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“2013 – AÑO DEL BICENTENARIO DE LA ASAMBLEA GENERAL
CONSTITUYENTE DE 1813”
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección general de Publicaciones
VERSION PRELIMINAR SUJETA A MODIFICACIONES UNA VEZ
CONFRONTADO CON EL EXPEDIENTE ORIGINAL
(S-2073/13)
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados …
ARTÍCULO 1º.- Incorpórese al Titulo VII, Delitos contra la Seguridad
Pública, Capitulo II, Delitos contra la Seguridad del tránsito y de los
medios de transporte y comunicación del Código Penal, el artículo 193
ter conforme al siguiente texto:
Artículo 193 ter.- Será reprimido con prisión de uno a seis años, el que
destruyere, inutilizare, dañare, sustrajere, removiere, alterare, o
pusiere fuera de funcionamiento carteles, señales viales u otra
infraestructura vial que estuviere al servicio de la seguridad del
tránsito.
ARTÍCULO 2º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Ada Iturrez de Cappellini. –
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
A partir de la promulgación de la ley 26.363 que actualizó y mejoró la
Ley de Tránsito 24.449 y creó la Agencia Nacional de Seguridad Vial,
el Poder Ejecutivo ha encarado políticas públicas en materia de
seguridad vial y ha intensificado la labor de fiscalización con aquellas
provincias que se han comprometido en esta tarea.
Sin lugar a dudas se han encarado numerosas acciones con el
objetivo de lograr la seguridad vial.
A modo de ejemplo, podemos mencionar las permanentes campañas
publicitarias para mostrar las consecuencias del obrar imprudente en
el tránsito y se difunden, cada vez con mayor intensidad, las
campañas de concientización.
Vialidad Nacional trabaja constantemente en la identificación y
eliminación de los “puntos negros” de la red vial.
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Algunas jurisdicciones provinciales han adherido plenamente a la ley
de tránsito, lo que ha permitido aumentar los recursos humanos y
técnicos para incrementar los controles viales.
El objetivo central de este proyecto es la modificación de la normativa
penal aplicable para que su efecto disuasivo pueda contribuir a
disminuir la cantidad de siniestros viales, incorporando a nuestro
Código Penal las conductas que atentan contra la seguridad vial.
La incriminación actual persigue evitar el hurto y el daño a los bienes
librados a uso general, mientras que esta iniciativa tiene como objeto
incriminar la conducta que atenta contra la seguridad vial con penas
acordes al bien afectado.
LA SITUACION ACTUAL EN EL CODIGO PENAL
El artículo 183 del Código Penal, ubicado en el Titulo VI, Delitos contra
la Propiedad, indica que “Será reprimido con risión de quince días a un
año, el que destruyere, inutilizare, hiciere desaparecer o de cualquier
modo dañare una cosa mueble o inmueble o un animal, total o
parcialmente ajeno, siempre que el hecho no constituya otro delito
más severamente penado.
En la misma pena incurrirá el que alterare, destruyere o inutilizare
datos, documentos, programas o sistemas informáticos; o vendiere,
distribuyere, hiciere circular o introdujere en un sistema informático,
cualquier programa destinado a causar daños”.
Agregando el art. 184 inc.5° que “…la pena será de tres meses a
cuatro años de prisión, si mediare cualquiera de las circunstancias
siguiente: inc.5. ejecutarlo en archivos, registros, bibliotecas, museos o
en puentes, caminos, paseos u otros bienes de uso público; o en
tumbas, signos conmemorativos, monumentos, estatuas, cuadros u
otros objetos de arte colocados en edificios o lugares públicos; o en
datos, documentos, programas o sistemas informáticos públicos”.
Así, la jurisprudencia soslaya de manera tangencial lo especificado en
el punto que antecede al indicar:
“Cuando el art.184,inc 5° del Código Penal alude a otros bienes de uso
público luego de reseñar expresamente una serie de objetos, sitios y
lugares, refiere a aquellos que no cuentan con protección expresa y se
hallan librados al uso de la comunidad y en la confianza del respeto
que las personas habrán de guardar por su incolumidad. Es el caso de
un banco de plaza o paseo, de una columna de alumbrado o de una
señal o cartel indicador en la ruta. Ello en cuanto, la mayor penalidad
prevista para el daño de algunos bienes, no está dada en la ley de
fondo en razón de conformar estos el patrimonio público, sino por el
servicio al que están destinados o por estar librados al uso y a la
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confianza pública”. (CNCCorr., Sala V, 4-3-2003, “A., L,c21.022,
BCNCyC, Año 2003, N°1,ps.45/46).“…La indefensión de otros bienes públicos de uso público no
expresamente mencionados en dicho artículo, si agravan el daño que
se les puede inferir (verbigracia: el banco de una plaza o paseo, el
farol de alumbrado, la señal en el camino)…” (CNCCorr., Sala V 13-32003, “P.,J.M. y otros”, c20.976, PJN Intranet., sala V 4-3-2003, “A.,L.”
c21.022).Sin embargo, aun cuando el articulo 184 inc.5 establece que quienes
dañen archivos, registros, bibliotecas, museos o en puentes, caminos,
paseos u otros bienes de uso público; tendrán una pena que va de los
tres meses a los cuatro años de prisión, es más probable que un juez
entienda que no corresponde esta figura, porque, en la mayoría de los
casos, el autor no actuaría con intención de producir daño sino con la
idea de apoderarse de los materiales para venderlos por kilo y
procurarse un beneficio económico, por lo que encuadraría en la figura
del hurto simple (art.162 C.P) que estable una pena que va de un mes
a dos años de prisión.
Y si bien tales actos de verdadero vandalismo han causado un
cuantioso daño material y un grave perjuicio económico, la Dirección
de Vialidad Nacional ha informado que por año hay que reemplazar
alrededor del 30% de los carteles viales, es decir, unos 126 mil,
aclarando que por día se roban o destruyen aproximadamente 345
carteles, o sea una pérdida de cincuenta millones de pesos anuales;
hay un tema que es mucho más grave: cada cartel que no sirve, que
no se entiende o que desaparece de su lugar, implica la posibilidad de
una accidente, de un choque, de una o varias muertes.
Pero aun cuando el permanente y sistemático robo y destrucción de
las señales de tránsito no es algo que pueda resolverse mágicamente
con el simple recurso de introducir un articulado especifico con penas
más severas, debido al carácter plurifactorial de las causas que
inciden en la producción de tales hechos que responden a una
conducta social que, por el momento, no se puede manejar; el único
modo de remediar tal situación es incorporando en la normativa legal
vigente una norma que contemple penas más severas y describa de
manera clara, especifica y concreta la conducta típica que habrá de
afectar el bien jurídico que hoy se intenta proteger: la SEGURIDAD DE
LA INFRAESTRUCTURA Y TRANSITO VIAL, como medio y en aras
del mayor bien: LA VIDA E INTEGRIDAD FISICA DE LAS
PERSONAS.
EL BIEN JURIDICO PROTEGIDO
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Como ya se mencionara, en el art.184 inc.5° del C.P. el bien jurídico
protegido es “la propiedad”, en el sentido amplio que le otorga el art.17
de nuestra Constitución Nacional, agravado por tratarse del daño a
bienes de uso público.
Sin embargo, lo más aconsejable es incorporar una figura penal dentro
del Título VII, Delitos contra la Seguridad Pública, Capitulo II que
refiere a los DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DEL TRANSITO Y
DE LOS MEDIOS DE TRANSPORTE Y DE COMUNICACIÓN.
Es decir, la consideración de la seguridad de la infraestructura vial y
de la seguridad en el transito vial como componentes de la Seguridad
Publica, nos lleva a concluir que dicho bien es un medio o instrumento
de protección de otros bienes jurídicos de suma trascendencia, como
lo son la vida e integridad de las personas, y no un fin en sí mismo. O
sea que en primer término lo que la ley habrá de proteger es la vida e
integridad física de las personas, mediante la represión de conductas
peligrosas que pudieran, de alguna manera, afectar la seguridad de la
infraestructura vial y su incidencia en la seguridad del tránsito
vehicular.
Tanto una como otra son solo una parte específica de la seguridad
pública general y se encuentran vinculadas estrechamente al
sentimiento de confianza de la población, en el sentido de no verse
expuesta a hechos de violencia física o acciones delictivas de otra
índole en el transcurso de la vida cotidiana. Resulta claro que la
tranquilidad pública que la sociedad exige para llevar adelante su visa
en armonía y bienestar no podrá ser asegurada si solamente se
legislara mediante delitos de resultado material o de lesión, ya que de
ser así, se desvirtuaría la protección penal que el bien jurídico en
cuestión requiere.
EL DERECHO COMPARADO
El Código Penal Alemán agrupa esta normativa dentro de las
intervenciones peligrosas en el tráfico ferroviario, marítimo y aéreo
(315 StGB), bajo el acápite de intervenciones peligrosas en el tráfico
vial, más precisamente el parágrafo 315b que reprime con “…una
pena privativa de libertad de hasta cinco años o multa a quien
perjudique la seguridad del tráfico vial por el hecho de que:
1.Destruya, dañe, o elimine instalaciones o vehículos; 2. Prepare
obstáculos: o 3. Ejecute una intervención similar e igualmente
peligrosa, y con ello ponga en peligro la integridad física o la vida de
una persona o de cosas ajenas de valor significativo”.
Así el Código Penal Paraguayo, receptando tal corriente, en su art.216
sobre “Intervenciones peligrosas en el tránsito terrestre”, reprime la
intervención del agente en el transito con una “…pena de hasta tres
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años o multa al que: 1°1.Destruyera, dañara, sustrajere, removiera,
alterara, manejara incorrectamente o pusiera fuera de funcionamiento
instalaciones que sirvan al tránsito; 2. Como responsable de la
construcción de las carreteras o de la seguridad del tránsito causara o
tolerara un estado gravemente riesgoso de dichas instalaciones;…”.
En cambio, el Código Penal de Costa Rica al igual que el de nuestro
ordenamiento, no se refiere de manera específica a esta cuestión sino
más bien en un paralelo al art.184 inc.5, en su art.209, Hurto
Agravado, contempla una pena de uno a diez año de prisión en los
siguientes casos: “… si lo sustraído…6)..fuere de cosas de valor
científico, artístico, cultural, de seguridad o religioso, cuando, por el
lugar en que se encuentren estén destinadas al servicio, a la utilidad o
a la reverencia de un número indeterminado de personas, o librados a
la confianza pública…”. Sin embargo, y debido a los mismos
cuestionamientos que hoy advertimos en nuestro país al respecto, allí
se presentó un Proyecto de Reforma bajo el N°17.615 en el año 2010
por el cual se considera como “robo agravado”(art.213) con una pena
de nueve a quince años de prisión: “…d) Cuando lo sustraído sean
señales de tránsito, o bien partes de la infraestructura de puentes,
canales, plantas de producción, así como conductos de agua,
electricidad, telecomunicaciones o sustancias energéticas…”.
DELITO DE PELIGRO
Está claro que en la sociedad en que hoy vivimos y sin que por ello se
vea afectado el Principio de Lesividad - no puede ser sancionada la
conducta que no daña o pone en peligro de manera significativa un
bien jurídico tutelado-, para el caso que nos ocupa, es necesaria la
utilización de los Delitos de Peligro, tanto en abstracto como en
concreto, como herramienta dogmática de protección y prevención;
adelantando los estadios de punibilidad con el fin de prevenir
conductas lesivas, reprimiendo la elevación del riesgo de que se
produzcan daños en las personas sin que estos bienes jurídicos se
vean efectivamente lesionados. (conf. Benítez Víctor Hugo “Delitos
contra la seguridad del Transito).
Es por ello que en la exposición de motivos, en oportunidad de
sancionarse la ley 23.362 que incorpora el art.193 bis, el legislador
afirmaba que “…existe un ámbito que puede-y debe- ser objeto de
criminalización, en aras de una mayor protección de bienes jurídicos
esenciales como la vida o la integridad física, mediante la tipificación
de comportamientos que impliquen un peligro concreto para tales
bienes e incluso penalizando acciones que frecuentemente
constituyen un alto riesgo de producción de resultados lesivos-delitos
de peligro abstracto- aunque en el caso concreto tales bienes no
hayan corrido un efectivo peligro de lesión”.
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Es decir, la conducta punible habrá de ser, por ejemplo en nuestro
caso, la remoción de una señal vial, más allá de que se cause algún
daño sobre un bien de uso público contemplado en el art.184 inc.5 o la
aplicación del art.162 o 163, hurto o robo según el caso, la
consideración de la elevación del riesgo de accidentes viales
afectándose de esta manera otro bien jurídico protegido, cual es la
vida e integridad de las personas, sin interesar si efectivamente se
produjo o no la afectación de tal bien (Delito de peligro abstracto). Más
allá de considerar el agravamiento de la escala penal en caso de la
afectación efectiva del bien protegido (vida o integridad física de las
personas) a causa de aquella conducta (Delito de Peligro Concreto).
Este proyecto tiene por objeto dar una respuesta jurídico-penal a las
conductas que ponen en riesgo la seguridad del tránsito en la vía
pública o constituyen un peligro concreto para la vida y salud de sus
usuarios.
Es por ello y por los motivos expuestos que solicito a mis pares me
acompañen en la sanción del presente proyecto de ley.
Ada Iturrez de Cappellini. –
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