Implantación del programa Aire Fresco en los centros

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Implantación del programa Aire Fresco en los
centros de enseñanza secundaria de Asturias
Esther ARBESÚ FERNÁNDEZ, Jóse Antonio GARCÍA VÁZQUEZ,
Mercedes GARCÍA RUIZ, Carmen MOSQUERA TENREIRO
Consejería de Salud y Servicios Sanitarios y Consejo de la Juventud de Asturias,
C/ General Elorza 32, 33001 Oviedo
Este es un programa de prevención del consumo de tabaco que centra sus actividades
en regular este consumo en el entorno educativo. Se basa en estrategias de participación
de toda la comunidad educativa y se implantó como proyecto piloto. La
evaluación muestra buena aceptación del programa y buenas expectativas en el logro
de los objetivos, si se corrigen las carencias detectadas.
INTRODUCCIÓN-ANTECEDENTES
En el año 1999 uno de cada cuatro docentes y estudiantes de 2º de Bachillerato y
uno de cada siete estudiantes de 3º de ESO eran fumadores diarios. En el mismo año
los centros de enseñanza secundaria tenían en su reglamento interno normas que limitaban
el consumo de tabaco en su recinto. Estas normas no se ajustaban a la normativa
vigente (R.D. 192/1988) o no se cumplían, y se evidenció consumo en aproximadamente
la mitad de las zonas observadas. También era una situación habitual que los
estudiantes y el profesorado fumasen en más de una zona, que además era compartida
por ambos y/o por fumadores y no fumadores.
Con estos antecedentes las Consejerías de Salud y de Educación pusieron en marcha
el programa Aire Fresco en el curso escolar 2000-01: se presentó en 19 centros
como proyecto piloto, con el fin de conocer su aceptación, las dificultades de implantación
y la efectividad de los materiales de apoyo.
OBJETIVO DEL PROGRAMA
Limitar el uso del tabaco a una única zona del recinto escolar y disminuir su consumo
entre el personal del centro y el alumnado; a través de la consecución del respeto
a las normas y de facilitar el abandono al personal del centro.
MATERIAL-METODOLOGÍA
El programa estimulaba la participación de toda la comunidad educativa en las
decisiones que se fuesen a tomar sobre las normas de consumo de tabaco:
Del personal del centro, madres y padres, a través de la oferta de una sesión de
información y sensibilización. Esta sesión la impartía un equipo técnico del área educativa,
cuyos integrantes procedían del Centro de Profesores y Recursos, la Unidad de
Salud Pública y el Plan Municipal de Drogas y eran los encargados de dinamizar y
coordinar el programa en su área.
Al personal se les ofertó también un taller para dejar de fumar que desarrollaba en
el propio centro la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).
Del alumnado, a través de un taller que utilizaba la metodología entre iguales y
que llevaba a cabo el Consejo de la Juventud. Este método ha tenido un amplio uso
en programas de prevención basados en la teoría del aprendizaje social, y asume que
los iguales o pares son efectivos porque resultan modelos creíbles para otros jóvenes.
En el taller se formaba a una alumna o alumno por aula para actuar como mediador
ante sus compañeros y compañeras durante cinco sesiones de una hora, con la ayuda
de la tutora o tutor. El contenido incluía temas relacionados con la prevención en el
consumo de tabaco, situación de consumo en el centro escolar y propuestas para limitar
este consumo.
Para orientar el trabajo en el centro se publicaron dos guías, una para el personal
del centro y otra para el alumnado, que en este caso se acompañó de un vídeo y de
transparencias de publicidad. Además se editaron carteles y señalizadores de "espacio
libre de humo" y "zona de fumadores".
RESULTADOS
Aceptación: Participaron en el pilotaje el 32% (n=6) de los centros invitados.
Información y difusión del programa:
Entre el personal no docente, madres y padres la difusión fue escasa. En el profesorado
se utilizaron diferentes canales, dependiendo de cada centro, pero no se llegó
a todo el profesorado y se planteó la necesidad de reforzar la difusión. Sin embargo
la información que recibieron las tutoras y tutores, más vinculados con el programa
por su colaboración en el taller del alumnado, fue valorada por la mayoría como suficiente.
Taller para dejar de fumar: Se llevó a cabo en cinco centros y en dos de ellos se
incluyó a madres y padres. Se inscribieron 47 personas y el 70% completó el taller.
Un mes después del taller, el 30% de los participantes se mantenía sin fumar y a los
6 meses el 21%.
Taller para el alumnado: Se formaron a 233 alumnas y alumnos de los seis centros
como mediadores, en su mayoría delegados de curso. El 72% intervino en el aula ante
sus compañeros con el apoyo del 69% (n=88) de los tutores. Esta intervención alcanzó
al 75% (n=2390) del alumnado. A la mayor parte del alumnado (80%) le resultó
muy interesante el taller y le gustó que lo impartiese un compañero o compañera. El
taller funcionó mejor cuando el mediador era a su vez el líder del aula.
Aproximadamente el 60% de los tutores consideró interesante la metodología entre
iguales y "bastante " o "muy preparados" a los mediadores para dirigir el taller, aunque
apuntaron ciertas carencias para mantener el orden en clase y desarrollar las
dinámicas grupales. El alumnado por su parte también planteó reducir la parte teórica
y suprimir ciertas dinámicas por considerarlas infantiles.
Propuestas para limitar el consumo: El alumnado realizó propuestas en cuatro centros
y el profesorado en sólo dos centros.
Establecimiento de nuevas normas: Tres centros establecieron nuevas normas: dos
al inicio del programa y uno al final del proceso, de manera que sólo uno siguió las
indicaciones del programa, de establecer nuevas normas al final del proceso, teniendo
en cuenta las aportaciones del personal y el alumnado. Los otros centros no modificaron
la normativa que tenían: en dos de ellos era adecuada y participaron en el programa
con el fin de mejorar su cumplimiento.
Materiales: La guía para el profesorado resultó poco útil ya que era poco práctica,
el vídeo gustó sólo a los más jóvenes y el resto del material -guía para el alumnado,
transparencias sobre publicidad y señalizadores de "espacios libres de humo"- fue
bien valorado.
CONCLUSIONES
Consideramos suficiente el grado de aceptación del programa Aire Fresco por
parte de la comunidad educativa. Asimismo el taller para dejar de fumar tuvo buena
acogida y los resultados de abandono son similares a los obtenidos por la AECC en
otros ámbitos.
El taller del alumnado resultó novedoso e interesante y llegó a la mayor parte del
alumnado. Su evaluación muestra que es posible mejorar su efectividad a través de la
selección de líderes de opinión, la inclusión en su formación de manejo de grupo y la
clarificación del papel del tutor y tutora.
Valorar la efectividad global del programa es prematuro ya que sólo uno de los
centros funcionó totalmente en la forma prevista. En los otros centros el proceso estaba
incompleto, en general por un escaso nivel de participación del personal. Se detectaron
defectos en la transmisión de la información, poca claridad en el proceso y
ausencia de actividades concretas que estimulasen la participación. Mejorar estos
aspectos será lo más relevante para el futuro del programa.
Asimismo por las dificultades intrínsecas a la colaboración interinstitucional y el
trabajo multidisplinar que este programa conlleva, será un reto su fortalecimiento y
mejora.
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