DITAME NÚM. 246/12 Asunto: Resolución del contrato suscrito entre el Ayuntamiento de Miño y la entidad M., S.A., para el desarrollo urbanístico del sector de suelo urbanizable núm. 1, para la implantación de una actuación de uso residencial y un campo de golf. Procedencia: Ayuntamiento de Miño (A Coruña). Aprobación: 11 de julio de 2012. Ponente: Conde-Pumpido Tourón. Letrado: López Corral. ANTECEDENTES 1.- Con fecha 01.12.2011 el Ayuntamiento de Miño y la entidad mercantil M., S.A., otorgaron contrato administrativo para el desarrollo urbanístico del sector de suelo urbanizable número 1, por el sistema de expropiación, para la implantación de una actuación de uso residencial y un campo de golf. 2.- La subscripción de este contrato, que tiene como antecedente otro de igual denominación y objeto que había sido adjudicado a M., S:A. nueve años antes, y a cuyo amparo se ejecutó la mayor parte del desarrollo urbanístico aludido, se ordena, como se verá, la ejecución de la sentencia 198/2006, de 10 de marzo, de la Sala de lo Contencioso-Administrativo (Sección 2ª) del Tribunal Superior de Justicia de Galicia; resolución judicial firme una vez desestimado, por sentencia del Tribunal Supremo de 19 de julio de 2010, el recurso de casación núm. 118/2006, que pendía frente a la misma. En efecto, la sentencia de que se trata, estimando parcialmente el recurso contencioso-administrativo interpuesto por diferentes interesados en el expediente expropiatorio, anulaba el acuerdo adoptado, con fecha 10.05.2002, por el Pleno del Ayuntamiento de Miño, en lo relativo a la elección del sistema de actuación para el desarrollo del Sector de Suelo Urbanizable número 1, al carecer de la necesaria cobertura del Plan General, dado que este aún no había sido aprobado definitivamente, extendiendo igual efecto anulatorio al acto por el que se aprobaba el 1 Pliego de Cláusulas Administrativas Particulares (PCAP), adoptado en la misma sesión, así como el acuerdo de adjudicación del contrato, adoptado por el Pleno el 08.08.2002. Por el contrario, el recurso resulta desestimado en cuanto se refiere a la aprobación del sistema de actuación por expropiación, prevista en el Plan General aprobado definitivamente en la misma sesión de 08.08.2002, sistema cuya elección por el planeamiento se considera ajustada a derecho, e igual se desestima en lo que atañe a la impugnación del acto de aprobación definitiva del Plan Parcial, adoptada en sesión plenaria de 23.05.2003. 3.- Una vez firme la referida sentencia, en orden al cumplimiento de su fallo, se solicitó informe a los servicios jurídicos de la Diputación de A Coruña, que fue emitido el 21.07.2011, y en el que se razona que la legalización de la expropiación como sistema de actuación, recogida en el nuevo PGOM, permite dictar un nuevo acuerdo de aprobación de los pliegos y de la adjudicación al único licitador presentado al concurso. Siguiendo el referido criterio, el Pleno del Ayuntamiento, en sesión extraordinaria de 12.09.2011 acordó: “… Primero.- Aprobar el pliego de cláusulas administrativas particulares que habrá de regir el concurso para adjudicar, por procedimiento abierto, el desarrollo urbanístico del sector de suelo urbanizable núm. 1, por el sistema de expropiación, para la implantación de un actuación de uso residencial y un campo de golf, y adjudicar la concesión administrativa para el desarrollo urbanístico del sector de suelo urbanizable núm. 1 del Plan General de Ordenación Municipal a la empresa M., S.A., de acuerdo con las condiciones señaladas en su oferta y en el pliego de cláusulas administrativas particulares y de prescripciones técnicas, declarando expresamente la conservación, ex art. 66 LRJPAC de los actos de trámite anteriores que integran el expediente de contratación, habida cuenta de que el contenido de los mismos se hubiera mantenido igual de no haberse cometido la infracción. Segundo.- Notificar el presente acuerdo a la empresa adjudicataria, M., S.A., con indicación de los recursos pertinentes, y requerirle para la formalización del contrato en documento administrativo, que deberá tener lugar en el plazo máximo de 30 días naturales, a contar desde el día siguiente a la notificación de la adjudicación, 2 así como publicar la adjudicación de la concesión administrativa para el desarrollo urbanístico del sector de suelo urbanizable núm. 1 del Plan General de Ordenación Municipal a la empresa M., S.A. en el BOP y en el perfil de contratante. Tercero.- Notificar el presente acuerdo a la Sala do Contencioso Administrativo (sección segunda) del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, a los efectos de que se tenga por ejecutada la sentencia…”, 4.- En el proceso de ejecución del referido acuerdo se pusieron de manifiesto diferencias entre las partes, al considerar M., S.A. que resultaba innecesaria la subscrición de un nuevo contrato, siendo suficiente con la confirmación del primitivo vínculo contractual. Tales diferencias fueron finalmente resueltas por la Administración conforme al criterio expresado en un nuevo informe de los servicios jurídicos de la Diputación Provincial, de 17.10.2011, que concluye afirmando la necesidad de firmar un nuevo contrato, al entender que el anterior, como consecuencia de la nulidad de la adjudicación, también devino nulo. El informe sostiene que, por lo contrario, no será necesario reiterar otros trámites que, como la acreditación del empresario de encontrarse al corriente en el cumplimiento de los deberes tributarios y de seguridad social, ya que forman parte de los actos objeto de conservación, por ser anteriores al acuerdo de adjudicación en su día anulado. El contrato administrativo se formalizó el 1 de diciembre de 2011. 5.- Después de los informes jurídicos conjuntos de la secretaria del ayuntamiento y del asesor jurídico, y de los servicios técnicos municipales, por decreto de la Alcaldía de 18.01.2012, y con invocación de lo establecido en el apartado II) de la cláusula décimo tercera del PCAP, se requirió a M., S.A. para que, en el plazo de quince días hábiles, y “bajo apercibimiento de adoptar las medidas que en derecho procedan”, constituyera garantía por el importe del precio justo reconocido en vía judicial a favor de los expropiados que recurrieron el fijado en vía administrativa, que ascendería, según el informe emitido por los servicios técnicos municipales, a 16.467.942,25€ de capital (incluyendo el 5% de afección), y 4.921.402,75€ de intereses, totalizando 21.389.345,00€. Dicho plazo transcurrió sin que tal garantía se hubiera constituido, si bien M., S.A. por escrito presentado el 05.03.2012, reiteró la oferta para la formalización de 3 dicha garantía sobre determinados activos, que ya había presentado al ayuntamiento en el mes de mayo de 2011, sin que hubiera obtenido respuesta por parte de este. A la vista del referido escrito, previo informe conjunto de la secretaría general y del asesor jurídico, en el que se consideran inadecuadas las garantías ofrecidas, por no ajustarse a ninguna de las formas previstas en la Ley de contratos del sector público ni en el PCAP, por oficio de la alcaldía de 09.03.2012 se requirió a M., S.A., para que procediera a la constitución de la garantía requerida de acuerdo a las referidas previsiones. M., S.A. dio respuesta a tal requerimiento, alegando cuanto consideró oportuno, mediante escrito de fecha 30.03.2012. A propuesta de la alcaldía, después de los informes conjuntos de la Secretaría municipal y del asesor jurídico del ayuntamiento, y de la Intervención municipal, y dictamen favorable de la Comisión de Asuntos Generales, el Pleno, en sesión extraordinaria de fecha 13.04.2012, adoptó el siguiente acuerdo: “… 1º.- Desestimar las alegaciones formuladas por M., SA al requerimiento de Alcaldía de fecha 09.03.2012 para la constitución de garantías del pago del justiprecio. 2°.- Iniciar expediente de resolución del contrato suscrito entre el Ayuntamiento de Miño y M., S.A. para el desarrollo urbanístico del sector de suelo urbanizable número 1, por el sistema de expropiación, para la implantación de una actuación de uso residencial y un campo de golf, por causas imputables al contratista, proponiendo la incautación de las garantías prestadas (tanto de los avales bancarios para responder de los gastos de urbanización y de la ejecución del tablero de paso superior en AP 9 P.K. 17 +200 E, así como del derecho real de hipoteca constituido sobre las parcelas VP-5, CO, GS, CG-1 y CG-2 para responder del incremento del justiprecio expropiatorio) motivado por la concurrencia del siguiente motivo de resolución: El incumplimiento de una obligación contractual esencial consistente en la no prestación de la garantía para avalar la diferencia entre el justiprecio ya abonado a los expropiados y el fijado por el TSJ de Galicia, puesto que dicha garantía tiene como objeto garantizar el derecho de cobro de los expropiados, constituyendo la falta de prestación de la misma una causa de resolución contractual expresamente prevista en el 206 de la LCPS, y en propio pliego de cláusulas administrativas particulares que dispone en la cláusula vigésimo novena apartado e) como causa de resolución del contrato cualesquiera de las causas previstas legal o reglamentariamente. En este caso la no prestación por M., S.A. de las garantías requeridas ha de considerarse un 4 incumplimiento objetivo de una obligación esencial que, por su indudable trascendencia, impide alcanzar el fin del contrato y debe llevar, por tanto, a la resolución del contrato por causa imputable al contratista, con los efectos que le son propios. Todo ello sin perjuicio de que si en el curso del procedimiento de resolución y, en particular, durante el periodo de audiencia que se confiera al contratista, llegasen a prestarse las garantías exigidas, pueda dejarse sin efecto el procedimiento de resolución contractual…”. En el mismo acuerdo (punto 7) se declara la procedencia de incoar simultáneamente al procedimiento de resolución contractual el expediente para la declaración de prohibición de contratar, aprobándose inicialmente la liquidación de los daños y perjuicios derivados de la resolución contractual (punto 8). De este acuerdo se dio traslado al contratista y a las entidades avalistas, con apertura de trámite de audiencia en el que el primero presentó alegaciones el 04.05.2012, formalizando su oposición al acuerdo de iniciación del expediente de resolución del contrato por causa imputable al contratista. Además, y mediante escrito independiente, presentado el 7 del incluso mes, formuló alegaciones respecto de la aprobación inicial de la liquidación de los daños y perjuicios que el Ayuntamiento entiende se deriva de la resolución contractual, mostrando su disconformidad con esta y solicitando se dejara sin efecto. Las referidas alegaciones fueron objeto de nuevo informe conjunto de la secretaria municipal y el asesor jurídico, de fecha 11.05.2012, en el que se formula, además, como “propuesta de acuerdo para su remisión al Consejo Consultivo de Galicia”, la siguiente propuesta de resolución: “…Primero.- Resolver el contrato suscrito entre el Ayuntamiento de Miño y M., S.A. para el desarrollo urbanístico del sector de suelo urbanizable número 1, por el sistema de expropiación, para la implantación de una actuación de uso residencial y un campo de golf, por causas imputables al contratista, motivado por la concurrencia del siguiente motivo de resolución: El incumplimiento de una obligación contractual esencial consistente en la no prestación de la garantía, a pesar de los reiterados requerimientos, para garantizar la diferencia entre el justiprecio ya abonado a los expropiados y el fijado por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, puesto que dicha garantía tiene como objeto garantizar el derecho de cobro de 5 los expropiados, constituyendo la falta de prestación de la misma una causa de resolución contractual expresamente prevista en el 206 g) de la LCPS, y en propio pliego de cláusulas administrativas particulares que dispone en la cláusula vigésimo novena apartado e) como causa de resolución del contrato cualesquiera de las causas previstas legal o reglamentariamente. En este caso la no prestación por M., S.A., de las garantías considerarse un incumplimiento objetivo de una obligación esencial que por su indudable trascendencia, impide alcanzar el fin del contrato y debe llevar, por tanto a la resolución del contrato por causa imputable al contratista, con los efectos que le son propios. Segundo.- Delegar en el Sr. alcalde-presidente, don J. A. M. B., cuantas actuaciones se deriven en relación a la resolución del contrato incluida la incautación de las fianzas y la ejecución del derecho real de hipotecas constituida sobre las parcelas VP-5, CO, GS, CG-1 y CG-2 para responder del incremento del justiprecio expropiatorio. Tercero.- Concluso el expediente de reconocimiento de causa de prohibición para contratar con las formalidades establecidas en el art. 50 de la Ley 30/2007, de 30 de octubre y artículos 17 y siguientes del RD. 1098/2001, de 12 de octubre, que se ha incoado simultáneamente con el expediente de resolución del contrato por causa imputable al contratista, y resultando que la incoación del expediente ha sido notificada al contratista concediéndole el trámite de audiencia, formulando las pertinentes observaciones que han de ser desestimadas, toda vez que procede resolver el contrato por causa imputable contratista, procede declarar que el contratista M., S.A. no podrá en ningún caso contratar con el Ayuntamiento de Miño durante un periodo de cinco años a contar desde la fecha de la notificación del correspondiente acuerdo. Cuarto.- Solicitar al Ministerio de Hacienda que procede a la extensión de la declaración de no poder contratar con la Administración con carácter general a todas las Administraciones Públicas. Quinto.- Aprobar definitivamente la liquidación de daños y perjuicios, derivados de la resolución contractual, a favor del Concello de Miño, que según los informes técnicos y jurídicos obrantes en el expediente ascienden a las cantidades que se indican a continuación: (…) 6 4°.- Los daños y perjuicios derivados del abono del justiprecio expropiatorio pendiente de pago a los expropiados en el ámbito, de acuerdo con el importe fijado definitivamente por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, al tener que subrogarse el Ayuntamiento de Miño en la posición de la beneficiaria de la expropiación, y que según el informe emitido por los servicios técnicos municipales asciende a la cantidad de 13.825.470,83 euros, cantidad a la que habrán de añadirse los correspondientes intereses, los cuales se liquidarán definitivamente en el momento del pago, si bien puede señalarse a título provisional, y sin perjuicio de ulterior liquidación, que los mismos ascienden a la cantidad de 4.792.414,01 euros a fa fecha de 11 de mayo de 2012, teniendo en cuenta que para el cálculo de los intereses se ha tomado como dato de referencia la fecha promedio de las actas de ocupación y pago de los terrenos expropiados (30.06.2004), aplicándose al principal (13.825.470,83) el correspondiente interés hasta el 11.05.2012. 5º.- El importe del canon pendiente de abono que, según informe obrante el expediente, asciende a la cantidad de 204.045,80 euros, con el que ha de correr la empresa concesionaria, toda vez que por el estado de desarrollo del ámbito, prácticamente finalizado, no es posible volver a sacar a licitación su desarrollo urbanístico y en su consecuencia obtener el precitado canon. De dichos importes deberá descontarse el importe de los avales bancarios, por lo que el importe total de la liquidación de daños y perjuicios a ingresar asciende a la cantidad 19.180.941,51 €, sin perjuicio de que la cuantificación definitiva de los intereses correspondientes al pago del justiprecio se efectúe en el momento en que se verifique el pago a los expropiados. Sexto.- Elevar esta propuesta de resolución contractual por incumplimiento por parte del concesionario, M., S.A., al Consejo Consultivo de Galicia, dando cuenta de la misma al pleno de la corporación municipal…”. 6.- El expediente de razón fue remitido, para preceptivo dictamen de este Consejo Consultivo de Galicia, por el señor alcalde del Ayuntamiento de Miño, y tuvo entrada en este organismo con fecha 16 de mayo de 2012, acordándose prorrogar el plazo para su emisión, por un mes más, en sesión que tuvo lugar el día 13 de junio de 2012. 7 7.- Los demás antecedentes se deducen del contenido del dictamen. CONSIDERACIONES Primera.- Versa el presente dictamen sobre la propuesta de resolución de un contrato administrativo para el desarrollo urbanístico del sector de suelo urbanizable número 1, por el sistema de expropiación, suscribir entre el Ayuntamiento de Miño y la entidad adjudicataria M., S.A. El Consejo Consultivo de Galicia es competente para la emisión del dictamen a tenor de lo establecido en el artículo 11, h) y 15.2 de su norma reguladora, Ley 9/1995, de 10 de noviembre, y en el artículo 17.1, c) de su reglamento, aprobado por el Decreto 282/2003, de 22 de mayo, por concernir el expediente a la resolución de un contrato administrativo. Tal competencia resulta, además, de la concordancia de dichas normas con el artículo 195.3 de la Ley 30/2007, de 30 de octubre, de contratos del sector público, que establece el preceptivo dictamen del Consejo de Estado u órgano consultivo equivalente de la comunidad autónoma en los casos de interpretación, nulidad y resolución de los contratos, cuando se formule oposición por parte del contratista, supuesto que concurre en el presente expediente, pues a través del escrito de alegaciones firmado por la adjudicataria del contrato, se manifiesta la disconformidad con la causa de resolución que sirve de fundamento al presente expediente. La competencia de este Consejo Consultivo se reconoce, igualmente, en el artículo 321.3, a) de la Ley autonómica 5/1997, de 22 de julio, de Administración local de Galicia. Segunda.- En lo concerniente a los requisitos formales exigibles en la tramitación del expediente, se constata que obran en lo actuado los informes de la Secretaría e Intervención, exigidos por el artículo 321.2 de la Ley 5/1997, de Administración local de Galicia, así como el cumplimiento de los trámites que garantizan la necesaria contradicción propia de los procedimientos de esta naturaleza, es decir, el reproche 8 del incumplimiento contractual, dirigido al contratista, por parte del órgano de contratación o el órgano que instruya el expediente de resolución contractual. Si bien es cierto que, como alega la empresa, el acuerdo de iniciación del procedimiento es defectuoso en tanto no concreta la causa de resolución, de entre las enumeradas en el artículo 206 LCSP, que se considera aplicable, esta se deduce con facilidad de la propia descripción del motivo de resolución apreciado, que no es otro que el incumplimiento de un deber contractual considerado esencial, como tal reconducible a la causa de resolución de la letra g) del referido artículo. Así se concreta, por otra parte, en la ulterior propuesta de resolución objeto de nuestro análisis. Dado que en el trámite de audiencia concedido a la empresa y a las entidades avalistas el contratista así lo entendió, formulando las alegaciones que tuvo por conveniente para tal eventualidad, la anterior circunstancia no impide proseguir el análisis del expediente en orden a la emisión del dictamen solicitado. Resulta, por otra parte, que con el informe emitido conjuntamente por la secretaria general y el asesor jurídico con fecha 11.05.2012, en el que figura la propuesta de resolución objeto de este dictamen, se incorporaron al expediente, determinados documentos cuya aportación, por elementales exigencias del principio de contradicción, y en orden a evitar la indefensión de los interesados, deberían figurar en las actuaciones con anterioridad al trámite de audiencia. Esta circunstancia podría haber fundado un acuerdo de devolución del expediente, sin emisión y dictamen, para la emenda del defecto aludido; esto máxime toda vez que entre tales documentos figura copia de las sentencias 81/2011, de 31 de marzo, recaída en procedimiento ordinario 17/05, del Juzgado de lo Contencioso Administrativo núm. 2 de A Coruña, y 185/2012, de 22 de febrero de 2012 del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, que desestima el recurso de apelación 7080/2011, interpuesto por el Ayuntamiento de Miño contra la primera. La Administración sustenta en las referidas sentencias parte de la argumentación que sirve de fundamento al ejercicio de la potestad resolutoria, motivo por el que M., S.A.. solicitó expresamente, en su escrito de alegaciones al acuerdo de iniciación del procedimiento, que se le diese traslado de ellas, pues, a pesar de que estas resultan “de obligada cita”, según se afirma en dicho acuerdo, la empresa afirma desconocerlas, dado que no fue emplazada, ni parte, en el referido proceso, ni le fueron notificadas tales resolución judiciales. 9 No obstante, vistas las alegaciones formuladas por la representación de la referida mercantil en relación con este extremo, así como el hecho de que, en ningún caso, los documentos irregularmente incorporados al expediente después del trámite de audiencia introducen nuevos elementos que pudieron haber sido relevantes en perjuicio de la posición jurídica de la adjudicataria, por razones de eficiencia y celeridad, y al fin de contribuir, dentro de lo posible, a la consecución del interés público mediante la más rápida resolución de este asunto, se opta por la emisión del dictamen solicitado. Tercera.- Entrando, pues, en las cuestiones de fondo que presenta el expediente analizado, es preciso recordar que, conforme ya se ha señalado en los antecedentes, la Administración imputa al contratista el incumplimiento culpable de un deber contractual que se considera esencial y que consiste, en términos de la propuesta de resolución analizada, “en la no prestación de la garantía para avalar la diferencia entre el justiprecio ya abonado a los expropiados y el fijado por el TSJ de Galicia”. El contrato, aunque suscrito el 01.12.2011, fue adjudicado el 12.09.2011, quedando perfeccionado desde esta fecha, como prevé el artículo 27.1 de la LCSP, marco legal en el que el contrato se va a llevar a efecto, lo que no es, por lo demás, objeto de controversia. Es necesario, por consiguiente, determinar, en primer término, si, dentro de ese marco normativo, y tal y como sostiene el ayuntamiento, el deber cuyo incumplimiento invoca el ayuntamiento debe reputarse de esencial y, como tal, susceptible de atar la resolución del contrato. El requisito de la esencialidad del deber infringida, como presupuesto para el ejercicio de la potestad resolutoria, de larga tradición jurisprudencial, constituye un concepto jurídico indeterminado que sólo el examen de las circunstancias permitirá concretar en un determinado supuesto. Incorporado expresamente a nuestro derecho positivo por la Ley 13/1995, de 18 de mayo, de contratos de las administraciones públicas, es necesario señalar que, como novedad con respecto a la regulación precedente, la LCSP, artículo 206 g), añadió un nuevo requisito a la configuración normativa de esta causa de resolución, al 10 precisar que los deberes contractuales esenciales cuyo incumplimiento puede llevar asociado el aludido efecto resolutorio, deberán figurar “calificadas como tales en los pliegos o en el contrato”, circunstancia esta que, definitivamente, no concurre en las previsiones que los pliegos o el contrato dedican al deber de constitución de la garantía aquí analizada. En efecto, en lo que concierne a los deberes que para el adjudicatario se derivan del proyecto de expropiación, el contrato suscribito con fecha 01.12.2011 se limita (cláusula cuarta) a una remisión a lo previsto en el PCAP, “singularmente al pago del justiprecio y a la prestación de las garantías para garantizar el pago del mismo”, pero en ningún momento califica tales deberes de esenciales, como tampoco lo hace el PCAP, ni en la cláusula decimo tercera, II) al regular la garantía de que se trata, ni en ningún otro lugar. Ciertamente, la necesidad de tal calificación expresa no existía cuando el pliego fue aprobado, bajo la vigencia del texto refundir de la Ley de contratos de las administraciones públicas, pero nada explica que, de considerar la Administración que la constitución de la garantía del pago del justo precio era una garantía esencial, no se hizo constar esa circunstancia en el contrato redactado ex novo, lo que habría permitido a la adjudicataria, en ese momento, manifestar su posición al respecto y ejercitar, de ser el caso, las acciones oportunas. La mención expresa de ese extremo resultaba imprescindible por expreso mandato legal pues, de acuerdo al artículo 26 LCSP, “salvo que ya se encuentren recogidas en los pliegos”, los contratos administrativos deberán incluir necesariamente, entre otras menciones, “j) los supuestos en que procede la resolución” (entre ellos, por tanto, los deberes que deben considerarse como esenciales a estos efectos). Pero es que además, el PCAP al que se remite el contrato tampoco permite sustentar que el incumplimiento de este deber pueda traer consigo la resolución del contrato. Antes al contrario, el único incumplimiento que el pliego señala, en la cláusula vigésimo novena, punto 3, letra b), como causa de resolución es el incumplimiento del deber, principal, del pago del justo precio. Así, será causa de resolución: 11 “El incumplimiento de la obligación de efectuar (…) el pago a los expropiados del justiprecio de los bienes y derechos afectados, y los intereses correspondientes, en la cuantía, plazos y condiciones que resulten de las resoluciones declarativas de estas indemnizaciones o de las que se dicten en ejecución de aquéllas”. El incumplimiento del deber de pago del justo precio, y no el de la constitución de la garantía de ese deber, es el único que, en las previsiones del pliego a que el contrato se remite, puede fundar la resolución. Pero no es esa causa de resolución invocada ni consta, por lo demás, que tal incumplimiento se haya producido. Cuarta.- No cabe, por lo que se acaba de señalarse, afirmar con sustento en los pliegos o en el contrato que el deber cuyo incumplimiento se predica tenga carácter esencial. Pero, aun para la hipótesis de que así fuera, y para que la resolución del contrato comportara los efectos de la pérdida de la garantía y la indemnización, como aquí se pretende, sería necesario acreditar, además, que concurre incumplimiento culpable del contratista, como resulta del artículo 208.4 LCSP. Pues bien, en lo que se refiere a este capital aspecto, bien puede decirse que la propuesta de resolución analizada, como el expediente cuya tramitación la precede, carece de todo elemento probatorio que permita concluir que el incumplimiento del deber de garantía obedezca a culpa del contratista. En efecto, como consta en el expediente, M., S.A. ofertó al ayuntamiento, en el mes de mayo de 2011, la constitución de garantías inmobiliarias sobre unas concretas parcelas, para hacer frente a los deberes derivados de la determinación del justo precio de la expropiación, sin obtener respuesta alguna a tal oferta. El Ayuntamiento pretende ahora que las garantías ofertadas no se ajustan a las exigencias legales, pero sin aportar una argumentación finalizada y que permita explicar el hecho de que la Corporación ya había aceptado, en el año 2008, la constitución de garantías de la misma naturaleza, que además se apresta a ejecutar, según prevé la propuesta analizada. Para esto invoca la sentencia 81/2011 del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo núm. 2 de A Coruña, ratificada por la dictada en el recurso de apelación 7080/2011 por el Tribunal Superior de Justicia de 12 Galicia, a la que ya se ha hecho referencia en la consideración segunda, en la que se declara el deber de M., S.A. de constituir aval suficiente por la diferencia entre la valoración contenida en el expediente en el proyecto de expropiación aprobado y el total de la hoja de aprecio presentada por cada afectado. Pero, con independencia de la defectuosa manera en que fueron incorporadas al expediente, lo cierto es que tales sentencias, además de referirse a supuestos de hecho carentes de plena coincidencia con el que nos ocupa, son de por sí inaplicables al contrato cuya resolución se pretende. Evidentemente, cuando resolvió adjudicar el contrato, el ayuntamiento no podía desconocer la situación de la adjudicataria, sujeta a los términos del Convenio de Acreedores aprobado por sentencia del Juzgado de lo Mercantil núm. 1 de A Coruña de 11.03.2011. Así lo señala M., S.A. en su escrito de 30.03.2012, en el que da contestación al oficio de la alcaldía de 09.03.2012 por el que se le requiere para que proceda a constituir la garantía de que se está a tratar, manifestando que “el Concello conocía perfectamente, tanto en el momento de dictar su resolución de 12 de septiembre como en el de firmar el contrato, el 1 de diciembre, cuáles eran los activos que M., S.A., aportaría como garantía: exactamente los que se le habían comunicado a través del registro general de la Corporación, siendo manifiesto y públicamente conocido que la promoción no contaba, ni cuenta, con activos suficientes libres de carga para poder cubrir el diferencial que ahora se le reclama”. Si como además señala el contratista, y la Administración no niega, en el proceso de negociación del nuevo contrato siempre estuvo presente que las garantías de posible aportación serían justo las que vienen de citarse, es obvio que la pretensión de atribuir la culpa del contratista el presunto incumplimiento de ese supuesto deber esencial, susceptible de determinar la resolución del contrato, carece por completo de fundamento. La única responsabilidad que resultaría acreditada, por lo tanto, en este contexto, es la de la propia Administración contratante, que, como actuaciones preparatorias del contrato, pudo y debió, si tal era su intención, comprobar que las condiciones de solvencia de la empresa le permitían hacer frente a este deber en los términos en que, ya después de suscribir el contrato, le fue exigida. Pero lo que en ningún caso cabe aceptar, sin lesión de la buena fe contractual y de la confianza legítima generada en el contratista, es que en un primer momento, la 13 Administración resuelva adjudicar el contrato, sin hacer constar en él, como era obligado, el carácter esencial de esta garantía, y, posteriormente, conociendo las limitaciones derivadas del convenio de acreedores, pretenda calificar como culpable el incumplimiento del contratista, sin siquiera acreditar que este se encuentra en condiciones de hacer frente a tal deber, y de hacerlo, además, en los estrictos y discutibles términos en que le es exigida, particularmente rechazando las garantías inmobiliarias ofrecidas. Quinta.- En definitiva, el ejercicio de la potestad resolutoria del vínculo contractual, con base en el incumplimiento a que se refiere la propuesta, carece por completo de fundamento por lo que debe ser dictaminada desfavorablemente. No cabe olvidar por otra parte que la decisión de proceder la una nueva adjudicación, se adoptó, entre otras posibles, como la solución más idónea para el debido cumplimiento y ejecución de la sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia el 10.03.2006, y, por tanto, en el entendimiento de que tal era la mejor, entre las opciones consideradas, para garantizar el interés público. Justamente es la preservación del interés público lo que justifica, de ser el caso, el ejercicio de la potestad de resolución, pero también lo que impide que cualquier infracción del régimen del contrato por parte del contratista venga a ser determinante de su obligada extinción, debiendo recordarse que tanto la jurisprudencia como la doctrina de los órganos consultivos se inclina por pronunciarse a favor de la continuidad de los contratos por ser esa la solución que mejor defiende el interés público a cuya consecución los contratos administrativos se orientan. Hace falta advertir, finalmente, que la utilización de la potestad resolutoria para conseguir otras finalidades distintas de las previstas por el ordenamiento, como pudiera ser la alteración de la prelación de los créditos frente a la adjudicataria, en beneficio de los interesados en el expediente expropiatorio vinculado a esta actuación, haría incurrir a dicho acto, cuando menos, en desviación de poder determinante de su anulabilidad, exponiendo a la Administración de dicho ayuntamiento a consecuencias de índole tanto jurídica cómo económica, cuya ponderación no considera el expediente analizado. 14 CONCLUSIÓN Por todo lo anteriormente expuesto, el Pleno del Consejo Consultivo de Galicia, por unanimidad de sus miembros presentes con pleno derecho a voto, dictamina: “Que informa desfavorablemente la propuesta de resolución a la que el presente expediente se refiere”. 15