factores de impacto - Editorial Cientifica

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ÁREA ECOLOGÍA
Factores de Impacto I
María Cristina Morláns
FACTORES DE IMPACTO (I)
Para alumnos de:
Carrera de Ingeniería de Paisajes, Asignatura Ecología del Paisaje
Biól. María Cristina Morláns
Mgter. en Conservación y Gestión del Medio Natural
S.F. del V. de Catamarca, 2007.
CONTENIDO:
INTRODUCCION
EL PAPEL PROTECTOR DEL BOSQUE
EFECTOS DEL SOBREPASTOREO Y RAMONEO.
EL USO DEL FUEGO
MALAS PRÁCTICAS AGRÍCOLAS.
ÁREA ECOLOGÍA Editorial Científica Universitaria - Universidad Nacional de Catamarca
ISSN: 1852-3013
ÁREA ECOLOGÍA
Factores de Impacto I
María Cristina Morláns
INTRODUCCIÓN
La vegetación juega un papel importante en el balance hídrico, refleja el estado del suelo, la
disponibilidad de agua y de nutrientes, sirve de refugio para la fauna, actúa de barrera protectora
en los cauces de los ríos, evita la erosión y también permite inferir diferentes procesos antrópicos
en la zona.
Toda acción que destruye o disminuye la cubierta vegetal es factor causal de erosión y
potencialmente de desertización y/o desertificación.
Otro recurso que está directamente relacionado con la vegetación es la fauna silvestre, la cual se
ve cada día más amenazada por la disminución de los ecosistemas naturales, por la presión
antrópica ejercida en los últimos años ya sea por el crecimiento urbano o por el cambio de uso del
suelo, es decir el paso de bosques naturales a un sistema netamente agrícola, lo que ha causado un
desplazamiento de la fauna a sitios que les ofrezcan alimento y refugio; estos lugares se reducen
cada vez más, conllevando muy posiblemente a la extinción de algunas especies o la fuga hacia
otros terrenos
Las agresiones de origen antrópico más frecuentes y directas vienen dadas por procesos de
urbanización y actividades conexas, actividad industrial, minería, extracción forestal y/o de
especies arbustivas sin reposición, exceso de pastoreo y malas prácticas agrícolas, que agotan el
suelo o favorecen su desgaste.
La cubierta vegetal también es agredida por la práctica no programada ni controlada del fuego y
por la acumulación de sustancias contaminantes.
EL PAPEL PROTECTOR DEL BOSQUE
Funciones que los bosques desempeñan en los ecosistemas:
- regulan el balance hídrico, favoreciendo la infiltración, y permitiendo el retorno del agua
a la atmósfera mediante la transpiración de las plantas
- absorben agua de lluvia y la liberan poco a poco, evitando las inundaciones e
incrementando la disponibilidad hídrica durante los meses secos, cuando más falta hace
- impiden la erosión del suelo, protegiéndolo del impacto directo de las gotas de agua
- regulan el clima favoreciendo la condensación de agua, lo que crea las condiciones
necesarias para que llueva.
- Utilizan CO2, uno de los gases que provocan el efecto invernadero, para realizar la
fotosíntesis, retirándolo de la atmósfera (sumidero de CO2)
- Los bosques, si son gestionados de forma sostenible, ofrecen una fuente constante y
renovable de recursos e ingresos. Nos proporcionan muchos servicios esenciales. Son
fuente de alimentos, fibra, combustible, medicinas, materiales de construcción, así como
de valores culturales y estéticos.
Más importante aún, los bosques constituyen dominantes ecológicos que mantienen la estabilidad
general del ambiente natural y aportan numerosos beneficios no comercializables.
Tomando como ejemplo los algarrobales de la Provincia Fitogeográfica del Monte en Catamarca
(área del Bolsón de Pipanaco), tales beneficios pueden sintetizarse en:
- por su carácter freatófito, el algarrobal mantenía deprimidos a los acuíferos y su erradicación
provocó, en los lugares más próximos al centro del Bolsón, la salinización de los suelos (Vervoorst,
1954).
- como casi todas las Leguminosas, los algarrobos tienen la particularidad de fijar nitrógeno, que el
árbol toma a cierta profundidad y que luego, al perder las hojas, aporta al horizonte superficial.
Según diversas estimaciones, tal aporte equivale a fertilizar con entre 100 y 400 Kg de nitrógeno por
ha y por año (Karlin y Díaz, 1984); por lo tanto, la destrucción del bosque tiene también el efecto de
deteriorar las condiciones físicas, químicas y biológicas de los suelos (menor contenido en materia
orgánica, nutrientes y capacidad de retención hídrica), con lo que también el estrato herbáceo resulta
afectado.
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- por su abundante follaje de verano, el árbol ejerce un importante efecto de sombreado protegiendo
al suelo del recalentamiento y restringiendo la evaporación de agua. La transpiración, estimada para
la región en un equivalente de 400 mm/año por individuo adulto (Morello, 1955), aumenta la
humedad ambiental y provoca un descenso de la temperatura, creando condiciones de hábitat más
agradables para la existencia humana.
- el bosque en su conjunto atenúa la incidencia de los vientos. La medanización del paisaje,
presumiblemente restringida en ausencia de factores antrópicos a las márgenes de los ríos (por actuar
los cauces, normalmente secos, como "pasillos" o "corredores" de viento), está actualmente
generalizada.
Al eliminarse el bosque se destruyó también la barrera que al paso del viento representan los árboles,
por lo que éste adquiere velocidad y energía suficiente para transportar las partículas menos pesadas
del suelo; luego éstas se acumulan allí donde encuentran algún obstáculo, dando lugar a médanos
embrionarios. Cuando éstos alcanzan cierta envergadura pueden avanzar por sobre los remanentes
del bosque, sepultándolos en arena y dejando tras su paso sólo árboles muertos, en un proceso que se
retroalimenta.
El aumento de la superficie desforestada permite explicar también el aumento en la frecuencia e
intensidad de los vientos, los que al tener mayor oportunidad de entrar en contacto con el suelo y al
estar éste cada vez más expuesto (por disminución de la cobertura herbácea) se traducen en
tormentas de polvo y arena, degradando así la calidad de vida de las personas y afectando a su
producción.
EFECTOS DEL SOBREPASTOREO Y RAMONEO
La mayoría de los ecosistemas pueden ser pastoreados sin afectar la pastura; incluso puede haber
beneficio para la pastura ya que evita su envejecimiento.
Pero cuando la cantidad de animales presentes en un determinado sitio supera la capacidad de la
pastura para alimentarlos, se produce una situación de sobre pastoreo.
Efectos negativos del exceso de carga animal.
Por pisoteo: Las pezuñas son más dañinas que las bocas, especialmente cuando el ganado está
concentrado.
Efectos:
El primer efecto es la desaparición de especies más sensibles al pisoteo y/o a la compactación o
encharcamiento del suelo, con incremento de especies más duras y generalmente menos palatables.
La inhibición de la germinación y/o crecimiento por compactación conduce a incrementar la
superficie de suelo desnudo. Esto significa mayor erosión eólica en meses de sequía y mayor erosión
hídrica en meses lluviosos, ya que reduce la infiltración y aumenta el escurrimiento superficial.
Por otro lado, se agota o reduce el almacenamiento de humedad en el suelo. La eliminación de
plantas aumenta la pérdida evaporativa por mayor velocidad del viento y mayor insolación. Si bien
disminuye la evapotranspiración, hay un reemplazo del flujo relativamente eficiente del agua a
través de las raíces de las plantas, por el flujo menos eficiente e interrumpido de los capilares del
suelo. Hay que recordar que las raíces toman agua a distintos niveles de profundidad según las
bioformas, pero en general provocan una presión hidrostática tal, que el flujo es descendente. En
ausencia de plantas y bajo clima cálido, especialmente, la evaporación se traduce en aridez
superficial con inversión del flujo de agua y eventualmente se producen problemas de salinización.
Pastoreo propiamente dicho.
El primer efecto del sobre pastoreo es una disminución de la superficie fotosintética. Con carga
adecuada, esto puede hacer que el IAF de la comunidad resulte mejorado (hacia una mayor
productividad).
El problema más serio es el de la selectividad. El ganado va seleccionando las especies más
palatables y su disminución significa una pérdida del valor nutricional del forraje y por tanto una
declinación en la producción secundaria. En casos de ramoneo, hay distorsión de la forma de
crecimiento de las plantas, que puede afectar la rentabilidad en sistemas de uso múltiple
(silvopastoriles). Otro efecto indeseable es la dispersión e incremento de arbustos, por diseminación
endozoica de las semillas.
En sistemas donde los arbustos son controlados con fuego, la eliminación de biomasa inflamable
hace perder eficacia a este tipo de manejo y, en tal caso, el uso del fuego puede resultar más
perjudicial que benéfico.
En síntesis, ocurre: cambios en la composición de especies, disminución de la capacidad de carga
del sistema y aumento de la erosión, tanto hídrica como eólica (Láminas).
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IMPACTOS DEL SOBREPASTOREO
A. SOBRE LA VEGETACION
Distorsión de la forma
de crecimiento
Cambios en la composición de especies
Aumento de plantas no palatables
Inhibición del semillamiento
Invasión de plantas indeseables
B. SOBRE EL SUELO Y EL BALANCE DE AGUA
Aumento de la proporción de suelo desnudo
Enlodamiento de sitios húmedos
Desagregado y sellado del suelo
Disminución de la infiltración
Agotamiento de la humedad del suelo
Aridez superficial
Aumento del escurrimiento
Erosión acelerada
Hábitos de consumo del ganado doméstico más común
Vacunos: Consumen unos 10 Kg. (en peso seco) de forraje por día. Son preferentemente
pastoreadotes y fuertemente selectivos (estenófagos).
Usan la lengua para retener la hierba mientras muerden, por lo que dejan siempre de 2 a 2,5 cm de
pasto.
Consumen el doble de agua que los ovinos. Tienden a beber cada 2 ó 3 días; tienen menor nivel de
eliminación por riñón e intestino que los monogástricos. Si no toman agua, se rehúsan a comer.
En sus movimientos, son relativamente independientes.
Las hierbas han desarrollado una estabilidad de elasticidad o resiliencia (capacidad de recuperarse
con cierta rapidez cuando la perturbación cesa) de modo que la eliminación de este tipo de ganado
permitiría intentar con mayor expectativa de éxito ensayos de resiembra.
Ovinos: Los borregos (ovinos de hasta 2 años) consumen 3 a 4 Kg. /día. Tienden a beber una vez al
día. Pueden caminar hasta 11 Km. /día.
Instinto de asociación. Forman grupos apretados (daño por pisoteo). Comen cortando al ras o hasta
las raíces. Buscan hierbas y arbustos tiernos. Cuando agotan las especies preferidas, vuelven sobre
los rebrotes.
Acampan en terreno alto si el tiempo es frío y cerca del agua y bajo sombra si es caluroso. Si no hay
sombra, hacen hoyos.
Cabras: usan menos agua que las ovejas; pastoreadoras y ramoneadoras, selectivas pero eurífagas.
Caminadoras, gregarias.
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El ganado caprino es esencialmente ramoneador y los arbustos presentan una estabilidad de
resistencia (capacidad de mantener su estructura y funcionamiento en una situación de estrés) al
consumo; son de follaje resinoso (jarillas), sabor amargo o salado (atamisqui, algarrobo negro, jume,
zampas), micrófilas o tempranamente áfilas (retamo, pichanilla) espinescentes (rodajillos, brea, lata,
tintitaco, garabatos, etc) y las cabras consumen el follaje, frutos (sin afectar las semillas) y ramas
tiernas; la forrajimasa de cada individuo es así sensiblemente menor su biomasa aérea total. Sin
embargo, la estabilidad de resistencia implica poca capacidad de recuperarse si la perturbación es lo
bastante intensa como para destruirla, por lo cual requiere de un cuidadoso ajuste entre cantidad de
caprinos y sustentabilidad del arbustal.
En síntesis: Los pastos ideales para ovino y bovino están caracterizados ante todo por una
marcada vegetación herbácea, mientras que los pastos ideales para camélidos o caprino estarán
formados por una vegetación en la que dominen los árboles y los arbustos.
Cálculo rápido de la capacidad de carga animal
Una forma sencilla de determinar la capacidad de carga de un área de pastoreo consiste en
determinar la forrajimasa (en Kg de materia seca por ha y año). Sabiendo que una Unidad Ganadera
(vaca con cría al pié) consume 10 Kg de materia seca por día (3650 Kg/año), basta una simple “regla
de tres” para el cálculo de la carga óptima. Sin embargo debe tenerse en cuenta que no se puede
pastorear la totalidad del forraje sino que una cierta proporción (por lo general del 50 %) debe
dejarse para el ecosistema.
A modo de ejemplo: suponiendo una producción anual de 8.000 Kg de materia seca/ha, la capacidad
de carga óptima es de:
4000 Kg por ha / 3650 Kg por vaca y año = 1,09 vacas por ha
EL USO DEL FUEGO
El uso del fuego se remonta a unos 1.500.000 años y, desde que el ser humano aprendió a
dominarlo ya nunca dejó de utilizarlo, intentando modificar los procesos naturales para satisfacer
sus necesidades y mejorar su calidad de vida. Puede ser considerado como un gran aliado, pero
también puede convertirse en una herramienta peligrosa si no se toman las precauciones
necesarias para evitar perjuicios innecesarios, y muchas veces irreversibles.
El fuego es un factor importante que ha afectado la extensión, composición y el carácter de la
biocenosis en la mayoría de los ambientes terrestres del mundo.
Existe una gran diversidad de comunidades vegetales que se han desarrollado y evolucionado
como respuesta al fuego producido por descargas eléctricas o por algún otro fenómeno físico
natural. Estos hábitats pueden ser mantenidos con el uso dirigido del fuego, estando esta práctica
de reciclaje en perfecto equilibrio y armonía con los demás elementos del ambiente.
En la naturaleza, el fuego es una fuerza regenerativa y rejuvenecedora sin cuya presencia las
sucesiones vegetales y animales se retardarían, cubriéndose parte de la tierra con comunidades
decadentes, senescentes y más vulnerables.
Así como el fuego puede renovar la vegetación de un lugar, también puede destruirla. Ello
depende de la intensidad del incendio, de su frecuencia, de la época en que se realiza, de las
condiciones meteorológicas en el momento del incendio (temperatura y humedad del aire y del
suelo, velocidad del viento, etc.) como así también del material combustible (tipo y estado de la
vegetación) y de la topografía del lugar.
Para qué se quema.
Los incendios provocados intencionadamente persiguen alguno de los siguientes objetivos:
¾ Limpieza de banquinas
¾ Eliminación de residuos agrícolas post-cosecha.
¾ Eliminación de residuos provenientes de desmontes, luego de haber extraído todo lo que
pudiera ser de utilidad.
¾ Eliminación de basuras en general.
¾ Control de algunas plagas, particularmente garrapatas.
¾ Habilitación de nuevas tierras para pastoreo o repoblación forestal.
¾ Rejuvenecimiento de pastizales secos.
IMPACTOS DEL FUEGO: La gravedad de los impactos que se mencionan depende de la
elevación de temperaturas y de la duración del calor durante el incendio.
a) sobre la vegetación. Una consecuencia obvia del fuego es la alteración de la estructura y
composición de la vegetación. El fuego deja a menudo una gran cantidad de vegetación muerta o
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moribunda en pie. Así, algunos bosques quemados son, durante unos años, un hábitat adecuado
para pájaros carpinteros y otros animales que se alimentan de larvas xilófagas.
El calor afecta a los tallos de las plantas, deshidratando los tejidos o matando al árbol, disminuye
la tasa de crecimiento, reduciendo el volumen óptimo aprovechable, incrementa la frecuencia de
enfermedades y deprecia el valor de la madera
Los ecosistemas vegetales más próximos a la madurez ecológica arden con más dificultad que
otras formaciones vegetales y después del incendio la regeneración de la cubierta original, con
igual
composición
y
estructura,
es
más
rápida.
El éxito en la recuperación de las diferentes especies vegetales afectadas por el incendio depende,
por un lado, de la adaptación de éstas al fuego - este hecho favorece el desarrollo de estas
especies llamadas pirófitas- y de las condiciones ambientales posteriores al incendio: fertilidad,
iluminación, oscilaciones térmicas.
En los momentos iniciales después del incendio empiezan a recuperarse las especies dotadas de
mecanismos de resistencia al fuego, así como algunas plantas herbáceas que se ven favorecidas
por el momentáneo aumento de la fertilidad y por la ausencia de competidores. Posteriormente se
inicia la regeneración de las especies antes existentes que van desplazando a las especies
oportunistas, dominantes en el momento inicial.
Sin embargo, la recurrencia de los incendios en un mismo lugar favorece que las especies mejor
adaptadas al fuego se conviertan en dominantes y que la vegetación instalada sea cada vez más
pirófita.
Especies que son capaces de rebrotar vegetativamente a partir de órganos subterráneos (como
Quercus, Genista, Cytisus y herbáceas con bulbo y rizomas) tienen una gran ventaja porque
solamente tienen que regenerar las partes aéreas. Cualquiera que sea la estación, todas estas
especies responden durante los dos primeros meses tras el fuego. Lo mismo ocurre con las
especies que ven favorecida la germinación de sus semillas después del fuego, como la Brea. Sin
embargo, las semillas de especies no adaptadas al fuego resultan perjudicadas por el calor.
El fuego de intensidad mediana puede estimular el rebrote de algunas especies vegetales con lo
que se mejora la calidad nutritiva del follaje por un par de años.
b) sobre la fauna. El efecto que tenga el fuego sobre la fauna dependerá en gran medida de la
intensidad de éste. Fuegos muy intensos y de rápido avance matan un gran número de animales
de escasa movilidad. A mayor intensidad del fuego, una mayor proporción de semillas e insectos
son eliminados con lo que los animales que se alimentan de éstos se ven afectados.
La destrucción de los ecosistemas y las cadenas tróficas dificulta la regeneración de la fauna
preexistente antes del incendio, fundamentalmente por la ausencia de estrato vegetal que aporte
alimento y lugares adecuados para la nidificación, madrigueras, etc. y por las condiciones
extremas que presenta el suelo
En un incendio, la fauna se ve afectada por el fuego, la onda de calor o los procesos de asfixia
debidos a los humos. Las altas temperaturas hacen que muchos mamíferos, aves e insectos
mueran o emigren a otros lugares. La fauna más afectada es la menos móvil.
Las aves y otros vertebrados de fácil movilidad migran hacia zonas limítrofes con las áreas
incendiadas y se van recuperando a medida que se va regenerando la cubierta vegetal. Por otro
lado, la repetición de incendios en una determinada zona boscosa, provoca el abandono definitivo
de las especies más exclusivas, por ejemplo del bosque interior, que son sustituidas por otras más
generalistas, mejor adaptadas a los espacios despejados (sin cubierta arbórea).
Para los invertebrados el suceso puede ser mucho más severo, ya que miles de individuos de
diferentes especies pueden morir en un solo incendio. Cantidades de avispas y abejas, por
ejemplo, son fácilmente atrapadas por el humo y el fuego al estar visitando flores y frutos, o
directamente en sus panales, refugios y colmenas. Durante la época seca de cada año, un
importante número de especies de insectos, incluida quizá la mayoría de especies de mariposas
del bosque seco, se encuentran en estado de latencia, bien sea en ramas, hojarasca, troncos secos,
raíces y corteza de árboles, y al ocurrir el incendio el fuego las elimina
El fuego, por medio del contacto directo o el calor, también afecta y mata componentes de la
macro y la microfauna asociada al suelo, tanto artrópodos como lombrices y otros grupos
comunes que desempeñan una labor básica a nivel del suelo.
Aunque en teoría podría suponerse que los vertebrados salen mejor librados en los incendios, se
tienen algunos reportes u observaciones de serpientes, venados, monos y aves que han sido
alcanzados directamente o afectados y muertos por efectos de incendios.
c) sobre el suelo. El suelo es el soporte y la fuente de nutrientes de la vegetación y la fauna. Es
un bien escaso, especialmente en los terrenos forestales, y difícilmente recuperable.
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Al eliminar, aunque sea temporalmente, parte de esos componentes biológicos, el fuego afecta
factores físicos del suelo, como la porosidad y la oxigenación, y le causa alteraciones
fisicoquímicas y estructurales en la gran mayoría de los casos, lo que luego repercute en una
menor fertilidad natural y en mayor compactación y erosión del suelo. En consecuencia,
disminuye la capacidad de infiltración y de recarga de los acuíferos provocando, finalmente,
menor disponibilidad de caudal, lo que es particularmente crítico en épocas de sequía
Tras la combustión, la materia orgánica vegetal se puede mineralizar o pasar a enriquecer
momentáneamente el suelo en forma de nutrientes. Sin embargo, una buena parte de los
elementos nutritivos se pierden en la atmósfera, contaminándola, debido a la volatilización que
sufren en el momento del incendio. Otros nutrientes se pierden disueltos en las aguas de
escorrentía.
d) sobre los microorganismos del suelo. Los microorganismos del suelo son responsables de
procesos biológicos de gran importancia, y se ven muy afectados por los incendios. En el caso de
las bacterias existe una esterilización inicial, debido a los efectos de la onda de calor y la
desecación del suelo. Mas tarde, el incremento del pH (disminuyen los niveles de acidez) y la
fertilidad favorecen la recuperación de éstas. Respecto a los hongos, no ocurre lo mismo y, en
general, resultan afectados negativamente, entre otras razones porque se adaptan mejor a los
suelos ácidos y el aumento del pH después del incendio les perjudica enormemente. Las
minorizas, hongos simbióticos con las raíces de diversas especies vegetales, resultan
especialmente afectadas.
e) sobre el clima. La destrucción de la cubierta vegetal supone también cambios importantes en
el clima de la zona afectada. La mayor exposición a la radiación solar hace que el ambiente se
caliente, aumentando la evaporación y reduciendo la humedad relativa.
f) sobre las aguas. Un incendio altera el balance hídrico de la zona afectada. En los suelos
quemados, el agua de lluvia apenas se infiltra porque las cenizas y otras partículas finas tapan los
poros, y el agua que fluye por escorrentía superficial aumenta sensiblemente.
Además, la vegetación que amortiguaba la lluvia desaparece con el fuego, por lo que ésta tiene un
gran poder erosivo. Este agua arrastra numerosas partículas y cenizas en suspensión y grandes
cantidades de nutrientes disueltos que contaminan los cauces naturales. Cuando estos materiales
sedimentan, colmatan el fondo de ríos, estuarios, embalses y ríos.
g) sobre la calidad de la atmósfera. Los incendios liberan a la atmósfera CO2, compuestos
nitrogenados e hidrocarburos, además de partículas de carbón y cenizas de distinto efecto según
su tamaño. Otros gases liberados en grandes cantidades a la atmósfera por los incendios son los
compuestos nitrogenados y diversos hidrocarburos. Los compuestos más contaminantes se
liberan cuando la combustión es incompleta, cuando el frente de fuego es muy rápido o en las
combustiones humeantes posteriores al incendio.
h) sobre los balances hidrológicos. Como consecuencia de los incendios, los balances
hidrológicos resultan profundamente alterados. Por un lado se reduce la cubierta vegetal que
hacía de paraguas respecto al agua de lluvia (evitando la escorrentía superficial = erosión), y que
permitía el retorno de ésta a la atmósfera mediante la transpiración de las plantas.
Por otro lado, el incendio incrementa la impermeabilidad del suelo, sobre todo de aquellos más
orgánicos, ya de por sí muy impermeables cuando están excesivamente secos, impidiendo la
penetración del agua en el suelo, y reduciendo así la humidificación de éste.
Complementariamente, la infiltración del agua de lluvia se ve dificultada por la destrucción de la
estructura superficial del suelo (arrastre de las cenizas, y otras partículas finas) que origina una
compactación del suelo al quedar los poros obturados impidiendo la penetración del agua.
Como consecuencia de estos procesos, aumenta considerablemente la escorrentía superficial,
duplicándose los valores habituales. Con las primeras lluvias tras el incendio se originan las
mayores escorrentías de agua superficial, hasta un 20% de la precipitación, cuando lo normal es
que no supere el 5% de la lluvia caída
i) sobre el paisaje. Finalmente es preciso analizar el impacto de los incendios sobre el paisaje. El
paisaje es un elemento integrador de muchos valores imposibles de evaluar únicamente bajo
parámetros medibles. Globaliza valores estéticos y emotivos, culturales, científicos y ecológicos.
En Catamarca, los incendios más devastadores obedecen al "rejuvenecimiento" de pastizales y, en
segundo lugar a la limpieza de banquinas, pues son los menos controlados.
Los incendios de pastizales en Catamarca ocurren todos los años, comenzando generalmente en
el mes de julio o agosto y extendiéndose hasta septiembre u octubre, representando ésta la peor
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época del año para tal práctica debido a los fuertes vientos y a la sequedad del ambiente y el
suelo.
Los incendios se inician principalmente en los pastizales de las cumbres de las cadenas
montañosas de Ancasti y Ambato y en ocasiones afectan también las laderas boscosas de ambas
serranías.
El sofocamiento de tales incendios es difícil debido a la escasez de caminos y de suficientes
lugares de abastecimiento de agua. Cuando un incendio comienza, normalmente avanza en
función de la velocidad del viento y termina por apagarse cuando llega a algún curso de agua,
camino o zona rocosa carente de material inflamable.
Causa principal de los incendios.
El uso más generalizado del fuego se lleva a cabo en los pastizales naturales. En los meses
señalados los pastizales se encuentran secos (representando un material de alta inflamabilidad)
por lo que no aportan conveniente alimento para el ganado, razón por la cual los ganaderos
proceden a quemar los campos a fin de provocar el rebrote (o rejuvenecimiento) de los pastos
antes de que las condiciones climáticas (temperatura y humedad) sean favorables.
Con esta práctica se obtienen una serie de ventajas al estimular la brotación temprana de los
vegetales por efecto del calor. El estímulo de la brotación produce una mayor cantidad y calidad
de forraje, en una época donde la oferta de alimento para el ganado es baja. Se incrementa la
disponibilidad de forraje de mejor calidad al destruirse la materia seca no utilizable y otros
materiales indeseables, quedando a disposición del ganado los brotes tiernos más ricos en
proteínas y otros nutrientes, que el follaje viejo posee en baja proporción o está ausente.
Sin embargo, por lo general el fuego no se extiende de manera homogénea por toda la superficie
sino que hay áreas que se queman y otras que no se queman. En las áreas que resultan quemadas,
el fuego estimula el rebrote anticipado del pastizal, pero este rebrote se logra a expensas de las
reservas que la planta había acumulado al final de su período de crecimiento a fin de soportar el
invierno.
En nuestra provincia, la situación más corriente es que apenas aparecen los nuevos brotes verdes
son pastoreados con lo cual la planta queda sin reservas y con su aparato fotosintético
sensiblemente reducido. Al haber usado gran parte de sus reservas las probabilidades de producir
un nuevo rebrote son menores, en consecuencia sus posibilidades de no cumplir su ciclo son muy
grandes pues aún deben transcurrir unos dos a tres meses hasta que se inicie la temporada de
lluvias, con el agravante de que en este período puede haber ocurrencia de heladas.
Por otra parte, al haber disponibilidad de pastos verdes (el que rebrotó tras el paso del fuego)
coexistiendo con zonas de pastos secos (el que no resultó afectado por el fuego) determina que
los animales se concentren a pastorear en las áreas con los rebrotes tiernos. Esta situación
produce una sobrecarga de ganado sobre el área pastoreada, produciendo un efecto de pisoteo
sobre el suelo.
Así el suelo resulta compactado, dificultándose la germinación de las semillas y por ende la
instalación de nuevas plantas.
Relación del tamaño de la planta con la reserva de carbohidratos
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Reserva de carbohidratos
El esquema muestra la reserva de una planta antes (1) y después (2) de ser quemada. A medida
que la planta rebrota y crece la reserva de carbohidratos disminuye (2,3) hasta que los nuevos
brotes compensan por fotosíntesis los gastos de crecimiento y mantenimiento (4,5). Si en este
momento los pastos no son disturbados, se produce un excedente de fotosíntesis que permite
recuperar las reservas.
A medida que la cubierta vegetal va desapareciendo, aumenta el escurrimiento del agua cuando
ocurren las primeras lluvias, más aún si se tiene en cuenta las características torrenciales de las
precipitaciones en las zonas áridas y semiáridas. El aumento de la velocidad de escurrimiento
produce una disminución en la infiltración del agua en el suelo y paulatinamente se aceleran los
procesos de degradación.
Cuando el fuego es recurrente, con periodicidad anual en el caso de Catamarca, es común que se
generen cambios en la composición del pastizal. Las sucesivas pérdidas de estratos vegetales por
los fuegos no sólo afectan a la disminución de la cobertura vegetal sino también al
desmejoramiento paulatino de las comunidades vegetales, resultando favorecidas las plantas de
hojas duras y poco palatables y desfavorecidas las más tiernas y de buen contenido proteico. En
consecuencia, los campos de pastoreo se tornan cada vez más improductivos, disminuyendo tanto
la calidad del forraje como su digestibilidad.
De esta manera, la receptividad de los campos disminuye y cada vez soporta menos ganado.
Como expresa Primavesi (Op.Cit.) el uso del fuego para provocar el “rejuvenecimiento” de
pastizales es un método barato a corto plazo pero muy caro a largo plazo.
Sin embargo, así como existen numerosas referencias acerca de los efectos negativos del fuego,
existen otros tantos que sindican al fuego como factor de estabilidad y aún mejoramiento de
algunos ecosistemas. Se debe diferenciar entre fuegos accidentales y fuegos prescriptos. Fuegos
accidentales son aquellos causados por factores humanos y/o naturales que no poseen supervisión
ni planificación, y el hombre no tiene control sobre sus posibles efectos y/o consecuencias en el
ecosistema y la comunidad en general. El fuego prescripto se distingue del anterior por tener
objetivos claros y requerir condiciones ambientales apropiadas para su implementación (humedad
relativa, velocidad del viento, temperatura del aire, etc.).
Esto significa que el fuego no es, en sí mismo, ni bueno ni malo. Todo depende de cómo y
cuando se lo aplique.
MALAS PRÁCTICAS AGRÍCOLAS
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La agricultura siempre ha constituido un impacto ambiental considerablemente fuerte, ya que por
lo general implica el talado casi total de áreas boscosas y, en cualquier caso, la erradicación
completa de la vegetación autóctona y su sustitución por especies cultivadas. También requiere
de obras de riego (incluyendo embalses de agua), canalización de ríos, etc. La agricultura
moderna ha multiplicado los impactos negativos sobre el ambiente, tales como la destrucción y
salinización del suelo, la contaminación por plaguicidas y fertilizantes, la deforestación o la
pérdida de biodiversidad y diversidad genética, la pérdida de hábitats y la pérdida de
heterogeneidad de ecosistemas.
Los principales efectos negativos son:
a) Destrucción de bosques.
Alrededor de 14 millones de hectáreas de bosques tropicales se pierden cada año. Se calcula que
la quema de bosques para dedicarlos a la agricultura es responsable del 80% al 85% de esta
destrucción.
b) Pérdida de diversidad alfa, beta y gamma
Consecuencia directa de la pérdida y/o fragmentación de bosques, que conduce a la alteración de
numerosos atributos de los ecosistemas y a la desaparición de especies de flora y fauna
consideradas “indeseables” por constituir “plagas” y “malezas”. Esto, a su vez, supone una
drástica reducción de los servicios ambientales de los ecosistemas afectados.
El monocultivo, práctica en la que enormes extensiones de terreno se cultivan con una sola
variedad de planta, supone un empobrecimiento radical del ecosistema con la consiguiente
pérdida de hábitats y de especies como así también de la diversidad genética.
c) Compactación y erosión del suelo:
La compactación del suelo resulta principalmente del uso de maquinaria inadecuada y reduce la
infiltración de agua, aumentando el escurrimiento superficial y por lo tanto la erodabilidad del
suelo.
La destrucción del suelo y su pérdida al ser arrastrado por las aguas o los vientos suponen la
pérdida, en todo el mundo, de entre cinco y siete millones de hectáreas de tierra cultivable cada
año, según datos de la FAO de 1996. El mal uso de la tierra, la tala de bosques, los cultivos en
laderas muy pronunciadas, la escasa utilización de técnicas de conservación del suelo y de
fertilizantes orgánicos, facilitan la erosión. Asimismo, la erosión de suelos suele ser la principal
causa de colmatación de embalses.
En los lugares con clima seco el viento levanta de los suelos no cubiertos de vegetación o de los
pastizales sobreexplotados, grandes cantidades de polvo que son la principal fuente de
contaminación del aire por partículas en estos lugares.
Efecto del suelo compactado sobre la vegetación
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Factores de Impacto I
María Cristina Morláns
SUELO COMPACTADO
Respiración acelerada, mayor
consumo de los productos
fotosintetizados
Desagregado y sellado del
suelo
Falta de oxigeno
Cosecha
pequeña,
de calidad
inferior
Disminución de la
infiltración
Absorción deficiente, unidades
portadoras no son oxidadas
Falta de agua a las
plantas
Metabolismo disminuye,
hay poca energía
Raíz crece menos,
explora menor espacio
Planta mal nutrida,
fotosintetiza menos
Raíz se debilita, absorbe menos
Tomado de Primavesi, A. 1984
d)
Salinización y anegamiento de suelos muy irrigados
Cuando los suelos regados no tienen un drenaje suficientemente bueno se encharcan con el agua
y cuando el agua se evapora, las sales que contiene el suelo son arrastradas a la superficie. Según
datos de la FAO casi la mitad de las tierras de regadío del mundo han bajado su productividad
por este motivo y alrededor de 1,5 millones de hectáreas se pierden cada año
e)
Uso excesivo de fertilizantes y plaguicidas
En muchos lugares del mundo su excesivo uso provoca contaminación de las aguas cuando estos
productos son arrastrados por la lluvia. Esta contaminación provoca eutrofización de las aguas,
mortandad en los peces y otros seres vivos y daños en la salud humana. Particularmente grave es
la contaminación de capas de agua subterránea, pues su saneamiento es difícil y costoso.
f) Agotamiento de acuíferos
En las zonas secas y soleadas se obtienen excelentes rendimientos agrícolas con el riego y en
muchos lugares, por ejemplo en los conocidos “oasis de riego”), se acude a las aguas subterráneas
para regar. Pero los acuíferos han tardado en formarse decenas de años y cuando se les quita agua
en mayor cantidad que la que les llega se van vaciando. Por este motivo las fuentes que surgían se
secan, desaparecen humedales tradicionales en esa zona, y si están cerca del mar el agua salada
va penetrando en la bolsa de agua, salinizándola, hasta hacerla inútil para sus usos agrícolas o
para el consumo humano.
g)
Consumo de combustibles fósiles
La agricultura moderna gasta una gran cantidad de energía para producir los alimentos. Esto
significa un elevado consumo de petróleo y otros combustibles y la emisión a la atmósfera de
gran cantidad de CO2, con el consiguiente efecto invernadero. A la vez la quema de bosques y de
pastizales es responsable muy principal del aumento de CO2 y de óxidos de nitrógeno en la
atmósfera.
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Factores de Impacto I
María Cristina Morláns
La actividad agrícola en la provincia de Catamarca
En toda el área cubierta por el Chaco Semiárido (que, además del Este Catamarqueño ocupa
también parte de las Provincias de Salta, Tucumán y Santiago del Estero, entre otras), la actividad
agrícola comienza a ser relevante después de los años '60, acelerándose a partir de 1970.
En nuestra provincia, la expansión del área cerealera en secano abarca principalmente los Dptos.
Santa Rosa y La Paz, en los que la superficie cultivada pasó de 3.076 y 2.333 has en 1969 a 18.763
y 5.380 has en 1988, respectivamente (CNA '88).
Este proceso de transformación del ambiente natural, conocido como "expansión de la frontera
agropecuaria", fue oficialmente impulsado mediante apoyo crediticio y/o desgravaciones
impositivas y tuvo por objeto el incremento de la producción de granos para exportación.
La habilitación de tierras para cultivo en el Este Catamarqueño implica un desmonte total,
desmonte que en la mayoría de los casos se realiza por medios mecánicos, siendo generalizado el
uso de topadora con pala frontal que, junto con la vegetación, arrastra también la parte más
superficial y fértil del suelo.
La decapitación del suelo conlleva por lo general a la pérdida total o parcial de la capa humífera, en
tanto que la denudación, posterior laboreo, cultivo y cosecha significa una brusca interrupción en el
ciclo de la materia y una fuerte alteración de las propiedades físicas y químicas del suelo.
Para el Ing. Agr. J.E. Luna (1986), la expansión de la frontera agropecuaria hacia el Chaco
Semiárido no respondió a ninguna planificación concienzuda. Por el contrario, parte de la
equivocada concepción de que con el desmonte se pueden tener campos similares a los de la
Pampa Húmeda (y en consecuencia las tierras se trabajan con la misma modalidad), sin
considerar que tanto el clima como los suelos tienen características muy distintas y exigen
tratamientos y precauciones igualmente diferentes.
Como consecuencia de este absurdo intento de "pampeanizar" al Chaco Semiárido, se produce
una desarticulación estructural del sistema edáfico, agotamiento o sensible disminución de la
materia orgánica y fertilidad del suelo, alteraciones en el ciclo hidrológico (más escurrimiento y
menos infiltración), desecación progresiva y, al cabo de pocos años de cultivo, una notable
disminución de la productividad agrícola. Los procesos erosivos se profundizan y en algunos
sitios se produce salinización y/o alcalinización del suelo.
Similares procesos, actuando en el Valle Central, de clima árido, vulneran aún más que en la zona
del Este los recursos vegetación y suelo, siendo aquí la erosión eólica mucho más manifiesta.
Bibliografía consultada.
Hudson, Norman, 1982. Conservación del suelo. Ed. Reverté S.A., Barcelona.
Kozarik, J. 1977. El recurso forestal y el manejo de zonas de captación. Notas para el curso
Evaluación y manejo de recursos naturales en cuencas hidrográficas de captación.
Morello, J. y C. Saravia Toledo, 1959. El Bosque Chaqueño. Rev. Agr. Del NOA 3:209-258
Morláns, M.C., 1996: Diagnóstico ambiental de la provincia de Catamarca, Aspectos cualitativos. Rev.
Aquí Universidad. Año III, No. 5. (:15-25)
Morláns, M.C., 1998. Diagnóstico y valoración ambiental del Bolsón de Pipanaco (Catamarca,
Argentina): Bases para el ordenamiento del espacio. (Tesis de Maestría)
Morláns, M.C., 2004. El papel ecológico de la vegetación (con especial referencia a las nacientes de
cuencas hidrográficas). Revista Aquí Universidad, UNCa. Año VIII, Nº 15. :15-17. Morláns, M.C., 2004.
Quema de pastizales de altura en Catamarca. Revista Aquí Universidad, UNCa. Año VIII, Nº 15. : 18-21
Primavesi, Ana. 1980. Manejo Ecológico del suelo. El Ateneo, Bs. As.
Primavesi, Ana 1984. Manejo Ecológico del Suelo. Ed. Ateneo. Bs. As.
Protocolo de Kyoto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático,
1997.
Walter, H., 1977. Zonas de Vegetación y clima. Ed. Omega, Barcelona.
ww.tecnun.es/Asignaturas/Ecologia/Hipertexto/06Recursos/121ImpactAmbAgr.htm
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