La Directiva Marco del Agua. Comentario crítico - CICCP

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La Directiva Marco del Agua.
Comentario crítico
Mariano Palancar Penella
DESCRIPTORES
IMPORTANCIA DE LA D.M.A.
ASPECTOS POSITIVOS
ASPECTOS NEGATIVOS
Introducción
La revista “Ingeniería y Territorio” acierta al dedicar un número monográfico a la Directiva Marco del Agua por varias
razones:
— En primer lugar por la importancia de esta Directiva, que
afecta profundamente a la Política Hidráulica española.
— En segundo lugar porque habiendo transcurrido ya seis
años desde su promulgación, parece necesario y oportuno realizar un análisis del estado de la cuestión.
— En tercer lugar porque la amplitud y complejidad del tema
requieren un tratamiento amplio, propio de una monografía.
— Y finalmente por la conveniencia de hacer un planteamiento pluridisciplinar, algo que es usual en esta revista.
Creo que es oportuna la crítica que hago en este artículo,
hecha desde el respeto a las opiniones de los demás y con el
deseo de contribuir a la eficaz implantación de la Directiva
Marco en España.
El esquema de mi artículo es el siguiente:
— Importancia de la Directiva Marco.
— Mi atención personal a la Directiva Marco.
— Aspectos positivos de la Directiva Marco.
— Aspectos negativos de la Directiva Marco.
— Comentario final.
Importancia de la Directiva Marco
Aunque pueda parecer obvio resaltar la importancia de esta
Directiva, creo que siempre es bueno que las ideas básicas
queden sólidamente expuestas.
• La Directiva Marco es importante por la gran amplitud de
su contenido, afecta a todas las aguas, superficiales, subterráneas, costeras y de transición, afecta a todos los usos
y afecta a todos los países de la Unión Europea.
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• Es importante por la ambición con que enfoca de modo exhaustivo todos los aspectos relacionados con el uso del
agua, cualitativos, cuantitativos, ambientales, sociales, económicos y de gestión.
• Es importante por la novedad de su planteamiento, que parte de un enfoque global desde la atención prioritaria a objetivos ambientales.
• Es importante por la gran atención que presta a los aspectos económicos, que son básicos para toda actuación.
• Y finalmente, es importante por la autoridad de la que dimana, la Unión Europea. Y entiendo que esto tiene más trascendencia de lo que puede parecer, porque hará falta mucha autoridad para la implantación de la Directiva, y por
otra parte esta autoridad permitirá afrontar insuficiencias
tradicionales a las que parecemos acostumbrados. Sobre esto volveré en el último apartado.
Mi atención personal
a la Directiva Marco del Agua
Desde hace años, consciente de la gran importancia de esta
Directiva, he dedicado bastante tiempo a su estudio, he escrito artículos técnicos y he presentado comunicaciones en diferentes Jornadas sobre este texto legislativo:
• En el año 2000 en la Comisión de Agua del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos propuse como tema prioritario el análisis de la Directiva Marco con preferencia a otros temas relativos al agua.
• En el año 2001 publiqué en la “Revista de Obras Públicas”
un artículo titulado “La nueva cultura del agua y el Plan Hidrológico Nacional” en el que hablaba específicamente de
la Directiva Marco, subrayando la necesidad de prestar más
Foto: F. BUENO
atención a su estudio por parte de nuestros compañeros. Envié una copia de este artículo a todas las Escuelas Especiales de nuestra profesión y al Colegio.
• En el año 2003 presenté en las “Segundas Jornadas de Economía del Agua” que se celebraron en Granada una comunicación, “La Directiva Marco del Agua, un reto y una oportunidad”, en la que hablé de los siguientes aspectos:
– La complejidad del enfoque ambiental.
– Los condicionantes económicos.
– Los regadíos.
– La calidad del agua para abastecimiento humano
– La necesidad de modernizar la Administración Hidráulica.
• En el año 2002 se celebraron al fin en el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos unas interesantes Jornadas sobre la Directiva Marco del Agua en las que participé activamente.
• Durante el año 2003 he realizado para la Confederación
Hidrográfica del Guadalquivir dos trabajos técnicos:
– Informes básicos necesarios para la aplicación de la Directiva Marco en el ámbito de la cuenca del Guadalquivir.
– Definición de las tareas a que obliga la Directiva Marco
en el ámbito de la cuenca del Guadalquivir.
Hago esta exposición resumida simplemente para reforzar los comentarios críticos que hago en este artículo.
Aspectos positivos de la Directiva Marco
En este apartado solamente pretendo subrayar los aspectos o
las ideas que más destaco, personalmente, de este complejo
texto legislativo. Lo haré de una manera concisa.
• Es una directiva global y ambiciosa. Superando la dispersión
de la anterior legislación de la Unión Europea en materia de
aguas se aborda en esta Directiva todas las aguas y todos
sus usos con una ambición verdaderamente admirable.
• Trata con rigor y prioridad los temas ambientales. Apuesta
claramente por la conservación, la protección y la mejora
de la calidad del medio ambiente y define como objetivo
fundamental la protección de los ecosistemas globales.
• Se ocupa exhaustivamente de la calidad. Continuando la
política tradicional europea de países ricos, con agua abundante y muy industrializados, la Directiva trata ampliamente y prioritariamente de los problemas de calidad.
• Promueve un uso sostenible del agua basado en la protección a largo plazo de los recursos hídricos disponibles. Es un
objetivo acertado y tan evidente que no necesita comentario.
• Consagra la cuenca hidrográfica como marco de actuación.
Este principio de la gestión del agua, adoptado en España
en el año 1926 y respaldado posteriormente en la Carta
Europea del Agua, es adoptado por la Directiva Marco.
• Formula la necesidad de coordinación entre administraciones. Se trata de una asignatura pendiente en todos los países que en el caso del agua y de España es un imperativo
básico si se quiere hacer algo serio.
• Subraya la necesidad de una participación eficaz. Se trata
de un principio elemental de gran importancia, y conviene
señalar que en España las Confederaciones Hidrográficas
han sido durante décadas los únicos organismos públicos
Fig. 1. Depuradora de Béjar.
Fig. 2. Demarcaciones hidrográficas provisionales en Europa.
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que además de los trámites legales de información pública
de los proyectos han hecho efectiva la participación de los
usuarios en la gestión del organismo.
• Subraya la importancia del factor económico. Aspecto fundamental para la eficacia de esta ambiciosa Directiva Marco y que requiere pasar de los enunciados teóricos de “obligación de recuperación de los costes” a las medidas prácticas imprescindibles.
• Prevé la posibilidad de flexibilidad en su aplicación. Lo que
es una consecuencia de su ambición y complejidad frente
a un problema vital y muy diferente de unos países a otros.
• Señala la obligación de que los estados especifiquen todas
las masas de agua destinadas al consumo humano en el futuro. Se trata de un principio sabio que ha sido poco comentado y que abre el camino para que las aguas de mejor calidad se destinen al abastecimiento, algo lleno de buen
sentido que hay que llevar a la práctica.
• Considera que las decisiones deben tomarse al nivel más
próximo posible. Es un principio de buen gobierno que refuerza la organización española de las Confederaciones
Hidrográficas.
Aspectos negativos de la Directiva Marco
Como es natural, la calificación de negativa corresponde a mi
opinión personal, y aclaro que incluyo en este apartado no
solo algunos aspectos del texto legal sino también otros que se
refieren a cómo se está implantando la Directiva en España.
Pero antes de entrar a calificar la Directiva Marco me parece conveniente recordar un párrafo de una comunicación
que presenté en el año 1998 a la Conferencia Internacional
sobre “La política del agua en Europa”, celebrada en Venecia:
“Ante los problemas del agua los planteamientos sectoriales no son adecuados y pueden ser peligrosos tanto los meramente ingenieriles como los ambientalistas.
En los tiempos pasados y en los países secos ha predominado la búsqueda de nuevos recursos hidráulicos, lo cual conlleva
enfoques ingenieriles. Este planteamiento ha durado siglos y
aunque ha originado algunas consecuencias negativas ha dado
lugar a un largo contacto con la realidad tanto física como humana, lo cual ha aportado a las soluciones un sólido respaldo.
En todo caso hay que afirmar que el agua requiere un planteamiento global que tenga en consideración aspectos históricos, geográficos, técnicos, funcionales, económicos, ambientales y sociales.
Los planteamientos recientes que prestan una atención
prioritaria a la demanda suponen un acierto, pero consideramos un error centrar exclusivamente en la acción sobre la
demanda la solución a los problemas de escasez y calificar
casi de delito ecológico a soluciones que incrementen los recursos hidráulicos utilizables.
En España hemos sufrido las consecuencias negativas de
un fundamentalismo ecológico escasamente cimentado en el
rigor científico.
Lo primero que conviene tener presente es que no existe
como tal una política europea del agua. La Unión Europea
no tiene competencias específicas en el Tratado para la re90
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gulación o explotación de los recursos hidráulicos de la Comunidad. En su lugar lo que hay es una colección de Directivas, de mayor o menor alcance, que contemplan aspectos
parciales del problema, como el de la “calidad“, que obedecía a planteamientos realizados por países miembros para la
resolución de problemas concretos o a la actividad de grupos de presión interesados en el desarrollo de determinadas
técnicas industriales.
En los países del Norte hay abundancia de agua y se da
un claro predominio del uso de las aguas subterráneas para el
abastecimiento de agua potable. En los países del Sur –Italia,
España, Grecia, Portugal– hay escasez de recursos hidráulicos, con sequías frecuentes y un uso preferencial de aguas superficiales para el abastecimiento de agua potable.
La Historia y la Geografía explican que la Unión Europea
presta atención prioritaria a la calidad con cierto olvido de los
problemas de cantidad, pero lo consideramos injustificado”.
Tras esta crítica del año 1988 paso a exponer los aspectos negativos que encuentro ahora en la Directiva Marco:
• Parece ignorar la política hidráulica tradicional de los países secos. La Unión Europea, que no ha tenido hasta ahora una verdadera política del agua, no hace en esta Directiva Marco, todavía inédita, la menor alusión a las políticas
hidráulicas tradicionales de los países secos, fruto de una
larga experiencia y con notables realizaciones positivas.
Los “embalses”, que vertebran la política hidráulica española y de otros países secos, se “ignoran” en la Directiva Marco y hay que buscarlos cuando se hable de “masas
de agua artificiales”.
• No presta suficiente atención a los aspectos de cantidad. Los
problemas de “cantidad”, prácticamente inexistentes en los
países ricos de la Europa húmeda y vitales para los países
de la España seca, apenas se plantean en la Directiva Marco del Agua.
En el “considerando” 19 solo se dice que el control “cuantitativo” es un factor de garantía de una buena calidad de
las aguas y, por consiguiente, deben establecerse medidas
cuantitativas subordinadas al objetivo de garantizar una
buena calidad.
Y en el “considerando” 41 se dice: “En cuanto a los aspectos cuantitativos del agua, deben establecerse principios generales de control de la captación y del almacenamiento a fin de garantizar la sostenibilidad medioambiental de los sistemas acuáticos afectados”.
En resumen, parece que solo preocupa la “cantidad”
cuando afecta a la “calidad” y se ignora que en países secos la insuficiente “cantidad” es un problema muy grave.
• Insuficiente atención a sequías e inundaciones. El artículo 1
señala que el objeto de la Directiva Marco es establecer un
marco para la protección de las aguas que:
(…)
e) Contribuya a paliar los efectos de las inundaciones y sequías.
No se entiende cómo un marco para la protección de
las aguas puede contribuir a paliar los efectos de las inundaciones y sequías.
Foto: F. BUENO
Foto: F. BUENO
Fig. 3. Embalse de Torre del Águila.
Fig. 4. Embalse de Barrios de Luna.
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Da la sensación de una chapuza legislativa a última hora para no dejar de decir algo sobre dos temas importantes. ¡Casi sería preferible no haberlos mencionado!
• Insuficiente atención a la contaminación difusa. Este tipo de
contaminación causa ya graves problemas a las aguas
destinadas al abastecimiento y en la Directiva Marco solo
aparecen unas breves referencias en el artículo 10.
• Falta de claridad. La Directiva Marco utiliza un léxico muy
especializado que resulta, en ocasiones, confuso y difícil de
entender para muchos ciudadanos, y si el texto es difícil,
los Anejos lo son mucho más. ¡Y es importante que los ciudadanos comprendan bien las leyes!
Hay cierta dificultad para comprender los conceptos y
definiciones poco claras, abiertas a la interpretación o indefinidas, lo cual complica su aplicación.
• Plazos muy largos. La complejidad y ambición de la Directiva Marco y las dificultades reales que existen para su aplicación han obligado a establecer plazos muy largos, que
llegan hasta el año 2015. Creo que esto contribuye a rebajar la tensión en el trabajo.
Tras estos comentarios relativos al propio texto de la Directiva Marco, paso a criticar aspectos relacionados con el
proceso de implantación.
• Clima de tensión entre ingenieros y técnicos ambientalistas.
Creo que en la última década se ha originado un clima de
tensión entre los ingenieros al servicio de las confederaciones y técnicos ambientalistas, clima que no favorece la implantación de la Directiva Marco.
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Foto: F. BUENO
Fig. 5. Calendario de la Directiva Marco del Agua.
Fig. 6. Presa de Charco Redondo.
Sin profundizar en el tema, hay que señalar como causas una falta de respeto hacia la política hidráulica tradicional, la apología de la llamada Nueva Cultura del Agua –muchos de cuyos principios vengo defendiendo desde hace muchos años, yo que soy un veterano ingeniero– y sanciones
diversas a ingenieros de caminos de varias confederaciones.
Ecologistas y periodistas con insuficiente información
califican con frecuencia las presas como “obras faraónicas”
y afirman que su construcción es promovida por empresas
cementeras y grandes constructoras con fines lucrativos, ignorando la importancia que los embalses tienen para la calidad de vida de los españoles.
Pero la realidad va por otro lado; cuando surge una situación de sequía, frecuente en España, todos estamos pendientes de la situación de los embalses, los periódicos pu-
blican las reservas hidráulicas disponibles y los responsables políticos suelen garantizar el abastecimiento a la población gracias al agua embalsada.
Y en una reciente Encuesta sobre Conciencia y Conducta Medioambiental en España, realizada por la Fundación
BBVA, a la pregunta sobre “cómo conservar el agua y solucionar su problemática”, la respuesta que tiene más puntuación es la de “construir más presas y pantanos”.
Un ejemplo aislado, pero muy expresivo, lo constituye
el calvario sufrido por algunos compañeros con motivo del
“Proyecto de Recrecimiento de la Presa de Yesa” en la Confederación Hidrográfica del Ebro, que fueron procesados
por este proyecto, aunque la Audiencia de Madrid haya
terminado absolviéndolos al cabo de algún tiempo.
A mí esta situación me parece real, injustificada y hasta vergonzosa, pero lo peor de todo es que es mala para
los intereses generales. Por eso la menciono.
• Insuficiente formación ambiental en los técnicos de las confederaciones. Aunque es cierto que se ha mejorado mucho
en los últimos años, creo que este tema requiere más esfuerzos de la Administración.
Como ha escrito Santiago Hernández, los ingenieros de
caminos deberíamos introducir en nuestro vocabulario términos como los siguientes: ecosistema, proceso ecológico,
estado ecológico, potencial ecológico, indicadores biológicos, biomasa de fitoplancton, floraciones planctónicas, macrofitos, flora bentónica, fauna ictiológica, capacidad de
carga antrópica, flujo de nutrientes.
• Insuficiente preocupación por conseguir resultados. Llevamos aproximadamente seis años desde la promulgación de
la Directiva Marco; se ha trabajado mucho, se ha gastado
mucho, pero se han conseguido pocos resultados.
Solo en unas recomendaciones de Adena sobre la implantación de la Directiva Marco he encontrado la preocupación por ir consiguiendo resultados parciales. A mí esto
me parece muy importante.
Comentario final
Que los árboles no impidan ver el bosque
Los árboles son los artículos y anejos de la Directiva Marco,
los numerosos y voluminosos estudios de consultores, los informes de impacto ambiental, los reiterados estudios económicos, los planes, los programas…
Y el bosque son algunas ideas básicas que deberían conformar el núcleo de nuestros objetivos para conseguir resultados prácticos.
Las expongo a continuación y en su mayor parte son de
aplicación a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
Colaboración entre ingenieros y técnicos ambientales
El considerando 14) de la Directiva Marco dice: “El éxito de la
presente Directiva depende de una colaboración estrecha y una
actuación coherente de la Comunidad, de los Estados miembros y las autoridades locales, así como de la información, las
consultas y la participación del público, incluidos los usuarios”.
Qué duda cabe de que este párrafo afecta a la colaboración entre los ingenieros de caminos, que han sido protagonistas, en gran medida, de la Política Hidráulica española, y
los técnicos ambientalistas, que protagonizan el nuevo enfoque ambiental de los problemas del agua. Consideramos necesario y urgente trabajar en esta dirección.
Modernización de la Administración Hidráulica
Voy a centrarme en el tema de las Confederaciones Hidrográficas, que me parece el más importante, aunque es sabido que existen otros problemas de coordinación y homogeneización de las administraciones, estatal y autonómicas, tema que excede de los límites de este artículo.
Desde los tiempos, ya lejanos, en que tuve responsabilidad en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir vengo subrayando la necesidad de modernizar la estructura de
las confederaciones.
En el año 1974 participé en una ponencia sobre el futuro
de las confederaciones en la que informamos sobre las soluciones de otros países que, partiendo de la idea básica española, habían llegado a soluciones más eficaces.
Francia, con la Ley de Aguas de 1964, creó las Agencias
Financieras de Cuenca, y años más tarde Inglaterra, en 1973,
con The Water Act, creó las Autoridades Regionales.
Posteriormente, en artículos y comunicaciones a congresos
he reiterado la necesidad de abordar esta asignatura pendiente sin ningún resultado, que yo creo se debe al miedo de
las administraciones a ceder cuotas de poder. En el Libro Blanco del Agua se recogía tímidamente esta idea.
La triste realidad es que las Confederaciones Hidrográficas tuvieron una organización inicialmente buena que fue empeorando con el tiempo aunque, al ser esencialmente acertada en sus principios, funcionó bien.
Las confederaciones tenían equipos pluridisciplinares adecuados para aquella época pero en la actualidad tienen una
plantilla burocratizada que dificulta disponer de técnicos adecuados.
Las confederaciones debían ser “autónomas”, pero en la
actualidad dependen fuertemente de la Administración Central y están excesivamente politizadas.
En resumen, sigue siendo necesario y yo creo que urgente modernizar la estructura funcional de las confederaciones
manteniendo sus acertados principios básicos:
— La cuenca hidrográfica como ámbito de actuación.
— La unidad del agua.
— La autonomía.
— La participación.
Los regadíos
Lo primero que hay que decir claramente es que no tiene sentido que un país seco, con una pujante economía, como España, dedique cerca del 80 % de sus recursos hidráulicos a la
agricultura.
Parece por ello obligado establecer el objetivo prioritario
de reducir la cantidad de agua que se destine al regadío. Esto se puede lograr con las siguientes actuaciones:
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Foto: F. BUENO
— Para empezar, congelando las concesiones de riego.
— Programa de cancelación de concesiones de menos interés.
— Modernización de regadíos (ya en marcha).
— Cumplir los programas de medición de caudales.
— Plan de reducción de la superficie dedicada al cultivo del
arroz, dadas las altas dotaciones de agua necesarias, que
además se dan al final de la cuenca.
— Especial atención al riego del olivar, en el que concurren circunstancias específicas a resaltar: se trata de un cultivo social, es predominante en cabecera, donde existen más recursos hidráulicos, sus escorrentías son reutilizables, sus necesidades de agua son muy inferiores a la de otros cultivos.
Parece lógico por ello dar a este cultivo un trato especial y
dotarlo con el ahorro de agua que suponga la modernización de la Vega de Jaén, que actualmente tiene elevado consumo de agua y de energía y que necesitaría una financiación especialmente favorable para su modernización.
Foto: F. BUENO
Fig. 7. Regadíos en las cercanías del Pisuerga.
Fig. 8. Presa del Atazar.
Abastecimiento
El abastecimiento a poblaciones es un uso prioritario cuyo
consumo de agua es reducido y además devuelve al ciclo hidrológico una parte importante de agua. Por ello no debería
sufrir problemas de cantidad.
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• En la práctica es usual en períodos de sequía que las necesidades de abastecimiento sean parcialmente atendidas
por recursos hidráulicos asignados legalmente a los regadíos. Ello debe obligar, por solidaridad, a los abasteci-
mientos a cumplir con más motivo las normas de buen uso
del agua, como pueden ser: reducción de pérdidas y medición generalizada…
• Otra idea a resaltar es el principio de que las aguas de mejor calidad deben dedicarse a usos de abastecimiento, principio que puede apoyarse en el artículo 7 de la Directiva
Marco. Este principio es de aplicación al abastecimiento del
área de Sevilla –más de un millón de habitantes–, que debería reservar para su uso las aguas de buena calidad del
río Viar embalsadas por la presa de El Pintado.
• Otra medida práctica de mucho interés para los abastecimientos se refiere a los planes de prevención de contaminación difusa, sobre todo de algunos embalses concretos que
atienden usos de abastecimiento, como por ejemplo Rumblar, Iznajar, Cala y Jergal. Estas actuaciones se deben basar en lo que se denomina “tutela paccionada” y probablemente requerirán convenios entre la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y la Consejería de Agricultura y
Pesca de la Junta de Andalucía.
Estas medidas requieren atención prioritaria.
Economía
La Directiva Marco, con mucho acierto, dedica mucha atención a los aspectos económicos, y así, en el calendario de tareas y obligaciones, en el año 2004 aparece el “Análisis económico del uso del agua” y en el año 2010 la “Aplicación de
la política de tarifación del agua”.
Se han elaborado ya numerosos análisis económicos, muy
teóricos, como es natural, y me parece interesante citar aquí
unas reflexiones del prestigioso economista Emilio Fontela:
• “La economía del agua, como toda economía, requiere razonamientos robustos y sentido común”.
• “Evidentemente el tema central que nos debe preocupar es
el del precio o la tarificación del agua”.
• “La búsqueda permanente del equilibrio entre planificación
y mercado que garantice la eficiencia económica y al mismo tiempo la equidad interterritorial, es más un arte de la
política que una ciencia de la economía”.
• “La pasión por el agua es algo profundo, visceral, que es
difícilmente comprensible por el economista, pero es una
realidad concreta con la que debemos vivir”.
Me recuerda, en alguna medida, la conocida frase del Oeste americano: “Para beber tenemos whisky, el agua es para luchar por ella”.
Quiero decir con todo esto que desconfío del interés que
pueda tener un estudio económico teórico sobre el uso del
agua y me parece recomendable abordar pronto algunas actuaciones básicas, como son:
1. La medición generalizada de los caudales suministrados a
los regadíos, ya ordenada por la Ley de Aguas 46/1999
de 13 de diciembre y recordada por Juan Saura en un artículo reciente.
2. Generalizar en los regadíos la aplicación de la tarifa binomia que tenga en cuenta el volumen utilizado, de acuerdo con lo previsto en la Disposición Adicional Undécima
de la Ley del Plan Hidrológico Nacional.
Gestión hidroeléctrica
He sido en mi juventud un admirador sincero de los ingenieros que han llevado a cabo los impresionantes aprovechamientos hidroeléctricos en España, y en la actualidad soy observador asombrado de las “OPAs” que se dan en este sector.
Creo que con independencia de estos aspectos económicos, hoy en día predominantes en todas las actividades, sería
conveniente tomar en consideración una sugerencia que ya
he apuntado en otros artículos. Me refiero a la idea de introducir en la gestión de los embalses hidroeléctricos otros parámetros además del fundamental energético.
En una reciente entrevista que publica la revista “Cauce
2000” a Luis Berga, Presidente de la Comisión Internacional
de Grandes Presas, leo esta frase: “Se deben explotar las presas de manera racional y adaptar su funcionamiento a los diversos objetivos de cada momento”. Comparto esta idea general y creo que debe dar lugar a aplicaciones prácticas como la que sugiero.
Los embalses hidroeléctricos suponen unas reservas de agua
muy importantes que pueden y deben jugar un papel más
amplio que el solamente energético, por supuesto mediante
acuerdos, convenios y compensaciones.
Colofón
Antes de terminar quiero añadir un comentario que puede
parecer inadecuado para esta revista, pero me sentiría incómodo si no lo incluyera.
Aunque he sido durante toda mi vida un admirador de los
Ecologistas, con mayúscula, percibo ahora un cierto fundamentalismo ambiental que no me gusta, al pretender poner
los objetivos ambientales por delante de todos los demás.
Viene a cuento una frase leída en un artículo reciente de
esta revista que me parece oportuno citar:
“La innovación de la sostenibilidad es condición sine qua
non del discurso políticamente correcto. Técnicos, profesionales, dirigentes de todo tipo… lo han convertido en un tópico,
en la peor interpretación del término, en una exhortación permanente e ineludible, pero hueca, vacía de consecuencias, de
sentido y hasta de lógica”.
No se puede contar mejor lo que está pasando.
En esta misma línea crítica, y tras admirar la ambición en
las exigencias ambientales de la Directiva Marco, me parece
excesivo cuando lo comparo con la escasa atención que la
Unión Europea presta a un problema mucho más importante,
como es el del hambre en el mundo, que afecta a dos tercios
de la población del planeta.
No puedo dejar de pensar, y a eso se debe este Colofón,
que más necesaria que una Directiva Marco sobre el Agua,
sería una Directiva Marco sobre el Hambre.
¿Será posible respetar al medio ambiente cuando no se
respeta a las personas?
I
Mariano Palancar Penella
Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos
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