros en el espacio doméstico. Las marcas de carnívoros (presumiblemente perros) se presentan de manera proporcional en todas las muestras, lo que indica probablemente su convivencia en todos los periodos. Un análisis más detallado de los tipos de marcas puede dar una idea de la intensidad o del acceso de los carnívoros a los huesos (con más o menos carne). Sin embargo se destaca la intensidad de las marcas en cada hueso, lo que sugiere la posibilidad de que este agente sea responsable de la desaparición de muchos restos óseos, especialmente epífisis de huesos largos. Su presencia constante en espacios intramuros y extramuros sugiere dos contextos: uno primario, el de 282 SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI Medieval posmedieval intramuros extramuros intramuros Extramuros 64 484 190 173 NISP n %nisp n %nisp n %nisp %nisp n Hongos 16 25 99 20.4 25 13 4 2.3 Cargas minerales 18 28 20 4 16 4 2.3 7 10.9 104 21.4 40 8.4 21 30 17.3 Pisoteo 17 26.5 33 6.8 28 14.7 9 5.2 Raíces 9 14 120 24.7 2 1 45 26 Roedores o o 5 1 3 1.5 5.2 14 124 25.6 43 22.6 9 31 17.9 11 44 28 18 12.5 27.4 47 24.7 66 38 Termoalteraciones Carnívoros 9 Meteorizacion >Oa 19 Marcas carniceriab 11 45 38 17.2 133 Tabla 3. Frecuencia de modificaciones tafo nómicas en los huesos intramuros, lugar de convivencia de humanos y perros, y otro secundario, extramuros, cuando ya se produce su descarte final. El acceso de perros a las carcasas es secundario. El daño pronunciado del hueso indica poca presencia de carne cuando el carnívoro accede a la unidad. En el período medieval, los daños son importantes en la muestra de extramuros, donde se observa un palimpsesto de huesos de diferente origen y acción de la humedad y raíces. Meteorización tabla 4 se detallan los estadios de meteorización identificados en las muestras. Se considera que el deterioro es avanzado a partir del estadio 3. Los conjuntos de intramuros presentan materiales más deteriorados que los de extramuros. En general la conservación es buena y ninguna de las muestras alcanza estadios muy elevados, o lo hace en una proporción insignificante, lo que es coherente con un contexto urbano, donde los materiales no permanecen largo tiempo expuestos, ya sea por la redundancia en el uso de los basurales o por la relativamente rápida depositación de sedimentos. Este proceso, dada su importancia en la medición del grado y tiempo de exposición de los materiales puede ser de gran utilidad a efectos de diferenciar contextos de descarte primario o secundario. En la La diversidad de estadios presentes se relaciona principalmente con que las muestras proceden de distintas unidades estratigráficas. Los estadios más avanzados se observan en los suelos medievales (124 Medieval Posmedieval Intramuros Extramuros Intramuros Extramuros 50 402 157 144 NISP* Estadio n %nisp o o o o o o o o o 1 7 14 160 39.8 42 26.7 54 37.5 2 24 48 197 49 71 45.2 72 50 3 16 32 38 9.4 34 21.6 17 11.8 4 3 6 7 1.7 8 5 1 0.7 5 o o o o 2 1.2 o o n %nisp N %nisp n %nisp Tabla 4. Distribución de estadios de meteorización por conjunto KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XJIJ AL XIX y 109, probablemente coetáneos o incluso el mismo), y en los que forman parte de rellenos (142-143) asociado a las mencionadas hoyas de fundición de campanas, por lo que posiblemente su estado se deba a la acción térmica. También en el caso del material posmedieval de intramuros, los materiales en peor estado de conservación están asociados a estructuras identificadas como hornos de una tahona (UE 87) y suelos (UE 102). En resumen, los estadios de meteorización mas elevados identificados se atribuyen, en parte a un resecamiento provocado por exposición a elevadas temperaturas, como hornos o fundición de campanas y no a un deterioro por exposición atmosférica. Taxon Equus Bos Ovis Ovicáprido = = 5 1 Gallus Pelis 6 En la muestra de intramuros, en cambio, se observa, en el conjunto medieval, la importancia de ovicá- -¡; .-; = t-.-; ....o .... 24 18 2 4 8 9 4 31 9 138 1.8 28.6 2 4 109 24 1 7 84 22.6 17.4 4 2 4 10 28 3 14 7 60 5.8 12.4 8 6 28 5.8 2 7 1.4 1.6 74 8 481 30 14 14 12 3 7 2 82 ...... ~ 11) 27 20 8 1 ~ c. ..,¡- .-; .-; 2 11 12 13 5 6 135 MamG. MamM. En las tablas la y b, 2a y b puede verse la abundancia relativa de taxones a partir del NISP. En los gráficos de la figura 1 se observan las diferencias en la distribución de cada grupo taxonómico en los diferentes periodos. Los conjuntos de extramuros presentan tendencias similares: mayor variedad de especies con predominio de ovicápridos (sumando las categorías Ovis sp. ovicápridos y Capra) y Bos taurus. La importancia de Ovicápridos se mantiene constante, mientras que las frecuencias de Bos aumentan hacia el periodo posmedieval. .-; 32 18 Sus REPRESENTACIÓN TAXONÓMICA .-; .-; 2 34 Capra Total !"l '.e> .-; '.e> 283 16 N 52 O'I '.e> 100 34 z"' 7 17 2 8 3 2 100 Tabla la .Composición taxonómica del conjunto Medieval Extramuros Taxon = t-.-; = O'I .-; Equus Bos Ovis ..,¡N .-; 9 2 1 Ovicáprido 5 3 2 Total 9 3 3 1 1 9 14 Tabla lb .Composición taxonómica del conjunto Medieval Intramuros KOBIE (Paleoantropología n.° 27), año 2003/07 2 4 Capra Sus MamG. MamM. N ..,¡- .-; !"l ..,¡.-; 3 1 7 c.- ~ "' 1:11 z"' 14 23.3 2 7 1 11.6 1 3 zs 2 7 22 1.6 18 30 - - 1 10 1 Q., 14 5 60 1.6 23.3 8.3 ...... :E z 1 284 SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI Taxon o00 ·a 5 61 2.9 1 18 35.6 4 27 31 18 6 4 32 18.7 1 1 12 7 4 3 14 8 o.. Vl "' 1 4 8 4 20 11 O vis 3 1 Ovicáprido 5 1 18 4 8 1 6 1 1 0.5 3 1 4 2.3 Bos Capra N 00 3 Sus 2 MamG. MamM. Mamp ;;;s o.. 'tj- 'tj- Equus ...... *z"' ...... o...... e') 3 z 1.7 3 Gallus 5 5 2.9 2 Peces 1 1 2 171 0.5 1 1 2 Ostrea edulis 2 Total 18 11 63 20 59 Tabla 2.a. Composición taxonómica del conjunto Postmedieval Extramuros Taxon 00 "' r- 00 N o ...... "'o...... ...... ...... ...... N ...... ...... \O ...... ...... ...... ...... N Equus Bos 2 8 O vis 3 15 3 6 1 Ovicáprido Capra 31 Sus 2 3 1 3 1 1 1 2 1 1 3 1 1 1 1 1 1 1 1 Cervus 1 MamG. 3 12 2 1 1 MamM. 1 16 1 1 1 1 1 8 9 Mamp 'tj- \O ...... ...... 1 1 1 4 r- \O ...... 31 61 6 8 4 4 2 1 2 1 1 12 11 Vl ~ o.. -Ctl Vl z8 7 i* o.. 0.5 ...... ;;;s z 1 1 1 2 2 2 19 10.2 2 1 27 14.5 19 5 2.7 2 1 1 5 2.7 1 3 2 32 17.2 3 28 15 2 1 1 2 1 13 185 1 9 *Ctl 1 1 Gallus Total e') N 10 3 28 15 36 19.4 1 Tabla 2.b. Composición taxonómica del conjunto Posmedieval Intramuros pridos seguida de Equus y en tercer lugar el género Bos. En el conjunto posmedieval se observa la drástica disminución de Equus junto con un marcado predominio de ovicápridos y proporciones constantes de Bos. Como tendencias principales, en primer lugar se observa que la muestra de intramuros permite señalar cambios en la representación de especies, mientras que la muestra de extramuros, se mantiene semejante a lo largo del tiempo. Esto se debe probablemente a que este último tipo de contexto refleja una tasa de descarte mayor y más recurrente, proveniente seguramente de más de una vivienda o establecimiento, y por lo tanto la muestra representaría una mezcla de materiales procedentes de actividades llevadas a cabo en diferentes emplazamientos, ya sean viviendas o establecimientos. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 285 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX Equus Equus Sus Caprinos Ovicáprido Sus Caprino Bos Figura l. Representación taxonómica Zaharra 2-4 en base al NISP% vechados tanto maduros como inmaduros, aumentando el porcentaje de maduros en el posmedieval. Con el cerdo ocurre lo contrario, predomina el maduro en el periodo medieval, que luego es superado por el porcentaje de inmaduros en el siguiente periodo, sin embargo la muestra es pequeña para este taxón. Este patrón sugiere cambios en el tipo Clases de Edad Los patrones de edades muestran un predominio de los individuos maduros en los taxones grandes, (Equus el 100% ), (ver datos en tabla 5) en ambos periodos. En la figura 2 se observan las tendencias por periodos. Los ovicápridos fueron apromedieval extram IM MA 2 4 3 8 9 2 6 intram MA 2 1 2 1 1 IM SPP. Equus Bos Ovicap Sus total intram IM MA 4 IM 3 5 1 11 9 2 7 5 1 MA ? 1 14 1 posmedieval extram IM MA 1 5 2 ? 3 1 1 total MA 2? 2 4 10 15 3 2 IM Tabla 5. Distribución de edades Posmedieval Medieval 10011 ~OS 80 % 1• ..,.....áJ ....r:._..• -.-•l..__;·:....__,. a inmaduros -----__,.-• .._fa..._1 Equus maduros Bos 1 oc 1 Sus 1 1 % ~+--l I ~IJ~ff, IJ~¡'.1 :::~;::;0,I tJ......_,_.rr O Equus Bos OC Sus Figura 2. Perfil de edades KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 --------------~- SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI 286 de aprovechamiento de Ovicápridos y Sus, hacia una explotación mayor de inmaduros, manteniéndose constante el patrón de explotación de Bos y Equus. Los mencionados cambios en las edades pueden reflejar cambios en el tipo de explotación o ser el reflejo de la mezcla de muestras de distinta procedencia. PATRONES DE DISTRIBUCIÓN DE HUESOS, MARCAS Y FRACTURAS: INTERPRETANDO LA ACTIVIDAD ECONÓMICA A partir del análisis de la distribución de partes esqueletarias de cada taxón vinculado a la incidencia de marcas de herramientas se discute el patrón de explotación. EQUUS INTRAMUROS EQUUSEXTRAMUROS 2 4 3 5 7 6 8 2 4 3 5 6 7 - 8 2 OVICAPRIDOS INTRAMUROS 2 4 3 5 3 4 5 6 6 6 7 8 7 7 3 4 5 6 7 8 OVICAPRIDOS EXTRAMUROS 8 2 SUIDOS INTRAMUROS 2 5 BOSEXTRAMUROS BOS INTRAMUROS 2 4 3 3 4 5 6 7 8 SUIDOSEXTRAMUROS 8 2 3 4 5 6 7 8 Figura 3. Distribución de partes por regiones anatómicas de especies para el conjunto Medieval (a partir del MNE) KOBIE (Paleoantropologfa n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX Referencias de las figuras 3 y 4 En la figura 3 se observan las distribuciones de Región anatómica Elementos l. Cuernos 2. Cabeza Clavijas córneas Cráneo y mandíbula 3. Axial Vértebras, costillas, esternón, sacro y pelvis Escápula y húmero 4. pata delantera superior 287 Región anatómica 5. pata delantera inferior Elementos Radio-ulna Fémur 6. Pata trasera superior 7. Pata trasera inferior Tibia, astrágalo y calcáneo Metapodios Falanges 8. Pies Figura 4. Distribución de partes por regiones anatómicas de especies para el conjunto Posmedieval (a partir del MNE) - EQUUS EXTRAMUROS EQUUS INTRAMUROS 3 2 4 5 6 7 8 BOS INTRAMUROS 2 3 4 5 6 7 3 4 5 6 7 4 5 6 7 8 BOS EXTRAMUROS 8 OVICAPRIDOS INTRAMUROS 2 3 2 2 3 4 5 6 7 8 OVICAPRIDOS EXTRAMUROS 8 2345678 sumos EXTRAMUROS sumos INTRAMUROS F 2 3 4 5 KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 6 7 8 2 3 4 5 6 7 8 288 SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI Medieval Posmedieval Intramuros Extramuros Intramuros Taxón n %nisp n %nisp Equus Ovicap 7 6 6 50 86 32 Sus o o 3 3 27 21 60 42 2 81 66 7 30 10 197 22 59 32 25 50 36 41 Bos Mamo MamM Total (1) n 1 8 44 4 19 8 90 Extramuros %nisp n %nisp 100 42 48 80 59 29 47 3 22 13 2 8 60 36 19 17 57 o o 49 28 Tabla 6. Marcas antrópicas sobre Jos huesos,% sobre cada conjunto taxonómico: fracturas* *n= nisp con fracturas;%nisp= porcentaje sobre el NISP total del taxón (ver tablas 1 y 2) (1) Total de huesos con fracturas (n) y porcentaje sobre el NISP total (%NISP) Medieval Intramuros Posmedieval Extramuros Intramuros Extramuros Taxón n %nisp n %nisp n %nisp n %nisp Equus 4 1 28 14 16 1 48 51 7 16 9 133 11 Bos 35 25 25 27 36 27 1 8 20 1 10 3 47 100 42 22 20 31 5 32 18 4 4 100 52 26 33 28 Ovicap 3 Sus o o MamG 2 1 14 20 11 17 MamM Total 11 o o 25 66 38 Tabla 7. Marcas antrópicas sobre Jos huesos,% sobre cada conjunto taxonómico: marcas de corte* partes del esqueleto para cada taxón en la muestra medieval, y en la figura 4, posmedieval (los datos se publican en tablas en la memoria de Zaharra 2-4). En las tablas 6 y 7 se observan respectivamente las frecuencias de fracturas y marcas de corte por taxón, para cada periodo y según la procedencia. Equus Medieval La muestra Intramuros se compone de 14 restos óseos. Predominan la pata trasera y en segundo lugar húmero distal y esqueleto axial. La muestra extramuros (NISP 9) está representada por unos pocos elementos de la cintura pélvica y escapular. Los materiales presentan marcas antrópi- cas y en general son huesos con carne y médula. Sin embargo las frecuencias no son significativas como para trazar tendencias relacionadas con pautas de consumo ni conclusiones sobre supervivencia diferencial de los restos de este taxón. Posmedieval En el espacio Intramuros solamente esta representado por una vértebra lumbar que presenta huellas de corte y fractura en el proceso transverso. Los materiales de extramuros, también escasos (NISP 5), pertenecen a partes de alta densidad ósea, correspondientes a los miembros inferiores (radio, tibia, falange, también un húmero distal). Son partes que portan poca carne, aunque presentan fracturas y cortes, posiblemente relacionados con la extracción de la médula, y del cuero. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX Fracturas y Marcas de Corte Medieval Se observan marcas de posible desuelle en metacarpos, de despiece del cuello (7ª cervical), de la pata trasera en el fémur distal y fracturas en el hueso coxal. También hay evidencias de descarne en la pelvis (acetábulo). Pos medieval Hay marcas compatibles co? despiece en !~ pata delantera superior (húmero distal), separacion de patas inferiores (radio distal, tibia proximal y distal), separación del espinazo (lumbares). Se observa una mayor incidencia en el periodo posmedieval, y en general se detectan r_nás en las muestras de intramuros. Debe recordarse sm embargo el limitado potencial explicativo de hipótesis derivadas de unas muestras tan reducidas. Bos Medieval La muestra de Intramuros presenta unos pocos elementos óseos (NISP 7) provenientes de las siguientes regiones: cabeza y clavijas córneas, miembro delantero superior y trasero inferior. Aunque aquí las dimensiones de la mu~stra tampoco son suficientes para esbozar tendencias. No parece estar determinada por la supervivencia diferencial, ya que se observan huesos de alta y baja densidad mineral. El conjunto de Extramuros (NISP 138), ~iene representación de casi todo el esqueleto, predomr~ian­ do las patas inferiores (radio, tibia y metapod10s), seguidas de extremidades (metapodio~ distale.~ y falanges) y miembros delantero supenor, clavijas, mandíbulas y esqueleto axial. Predominan partes de medio a bajo contenido de carne, que a su vez son huesos resistentes, de mayor densidad ósea. Pos medieval La muestra recuperada en las UUEE de Intramuros es pequeña (NISP 16). Predo~inan las parte~ de medio a bajo rendimiento económico y alta densidad mineral, especialmente las clavijas córneas y la m~n­ díbula, partes distales de la pata delantera supenor (escápula y húmero distal) e inferior, seguidos de la pata trasera inferior. Es probable que pa.:te del e?queleto axial que se encuentra en la categona Mamiferos KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 289 grandes (7 vértebras, 18 fragmentos de costillas, entre otros) pertenezca a este taxón. El material de extramuros es más abundante (MNE 61), mostrando también una tendencia h~cia partes de medio a bajo contenido de ~ame y media a alta densidad mineral ósea. Predomman las partes correspondientes al miembro delan_tero su~erior, (escápula y húmero distal), y extremidades distal~s (astrágalo, calcáneo, metapodios y falanges), segmdos de cráneo y mandíbula, radioulna y fémur, en menor proporción. Fracturas y Marcas de Corte En las tablas 6 y 7 se observa que, tanto intramuros como extramuros, las fracturas y cortes son abundantes, especialmente en huesos largos y metapodios, mandíbulas. Las fracturas son importantes en todos los periodos y sectores. El porcentaje. de mm:cas de corte, aumenta en el periodo posmedieval, siempre con mayor representación en espacios extramuros. Medieval Se registran principalmente marcas de d_espiece (corte y machacado), posiblemente para secc10nar el cuerpo en unidades menores para el consumo, en varias partes del esqueleto: mandíbulas, cabeza y cuello (axis y cervicales) pata delantera a la altura de la escápula y del húmero distal y radio proximal. P~ta trasera inferior por pelvis, astrágalo y calcáneo, y pies por metapodios distales. En menor medida, se registran también marcas de fileteado o descame, (separación de inserciones musculares) en pata delantera superior (fémur). El tipo de marcas presente en las 1ª y 2ª falanges y mandíbula, podrían indicar la extracción limpia del cuero (desuelle) para su uso, y no simplemente como actividad de limpieza para obtener la carne, ya que en este caso se suele cortar a partir de los metapodios que es una operación menos costosa que hacerlo por las falanges (Binford 1981) También se detectan fracturas en espiral, transversales y longitudinales en huesos largos y metapodios, compatibles con la obtención del tuétano o médula. Pos medieval El patrón de marcas es similar al del periodo anterior: las marcas que mas se observan son las de despiece en mandíbulas, pata delantera en esc_ápula, húmero distal, radio proximal. Pata trasera en femur 290 .SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI distal, tibia distal y especialmente en astrágalo y calcáneo. Algunas de estas marcas podían ser de colgar a los animales por los pies al faenarlos. Se observan marcas de despiece de los pies en metapodios distales. Marcas en metapodios y mandíbulas compatibles con extracción del cuero. Las fracturas en huesos largos pueden relacionarse con el objetivo de extraer la médula. Ovicápridos Medieval Están representado casi todas las partes del esqueleto en ambas muestras. Los 18 restos de intramuros pertenecen a huesos de alta densidad mineral y poco contenido de carne: predominan tibia, radio, mandíbula, y atlas. Hay partes que presentan un avanzado grado de deterioro relacionado con la acción de varios agentes post-depositacionales de acuerdo con las marcas identificadas: pisoteo, acción de carnívoros, quemado, tinción con óxidos, son las más importantes entre las detectadas. Los 203 restos de extramuros, en cambio presentan una conservación mejor, se registran estadios menos avanzados de meteorización y aparecen restos tanto de alta como de baja densidad mineral. Predominan elementos correspondientes a las clavijas y mandíbulas de oveja y cabra, especialmente, (ambas dan cuenta de 13 individuos). En segundo lugar siguen partes provenientes del esqueleto apendicular, especialmente fragmentos articulares (proximales y distales} con práctica ausencia de falanges. En general predominan elementos con medio a bajo contenido de carne, en todo caso faltan las partes con mayor contenido nutritivo. Pos medieval Encontramos un patrón semejante al del conjunto Medieval. En el espacio Intramuros, la muestra esta marcada por la presencia destacada de clavijas córneas de cabra calcinadas, de color blanco y con fracturas. (35 sobre 82 elementos). En menor frecuencia también están representadas: mandíbula, tibia, metapodios, húmero distal y radio proximal, y demás elementos del esqueleto apendicular, con la excepción de falanges. Extramuros, aparece una distribución similar en cuanto a las partes, pero mas homogénea de todas las regiones del esqueleto, sin predominio destacado de unas sobre otras. Predominan los miembros inferiores (tibias, radios y metapodios) mandíbulas, clavijas córneas, seguidos de los miembros superiores y el resto del esqueleto. La distribución podría estar en parte afectada por procesos post depositacio- nales ya que se observa predominio de huesos de alta densidad mineral. Fracturas y Marcas de Corte Medieval Las actividades deducidas de las marcas son: separación de cuernos que puede relacionarse con la finalidad de la extracción del cuero, desarticulación de esqueleto craneal por fracturas en zona molar de mandíbulas, troceado de la columna por fracturas en zona lumbar y del costillar por fractura en torácicas, de la paletilla mediante fracturas y cortes en el cuello de la escápula, y cortes en húmero distal, la pata trasera por machacado en cresta ilíaca de la pelvis. También se observan marcas de separación de extremidades: pata delantera por radio y metapodios proximales, pata trasera por fémur y metapodio proximal. Se detectan marcas de descame en hueso ilíaco, fémur, y escápula. Los huesos largos presentan fracturas, machacado y percusión en diáfisis de tibias, radios y metapodios en consonancia con posible obtención de médula ósea. Posmedieval Se registran marcas de despiece en cuello (altura del occipital), mandíbula (posible extracción de la lengua) torácicas y lumbares. Separación de los cuartos por la escápula y la pelvis (acetábulo), fémur proximal. En cuanto al despiece en unidades menores se destaca en primer lugar la frecuencia de marcas en el húmero distal. También se observan separaciones por el radio proximal y la tibia distal, astrágalo y calcáneo, y por los metapodios proximales. Descarne: marcas en cervicales, costillas y diáfisis de fémur. Es de destacar la alta frecuencia de marcas en la base de las clavijas córneas, mandíbulas y metatarsos, compatibles con desuelle, como en el periodo anterior. Se observan muchas semejanzas entre ambos periodos, destacándose, las aplicadas en la base del proceso camal del hueso frontal, relacionada con extracción de cuero. Las demás son en gran medida marcas de despiece del esqueleto y de separación en unidades menores. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX Suidos Medieval En la muestra de Intramuros sólo se registra un canino de Sus domesticus. Extramuros se identifican 28 restos, en su amplia mayoría hemi-mandíbulas y maxilares, que dan cuenta de 8 individuos. Completan la muestra restos de escápula y unos pocos restos de las extremidades (radio, calcáneo y falange). Periodo Posmedieval Los restos de suidos son los menos abundantes pero se destaca su presencia representada, intramuros especialmente por mandíbulas seguidas de húmero y metapodio distales, aunque muy escasos (MNE 5). Extramuros, la muestra es también pequeña (MNE 11) y esta representada por cráneo, mandíbula y escápula, con presencia de húmero distal, calcáneo y metapodio. 291 Gallos gallos Si bien es una muestra pequeña, los fémures indican un NMI de 6, con muy pocas marcas, lo que es normal en animales tan pequeños. De todas formas es notable que se conserven diferencialmente las patas traseras, las cuales, además, son las de mayor densidad ósea. Esta misma tendencia se observa en otro tipo de yacimientos, y ha sido relacionada tanto con prácticas de consumo, como con conservación y problemas de identificación y recolección en el trabajo de campo. Conclusiones Equus Se registran marcas de despiece en la pata trasera inferior (calcáneo) y en mandíbulas. La presencia de huesos de Equus adultos de diferentes partes del esqueleto pueden indicar que la carcasa entró entera al sitio, por ejemplo para la obtención y procesamiento de su cuero, ya que no han sido especies de consumo habitual En general en todos los sitios de épocas históricas las frecuencias asignadas a Equus son bajas o nulas). En todo caso se trataría de un aprovechamiento secundario de la carne o el cuero, siendo posiblemente el uso primario el de animal de tiro, carga o transporte. Posmedieval Bos Se observan marcas de despiece en mandíbula, escápula, húmero distal y calcáneo. En ambas muestras la baja frecuencia de esqueleto axial puede deberse a la supervivencia diferencial y/o menores posibilidades de identificabilidad de esta zona del esqueleto. El patrón de marcas observado es bastante estable en ambos periodos. Fracturas y Marcas de Corte Medieval Mamiferos Grandes En ambos periodos, en esta categoría se registran especialmente elementos axiales (costillas y vértebras, principalmente) que probablemente correspondan a Bos taurus, pero que por su estado no se han podido identificar. En cambio se han detectado marcas de despiece en costillas, torácicas y pelvis, y de descarne en costillas. Dado que faltan las partes de mayor contenido cárnico y se observan perfiles anatómicos homogéneos, tanto intra como extramuros, y teniendo en cuenta la alta presencia de marcas de corte y fracturas en los huesos, podría tratarse de un sitio de faenamiento de carcasas de vacunos. Tanto en el periodo Medieval como en el Posmedieval, los restos encontrados probablemente correspondan a Ovis sp o a Capra. Pertenecen principalmente al esqueleto axial, especialmente costillas. La representación del taxón se mantiene semejante en el tiempo, tanto en su frecuencia, en la distribución de partes anatómicas, como en el patrón de marcas de explotación de las carcasas. Todo esto sugiere un tratamiento pautado y estable probablemente producido por una continuidad en el tipo de actividad desempeñada en relación con este taxón. Presentan marcas de despiece en pelvis, cervicales, pata delantera (húmero distal y escápula) y de descarne en costillas, y lumbares. Posibles fracturas para extracción de médula ósea en diáfisis de huesos largos. Ovicápridos La ausencia de falanges junto con la abundancia de metapodios (en su mayoría fragmentos fracturados transversalmente a la altura de las diáfisis distales) y la Mamíferos medianos KOBIE (Paleoantropología n. º 27), año 2003/07 292 SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI presencia de clavijas con marcas de corte, sugieren un patrón singular que puede asociarse a restos de actividades de extracción del cuero (ver Albarella, 2003). La representación de restos de todo el esqueleto sugiere también que los animales fueron ingresados enteros al espacio urbano desde sus lugares de cría, para ser alli faenados por completo, incluyendo algunas actividades artesanales como la mencionada. Esto permite pensar en un modelo de aprovechamiento intensivo (carne, cuero, tal vez astas) que dejaría como resultado un registro arqueológico con marcas superpuestas de diferentes actividades. Del mismo modo, cierta regularidad en el patrón de procesamiento denota una especialización en el manejo de las reses (carnicería versus faenamiento casero). Por otra parte se plantea el posible uso del material óseo como material constructivo. En el caso Posmedieval de Intramuros, alta presencia de clavijas córneas de cabra calcinadas pertenecientes casi en su totalidad a la UE87 que como se comentaba al tratar las alteraciones tafonómicas, se ha interpretado como relleno refractario de escombro para "envolver" los hornos de la tahona. Suidos El patrón de representación anatómica no parece ser el resultado de la destrucción diferencial, aunque el predominio de inmaduros puede jugar un papel en la interpretación de esta variable, ya que son los más frágiles. Se podría pensar en una distribución desde este sitio, de partes del esqueleto postcraneal, de alto poder alimenticio, quedando partes correspondientes a cabeza y pies descartados en este solar, donde se habrían faenado. VII. CONCLUSIONES GENERALES Como hemos visto en las páginas precedentes este solar urbano ha ofrecido restos de gran interés que abarcan una amplia cronología que va desde la fundación de la villa por el Señor de Vizcaya en 1229 hasta el siglo XX. Se puede considerar a todas luces excepcional dentro del panorama general de las excavaciones urbanas por su gran potencia estratigráfica (superior a cuatro metros extramuros) y por la calidad y cantidad del material arqueológico recuperado, ofreciendo todo ello una secuencia cronológica continua sin rupturas ni discontinuidades. En el plano urbanístico e histórico ha supuesto la confirmación arqueológica de una hipótesis muchas veces apuntada. Nos referimos al hecho de la mayor antigüedad del núcleo oriental y a la correspondencia del septentrional con el fundado por el rey Alfonso X el Sabio en 1256. Pero además ha servido para conocer el tipo de relación que se estableció desde el principio entre ambos núcleos, los cuales a nuestro parecer se fundieron en un solo recinto defensivo, hecho cuya importancia trasciende sin duda lo puramente urbanístico. Ha aportado por supuesto datos importantes sobre la poliorcética de la villa, al poner al descubierto un foso defensivo paralelo a la muralla del primer recinto cuya existencia se desconocía por completo y al permitir establecer con seguridad cuál era el trazado de la muralla por la calle Zaharra. Llegados a este punto tenemos que agradecer sinceramente al Ayuntamiento de Orduña su apoyo e interés por todo lo relacionado con la Arqueología y el Patrimonio Cultural y en concreto su apuesta por la conservación y puesta en valor de parte de las estructuras descubiertas con la intervención. El arquitecto municipal, Francisco Javier Egiluz, adaptó el proyecto de las viviendas de promoción municipal que se iban a construir en el solar, para que la zona de la muralla y foso extramuros pudiese quedar a la vista de todos al exterior del edificio, tal y como se puede observar en la actualidad. La excavación en este solar ha permitido ver a las claras el cambio en la apreciación y relación de los ciudadanos con respecto a la muralla y a sus espacios de "respeto". Así las primeras edificaciones se mantenían alejadas de la muralla dejando no sólo una amplia ronda sino también una zona de paso hasta ella, espacios que paulatinamente se fueron reduciendo hasta desaparecer. Cuando esto ocurrió los edificios utilizaron la muralla como muro zaguero inicialmente. Posteriormente osaron destruirla con fines prácticos particulares hasta que llegaron incluso a sobrepasarla ocupando también el espacio, sin duda público, situado extramuros. De este modo los solares que inicialmente tenían unos doce o quince metros de longitud llegaron a duplicar su profundidad. Sin embargo, a pesar de esos cambios en la parcelación nos ha sorprendido observar la "inmutabilidad" desde la Baja Edad Media de la división longitudinal entre el solar nº 2 y el 4, hasta el punto de que incluso el muro medianero en lo fundamental se ha conservado desde esa época. Por lo tanto se puede concluir que los cambios se producen en el uso y aprovechamiento de los espacios que originalmente eran de propiedad pública mientras que la división KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX entre dos propiedades particulares diferentes se mantiene incluso después del incendio de 1727, catástrofes que en algunas ocasiones propician los cambios de parcelación, más aún cuando éstas afectan a una hilera continua de casas como en este caso. Por otra parte también ha sido posible documentar el uso artesanal de este espacio en dos ocasiones bien diferentes tanto por su cronología como por la actividad llevada a cabo. La primera, fechable en la segunda mitad del siglo XIII, sería una instalación temporal para la fundición de dos campanas posiblemente para la Iglesia de Santa María, templo que estaría en plena construcción o remodelación. La otra era una tahona del siglo XVIII, de la que se han documentado restos de varios hornos para hacer pan. Lo que más sorprende es que una actividad de este tipo con diferentes hornos y el peligro que esto supone, se lleve a cabo en el interior de la villa, en el centro de la misma, precisamente justo después de haber sufrido seguramente el incendio más grave de Orduña tras los de 1451 y el general de 1535. De todos modos no parece que el Cabildo Orduñés destacase precisamente por su capacidad de previsión de incendios a juzgar por lo que las ordenanzas municipales de 1499 y 1569 recogen sobre los materiales constructivos empleados en los muros medianeros. Mientras que en otras villas para esta época ya se establecía que los medianeros se debían construir en piedra, en Orduña seguía sin ser obligatorio, y se permite seguir construyendo en "tapial o verganaco y yelso como se acostumbra en esta Ciudad" 73 • De esta costumbre hemos encontrado diferentes testimonios arqueológicos. El primer muro de división de solares, que hemos fechado en el siglo XIV, es un zócalo que apenas tiene 30 cm. de grosor y que de tramo en tramo presenta piedras grandes de apoyo para las vigas de madera. Entre los restos de los edificios de los siglos XVI, XVII y XVIII se documenta de forma recurrente el uso del verganazo. Junto a él la teja para las cubiertas y las vigas de roble. El estudio de la cerámica. si bien se ha basado fundamentalmente en la observación de su forma, acabado y decoración, sin haber podido recurrir a análisis de pastas o de dataciones absolutas, ha sido de gran interés. En primer lugar porque es ciertamente excepcional contar en el ámbito de un solar urbano con una colección de esta indudable calidad y cantidad. Ofrece un arco cronológico sin interrupción 72 73 En este grupo se ha incluido lo que Solaun denomina grupos V y VI. SALAZAR ARECHALDE, J.I. Urbanismo e historia. La Ciudad de Orduña, Oñati, 1995, pág. 125-126. KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 293 desde el siglo XIII hasta el XIX. Permite la reconstrucción de un notable número de formas y perfiles. Es posible además comparar para cada uno de los periodos el estado y las características del material procedente de dos ámbitos diferenciados: el de hábitat y un basural. Pero además es un fiel reflejo de los cambios en los hábitos y los gustos; de la progresiva complejidad de la sociedad, manifiesta en una mayor variedad formal; de los lugares con los que se producen intercambios etc. En definitiva, esta colección cerámica constituye sin duda un marco de referencia y paradigma para el estudio del material procedente de otros solares de la villa y de otras villas vascas. Por ello resumimos aquí los cambios más significativos que se han producido a lo largo del tiempo en el material cerámico de este solar. En el siglo XIII hay una rica variedad de formas cerámicas: cuenco, orza, cántaro, tinaja, jarro, escurridor, olla. Es curioso que ya desde época temprana aparezcan recipientes vidriados, en este caso de verde, cuya procedencia más probable sea francesa. Asociados al material cerámico aparecen recipientes de vidrio, en este caso algunos ejemplares presentan decoraciones en el borde como el ejemplo del vaso con el borde en azul o el fragmento de galbo con apliques en hilos rojos, cuyos paralelos más cercanos los encontramos en vidrios franceses. Por todo ello posiblemente se comerciara con las cerámicas vidriadas, no en vano la calle paralela a Zaharra se denomina Francos, atendiendo sin duda al origen de los comerciantes que se asentarían en ella. En el siglo XIV se acentúa la riqueza de las piezas, tanto por la variedad como por el acabado en sí. Vemos las primeras producciones de lujo como son: azul-dorado, la serie azul y la cerámica mudéjar. Todas estas producciones son foráneas, procedentes de la zona levantina (las dos primeras) y de Teruel (la tercera). En cuanto al vidriado hay un aumento de piezas con este acabado aunque sigue siendo inferior con respecto a piezas no vidriadas. Las formas son mayoritariamente de mesa como los cuencos, tazas, jarras; aunque también se documenta formas de cocina como la olla y la cazuela. Por lo que respecta a las formas no vidriadas, siguen siendo mayoritarias y aparecen nuevas formas con respecto a la centuria anterior, como es el caso del bacín, candil, cazuela, etc. Se documentan por primera vez y en gran cantidad las ollas de borde de aristas y las de borde moldurado, piezas que perdurarán hasta el siglo XVII, encontrándose en el siglo XVIII de manera residual, sobre todo las primeras. En el siglo XV hay un estancamiento en cuanto a formas, o incluso se puede decir que hay un retroceso 294 SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI con respecto al siglo XIV. Siguen hallándose piezas de lujo como las producciones de Teruel y la serie azul, aunque su porcentaje continúa siendo muy bajo. Desaparece el reflejo metálico. Es curioso que en Orduña este tipo de cerámica sea tan escasa en comparación con otros centros urbanos como: Durango, Lekeitio, Pamplona, Zaragoza, etc donde es bastante frecuente. En cuanto al vidriado, permanecen los melados y verdes, pero surge con fuerza el blanco estannífero, sobre todo en servicio de mesa (cuencos y platos). Con respecto a las formas, las predominantes son los cuencos y platos (servicio de mesa), documentándose también otras formas como jarras, ollas, y tazas. En cuanto al servicio de cocina, se documentan sobre todo las ollas de borde moldurado y de arista. En el siglo XVI se aprecia una escasez de materiales cerámicos, y es una época en la que las formas son muy pocas, reduciéndose a cuencos, platos y jarras. El vidriado predominante es el blanco estannífero, aunque también persisten otros como el melado y el verde. Ya en el siglo XVII se produce una recuperación y el material vuelve a ser abundante, las formas mayoritarias siguen siendo los cuencos y platos, vidriados sobre todo en blanco, aunque hay algunos melados y verdes. Aparecen piezas singulares como la jarra con cara humana en relieve, un gran frutero, un gran recipiente con vertedera, botes, jarrón, taza y tazón. En cuanto a la decoración, hay piezas con vidriado estannífero pintadas en verde. Las formas ya no son solo del ámbito culinario, tanto de mesa como de cocina, sino que también hay piezas decorativas como el jarrón, piezas de farmacopea, etc. El abanico formal es mas grande que en el siglo XVI, aunque hay que destacar que las piezas tipo "Talavera"74 son muy escasas para esta época (como ocurrió en el caso de la cerámica de reflejos metálicos). Este tipo de piezas de gran calidad y de lujo son muy frecuentes en este siglo en otras zonas, aunque en Orduña en general es escaso, excepto en el solar Harategi nº 11, solar donde se econtraron algunos restos de lo que debió ser un importante edificio de carnicería del siglo XVII. En cuanto a las piezas sin vidriar, las formas más características son olla de borde de arista y el jarro de borde moldurado. También se documenta en este siglo la cerámica tipo zamorana caracterizada por la gran cantidad de desgrasantes micáceos que tiene. El siglo XVIII es una época de riqueza en cuanto a las cerámicas, las formas principales son, como en 74 Se han encontrado fragmentos de este tipo cerámico pero en contextos más tardíos como elementos residuales. las centurias anteriores, los platos y los cuencos con vidriado estannífero en la mayoría de los casos, aunque también hay tazas, jarras, frutero, botes, tapas, etc. En este siglo lo característico son las piezas estanníferas blancas con decoración pintada en azul, con motivos vegetales o geométricos. Estos motivos hay que ponerlos en relación con las series azules producidas en los grandes centros alfareros de la época como Talavera, Manises, Alcora, etc. que popularizan esta decoración. En este siglo también aparecen las primeras producciones de Porcelana y/o Cream Ware inglesa, con una decoración pintada en azul imitando a los motivos chinos. Las producciones sin vidriar son ya muy escasas; destaca la cerámica tipo zamorana. En el siglo XIX las piezas siguen siendo sobre todo cuencos y platos con vidriado estannífero, aunque hay otras formas como bacín, olla, etc. En cuanto a la decoración aparecen piezas pintadas en verde y morado. Estas piezas provienen del alfar localizado en Transantiago, donde las formas y motivos recuperados son idénticos a los de Zaharra 2-4. En está época es muy abundante la imitación de porcelana y/o Cream Ware inglesa con formas muy singulares como orinales o tazas de café. Y aparecen las primeras piezas de porcelana como tal. Con respecto al análisis argueofaunístico consideramos que ya supone un avance en sí mismo el mero hecho de que se haya llevado a cabo, pues no es demasiado habitual en nuestro entorno realizar este tipo de estudios con los restos de fauna procedentes de excavaciones de intervención. Sin duda, el que existan pocos estudios con los que comparar los resultados, dificulta la interpretación en algunos casos, pero en cualquier caso consideramos que las aportaciones son suficientemente importantes como para justificar la necesidad de llevar a cabo trabajos que trasciendan la mera labor de catalogación. Los materiales faunísticos presentan en general una buena conservación. Esto puede deberse a que la mayoría proviene de rellenos que se han hecho con tierras negras, con cal y arenosas, que habrían contrarrestado la acidez de las arcillas locales. Hay un alto porcentaje de huesos teñidos, que se puede explicar en parte por la proximidad de los materiales con la fundición de cobre para aleación de bronce (coloración verde) y otros con óxido. Las cargas de minerales muestran diversidad en los procesos depositacionales de las distintas UUEE. Sólo es importante en una de las hoyas y en un relleno con tejas. La mayoría corresponde a óxidos. En general, las diferencias mas notables de los procesos tafonómicos naturales se observan al comparar KOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 EXCAVACIÓN EN ZAHARRA nº 2-4 DE LA CIUDAD DE ORDUÑA. RESULTADOS, EVOLUCIÓN Y USOS DEL SOLAR DESDE EL SIGLO XIII AL XIX 295 los conjuntos intra y extramuros, y esto es comprensible dada las diferentes historias tafonómicas esperables en contextos predominantemente domésticos de uso diario, donde se realizan labores de limpieza y reciclado del espacio, comparada con un basural exterior, donde se acumulan conjuntos abundantes de materia orgánica durante prolongados periodos de tiempo y hay una mayor exposición a los agentes meteorológicos. Estas diferencias pueden utilizarse como indicadores de uso del espacio cuando la división intramuros y extramuros no esté tan clara como en este caso. pongan actividades realizadas en distintos momentos o que provengan de solares aledaños. En ese sentido registramos una serie de actividades económicas que se estarían dando y que comentamos a continuación: En síntesis en cuanto al aprovechamiento económico de la fauna se puede concluir lo siguiente: el porcentaje de marcas y fracturas es menor en ovicápridos que en los grandes ungulados (Bos y Equus y Mamíferos Grandes). Esta tendencia se explica porque existe una relación directamente proporcional entre el tamaño de la res y la fracturación de la misma (Morales et al. 1986). Desuelle o Extracción del cuero de vacunos y ovicaprinos, para su tratamiento posterior. Se observan cambios y permanencias entre el períodico medieval y posmedieval: 1. La importancia de Equus disminuye notablemente, mientras que aumenta la de Bos. 2. Los porcentajes de individuos maduros son superiores en los taxones grandes, mientras que los ovicápridos y suidos hay representados inmaduros y maduros 3. Los Ovicapridos y Bos mantienen un patrón relativamente estable en cuanto a perfil anatómico, representación de partes del esqueleto, perfil de edades, frecuencia y tipo de marcas. 4. En el periodo posmedieval aparecen nuevas especies en la dieta: gallina, peces, ostras ( Ostrea edulis), y aumenta la importancia de suidos y cabras. 5. La presencia de caballo en el periodo medieval parece ser el resultado de un aprovechamiento secundario de animales maduros que han sido utilizados en otras tareas o funciones, lo cual es concordante con unas pautas de subsistencia rurales. Lo que sabemos de contextos urbanos es que se consume ganado bovino y que no aparece caballo. Comparando con otros yacimientos de Vizcaya de las mismas épocas, aquí aparece menos diversidad, y más caballo en el periodo medieval (Castaños, 1992-3, 1998-9). Por tratarse en gran medida de un material de descarte secundario (basureros) es esperable que se superKOBIE (Paleoantropología n.º 27), año 2003/07 Carnicería: si bien se observan restos procesados con marcas de carnicería, estamos en presencia de una superposición de actividades de manipulación de las carcasas para la obtención de diferentes productos. De acuerdo con los indicadores observados planteamos que se han dado las siguientes actividades: - Despiece de animales en unidades grandes y unidades menores, para su distribución y .consumo de todas las especies principales. - Marcas de descarne (cortes para distribución para el consumo) - Fracturas sistemáticas en huesos largos y metapodios para extracción de médula para ungulados. Pero ninguno de estos patrones es unívoco para ninguna de las unidades, ya que al venir principalmente de un basural, las distintas actividades se encuentran superpuestas. En este sentido decir que contamos con dos referencias documentales del siglo XVI en las que se menciona una carnicería en esta calle, pero lo difícil es saber en qué zona de la misma se ubicaba75 • Por último, se plantea el uso de huesos y clavijas como material constructivo para rellenos, en este caso de los hornos. Esta práctica está documentada arqueológicamente. En Inglaterra fue una práctica común entre los siglos XVII y XVIII. También se localizan en la sociedad colonial americana. En Chartres, Francia, se localizó en un muro construido con huesos datado en el siglo XVI y que correspondía a una panadería (Armitage 1989). En general son restos derivados de la actividad industrial o artesanal: carnicerías, curtidurías y la industria del cuerno o asta (Albarella, 2003). Y los restos pueden estar utilizados como material constructivo o simplemente ser el resultado del descarte. 75 Archivo Municipal de Orduña Libro de Actas 002 f.76v. En 1545 se gastan 447 maravedís en hacer el pendiz de la carnicería de la calle Zaharra. Libro de Actas 004 f. 31 En 1573 se gastan 2691 maravedís en la botica y tienda que se hizo en la casa de la carnicería vieja encima de la calle Zaharra. SILVIA CAJIGAS PANERA, DAVID MARTINEZ IZQUIERDO, FLORENCIA SAVANTI 296 BIBLIOGRAFIA Behrensmeyer, A.K. Aguirre Gandarias, S. 1978 1986 Las dos primeras crónicas de Vizcaya, Bilbao. Albarella, U. 2003 "Tawyers, tanners, horn trade and the mystery of the missing goat" The Environmental Archaeology of Industry, Symposia of the Association of Environmental Archaeology No.20, edited by Peter Murphy and Patricia Wiltshire, Oxbow Books, Oxford, pp. 71-87. Altuna, J. 1980 "Historia de la domesticación animal en el País Vasco, desde sus orígenes hasta la romanización". Munibe 31:1-163. Arizaga Bolumburu, B. 1990 Urbanística medieval. Gipuzkoa, San Sebastián. Armitage, P. 1989. The Use of Animal Bones as Building material in Post Medieval Britain. 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