VALOR PROBATORIO DE LAS ACTAS DE INSPECCIÓN DE

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VALOR PROBATORIO DE LAS ACTAS DE INSPECCIÓN DE TRABAJO
La presente Sentencia se trae a colación por su valor didáctico, donde la Sala hace una clara y precisa exposición del motivo de
suplicación al amparo del apartado a) del artículo 191 de la LPL en el que se solicita la nulidad de la sentencia por infracción de
norma procesal que ha producido real indefensión alegando vulneración del artículo 97.2 de la LPL, citado con demasiada e impropia frecuencia, alegando omisión o insuficiencia de hechos probados cuando este defecto puede y debe ser subsanado a través
del apartado b) del artículo 191 de la LPL.
Razona, después, qué medios de prueba son susceptibles de provocar una modificación de hechos probados para terminar, y es
lo más importante, analizando el valor probatorio de las actas de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, qué parte goza de
presunción iuris tantum de certeza, y qué parte del contenido está sujeto a la libre valoración judicial.
ANTECEDENTES DE HECHO:
Durante el descanso del desayuno, miembros del sindicato repartieron entre los trabajadores unos folletos explicativos sobre la
situación económica de la empresa demandada y los despidos habidos en el mes anterior. Los folletos fueron confeccionados sin
la reunión expresa del Comité de empresa. La dirección empresarial convocó a los trabajadores a sendas reuniones con el fin de
puntualizar el contenido del documento, y en la primera celebrada, tras las explicaciones de la dirección y la intervención de varios
trabajadores más la de un miembro del comité, que lo hizo en términos muy tensos, un grupo de trabajadores inició una recogida
de firmas para proceder a la sustitución del referido comité de empresa. El sindicato presentó demanda sobre tutela de derechos
fundamentales ante el Juzgado de lo Social.
TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUNYA
Sala de lo Social: Sentencia núm. 5.153 de 19.Julio.2011.
Ponente: Ilmo. Sr. Don Carlos Hugo PRECIADO DOMENECH.
Juzgado de lo Social núm. 32 de Barcelona.
Sentencia de 13.Agosto.2010: Desestimatoria de la demanda.
Normativa:
Artículo 97.2 de la LPL.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO Frente a la sentencia de instancia, que desestimó la demanda interpuesta en materia de tutela de derechos fundamentales, se alza en suplicación la Unión Sindical Obrera de Catalunya, cuyo primer motivo de recurso, correctamente amparado
en el artículo 191.a) de la Ley de Procedimiento Laboral, tiene por objeto “reponer los autos al estado en que se encontraban en el
momento de haberse infringido normas o garantías del procedimiento que hayan producido indefensión”.
En el desarrollo expositivo del motivo se afirma, en síntesis, que la sentencia resuelve de forma totalmente contraria al informe
de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, sin realizar ningún tipo de referencia al mismo, ni motivar ni fundar por qué razonamiento se apartó de tal criterio. Por ello la motivación de la sentencia es, a juicio de la parte recurrente, insuficiente y vulnera el
deber constitucional de motivación de las resoluciones judiciales.
El motivo no puede prosperar. El artículo 97.2 de la Ley de Procedimiento Laboral exige al Juzgador hacer en los antecedentes
de hecho un resumen suficiente de los que hayan sido objeto de debate en el proceso, asimismo, y apreciando los elementos de
convicción, declarar expresamente los hechos que estime probados, así como hacer referencia en los fundamentos de derecho a
los razonamientos que le han llevado a esta conclusión, además de fundamentar suficientemente los pronunciamientos del fallo.
La nulidad de actuaciones, dados los efectos dilatorios que la misma comporta, es medida excepcional, a la que sólo debe
acudirse cuando sea imprescindible hacerlo, sin que haya otro medio hábil de reparación, y para que haya lugar a ella se precisa,
entre otros requisitos, que se haya producido indefensión a la parte denunciante del defecto procesal y, en este caso, aunque es
cierto que el artículo 97.2 de la Ley de Procedimiento Laboral determina que la sentencia, dentro de los fundamentos de derecho,
ha de hacer referencia a los razonamientos que han llevado al Juzgador a declarar los hechos que estime probados, la omisión o
insuficiencia de ese razonamiento no supone indefensión para las partes, por cuanto para revisar los hechos que se declaran probados en la sentencia de instancia el recurrente ha de basarse, según dispone el artículo 191.b) de la ley procesal laboral, en las
pruebas documentales y periciales practicadas en el procedimiento, las cuales han de figurar en los autos y si están en ellos importa poco que se mencionen o no en los fundamentos de derecho de la sentencia y buena prueba de ello es que el recurrente, después, en su segundo motivo de recurso, trata de efectuar la revisión fáctica que le interesa, en base al informe de la Inspección de
Trabajo y Seguridad Social obrante en autos, sin que se lo impida el que no se haga específica referencia al mismo en los razonamientos que el Juez “a quo” ha efectuado para hacer su declaración de hechos probados. Otra cosa es que la parte logre, o no,
la revisión fáctica pretendida, pero eso depende de otros muchos factores, ninguno de los cuales es la omisión de lo que aquí se
denuncia. La doctrina del Tribunal Constitucional se refiere a la necesidad de que las sentencias contengan una motivación jurídica, es decir, “la manera en que debe inferirse de la ley la resolución judicial” o “ las consideraciones que fundamentan la subsunción del hecho bajo las disposiciones legales que aplica” (STC 13-5-1987), sin referirse a los motivos que han llevado al Juzgador
a construir esos elementos de hecho de que parte, proceso para el que puede apreciar todos los elementos de convicción puestos
a su disposición, como establece el citado artículo 97.2, pudiendo dar más valor a unos que a otros, o extraer su conclusión de una
valoración conjunta de todos ellos, como hace el Juez “a quo” en el presente caso, si bien dando especial valor a la prueba testifical. Procediendo por lo expuesto rechazar este primer motivo de recurso, por no tener trascendencia las infracciones que se denuncian y máxime cuando el artículo 24 de la Constitución diseña, como derecho del ciudadano, el de una eficaz tutela judicial y
ésta lo será tanto más cuanto más breve sea el tiempo consumido en el correspondiente procedimiento, debiendo recordarse que
la indefensión solamente se causa en el caso de que la parte no pueda corregir el defecto, o en otro trámite procesal articular y
argumentar aquéllos motivos, hechos y razones por los cuales discrepa de la sentencia recurrida.
SEGUNDO En el siguiente motivo, de revisión fáctica, al amparo del apdo. b) del artículo 191 LPL, se solicita la revisión de diversos pasajes del “factum” de la resolución recurrida.
Con carácter previo se ha de recordar que la suplicación no constituye una segunda instancia ni una apelación que permita una
revisión «ex» novo de las pruebas practicadas en el juicio sino, además y principalmente, que cualquier modificación o alteración
en el relato de hechos declarados como acreditados por el juzgador «a quo» no sólo ha de resultar trascendente a efectos de la
solución del litigio sino que, en todo caso, ha de apoyarse en concreto documento auténtico o prueba pericial que obrante en autos
patentice de manera clara, evidente y directa, de forma contundente e incuestionable el error de aquel juzgador cuya facultad de
apreciación conjunta que respecto de los «elementos de convicción» -concepto más amplio que el de medios de prueba aportados
a los autos- el art. 97.2 LPL le otorga, no puede verse contradicha ni desvirtuada por valoraciones distintas o conclusiones diversas
de parte interesada.
Dicho lo cual, se rechaza la modificación postulada para el hecho probado tercero, pues el único documento invocado para la
revisión (folios 122 y 123) no evidencia error judicial en la apreciación probatoria.
Se rechazan también las revisiones interesadas para los hechos probados cuarto, quinto y sexto, pues se fundamentan en las
declaraciones vertidas por diferentes testigos en el acto del juicio y en el informe de la Inspección de Trabajo, que son inhábiles
para revisar hechos probados en suplicación.
En efecto, las declaraciones de testigos practicadas en el juicio oral no son hábiles a efectos revisorios, siendo indiferente que
los testimonios vengan recogidos en el DVD en que se graba el juicio, que no tiene naturaleza de prueba documental o pericial,
únicas a las que el ordenamiento otorga virtualidad en suplicación, porque como reflejo de la actividad procesal en un momento
determinado, no integra ni constituye prueba documental, ya que como tiene proclamado este Tribunal en sentencias de 15 y 18
de enero de 1993 y 4 de diciembre de 2003, entre otras muchas, una cosa es el documento como medio de prueba a que se refiere el apdo. b) del artículo 191 de la Ley de Procedimiento Laboral y otra distinta la documentación en el proceso de los actos procesales. Debiendo recordarse que en nuestro ordenamiento procesal la apreciación de la fuerza probatoria de las declaraciones
testificales es libre, no sujeta a reglas jurídicas de valoración predeterminadas (art. 376 LECiv), a salvo de no apartarse de las
reglas de la sana crítica, y que, además, en el proceso laboral, la valoración de dicha prueba es de la incumbencia exclusiva del
juzgador de instancia, sin que su criterio al respecto sea susceptible de ser revisado ni enmendado en grado de suplicación. Por lo
que el juicio crítico del Juzgador de instancia sobre los meritados testimonios no puede ser impugnado por los litigantes en vía de
recurso ni, en cualquier caso, ser variado por el Tribunal “ad quem”.
En cuanto al informe de la Inspección de Trabajo, aunque es cierto que las actas de Inspección de Trabajo, según establece el
art. 53.2 del Texto Refundido de la Ley sobre Infracciones y Sanciones del Orden Social, y en igual sentido la Ley 42/2007 ordenadora de la Inspección de Trabajo y Segurida Social y el artículo 148.2 .d) LPL, están dotadas de presunción de certeza respecto de
los hechos reflejados en las mismas, y que tienen valor probatorio, salvo demostración en contrario, no es menos cierto que es
reiterada la jurisprudencia que no otorga valor de prueba privilegiada a las conclusiones adoptadas por el Inspector de
Trabajo en base a meras declaraciones testifícales; ello no obstante no implica que no deban de valorarse con las restantes pruebas practicadas, especialmente si contienen datos resultantes de observaciones directas realizadas por el funcionario; así conforme a la STS 5/10/90 “es constante la jurisprudencia -la reiteración evita su cita concreta- afirmando que las
actas de la Inspección de Trabajo no constituyen documentos eficaces de naturaleza revisoria, al tratarse de simples manifestaciones hechas por el Inspector, recogiendo declaraciones de otras personas, y a las que ningún precepto legal reconoce valor probatorio, que no pueda quedar enervado por el conjunto de prueba practicada”, o de otra manera el informe de la Inspección de Trabajo que se invoca no es por sí solo, suficiente, según una reiterada doctrina de la Sala para evidenciar la equivocación del juzgador Sentencias de 26 de febrero y 31 de mayo de 1985 (RJ 1985\2798), 24 de enero (RJ 1986\276), 5 de marzo (RJ 1986\1208) y 12
de noviembre de 1986 (RJ 1986\6679), entre otras-” (STS 10/11/88, y en términos semejantes las SSTS 12/2/90, 15/1/90, 18/12/89
[RJ 1989\9040 ], 2/11/84 [RJ 1984\5797 ], 16/4/84 [RJ 1984\2097], entre otras).
Hay que distinguir, pues, entre los hechos directamente observados por el funcionario (que obviamente no es el caso que nos
ocupa) y las declaraciones testificales, para otorgar valor a los primeros y no a los segundos, en la medida en que éstos no pueden
sustituir a la propia declaración testifical efectuada en el propio acto de juicio, sin perjuicio de la apreciación que debe hacerse de
la contradicción de declaraciones que en su caso pueda haberse producido, contradicción que no puede producirse respecto de
los hechos directamente observados, sin perjuicio de que por otros medios de prueba puedan darse otro alcance o tenor a los
mismos. No existe, pues, sin más, una prueba privilegiada incluso respecto de los meros datos de hechos objetivamente constatados, que deba de prevalecer sobre los demás medios de prueba. Las apreciaciones de pruebas testificales o declaraciones de
partes apreciadas por el funcionario actuante no pueden prevalecer sobre las que en su caso se efectúan en el acto del juicio ante
el Juez que preside el juicio oral. En el presente caso, valorando la prueba testifical practicada en el acto del juicio, el Juez de
instancia llegó a conclusiones distintas de las contenidas en el informe del funcionario actuante, y los hechos consignados en éste
no resultan de la observación directa del funcionario, sino de las manifestaciones de diversos testigos, que han quedado desvirtuadas a través de pruebas testificales practicadas en el acto del juicio, no pudiendo pretenderse que sólo pueda ser apreciable el
contenido del Acta de Inspección y las manifestaciones realizadas en la misma, pues ello sería tanto como desconocer la naturaleza misma del proceso laboral y el deber del Juez de valorar en conciencia todas las pruebas practicadas, y no sólo una, a los efectos de formar su convicción, que posteriormente será reflejada en hechos probados. Tal como por otro lado se deriva del contenido
del artículo 97.2 de la LPL. De modo tal que si en el Acta de Inspección se reflejan unas manifestaciones, y a lo largo del
procedimiento dichas declaraciones iniciales son contradichas por otros elementos de prueba, incluso por manifestaciones distintas de las partes, dicha discrepancias y contradicciones serán valoradas por el Juzgador, sin que por tanto, en
el Derecho Laboral exista una prueba plena que por su sola presencia y por su naturaleza desvirtúe el contenido del resto
del material probatorio del proceso. De forma que si ante la presencia de un Acta de Inspección, el Juez de Instancia se
negara a valorar el resto de pruebas del proceso, entonces sí nos encontraríamos ante la presencia de una evidente nulidad de actuaciones, dado que la actuación del Juzgador vulneraría el principio de valoración del conjunto de la prueba,
tal como se deriva del contenido del artículo 97.2 de la LPL, antes citado. Consideraciones que sobre la ineficacia revisoria del acta de Inspección determinan finalmente la desestimación de este segundo motivo suplicatorio.
TERCERO En el último motivo, al amparo del apdo. c) del artículo 191.c) LPL, se alega que la sentencia del Juzgado se aparta de la línea jurisprudencial del TS y del TC, pues los hechos probados contienen calificaciones predeterminantes del fallo, sin
diferenciar lo que es una motivación de hecho y una motivación jurídica, anticipando la sentencia conceptos jurídicos que prejuzgan el fallo (STS 7-7-1986).
El motivo no puede prosperar. Estas cuestiones son ajenas al ámbito del apdo. c) del articulo 191 LPL, pues tal cauce impugnatorio sólo permite la cita de las normas sustantivas o de la jurisprudencia aplicables para resolver la cuestión de fondo, lo que
excluye la invocación de vicios de la sentencia (falta de motivación, pretederminación del fallo), cuya hipotética vulneración debe
plantearse y es susceptible de análisis por la vía del apdo. a) del citado art. 191 LPL, remitiéndose la Sala a lo expuesto en el primer fundamento al constestar al motivo de nulidad, sin que por otra parte, dicho sea a los meros efectos diálecticos, el relato histórico de la instancia contenga concepto o calificación jurídica que anticipe el sentido del fallo, ni juicios de valor o conclusiones valorarativas; y en el caso de que fuera así, ello no daría lugar a la nulidad de la sentencia, sino a que la expresión predeterminante se
tuviera por no puesta.
Se impone por todo lo expuesto la desestimación del recurso y la plena confirmación de la sentencia recurrida
VISTOS los preceptos legales citados, sus concordantes y demás disposiciones de general y pertinente aplicación.
FALLAMOS
Que desestimando el recurso de suplicación interpuesto por Unión Sindical Obrera de Catalunya contra la sentencia de fecha
20 de enero de 2011, dictada por el Juzgado de lo Social de Tortosa, en autos núm. 379/09, seguidos a instancia del recurrente
contra la empresa M. Alimentació Grup, S.A., con intervención del Ministerio Fiscal, sobre tutela de la libertad sindical, debemos
confirmar y confirmamos en su integridad la resolución recurrida. Sin costas.
Notifíquese esta resolución a las partes y a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, y expídase testimonio que
quedará unido al rollo de su razón, incorporándose el original al correspondiente libro de sentencias.
La presente resolución no es firme y contra la misma puede interponerse Recurso de Casación para la Unificación de Doctrina,
para ante la Sala de lo Social del Tribunal Supremo, el cual deberá prepararse mediante escrito con la firma de Abogado y dirigido
a ésta Sala en donde habrá de presentarse dentro de los diez días siguientes a la notificación, con los requisitos establecidos en
los números 2 y 3 del Art. 219 de la Ley de Procedimiento Laboral.
Así mismo, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 227 y 228 del Texto Procesal Laboral, todo el que sin tener la condición de trabajador o causahabiente suyo o beneficiario del régimen público de la Seguridad Social o no goce del beneficio de
justicia gratuita, intente interponer Recurso de Casación para la Unificación de Doctrina, consignará como depósito la cantidad de
300 euros en la cuenta de consignaciones que tiene abierta esta Sala, en El Banco Español de Crédito –Banesto–, Oficina núm.
2015, sita en Ronda de Sant Pere, nº 47, Nº 0965 0000 66, añadiendo a continuación los números indicativos del recurso en este
Tribunal.
La consignación del importe de la condena, cuando así proceda, se efectuará en la cuenta que esta Sala tiene abierta en Banesto (oficina indicada en el párrafo anterior), Nº 0965 0000 80, añadiendo a continuación los números indicativos del Recurso en
este Tribunal, y debiendo acreditar el haberlo efectuado, al tiempo de preparar el recurso en esta Secretaría.
Así por nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
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