Resolución de al preaudiencia sobre Feminicidio y Violencia de

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Resolución de las juezas de conciencia del TPP, reunidas los dias 7 y
8 de marzo 2012 en el Teatro de la Ciudad, San Cristóbal de Las
Casas, Chiapas, Mexico
Durante dos dias, hemos escuchado los valientes y dolorosos testimonios en
torno la violencia feminicida, feminicidios y contrainsurgencia, violacion al debido
proceso, violencia feminicida, sexual y dioméstica, y violencia estructural, que se han
presentado en esta preaudiencia del TPP en San Cristobal de Las Casas, Chiapas, los
dias 7 y 8 de marzo del 2012.
1. Considerando que :
- la violencia en contra de las mujeres es un problema extremadamente grave e
histórico en el pais, en la región, en el continente y en el mundo.
- esta violencia opera de manera articulada y forma parte del sistema
discriminatorio patriarcal, racista y capitalista-neoliberal, por lo cual asumimos que se
debe visibilizar la interdependencia, tanto del conjunto de los derechos humanos de
las mujeres, como de sus violaciones.
- la violencia masculina en contra de las mujeres, incluyendo los feminicidios
como una de sus expresiones extremas, es un problema estructural, profundizado por
las politicas neoliberales en especial a partir de la firma del TLC en 1994, la cual a su
vez prosigue las catastróficas consecuencias de las politicas de ajustes estructural de
los años 80 propiciadas por el Fondo Monetario Internacional y el « consenso de
Washington ». Esa violencia afecta la vida de las mujeres en todos sus aspectos y, en
ese caso de las mujeres indígenas y campesinas de Chiapas, se expresa y es parte del
contexto de marginación social y pobreza extrema en que viven.
- la pobreza, que afecta desproporcionadamente a las mujeres de las diferentes
culturas, propicia la privacion sistematica y grave a los derechos humanos, siendo la
expresion mas fehaciente del incumplimiento a los derechos sociales yeconomicos y
constituyendose en si misma en na violacion multiple a las libertades fundamentale y
un ataque a la dignidad humana de las mujeres
- el Estado mexicano, como parte de la comunidad international, es omiso en
sus obligaciones de garantizar el respeto, goce y ejercicio de los derechos humanos de
las mujeres, en especial de las mujeres de los pueblos originarios.
- todos los casos presentados demuestran la persistencia de fuertes
estereotipos y estigmatizaciones de género, racistas y clasistas, y que por tanto el
Estado mexicano no ha cumplido con ninguna de sus obligaciones legales de difundir
en todos los idiomas y en todos los lugares y comunidades del país, las leyes, los
tratados y las normativas nacionales e internacionales, ni de erradicar dichos
estereotipos y estigmatizaciones.
- que el contexto actual esta marcado por una mezcla entre « guerra de baja
intensidad » y lucha contra la delincuencia organizada. Nuevas formas de violencia
contra las mujeres se despliegan, incluyendo creación de nuevos delitos, violencias
policiacas-carcelarias, desplazamiento y migración forzada, en un contexto de grave
impunidad
2. Declaramos en relacion a los cuatro ejes, en base a los testimonios de las
mujeres, investigados y documentandos por las diferentes organizaciones :
Violacion al debido proceso : El acceso a la justicia para las mujeres, es uno de los
muchos pendientes históricos del sistema patriarcal. El Estado Mexicano no ha
garantizado el debido proceso.
Chiapas, en especial, se caracteriza por niveles de exclusión, pobreza y racismo
extremadamente elevados. Ciertas normas comunitarias de los pueblos indígenas, de
los ejidos, y de nuevas comunidades creadas en el marco del “desarrollo
contrainsurgente”, son claramente contrarias a los derechos de las mujeres, sin que
esto se haya corregido como es debido y es exigido por las propias mujeres indígenas.
En otras ocasiones, se han manipulado para intentar desacreditar a los pueblos
indígenas o a las comunidades campesinas, en vez de respetar las prácticas de justicia
y el sistema de usos y costumbres, aun cuando son favorables a las mujeres.
De forma general, la justicia esta atravesada por la influencia de los poderes fácticos
(políticos, militares, económicos, eclesiásticos, delincuenciales). No existen medidas
adecuadas y eficaces para cumplir el deber del Estado de investigar, detener y
enjuiciar a los perpetradores de violencia contra las mujeres, como tampoco existen
medidas eficaces para prevenir, reparar, proteger y tomar medidas preventivas de
actos de violencias contra las mujeres. Muy raras veces se le provee a las mujeres
como es debido, traducción y apoyo en sus propios idiomas.
Las mujeres procesadas no solamente enfrentan un sistema judicial que les exige
demostrar su inocencia sino que enfrentan un ambiente de discriminación y coacción
bajo valores morales esterotipados, ante un sistema que constituye una suerte de
inquisición.
Esta situación se agrava ante la ausencia o deficiencia de imparcialidad de los jueces,
que en sus sentencias consideran con mayor valor las actuaciones del ministerio
público que las pruebas desarrolladas ante el propio juez.
En total, la justicia es en la inmensa mayoría de los casos, inaccesible para las mujeres
La falta de procuración de justicia, la discriminación a las mujeres indígenas, la
utilización facciosa de la ley y el encarcelamiento injusto, son lastres que se acarrean
de siglos atrás y que se ven incrementados en un contexto de supuesta lucha contra el
crimen organizado, donde apremia elevar el número de detenciones y sentencias.
Violencia sexual y doméstica: La violencia sexual y doméstica, ocurre como
consecuencia de condiciones estructurales y situaciones específicas derivadas de la
desigualdad de género. En la mayoría de los casos vemos que esta violencia es
reiterada y alimentada por la impunidad, desde los aparatos de justicia, las
costumbres machistas que minimizan las formas de violencia contra las mujeres o las
justifican con argumentos que desacreditan la “buena moral y conducta de las mujeres
violentadas”. Es claro que la violencia intrafamiliar y doméstica, afecta a las mujeres
en sus distintas etapas de vida, se encuentra naturalizada dentro de la sociedad y
nuestras subjetividades. Objetiva a las mujeres indígenas y mestizas, convirtiéndolas
en blanco de violencias acumuladas de carácter feminicida.
Feminicidio y contrainsurgencia : Los casos que se presentaron, evidencian la
existencia de un contexto de “guerra de baja intensidad”, o “guerra sucia”, en Chiapas,
que se expresa en forma de políticas contrainsurgentes que generan violencia militar
y paramilitar, como practica habitual y sistemática. Existe una estrategia deliberada y
planificada que usa la violencia contra las mujeres, incluyendo a la violencia sexual y a
la tortura sistemática, como un instrumento central para aterrorizar a la población,
destruir el tejido social y limitar la movilidad, la vida y el acceso a los elementos
materiales, sociales y espirituales necesarios para la vida de las mujeres, individual y
colectivamente.
Violencia estructural : La colonización, las políticas de ajuste estructural y
finalmente el TLCAN, han desembocado en el desmantelamiento de políticas públicas
y en la creacion de otras políticas, que no garantizan a las mujeres, en especial
indígenas y campesinas, una vida digna. El programa PROCEDE en especial, dejó a las
mujeres excluídas del derecho a la propiedad de la tierra y por ende a la
reconstitución del territorio como pueblos indígenas.
Las politicas de estado colocan a las mujeres en condiciones de aguda y creciente
pobreza, viviendo con miedo, temor y sin voz, teniendo que trabajar siempre más,
hasta realizando trabajo de maquila a domicilio, o empujadas a la migracion. Sus
problemas de salud y los de su familia, se agudizan, provocando mas enfermedades,
muertes tempranas y suicidios. Las mujeres quedan sin la posibilidad de desarrollar
sus potencialidades y hasta despojadas, ellas y sus familiares, de los territorios
ancestrales y de los bienes naturales colectivos, a pesar de que esten garantizados por
el convenio 169 de la OIT, particularmente el derecho a la autodeterminacion y a la
consulta popular libre e informada.
En este sentido, es evidente que el Estado ha dejado de lado su labor de garantizar a
las mujeres una vida digna y se ha convertido en impulsor de políticas neoliberales
que se han transformado en una especie de lápida sobre todo para las mujeres
indígenas y campesinas.
Finalmente, afirmamos que el gobierno mexicano que jurídicamente representa al
pueblo, vela por los intereses de las transnacionales y grandes capitales financieros
que constituyen los poderes operantes del sistema capitalista y no garantiza, como
debería, el ejercicio y cumplimiento de los DDHH de la población, especialmente los de
las mujeres, los menores y los pobres. Por ello nuestra acusación recae en primer
lugar en el gobierno, sus instituciones y fuerzas represoras en los tres niveles de
gobierno (federal, estatal y municipal), sin obviar que los autores concretos de
las violaciones a los DDHH de las mujeres también deben ser juzgados.
3. Recomendamos :
Que se garantice la seguridad y protección a todas las mujeres que participan en
preaudiencias y audiencias en este Tribunal Permanente de los Pueblos, capítulo
Mexico.
Exigimos la inmediata y total desmilitarización a nivel federal, estatal y en especial de
las comunidades indígenas.
Exigimos el castigo inmediato a todos los responsables intelectuales y materiales de
violación a los derechos humanos de las mujeres.
Cese a las políticas neoliberales que empobrecen a las mujeres y dan pie a todas las
violencias anteriormente denunciadas.
Cumplir las normativas internacionales y nacionales con respecto al acceso a la
justicia.
Diseñar una política integral y coordinada a todos los niveles del estado, para
garantizar a todas las mujeres una adecuada protección judicial, para remediar y
proteger sus derechos, y en el caso de mujeres indígenas, proveerles traducción en
todos los momentos, tomando en cuenta la pertinencia cultural.
Respetar la presunción de inocencia para todas las mujeres y las garantías al debido
proceso. Revisión de todos los casos de las mujeres privadas de su libertad.
Calificar adecuadamente los delitos de tortura y de feminicidio.
Establecer todas la medidas pertinentes para garantizar una efectiva defensa pública a
todas las mujeres que así lo requieren.
Establecer todas las políticas de prevención, de protección y de reparación necesarias,
bajo estándares internacionales de derechos humanos, en especial el caso de las
mujeres que han sufrido cualquier tipo de violencia a mano de funcionarios públicos y
de miembros de las fuerzas de seguridad del estado o particulares con la tolerancia de
las autoridades estatales.
Garantizar el derecho de las mujeres a la autonomía, a la decisión sobre su propio
cuerpo y en todos los ámbitos de su vida.
Prevenir la re-victimización de las mujeres que denuncian la violencia.
Implementar a nivel del estado de Chiapas, la convención sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación en contra de las mujeres (CEDAW), en especial el
articulo 5 que obliga los estados partes a modificar los patrones socioculturales de
conducta de hombres de mujeres.
Nuestra posición política ante la situación expresada en esta preaudiencia, es la
de proponer al TPP – Capítulo México que, con base en los análisis y casos
presentados, condene al Estado Mexicano y a los Gobiernos Federal y Estatal
como directos responsables de los feminicidios y a las diferentes formas de
violencia de género que vivimos las mujeres de Chiapas.
Y respeto a la lucha contra la violencia masculina contra las mujeres, y a la sociedad
que queremos y por la que luchamos :
¡No queremos una rebana mas grande del pastel : queremos un cambio de
receta!
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