Ilma. Sra. Dª. Carmen Arnedo Díez Convenios y

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Jurisdicción: Social
Recurso de Suplicación núm. 263/2006.
Ponente: Ilma. Sra. Dª. Carmen Arnedo Díez
Convenios y negociación colectiva. Seguridad pública y privada. Tiempo de trabajo.
ILMO. SR. D. VICTOR CUBERO ROMEO
PRESIDENTE
ILMA. SRA. Dª. CARMEN ARNEDO DIEZ
ILMA. SRA. Dª. Mª CONCEPCION SANTOS MARTIN
En la Ciudad de Pamplona/Iruña, a VEINTICINCO DE SEPTIEMBRE de dos mil seis.
La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, compuesta por los Ilmos.
Sres. citados al margen y
EN NOMBRE DEL REY
ha dictado la siguiente
SENTENCIA
En el Recurso de suplicación interpuesto por Dª PALOMA ZORRILLA CORDON, en nombre
y representación de DON Ignacio, frente a la Sentencia del Juzgado de lo Social Nº 3 de
Pamplona/Iruña sobre Derecho y cantidad, ha sido Ponente el/la Ilma. Sra. Magistrada
DOÑA CARMEN ARNEDO DIEZ, quien expresa el parecer de la Sala.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO: Ante el Juzgado de lo Social nº Tres de los de Navarra, se presentó demanda
por D. Ignacio, en la que tras exponer los hechos y fundamentos de derecho que estimó de
aplicación, terminaba suplicando se dicte sentencia por la estimando íntegramente la
presente demanda, declare el derecho del actor a percibir la suma de 6.357,93 euros,
condenando a la empresa demandada al abono de la misma, incrementadas en el 10% de
interés moratorio.
SEGUNDO: Admitida a trámite la demanda, se celebró el acto del juicio oral en el que la
parte actora se ratificó en la misma, oponiéndose la demandada según consta en el acta
extendida a tal efecto por el Sr. Secretario. Recibido el juicio a prueba se practicaron las
propuestas y declaradas pertinentes.
TERCERO: Por el Juzgado de instancia se dictó sentencia, cuya parte dispositiva dice: "Que
desestimando la demanda de reclamación de cantidad deducida por D.Ignacio Plaza frente a
Blindados Grupo Norte SA, debo absolver y absuelvo a dicha empresa demandada de las
pretensiones frente a ella deducidas."
CUARTO: En la anterior sentencia se declararon probados: "PRIMERO.- El demandante
D.Ignacio viene prestando sus servicios por cuenta de la empresa demandada Blindados
Grupo Norte SA desde el 17 de octubre de 2002, con la categoría profesional de vigilante
de seguridad. A la relación laboral que mantenían las partes le es de aplicación el Convenio
Colectivo Nacional de Empresas de Seguridad 2002-2008, publicado en el BOE de 20 de
febrero de 2002. SEGUNDO.- El demandante reclama en concepto de descanso anual
compensatorio no disfrutado en el año 2005 y en la parte proporcional del año 2006 la suma
de 6.357,93 euros, conforme al detalle plasmado en el hecho tercero de la demanda, que se
da aquí expresamente por reproducido al haberse admitido por la empresa demandada la
mera corrección aritmética de los cálculos para el caso de que se estime la demanda.
TERCERO.- Al demandante durante el periodo al que se contrae la reclamación se le han
abonado todas las horas extraordinarias realizadas, y en concreto en el año 2005 se le
abonaron en las correspondientes nóminas la suma de 5.729,60 euros, correspondiente a la
realización de 806,90. horas extraordinarias y en los meses de enero y febrero de 2006 se
le abonaron como horas extraordinarias 1.039,11 euros por la realización de 142,53 horas
extraordinarias, todo ello conforme al cálculo unido al folio 26 de los autos, que se da aquí
expresamente por reproducido. Conforme a dichos cálculos el demandante disfrutó de 19
días de libranza, según los cuadrantes aportados a los autos, y de 30 días de vacaciones.
CUARTO.- Consta unida a los autos y se da aquí por reproducida la consulta a la comisión
paritaria del Convenio Colectivo Nacional de Empresas de Seguridad respecto a la
interpretación del art. 45 del Convenio Colectivo, así como el acta de 13 de abril de
2004sobre la interpretación que hacía la comisión paritaria de dicho artículo,
concluyéndose que la comisión paritaria entiende, respecto a la consulta planteada, que si el
trabajador ha percibido de la empresa en concepto de horas extraordinarias, el tiempo de
los descansos no disfrutados, ha aplicado correctamente la compensación económica
establecida en dicho artículo citado para el supuesto a que hace referencia el consultante,
sin que haya lugar a disfrutar los descansos equivalentes a las horas extras percibidas.
QUINTO.- Se celebró el preceptivo acto de conciliación con el resultado que obra en autos.
QUINTO: Anunciado recurso de Suplicación por la representación letrada de la parte
demandante, se formalizó mediante escrito en el que se consigna un único motivo, al amparo
del artículo 191.c) de la Ley de Procedimiento Laboral para examinar las infracciones de
normas sustantivas o de la jurisprudencia.
SEXTO: Evacuado traslado del recurso fue impugnado por la parte demandada.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- La sentencia de instancia, desestimatoria de la demanda deducida por D.
Ignacio en reclamación de 6.357,93 euros en concepto de descansos compensatorios no
disfrutados en los años 2005 y 2006, es recurrida en Suplicación por el demandante a
través de un solo motivo, correctamente amparado en el artículo 191 c) de la Ley de
Procedimiento Laboral, en el que denuncia infracción del artículo 44 del Convenio Colectivo
Nacional de Empresas de Seguridad vigente entre los años 2002y 2008, exponiendo que
sólo ha disfrutado de 17 días de descanso durante el año 2005 se le deben abonar los 79
días restantes a razón de 8 horas diarias por 7,10 euros la hora, lo que totaliza 4.487,20
euros, incrementado en un 10% por mora.
SEGUNDO.- Como esta Sala ha tenido ocasión de pronunciarse en sus Sentencias de 3 de
enero y 30 de junio de 2005 y 26 de abril de 2006, entre otras, sobre el carácter
vinculante de las decisiones adoptadas por las denominadas Comisiones Paritarias de los
Convenios Colectivos, deben efectuarse algunas consideraciones previas contenidas en las
Sentencias de esta Sala de 30 de abril de 2003 y 5 de noviembre de 2004, donde
declarábamos que el contenido material de la comisión paritaria se ha defendido por la
doctrina clásica en su consideración de órgano de administración del convenio constituido
para la interpretación y aplicación del mismo, conociendo en consecuencia de la
multiplicidad de conflictos que puedan plantearse tanto sean a nivel individual como
colectivo que deriven de la norma convenida. El artículo 85.2 del Estatuto de los
Trabajadores de 1980 daba suficiente juego interpretativo al referirse a la posibilidad de
atribuir a la comisión paritaria «cuantas cuestiones» estimen convenientes las partes
negociadoras, permitiendo pensar en la libertad plena de los contratantes en la designación
de las funciones encomendadas. No obstante, la práctica negocial colectiva de los primeros
años de la década de los ochenta muestra una deficiente regulación que el convenio atribuía
a las comisiones paritarias, sin que al parecer existiera un claro propósito de establecer un
instrumento efectivo de administración del convenio, de solución, en definitiva, de los
conflictos surgidos de la aplicación de sus cláusulas u otro semejante. Es unos años más
adelante cuando los convenios colectivos observan la posibilidad reguladora para la comisión
paritaria de dos cometidos importantes: en un primer momento, la vía previa y potestativa
para toda reclamación ante el Orden Jurisdiccional, que se impone como trámite obligatorio
y generalmente también vinculante, y posteriormente empieza a ser usual el
establecimiento en la misma norma colectiva de sistemas de arbitraje para la resolución de
cuestiones derivadas de la aplicación e interpretación del convenio.
Una evolución similar se advierte en el tratamiento dado por la Jurisprudencia al tema. En
un primer momento los Tribunales adoptaron una actitud sumamente restrictiva frente a
las facultades de actuación de la comisión paritaria, de tal modo que la doctrina dominante
del extinto Tribunal Central de Trabajo fue la de negar eficacia alguna a los acuerdos
adoptados por los órganos paritarios, para evolucionar más adelante hacia una actitud más
flexible y ya de claro reconocimiento del poder normativo del convenio en este ámbito, y
que se manifestaba en la aceptación jurisdiccional de la competencia de las partes
negociadoras para otorgar a la comisión paritaria facultades de intervención previa
obligatoria en cualquier clase de conflicto, así como en el reconocimiento de la fuerza
vinculante de sus resoluciones. Así sucede con la sentencia del entonces Tribunal Central
de Trabajo de 9 marzo 1984que constituye la primera manifestación jurisprudencial que va
a iniciar una serie continuada en el tiempo y en el mismo sentido en orden a atribuir fuerza
obligatoria al trámite ante la comisión paritaria como previo a la vía procesal. La primera
sentencia del extinto Tribunal Central de Trabajo aislada y en el mismo sentido fue la de
13 diciembre 1982. Otras decisiones, como las sentencias de 12 septiembre 1984, 19
diciembre 1984, 25 enero 1985, decisiones judiciales esporádicas, todavía en un contexto
no definido sobre el verdadero alcance de la comisión paritaria. A partir de la STCT de 18
junio 1986 comienza repetidamente a otorgarse este carácter a la comisión paritaria. Así,
SSTCT de 9 septiembre 1986, 16 diciembre 1986, 17 diciembre 1986, 29 enero 1987 , 6
febrero 1987, 19 junio 1987, 28 septiembre 1988(Sala 5ª), 18 octubre 1988 (Sala 5ª), 26
octubre 1988 (Sala 5ª), 7 febrero 1989(Sala5ª), 8 marzo 1989(Sala 5ª), 5 abril 1989, 9
mayo 1989. Igualmente los Tribunales Superiores de Justicia siguen esta corriente:
SSTSJ de Madrid, 30 junio 1989, 10 julio 1989, 7 noviembre 1989, 14 noviembre 1989, 21
noviembre 1989, 19 diciembre 1989, 5 noviembre 1990; de Navarra 20 junio 1989; de
Andalucía 8 junio 1990; de Aragón 9 enero 1991; de Canarias 20 febrero 1991.
De esta manera, se considera como trámite preprocesal de carácter obligatorio el
sometimiento previo a la comisión paritaria, de tal forma que el incumplimiento de dicho
trámite general acarreaba la declaración de nulidad de las actuaciones, precisamente
porque la omisión de tal requisito implica el incumplimiento del mandato constitucional
contenido en el Art. 37 CE y de lo dispuesto en los arts. 82 y 85 de la Leyestatutaria.
El propio Tribunal Constitucional (STC 162/1989, de 16 octubre, como primera sentencia
constitucional al respecto), y con igual criterio, tuvo oportunidad de pronunciarse sobre el
tema entendiendo que la resolución judicial había entendido correctamente que faltaba
como presupuesto procesal necesario para la admisión de la demanda el procedimiento
previsto en el convenio colectivo. La decisión del Tribunal Constitucional supuso la
reafirmación del valor vinculante y normativo del convenio colectivo, capaz de imponer
requisitos preprocesales, a sumar a los legalmente previstos, cuyo incumplimiento puede
dar lugar al archivo de la demanda.
Un paso adelante supuso la potenciación de los medios extrajudiciales de solución de los
conflictos de aplicación e interpretación de lo convenido, a través del reconocimiento de la
eficacia de la solución arbitral impuesta por el órgano paritario para esos conflictos, que se
le atribuía desde el propio convenio colectivo por los agentes negociadores. Esta doctrina
jurisprudencial fundamenta la existencia del arbitraje en los conflictos de trabajo en el
poder normativo de la autonomía colectiva, y su validez, por tanto, no parece discutible,
como tampoco la fuerza vinculante del pacto que lo establece por así derivarse de lo
dispuesto en el Art. 37.1º de la Constitución Española. Por otro lado, se mantiene, en cuanto
a la naturaleza del laudo, que la solución arbitral no es un mero trámite previo, sino una
resolución firme y vinculante para las partes, que impide, por tanto, el posterior
conocimiento del fondo del asunto por los órganos judiciales, ya que la opción arbitral
suscrita por las partes provoca la exclusión de este Orden Jurisdiccional para conocer de
la pretensión interpuesta. Queda siempre a salvo el derecho a la tutela judicial del Art. 24
de la Constitución Española, por cuanto la acción judicial permanece siempre abierta al
mantenerse la posible impugnación del laudo arbitral ante los órganos jurisdiccionales
correspondientes en los casos de resolución ultra vires o de infracción de normas
procedimentales.
No obstante esta línea jurisprudencial, existen algunos fallos judiciales(SS. del extinto
TCT de 13 diciembre 1982; 9 septiembre 1986; 8 marzo 1988; 28 noviembre 1988; 16
enero 1989) que postulaban como no vinculante el carácter de las resoluciones del órgano
paritario. Los argumentos que, sin embargo, se esgrimen en las mismas no tienen nada que
ver con el carácter potencialmente vinculante de sus resoluciones, en tanto la negativa a
otorgar su validez y eficacia proviene del hecho de no estar claramente expresada en el
convenio colectivo la voluntad firme y contundente de los agentes negociadores de querer
otorgar esa eficacia a sus resoluciones. En este sentido, ha sido abundante la doctrina
jurisprudencial al referirse de manera constante y reiterada a que no siempre vienen
obligadas las partes a someter previamente a la decisión de la comisión mixta sus
diferencias, sino únicamente cuando de manera indubitada así se desprende del convenio,
en cuyo caso resulta de obligado cumplimiento y vinculantes, si así se ha dispuesto
convencionalmente, sus decisiones ( SSTCT de 9 septiembre 1986; 10 febrero 1988 ; 23
abril 1987; 27 abril 1988; 6 julio 1988; 7 febrero 1989; 8 marzo 1989.SSTSJ de Baleares,
7 noviembre 1989, de Madrid, 21 noviembre 1989, 23 marzo 1990 y 25 de marzo 1992, de
Andalucía, 22 marzo 1990, 6 mayo 1991 y 20 septiembre 1991, de Cantabria, 22 marzo
1991, de Cataluña, 17 enero 1992, de Castilla y León, 26 marzo 1992, de Canarias, 30 junio
1992 y SSAN 30 noviembre 1992 y 18 diciembre 1993).
A la vez que estos fallos judiciales iban sentando las líneas por las que se podía preparar un
futuro más alentador en la solución de los conflictos de trabajo por parte de los agentes
negociadores, a través de la permanente intervención de la comisión paritaria del convenio
colectivo, la doctrina jurisprudencial aplicativa del Art. 85.2º d) LET/1980iba perfilando
los límites funcionales de la misma en orden a diferenciar claramente lo que podía suponer
una actividad negociadora que no le puede corresponder, por su oposición frontal al
derecho de negociación colectiva y de libertad sindical, frente a la autorización amplia para
el resto de las funciones aplicativas de la norma convenida, como de las estrictamente
normativas que, sin suponer modificación de lo pactado o creación de nuevas condiciones
laborales con carácter general, representaba una «negociación en tono menor» para, con
todo ello, conformar la total administración de lo convenido.
No cabe duda que una regulación más cuidada por parte de los agentes negociadores en la
atribución de funciones a la comisión paritaria, así como el establecimiento expreso de la
voluntad de los mismos en orden a la preceptiva intervención de ese órgano y a la
vinculación de sus resultados -de cuya efectividad depende- junto con el potenciamiento
jurisprudencial y doctrinal, supusieron una mayor valoración de la actividad del órgano
paritario, al mismo tiempo que el reconocimiento del poder de las partes sociales a la auto
composición de los conflictos como expresión de su derecho a la gestión y administración
de lo pactado y, por tanto, el inicio de lo que iba a convertirse más tarde, a través de la
intervención del legislativo laboral, en la fórmula más eficaz para evitar la excesiva
judicialización en los conflictos derivados de la interpretación y aplicación del convenio
colectivo.
Pues bien, como en el caso, el Convenio Colectivo de Empresas de Seguridad, aplicable a la
empresa demandada, en su artículo 9, atribuye facultad interpretativa vinculante a la
Comisión Paritaria de dicho Convenio, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 85. 3
e) del Estatuto de los Trabajadores, y constando acreditado que en reunión celebrada el
pasado día 14 de abril del 2004 se llegó a la conclusión, en relación con el tema que nos
ocupa sobre el descanso anual compensatorio, de que si el trabajador ha percibido de la
empresa en concepto de horas extraordinarias el tiempo de los descansos no disfrutados,
como aquí sucede según se desprende de los partes de trabajo, no tendría derecho a
disfrutar los mismos, tal interpretación del precepto resulta vinculante para las partes, ello
comporta el rechazo del recurso y la confirmación de la sentencia recurrida.
Vistos los artículos citados y demás de general y pertinente aplicación.
FALLAMOS
Que debemos desestimar y desestimamos el recurso de Suplicación formulado por la
representación Letrada de D. Ignacio, frente a la sentencia dictada por el Juzgado de lo
Social Nº Tres de los de Navarra, en el Procedimiento Nº 282/06, promovido por el
recurrente contra la empresa Blindados Grupo Norte S.A., en reclamación de derecho y
cantidades, confirmando la sentencia recurrida.
Notifíquese a las partes y al Ministerio Fiscal la Sentencia dictada, con la advertencia que
contra la misma, puede interponerse Recurso de Casación para la unificación de doctrina
ante la Sala de lo Social del Tribunal Supremo, anunciándolo a través de esta Sala por
escrito, dentro de los DIEZ DIAS hábiles siguientes a su notificación.
Firme que sea esta resolución, devuélvanse los autos al Juzgado de lo social de procedencia
con certificación de la misma, dejándose otra certificación en el rollo a archivar por esta
Sala.
Así, por nuestra Sentencia, definitivamente juzgando, lo pronunciamos, mandamos y
firmamos.
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