El debido proceso. Por José Aníbal Morales Castro

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El debido proceso. Por José Aníbal Morales Castro
[Año]
Capítulo 4
EL DEBIDO PROCESO EN LA VIDA ESCOLAR
La Constitución Política dispone en su artículo 29 que el debido proceso se aplicará en
todas las actuaciones de tipo administrativo y judicial, es decir que a todos, en el sector
privado y en el público, es exigible cumplir los requisitos que conforman el debido
proceso. La existencia del debido proceso es la aplicación de los principios
democráticos a las relaciones que se establezcan entre los asociados y las autoridades o
entre estas y cualquiera que ha de verse afectado por una decisión que deba tomarse, no
únicamente en el campo penal. Mediante la aplicación de este derecho se garantizan la
seguridad jurídica, la legalidad de los procedimientos y la igualdad de las personas
frente a la ley; los ciudadanos tienen así garantizado un mínimo de seguridad frente al
Estado, pues las reglas se aplicarán por igual a todos como consecuencia del carácter
general y abstracto de la ley procesal.
La aplicación del debido proceso es también una forma que tiene el Estado Social de
Derecho
de
garantizar a los ciudadanos la efectividad de sus derechos
constitucionalmente consagrados.
Una definición: Es el conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias
procesales a fin de que las personas puedan defenderse adecuadamente ante
cualquier tipo de acto emanado del Estado que pueda afectar sus derechos.
También se podría decir que abarca las condiciones que deben cumplirse para asegurar
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la adecuada defensa de aquellos cuyos derechos u obligaciones están bajo consideración
judicial.
¿Cuáles son los derechos que conforman el debido proceso?
El derecho al debido proceso comprende para todo procesado:
1. el derecho a ser asistido gratuitamente por un traductor o intérprete cuando lo
necesite,
2. el derecho a ser informado de la naturaleza y causa de la acusación,
3. el derecho a que se apliquen los principios de legalidad y favorabilidad penal,
4. ser juzgado ante juez o tribunal competente y con observancia de la plenitud de
las formas propias de cada juicio
5. el derecho a la presunción de inocencia,
6. el derecho de defensa,
7. el derecho a un juicio público y sin dilaciones injustificadas,
8. el derecho a presentar pruebas y a controvertir las que se alleguen en su contra
(contradicción)
9. el derecho a impugnar ante jueces de mayor jerarquía la sentencia condenatoria
(principio de la doble instancia),
10. el derecho a no ser enjuiciado dos veces por el mismo hecho y /o por la misma
causa.
¿En qué consisten la legalidad y la favorabilidad en materia penal?
Según el principio de legalidad ninguna persona puede ser condenada si su acción o su
omisión no estaba previamente descrita como hecho punible. Además, en ningún caso
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se puede imponer una pena superior o más grave a la señalada en la norma penal
aplicable en el momento de la comisión de ese hecho. Según el principio de
favorabilidad, la ley permisiva o favorable, así sea posterior, se aplicará preferentemente
a la restrictiva o desfavorable. Es permisiva o favorable la ley penal que en alguna
forma mejora la situación de la persona a quien se aplica.
¿Qué es la presunción de inocencia?
Es aquella presunción en virtud de la cual toda persona acusada de haber cometido un
hecho punible debe tenerse por inocente mientras no exista una sentencia judicial
definitiva que la declare culpable.
¿En qué consiste el derecho de defensa en materia penal?
El derecho de defensa de la persona implicada penalmente comprende: - El derecho a
disponer del tiempo y los medios adecuados para la preparación de la defensa, - El
derecho a estar presente durante el proceso, - El derecho a no ser obligado a declarar
contra sí misma, - El derecho a conocer las pruebas que obren en el proceso, a solicitar
la práctica de otras pruebas y a contradecir las existentes, El derecho a realizar la
defensa por sí misma, El derecho a ser asistida por un defensor de su elección, con
quien podrá comunicarse privadamente, El derecho a que se le nombre un abogado de
oficio cuando por cualquier circunstancia no puede elegir alguno, Las pruebas obtenidas
con violación del debido proceso son nulas de pleno derecho.
Otro elemento importante en el debido proceso, es el de la proporcionalidad de las
penas.

El debido proceso en el campo pedagógico y educativo
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Es indispensable recordar que la tarea de los educadores es la de contribuir a la
formación de personas, coadyuvar al crecimiento de los niños y de las niñas, de los
adolescentes y de las adolescentes, y de todos aquellos (as) que participen de un
proceso de aprendizaje. La misión de la educación no es la de imponer penas con los
criterios de retribución, de prevención, de rehabilitación y de resocialización que
suelen atribuirse a la punibilidad en el derecho penal. La confrontación de las
conductas de los imputados (sindicados de delitos) con las normas del derecho
penal, la hacen los fiscales y los jueces dentro de un marco muy rígido, el de los
códigos, de los cuales no se pueden salir sin que merezcan el reproche de los
superiores o de otras autoridades y de los mismos ciudadanos.
Otra cosa muy diferente ocurre o debe ocurrir en el campo educativo. Como lo ha
dicho la Honorable Corte Constitucional, “... se trata desde la escuela básica de
viabilizar el desarrollo del individuo como fin en sí mismo, permitiéndole el acceso
al conocimiento, a las artes y a las distintas manifestaciones de la cultura, en la
perspectiva de que pueda desarrollarse integral y equilibradamente, en un contexto
social caracterizado por la coexistencia de paradigmas de vida, no solo diferentes
sino incluso antagónicos” (Sentencia T-377 de 1995). En este propósito, en
ocasiones, se encuentran los educadores con que los niños (as) y los (as)
adolescentes chocan con las normas institucionales, asumiendo que de alguna
manera se les están restringiendo o violando los derechos a la autonomía, la
igualdad o al libre desarrollo de la personalidad.
Frente a este conflicto, se ha de procurar una solución basada en la persuasión, la
conciliación, la negociación, la concertación y el diálogo. No se trata de
confrontar la conducta del estudiante con una norma del manual y automáticamente
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aplicar una sanción, aunque esto se haga con el más sano de los criterios. Por eso se
ha dicho que los manuales de convivencia no pueden ser códigos penales. En el
campo educativo existen muchas posibilidades para solucionar el conflicto
desencadenado cuando un(a) estudiante transgrede una norma que regula la
convivencia escolar, no queda solo la del juez penal, para el cual la ecuación es así:
hay delito, hay delincuente, hay culpa, hay responsabilidad y hay pena.
La acción correctiva de los educadores podría asimilarse más acertadamente con la
de un árbitro de fútbol que, ante la agresión de dos contrincantes, ejerce su autoridad
de juez pero decide solamente amonestar a los agresores, advirtiéndoles que si
repiten el comportamiento se irán del partido. Eso, a pesar de que los reglamentos
señalan que la agresión intencional a un contrario se debe sancionar con la tarjeta
roja, es decir con la expulsión.
Entre las conductas que podrían adoptar los educadores a la hora de sancionar
transgresiones al manual de convivencia están:

Dialogar con el infractor y acordar compromisos, sin que medie la aplicación de
una sanción.

Comprobadas las conductas violatorias del manual, no imponer las sanciones
previstas para tales conductas sino otras de menor entidad.

Permitir la negociación entre los afectados para buscar soluciones (sea entre
docentes y estudiantes o entre los mismos estudiantes).

Buscar la conciliación, propiciando el reconocimiento de las faltas y de sus
efectos por parte de los (as) estudiantes, generando acuerdos que hagan
innecesario la aplicación de sanciones (aunque todos los acuerdos y
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procedimientos deban quedar registrados en las hojas de vida y en los libros
correspondientes ).

Conceder nuevas oportunidades, a pesar de que los (as) estudiantes hayan
agotado todo el proceso que los (as) haga merecedores (as) de las sanciones más
radicales.
En estos procesos, en el centro de las preocupaciones de los educadores siempre ha de
estar el reconocimiento de la dignidad humana, de la justicia, de la igualdad, de la
tolerancia, de la solidaridad y demás valores y principios fundantes de la cultura
democrática, participativa y pacífica. El proceso educativo, puede y debe dedicar más
tiempo a persuadir a los (as) estudiantes del valor o de la trascendencia que tienen las
reglas y el respeto de ellas para la convivencia comunitaria. Los (as) menores están en
proceso de formación y por ello su proceso de adecuación a las normas requiere más
comprensión y métodos pedagógicos que aseguren tal comprensión.
En cierto sentido el estudiante es un inimputable, en el lenguaje del derecho penal, es
decir aquella persona que, aun habiendo cometido un delito, no es responsable de
haberlo cometido, por lo cual no puede ser sujeto de penalización. Evidentemente, los
estudiantes pueden y deben ser sancionados en algunas circunstancias, pero para llegar a
esa decisión se pueden recorrer caminos muy diferentes, más flexibles, que aquellos del
procedimiento penal.

El principio de legalidad en el manual de convivencia
Se reduce a que ningún (a) estudiante puede ser sancionado (a) si no es de acuerdo con
las normas que estaban escritas y vigentes al momento de haber cometido la falta que se
le endilga. Es decir, que no se le podrían aplicar normas introducidas en el manual
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después del momento de la comisión de la falta. Dicha legalidad se predica tanto de la
conducta transgresora como de la sanción que ella amerite.
El principio del juez natural y la observancia de las formas propias de cada juicio
Se refiere a cuál es la persona o el organismo encargado de tomar las decisiones sobre
las sanciones que han de acordarse o imponerse a quien haya realizado una conducta
quebrantadora del manual de convivencia. Por ejemplo, si está previsto que la sanción
de suspensión del estudiante por uno o varios días debe aplicarla el coordinador de
convivencia, no será válida una medida tomada en este sentido por el director de grupo,
por ejemplo, por no estar autorizado para ello.
Igualmente, si las Comisiones de Evaluación y Promoción, no están autorizadas por el
manual de convivencia para decidir sobre la negación de cupo de los estudiantes para el
año lectivo siguiente, una decisión tomada por ellas en este sentido estaría viciada de
nulidad.
Las formalidades del proceso, tienen que ver en el caso del proceso educativo, con el
cumplimiento de los conductos regulares, con la realización de las anotaciones en los
libros de disciplina o de convivencia o en las hojas de vida de los (as) estudiantes,
anotaciones que deben ser firmadas por quienes intervienen en la acción. Se refiere
también a las notificaciones a los padres y madres o acudientes de los (as) estudiantes
acerca de las faltas cometidas por sus hijos o acudidos, de lo cual debe quedar
constancia escrita y firmada. Igualmente es indispensable cumplir los términos previstos
en el Manual en relación con la interposición de recursos (reposición, apelación) y con
su trámite. No debe olvidarse que los registros u observaciones que se hagan en los
libros de disciplina o convivencia, no pueden hacerse sin que el estudiante sea
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notificado –de ahí que sea importante exigir que dichos registros se firmen, si no quiere
hacer, se pedirá a algún testigo que lo haga-.
Las formalidades hace referencia también a la manera como se notifica la decisión final
sobre el caso o sobre la sanción que se ha de imponer. Es bueno que en el manual
aparezca expresamente descrito el procedimiento para aplicar sanciones.
En todos los casos deberán tenerse en cuenta al menos los siguientes procedimientos o
formalidades:
1. comunicación formal de la apertura del proceso:
2. la formulación de los cargos imputados que puede ser verbal o escrita,
siempre y cuando en ella consten de manera clara y precisa las
conductas, las faltas disciplinarias a que esas conductas dan lugar ( y
con la indicación de las normas reglamentarias que consagran las faltas)
y la calificación provisional de las conductas como faltas disciplinarias.
Cuando se trata de una suspensión de clases, por ejemplo, el trámite podría
ser el siguiente:

llamado del estudiante a la oficina del coordinador de
convivencia –por supuesto, si el coordinador tiene la competencia
para suspender-.

notificación de la acusación que se le hace de transgredir el
manual de convivencia
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
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diálogo con el estudiante acerca de las razones que tuvo para
realizar tal conducta, o explicaciones del mismo acerca de sí
acepta o no haberla realizado o si son otros los responsables.

Si se halla mérito para inculpar al estudiante, se cita a sus
acudientes y se les notifica la acusación, se les oye acerca de la
conducta de su hijo, de lo que este les ha dicho o de lo que ellos
han sabido por otras vías. Estos diálogos son algo más que una
simple discusión acerca de la violación de una simple norma,
están cargados de un componente pedagógico, formativo, lo que
se quiere es evitar que se repitan las conductas negativas del niño
o del joven. Por ello la aplicación de
suspensión
o
la
cancelación
de
sanciones como la
matrícula
deben
ser
verdaderamente excepcionales.

El procedimiento termina con la firma de los registros por parte
del niño o del joven y también de su acudiente o acudientes al
igual que del coordinador.

En ocasiones, los estudiantes deben firmar un compromiso
especial en la rectoría o en coordinación, si este procedimiento
está contenido en el manual de convivencia –en ocasiones se ha
hablado en estos casos de matrícula condicional- . Este acto tiene
la finalidad de persuadir al estudiante de que debe mejorar su
conducta o cambiar radicalmente aquella que se le ha reprochado
en el año anterior y que ha perturbado notablemente la
convivencia en la comunidad.
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3. el traslado al imputado de todas y cada una de las pruebas que
fundamentan los cargos formulados.
4. la indicación de un término durante el cual el acusado puede formular
sus descargos (de manera oral o escrita), controvertir las pruebas en su
contra y allegar las que considere necesarias para sustentar sus
descargos
Debe recordarse que el artículo 132 de la Ley 115/94 establece que es el rector o
director quien tiene la facultad de sancionar a los (as) estudiantes, pero siempre de
acuerdo con lo que establezca el manual de convivencia. Deberá tenerse mucho cuidado
con esta redacción, para que quede claro cuándo es que debe intervenir el rector o el
director, pues el artículo mencionado no puede interpretarse en el sentido de que es al
rector o director al único que compete la imposición de las sanciones. Para la sanción de
expulsión, debe dejarse esta en manos del rector (a), de tal manera que en caso de ser
necesario, pueda ser apelada la decisión ante el Consejo Directivo.
En la medida en que las instituciones educativas se vayan acerando más a un
tratamiento alternativo de los conflictos, podrá haber estudiantes, docentes y hasta
padres de familia que puedan desempeñar la función de conciliadores o mediadores,
permitiendo la búsqueda de soluciones más creativas y positivas para tales conflictos, de
tal manera que se trascienda la mera imposición de las sanciones.

Presunción de inocencia
Si en un grupo se comete un hurto y las autoridades del colegio deciden que todos los
estudiantes deben responder por el mismo, ya que no apareció responsable determinado,
se estaría violando este principio, pues lo que se estaría aplicando sería la presunción de
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culpabilidad. Además, en relación con esto, debe recordarse que la responsabilidad ha
de predicarse para cada persona, no se admiten responsabilidades colectivas.
El principio se resume en la fórmula nadie puede ser declarado culpable hasta tanto no
se le demuestre la comisión de la falta. Su aplicación se puede ligar con el principio de
la buena fe, previsto en el artículo 83 de la Constitución, que todas las actuaciones de
las personas se presumen realizadas de buena fe y no de mala fe, esta última debe
demostrarse.
En muchas ocasiones los maestros y maestras incurren en la violación de este principio
al utilizar frases y gestos que proclaman la culpabilidad de los (as) estudiantes, sin que
medie ningún proceso.

El derecho de defensa
Abarca la notificación clara y oportuna de las acusaciones que se hacen a la persona, de
las normas que ha transgredido con su conducta y las sanciones que podría ameritar por
ello. Igualmente la presentación de las pruebas que hay en su contra y la posibilidad que
tiene de aportar las suyas, así como los términos de que dispone para interponer
recursos ante las decisiones que le hayan notificado.
Implica, en el caso de los (as) estudiantes, la posibilidad de ser escuchado (a)
atentamente. Si el caso lo amerita, también incluye la notificación al personero(a) de los
(as) estudiantes para que contribuya a la defensa del acusado (a), al igual que la
notificación a los padres o madres de familia o acudientes. La persona acusada no está
obligada a declarar contra sí misma, ni contra sus parientes más cercanos. Una
aplicación de este principio en el campo educativo sería la de no exigir a los estudiantes
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que delaten a sus compañeros o compañeras, exigencia que a veces se hace bajo
amenazas; de esta manera se conculcan derechos de la persona.

Principio de la doble instancia
Parte de la falibilidad de los seres humanos, si todos nos podemos equivocar, es lógico
que cualquier decisión que afecte los derechos de otros, pueda ser cuestionada ante un
superior de quien ha tomado tal decisión. Es un principio constitucional consagrado en
el artículo 31 al decir que toda sentencia podrá ser apelada.
En la vida colegial, este aspecto suele ser bastante oscuro o confuso. Por ejemplo, en el
caso de las decisiones académicas, en muchas instituciones los estudiantes no saben
ante quien acudir en caso de que no estén de acuerdo con la valoración que les ha sido
asignada por un maestro o maestra en relación con una evaluación o con el proceso de
todo un período. De esta manera, las decisiones de los (as) docentes se tornan
incuestionables e inapelables, a sabiendas de la falibilidad predicable de todos (as) ellos
(as). Si no existen coordinadores de área, la instancia para estos casos tendría que ser el
coordinador(a) o si no el mismo rector (a). En el sector público, especialmente, esta
situación se torna crítica al finalizar el año lectivo, pues la misma institución se cierra
dejando a los estudiantes o a sus padres sin posibilidad de interponer reclamaciones
oportunamente. En ocasiones, los mismos boletines finales son entregados en la
secretaría del plantel. El nexo con los docentes, con las comisiones de promoción
respectivas o con los directivos, se hace casi imposible.
El manual debe pues establecer claramente ante quien se pueden apelar las decisiones y
los términos (períodos de tiempo) en los que ello se puede hacer.
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Cosa juzgada y Non bis in ídem
El primero se refiere a que una conducta que ya fue juzgada o sobre la cual ya se tomó
una decisión, la cual fue recurrida y decidida en última instancia por la autoridad
competente, no puede volver a ser objeto de juicio. La decisión quedó en firme y contra
ella no hay nada que hacer. Sin embargo, en el medio educativo, si se halla que la
decisión tomada fue muy fuerte o afectó negativamente al estudiante, bien podrían las
autoridades competentes proponer la modificación de la decisión tomada a favor del
estudiante (favorabilidad). Nada impediría que una decisión en este sentido fuera
tomada.
La segunda, se refiere a que nadie puede ser juzgado dos veces por las mismas razones
o por la misma conducta realizada. En ocasiones en los centros educativos, hay
maestros (as) que enrostran reiterativamente a los (as) estudiantes los hechos afrentosos
que han cometido anteriormente, recordándolos como antecedentes. Es bueno saber,
además, que con la nueva Constitución, incluso en el derecho penal, lo único que
constituye antecedente penal es la sentencia condenatoria. Sería bueno entonces ser muy
prudentes en el manejo del lenguaje y de las actitudes en relación con estudiantes que
habiendo sido objeto de sanción, ya la han cumplido y están en proceso de superación
de sus comportamientos inadecuados. No olvidar que hasta los más reputados
delincuentes de cuello blanco tienen derecho a la reivindicación social.
Principio de proporcionalidad
No existiría proporcionalidad por ejemplo al sancionar a un estudiante con la exclusión
de clases por el solo hecho de haberse parado del puesto e interrumpido la clase. Si otro
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es devuelto a su casa por tener una deficiente presentación personal, se trataría también
de la aplicación de una sanción desproporcionada, según lo ha dicho la honorable Corte:
En ese orden de ideas, no existiría proporcionalidad en imponer sanciones que dieran
como resultado perder el cupo en el colegio por razones de pelo largo o apariencia, o
no poder acceder a clases dentro del plantel, porque se desconocería con ello los fines
generales de la educación y la totalidad de razones expuestas con anterioridad que
justificaron el límite, desvirtuando la necesidad de formación integral del individuo y
optando por el método fácil de la desvinculación académica, que lesiona abiertamente
uno de los postulados educativos fundamentales consagrados en la Constitución, como
es el deber del Estado de garantizar "la permanencia" de los menores " en el sistema
educativo" (Artículo 67) y el cumplimiento de los fines mismos de la educación." (T124/98).
Principio de publicidad
Constituye la garantía de que no habrá procesos o juzgamientos secretos, todas las
actuaciones deben ser públicas y transparentes. Ello no quiere decir que todo el mundo
debe enterarse, se refiere a las partes implicadas o intervinientes, por ejemplo el
estudiante, sus padres y maestros, el personero, etc. Así, el estudiante estará enterado de
las acusaciones que se le hacen, de las pruebas que existen contra él y así podrá orientar
mejor su defensa. 1
Una reflexión final
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Sobre lo que no es debido proceso y sí en cambio una expresión de la arbitrariedad de los jueces y del
Estado, se puede estudiar el caso del Señor K, en la obra de Franz Kafka, El Proceso.
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Tesis: los directivos y los educadores, en general, están hoy preocupados por aprender
los elementos del debido proceso con el fin de evitar que progresen o sean resueltas
desfavorablemente por los jueces las tutelas que se interponen contra ellos o las
instituciones educativas. Esta afirmación sería válida para aquellos que no asumen como
un deber ético el propósito esencial de la educación en Colombia: formar ciudadanos
respetuosos de los derechos humanos, de la paz y la democracia. Para quienes se
comprometen con ese proyecto ético –que también es político- cumplir con los
requisitos del debido proceso, es mucho más que un deber jurídico, es la garantía de que
en el centro de sus preocupaciones existenciales está el respeto por la dignidad humana
de sus estudiantes y de aquellos con quienes conviven.
PREGUNTAS PARA REFLEXION
1.
¿Cómo se aplica el debido proceso en los asuntos académicos? ¿Cuál es el papel de los
coordinadores académicos y del rector?
2.
¿Cómo funciona el principio de la doble instancia en el centro educativo?¿Se atiende
comúnmente el principio de que toda decisión puede ser recurrida ante la misma o ante otra
instancia?
3.
¿De qué manera se garantiza el derecho de defensa en la escuela o en el colegio?
4.
¿Es aplicable la presunción de inocencia en la vida escolar?
5.
¿Cómo se aplica el principio de legalidad en la vida escolar?
6.
¿De qué manera se podría realizar un manejo alternativo de los conflictos en la escuela?
7.
¿Se aplica el principio del no bis in ídem? (no juzgar a una persona dos veces por la misma
causa)
8.
¿Cuándo se viola el principio de la proporcionalidad de las sanciones en el medio escolar?
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9. ¿Cómo conciliar el libre desarrollo de la personalidad o la libertad y las normas de la
convivencia? ¿Cómo manejar el tema de las modas en la presentación personal de los (as)
estudiantes
10. ¿Quién está autorizado para tomar decisiones sancionatorias en la institución educativa?¿Puede
una Comisión de Evaluación tomar tales decisiones?
11. ¿Puede un docente retener o decomisar trabajos u objetos de los (as) estudiantes?
12. ¿Es posible cancelar la matrícula de un estudiante sin que medie la autorización de la Junta
Directiva dela Asociación de padres de familia?
13. ¿Cuál fue el proceso que se siguió para la elaboración del manual o pacto de convivencia en su
comunidad?
14. ¿Tienen los estudiantes y docentes el manual de convivencia? ¿Ha habido sesiones dedicadas a
su estudio y reflexión? ¿Se abren estos espacios de manera periódica?
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