La gestión transfronteriza más atractiva… sin atracción de

Anuncio
La gestión transfronteriza más atractiva…
sin atracción de residencia
Cristina Mayo y Miguel Sánchez Monjo
Funds People, 02/07/2015.
La Dirección General de Tributos (DGT) ha dado, hace unos pocos días, un
importante espaldarazo a la gestión transfronteriza de vehículos de inversión por
parte de sociedades gestoras españolas, mediante la emisión de su consulta
vinculante de 17 de junio (CV0496-15).
La gestión transfronteriza es una posibilidad que ofrece la normativa a las
sociedades gestoras españolas para poder desarrollar su negocio a escala
internacional y aprovecharse de nuevas oportunidades de gestión, sin limitarse
exclusivamente al mercado doméstico de vehículos de inversión.
Permite tanto gestionar vehículos extranjeros que tienen la consideración de
UCITS (tras la Directiva UCITS IV), como aquellos que encajan dentro del marco
de
la
Directiva
de
inversión
alternativa
(AIFMD).
Además,
no
implica
necesariamente establecerse en el lugar donde esté domiciliado el vehículo
extranjero (por ejemplo, a través de una filial o una sucursal), sino que puede
realizarse
íntegramente
desde
España,
sin
movilización
de
recursos
al
extranjero, en lo que se conoce como libre prestación de servicios.
Tampoco exige lidiar directamente con las autoridades nacionales del Estado
donde esté establecido el vehículo, sino que basta con remitir una comunicación
a la CNMV informando de la intención de gestionar el vehículo. Eso sí, la gestora
española tendrá que cumplir con la normativa nacional del vehículo en cuanto a
constitución,
política y
límites
de inversión,
contabilidad,
divulgación
de
información, comercialización, información a reguladores nacionales, etc.
Sin embargo, a pesar de estas ventajas, la gestión transfronteriza se ha visto
obstaculizada en la práctica, fundamentalmente por razones de índole fiscal.
En efecto, de acuerdo con el artículo 8 de la Ley 27/2014, de 27 de noviembre,
del Impuesto sobre Sociedades (en adelante, LIS), se consideran residentes a
efectos fiscales en España (y, por tanto, sujetos pasivos del Impuesto sobre
Sociedades español) a las entidades que tengan su sede de dirección efectiva en
España.
Consecuentemente,
aquellas
entidades
que,
aun
teniendo
su
nacionalidad y domicilio social en el extranjero, tengan su sede de dirección
efectiva en territorio español se considerarían, conforme al literal de la
normativa del Impuesto sobre Sociedades, entidades residentes en España y
sujetos pasivos del Impuesto sobre Sociedades español.
Se entiende, según la norma española, que una entidad tiene su sede de
dirección efectiva en territorio español cuando en dicho territorio radique la
dirección y control del conjunto de las actividades de la entidad. La norma
interna española no define qué se entiende por “dirección y control” a efectos de
determinar dónde se localiza la sede de dirección efectiva de una entidad, por
ello, habrá que atender a otras fuentes que puedan dar luz al respecto.
Así, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en el
Modelo de Convenio de la OCDE entiende por sede dirección efectiva al “lugar
donde se toman de hecho las decisiones comerciales clave y las decisiones de
gestión
necesarias
para
llevar
a
cabo
el
conjunto
de
las
actividades
empresariales o profesionales de la entidad. Todos los hechos y circunstancias
se deben tener en cuenta a la hora de determinar la sede de dirección efectiva ”.
En términos similares se ha pronunciado la Dirección General de Tributas en
diferentes consultas tributarias emitidas por el citado organismo.
Por tanto, el aspecto clave a los efectos de determinar dónde se localiza la sede
de dirección efectiva de una entidad es atender al lugar donde las operaciones
comerciales se lleven a cabo efectivamente y donde se tomen de manera
efectiva las decisiones de alto nivel relacionados con el control de la empresa.
Así,
podría
considerarse
transfronteriza
realizadas
que,
en
para
España
el
de
caso
de
actividades
vehículos
de
de
inversión
gestión
colectiva
extranjeros (de manera más evidente, si cabe, para vehículos con forma
societaria respecto de aquellos que no la tienen), la sede de dirección efectiva
de los mismos pudiera localizarse en España dado que es en esta última donde
se adoptan las decisiones claves comerciales y de gestión necesarias para la
actividad de los mismos.
Es precisamente esto lo que viene a aclarar la nueva consulta de la DGT. De
acuerdo con ésta, el hecho de que una gestora española gestione una institución
de inversión colectiva, armonizada o no, europea, no atrae a España la
residencia
fiscal
del
vehículo.
El
citado
organismo
considera
que
“…las
instituciones de inversión colectiva que tienen profesionalizada su gestión a
través de sociedad gestora, se dedican con carácter general a la mera tenencia
de las aportaciones de sus partícipes. Por tanto, puesto que la actividad
desarrollada por las instituciones de inversión colectiva mencionada (mera
tenencia de las aportaciones de los partícipes) es distinta a la actividad
desarrollada por sus sociedades gestoras, el hecho de que estas últimas sean
residentes fiscales en España no implica que las instituciones de inversión
colectiva extranjeras tengan su sede de dirección efectiva en España” .
Pese a la incertidumbre que generaba la gestión transfronteriza en España de
vehículos de inversión colectiva extranjeros, en los términos expuestos, la
Autoridad Fiscal, quizá a los efectos de equipararnos con otras jurisdicciones
europeas, ha optado por un enfoque más abierto que es de agradecer, y abre un
mundo de posibilidades para las gestoras españolas.
Descargar