Impacto ambiental de los nuevos procesos urbanos en el área metropolitana de Santa Fe. María Mercedes Cardoso Facultad de Humanidades y Ciencias. Universidad Nacional del Litoral [email protected] Janssen 2362. Código postal 3080 - Esperanza - Santa Fe. Teléfono: 54 03496 422240 Resumen Es un hecho comprobado que la ciudad, junto con sus elementos constitutivos y sus procesos, es el sistema que mayor impacto negativo tiene sobre el medio ambiente y que más dificultades presenta para su gestión. La complejidad de los factores que alimentan los procesos de crecimiento económico y demográfico diferencial del espacio rural circundante a la ciudad principal del Área Metropolitana de Santa Fe, representa la principal dificultad para la gestión ambiental. El cambio en los usos de suelo rural a urbano y la transformación de esos espacios generan situaciones que se alejan del objetivo de la sustentabilidad y contribuyen al aumento de la huella ecológica urbana. La necesidad de nuevos terrenos, de grandes superficies, más abiertos, menos densos y contaminados, más tranquilos, a un precio comparativamente mucho más bajo que los que puede ofrecer el ejido urbano, la satisface el espacio rural, a un costo ambiental muy alto, desde luego no incluido en el valor de venta de los predios. Nuevamente el campo se supedita a los requerimientos de la ciudad. La modalidad de residencia más consensuada se presenta no solo como devoradora de recursos (especialmente el suelo fértil), depredadora del entorno natural, sino como una forma explícita y legítima de segregación social, con el auge de los barrios cerrados. De este modo, se afecta tanto al medio natural como al social, al establecer otro obstáculo para la convivencia de los ciudadanos. Código del eje temático: 8 Eje temático: Problemáticas Ambientales Urbanas Introducción La Era postindustrial o Informacional en la que vivimos se caracteriza por nuevos modos de desarrollo que repercuten en el espacio de manera muy distinta a los propios de la Era industrial; el tipo de urbanización ya no es concentrada, sino difusa; la ciudad se extiende en el espacio, la cultura urbana se difunde en los medios rurales. La Revolución informacional, con el desarrollo de las innovaciones tecnológicas y de las comunicaciones favorece al éxodo urbano: movimientos centrífugos de población desde el centro de las grandes ciudades hacia las zonas suburbanas o ciudades menores, provocando el fenómeno del Declive Urbano y el Renacimiento Rural. Cada vez más personas abandonan la ciudad para establecerse en espacios rurales tradicionales, atraídos por una mejor calidad de vida que ofrece el campo (tranquilidad, espacios verdes, aire limpio, exento de ruidos, etc.). El espacio se configura a partir de los procesos que lo alimentan; existen discontinuidades en su extensión que permiten distinguir lugares muy diferentes según la distancia al centro; los límites de la ciudad no son precisos, es decir carece de límites: “en sus elementos físicos constitutivos de la estructura urbana (edificación y urbanización); en la movilidad de las personas: obligada y no obligada, de base diaria, periódica o aleatoria; en la movilidad de las mercancías: internacionalización del comercio; en los flujos de emisión de residuos: sólidos, líquidos, gaseosos; en la transferencia e intercambio de información”1. “La dispersión se puede considerar como la más nítida representación en el campo urbanístico del modelo consumista, tendencialmente ilimitado, implantado en las sociedades opulentas del mundo occidental. Se caracteriza por un consumo siempre creciente de suelo, infraestructura de todo tipo, sistemas de transporte, energía, agua y materias primas; es decir, recursos de todo tipo, incluyendo los no renovables como el suelo agrícola fértil o los combustibles fósiles, o los sometidos a tasas de renovación estrictamente ilimitadas, como el agua potable”2. En el presente trabajo se ponen a consideración dichos procesos demostrados a través de datos demográficos, económicos y de tráfico medio diario en las rutas que estructuran el Área Metropolitana de Santa Fe, con el objetivo de lograr una aproximación a los distintos tipos de impactos negativos que sobre el entorno generan, desde una perspectiva holística del medio ambiente local. 1- Los nuevos procesos urbanos en el Área Metropolitana de Santa Fe. El proceso de urbanización, asociado a la industrialización de los años ‟50, en América Latina dio como resultado la conformación de las metrópolis nacionales. El fenómeno inverso a la urbanización, que contribuye notoriamente a la difusión urbana es el denominado contraurbanización: ”movimiento desconcentrado de personas y actividades económicas desde las áreas urbanas hacia las rurales. ROCA CLADERA, J. (2003). “La delimitación de la ciudad: ¿una cuestión imposible?”. En: Ciudad y Territorio, Estudios territoriales, Vol. XXXV. Nro. 135. p: 17-35. 2 LÓPEZ DE LUCIO, R. (1993). Ciudad y urbanismo a finales del siglo XX, Valencia, Servei de Publicacions. Universitat de Vàlencia. 1 Implica la aceleración de la desconcentración en las áreas urbanas y el consiguiente crecimiento en determinadas áreas rurales de los países desarrollados”3. Quien primero definió este término fue B. Berry en 1976, refiriéndose a contraurbanisation como “el proceso de movimiento de personas e industrias desde las áreas urbanas a las rurales. Este concepto aparece en los ‟70 en los Estados Unidos y su uso es frecuente en el ámbito cultural anglosajón; surge para dar nombre a un proceso contrario al de la urbanización, es decir, frente al proceso clásico de urbanización que conllevaba movimientos centrípetos de población y flujos económicos hacia las principales ciudades y grandes áreas metropolitanas, comienza a despuntar un proceso de sentido contrario, de movimientos centrífugos desde las grandes ciudades hacia los pequeños asentamientos urbanos y rurales”4. Quienes defienden la idea de que se está inaugurando una ruptura con el pasado (se refieren a “clean break”) sostienen que si el pasado se caracterizó por el crecimiento de las áreas metropolitanas y la gran concentración de la población, ahora es el declive demográfico y económico lo distintivo y lo seguirá siendo en el futuro. No es otra fase del ciclo de conformación de áreas metropolitanas o regiones urbanas funcionales (tal como defiende L. Van Der Berg). Son partidarios de esta teoría autores como Berry (1976), Vining y Kontuly (1978), y Fielding (1982). Existen indicios que nos permiten afirmar que en espacios en desarrollo también ocurre el fenómeno de la contraurbanización, y no solamente en países desarrollados con una fuerte tradición industrial, tal como postularon autores europeos y norteamericanos. 1.1- Definición y delimitación del área de estudio. La aglomeración Gran Santa Fe, capital de la provincia homónima, es considerada una “ATI mayor” (aglomeración de tamaño intermedio); se ubica en el octavo lugar en la jerarquía urbana nacional con 454.238 habitantes en 2001, según INDEC. El término área metropolitana surge por primera vez en Estados Unidos para dar nombre al nuevo proceso urbano emergente. Se utiliza oficialmente en 1910 por el United States Census Bureau. En 1950 se define Stándard Metropolitan Area a un condado o grupo de condados contiguos que contiene, cuando menos, una ciudad de 50.000 habitantes. Se incluyen los condados contiguos siempre que sean esencialmente metropolitanos por su carácter y estén social y económicamente integrados a la ciudad central siguiendo algunos criterios: que ese condado sea lugar de trabajo o vivienda para trabajadores no agrícolas al menos en un 75% y que la densidad de población no sea inferior a 150 personas por milla cuadrada. En 1960 se actualiza el término agregándole la palabra “stadistical”, quedando “Stándard Metropolitan Stadistical Area” (SMSA), incluyéndose nuevos aspectos. Cada país toma y redefine dicho concepto estableciendo sus propios criterios de delimitación. El área metropolitana, en la actualidad, se basa en unas relaciones de interdependencia entre una serie de núcleos generalmente mas pequeños (en términos de habitantes) y con un menor grado de especialización funcional y una ciudad central en la que se localizan ciertas funciones dominantes. En síntesis, se define por la existencia de una ciudad central y un hinterland, por las relaciones de FERRÁS SEXTO, C. (1998). “El fenómeno de la contraurbanización en la literatura científica internacional”. En: Ciudad y Territorio. Estudios territoriales, Nro. 30, 117118, 607-626. 4 BERRY, B. J. (1976). Urbanization and Contraurbanization. Arnold, New York. 3 interdependencia mutua entre ambos componentes, dándose una diferenciación funcional jerarquizada, con un sistema de transportes y comunicaciones lo suficientemente desarrollado como para estructurar dichas relaciones. Dado que el área de influencia de las funciones de Santa Fe es más amplia que el área considerada por el INDEC para el Gran Santa Fe (bajo el criterio de población), integrarían nuestro objeto de estudio las localidades que en la tabla de abajo (tabla 1) se presentan. Todos estos municipios y comunas, que reúnen para 2001 un total de 558.352 habitantes (área ampliada) en 4.957 km2, con una densidad media poblacional de 86,45 hab/km2, se encuentran en una interdependencia funcional muy estrecha, debido a la especialización, que se dio espontáneamente, de las actividades. Por ejemplo, la ciudad principal, Santa Fe, es capital de provincia, por lo que desempeña funciones político – administrativas, y consecuentemente, desarrolló una gama de servicios bastante especializados, al punto de que las demás localidades acuden a ella. También es centro de tres universidades. Las localidades del norte de Santa Fe (Monte Vera, Recreo, Ángel Gallardo, Santa Rosa) representan el “cinturón fruti-hortícola”, se especializan en producción de frutas, verduras y flores que suministran a toda la zona. Esperanza, Franck, San Carlos, San Jerónimo Norte y del Sauce, Humboldt y Empalme San Carlos constituyen la cuenca lechera, un área de trascendencia nacional; a su vez la industrialización de la leche abastece a la región, y se comercializa a nivel nacional e internacional (en ciertos productos). Estas ciudades, antiguas colonias agrícolas de inmigrantes alemanes, suizos, franceses –preferentemente-, por su vocación artesanal, desarrollaron industrias destacadas como las mueblerías, fábricas de arados, de calderas, en Esperanza, o vidriería en San Carlos, etc. Las relaciones comerciales y laborales entre ellas dan el dinamismo que define este tipo de aglomeración. 1.2- Las transformaciones en el área metropolitana a la luz de datos demográficos y económicos. Los procesos de contraurbanización se manifiestan en los aspectos tanto demográficos como económicos. El análisis de los censos de población de las 25 localidades del área, desde 1960 hasta 2001 permite extraer algunos indicios. Entre 1980 y 2001 el Gran Santa Fe disminuye su variación intercensal a la mitad (de 21,3 a 11,8%), a pesar de incorporar a Villa Angelita, Arroyo Leyes y Rincón Norte. Tabla 1: Evolución de la población y variación intercensal en el Área Metropolitana de Santa Fe, por localidad. Localidad Año 1960 Año 1970 Año 1980 Período ’70-’80 (%) Año 1991 - Perío -do ’60’70 (%) - Gran Santa Fe (según INDEC) Santa Fe (1) Santo Tomé - Año 2001 Período ’91-’01 (%) 406.388 Perío -do ’80’91 (%) 21,3 334.913 - 454.238 11,8 208.350 244.655 17,4 295.350 20,7 353.063 19,5 368.668 4,4 15.747 23.572 49,7 36.028 52,8 43.928 20,2 58.277 32,7 Recreo (2) San José del Rincón (3) Sauce Viejo (4) Arroyo Leyes (5) Alto Verde Colastiné La Guardia Villa Adelina Laguna Paiva Nelson Monte Vera Ángel Gallardo Arroyo Aguiar Campo Andino Santa Rosa de Calchine s Gob. Candioti Esperanz a (6) Franck Empalme San Carlos Humboldt Las Tunas San Agustín San Carlos Centro San 1.097 2.046 86,5 3.535 72,8 7.626 115,7 10.714 40,5 1.310 2.367 80,7 3.193 34,9 4.738 48,4 8.480 79 276 - - 618 - 870 40,8 6.505 647,7 - - - - - 35 - 1.594 4.454,3 2.898 4.038 39,3 - - 8.318 - 7.351 - 11,6 1.377 - - - - 3.705 - 3.475 - 6,2 1.534 1.529 - 0,3 1.286 - 16 1.513 - 4.572 208,2 - - - - - 1.771 - 3.421 93,2 11.073 11.191 1,1 11.552 3,2 11.771 1,9 11.405 - 3,1 1.493 2.032 36,1 2.264 11,4 3.653 0,6 3.884 6,3 975 1.367 40,2 2.068 51,3 2.822 36,5 4.112 45,7 95 - - - - 271 - 519 91,5 - - - 895 - 595 - 33,5 668 12,3 252 - - - - 186 - 302 62,4 791 1.393 76,1 1.969 41,3 1.909 -3 2.882 51 488 - - 608 - 638 4,9 835 30,9 14.572 17.636 21 23.277 32 28.605 22,9 33.672 17,7 906 1.350 49 2.047 51,6 2.748 34,2 4.128 50,2 79 - - - - 52 - 101 94,2 1229 1569 27,7 2.063 31,4 2642 28,1 3.269 23,7 170 - - - - 186 - 295 58,6 442 - - - - 384 - 452 17,7 4.786 5.973 24,8 7.612 27,4 8.868 16,5 10.068 13,5 1.107 1.242 12,2 1.465 18 1.559 6,4 1.710 9,7 Carlos Sur San Carlos Norte San Jerónimo Norte San Jerónimo del Sauce 342 - - 515 - 556 8 682 22,7 2.928 3.686 25,9 4.435 20,3 4.891 10,3 5.449 11,4 532 - - 761 - 711 - 6,6 723 1,7 Fuente: Boletín “Censo Nacional de 1960”. Dirección General de Estadística y Censo. Provincia de Santa FE. “Censo Nacional de Población, familias y viviendas, 1970”. Resultados provisionales. Ministerio de Economía. INDEC. Argentina. “Censo Nacional de población y vivienda, 1991”. Por localidad. Serie G, número 1. Resultados definitivos. INDEC. “Censo Nacional de población, hogares y viviendas, 2001”. Resultados definitivos. INDEC. REFERENCIAS NUMÉRICAS: (1) Santa Fe incluye: Alto Verde, Colastiné norte y sur, y la Guardia. En el censo de 1991 incluye el dato de San José del Rincón. (2) Recreo incluye: Loteo Ituzaingó y San Cayetano. (3) San José del Rincón en el censo de 1991 figura como parte del componente Santa Fe. (4) Sauce Viejo: comprende Sauce Viejo (3.084 habitantes) que incluye Villa Angelita y Villa Adelina (3.421 habitantes) que a su vez incluye Villa Adelina este, Villa Adelina oeste y Parque Industrial. En el censo de 1991, Sauce Viejo y Villa Adelina figuran como localidades separadas. (5) Arroyo Leyes: comprende Arroyo Leyes (543 habitantes) y Rincón norte (1.051 hab.). el dato del censo de 1991 comprende exclusivamente Rincón norte; en dicho censo Arroyo Leyes figuraba como población rural dispersa. (6) Esperanza: Incluye barrio Alborada y barrio Anahí. En el censo de 1991 barrio Alborada figuraba como localidad separada. Del análisis de la tabla se puede concluir: La localidad Santa Fe siempre creció en población, alcanzando su ápice entre 1970-1980 con 20,7%, para luego caer a 4,4% (entre ´91-´01), obteniendo el segundo valor más bajo de toda el área metropolitana. Las localidades que mayor variación intercensal presentan (´91-´01) son Sauce Viejo y Arroyo Leyes; la primera una localidad de 6.505 hab. y la segunda de 1.594, ubicada junto al río, zona de pescadores y viviendas de segunda residencia. Sauce Viejo pasó de ser población rural a la categoría de pueblo grande (de 2.000 a 19.999 habitantes) y Arroyo Leyes sigue siendo espacio rural, pero con un crecimiento tal que pronto dejará de serlo. Son las localidades menos pobladas las que tienen mayor crecimiento. Por ejemplo: las dos anteriores (Sauce Viejo y Arroyo Leyes), Ángel Gallardo, Campo Andino, San José del Rincón, Empalme San Carlos, todas con tasas altas de variación intercensal, más del 40%. Las que ostentan mayor crecimiento son las localidades que tienen viviendas de segunda residencia: San José del Rincón, Sauce Viejo, Arroyo Leyes, asociado al auge del turismo de río e islas y al cambio en las preferencias sociales. Esta nueva función se está expandiendo en este tipo de localidades y espacios a costa de los usos rurales tradicionales como ganadería, agricultura o a veces incluso avanzando sobre el medio natural dominado por el río, las islas y los bañados. En las últimas décadas se observan estos cambios de uso del suelo, y en los últimos años, puntualmente, las transformaciones de las que son objeto estos paisajes son más aceleradas y profundas. Las localidades de la cuenca lechera, de tamaño medio, crecen en todos los períodos, pero moderadamente, en su mayoría. Desde 1960 hasta la actualidad se está produciendo una desconcentración relativa, muy marcada en el último período ´91-´01, caracterizado por el crecimiento de casi todas las localidades (especialmente las más pequeñas) del área y por el menor crecimiento de la ciudad principal Santa Fe (y cada vez menor década tras década). Estos movimientos centrífugos de población y actividades desde grandes ciudades hacia pequeños asentamientos urbanos (por ejemplo Rincón, Ángel Gallardo, Sauce Viejo) y rurales (es el caso de Arroyo Leyes que en 1991 era campo o población dispersa (35 hab.) y en 2001 registra 1.594 hab., con una variación intercensal de 4.454,3%), contribuyen de manera positiva a la redistribución demográfica y económica en el espacio, pero con un costo ambiental muy elevado. Datos que demuestran el proceso de contraurbanización en los aspectos económicos son los referentes a la evolución en la cantidad de establecimientos y puestos de trabajo en los sectores industria, comercio y servicios. A pesar de que las crisis económicas sucesivas, la desindustrialización afectaron a casi todas las localidades, la localidad de Santa Fe pierde establecimientos y puestos de trabajo en la industria y el comercio, pero los gana en servicios. En cambio, las localidades como Esperanza, Franck, Recreo, Humboldt, entre otras ven incrementarse los establecimientos y puestos de trabajo ocupados en industria y en menor medida en comercio a lo largo del período considerado. Tabla 2: Evolución de los 3 sectores económicos en las localidad de Santa Fe entre 1974 y 2004. Cantidad de establecimientos industriales Localidad Santa Fe 1974 1188 1985 1003 1994 1057 2004 702 Cantidad de establecimientos comerciales Localidad Santa Fe 1974 6186 1985 6805 1994 5991 2004 5.309 Cantidad de establecimientos en servicios Localida d Santa Fe Cantidad de puestos de trabajo en industria 1974 1985 1994 2004 8812 7813 6332 4767 Cantidad de puestos de trabajo en comercio 1974 1985 1994 2004 17602 18478 15041 16.099 1974 1985 1994 2004 Cantidad de puestos de trabajo en servicios 1974 1985 1994 2004 1715 2498 4214 4056 10295 9353 17196 17392 Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de los Censos Nacionales Económicos 1974, 1985, 1994 y 2004/05 del INDEC. Santa Fe se terciariza cada vez más y se especializa en los servicios. Este factor provoca el aumento de la afluencia de población desde las demás localidades, con todos los trastornos que ello conlleva (en términos de impacto ambiental). 1.3- Las vías de comunicación como estructuradoras del espacio. Dentro del AMSF se da el fenómeno de las migraciones pendulares: personas que residen en diferentes puntos de la corona metropolitana y acuden diariamente a Santa Fe a trabajar en la Administración Pública, servicios u otras actividades, o a realizar compras, trámites o estudios, y por la noche regresan a sus hogares. Una forma de medir o cuantificar este fenómeno es analizando el TMD (tráfico medio diario) de las rutas que comunican las localidades y que estructuran el espacio. Analizando el TMD en las rutas nacionales del AMSF en 2002, se evidencia un mayor tráfico en la RN 11, en el tramo RN 19 y entrada a Santa Fe, es decir, entre Santo Tomé y Santa Fe, con 43.079,2 vehículos por día. Este fenómeno se explica por lo siguiente: 1- principalmente esta vía es transitada por vehículos que vienen desde Rosario y Buenos Aires; 2- este tramo comunica las localidades más pobladas del AMSF: Santa Fe y Santo Tomé. Muchas personas que radican en Santo Tomé viajan a diario a trabajar, por servicios, etc. a Santa Fe. En segundo lugar, se observan elevadas cantidades de vehículos por día en la RN 168 entre la RN 11 y RN 1 con 30.754,2 vehículos por día, principalmente del tipo pesados con acoplados y semiacoplados; este tramo comunica Santa Fe con la RN 1 que conduce hacia el norte a Colastiné, Rincón, Santa Rosa y hacia el este a Paraná. Este último tramo de la RN 168 (entre RP 1 y acceso al túnel) también presenta elevados valores vehiculares: 27.118,08 por día con una mayor participación en ese total de los vehículos pesados sin acoplados, con acoplados y semiacoplados. Este factor responde al hecho de que las rutas nacionales, además de comunicar localidades del AMSF, cumplen la función de transporte de mercancías a la región y al país, son nudos de cambio de modos de transporte (fluvial, por carretera, por ferrocarril), también son rutas de paso hacia diversas direcciones (entre Paraná y el norte del país, desde Buenos Aires al norte y oeste, etc.). Otra ruta de tráfico considerable es la RN 11 entre la salida de Santa Fe y la RP 70, es decir, hasta Recreo, con 18.815,99 unidades vehiculares a través de ella se comunica Santa Fe y el sur provincial con el Norte provincial y el oeste (por la RP 70). Se evidencia el reparto del tráfico en estos dos rumbos, puesto que la cantidad de vehículos de la RN 11 entre la RP 70 y la RP 4 se reduce a 7.865,7 diarios. En los demás tramos de las rutas nacionales el tráfico es menor. En las rutas provinciales destaca el tráfico de la RP 1 entre la RN 168 y el acceso a Rincón con un total de 12.736 vehículos diarios en 2004, lo notorio es que el 88% de ese tráfico son automóviles y camionetas, indicativo de que el tráfico lo realizan residentes de la zona; además este tramo no es de gran relevancia en la circulación regional o nacional. En segundo lugar de tráfico en rutas provinciales se ubica la RP 2 entre Santa Fe y la RP 5, con 6.187 vehículos y en tercer lugar la RP 70, entre la RN 11 y la RP 6, es decir, rumbo a Esperanza, con 3.894 vehículos por día (86% son camionetas y autos). En síntesis, podemos afirmar que a diferencia de las rutas nacionales que tienen como función principal la comunicación y el transporte de productos de la región y el país, en las rutas provinciales predomina el tráfico de vehículos livianos (coches y camionetas) de transporte de personas en toda el AMSF, demostrativo del fenómeno de migraciones pendulares. En este último, los autobuses tienen un papel preponderante, por más que su cantidad no sea elevada, si lo es el volumen de población que transporta, por ejemplo, en la RP 1, tramo RN 168 y Rincón son 307 buses por día con capacidad para 50 personas, pueden transportar hasta 15.350 personas por día (el doble de la población de Rincón para 2001). 1.4- Las transformaciones en la ciudad principal, Santa Fe. El fenómeno de contraurbanización se manifiesta en dos escalas: en el ámbito interurbano, la desconcentración es relativa debido al mayor crecimiento de las ciudades menores de la corona metropolitana en comparación con la ciudad principal, Santa Fe; en el ámbito intraurbano, la desconcentración es absoluta, puesto que las vecinales del centro de la ciudad de Santa Fe, pierden población, mientras que las de los suburbios e incluso antiguas zonas rurales (hoy barrios de asentamientos irregulares, así como nuevos barrios de estratos sociales altos, y medio-altos, barrios cerrados) crecen de manera significativa. La ciudad de Santa Fe ha tenido un significativo crecimiento desde mediados del siglo XIX hasta mitad del XX, alcanzando unos valores exorbitantes entre 1887 y 1895 con un 134,6%, período en el cual se multiplicaron las vías ferroviarias en la provincia, enlazándose con las de Buenos Aires, factor que facilitó la movilidad en toda la pampa y promovió el ingreso de los inmigrantes llegados a la capital argentina hasta esta ciudad. Sin embargo, este gran crecimiento se fue reduciendo década tras década hasta llegar a una variación intercensal de 4,4% en el último período (1991 – 2001). Los efectos del gran crecimiento poblacional en la estructura de la ciudad fueron: la densificación y especialización funcional del centro urbano, desplazando la función residencial e industrial hacia la periferia; la expansión del hecho urbano en sentido centrífugo, principalmente al norte, puesto que al sur, al este y al oeste su espacio se encuentra acotado por el río Salado y el Sistema Lagunar Setúbal – Leyes. La columna vertebral de esa expansión son los grandes ejes viarios, que corriendo de norte a sur, abren nuevas urbanizaciones a sus alrededores: Av. Gral. Paz, Av. Aristóbulo del Valles, Av. Facundo Zuviría, Av. López y Planes (al sur), luego se transforma en Av. Gral. Peñalosa y finalmente Av. Blas Parera; en las últimas 3 o 4 décadas surgen los barrios en los suburbios de Santa Fe como lugares de viviendas de segunda residencia, asociados al ocio, descanso y vacaciones. Sin embargo, es en las últimas 2 décadas que los mismos tienen un crecimiento poblacional sin precedentes. Es evidencia de una desconcentración absoluta, la pérdida de población residente en el centro urbano y el mayor crecimiento de las vecinales de las afueras de la ciudad, como Altos Noguera, al norte, con una variación intercensal de 158,2% entre ‟91-„01, mientras que Zona Sur (Pedro Candioti) aledaña al centro registra 38,1%. 2- Impacto ambiental de los principales procesos urbanos diagnosticados. 2.1- Impacto ambiental de la dinámica de relaciones entre localidades del área metropolitana. El modelo de región urbana funcional que representan las áreas metropolitanas, está basado en el sistema de movilidad diaria, preferentemente automotriz, de personas, bienes y servicios. Si este sistema no estaría lo suficientemente desarrollado, las formas de asentamiento tendrían unas características muy distintas, completamente contrarias; nos referimos a un modelo netamente compacto de asentamiento, como los que predominaron en otros tiempos históricos (edad media), en otros espacios (típicamente de la Europa mediterránea). El principal impacto del fenómeno de las migraciones pendulares, característico de la dinámica de las áreas metropolitanas, o del considerable tráfico rodado en rutas, es el gran consumo de combustible (recurso tan escaso) con la consiguiente contaminación generada por la emanación de dióxido de carbono de la combustión de motores, además de los recursos demandados y de los residuos producidos en la construcción tanto de los propios vehículos (industria automotriz) como de la infraestructura necesaria para su funcionamiento, es decir, las vías de comunicación: suelo fértil (tradicionalmente rural), cemento y otros materiales de construcción empleados. Ejemplificando alguno de los puntos que se consideran dentro del impacto ambiental del tráfico automotor, la producción de cemento y otros materiales y el cambio de usos del suelo (de rural a urbano) figuran entre las actividades que arrojan cantidades de CO2 considerables. Como sistema, el transporte es uno de los sectores que más contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero, y entre ellos, es el rodado el que en un 79,5% participa en esta emisión en comparación con el 13% proveniente del tráfico aéreo, 7% marítimo y 0,5% ferroviario 5. 2.2-El espacio rururbano en transformación y su impacto en el entorno. Está claro que la distinción entre espacio urbano y rural ya pierde vigencia ante estas nuevas formas de asentamiento que mezclan elementos, que superponen funciones. El área más dinámica y compleja, donde se dan gran cantidad de intercambios y conflictos es el rururbano. Este sistema constituye un espacio de transición entre la ciudad y el campo, pertenece a la interfase urbano – rural; zona de fricción permanente, de complejas relaciones orientadas por las necesidades de la ciudad, principalmente. También es muy vigente la idea que concibe como periférico todo espacio urbano infradotado y carente de un nivel eficaz de respuesta urbana, o donde la exigencia de calidad ambiental y paisajística es siempre inferior, como resultado de una mayor permisividad o falta de control en las actuaciones que llevan a cabo. En la franja rururbana comienzan a desaparecer servicios propios de la ciudad: pavimento, cloacas, desagües pluviales, electricidad, agua potable, recolección de residuos, alumbrado, etc. Los terrenos carecen de loteo reglamentario, es decir que aún no está amanzanado, generando condiciones de vida deplorables a quienes se asientan allí. A la vez, disminuyen los servicios ambientales que provee el medio rural y natural, como la producción de oxígeno y la absorción de dióxido de carbono, la fotosíntesis, que provee de alimento a todos los niveles tróficos hasta llegar al hombre, la descomposición de materia orgánica, el aprovechamiento y reciclado de nutrientes de los suelos, el equilibrio de los ecosistemas naturales, el control de proliferación de plagas, la regulación del flujo de agua (ya sea en presencia de humedales o de mantos freáticos). 5 Evaluation des politiques publiques au regard des changements climatiques, Climate Action Network (RAC), French Environmental and Energy Management Agency (Ademe), December 2005. UNEP, “Kick de habits. A UN guide to climatic neutrality”. En el sistema rururbano se mezclan y superponen funciones antes propias de lo urbano y lo rural. La ciudad, al necesitar más suelo (en grandes proporciones) encuentra aquí disponibilidad y bajo precio. La función residencial de densidad media a baja (nuevo modelo de residencia preferente e imperante en la sociedad actual) se instala con fuerza, así como los grandes equipamientos urbanos, ya sean comerciales, de servicios e industriales, las megaobras de infraestructura (comunicación y servicios) y de transporte, comunicación, de defensa, como los terraplenes, entre otros. En principio, éstas surgen para descongestionar el suelo urbano y transferir y descentralizar algunas funciones, pero con el paso del tiempo atraen población, generando tejido urbano. Conviven con usos del suelo rural como los destinados a la producción de frutas, verduras, hortalizas, flores y cría de animales de granja, presente en el caso de vecinales del norte santafesino. En localidades aledañas a Santa Fe, hacia donde se expande el ejido urbano (Monte Vera, Recreo), se destina parte del suelo a cría de ganado y cultivo de trigo, soja “Es en las periferias urbanas donde los problemas medioambientales se ofrecen con más crudeza como resultado de los efectos inmediatos y directos que producen la presencia masiva de población y actividades. En ocasiones los niveles de degradación biofísica o funcional pueden constituirse en los componentes protagonistas del paisaje”6. El espacio rururbano, considerado medio natural sometido a intensas presiones antrópicas, se torna vulnerable, frágil, objeto de una degradación ecológica considerable. La intervención social de mayor impacto es la eliminación de suelo agrícola fértil debido a la sustitución de usos del suelo (avance del residencial), a la extracción de materiales para las fábricas de ladrillos, construcción de terraplenes (para defensas contra inundaciones y otras grandes obras que se están concretando en la zona y en otros lugares del área metropolitana), relleno de áreas inundables, decapitando los horizontes edáficos superiores. Este recurso tan valioso también se ve afectado en su calidad con el vertido de residuos sólidos urbanos e industriales. Además, las nuevas funciones desempeñadas incrementan las tasas de riesgo: aumenta la probabilidad de activar de peligro, se eleva la exposición y vulnerabilidad, al identificarse como lugares seguros. De este modo, la percepción distorsionada de la realidad anula su verdadera condición como espacios de riesgo, traduciéndose en una actitud poco preventiva por parte de la población y en el descuido de las medidas de autoprotección. En las últimas décadas, con el auge de la actividad inmobiliaria, estos espacios han pasado de ser marginales en función de su peligrosidad intrínseca, a ser revalorizados por razones paisajísticas y culturales. La imagen difundida por sus promotores los proyecta como lugares confortables, tranquilos y seguros, habitualmente habitados por población de alto estatus social. Los barrios cerrados de Santa Fe no se encuentran aun incluidos en el ejido urbano de la ciudad, ni integran alguna vecinal. El Reglamento de Zonificación de usos del suelo urbano de 1984 y el actualizado en 2009 no los incorpora por su localización rururbana, alejada de la ciudad. Constituyen un grupo de emprendimientos (country club o barrios cerrados) surgidos en las dos últimas décadas, en distintas etapas de avance: 6 ARIAS SIERRA, P. (2003). Periferias y nueva ciudad. El problema del paisaje en los procesos de dispersión urbana. Sevilla: Sec. De Publicaciones, Unversidad de Sevilla, p: 216-217. Aires del llano. Obra finalizada, ubicada sobre la Autopista Santa Fe – Rosario, km 5,5. El Paso. Obra finalizada (cuenta con 204 viviendas construidas, 540 lotes de 165 ha en total y club de golf), ubicada sobre la Autopista Santa Fe – Rosario, km 7. La Tatenguita. Obra finalizada, ubicada sobre la Autopista Santa Fe – Rosario, km 4. El Pinar. Obra finalizada, ubicada sobre la Autopista Santa Fe – Rosario, km 4. Altos de la Ribera. Obra en construcción, ubicada sobre la Autopista Santa Fe – Rosario, km 7, frente a El Paso. Las Alamedas. Obra finalizada, ubicado sobre la Autopista Santa Fe – Rosario. Dos Lagunas. Obra en construcción, ubicado sobre la Autopista Santa Fe – Rosario, km 7, frente a El Paso. Los Molinos. Obra finalizada, ubicada en Recreo Sur, ruta 11, km 11. Área Metropolitana de Santa Fe. Ubajay. Obra finalizada, ubicada en San José del Rincón, ruta 1, km 9. Área Metropolitana de Santa Fe. Portal del Leyes. Obra finalizada, ubicada en Arroyo Leyes, ruta 1, km 11,7. Área Metropolitana de Santa Fe. Otra situación de riesgo representa la superposición de normativas de distinta naturaleza y de unidades administrativas (provincia, municipios y comunas). Desde la perspectiva jurídica, se pueden encontrar terrenos públicos, privados y ocupaciones de hecho, con la propensión a fuertes conflictos legales y sociales, entre la administración y los ocupantes, así como la implementación de políticas y medidas descoordinadas entre los diferentes erarios, dificultades en el empleo de medidas preventivas, prescriptivas y de control. Haciendo uso de indicadores que cuantifican el impacto medioambiental la huella ecológica7 de este sector particular, es decir, la tierra productiva, los cuerpos de agua y demás recursos naturales necesarios para producir los bienes consumidos por los habitantes de la ciudad y absorber los residuos, supera varias veces la dimensión del territorio urbano, conteniendo un déficit ecológico altísimo y apropiándose de la capacidad de carga de los habitantes de pequeñas ciudades, pueblos o incluso del campo. Los diversos problemas ambientales tienen sus repercusiones en el paisaje según Arias Sierra8: Problemas derivados de impactos ocasionados por ocupaciones de suelo o implantación de actividades (caso de industria o residencias) que, al modificar los usos existentes y las condiciones naturales iniciales, alteran el medio ambiente y el paisaje, de forma irreversibles, incluso a largo plazo. Especial 7 WACKERNAGEL, M./ HOLMBERG, J./ LUNDQVIST, U./ ROBÈRT, K-H. (1999). “The Ecological Footprint from a Systems Perspective of Sustainability”. En: International Journal of Sustainable Development and World Ecology, nro. 6. P: 1733. Göteborg. 8 ARIAS SIERRA, P. (2003). Periferias y nueva ciudad. El problema del paisaje en los procesos de dispersión urbana. Sevilla: Sec. De Publicaciones, Unversidad de Sevilla. efecto tiene la implantación de grandes infraestructuras viarias, de energía, redes telefónicas, de comunicaciones. El crecimiento explosivo de la demanda y el cada vez mayor desarrollo de las redes hace que los tendidos eléctricos sean asumidos como componentes naturales e inevitables en el paisaje periférico y urbano. Alteraciones medioambientales y paisajísticas producidas por efectos inducidos en el entorno como consecuencia de las nuevas localizaciones, como ser: atracción de usos o actividades al entorno más o menos próximo de la implantación realizada (ejemplo, carreteras que se vuelven ejes de desarrollo o de degradación al concentrar asentamientos irregulares); revalorización del suelo rústico en periferias con expectativas de urbanización, como efecto de abandono de la actividad agrícola y de la degradación del suelo; aumento de accesibilidad por apertura de nuevas vías en espacios antes aislados y aumento de la presión especulativa; depreciación de zonas urbanas o periféricas como resultado de radicación de actividades contaminantes o servicios socialmente negativos como cementerios, cárceles, rellenos sanitarios, etc. En los espacios propiamente rururbanos o rurales de las nuevas periferias, se identifican también los efectos medioambientales derivados de la sobreexplotación de los recursos naturales del geosistema. Algunos asociados a la mayor extracción de bienes o materias primas del medio, superiores a las tasas de renovación natural son: agotamiento o reducción considerable de recursos acuíferos subterráneos, alteración (en cantidad y calidad) de recursos hídricos superficiales, degradación de suelos por la extracción de horizontes superiores para construcción de ladrillos u otros materiales. Conclusiones. Los nuevos procesos de desconcentración y descentralización asociados a la contraurbanización, detectados en el área metropolitana de Santa Fe y en la ciudad principal, Santa Fe generan un modelo de ciudad cada vez más difuso, caracterizado por el consumo creciente de recursos y la producción cada vez mayor de residuos y contaminación a los distintos elementos del sistema ambiental. Lamentablemente, se puede observar cómo este modelo cobra cada vez más adeptos en el mundo, sin ser nuestro país y nuestra metrópolis intermedia, Santa Fe una excepción, dados los modos de desarrollo económico y los estilos de vida de la población imperantes. El modelo de movilidad de personas, bienes y servicios imperante en el área de estudio es el automotriz, medio de transporte que mayor cantidad de contaminación atmosférica genera en el entorno cercano y que mas recursos renovables demanda. Otro de los factores que mayor impacto genera es el cambio en los usos del suelo. Espacios tradicionalmente rurales que se transforman en urbanos, pasando a desempeñar funciones como la residencial de clase alta, la de servicios especializados e incluso industrial. Se inaugura, con estos procesos, un nuevo tipo de espacio, el rururbano, donde se da el conflicto y la mezcla entre la morfología, estructura y funcionamiento de lo urbano con lo rural, constituyendo un verdadero espacio de riesgo y albergando a una población en situación de vulnerabilidad creciente. Bibliografía: ARIAS SIERRA, P. (2003). Periferias y nueva ciudad. El problema del paisaje en los procesos de dispersión urbana. Sevilla: Sec. De Publicaciones, Unversidad de Sevilla. ARROYO, M. (2001). “La contraurbanización: un debate metodológico y conceptual sobre la dinámica de las áreas metropolitanas”. En: Scripta Nova, Nro 97, Barcelona, Universidad de Barcelona. BARSKY, A. (2005). “El periurbano productivo, un espacio en constante transformación. Introducción al estado de debate, con referencia al caso de Buenos Aires”. En: Scripta Nova, Revista electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, vol. IX, nro. 194 (36), Barcelona: Universidad de Barcelona. BERRY, B. J. (1976). 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