Siempre nueva y mágica primavera

Anuncio
11212 berriak p10-33
7/3/05
12:14
Página 24
berriak/noticias
Siempre nueva y mágica primavera
FOTO: MIKEL ARRAZOLA
TEXTO:
JULEN REKONDO
Si cada estación climatológica supone una serie de cambios en los elementos que componen los ecosistemas, la primavera puede ser
calificada como el renacer y resurgir
de la vida. Alimento y agua en abundancia, apareamientos, crianza, migraciones, floración... Una época sin
igual para descubrir esos mágicos
mecanismos que regulan el sorprendente equilibrio de los ecosistemas.
La orografía y los componentes climatológicos existentes en la Comunidad
Autónoma del País Vasco provocan variaciones incluso dentro del propio territorio. Como consecuencia, la primavera
puede hacerse notar de forma más intensa en unos u otros puntos. Tanto en animales como en vegetales los cambios
provocados en la primavera son básicamente hormonales y fisiológicos, y se desencadenan debido a la temperatura, fotoperíodo y disponibilidades de agua y
alimento. Aunque tradicionalmente se
dio a la temperatura una gran importancia como mecanismo básico, parece que
24
sustrai.71
su importancia no es tal, siempre y cuando se mantenga entre unos determinados
límites. Contrariamente al caso de la primavera, para los procesos de largo letargo invernal, tanto en vegetales como en
animales, su importancia parece que es
mayor. El fotoperíodo presenta dos componentes. Por un lado, el número de horas de luz que soporta el ser vivo a lo
largo del día; y por otro, la intensidad de
luz que le llega. Normalmente se le considera como mecanismo regulador básico, siendo responsable de que, en un momento dado, se dispare el instinto
migrador de ciertas especies de aves,
viajando en una u otra dirección en busca de climas más propicios.
AGUA
La disponibilidad de agua y alimento,
más que un elemento desencadenante de
toda una serie de procesos, es una consecuencia de la llegada de la primavera,
que permite el desarrollo de toda una serie de mecanismos ecológicos. Por ejemplo, las aves eclosionan cuando el número de insectos es mayor, y por tanto el
alimento es más abundante. Los vegetales germinan cuando, antes de los calores
estivales, la disponibilidad hídrica es mayor. Los animales de sangre fría crían
cuando la luz y la temperatura es tal que
las crías pueden mantener la temperatura corporal sin grandes esfuerzos. De esta forma, no hay mucho problema de que
los depredadores se alimenten de ellos
debido a su abundancia.
La Comunidad Autónoma del País
Vasco, a pesar de la profunda transformación del territorio que ha sufrido derivada de los procesos de industrialización,
urbanización y creación de infraestructuras, aún dispone de espacios con unos valores naturalísticos importantes, que da
gusto contemplarlos en la primavera,
aunque por supuesto también en otras estaciones. La existencia de tres regiones,
desde el punto de vista paisajístico en
que se divide nuestro territorio —atlántica, de transición y mediterránea— hace
que incluso las consecuencias ecológicas
de una u otra estación del año, puedan
ser algo distintas según nos encontremos
en una zona u otra. Así, las variaciones
climáticas existentes en cada zona condicionan unos tipos de vegetación, algunos
comunes pero otros diferentes.
En general y a fin de conocer cómo
influye la primavera, vamos a considerar
un ecosistema de bosques caducifolios.
Dentro del bosque caducifolio pueden
distinguirse el caducifolio propiamente
dicho y el bosque de hoja marcescente,
esto es, que la hoja ya seca, permanece
en el árbol durante la mayor parte del invierno. La primavera, pues, influye de
dos formas. En el caducifolio activando
el proceso de formación de nuevas yemas, y en el de hoja marcescente activando la suelta de hoja y la generación
de la yema.
VIDA
En los bosques caducifolios, al igual que
en la mayoría de los ecosistemas, la primavera condiciona el desarrollo de la vida animal. Las agallas de los robles,
donde han permanecido escondidas una o
varias larvas de insectos parásitos, según
especies, vuelven a recobrar vida permi-
11212 berriak p10-33
7/3/05
12:14
Página 25
tiendo que los animales salgan al exterior y mediante su picadura parasiten
nuevos árboles.
En los hayedos, los hayucos que habían caído el año anterior al suelo comienzan a germinar en un suelo húmedo, rico
en materia orgánica y que el sol comienza
a calentar, condiciones estas idóneas para
el desarrollo de la nueva planta. Las aves
que anidan en estos bosques lo hacen en
épocas más tardías que en los de hoja perenne. Este hecho, aparentemente sin importancia, no es otra cosa que un ejemplo
del perfecto mecanismo adaptativo entre
el reino animal y vegetal. Cuando los árboles están sin hojas cualquier nido puede
observarse con facilidad, y se encuentra
por tanto vulnerable al ataque de los depredadores. En cambio, cuando el árbol
tiene follaje desarrollado los huevos y polladas se encuentran ocultas y protegidas
por las hojas. En resumen, la primavera es
el momento idóneo para observar la naturaleza.
MIGRACIONES
Uno de los fenómenos más espectaculares que se producen en la primavera son
las migraciones, característica de dos
épocas del año. En el otoño llegan a
nuestros campos y bosques aves procedentes del norte de Europa, que buscan
territorios menos fríos para pasar el invierno. En la primavera las aves proce-
FOTO: MIKEL ARRAZOLA
den del sur de Africa, y lo que buscan es,
precisamente, un clima menos caluroso
que el de aquellos países para pasar el
verano y poder sacar adelante a sus crías. De todo ello se deduce que las aves
que nos visitan en primavera comenzarán
a invadir la Península por el sur, para ir
ocupando territorios más norteños a me-
dida que la entrada de la primavera dulcifica el clima. El mecanismo adaptativo
de todas ellas es perfecto. Cuando llegan
es el momento máximo de alimento; a
medida que éste se empieza a agotar, estas aves, migran hacia el Sur, donde debido a las condiciones climáticas vuelven
a encontrar alimento en abundancia.
EL ESPLENDOR DE LA ENREDADERA
Sin duda, una de las manifestaciones más interesantes de la primavera en el mundo
vegetal, es la espectacular floración que ejerce la glicinia, una enredadera de origen
oriental, que en esta época luce todo su esplendor en pérgolas y fachadas.La glicinia
no es una especie nueva. Las culturas china y japonesa sabían de su belleza y también de lo fácil que resulta su cultivo. Se cuenta que fue introducida en Europa en el
año 1816 por un marino inglés. La cuestión es que la planta tuvo enseguida mucho
éxito y en poco años las principales mansiones europeas tenían sus fachadas adornadas por cascadas de flores de la glicinia. En la Comunidad Autónoma del País Vasco
es posible también ver a estas verdaderas joyas de la naturaleza, que además del espectáculo que ofrecen cuando están en la floración, desprenden un delicado aroma
que para muchos es la esencia de la primavera.La glicinia se adapta perfectamente
a la climatología de la cornisa cantábrica, y los expertos aconsejan ubicarla en zonas
sombrías que miran al norte. Necesita, y eso es muy importante, abundante tierra
para desarrollarse y tener cuidado donde se planta por la fuerza de sus raíces. La
glicinia puede encontrarse en cualquier comercio especializado a precios que oscilan entre los 10 y los 30 euros, en función de su tamaño. La más común da flores moradas aunque las hay también blancas e incluso púrpuras.
sustrai
25
Descargar