DISCURSO DEL PRESIDENTE DEL CAESA EN LA ENTREGA DE RECONOCIMIENTOS A LOS PROGRAMAS ACREDITADOS DE LA ESCUELA NACIONAL DE MUSICA DE LA UNAM “¿A qué retos se enfrenta la educación musical en la cultura actual?” La pregunta no es gratuita y la plantea David Lines en su interesante libro La educación musical para el nuevo milenio. “Es evidente, que el mundo que llamamos ‘música’ está experimentando un rápido cambio tecnológico, expresivo y conceptual”1. Cómo responder a esos cambios, en y desde las Universidades, es asunto nodal. En el ámbito universitario la música haya su lugar desde el siglo XIII como una de las disciplinas del Quadrivium medieval juntamente con la Aritmética, la Geometría y la Astronomía. “En España, la tradición de impartir música en la Universidad se remonta al año de 1254, cuando con motivo de la promulgación de los estatutos de la Universidad de Salamanca por parte de Alfonso X El Sabio, se incorporó la enseñanza de la música en una doble vertiente teórico-practica” 2; convirtiéndose así, “la Universidad de Salamanca en la primera que otorgaba títulos de música” 3. Poco tiempo después los harían Paris, Bolonia y Oxford. En el caso de México, si bien a instancias de un grupo de aficionados a la opera –entre los que destacan Ignacio Manuel Altamirano y Melesio 1 David K. Lines (Coord.). La educación musical para el nuevo milenio: El futuro de la teoría y la práctica de la enseñanza. Editorial Morata, Madrid, 2009. [. 13. 2 Ma. Del Mar Gutiérrez Barrenechea y Carmen Cecilia Piñero. La formación de intérpretes profesionales en los conservatorios en el marco de la reforma educativa: Madrid como paradigma. Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid, 2007, p. 35. 3 Agencia nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación. Libro Blanco. Título de grado en historia y ciencias de la música. ANECA, 2005. P. 21. Morales- se constituye como tal el Conservatorio de Música en 1866; el momento decisivo en la academizacion de las prácticas musicales bajo un modelo universitario se da, como bien nos lo recuerda la investigadora María Esther Aguirre Lora, “la mañana del 7 de octubre de 1929, [cuando] el maestro Estanislao Mejía, director interino de la recién creada Facultad de Música de la Universidad Nacional, inaugura los cursos y, haciendo referencia a los conflictos, aspiraciones y limitaciones del momento, traza las líneas de lo que se pensaba debían ser los estudios universitarios” 4. Para el compositor nacido en 1882; la misión de la Facultad de Música de la Universidad era “ampliar, robustecer y definir en un orden racional la educación artística e intelectual de los músicos mexicanos” tendiendo “a ensanchar los conocimientos, no sólo artísticos sino intelectuales y orgánicos a sus alumnos”. Ocho décadas después, en la inauguración del Primer Foro sobre la Misión de la Escuela Nacional de Música, en enero de 2001; el maestro Luis Alfonso Estrada señaló: “La búsqueda del virtuosismo en el instrumento ha dejado de ser el único objeto de estudio de los interpretes”5. A lo largo de su historia, para la Escuela Nacional de Música la apuesta por una formación integral ha sido constante. Para el Consejo para la Acreditación de la Educación Superior de las Artes (CAESA); “la acreditación es el proceso mediante el cual una agencia o asociación legalmente responsable otorga reconocimiento público a una escuela o programa especializado que alcanza ciertos estándares 4 María Esther Aguirre Lora. “La Escuela Nacional de Música de la UNAM (1929-1940): Compartir un proyecto” en Perfiles educativos. Tercera Época, año XXVIII, No. 111. P. 92. 5 Luis Alfonso Estrada Rodríguez. “Primer Foro sobre la Misión de la ENM. Discurso inaugural”. Memoria. El proyecto cultural de la UNAM en el siglo XXI: México y su diversidad cultural. Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2002. P. 9. educativos” 6. Por supuesto, dicho proceso de dar fe pública de la calidad de un programa dista mucho de ceñirse a un paradigma mecanicista. En el CAESA valoramos la evaluación y acreditación educativas como procesos dinámicos, participativos y complejos que nos auxilian a pensar y repensar la Universidad en un contexto de globalización; y el rol que el conocimiento está llamado a ejercer en los entornos emergentes. Somos conscientes que las artes no deben sucumbir al cómodo rol ornamental en el que fueron colocadas por la incipiente burguesía en el ocaso de la Edad Media; que miraba en los artefactos artísticos signos de distinción social y a los artistas - escribiría Shelling, como idealistas insuflados por “una idea vaga de una belleza superior a la materia… [a] la que no corresponden realidades”7. No queremos un arte desvinculado de los ámbitos social, económico y político. Por ello, reconocemos los esfuerzos de la Escuela Nacional de Música por formar profesionales que puedan “desarrollarse en los campos de la composición, la interpretación, la investigación, la docencia, la extensión, la promoción y la difusión de la música, con el fin de contribuir, al desarrollo artístico, científico, tecnológico y, en suma, cultural de México… con un sentido ético, orientado por un profundo compromiso social”; tal como lo explicita en su Misión. El CAESA reconoce en los seis programas de licenciatura de la Escuela Nacional de Música una estructura curricular congruente con sus objetivos, y que abarca las dimensiones intelectual, social y profesional. Reconoce que los programas de 6 Licenciatura en Canto, Licenciatura en Héctor Camilo Sánchez Beltrán y Eva Esther Avelar Gutiérrez. “La acreditación y certificación del posgrado: Una propuesta metodológica” en Víctor Manuel Rosario Muñoz y otros. Acreditación y certificación de la educación superior Experiencias, realidades y retos para las IES. Universidad de Guadalajara, Guadalajara, 2006. P. 93. 7 Shelling. La relación de las artes figurativas con la naturaleza. Editorial Aguilar, Buenos Aires, 1972. P. 32 Composición, Licenciatura en Educación Musical, Licenciatura en Etnomusicología, Licenciatura en Instrumento y Licenciatura en Piano tienen las condiciones académicas, de servicios e infraestructura adecuadas para ofrecer una educación de calidad y aportar una formación profesional efectiva para la resolución de problemas socio profesionales. Por ello, y de conformidad a los informes y dictámenes presentados por los cuerpos evaluadores y avalados por el Comité de Acreditación; el Consejo para la Acreditación Superior de las Artes tiene a bien otorgarles el reconocimiento como programas educativos acreditados. felicidades y muchas gracias. México, D.F., 14 de marzo 2012 SERGIO ROMMEL ALFONSO GUZMÁN Muchas