230-2011 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. San Salvador, a las doce horas con doce minutos del día dos de marzo de dos mil doce. A sus antecedentes el escrito firmado por el abogado Eduardo Isabel Canales Girón mediante el cual manifiesta que subsana la prevención realizada por esta sala. El presente proceso constitucional de hábeas corpus inició por resolución emitida por este tribunal a las catorce horas con treinta y cuatro minutos del día uno de junio de dos mil once, en el proceso de amparo –con referencia 122-2011– promovido por el abogado Eduardo Isabel Canales Girón a favor del señor Lisandro Daniel Medina Gámez, procesado por el delito de estafa agravada, contra providencias del Juzgado Noveno de Instrucción de San Salvador. Analizada la pretensión y considerando: I. El peticionario sostiene que en su calidad de defensor del señor Medina Gámez presentó escrito –el día diecinueve de julio de dos mil diez– ante el Juzgado Noveno de Instrucción de San Salvador, en el cual alegó la excepción de previo y especial pronunciamiento por incompetencia en razón de la materia; sin embargo, por resolución de las nueve horas y diez minutos del día veinticuatro de agosto de dos mil diez, la referida autoridad judicial ordenó que la excepción fuera resuelta hasta el momento en que se desarrollara la respectiva audiencia preliminar, la cual sería señalada hasta hacerse efectiva la orden de captura girada en contra del procesado. En relación con lo anterior, expresó que “…la anterior resolución no tiene fundamento legal por que, además de carecer de motivación, vulnera el derecho de mi defendido a que la causa sea resuelta por un Juez Competente, por lo tanto la decisión de diferir dicha resolución causa agravios a mi defendido por el hecho de que existe una orden de captura en su contra, así como también se vulnera con dicha resolución los derechos (…) a la Seguridad Jurídica, Juez Natural y el Principio de Proporcionalidad…”(sic). En ese sentido, indicó que toda persona tiene derecho a que el juicio “…sea resuelto por el Juez o Autoridad Competente, de modo que este Derecho se ve vulnerado al atribuirse inde[b]idamente un asunto determinado a una Jurisdicción o Autoridad que no corresponde de acuerdo a la Ley. Que el derecho a la Seguridad Jurídica y al Juez Natural, se integran para manifestarse en la existencia de agotamiento previo de la Primera Competencia Material Requerida, en el presente Caso (…) lo es la Civil, lo que fue inobservado por la Jueza Noveno de Instrucción (…). Que el Principio de Proporcionalidad se ha violado por que existen opciones menos gravosas controversia…”(mayúsculas suplidas)(sic). 1 que la penal para conocer de la II. En relación con el alegato referido a la falta de fundamentación de la resolución que pospone la decisión de la excepción de previo y especial pronunciamiento por incompetencia se previno al abogado Canales Girón para que, dentro del plazo de tres días contados a partir del siguiente al de la notificación respectiva, señalara de manera concisa y clara: cómo dicho pronunciamiento genera una vulneración constitucional directa en el derecho a la libertad personal del señor Medina Gámez y los argumentos de carácter constitucional en los cuales fundamenta dicho reclamo. La referida prevención fue notificada al peticionario el día veintitrés de septiembre de dos mil once en la dirección señalada en su escrito de inicio. A ese respecto el peticionario presentó escrito el día veintiséis de septiembre de dos mil once mediante el cual subsanaba la prevención aludida, limitándose a exponer sus alegatos en los siguientes términos: “…Que cuando manifeste en mi Demanda que la resolución, dictada por el Juez Noveno de Instrucción, a las nueve horas con diez minutos del día veinticuatro de agosto de dos mil diez, carecía de fundamento legal es por que dicha resolucion se fundamento en el Inciso Segundo del Art. 279 Pr Pn, ya que la señora Juez en dicha resolución expresa: ‘tomando en cuenta que el inciso segundo del Art 279 del Código Procesal Penal faculta al Juzgado el poder diferir la Resolución de la misma hasta el momento del desarrollo de la Audiencia Preliminar’, pero para ello Honorable Sala, es necesario, que al plantear la excepción se haya ofrecido prueba (…) y como defensor al interponer mi excepción en ningun momento manifeste que aportaría prueba alguna por lo que se tenia que resolver en el termino establecido en dicha disposición…”(sic). Asimismo, indicó “…que mi Defendido (…) esta siendo procesado por deudas contraídas con el denunciante (…) y por lo que se libro orden de captura en su contra y al no resolver la excepción de incompetencia en razón de la materia, esta violando (…) el Derecho a una pronta y cumplida justicia, a la seguridad Juridica y Juez Natural (…). Que es necesario tomar en cuenta, que la falta de Competencia en razón de la Materia es un presupuesto de validez del Proceso y lo que vusca es presenvar la Garantía de la Independencia e Imparcialidad, (…) ya que, por el hecho de que mi Defendido haya incumplido el Contrato de Promesa de Venta verbal con el Denunciante y no haya entregado los vehículos prometidos en venta y por los cuales recibio anticipos, no estamos ante un hecho delictivo sino ante un caso de competencia de los Tribunales Civiles...”(sic). III. De los escritos del peticionario se advierten los siguientes argumentos: i) que la resolución dictada por la autoridad demandada en la cual pospuso la resolución de la excepción de previo y especial pronunciamiento por incompetencia hasta la audiencia preliminar carece de motivación por haberse fundamentado en el artículo 279 del Código Procesal Penal derogado, disposición que faculta al juez para adoptar tal decisión cuando se 2 haya ofrecido prueba, pero que en dicho caso no se ofreció prueba; ii) que solicitó la declaratoria de nulidad del proceso penal pero que no se “…resolvió en legal forma…” y iii) que el proceso lo está conociendo un juez incompetente por tratarse de negociaciones de carácter civil, por lo cual considera que se vulnera la garantía del juez natural. IV. Con relación a los reclamos planteados es de indicar, como esta sala lo ha reiterado en su jurisprudencia, que los asuntos sometidos a control por medio del proceso de hábeas corpus deben cimentarse en la existencia de vulneraciones a derechos fundamentales con incidencia en la libertad física de las personas, es decir deben tener un contenido constitucional –por ejemplo, improcedencia HC 162-2010 del 24/11/2010–. Caso contrario, cuando se propongan cuestiones que deban ser resueltas por otras autoridades y que por lo tanto no trasciendan de ser inconformidades de los demandantes con lo decidido, la tramitación del hábeas corpus será infructuosa y deberá rechazarse la pretensión al inicio del proceso, por medio de una declaratoria de improcedencia. V. 1. Respecto a los argumentos referidos a la decisión que difirió el pronunciamiento de la excepción de previo y especial pronunciamiento hasta la audiencia preliminar y la resolución sobre la solicitud de nulidad del proceso penal debe decirse que, a partir de los términos en los que han sido expuestos, se advierte que si bien el peticionario propone un tema que podría tener trascendencia constitucional –falta de motivación– su pretensión está orientada a que esta sala con competencia constitucional controle tales resoluciones dictadas por el Juzgado Noveno de Instrucción de San Salvador. En ese sentido, se tiene que el peticionario se limita a poner de manifiesto su inconformidad con lo decidido por la autoridad demandada al haber fundamentado la decisión que posponía la resolución de la excepción aludida en una disposición legal que a su parecer no era aplicable al caso en concreto y por no haber resuelto “en legal forma” la solicitud de nulidad del proceso penal; aspectos que por sí carecen de relevancia constitucional, pues el peticionario no vinculó tales planteamientos con una afectación en el derecho a la libertad personal del señor Medina Gámez, tal como se le previno, limitándose a exponer su desacuerdo con la interpretación y aplicación de una norma que realizó el juzgador y por el sentido de sus decisiones, contrario a sus peticiones. Y es que en el caso que esta sala conociera de lo propuesto por el actor estaría actuando como un tribunal de instancia, lo cual supondría exceder el ámbito de control de este tribunal –circunscrito a la tutela del derecho a la libertad personal y a la dignidad o integridad física, psíquica o moral de las personas detenidas–. De manera que, la pretensión planteada en esos términos muestra vicios insubsanables que imposibilitan a este tribunal efectuar un análisis constitucional del fondo de lo propuesto y, en consecuencia, se torna inoperante la tramitación del presente hábeas 3 corpus hasta su completo desarrollo, siendo pertinente finalizar el mismo de manera anormal a través de la declaratoria de improcedencia. 2. En cuanto al alegato relativo a que el Juzgado Noveno de Instrucción de San Salvador no tiene competencia para conocer de los hechos atribuidos al imputado por tratarse de asuntos civiles, se advierte que el peticionario pretende que este tribunal determine cuál es el juez competente que debe conocer en la causa seguida en contra del señor Medina Gámez, pues a su criterio el procesado deba ser juzgado en sede civil y no en el ámbito penal. La jurisprudencia de esta sala en relación al juez natural ha establecido que garantiza básicamente que una persona sea juzgada por un tribunal creado previamente por ley y no se extiende a garantizar que un determinado caso sea conocido por el juez competente, lo contrario implicaría que esta sala se atribuyera la facultad de fiscalizar cualquier norma de atribución de competencia lo que la convertiría en una especie de tribunal de tercera instancia –verbigracia, sobreseimiento HC 121-2007 del 30/6/2010–. Esta construcción jurisprudencial representa una evolución en el tratamiento de esta garantía constitucional, ya que previamente las reglas de competencia para conocer de un proceso penal específico se asociaban con la concepción de juez natural; sin embargo, la precisión que lleva al criterio actualmente sostenido por este tribunal surge debido a la necesidad de distinguir aquellas reglas con la garantía que tiene toda persona de ser juzgado por un tribunal creado antes del ejercicio de la acción penal en su contra. En ese sentido, con base en el referente jurisprudencial indicado y del análisis de los conceptos en los que se apoya la pretensión del peticionario, entre los que de manera expresa se cita la competencia como aspecto que sustenta su reclamo, se considera que lo planteado es una inconformidad respecto a las reglas de competencia dispuestas legalmente para conocer del delito atribuido al señor Medina Gámez. Esto es así porque no se refiere, por ejemplo, a la creación de un tribunal ad hoc para juzgar el delito atribuido, sino únicamente a que, en virtud de las reglas de competencia, el juzgado de instrucción que conoce del proceso penal, a su juicio, no tiene competencia para ello por tratarse de un asunto de carácter civil –verbigracia, sobreseimientos HC 77-2011 del 23/9/2011 y HC 45-2011 del 5/10/2011–. Lo anterior no puede ser objeto de control en esta sede pues implicaría un pronunciamiento tendiente a establecer la competencia de un tribunal a partir de la ineludible valoración probatoria de los elementos que convergen en el proceso penal para determinar la naturaleza de la conducta atribuida y consecuentemente establecer la autoridad competente materialmente para su juzgamiento. A ese respecto y de acuerdo con la citada jurisprudencia el aspecto propuesto se encuentra excluido de control constitucional mediante un proceso 4 como el que nos ocupa, por lo que debe ser dilucidado utilizando los mecanismos previstos por ley para tal efecto. En tal sentido, aún y cuando esta sala está habilitada para controlar si el juez o tribunal que ha dictado una medida cautelar que restringe la libertad personal es el juez natural, con base en los parámetros indicados en líneas previas, debe de abstenerse en casos como el presente de realizar el estudio solicitado, pues ello conllevaría –entre otros– el análisis de la norma que atribuye la competencia, lo cual constituye un asunto de legalidad que corresponde decidirlo a la jurisdicción penal. Por último, es preciso indicar que las inconformidades que pudieran surgir sobre este tipo de circunstancias tienen dispuestas dentro de la legislación procesal penal los mecanismos para su impugnación, razón por la cual se evidencia un vicio en la pretensión que impide su conocimiento de fondo, siendo pertinente finalizar el presente proceso constitucional mediante una declaratoria de improcedencia. En ese sentido, lo propuesto por el solicitante muestra un vicio insubsanable en la pretensión, pues, como se dejó establecido, no corresponde a esta sala determinar el juez competente que debe conocer del proceso seguido en contra del señor Medina Gámez. Por tanto, lo propuesto carece de contenido constitucional por tratarse de aspectos que en la jurisprudencia han sido definidos como asuntos de mera legalidad, siendo pertinente finalizar el mismo de manera anormal a través de la figura de la improcedencia. Por las razones expuestas y de conformidad con los artículos 11 inciso 2° de la Constitución y 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta sala resuelve: 1. Tiénese por subsanada la prevención por parte del abogado Eduardo Isabel Canales Girón. 2. Declárase improcedente la pretensión planteada a favor del señor Lisandro Daniel Medina Gámez, por alegarse meras inconformidades con decisiones judiciales y un asunto de estricta legalidad referido a la garantía del juez natural. 3. Notifíquese la presente decisión y oportunamente archívese el respectivo proceso constitucional. ---J. B. JAIME---F. MELÉNDEZ---J. N. CASTANEDA S.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZÁLEZ B.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---RUBRICADAS. 5