Conforti santo dos grandes amores POR MARIO MENÍN El pasado día 23 de octubre (2011), Jornada Misionera Mundial, Guido María Conforti (1865-1931) ha sido proclamado santo. Nacido en la provincia de Parma (Italia), Conforti desde siempre pensó en ser misionero pero, a causa de su salud enfermiza, no logró realizar su sueño. Por esta razón concibió el audaz proyecto de dar vida a una Congregación misionera –los Javerianos– para que fueran hasta los confines del mundo a anunciar, con las palabras y las obras de Jesús, el amor de Dios para todos. Este audaz designio manifiesta el primer gran “amor” de Conforti, la misión ad gentes (a todos los pueblos) que él vivió de forma atípica, sin salir a “misiones”, pero siendo fiel a la Iglesia local, su segundo gran “amor”, a la que se entregó, como sacerdote diocesano y obispo, hasta la muerte. La Iglesia local y la Iglesia universal son las dos orientaciones de la vida de Conforti, los dos grandes “amores” que consideró siempre como complementarios, incluso cuando parecían excluirse recíprocamente. La grandeza de su santidad brilla sobre todo en este entramado fecundo entre particular y universal –“pastor de dos rebaños”, lo definió el Padre Vittorino Callisto Vanzín, aludiendo a la Iglesia de Parma y a las misiones en China– que el fundador contempló desde niño en el Cristo crucificado, “enviado” por Dios en un contexto particular, Israel, para la salvación y la reconciliación de todos los pueblos de la tierra. Misionero atípico POR: RINO BENZONI Esta colección de artículos y entrevistas fue publicado originalmente como un suplemento especial de la revista Misioneros Javerianos "italiano Missione Oggi. Los autores reflexionan sobre la figura y la vida de Guido Maria Conforti, después de leer la reciente biografía escrita por el padre Angelo Manfredi, Guido Maria Conforti, EMI, Bologna, 2010. Fotografía de la portada: Conforti viajando con dos Javerianos, el obispo Luigi Calza y el Padre. Eugenio Pelerzi, durante su visita a China en 1928. L a santificación de Mons. Conforti es para los javerianos, y para mí en particular, motivo de un gran gozo y de una grave responsabilidad. En efecto, el hecho de ser el sucesor de un santo me interpela profundamente y me da la posibilidad de comprender mejor hacia donde debería caminar la congregación, el secreto de sus éxitos así como la causa de sus fracasos y dificultades. Preparando este acontecimiento, me pareció importante no detenerme en el hecho externo o en la celebración en cuanto tal, con el peligro de transformarla en una auto-celebración, sino descubrir el significado que tiene para los javerianos de hoy. Estoy convencido, por lo tanto, que todo lo que hace la Iglesia – también en el caso de la santificación –, no es simplemente recordar hechos del pasado, incluso gloriosos, sino la celebración de la inspiración de Dios que ha obrado Rino Benzoni, misionero javeriano, nacido en San Lorenzo di Rovetta (Bérgamo Italia). Después de unos años como formador en Italia fue destinado a la R.D. del Congo. En 1995 fue elegido consejero general y. sucesivamente, en 2001, elegido superior general del Instituto, y reelegido en 2007. 2 Missione Oggi | octubre 2011 en Conforti y puede continuar obrando en nosotros, a condición de encontrar la misma apertura y correspondencia. LO ATÍPICO SIGUE SIENDO ACTUAL Conforti ha sido un gran misionero, aunque atípico. Sin él el rostro misionero de la Iglesia italiana y de la Iglesia universal, sería diferente. Pero ¿en qué consiste este ser atípico? Estuvo en misiones tan solo por un breve periodo – 40 días – para visitar a sus misioneros en China; Conforti no tiene nada de todo lo que típicamente ha caracterizado la figura del misionero, visto como un héroe; no ha luchado contra animales salvajes; no tenía la barba larga y descuidada; no ha construido grandes obras sociales ni sufrió persecución ni tampoco padeció el martirio. A pesar de no haber ido a misiones, Conforti ha sido un misionero completo. Es significativo el hecho que haya emitido su profesión religioso-misionera a perpetuidad, aunque en forma privada, el mismo día de su consagración episcopal (11 de junio de 1902) en la basílica de San Pablo, en Roma. En el mismo momento en que la Iglesia le vinculaba de forma definitiva a sí a través del gobierno de una diócesis – Rávena – haciéndole imposible salir a misiones, él reafirma delante de Dios su compromiso de dedicar toda su vida a la misión en la Congregación javeriana. Al contrario de lo que acontece con un religioso Cronologia Guido Maria Conforti nasce dia 30 de março de 1865 em Casalora de Ravadese (Parma) de Rinaldo e Antonia Adorni, oitavo de dez filhos; è batizado no mesmo dia. Em 1876 ingressa no Seminário de Parma. Em 1887 é nomeado vice-reitor e professor no Seminário. Dia 22 de setembro de 1888 é ordenado presbítero. Dia 15 de novembro de 1895 faz privadamente sua Primeira Profissão dos votos religiosos. Dia 16 de novembro de 1895 abre em Borgo Leon d’Oro a primeira casa do Instituto. Dia 4 de março de 1896 doutorase em teologia em Roma. Conforti fue una gran, pero atípico misionero. Sin él, la identidad misionera de la Iglesia italiana y de la Iglesia universal, no sería el mismo Dia 7 de março de 1896 é nomeado vigário geral. Dia 4 de março de 1899 envia para a China, na região do Shansi, os primeiros dois missionários. Dia 9 de junho de 1902 é nomeado arcebispo de Ravenna. que es nombrado obispo y que, en cierto sentido, pone entre paréntesis sus votos para que no sean obstáculo al servicio que le debe a la Iglesia local para la que es consagrado, Conforti se comprometió con voto a la misión. A esta opción permanecerá fiel a lo largo de toda su vida, no escatimando esfuerzos para ser misionero desde el lugar designado por la obediencia, siendo al mismo tiempo padre de misioneros y animador misionero. Los javerianos – y todos – encuentran en Conforti, por lo tanto, una enseñanza muy sencilla: que no es el lugar, a pesar de ser muy im- Dia 11 de junho de 1902 faz privadamente sua Profissão Perpétua dos votos religiosos e é sagrado bispo em São Paulo fora dos muros. Dia 18 de janeiro de 1904 envia quatro missionários para a região do Henan ocidental (China). Dia 15 de maio de 1906 a região apostólica do Henan é entregue aos cuidados dos Missionários Xaverianos. Dia 24 de setembro de 1907 é nomeado bispo auxiliar de Parma com direito de sucessão. Dia 12 de dezembro 1907, depois do falecimento de Dom Magani, toma posse da diocese de Parma. Dia 21 de abril de 1912 na catedral de Parma ordena o primeiro bispo xaveriano, Dom Luigi Calza, vigário apostólico da região do Henan ocidental (China). Dia 31 de agosto de 1918 é nomeado primeiro presidente da União Missionária do Clero da Itália, que ele contribuiu a criar em 1916: permanecerá presidente da mesma até 1927. Dia 6 de janeiro de 1921 a Santa Sé aprova definitivamente as Constituições do Instituto de São Francisco Xavier para as Missões Estrangeiras. Em 1928 visita as missões xaverianas da China: na ida (19 de setembro) viaja de navio, na volta (28 de dezembro) de trem pela Transiberiana. Em 1929 a região apostólica de Luoyang (China) é entregue aos cuidados dos Missionários Xaverianos. Dia 28 de outubro de 1931 é acometido pela doença. Dia 5 de novembro de 1931 falece em Parma aos 66 anos de idade. Dia 6 de outubro de 1904 o Papa Pio X aceita as demissões de arcebispo por causa da saúde. Dia 17 de março de 1996 é proclamado bem aventurado pelo Papa João Paulo II, junto ao fundador dos missionários combonianos, Daniele Comboni. Dia 4 de março de 1906 o Instituto recebe o decretum laudis tornando-se Instituto de direito pontifício. Dia 23 de outubro de 2011 é proclamado santo pelo Papa Bento XVI, junto ao fundador dos guanellianos, Luigi Guanella. Missione Oggi | octubre 2011 3 As estatísticas dos Missionários Xaverianos Bispos Presbíteros Diáconos Pernanentes Irmãos Estudantes já professos Total 1 633 1 29 128 792 Os Xaverianos no mundo Bangladesh Brasil Norte Brasil Sul Burundi Camarões-Chade Colômbia Congo RD Delegação Central Delegação Chinês Filipinas Japão Indonésia Itália México Moçambique Reino Unido Serra Leoa Espanha Estados Unidos Total 31 45 48 19 53 15 47 57 09 29 34 76 164 88 12 12 25 12 16 792 Os Xaverianos de acordo com a nacionalidade Bangladesh Brasil Burundi Camarões Chade Colômbia Congo RD Espanha Estados Unidos Filipinas Indonésia Itália México Reino Unido Serra Leoa Total SOURCE: MISSIONARI SAVERIANI, STATO DEL PERSONALE 2011. 4 Missione Oggi | octubre 2011 03 28 04 18 01 01 34 26 02 02 67 478 114 10 04 792 portante, lo que define al misionero, sino el corazón. Es lo mismo que definió el Concilio Vaticano II y que retomó Juan Pablo II: “La misión atañe a todos los cristianos” (Redemptoris missio 2), cada cual en los compromisos propios de su vida y en las condiciones en las que la providencia le llama a vivir. OBISPO MISIONERO A pesar de no haber ido a misión, Conforti fue un obispo “misionero”, modelo para todos los obispos y, en cierta manera, precursor de las enseñanzas conciliares: “Todos los Obispos... están consagrados no sólo para una diócesis, sino para la salvación de todo el mundo” (Ad gentes 38). Sus orientaciones, como las que propuso a su clero, debían privilegiar “a los que más necesidades tienen [...], a los pobres [...], a los que luchan contra males físicos y están desanimados [...], a los niños [...], y en particular a los descarriados, a los que fuera de la casa del Padre, nos odian [...]. A todos debemos llegar con nuestro ministerio y con solicitud, desinterés y amor, ofrecernos a todos” (Carta al Clero de la Diócesis de Parma, 2 de agosto de 1913). Es impresionante su actividad, a pesar de su delicada salud y los tiempos difíciles (socialismo ateo y propaganda anticristiana; primera guerra mundial, llegada al poder del fascismo, etc.). Obispo de una extensa diócesis – Parma – la recorrió de extremo a extremo en cinco ocasiones con motivo de las visitas pastorales y con todos los medios que tenía entonces a su disposición. Organiza congresos eucarísticos, semanas catequéticas, sínodos diocesanos. Recibe a las personas, visita a los enfermos y a los pobres. A todo esto hay que añadirle la preocupación constante por la con- gregación javeriana y el desarrollo de la misión en China. Y como si todo esto no fuera suficiente, fue invitado a presidir la recién nacida Unión Misionera del Clero (UMdC) durante diez años, recorriendo Italia para difundir entre el clero la urgencia de la colaboración con las misiones. UN SANTO EXTRA-ORDINARIO Hay muchas otras facetas significativas en la proclamación de Conforti como santo. En primer lugar quisiera subrayar que la santidad de Conforti está basada en cosas ordinarias vividas de forma extraordinaria. Lo afirma él mismo: “Unos concentran la santidad en las oraciones, otros en las penitencias y otros en los dones extraordinarios. La perfección está en una sola cosa: cumplir la voluntad de Dios” (s. d). Es una enseñanza que vale para todos, no sólo para los misioneros. La vida cristiana, en efecto, es eficaz sólo en la medida en que Dios obra en ella, como protagonista. Es lo que cuenta particularmente para el hombre moderno que, a pesar de vivir alejado de Dios, es tan sensible hacia quien manifiesta su presencia, hasta el punto de quedar seducido. Lo confirma uno de los primeros biógrafos de Conforti, el padre Vittorino Callisto Vanzín: “Conforti no ha hecho cosas extraordinarias. No ha pronunciado o escrito cosas originales o impresionantes [...]. No hacía nada extraordinario y decía sólo cosas conocidas. ¿Por qué su gesto educado y su voz amable tenían siempre un significado y una potencia superior que se percibían a primera vista? Porque todos los que se le acercaban, aunque por breves instantes, exclamaban: ¡Es un santo! Y a pesar de ello, no hacía milagros, no improvisaba discursos, no tenía ninguna manifestación que revelara profundidades insospechadas”. (Un pastore due greggi, Parma 1950, pág 6). Juan Pablo II sintetiza esta sensibilidad con una frase de mucha precisión: “El verdadero misionero es el santo” (RMi 90). El servicio que, desde hace años, ejerzo visitando las misiones y encontrando a los misioneros, me ha convencido de que la misión no depende tanto de nuestras obras o de nuestras organizaciones, siempre necesarias e importantes, cuanto de las obras que Dios realiza a través nuestro, o sea en proporción de nuestra santidad. “Algunos dicen que la santidad está en la oración, otros en la penitencia, otros en dones extraordinarios. La perfección consiste en una sola cosa: el cumplimiento de La voluntad de Dios” (G. M. Conforti) LA EXTRAÑA LÓGICA DE LOS SANTOS Otra característica de la santidad de Conforti es su extraordinaria confianza en la Providencia. Es lo que encontramos en todos los santos, por ejemplo también en don Luigi Guanella (18421915) que ha sido canonizado junto a Conforti. En 1899, cuando se trataba de empezar la construcción de la que ahora es la Casa Madre de los Javerianos, en Parma, Conforti se sirvió de la ayuda de unos políticos para organizar a nivel nacional una lotería. El proyecto fracasó. Pero Conforti sacó una conclusión: “El Señor ha querido, tal vez, hacerme comprender que en las obras para su gloria hay que confiar más en su divina Providencia, que si es necesario hace milagros, que en los recursos humanos” (Cenni storici dell’Istituto). “En esto he conocido la voluntad del Señor que ha permitido que no se alcanzara el fin deseado porque deseaba, en nosotros, mayor confianza en su admirable Providencia [...]. Casi como penitencia por mi poca confianza en la divina Providencia, he decidido empezar cuanto antes la construcción del Instituto” (Carta al P. Rastelli, 17 agosto 1899). ¡Esta es la peculiar lógica de los santos! Los dibujos que acompañan este artículo son obra de la artista Parma Matteoli y se toman del libro de V. C. Vanzin, Un pastore por greggi, ISME, Parma, 1950. Izquierda: el Templo del Cielo en Pekín. Página anterior, desde arriba: la Catedral Basílica, el Baptisterio y la residencia del obispo, la finca en Casalora, donde nació Conforti, el instituto misionero javeriano, el interior de la Basílica de San Vitale (Rávena), los Apeninos Parma. En la página 19: esbozo de Conforti. Missione Oggi | octubre 2011 5 Hoy, ¿fundaria Conforti una congregación? Entrevista a: Pier Giordano Cabra Pier Giordano Cabra, de la Congregación de los Piamartini, ha sido superior general de su Congregación y Presidente de la Conferenza Italiana Superiori Maggiori (Cism). Es autor de numerosos escritos de espiritualidad traducidos a diferentes lenguas. 6 Missione Oggi | octubre 2011 Guido María Conforti ha fundado una congregación religiosa de misioneros. ¿Por qué? ¿Era necesario dar vida a otra congregación para alcanzar el fin de la misión? Escuchemos la opinión de uno de los más competentes expertos de la vida religiosa, el padre Pier Giordano Cabra. Padre Pier Giordano, ¿por qué tantos fundadores de congregaciones religiosas son proclamados santos? Si Conforti hubiese sido “sólo” obispo de Parma ¿sería hoy santo? La respuesta la encontramos en el hecho de que una congregación religiosa es algo así como una familia en la que la santidad es considerada muy importante y, por lo tanto, favorece el reconocimiento de la santidad de todos sus miembros. No podemos saber si Conforti habría alcanzado el reconocimiento de su santidad sin ser el fundador de una congregación, pero el hecho de que sus hijos hayan favorecido este reconocimiento, muestra cuanto aprecian el ideal de la santidad en su familia misionera que ha aceptado este ideal, lo ha estudiado, lo ha hecho propio y lo ha difundido, asumiendo para sí todos los sacrificios necesarios para alcanzar esta codiciada meta. Roma no inventa a los santos. Examina y reconoce a los que son propuestos, antes de presentarlos como modelos para la Iglesia Universal. Conforti pertenece a una época en la que si alguien se proponía servir al pueblo de Dios, fundaba una congregación. Según su parecer, Conforti ¿fundaría hoy una congregación religiosa? Sí. Conforti pertenece a ese tiempo en el que las congregaciones religiosas, para alcanzar la finalidad de servir al pueblo de Dios, aseguraban seriedad en el compromiso, ahorro de gestión y fidelidad a la Iglesia. Con todo, la veo una respuesta muy apresurada, y sólo desde un punto de vista sociológico, sobre el por qué de muchas congregaciones que se dedican a la caridad, a la asistencia y a las mismas misiones. Pero usted me pregunta si hoy, en un tiempo en que los problemas se pueden resolver de manera diferente, Conforti fundaría una congregación religiosa. Hay que notar, aunque de forma resumida, que Conforti en ningún momento fue animado a fundar una congregación con votos. Incluso tuvo que superar las dificultades que le ponía Roma. Él, que emitió su profesión religiosa, a perpetuidad, la misma mañana de su consagración como obispo de Rávena, tenía en mucha estima la vida religiosa. Conforti insistió con firmeza para que su congregación de misioneros, fuera una familia religiosa. Y no por razones prácticas y operativas, sino por estar convencido de que la vida religiosa forma parte de la gran realidad de la vida apostólica, o sea de la misma vida de los apóstoles quienes, para responder a la llamada del Señor a seguirle, lo han dejado todo. Pero, según su parecer, ¿no es ésta una visión de élite de la misión? Conforti no afirma que, para ser misionero, hay que consagrarse con votos, sino que aquel que se consagra con votos puede vivir “a la manera de los apóstoles” que Arriba: Parma, el "inacabado" Casa Madre, que fue completado por Conforti entre 1900 y 1921; Arriba, izquierda: Conforti en una visita pastoral; abajo: el obispo de Parma, Evasio Colli, preside el proceso diocesano informativo sobre la santidad Conforti en 1942. Todas las fotografías en el expediente pertenece al Parma CSCS / Archivio Saveriano. lo han dejado todo (trabajo, familia y proyectos futuros) para seguir a Jesús; además, han promovido ‘comunidades apostólicas’ cuando el ideal era tener un solo corazón, una sola alma e, incluso, una única economía. Y después han estado disponibles para ir a anunciar el Evangelio por el mundo entero. El Nuevo Testamento refleja muy bien esta llamada a seguir a Cristo, reservada a los apóstoles y a pocas personas más. La “vida apostólica” está determinada por la llamada a convivir con Jesús, a compartir su vida, a poner en primer lugar sus prioridades, a enfrentarse a la realidad con sus intenciones y, sobre todo, con su libertad. Los Hechos de los Apóstoles presentan unas cuantas comunidades misioneras que difunden detalladamente el Evangelio y que aprecian a los que, como Pablo y Bernabé “han donado toda su vida” (o “arriesgado” su vida) por el nombre del Señor Jesús. ¿Qué visión tenía Conforti de la vida apostólica? Y ¿cuál es el rol de los laicos? La visión de Conforti se inspira en el Nuevo Testamento: apóstol es aquel que ha sido llamado a vivir en sintonía de vida con el Señor, hasta el punto de dejarlo todo para seguirle (discípulo). Y así, hecho semejante a él en la intención de dedicarse a Dios, puede decir con mayor autoridad moral las palabras de Jesús, manifestar con acciones la salvación y anunciar el Reino que viene. Por el hecho de que el mundo actual sea más bien sordo a esta dimensión, no quiere decir que ésta esté excluida de la misión cristiana. Deberá ser completada con los deberes, las responsabilidades y la espiritualidad de los laicos. Con todo, esta llamada particular sigue válida y sigue siendo repetida allá donde se anuncia el Evangelio, sin omitir nada, opportune et importune, para que la vida del apóstol de Cristo no sea olvidada. Cuando Conforti centra su espiritualidad y la de sus hijos en los votos de pobreza, castidad y obediencia, a pesar de utilizar un lenguaje propio de su tiempo, comprende bien su significado de “don total de sí a Dios”, como premisa de total disponibilidad a la misión. En su Carta Testamento del 1921 – exactamente hace 90 años – presenta la característica de sus religiosos “como resultado de estos factores: espíritu de fe viva que nos haga ver a Dios, buscar a Dios y amar a Dios en todas las cosas avivando en nosotros el anhelo de propagar por todas partes su reino; espíritu de obediencia [...], espíritu de amor intenso a nuestra familia religiosa [...] y de caridad a toda prueba para los miembros que la componen” (nº 10). Es interesante subrayar aquí que el deseo de la difusión del reino de Dios surja de un corazón seducido por Dios, que ha hecho la experiencia de su amor y por eso se siente lanzado a darlo a conocer a fin de que otros puedan gozar de su amor. La misión, antes de ser una entrega al hombre y a su promoción humana, es la participación en la pasión del “corazón adorable de Cristo” que ha venido a traer la vida que no sólo humaniza al hombre, sino que lo introduce en la misma vida divina. En los primeros siglos el obispo que vivía al estilo de los apóstoles, era llamado vir apostolicus. Conforti fue un “vir apostolicus” no solo por haber vivido a la manera de los apóstoles, sino por haber considerado este ideal como algo constitutivo de la misión de sus hijos. Un ideal que es algo incandescente capaz de madurar e implicar otras energías en beneficio de la misión, como consecuencia del ser cristiano. Es natural que alrededor de su familia religiosa hayan crecido otras formas de compromiso misionero, así como en la Iglesia primitiva surgieron alrededor de los apóstoles, comunidades cristianas y cristianos particulares que se han preocupado del anuncio del Evangelio en las diferentes formas de vida. Yo mismo he podido constatar la fecundidad misionera del espíritu de Conforti, hecho realidad por sus hijos en las diferentes partes del mundo. Y me alegro con ellos por haber mantenido viva la consigna de su fundador: para “hacer lo que han hecho los apóstoles”, hace falta “vivir como los apóstoles”. Y les agradezco su testimonio de vida religiosa que tanto honra el nombre cristiano, incluso en las más complejas situaciones. El árbol de profundas raíces ha dado y sigue dando frutos sustanciosos. El Santo Obispo, su fundador, puede estar orgulloso de ellos. (ENTREVISTÓ: MARIO MENÍN) Missione Oggi | octubre 2011 7 Actualidad pastoral y misionera Entrevista a: Ángel Manfredi Conforti fue formado y entrenado en la tradición teológica y espiritual de su época. Él vivió una vida de total dedicación a la Iglesia que le fue asignado a él. Han sido publicadas tantas biografías de Conforti, pero la suya tiene una característica particular, es una biografía “científica”. ¿Qué significa “científica” en el caso de Conforti? Las interesantes biografías de los Padres Bonardi, Vanzín, así como la última ampliada del Padre Luca, fundamentadas en documentos, son más bien divulgativas y, por lo tanto, no están cargadas con todo lo que transforma una biografía en un texto considerado científico. También la amplitud y los detalles de la reconstrucción son importantes para la rigurosidad científica. Por lo tanto, se puede decir que se trata de una biografía que no sólo quiere ofrecer un cuadro de la vida del santo, sino que la inserta en el contexto histórico y abre nuevas posibilidades de búsqueda. También hemos tenido en cuenta el hecho de que habrá lectores que no serán italianos sino de culturas y países lejanos y no podíamos dar por conocidos los acontecimientos del Renacimiento italiano y del Estado unitario, de la Guerra Mundial y del fascismo que encuentran aquí unas breves explicaciones. Angelo Manfredi, presbítero de la Iglesia de Lodi (Italia), doctor en Historia de la Iglesia por la Gregoriana de Roma. Enseña Historia de la Iglesia en los seminarios de Lodi, Crema, Cremona y Vigevano. Es coordinador de la Pastoral Juvenil en la diócesis de Lodi. 8 Missione Oggi | october 2011 ¿Qué tipo de santidad resalta de la biografía de Conforti? ¿Puede presentarla en pocas palabras? ¿Es irreverente decir que Conforti es un santo “normal”? Espero que no, aunque puede ser válido el principio que nadie, visto de cerca, es normal. Conforti no inventa un nuevo modelo de misión, no escribe textos que marcan caminos nuevos en la vida espiritual. Es un hombre que en su formación asimila los conceptos propios de la teología y de la espiritualidad de su tiempo, los hace propios con total convicción y los vive en una entrega total a la Iglesia que le viene asignada – antes en Rávena y después en Parma – intentando unir a este servicio pastoral su pasión por la misión, que fue una verdadera llamada. Conforti no es un santo “profeta”, según el sentido de este término, ni siquiera un gran e incomprendido innovador, sino un hombre que se ha hecho don, en una pastoral cotidiana vivida en términos tradicionales pero con mucha profundidad. Conforti tenía el deseo de ser misionero pero la salud no se lo permitió. ¿Qué idea de misión emerge de su biografía? Quiero distinguir entre la idea “consciente” de misión que Conforti aprendió en su formación y la forma efectiva en que después evolucionó. La primera está encerrada en el título de la revista que él fundó: “Fede e Civiltà” (“Fe y civilización”). Efectivamente a lo largo de todo el siglo XIX el misionero estaba llamado a llevar a las tierras de los “infieles” el patrimonio único de la fe cristiana y, al mismo tiempo, la civilización cristiana. En ese tiempo tanto los infieles como los no-cristianos, eran sencillamente “bárbaros”. Heredad de la antigüedad clásica, eurocentrismo y mentalidad colonial se unían en lo que hoy llamaríamos promoción humana o intercambio cultural. Durante el conflicto de la Primera Guerra Mundial, Conforti afirmaba que la “civilización” de ninguna manera podía identificarse con la barbarie del conflicto. Poco a poco, gracias a su espiritualidad, su apertura cultural y su capacidad de escuchar a sus misioneros y a algunos “expertos”, como al beato Paolo Manna del Pontificio instituto misiones extranjeras (Pime) o al representante del vaticano en China, Mons. Celso tán capacitadas para esto, que no es un privilegio para unos, sino un don para toda la Iglesia. Aclarado esto, Conforti, según mi parecer, es un santo completo y su santidad es una conquista espiritual, un verdadero caminar detrás de aquel Cristo que, en su niñez, y según le pareció, le habló desde la cruz. Decir que si su destino y su elección no le hubiesen hecho fundar los Javerianos su santidad no habría sido reconocida es, a fin de cuentas, una hipótesis bastante inútil. Todos sabemos que con los “si”, con las hipótesis... nunca se hace historia. ¿Cuáles son las características pastorales y misioneras que se pueden entrever en la biografía de Conforti? SAVERIANI / F. RAFFAINI "El crucifijo es el gran libro que se formaron los santos y que debe ser el mismo para nosotros. Todas las enseñanzas contenidas en el Santo Evangelio se resumen en el Crucifijo. Se nos habla con elocuencia sin igual, con la elocuencia de la sangre. Se nos inculca la humildad, la pureza, la humildad, desapego de las cosas terrenales, la uniformidad a la voluntad divina y, sobre todo, el amor a Dios ya los hermanos. San Alfonso ha hecho bien en escribir estas palabras a los pies de un crucifijo: Este es el verdadero amor! Por esta razón, el misionero que se va a tierras lejanas a anunciar la Buena Nueva, no se da ninguna otra arma que el Crucifijo, ya que este posee el poder de Dios ya través de él triunfará sobre todas las cosas y todas las personas después de haber triunfado sobre a sí mismo " (G. M. Conforti). Costantini, Conforti elabora la idea de una misión plenamente universal, que promueva la cultura y de la que puedan aprovecharse también las Iglesias que envían los misioneros. Personalmente estoy convencido que de la Unión Misionera del Clero (UMdC) mana una de las fuentes que han llevado a la actual visión de “cooperación entre las Iglesias”. Alguien afirma que si Conforti no hubiese fundado una congregación misionera nunca habría llegado a santo. ¿Es verdad? Vamos por partes: hay santos “oficiales”, porque son canonizados después de un proceso y hay santos “anónimos”. Puede ser que una congregación religiosa siga mejor que una diócesis un proceso canónico aunque, por mi experiencia, encuentro que también las Iglesias locales ya es- Lo primero que se puede decir es que Conforti, como todos los hombres del pasado, parece atado a un tiempo que nosotros ya no comprendemos. Conforti es más bien un obispo del “Concilio de Trento”, con la típica pastoral episcopal que incluye visitas pastorales y sínodos, mientras nosotros vivimos después del Vaticano II... Después, a través de los documentos, conocemos y comprendemos a la persona y su contexto histórico y nos damos cuenta que la manera con la que Conforti acepta los desafíos es interesante y nos hace pensar, a pesar de la diversidad. En su ministerio pastoral descubriría una gran capacidad de relaciones humanas, una real atención educativa y una presencia constante en su territorio. En particular: es un hombre que conoce su país y su gente y la defiende, sin ser El crucifijo que Conforti visitaba regularmente en su camino a la escuela. Se llevó a cabo en el Oratorio di Santa Maria della Pace, en Borgo delle Colonne, de Parma. Cuando él llegó a ser obispo, Conforti había restaurado y colocado en la casa del obispo. Hoy en día, es en el Santuario de Conforti a la izquierda del ábside. Missione Oggi | octubre 2011 9 FOR MORE INFORMATION Augusto Luca Guido Maria Conforti Bishop and missionary CSAM-Brescia, 2011 248 pgs, 10,00 Euro [email protected] Angelo Manfredi Guido Maria Conforti EMI, Bologna 2010 pp. 734, 28,00 Euro [email protected] Parma, Casa Madre, 09 de enero 1927: Conforti con Celso Costantini, el delegado apostólico en China, de visita en la comunidad Javeriana. 10 Missione Oggi | octubre 2011 una persona de poder. En cuanto al tema misionero se puede subrayar la centralidad de Cristo, la apertura cultural y, una vez más, la unión apasionada y muy rica entre el mundo que desde hace siglos ha sido alcanzado por el anuncio evangélico y los “aguiluchos” que van a misiones ad gentes. ¿Qué ha significado para usted, por su experiencia académica, sacerdotal y pastoral, escribir la biografía de Conforti? Algunos de los lectores de “Missione Oggi” recuerdan seguramente el nombre de Jacques Loew, dominico, sacerdote obrero entre los descargadores del puerto de Marsella que fundó una “escuela de misioneros”. En uno de sus textos afirma que la historia es siempre un encuentro entre personas (y añade: de otra forma estaríamos siempre al nivel del... ¡derecho canónico!). Bien: yo diría que una biografía es precisamente el encuentro con una persona. Anteriormente había estudiado la realidad de Parma y la región, el territorio y su gente y, por lo tanto, la comunidad. Por el contrario un trabajo biográfico se transforma, poco a poco, en un diálogo vivo con una persona, su formación, sus elecciones, los problemas con que se ha enfrentado y sus sensaciones. También con sus sentimientos aunque, en esto, Conforti ha sido siempre extremadamente reservado. Desde el punto de vista de la búsqueda, se ha tratado de un trabajo apasionante, ya que supone comprender a una persona, a través de la lectura de los documentos, para ver como se movió el personaje en el escenario de la historia. Entre otras cosas la documentación sobre Conforti es muy abundante, recogida con entusiasmo por el padre Franco Teodori en unos treinta grandes volúmenes y conservados con inteligencia y esmero en el Centro Studi Confortiani Saveriani (Cscs), en Parma, dirigido por el padre Ermanno Ferro, coautor del libro aunque no figure en la cubierta. Referente a mi ministerio sacerdotal, el diálogo con Conforti me ha permitido encontrar elementos esenciales, evidentemente de otros tiempos aunque todavía siguen válidos, que él ha vivido como presbítero y como obispo: una espiritualidad sencilla compuesta de escucha y de adoración, capaz de verlo todo a la luz de Jesucristo, rebosante de impulsos misioneros ad gentes, pero también hacia aquellos que Primo Mazzolari, en aquellos años, empezará a llamar “los lejanos”; una pastoral de presencia constante, de conocimiento del país y de la gente, de comprensión y valorización de las personas; una visión cultural firme, fundada en el sano realismo de los filósofos cristianos de la Edad Media y, no obstante, abierta a los problemas y a las riquezas del mundo moderno; un uso impresionante del tiempo, entregado a todos, abierto a varios frentes: desde la diócesis a la congrega- ción, desde la misión en China a la UMdC, a las orientaciones de la Santa Sede y a la enseñanza de la religión reintroducida en la escuela por el régimen fascista. Y añado: ha sido y sigue siendo una riqueza grande mi encuentro con los Misioneros Javerianos, tanto con los que viven en la casa madre de Parma, que siempre me han recibido amablemente, como con los que vuelven de las misiones por un periodo de descanso; tanto con los superiores y responsables como con los misioneros que he encontrado en sus misiones en los diferentes continentes... Y sigo preguntándome: desde el cielo, Conforti, siempre tan reservado en lo que se refería a su persona, ¿no estará enfadado conmigo por haberlo colocado en el centro de atención de todos? ENTREVISTÓ: MARIO MENÍN Obispo y misionero POR: SAVERIO XERES L Saverio Xeres es profesor de Historia de la Iglesia en la Facultad Teológica del Norte de Italia (Milán) y en el seminario de Como. Ha escrito varios libros entre los cuales destacamos: La Chiesa corpo inquieto (2003); Chiaro di luna (2008); y con G. Campanini: Manca il respiro; Un prete e un laico riflettono sulla Chiesa italiana (2011). Arriba: Conforti de regresar de China, el uso de ropa protectora contra el frío del ferrocarril transiberiano. Derecha: el P. Javerianos. Pío Pozzobon con algunos niños chinos. a biografía de Conforti publicada recientemente por Angelo Manfredi y elaborada desde una perspectiva científica, nos presenta la figura del obispo y misionero en toda su complejidad y profundidad. En particular este trabajo nos permite comprender en toda su amplitud la doble aportación a la vida de la Iglesia que constituye una característica propia de Conforti. Él fue plenamente fiel a la Iglesia local de la que fue hijo y pastor y a la Iglesia universal a la que enriqueció con una nueva congregación de misioneros ad gentes. No se trata, sin embargo, de dos orientaciones que caminan paralelas como dos vías férreas una al lado de la otra, sino de dos dimensiones íntimamente unidas y enlazadas. por lo tanto con el vivo deseo de entregarse al servicio de aquella Iglesia local, como sacerdote diocesano. Después, al conocer a través de una biografía la vida de san Francisco Javier, se abrió a un horizonte más amplio. Ordenado sacerdote en 1888, Conforti se quedó en el seminario como sustituto del rector, también por su precaria salud que puso a prueba incluso su misma ordenación sacerdotal. Mientras tanto iba tomando forma precisa y determinada su “pro- IGLESIA LOCAL E IGLESIA UNIVERSAL Conforti nació en la provincia de Parma (Italia) en 1865. Desde el seno de su familia pasó al seminario de su ciudad, Missione Oggi | octubre 2011 11 Su compromiso con los laicos POR: GIOVANNI FALSINA Giovanni Falsina, leigo, casado, de Brescia trabalhou por mais de vinte anos na redação da Editora La Scuola. Durante sete anos tem sido presidente diocesano da Ação Católica (1995-2002), Depois conselheiro nacional da mesma (2002-2007). Desde novembro 2010 é secretário do Conselho Pastoral diocesano. yecto misionero”: no como directa actividad apostólica – precisamente a causa de su mala salud – pero sí como formador de misioneros. Hay que notar que el entonces obispo de la diócesis, Andrea Miotti, no veía la oportunidad de esta idea. Será su sucesor, Francesco Magani, quien apoyará positivamente y animará la fundación de un seminario regional para las misiones extranjeras, particularmente para Asia. De esta manera Conforti podrá dar vida a su iniciativa que, a los pocos años, se transformará en una congregación religiosa, la de los Misioneros Javerianos, religiosos a través de la profesión de los tres votos tradicionales (castidad, obe- 12 Missione Oggi | octubre 2011 D esde hace años admiro la imagen de Conforti en las casas y en las revistas de los Misioneros Javerianos. Es un rostro a la vez serio y sereno: serio como todo lo que ha construido en su vida, en primer lugar la “familia” javeriana; sereno como el obrero del Evangelio que lo ha dado todo y que siempre ha confiado en la voluntad de Dios. Por razones familiares (el hermano Vittorio, javeriano, murió en un accidente de carretera en los Estados Unidos, en 2001: ndr) he conocido y apreciado a los Javerianos antes de conocer a su fundador aunque el aprecio hacia su persona me fue adelantado de forma discreta por mi padre, quien – hablando del Instituto de Conforti – añadía siempre con voz conmovida, que el fundador “era obispo de Parma”. Una realidad que resalta la primera característica de Conforti: su ser sacerdote hasta la plenitud del ministerio episcopal. La biografía de Angelo Manfredi resalta muy bien los momentos que han forjado en Conforti la disponibilidad para ofrecer toda su vida – entre fracasos y reinicios del camino – a su Iglesia local, como obispo de Rávena y de Parma, sin arrinconar su vocación misionera hacia los no cristianos. Desde un punto de vista laical, este círculo vicioso de docilidad al Espíritu y de fidelidad a sus dos grandes “amores” – la diócesis (Iglesia local) y la misión ad gentes (hasta los últimos confines) – es lo primero que emerge en la biografía de Conforti. ATENCIÓN POR LOS JÓVENES Desde mi punto de vista como comprometido en la Iglesia de Brescia, quisiera decir dos palabras para comentar, sobre todo, el compromiso eclesial de Conforti como obispo. Su ministerio se ha distinguido ante todo por su relación con el clero, las visitas pastorales, la catequesis y la formación de los laicos. En su “proyecto pastoral” resalta la convicción de que la catequesis y la formación religiosa de los jóvenes y diencia y pobreza) y con un cuarto voto particular de dedicarse a la “conversión de los infieles”. Mientras tanto, Conforti, que aún no había cumplido los 30 años, fue nombrado por el nuevo obispo vicario general de la diócesis. En esos mismos años, los últimos del siglo, salían para China los dos primeros javerianos; un envío que tendría un prematuro final. Pero ya está en marcha el doble programa de vida de Conforti a través de años de muy intensa actividad, visitando cotidianamente la casa de formación de los futuros misioneros y desarrollando sus actividades en el despacho de la curia episcopal. SEPARACIONES Y RE-UNIONES El prometedor comienzo de las dos orientaciones se interrumpió de forma repentina en 1902 por el inesperado (y, acaso, inoportuno) nombramiento del aún joven sacerdote como arzobispo de Rávena. El papa León XIII le había designado a aquella noble pero difícil Iglesia, seguramente por sus dotes de equilibrio y de mediación que había demostrado como vicario general. De hecho, Conforti se encontró al mismo tiempo aislado en su nueva diócesis – por la compleja situación local y una fuerte división entre su clero – y lejano de su fundación que se quedó en la ciudad de Parma. Se rompieron como por de los adultos, es el camino privilegiado para re-evangelizar una Italia que estaba perdiendo la fe. Las cinco visitas pastorales a la diócesis de Parma y el enorme patrimonio de sus homilías, responden a esta exigencia. No me atrevo a afirmar que Conforti se haya dado plenamente cuenta de este proceso de alejamiento de la fe en Italia (empezando por su ciudad de Parma). No obstante, es interesante observar como él sigue proponiendo la fe como una realidad “benéfica” para la vida de las personas y de la sociedad, “viático de civilización” por ser lo único que puede humanizar a la sociedad. Por otro lado, era indudable su convicción de que Italia era un país de “civilización cristiana” comparada con las “tierras de misión”. Merced a su optimismo en la “siembra”, entre los primeros años del novecientos y el fascismo, aumentó la vivencia de la fe sobre todo entre los campesinos y los habitantes de los valles de la provincia. Me parece obligado destacar el interés del obispo Conforti hacia los jóvenes. Catequesis y Círculos juveniles son los instrumentos para una “pastoral juvenil” que unía el aprecio de una educación integral y la vivencia de su fe. Los Círculos juveniles, que Conforti promueve en las parroquias, son instrumentos necesarios para la educación y la conservación de la fe de los jóvenes, además de su preparación para la “misión” en la sociedad. No son únicamente lugares de catequesis: en ellos se reza, se forma en la liturgia (otra intuición propia de Conforti), en el compromiso caritativo y social; más tarde, después del non expedit, también en campo político. Sobre todo son lugares de crecimiento de la relación entre coetáneos y de protección contra las iniciativas – tanto socialistas ateas como fascistas - cuyos resultados, desgraciadamente, ya son historia. Conforti no es un miedoso ni tampoco un provocador. Su relación con el poder político - y con el fascismo en particular – está caracterizada por la prudencia y la reducida relación, consecuencias de su carácter y de las finalidades esencialmente “religiosas” de sus obras. Esto no le impide amar y promover la Acción católica y sus movimientos juveniles, defendiendo con autoridad a sus protagonistas, su autonomía y sus estructuras, incluso cuando en 1931 – en Parma y en toda Italia – el Régimen ordena cerrar las sedes de esta asociación y persigue a sus líderes. En una sociedad y en una cultura que en ese territorio estaban empapadas de corrientes que prescindían de la fe, Conforti construye el edificio espiritual de su diócesis al tiempo que, de forma paralela, realiza el sueño de una familia religiosa de misioneros que, también en la actualidad, es apreciada por sentar juntos a la mesa profesores y alumnos, rectores y educadores, obispos diocesanos y... misioneros de 14 nacionalidades en 20 diferentes países del mundo. Poggio San Marcelo (Ancona), 23 de mayo de 1931, Conforti con los estudiantes misioneros del Seminario Menor. encanto los dos “amores” que, hasta aquel momento, habían caracterizado su vida. Todo esto caló tan fuerte en su ánimo que su salud, ya delicada y frágil, empeoró y le causó un fuerte sufrimiento interior de “impotencia” hasta el punto de presentar su dimisión a la sede arzobispal de Rávena, después de sólo 20 meses de episcopado. El triste regreso a Parma fue, a estas alturas, un hecho providencial ya que le permitió al joven obispo estabilizar su fundación, obtener el reconocimiento pontificio y darle nueva vida a la misión de China con el envío de nuevos misioneros. Pocos años después, a la muerte de Mons. Magani, Conforti le sucedió en su misma diócesis permitiéndole recomponer su doble servicio a la Iglesia local y a la Iglesia universal. En cuanto a la Iglesia local procedió según el tradicional modelo de obispo descrito por el concilio de Trento, añadiéndole las exigencias de los nuevos tiempos, sobre todo en el campo social, con iniciativas para el compromiso lai- cal y con una particular atención al clero numéricamente insuficiente y, a menudo, en situaciones problemáticas. En cuanto a la misión en China, Conforti se encontró implicado en un contexto social y político difícil (son los años de la revolución que terminará, en 1912, con la proclamación de la república); además, las dificultades internas en el joven instituto misionero fueron tales, que aconsejaron al Fundador ir personalmente a China con el fin de solucionar ciertas divisiones que se habían producido, y profundizar y consolidar los contactos con la Casa Madre. Fue un viaje que contribuyó también a consolidar su vocación mi- Missione Oggi | octubre 2011 13 sionera que, desde hacía unos diez años, se manifestaba aceptando, en 1918, ser el primer presidente de la Unión Misionera del Clero. Esta iniciativa había nacido por una intuición del padre Paolo Manna. Hacía falta implicar intensa y constantemente a los sacerdotes diocesanos en el trabajo de animación misionera entre los fieles. Era una idea que encajaba perfectamente en la estrecha relación existente entre pastoral “ordinaria” y apertura misionera que Conforti, el primero, ya había iniciado durante su ministerio. Izquierda: el P. Javerianos. Mario Lanciotti con algunas personas de edad avanzada de China, a continuación: Zhengzhou (Henan), noviembre de 1928, el Seminario para el clero local (primera fila, de izquierda a derecha): un sacerdote chino, el Giovanni Javerianos Gazza (rector), Luigi Calza (obispo) y Giovanni Bonardi con Conforti. UNA PROFECÍA PARA LA IGLESIA De lo anteriormente dicho, podemos concluir que Conforti dio vida en su persona a la nueva idea de misión como “colaboración entre las Iglesias” que alcanzaría su aceptación oficial sólo con Pío XII (en la Fidei donum [1957] para el envío del clero diocesano, sobre todo, a África) y después con el Vaticano II. En general, esta disponibilidad del obispo de Parma de abrir la Iglesia local a la Iglesia universal, se sitúa, de manera muy significativa, en el largo itinerario de la Iglesia contemporánea que va abriéndose más y más a la Iglesia universal, no sólo en cuanto extensión geográfica, sino también como comprensión de sí misma.. Además, no hay que olvidar que la inserción cada vez más amplia de los diferentes elementos eclesiales – sacerdotes y obispos, además de los religiosos; laicos e Iglesias locales – ha constituido una característica típica de la realidad contemporánea de la misión. Conforti, por lo tanto, interpreta y da crecimiento a una sensibilidad presente en la Iglesia de su tiempo que se había manifestado, hacia mediados del siglo XVIII, en diferentes instituciones como: la Obra de la propagación de la fe, la Santa Infancia, la Obra de San Pedro apóstol para el clero nativo. Ahora bien, captando y asumiendo la creciente sen- 14 Missione Oggi | octubre 2011 sibilidad misionera, Conforti expresa lo que es una típica actitud episcopal: hacerse intérprete e instrumento de síntesis de las riquezas que el Espíritu derrama en el Cuerpo de la Iglesia. LA CRUZ COMO SÍNTESIS SUPREMA Hemos recordado las dos tensiones complementarias que Conforti mantiene unidas con dificultades y sacrificios, incluso cuando parecen excluirse recíprocamente. ¿Cómo podía pensar en la misión un joven seminarista enfermizo a quien se le había pospuesto la Ordenación precisamente por su poca salud? ¿Cómo podía pensar en gobernar una familia misionera orientada al difícil mundo asiático si no había podido llevar adelante la compleja situación de Rávena? Pero Conforti no se desalienta ante los fracasos y busca posibilidades de revisión y de corrección de sus proyectos; en pocas palabras, sabe descubrir la fecundidad escondida.Se intuye aquí la raíz última de las dos dimensiones constantes de la vida de Conforti: la centralidad de Cristo crucificado en su tensión universal y la universalidad expresada de forma clara en su lema episcopal tomada de san Pablo (In omnibus Christus: Col 3,11) e idealmente identificada con aquel Cristo crucificado de una Iglesia de Parma que, desde niño, le había seducido y que, más adelante, quiso colocar en su obispado. Es este el motivo profundo por el que esta síntesis tuvo siempre en Conforti el sabor del sufrimiento y el perfume de la caridad: los dos requisitos esenciales de la santidad. Relaciones con los presbíteros POR: FLAVIO SALERI D ando un vistazo a la biografía de Conforti con la mirada de un párroco, me ha impresionado su modus operandi con los sacerdotes, sobre todo desde su autoridad de obispo. Fue impresionante también su capacidad de aguantar tensiones sicológicamente fuertes, en particular en el periodo de su presencia en Parma y de cultivar relaciones humanas positivas con sus sacerdotes (y con su gente). Esto dice mucho sobre la necesidad, actualmente muy sentida, de humanizar la pastoral y de invertir en la calidad de las relaciones humanas, para quedar encajonados, lo queramos o no, en el rol de curas u obispos funcionarios. La humanidad, lo sabemos, se expresa también en la estructura pastoral de una diócesis. Pues bien, Conforti se enfrentó a la grave insuficiencia de clero en su diócesis – había muchas parroquias de montaña sin párroco – nombrando a curas de confianza y capaces de relaciones humanas, para el servicio pastoral de más parroquias, pidiéndoles también que acompañaran a los de otras parroquias – a menudo jóvenes – que vivían solos o aislados. También hoy la disminución de clero hace imposible la presencia de un sacerdote en cada parroquia por lo tanto, en forma experimental, se están organizando las Unidades Pastorales, un modelo que deja a un lado la relación parroquia-párroco para pasar a otro de parroquias-equipos pastorales integrados por sacerdotes y operadores pastorales. Otro aspecto significativo de la biografía de Conforti, fue la animación espiritual y cultural del clero a través de cursos regulares de Ejercicios Espirituales y la institución de Círculos culturales para sacerdotes con temas de actualidad filosófica, histórica, moral, etc. Desgraciadamente la guerra interrumpió esta laudable iniciativa. También hoy la formación permanente sigue siendo el secreto para que el clero esté al día y responda a los desafíos de un mundo que cambia. Y a esto no sólo está llamado el sacerdote de forma individual, sino el presbiterio diocesano en cuanto tal. Perlaro di Pagazzano-Berceto (Parma), 2 hasta 3 ag 1927. Conforti disfruta de un paseo con sus alumnos durante el misionero sus vacaciones de verano. Flavio Saleri, presbítero de la iglesia de Brescia (Italia), Sacerdote Fidei Donum en Uruguay (1982-1992), además de director del CMC de Brescia (1992-2002) y del CUM de Verona (2002-2005). De 2005 al 2009 ha sido Rector del Seminario diocesano. Actualmente es párroco de Sta. Ángela Merici, en la misma ciudad de Brescia. Y por último sorprende en la biografía de Conforti su preocupación para que sus sacerdotes se formaran en la dimensión misionera. Por esto, se dedicó personalmente a la difusión de la Unión Misionera del Clero (UMdC), iniciativa ideada por el padre Paolo Manna, del PIME, y que pasará después a ser una Obra Pontificia. Se trataba de implicar a los obispos y a los sacerdotes en una más articulada y sistemática animación misionera de todos los cristianos, para una ayuda más activa a la obra misionera por parte de todos. Fue un anticipo de las enseñanzas que el Vaticano II nos ha dejado en el documento sobre la animación misionera y la cooperación entre las Iglesias, como cumplimiento de la pastoral ordinaria. De hecho, después de casi un siglo (1916), el mensaje de la UMdC aún no ha entrado de lleno en los sacerdotes diocesanos. Nadie duda de que en ellos haya una mayor sensibilidad misionera ad gentes, pero aun es escasa la cooperación entre las Iglesias. Estamos aún muy lejos de pensar y realizar una pastoral integrada en la que el ad gentes sea adoptado como nueva actividad de la pastoral. Decididamente es un punto en el que hay que insistir más en los cursos de formación permanente y en las propuestas que puedan hacer la diócesis, tal vez, precisamente recordando el ejemplo del obispo misionero Conforti. Dos cosas que me han impresionado de Conforti POR: LUCIANO MONARI N o hay acontecimientos impresionantes en la vida de Conforti, ni originalidades extraordinarias, ni tampoco aventuras que nos emocionen. Conforti se parece a la encarnación de la santidad que Pío XI definió como un “no hacer cosas extraordinarias, sino hacer extraordinariamente bien las cosas ordinarias”. Tiene un compromiso pastoral muy claro en sus programas: catequesis, grupos juveniles, animación misionera. Empeño fuerte pero, también aquí, sin cosas excepcionales. Y con todo hay dos cosas que me han impresionado. La primera es que todo lo que Conforti ha logrado crear con lo que cree, conoce y hace, lo ha realizado de forma congénita. Leer y com- Luciano Monari, biblista, desde 1995 hasta 2007, obispo de Piacenza/Bobbio además de vicepresidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) (2005-2010). Desde 2007 es obispo de Brescia. También ha impartido clase de exégesis del Evangelio de San Juan a los estudiantes Javerianos en el Instituto teológico de Parma. El texto que publicamos está tomado de la “Presentación” del libro de Angelo Manfredi: Guido María Conforti (EMI Bologna 2010, pág 11-14). prender un estudio de Santo Tomás, es problema de inteligencia; pero no siempre – más bien raramente – lo que se comprende se transforma en algo capaz de plasmar deseos y sentimientos. Conforti pudo con eso: la teología y la moral que ha estudiado se han transformado en su mundo interior, en sus pensamientos y en sus deseos. Hasta el punto que su pastoral podría ser acusada de un exceso de “intelectualismo”, convencido de que si los cristianos estuvieran instruidos en la fe, el problema de la perseverancia estaría prácticamente resuelto. De hecho, así ha vivido él: seguro de una verdad, ésta se transforma en parte integrante de su vida. La segunda es una gran capacidad de “volver a empezar”, de fusionar acontecimientos nuevos e imprevistos en el camino de su vida. La vida de Conforti no fue como él la había imaginado. No obstante, a través de situaciones críticas y difíciles, fracasos y desilusiones, ha llegado donde le dirigía su experiencia inicial. Se siente misionero y no puede ir a misiones por motivos de salud; entonces será padre y maestro de misioneros. Presenta al obispo su proyecto de formación misionera pero recibe una negativa; entonces esperará y será lo que Dios quiera. De esta forma su vida avanza siempre a través de nuevas renuncias a las que Conforti tendrá que acomodarse. Y lo hace serenamente como quien está totalmente convencido de que las cosas deben ir por ese camino. Por lo menos es lo que aparece. Lo que le haya supuesto esta actitud de “santa indiferencia”, nunca lo sabremos. Tenía un pudor este hombre que no le permitía manifestar demasiado sus sentimientos. Pero su capacidad de transformar sus fracasos en oportunidad de crecimiento, era algo sorprendente. Brevemente: Conforti es una persona “normal”, con muchas capacidades pero sin ser genial. Su actitud frente a la cuestión romana, a la guerra y al fascismo es equilibrada y sabia; no tiene nada de lo que, hoy en día, denominaríamos “profético”. Sus elecciones pastorales se sitúan algo más por encima de las actitudes de los demás obispos de su tiempo: óptimas, sin ser novedosas o extraordinarias. No percibe muy bien la revolución “cultural” que se está preparando, pero no es sólo un problema suyo. Muy pocas personas, en aquellos años, se daban cuenta de que el mundo estaba recorriendo caminos nuevos y que se alejaba, cada vez más, de la Iglesia. Su vida es una verdadera obra maestra de fe. Conforti es un hombre auténtico. Ha previsto su vocación y la ha realizado con constante fidelidad a través de los momentos fáciles o difíciles de su vida. Y siempre ha sido una persona libre; se ha dejado conducir por los acontecimientos o, mejor, se ha dejado conducir por Dios a través de los acontecimientos. Por ejemplo, me ha impresionado su actitud frente a las severas críticas, según mi punto de vista, poco nobles de algunos misioneros de China. Cuanto le hayan hecho sufrir es difícil de imaginar; no obstante, en su actitud no aparenta resentimiento: no se queja, no acusa ni se defiende; busca solamente conocer qué alternativa pueda responder mejor a los problemas reales. Lo restante no depende de él y él, con corazón libre, lo entrega al Señor. Ufficio abbonamenti: Tel. 030.3772780 - E-mail: [email protected] Redazione: Via Piamarta, 9 - 25121 Brescia - Tel. 030.3772780 - E-mail: [email protected]