DERECHO INTERNACIONAL AMERICANO Y LA CARTA

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UEES
UNIVERSIDAD ESPIRITU SANTO
CENTRO DE INVESTIGACIONES
FOLLETO DE INVESTIGACiÓN No. 6
DERECHO
INTERNACIONAL
AMERICANO Y LA CARTA
DEMOCRÁTICA
INTERAMERICANA
Guayaquil, febrero de 2005
ISBN - 9978 - 25 - 031 - X
Reservados los derechos de autor de acuerdo a la Ley de
Propiedad Intelectual. Sin embargo, la Universidad de Espíritu Santo
UEES autoriza la reproducción parcial de este Folleto de
Investigación No 6, cuando se trate de citas académicas o
periodísticas, debiendo especificarse la referencia del autor, título de
la obra y, además, que se trata de una publicación de la UEES.
PALABRAS DEL RECTOR
Resulta altamente satisfactorio para la UEES,
Universidad Espíritu Santo, entregar a la opinión
pública el Folleto de Investigación No. 6, titulado "El
Derecho Internacional Americano y la Carta
Democrática Interamericana".
Dentro de ámbito de la globalización aparecen
nuevas tendencias, tal es el caso del Derecho
Internacional, que surge como un conjunto de
instituciones, principios, reglas, que son peculiares
de las Repúblicas del nuevo mundo y su existencia
se da por la inserción en el mundo de estas nuevas
repúblicas del Continente Americano. En este
documento se hace hincapié a aquellos avances que
ha tenido el Derecho Internacional Americano como
es la creación de la OEA (Organización de Estados
Americanos), la Carta Democrática Interamericana y
su aprobación por parte de los países miembros de la
OEA.
El mencionado trabajo puede ser consultado a partir
de la fecha de esta publicación en la página web de
la Universidad a la que se puede acceder mediante la
dirección http://www.uees.edu.ec y luego en el icono
del Centro de Investigaciones. De esta forma la
UEES, Universidad Espíritu Santo cumple con su
misión de educar y forjar los líderes del nuevo
milenio al mismo tiempo que divulga los resultados
de sus investigaciones.
Dr. Carlos Ortega Maldonado H. Ph. D
RECTOR
INDICE
EL DERECHO INTERNACIONAL AMERICANO Y LA CARTA
DEMOCRÁTICA INTERAMERICANA
Avances del Derecho Internacional Americano
La Carta de la OEA
Un nuevo aporte al Derecho Internacional Americano
Los otros peligros para la Democracia representativa
La cumbre de Québec
La elaboración del documento
La aprobación definitiva de la Carta Democrática Interamericana
Aspectos principales de la carta
Conclusiones
3
3
5
8
9
10
10
11
15
EL DERECHO INTERNACIONAL AMERICANO
Y LA CARTA DEMOCRATICA
INTERAMERICANA
Dr. Juan Carlos Faidutti*
Entiéndese por Derecho Internacional Americano, el conjunto
de instituciones, principios, reglas, doctrinas, convenciones,
costumbres y prácticas, que, en el dominio de las relaciones
internacionales, son peculiares a las Repúblicas del Nuevo
Mundo. La existencia de este Derecho proviene de las
condiciones geográficas, economlcas y políticas del
Continente Americano, de la manera como las Nuevas
Repúblicas nacieron y se incorporaron a la comunidad
internacional y de la solidaridad entre ellas existentes. El
Derecho Internacional Americano así comprendido, de modo
alguno tiende establecer un sistema internacional que tenga
por objeto separar a las Repúblicas de este hemisferio del
concierto mundial".
Con esta definición en 1925 el Instituto Americano
del
Derecho Internacional expresó su criterio sobre los debates
que desde 1883 se venían dando entre los propios juristas
americanos por cuanto se afirmaba o negaba la existencia del
Derecho Internacional Americano como se lo debatió en la
primera discusión doctrinaria entre los juristas argentinos
Amancio Alcorta y Carlos Calvo, siendo el abanderado de su
existencia el primero de ellos para, posteriormente, el
distinguido internacionalista chileno Dr. Alejandro Álvarez , en
1905, volvió a abrir el debate y afirmó que con la
• Magíster en Cíencias Internacionales y Diplomacia
Profesor de Derecho Internacional y Derecho Diplomático de la Universidad de
Especialidades Espíritu Santo.
denominación de Derecho Internacional Americano no quería
significar que existiese un Derecho distinto y mucho menos
antagónico, sino que mas bien se trataba de una disciplina
que estudiaba y normaba a un conjunto de problemas y
situaciones peculiares del Nuevo Mundo.
Según el Dr. Álvarez, la comunidad internacional americana
producto de la revolución de la independencia de 1810 era
distinta completamente a la del Derecho Internacional clásico
producto de la realidad europea.
Los principales principios doctrinarios que caracterizan a ese
derecho internacional americano defendido por Álvarez serían:
uti possidetis, ideado por Bolívar para las soluciones de los
conflictos territoriales; el principio de la no intervención; la libre
navegación de los ríos; abolición de la conquista; igualdad civil
de los nacionales y extranjeros; prohibición del cobro
compulsivo de las deudas; prohibición de la persecución racial
o religiosa; reglamentación de la neutralidad; igualdad jurídica
de los Estados y, por último el derecho de asilo, reclamación
de extranjeros y responsabilidad internacional del Estado por
causa de guerra civil.
En definitiva, en el mundo globalizado en el que nos toca vivir
no caben ahora nuevas polémicas sobre tan controvertido
asunto pero como expresa el Prof. Daniel Guerra lñiguez no
se puede desconocer la singularización de ciertos principios y
normas del derecho internacional en nuestro continente, ni
desconocer la existencia de instituciones jurídicas propias del
mismo.
Las ideas del ilustre libertador Simón Bolívar con el transcurso
del tiempo han germinado y se han fortalecido al hacerse
realidad los viejos sueños de integración motivo de la
convocatoria al Congreso Anfictiónico de Panamá convertido
2
posteriormente en conferencias panamericanas y asambleas
de la Organización de los Estados Americanos.
Avances del Derecho Internacional Americano.Un paso significativo para plasmar en la realidad esta rama
jurídica con características propias, pero sin afán de
convertirse en un derecho independiente, constituyó, para
nuestro criterio, la creación de la Organización de los
Estados Americanos, producto del tratado que con la
denominación de Carta fue aprobada en Bogotá y ratificada
posteriormente por los estados que conforman el Continente
Americano.
La Carta de la OEA. Aunque es por todos conocidas, considero que vale la pena
recalcar determinados propósitos de la organización en los
mismos que se reflejan las razones de las cuales se ha creído
en la existencia de un Derecho Internacional Americano.
Se habla de afianzar la paz y la seguridad del continente; de
promover y consolidar la democracia representativa dentro del
principio de la no intervención; de prevenir las posibles causas
de dificultades y asegurar la solución pacifica de controversias
que surjan entre los Estados Miembros; organizar la acción
solidaria de estos en caso de agresión; de procurar la solución
de los problemas políticos, jurídicos y económicos que se
susciten entre ellos. De promover por medio de la acción
cooperativa, su desarrollo económico, social y cultural; de
radicar la pobreza critica, que constituyen obstáculos al pleno
desarrollo democrático de los pueblos del hemisferio; y,
alcanzar
una
efectiva
limitación
de
armamentos
convencionales que permita dedicar el mayor número de
recursos al desarrollo económico y social de los Estados
Miembros.
3
También se me va a permitir enumerar los principios de la
Organización de los Estados Americanos en el que, en
muchos de ellos, se reafirman los principios clásicos del
Derecho Internacional pero que otros son característicos de
nuestro sistema regional.
Principios:
Articulo 3
Los Estados Americanos reafirman los siguientes principios:
a.- El derecho internacional es norma de conducta de los
Estados en sus relaciones recíprocas.
b.- El orden internacional está esencialmente constituido por el
respeto a la personalidad, soberanía e independencia de los
Estados y por el fiel cumplimiento de las obligaciones
emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho
internacional.
c.- La buena fe debe regir las relaciones de los Estados entre
sí.
d.- La solidaridad de los Estados Americanos y los altos fines
que con ella se persiguen, requieren la organización política
de los mismos sobre la base del ejercicio efectivo de la
democracia representativa.
e.- Todo Estado tiene derecho a elegir, sin injerencias
externas, su sistema político, económico y social; y a
organizarse en la forma que más le convenga; y tiene el
deber de no intervenir en los asuntos de otro Estado. Con
sujeción a lo arriba dispuesto, los Estados Americanos
cooperarán ampliamente entre sí y con independencia de la
naturaleza de sus sistemas políticos, económicos y sociales.
f.- La eliminación de la pobreza crítica es parte esencial de la
promoción y consolidación de la democracia representativa y
constituye responsabilidad común y compartida de los
Estados Americanos.
4
g.- Los Estados Americanos condenan la guerra de agresión:
la victoria no da derechos.
h.- La agresión a un Estado Americano constituye una
agresión a todos los demás estados Americanos.
i.- Las controversias de carácter internacional que surjan entre
dos o más Estados Americanos deben ser resueltas por medio
de procedimientos pacíficos.
j.- La justicia y la seguridad sociales son base de una paz
duradera.
k.- La cooperación económica en esencial para el bienestar y
la prosperidad comunes de los pueblos del Continente.
i.- Los Estados Americanos proclaman los derechos
fundamentales de la persona humana sin hacer distinción de
raza, nacionalidad, credo o sexo.
m.- La unidad espiritual del Continente se basa en el respeto
de la personalidad cultural de los países americanos y
demanda su estrecha cooperación en las altas finalidades de
la cultura humana.
n.- La educación de los pueblos debe orientarse hacia la
justicia, la libertad y la paz.
Podemos concluir, en ésta primera parte, que los principios
enunciados de la carta demuestran, insisto, que existe el
Derecho Internacional Americano y que en ningún caso se
opone al Derecho Internacional Contemporáneo sino que lo
complementa y enriquece como sostiene el jurista colombiano
Marco Gerardo Monroy Cabra.
Un nuevo aporte al Derecho Internacional Americano.En la carta de la OEA en 1948 se define a esta institución
como una entidad conformada por países cuyo sistema de
gobierno "es la democracia representativa" y determina que tal
sistema debe imperar en el Hemisferio pues es una condición
indispensable para la estabilidad, la paz y el desarrollo de la
región, por lo que la Organización debe promover y consolidar
5
este sistema .Por otra parte, el segundo inciso del primer
artículo de la carta establece el principio de No Intervención
en asuntos de la jurisdicción interna de los Estados Miembros .
Con estos antecedentes, debido las continuas rupturas del
orden constitucional y a la implantación de gobiernos militares
en buena parte de los países latinoamericanos , los Estados
miembros de la OEA no pudieron cumplir el primero de sus
postulados ya que, de lo que menos se podía hablar entre los
Estados miembros era del imperio de la democracia
representativa.
Recién, sólo en los últimos doce años se crearon y pusieron
en marcha mecanismos concretos de respuesta ante la
amenaza a la estabilidad de los gobiernos democráticos, como
lo reconociera el ex-Secretario General de la OEA, Dr.César
Gaviria.
El primer paso lo dieron los Ministros de Relaciones
Exteriores, reunidos en Santiago de Chile con ocasión del XXI
periodo de sesión de la Asamblea General de la OEA, quienes
teniendo presente que la democracia representativa es la
forma de gobierno de la región y que su ejercicio efectivo,
consolidación
y
perfeccionamiento
son
prioridades
compartidas, declararon solemnemente "su determinación de
adoptar un conjunto de procedimientos eficaces, oportuno y
expeditos para asegurar la promoción y defensa de la
democracia representativa, de conformidad con la Carta de la
OEA".
Para hacer efectiva esta determinación aprobaron la
resolución 1080 en virtud de la cual "en caso de que se
produzcan hechos que ocasionen una interrupción abrupta o
irregular del proceso político institucional democrático o del
legítimo ejercicio del poder por un gobierno democráticamente
electo en cualquiera de los Estados miembros de la
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Organización", se faculta al Secretario General, al Consejo
Permanente, a la reunión Ad-Hoc de Ministros de Relaciones
Exteriores o a la Asamblea General, según el caso, para
"analizar colectivamente los hechos y adoptar las decisiones
que se estime apropiadas" .
Aunque la resolución tuvo una enorme trascendencia pues se
trataba de una verdadera identificación de la OEA con la
democracia representativa, sin embargo, se consideró
evidente que la aplicación de la resolución 1080 no era
suficiente para legitimar esta "intervención" de la OEA en
asuntos de la jurisdicción interna de los Estados, porque
aquello no era posible por la disposición del primer artículo de
la Carta de la Organización, la cual no podía ser desvirtuada
con una mera resolución de la Asamblea General.
Por este motivo se volvió ineludible aprobar en Washington,
en el XVI período extraordinario de sesiones, el Protocolo
Modificatorio por el cual se facultó a la Organización para
"suspender" la representatividad de los gobiernos que
hubieren sido instaurados en un Estado Miembro por el uso de
la fuerza.
El artículo noveno incluido en la Carta por esta reforma,
faculta a la Asamblea General, por primera vez, en forma clara
y explícita, para aprobar esta suspensión.
El artículo nueve en mención dice así:
la
organización
cuyo
gobierno
Un
miembro
de
democráticamente constituido sea derrocado por la fuerza
podrá ser suspendido del ejercIcIo del derecho de
participación en las sesiones de la Asamblea General, de la
Reunión de Consulta, de los Consejos de la Organización y de
las Conferencias Especializadas así como de las comisiones,
grupos de trabajo y demás cuerpos que se hayan creado.
7
a) La facultad de suspensión solamente será ejercida cuando
hayan sido infructuosas las gestiones diplomáticas que la
Organización hubiere emprendido con el objeto de
el
restablecimiento
de
la
democracia
propiciar
representativa en el Estado miembro afectado.
b) La decisión sobre la suspensión deberá ser adoptada en
un período extraordinario de sesiones de la Asamblea
General por el voto afirmativo de los dos tercios de los
Estados miembros.
c) La suspensión entrará en vigor inmediatamente después
de su aprobación por la Asamblea General.
d) La Organización procurará, no obstante la medida de
suspensión, emprender nuevas gestiones diplomáticas
tendientes a coadyuvar al restablecimiento de la
democracia representativa en el Estado miembro afectado.
e) El miembro que hubiere sido objeto de suspensión deberá
continuar observando el cumplimiento de sus obligaciones
con la Organización
f) La Asamblea General podrá levantar la suspensión por
decisión adoptada con la aprobación de dos tercios de los
Estados miembros.
g) Las atribuciones a que se refiere este artículo se ejercerán
de conformidad con la presente Carta.
De este modo se resolvió el conflicto: vigencia de la
democracia representativa versus principio de no intervención,
a favor de la primera. Como expresara quien fuera Canciller de
la República Oriental del Uruguay, doctor Eduardo Rodríguez
Larreta: el principio de no intervención no puede ser invocado
para atentar impunemente contra todos los demás principios.
Los otros peligros para la Democracia representativa. En el seno del
Consejo Permanente de la OEA, el
representante del Ecuador señaló que el artículo nueve, que
acabamos de comentar, hace referencia exclusivamente al
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caso de los "Gobiernos derrocados por el uso de la fuerza", y
que por lo tanto era necesario tratar otros casos en los que,
también se ponía en peligro la democracia representativa,
como por ejemplo, el abuso del poder por parte de los
gobiernos o los gobernantes, y que en dichas circunstancias
debía de juzgarse y analizar lo que había sucedido en el
interior de ese estado ya que su gobierno había perdido su
calidad o categoría democrática por abusar de su poder.
Igualmente existía un tercer riesgo para la democracia, tan
grave como las anteriores: El riesgo de la anarquía provocada
por los excesos de la oposición, que es el peor de los peligros
para la democracia porque es, inevitablemente, el preámbulo
de la tiranía.
La Cumbre de Québec. Los Jefes de Estado y de Gobierno del Hemisferio en la III
Cumbres de las Américas, celebrada en abril del 2001, en la
ciudad de Québec decidieron reforzar los instrumentos de la
OEA para que ésta pueda efectuar una defensa activa de la
democracia representativa que consistía en la facultad para
excluir de los órganos y actividades de la Organización, a los
gobiernos de los estados miembros en los que se hubiere
producido "cualquier alteración o ruptura institucional del orden
democrático".
En la Declaración emitida, como resultado de la Cumbre, los
mandatarios del Continente afirmaron que el compromiso
compartido con la democracia y el estado de derecho es "una
condición esencial" para la participación en el proceso de las
Cumbres. Asimismo, encomendaron a sus cancilleres la
redacción de una Carta Democrática que "refuerce los
instrumentos de la OEA para la defensa activa de la
democracia representativa".
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La elaboración del documento. La propuesta inicial de la Carta Democrática Interamericana
fue presentada por el gobierno del Perú y patrocinada por
Costa Rica, Estados Unidos y Canadá. Luego de la cumbre,
representantes de los Estados miembros elaboraron un
documento de trabajo para presentarla a consideración de la
Asamblea General de la OEA reunida desde el 3 hasta el 5 de
junio en San José, Costa Rica. En esta reunión los Ministros
de Relaciones Exteriores de las Américas aceptaron el
documento de base de la Carta Democrática Interamericana y
encomendaron a Consejo Permanente su fortalecimiento y
ampliación.
Una vez que el Consejo Permanente aprobó la elaboración y
el proyecto de resolución "Carta Democrática Interamericana"
se procedió a convocar al vigésimo octavo período de
sesiones extraordinario de la asamblea general a celebrarse
en la ciudad de Lima, Perú, el día 1O de septiembre de 2001
con el fin de aprobar la Carta Democrática Interamericana.
La aprobación definitiva
Interamericana. -
de
la
Carta
Democrática
El 11 de septiembre del 2001, en la ciudad de Lima, Perú
durante el XXVIII Período Extraordinario de Sesiones de la
Asamblea General de la Organización de los Estados
Americanos, fue aprobada por aclamación por los cancilleres y
representantes de los XXXIV países miembros de la OEA la
Carta Democrática Interamericana en cumplimiento de la
expresa instrucción de los Jefes de Estados y de Gobierno del
Hemisferio reunidos en la 111 Cumbre celebrada en la ciudad
de Québec y de lo acordado por los Ministros de Relaciones
Exteriores y de las Américas, con ocasión del XXXI Período
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Ordinario de Sesiones de la Asamblea General, en San José
de Costa Rica.
Vale la pena dejar constancia que los países miembros de la
organización realizaron sendas consultas a la sociedad civil e
instituciones académicas con el fin de lograr, en lo posible un
consenso generalizado sobre un asunto de tanta
trascendencia para la vida institucional de nuestro continente.
Como veremos luego del estudio del texto, se desprende que
la Carta en mención permitirá la sistematización de los
principios y propósitos de los sistemas democráticos recogidos
en la Carta constitutiva en otros instrumentos de la· OEA Y en
las constituciones nacionales. Además, facilitará la adecuación
y desarrollo de mecanismos conjuntamente acordados por los
países miembros con el objeto de conceder mayor eficacia a la
promoción y defensa de la democracia en el Hemisferio.
Aspectos principales de la Carta. En el artículo primero se establece que los pueblos de
América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la
obligación de promoverla y defenderla pues ésta es esencial
para el desarrollo social, político y económico de los pueblos
de las Américas.
Considero interesante señalar que la Carta no se conforma
con esta declaración, sino que, además, señala que son
elementos esenciales de la democracia representativa, entre
otros, el respeto a los derechos humanos y las libertades
fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción
al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas,
libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto
como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural
de partidos y organizaciones políticas; y la separación e
independencia de los poderes públicos.
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En la Carta también se reafirma que la democracia es
indispensable para el ejercicio efectivo de las libertades
fundamentales y los derechos humanos, en su carácter
universal, indivisible e interdependiente consagrados en las
respectivas constituciones de los Estados y en los
instrumentos interamericanos e internacionales de derechos
humanos (Art.7).
En el artículo 12 se deja constancia que la pobreza, el
analfabetismo y los bajos niveles de desarrollo humano son
factores que inciden negativamente en la consolidación de la
democracia, por lo cual los Estados Miembros de la OEA se
comprometen a adoptar y ejecutar todas las acciones
necesarias para la creación de empleo productivo, la
reducción de la pobreza y la erradicación de la pobreza
extrema, teniendo en cuenta las diferentes realidades y
condiciones económicas de los países del Hemisferio. Este
compromiso común frente a los problemas de desarrollo y la
pobreza también destaca la importancia de mantener los
equilibrios macroeconómicos y el imperativo de fortalecer la
cohesión social y la democracia.
En el artículo 4 que habla sobre el fortalecimiento y
preservación de la institucionalidad democrática, se
establecen los pasos que deben seguirse dentro del seno de
la OEA para intervenir en los casos que se considere que está
en peligro la democracia en uno de los países Americanos.
En el artículo 17 se dispone que cuando el gobierno de un
Estado Miembro considere que está en riesgo el proceso
político institucional democrático o su legítimo ejercicio del
poder, podrá recurrir al Secretario General o al Consejo
Permanente a fin de solicitar asistencia para el fortalecimiento
y preservación de la institucionalidad democrática.
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Por otra parte, cuando en un Estado Miembro se produzcan
situaciones que pudieran afectar al desarrollo del proceso
político institucional democrático o el legítimo ejercicio del
poder, el Secretario General o el Consejo Permanente podrá,
con el consentimiento previo del gobierno afectado, disponer
visitas y otras gestiones con la finalidad de hacer un análisis
de la situación. El Secretario General elevará un informe al
Consejo Permanente y éste realizará una apreciación
colectiva de la situación y, en caso necesario, podrá adoptar
decisiones dirigidas a la preservación de la institucionalidad
democrática y su fortalecimiento.
El artículo 19 especifica que la ruptura del orden democrático
o una alteración del orden constitucional que afecte
gravemente el orden democrático en un Estado Miembro
constituye, mientras persista, un obstáculo insuperable para la
participación de su gobierno en las sesiones de la Asamblea
General, de la Reunión de Consulta, de los Consejos de la
Organización y de las conferencias especializadas, de las
comisiones, grupos de trabajo y demás órganos de la
Organización.
En el artículo 20 se refiere al caso en que en un Estado
Miembro se produzca una alteración del orden constitucional
que afecte gravemente a su orden democrático, cualquier
Estado Miembro o al Secretario General podrá solicitar la
convocatoria inmediata del Consejo permanente para revisar
una apreciación colectiva de la situación y adoptar las
decisiones que estime conveniente.
No se descarta que el Consejo Permanente pueda disponer la
realización de las gestiones diplomáticas necesarias, incluidos
los buenos oficios para promover la normalización de la
institucionalidad democrática. Si dichas gestiones resultaren
infructuosas o si la urgencia del caso lo aconsejare, el
Consejo Permanente convocará de inmediato a un período
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extraordinario de sesiones de la Asamblea General para que
ésta adopte las decisiones que estime apropiadas, incluyendo
gestiones diplomáticas.
Pero si la Asamblea General, en su período extraordinario de
sesiones, constata que se ha producido la ruptura del orden
democrático en un Estado Miembro y que las gestiones
diplomáticas han sido infructuosas, tomará la decisión de
suspender a dicho Estado Miembro del ejercicio de su derecho
de participación en la OEA con el voto afirmativo de los dos
tercios de los Estados Miembros. Esto no obsta para que la
organización realice gestiones diplomáticas para el
restablecimiento de la democracia en el Estado Miembro
afectado.
En el artículo 22 se contempla el levantamiento de la
suspensión por parte de la Asamblea General cuando se haya
superado la situación que motivó la suspensión. Esta decisión
se adoptará por el voto de los dos tercios de los Estados
Miembros, de acuerdo con la Carta de la OEA.
En el capitulo V se establece que los Estados Miembros son
los responsables de organizar, llevar a cabo y garantizar
procesos electorales libres y justos pero dichos Estados, en
ejercicio de su soberanía, podrán solicitar a la OEA
asesoramiento o asistencia para el fortalecimiento y desarrollo
de sus instituciones y procesos electorales, incluido el envío
de misiones preliminares para ese propósito. Con tal finalidad,
el gobierno del Estado solicitante y el Secretario General
celebrarán un convenio que determine el alcance y la
cobertura de la misión de observación electoral de que se
trate. Las misiones de observación electoral presentarán
oportunamente al Consejo Permanente, a través de la
Secretaría General, los informes sobre sus actividades.
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CONCLUSIONES
1°._ La Aprobación de la Carta Democrática Interamericana
simboliza el consenso que existe entre los países miembros
de la Organización de Estados Americanos sobre el
concepto de democracia y su responsabilidad de
protegerla. De hecho, el continente americano es la única
región del mundo que dispone de un instrumento preciso
para defender la democracia. Esto constituye un
compromiso que han adquirido los gobiernos de América
ante sus pueblos pues éstos tienen derecho a vivir en
democracia y sus gobiernos están en la obligación de
promoverla y defenderla. Sin lugar a dudas la Carta,
materia de este estudio, representa un aporte significativo
del Derecho Internacional Americano, pues contiene
características propias no consideradas en otras normas
del Derecho Internacional Contemporáneo.
2°._ La Carta Democrática Interamericana es una
declaración aprobada por unanimidad por los países
miembros de la OEA. Como no constituye un tratado que,
de acuerdo con el Derecho Internacional, es de obligatorio
cumplimiento para las partes, considero que sería
necesario convertir la Carta en un tratado para que sea
aprobado y ratificado por los 34 gobiernos que hicieron la
declaración. Sin embargo, si aplicamos en forma extensiva
el nuevo criterio sobre derecho consuetudinario, resulta que
sí existe la opinio juris, es decir la convicción de los
Estados de que esa declaración es jurídicamente
obligatoria.
3°._ En el artículo primero de la Carta de la OEA, se señala
que ninguna de sus disposiciones la autoriza a intervenir en
asuntos de la jurisdicción interna de los Estados miembros.
Debido a este enunciado puede interpretarse que existe
una contradicción con la Carta Democrática Interamericana
ya que ésta señala procedimientos muy claros en que se
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autoriza a intervenir a la OEA cuando se encuentra en
peligro el sistema democrático de uno de sus miembros.
Personalmente considero que no puede interpretarse como
intervención un acto en que los Estados en forma voluntaria
se han comprometido, en una declaración solemne, a
aceptar una acción legitimada por la Carta Democrática
Interamericana cuando se encuentra en peligro la razón de
ser del sistema interamericano.
16
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